viernes, 17 de enero de 2014

Un ángel traicionado - Capítulo 2


Arial y Eric

Los dos viajaron en silencio cuando se dirigían hacia la casa de Adam, quien le había ordenado a Arial que le enseñara la estancia al Dominación, que estaba sentado al lado de Arial, mirando por la ventana.
Eric sentía que el auto era pequeño y no le gustaba para nada, pero debido a que la Nephilim no tenía alas, tendrían que usar este medio de transporte.
Durante la media hora que demoraron en llegar, ninguno dijo nada, solo se dirigieron hacia la entrada de la casa. Cuando Eric estaba entrando se dio cuenta que se había vuelto en una molestia para Arial.
—Siento estar ocupando tu tiempo –dijo de forma cortés, se había propuesto tratar de llevar la fiesta en paz con Arial, ya que era una Nephilim con un carácter bastante peculiar. Debía ser cuidadoso.
— ¿Lo sientes? ¿Te estás disculpando con una Nephilim? –Dijo avanzando hacia la sala –voy a grabarte con mi celular, dilo de nuevo –sacó su teléfono del costado de su vestido y apuntó al ángel que la miraba ahora con el ceño fruncido.

—No estoy bromeando.
—Pues yo si –dijo guardando su celular en la correa que había en su muslo izquierdo. Había dejado su abrigo en el Lucifer.
—Entiendo que no sea de tu agrado, tú tampoco eres del mío, pero tendremos que trabajar juntos.
Arial lo miró sorprendida, ella no besaba a hombres que no fueran de su agrado. Otro tema muy diferente era que estuviera enojada con él en ese momento por lo ocurrido con Dana y con Ethan, además de no advertirla sobre “cómo” debía cuidar a Dana.
— ¿No soy de tu agrado? Eso es algo muy feo de decir, sobre todo cuando quien lo dice es un ángel, que supuestamente es todo amor y felicidad.
— ¿De dónde sacaste esas ideas? –dijo Eric negando a las palabras de ella.
—Bueno, ahora que lo pienso mejor –dijo sentándose en el sofá de una pieza –diste tu primer beso hace poco más de un día, por lo que no sabes lo que es realmente bueno, debes estar amargado y siempre enojado ¿no?
—Te agradecería que no volvieras a sacar ese tema, aquel acto no fue correcto y no se volverá a repetir, que te quede claro –ella sonrió por las palabras de Eric, decidió jugar un poco con él.
—Interesante –dijo poniéndose de pie y mirando con sus ojos rojos al ángel –pero tienes razón ¿no? un ángel besando a alguien es inconcebible.
—No tanto –aclaró Eric –pero un ángel besando a una Nephilim si lo es.
Eric era muy altanero cuando deseaba serlo, eso mismo lo había llevado a tener un par de Marcas en su hombro, fue una advertencia.
—Como sea, debemos concentrarnos en Dana –aclaró Eric, preocupándose nuevamente por su pupila –y por Ethan.
—Claro, ellos dos…
Arial comenzó a rodear a Eric, caminaba con una sonrisa en los labios.
—Eres bastante grande Eric, no lo había notado con tanto parloteo de tu parte, siempre hablando y comportándote de forma orgullosa –sin aviso recorrió la espalda del ángel con su dedo, él se giró de inmediato, podía sentir la mano de ella aunque estuviera usando un suéter.
— ¿De qué hablas? ¿Qué estás haciendo?
Ella comenzó a acercarse a él, con una mirada seductora. Eric tuvo que casi dar un salto para no estrellarse contra la mesa de vidrio que había en el centro, cayó sobre el sofá de tres piezas.
— ¿Te sientes intimidado?
El ángel tragó saliva, nervioso, mirando cómo se acercaba a él aquella Nephilim de cabello rojo como la sangre. Arial sin ningún aviso o sin ninguna advertencia saltó sobre el ángel, sentándose a horcajadas sobre él.
—Mmm tienes lindos ojos –dijo ella acercándose a él tanto que sus labios quedaron solo a centímetros de distancia.
Eric puso las manos en la cintura de ella, para alejarla, pero sin dejar de mirar sus labios, le llamaban tanto la atención que esa Nephilim debería tener una advertencia para el resto de sus compañeros.
—Mmm y también tienes rico olor –dijo acercándose al cuello de Eric, que estaba congelado sobre el sofá. Unos mechones de su cabello hicieron picar el rostro del ángel — ¿sabes? Tengo excelente oído cuando quiero, además de fuerza y ahora, puedo escuchar como tu corazón late rápidamente ¿estás nervioso, Eric?
— ¿Ah?
Ella si tenía un aroma increíble y él podía sentirlo en su cabello, era un perfume que le había llamado la atención desde la primera vez que la vio y ahora podía deleitarse con él. Giró su rostro hacia ella para poder verla, pero se tensó al ver como dos líneas rojas bajo los ojos de Arial se perdían en su cabeza, las uñas largas de ella se enterraron en los hombros de él y lo empujó de tal forma que no pudo moverse. Ella era bastante fuerte.
— ¿Qué demonios haces? ¡Basta! –Dijo cuando notó que ella estaba usando ese lado demoníaco que tenía –eso te hace mal.
—No lo sé ¿sabes? Tengo un ángel de gran calibre a mi disposición, podría acabar contigo si así lo deseo ¿no es así como nos ves? Seres despiadados que solo quieren acabar con los de tu especie.
Arial había podido ver todos los secretos de Eric cuando bebió tan solo un par de gotas de aquel ángel. Cientos de imágenes pasaron por su vida, no las había olvidado ya que sin duda se había enfurecido al saber que Eric no aprobaba el comportamiento de Adam, le desagradaba que su amigo ayudara a un par de Nephilim huérfanas, para él, no debía haber misericordia con los demonios, aunque fueran seres con la mitad de herencia demoníaca. Sin embargo no podía tener una visión clara de toda la vida de aquel ángel, eran demasiados años e incluso le provocó dolor de cabeza meterse en los secretos de Eric.
La Nephilim rodeó el cuello de Eric, quien se tensó, pero realmente no se preocupó, más le incomodaba tener a Arial encima que el peligro que realmente corría. Y ella también sabía eso.
— ¿Estás nervioso, Eric? Quizás algo está despertando por acá –dijo bajando la mano que tenía rodeando el cuello del ángel, recorriendo el abdomen de él, sobre el suéter, dirigiéndose hacia la hebilla de los jeans.
Eric se molestó, no le gustaba como jugaba ella con él y mucho menos que no se comportara como una señorita. Eric siempre había estado intrigado con las mujeres, siempre pensó que eran seres delicados que debían ser tratados de la misma forma, por eso le desagradaban todos los seres humanos que eran capaces de dañar sin pensar a una mujer.
Sin embargo para él, Arial no estaba dentro de esa categoría, ella era un demonio sin importancia, por eso se había sentido tan arrepentido por haberla besado.
— ¿No es así? –preguntó ella, acabando con la paciencia del ángel.
Eric llevaba décadas enseñando a los nuevos arcángeles, había luchado cientos de batallas con demonios que acabarían con Arial tan solo con una mirada, eran temibles y verdaderos asesinos. No le fue difícil para el Dominación escapar de los brazos de Arial y reducirla en el suelo, inmovilizando sus manos contra la espalda mientras que sujetaba la cabeza de la pelirroja.
— ¡Suéltame ahora mismo! –dijo ella enojada, sin poder creer que había terminado de esa forma.
Eric la liberó y se alejó unos pasos, esperando que la muchacha saltara contra él, pero no fue así. Ella se puso de pie despacio y lo miró realmente dolida.
—Solo estaba jugando, idiota –dijo sobando sus muñecas, ya que Eric había usado su fuerza natural, no había sido delicado solo porque ella fuera mujer o porque ahora fueran aliados. Él no sabía jugar.
—Debes entender que no soy Adam, conmigo no puedes jugar, no seré tu noviecito de turno ni tampoco tu amigo, tú para mí eres tan solo alguien a quien debo soportar porque es mi trabajo hacerlo, así que comienza a comportarte profesionalmente, no eres una niña para seguir con tus caprichos.
Y si cabía alguna duda en la mente de Arial, Eric las acababa de eliminar por completo.
Las uñas y los ojos de Arial se normalizaron, miró a Eric por unos segundos, obligándose a recordar este momento, donde él le gritaba y le decía palabras que no merecía. Solo había jugado con él.
—Estamos aquí por Dana y Ethan –siguió Eric, con el ceño muy fruncido, su mordida estaba tensa y Arial se sorprendió al estar notando la mandíbula de aquel ángel.
Ella le dio la espalda, muy orgullosa y sin tomar en cuenta los insultos de Eric. No le sorprendía, había escuchado cosas realmente horribles por parte de los ángeles. Se sentó en uno de los sofás pequeños de la sala.
—Si te hubieras preocupado por Dana, nada de esto estaría ocurriendo ¿sabes? –ella se cruzó de brazos, enterrando disimuladamente su dedo índice en su brazo, para controlar la ira que le provocaron esas palabras.
Una cosa era insultarla solo por ser una Nephilim y otra muy diferente era sacarle en cara sus errores. Arial odiaba eso.
—No tienes nada que decir ¿cierto? –Eric se sentó, satisfecho con su exposición de los hechos. Se sorprendió bastante cuando se vio a si mismo concentrado en los ojos rojos de Arial.
— ¿Te gusta discutir, Eric? ¿Quieres lidiar conmigo? Porque una cosa es que me enoje y otra diferente es que me guste molestar a los demás, no te confundas. No me quieres ver enojada.
Ella era una descarada para Eric, simplemente alguien inmoral y malvada, sabía que había acabado con varios de sus arcángeles. Arial era fuerte y entendía que no debía hacerla enojar, pero le molestaba tanto haberse besado con ella que le era imposible controlar su boca con ella, como si quisiera alterarla para hacerla pagar por haber caído con aquel beso, por como su pulgar recorrió sus labios, como su lengua toco la suya…
Desechó esos recuerdos antes que se desconcentrara de lo que realmente importaba. Ser precavido con esa Nephilim.
—Además dime una cosa –siguió ella, con sus piernas cruzadas y dejando parte de sus muslos a la vista del ángel, que no dejaba de notar cada detalle de ella. Ese vestido negro le asentaba de maravilla y ella lo sabía — ¿Cómo hubiera sido todo sin Dana no hubiera pasado esa noche con Gabriel? Recuerda que vi tus secretos Eric, lo tenían todo planeado arriba. Déjame decirte que lo encuentro atroz, sobre todo por el hecho que tú eres como el hermano mayor de Dana. Has cometido una horrible traición con ella.
—Eso no es asunto tuyo, Nephilim –Eric casi escupió la palabra, como si fuera pecado tan solo decir “Nephilim” –además si tienes esas preguntas es porque no viste todo ¿no?
—Claro que no, tienes siglos y siglos de existencia ¿crees que todo eso cabe en mi cabeza?
—No creo tengas una cabeza tan grande –dijo él riendo de forma altanera.
—Yo tampoco creo que tú la tengas –dijo mirando directamente a la entrepierna de Eric, riendo.
— ¡Basta! –dijo él moviéndose incómodo, descubriendo muy bien el doble sentido de Arial — ¿Cuánto demorarán Adam y Lilia?
—No tengo la menor idea, pero dime ¿Qué historia hay entre Gabriel y Dana?
—No hablaré de ello –dijo él, tajantemente –además ¿Por qué no viste su historia cuando te atreviste a beber de su sangre? Eres muy curiosa, eso te pondrá en peligro Arial.
— ¿Y qué te importa mi seguridad? ¿Ah?
—Es solo un decir.
Ella se puso de pie, lo que puso nervioso a Eric ya que indudablemente sus ojos se dirigieron al escote de Arial. Tuvo que mirar hacia un lado mientras ella se dirigía hacia una de las ventanas, corrió la cortina y miró hacia la oscura noche.
—Puedo ver los secretos que tienes en tu memoria, vi todo lo que había en la cabeza de Dana, por eso no entiendo ¿Por qué no vi el motivo por el cual Gabriel la desea tanto?
Eric sonrió satisfecho por saber toda la historia y por tener un nuevo detalle del poder de Arial, con razón ella no había descubierto la vida pasada de Dana. Le habían borrado la memoria al convertirse en ángel.
Cuando volvió a mirar a Arial tuvo que fijarse en la planta que había a su lado ya que ella tenía unas curvas que inevitablemente llamaban su atención. Eric se estaba desconociendo por completo, él no miraba el cuerpo femenino de esa forma, no se lo había permitido nunca, ni siquiera cuando estuvo un par de meses en la tierra, comportándose de forma rebelde.
Ella había apuntado cuando le dijo que su parte favorita de su cuerpo eran las caderas de Arial.
— ¿A qué hora llegarán? –dijo Eric, llevándose una mano a su frente, cubriendo sus ojos de la imagen de Arial.
—Me debiste decir que se trataba de Gabriel –dijo ella, aun furiosa porque él recalcara su error con Dana –que tenía que protegerla de él después de lo sucedido en el Lucifer.
—Pensé que eras lo suficientemente inteligente como para no tener que entregar tantos detalles.
— ¿Qué problemas tienes, maldito ángel? –le dijo ella comenzando a perder la paciencia. Sus mejillas pálidas como la nieven comenzaron a sonrojarse. Eric no dejó de lado ese detalle y deseó poder tocar esa piel para saber si aumentaba de temperatura a medida que se iba enojado.
Desechó la idea al ver que ella se acercaba a él. Se puso de pie de inmediato, a la defensiva.
—El problema que deberían tener todos con los de tu especie.
— ¡Cállate, Eric! –dijo ella sorprendida por las palabras del ángel, hace ya un par de meses que no tenía que enfrentarse a este estilo de discusiones mientras luchaba, todo gracias a Dana, a quien sentía que había traicionado por no haberla cuidado como correspondía y por saber que estaba bajo un plan de ambos bandos sin saber nada de ello.
—Eres hija de Azazel, uno de los peores demonios que hay en la actualidad dando vueltas por la tierra… nada bueno puede salir de él, entiéndelo de una buena vez.
Ella lo miró, levantando la barbilla y teniendo una posición más erguida. Lo observaba frente a frente, como si tuviera algún escudo para combatir esas palabras.
—No tienes puta idea de nada ¿Por qué estás aquí entonces? ¿Qué te importa a ti que este plan de la Luz o la Oscuridad salga bien? ¿Ah? sabes que si todo va acorde el plan, nosotras no estaremos condenadas de por vida.
—Con ciertas condiciones –aclaró Eric –y estoy muy seguro de que tú o Lilia, no son merecedoras de dicho privilegio, que acabarán siendo quemadas en el infierno, viviendo una eternidad entre el fuego junto a sus queridos padres.
—Oh maldito ángel, cuida tu boca –dijo ella apuntándolo con el dedo, sintiendo como cada vez se sonrojaba más de la rabia –porque sé muy bien los pensamientos que has tenido, algunas cosas han pasado en banda con tus recuerdos, pero sé muy bien que te preocupas por Adam, Dana e incluso a veces lo hiciste por Gabriel ¿no era tu amigo? No eres más que un hipócrita, caerás algún día ¿me escuchas? Te morderás la lengua y verás que no eres ningún ser superior, no importa tu categoría, sigues siendo alguien que puede sentir y caer ante las emociones como todos tus amigos lo hicieron ¿no es eso lo que te perturba, Eric?
Los ojos verdes de él se abrieron con sorpresa. Nadie, pero ni siquiera Oscar, su amigo más cercano entre la tierra de los ángeles sabía esos miedos que guardaba muy dentro de su pecho.
—Eres muy pretencioso para ser un Dominacion y eso que no me caen bien los ángeles, pero tú… estás convirtiéndote en algo no digno de la especie ¿Qué te hace comportarte así? ¿Crees que te haré caer? ¿Por eso me odias tanto? Puedo jugar contigo Eric, pero te cuento que mis pensamientos en este momento están con Liam, quien murió a manos de Dana porque se volvió un maldito vampiro. No tengo cabeza para hacer caer a un ángel como tú.
—No eres de mi agrado por el simple hecho de ser una Nephilim.
Los dos se quedaron mirando enojados, pero no cruzaron palabra alguna, ya que fueron interrumpidos. Lilia y Adam habían llegado.
Durante toda la reunión que tuvieron con el ángel caído y la Nephilim de ojos violeta, Arial solo pudo destacar todas las nuevas noticias de Dana y Gabriel, además del hecho que Eric se estaba comportando como un pedante.
¿Quién le dio el cargo de ángel? Se había preguntado cuando él hablaba casi burlándose de ella por no estar enterada de nada.
El alma de Arial cayó a sus pies cuando Adam, su querido Adam que siempre las protegía, le había ordenado guiar a Eric a su cuarto y enseñarle el lugar. Molestia que debió dejar atrás cuando llegaron ellos primero, pero había decidido discutir con el ángel, perdiendo el tiempo.
Nuevamente se quedaron solos, pera esta vez ella solo tenía en su mente ayudar a Dana, creía que se lo debía, más ahora que se enteró que había sido como ella, una Nephilim. Quizás debería comenzar a ser más amable con Eric, para tener mayor información.
—Debes conocer el lugar donde dormirás –dijo ella dirigiéndose hacia las escaleras, para sorpresa del ángel.
Subieron al segundo piso. Arial iba caminando muy segura en dirección a la habitación que podía usar Eric. Su ceño estaba fruncido, pero iba dándole la espalda al ángel, no iba a permitir que él viera que se había enojado por su culpa, no otra vez. No le iba a dar esa gratificación.
—Es aquí –dijo ella, girándose con una sonrisa burlona.
—Bien –dijo Eric mirándola precavido, como si esperara que en cualquier momento, ella iba a enterrar las uñas en su abdomen.
Arial en cambio entró a la habitación. Era una de las más amplias y que le gustaba a ella, cuando vivía en esta gigante mansión, siempre rotaba sus habitaciones para dormir, no le gustaba apegarse a ciertos lugares, menos a los humanos. Solo tenía dos personas importantes en su vida, bueno, quizás tres: Lilia, Adam y Dana, esta última se había acercado mucho a ella, además nadie le sacaba de su cabeza que habían actuado mal, la habían traicionado.
— ¿Quién era Liam? –ella se giró de inmediato para mirar a Eric, sorprendida, estaba comenzando a pensar que él tenía algún trastorno bipolar.
— ¿Qué te importa? –él levantó los hombros, quitándole importancia. Después miró la habitación, era amplia –es un buen lugar para descansar.
— ¿Te cansas estando aquí de esta forma? ¿Dormir te hace bien?
— ¿Qué te importa? –dijo él para devolverle la respuesta que ella le había dado hace segundos atrás.
—Eres un pesado, realmente no sé como llegaste a ser ángel, aunque si lo pienso mejor… creo que no se limitan mucho para tener nuevos reclutas ¿no? ¿Cómo entró Dana, si ella era una Nephilim?
— ¿Qué te hace creer que te lo diré?
Los ojos de ella brillaron y sin más se volvieron aun más rojos si eso era posible. Las líneas rojas bajo sus ojos aparecieron al igual que esos colmillos vampíricos, sus uñas estaban listas para herir a Eric si era necesario.
—Tendré que averiguarlo por mi sola entonces.
—Tú no tienes ningún respeto ¿cierto? –dijo él, sonriendo por la ingenuidad de Arial –no me podrías herir ni en…
No pudo seguir hablando ella se abalanzó contra él, pero sin duda Eric tenía la razón, un ángel con la categoría de él, era casi invencible para una Nephilim como Arial. Él se encargaba de los padres de los Nephilim, con esos si debía tener cuidado.
Eric tomó la mano derecha de ella y la dobló contra su espalda, en un segundo la tuvo inmovilizada contra el suelo, mirando hacia abajo mientras él solo se había inclinado para someterla en la superficie.
—Hay una alfombra –dijo él mirando la superficie afelpada que tenía todo el lugar, era rojo oscuro, como el vino –lindo.
—Y una mierda –dijo Arial, descansando su cabeza en el suave piso, sintiendo dolor en su muñeca porque había sido inmovilizada con fuerza.
—Te lo advertí.
Eric la soltó y ella se giró para verlo, desde el suelo. Arial sin duda se sentía derrotada, pero no pudo evitar usar una técnica diferente.
— ¿Qué tienes ahí? –dijo ella apuntando al cuello de Eric.
— ¿Qué cosa? –pregunto él tratando de mirarse, pero no alcanzaba a ver la zona que apuntaba Arial.
—No sé, Eric ¿Qué demonios? Acércate –con el ceño fruncido, como si estuviera muy concentrada mirando lo que tenía pegado Eric en el cuello. Lo que era nada, solo estaba inventando aquello y para su sorpresa el ángel estaba cayendo redondo.
Tuvo que soportar las ansias de reírse de él.
— ¿Qué cosa? –volvió a preguntar Eric, acercándose a ella para que viera lo que tenía.
—Mira… —ella estiró su mano, sorprendida porque el ángel realmente se inclinara sobre ella, apoyando sus rodillas a los costados de su cuerpo.
Estaba recostada en la alfombra, con todo su cabello rojo desparramado por el suelo y Eric tuvo que hacer un gran esfuerzo para no desconcentrarse.
Con su pulgar rozó lo que supuestamente Eric tenía en su cuello.
— ¿Sabes? –Dijo ella mirando curiosa al ángel por haber caído en algo que ningún humano habría tragado –eres muy fuerte y rápido.
Eric dejó de tratar de mirarse el cuello y observó a Arial, como estaba sobre ella, a centímetros de su rostro ya que se había acercado lo suficiente para que ella le sacara lo que tenía en su piel. Había apoyado una mano al lado del rostro de ella, pudiendo sentir un mecho del cabello rojo de Arial entre sus dedos.
Tensó su mordida por estar tan cerca de ella.
—Pero eres muy ingenuo –dijo ella mirando los ojos verdes de él, eran tan lindos que le apetecía quedarse un buen rato mirándolos. Si fuera así de cursi, lo habría hecho, además del hecho de haber recibido horribles palabras por parte de Eric, eso contaba para no encontrar sus ojos hermosos.
— ¿Qué? –preguntó Eric, notando la sonrisa curvada que tenía Arial, como sus colmillos relucían bajo sus labios. Podía volverse en vampira cuando deseaba, y eso, lo encontró de cierta forma impresionante. Aunque después lo negara ante ella.
—Una tregua por un segundo, sé que también quieres ¿no?
Por alguna forma casi mística no fue necesario que cruzaran más palabras, ya que se habían entendido muy bien.
Ella dejó de lado todas las características de vampira, lo que Eric lamentó en su fuero interno. Simplemente volvió a ser Arial con ojos rojos, la misma que llevó de nuevo su pulgar derecho a los labios de Eric, quien no deseó esperar otro segundo, estaba cansado de concentrarse para no pensar en los labios de Arial. Eso solo lograba ponerlo de mal humor.
Él fue quien se acercó de nuevo, sus labios se unieron como si él fuera un adolescente inexperto, lo que encantaba a Arial, ya que él era mucho más viejo que ella y lucía estar más cerca de los treinta, que de los veintiuno que representaba ella.  Incluso parecía más madura que él, Eric simplemente volvía a ser un niño cuando se acercaba a Arial y no se había dado cuenta de ello.
Los labios de Arial eran cálidos, lo que ahora estaba tratando de memorizar Eric ya que estaba convencido de que no sería necesario tener que besarla de nuevo si esta vez lo hacía más lento, pausado, tomándose el tiempo para aprovechar aquellos labios. La mano de Arial recorrió su mejilla, acariciando con sus dedos la mandíbula de él.
Esta vez Arial no hizo que él separara sus labios con su propia mano, sino que solo hizo que su lengua acariciara el labio inferior del ángel.
—Separa tus labios Eric –dijo ella sonriendo, los ojos verdes del ángel no dejaban de mirarla, atento a lo que ella hacía. Cerrar los ojos estaba prohibido para él cuando estaba con alguien peligroso.
Arial no tomaba en cuenta ese detalle al sentir los labios de Eric, simplemente se dejaba llevar si cerró sus ojos mientras sus bocas se volvían a unir. Ni siquiera la estaba tocando y ella sentía que todo su cuerpo estaba respondiendo al ángel ¿Cómo era eso posible?
Realmente no importaba, eso no era relevante cuando Eric y ella se besaban por segunda vez, como si hubieran sido dos piezas de un rompecabezas uniéndose a través de sus labios.
Eric no pensaba en nada, absolutamente en nada relacionado a Nephilim, ni ángeles, ni lo que era bueno o malo, solo se estaba concentrando en la suavidad de los labios y en la lengua de Arial, en la forma que ella lo guiaba porque debía ser honesto y admitir que ella tomaba el control de todo.
—Mmm… —gimió ella, disfrutando de aquel beso casi hipnótico que le estaba proporcionando el ángel.
Arial abrió sus ojos para encontrarse con los verdes de Eric cuando se separaron. Estaban a un par de milímetros de distancia y se miraban como si estuvieran en una dimensión desconocida, donde el tiempo se había detenido mientras ellos solo se besaban.
—Hay una forma para que te quedes en silencio, por lo visto –dijo él, sonriendo para la sorpresa de Arial.
—Escúchame bien –dijo ella, frunciendo el ceño –no soy alguien a quien le gusta discutir, pero odio a los ángeles y solo he confiado en uno: Dana. Tú también me odias, pero ambos debemos ayudarla a ella y a Ethan ¿no? entonces llevaremos la fiesta en paz y nadie se puede enterar de esto.
— ¿De qué estás hablando? Yo no pienso caer con… —ella cubrió la boca de Eric y para su sorpresa le gustó tener ese acercamiento con ella. No iba a decir eso en voz alta.
—Para que un ángel caiga debe haber amor o deseos de retirarse por cuenta propia, no estamos enamorados, eso sería ridículo… solo estamos jugando, sin llegar a nada muy serio para que no te llenes de Marcas, será nuestro secreto.
Eric la quedó mirando unos segundos, con el ceño fruncido, pensando seriamente en la proposición de Arial. Ella no le agradaba, era deslenguada, además de ser una Nephilim, pero sin duda debía admitir que le gustaban los labios de Arial…y técnicamente no estaba cometiendo nada contra las reglas, aunque si lo pensaba mejor la lujuria era algo no permitido entre los de su especie y de seguro ya debería tener las Marcas en su brazo derecho, pero no había sentido nada mientras besaba a Arial. Aunque si le hubiera caído un piano encima tampoco lo habría sentido.
—Así no usamos la tensión y el desagrado por el otro de mala forma, obstruyendo nuestro objetivo: ayudar a Dana ¿entiendes?
Eric asintió, se sentía tan tranquilo y no tenía ganas de discutir como hace un rato.
—Y debe ser un secreto, ni Lilia o Adam se pueden enterar ¿entendido?
—Tú no estás ligada a la Orden ¿Por qué te gusta estar aquí conmigo en vez de un humano que no está limitado?
Ella sonrió a la pregunta, era una muy buena a todo esto.
—Porque soy una Nephilim y me encanta la idea de corromperte –y no había ni una sola gota de falsedad en esas palabras.
—Bien –dijo Eric separándose de ella, poniéndose de pie –hay que ser cuidadosos, tampoco quiero que Adam me busque para acabar conmigo por esto.
Le ofreció la mano a Arial para que se pusiera de pie. Ella sorprendida aceptó el gesto.
Sin duda necesitaban un simple beso para quedarse, los dos, tranquilos. Simplemente se ponían ansiosos cuando estaban juntos. Había una atracción indudable.
—Será un secreto, además ninguno debe ser amable con el otro por esto, solo será una forma de liberar tensión ¿entendido? –dijo ella dirigiéndose hacia la puerta.
—Por supuesto.
—Ahora vamos a la cocina, debes saber de dónde sacarás alimentos para cuando tengas hambre.
Ella se adelantó con rapidez, quería escapar de la mirada de Eric. Aun sentía su corazón latir con fuerza ¿los ángeles tenían buena audición? Ella estaba casi infartada, aunque de todas formas se dio cuenta de que tenía la razón. Eric era un hipócrita.
— ¿No que besar a una Nephilim era inconcebible? –dijo ella cuando se le unió Eric, muy serio, mirando hacia al frente.
—Lo es.
— ¿Y bien? –dijo dirigiéndose hacia las escaleras de  nuevo.
—Pero he hecho otras que también son inconcebibles para nosotros.
Arial no preguntó, ya que desde ese segundo decidió mantenerse alejada de problemas más privados en la vida de Eric. Ambos bajaron, ella le expuso todo el piso, donde estaba lo más importante, la cocina, la sala, el gimnasio y un piso más abajo, en la puerta secreta que tenían, estaba la biblioteca.
—Este lugar ya lo conocía –aclaro Eric, muy serio –es mejor que volvamos al Lucifer.
— ¿Para qué? Es mejor que te quedes aquí, mañana nos volveremos a reunir.
—Iré contigo o sin ti, ya sea volando o en ese auto tuyo.
La miró enojado, por lo visto el tiempo de tregua se había acabado. Arial consideró seriamente en besarlo de nuevo para que dejara ese malhumor de lado, pero creyó que no era correcto porque se desconcentraría.
—No he venido hasta aquí para terminar bajo tus órdenes.
Por unos momentos Eric se quedó pensando en sus palabras y en la tregua que había hecho con aquella Nephilim. Sin duda le encantaba besarla, pero ahora que su cabeza estaba fría, no creía correcto el trato que había hecho con ella. Nuevamente se estaba comportando como hace siglos atrás, de forma impulsiva y dejándose llevar por los instintos que afloraban cuando bajaba a la tierra. Odiaba tener que recurrir a esto, por eso se había convertido en el jefe de los Arcángeles, encargado de entrenarlos para el combate. Puesto que anteriormente tuvo Gabriel.
—Esto no está bien –susurró él mientras caminaban hacia la puerta principal.
— ¿De qué hablas?
—No puedo hacer una tregua contigo, no puedo hacer nada con una Nephilim ¿Qué demonios me has hecho? ¿Es algún poder que estas usando conmigo?
Arial se detuvo y se giró por completo hacia el ángel, apoyándose en la puerta principal, con sus brazos cruzados. Eric no pudo dejar de observarla con mayor detalle, era tan hermosa que le quitaba el aliento, pero era un demonio del cual debía alejarse.
—Está bien, si no quieres jugar allá tú.
Él frunció el ceño, molesto por la actitud condescendiente de Arial. ¿Es qué para ella era todo un juego? Si, sin duda se había dejado llevar por esos malos instintos al hacer una tregua con ella.
— ¿Ni siquiera te molestas? –ella levantó los hombros.
—No es como si me estuvieras negando la gran cosa, son solo besos y no eres el último hombre del mundo como para estar así de desesperada, tan solo eres guapo –ella le guiñó un ojo.
— ¿Guapo?
Arial se había cansado, pensaba que Eric iba a ser un poco más maduro respecto a su tregua ¡vamos! Tiene demasiados años para tener este tipo de berrinches. Sin embargo, así se estaba comportando y ella no tenía paciencia con los niños.
—Eric, no te molestes, ya mi humor había mejorado, no lo arruines –dijo caminando hasta él –te di una opción y no la quieres, bueno, tú solito tendrás que encargarte de esas locas hormonas angelicales que te hacen efecto tan tarde –con su dedo índice y anular, simuló una caminata por el pecho del ángel, sobre el suéter.
—Debemos ir al Lucifer –dijo tomando la muñeca de Arial, de forma brusca y rápida, solo para no tenerla tan cerca, pero también como una excusa para tocar su piel. El ángel estaba cayendo ante sus propias palabras, más rápido de lo que esperaba.
—Muy bien, vamos.
Ella se liberó de él y se dirigió hacia la puerta principal mientras que Eric no podía dejar de sentirse pisoteado, realmente para Arial no importaba el ángel, o eso pensaba él mientras observaba como caminaba, tan segura y altanera, tan femenina y a la vez mortal.
“Señor… dame fuerzas” fue lo único capaz de pensar mientras salían de la casa de Adam.
Eric aun no descubría porque había decidido irse con ella, más simple era usar sus alas y viajar más rápido, pero no se negó a seguir pensando en la razón de quedarse en el asiento copiloto del auto, tan pequeño, que ella manejaba. Se sentía atrapado en una caja.
— ¿Sabes manejar, Eric?
Él tragó saliva, ella estaba concentrada en la carretera y sonreía cuando lo nombraba, como si se burlara en su propia cara de él.
—No, nunca lo he necesitado –ella llevó su mano hasta la radio del auto –tengo mis alas.
—Tengo mis alas –dijo ella imitando la voz de Eric mientras buscaba una estación de radio y miraba la carretera –eres muy altanero, Ángel Virgen.
— ¿Podrías dejar de usar ese apodo? Es muy ofensivo –ella lo miró entretenida por un segundo.
— ¿Ahora ser virgen es ofensivo? Pensaba que la mayoría de las religiones estaban a favor de ello –él tensó su mandíbula.
—Tú lo vuelves ofensivo ¡mira la carretera! Puedo estar aquí y ser un ángel pero eso no indica que no sentiré dolor si chocamos.
Arial rió por alterar a Eric, además se alegró de haber encontrado una buena canción. En realidad era una estación de música instrumental. Ella siempre había encontrado la conducción como una forma de relajación y momento para poder concentrarse.
— ¿Sabes? Nunca había besado a un ángel, debo admitir que tiene sus ventajas –dijo ella concentrada ahora en manejar y en la canción –estoy como relajada, de buen humor.
—Eso no es por besar a un ángel –aclaró Eric mirando hacia la ventana y sonriendo levemente, lo que era muy extraño en él que nunca sonreía –es porque me has besado específicamente a mí.
Por unos segundos el corazón de Arial latió más fuerte, pero tensó su mordida.
—Yo creo que lo mejor será besar a otro ángel, así lo podre comprobar ¿no crees? Quizás cuando baje Dana, con su memoria renovada, hasta le gustan las chicas ahora.
Arial no pudo evitar reír mientras que Eric la miraba pensando en que nunca podría ganarle en un juego de frases o palabras, como fuera. Ella siempre tenía algo que contestarle ¿es que alguna vez estaba seria? Cuando no estaba riéndose de alguien y estaba concentrada en algo o pensando sin tomar en cuenta a los demás, se imaginaba que estaba planeando formas de burlarse de sus amigos y enemigos.
— ¿Alguien que la conoce ha borrado su memoria? –preguntó ella, esperando que Eric respondiera de forma sincera y sin ser un idiota.
—Noelia, es una Serafín, también se encargó de borrar su memoria la primera vez.
—Cuando se volvió un ángel ¿no? increíble… una Nephilim –dijo para sí misma, pensando en que esa posibilidad hace dos horas, era imposible — ¿Qué hizo?
Eric se tensó, no tenía autorizado entregar esa información, pero no deseaba quedar como un mezquino y pedante.
—No puedo decírtelo, eres una Nephilim, espero que entiendas.
—Ha de ser triste –dijo ella, sin tomar en cuenta las palabras más humildes que había utilizado Eric, cosa que lo molestó –si ella hizo caer a Gabriel, debió ser algo triste, algo trágico, digno de castigo divino.
— ¿Castigo divino? No existe tal cosa, en la tierra usan mucho ese término… a los humanos Dios no los castiga, tienen cientos de oportunidades para mejorar y si no lo hacen ahora, puede que vuelvan a hacerlo, es un ciclo de aprendizaje constante, ya lo sabes ¿verdad? Adam debió enseñarles eso.
—Sí, lo hizo –dijo ella, escuchando la música suave y tranquila que ayudaba a su temperamento –de todas formas, debió castigar a Gabriel más de una vez ¿no?
Eric se quedó pensando en los sucesos del pasado. De un principio no estuvo a favor de recibir a Dana como ángel, creyó que no era correcto, que debía ser enviada al infierno, pero las reglas son las reglas. Ella le dio esperanza a toda la Luz.
—De cierta forma, pero él era un ángel que había aceptado la Orden, se había entregado por toda una eternidad a la Luz.
Arial se quedó pensando unos segundos en esas palabras. Ella jamás podría aceptar tal trato, es como aceptar una vida para ayudar a otros sin tener decisión en tu propio camino. Aunque los ángeles no tenían mucha vida como para hacer elecciones.
—Tragedia, a través de ya varios años en la tierra, la Luz siempre trae tragedia.
El ángel frunció el ceño, lo que ella decía no era cierto, sobretodo una Nephilim debería pensar diferente ya que la historia de una hija o hijo demonio, si estaba marcado por tragedia.
—No es tragedia, sino sucesos que deben pasar para el crecimiento de las personas. La Oscuridad sí crea tragedias para acabar por gusto con las personas involucradas.
—Es cierto, pero la Luz, Dios o como le digan en cada religión o persona… no debería permitir ese tipo de sufrimiento, supuestamente son los buenos, pero pareciera que lo único que buscan es acabar con todo rastro de la Oscuridad, sin importar nada más.
—Pues claro, si los demonios estaban interfiriendo en la vida de los humanos.
— ¡Ah! –dijo ella, subiendo la música para no enojarse –yo no he interferido con ningún humano.
—Claro que sí.
Ante tal declaración Arial lo miró sorprendida, casi indignada. Se le estaba haciendo difícil manejar la situación, continuar con el buen humor que tenía en ese segundo.
—Liam, ese novio tuyo que murió… él no habría terminado en ese estado si no fuera por tu culpa, tu lo llevaste al inframundo, tú fuiste quien le dijo sobre los Nephilim, ángeles, demonios, todo.
Arial presionó con fuerza sus manos al volante. No iba a caer ante las palabras de alguien que no sabía nada sobre su vida.
—Cosas de la vida ¿sabes? Un día sabes que tu padre es un demonio, otro día te besa un ángel y finalmente puedes terminar atravesando con una espada el abdomen de un ser celestial ¿no? –dijo ella sonriendo y dándole otro guiño.
Eric abrió levemente su boca. Arial era impenetrable. No la conocía como darse cuenta que ella era aun más sensible que Lilia, había tenido una infancia difícil, había visto la muerte durante todos los días por los primeros años de su vida, se había negado a la oportunidad de que alguien la amara hasta que conoció a Liam, quien finalmente le rompió su corazón. Arial estaba rodeada por diez muros para esconderse del dolor y cada vez que alguien trataba de herirla, ella sonreía y trataba de responder con alguna ironía.
Era su forma de sobrevivir.
¿Como pudo volver Gabriel a ser ángel si había caído ante Dana? –preguntó ella de nuevo, tratando de cambiar el tema y el ambiente.
—Dentro de nuestra especie están los Arrepentidos, mantienen su categoría ya que su aprendizaje es el mismo. Se arrepienten de haber aceptado caer, aunque sea por amor, ante un humano, Nephilim, lo que sea. Tienen una marca especial en la nuca, es muy extraña y no hay muchos Arrepentidos.
— ¿Conoces a alguno?
—Claro, Oscar, quien está entrenando a Dana en este momento es un Arrepentido –Arial lo miró curiosa.
— ¿Y de verdad se arrepintió de haberse enamorado?
—No, pero no tuvo de otra –respondió de inmediato Eric –su pareja murió aquí en la tierra, era un buen chico.
— ¿Eran gays? –preguntó Arial, sorprendida.
—El amor es amor, sea como sea, ya sabes –ella asintió. Por primera vez se ponían de acuerdo en algo –tiene una marca justo aquí –Eric sin pensarlo mucho llevó su mano a la nuca de Arial, justo donde estaba la Marca de los Arrepentidos.
Un escalofrió recorrió la espalda de Arial y los dedos de Eric aumentaron de temperatura. Ninguno dijo nada y se hicieron los desentendidos.
— ¿Cómo Gabriel pudo arrepentirse de amar a Dana?
—Nunca lo hizo –afirmó Eric –en realidad no sé si los Arrepentidos que cayeron por amor se arrepienten alguna vez, son ángeles, no es fácil que se entreguen a algo o alguien sin realmente creer en ello. La mayoría que ha vuelto ha sido porque dejaron el rebaño por algo menor, quizás incluso pudieron sentir los susurros de Lucifer, pero por amor… solo he conocido dos, Gabriel y Oscar. El primero solo se arrepintió de haber llevado todo de la forma equivocada y Oscar se arrepintió de haber expuesto a su novio, de cierta forma se arrepintió.
—Increíble…
Arial estaba sumergida en lo que decía Eric y en la sorpresa que le causaba lo agradable que podía ser la voz de Eric cuando no tenía ese tono pedante. Incluso era relajante poder escucharlo. Ángeles y sus poderes extraños.
—Gabriel –susurró ella, pensando en el demonio –debió amar mucho a Dana para hacer todo lo que hace, incluso ahora debe amarla.
—Los demonios no son capaces de amar ¿sabes? Gabriel sufre de una obsesión por no haber tenido lo que una vez le perteneció –ella miró sorprendida al ángel.
—Dana solo se pertenece a ella misma, pero por lo visto todos pensamos diferente, ya que la hemos controlado y manipulado de la forma más ruin.
—No –aclaró Eric, mirando como las gotas comenzaban a caer en el parabrisas –ellos eran almas gemelas, cuando se encuentran, se pertenecen uno al otro. Muy romántico ¿no?
Ella sonrió ante las palabras del ángel, sin duda le parecía elocuente. Si se hubiese expresado de la misma forma y además fuera más humano o un Nephilim ella estaría encantada de pertenecerle, pero era un ángel, muy, pero muy desagradable.
—Y participaste en esa separación.
Eric tragó saliva, recordando cuando Gabriel dejó definitivamente la tierra de los ángeles para ir con Lucifer.
—Sí, participé de ello y lo haría de nuevo, Dana es demasiado peligrosa de Nephilim, no puedo ni siquiera recordar a todos los amigos y hermanos que hemos perdido bajo las manos de ella ¡gracias al cielo que borraron eso de ella!
—No, no –dijo Arial moviendo su dedo índice mientras doblaba en una esquina para dirigirse al Lucifer –no le han borrado nada Eric, tan solo están tratando de tapar el dedo con el sol.
—Calla, no digas eso que hasta ustedes correrían peligro si llega a  despertar por completo.
Arial se concentró en estacionar el auto, cerca de la entrada para no mojarse tanto por la lluvia que caía, pero era inútil, su abrigo estaba en la oficina de Adam y no traía nada más. Era cierto que era resistente al frio, pero llevaba un vestido, en pleno invierno.
—Muy bien, vamos –le dijo a Eric que también detalló en lo desabrigada que estaba Arial para salir a la intemperie, pero no dijo nada, no era su problema.
Salieron del auto y la lluvia cayó con más fuerza, logrando empapar a Arial y a Eric en cosa de segundos. Para cuando entraron al oscuro club, el agua había traspasado sus ropas.
— ¡Demonios! –Dijo ella mirando sus brazos, mojados como si le hubieran tirado un balde de agua fría — ¡Que frío!
—Arial…
Ella se giró al escuchar esa voz y de inmediato sintió que el frío comenzaba a disiparse.
— ¡Ton Ton! –le dijo, cambiando el apodo que usaba Lilia con el Nephilim, el cual era Tom Tom. Miró enojada al saber que Thomas estaba alterando su percepción a la temperatura –deja eso, prefiero morir de frío a que me ayudes de esa forma, si quieres, me puedes pasar tu linda chaqueta de diseñador.
—Será un honor –dijo el sacándose su chaqueta de cuero y ofreciéndosela a Arial.
—Demonios, eres todo un caballero ¿Cómo voy a tomar partido por Adam si eres así?
—Nunca debiste tomar partido por él en un principio, Pelirroja –dijo acercándose a ella y saludándola con un beso en la mejilla mientras ella se ponía la prenda.
Eric frunció el ceño y miró a Thomas sospechosamente. Dos Nephilim juntos, eso no podía ser nada bueno.
— ¿Qué haces por aquí? –Dijo ella, llamando la atención de Eric — ¿vienes a cobrarme lo que te debo?
—No te preocupes, vine por Lilia, supe que estaba por aquí y… me la quiero robar de nuevo –dijo en voz baja.
— ¡Oh! Basta ustedes dos –dijo Arial empujando el hombro de Thomas –parecen conejos. Está bien que recuperen el tiempo perdido ¡pero vamos! Que hay temas más importantes.
—Es cierto, supe que tu amiga Dana esta en problemas ¿Dónde está ella?
—Jugando entre las nubes, lo más probable –Arial se giró hacia las escaleras y comenzó a bajar, seguida por Thomas y Eric, que ni siquiera se saludaron –son más de las tres ¿Qué haces despierto, Ton Ton? Tú necesitas dormir.
—Me estoy tomando las cosas con calma –dijo él, mirando hacia los lados –ya sabes, unos días de vacaciones no hacen nada de mal.
—Bien, por fin, de las décadas que te conozco no has hecho tal cosa –ella miró entre las personas y pudo ubicar a la rubia de Mia Young, que estaba ahora con Lilia. Tenía el ceño fruncido y Arial supo de inmediato que Adam debía ser el culpable de ello.
Eric se ubicó detrás de Arial y Thomas, notando como estos rozaban sus brazos al estar tan juntos mirando hacia adelante. Frunció el ceño y miró hacia la oficina de Adam, no tuvo que concentrarse dos veces para saber que había un Serafín detrás de esa puerta. Hacia allá se dirigió mientras que los Nephilim fueron hacia donde estaban sus amigos.
Era hora de comenzar con los planes de ataque para proteger a Ethan y Dana.

 Welcome, welcome, welcome... ¡Ah! por fin, me costó subir capítulo ya que me quedé bajando fotos de la hermosa Deborah para poder hacer las fotos. Espero que el capítulo haya sido de su agrado y que se hayan reido tanto como yo cuando lo escribí. ¡19 comentario! Chicas y chicos, de verdad muchas gracias a quienes han dejado su opinion porque realmente es muy importante para mi y sin duda ayuda mucho a escribir.

15 Lectores:

  1. Yo digo que Erick se va a tagar sus plabras respecto a Ariel ¬¬, tipo arrogante.

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  2. Pero q creído se lo tiene ese ángel jaja.
    Hola Dani, dos comentarios en una noche XD
    Uff si me reí cn estos par de insufribles adorables, me encanta su relación me gustas pero te aborrezco. Es de cierta manera más refrescante y menos dramática para mi esta relación q la de Adam y Lilia. Esa tregua de literalmente 1 minuto estuvo genial. De verdad espero q se empiecen a llevar mejor para poder ayudar a mi Dana.
    Muchas gracias por el caitulo Danii!
    Un beso y nos seguimos leyendo!

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  3. Eric es tan tierno, pero a la vez tan pesado. Y Arial... no, ella esta bien.

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  4. jajaja eric esta un poquito pasado pero bueno, ya que :D muy buen capi dani te felicito :D me motive!!! jajaja
    DTB

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  5. dani !!!! Muy buen capítulo ! Es genial conocer la historia de cada uno pertodavía no sabemos que hace Noelia y obviamente quiero saber que onda dana y mi divino demonio !!!!!!! Espero el capítulo con ansias renovadas... mil besos

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  6. wow!! eso nomas puede decir de este capitulo! me encanto y me encanta esta pareja

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  7. Hay me enternece k Eric se comporte como un adolescentes Jajaja tendrá marcas en su brazo?

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  8. hay de verdad que me haces mucho reír, en momentos se ponen todos serios y luego salen con sus cosas, Eric de verdad es ingenuo, aunque por lo que vi, también tuvo su etapa rebelde, interesante, algún día se tragara sus palabras no? espero que si, adoro el hecho de que Arial sea capaz de poder responderle a todos sus insultos, veremos que pasa en los siguientes capítulos, ¡ya ponganse a buscar a Ethan!!!! muero de incertidumbre¡¡¡¡¡
    gracias por el capi Dani (alias Effie)

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  9. si q me he reido con estos chicos, cada uno tienes sus cosas.... me encantaria saber q hizo Erik en sus momentos de rebeldia pq es taaaan ñoño que no me imagino sus travesuras.... xq Arial le hecha la culpa de todo a luz debe ser q tuvo una infancia triste quien la cuido antes de llegar con Adam???.... mucha cuirusidad xsaber mas un abrazo Dani Dani....

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  10. Lo amo ese dominacion y la pequena demonio son de lo q no hay jajajaja amo como se quieren matar pero a besos creo q esos dos son almas gemelas ahhhhhhh espero otro cap saludos

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  11. Ooo que pareja tan explosiva son ambos tan exsasperantes hehhw pero divertiidos ya quiero leer el proximo capitulo

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  12. A quiero seguir leyendo mas me encanta ya quiero saber que va a pasar con eso 4 oo ya me lo imagino pero siempre nos sorprendes con algo nuevo excelente capi :)

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  13. ANEL...

    Me gusto el capitulo pero ya ardo que guapo Erik uffff..

    ya quiero saber que onda con Ethan y Dana ....

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  14. Me gusto el capitulo ajja que manera de pelear esos 2, cada vez caen mas en las redes del otro ajaja vamos a ver cuanto le dura a Eric el negarse el "acuerdo" para liberar tensiones :3
    Ya quiero que salga luego algo de Ethan y Dana, también la conversación de Adam, Eric y el Serafín
    Espero subas pronto capi :D saludos! Atte: Lisse S

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  15. meeee estresa Eric!!! xD todos nos damos cuenta qe qiere puro con Arial >:c y el tratandola mal todo porqe no puede aceptarlo 77 como si fuera culpa de ella >:c JUUUUUUM y esa serafin me intriiiiiga :c qiero saber YA! qe pasa :c y nuestra Dana? estará bien :c? y Ethan? :ccccc Daaaaniela apiadate de nosotros y sube caaapi! xD

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