Capitulo 8
Estaba helada
como un tempano de hielo, mis manos comenzaron a temblar ante la posibilidad de
estar rodeados de traidores y licántropos. Miré a Alex, a quien podía observar
desde donde me encontraba.
“No hagas nada estúpido, estoy solo, no hay necesidad
de despertar a tu maridito ¿no?”
Me quede en
completo silencio, tratando de controlar las ansias de salir corriendo de la
habitación para ir detrás de Cristóbal. Me incliné para tomar el celular,
curiosa debido a que con Alex habíamos verificado que no pudiera ser rastreado,
no éramos tan descuidados como para pasar eso por alto. Entonces lo más
probable es que él hubiera estado aquí desde un comienzo o que alguien le
hubiera informado de nuestro paradero ¿Podría haber sido William o Tessa?
“Victoria…”
Prácticamente podía
verlo frunciendo el ceño con su lindo rostro. De forma repentina tuve deseos de
poder golpearlo, me desconocí, ya que no tenía esos instintos violentos, pero
realmente quería atacar a Cristóbal hasta acabar con él.
“¿Por qué no puedo escuchar lo que piensas?”
Sonreí ante
ello, no por nada estaba casada con Alex todo este tiempo. Él mismo me había
dado secretos para proteger mi mente de él. De por sí ya estaba furiosa con Cristóbal,
así que se me hacia fácil esconder mi mente de él.
“¿Tienes un informante?” para mi
sorpresa pude sentir lo satisfactorio que le fue escucharme. No por nada había
una conexión entre creador y vampiro. Alexander me había explicado sobre ello,
para Cristóbal debía ser reconfortante escucharme, debía ser algo parecido como
a sentirse en casa, no era necesario tener la emoción de amor, era una conexión
entre vampiros solamente, yo la había tenido con Alex, era algo aparte de estar
enamorada de él.
“Los vampiros pecan de arrogancia ¿sabías?
Marco no debió llevarlos a ese café. Fréderic nos informó de inmediato”
“Los vampiros… suenas a como si siguieras
siendo humano” comencé a moverme lentamente hacia donde se encontraba Alex
durmiendo.
“Gracias a ti ya no lo sigo siendo ¿cierto?
Me has dado un poder inigualable, pero hay que ser precavidos. No puedo
aparecer ante el Consejo diciendo que soy su Gobernador”
Algo dentro de
mi pecho se prendió, como si todo se volviera llamas por culpa de esa frase. El
único Gobernador era Alexander ¡Y me importaba un comino si no me gustara ese
maldito cargo, simplemente era de él y punto!
“¿Y qué haces aquí entonces? ¿Tu plan es
asesinarnos antes?”
“Claro que no, tu eres la Gobernadora…
tienes que ejercer a mi lado ¿no piensas igual?”
Lo único que
pude hacer fue tomar la pierna de Alex, que dormía profundamente.
“Si quieres que Alexander Lenardis siga
vivo, te recomiendo que aceptes mi ofrecimiento por las buenas”
Zarandeé la
pierna de Alex que se comenzó a despertar lentamente.
“¡Pero qué dices! ¿De verdad crees que voy a
gobernar a tu lado? ¿Qué te hace pensar eso? ¡Es estúpido!”
Alex se sentó en la cama y me miró con el ceño
fruncido.
— ¿Qué te
sucede? –cubrí su boca antes de que siguiera hablando, sus ojos se abrieron
sorprendidos.
“Me asesinarían antes de poder decir que soy
Gobernador ¿no crees? En cambio, contigo todo sería diferente. Puedo utilizarte
de forma política para que tanto los rebeldes como los vampiros nos apoyen.
Alex esta viejo para este juego ¿no lo has pensado?”
—Estás
jodidamente loco Cristóbal –dije en susurros, pensando a la vez para que Alex
pudiera escuchar lo que estaba ocurriendo.
“Te lo estoy advirtiendo, no quieres a tu
esposo muerto, bueno… a menos que eso desees”
Por el tono de
su voz podía escuchar que hablaba con un tono diferente, malhumorado, de seguro
así deseaba referirse a Alex cada vez que hablábamos de él. ¡Oh, Dios, que
tonta fui!
—Dime de una
buena vez ¿a qué te referías sobre la manipulación de Alex? Es la única razón
para que te haya dejado vivo.
“Y te estaré agradecido por ello,
literalmente toda una eternidad”
— ¡Basta! –Alex me tomó de forma brusca
de los hombros.
— ¡Me duele!
–le dije asustada a mi vampiro por su reacción. Era demasiado tarde para no
escuchar la verdad.
“No fuiste más que un movimiento político
Victoria, Alexander estaba siendo presionado por el Consejo para que dejara la
Gobernación. Él había decidido años atrás dejar de buscar a su pareja por las
razones que ya sabes, pero al Consejo no le gustó la noticia. Es debido a ello
que fue detrás de ti, de porque te secuestró y lo rápido que fue la unión de
ambos. Entregaste tu mortalidad a un vampiro que solo te tenía como única
esperanza para seguir en su puesto de poder y dinero.
Un Gobernador no puede estar tanto tiempo a
solas Victoria, pierde el juicio y es por eso que su propia especie le está
dando la espalda. Todo lo que ha hecho fue para sus propios intereses, tu no
solo indicabas que volvería a tener su pareja, sino que también eras la
esperanza para que razonara y volviera a liderar como cada Gobernador lo hizo
en el pasado… incluso como alguna vez lo hizo él mismo”
No tenía
motivos para creer en esas palabras, aunque coincidieran los hechos que Cristóbal
había nombrado, tenía sentido, pero venían de ese mismo humano que una vez me
trató de manipular. Mi confianza hacia él era nula.
Diferente era
la situación con Alex, mi esposo, quien por la fría mirada se dio cuenta de las
palabras de Cristóbal. No fue el rebelde traidor quien me convenció de que esas
palabras eran ciertas, sino la reacción de Alexander que se quedó de pie, a
unos metros de distancia, mirándome en silencio. Esos ojos oscuros me estaban
diciendo que Cristóbal tenía información que yo no manejaba, exactamente la que
había escuchado en mi cabeza.
Se había
quedado tranquilo a pesar de entender que Cristóbal estaba cerca de nosotros.
Prueba suficiente.
“Mantén los ojos abiertos, tú crees amarlo,
pero él te ve como su oportunidad para seguir al mando. Ahora tú tienes el
poder, tú eres la Gobernadora oficial. No te dejes engañar”
— ¿Qué quieres?
–dije sintiendo un peso sombre mis hombros. Hablar con un desconocido de forma
telepática estaba acabando conmigo, ya que era una conexión que solo había
tenido con Alex.
“Ya sé que estas con él, así que pronto me
iré. Sabes lo que quiero, a ti, gobernando junto a mí, no solo a mi lado como
te ha tenido él. Sabrás cuando tendrás que elegir, hasta entonces tendrás
tiempo para tomar una decisión. Hasta luego”
—Se ha ido
–dije mirando a Alex, quien pareció despertar de algún sueño porque desapareció
de mi vista.
Fue detrás de Cristóbal,
recorrió todo el hotel, pero no hubo caso. Su aroma se perdió con la lluvia.
Mientras Alex buscaba al rebelde, yo
me quede en todo momento sentada sobre la cama. Sinceramente no creía la ultima
parte de mi conversación con Cristóbal, Alex me amaba… que teníamos serios
problemas era otra cosa, pero aun así, saber que me buscó en un principio por
algo tan inverosímil cambio toda la perspectiva sobre mi relación con él.
Ahora tenía
sentido su molestia por haberme convertido tan joven, siempre repetía que me
faltaba madurez, era obvio que deseara esperar a que fuera mayor, incluso yo
habría esperado. Aun seguía luciendo de 18 años. Nunca me había preguntado el
motivo para que se adelantara nuestra unión, pero eso sin duda había sido algo
importante que deje pasar solamente por estar cegada.
Ahora con
Cristóbal aquí, todo el plan se había ido a la mierda, junto con mi cabeza.
Ya sabían dónde
estábamos. Cristóbal estuvo de seguro a metros de distancia. No tenía idea de
si estaba del lado bueno de esta historia o del malo.
Me deje caer
sobre la cama, cerrando mis ojos y deseando estar en la playa con Alex,
disfrutando del verano. No en medio de Londres, con una horrible tormenta y
sentir que me hundía en la gigantesca cama.
—No has rastros
de él –dijo Alex en la puerta. Lo miré por unos segundos y vi que estaba
completamente empapado — ¡mierda! –le dio una patada a la pared, controlando su
fuerza o si no la hubiera roto.
—Estaba solo,
por lo que dijo –me giré para poder observarlo — ¿Qué vamos a hacer? Ya hemos
sido descubiertos, ese tal Fréderic le dijo sobre nosotros. Fue una estupidez
ir con Marco, en serio.
—Si –susurró,
ahora sentándose en la esquina de la cama. Me miraba cautelosamente.
—No me gusta
cuando las cosas no resultan, estoy cansada –dije sintiendo que mis parpados
pesaban –y debiste decírmelo antes, desde un comienzo… para que Cristóbal no me
atrapara sorprendida. Aunque si me hubieras dicho que te estaban presionando
por tener una nueva Gobernadora, no creo que me hubiera enamorado tanto de ti
–tenia tanto sueño, pero aun así vi palidecer a Alex, si es que eso era posible
–y así no habría dado mi vida por ti Alex.
—Necesitas
sangre –dijo al ver mi estado. Negué, solo deseaba dormir.
—No, dijiste
que me habías secuestrado porque temías que acabaran conmigo como con la esposa
de Marco, pero no temías porque me amaras ni porque te importara como tú
pareja, tan solo no querías que eliminaran a tu posible Gobernadora ¿no es así?
Su silencio confirmó
mis sospechas. Ni siquiera pude seguir hablando, estaba agotada y sospechaba
que había sido debido a la conexión que tuve con Cristóbal, eso era anormal,
supuestamente el único que debía tener acceso a mi mente era Alex.
Caí en la
inconsciencia mientras que él me tomaba entre sus brazos.
No pasaron
muchos minutos para que despertara nuevamente, ni siquiera media hora, pero me
encontraba en uno de los Centros Proveedores. Alex me tenia apoyada en su
regazo mientras acariciaba mi cabello, llamándome entre la oscuridad. Estábamos
en un apartado del lugar, era obvio ya que no había más vampiros. Una pequeña
lámpara estaba encendida a nuestro lado.
—Bebe –puso una
bolsa de sangre cerca de mi boca. No dude en morderla por varios segundos,
hasta que sentir que mis fuerzas volvían.
— ¿Fue por
haber hablado con Cristóbal? –dije sentándome, mirándolo aun cansada, pero esta
vez era por tener un nuevo problema en nuestra relación.
—Así es, sucede
porque tu cuerpo desconoce a ese infeliz, solo conmigo deberías tener esa
conexión.
— ¿Por qué
deberíamos tenerla? Porqué me amaste incondicionalmente desde un comienzo.
Ahora que lo pienso, incluso en tus escritos fuiste muy analítico al contar
como me conociste ¿Para qué me entregaste ese cuaderno relatando lo pasó en
nuestra historia si eran mentiras? ¡Siempre juegas conmigo!
—No, no… ¡oh,
demonios! –Dijo mirando hacia el suelo –no es tan así, Victoria.
—“Tan” así ¿no?
–Apoyé mi cabeza en el respaldo del sofá circular, me sentía mareada. Pensé que
estas reacciones se limitaban solo a cuando era humana, pero creo que toda esta
situación me estaba colapsando –no creo que no me ames, como dijo Cristóbal,
pero sin duda parece ser que soy la que ama más en esta relación, como siempre.
Te dije antes que esto era una cosa de dos, pero no, tú siempre estas a
kilómetros de distancia Alex.
Llevé mi mano a
mi pecho, donde presioné en círculos lentamente, dolía por culpa de Alex.
Esquivé su mirada, tratando de ordenar mi mente. No creo que esto hubiera sido
menos grave si me lo hubiera dicho él o desde un comienzo, no había caso, este
maldito puesto de Gobernador había ensuciado hasta lo más pequeño de nuestra
relación.
—Estamos en el
Centro Proveedor ¿no? –dije tratando de concentrarme en algo más.
—Si –sentí como
su mano tomó la mía que estaba al lado de mi pierna –iremos a la casa que tengo
aquí ¿sí? descansaras y hablaremos.
Solo asentí.
Alex encargó un
auto cargando con nuestras cosas y nos
dirigimos a la residencia que tenía en Londres. Creo que había estado solo una
vez en esta casa, lo primero que pensé cuando la visité fue que de seguro aquí había
vivido con alguna de sus parejas, exactamente como pasaba en Chile, pero con
una mansión diferente y una mujer diferente.
Las otras casas
se quedaban cortas al lado de esta, sin duda era la más lujosa de las que había
visto en otras ciudades. No era de mi agrado, pero había una cama… y estábamos
protegidos por los Guardias de Londres.
Quedaba a las
afueras de la ciudad, rodeada de jardines hermosos y de muros altos, para
evitar curiosos. Era de ladrillo gris y madera blanca, con una piscina gigante,
hermosa, servía más para observar que nadar eso sí. Chimeneas y muchas
habitaciones, demasiadas para mi gusto.
Me dirigí
directo a la habitación que usamos en el pasado. Alex me siguió en silencio
hasta que cerramos la puerta.
—Victoria.
Me senté en la
cama y lo miré. Tendríamos que armar un nuevo plan, quizás incluso tendríamos
que recurrir al Consejo, eso sería en parte liberador. Aunque quisieran acabar
con mi cabeza.
— ¿Qué vamos a
hacer? Ya todo mundo sabe que estamos en la ciudad. Cristóbal me amenazó
contigo, quiere que gobierne a su lado porque cree que de esa forma podrá tener
más vampiros a su favor.
Apoyé mis manos
en las piernas, tratando de encontrar un equilibrio y no llegar a recostarme en
la cama. Era gigante y color turquesa, ese color destacaba en esta mansión.
—Pienso que es
una locura, está perdiendo la razón –seguí hablando mientras Alex me miraba con
una expresión de dolor, debía ser la culpa carcomiendo su mente por ser un
mentiroso –si supieran que yo convertí a Cristóbal, acabarían conmigo y no
tengo deseos de morir.
—No si se
reconocerán su nuevo cargo, pero eso no importa, tenemos que hablar.
— ¿Qué me dirás
ahora? –dije haciendo círculos con mi mano derecha sobre mi pierna. Recién noté
que mi ropa estaba muy mojada. De seguro me había llevado corriendo bajo la
torrencial lluvia cuando me dormí.
—Te amo –se
acercó hasta quedar a mi lado, se sentó sobre la cama.
—No dudo eso,
ya te lo dije. Estoy cansada de esto Alex, ninguna chica de mi edad debería
pasar por esto a esta edad, tan solo con 19 años vividos y me has hecho pasar más
amarguras que una mujer de 70, estoy cansada ¿sabes? No quiero seguir
demostrando que te amo y que merezco tu confianza.
—No debes, no
debes hacer eso Victoria –tomó mi mentón entre sus dedos y me hizo mirarlo –sé
que estás de mi lado.
—Claro que lo
sabes, di mi vida por ti. Demonios, es tan injusto –dije cansada, recostándome
sobre el blanco cobertor de plumas –desde la primera vez que te vi estuve
condenada a pasar mis días a tu lado.
—Victoria…
— ¡No, calla!
–me gire, dándole la espalda, flexionando mis piernas, ubicándome en posición
fetal –no digas nada, esto no fue un juego Alex y solo sucedió hace más de un
año ¿crees qué fue entretenido estar atrapada en casa? ¿Haber perdido mi vida?
claro que no, menos lo fue haberme enamorado de mi propio secuestrador, pero
tu… no hiciste todo esto porque creyeras en mi, solo lo hiciste para tener una
Gobernadora y no te sacaran del puesto.
Ni siquiera
pude mirarlo cuando tocó mi brazo, tratando de llamar mi atención.
—En tu diario
no decías nada Alex, incluso entregándome ese cuaderno… no había rastro de tus
motivaciones para seguirme por años hasta atraparme, no había nada, aun así
todo parecía muy analítico, frio, como si estuviera… preparado.
Pude sentir
como se tensó a mi lado, claro, había sido tan ingenua al creerle a ojos
cerrados. Siempre pasaba lo mismo con él ¿Es qué de verdad no podría confiar en
mi propio esposo? Fue ante ese pensamiento que me di cuenta de lo que había
sucedido realmente con ese diario, el que me entró hacia un tiempo para probar
de que me amaba desde la primera vez.
—Sí era
preparado –susurré sin poder creerlo –ese diario.
—Todo lo
escrito ahí es cierto, lo escribí después, el original es una mierda, no sabía
lo que hacía. Por favor Victoria, mis motivaciones fueron frívolas pero no pude
contra ti, fuiste tú quien me atrapo desde el primer momento que te vi. Lo que leíste
en ese cuaderno es real, nada fue mentira, tan solo no lo hice a medida que
pasaban los acontecimientos, solo tuve que recordar nuestro primer encuentro y
recrear lo que había pasado de nuevo. Por eso encontraste ese cuaderno en casa,
recién lo había terminado para ese entonces.
Lo miré
agotada, no estaba cansada, pero algo en mi interior estaba harto de
sobrellevar el dolor que me provocaba Alex. Ni siquiera era porque desconfiara
de su palabra ahora, pero de cierta forma había cambiado un suceso del pasado,
algo en lo que me aferraba para avalar el amor que sentía por este vampiro. Ya
no tenía eso, algo tan valioso para mí.
—Por favor créeme,
todo cambio desde esa noche, cuando hablamos por primera vez.
—Habrá cambiado
en parte porque aun así me convertiste antes de tiempo ¿no? –me giré para poder
ver sus expresiones, ya que ese era un gran detalle.
—Sabes que hay
cosas que no puedo controlar y el Consejo estaba pidiendo nuestra unión
Victoria.
—El Consejo y
una mierda –susurré, negando a sus palabras –si el Consejo me pidiera hacer
algo que te perjudicara, no lo haría porque te amo, así de simple. Tendré 18
por una eternidad, eso no es muy bueno luego de décadas viviendo ¿no es así?
Cerré mis ojos,
analizando estos hechos por unos segundos.
—No me amabas
lo suficiente en ese minuto tampoco ¿es qué ni siquiera cuando di mi vida te
convenciste? Claro que no, mira todos los problemas que hemos pasado por ello.
Estoy cansada Alex –odiaba el hecho de no poder llorar, era como si toda esa
tristeza se concentra en mi pecho.
—Estamos superando
todo –negué a sus palabras.
—El que está
enfrentando sus problemas personales eres tu porque eres tú quien siempre ha
dudado de mi y que siempre me ha puesto segunda, yo he hecho siempre lo
contrario contigo Alex ¡Ah! esto me supera, ya no sé nada y siento que me estoy
apagando, no puedo detenerlo.
Él tomó mi
mano, entrelazando nuestros dedos.
—Victoria,
amor, eso fue en el pasado…
—Soy una tonta
–alejé mi mano de la suya –siempre creí que éramos como esas historias de amor
fantásticas de los libros, pero no eres más que un vampiro codicioso, un
monstruo que hizo todo lo posible para seguir teniendo poder y en el camino,
por accidente terminó enamorado.
—Pero te amo
–dijo aferrando su mano a la mía nuevamente –eso es lo que importa ¿no? tu me
cambiaste.
—No Alex, ese
es el problema –todo comenzaba a tener más sentido, siempre había pensando que
me amaba, que había venido por mi debido a eso, pero no por sus ansias de poder
y dinero –la razón por la que avalaba todo tu comportamiento y por lo cual
siempre terminaba justificando o perdonándote, ya no existe. No hay nada
especial entre nosotros.
—Claro que la
hay, tu volviste por mi… toda esa maldición se acabó.
—Ni siquiera
recuerdo ese pasado, es como si no existiera, así que personalmente me importa
un comino esa posible Maldición que hice cuando era humana y que ni siquiera
recuerdo. ¡Cosa que si me preguntas ahora, no la haría! Tuve que haber sido muy
tonta como para condenarme a volver a ti y seguir igual de enamorada como
estuve en el pasado, cuando preferiste quedarte con tu estúpida prometida solo
por dinero.
La angustia de
no saber cómo iba a reparar esto comenzó a abrumarme. No había solución. Me sentía
perdida, simplemente sería algo que tendría que sobrellevar, no arreglar.
Alexander no entendía que lo único que tenia de él, el único pedacito especial
de ese vampiro que yo poseía, también estaba manchado por sus malditas ansias
de seguir siendo Gobernador. Era un codicioso.
—Existió ese
pasado, claro que si, te relataré todo para que recuerdes, te mostraré los
lugares donde estuvimos cuando ambos fuimos humanos y nos encontramos por
primera vez. Lo nuestro si es especial, tu eres única para mi…mírame Victoria,
por favor.
No lo miré.
—Ni siquiera me
interesa saber, ya me basta con esta vida en mi mente como para tener otra más
donde termino muerta por tu culpa, exactamente como ahora ¡ser vampiro no es la
mejor experiencia del mundo! –dije
resignada, dándome cuenta en la situación que estaba —Estoy condenada ¿sabes?
no importa lo que hagas, digas o cuanto me lastimes, pareciera que estaré atada
a ti no importando como seas, eso es lo que siento… soy un movimiento político
–aquella frase había sido de Cristóbal.
—Victoria
Lenardis, en este preciso minuto prometo que me dedicaré a demostrarte que te
amo y que lo nuestro sin duda ha sido algo especial, solo de nosotros y que
nadie más puede entender, único… voy a recompensarte por todo lo que tú me has
dado y para borrar esa idea de tu cabeza. Soy completamente tuyo.
Sonreí
levemente, pensando que sus palabras no eran del todo ciertas ya que era el
Gobernador de los vampiros, pero me estaba hablando de forma sincera, no podía
dudar de ello.
Se recostó a mi
lado y comenzó dejar mi rostro expuesto, tenía varios mechones de cabello
mojado cubriendo mi cara.
—Ese bastardo
debió decirte las cosas de la peor forma ¿no? –Se acercó y me dio un suave beso
en una mejilla –tener una conexión con alguien que no es tu pareja no es normal
y por ello no lo recibes bien.
—Aunque Lina me
hubiera dicho esto, riéndose al frente de mi cara… me habría sentido igual.
Duele Alex, duele saber que todo lo que has hecho en tu existencia es debido a
la misma razón de un principio, por poder, incluida yo.
—Te demostraré
que no es así, tu no –ahora besó mi otra mejilla –lo siento.
Me alejé de él,
no quería sus besos porque no podía tomar esto a la ligera. Esperaba que no hubiera
más mentiras de su parte, pero eso parecía imposible.
Sabía que él me
amaba y creía en sus palabras, pero se había manchado el pedazo que tenía de
él. Todo en definitiva conllevaba a ese maldito cargo.
—Victoria.
—Lo sé, sé que
me amas –dije aun dándole la espalda –pero no puedo, solo deja acostumbrarme a
esto ¿sí?
Tenía que
reponerme, habían cosas más importantes, como el hecho de ser descubiertos y
que Cristóbal estuvo lo suficientemente cerca como para comunicarse conmigo por
telepatía. Demonios, eso había sido incluso algo asqueroso, siempre lo había
hecho con Alex, era una forma de comunicarse muy intima.
—El Primer
Ministro viene hasta acá –dijo Alex interrumpiendo mis pensamientos –debo
recibirlo.
—Está bien, ve.
Cámbiate de ropa, estás mojado –me acerqué a la almohada.
Alexander fue
hasta la otra habitación donde se encontraban varios trajes de su gusto, antes
de ponerse uno color negro fue hasta el baño, seco su cabello y se cambió.
Apareció ante mis ojos, con una sonrisa preocupada.
—Debo hacer
esto ¿estarás bien sola?
—Claro, vete
tranquilo.
De verdad
pareció por un segundo que se iba a quedar a mi lado, pero no fue así, salió de
aquella habitación tan iluminada. Me levanté de la cama, necesitaba un baño, tenía
la sensación de que tenía hasta mis huesos demasiados helados, en realidad tenía
frío.
Comencé a
llenar la bañera cuando la puerta se volvió a abrir, antes de poder acercarme a
ver de quien se trataba Alex apareció ante mis ojos.
— ¿Qué se te ha
olvidado?
—Tu –dijo
sacándose la corbata, desabrochando su chaqueta mientras se deshacía de sus
zapatos –no te voy a dejar sola otra vez, actualmente ni siquiera soy el
Gobernador.
Tiró su
chaqueta a la cama, junto con su corbata. Tan solo se había quedado con aquella
camisa blanca y sus pantalones.
—Pero te
esperan… y es importante –dije apoyando mis manos en su pecho.
—Demonios
–susurró mirando a un lado –ya he sido lo bastante cursi para seguir hablando
¿Qué estas buscando? ¿Qué me humille para que me entiendas?
— ¿De qué estás
hablando? –dije confundida.
—Victoria,
estamos metidos en todos estos problemas porque siempre estuve diciendo que
esto era más importante que tú… de esa forma solo te herí. No te puedo dejar de
nuevo por algo o alguien más.
Oh, ahora
entendía a lo “cursi” simplemente me
estaba explicando lo que estaba pasando en su mente, solo Alexander podría
encontrar eso “cursi”
—Es cierto lo
que dijo Cristóbal, te busqué solamente porque quería seguir siendo Gobernador
–llevó sus manos a mis jeans, desabotonándolo bajo mi mirada sorprendida ¿Cómo
se atrevía? –pero te voy a demostrar que eso sucedió hasta la noche que
hablamos. Después todo eso quedo de lado, aunque fuera por unos días, hasta que
tuvimos nuestra Ceremonia.
Sus manos ahora
fueron al borde de mi camiseta negra, la cual levanto, sacó y tiró sin detener
sus palabras.
— ¿Qué importa
que te haya convertido a los dieciocho? ¿Por qué te preocuparía no parecer
mayor? No le tienes que demostrar nada a nadie porque estás conmigo y nadie más
–me tenía solo con los jeans y el sujetador color crema, sin dificultad hizo
que me apoyara contra el marco de la puerta del baño –Él solo quiere herirte
con esas palabras y es mi culpa por darle material para usar en tu contra; debí
haber explicado esto desde un principio. No volverá a ocurrir.
—Alex… —no podía
creer todo lo que me estaba diciendo.
—Y haré que te
sientas bien, ahora mismo –para mi sorpresa mordió con rapidez su muñeca
derecha y la acercó hasta mí.
Aquella sangre
era mil veces más poderosa que la humana, obviamente me iba a sentir mejor. No
pude rechazarlo, menos cuando comencé a beber y él sin pedir permiso o dar
algún aviso, expuso mi cuello para morderlo.
Mis piernas
temblaron ante la sensación que me provocaba beber de su sangre como que él me
estuviera mordiendo, mientras que su mano libre rodeaba mi cadera para evitar
que cayera.
Mi cuerpo fue
volviendo a la temperatura normal, el frío que me había provocado la
conversación con Cristóbal se fue esfumando hasta que no había espacio para él
en mi mente. Alexander se había apoderado de todo mí ser.
Después de unos
minutos se separó de mi cuello y alejó su muñeca de mi boca.
Nos quedamos
mirando en silencio por unos segundos, él curvando su sonrisa; conocía muy bien
esa expresión. Acercó su mano a mi mentón y pasó su el pulgar por la gota de
sangre que caía por la comisura de mis labios.
—Sigues
bebiendo como un bebé –negué a sus palabras, pero no pude evitar entreabrir mis
labios para beber esa gota que había perdido –demonios ¿Cómo voy a preferir al
Primer Ministro que a ti?
—Deja de
bromear –dije sintiéndome fortalecida, beber su sangre había sido la mejor
idea, debí hacer eso inmediatamente después de conversar con Cristóbal — ¿Sabes?
Una vez que me metí en tu mente, pude ver que Javier quería que tú estuvieras
seguro antes de presentarte ante mi ¿era debido a esto? ¿A que me buscaste para
seguir siendo Gobernador?
—Así es –dijo
apoyándose en el marco de la puerta, estábamos frente a frente –fui un idiota.
— ¿Hay algo más
Alex? Si me hubieras confesado esto no habría sido tan horrible como escucharlo
por parte de Cristóbal –me quede unos segundos pensando –aunque realidad
hubiera sido igual.
—No, no hay
nada más, excepto por las vampiras con la que he estado involucrado. No quiero
entrar en detalles.
Lo miré unos
segundos, realmente me sentía mejor. No podía hacer nada en contra Alex, aunque
estuviera tan enojada y desilusionada ¿Pasaría lo mismo cuando él se enojaba
conmigo?
—Cristóbal cree
que no me amas y que estás conmigo solo para seguir siendo Gobernador, esa es
la realidad en su mente –dije asintiendo, pensando en las posibilidades que nos
daban esas ideas que tenía –y no le demostré algo diferente cuando se acercó a mí.
— ¿Y eso que
tiene que ver? –la sonrisa de su rostro había desaparecido.
—Que podemos
utilizar eso –caminé hacia la tina, pensando en un nuevo plan –podría engañarlo
¿sabes? Hacerle creer que eso es cierto.
—Tú no vas a
engañar a nadie –me senté en el borde de la tina y me quite los botines, junto
con mis calcetines.
—Pero piénsalo
bien –contradije, esto podría ser bueno –si acepto unirme a él ¿Qué crees?
Estará expuesto ante nosotros y podrás eliminarlo, en estos momentos realmente
quiero verte con su cabeza en tus manos.
—Ni se te
ocurra –comenzó a desabotonar su camisa –ese es un estúpido plan, en serio, se
daría cuenta de inmediato que mientes.
— ¿Se nota
mucho que estoy enamorada de ti? –él sonrió.
—Olvídate de
ese plan, no serviría. Debemos ir por ese Fréderic, acabaremos con él y
tendremos información suficiente para poder saber donde se encuentra Cristóbal.
—Francia ¿crees
que deberíamos ir? –Se acercó y me tomó con suavidad de los hombros para
levantarme — ¿Qué vamos a hacer? Él estuvo a metros de distancia Alex ¿y qué
pasa si…? –me hizo callar con un beso mientras sus manos rodeaban mi cintura
para después subir y desabrochar sujetador.
—No quiero
hablar de ese bastardo en ese preciso momento, tengo otros planes –dijo ahora
besando mi cuello mientras comenzaba a bajar mis jeans.
—Oh Dios, ahora
entiendo porque no me incluías en la gobernación, te distraes de una manera
increíble.
Rodeé sus
muñecas, para que no siguiera. Yo iba a darme un baño, no él.
— ¿Qué?
—Alex, ve a
recibir al Primer Ministro, ahora mismo. Debes dejar en claro lo sucedido con
Marco, era tu amigo.
Su mirada
cambio de inmediato. Asintió y alejó mientras yo me desnudaba y me metía en
aquella tina. Ya no sentía el frio que Cristóbal había provocado, pero de todas
formas necesitaba un tiempo a solas.
No pensaba que
ir por Fréderic fuera una buena idea, es más, creía que era una pérdida de
tiempo. Algunos Guardias podrían asegurarse de ir y acabar con ese traidor.
—Demonios
–susurré pensando en que Aníbal no daba señales de vida
¿Y si les había
sucedido algo?… ¿y si de verdad eran unos traidores?
Oh, Alex no
dejaría de recordármelo por el resto de nuestra eternidad. Además sería
demasiado peligroso, ellos podrían llegar con comentarios al Consejo y mis días
estarían contados.
De todas
formas, no deseaba encontrarme con Cristóbal nuevamente, no quería verlo, no quería
sentir su asquerosa mente en la mía. Eso había sido escalofriante de una forma vampírica.
Me hundí por
completo bajo el agua, pensando en Alex; no tenía otra alternativa que confiar
en él. Debía concentrarme en el presente, no podíamos distraernos en este
momento, no me podía entregar a las emociones que me entregaban esta situación,
había problemas más importantes, pero eso no quitaba en sentirme como una
idiota. Le perdonaba a Alex todo lo que hacía, parecía que estuviéramos en una
relación enfermiza, lo que era horrible porque estaríamos juntos por una
eternidad y no quería que fuera de esta forma.
Odiaba a Cristóbal,
no había duda de ello ahora, pero eso no quitaba mis sospechas sobre Alex ¿Qué
ha estado haciendo durante su Gobernación? ¿Por qué los Rebeldes han alcanzando
este poder? Ciertamente era porque fui una tonta en convertir a Cristóbal y sin duda alguna, Alex me escondía más
información.
¿Hasta qué
punto podría llegar toda esta situación? ¿Y si había hecho algo que nunca podría
borrar de mi mente? ¿Por qué había tanta gente que lo odiaba?
Comencé a
escuchar como un celular vibraba. Ni siquiera tomé una toalla, corrí a la
habitación mientras mojaba la blanca alfombra y tomé el celular que estaba en uno de
nuestros bolsos.
Sin duda este
era el mío. Número desconocido.
— ¿Diga?
–susurré asustada, pensando que podría ser Cristóbal.
—Aníbal ha estado
a un grupo de rebeldes.
Era Alanna.
— ¿Es seguro?
¿Dónde está? ¿Dónde están en realidad? He estado preocupada por ustedes.
—Solo tengo
unos segundos; yo no he entrado, pero estoy cerca porque me tienen registrada
como pareja de Aníbal. Estamos en uno de sus centros, en la ciudad fantasma de
Prípiat, en Ucrania.
—Pero…
—Es en la única
parte donde pudo entrar Aníbal, con mis contactos y los suyos. No hay nada
factible por esta zona, ya que ni siquiera han recibido una… espere –se quedo
en silencio unos segundos mientras parecía que mi corazón volvía a latir del
susto a que la hubieran encontrado –bien, debo partir, creo que escuché ruidos.
Aquí ni siquiera han tenido una visita de Cristóbal, ya que asumió su cargo
hace poco, poco más de un año debido a la muerte de su padre.
—Demonios.
Tengan cuidado, descubrimos que están eliminando a los traidores, están barriendo
con ellos.
—Entendido.
Hasta pronto.
Ambas cortamos.
Demonios, cada
uno de nuestros planes se estaba arruinando. No ganábamos nada si Aníbal estaba
en uno de los grupos de rebelde más alejados.
Me senté en la
cama, mojándola con mi cabello y mi cuerpo que estaba todo mojado. Deje el
celular a un lado mientras trataba de encontrar una respuesta, pero tan solo
vinieron las palabras de Cristóbal a mi mente.
Sabes lo que quiero, a ti, gobernando junto
a mí, no solo a mi lado como te ha tenido él. Sabrás cuando tendrás que elegir,
hasta entonces tendrás tiempo para tomar una decisión.
¿Es qué acaso
estábamos en sus manos? ¡Era imposible! Me rehusaba a creerlo. Alexander era un
Gobernador de siglos, él podría llegar a una solución ¿cierto?... teníamos que
encontrar algo para eliminar a Cristóbal.
— ¿Pero qué…?
–Alex cerró de inmediato la puerta antes de que alguien me viera –aquí no hay código
de seguridad, debes tener cuidado de estar desnuda ya que puede entrar
cualquiera.
Al ver los ojos
de Alex y como le ponía el típico seguro a la puerta me cubrí en un segundo
bajo el cobertor de la cama, solo dejando ver mi cabeza.
—Ha llamado
Alanna, dice que han entrado al grupo que está en Ucrania.
—Entonces
podemos confiar de que hasta ahora no son un par de traidores –se deshizo de
sus zapatos —ya que donde están, no hay mucho movimiento.
— ¿Qué te dijo
el Primer Ministro?
—Nada
interesante, tan solo vino a saludar, tuvimos una pequeña discusión porque no
estaba enterado aun sobre la muerte de Marco –dijo ahora desabotonando su
camisa blanca –además por habernos interrumpido.
—Alex detente
–dije descubriendo cuáles eran sus intenciones –hay que concentrarse. Debemos
pensar en lo que haremos, quizás ir a Francia no es bueno ¡Alexander! –levanté
la voz cuando tomó la punta del cobertor y tiró de este hasta que cayó al
suelo. Abracé mis piernas, cubriéndome.
—Pero es tarde,
en un par de horas amanecerá, no podremos hacer nada productivo para mejorar
nuestra situación; me agrada más la idea de demostrar cuanto te amo como dije
antes.
— ¡Oh! Eres muy
astuto ¿no? –Dije entrecerrado los ojos –no juegues con esto, tu quieres sexo por
eso usas esa excusa y ya basta, pero ¿Qué demonios te está sucediendo? Estas
muy distraído.
No pude evitar
notar como llevaba sus manos hasta aquel cinturón, eliminándolo. Después me
concentré en su torso, lo que no pasó desapercibido por él, ya que me sonrió
cuando nuestras miradas se encontraron.
Antes de que
desabotonara su pantalón se acercó hasta mi y sin más, tiro de mi tobillo para
acercarme hasta él, logrando que quedara recostada en la cama. Traté de escapar
de su agarré, le tiré un par de almohadas, pero fue inútil. Lo tenía sobre mí, inmovilizándome.
—Eres demasiado
extraño para mí –dije mirando sus ojos –hace un par de horas estabas triste por
Marco y ahora te comportas como si no te importara tu cargo y Cristóbal.
—Es tu culpa
–dijo ahora besando mi cuello –nunca antes me pude relajar, pensando todo el
tiempo que tu –cerré mis ojos al sentir sus labios en el lóbulo de mi oreja
derecha –estarías con otro, ya sabes. Que te irías —presioné mis manos en las
sabanas al sentir como tiraba con sus dientes.
—Basta ya –dije
mirándolo, escapando de sus besos –sigo enojada contigo y… y no quiero hacerlo
ahora –mentí descaradamente y él lo sabía.
—No deberías
esperarme de esta forma entonces, desnuda y toda mojada.
No pude decir
nada ante ese comentario. Estaba segura que incluso siendo vampiro me sonrojé
ante él.
Mire hacia un
lado, avergonzada.
— ¿Sigues
enojada conmigo? –Susurró en mi oído — ¿Qué quieres que haga?
Se alejo de mí
y se recostó a mi lado, apoyando su cabeza en la mano, mientras que con su dedo
índice recorría mi esternón.
—No hay nada
que puedas hacer, además hay temas más importantes ¿no?
—No si estás
enojada –dijo rodeando mí ombligo tan suavemente con su dedo que me estaba
causando cierto estremecimiento.
—Deberías
dormir ¿sabes? No has podido descansar y…
—Y nada –me
interrumpió –no importa nada más, ya te lo dije. Arreglaremos esto primero
antes de seguir, Fréderic puede esperar.
Cerré mis ojos,
sintiendo como ahora su dedo hacia círculos en mi cadera.
—Me estás
escondiendo información ¿sabes? –Dije removiéndome un poco sobre la cama por su
contacto. Era cierto que mi desnudez ante él había dejado de importar hacía ya
bastante tiempo, pero estando así igual me ponía un poco nerviosa — ¿Qué has
hecho mientras tenias tu cargo? Demasiadas personas están en tu contra ¿Cómo…?
Has hecho cosas malas ¿no? dímelo.
—No puedo –se
acercó y me besó, pero no respondí –hay cosas de las que no me enorgullezco.
— ¿Qué has
hecho, Alex? –sabía que no respondería mi pregunta, era más bien retorica.
Apoyé mi mano en su mejilla.
—No eres parte
de ello ¿Por qué quieres saber? No es nada bueno y lo sabes.
Era cierto.
Deseaba que desmintiera todo, que no había nada malvado detrás de todo este
misterio, que no había nada que me hiciera dudar si él era o no un buen hombre,
sin embargo, no era así. Lo sabía, pero no quería verlo de esa forma porque yo
lo amaba y lo peor que podría suceder ahora, era amar a un hombre malvado.
¿Es qué todo
este tiempo había vivido junto al villano de la historia? ¿Por eso todo salía
mal en nuestros intentos de eliminar a Cristóbal?
—Victoria… —dijo
con una voz suave y que me distrajo…o más bien deseé que así fuera.
Esta vez al
besarme no pude resistirme, lo deseaba tanto y necesitaba olvidarme de todos
los problemas que habían a nuestro alrededor. Esta era la mejor forma.
Rodeé su cuello
con mis brazos, ahora sentada sobre él, que también estaba en la misma posición
sobre la cama. Ni siquiera se deshizo de su pantalón, no hubo preliminares ni
nada por el estilo. Ambos estábamos loco por el otro y me provocaba aun más al
sentir como sus manos recorrían mis muslos, mi cintura, mi espalda… parecía que
encendía mi piel a medida que sus caricias avanzaban.
—Eres lo único
bueno en mi vida ¿sabes? –dijo para después besar mi hombro y subir lentamente
hasta mi cuello.
Llevé una de mis
manos entre nuestros cuerpos hasta el borde de su pantalón y lo desabotoné,
buscando lo que quería.
Nuestros labios
se volvieron a unir mientras nos mirábamos, no pude evitar sonreír contra su
boca, más cuando nuestros cuerpos se unían. Sin embargo, toda sonrisa desapareció
cuando sus manos se apoyaron en mi cintura e hizo que lo sintiera por completo,
de un solo movimiento.
Cubrió mi boca
con su mano, aquí las paredes no estaban insonorizadas y era obvio que había Guaridas
o personal dando vueltas por los pasillos. Debíamos, bueno… debía ser
silenciosa.
Me apoyé en sus
hombros, mis manos se aferraron a ellos mientras me movía. Alex rodeaba mi
cintura, acercándome más a él, tensando su mordida.
—Shh –dijo
cuando un gemido escapo de mi garganta.
No venía nadie,
por eso habíamos hablado sin problemas minutos atrás, pero ahora que nuestra
concentración estaba en otro punto, era difícil saber si alguien se aproximaba.
Alex ya no
cubrió mi boca, sino que atrapó mi cuello por un costado y me acercó a él. Solo
fueron unos segundos que nos besamos, ya que me aleje de él porque mi espalda
se arqueaba por el placer que sentía. Cerré mis ojos, disfrutando de cómo mi
vampiro se llevaba uno de mis senos a su boca. Mordí mi labio inferior para
poder evitar que cualquier sonido escapara por mi parte, lo que era muy difícil
y Alex jugaba con ello, ya que sin previo aviso sus colmillos traspasaron mi
piel por un costado de mi pecho.
Tiré de su
cabello para mirarlo, con el ceño fruncido, pero al ver mi sangre oscura en sus
labios no pude evitar excitarme aun más, era realmente la única conexión
especial que quedaba entre los dos. Beber del otro ya que no podíamos
comunicarnos telepáticamente ¡como lo extrañaba!
Sentí gran
placer cuando sus colmillos volvieron a donde estaban mientras que sus manos
recorrían mi espalda, mis muslos, comenzando a apoderarse del ritmo de nuestra
unión.
Nuestros labios
se volvieron a encontrar luego de unos minutos que bebiera lentamente de mí,
pero esta vez fue de forma desesperada el uno por el otro, al igual que
nuestros movimientos. Mi cadera estaba bajo el poder de sus manos.
—Alex… —susurré
contra sus labios –Shh.
No pude evitar sonreír,
ya que él también hacia demasiado ruido si estábamos en una casa donde había
vampiros con súper oídos. Esos gruñidos que escapaban por su parte eran tan
irresistibles, me encantaban, pero teníamos que ser muy silencioso.
No me gustaba
esta mansión.
—Alex… —lo
empujé para que se recostara, así me pude apoyar en su pecho y moverme como yo
quería, lo que no fue por mucho ya que esa ola de placer que me provocaba estar
con mi vampiro llegó de forma imprevista.
Él se movió con
rapidez, en un segundo estuve recostada en la cama mientras me besaba y me
hacia callar, al mismo tiempo que sus embestidas se volvieron más profundas ya
que también estaba alcanzando aquel increíble orgasmo.
Fue
maravilloso, como cada vez que estábamos juntos.
Se recostó a mi
lado, observándome con una sonrisa curvada.
—No me gusta
esta casa, debemos tener sexo en secreto –dije susurrando mientras entrelazaba
mi mano con la suya.
—Lo que es
bastante difícil para ti ¿no? –entrecerré mis ojos, se estaba burlando.
—Bueno, lo que
sucede es que estas bien dotado, me encantan tus manos y boca, no puedo
evitarlo. Sería una real pena si no tuvieras estas características ¿te lo
imaginas? Una eternidad con alguien que no me satisface –él frunció el ceño.
—Soy solo un
pedazo de carne para ti –no pude evitar reír.
—Por supuesto, está
muy bien que cumplas con tu deber de esposo –dije dándole un beso en sus labios
–ahora ¿Qué vamos a hacer, Alex? –susurré contra su boca, para que nadie nos
escuchara y para que él volviera a concentrarse, pareciera que estuviera
escapando de todo esto y me sentía con la obligación de traerlo a tierra.
—Tengo
excelentes planes para esta noche –dijo llevando su pulgar a mi boca, pero fruncí
el ceño y después lo mordí.
—No, estoy
hablando en serio.
—Ya sabes a
donde partiremos, solo hay que ser cuidadosos –dijo ahora acercándome a él para
besarme, no pude negarme, pero luego de unos segundos él me quedo observando, sabía
que tenía mi mente en otro lado — ¿Qué sucede?
Sucedían muchas
cosas que estaba dejando de lado por el momento.
—Quiero dormir
–susurré metiéndome bajo las sabanas, bajo la mirada sorprendida de Alex.
— ¿Desde cuándo
te da sueño?
—Desde que
bebes de mi sangre más de una vez en el día –dije dándole un corto beso en los
labios –si me acompañas podría dormir mucho mejor.
Él enarcó una
ceja, con el ceño fruncido, pero se deshizo de sus pantalones, quedando solo
con bóxer y se metió a la cama.
— ¿De verdad
estas cansada? –asentí, había sido un día con demasiadas emociones como para
tener una noche de sexo desenfrenado y sabía muy bien que Alex quería aquello
solo para no pensar en Marco o en Cristóbal.
Me acomodé
mejor entre sus brazos, apoyando mi cabeza en su pecho y cerrando los ojos,
deseando quedarme para siempre en este momento, que ninguna otra mala noticia
llegara a mis oídos o mente, pero sabía que esto era solo la punta del iceberg.
— ¿Me amas?
–susurré, entregándome al inconsciencia.
—Tú eres mi
amor, Vittoria.
Sonreí entre
sueños al escuchar cómo me llamó, por alguna razón ya no me parecía malo que
usara ese nombre. Creo que quizás leyera ese libro rojo de nuevo, pero sin odiar
a Alex, como lo había hecho.
¡hello! bueno, nuevo capitulo, se acabo mi semana de pereza, así que espero poder volver a entregar capítulos de nuevo. Muchas gracias por los comentarios del capítulo anterior, de verdad que estoy sorprendida porque esta historia no recibe muchos en realidad. Gracias :D Espero que les guste el capitulo.
hermoso cap... sufri con victoria al saber ese detalle, pero estoy segura que alex la ama mi gatito lindo...
ResponderEliminara veces creo q llegara cristobal y matara a alex :(
esperando prox cap :D
Por fiiiin capitulo. Lo espere con ansias. Quiero q eliminen a cristobal y que sea de una forma bien fea jajaja
ResponderEliminarHello Dani!!
ResponderEliminarUna semana de descanso merecida, ya vi q estuviste lee y lee.
Ufff ese Cristobal es un malo horrible. Como dije antes puedo entender un poco al muchachillo aquel pero solo hasta cierto punto. Todos sabemos q mi Alex no es ninguna perita en dulce por lo q no es de extrañar q haya vampiros q no lo apoyen y q shock para mi no haberme dado cuenta de lo q paso en todo este tiempo, me refiero a lo q le dijo Cristobal a Victoria. Ufff todas las señale ahí y no las vi jaja buuuu soy una despistada. Como dije Alex últimamente me trae colgada de su dedo meñique y no me puedo enojar cn él, ya lo empiezo a perdonar jaja.
Ahora solo queda seguir leyendo para ver a donde llega esto, ya quiero leer mas jaja.
Muchas gracias por el capitulo Dani.
Te mando un beso y nos seguimos leyendo!
Aaaa espere con ansias este capitulo y me a dejado en shock no me lo esperaba que otras cosas mas esconde alex cada vez pienso que hay que darle una buena tumba si que si excelente capitulo :)
ResponderEliminarCada vez se pone mas interesante esta historia muchos secretos todavia por resolver que otras cosas se sabra que emocion siento ansias de resolver este rompecabezas que otras cosas pasaran con esta pareja ya quiero saber hermoso capi
ResponderEliminarHaaaaa maldito Cristobal lo odio con todo mi ser como me gustaria que ya lo decuartizaran jejejejeje y mas coraje me dio cuado le dice a Victoria que le ha dado un poder inigualable haaaa con ganad de darle una cachetada al tipo ese .. esto es lo que hace que me enoje con Victoria que haya convertido a este tipo .. por lo visto sigue provocando a Victoria le saca el lado negativo a Victoria se pone de malas ,solo reclama y puede que tenga razon pero parece que le quita la parte del razonamiento y es como que la pusiera encontra de Alex por asi decirlo es lo que creo que Cristobal provoca en Victoria a raiz de este encuentro por otro lado creo que hay muchos cosas de las que nos vamos a enterar Alex aun tiene muchos secretos pero a la vez creo que es normal no todo lo puede saber Victoria ya que creo que muchas cosas que Alex haya hecho bueno o malo no eran en el momento de Victoria y como dicen lo que no es en tu año que no te haga daño Cristobal solo aparece para crear problemas y la mala vibra entre ellos ... espero y Lina vengue la muerte de Marco proximante jeje y creo que Alex y Victoria deben tener ahora mas cuidado ya que han sidio descubiertos y al parecer Cristobal los sigue muy pero muy de cerca ...Gracias por este cap me gusto mucho y nos leemos en el sig
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminaroooo ese Cristobal ¿sera que ya podemos eliminarlo de la historia y dedicarnos solo a la sanación de la relacion de vicky y Alex? me pone de nervios, por un momento pense: "hasta aqui llego Victoria, esta cansada y lo va a dejar" aunque Alex esta poniendo de su parte, es obvio que aun le esconde cosas...¿quien hubiera pensado que el gatito era malo? un gatito maloso ummm.
ResponderEliminarme di cuenta tambien que Victoria esta igual de paranoica que yo, que si William o Tessa...que si Anibal y Alanna...ya no se sabe en quien confiar.
y si se van a ir a Francia? Alex deberia tomarse en serio eso que dijo de demostrarle con hechos que si la ama, por que no quiero ver a estos dos enojados, mas bien quisiera que ya acaben lo Cristobal (lo siento si soy repetitiva) pero es que el me saca de mis casillas¡¡¡
ok, solo me queda decir que mi corazoncito se ablanda cada vez que el dice "Te amo"¡¡¡ aaa lo adoro¡¡¡
gracias por el capi Dani¡¡¡
me encanto el capitulo! que maldito que es Cristobal, como quiero que muera yaaaaaa
ResponderEliminarANEL...
ResponderEliminarYa quiero ver la sangre de Cristobal derramada por mi qeridisimo Alex. Por favor Danny ya no nos asustes con mas inches secretos ya se me hacia que Vctoria lo dejaba y se iba con Cristobal pero lo bueno que Alex pudo contentarla y explicarse aunque la verdad yo tambien me desilucione que solo la haya raptado en un principio para seguir siendo
governador...
hayy si me encanto este capitulo quiero massss...
siempre que todo va super hay algun secreto que al salir a luz estropea todo ufff eso es frustrante, pero me alegra saber que ese par ya se tienen una confianza mas fuerte, espero q descuarticen pronto a cristobal n.n gran capitulo dani te felicito :D
ResponderEliminarDTB
Quiero el prox pero para serte sincera ya me cansa mucho esta Victoria q le acepta absolutamente todo a Alex y dice siempre q esta cansada de las mentiras de él pero lo deja pasar y vuelve a repetirse lo mismo... Entonces q no se queje. Dices tmb q esta historia no tiene muchos comments y sin embargo es la historia q mas comments tiene. Esa fue mi crítica constructiva, ahora esperar q sigue con estos 2 y que sera lo TAN grave q Alex habrá hecho en el pasado q ni lo quiere recordar???
ResponderEliminarhello! me encanta esta historia y quiero mas... mucho mas realmente sufro con cada cosa que pasa en la relación de Alex y Vicky pero bueno después de tanto mal espero que todo al final quede bien eso espero por que si cristobal mata a Alex dios creo que dejaría de leer la historia enseguida... en fin besos y espero ansiosa el próximo cap... PD: si yo fuera victoria y tuviera a Alex de esposo y estuviera si de tragada tampoco me podría enojar por mucho tiempo y Alex físicamente no colabora por eso entiendo porque vicky le perdona todo.
ResponderEliminar