viernes, 10 de enero de 2014

Demonio Blanco - Capítulo 5


Capitulo 5

Tomé mi bolso y lo crucé en mi cuerpo. Salí enojada hacia la puerta junto con Miriam para ir al colegio.
—Estás enojada ¿Qué ha sucedido?
—Simplemente me estoy cansando de este lugar –nos dirigimos hacía el auto y subimos.
— ¿Por qué? –Miré enojada hacia la ventana –Amaya ¿ya estas sacando tus garritas? –me tragué todo el mal humor y la miré.

—Es solo que…ya estoy cansada de ir contigo al colegio mamá, además que a veces debo pedir un taxi, creo que sabes lo que necesito –ella rió sin poder creer lo que le estaba diciendo. Suspiré frustrada, esa reacción no la estaba esperando, pero ella tampoco debía esperar mi respuesta porque dejo de reír de inmediato al escucharme —Creo que tendré que llamar a tío Evan, estoy segura que él entenderá mejor.
—Estas exagerando…no quiero escuchar un sermón por parte de mi hermano.
—Entonces, podrías pensar en un auto, no pido mucho.
—Amaya —la miré casi suplicando.
—La otra semana es mi cumpleaños, no pido un Mercedes mamá.
—Hablare con Cristian, es algo grande, una gran responsabilidad.
—Que puedo tomar.
—No lo sé Amaya, no tienes el mejor historial —hice mis manos un puño, ¿Por qué tenía que recordar eso? No le dije nada. Un silencio incómodo nos envolvió hasta el punto que ella se sintió mal –hija…lo siento, no es lo que quise decir, solo que darte un auto, es algo grande.
—Lo sé, siento haberte importunado.
—Oh no te pongas así, sabes que…
—Mamá, está bien —sonreí para que no se sintiera mal.
Hace ya unos meses me había prometido que no los haría sufrir de nuevo a como lo hice el último tiempo. No iba a caer en lo mismo –no te preocupes, solo era una idea…
—Amaya —tomó mi cabello de un lado y lo dejo detrás de mi oreja –deberías tomar tu cabello, como antes, tienes un hermoso rostro ¿Por qué lo ocultas? –sonreí.
—Me siento cómoda así –volví a dejar mi cabello como estaba. Odiaba que mi madre me dijera ese estilo de cosas. Para ser hermosa debías tener una buena autoestima y ser linda por dentro… y no, mi amor propio había quedado en el suelo.
—Muy bien, ahora dime ¿Cómo te ha ido en el colegio? –sonreí.
—Ya me inscribí en muchos grupos, ajedrez, literatura, atletismo… —ella sonrió emocionada, supongo que esperaba que reaccionara de la misma forma que antes, como el año pasado, quedándome en un rincón de todo el colegio viendo como avanzaba el año sin poner nada de esfuerzo en las clases.
—Eso es estupendo, me gusta cómo te estás comportando cariño ¿sabes que eres fuerte y que puedes con todo, cierto? –sonreí, moviendo mi cabeza de un lado a otro, pensando sinceramente que mi madre estaba loca.
—Si –fue lo único que dije.
Llegamos al colegio, me despedí de ella y entré con más ánimos. Toda la tarde anterior había pensado en lo que pasaría hoy luego de aquel incidente con Damián y deduje que simplemente no pasaría ¡nada! Este era el momento donde la situación estaba tan descontrolada que era incómodo encontrarnos, así que ahora sería mucho más fácil moverme por este colegio y olvidarme de los primeros días. Aquí no había pasado nada.
Fui feliz a la sala donde tendría matemáticas y me encontré con Juliana.
—Hoy luces feliz.
—Lo estoy, buenos días –me acerqué y le di un beso en la mejilla –creo que desde ahora en adelante mis días mejorarán.
—Eso es una muy buena noticia, pero ¿iban mal? –ella sonrió mientras entrabamos a la sala.
—No, simplemente extraños –de inmediato la sonrisa de Juliana desapareció.
— ¿Es por nosotros? –tape mi boca al sentir como una carcajada salía de mis labios.
—Claro que no.
—Eso espero, no quiero que te sientas incómoda –negué de inmediato.
—Ustedes son geniales –me senté detrás de ella justo cuando entro a la sala Leonardo, se acercó con su típica sonrisa que era tan agradable y nos saludó.
El resto del día paso realmente tranquilo, no tuve incómodos encuentros con Damián o con cualquiera que fuera parte de su secta, sin embargo…eso no quería decir que no lo había visto, claro que no. Había recibido miradas envenenadas de su parte durante el almuerzo ¿Por qué me hacia esto? ¿Es qué tan arriba tenía su ego que no soportaba que a alguien no se derritiera por él?
— ¿Qué le hiciste a Damián Andrade? –miré a Juliana, al igual que Leonardo, sorprendidos.
—No he hecho nada.
—No pude evitar notar cómo te miraba en la cafetería.
— ¿Qué haces tú mirando a Damián Andrade? –preguntó Leonardo, pero ella le sonrió y lo besó en la mejilla.
—Leonardo, tonto, sabes que todas miramos a Damián Andrade –fruncí el ceño al escucharla –pero solo eso, no es como si me gustara…es como cuando tus ojos se van a Eve ¿te gusta ella?
—No –respondió de inmediato. ¿Qué tipo de relación era esta?
—Entonces…no tienes de nada de qué preocuparte –avancé para darles privacidad, pero no alcance a retirarme lo suficiente cuando Juliana me miró esperando una respuesta.
—No le he hecho nada, simplemente me negué a recibir tanta ayuda de su parte.
—Así se hace –me apoyó Leonardo, sonriendo –ese tipo tiene algo raro y no me agrada.
— ¿Raro? –Preguntó Juliana –sin duda lo es, pero la pregunta es ¿Por qué Amaya no quiere su ayuda siendo él, Damián Andrade? –levanté los hombros.
—No quiero tener problemas con su harem de chicas dispuestas a matar a quien se le acerque.
—Jamás he visto a Damián con nadie –rebatió Juliana, creo que aquí teníamos una fan.
—Discrepo ante eso…
—Yo igual –respondió Leonardo –este verano lo vi cerca de la playa, de paseo…y no estaba solo.
— ¿Por qué no me dices esas cosas Leonardo –creo que a Juliana le gustaba estar informada de todo.
—Porque no pensé que te importara.
— ¿Y bien? ¿Con quién estaba?
—Creo que era Cloe…estaban muy cariñosos en la playa, era el atardecer.
—Y Joan –dije apoyando a Leonardo –yo lo vi hace unos días atrás, con ella en el baño –Juliana quedo pensativa.
—Bueno, no nos debería sorprender, medio colegio está detrás de él.
— ¿Ves? No quiero que  confundan las cosas y comience a ser amenazada para después ser víctima de sus bromas y terminar en un muy mal estado por culpa de Damián Andrade, no me importa que su ego se haya sentido herido… —ambos me quedaron mirando sorprendidos. Creo que era la primera vez que hablaba tanto y de corrido –Mmm...Bueno, esa es mi opinión –miré hacia la ventana del pasillo esperando pasar desapercibida.
— ¿Qué tienes hoy, amor? –miré a los chicos, por lo visto Leonardo me había descubierto sobre el deseo de cambiar de tema ya que distrajo a Juliana.
—Más tarde tengo una reunión con las porristas, luego podríamos salir.
— ¿Porristas? ¿Un día martes? –ella asintió.
—Es solo por esta vez, es como un instructivo y por eso es fuera del horario normal.
—Ya veo ¿y tu Amaya? –sonreí emocionada por el taller al que tenía que ir.
—Literatura, luego de clases.
—Bueno –dijo Leonardo triste –creo que seré yo y yo esta tarde, por lo menos hasta que salgas –miro a Juliana triste.
—Podrías esperar conmigo, en literatura, no creo que haya problema.
—Es verdad –me apoyó Juliana –así luego salimos ¿no? –él sonrió satisfecho ante la idea.
—Me agrada ir a dormir a literatura.
—Tonto –dijo Juliana dándole un leve golpecito en su hombro.

El timbre toco y nos fuimos cada uno por su lado, aunque claro, Leonardo se fue conmigo.
—Espero que eso de las porristas no la cambie, Amaya –lo miré y lucía preocupado. En realidad debería estarlo, ser porrista de verdad…era algo extraño, no veo porque Juliana quisiera estar ahí, al parecer era el tipo de chicas que nunca sospeche que era. Le gustaba la atención.
—Mmm bueno, te tiene a ti ¿no? Serás su cable a tierra —él asintió, pero seguía preocupado. No quería que estuviera así, él era muy tierno con ella — ¿sabes? Yo estuve un año en las porristas.
— ¿Cuándo?
—Cuando entré a secundaria, fue solo un par de meses –no lucía tan convencido –fue hace tres años.
— ¿tres años? ¿Qué edad tienes? –por eso es que no me agradaba hablar más de la cuenta, las preguntas eran inevitables.
—Voy a cumplir 17 la otra semana –él frunció el ceño, de seguro sacando cuentas –reprobé un año, debería ir en ultimo año.
— ¿Qué sucedió? –jugué con mis manos nerviosa.
—En primer año no tomé mucha atención a las clases—él asintió –bueno, como te decía…es extraño, no sabría explicártelo, pero en mi colegio era algo así como muy cool estar en las porristas, debes tener cuidado Leo, simplemente mantén su cabeza fría, que no se vuelva una…perra –Leonardo abrió los ojos sorprendido ante mi palabra –aunque la chica rubia, Nicole…se veía simpática.
     ¿Nicole? ¿La novia del primo de Damián? –asentí — ¿Qué tiene que ver ella?
—Es la capitana de las porristas este año.
— ¿Derrotó a Eve Soler?
—No tengo la menor idea quien es ella, pero al parecer si lo ha hecho…ella nos llamó cuando nos quería llevar al grupo, diciendo que era la capitana.
— ¿Y tú no quisiste? –negué.
—No quiero estar metida en ese grupo de nuevo.
— ¿Y porque dejaste a Juliana? –levanté los hombros.
—Ella toma sus propias decisiones ¿no? –él se quedó pensativo.
—Sí, tienes razón…entonces ¿Cuándo entraste a ese grupo te volviste una perra? –quede pensando en cómo me comporte ese año y simplemente lo borré de mi memoria.
—Algo así…bien, hemos llegado –toque a la puerta dos veces y de inmediato una chica la abrió, recibiéndome con una sonrisa — ¿el grupo de literatura?
—Así es, mi nombre es Sandra, bienvenida –entramos y vimos a todos ahí. Creo que estaban buscando que libro leer.
—Buenas tardes –entramos con Leonardo y pude identificar a Amalia Andrade en la pizarra anotando algunos libros.
— ¿Quién es él? –preguntó sin siquiera darse vuelta ¡Los Andrade son unos raros!
—Viene solo por hoy, será como si no existiera –ella se volteó y miró a Leonardo, analizándolo ¿Quién era esta chica?
—Eres el novio de Juliana ¿no? –Tragué saliva nerviosa, esto era raro –simplemente me gusta estar informada sobre el tipo de novios de las porristas en mi grupo.
— ¿No deberías estar ahí, con todas? –increpó Leonardo, creo que no le había gustado su pregunta.
—No, para eso tienen a Nicole —se dio media vuelta para seguir anotando –bien, puedes quedarte Leonardo Ulloa, busca la esquina más cómoda para dormir –sonreí al ver que había sido descubierto, pero por lo visto a él le dio lo mismo, ya que fue a una silla y se acomodó –bien, Amaya ponte cómoda –miré a los demás de forma tímida, éramos alrededor de seis. Era un grupo pequeño, me agradaba –ahora, hemos de elegir un libro de esta lista para leerlo esta semana y para nuestra próxima reunión tener ya una opinión –sonreí al pensar que tendría que leer algo entretenido por semana –este grupo ha estado por más de dos años, así que le daremos el honor a Amaya Varela para que elija el primer libro –sonreí ante la idea, de toda la lista ya sabía lo que quería leer.
—Las cartas de Abelardo y Eloísa –ella sonrió para después asentir.
—Sin duda una buena elección…bien, voy a explicar cómo funciona esto ya que Amaya es nueva –miré a los demás y todos la apoyaban –bien…esto funciona así, no nos quedamos en una sala leyendo, eso lo hacemos cuando comentamos el libro, ahí conversamos en esta sala ¿sí? Pero tu tiempo para leer el libro durante esta hora y media es el lugar que tu desees…debes cumplir con el horario y buscar  un lugar que sea cómodo para ti ¿te parece?
—Perfecto –añadí al darme cuenta que este grupo era perfecto.
—Muy bien, todos los libros que hemos señalado aquí están en la biblioteca y por ser del grupo de literatura te los pasan por una semana, así que los invito a que vayan por uno –asentí y me puse de pie. Miré a Leonardo, pero ya estaba durmiendo. Saqué mi cuaderno y le deje una nota informándole que había salido a leer.
— ¿Te has adecuado bien aquí? –mire a Amalia quien llegó a mi lado cuando le deje la nota a Leonardo.
—Sí, ha estado bien… —tomé mi mochila mientras guardaba mis cosas, note que ella estaba esperando.
—Amaya me preguntaba ¿si habías cambiado de opinión? –Fruncí el ceño sin entender –para que fueras parte de las porristas –negué.
—No, gracias Amalia, no me gusta —ella asintió.
—Creo que no podré convencerte, me entere que eras buena en tu colegio…anterior –me tensé de inmediato al escucharla.
—No veo porque habrías de enterarte, siendo que no fui porrista el año pasado –no, realmente me comporte lo más rebelde y descontrolada en mi colegio anterior, por medio año, ya que cuando vi que iba a repetir de nuevo, me encerré a estudiar hasta que aprobé.
—Bueno, yo me entero de muchas cosas Amaya — ¡Demonios! Tenía que encontrar mejores excusas si no quería meterme en problemas por el resto del año. No podía hacerle esto a mis padres, no cuando tuvieron que cambiar su vida para llegar aquí. Tendría que comenzar a sacar las garritas.
—Mira…tu solo quédate en silencio ¿sí? –No seguí caminando y le hable de forma segura. No quería compartir más tiempo con ella –no sabes nada, realmente sé comportarme con las chicas como tú.
—No creas que puedes amenazarme Varela, además no es necesario, no seas estúpida.
— ¿Qué no sea estúpida? No eres más que una niñita rica que le gusta tener todo controlado, por eso me has investigado ¿no podrías solo pasar tu ultimo año dejándome tranquila?
—Pero si has sacado tus garritas, desde el principio no creí esa fachada de niñita tímida…no sé como Damián la puede creer –tensé mi mordida ¿Por qué me tenía que pasar esto a mi?
—Simplemente no me quiero meter en problemas ¿Qué puedes sacar de mí con todo esto?
—Muchas cosas.
—Mira, lucías como una chica simpática, pero ahora ya no quiero seguir hablando contigo — ¡¿Por qué tenía que ser el tipo de persona que no podía vivir en paz?!
—Lástima que no tengas opción, ahora ven conmigo –me tomó del brazo y me hizo subir las escaleras hasta el último piso, la azotea. Estaba completamente enrejada por seguridad de que un estudiante no se lanzara al vacio, como estaba pensando hacerlo en este momento.
— ¿Ya? –Dije soltándome de tu agarre –ahora dime qué demonios quieres.
—Tu ayuda, es simple, solo debes hacerte amiga de mi hermano –bufé, sin comprender nada.
—No gracias, el primer día me dijiste que no me acercara a él.
—Porque pensé que eras inofensiva.
— ¡Ey!...basta ¿sí? Estás exagerando, ahora no estoy en tu mismo bando, yo no me meto en la vida de nadie. Ya no soy parte de los grupos que toman la atención en los colegios, que humillan a los demás y simplemente dominan todo…tuve de eso y no pasaré por lo mismo.
—No veo que tengas escapatoria, mi quería Amaya ¿sabes? Es muy fácil encontrar información en internet, sobre todo en Google… —me tense aun más de lo que estaba –con facilidad escribí “Amaya Varela, ciudad de La Luna” y varias páginas aparecieron ante mis ojos, sobre todo de diarios —di unos pasos hacia atrás, quería escapar –“Joven de 14 años asesina a su vecino”
— ¡Fue en defensa propia! –mordí mi labio inferior al estar pasando por esto.
—Hace dos años tuviste un giro en tu vida ¿no? todos sabían lo que habías hecho aunque te hayas cambiado de colegio.
—Basta ¿Qué quieres para quedarte callada? –no iba a seguir escuchando y menos arriesgándome a que todo el mundo supiera mi pasado.
—Solo necesito tu ayuda, necesito que saques a Damián de ese grupo de arpías –la miré sorprendida.
— ¿Por qué? Se ve muy cómodo ahí.
—Claro, pero no quiero que termine con sífilis o se convierta en un maldito robot como lo es Joan.
— ¿Por qué no le has dicho algo?
—Lo he hecho, pero no me toma en cuenta Amaya, tú puedes, sé que puedes sacarlo de ahí, no sé porque tiene un estilo de fascinación contigo, le agradas, a cambio de ello nadie se enterará de lo que sucedió.
—Cualquiera entra a Google Amalia, como lo hiciste tú –ella asintió.
—Pero no todos tienen un novio hacker que puede bloquear estás páginas en el colegio o kilómetros a la redonda —suspiré.
— ¿Y qué debo hacer? No me acostaré con él o algo parecido Amalia.
—Wow…no, eso no lo estaba pidiendo, solo quiero que seas su amiga, es así de simple, acércate a él y manipúlalo para que se aleje de Cloe.
—No lo sé, arriesgo mucho, este colegio esta casi maldito por Damián.
—Lo sé, sé que pido mucho pero también ganaras…Amaya, no quiero verlo metido en problemas por ese grupo de centro de alumnos.
—Está enojado conmigo, es más difícil, no tengo oportunidad de verlo.
—Oh créeme…las tendrás, Damián es muy servicial, si le pides que te ayude en algo él lo hará, está muy convencido o Cloe lo ha convencido que debe ayudar a todos los alumnos, nunca dice no.
—Bien –quede pensando, tendría que jugar a algo peligroso. No me gustaba, pero no tenía opción –respecto a la “sífilis” veo que es un tanto inquieto ¿no?
—Claro que lo es –ella se sentó apoyada en la pared de cemento, arreglando su falda para cubrirse. Hice lo mismo que ella, se veía muy preocupada por Damián –tiene a todo un colegio a sus pies ¿Qué esperas?
—Me han dicho que no lo ven con nadie —ella me miró sonriendo.
— ¿Has preguntado por él? –Negué — ¿de verdad no te atrae? Es raro, a todas las niñas nuevas les gusta.
—Claro, él es muy guapo, pero simplemente su personalidad es demasiado falsa.
—Sí que lo es, deberías conocerlo, es muy dulce…bueno, él cuida mucho su imagen, por lo que esconde sus aventuras como si se trataran de pecados. Culpa a Cloe de eso, este año supuestamente han de buscarle una novia oficial, que cumpla con el prototipo, estoy casi segura que será Eve…esa chica simplemente es asquerosa, no sé que le puede contagiar a Damián.
— ¿La porrista? –Ella me miró sorprendida –Juliana me comenta todo.
—Bien, ella…ellos ya han estado juntos, nada formal porque ninguno de los dos es monógamo, pero bueno, supongo que Cloe está convencida de que la puede moldear en estos meses.
—Cloe y Damián, a ellos los han visto juntos —ella levantó los hombros.
—Supongo que le gusta jugar con sus juguetes, ella es mi compañera, ambas nos graduamos este año, él que quedara a cargo después de su retiro, ha de tener su cerebro en sus manos para asegurarse de que todo siga como la tradición dice.
— ¿Tradición?
—Oh Amaya, esto viene de años en este colegio…mi padre participo en ese grupo, era la versión de Damián en rubio.
—No veo porque me estas obligando a pasar por esto, no te he hecho nada, quería estar tranquila este año –apoyé mi cabeza en el cemento, cansada. Amalia no me desagradaba, pero lo que me estaba pidiendo era para las ligas mayores, no tenia su experiencia –acabaran conmigo ¿sabes?
—No, eres de La Luna, de por si eres más fuerte que las chicas de aquí, vienes adelantada, yo te ayudaré, solo necesito irme a la Universidad tranquila.
—Bien, pero esa Amaya se ha perdido…
—Búscala porque ambas la necesitamos.
—No seré la misma, tenlo claro…me comporté mal y herí a muchas personas, simplemente haré  lo que me has obligado a hacer, acercarme a Damián y tratar de sacarlo de ahí, tu cumple con tu parte del trato, Amalia –me puse de pie para irme de aquí.
—Lo siento…pero eres nuestra última esperanza.
— ¿Nuestra?
—Todos nosotros esperamos que aceptaras esto, Nicole, Simón, Felipe y yo –fruncí el ceño.
—Ciertamente era una casualidad que los capitanes de mis grupos fueran tan amigos… —ella sonrió de forma triste.
—Gracias —enarqué una ceja ante lo que dijo.
—Para decir gracias debí haberte hecho un favor, esto que estás haciendo se llama extorción…y además es para que juegue con tu hermano, no vengas aquí con “gracias” Amalia me sonrió de nuevo.
—Gracias por eso entonces.

Salí de ahí y baje preocupada por las escaleras, tratando de pensar como haría esto. Ya no había vuelta atrás, Damián Andrade ahora era mi objetivo o sino mi vida empeoraría más de lo que ya estaba.
Fui a la biblioteca y pedí el libro que tenía que leer, como había dicho Amalia me lo dieron por una semana. Salí hacia el patio buscando un lugar alejado de todo este colegio que me molestaba ¿Por qué vine aquí? ¡Ah, sí! Lo recuerdo, para volver a tener una vida tranquila ¡Ja! Así como voy moriré antes de terminar este año por culpa de Amalia Andrade.
Mire hacia el fondo del patio donde estaba el bosque. Estaba prohibido llegar ahí, pero me dio lo mismo, ya no era como si siguiera las reglas de todas maneras. Salté el portón y seguí caminando hasta perderme entre los árboles, sonreí al ver que mas allá había un sector desprovisto de tantos árboles, pero mi sonrisa se fue al ver que no estaba desierto como esperaba.
¿Cuáles eran las probabilidades de encontrar a Damián Andrade sentado sobre una piedra  mirando hacia adelante, meditando en Dios sabe qué cosa? Bueno, fácil respuesta, en mi caso sería un cien por ciento.
Suspiré cansada, creo que era hora de jugar.
Tomé mi lápiz y me arreglé el pelo para verme un poco más decente, si iba a ser amiga de Damián, tendría que llamar su atención de nuevo porque de seguro seguía enojado conmigo. Tomé mi bolso y asentí, segura que podía hacer esto, total… ¿no sería tan difícil, cierto?
Me acerqué y sonreí al ver cómo me quedaba mirando sorprendido, por lo visto este lugar solo lo conocía él. Ahora teníamos un secreto.



¡Muy bien! cumplí con subir dos capitulo hoy. espero que les haya gustado :D

4 Lectores:

  1. Llegar a casa después de 2 exámenes, Matemáticas e Historia, gran regalo que me haces Dani.... yo quiero saber como va a llamar la atención de Damián

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  2. Oo eso no me lo esperaba heol que impresion excelente capitulo. Excelente para leerlo antes de dormir no puedo esperar para manana para saber que va a pasar =)

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  3. mataaar a alguien?? no pensé era tan cuatic..me tiene intrigada esto...espero los dos capis de hoy!!!

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  4. me intrigraaa todoo esto kieroo saberr mass!! :d

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