viernes, 31 de enero de 2014

Demonio Blanco - Capítulo 14


Capitulo 14

Con un poco de suerte había dormido, no podía olvidar lo que había pasado ayer en la habitación de Damián y ahora estaba hace quince minutos en el estacionamiento del colegio.
Gracias al cielo alguien golpeó a la ventana de mi lado para despertarme. Miré y encontré a Leonardo mirándome un tanto confundido.

— ¿Estas bien? –tomé mi mochila y salí del auto, poniéndole seguro.
—Buenos días –me acerqué y besé su mejilla, él me miró por unos segundos sonriendo.
—Entonces… ¿Qué te pasaba que estabas ahí sin moverte? ¿Está todo bien con tu novio? –fue inevitable, mi corazón latió con fuerza cuando dijo eso. Nada iba a bien con mi supuesto novio.
—Todo como debe ser, ¿estás con mejor ánimo?
—Sí, pensaba si hoy podríamos ir a tomar ese helado que me ofreciste –sonreí emocionada, olvidando lo que pasó con Damián.
—Eso sería fantástico, así trato de animarte un poco y verás lo magnifico que puede ser un helado en momentos como estos.
—Suenas como toda una experta –sonreí ante la pregunta encubierta por parte de Leonardo.
—No es que haya tenido muchos novios, solo dos… pero si tuve muchas amigas y ellas si rompían con facilidad sus relaciones.
—Ya veo, entonces tengo una experta en rompimientos ¿no?
—En simples palabras si ¿Cómo estás para el test de mañana?
—Matemáticas no es mi fuerte y este profesor es muy complicado, toda su familia ha sido profesor de matemáticas en este colegio, antes era su padre el que enseñaba –sonreí.
—Entonces podríamos juntarnos para estudiar ¿te gustaría?
—Helado y matemáticas no luce como una buena combinación, pero no me negaré a tener una tutora personal –sonreí por sus palabras.
—Hoy no tengo clases de conducir, así que podemos irnos directo a mi casa ¿sí? Allá podemos pedirle a mi Nana que nos compre algo de helado. No tengo ánimos de ir al club de atletismo.
—O… podríamos pasarlo a comprar antes de llegar a tu casa ¿no sería eso más practico? –tenía toda la razón y así le evitábamos molestias a Nana.
—Excelente –me emocionaba saber que tendría una tarde junto a Leonardo, era entretenido tenerlo cerca –es un hecho –caminamos hasta llegar al pasillo principal del colegio.
—Nos toca en el edificio lateral derecho –asentí, aun me perdía dentro de este lugar.
—Buenos días… —aferré mis manos a las tiras de mi mochila cuando sentí la voz de Damián en mi oído.
—Buenas días –me giré rápidamente para no tenerlo cerca. Dios… esto estaba mal, no tenía nada de especial a los otros días, pero lucía un poco más guapo de lo que era –nos vemos, ahora con Leonardo vamos a clases –mordí mi labio inferior al recordar el beso de ayer.
Tomé del brazo a Leonardo para avanzar, sin esperar alguna respuesta de Damián. Leo me miró extrañado mientras avanzábamos.
— ¿Estás bien? –dijo cuando llegamos a la sala.
—Pudieron esperar unos días más antes de andar tomaditos de manos ¿no? –me giré al escuchar la voz de Juliana, me miraba realmente molesta.
—No es lo que piensas —dije para no dejar mal a Leonardo.
—Claro, exactamente como en la costanera ¿no? Eres una zorra, ten claro que aquí no aceptamos gente así, no sé cómo será donde vivías antes pero…
—Cállate Juliana –dijo Leonardo mirándola enojado –no tienes nada que ver aquí, ella y yo solo somos amigos, así que cuida tus palabras que solo estás quedando como una neurótica y mal educada –ella lo miró sorprendida y simplemente entró a la sala. Si fuera ella, estaría roja de vergüenza.
—No tenias que hacer eso –no quería que se metiera en problemas por mi culpa.
—Eres mi amiga y no dejaré que ella te trate de esa forma, ahora mejor entremos a clases.

Entré a la sala con una sonrisa en mi rostro, me agradaba que Leonardo fuera lo suficientemente cuerdo como para darse cuenta que Juliana era una estúpida. Nos sentamos juntos en el último asiento y tomamos atención a lo que decía nuestro profesor de matemáticas, ya que así nos serviría para el test de mañana.
Durante las primeras horas no me separé de Leonardo e hice que recorriéramos el colegio para no toparme con Damián, no tenia ánimos de que mi cabeza diera un par de vueltas al verlo, era algo que debía controlar, no iba a dejar que los encantos de ese chico acabaran con mi tranquilidad, era peligroso y no tenia las ganas de estar sumando problemas a mi vida. Sin embargo cuando salimos de la clase para poder ir a almorzar, no pude escaparme de los hermanitos Andrade.
—Hola –dijo Amalia apareciendo de sorpresa en un pasillo cuando con Leonardo íbamos a la cafetería.
—Hola –mi tono de voz demostró lo precavida que estaba siendo con ella.
— ¿Podríamos hablar unos minutos? No tomará mucho –miré a Leonardo, él solo asintió y se fue, entendiendo que no podía estar presente en la conversación.
Con Amalia nos dirigimos hacia el patio, donde había una gran cantidad de alumnos comiendo sus almuerzos. El día estaba lindo.
—Por aquí está bien –no me quería alejar mucho con ella, así que nos sentamos en una de las bancas libres que habían — ¿Qué sucede?
—Te debo pedir disculpas, ayer me comporté como una verdadera bruja y no quería hacerlo, de verdad me caes bien y sé que en otras circunstancias podríamos ser hasta amigas.
—Está bien… ¿eso es todo? –no quería seguir cerca de ella, no me gustó la actitud que tuvo ayer, de verdad me había asustado.
—Solo fue el miedo hablando ayer, de verdad no quería asustarte ni decirte esas cosas horribles.
—Entiendo –ella me quedó mirando unos segundos, esperando alguna otra palabra de mi parte, pero no había nada más que decir.
—Solo me aferro a lo único que tengo para obtener tu ayuda, sé que es malo lo que hago, pero eres mi esperanza, Damián debe salir de todo este lio.
—Podrías probar hablar más con él, yo no te aseguro nada.
—Lo he intentado, pero es un testarudo, se enoja y me deja hablando sola –asentí, no me sorprendía esa actitud de su parte –solo quiero que sepas que de verdad lo siento y que no se volverá a repetir, pero no puedes salir de esto.
—Entiendo ¿es todo lo que necesitas hablar conmigo? –ella negó.
— ¿Has arreglado tu altercado con Damián? –de inmediato vino a mi memoria lo sucedido ayer en su habitación.
—Se podría decir que sí.
— ¿Qué fue lo que hizo? –suspiré, no quería decirle nada.
—Mira, quedamos en que cumpliría con mi parte de tu chantaje, pero eso no significa que te contaré cada detalle de lo que está sucediendo.
—Te está gustando Damián ¿es eso? No puede gustarte o si no te manipulará como lo hace con todas.
— ¡Claro que no me gusta! –bueno, quizás solo un poquito, por eso me estaba escondiendo de él… Dios, es que solo de verlo recordaba el beso de ayer y me daban ganas de hacerlo de nuevo, pero era un comienzo, si lo controlaba no habría problema alguno.
—Entonces estamos bien, ahora cuéntame ¿Cómo te ha ido estas semanas? ¿Te has habituado al colegio y su pequeña comunidad? –hice una mueca de desagrado.
—No mucho, realmente solo me he hecho un amigo y… Damián.
—Bueno, si necesitas hablar con alguien no dudes en decírmelo, me agradaría conocerte en otro contexto –sonreí por sus palabras.
—Creo que eso no será posible Amalia, me estas obligando a hacer algo que no quiero, chantajeándome con un problema que me tuvo en condiciones muy malas tiempo atrás –ella me quedó mirando, sin saber que decir –bueno, mi estómago ruje, ha sido una mañana interesante, pero ahora iré a comer, que estés bien.
Solo me puse de pie y me dirigí hasta la cafetería, donde encontré a Leonardo con dos bandejas en la mesa redonda.
—Pedí por ti –sonreí al ver lo que había pedido.
—Me encantan las ensaladas y las papas fritas, muchas gracias.
—Lo he notado, así que para evitar que pierdas tiempo lo pedí, no te preocupes que esta vez pago yo… ya que serás mi tutora personal de matemáticas por hoy –sonreí y dejé mi mochila en el suelo para poder sentarme a comer.
— ¿Tutora de qué? –presioné los cubiertos en mis manos al escuchar esa voz. Leonardo me miró extrañado y después miró a Damián.
—De matemáticas, Amaya me ayudará –miré a mi costado y Damián ya se estaba sentando con nosotros.
— ¿De nuevo tienes problemas en tu grupo de amigos que vienes a comer con nosotros?
—No realmente –dijo tomando de su jugo de naranja –solo me agrado comer con ustedes, eres mi novia ¿a quién le molestaría comer con su novia? A nadie… hoy te he visto poco –pude escuchar el suspiro de Leonardo al notar que estaba siendo excluido.
—Estuvimos ocupados –dije comiendo una papa –Leo, no alcancé a preguntarte ¿tomaste todos los apuntes necesarios?
—Sí, todo preparado para poder estudiar esta tarde.
— ¿Tienen test de matemáticas? –asentimos.
—Si quieren puedo ayudarlos, no tengo nada para mañana y me va muy bien en esa asignatura, podría ser de ayuda, además también tengo ese test, pero hoy en la tarde –lo dijo con un tono completamente normal mientras comía su almuerzo.
—No creo que sea necesario, no te molestes –dije de inmediato, no tenia ánimos de estar en un ambiente tenso, además que con Leonardo lo más probable es que habláramos de Juliana… cosa que me interesaba saber, no quería que volviera a recaer en esa tipa, me desagradaba.
—Me pasaré en la tarde por si necesitan ayuda –fruncí el ceño al ver esa mirada en Damián, pero mejor lo dejé pasar y tomé un poco de mi jugo.
Sorprendentemente esta vez el almuerzo no estuvo tan tenso como el día anterior, así que pudimos conversar amenamente sobre cualquier tontería, pero de todas formas los demás se encargaron de que no fuera tan relajado el ambiente ya que nos miraban… sobre todo las chicas, más de una llamó mi atención con esos ojos que prácticamente tiraban chispas.
—Iré al baño y vuelvo –dije cuando terminé mi almuerzo. Fui con mi mochila para poder lavar mis dientes como siempre lo hacía.
Cuando entré al baño y comencé a cepillar mis dientes, tres chicas, que lucían un poco mayores aparecieron de golpe, rodeándome.
— ¿Quién demonios eres tú? –tenía mi boca llena de pasta dental ¿es qué acaso esperaban que les contestara de esa forma? Eran tres morenas, altas y bastante guapas, una de ellas llevaba lentes.
Boté la pasta y las quedé mirando raro ¿Qué se creían?
— ¿Cómo te llamas? –Preguntó la del costado derecho — ¿y qué demonios haces con Damián?
— ¿Se conocían de antes? –esto era increíble, volví a llevar mi cepillo a la boca y me giré hacia el espejo, no pensaba perder el tiempo con ellas.
— ¿Es qué acaso es sorda? –preguntó una a la otra, rodee los ojos, no lucían muy astutas — ¡Ey! ¡Te estamos hablando! –me tensé cuando una tomó mi cepillo de dientes y lo sacó de mi boca, dejándolo en el lavamanos.
— ¡Ey! –le dije molesta, tomando mi cepillo de nuevo.
—Por lo menos hablas, responde nuestras preguntas.
— ¿Y por que tendría que hacerlo? –dije aun cepillando mis dientes. Las tres me quedaron mirando enojadas.
— ¿Es qué acaso eres su novia? Él jamás ha estado con nadie ¿de dónde apareciste tú?
—Mira… —dije con el cepillo en la boca –es preferible que se vayan y dejen de perder el tiempo, no tengo por qué responder a sus preguntas –me giré de nuevo y enjuagué mi boca, pero antes de poder escupir el agua, una me tomó con fuerza de mis mejillas, presionando de tal forma que tuve que escupir con fuerza.
— ¡Ey! –la puerta se abrió y apareció una chica, de ojos azules y que vestía de porrista, la reconocí de inmediato, era la que había insistido en que ingresara a su grupito… Nicole creo que era su nombre — ¡dejen a esa chica ahora mismo! –El trió de idiotas retrocedieron al mismo tiempo y se miraron nerviosas –si las pillo de nuevo en algo como esto, no duden que se los diré al director, créanme que no le agradará nada, tanto a él como a sus padres, así que ¡váyanse de aquí!
Fue realmente impresionante que esa chica les causara miedo, ya que las tres se miraron entre ellas y se retiraron del baño.
— ¿Estás bien? –Dijo mirándome preocupada –Dios, se pueden volver muy matonas cuando quieren ¿te hicieron algo más? –la quedé mirando en shock con mi cepillo en la mano.
— ¿Gracias? –dije dudosa, ella había lucido bastante matona también… Dios, este colegio era tan raro –no me hicieron nada más, no creo que se atrevieran.
—No dudes algo como eso, el año pasado otro trió dejó colgando a una chica en el mástil del centro… fue horrible, las tres fueron expulsadas y ahora están en la escuela pública ¿Qué peor que eso? –está bien, haría caso omiso a su último comentario solo porque me había defendido.
—Supongo que nada ¿cierto? –le iba a seguir la corriente.
—Nicole –estiró su mano para que la saludara, lo hice con un poco de desconfianza –soy la capitana de porristas, no sé si me recuerdas.
—Sí, algo –en ese momento recordé cuando Leonardo me dijo que era novia de Felipe, un amigo de Damián.
—Amalia me dijo que eran conocidas, ella es mi amiga, como también Damián, sé que son novios ¿no? –Se giró hacia el espejo y comenzó a arreglar su cabello –hoy he olvidado traer mi bolso con el uniforme, me debo sacar este para no verme ridícula, pero no he podido.
—Claro —volví a enjuagar mi boca.
—Entonces ¿eres la novia de Damián? –tensé mi mordida, teníamos otra curiosa por aquí.
—Algo así.
—Muy bien, si necesitas ayuda no dudes en pedírmela, ellos son mis amigos y si eres cercana a mis amigos, eso te convierte en mi amiga, si pasas por algo como esto de nuevo, no dudes en decírmelo, tengo varios contactos en dirección que ayudarían a la expulsión de cualquier alumno que este aceptando hacer Bullying, está estrictamente prohibido.
—Ya veo… —era extraño que ella fuera tan simpática, pero de seguro era porque conocía a los Andrade.
—Bien, me tengo que ir, nos vemos Amaya –ella me guiñó un ojo y se fue del baño. Fruncí el ceño ¿En qué momento le dije mi nombre?

Salí del baño un tanto desorientada, sabía que algo así podía ocurrir, pero jamás pensé que iba a ser tan pronto, además había sido todo muy extraño ¿Quién demonios era Nicole? Creo que esta tarde le sacaría información a Leonardo, él parecía saber mucho de los círculos sociales del colegio, aunque dudo que no los sepa si tuvo a Juliana como novia.
Cuando volvía a la cafetería  por Leonardo, ya que aun debía estar ahí, pude identificar a las chicas que me interceptaron en el baño, cada una estaba conversando con otra y todas me miraban bastante mal.
—No… —susurré al notar que esto se iba a esparcir como pan caliente, estaba metida en problemas.
Cuando llegué a la mesa, encontré solo a Damián.
—No te preocupes, no lo he largado de aquí –dijo cuando me senté –Leonardo está dejando las bandejas en su lugar.
—No me vas a creer lo que me pasó en el baño –él me miró un tanto preocupado.
—Nicole ya me dijo, no pensé que iban a ser tan rápidas, lo siento de verdad, no volveré a dejarte expuesta de esa forma –rodeé los ojos, Dios, como volaban las noticias.
—No fue para tanto, aunque no alcance a defenderme cuando llegó esa amiga de ustedes ¿has hablado de mí con ella? –él negó, confundido.
— ¿Por qué? –levanté los hombros.
—No recuerdo haberle dicho mi nombre, de seguro cuando insistió tanto para que entrara en su grupo, supongo que se lo dije, aunque personalmente no recordaría a alguien que no veo desde semanas... creo que en ese entonces también supo mi nombre.
— ¿No? tienes pésima memoria entonces.
—No me refiero a eso, solo he hablado con ella una vez –quedamos en un silencio un tanto incómodo, no era como cuando estaba con Leonardo.
— ¿Estas enojada por lo de ayer? –Negué de inmediato –hoy te has escondido de mí y no lo niegues, estas enojada ¿no?
—Solo estuve ocupada con Leonardo y hoy no te aparezcas por mi casa –aproveché de decir –no es necesario.
—A ti te gusta ese chico ¿no?
—Es mi amigo y debes dejar de interrumpir mi tiempo con él, solo lo tengo a él aquí y no lo voy a perder por tener un seudo novio psicópata ¿sí?
—Me tienes a mí también, soy tu amigo ¿no? –uno que me estaba trayendo muchos problemas.
—Sí, claro… amigo que se aprovecha de las circunstancias, así te tengo calificado.
—Ya veo.
Pasaron unos segundos cuando llegó Leonardo, así que nos pusimos de pie para retirarnos, bajo la mirada de varios alumnos que aun seguían en la cafetería. Negué, esta situación iba a empeorar sin duda alguna.
Leonardo a medida que avanzábamos, se iba adelantando, dejándome sola con Damián, cosa que no quería, pero antes de poder acelerar también el paso, miré a mi acompañante que estaba poniéndome más atención de la permitida.
— ¿Qué? –no me contestó, justo cuando íbamos a doblar en la esquina del pasillo, tomó mi mano y se metió en esas escaleras un tanto escondidas que habían cada ciertos trechos en el colegio. Hizo que subiera un par de escalones y después me acorraló contra la pared de piedra — ¡Damián!
—No he podido dejar de pensar en esto –nuevamente, sin más me tomó del cuello y se acercó para poder besarme. Cerré mis ojos y moví mi rostro hacia otro lado, pero él con rapidez pudo alcanzar mis labios… Demonios.
Traté de no hacerle caso y no responder a sus labios, pero fue imposible; abrí mis ojos y los suyos me miraban fijamente. Se acercó más a mi cuerpo, aprisionándome con el suyo y fue inevitable.
Entreabrí mis labios un poco y él aprovechó eso para besarme con mayor ímpetu, así que comencé a responderle. Apoyé mis manos en las suyas que tomaban mi rostro y parte de mi cuello para que no me pudiera mover.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza y el beso fue subiendo de tono hasta que pude tener contacto con su lengua; estar mirando sus ojos mientras sentía ese beso solo estaba logrando que mi ansias de besarlo aumentaran. Evité con toda la fuerza de voluntad que me quedaba de que un suspiro escapara  de mi boca cuando su lengua pasó por mi labio inferior.
—Damián… —me quedé helada al escuchar una voz femenina que nos había encontrado en esto.

Ambos nos separamos lentamente y miramos a la propietaria de esa voz. No pude evitar sorprenderme cuando vi a Joan, que estaba acompañada… nada menos que de Amalia, ¿Qué demonios hacían estas dos juntas?

Espero que les haya gustado estos capítulo :D

3 Lectores:

  1. Ya dani realmente iba lo de que me mandes la historia completa... quiero saber que pasa es injusto jajajaja espectacular el capítulo mil besos dani

    ResponderEliminar
  2. estuvieron muy buenos ambos capis, amo recordar todo de una forma divertida buahahaha :D

    ResponderEliminar
  3. Dicen que recordar es volver a vivirlo jajajaja esta historia me trae muchos recuerdos y estos nuevos personajes si que estan muy bien una disculpa por leer y comentar apenas pero he tenido una semana muy pesada de trabajo pero ya estoy por aqui de vuelta jejeje a lo mejor estoy mal o no se jajaja pero la pareja de Damian y Amaya me gusta muy aparte de lo que suceda jejeje

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

© Black Butterfly, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena