Capitulo 2
Me lanzaron a una
silla, lo que provocó que cayera de lado sobre esta. Me habían atado de manos y
seguía sin poder ver a mis captores, lo que no se mantuvo por mucho tiempo más.
—Julie Sinclair ¿no?
–tragué saliva al escuchar que podía entenderle, mi excusa para quedarme en
silencio era que no entendía su idioma, ya que claramente no seguíamos en nuestro
país –importante ingeniera en biogenética e informática ¿no? Creo que tu
compañera de trabajo era Melisa Hunt –sentí como mi sangre volvía a arder.
— ¡No hables de ella!
–estas personas eran responsables de capturar a mi amiga hace unos meses atrás,
solo Dios sabe lo que de verdad le sucedió tanto a ella como a su novio.
—No creo que estés en
posición de ordenar –tragué saliva y mordí mi lengua. Aquel hombre tenía razón
–sáquenle la capucha –alguien tiro de esta, provocando que me dañara un poco el
rostro. La luz llegó a mis ojos y no
podía ver nada, había pasado demasiado tiempo en la oscuridad.
— ¿Qué le han hecho a Oliver?
Era exactamente como en
las películas, la ampolleta que iluminaba sobre mí, solo alcanzaba a un diámetro
bastante pequeño, lo suficiente como para no ver a quien se encontraba en la
oscuridad, escondido.
—Es verdad, tu esposo…agradécele
a la Oficial Kozlov que estén en celdas continuas –cerré los ojos. Pensando en
Irina, ella había sido amiga de Oliver cuando le tocó venir a Rusia y ayudar a
este país, hace ya mucho tiempo atrás. Había sido una misión peligrosa, en la
cual Oliver había salvado la vida de la agente. Ella tenía hijos, siempre
estuvo agradecida con él.
— ¿Irina? –Dije esperando
alguna respuesta, pero no fue así — ¿Qué es lo que quieren de nosotros?
—Eso es simple, pero
creo que será tan ineficaz esta conversación con usted como lo ha sido con su
esposo…creo que tiene entendido que él sigue inconsciente –se tomó unos
segundos para seguir hablando, de seguro esperaba alguna respuesta de mi parte —si
nos ayudan, ambos serán libres y podrán volver a sus vidas –eso era tan cierto
como mi cabello color rosa, nótese la ironía.
— ¿Qué es lo que
quieren? –volví a preguntar.
—Fácil…tu Software, tu
amiga Melisa Hunt se negó a ayudarnos y ¿dónde está ahora? Ni siquiera yo lo sé, así
que debes pensar en tu respuesta, meditar sobre las consecuencias de sus
palabras ya que supongo que aprecia la vida de su esposo ¿no? –tensé mi
mordida.
—Ya veo —me senté d
forma adecuada, con la cabeza firme y la espalda erguida –adelante, no diré
nada.
—Julie —miré hacia mi
lado derecho al escuchar la voz de Irina, ese acento ruso que no había olvidado
en ella.
—Piense bien en su
respuesta, señora Sinclair –volví a mirar hacia la luz, pensando en que Irina
estaba aquí –Su esposo pasará por esto también –sentí como mi corazón se
oprimió.
Con Oliver habíamos
hablado que en el caso de que nos atraparan, seriamos los dos o ninguno quienes
enfrentaríamos a la muerte.
— ¿Por las buenas o las
malas? –quedé pensando unos segundos en las palabras de ese desconocido.
—Julie, piensa en Oliver
–fruncí el ceño al escuchar la voz de Irina otra vez.
— ¡Cállate, traidora!
–miré hacia otro lado, pensando que Irina no era ningún traidora, pero tenía
que ser precavida, no podían ver la cercanía que tenia con ella porque podían
usarla en mi contra.
Ella era parte de este
gobierno, exactamente como nosotros del otro. Cada uno cumpliendo su trabajo,
sin importar que a quien estás torturando sea tu amigo, maldito lavado de
cerebro que les hacen a los soldados especializados… agradecía no ser una.
— ¿Señora Sinclair?
—Ni por las buenas, ni
por las malas –levanté la cabeza, orgullosa –no sacarán nada de mi boca, así
que comience con el juego –segundo después de eso sentí como alguien se
acercaba y me tomaba por el cuello, hasta hacerme chocar con la silla.
—Ya lo veremos… —una
voz conocida me sobresaltó, pero no pude pensar mucho ya que comencé a gritar
por sentir como me daban descargas eléctricas con un taser, que sin duda no era
el que utilizas para caminar por la calle y electrocutar a un delincuente sin
acabar con su vida, esto de verdad eran descargas eléctricas atravesando por
todo mi cuerpo, provocando que cayera al suelo sin control; nuevamente las lágrimas
comenzaran a caer.
No paré de gritar por
varios minutos hasta que dejaron de electrocutarme.
— ¿Y ahora? –aun estaba
temblando en el suelo. Acerqué mis piernas a mi pecho para tratar de encontrar
algo de control de mi cuerpo, pero me costó demasiado, así que no lo seguí
intentando –Señora Sinclair… ¿y ahora? –llevé mi mano al piso y comencé a
empujar contra este para tener un apoyo y ponerme de pie.
No sé cuantos minutos
me tomaría hacerlo y me sorprendió que nadie me detuviera, aunque no era ningún
peligro en este estado.
Quedé apoyada con mis
manos en la mesa, levanté la derecha y le mostré el dedo de al medio.
—Te tomará hacer mucho
más para que te de lo que deseas, así que olvídenlo –desde aquí pude sentir el
sonido de los dientes de aquel desconocido. Sonreí, él sabía que esto sería
difícil.
—Hazlo –le dijo a
alguien.
Dos segundos después
sentí como me daban una descarga eléctrica al nivel del comienzo de mi columna
espinal, justo en aquella vertebra sobresaliente, quedé en el suelo…inconsciente.
Con Oliver fuimos hacia
su auto, sonreí. Él realmente pensaba que yo accedería a esta invitación.
Estaba equivocado si esperaba una victoria conmigo.
Llegamos a un hotel
bastante decente, ninguno habló mucho en el auto, además de mencionar el clima
y algo sobre trabajo, así que sin
ninguna vergüenza puedo decir que nuestra primera conversación fue un asco,
nada digno de destacar y mucho menos memorable.
—Muy bien –dijo abriendo
mi puerta del auto. Lo miré y sonreí, tenía algo de caballero por lo visto
–vamos… —asentí.
Bueno, no podía
culparlo por ser tan ingenuo y pensar que me iba a acostar con él la primera
vez que lo vi, aun me pregunto si esto le resultó anteriormente… debió ser así
o sino no lo hubiera hecho conmigo. Era un sinvergüenza.
— ¿De qué agencia eres?
–dije cuando caminábamos al interior del hotel.
—Eso es confidencial –fruncí
el ceño. Claro que era confidencial, ya lo había buscado en los registro y
sabia en que trabaja, solo que…no lo entendía muy bien –aunque dudo que no lo
sepas –se adelantó unos pasos y fue hacia la recepcionista, quien lo miró
coquetamente.
Me giré y comencé a
observar a mi alrededor, realmente era un buen hotel. Hermosos candelabros caían
desde el techo, unos sofás que lucían de la edad media estaban decorando el
lugar; si, este no era cualquier hotel, lo que me hizo sentir un tanto mal,
quizás él estaba gastando dinero demás por nada, pero luego me di cuenta que
no, su profesión tenía un nombre raro por lo que debía ganar bastante bien.
— ¿Algo anda mal? –me
preguntó cuando terminó su propio coqueteo con la recepcionista. Le sonreí, el señor
Conlan era un casanova sin duda alguna.
—Nada, todo bien –lo
quede mirando por unos segundos, los cuales hicieron que el guapo agente
secreto se pusiera muy nervioso –Vamos… —dije sin complicar más las cosas y me dirigí
hacia el ascensor.
— ¿Por qué esa mirada?
Hay algo mal y lo sé.
— ¿Cómo te llamas? –me
apoyé en la pared mientras el ascensor bajaba hacia nosotros.
—Cambiando el tema, muy
bien, sin embargo, creo que sabes mi nombre ¿no? Yo sé el tuyo –miré el numero
del piso venía el ascensor.
—Incluso sé el número
de tu seguro social, pero podríamos creer que somos personas normales, así que
¿Cómo te llamas? –no hubo una sonrisa de su parte esa vez.
—Oliver.
— ¿De qué se trata ser
“soldado especializado”? pensé que eras algún agente o guardaespaldas del
presidente o algún político.
— ¿De qué se trata tu
software? –lo miré asustada por aquella información que me reveló.
—Eso es confidencial.
—Lo mismo pasa conmigo,
no te lo puedo decir –di unos pasos hacia atrás. No me había agradado que
supiera de mi proyecto con Melisa, esa si era información que no cualquiera
debía manejar —Tengo mis contactos, no es que venga por ti —las puertas de
ascensor se abrieron.
—Realmente no eres
confiable, Oliver Conlan –él me sonrió y negó.
—Podría decir lo mismo,
pero como voto de confianza, dejare que arriba me revises por completo para que
veas que no es ninguna trampa –sus ojos azules se oscurecieron levemente. Era un
descarado.
—No es gracioso —me
quería ir y lo iba hacer, pero cuando las puertas se estaban cerrando Oliver
tomó mi abrigo y me hizo entrar con él al ascensor. Me alejé de inmediato a una
esquina –Aléjate.
—Julie ¿crees qué si
fuera de los malos estaría solo concentrado en cómo sacarte cada prenda que
llevas? –fruncí el ceño, sintiendo como mis mejillas se sonrojaba por su
atrevimiento. No tenia vergüenza –además viste mi expediente ¿no? Soy de los
bueno, es más, de los mejores —era verdad, Oliver era de los destacados, no tenía
idea a cuantas personas pudo haber asesinado para tener esa categoría.
Paso a paso fue acercándose
hasta donde me encontraba. Era cierto que me estaba comportando como una loca
en venir con él, aunque no estuviera tomándolo en serio, pero sin duda podía
admitir que era guapo y que acercándose de esa forma logró que mi atención
fuera suya.
— ¿Ahora si crees que
soy de los buenos? –me tenia completamente acorralada. Podía sentir su frio
aliento contra mis labios, pero Julie Sinclair es una mujer muy astuta. Lo
alejé con mi mano.
—Ya veremos si eres
bueno —la puerta se abrió y Oliver esperó que yo saliera primero.
— ¿Por qué estaba
discutiendo con Robert Green? –tenía que sacar la máxima información antes de
llegar a esa habitación.
— ¿Seguimos con más
preguntas? –Asentí — ¿y qué si no quiero responderlas?
—Bueno —di media vuelta
para irme.
—Está bien, está bien, de
verdad eres muy curiosa –sonreí satisfecha y me giré para verlo de nuevo –me
han sido asignado una nueva tarea, la que no me agrada ni un poco.
— ¿Y qué debes hacer?
–él me sonrió, como si de un momento a otro esto le causara gracia.
—Solo diré que dejare
de hacer lo que me gusta por esto.
—Eso es malo.
—Muy malo ciertamente,
pero ahora no me importa –dijo abriendo la puerta de la habitación y tomando mi
mano para que entrara con él.
— ¡Julie! –Me moví un
poco al escuchar la voz de Oliver — ¡Julie! –estaba en posición fetal en esa
misma celda llena de tierra, podía notar la suciedad que había en este lugar.
Me giré para poder quedar de espalda, me costaba respirar y sentía como si un
gran muro de hierro estuviera sobre mí; me quejé al sentir como me dolía todo
el cuerpo, tragué un poco de saliva y hasta eso dolió aun más fuerte al sentir
como mi garganta ardía — ¡Julie!
Cerré mis ojos, sintiendo
como estos se llenaban de lágrimas. No podía responderle a Oliver, mi cuerpo no
era capaz. Demonios… ¿Cómo habíamos llegado hasta aquí? Quizás este era nuestro
castigo por haber llevado nuestras vidas de una forma diferente a lo normal,
sin importar cuánto daño provocamos en otros en nombre de llevar el bien.
— ¡Julie! –era un grito
desesperado por saber cómo me encontraba y yo…yo ni siquiera podía hablarle.
Llevé mis manos a mis oídos para no escuchar los gritos de Oliver, provocaban
que mi corazón se partiera en dos al no ser capaz de responder. Lo mejor era
perderse en el pasado para escapar de esta realidad — ¡Julie!
—Julie ¿es un
diminutivo para Juliette? –sonreí nerviosa. T
—No, siento desilusionarte,
pero solo soy Julie.
Tenía que mantener mi
concentración o mi plan no serviría de mucho. Oliver se acercó a mí para
besarme pero yo lo frené.
—No besos –dejé mis
manos en su pecho para tener algo de atención.
— ¿No besos? ¿Es qué
eres como esa mujer de la película “Mujer Bonita”?
— ¿Me estas tratando de
prostituta? –dije frunciendo el ceño. Él rió.
—Claro que no, entonces
no besos ¿alguna otra exigencia? –era ahora o nunca. Me separé de él y caminé hacia la cama mientras me sacaba mi
abrigo y dejaba mi bolso a su lado.
—Realmente sí, ya que
es primera vez que hago esto –Oliver se acercó y se apoyo en la mesa que había.
Aquella acción de verdad me llamo la atención, hizo que me desconcentrara por
lo guapo que lucía, es que era tan alto y esos ojos azules atrapaban.
—Escucho ¿Qué es lo que
deseas?
Le expliqué todo lo que
quería, a un principio no lucía muy convencido pero le expliqué que iba a ser
la experiencia de su vida…sin duda alguna lo seria.
—Julie —dijo frunciendo
el ceño –ya no quiero hacer esto.
—Pero si atado te ves
tan guapo –para animarlo yo solo me saqué mi blusa, por lo que estaba solo con
mi sujetador negro.
—Entonces ven –cuando
dijo eso y me miró, no contaba con sentir ese nerviosismo y pena de hacerle
esto, pero no me agradaba que fuera un Casanova y alguien tenía que darle una lección.
Comencé a ponerme mi ropa — ¿Qué haces? –Volví a sonreír por su tono –No te
atrevas, sácame de aquí… —comenzó a moverse, pero mi nudo con la tela había
sido excelente ya que lo había aprendido en los mi grupo de scout. Me acerqué a
él en ese entonces y me quedé muy cerca de su rostro.
—Te dije que no soy de
esas chicas Oliver, que te vaya bien en tus misiones y deja de ser tan sinvergüenza
–me acerqué e iba a besar su mejilla, pero él con astucia movió su rostro y
atrapó mis labios.
Me quede estática sintiendo
como me besaba. Me alejé sin responderle
ya que mi corazón comenzó a latir con rapidez. Él me sonrió coqueto.
—Esto te lo haré pagar
¿sabes? –sonreí.
—Dudo que nos veamos
pronto, que estés bien —tomé mi bolso y comencé a caminar hacia la puerta.
—No cuentes con eso
–dijo cuando lo deje solo.
Estaba en ese asqueroso
baño que había solo a unos metros de donde dormía en esa maldita celda que me
estaba volviendo loca. Habían pasado días, no tengo la menor idea de cuantos,
pero ya no escuchaba la voz de Oliver y yo cada vez estaba más débil por comer
la basura que me traían. Las torturas estaban siendo diarias, golpes,
electricidad, agua. Ya no daba más, pero sabía que era solo el comienzo. No tenía
fuerzas para poder comunicarme con Oliver, cada vez que volví a esta celda, caía
rendida en la inconsciencia.
Abrieron la rendija de
la puerta y lanzaron mi plato de comida como los días anteriores. Lo quedé mirando
y volví a mirar hacia las rejas a metros de altura que dejaban entrar al sol
cuando era de día. Aquello solo me indicaba que estábamos al medio de la nada,
ya que no se podían arriesgar a que si gritáramos los descubrieran.
Mi estómago sonó
pidiendo algo de comida por lo que tuve que mirar a esa bandeja. Sin embargo el
hambre quedó de lado cuando pude ver con una claridad casi imposible, un
pequeño papel bajo el plato. Avancé lo más rápido que pude hacia la bandeja y
tome el papel ¡Era la letra de Oliver! ¡Y había un lápiz!
“Amor…
Lo
siento por no cuidarte como debí hacerlo”
Mis ojos se llenaron de
lágrimas y comencé a llorar desesperada por…felicidad, esta era la mejor
noticia que pude haber recibido. Estos días había llorado sin cesar al pensar
que algo le había sucedido a Oliver, creía escuchar ruidos en la celda de al
lado pero nada era seguro en mi estado mental.
Escribí de inmediato
algo de vuelta, lo más probable era que Irina nos ayudara a comunicarnos; con
dificultad terminé mi nota con un “Te amo” y esperé a que retiraran mi bandeja
de nuevo para concentrarme en el pasado. Era lo que habíamos acordado con
Oliver.
— ¡Te amo! –le dije a Mel
cuando estábamos terminando el día, así era como la llamaba cuando estábamos en
una situación más relajada.
—Sí, lo sé, lo encontré,
ahora solo nos toca trasladarnos a una nueva agencia del gobierno y comenzar a
vender nuestro hermoso y perfecto software.
—Excelente, entonces
debemos arreglar todo para irnos mañana.
—Así es, nos vemos
entonces, ahora vete a tu casa, celebra con alguien como yo lo haré con mi Dante
y mañana partimos ¿sí? –sonreí un tanto histérica por las ultimas emociones.
—Nos vemos –ella se
alejó de esos cubículos y yo arreglé todo para irme también.
No pude evitar pensar,
cuando Melisa me dijo que fuera a celebrar con alguien, en Oliver. Aquel agente
que había conocido hace dos semanas, no dejaba tranquilo mis pensamientos. No
lo había vuelto a ver, pero me era imposible sacarlo de mi cabeza. Decidí que dejaría
de sentirme mal porque no era necesario, no lo volvería a ver y lo que sucedió
solo quedaría en mi oscuro pasado de travesuras.
Tomé mi caja con las últimas
cosas que tenía en mi cubículo. Ya me había despedido de Robert Green, le agradecí
que nos dejara estar encubiertas en su agencia, nos había ayudado
considerablemente. Salí del edificio con la frente en alto, decidida a ir al
supermercado por un gran helado y galletas para celebrar mi último triunfo…o
por lo menos, ese era mi plan al principio.
Seguí el mismo camino
que seguía todas las noches, escuchando buena música, en dirección al metro,
pero esta noche, sería diferente. Alguien sacó de mi oreja izquierda mi
audífono.
— ¿A dónde vamos?
–quedé helada mirando al responsable del miedo que sentí. Me apoyé en menos de
un segundo en el muro que estaba a mi lado.
—Oliver –dije con mis
ojos abiertos como plato — ¿Qué…?
—No ibas a creer que no
me verías de nuevo ¿cierto? –No pude responderle, seguía en shock— ¿de verdad
pensaste que te dejaría tranquila luego de lo que me hiciste?
— ¿Dónde demonios…?
—Estuve en Rusia estos
días, mi última misión como agente especializado, ahora tengo que seguir con mi
próxima tarea –fruncí el ceño.
— ¿Molestarme? ¿Por qué
volviste? Creo que fui bastante clara en que no deseaba verte de nuevo…
—Julie, Julie, te dije
que nos volveríamos a ver.
—Bueno, ha sido un
gusto, que te vaya muy bien en tu nueva misión, yo ya tengo la mía –comencé a
caminar hacia donde debía, lejos de Oliver, pero él se apresuró y caminó a mi
lado –no seas inmaduro, ya basta…haz lo que te digo –él me sonrió.
—Eso hago —fruncí el
ceño, completamente confundida –tu eres mi nueva misión –rodeé los ojos.
—Lo entiendo, sé que lo
más probable es que cualquiera chica que te llama la atención termina entre tus
brazos, lo sé…pero ve por otra, te probé hace ya semanas atrás que no
soy de ese estilo, te pido por favor que te alejes ¿sí? Eres atractivo pero no
tanto —él enarcó una ceja, un tanto molesto para después sacar un papel de su
pantalón, bolsillo trasero.
—Aquí tienes –tomé el
papel que me ofreció con bastante dificultad, así que le agradecí con la mirada
por tomar la caja que estaba en mis brazos, así pude leer con más facilidad. Me
tomó unos segundos poder entender de qué se trataba el papel.
—Esto es imposible.
—Te dije que no sería
de mi agrado mi próxima misión, pero no hay escapatoria.
Mis ojos se fueron
abriendo cada vez más a medida que iba leyendo lo que ese papel contenía.
— ¿Sabias esto cuando
nos vimos la ultima vez? –él negó.
—Claro que no o sino no
habría tratado de dormir contigo, soy muy profesional. Ahora perdiste tu
oportunidad.
— ¡Eres un mentiroso!
–Tomé mi caja, arrancándosela de su brazos –me dijiste que te habían dado una
misión que no te agradaba.
—No sabía que tendría
que cuidar de ti –lo miré enojada.
—Que te quede algo muy
claro, Oliver Conlan….no saldrás ganando conmigo, así que mantén tus técnicas y
sobre todo tus manos fuera de mi espacio personal –comencé a caminar
indignada.
—No sacas nada con
ponerte así, además ya te dije que soy muy profesional –llegó a mi lado,
caminando tranquilamente mientras yo lo hacía con rapidez. Estúpido gigante
—Sí, muy profesional
–sin preguntar, tomó mi caja. Lo quede mirando –dame eso.
—Yo lo puedo llevar, no
te preocupes —no le dije nada, porque realmente estaba tan enojada que de mi
boca podría salir cualquier cosa –te ves linda enojada –cerré mis ojos, tendría
que hablar con mi jefe para sacarme esto de encima.
—Esto no será
permanente –doble hacia la derecha y respiré más tranquila al ver que estaba la
entrada para el subterráneo.
— ¿Dónde vas? –tomó mi
muñeca e hizo que volteara.
—Wooow –dije escapando
de su agarre –mira chico bonito, no me iré contigo, así que dame la caja y cada
uno por su lado, créeme cuando digo que solucionaré esto –Oliver enarcó una
ceja y frunció su ceño.
—Gracias por el
cumplido, ahora vamos al auto por favor.
—No –respondí de
inmediato.
—Julie.
—No voy a ir –tomé la
caja para que me dejara ir, pero él estaba empecinado en no soltarla –Basta Oliver.
— ¡Basta tú! –volví a
empujarla hacia mí, tomándola de los orificios de los lados.
— ¡Vas a romperla!
— ¡No, tu vas a
romperla! –y por primera vez, ambos tuvimos la razón. Todo cayó al suelo.
—Genial –me arrodillé
para recoger todo –mira lo que has provocado.
— ¿Yo? –Se agachó
también y me ayudó –Mira, hagamos esto más fácil.
—No veo como –me puse
de pie con mis cosas entre los brazos al igual que Oliver.
—Vámonos juntos y
hacemos esto mucho más fácil ¿sí? –me miró
bastante esperanzado; podía descubrir que él tampoco estaba a gusto con mi
compañía.
—Está bien.
Aquella vez no nos tomó
nada llegar a su auto, ya que estaba solo a unas cuadras. Cada uno se fue en
silencio durante el camino; lo miré de reojo varias veces y tragué saliva
nerviosa.
—Recuerda que dijiste
que esto sería muy profesional –él asintió –no quiero problemas porque…
—Ya te dije como
trabajo –se detuvo sin tener que decirle que lo hiciera. Bajamos el auto y
comencé a sacar las llaves desde mi bolsillo, pero me vi un tanto complicada
por mis manos –yo te ayudo –Oliver metió su mano en mi bolsillo derecho sin ningún
problema y saco la llave tan rápido como yo me sonrojé –listo ¿ves? –abrió el portón
de mi casa con la llave correcta. Ambos entramos, pasamos por el jardín, abrió
la puerta y llegamos hasta la sala. Prendimos las luces y él me quedo mirando —Es
todo por hoy ¿ves que no fue tan difícil? –lo quedé mirando más de la cuenta.
Esta vez vestía con una camiseta negra y unos jeans, junto con unas zapatillas
negras.
— ¿Y esa vestimenta?
—Ahora debo pasar
desapercibido o sino correrías más peligro –asentí.
—Bien, mañana hablaré
para que esto se acabe, ahora tu trabajo ha terminado –fuimos hacia la puerta,
él no dijo nada.
— ¿Entonces harás que
ya no trabaje contigo? –Asentí segura — ¿estás segura? –dijo cuando ya
estábamos en la puerta.
—Muy segura, como que
me llamo Julie Sinclair.
—Entonces puedo hacer
esto si ya no trabajaré contigo –fruncí el ceño.
— ¿Hacer qué? –sin
previo aviso llevó sus manos a mi cuello y plató sus labios en los míos.
Comencé a empujarlo
para que se alejara…los primeros segundos, luego me rendí como cualquiera lo
hubiera hecho al sentir como su lengua pasaba por mi labio inferior, tentándome
a darle acceso completo y como soy una mujer débil con Oliver, lo hice.
Lo tomé de su camiseta
haciendo puños mis manos mientras Oliver avanzaba hasta que me hizo chocar contra
la pared. No le tomó nada deshacerse de mi chaqueta para tener más acceso a mi
blusa, donde metió su mano bajo esta; ese movimiento me hizo ver lo fácil que se
le hacía a Oliver manejarse con vestimenta femenina.
— ¡No! –lo empujé y
levanté mi mano hasta su rostro para darle la bofetada de su vida, la cual no
se cumplió en ese momento, pero me encargaría de darle una en un futuro, eso
era seguro.
—Una bofetada no es lo
justo, señorita Sinclair –dijo tomando mi mano, había detenido mi movimiento
antes de salir perjudicado –ya que también lo has disfrutado –lo miré como una
niña mal criada al ver que tenía razón.
—Dijiste que eras
profesional –él me sonrió.
—Sí, también dijiste
que harías que esto se termine, ninguno cumple con lo que dice, lindura –fruncí
el ceño a como me llamo.
—Oohh… —dije sonriendo
–es un hecho que tú y yo no trabajaremos de nuevo —él me volvió a sonreír de
una forma coqueta.
—Eso está por verse –me
acercó con el agarre que tenía en mi muñeca y volvió a “robarme” un beso –nos
vemos, Julie.
Salió de mi casa sin
decir nada más, mientras que yo estaba con taquicardia por culpa de ese hombre.
No pude evitar sonreír
en la oscuridad al recordar aquella vez que me beso en mi casa, no sería el
último eso estaba claro ¡Y gracias a Dios que no lo fue! Oliver besaba de una
forma que provocaba un mal funcionamiento cardiaco. Tomé un poco de agua que venía
en el asqueroso almuerzo de esta tortura y saqué la manzana que no lucia tan
mal; doble mi nota para Oliver bajo el plato y deje la bandeja en el lugar
donde debía para que se la llevaran.
Sequé las lágrimas de
mis mejillas y me apoyé en la pared para comer mi manzana, esperando no caer en
la locura.
Nuevo capitulo, espero que les guste :D
ya quiero leer mas :D
ResponderEliminaramo esta historia, gracias dani DTB
ahhhhhhhhhhhh!!! solo si me dices que ellos terminan juntos leera!!! (jajajaj no, igual leera)
ResponderEliminarya quiero saber de que trata el software de Julie por eso tanto lo quieren
Yo se de q trata el software pero no diré nada jaja.
ResponderEliminarHola Danii!
Amo a estos 2, en mi lista estan en el numero dos. La primera obviamente Alex y Vicky, la segunda ellos y en la tercera Ethan-Dana-Gabriel jajaja.
Sufrí viendo como Oliver grita por su Julie y me mato de risa como lo dejo en el hotel. Ya quiero leer más.
Un beso y nos seguimos leyendo!
me encanto el cap me dio risa lo del hotel jajajaja si que esta historia es drama,drama y sufrir desde el prinpicio jejejej espero pronto leer otro cap pero se que hay varias histoiras que estas haciendo al mismo tiempo asi q a tener paciencia como no se pero debo tenerla jajaja
ResponderEliminarAmo esta historia. Creeme que la esperaba con ansias :)
ResponderEliminar