lunes, 27 de enero de 2014

Lenardis Amore - Capítulo 8



Capitulo 8

Estaba helada como un tempano de hielo, mis manos comenzaron a temblar ante la posibilidad de estar rodeados de traidores y licántropos. Miré a Alex, a quien podía observar desde donde me encontraba.
“No hagas nada estúpido, estoy solo, no hay necesidad de despertar a tu maridito ¿no?”
Me quede en completo silencio, tratando de controlar las ansias de salir corriendo de la habitación para ir detrás de Cristóbal. Me incliné para tomar el celular, curiosa debido a que con Alex habíamos verificado que no pudiera ser rastreado, no éramos tan descuidados como para pasar eso por alto. Entonces lo más probable es que él hubiera estado aquí desde un comienzo o que alguien le hubiera informado de nuestro paradero ¿Podría haber sido William o Tessa?

“Victoria…”
Prácticamente podía verlo frunciendo el ceño con su lindo rostro. De forma repentina tuve deseos de poder golpearlo, me desconocí, ya que no tenía esos instintos violentos, pero realmente quería atacar a Cristóbal hasta acabar con él.
“¿Por qué no puedo escuchar lo que piensas?”
Sonreí ante ello, no por nada estaba casada con Alex todo este tiempo. Él mismo me había dado secretos para proteger mi mente de él. De por sí ya estaba furiosa con Cristóbal, así que se me hacia fácil esconder mi mente de él.
“¿Tienes un informante?” para mi sorpresa pude sentir lo satisfactorio que le fue escucharme. No por nada había una conexión entre creador y vampiro. Alexander me había explicado sobre ello, para Cristóbal debía ser reconfortante escucharme, debía ser algo parecido como a sentirse en casa, no era necesario tener la emoción de amor, era una conexión entre vampiros solamente, yo la había tenido con Alex, era algo aparte de estar enamorada de él.
“Los vampiros pecan de arrogancia ¿sabías? Marco no debió llevarlos a ese café. Fréderic nos informó de inmediato”
“Los vampiros… suenas a como si siguieras siendo humano” comencé a moverme lentamente hacia donde se encontraba Alex durmiendo.
“Gracias a ti ya no lo sigo siendo ¿cierto? Me has dado un poder inigualable, pero hay que ser precavidos. No puedo aparecer ante el Consejo diciendo que soy su Gobernador”
Algo dentro de mi pecho se prendió, como si todo se volviera llamas por culpa de esa frase. El único Gobernador era Alexander ¡Y me importaba un comino si no me gustara ese maldito cargo, simplemente era de él y punto!
“¿Y qué haces aquí entonces? ¿Tu plan es asesinarnos antes?”
“Claro que no, tu eres la Gobernadora… tienes que ejercer a mi lado ¿no piensas igual?”
Lo único que pude hacer fue tomar la pierna de Alex, que dormía profundamente.
“Si quieres que Alexander Lenardis siga vivo, te recomiendo que aceptes mi ofrecimiento por las buenas”
Zarandeé la pierna de Alex que se comenzó a despertar lentamente.
“¡Pero qué dices! ¿De verdad crees que voy a gobernar a tu lado? ¿Qué te hace pensar eso? ¡Es estúpido!”
 Alex se sentó en la cama y me miró con el ceño fruncido.
— ¿Qué te sucede? –cubrí su boca antes de que siguiera hablando, sus ojos se abrieron sorprendidos.
“Me asesinarían antes de poder decir que soy Gobernador ¿no crees? En cambio, contigo todo sería diferente. Puedo utilizarte de forma política para que tanto los rebeldes como los vampiros nos apoyen. Alex esta viejo para este juego ¿no lo has pensado?”
—Estás jodidamente loco Cristóbal –dije en susurros, pensando a la vez para que Alex pudiera escuchar lo que estaba ocurriendo.
“Te lo estoy advirtiendo, no quieres a tu esposo muerto, bueno… a menos que eso desees”
Por el tono de su voz podía escuchar que hablaba con un tono diferente, malhumorado, de seguro así deseaba referirse a Alex cada vez que hablábamos de él. ¡Oh, Dios, que tonta fui!
—Dime de una buena vez ¿a qué te referías sobre la manipulación de Alex? Es la única razón para que te haya dejado vivo.
“Y te estaré agradecido por ello, literalmente toda una eternidad”
­— ¡Basta! –Alex me tomó de forma brusca de los hombros.
— ¡Me duele! –le dije asustada a mi vampiro por su reacción. Era demasiado tarde para no escuchar la verdad.
“No fuiste más que un movimiento político Victoria, Alexander estaba siendo presionado por el Consejo para que dejara la Gobernación. Él había decidido años atrás dejar de buscar a su pareja por las razones que ya sabes, pero al Consejo no le gustó la noticia. Es debido a ello que fue detrás de ti, de porque te secuestró y lo rápido que fue la unión de ambos. Entregaste tu mortalidad a un vampiro que solo te tenía como única esperanza para seguir en su puesto de poder y dinero.
Un Gobernador no puede estar tanto tiempo a solas Victoria, pierde el juicio y es por eso que su propia especie le está dando la espalda. Todo lo que ha hecho fue para sus propios intereses, tu no solo indicabas que volvería a tener su pareja, sino que también eras la esperanza para que razonara y volviera a liderar como cada Gobernador lo hizo en el pasado… incluso como alguna vez lo hizo él mismo”
No tenía motivos para creer en esas palabras, aunque coincidieran los hechos que Cristóbal había nombrado, tenía sentido, pero venían de ese mismo humano que una vez me trató de manipular. Mi confianza hacia él era nula.
Diferente era la situación con Alex, mi esposo, quien por la fría mirada se dio cuenta de las palabras de Cristóbal. No fue el rebelde traidor quien me convenció de que esas palabras eran ciertas, sino la reacción de Alexander que se quedó de pie, a unos metros de distancia, mirándome en silencio. Esos ojos oscuros me estaban diciendo que Cristóbal tenía información que yo no manejaba, exactamente la que había escuchado en mi cabeza.
Se había quedado tranquilo a pesar de entender que Cristóbal estaba cerca de nosotros. Prueba suficiente.
“Mantén los ojos abiertos, tú crees amarlo, pero él te ve como su oportunidad para seguir al mando. Ahora tú tienes el poder, tú eres la Gobernadora oficial. No te dejes engañar”
— ¿Qué quieres? –dije sintiendo un peso sombre mis hombros. Hablar con un desconocido de forma telepática estaba acabando conmigo, ya que era una conexión que solo había tenido con Alex.
“Ya sé que estas con él, así que pronto me iré. Sabes lo que quiero, a ti, gobernando junto a mí, no solo a mi lado como te ha tenido él. Sabrás cuando tendrás que elegir, hasta entonces tendrás tiempo para tomar una decisión. Hasta luego”
—Se ha ido –dije mirando a Alex, quien pareció despertar de algún sueño porque desapareció de mi vista.
Fue detrás de Cristóbal, recorrió todo el hotel, pero no hubo caso. Su aroma se perdió con la lluvia. Mientras Alex buscaba al rebelde, yo me quede en todo momento sentada sobre la cama. Sinceramente no creía la ultima parte de mi conversación con Cristóbal, Alex me amaba… que teníamos serios problemas era otra cosa, pero aun así, saber que me buscó en un principio por algo tan inverosímil cambio toda la perspectiva sobre mi relación con él.
Ahora tenía sentido su molestia por haberme convertido tan joven, siempre repetía que me faltaba madurez, era obvio que deseara esperar a que fuera mayor, incluso yo habría esperado. Aun seguía luciendo de 18 años. Nunca me había preguntado el motivo para que se adelantara nuestra unión, pero eso sin duda había sido algo importante que deje pasar solamente por estar cegada.
Ahora con Cristóbal aquí, todo el plan se había ido a la mierda, junto con mi cabeza.
Ya sabían dónde estábamos. Cristóbal estuvo de seguro a metros de distancia. No tenía idea de si estaba del lado bueno de esta historia o del malo.  
Me deje caer sobre la cama, cerrando mis ojos y deseando estar en la playa con Alex, disfrutando del verano. No en medio de Londres, con una horrible tormenta y sentir que me hundía en la gigantesca cama.
—No has rastros de él –dijo Alex en la puerta. Lo miré por unos segundos y vi que estaba completamente empapado — ¡mierda! –le dio una patada a la pared, controlando su fuerza o si no la hubiera roto.
—Estaba solo, por lo que dijo –me giré para poder observarlo — ¿Qué vamos a hacer? Ya hemos sido descubiertos, ese tal Fréderic le dijo sobre nosotros. Fue una estupidez ir con Marco, en serio.
—Si –susurró, ahora sentándose en la esquina de la cama. Me miraba cautelosamente.
—No me gusta cuando las cosas no resultan, estoy cansada –dije sintiendo que mis parpados pesaban –y debiste decírmelo antes, desde un comienzo… para que Cristóbal no me atrapara sorprendida. Aunque si me hubieras dicho que te estaban presionando por tener una nueva Gobernadora, no creo que me hubiera enamorado tanto de ti –tenia tanto sueño, pero aun así vi palidecer a Alex, si es que eso era posible –y así no habría dado mi vida por ti Alex.
—Necesitas sangre –dijo al ver mi estado. Negué, solo deseaba dormir.
—No, dijiste que me habías secuestrado porque temías que acabaran conmigo como con la esposa de Marco, pero no temías porque me amaras ni porque te importara como tú pareja, tan solo no querías que eliminaran a tu posible Gobernadora ¿no es así?
Su silencio confirmó mis sospechas. Ni siquiera pude seguir hablando, estaba agotada y sospechaba que había sido debido a la conexión que tuve con Cristóbal, eso era anormal, supuestamente el único que debía tener acceso a mi mente era Alex.
Caí en la inconsciencia mientras que él me tomaba entre sus brazos.
No pasaron muchos minutos para que despertara nuevamente, ni siquiera media hora, pero me encontraba en uno de los Centros Proveedores. Alex me tenia apoyada en su regazo mientras acariciaba mi cabello, llamándome entre la oscuridad. Estábamos en un apartado del lugar, era obvio ya que no había más vampiros. Una pequeña lámpara estaba encendida a nuestro lado.
—Bebe –puso una bolsa de sangre cerca de mi boca. No dude en morderla por varios segundos, hasta que sentir que mis fuerzas volvían.
— ¿Fue por haber hablado con Cristóbal? –dije sentándome, mirándolo aun cansada, pero esta vez era por tener un nuevo problema en nuestra relación.
—Así es, sucede porque tu cuerpo desconoce a ese infeliz, solo conmigo deberías tener esa conexión.
— ¿Por qué deberíamos tenerla? Porqué me amaste incondicionalmente desde un comienzo. Ahora que lo pienso, incluso en tus escritos fuiste muy analítico al contar como me conociste ¿Para qué me entregaste ese cuaderno relatando lo pasó en nuestra historia si eran mentiras? ¡Siempre juegas conmigo!
—No, no… ¡oh, demonios! –Dijo mirando hacia el suelo –no es tan así, Victoria.
—“Tan” así ¿no? –Apoyé mi cabeza en el respaldo del sofá circular, me sentía mareada. Pensé que estas reacciones se limitaban solo a cuando era humana, pero creo que toda esta situación me estaba colapsando –no creo que no me ames, como dijo Cristóbal, pero sin duda parece ser que soy la que ama más en esta relación, como siempre. Te dije antes que esto era una cosa de dos, pero no, tú siempre estas a kilómetros de distancia Alex.
Llevé mi mano a mi pecho, donde presioné en círculos lentamente, dolía por culpa de Alex. Esquivé su mirada, tratando de ordenar mi mente. No creo que esto hubiera sido menos grave si me lo hubiera dicho él o desde un comienzo, no había caso, este maldito puesto de Gobernador había ensuciado hasta lo más pequeño de nuestra relación.
—Estamos en el Centro Proveedor ¿no? –dije tratando de concentrarme en algo más.
—Si –sentí como su mano tomó la mía que estaba al lado de mi pierna –iremos a la casa que tengo aquí ¿sí? descansaras y hablaremos.
Solo asentí.
Alex encargó un auto  cargando con nuestras cosas y nos dirigimos a la residencia que tenía en Londres. Creo que había estado solo una vez en esta casa, lo primero que pensé cuando la visité fue que de seguro aquí había vivido con alguna de sus parejas, exactamente como pasaba en Chile, pero con una mansión diferente y una mujer diferente.
Las otras casas se quedaban cortas al lado de esta, sin duda era la más lujosa de las que había visto en otras ciudades. No era de mi agrado, pero había una cama… y estábamos protegidos por los Guardias de Londres.
Quedaba a las afueras de la ciudad, rodeada de jardines hermosos y de muros altos, para evitar curiosos. Era de ladrillo gris y madera blanca, con una piscina gigante, hermosa, servía más para observar que nadar eso sí. Chimeneas y muchas habitaciones, demasiadas para mi gusto.
Me dirigí directo a la habitación que usamos en el pasado. Alex me siguió en silencio hasta que cerramos la puerta.
—Victoria.
Me senté en la cama y lo miré. Tendríamos que armar un nuevo plan, quizás incluso tendríamos que recurrir al Consejo, eso sería en parte liberador. Aunque quisieran acabar con mi cabeza.
— ¿Qué vamos a hacer? Ya todo mundo sabe que estamos en la ciudad. Cristóbal me amenazó contigo, quiere que gobierne a su lado porque cree que de esa forma podrá tener más vampiros a su favor.
Apoyé mis manos en las piernas, tratando de encontrar un equilibrio y no llegar a recostarme en la cama. Era gigante y color turquesa, ese color destacaba en esta mansión.
—Pienso que es una locura, está perdiendo la razón –seguí hablando mientras Alex me miraba con una expresión de dolor, debía ser la culpa carcomiendo su mente por ser un mentiroso –si supieran que yo convertí a Cristóbal, acabarían conmigo y no tengo deseos de morir.
—No si se reconocerán su nuevo cargo, pero eso no importa, tenemos que hablar.
— ¿Qué me dirás ahora? –dije haciendo círculos con mi mano derecha sobre mi pierna. Recién noté que mi ropa estaba muy mojada. De seguro me había llevado corriendo bajo la torrencial lluvia cuando me dormí.
—Te amo –se acercó hasta quedar a mi lado, se sentó sobre la cama.
—No dudo eso, ya te lo dije. Estoy cansada de esto Alex, ninguna chica de mi edad debería pasar por esto a esta edad, tan solo con 19 años vividos y me has hecho pasar más amarguras que una mujer de 70, estoy cansada ¿sabes? No quiero seguir demostrando que te amo y que merezco tu confianza.
—No debes, no debes hacer eso Victoria –tomó mi mentón entre sus dedos y me hizo mirarlo –sé que estás de mi lado.
—Claro que lo sabes, di mi vida por ti. Demonios, es tan injusto –dije cansada, recostándome sobre el blanco cobertor de plumas –desde la primera vez que te vi estuve condenada a pasar mis días a tu lado.
—Victoria…
— ¡No, calla! –me gire, dándole la espalda, flexionando mis piernas, ubicándome en posición fetal –no digas nada, esto no fue un juego Alex y solo sucedió hace más de un año ¿crees qué fue entretenido estar atrapada en casa? ¿Haber perdido mi vida? claro que no, menos lo fue haberme enamorado de mi propio secuestrador, pero tu… no hiciste todo esto porque creyeras en mi, solo lo hiciste para tener una Gobernadora y no te sacaran del puesto.
Ni siquiera pude mirarlo cuando tocó mi brazo, tratando de llamar mi atención.
—En tu diario no decías nada Alex, incluso entregándome ese cuaderno… no había rastro de tus motivaciones para seguirme por años hasta atraparme, no había nada, aun así todo parecía muy analítico, frio, como si estuviera… preparado.
Pude sentir como se tensó a mi lado, claro, había sido tan ingenua al creerle a ojos cerrados. Siempre pasaba lo mismo con él ¿Es qué de verdad no podría confiar en mi propio esposo? Fue ante ese pensamiento que me di cuenta de lo que había sucedido realmente con ese diario, el que me entró hacia un tiempo para probar de que me amaba desde la primera vez.
—Sí era preparado –susurré sin poder creerlo –ese diario.
—Todo lo escrito ahí es cierto, lo escribí después, el original es una mierda, no sabía lo que hacía. Por favor Victoria, mis motivaciones fueron frívolas pero no pude contra ti, fuiste tú quien me atrapo desde el primer momento que te vi. Lo que leíste en ese cuaderno es real, nada fue mentira, tan solo no lo hice a medida que pasaban los acontecimientos, solo tuve que recordar nuestro primer encuentro y recrear lo que había pasado de nuevo. Por eso encontraste ese cuaderno en casa, recién lo había terminado para ese entonces.
Lo miré agotada, no estaba cansada, pero algo en mi interior estaba harto de sobrellevar el dolor que me provocaba Alex. Ni siquiera era porque desconfiara de su palabra ahora, pero de cierta forma había cambiado un suceso del pasado, algo en lo que me aferraba para avalar el amor que sentía por este vampiro. Ya no tenía eso, algo tan valioso para mí.
—Por favor créeme, todo cambio desde esa noche, cuando hablamos por primera vez.
—Habrá cambiado en parte porque aun así me convertiste antes de tiempo ¿no? –me giré para poder ver sus expresiones, ya que ese era un gran detalle.
—Sabes que hay cosas que no puedo controlar y el Consejo estaba pidiendo nuestra unión Victoria.
—El Consejo y una mierda –susurré, negando a sus palabras –si el Consejo me pidiera hacer algo que te perjudicara, no lo haría porque te amo, así de simple. Tendré 18 por una eternidad, eso no es muy bueno luego de décadas viviendo ¿no es así?
Cerré mis ojos, analizando estos hechos por unos segundos.
—No me amabas lo suficiente en ese minuto tampoco ¿es qué ni siquiera cuando di mi vida te convenciste? Claro que no, mira todos los problemas que hemos pasado por ello. Estoy cansada Alex –odiaba el hecho de no poder llorar, era como si toda esa tristeza se concentra en mi pecho.
—Estamos superando todo –negué a sus palabras.
—El que está enfrentando sus problemas personales eres tu porque eres tú quien siempre ha dudado de mi y que siempre me ha puesto segunda, yo he hecho siempre lo contrario contigo Alex ¡Ah! esto me supera, ya no sé nada y siento que me estoy apagando, no puedo detenerlo.
Él tomó mi mano, entrelazando nuestros dedos.
—Victoria, amor, eso fue en el pasado…
—Soy una tonta –alejé mi mano de la suya –siempre creí que éramos como esas historias de amor fantásticas de los libros, pero no eres más que un vampiro codicioso, un monstruo que hizo todo lo posible para seguir teniendo poder y en el camino, por accidente terminó enamorado.
—Pero te amo –dijo aferrando su mano a la mía nuevamente –eso es lo que importa ¿no? tu me cambiaste.
—No Alex, ese es el problema –todo comenzaba a tener más sentido, siempre había pensando que me amaba, que había venido por mi debido a eso, pero no por sus ansias de poder y dinero –la razón por la que avalaba todo tu comportamiento y por lo cual siempre terminaba justificando o perdonándote, ya no existe. No hay nada especial entre nosotros.
—Claro que la hay, tu volviste por mi… toda esa maldición se acabó.
—Ni siquiera recuerdo ese pasado, es como si no existiera, así que personalmente me importa un comino esa posible Maldición que hice cuando era humana y que ni siquiera recuerdo. ¡Cosa que si me preguntas ahora, no la haría! Tuve que haber sido muy tonta como para condenarme a volver a ti y seguir igual de enamorada como estuve en el pasado, cuando preferiste quedarte con tu estúpida prometida solo por dinero.
La angustia de no saber cómo iba a reparar esto comenzó a abrumarme. No había solución. Me sentía perdida, simplemente sería algo que tendría que sobrellevar, no arreglar. Alexander no entendía que lo único que tenia de él, el único pedacito especial de ese vampiro que yo poseía, también estaba manchado por sus malditas ansias de seguir siendo Gobernador. Era un codicioso.
—Existió ese pasado, claro que si, te relataré todo para que recuerdes, te mostraré los lugares donde estuvimos cuando ambos fuimos humanos y nos encontramos por primera vez. Lo nuestro si es especial, tu eres única para mi…mírame Victoria, por favor.
No lo miré.
—Ni siquiera me interesa saber, ya me basta con esta vida en mi mente como para tener otra más donde termino muerta por tu culpa, exactamente como ahora ¡ser vampiro no es la mejor experiencia del mundo!  –dije resignada, dándome cuenta en la situación que estaba —Estoy condenada ¿sabes? no importa lo que hagas, digas o cuanto me lastimes, pareciera que estaré atada a ti no importando como seas, eso es lo que siento… soy un movimiento político –aquella frase había sido de Cristóbal.
—Victoria Lenardis, en este preciso minuto prometo que me dedicaré a demostrarte que te amo y que lo nuestro sin duda ha sido algo especial, solo de nosotros y que nadie más puede entender, único… voy a recompensarte por todo lo que tú me has dado y para borrar esa idea de tu cabeza. Soy completamente tuyo.
Sonreí levemente, pensando que sus palabras no eran del todo ciertas ya que era el Gobernador de los vampiros, pero me estaba hablando de forma sincera, no podía dudar de ello.
Se recostó a mi lado y comenzó dejar mi rostro expuesto, tenía varios mechones de cabello mojado cubriendo mi cara.
—Ese bastardo debió decirte las cosas de la peor forma ¿no? –Se acercó y me dio un suave beso en una mejilla –tener una conexión con alguien que no es tu pareja no es normal y por ello no lo recibes bien.
—Aunque Lina me hubiera dicho esto, riéndose al frente de mi cara… me habría sentido igual. Duele Alex, duele saber que todo lo que has hecho en tu existencia es debido a la misma razón de un principio, por poder, incluida yo.
—Te demostraré que no es así, tu no –ahora besó mi otra mejilla –lo siento.
Me alejé de él, no quería sus besos porque no podía tomar esto a la ligera. Esperaba que no hubiera más mentiras de su parte, pero eso parecía imposible.
Sabía que él me amaba y creía en sus palabras, pero se había manchado el pedazo que tenía de él. Todo en definitiva conllevaba a ese maldito cargo.
—Victoria.
—Lo sé, sé que me amas –dije aun dándole la espalda –pero no puedo, solo deja acostumbrarme a esto ¿sí?
Tenía que reponerme, habían cosas más importantes, como el hecho de ser descubiertos y que Cristóbal estuvo lo suficientemente cerca como para comunicarse conmigo por telepatía. Demonios, eso había sido incluso algo asqueroso, siempre lo había hecho con Alex, era una forma de comunicarse muy intima.
—El Primer Ministro viene hasta acá –dijo Alex interrumpiendo mis pensamientos –debo recibirlo.
—Está bien, ve. Cámbiate de ropa, estás mojado –me acerqué a la almohada.
Alexander fue hasta la otra habitación donde se encontraban varios trajes de su gusto, antes de ponerse uno color negro fue hasta el baño, seco su cabello y se cambió. Apareció ante mis ojos, con una sonrisa preocupada.
—Debo hacer esto ¿estarás bien sola?
—Claro, vete tranquilo.
De verdad pareció por un segundo que se iba a quedar a mi lado, pero no fue así, salió de aquella habitación tan iluminada. Me levanté de la cama, necesitaba un baño, tenía la sensación de que tenía hasta mis huesos demasiados helados, en realidad tenía frío.
Comencé a llenar la bañera cuando la puerta se volvió a abrir, antes de poder acercarme a ver de quien se trataba Alex apareció ante mis ojos.
— ¿Qué se te ha olvidado?
—Tu –dijo sacándose la corbata, desabrochando su chaqueta mientras se deshacía de sus zapatos –no te voy a dejar sola otra vez, actualmente ni siquiera soy el Gobernador.
Tiró su chaqueta a la cama, junto con su corbata. Tan solo se había quedado con aquella camisa blanca y sus pantalones.
—Pero te esperan… y es importante –dije apoyando mis manos en su pecho.
—Demonios –susurró mirando a un lado –ya he sido lo bastante cursi para seguir hablando ¿Qué estas buscando? ¿Qué me humille para que me entiendas?
— ¿De qué estás hablando? –dije confundida.
—Victoria, estamos metidos en todos estos problemas porque siempre estuve diciendo que esto era más importante que tú… de esa forma solo te herí. No te puedo dejar de nuevo por algo o alguien más.
Oh, ahora entendía a lo “cursi” simplemente me estaba explicando lo que estaba pasando en su mente, solo Alexander podría encontrar eso “cursi”
—Es cierto lo que dijo Cristóbal, te busqué solamente porque quería seguir siendo Gobernador –llevó sus manos a mis jeans, desabotonándolo bajo mi mirada sorprendida ¿Cómo se atrevía? –pero te voy a demostrar que eso sucedió hasta la noche que hablamos. Después todo eso quedo de lado, aunque fuera por unos días, hasta que tuvimos nuestra Ceremonia.
Sus manos ahora fueron al borde de mi camiseta negra, la cual levanto, sacó y tiró sin detener sus palabras.
— ¿Qué importa que te haya convertido a los dieciocho? ¿Por qué te preocuparía no parecer mayor? No le tienes que demostrar nada a nadie porque estás conmigo y nadie más –me tenía solo con los jeans y el sujetador color crema, sin dificultad hizo que me apoyara contra el marco de la puerta del baño –Él solo quiere herirte con esas palabras y es mi culpa por darle material para usar en tu contra; debí haber explicado esto desde un principio. No volverá a ocurrir.
—Alex… —no podía creer todo lo que me estaba diciendo.
—Y haré que te sientas bien, ahora mismo –para mi sorpresa mordió con rapidez su muñeca derecha y la acercó hasta mí.
Aquella sangre era mil veces más poderosa que la humana, obviamente me iba a sentir mejor. No pude rechazarlo, menos cuando comencé a beber y él sin pedir permiso o dar algún aviso, expuso mi cuello para morderlo.
Mis piernas temblaron ante la sensación que me provocaba beber de su sangre como que él me estuviera mordiendo, mientras que su mano libre rodeaba mi cadera para evitar que cayera.
Mi cuerpo fue volviendo a la temperatura normal, el frío que me había provocado la conversación con Cristóbal se fue esfumando hasta que no había espacio para él en mi mente. Alexander se había apoderado de todo mí ser.
Después de unos minutos se separó de mi cuello y alejó su muñeca de mi boca.
Nos quedamos mirando en silencio por unos segundos, él curvando su sonrisa; conocía muy bien esa expresión. Acercó su mano a mi mentón y pasó su el pulgar por la gota de sangre que caía por la comisura de mis labios.
—Sigues bebiendo como un bebé –negué a sus palabras, pero no pude evitar entreabrir mis labios para beber esa gota que había perdido –demonios ¿Cómo voy a preferir al Primer Ministro que a ti?
—Deja de bromear –dije sintiéndome fortalecida, beber su sangre había sido la mejor idea, debí hacer eso inmediatamente después de conversar con Cristóbal — ¿Sabes? Una vez que me metí en tu mente, pude ver que Javier quería que tú estuvieras seguro antes de presentarte ante mi ¿era debido a esto? ¿A que me buscaste para seguir siendo Gobernador?
—Así es –dijo apoyándose en el marco de la puerta, estábamos frente a frente –fui un idiota.
— ¿Hay algo más Alex? Si me hubieras confesado esto no habría sido tan horrible como escucharlo por parte de Cristóbal –me quede unos segundos pensando –aunque realidad hubiera sido igual.
—No, no hay nada más, excepto por las vampiras con la que he estado involucrado. No quiero entrar en detalles.
Lo miré unos segundos, realmente me sentía mejor. No podía hacer nada en contra Alex, aunque estuviera tan enojada y desilusionada ¿Pasaría lo mismo cuando él se enojaba conmigo?
—Cristóbal cree que no me amas y que estás conmigo solo para seguir siendo Gobernador, esa es la realidad en su mente –dije asintiendo, pensando en las posibilidades que nos daban esas ideas que tenía –y no le demostré algo diferente cuando se acercó a mí.
— ¿Y eso que tiene que ver? –la sonrisa de su rostro había desaparecido.
—Que podemos utilizar eso –caminé hacia la tina, pensando en un nuevo plan –podría engañarlo ¿sabes? Hacerle creer que eso es cierto.
—Tú no vas a engañar a nadie –me senté en el borde de la tina y me quite los botines, junto con mis calcetines.
—Pero piénsalo bien –contradije, esto podría ser bueno –si acepto unirme a él ¿Qué crees? Estará expuesto ante nosotros y podrás eliminarlo, en estos momentos realmente quiero verte con su cabeza en tus manos.
—Ni se te ocurra –comenzó a desabotonar su camisa –ese es un estúpido plan, en serio, se daría cuenta de inmediato que mientes.
— ¿Se nota mucho que estoy enamorada de ti? –él sonrió.
—Olvídate de ese plan, no serviría. Debemos ir por ese Fréderic, acabaremos con él y tendremos información suficiente para poder saber donde se encuentra Cristóbal.
—Francia ¿crees que deberíamos ir? –Se acercó y me tomó con suavidad de los hombros para levantarme — ¿Qué vamos a hacer? Él estuvo a metros de distancia Alex ¿y qué pasa si…? –me hizo callar con un beso mientras sus manos rodeaban mi cintura para después subir y desabrochar sujetador.
—No quiero hablar de ese bastardo en ese preciso momento, tengo otros planes –dijo ahora besando mi cuello mientras comenzaba a bajar mis jeans.
—Oh Dios, ahora entiendo porque no me incluías en la gobernación, te distraes de una manera increíble.
Rodeé sus muñecas, para que no siguiera. Yo iba a darme un baño, no él.
— ¿Qué?
—Alex, ve a recibir al Primer Ministro, ahora mismo. Debes dejar en claro lo sucedido con Marco, era tu amigo.
Su mirada cambio de inmediato. Asintió y alejó mientras yo me desnudaba y me metía en aquella tina. Ya no sentía el frio que Cristóbal había provocado, pero de todas formas necesitaba un tiempo a solas.
No pensaba que ir por Fréderic fuera una buena idea, es más, creía que era una pérdida de tiempo. Algunos Guardias podrían asegurarse de ir y acabar con ese traidor.
—Demonios –susurré pensando en que Aníbal no daba señales de vida
¿Y si les había sucedido algo?… ¿y si de verdad eran unos traidores?
Oh, Alex no dejaría de recordármelo por el resto de nuestra eternidad. Además sería demasiado peligroso, ellos podrían llegar con comentarios al Consejo y mis días estarían contados.
De todas formas, no deseaba encontrarme con Cristóbal nuevamente, no quería verlo, no quería sentir su asquerosa mente en la mía. Eso había sido escalofriante de una forma vampírica.
Me hundí por completo bajo el agua, pensando en Alex; no tenía otra alternativa que confiar en él. Debía concentrarme en el presente, no podíamos distraernos en este momento, no me podía entregar a las emociones que me entregaban esta situación, había problemas más importantes, pero eso no quitaba en sentirme como una idiota. Le perdonaba a Alex todo lo que hacía, parecía que estuviéramos en una relación enfermiza, lo que era horrible porque estaríamos juntos por una eternidad y no quería que fuera de esta forma.
Odiaba a Cristóbal, no había duda de ello ahora, pero eso no quitaba mis sospechas sobre Alex ¿Qué ha estado haciendo durante su Gobernación? ¿Por qué los Rebeldes han alcanzando este poder? Ciertamente era porque fui una tonta en convertir a Cristóbal  y sin duda alguna, Alex me escondía más información.
¿Hasta qué punto podría llegar toda esta situación? ¿Y si había hecho algo que nunca podría borrar de mi mente? ¿Por qué había tanta gente que lo odiaba?
Comencé a escuchar como un celular vibraba. Ni siquiera tomé una toalla, corrí a la habitación mientras mojaba la blanca alfombra  y tomé el celular que estaba en uno de nuestros bolsos.
Sin duda este era el mío. Número desconocido.
— ¿Diga? –susurré asustada, pensando que podría ser Cristóbal.
—Aníbal ha estado a un grupo de rebeldes.
Era Alanna.
— ¿Es seguro? ¿Dónde está? ¿Dónde están en realidad? He estado preocupada por ustedes.
—Solo tengo unos segundos; yo no he entrado, pero estoy cerca porque me tienen registrada como pareja de Aníbal. Estamos en uno de sus centros, en la ciudad fantasma de Prípiat, en Ucrania.
—Pero…
—Es en la única parte donde pudo entrar Aníbal, con mis contactos y los suyos. No hay nada factible por esta zona, ya que ni siquiera han recibido una… espere –se quedo en silencio unos segundos mientras parecía que mi corazón volvía a latir del susto a que la hubieran encontrado –bien, debo partir, creo que escuché ruidos. Aquí ni siquiera han tenido una visita de Cristóbal, ya que asumió su cargo hace poco, poco más de un año debido a la muerte de su padre.
—Demonios. Tengan cuidado, descubrimos que están eliminando a los traidores, están barriendo con ellos.
—Entendido. Hasta pronto.
Ambas cortamos.
Demonios, cada uno de nuestros planes se estaba arruinando. No ganábamos nada si Aníbal estaba en uno de los grupos de rebelde más alejados.
Me senté en la cama, mojándola con mi cabello y mi cuerpo que estaba todo mojado. Deje el celular a un lado mientras trataba de encontrar una respuesta, pero tan solo vinieron las palabras de Cristóbal a mi mente.
Sabes lo que quiero, a ti, gobernando junto a mí, no solo a mi lado como te ha tenido él. Sabrás cuando tendrás que elegir, hasta entonces tendrás tiempo para tomar una decisión.
¿Es qué acaso estábamos en sus manos? ¡Era imposible! Me rehusaba a creerlo. Alexander era un Gobernador de siglos, él podría llegar a una solución ¿cierto?... teníamos que encontrar algo para eliminar a Cristóbal.
— ¿Pero qué…? –Alex cerró de inmediato la puerta antes de que alguien me viera –aquí no hay código de seguridad, debes tener cuidado de estar desnuda ya que puede entrar cualquiera.
Al ver los ojos de Alex y como le ponía el típico seguro a la puerta me cubrí en un segundo bajo el cobertor de la cama, solo dejando ver mi cabeza.
—Ha llamado Alanna, dice que han entrado al grupo que está en Ucrania.
—Entonces podemos confiar de que hasta ahora no son un par de traidores –se deshizo de sus zapatos —ya que donde están, no hay mucho movimiento.
— ¿Qué te dijo el Primer Ministro?
—Nada interesante, tan solo vino a saludar, tuvimos una pequeña discusión porque no estaba enterado aun sobre la muerte de Marco –dijo ahora desabotonando su camisa blanca –además por habernos interrumpido.
—Alex detente –dije descubriendo cuáles eran sus intenciones –hay que concentrarse. Debemos pensar en lo que haremos, quizás ir a Francia no es bueno ¡Alexander! –levanté la voz cuando tomó la punta del cobertor y tiró de este hasta que cayó al suelo. Abracé mis piernas, cubriéndome.
—Pero es tarde, en un par de horas amanecerá, no podremos hacer nada productivo para mejorar nuestra situación; me agrada más la idea de demostrar cuanto te amo como dije antes.
— ¡Oh! Eres muy astuto ¿no? –Dije entrecerrado los ojos –no juegues con esto, tu quieres sexo por eso usas esa excusa y ya basta, pero ¿Qué demonios te está sucediendo? Estas muy distraído.
No pude evitar notar como llevaba sus manos hasta aquel cinturón, eliminándolo. Después me concentré en su torso, lo que no pasó desapercibido por él, ya que me sonrió cuando nuestras miradas se encontraron.
Antes de que desabotonara su pantalón se acercó hasta mi y sin más, tiro de mi tobillo para acercarme hasta él, logrando que quedara recostada en la cama. Traté de escapar de su agarré, le tiré un par de almohadas, pero fue inútil. Lo tenía sobre mí, inmovilizándome.
—Eres demasiado extraño para mí –dije mirando sus ojos –hace un par de horas estabas triste por Marco y ahora te comportas como si no te importara tu cargo y Cristóbal.
—Es tu culpa –dijo ahora besando mi cuello –nunca antes me pude relajar, pensando todo el tiempo que tu –cerré mis ojos al sentir sus labios en el lóbulo de mi oreja derecha –estarías con otro, ya sabes. Que te irías —presioné mis manos en las sabanas al sentir como tiraba con sus dientes.
—Basta ya –dije mirándolo, escapando de sus besos –sigo enojada contigo y… y no quiero hacerlo ahora –mentí descaradamente y él lo sabía.
—No deberías esperarme de esta forma entonces, desnuda y toda mojada.
No pude decir nada ante ese comentario. Estaba segura que incluso siendo vampiro me sonrojé ante él.
Mire hacia un lado, avergonzada.
— ¿Sigues enojada conmigo? –Susurró en mi oído — ¿Qué quieres que haga?
Se alejo de mí y se recostó a mi lado, apoyando su cabeza en la mano, mientras que con su dedo índice recorría mi esternón.
—No hay nada que puedas hacer, además hay temas más importantes ¿no?
—No si estás enojada –dijo rodeando mí ombligo tan suavemente con su dedo que me estaba causando cierto estremecimiento.
—Deberías dormir ¿sabes? No has podido descansar y…
—Y nada –me interrumpió –no importa nada más, ya te lo dije. Arreglaremos esto primero antes de seguir, Fréderic puede esperar.
Cerré mis ojos, sintiendo como ahora su dedo hacia círculos en mi cadera.
—Me estás escondiendo información ¿sabes? –Dije removiéndome un poco sobre la cama por su contacto. Era cierto que mi desnudez ante él había dejado de importar hacía ya bastante tiempo, pero estando así igual me ponía un poco nerviosa — ¿Qué has hecho mientras tenias tu cargo? Demasiadas personas están en tu contra ¿Cómo…? Has hecho cosas malas ¿no? dímelo.
—No puedo –se acercó y me besó, pero no respondí –hay cosas de las que no me enorgullezco.
— ¿Qué has hecho, Alex? –sabía que no respondería mi pregunta, era más bien retorica. Apoyé mi mano en su mejilla.
—No eres parte de ello ¿Por qué quieres saber? No es nada bueno y lo sabes.
Era cierto. Deseaba que desmintiera todo, que no había nada malvado detrás de todo este misterio, que no había nada que me hiciera dudar si él era o no un buen hombre, sin embargo, no era así. Lo sabía, pero no quería verlo de esa forma porque yo lo amaba y lo peor que podría suceder ahora, era amar a un hombre malvado.
¿Es qué todo este tiempo había vivido junto al villano de la historia? ¿Por eso todo salía mal en nuestros intentos de eliminar a Cristóbal?
—Victoria… —dijo con una voz suave y que me distrajo…o más bien deseé que así fuera.
Esta vez al besarme no pude resistirme, lo deseaba tanto y necesitaba olvidarme de todos los problemas que habían a nuestro alrededor. Esta era la mejor forma.
Rodeé su cuello con mis brazos, ahora sentada sobre él, que también estaba en la misma posición sobre la cama. Ni siquiera se deshizo de su pantalón, no hubo preliminares ni nada por el estilo. Ambos estábamos loco por el otro y me provocaba aun más al sentir como sus manos recorrían mis muslos, mi cintura, mi espalda… parecía que encendía mi piel a medida que sus caricias avanzaban.
—Eres lo único bueno en mi vida ¿sabes? –dijo para después besar mi hombro y subir lentamente hasta mi cuello.
Llevé una de mis manos entre nuestros cuerpos hasta el borde de su pantalón y lo desabotoné, buscando lo que quería.
Nuestros labios se volvieron a unir mientras nos mirábamos, no pude evitar sonreír contra su boca, más cuando nuestros cuerpos se unían. Sin embargo, toda sonrisa desapareció cuando sus manos se apoyaron en mi cintura e hizo que lo sintiera por completo, de un solo movimiento.
Cubrió mi boca con su mano, aquí las paredes no estaban insonorizadas y era obvio que había Guaridas o personal dando vueltas por los pasillos. Debíamos, bueno… debía ser silenciosa.
Me apoyé en sus hombros, mis manos se aferraron a ellos mientras me movía. Alex rodeaba mi cintura, acercándome más a él, tensando su mordida.
—Shh –dijo cuando un gemido escapo de mi garganta.
No venía nadie, por eso habíamos hablado sin problemas minutos atrás, pero ahora que nuestra concentración estaba en otro punto, era difícil saber si alguien se aproximaba.
Alex ya no cubrió mi boca, sino que atrapó mi cuello por un costado y me acercó a él. Solo fueron unos segundos que nos besamos, ya que me aleje de él porque mi espalda se arqueaba por el placer que sentía. Cerré mis ojos, disfrutando de cómo mi vampiro se llevaba uno de mis senos a su boca. Mordí mi labio inferior para poder evitar que cualquier sonido escapara por mi parte, lo que era muy difícil y Alex jugaba con ello, ya que sin previo aviso sus colmillos traspasaron mi piel por un costado de mi pecho.
Tiré de su cabello para mirarlo, con el ceño fruncido, pero al ver mi sangre oscura en sus labios no pude evitar excitarme aun más, era realmente la única conexión especial que quedaba entre los dos. Beber del otro ya que no podíamos comunicarnos telepáticamente ¡como lo extrañaba!
Sentí gran placer cuando sus colmillos volvieron a donde estaban mientras que sus manos recorrían mi espalda, mis muslos, comenzando a apoderarse del ritmo de nuestra unión.
Nuestros labios se volvieron a encontrar luego de unos minutos que bebiera lentamente de mí, pero esta vez fue de forma desesperada el uno por el otro, al igual que nuestros movimientos. Mi cadera estaba bajo el poder de sus manos.
—Alex… —susurré contra sus labios –Shh.
No pude evitar sonreír, ya que él también hacia demasiado ruido si estábamos en una casa donde había vampiros con súper oídos. Esos gruñidos que escapaban por su parte eran tan irresistibles, me encantaban, pero teníamos que ser muy silencioso.
No me gustaba esta mansión.
—Alex… —lo empujé para que se recostara, así me pude apoyar en su pecho y moverme como yo quería, lo que no fue por mucho ya que esa ola de placer que me provocaba estar con mi vampiro llegó de forma imprevista.
Él se movió con rapidez, en un segundo estuve recostada en la cama mientras me besaba y me hacia callar, al mismo tiempo que sus embestidas se volvieron más profundas ya que también estaba alcanzando aquel increíble orgasmo.
Fue maravilloso, como cada vez que estábamos juntos.
Se recostó a mi lado, observándome con una sonrisa curvada.
—No me gusta esta casa, debemos tener sexo en secreto –dije susurrando mientras entrelazaba mi mano con la suya.
—Lo que es bastante difícil para ti ¿no? –entrecerré mis ojos, se estaba burlando.
—Bueno, lo que sucede es que estas bien dotado, me encantan tus manos y boca, no puedo evitarlo. Sería una real pena si no tuvieras estas características ¿te lo imaginas? Una eternidad con alguien que no me satisface –él frunció el ceño.
—Soy solo un pedazo de carne para ti  –no pude evitar reír.
—Por supuesto, está muy bien que cumplas con tu deber de esposo –dije dándole un beso en sus labios –ahora ¿Qué vamos a hacer, Alex? –susurré contra su boca, para que nadie nos escuchara y para que él volviera a concentrarse, pareciera que estuviera escapando de todo esto y me sentía con la obligación de traerlo a tierra.
—Tengo excelentes planes para esta noche –dijo llevando su pulgar a mi boca, pero fruncí el ceño y después lo mordí.
—No, estoy hablando en serio.
—Ya sabes a donde partiremos, solo hay que ser cuidadosos –dijo ahora acercándome a él para besarme, no pude negarme, pero luego de unos segundos él me quedo observando, sabía que tenía mi mente en otro lado — ¿Qué sucede?
Sucedían muchas cosas que estaba dejando de lado por el momento.
—Quiero dormir –susurré metiéndome bajo las sabanas, bajo la mirada sorprendida de Alex.
— ¿Desde cuándo te da sueño?
—Desde que bebes de mi sangre más de una vez en el día –dije dándole un corto beso en los labios –si me acompañas podría dormir mucho mejor.
Él enarcó una ceja, con el ceño fruncido, pero se deshizo de sus pantalones, quedando solo con bóxer y se metió a la cama.
— ¿De verdad estas cansada? –asentí, había sido un día con demasiadas emociones como para tener una noche de sexo desenfrenado y sabía muy bien que Alex quería aquello solo para no pensar en Marco o en Cristóbal.
Me acomodé mejor entre sus brazos, apoyando mi cabeza en su pecho y cerrando los ojos, deseando quedarme para siempre en este momento, que ninguna otra mala noticia llegara a mis oídos o mente, pero sabía que esto era solo la punta del iceberg.
— ¿Me amas? –susurré, entregándome al inconsciencia.
—Tú eres mi amor, Vittoria.
Sonreí entre sueños al escuchar cómo me llamó, por alguna razón ya no me parecía malo que usara ese nombre. Creo que quizás leyera ese libro rojo de nuevo, pero sin odiar a Alex, como lo había hecho.

¡hello! bueno, nuevo capitulo, se acabo mi semana de pereza, así que espero poder volver a entregar capítulos de nuevo. Muchas gracias por los comentarios del capítulo anterior, de verdad que estoy sorprendida porque esta historia no recibe muchos en realidad. Gracias :D Espero que les guste el capitulo.

13 Lectores:

  1. hermoso cap... sufri con victoria al saber ese detalle, pero estoy segura que alex la ama mi gatito lindo...
    a veces creo q llegara cristobal y matara a alex :(
    esperando prox cap :D

    ResponderEliminar
  2. Por fiiiin capitulo. Lo espere con ansias. Quiero q eliminen a cristobal y que sea de una forma bien fea jajaja

    ResponderEliminar
  3. Hello Dani!!
    Una semana de descanso merecida, ya vi q estuviste lee y lee.
    Ufff ese Cristobal es un malo horrible. Como dije antes puedo entender un poco al muchachillo aquel pero solo hasta cierto punto. Todos sabemos q mi Alex no es ninguna perita en dulce por lo q no es de extrañar q haya vampiros q no lo apoyen y q shock para mi no haberme dado cuenta de lo q paso en todo este tiempo, me refiero a lo q le dijo Cristobal a Victoria. Ufff todas las señale ahí y no las vi jaja buuuu soy una despistada. Como dije Alex últimamente me trae colgada de su dedo meñique y no me puedo enojar cn él, ya lo empiezo a perdonar jaja.
    Ahora solo queda seguir leyendo para ver a donde llega esto, ya quiero leer mas jaja.
    Muchas gracias por el capitulo Dani.
    Te mando un beso y nos seguimos leyendo!

    ResponderEliminar
  4. Aaaa espere con ansias este capitulo y me a dejado en shock no me lo esperaba que otras cosas mas esconde alex cada vez pienso que hay que darle una buena tumba si que si excelente capitulo :)

    ResponderEliminar
  5. Cada vez se pone mas interesante esta historia muchos secretos todavia por resolver que otras cosas se sabra que emocion siento ansias de resolver este rompecabezas que otras cosas pasaran con esta pareja ya quiero saber hermoso capi

    ResponderEliminar
  6. Haaaaa maldito Cristobal lo odio con todo mi ser como me gustaria que ya lo decuartizaran jejejejeje y mas coraje me dio cuado le dice a Victoria que le ha dado un poder inigualable haaaa con ganad de darle una cachetada al tipo ese .. esto es lo que hace que me enoje con Victoria que haya convertido a este tipo .. por lo visto sigue provocando a Victoria le saca el lado negativo a Victoria se pone de malas ,solo reclama y puede que tenga razon pero parece que le quita la parte del razonamiento y es como que la pusiera encontra de Alex por asi decirlo es lo que creo que Cristobal provoca en Victoria a raiz de este encuentro por otro lado creo que hay muchos cosas de las que nos vamos a enterar Alex aun tiene muchos secretos pero a la vez creo que es normal no todo lo puede saber Victoria ya que creo que muchas cosas que Alex haya hecho bueno o malo no eran en el momento de Victoria y como dicen lo que no es en tu año que no te haga daño Cristobal solo aparece para crear problemas y la mala vibra entre ellos ... espero y Lina vengue la muerte de Marco proximante jeje y creo que Alex y Victoria deben tener ahora mas cuidado ya que han sidio descubiertos y al parecer Cristobal los sigue muy pero muy de cerca ...Gracias por este cap me gusto mucho y nos leemos en el sig

    ResponderEliminar
  7. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  8. oooo ese Cristobal ¿sera que ya podemos eliminarlo de la historia y dedicarnos solo a la sanación de la relacion de vicky y Alex? me pone de nervios, por un momento pense: "hasta aqui llego Victoria, esta cansada y lo va a dejar" aunque Alex esta poniendo de su parte, es obvio que aun le esconde cosas...¿quien hubiera pensado que el gatito era malo? un gatito maloso ummm.
    me di cuenta tambien que Victoria esta igual de paranoica que yo, que si William o Tessa...que si Anibal y Alanna...ya no se sabe en quien confiar.
    y si se van a ir a Francia? Alex deberia tomarse en serio eso que dijo de demostrarle con hechos que si la ama, por que no quiero ver a estos dos enojados, mas bien quisiera que ya acaben lo Cristobal (lo siento si soy repetitiva) pero es que el me saca de mis casillas¡¡¡
    ok, solo me queda decir que mi corazoncito se ablanda cada vez que el dice "Te amo"¡¡¡ aaa lo adoro¡¡¡
    gracias por el capi Dani¡¡¡

    ResponderEliminar
  9. me encanto el capitulo! que maldito que es Cristobal, como quiero que muera yaaaaaa

    ResponderEliminar
  10. ANEL...

    Ya quiero ver la sangre de Cristobal derramada por mi qeridisimo Alex. Por favor Danny ya no nos asustes con mas inches secretos ya se me hacia que Vctoria lo dejaba y se iba con Cristobal pero lo bueno que Alex pudo contentarla y explicarse aunque la verdad yo tambien me desilucione que solo la haya raptado en un principio para seguir siendo
    governador...
    hayy si me encanto este capitulo quiero massss...

    ResponderEliminar
  11. siempre que todo va super hay algun secreto que al salir a luz estropea todo ufff eso es frustrante, pero me alegra saber que ese par ya se tienen una confianza mas fuerte, espero q descuarticen pronto a cristobal n.n gran capitulo dani te felicito :D
    DTB

    ResponderEliminar
  12. Quiero el prox pero para serte sincera ya me cansa mucho esta Victoria q le acepta absolutamente todo a Alex y dice siempre q esta cansada de las mentiras de él pero lo deja pasar y vuelve a repetirse lo mismo... Entonces q no se queje. Dices tmb q esta historia no tiene muchos comments y sin embargo es la historia q mas comments tiene. Esa fue mi crítica constructiva, ahora esperar q sigue con estos 2 y que sera lo TAN grave q Alex habrá hecho en el pasado q ni lo quiere recordar???

    ResponderEliminar
  13. hello! me encanta esta historia y quiero mas... mucho mas realmente sufro con cada cosa que pasa en la relación de Alex y Vicky pero bueno después de tanto mal espero que todo al final quede bien eso espero por que si cristobal mata a Alex dios creo que dejaría de leer la historia enseguida... en fin besos y espero ansiosa el próximo cap... PD: si yo fuera victoria y tuviera a Alex de esposo y estuviera si de tragada tampoco me podría enojar por mucho tiempo y Alex físicamente no colabora por eso entiendo porque vicky le perdona todo.

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

© Black Butterfly, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena