miércoles, 15 de enero de 2014

Demonio Blanco - Capítulo 8


Capitulo 8

Estaba mirando al cielo, recostada en el lugar secreto de Damián. Ya había pasado una semana desde que comencé a con mis talleres extra programáticos y ahora estaba metida en un problema más grande que el de Amalia, tratar de que Damián estuviera con Cloe. Aun no había llegado a una respuesta sobre ese gran lio.

—No se me ocurre nada –dijo finalmente cierto presidente de alumnos del colegio más raro de la historia. Damián estaba recostado al lado mío, ambos mirando hacia arriba como si de esa forma las ideas caerían desde el cielo a nuestras cabezas.
—Tampoco ¿Quién es Tobías? Si pudiera conocerlo, sería más fácil.
—No puedes conocerlo –fruncí el ceño, desde que todo comenzó él no me dejaba saber quién era Tobías y no veía a Cloe con frecuencia como para verlos juntos — ¿has tenido problemas con Eve? –lo miré confundida.
— ¿Por qué me haces esa pregunta? ¿Te ha dicho algo? –él levantó los hombros quitándole importancia.
—No, solo era una pregunta –entrecerré los ojos, sin confiar en su respuesta.
—Te preguntó por mi ¿no? –él asintió.
—Le dije que eras una chica nueva que estaba bastante perdida, así que estás a salvo.
— ¿No te cansas de esta vida, Damián? Eres un gran, pero gran mentiroso.
—No soy el único –me tensé y decidí ponerme de pie, ya había pasado el tiempo de literatura y nuevamente no había podido avanzar mucho en esta hora y media — ¿te has molestado?
— ¿Por qué habría de hacerlo? Yo no soy una gran mentirosa como tu –Dios…en algún momento de mi vida pagaría por esto, estar con Damián solo por un chantaje.
—Tienes razón,  vamos que también iré a casa.
— ¿Hoy no tienes reunión? –él negó. Se puso de pie y me sonrío – ¿Cloe te ha visto interesado en Eve? –él negó.
—No realmente.
—Quizás podrías darle más atención a la porrista y así poner celosa a Cloe, un juego de egos, ella luce ser alguien que es muy segura de sí misma, podrías debilitar esa autoestima.
—No sería una mala idea, pero Eve no sirve para ese trabajo, Cloe sabe que es superior a ella.
—Entonces  no se me ocurre nada Damián, esto es más difícil de lo que pensaba.
—Pero dijiste que me ayudarías…
—No Damián, te dije lo que debías hacer, no cómo y cuándo, así que no pongas palabras en mi boca.
—Está bien —me miró un tanto apenado, era un manipulador. No lo tome en cuenta y comenzamos a caminar hasta llegar al patio del colegio — ¿Qué harás este viernes?
— ¿Por qué? Aún quedan días para que llegue el viernes, no planeo nada con tanta anticipación.
—Bueno, entonces quizás quieras ir al cine conmigo –lo mire extrañada –solo como amigos, no me mires así, es solo que hace mucho tiempo que no veo algo que me guste.
— ¿Por qué? ¿Es qué dejas que las chicas elijan?
—Algo así, de todas formas no es como si miráramos la película –lo miré y suspiré, este chico no tendría arreglo y estoy pensando seriamente que no era por culpa de Cloe que se comportaba de esta manera.
—Yo soy una chica.
—Sí, pero vamos a ver la película —me quede pensando unos segundos antes de responder.
—Nadie nos puede ver Damián, los rumores en este lugar corren demasiado rápido.
—Oh créeme, nadie se ha dado cuenta antes que voy al cine –negué sin poder creer lo desfachatado que era.
—Bien, mejor vámonos que me pongo nerviosa cuando estamos hablando en el colegio –él asintió y nos fuimos con rapidez hasta su auto –espero que para mi cumpleaños papá me dé un auto, esto ya no me está gustando.
—Para mí no es ningún problema –dijo abriendo la puerta del copiloto para que entrara.
—Pero para mí sí —vi a Joan salir del colegio y tome la palanca para que el asiento se moviera hasta hacia atrás –ya lo sé –sonreí ante mi nueva idea.
— ¿Por qué has hecho eso?
—Tu respuesta es Joan —él miro hacia la ventana y sonrió –Haz de abrirle los ojos a Cloe con tu acosadora personal —me quedo mirando sin decir nada.
—Realmente tenía a otra persona en mente.
— ¿A quién? ¿Por qué no lo habías dicho antes? –noté la forma que me estaba mirando y fruncí el ceño al darme cuenta de lo que estaba pasando por su mente. Arreglé el asiento y lo miré enojada.
—No, no seré quien te ayude…no me meteré en eso porque no quiero problemas, no tengo el ánimo para estar involucrada en rumores, ya me has arruinado mi nueva vida que buscaba, no quería llamar la atención y mira donde estoy, al lado del chico más popular del colegio.
—Yo no he arruinado tu nueva vida ¿Por qué dices nueva vida? ¿Cómo eras antes?
— ¿Antes? –Esto me pasaba por hablar demás –no entiendes, mejor conduce antes que Joan nos vea.
—Muy bien –aceleró y no nos tomó nada salir del estacionamiento.
—Entonces ¿no hay ninguna posibilidad de qué me ayudes?
—Ninguna, así que has de aceptar a Joan, Cloe se veía furiosa semanas atrás cuando Joan trató de acosarte en el baño –esa situación había sido tan extraña que no le creía ni la mitad a Damián cuando hablaba sobre lo sucedido. Él me miró un tanto sorprendido, esta era la primera vez que nombraba aquella situación. Me arrepentí al ver esos ojos.
— ¿Cómo es que eres tan diferente a la Amaya Varela que conocí al principio?
—Eso era una farsa –bien, quizás si lograba decirle algo mas privado de mi vida, él también lo haría –quería comenzar como una nueva persona, cosa que no resultó claramente, pero créeme…estoy mucho mejor que el año pasado –no dijo nada por varios segundos, lo que me estaba comenzando a incomodar.
—No eres la única que es una farsa ¿sabes? –sonreí, había dado en el clavo. Por lo visto Damián podría ser un tanto predecible.
—Sí, te descubrí al día siguiente después de conocerte —me miró molesto, parecía convencido de que su disfraz era intachable, pero no lo culpo. Los alumnos de este colegio se acostumbraron, todos estaban muy bien dentro de su utópica burbuja –eres como un personaje de película, has de tener cuidado o te descubrirán.
— ¿Quién demonios eres? ¿Es que acaso eres una vidente? –Negué sonriendo –vamos, puedes decírmelo, guardare tu secreto, será algo confidencial.
— ¿Confidencial? ¿Es qué ahora eres parte del gobierno, súper espía? ¿De eso van tus reuniones secretas los viernes? ¿Te dicen alguna nueva misión?
—Sabes que al final me dirás lo que está sucediendo contigo, puedo ser muy persistente.
—No lo dudo, ese momento ocurrirá cuando tu también termines diciendo lo que quiero saber, por ahora solo te debo convencer que incluyas a Joan en el plan para que tengas comiendo a Cloe de la palma de tu mano…ya verás.
La conversación después de aquello se volvió un tanto trivial, por lo que el plan quedo en segundo plano hasta que llegamos a  mi casa, donde Damián me quedo mirando como si fuera todo un acertijo que tenía que resolver.
— ¿Por qué me estás ayudando? –levanté los hombros, quitándole importancia.
—Simple, me caes bien y te encuentro un poco patético…solo estoy siendo una buena samaritana –su ceja se enarco cuando me escucho –adiós, presidente.
—Adiós, estratega —fruncí el ceño, no me gusto el apodo.
—Piensa en algo mejor, confió en que lo harás porque ese es un pésimo apodo.
—Tú has de hacer lo mismo, eres demasiado obvia –presidente era un buen nombre –nos vemos.
—Adiós

Después de ese día todo siguió de la misma manera, con Damián conversábamos luego de clases o después de estar en nuestros respectivos clubs así que según nosotros nadie nos podría descubrir nunca. Sin embargo Eve seguía con esas miradas raras hacia mí y, Juliana se estaba volviendo más curiosa, lo que solo provocaba el enojo de Leonardo que me apoyaba en todo cuando quería escapar de las garras curiosas de su novia, esto me estaba comenzando a molestar, así que me fui alejando de ella lo máximo posible.
— ¿Sigue en pie lo de hoy? Es viernes e iríamos al cine, necesito ver una película tranquilo –Damián caminaba a mi lado en el pasillo del colegio, no se notaba realmente como si me estuviera hablando.
— ¿Es qué ahora soy tu momento de paz?
—Algo así…
—Bien, pero quiero una respuesta sobre Joan y debemos ir luego de que termine en el club de ajedrez, tengo un compromiso en casa.
—Claro, como tu digas…nos vemos —se fue y no llamamos la atención, esto me estaba agradando, me sentía como en una súper misión secreta.
Aunque no era muy entretenido cuando mi jefe me tomaba del brazo sin previo aviso y me llevaba a un lugar secreto, exactamente como lo hizo Amalia dos minutos después de que Damián desapareciera.
— ¿Cómo van? –Estábamos en esas escaleras tan tétricas que tenia este colegio, habían por lo menos seis, cada una te llevaba a aun torre –Damián habla de ti en casa, le caes muy bien…
—Lo sé, por lo visto cree que soy un chico más –eso era agradable, no me tenía que preocupar por estupideces.
— ¿Y bien? ¿Has avanzado algo? –negué un tanto triste, era cierto que el chico se estaba comportando más relajado conmigo y me decía sus confusiones mentales, pero aún no podía conseguir su confianza y estaba segura que pasaría mucho tiempo antes de que me dijera sobre esa “organización” que tenia con Cloe y Dios sabe quien más.
—Me tomará tiempo, confió en que no habrá problemas —me asustaba que ella se cansara y le dijera a todo el mundo lo que ocurrió.
—Sí, lo sé, siento estar tan ansiosa, pero me es inevitable…sé que quizás no cumplas con lo que te he pedido.
—Corrección, exigido es la palabra correcta o mejor dicho, me has manipulado para hacer lo que deseas, pero no te preocupes, Damián terminará fuera de lo que sea, me cae bien y no quiero que este en problemas.
—Solo lo conoces hace unas semanas —levante los hombros restándole importancia. De verdad me caía bien, podía hablar sin esconderme como lo hacía con los demás –bien… —me miró un tanto preocupada.
— ¡Ey! Solo he dicho que me cae bien, él es absolutamente no mi tipo, así que relájate, no es como si me estuviera enamorando de él o algo por el estilo…me gusta los chicos que no tienen un alto riesgo de que me contagien alguna enfermedad venérea.
—No seas pesada, eso no es gracioso.
—La realidad Amalia, ahora me iré a clases y luego a ajedrez para terminar en el cine con tu hermano –ella sonrió y asintió para dar esta conversación terminada –adiós.
— ¿Oye, Amalia? –me giré antes de escapar de ella. Amalia sacó algo de su bolsillo y estiró su brazo con su mano empuñada. Estiré mi mano para saber que me daría, dejo caer un dulce, de los que vendían en la cafetería. No pude evitar sonreír al ver que era.
— ¿Sabes? Si estas en este colegio tus padres han de ganar bastante dinero como para darme algo mejor para mi cumpleaños.
—Lo recordé hoy en la mañana, lo siento, fue información revelada cuando te investigué –reí ante su excusa.
—Me servirá para pasar la última clase, algo de azúcar nunca esta demás.

Me fui a clases comiendo mi dulce y pensando en el gesto de Amalia, había sido lindo. Estúpida chica rara que no me podía caer mal aún, a pesar de que me estuviera amenazando para ayudar a su hermano.
— ¿Qué harás hoy? –preguntó Leonardo a mi lado.
Juliana había tenido una de sus reuniones con las porristas así que no vino a clases, siempre cuando sucedía esto Leonardo se terminaba sentando a mi lado.
—Nada muy interesante, pero tengo una comida con mis padres, no puedo faltar.
— ¿Algo en especial? –negué. No quería decir que era mi cumpleaños, así que prefería pasarlo solo con mis padres –crees que tengo mala memoria ¿no?
— ¿Por qué dices eso? –me concentre en escribir mis apuntes, con Leo no era muy fácil seguir mi farsa, me agradaba conversar con él y a veces habían clases que no tomaba nada de atención por estar conversando. Mi plan se estaba yendo por la borda, adiós a la chica tímida que no sería  amiga de nadie. No podía negar que eso me alegraba, el año pasado había sido todo lo contrario, había tenido pésimos círculos sociales y finalmente terminé enclaustrada en casa, estudiando, tratando de salvar el resto del año. Gracias al cielo que aprobé, repetir por segunda vez no habría sido nada gracioso.
—Hoy estas de cumpleaños, la semana pasada me dijiste que cumplirías 17, investigué un poco y descubrí que es hoy…podríamos ir a comer algo, para celebrar –bien, el sonrojó fue inminente y Leonardo lo notó –con Juliana, vamos los tres, como amigos que somos ¿no te parece? –sonreí nerviosa, de verdad esto se estaba volviendo incómodo.
—No te preocupes, tengo planes con mis padres…nada especial, no soy de las que le gusta celebrar los cumpleaños, es un día más ¿sabes?
— ¿Un día más? ¡Estás loca! Es tu cumpleaños, un año más cerca de ser mayor de edad —no pude evitar sonreír, me encantaba como Leonardo podía ser tan niño a veces, aunque estábamos en una transición, esa era la verdad, aunque la mía haya pasado hace tiempo.
—Bien, creo que comprare globos ¿eso está bien?
—Mucho mejor, pero si lo pasas sola no será nada agradable.
—Estaré con mis padres –él rodo los ojos al escucharme.
—Eso es como decir que una chica tendrá una noche de locura en un internado de monjas –negué, riendo a lo que decía.
No pude responderle porque la profesora nos hizo callar, así que seguimos tomando atención.
Luego de que terminara la clase, hice de todo para despistar a Leonardo, lo que funcionó. Me despedí rápidamente y me fui a mi club de ajedrez, donde apareció Damián como invitado ilustre. Simón se encargó de jugar con él mientras yo jugaba con otro compañero. La hora y media se paso más rápido de lo esperado y sin darme cuenta en un pestañear de ojos estaba sentada en el flamante auto negro que tenia Damián.
—Antes de que partamos al cine quiero una respuesta –él apoyó su cabeza en el volante — ¿Tiene que ser Joan?
— ¿Qué tienes en su contra? La chica es guapa y busca tu mirada, además es obvio que estuviste con ella ¿no?
— ¿Tan obvio? –me miró lastimosamente.
—Sí, así de obvio ¿Qué sucede con ella?
— ¿Me tendré que acostar con Joan? Ella simplemente no es buena en ese ámbito…bueno, no sé si entiendes sobre eso — ¿es qué acaso Damián estaba tratando de descubrir si yo era virgen? –pero sería un gran sacrificio.
—Si entiendo o no sobre sexo es tema mío, pero no seas desagradable, no puedes hablar así de una mujer, además ella no debe ser mala, tú no sabes hacer las cosas bien.
—Pensé que no te importaría, me estas exigiendo que utilice a Joan si no lo has notado.
—Eso es muy diferente a hablar mal de una chica, un caballero no tiene memoria Damián.
—Ella es inolvidable, créeme –bufe frustrada, estaba exagerando.
—Mejor maneja, ya has aceptado ¿no? sabes hacer tus movimientos con las chicas, no eres más que un Casanova, así que no te tomará nada tener a Joan a tu lado de nuevo.
—Hablas como si me conocieras muy bien, Amaya, he sido cuidadoso en no ser descubierto.
—Haz de ser muy bueno en lo que haces como para que todas las chicas con las que has dormido se mantengan calladas ¿no?
—Gracias, gracias, por fin algo de crédito para mí  —rodee los ojos, era un arrogante –mejor vamos al cine.
—Sí, mejor ¿Qué vamos a ver? No quiero nada de acción, me gustan pero prefiero reírme.
— ¿Nada de acción?
—Damián, no soy un chico, así que si me llevas al cine para realmente ver una película y no ligar con alguien, veremos una película neutral, humor ¿está bien?
—Justo, me agrada.

Damián estacionó varias cuadras lejos del cine y caminamos a este, pero para mi sorpresa no fuimos a la entrada principal, sino que sin previo aviso tomó mi mano y me hizo entrar por la puerta trasera del cine.
—Me siento especial, no sabes cuánto –dije susurrando, irónica, mientras nos colábamos por unos pasadizos donde no veía nada.
—Conozco al encargado, no te preocupes y además esto lo hago por ti y tu afán de que nadie nos vea juntos.
—Si no tuvieras psicóticas detrás tuyo esto sería mucho más fácil, demonios…no veo nada.
—Quédate quieta –avanzó sin soltar mi mano hasta unos pasos más adelante –sigue mis pasos.
—Claro, los veo tan bien que será muy fácil —tiró de mi mano, apropósito,  haciendo que caminara más rápido de un solo movimiento –idiota.
—Me agradas, ahora hemos llegado al nivel de los insultos.
—Oh, camina que quiero ver la película.
Luego de varios minutos, donde me tropecé, caí, volví a tropezar y boté a Damián, llegamos a la sala donde según él estaba la película que me gustaría.
Nos sentamos y luego él desapareció mientras la película comenzaba, para volver con palomitas y bebidas.
—Todo un galán, pero ¿Qué película es? –No tuvo que contestarme ya que las imágenes comenzaron a correr — ¿Kick-Ass dos? ¿Es en serio?
— ¿Qué sucede? Es cómica y tú querías eso
—Como sea…espero que sea buena, aunque vi la primera.
—Ya verás que sí.

Hace años que no iba al cine con un amigo y más con alguien que no lo era, así que fue realmente cómodo ir con Damián, quien no trató de hacer nada extraño, evitando buscar algo más o simplemente evitando ser desagradable.
—Muy bien –susurró en mi oído mientras uno de los personajes lanzaba un galón de gas.
— ¿Muy bien qué? –bebí de mi coca-cola, aún atenta a lo que sucedía en la gran pantalla.
—Jugaré con Joan –lo miré de mala forma.
—No lo digas así, suena mal…
—Como sea, puedo decir las cosas con claridad cuando estoy contigo, no arruines esto –dijo apuntándonos –pero quiero saber ¿Qué me pedirás a cambio? Nadie hace nada gratis y tú has de querer algo por esta ayuda.
— ¿Cómo crees? Tu increíble compañía es algo impresionante, soy adicta a tus comentarios tan sabios.
—No estoy bromeando –comí un poco de palomitas. En serio mi ayuda desinteresada era extraña, así que tendría que pensar en algo, podría sacar provecho de esto.
—Quiero que alejes a las víboras que están detrás de ti.
— ¿Qué? –lo miré sonriendo, lo más probable es que su ego no lo dejara comprender a lo que me refería.
—Quiero que las alejes de mí, no quiero tener problemas con nadie en el colegio, sé cuan feo se puede poner una situación como esa.
—Entonces ¿solo quieres mi protección?
—Si lo pones así, si.
—Hecho, pero ¿me dirás como es que puedo confiar en tu plan?
—No puedes, no soy ninguna experta en esto, pero te estoy ayudando, deberías agradecer y cerrar el trato ¿no?
—Bueno, trato hecho –estrechamos nuestras manos y volvimos a concentrarnos en la película.

Damián había acertado, me había reído y mucho, sin duda era una muy buena película y había pasado un excelente momento.
—Ya ha anochecido ¿debes volver pronto donde tus padres?
—Sí, comida familiar, ya sabes cómo son esas cosas –él asintió y sin más nos fuimos por el mismo lugar por donde habíamos entrado y  luego de caminar un par de cuadras llegamos a donde estaba su auto.
—Gracias por venir, fue agradable tener un respiro –sonreí al escucharlo.
—Hablas como si fuera un trabajo estar con tantas chicas, no es como si lo pasaras mal.
—Claro que no, lo paso increíble, pero hay ciertos momentos que estoy un tanto presionado –partió el auto y nos metimos por una cuadra que no era la misma por donde habíamos llegado –cumplir con las expectativas de los demás no es fácil –trate de poner mi mejor mirada comprensiva, conteniendo la sonrisa que se estaba por formar, Damián era un cara dura. No podía creer que se hiciera la victima luego de llevar una vida bastante descontrolada.
—Podrías dejar de hacerte la víctima y salirte de ese entorno, es posible, créeme.
—No es fácil y no me estoy haciendo la víctima –noté que nos estábamos alejando del camino de vuelta y no pude evitar tensarme, demasiado.
— ¿Adónde vamos? Debo volver a casa rápido, si no puedes llevarme.
— ¿Sabes? Amalia habló conmigo y me dijo que estabas de cumpleaños — ¡Demonios, demonios y más demonios! –así que como no tengo ningún regalo para ti, te llevaré a otro lugar que solo yo conozco, además del boque en el colegio.
—No tengo tiempo para esto Damián, además es solo un cumpleaños y nosotros hemos conversado desde hace unos días, no tienes que darme algo.
—Pero eso no quita que me caigas bien, además has conocido de mi más que mis otros amigos y amigas —antes de insistirle que volviéramos, ambos recibimos una llamada. Por mi parte era Miriam que me quería en casa ya que estaba todo listo y por parte de Damián…bueno, no tengo la menor idea de quien fue, pero  nuestro viaje se detuvo –debo ir donde Cloe.
—Muy bien, podría llamar un taxi e irme a casa, solo déjame más cerca del centro.
—No, claro que no, te llevaré, no me demoro nada.
Y como si se tratara de un corredor de carreras, comenzó a manejar tan rápido que tuve que aferrarme al asiento por miedo a que chocáramos en cualquier segundo, ni siquiera tuve la valentía de poder exigirle que manejara más lento.
—Muy bien, que pases un feliz cumpleaños —miré a mi alrededor y pude ver que estábamos al frente de mi casa.
—Eres un demente –abrí la puerta para poder escapar de esa máquina mortal –y no vayas donde Cloe, dile que has de tener algo con Joan, no vayas como un perro faldero. Adiós.
Salí de ahí antes de poder escuchar su respuesta. Corrí hacia mi casa y entré apresuradamente, al hacerlo pude ver a mis padres con ciertos invitados.
— ¡Tío Evan! –corrí hacia donde estaba. Hace más de tres meses que no lo veía, me abrazó con el mismo entusiasmo que el mío.
— ¿Cómo esta mi sobrina favorita?
—Soy la única, no vale que digas eso –me giré para saludar a tía Sofía, se veía hermosa como siempre, con su cabello negro ondulado, su increíble figura y su piel tan blanca. Ella era muy agradable con todos nosotros, me quería bastante, me decía que era como una hija. Ellos no pudieron tener bebés porque ella no podía, nunca estuvieron a favor de adoptar y por ello casi me trataban como si fuera su hija.
— ¿Han venido por mi cumpleaños? –le pregunté a ella.
— ¿Estas de cumpleaños? No teníamos idea –dijo riendo, no pude evitar sonreír –claro que hemos venido para ver como estas, hermosa a tus 17 años.
—Que felicidad es verlos aquí, han viajado desde Roma solo para desearme un feliz cumpleaños –la volví a abrazar.
—Luego recibirás tus regalos –dijo Miriam que me miraba contenta –ahora ve a cambiarte y bajas para que comamos –asentí y corrí hacia la escalera.
No me puse nada especial, solo unos jeans con una blusa azul que me quedaba holgada, así que bajé en un segundo para llegar a la mesa, donde todos estaban esperándome.
— ¿Y dónde has estado todo el día? –me susurro tía Sofía, ya que estaba sentada a mi lado derecho, a mi lado izquierdo se había sentado tío Evan — ¿alguna cita con un novio?
—No, claro que no, fui al cine con un amigo y no pienses mal, solo es un conocido.
—Que sería –se inmiscuyo tío Evan –debes aprovechar a tu edad, tener novios y que te inviten a salir.
— ¡No le metas cosas en la cabeza a mi hija! –le dijo Cristian que estaba en la cabeza de la mesa.

La cena se paso increíble, me reí un montón y me pude relajar de esta terrible semana donde mi cerebro había tratado de buscar nuevas ideas para ayudar a Damián y poder salir pronto de las manos de Amalia. Creo que iba por buen camino, así que solo era cosa de tiempo para poder ser libre de nuevo y volver con mi plan de pasar desapercibida.
—Amalia, trae tu cámara fotográfica para poder entregarte tus regalos –sonreí emocionada y corrí hacia mi habitación. La encontré con facilidad, pero antes de poder salir para ver mis regalos una piedra dio en la ventana.
Me acerqué y pude ver que había alguien abajo. Abrí de inmediato la ventana y sonreí al ver a Leonardo que estaba apoyado en su moto y me hizo una seña para después soltar un globo azul con un pequeño panqueque que tenía una vela encendida.
¡No podía creer esto, que detalle de su parte!
— ¡Feliz cumpleaños, Amaya! –me estiré sobre el marco de la ventana para poder alcanzar el globo, no me costó nada poder hacerlo.
Mi corazón saltó al apagar la vela y mirar a Leonardo aun emocionada por lo que había dicho. Sin embargo mi sonrisa se desvaneció al ver que otra sombra aparecía a su lado, era Juliana.
— ¡Feliz cumpleaños, Amaya! –gritó abrazando a Leo. Sonreí y le hice una seña, sin saber porque este sentimiento oscuro comenzaba a atraparme — ¡que lo pases bien!
Leonardo me hizo una seña y se fue con Juliana hasta su moto. Ambos desaparecieron al perderse en la oscuridad.
Me quede mirando mi globo con el panqueque por varios minutos hasta que escuche la voz de mi madre llamándome. Bajé corriendo las escaleras y pude ver a tío Evan esperándome abajo con unas llaves colgando de su mano.
—Tu regalo te espera afuera –me cubrí la boca con mis manos al darme cuenta de lo que era.

— ¡Oh no lo puedo creer! –me concentré en emocionarme por mi regalo y sacar esa sensación extraña que provoco ver a Juliana al lado de Leonardo, eso no estaba nada bien. 

Awww Leonardo *-*

2 Lectores:

  1. Un capitulo muy bueno aparte de los personajes has hecho cambios en la historia ?? o sera que no me acuerdo bien de la otra jajajaj me encanta el personaje de Amaya creo que siempre esta al limite y que acepta el chantaje solo para que no sala a la luz un pasado que tarde que temparano se puede saber creo que el verse dejado chantajear la hizo bulvenable para los demas por otro lado Demian por mas malo que se vaya a convertir en los demas cap me gusta muy en el fondo de su ser jejeje creo que le gustaria tener otra forma de vida muy diferente eso creo yo jiji nos leemos en los demas cap

    ResponderEliminar
  2. super ! espero con ansias el proximo :D esto ya empieza a ponerse bueno jejeje felicitaciones dani
    DTB

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

© Black Butterfly, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena