jueves, 2 de enero de 2014

Lenardis Amore - Capitulo 5

(voy a comenzar a hacer mas fotos de Victoria, porque aqui hay ¡tambien lectores hombres! he dicho)

Capitulo 5

Al bajar del avión, cada uno llevó su bolso hasta la carretera, donde nos dirigimos con nuestra velocidad vampírica hasta el hotel. No fue difícil ya que había mucha vegetación, pronto conseguiríamos un auto para poder movilizarnos de forma más natural.
— ¿Has hecho una reservación? –preguntó Alex observando uno de los hoteles más caros de la zona.
—No y no mires hacia allá, sería obvio que nos quedáramos ahí, vamos a un hostal.
— ¿Qué?
Lo miré sorprendida, no sabía que fuera tan delicado.

—Es solo un hostal, vamos –dije caminando, sin esperar a que aceptara, ya que podría quedarme esperando por horas para que así fuera.
Mientras avanzaba me di cuenta de en donde nos encontrábamos. El sol se escondía detrás de las nubes, había bastante viento, pero no hacia un mal día, aun así no había mucha gente con las que nos topáramos, lo que era un alivio.
—De seguro parecemos mochileros, de esos viajeros que recorren el mundo sin rumbo.
Miré a Alex que estaba a mi lado, al mismo ritmo que yo, observando a los lados de forma sospechosa. Me di cuenta que realmente no podía pasar tanto tiempo enojada con él. Había hecho cosas horribles, pero que iba a hacer ¿quedarme enojada con él por toda una eternidad? Con todo lo que hizo debería ser ese el tiempo para recompensarme, pero no podía, lo amaba y me aburría estar distanciada de él. Lo más factible era hacerlo pagar por lo que había hecho, así no me sentiría mal y tendría mi recompensa.
— ¿Qué sucede? –preguntó cuando notó que lo estaba observando.
—No estás cumpliendo Alex, te he estado observando por más de cinco segundos y no he recibido ni un solo beso –fruncí el ceño porque ese era uno de los tratos, es más, era para que lo perdonara por uno de los acontecimientos que más me afectaron.
—Oh… ¿eso también corre en público?
— ¿Tú qué crees? –dije ahora observando hacia donde nos dirigíamos, ya que estaba atardeciendo, no quería que se nos hiciera tarde para encontrar donde dormir –nos vamos a quedar sin lugar para dormir, Alex.
—Debimos habernos quedado en el hotel.
—Eso sería obvio, si nos buscan, sería el primer lugar donde averiguarían Señor Delicado –dije deteniéndome al llegar al final de la avenida principal del pueblo.  Había buscado posibles lugares para dormir, pero estas calles no estaban dentro de mi conocimiento.
Observé detenidamente las casas tan altas, de colores blancos y calipsos, quedaban a nuestra espalda, una junto a la otra, mientras que al frente de nuestros ojos, estaba el gigantesco mar. Era sin duda una hermosa vista.
Sin embargo, antes de que pudiera decir algo respecto a nuestro alojamiento, sus labios atraparon los míos. Fue un beso superficial y muy corto para mi gusto. Cuando se separó, lo miré sonriendo, él no tenía estos acercamientos en público. Es más, creo que nunca lo había hecho, ya que prácticamente no salíamos a ningún lado juntos, siempre estábamos encerrados en casa, ya sea la de ciudad o la mansión.
—Tendremos que dormir en la playa si no quieres hacer uso de ese increíble hotel.
—Eres muy cómodo, Alex, es en serio. Te has acostumbrado a llevar una buena vida ¿no es así?
Él sonrió, pero al quedarme mirando unos momentos, su expresión cambio. Se volvió tenso y lo más probable es que estuviera pensando en lo ocurrido con Cristóbal.
—Deja de pensar en eso –le dije rápidamente, no quería que su humor se arruinara hoy.
— ¿En qué? ¿Es qué ahora lees mi mente? –dirigió su mirada hacia el mar, pero no me quede tranquila, ni iba a permitir que se volviera desagradable.
Me acerqué un poco a él y con mi mano izquierda, que estaba libre del bolso que llevaba, entrelace mis manos con la suya. De inmediato se tensó, pero no dijo nada, solo presionó su mano junto a la mía y volvió a sonreír, aunque fue de una forma casi imperceptible.
—Vamos a buscar en una zona no tan turística ¿sí?
Fue una buena idea, ya que nos adentramos al pueblo y pudimos encontrar una hostal, bastante rustica y que Alex no quería usar ya que no le “convencía”. Ese fue uno de los criterios para elegir, ya que él era demasiado cómodo.
No era un lugar feo ni nada por el estilo, era normal. Mi querido vampiro parecía ser demasiado sofisticado. Entramos a la casa y subimos al segundo piso, donde había una habitación, con una cama matrimonial y un baño. No necesitábamos más realmente.
Dejé mi bolso sobre la cama y me acerqué al pequeño mueble que servía para guardar la ropa. Después me fui hasta la ventana y no había una vista fenomenal como de seguro tendríamos en el hotel, si no que se notaba el patio de la casa, donde había unos perros dando vueltas y jugando. Aun así, a lo lejos se podía ver un pedacito del mar. Ya había oscurecido por completo.
—No me gusta este lugar, mañana partiremos a Londres ¿no?
—Eres demasiado quisquilloso –dije ahora mirando las estrellas. Al ser un pueblo pequeño, se podía ver con claridad la noche, las luces no acababan con los luceros nocturnos –en la mansión se ven más estrellas que aquí, pero no tenemos el sonido del mar.
— ¿Ahora quieres un lugar que tenga mar?
—No –dije abriendo la ventana, que necesitaba una segunda mano de pintura –solo estoy diciendo que me gusta el sonido del mar.
—Ya…
Me giré a verlo. Alexander estaba apoyado en el mueble de ropa, observándome atentamente. Aun manteníamos la luz apagada.
—Creo que deberíamos hacer un itinerario para mañana, solo tengo las ideas en mi cabeza, pero hay que organizarnos –dije acercándome hasta mi bolso pequeño, de donde saque mi celular –partiremos por caminos diferentes.
— ¿Qué? Tu no iras sola a ninguna parte, eso tenlo claro desde este segundo –lo miré cansada.
—Solo iré donde Tessa y William, quiero conversar con ellos y poder encontrar otros de los posibles traidores.
— ¿Quieres ir en busca de posibles rebeldes y sola? De verdad estás loca. Eso no sucederá.
—No iré tras ellos –aclaré de inmediato –solo quiero investigar más.
— ¿Y por qué no puedes hacer eso conmigo? ¿O es que irás a donde yo no te dejaría?
—Alex –dije ya un poco molesta — ¿Qué crees que estaré haciendo? ¿Encontrándome con Cristóbal a tus espaldas? –tenía claro que estaba pensando en eso. Y lo confirmé cuando su mordida se tensó –no haré tal cosa.
—No importa, no irás sola. Puede que alguien te quiera hacer daño, puede que Aníbal te traicione y avise a todo el mundo lo que planeas ¿Por qué quieres ir sola? No lo entiendo.
—Porque podemos optimizar el tiempo, pero si me quieres acompañar, está bien, vamos juntos –me senté en la cama y comencé a buscar en mi celular las aplicaciones para hacer anotaciones.
—Sí, te acompañaré.
—Muy bien, psicópata –dije escribiendo el título de nuestro itinerario –pero no quiero discutir, si quieres estar a mi lado todo el tiempo, no hay problema, a mi no me molesta, todo lo contrario.
—Estás diciendo eso para que acceda –dijo ahora sentándose a mi lado, dejando mi bolso en el suelo –esta cama es muy blanda.
—No estoy diciendo eso para que cambies de opinión –seguía concentrada en el celular mientras le hablaba –y la cama no es muy blanda, puedes dormir en el piso si quieres algo más duro.
—No es necesario, he dormido en todo tipo de superficies, pero me desagradan las camas blandas.
—Eres muy cascarrabias. Estás acostumbrado a las comodidades, me sorprendes, alguien tan antiguo como tú, debió tener diferentes estilo de vidas al comienzo ¿no?
—Realmente no –ahí dejé de mirar el celular y le puse atención –cuando fui convertido, Raúl era el Gobernador, luego lo fue mi madre y después yo.
—Oh, entiendo… siempre has vivido bajo el alero de tal cargo ¿no?
—De cierta forma si –sonrió como si fuera una chico arrogante, nuevamente me pareció verlo más joven ¿Qué sería ahora? ¿El recuerdo del pasado? ¿Hablar de sus padres? ¿O simplemente él se volvía más joven cuando sufría? Quizás era eso, haber estado tan triste pudo haber hecho que ahora retomara energías y así tuviera otro estilo de expresiones.
—Alex, te ves joven ¿Por qué? –No me iba a limitar a quedarme con la duda –pensé antes que había sido tu gorro, pero ahora te miro y cada ciertos gestos luces realmente de tu edad.
— ¿Me veo viejo? ¿Eso estás queriendo decir?
—No, pero no luces como un chico de veinticuatro años, no como los hay ahora por lo menos.
—Te entiendo –ahora esquivó mi mirada y puso atención en la ventana –antes igual a sucedido, no es nada del otro mundo, créeme, con los años volveré a la normalidad.
— ¡Entonces si estás más joven!
—No –volvió a mirarme –es difícil de explicar.
—Quiero saberlo, ahora.
Le tomó unos segundos y pude notar cómo se tensaba, pero de todas formas volvió a hablar.
—Antes, cada vez que mi pareja se iba y moría, era como sentir cierta devastación en mi y… cierto alivio al mismo tiempo.
— ¿Alivio? ¿Cómo podías sentir alivio con algo como eso? –simplemente dejé el celular en la precaria mesita de noche que había a mi lado.
—Porque mis sospechas eran ciertas, de todas formas, todo se volvía un tanto oscuro en mi vida, como sucedió contigo ahora último, entonces… cuando ya me iba recuperando, era como si toda la vitalidad que me había robado aquella pareja al irse, volviera. Por eso me ves diferente.
—Pero yo no te dejé –aclaré de inmediato, molesta.
—Aun así, hiciste algo horrible.
—Y te herí –dije recordando como había tenido que llevarlo hasta su cama y darle de beber sangre para que se sintiera con fuerzas — ¡Ah! Alex.
Me estaba sintiendo pequeñita por haber provocado ese dolor en él, pero aun así me armé de valor y lo abracé, no me importó nada, simplemente me senté a horcajadas sobre él y lo abracé, descansando mi cabeza en su hombro. Mirando hacia la pared que estaba al frente, pensando en cómo debió sentirse, tan mal como cuando perdió a sus otras parejas.
—Lo siento, pero si hubiera sabido quien era, jamás me habría acercado a él. Ya está hecho, ahora hay que atraparlo ¿sí? –Sus manos rodearon mi cintura, acercándome a su cuerpo –Yo no me iré a ninguna parte, debes entender eso. No me vuelvas a preguntar “¿Por qué te quedaste?” –dije imitando su voz, lo que lo hizo reír.
— ¿Y por qué te quedaste? –me alejé un poco de él, para que me pudiera ver.
— ¿Por qué más? Porque te amo, aunque me hayas herido y me hagas enojar de una forma que pensé imposible.
—Yo igual te amo –sonreí satisfecha.
—Creo que haber salido de casa fue lo mejor que pudimos hacer ¿no crees? Arreglaremos esto, encontraremos incluso a esa infeliz que le dio a Cristóbal esa cosa para inyectarse y me encargaré de esa persona.
— ¿Acabarás con un hada? Son muy difíciles de encontrar.
—Acabaré con esa cosa, ya verás –sus labios se unieron a los míos, pero esta vez de una forma más profunda — ¿Alex? –Sus manos ya se estaban colando bajo mi camiseta –detente, que quiero hablar algo serio contigo.
—No, yo creo que es hora de reconciliarnos ¿no?
De un segundo a otro me dejó recostada sobre la cama. Él se sacó su camisa blanca, dejándome verlo en parte desnudo.
—Alex… —sus manos ahora estaban bajando a mi camiseta, la que tomó e hizo que me la sacara, dejando a la vista mi sujetador — ¡Ah! Para –dije cuando beso mi abdomen –no debería ser así, yo no debería permitir que me toques ¿sabes?  Ese es el castigo normal que las mujeres le dan a los hombres, no sexo para ti.
—Pero estamos teniendo sexo de reconciliación.
— ¡No! –dije tratando de empujarlo, pero sus besos en mi cuello, eran irresistibles ¡demonios! Siempre pérdida en esto –porque tu aún estas enojado y me miras con ese rencor, lo sé.
—Victoria, voy a estar enojado por mucho tiempo más, pero ya es cada vez menos que al principio.
No sé que habrán desencadenado esas palabras, pero de un segundo a otro, al cerrar mis ojos, me vi observando los ojos marrones de Alex. Éramos humanos, ambos. Nuevamente estaba recibiendo imágenes de un pasado que alguna vez tuve con él, pero que apenas recordaba.
Me sonreía y sabía muy bien que estábamos hablando sobre nuestra fuga, sobre cuanto lo amaba y de cómo haría todo por él; Alexander prometía que haría lo mismo por mí, por toda una eternidad.
— ¿Victoria?
Sabía que me estaba hablando en el presente, pero yo no podía dejar de ver sus ojos en aquel recuerdo. Prácticamente podía sentir de nuevo como mi corazón se disparaba por la emoción y adrenalina que se anticipaba a nuestro escape cuando alguna vez fuimos ambos humanos.
— ¡Victoria! –Sus manos me tomaron con fuerza de los hombros, sacándome de esa ensoñación — ¿Qué sucede?
Me quedé observando unos segundos al Alex que tenia al frente, con sus ojos oscuros y piel pálida, de una especie diferente a la humana, pero era el mismo ser que había prometido ciegamente fugarse conmigo… bueno, no conmigo, sino la que fui hace miles de años. En la actualidad ni siquiera recordaba ese pasado con Alexander.
Era un tema que no me había dedicado a pensar realmente, era raro y demasiado triste. Lo había desplazado a mis últimas preocupaciones porque sabía que era un tema muy delicado.
— ¿Estás bien? –volvió a preguntar.
—No sé, acabo de recordarte debajo de ese árbol –él no tuvo que escuchar otro detalle para saber de lo que estaba hablando.
—Oh.
Se recostó a mi lado, observando hacia el techo gastando. Hice lo mismo.
—Sí, es extraño –dije temerosa de mis palabras y de las que él podría decir –me cuesta entender todo esto, ¿me parezco un poco a ella? En tus sueños no me pude reconocer.
—Son muy parecidas para mi, demasiado. Debí saber que tú eras diferente a las demás ¿sabes? Ninguna tuvo rasgos como los tuyos.
—Pero yo no me reconocí en tus sueños o recuerdos –giré mi rostro para poder verlo, pero el seguía atento hacia el techo.
—Eran épocas diferentes, otros estilos de vida.
—Alex, en ese libro relatabas que la querías mucho ¿por qué la dejaste?  -no pude evitar referirme a ella como una desconocida, a pesar de que éramos la misma.
No me miró ni dijo nada por varios segundos.
—Estaba más interesado por el dinero y mi posición social, desde pequeño las cosas habían sido difíciles y sabía que si abandonaba todo, tampoco iba a tener una de las mejores vidas.
—Por dinero ¿no?
—Exacto.
—Pero ahora si lo piensas ¿estabas realmente enamorado de ella? –no deje de observarlo para ver su expresión. Por un momento se tensó, pero después se giró para verme.
—Si me lo preguntas ahora, no lo sé en realidad –lo miré con la boca abierta –no me malentiendas, creo que en ese momento si lo estuve, pero nunca hice nada por ella. Al tener varias parejas después de lo sucedido, hice muchos sacrificios, si lo pongo en una balanza, estuve más enamorado después.
—Mmm… interesante –volví a recostarme, mirando hacia el techo –si te hubieras decidido la primera vez no habrías tenido que sacrificar nada, solo disfrutar de la compañía de esa mujer que dejó todo por ti.
—Y tú tendrías una vida normal, de seguro ya estarías en tu segundo año de universidad, con algún novio humano ¡quizás habrías conocido a Cristóbal! Sería un cuadro perfecto ¿no? –en cada una de sus palabras había resentimiento.
No tomé en cuenta su mal humor, solo me quedé pensando en cómo sería mi vida de humana. Muy normal para mí gusto, si la comparaba con esta. Era cierto que había momentos que deseaba volver a tener esa tranquilidad, pero no tendría a Alex y ¿a quien quería engañar? Yo no lo quería fuera de mi vida, si deseara eso, estaría viviendo en Tombuctú. Además si lo pensaba detenidamente, yo no estaría aquí en la actualidad porque esa gitana nunca habría... ¿reencarnado en mí? Esto era difícil de interiorizar, por eso lo estaba dejando en mi baúl de los recuerdos.
—No tendría a quien gritarle –dije tomando su mano, entrelazando nuestros dedos.
— ¿Por qué te llevarías mejor con ese asqueroso humano? –sonreí y negué a sus palabras.
—De verdad no te sacas de la cabeza eso, espero que algún día lo hagas, porque nunca sentí nada romántico hacia él –trató de alejar su mano de la mía, pero no lo permití –estoy cansada, no dormimos nada en el viaje y deberíamos descansar, mañana hay que hacer mucho ¿sí?
Alexander asintió y finalmente se alejó de mí. Me quedé sentada en la cama, observando como él tomaba su bolso y buscaba su pantalón de pijama. De verdad que a veces pensaba que era más bien un humano acostumbrado a las comodidades que un feroz vampiro de años, los libros y películas me habían mentido.
— ¿Qué? –preguntó al notar que lo estaba mirando demasiado tiempo.
—Solo estaba pensando que realmente no te pareces en nada a los vampiros que imaginaba antes.
—Te recuerdo que tu también eres participe de esta especie y tampoco eres como las vampiros de esas historias.
—Lo sé, pero pensé en el pasado que si existían, serían como los de Inframundo o Crepúsculo, no como tú o yo.
—No uso cuero ni brillo, además los de Inframundo son muy viejos –dijo sacando su pantalón de algodón azul oscuro, el que usaba como pijama –viejos como Raúl y Elizabeth ¿te gustaría ser así?
—Alex, solo usas algodón para dormir porque no te gusta otra tela, esa es tu característica como vampiro –no pude evitar reír.
— ¿Es qué acaso te gustaría que durmiera desnudo?
—No sería una mala idea –dije tomando mi bolso para cambiarme.
—Eres una provocadora, estás jugando con fuego, después te quejas.
—Es una broma –aclaré, mientras sacaba mi camiseta con pantalones cortos.
—Extraño, estás de muy buen humor por lo visto –sonreí.
— ¿Por qué no habría de estarlo? Ya no me molesta tenerte cerca ni que me toques, me has acompañado y estas hablándome con la verdad ¿te das cuenta que no es difícil mantenerme contenta?
Alex me quedo observando por unos segundos y sonrió, un poco.
—Debí haberme dado cuenta antes –susurró –me habría ahorrado muchos problemas ahora.
Caminé hasta él antes de ir al baño a cambiarme, no iba a correr más riesgos.
—Sí, debiste decir la verdad desde el comienzo, pero no lo hiciste, ya está –me empiné para poder darle un beso en su mejilla, pero él rodeó mi cintura para después besarme en los labios.
Apoyé mis manos en sus brazos, dejando caer mi pijama para detenerlo.
— ¿Qué haces?
—Quiero un beso –susurró, mirándome con el ceño fruncido. Molesto.
Apoyé mis manos en su rostro, observando sus ojos, tratando de descifrar lo que pensaba. Pude hacerlo, pero no me gustó lo que vi.
—Lo siento –apoyé mis manos en sus hombros –de verdad, no debí convertir a Cristóbal, pero tampoco lo iba a matar ¿me entiendes?
Me presionó con más fuerza. Sus brazos se ajustaron a mi cintura.
—Estoy tan molesto, pero igual estoy furioso conmigo. Él te tocó y besó… tú eras solo mía, nadie te había besado así antes.
—Alex.
Antes de poder decir algo, me llevó hasta la cama de esa habitación sin gracia que había molestado tanto a Alex.
—Pensé que estabas molesto porque ya no tienes el cargo –dije ahora acomodando mi cabeza sobre la almohada.
—Si, también estoy enojado por eso, pero tú… luces como si no estuvieras enojada conmigo y ser Gobernador queda en nada comparado al recuerdo de verte con otro.
—Pero no hay otro Alexander, en todo momento pareció incorrecto ¿no me escuchas cuando te hablo?
—Voy a atraparlo y acabaré con él, si. Lo disfrutaré y no podrás negarme ese gusto, te hizo creer que era confiable, que era tu confidente y que era tu amigo.
Me tensé al escuchar esas palabras, sabía que él tenía razón y que Cristóbal era peligroso, pero simplemente me incomodaba la idea de que alguien matara a otra persona. No estábamos en los tiempos medievales o aun más atrás.
—Debes aprender que aquí no hay amigos.
—Alex –apoye mi mano en su mejilla –claro que existen los amigos. Javier dio la vida por nosotros ¿no crees qué él debió merecer tu confianza?
— ¿Qué? ¿Ahora me estás diciendo que Cristóbal se merecía tu confianza?
—No, no, nada de eso. Tienes razón con él, pero si existen personas en las que puedes confiar.
Me quedo mirando unos segundos.
—No quieres que lo mate ¿verdad? ¿Cómo pensabas enfrentarte a él si no puedes hacerle daño?
—No lo sabía con exactitud, iba a crear un plan en el camino. Siempre pensé que ibas a venir conmigo, pero cuando perdí las esperanzas, apareciste.
—Dime la verdad –susurró, rodeando con suavidad parte de mi cuello — ¿sientes algo por él?
Negué de inmediato, sabia a lo que se refería y claro que no sentía algo así por Cristóbal.
—El problema es que se volvió en alguien, cuando sentía que estaba sola y sumado al hecho de que no veo la muerte como tú. No es algo tan simple acabar con la vida de otra persona, tan solo por eso me ves incómoda con el tema.
—Lo es y la vida de él se acabará, al frente de tus ojos.
— ¿Me quieres ver sufrir con esa técnica? –negó, mirándome con el ceño fruncido.
—Quiero que él sea testigo de su poco valor. Que él no es nadie para ti.
Eso no era cierto y podía sentirlo por el tono de su voz. Me estaba mintiendo.
—Quieres comprobar que no me importa que muera ¿Es eso? ¿Te sentirás mejor?
—Ya he dado mi fundamento –respondió con rapidez, de manera brusca y tensando su cuerpo.
—Muy bien entonces.
Sabía lo orgulloso que podía ser y lo testarudo que era, por eso decidí dejar ahí el tema. No quería presionarlo porque a través de los últimos meses, esa técnica había sido un verdadero fracaso.
— ¿Dejarás que vaya a cambiarme ahora? –Traté de moverme para poder ponerme el pijama, pero él negó y se acercó a mí — ¿Qué haces?
Presioné mis manos en sus hombros cuando sus labios fueron hasta mi cuello. Enrolló un mechón de mi cabello en su dedo índice y tiró un poco de él. Siempre hacia eso cuando bebía de mi.
—Tengo sed, Victoria ¿me dejas?
Miré hacia el techo por unos segundos, recordando cuando estaba en ese horrible calabozo, aquella vez me mordió de forma brusca y después escupió mi sangre. Creo que nunca en mi vida me había sentido humillada, no de esa forma, había sido algo horrible, como si en mi interior algo se hubiera quebrado.
Me giré para poder verlo, sus labios solo estaban a milímetros de los míos. Cerré mis ojos por un segundo, pensando en que era pésima estando enojada con él, no duraba ni siquiera dos semanas.
— ¿Victoria? –sus labios presionaron los míos, rápidamente, llamando mi atención.
—Está bien.
Giré mi rostro hacia un lado, exponiendo mi cuello a sus labios. Me sorprendió sentir como se tensaba sobre mí.
— ¿De verdad? ¿Incluso después de lo que te hice en ese calabozo?
No lo miré.
—Tú eres mi única familia Alex ¿Qué sentido tendría guardarte rencor? Si tienes sed, bebe.
Él no me respondió, no dijo ni una sola palabra, tan solo se tensó y besó mi cuello un segundo para después hacer que lo mirara. Su boca se unió a la mía de manera intensa, provocó que mis pensamientos tristes se esfumaran con una rapidez sorprendente.
Rodeé su cuello y lo acerqué a mí, pero al sentir que sus manos se colaban entre nuestros cuerpo para eliminar mi ropa, lo detuve.
—No tan rápido –sus manos ya estaban bajando mis jeans y sus besos al comienzo de mis pechos, causando que esa sensación tan agradable recorriera mi cuerpo.
— ¿Qué sucede? ¿No quieres?
Me senté en la cama, alejándome un poco de él. A una distancia segura. Me miraba preocupado, sin entender mi comportamiento, pero realmente no podíamos ir tan rápido. Recién nos estábamos reponiendo de lo sucedido.
—Alex, claro que quiero, sabes que me encantas –terminé de sacarme esos jeans porque estaban a la mitad de mis piernas. Él sonrió al verme, pero tome mi pijama que había caído sobre la cama –pero no creo que sea correcto.
— ¿Por qué? No entiendo, si no deseas hacerlo, bue… —cubrí su boca con mi mano.
—Cállate de una vez, sabes que me encantas y que te llevaría a una cabaña solitaria solo para estar contigo cuanto se me plazca –él bajó mi mano de su boca, mirándome ceñudo –pero hacer el amor es algo íntimo, una entrega hacia el otro, por lo menos lo es cuando estamos juntos ¿no?
No me respondió, pero sabía que pensaba igual.
—Tú no me miras como antes y yo aun recuerdo ciertos hechos que me hacen enojar, no estoy enojada contigo, pero creo que podríamos esperar a que las cosas se calmen un poco ¿sí?
—Me estas castigando sin sexo, es eso.
— ¡Oh calla! Yo también tengo mis necesidades ¿Qué crees? Pero iremos lento.
Se recostó en la cama, enojado, era obvio, pero no siguió insistiendo, lo que me hizo pensar que coincidía conmigo o que simplemente ahora me iba a ser la ley del hielo.
—Me iré a cambiar.
Tomé mi ropa y me escondí en el baño unos minutos, hasta que se quedará más tranquilo. Cuando salí, ya estaba dejando los bolsos en una esquina de la habitación, uno junto al otro.
—Mañana hay que salir a primera hora –dije tomando mi celular del bolso pequeño.
— ¿En este lugar hay un lugar donde arrendar autos?
—Estuve pensando sobre eso, es mejor que tomemos el transporte público, de esa forma no llamaremos la atención ni nadie podría darle datos a tus enemigos de donde nos encontramos.
No me tomó ni un segundo darme cuenta de que esa idea no le había gustado.
—Quieres decir que deseas estar con humanos y usar esos buses para recorrer las ciudades.
—Oh por Dios, su realeza, discúlpeme por dar tal idea –comencé a buscar los datos en internet para poder tener una ruta para mañana. No fue difícil ya que era lo mismo, pero en un transporte público, solo usaríamos a los humanos para pasar desapercibidos.
—Que graciosa, pero tomaremos un auto, pagaremos en efectivo y será todo más simple.
—No, es mejor irnos con los humanos ¿de qué te quejas? Vamos, te estás comportando… como niña caprichosa.
Cerré la ventana de la habitación, miré por última vez la noche y fui hasta la cama, donde él se encontraba recostado, sobre el cobertor.
—Niña caprichosa ¿no? Es molesto ir entre humanos ¿es qué no te diste cuenta de eso en la Universidad? Todos te miran, llamamos la atención de inmediato.
—Eres tan egocéntrico –dije cubriéndome con el cobertor, de pura manía porque no sentía nada de frio –no te fijes en los demás y todo será más simple.
Le di la espalda para estar más cómoda.
—Buenas noches, Alex.
No pude evitar sonreír en la oscuridad cuando sentí que su brazo rodeaba mi cintura y se recostaba junto a mí.
—Buenas noches, Victoria.
Por primera vez en muchos meses pude cerrar mis ojos de forma tranquila y sin pensar en alguno de los problemas que teníamos. Solo me quede dormida entre sus brazos como si todo estuviera de maravillas. Esa fue una sensación reconfortante.


Al despertar, el sol estaba recién apareciendo por nuestra ventana, Alexander estaba de pie, observando por esta, solo con su pijama.
— ¿Qué haces ahí? –él se giró para verme.
—Acabo de despertar, hay que partir pronto –sonrió –buenos días.
— ¿En qué pensabas?
Por unos segundos me miró. Podía entender que estaba analizando si responder o no a mi pregunta. Finalmente decidió no hacerlo.
—Nada importante.
—Bien.
Me puse de pie con rapidez y fui hasta donde estaba mi bolso. Busqué en silencio la ropa que usaría hoy y me dirigí hacia el baño para ducharme y alistarme.
Quince minutos después estaba afuera, pude ver que Alexander se había dedicado a lo mismo ya que ahora estaba vestido.
Era extraño verlo con camisetas, pero ahora llevaba una de color negro con una camisa azul oscuro. Además tenía puestos unos jeans negros y unos zapatos deportivos del mismo color. Sí, yo había guardado esa ropa en su bolso, necesitábamos pasar desapercibidos y él siempre estaba muy bien vestido con sus trajes de negocios, no necesitaba eso ahora. Los negociosos se daban cada día para él, es por eso que no podía ir tan casual, a menos que estuviera de vacaciones.
En cambio yo llevaba una camisa de cuadros con colores oscuros, una chaqueta corta de cuero y unos jeans negros.
—Muy humanos ¿no? –sonrió y dirigió su mirada hasta sus pies, él siempre usaba zapatos más formales.
—Lo que necesitábamos.
No tenía ánimos de bromear, ya que sabía que me estaba escondiendo algo. Tampoco tenía ganas de discutir, así que me limite a responder cortamente.
—Además siempre lucimos muy humanos, que tú parezcas siempre un tipo con dinero que va hacia una gran reunión, es otra cosa diferente.
— ¿Estás lista?
Asentí, ya que todo estaba guardado. Para cuando fui por mi bolso se interpuso en mi camino, mirándome curioso.
—Siempre llevas tomado tu cabello, si quieres pasar desapercibida, tendrás que esconder de forma natural tu rostro.
Antes de que pudiera decir algo su mano fue hasta mi moño y lo deshizo, dejando que mi cabello cayera hasta un poco más abajo de mis hombros, lo llevó hacia adelante sonriendo, desordenando mi flequillo.
—Está bien –dije dando un paso hacia un lado, pero él no me dejo avanzar de nuevo — ¿Qué quieres?
—Saber porque te has despertado molesta ¿has soñado con algo desagradable? –me crucé de brazos, mirándolo con el ceño fruncido.
— ¿Qué te hizo despertar temprano? Siempre necesitas más horas para recuperar energías, estás escondiendo algo, no me engañas.
—Tengo varias preocupaciones como para despertar temprano Victoria, no es nada que te esté escondiendo, ya que estás al tanto de todos mis problemas.
Porque yo los había causado, no me cabía la menor duda que eso había pensando.
—Bueno.
Fue lo único que dije sobre el tema, si no me iba a decir, era su problema. No me iba a martirizar tratando de descubrir lo que le pasaba.
Esta vez si me dejó ir por mi bolso, el que me puse cruzado. Después me acerque a mi otro bolso y lo tomé. Alex hizo lo mismo con el suyo.
Salimos de la hostería antes de las ocho y media de la mañana. Durante el camino no hablamos nada, pero él se mantuvo cerca de mí. Llegamos a la estación de buses justo a tiempo para poder irnos a Londres en el transporte público.
No fue hasta cuando pagamos nuestros boletos y estuvimos sentados en los asientos, que él sin decir nada, tomó mi mano derecha, entrelazando nuestros dedos. Miré hacia la ventana porque me hizo sonreír, pero no quería que él lo notara.
—Hablé con Marco –me gire hacia él al escucharlo.
— ¿Qué te ha dicho?
—Lina está con él, están en el mismo hotel que dejamos la vez pasada. Marco fue a investigar a la casa de Cathal, quiere que lo acompañemos.
— ¿Y podré ir? –me llamó la atención que me incluyera en esos planes.
—Sí, dudo que me dejaras excluirte ¿no?
—Te has vuelto más sabio –dije sonriendo, ahora más tranquila. Aun no dejaba de pensar en que algo me escondía, pero mis enojos no duraban mucho con Alex — ¿No te dijo lo qué encontró?
—No, quiere que vaya hasta allá para ver si yo encuentro algo, creo que el lugar está un tanto desordenado.
— ¿Y Lina que te dijo?
—No he hablado con ella, Marco fue quien me llamó.
Tensé mi mordida al recordar la conversación que escuche entre él y ese vampiro. Como me desagradaba. Solté su mano y miré hacia la ventana, notando como las gotas de agua caían sobre la ventana.
—No nos quedaremos en el hotel de Marco, sería muy obvio. Debemos pasar máximo dos días en Londres, Alex, sabes que nuestro destino es otro.
Hubo un momento de silencio, el sonido de las ruedas contra el asfalto y de la lluvia contra la ventana fueron mis puntos de concentración. Trataba de alejar los latidos de corazones, la sangre que recorría las venas de los humanos que iban en los demás asientos.
—Ey… mírame –hice lo que me dijo, lo encontré muy cerca de mi –no tienes que estar enojada, ni veremos a Lina. Fue llamada por el Consejo, creo que le asignaran un nuevo trabajo.
—En realidad no estoy enojada con ella ¿sabes? –me traté de alejar unos centímetros de él, mi concentración se debatía entre mis palabras y su boca –ella siempre te hace decir cosas que me hieren ¿crees qué me importa su opinión sobre mi? Claro que no, tan solo me enerva que haya estado contigo y que además logre meterse en tu cabeza como yo tengo prohibido.
—Que dices, eso es una estupidez… no hay nadie como tú para mí. Deberías saberlo, pensé que eso lo entendías, nunca has sido alguien insegura sobre otras mujeres, tan solo has sido siempre muy curiosa respecto a mis antiguas relaciones, pero nunca has sido celosa… ¿o lo tenías muy escondido?
Mis pensamientos cada segundo iban perdiendo la batalla contra los labios de Alex.
—Lo sé, pero siempre que estás con ella dices cosas horribles, que me hacen enojar y me ponen triste ¿crees qué no he olvidado la respuesta que le diste a Lina en casa? ¿Qué no te volverías a casar conmigo?
Alexander notó hacia donde estaba poniendo mi atención y sonrió, después puso sus dedos en mi mentón, tomándolo entre estos para que no escapara de su vista.
—Siempre estoy enojado cuando ella se acerca, no es el mejor momento y lamento que hayas escuchado cosas que no eran ciertas ¿sí?
Esquive su mirada.
—Debes controlarte más, yo lo he hecho. Sé que te he dicho cosas muy feas, pero te lo digo de frente, no ando por ahí hablando con Ezequiel o con Aníbal sobre nuestra relación de esa forma, trato de mantenerlo entre nosotros porque eres su Gobernador, no ando por ahí diciendo que no te quiero como mi esposo y que me arrepiento de nuestra unión, eso solo lo he mantenido en mi cabeza.
Su mano soltó mi mentón. Lo observé y noté la sorpresa en sus ojos.
—Entonces te arrepientes –susurró.
—Sí, hay ciertos momentos donde te odio y no quiero ver tu rostro, además de no querer ser tu esposa. No lo voy a negar, pero si debo afirmar que esos pensamientos se quedan conmigo. Tu le dijiste a Lina que te…
—No, estaba enojado, no hablaba en serio –negué a sus palabras, Alex no comprendía.
—Aunque no lo digas seriamente tus palabras repercuten ¿Cómo no te das cuenta?
—Bien, entonces lo siento, no quería decirlo así. Te amo, si tuviera que empezar de nuevo contigo, lo haría.
Sonreí, no lo podía evitar, siempre que decía las palabras mágicas, no tenia control de mis pensamientos, ya que costó mucho tiempo para que dijera que me ama.
—Y ya que hemos llegado a una tregua, supongo que este viaje nos ayudará a solucionar lo que…
No deje que siguiera hablando, usualmente lo arruinaba todo; lo acerqué a mí y uní nuestras bocas. Reaccionó a la fracción de segundo, sus labios respondieron de inmediato, pero esta vez era más tierno, lo que me agradaba ya que íbamos en un transporte público. Su mano fue hasta mi mentón y logró que mi boca le entregara acceso para que su lengua se encontrara con la mía, pero me alejé justo a tiempo para no llamar la atención.
—Compórtate –dije sonriendo y mirando hacia la ventana. Él se acercó hasta que sus labios rozaron mi piel, justo detrás de mi oreja.
—No juegues Victoria, porque conmigo te quemas –me hundí un poco sobre el asiento, sintiendo las descargas eléctricas que solo él podía provocar en mí sin inyectarse ninguna sustancia extraña en su sangre.

El viaje siguió en paz, nos quedamos más tranquilos y realmente fue un buen viaje, el mejor que he compartido con él. Estuvimos la mayor parte riéndonos de los demás pasajeros, ignorantes de nuestra naturaleza. Eso fue surrealista, haber tenido una experiencia de ese tipo con Alexander Lenardis.
Para cuando llegamos a Londres, antes de dirigirnos al hotel donde se hospedaba Marco, fuimos hasta una simple hostal, que ubicamos por internet. Solo había estudiantes y personas que iban de paso, como nosotros, en su mayoría eran muy jóvenes. Nos instalamos en la pequeña habitación, observando el Big Ben, era una vista increíble para un precio tan barato. Era un lugar oscuro, con tan solo una cama pequeña y un baño, nada muy elegante ni caro, pero era justo lo que necesitábamos, incluso más.
—Esto es muy pequeño –dijo Alex, observando con el ceño fruncido la cama. Sin embargo, segundo después la molestia desapareció y me quedo mirando, sonriendo –tendremos que dormir muy juntos, quizás tengas que dormir sobre mí para no ocupar tanto espacio.
—Ja ja, muy gracioso, eres un descarado.
Me acerqué a la ventana y sonreí. No estaba lloviendo, pero había un día más bien lúgubre.
—He enviado un mensaje a Marco y ya ha respondido. Nos verá en treinta minutos en la Trafalgar Square.
— ¿Por qué ahí? Pensé que era mejor ir a su Hotel –Alex negó.
—Creé que es más seguro.
—Entiendo.
Dejamos nuestras cosas guardadas y después aseguramos nuestra habitación. Pedimos un taxi y nos dirigimos hacia el punto de encuentro. No nos tomó mucho tiempo, incluso llegamos antes de lo acordado.
Era un lugar hermoso, jamás había visitado aquella plaza con esa maravillosa fuente de agua, debía ser espectacular de noche. Alexander me comentó que la plaza había sido creada en conmemoración a la Batalla Trafalguar, lucha en la que Marco había participado cuando era residente de Londres, como vampiro. Lo encontré increíble, ya que eso había sucedido en 1805. Marco era mucho más viejo de lo que pensaba.
Y más peligroso. Así lo noté cuando pude observar que se acercaba hasta nosotros, furioso, vestido casualmente con jeans y un abrigo, apresurando el paso sin lucir sospechoso. Sus ojos negros estaban fijos en los míos y cuando ya estaba a un par de pasos de donde nos encontrábamos, sus manos viajaron con una rapidez fulminante hacia mis brazos.
— ¡Pero cómo se te ha ocurrido morder a ese bastardo!
Me quedé helada observando cómo me miraba con tal enojo.

¡hellooooo! ¡capitulo de mitad semana! asi es, en el capitulo anterior hubieron 17 comentarios y dije "aaaww que felicidad, habra que subir antes" tenia que subir ayer, pero como que la celebración familiar post año nuevo se extendio y lo olvidé por completo. Asi que aqui tienen, espero que les guste y nos leemos en el siguiente capitulo, este domingo :D espero ver hartos comentarios aca que el capitulo lo encontre nanai.. igual como que Viky esta castigando al pobre de Alex sin nada de 1313 xD
Lo siento si hay fallas en el capitulo, soy tan mala releyendo xD 

19 Lectores:

  1. Danielaaaaaaaaaaa!!!! como nos dejas ahi! ya quiero leer el capitulo siguiente para ver que mas le dice Marco a Vicky y como reaccionara Alex!
    muy bueno

    ResponderEliminar
  2. Un pequeño paso para nosotras pero un gran paso para estos dos, minimo ya estan sacando sus incomodidades mutuas. Mal por Vicky, de aqui en delante todo mundo le recriminará todo ¬¬

    ResponderEliminar
  3. jajaja me imagino las criticas que estan por venir para la pobre vicky jajajaja, me encanta! q alex y vicky esten mejor... gracias por este cap,feliz año nuevo para ti Dani! bendiciones DTB y sube pronto el otro cap plis!!

    ResponderEliminar
  4. esta vez dire igual que Pax como nos dejas asi!!!! pero fuera de ese final de capi ash.... me encanto la ternura de este par y eso de que se lo vea mas joven dan ganas de comerselo con miel, he quedado intrigada con el nuevo trabajo de loca Lina y xq Anibal no da señales de humo y x sobre todo no deberia escribir nada en su celular eso es una bomba que los puede condenar.... exitos para nuevo año esperando prontuto otro capi.... besitos Dani...

    ResponderEliminar
  5. Me encanto el capitulo!!! todos le reclaman a la pobre de vicky!!! espero con ansias el proximo capitulo!!! saludos y feliz año nuevo un poquito tarde!!
    atte: citla

    ResponderEliminar
  6. Aaaaa me encanto el capitulo fue tan dulce me alegro que las cosas vayan bien con ellos dos son tan lindos y dulces eso es puro amor excelente capi y espero que hayas pasado un lindo inicio de 2014

    ResponderEliminar
  7. muy buen capitulo final abrierto , aguante vicki

    ResponderEliminar
  8. Si que alegria por fin se estan arreglando las cosas entre ellos ya alex no merece una buena tunda ahora merece un abrazo y un beso de vicky ya que es imposible estar enojado con el gracias por el capitulo dani animo

    ResponderEliminar
  9. AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!
    Que emocion por finnn estan comportandose como una pareja real!!!!!! :D :D :D
    Alex a veces se porta muy jugueton jajaja :D Me encanto este cap! Alex debe dejar de ser tan quisquilloso porque no es tan malo hospedarse en un hostal jaja :D
    QUE CARAJOS!! COMO SE ENTERO MARCOOO DE ESO??!! O:
    Noo!!! por favorr que no se complique!! ): ):
    Espero el prox cap con ansias, Gracias Dani :D

    ResponderEliminar
  10. Que tierno este capítulo dani ! Alex de a poco va intentando cambiar su forma de ser y viky de a poco se siente cómoda con el... quiero saber que reacción tendrá Alex ante la imprudencia de Marco... aunque el tiene algo de razón no tiene por qué meterse y menos que menos tratar así a su gobernadora... me dieron ganas de pegarle jajaja
    bueno dani feliz año y estoy feliz de saber que este año nuevamente vamos a tener más y más de tu magnífica pero alocada imaginación !
    muchos besos y abrazos !

    ResponderEliminar
  11. siempre nos cortas en lo mejor...
    gatito estas castigado, pero vittoria mujer hay necesidades por Dios....
    feliz porque se estan arreglando.Q
    QUIERO EL PROXIMO
    FELIZ AÑO NUEVO DANI

    ResponderEliminar
  12. Acabe de escribir mi comentario pero se borro........pero no importa lo vuelvo a escribir................este capi estuvo genial dani ...un alex que cada dia se comprta mas como un esposo....y vivky...ahhh que tiernos cada vez se comprometen a salvar su relacion.......y como nos dejas asi con ese final dani........Marcoooo que atrevido ....quien se cree para gritarle a viky ell aes la gobernadora ...debe RESPETAR....quiero capi capi para saber como reacciona alex espero que esta vez la haga respetar sino me voy a enojar muchoooo con él .......................capiii......dani es`pero que este año sea genial para ti CHICAS feliz añooooooooooo...:)

    ResponderEliminar
  13. Aww malditamente adorables jaja.
    Desde el año pasado q no te dejo comentario mujer XD
    Ufff estos 2 se propusieron matarme de una sobredosis de ternura jaja Y esq aunq a mi gatitu Alex me lo tienen a dieta, han sido muy lindos el uno cn el otro. Yo creo q si nadie se entrometiera ellos se reconciliarían más rápido. Pero bueno, sabemos q eso no va a pasar pronto.
    Ashhhhhh q mal me cayo Marco, entiendo q este enojado pero q falta de tacto la suya.
    Wiiii iniciando bn el año, eso me agrada jaja cn Alex y Vicky todo es más divertido.
    Muchas gracias por el capitulo Mariposa.
    Un abrazo y nos seguimos leyendo!

    ResponderEliminar
  14. haaaaaaaaaaaaaa y haaaaaa como nos dejas asi con ese final tan intensoooooo!!!! muero por saber que le dira Marcos era obvio que algo le diria esque hasta yo si fuera un personaje le diria lo mismo jajaja que hara Alex o que dira Alex ante la reaccion de Marcos ?? ....
    El viajar juntos Alex y Victoria al parecer les ayudara arreglar sus cosas y tener comunicacion que les hacia demasiada falta jeje ya q fue uno de los factores principales de sus problemas pòr otro lado creo que es hora de que Victoria acepte que debe matar a Cristobal sea como sea la engaño cuando mas vulnerable estaba y la utilizo asi de simple xq si el no queria hacerle daño hubiese cambiado sus planes o no seguir con ellos ... asi que acepte que lo va a matar Alex que se deje de sentimentalismos con el que no lo merece y si Marcos asi le hablo que sea el y no Elizabeth xq le hiria peor.. Gracias Dani por tan excelete cap como siempre y ya quiero leer el sig ...

    ResponderEliminar
  15. quisiera que todos los capis fueran asi...(obviando la ultima parte) estuve leyendo con una sonrisa en mis labios...se me hace tan linda la forma en como se estan acercando, todo a su tiempo, aun falta para que tengan su reconciliacion 1313...aunque el gatito ya esta ansioso..awww , tengo la duda de si victoria llegara a recordar totalmente su vida de gitana, seria raro para ella no? no se si entendi bien, Alex se ve mas joven por que se esta recuperando?orale
    entonces, regresando a los momentos linduras...AMO CUANDO EL LE DICE QUE LA AMA <3 <3 no me canso de escharlo¡¡¡
    no confio en Marco ni en Lina...pero a estas alturas del camino la verdad ya no confio en nadie, asi que estoy esperando ver mas de su viaje y si nos regalas mas momentos como los del hostal o los del bus (que malos son, riendose de los pobres mortales) estare muy muy agradecida contigo Dani¡¡¡
    saludos desde Mexico¡¡¡
    Atte.
    AbiGali

    ResponderEliminar
  16. Poco a poquito ahi van alex y vicki jejejeje ojala y todo vuelva como antes pronto, aunque el drama me encanta jjejjeje
    Me gusto el capitulo, espero pronto el proximo :3
    Bye :)

    ResponderEliminar
  17. Waaooo un proximo YAAAAAAAA!!!!!

    ResponderEliminar
  18. ANEL...

    Primero que nada Feliz AÑo 2014..

    y segundo wooowww que buen capitulo gracias Dany :)

    ResponderEliminar
  19. Q buenn capi!! ahora a leer el praximo :P espero q todo se solucione

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

© Black Butterfly, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena