viernes, 3 de febrero de 2012

L.D - Capitulo 24


 Capitulo 24

No sabía cuánto había pasado, pero ya estaba cansada de seguir perdida en esta oscuridad. No había sentido dolor, como tampoco nada especial, nada sobre las transformaciones de vampiros que había leído. Solo estaba en algún lugar, rodeada de oscuridad, durante demasiado tiempo, sin poder controlar mi cuerpo y sobre todas las cosas…sin saber qué demonios estaba pasando a mí alrededor.
La desesperación estaba por ganarme, casi hasta el punto de llegar a la locura, aunque segundos después sentí como miles de agujas estaban subiendo desde mis dedos, tanto de los pies como de las manos, de una forma tan rápida y profunda que aquella sensación abordó mi cuerpo hasta que se concentró solo en mi corazón, acabando con los últimos latidos de este.

Sentía que me podía mover, así que lo primero que hice fue abrir mis ojos, pero al hacerlo solo pude ver…mi cuerpo. Estaba recostada en la habitación de Alex, nuestra habitación. Estaba vestida con un nuevo pijama color negro, que era más corto de lo que usaría, pero lo deje pasar ¿Qué estaba haciendo ahí? ¿Cómo me podía ver de esa forma?
— ¿Victoria? –al escuchar esa voz y notar como ahora me acercaba a mi propio cuerpo, pude entender lo que estaba ocurriendo.
— ¿Alex? –estaba en la mente de Alex ¿es que así era la conexión?
“Has despertado” esta vez no habló, simplemente pensó en esas palabras y estas llegaron a mí envolviendo mi cuerpo en una calidad sensación que me hizo sentir tranquila y mucho más segura
“Solo te queda unos minutos en este estado, pronto serás arrastrada a tu mente…”
“Esto es raro…”
“Solo ocurre porque tienes tus ojos cerrados y estas perdida en tu conciencia, todo pasara…ya verás…” tomó mi mano y pude sentir como su toque ya no era frio, sensación que me agradó mucho.
“No estoy frio porque tu ya no eres tibia, tenemos la misma temperatura, eres una vampiro…una muy hermosa” él me miró detenidamente mientras yo pensaba que esta invasión a mi cabeza no me estaba agradando tanto, cuando noté mejor mi cuerpo y mi rostro.
Mi piel pálida se notaba suave y cremosa, mi cabello negro se veía brillante y sedoso, realmente perfecto, mi flequillo cubría mi frente por completo, dejando que esas largas y hermosas pestañas resaltaran ¡Oh Por Dios! ¡Me veía muy bien!...e incluso, aunque suene ridículo, lucia mucho mejor que Charlotte…alto ¡Charlotte!
—Siempre has sido hermosa, Vittoria –dijo Alex pasando su mano por mi mejilla y bajando por mi cuello hasta llegar al comienzo de mis pechos.
“Alex no, estoy inconsciente”
—Realmente no lo estas, por algo ahora hablas conmigo…y referente a tu pensamiento sobre Charlotte…ella está esperando por su castigo, Ezequiel y Francesca están bien.
“¿Y Javier? ¿Cómo pudieron llegar a donde nosotros?” hubo un silencio de varios segundos por su parte.
—Lo siento…él recibió la sepultura correspondiente, Javier y Ezequiel escucharon tu conversación con Charlotte, estuvieron vigilando la casa durante esos tres días, se habían rendido a que algo pudiera suceder luego que los primeros dos días no vieron nada preocupante, pero luego decidieron llegar antes y se encontraron con el ataque —ante sus palabras pensé que mi corazón se iba a estremecer de pena, pero no sucedió aquello…sino que fue un vacio desagradable el que abordó mi cuerpo –es hora de que despiertes, amor… —al escuchar cómo me llamó el vacio desapareció para ser reemplazado por una cálida sensación.
Alex se acercó a mí y poso sus labios sobre los míos, cerrando sus ojos. Pude sentir aquel beso y abrí los ojos para ver si había recuperado mi cuerpo.
—Alex… —suspiré al poder verlo. Rodeé su cuello y lo acerque a mí para poder sentir su cuerpo –Alex.
—Tranquila, Vittoria —me senté de inmediato en la cama para poder verlo mejor. Estaba vestido con su camisa blanca y un pantalón  de tela oscuro, su cabello también negro estaba fatalmente arreglado.
—Pensé que te iba a perder –me arrojé sobre él, rodeando su cuello con mis brazos y apoyando mis piernas a sus costados –dime que ha sucedido ¿Cuánto tiempo ha pasado?
—Una semana –rodeó mi cintura con sus brazos –tu conversión es diferente a la de una vampiro cualquiera, sabes que serás mi pareja, así que todo tu cuerpo y mente quedan unidos a mí, la transformación tomas más tiempo de lo requerido —asentí a lo que había dicho.
— ¿Cómo estás? Tenías tantas heridas cuando…sucedió todo.
—No es nada, gracias a tu sangre todo desapareció –Alex se movió de tal forma que terminé rodeando su cadera con mis piernas, mientras él rodeaba mi cintura con sus brazos.
— ¿Cómo esta Ezequiel?
—Mal…le he dado unos días, se reunirá con nosotros en Italia…ya sabes lo que tenemos que hacer, aunque quizás hoy lo veas –mi mirada se fue a mi mano derecha, notando el hermoso anillo que me indicaba que estaba comprometida con el gobernador de los vampiros.
—Lo sé muy bien —él asintió, con esa expresión seria que tenia, pero sabía muy bien que estaba contento, pues podía sentir eso en su mente, pero no podía escuchar lo que  pensaba —No sé lo que piensas.
—Me gusta tener mis pensamientos en secreto, tanto tiempo siendo un vampiro me hizo tener la habilidad de bloquear un poco aquella conexión –fruncí el ceño, eso no me había gustado, era injusto –no quiero que veas cosas desagradables de mi pasado, solo por eso.
—No me gusta, debería saber todo de ti ¿no? –olvidé el tema de conversación cuando Alex me acercó aun más a su cuerpo y apoyó su cabeza en mi hombro.
—No seas tan exigente, Vittoria…todo a su tiempo –cerré mis ojos al sentir como sus manos iban a mi trasero y me empujaban hacia él.
—Todo a su tiempo –dije rozando mis labios sobre los suyos –nada de esto –me removí sobre su ingle provocando que me presionará aun más a su cuerpo –serás el único, pienso que podríamos tener una noche muy interesante luego de la unión ¿no te parece?
Lo empujé con fuerza y me sorprendí de poder alejarlo, ¡ahora era fuerte!
Sonreí y corrí hacia la otra esquina de la habitación, llegue en menos de un segundo.
— ¡Oh Dios! Esto es increíble —Alex sonrió al verme –Bien, creo que deberíamos jugar a algo… —dije pensando en no tener sexo con Alex hasta que llegara el gran día, así sería mucho mejor.
—No, no haremos eso, te quiero ahora mismo –corrió hacia mí y esta vez pude ver como se acercaba, así que pude escapar de su agarre.
— ¡Victoria! –estaba serio, mirándome reprobatoriamente, pero no me interesó, quería jugar con él –Bueno, si no tendremos sexo cámbiate de ropa que tendrás tu primera acción del día como gobernadora —esta vez me dejó entrar en su cabeza y pude ver la imagen de Charlotte encadenada y bajo la luz del sol, exactamente como había tenido a Alex –debes hacerla pagar, el consejo te ha dado ese trabajo.
—Bien –respondí, solo de recordar como ella había matado a Javier al frente de mis ojos, no me hacia titubear ante la idea de acabar con su existencia y eso mismo me hacia desplazar el tema de la maldita paciencia que tenia Alex, respecto al sexo ¿Cómo es que nunca podía inquietarlo?


Salí de la habitación, vestida una tenida bastante elegante. Era un vestido largo, de color crema y con una sobre tela con diseños plateados, tenía una caída de princesa, lo que me incomodaba bastante, pero el vampiro que se acercó a mí luego de que Alex me informa del castigo de Charlotte, me ayudó a llevar el vestido adecuado, creo que desde ahora, nada sería normal en mi vida.
El vestido comenzaba con un corsé color crema  que cubría bastante mis pechos, tenia eso diseños plateados, un tanto metálicos, para luego caer en un vestido más abultado y con la sobre tela plateada, era hermoso. Arregle mi cabello con un moño para que no me molestara si es que tenía que hacer movimientos bruscos.
Luego de que Alex me viera y sonriera, se acercó y me beso. Él llevaba un traje completamente negro, lucia impecable. Así nos subimos a la avioneta, donde Raúl fue piloteando, ninguno decía nada porque en sí, lo que iba a ocurrir no era nada agradable, menos cuando sentía que estaba muerta de hambre, tenia sed y solo deseaba alimentarme, Alex me dio ánimos diciendo que tenía que ser fuerte, que pronto la sed se iría.
Llegamos a Santiago luego de un largo rato, habíamos aterrizado al medio de la nada. Un jeep negro y muy amplio nos estaba esperando al bajar, así que lo que siguió solo fueron minutos en silencio junto a Alex, Raúl y el chofer.
—Bien —dijo Alex al llegar a un edificio alejado de la ciudad.
Nos bajamos y nos acercamos hacia el interior del edificio, pero en vez de subir, llegamos al subterráneo del lugar, donde se abrió una puerta gracias a la clave que Alex había ingresado y los muros de ladrillos se abrieron, dejando expuesta un salón gigantesco.
—El consejo, Victoria… —Raúl se ubicó a mi lado, mientras que Alex se mantenía a mi otro costado, ambos dándome apoyo.
—Y ahí, esta tu objetivo.
Todo el lugar era de piedra, con un gran mesón, de varios metros de altura que resguardaba a cinco personas, donde se encontraba Elizabeth y donde segundos después, se les unió Raúl.
Aquel altar, estaba dividido en dos, unidos solo por la escalera que estaba a la mitad, la que llevaba a un centro también de piedra, donde se encontraba Charlotte, encerrada en una caja de vidrio, sujeta de cadenas que no la dejaban moverse.
Yo era la responsable de hacerla pagar por lo que había hecho, ya que había arruinado a personas que me importaban y eso…por lo visto era demasiado importante en el mundo de los vampiros.
—Es porque somos eternos, no tenemos muchas personas importantes en nuestras vidas —asentí al escuchar a Alex –date el lujo de ser soberbia y arrogante si lo deseas, ella se lo merece –paso su mano por mi mejilla, dándome una dulce caricia –y si no puedes hacerlo, solo dímelo, yo lo haré por ti con gusto –se acercó y me besó, rodeando mi cintura con su mano.
—Bien, vamos… —sin preguntar si se podía, tomé su mano, estaba asustada y nerviosa. Era la primera vez que estaba presente al frente del consejo.
Alex entrelazó sus dedos junto a los míos.
Fuimos hacia un lado del gran altar y subimos las otras escaleras que estaban ahí. Miré en todo momento a Charlotte que me seguía con la mirada hasta que llegamos al centro del altar, donde daba las escaleras.
—Aun no es nada oficial, pero usted es nuestra nueva gobernadora  —dijo un vampiro de cabellos largos y blancos, que me miraba atento. Vestía con una capa color negra y unos signos extraños sobre su pecho que estaba recubierto con una tela negra; los signos eran de color verde.
—No tienes de que preocuparte Viky ¿sabes lo que debes hacer? –Elizabeth me sonrió, pero podía ver en su rostro que la pena la abordaba. De todas formas, era Charlotte la que iba a ser asesinada. Ella vestía también con una capa, pero los signos en su pecho eran de color rojo.
—Lo entiendo… —asentí y mire a la vampiro que nos había traicionado –sé muy bien lo que debo hacer.
—Entonces hazlo –miré a la mujer que estaba en el extremo derecho del altar y pude notar mejor que el consejo contaba con tres hombres y tres mujeres. Todos llevaban las capas que había notado anteriormente, con signos de color rojo, verde, naranjo, violeta, blanco y azul; no tenía la menor idea sobre su significado.
Alex presionó mi mano y asintió, dándome ánimos para seguir con la ejecución. Comencé a bajar las escaleras lentamente, mirando como Charlotte tenía su rostro manchado de un líquido negro, al igual como el que había brotado del cuerpo de Alex cuando ella lo torturó. Su sangre corría por su vestido negro, desgastado y mal trecho, exactamente como había sufrido Alex, a quien había utilizado de lienzo para marcarlo con esas cuchillas de plata.
Al llegar al final de la amplia escalera, había un mesón con varias armas de plata, con el pomo de madera para no hacerme daño, pero no tome ninguna de ellas porque no las necesitaba, además que les temía, era primera vez que algo como eso podía hacerme daño de verdad…solo era plata.
Me acerqué a Charlotte hasta llegar a unos centímetros de su cuerpo.
—Estás rodeada de mentiras —susurró sonriendo, con una mirada perdida de toda razón –ya verás que mi muerte no es nada, que todo debió seguir su curso…tu sufrimiento será aun peor, la maldición Lenardis acabara contigo como lo hizo con las demás, no tienes nada en especial, Victoria.
La mire sin creer en sus palabras ¿la maldición Lenardis? ¿De qué estaba hablando?
Negué pensando que la locura la había atrapado por completo. Sabía que ella había sido la culpable de la muerte de Javier, de que Ezequiel estuviera sufriendo y de que haya torturado a Alex, pero verla completamente herida…simplemente no sería mejor que ella si me dedicaba a torturarla, no era humano.
— ¿Sabes porque se te acusa, Charlotte? –ella frunció el ceño al escucharme.
Lo único que deseaba es que esto acabara, lo que ocurría aquí, este castigo hacia Charlotte no era solo mi primer “trabajo” como gobernadora, esto también era una prueba de mi comportamiento, era motivo para dar la última aprobación para Alex y su nueva pareja.
— ¿De qué mierda estás hablando? ¡Comienza con la tortura ahora mismo! –negué ante sus palabras.
— ¿Sabes cuál es la diferencia entre el héroe y el villano? –Ella me miró como si me estuviera volviendo loca –el villano siempre habla demasiado antes de actuar y por ello mismo perdiste, adiós Charlotte –tomé su cabeza con rapidez y la giré en el mismo eje hasta separarla de su cuerpo, provocando que mi vestido se manchara con su sangre color negra. No la iba a torturar, no era necesario…ya lo habían hecho y no iba a caer en su juego.
Dejé caer su cabeza y mire hacia un lado, bajo el altar, donde estaba Ezequiel mirando. Me acerque a él en un segundo, me gusta esta nueva velocidad.
—Limpio y certero –susurró mirando hacia el cuerpo de Charlotte –digno de una dama, de una gobernadora.
—Lo siento, Ezequiel –él me miró y asintió.
—Solo haz que la muerte de Javier valga la pena y no vayas a cometer algún error como las demás –se acercó a mí y me abrazó, era primera vez que Ezequiel tenia este tipo de acercamientos conmigo, así que le respondí gustosa –ahora ve hacia donde el consejo, que luego tienes que alimentarte.

Hice lo que me dijo, todos asintieron a mi forma de actuar, así que con Alex salimos de ahí rápidamente, porque mis colmillos estaban ardiendo, necesitaba alimentarme o terminaría mordiendo a Alex.
—Señorita… —miré hacia un lado cuando salimos de ese lugar y vi como la vampiro que me había ayudado antes, en casa, volvía ahora con una nuevo traje para mí, pero mucho más cómodo –aquí traigo unos jeans con una camiseta blanca y unas sandalias.
— ¿Quién eres? –dije al notar que ya era la segunda vez que me ayudaba.
—Soy su asistente, mi nombre es Alanna…y le he servido a las gobernadoras desde que comencé a ser una vampiro –miré a Alex sin poder creer lo que decía, pero no pude tomar mucha atención porque lo único que tenía en mi mente era beber sangre.
Con Alanna fuimos a una habitación donde me pude cambiar de ropa con rapidez, le pedí que quemara ese vestido Valentino que había sido manchado con la sangre de Charlotte.
Alex me indico a donde teníamos que ir, seguíamos en el mismo edificio, así que supuse que este lugar le pertenecía a los vampiros.
—Ahí está tu alimento… —me dijo mirando hacia la puerta de al frente, habíamos subido al último piso para llegar a ese lugar.
Me acerqué como si fuera víctima de un hechizo y abrí la puerta, después de eso y ver al hombre que estaba en una esquina de la habitación…todo se borró, para luego sentir como una sensación de éxtasis recorría mi cuerpo.
Segundos después al abrir mis ojos me encontré con el cuerpo sin vida de aquel chico.
— ¡Alex! –grité mientras movía el cuerpo de esa persona. Nadie me había dicho que acabaría matando a un ser humano — ¡Alex!
La puerta se abrió y apareció mi vampiro, con una expresión de seriedad mientras yo trataba de traer a la vida a ese hombre.
—No hay nada que puedas hacer, tu primera alimentación siempre será una víctima, ya luego de eso será una caza normal, bebiendo solo un poco de los humanos…no te lo dije porque sabía que no querrías alimentarte.
— ¡Claro que no! ¡Soy una asesina!
—No –llegó a mi lado y me separo de ese chico –no lo eres amor, solo eres una vampiro neófito, sedienta que solo cometerá una sola muerte en su existencia…además era un delincuente, pedí que eligieran un humano que tuviera una mala vida para que acabaras con él, nadie lo extrañará y realmente le has hecho un favor a la humanidad.
—Oh Dios… —Alex me abrazó y cerré mis ojos, tratando de encontrar algún tipo de tranquilidad — ¿un humano que nadie extrañara? ¿Estás seguro?
—Lo pedí para ti, claro que estoy seguro, no dejaría que vivieras con la culpa, no es nada más que un bastardo que tuvo el honor de ser tu primer bocado –levanté la mirada para ver a Alex –tienes sangre en los labios.
Me iba a limpiar con mi mano, pero sus labios me tomaron por sorpresa y me besó. Aferré mis manos en sus brazos al sentir como Alex sorbía mi labio inferior, bebiendo los restos de sangre que quedaban.
— ¿Aun sigues sedienta? –negué de inmediato, para después llevar mis manos hacia su cuello, quería seguir besándolo. Lo acerqué y me removí bajo su agarre al sentir que aquel beso traspasaba mi columna vertebral por las sensaciones que provocaba.
—Alex –susurré ahora alejándome de él, porque si no, el control se perdería y de verdad quería el día de nuestra unión fuera muy importante.
—Está bien —susurró mirándome enojado. Me tomó de la mano y nos fuimos de esa habitación, olvidando a ese humano, para siempre.
 Siento tanto problema con que es el epilogo o no, pero como que no me gustaba que esto fuera del epilogo, asi que se los entrego como un nuevo capitulo. Espero que les guste, el proximo si ya es el epilogo y espero que les guste :D Muchas gracias por leer chicas

8 Lectores:

  1. jlkasjaldjlsajdlajsjakjdlaskjdsalkdj lo sabiaaa XDDD tienes que terminar de maravilla esta historiaaa Daniii yo la amo *-* XDDDDDDDDDDDDDDDDD

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  2. menos mal qe no era el epilogo, falta lo mas importante y es bueno qe tu misma no qedadas satisfecha con qe sea el ultimo xd
    me encanta esta historia, de primera no la seguia y la curiosidad me pudo y ahora es una de las mejores historias originales qe he leido :D

    esperano con ansias el siguiente capitulo :)

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  3. aaaa al fin me puse al dia con tu historia!!! que hermosa, como que me quede media intrigada con eso de la maldicion lenardis... no me diras que haras secuelaaa?? seria muy interesante. cuidate ;)

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  4. pensaba que era alex el que se encargaria de la zorra frustrada, pero me encanto que fuera victoria. lo hizo elegantemente como toda una gobernadora. :D

    amaury gomez

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  5. LO AME!... ame todo..la transformación.. la forma en la que se podían conectar por la mente... la muerte de Charlotte...sobre eso.. algo me decía que seria Victoria quien la mataría... pensé que la torturaría... pero no!.. jamas se rebajaría al nivel de ella! No se merecía el tiempo de ella ni del consejo...
    quede metida con los colores... son algo asi como la importancia que tienen.. o los años qe llevan siendo vampiros... quede metida con eso! xD
    Ame el cap!. esta entre uno de mis favoritos.. junto con ese todo sexon *O*
    Ahora a leer el epilogo! u.u :D
    Cuidate!

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  6. wuau esa si es una gobernadora, toda la simpleza de una dama y la certeza de una vampira... ME ENCANTO!!
    ademas Charlotte no se merecia un minuto mas de estar en este mundo mejor que se fuera al infierno mas pronto de lo que se esperaba, penso que iba a salir bien librada pero lo unico que logro fue acelerar el proceso de su fin y la conversion de Vicky :) revolcate en tu tumba PERRA BASTARDA!!

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  7. esa perra se llevo su merecido...uuuu, mi pobre Ezequiel...en fin, ¡un pobre humano que nadie extrañaria? yo si me la habia creido, tanto que esta por venir, no recuerdo si alguna vez explicaste el significado de los colores o simbolos en las capas de los miembros del consejo, tendre que averiguarlo¡¡¡

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