Capitulo 3
Estaba apoyada
en la pared de ese calabozo, concentrada en los rayos de sol que entraba por la
rendija de arriba, viendo como se movían lentamente, iluminando el suelo.
Comencé a golpear la pared con mi mano, a un ritmo constante para qué minutos
después respondieran del otro lado. Sonreí aliviada de saber que Oliver estaba
a salvo.
No todo era
malo, podía atravesar el dolor o aquellos días de aislamiento si sabía que
Oliver estaba a salvo. Comencé a hacer girar mi anillo, agradecía en el alma
que hayan dejado algo a que aferrarme, de esa forma podía aunque sea cuidarme
por mi sola. Soportar y no rendirme, sabía que si me quedaba sola, no podría
sobrevivir ni un día.
— ¡No puedo
creerlo! Yo estoy a salvo ¡sola! Me sé cuidar muy bien, no necesito ningún
guardia que ande a mi lado todo el santo día –le grité a Emma Green, hija de Robert
Green, que a todo esto era mi jefa.
—Julie, cálmate.
— ¿Por qué Melisa
no tiene un agente tras ella todo el tiempo?
—Porque ya
tiene a Dante, ustedes deben estar bajo protección. Muchas personas están
atentas a su proyecto y no sabemos si lo siguen manteniendo en secreto, además
del hecho que ahora todos las conocerán.
— ¡Me importa
un carajo! Quiero a Oliver Conlan lejos o sino anda despidiéndote del famoso
software —ella sonrió apoyándose en su silla de cuero.
Emma era sin
duda alguien altanero, incluso físicamente; alta de cabello rubio largo, con
sus trajes de ejecutiva importante, su presencia te intimidaba hasta cierto
punto.
—Julie, sabes
que no puedes hacer eso, firmaste un contrato.
—Lo puedo hacer
a escondidas –dije mirando hacia la ventana, cruzándome de brazos. Estaba desesperada.
—Realmente a
veces tomas una actitud demasiado inmadura, con mayor razón necesitas alguien
que te controle.
— ¿Y otro
agente? ¿Por qué no otro agente?–de verdad si era necesario comenzaría a rogar,
me incomodaba tanto estar cerca de Oliver, sobre todo por la estúpida broma que
le hice ¡ah, tonta de mi!
—Oliver es el
mejor ¿no? –dijo mirando hacia mi lado derecho.
—Gracias por
notar que estoy aquí –él decidió que lo mejor era entrar a estar reunión
conmigo, como si sirviera del algo que él escuchara lo que teníamos que decir sobre
él.
—Tiene que
haber alguien más.
—Yo no tengo ningún
problema de trabajar con ella, señorita Green –dijo Oliver dándome una sonrisa
arrogante.
—No me preocupo
de eso querido Oliver –le respondió Emma sonriéndole coquetamente ¡de seguro ya
se la había tirado! –tú eres muy profesional, aquí el tema es Julie –me miró
preocupada. De seguro estaba quedando como la idiota en todo esto, como si
fuera un capricho, pero no lo era, habíamos comenzado de la forma menos
profesional y eso podría tener serias consecuencias –si me dices algo que
indique que Oliver no está trabajando como debe, yo lo alejaré de ti lo más rápido
posible ¿si? –Claro, haberme besado en mi casa, contra mi voluntad, haberme
hecho una proposición indecorosa hubiera sido lo mejor para alejarlo, pero no
lo delaté porque tampoco deseaba que perdiera su trabajo— ¿Y bien, Julie?
—Nada.
— ¿Estás
segura? –agregó Oliver, haciéndome picar como se encargaba de hacerlo siempre.
— ¡Segura!
–dije dando media vuelta y saliendo de esa oficina.
— ¡Recuerda que
les toca ir a Paris en unas horas! –estúpida gira de gobernadores, por mi que
se pudrieran en sus propias armas. Salí de ahí lo más rápido que pude.
—Así que nos
iremos a Paris hoy en la noche, la capital del amor –fruncí el ceño y me
detuve, llevé mi mano al rostro de Oliver y lo alejé hasta la distancia que
daba mi brazo.
—Esa es nuestra
distancia, no me hablarás y no interactuarás conmigo de ninguna manera ¿está
claro, agente Conlan? –sacó de un
movimiento brusco mi mano de su rostro.
—Está muy
claro, señorita Sinclair.
Esa vez cada
uno se fue por su lado para arreglar nuestras maletas porque viajábamos a la
capital del amor como él dijo, desde ahí no nos pudimos separar más.
Miré hacia los
lados asustada, esta era la primera vez que viajaba en avión.
—No exageres
por favor –dijo Oliver cómodamente en su asiento.
— ¿Por qué ni
siquiera nos pagan primera clase? –él levantó los hombros, quitándole
importancia.
—Les dije que
eso lo utilizaríamos en un buen hotel, créeme, es mejor un mal viaje a una mala
estadía, he pasado por eso y es desesperante –nos arreglamos los cinturones de
seguridad porque avisaron que ya despegaríamos. Mi corazón en ese entonces latía
con rapidez y fuerza, ante el miedo y la emoción –Eres muy miedosa y te jactas de que te puedes
cuidar de lo que sea sola.
—Cállate –dije
mirando para todos lados. El avión comenzó a moverse y mi desesperación salió a
flote.
—Demonios, ven
aquí, no quiero un espectáculo –me tomó del brazo y me acercó a él, me traté de
alejar pero una tranquilidad me abordó sin darme cuenta al sentir que Oliver
estaba a mi lado, de seguro en ese entonces era solo por tener a una persona que
me apoyara –no llores, no es necesario Julie –asentí tratando de calmarme.
El avión
comenzó a avanzar hasta que dio una gran sacudida por la cual me aferré a Oliver.
—Ya pasó Julie,
ya pasó –dijo acariciando mi espalda. Levanté la mirada para verlo, lo cual fue
muy arriesgado; su rostro quedó solo a centímetros del mío, él se quedó mirando
mis labios, como yo me quedé mirando los suyos.
—G-gracias
–dije despertando del ensueño donde me había perdido.
—Solo es el
principio lo que te asusta.
— ¿Qué?
—Del avión –asentí
al entender de lo que hablaba.
Ninguno dijo
nada luego de largos minutos, me incomodaba estar cerca de él, sabiendo que lo había
besado y que casi lo vi desnudo. Por el rabillo del ojo lo miré con curiosidad
¿Quién era este agente? ¿Habría alguna casualidad realmente en nuestro primer
encuentro?
— ¿Qué sucede?
–dijo trayéndome de vuelta a este mundo.
—Nada… —él me sonrió.
— ¿Es qué acaso
estas recordando algo en particular? –fruncí el ceño molesta ¿de verdad creía
que me podía intimidar con comentarios de ese estilo?
— ¿Qué momento?
¿Dónde te dejé atado en el hotel o al beso que me robaste? –su expresión volvió
a la seriedad.
—Creo que eso
ni siquiera lo debemos comentar, ya que ambos estamos en una situación
meramente profesional, aquello lo dejaremos en el olvido, es la mejor solución
–bufé.
—Claro, señor
Robot –moví mis manos robóticamente, riéndome de él.
Aun no me
agradaba ese apodo, tendría que seguir buscando.
—No puedo creer
que esa mente haya creado algo que “supuestamente” –dijo creando las comillas
con sus dedos –es la revolución mundial. Creo que he visto de todo en este
mundo.
—Para que veas
que las apariencias engañan –al terminar de decir eso los asientos se movieron
con fuerza. Tomé el brazo de Oliver asustada, mirando hacia la ventana para ver
si nos estábamos estrellando.
—Solo son
turbulencias Julie, tranquila –le dio unas palmaditas a mis manos que lo
tomaban con fuerza. Asentí y lo solté porque noté que le incomodo mi
movimiento.
—Realmente
desearía que aquí estuviera Melisa —bajé la cortina de la ventana, no quería
ver a cuan alto íbamos ya que eso solo provocaba que mi estómago se revolviera.
—No puedo creer
que haya perdido el vuelo junto con Dante ¿no? –asentí. Yo si pensé que lo
podrían perder, sin duda Mel estuvo celebrando mucho tiempo con Dante, siempre
se comportaban de la misma forma, estaban locos el uno por el otro.
— ¿No conoces a
Dante? Él es agente igual… —negó.
—Lo siento,
pero no interactuó con agentes regulares —fruncí el ceño.
— ¿Regulares te
refieres a normales o a su rendimiento? –él me quedó mirando unos segundos.
—A los normales
—saqué el cinturón de seguridad.
—Iré al baño
–me puse de pie decidida a avanzar por ese maldito baño ya que quería orinar
hace bastante tiempo y ya no podía soportarlo.
Oliver movió
sus piernas para que pudiera pasar, pero creo que el viento quería que se
cumpliera nuestro destino en aquel entonces ya que el avión se estremeció entre
las nubes oscuras y provocó que cayera con fuerza sobre Oliver.
Quedé sobre sus
piernas, mis manos tomaban con fuerza su camisa mientras mi mejilla chocaba con
la suya, no pude verle la cara por suerte. Ninguno se movió por varios
segundos, hasta que me puse de pie como si fuera un resorte al sentir como Oliver
me presionaba más contra él provocando que casi suspirara por aquel movimiento.
¡Maldito agente de ojos azules tan atractivos!
Tensé mi
mordida para tratar de concentrarme en escapar de este calabozo, no quería
morir aquí y de esta forma. Con Oliver habíamos planeado nuestra vida y no era
nada grato ver como todos esos sueños se desmoronaban.
—Oliver
–susurré sentándome lentamente en el suelo, quería verlo, deseaba sentir sus
labios, sus manos, su voz –Dios… —así no iba a soportar mucho, iba a perder mi
cordura.
Que horrible
tortura era saber que solo estaba a centímetros míos, pero que esa pared no me
dejaba estar a su lado, rodeada por sus brazos. Apoyé mi cabeza en la pared,
tratando de oír algo, pero no había nada
—Lo siento… —dije
susurrando a la puerta. Esto era todo mi culpa, si no hubiera creado ese
estúpido software nada de esto habría ocurrido, ni Mel o Dante estarían
desaparecidos, Mimi y James… Dios ¿Qué sería de ellos? La última vez que los vi
fue meses atrás, exactamente cuándo escapamos con Oliver, tratando de manejar
nuestro destino, pero fue inútil.
La puerta se
abrió con fuerza, me puse de pie a la defensiva.
—Julie, Julie…creo
que hoy verás a Oliver ¿desearías que así fuera?
— ¿Qué? –di un
paso hacia aquella persona, a quien no podía ver el rostro ya que una luz
llegaba muy fuerte desde afuera y ya había caído la noche por lo que la luz que
entraba por la ventana no me servía de nada en este momento.
—Lo que has
escuchado ¿desearías ver a tu querido esposo?
—Por favor.
—Muy bien –se
acercó y volvieron a cubrir mi rostro,
evitando que pudiera ver algo. Me hicieron caminar a una dirección desconocida,
no era la misma de las veces anteriores lo que provocó que mi corazón se
acelerara de una forma peligrosa.
Al llegar al
lugar donde me llevaban hicieron que me sentara. Comencé a mover mi cabeza
hacia los lados esperando escuchar algo por parte de Oliver, pero no había
caso, estaba todo en un silencio escalofriante.
Alguien me
liberó de la ceguera momentánea que tenia por la bolsa con la que me habían
cubierto el rostro. Cerré los ojos con fuerza ante la luz que alumbraba toda la
sala donde me encontraba ahora.
—Julie Sinclair
–miré hacia atrás y vi que un hombre blanco, con lentes y bigotes, vestido con
un traje gris se acercaba a mi –bonito nombre.
Esta sala era
diferente, estaba rodeada de vidrios y al frente podía ver que había una sala
de la misma forma dividida por un gran vidrio que claramente era contra balas.
–Veo que eres
una mujer casada–miró mi mano izquierda, notando mi anillo de matrimonio — ¿desde
cuándo? –tensé mi mordida. Las luces se apagaron y solo quedo una encendida.
—Un par de
meses ¿Qué te puede interesar eso?
—Ya veo ¿amas a
tu esposo? –comencé a ver si alguien más aparecía, pero la luz solo era un gran
foco que estaba en el techo, por lo que alumbraba unos cuantos metros a la redonda,
dejando todo el resto de la sala a oscuras –Te he hecho una pregunta –volví tomar mi atención en aquel hombre que
mantenía su distancia conmigo.
—Si
— ¿Mucho? –No
le respondí y no era porque mi respuesta fuera negativa, sino más bien porque
mi respuesta podía ser utilizada en mi contra –ya veo… ¿Qué sucedería si te
digo que Oliver, tu esposo, ha fallecido hace un par de minutos atrás?
Mi corazón se
detuvo al momento de escucharlo.
— ¡Mentira! –le
grité tratando de ponerme de pie y matarlo con mis propias manos, pero no fue
posible. Me tenían esposada.
—Tranquila
–dijo con ese tono desagradable de tranquilidad –solo es algo hipotético, él está
bien –claro que tenía que estar bien. Tenían muy claro que si alguno de los dos
moría, menos información iban a obtener –Julie, te quiero proponer un trato
–miré hace un lado y comencé a pensar en otra cosa –es tu libertad y la de Oliver.
—No ganarás
nada, no te diré donde está el software y Oliver tampoco lo hará –me concentré
en un punto fijo del suelo.
— ¿Pero qué
sucede si alguien más está en peligro? Como por ejemplo ¿tus padres? ¿O los
padres de Oliver? –levanté la mirada al escucharlo y sonreí.
— ¿Crees que
somos los suficientemente estúpidos para no borrar toda información sobre
nuestras familias? ¿Crees que los pondríamos en riesgo?
—Cuidado, mira
que quienes estás en desventaja son ustedes, no me subestimes.
—No –busqué su
mirada detrás de esos lentes negros –ten cuidado tu, nos están subestimando,
quien tiene el poder soy yo —ni siquiera Oliver, él no tenía idea de donde se
encontraba el programa –soy yo quien tiene la información que ustedes desean.
—Julie –dijo
calmadamente.
— ¡Y no sigas
con esa psicología! –el secuestrador bueno y comprensivo, que genios… ¿de
verdad creen que caeríamos en eso?
— ¿Sabes? Te
dijeron que ibas a ver a Oliver, yo si fuera tú cambiaría esa actitud y colaboraría,
por el anillo que tienes en tu mano ¿no es ese un compromiso? –tragué saliva
para que las lágrimas no me expusieran. Cerré los ojos y mire hacia un lado,
ignorándolo. Esto era una trampa, era imposible que me mostraran a Oliver — ¡tráiganlo!
–le gritó a alguien. Abrí los ojos ante su grito y comencé a mirar a mis lados
–debes mantener la calma Julie…—giré mi cabeza al escuchar el ruido de una
puerta.
Mi corazón
salto al ver como ingresaban a Oliver, junto a dos hombres que cubrían sus
rostros solo dejando ver sus ojos; lo traían entre forcejeos porque él se movía
de un lado a otro luchando por su libertad. Estiré mis manos esposadas,
tratando de alcanzar su rostro…acción que sería imposible, él estaba en la sala
de al frente, la que nos separaba por un vidrio irrompible.
— ¡Oliver!
–grité desesperada cuando lo arrojaron a una silla. Estaba con los ojos
vendados y también se encontraba esposado — ¡Oliver! –volví a gritar.
—No te escucha
–dijo aquel hombre. Lo mire desesperada –te hemos dicho que lo podrás ver, pero
nada más… —deje de mirarlo para ver a mi esposo.
Tenía su rostro con hematomas y heridas, le
sacaron aquella venda. Me trate de poner de pie, pero en mi abdomen había un
estilo de cinturón impidiendo escapar.
—Veras, no lo
has notado, pero estás en una silla eléctrica –miré hacia arriba y poder ver el
casco, mire hacia donde Oliver y pude ver que también había uno sobre su
cabeza. Él movía sus labios, gritando pero no podía escuchar lo que decía, por
lo que supuse que él tampoco me escuchaba –y por mi haría todo de una forma más
civilizada, pero ninguno de los dos coopera. Me han enviado para tratar de
obtener información de una forma humana, pero si no dicen nada…esto se pondrá
feo Julie, él no te puede ver –se dirigió hacia el vidrio que separaba las
salas –aquí hay capas de vidrios, ahora hay solo dos, por eso puedes ver a Oliver,
sin embargo, él no te puede ver a ti…si solo hay uno, ambos podrían verse –mi
mirada estaba fija en Oliver que seguía gritando y tratando de liberarse.
Estaba vestido
con mi misma bata y su pelo también estaba rasurado.
Miré hacia el
piso al notar que si él me veía se encontraría con una Julie rasurada, era un
pensamiento frívolo pero no pude evitar tenerlo.
–Y ahora Julie,
estos hombres no tienen una paciencia muy grande así que te recomiendo que
digas algo —ni siquiera lo tome en cuenta, solo miraba a mi Oliver mientras las
lágrimas entraban a la escena –muy bien…
Escuche los
pasos de aquel hombre, se alejaba y mi atención se fue a como uno de los
infelices que tenían a Oliver, le sacaba la venda de sus ojos, pero más que
alegrarme por ver su mirada, comencé a gritar cuando comenzaron a ponerle
electrodos. Esto sin duda era una silla eléctrica, pero modificada para no
acabar con tu vida, sino torturarte.
Aquellos
bastardos lo tomaron de las manos y acomodaron sus manos en los costados,
ubicando electrodos en su frente y poniendo una pieza en su boca para que no se
mordiera.
— ¡No! –Grité
al ver lo que iba hacer — ¡No, Por favor! –grité cuando la mirada de Oliver se
volvió fría, descubriendo lo que le esperaba. Él tenso su mordida y cerré los
ojos mientras sus manos se aferraban a la silla — ¡Noooo! –grité con toda la
capacidad que mis pulmones me permitían al ver como el comenzaba a convulsionar
bajo los efectos que tenia la electricidad al estar siendo traspasada por su
cuerpo — ¡Oliver! –cerré los ojos para evitar la imagen de mi amor sufriendo.
Comencé a
buscar recuerdos de nosotros, cualquiera que me sirviera para escapar de este
momento, cualquier que me trajera mi vida normal de nuevo…mi vida junto a Oliver.
Espero que les haya gustado :D
me encanto!!! pobre de lo que le pasa a estos dos! solo espero que puedan escapar
ResponderEliminarTan doloroso de verdad ese es un amor de los verdaderos
ResponderEliminarSiempre se borran mis comentarios ushhhh me choca T__T
ResponderEliminarComo sea, amo a esta mujer, me parte ver como sufren el uno por el otro, Solo rezo para q haya luz al final del tunel.
Gracias por el capi Dani!