jueves, 2 de febrero de 2012

L.D - Capitulo 11




CAPITULO 11

   Una vampiro me sonreía ampliamente, mientras que la otra me daba una mirada inexpresiva, no la culparía si había escuchado algo entre Alex y yo.
—Elizabeth… —Alex caminó un poco haciendo que avanzara con él por obligación por culpa de su agarre en mi mano, llegamos al frente de ellas –ella es Victoria –Elizabeth, era alta, se veía como de unos cincuenta años, pero era espectacular. Lucia un hermoso vestido color crema, que me hacía sentir que yo tenía el peor cuerpo de todo el mundo, esta mujer era escultural.

—Es un gusto conocerte finalmente querida –era inglesa, su acento la delataba. Su mirada era negra como la de Alex, pero más dulce, su piel tan blanca como la nieve y su cabello negro tenían líneas blancas, lo que la hacían solo espectacular. Se acerco a mí y me dio un abrazo, lo que me dejo helada, sentí un apretón de la mano de Alex cuando ella se separó de mi.
—Un gusto –ella amplió su sonrisa para luego mirar a la chica que estaba a su lado. Se veía solo un poco mayor que yo, quizás unos veinte.
—Ella es Charlotte, es mi protegida –dijo muy orgullosa de la chica que estaba a su lado. Tenía su cabello rubio y piel blanca al igual que el resto de los vampiros, una mirada que era extraña pero negra como la noche. Vestía un lindo vestido ajustado a su piel color violeta, se veía hermosa. Ella solo inclinó la cabeza sin decir nada en forma de saludo. Mire a Alex, sin tener idea a como saludar a eso, pero no me dio ni una pista.
—Un placer conocerte –trate de controlar mi tono nervioso, aforrándome a la mano de Alex. Luego nos fuimos a sentar al frente de ellas, donde estaba antes Alex, ahí el soltó mi mano. No me aleje de él, ya estaba bastante asustada con ellas dos mirándome, como si me estuvieran examinando. Me preguntaba si ellas sabían que estaba secuestrada aquí.
—Y dinos Victoria ¿Cómo te ha tratado este animalito?...sé lo que hizo, lo cual desapruebo –Elizabeth miró a Alex con una expresión de desagrado a sus acciones y después me miró a mi sonriendo.
—Bueno…—tomé aire nerviosa –para estar secuestrada ha estado bien –ahora mi pregunta era ¿Por qué estaba tratando de dejar bien a Alex? ¡Era mi secuestrador! Pero bueno, realmente mis acciones son muy diferentes a la de una persona secuestrada.
—No lo dudo –mire sorprendida a Charlotte por su comentario, además por su acento, a diferencia de Elizabeth, ella era americana. Lo que dijo hizo que estuviera segura, nos había escuchado hace unos minutos atrás. Mis mejillas se pusieron coloradas en menos de un segundo.
— ¡Te has sonrojado! Es lo más tierno de ser humana, al igual que los ojos de distintos colores, me encantan ¡míranos a nosotros! Todos con las mismas facciones, expresiones y colores, no hay mucha variedad –traté de respirar luego de que Elizabeth tratara de cambiar de tema, se lo agradecí de todo corazón.
—Aun así somos superiores a los humanos –vi el desprecio en los ojos de la “protegida” que ya no era de mi agrado.
—Recuerda querida que todos hemos sido humanos alguna vez y no hay nada malo con eso, es más…es lo natural.
—Según ellos… —la chica era prepotente y mal educada, se me pasó por la mente que era perfecta pareja de Alex, pero luego me arrepentí de ese pensamiento.
—Ni siquiera recuerdo como era ser humano y realmente no me gustaría hacerlo, ser vampiro siempre ha sido algo mejor –Alex hablo con el tono que se habla cuando te preguntan cuál es tu color favorito. Sin ninguna emoción.
—Eso lo veo claramente cariño, por algo tienes aquí a la pobre Victoria, quitándole su futuro para poder convertirla en vampiro… ¿Qué opinas de eso Viky? –me llamó la atención a como me llamo, nadie aquí lo hacía.
—Me han dejado en claro que no… —tragué saliva ¿Por qué hablaban de esto justo ahora? –que no tengo opinión sobre el tema.
— ¿Le has hecho daño Alex? –su voz era dura, como si lo estuviera regañando.
—No –lo miré sorprendida por su mentira. Elizabeth lo miró por unos segundos, como si estuviera concentrada en algo.
—¡Me estas mintiendo!...sabes que odio eso y que de todas maneras te descubriré –Alex río al ser descubierto, cosa que me dio escalofríos, porque estaban hablando de mi.
—Oh…vamos, ha sido lo justo y necesario para traerla conmigo, luego solo…le he dado lo mejor –ni me miró al decir eso y ahora me sentía como si estuviera pintada, un simple cuadro.
Me llamó la atención a como Elizabeth quedo mirando a Alex, como si estuviera revisando algo, tratando de descubrirlo. Ahí me di cuenta a lo que estaba ocurriendo ¡Oh Dios mío! ¡Ella había leído su mente!...lo que me hizo pensar un poco más… ¡Oh Dios mío!... ¡Ella era la creadora de Alex!
—Usted es la creadora de Alex –antes de que me pudiera contestar con esa característica sonrisa, la “protegida” o sea Charlotte se entrometió.
— ¿Alex?...veo que te estás suavizando, antes tus  “compañeras” te tenían que llamar Sr. Lenardis – me miraba con burla, para luego mirar a Alex desafiante.
—Pero que comentario más desagradable Charlotte ¿Qué pasa hoy contigo, querida? –Elizabeth la miraba con el ceño fruncido. Mire a Alex, pero él solo estaba serio, como cuando se enojaba conmigo.
—Quizás fue el viaje, no tengo la menor idea –no se dejaban de mirar como si hubiera un odio entre ellos. Extrañamente fui yo la que se sintió incomoda hasta que nuevamente Elizabeth trataba de calmar el ambiente.
—Dios…Viky, que hermoso anillo –en un segundo la tenía a mi lado tomando mi mano ¡ni siquiera la sentí tocando mi piel! –me encanta, Alex te lo ha reglado ¿no? –obviamente, ya que no podría comprar en mi vida algo como eso. Asentí educadamente a su estúpida pregunta –es verdaderamente hermoso.
—Lo es de verdad –mi corazón latía con fuerza y Alex dejó su mano sobre la mía sonriéndome….como nunca lo había hecho, como si tratara de tranquilizarme. Esto se estaba poniendo extraño.
—Creo que necesito otro trago –Elizabeth se puso de pie y desapareció para volver en tres segundos más tarde, con una copa llena de un líquido…rojo. Mi estómago se revolvió.
—Pudiste decirle a Francesca que te lo trajera –Alex frunció el ceño como si estuviera preocupado de que sus invitadas no pasaran ningún mal momento. Mire a su lado y pude ver que él también tenía un trago de esos rojos, al igual que Charlotte.
—Para que molestarla…si lo puedo hacer yo –bien, la conocía hace como veinte minutos, pero Elizabeth era de mi agrado total y antes que Charlotte diera algún comentario desagradable de los humanos, para la suerte de todos, llego alguien a quien me sorprendió ver.
— ¡Raúl! –Elizabeth casi dejo caer su vaso al verlo. Lo dejo rápidamente en la mesa de centro para ir a abrazar a Raúl. Que lucía esplendido… ¡vampiros! Con lo que fuera se veían estupendos. Raúl tenía la edad de Elizabeth y era bastante guapo, se me imaginaba que cuando era joven debió romper muchos corazones.
Luego de abrasarse ambos se quedaron mirando para darse un dulce beso en los labios. Miré atónita a Alex, él solo rodó los ojos, pero no me miró. Se separaron para poner algo de atención a quien estaba a su alrededor.
—Hola diablillo –Raúl pasó su mano desordenando el cabello de Charlotte la que se quejó y quiso matarlo con la mirada. Luego él se acerco a nosotros –Srta. Victoria –se sentó al frente mío y me ofreció su mano, lo mire confundida, pero deje mi mano sobre la suya, la cual beso muy educadamente, como todo un seductor. Después se dirigió a Alex –Sr. Alex ¿Cómo está usted esta noche? –en su tono había algo burlón.
—Muy bien Raúl, pero espero que no beses mi mano, viejo verde aprovechador –al escucharlo no pude evitar reír bastante fuerte. Lo que llamó la atención de todos.
—Pero que risa más encantadora tienes Victoria –Elizabeth me miraba casi con sus ojos brillando. Toda risa se fue en ese segundo, quizás yo le estaba encantando tanto que me quisiera drenar por completo.
—Gracias… —en mi tono se notó el nerviosismo, pero nadie dijo nada para mi suerte.

   La noche y madrugada se paso en cómo habían estado todos este tiempo, las cosas que habían hecho. Por lo que note a Charlotte no le agradaba tanto Raúl como me agradaba a mí, y en especial, yo no le agradaba a Charlotte, siempre sentía una mirada de rechazo de su parte. Alex por otro lado, se la pasó conversando como jamás había visto, no tomo atención alguna en mí, pero eso no me importó, estaba bastante fascinada con ver a Elizabeth y Raúl juntos, coqueteaban en todo momento, lo que hizo que sonriera bastante. Eran más de las cuatro de la mañana y suponía que en un par de horas amanecería, llegando la noche para todos los vampiros presentes, aunque Alex y Raúl no tenían esa costumbre, Elizabeth y su “protegida” si la tenían, por lo que nos habituamos a ellas, pero para mi pesar, yo estaba de muerte, tenía mucho sueño y no había podido fumar ni un cigarrillo.
—Alex –Elizabeth llamó su atención –creo que deberías llevar a la cama a Viky, mírala como esta, ella no tiene porque seguir nuestro ritmo.
—Estas siendo muy poco considerado –Raúl de nuevo con su tono burlón me saco una leve sonrisa. Me sorprendía que él le hablara así a Alex, nadie más lo hacía.
—Bueno…creo que tienen razón ¿Victoria? –asentí mientras mis ojos pesaban.
—Buenas noches a todos –me puse de pie y me tambaleé un poco, pero Alex me tomó antes de poder caer, de verdad moría de sueño.
Si…bueno, quizás omití la parte que durante estas horas, Elizabeth dijo que era injusto que yo no tomara nada, por lo que Alex me traía cada cierto tiempo un trago, color rojo, al cual me rehusé a tomar al principio, pero me dijeron que no había nada peligroso en el, era verdad, era dulce y me había encantado, no era sangre. Mi coordinación por aquello, no estaba en su mejor forma.
   Alex me llevó calmadamente de la cintura por las escaleras, para llegar a la habitación.
—Quiero ir…al baño primero –me saqué de golpe los tacos, mientras me apoyaba en Alex.
— ¿Crees que tengo todo el tiempo para estar aquí contigo? –lo mire y asentí. Él no dijo nada.
Fuimos al baño, donde me saque el maquillaje con cuidado, mientras escuchaba los reclamos de Alex porque yo estaba haciendo esto ahora. No lo tome en cuenta ¿Por qué seguía aquí? Si yo me podía acostar sola, no era un bebé. Después me lave con mucha paciencia mi dientes y recién ahí decidí ir a la cama.
 –No tomas muy seguido, ahora lo noto –no tenía ganas de responderle a su mal humor, que salió a flote conmigo, así que solo me recosté en la cama, ni siquiera me puse pijama y sabia que no corría peligro de que Alex lo hiciera, estaba ansioso de ir al primer piso y así lo hizo.

   Estaba durmiendo plácidamente de panza cuando sentí algo frío por mi cuello, me removí tratando de taparme con las sabanas pero no las encontraba. Sentí más frío que iba subiendo por una de mis piernas y me di cuenta que ese frío tenia forma, forma a una mano, exactamente a la de Alex.
— ¿Qué haces? –apenas abrí los ojos, pude ver por las cortinas que el sol ya había salido.
—Solo sacándote este incomodo vestido para que puedas dormir bien –comenzó a desabrochar todo atrás, pero no lo podía dejar, no andaba con nada arriba — ¡No Alex!
— ¿Qué sucede ahora? ¡Estoy siendo amable! –abrí mejor los ojos y note que él estaba ya en su pantalón de pijama. Me trate de voltear, pero no me dejo –dime…
—Es que…no tengo nada arriba –hubo un silencio por unos segundos.
— ¿Crees que con eso me harás parar?...—lo pensé un poco y tenía razón, había sido una tonta.
—Alex…solo que... –me puse nerviosa.
—Victoria…si no ha pasado nada aun es porque soy alguien muy paciente –si claro, pensé en ese momento, pero en parte tenía razón, me había dado la posibilidad de las practicas –hoy no pasara nada, solo avanzaremos un poco –me volteé un poco a verlo, se veía con una expresión extraña, como cuando me sonrió hace un par de horas, se veía bastante sincero, pero luego su mirada y sonrisa fueron más coquetas –Sé que quieres, solo eres demasiado orgullosa, y a mí no me agra..
—Está bien –lo interrumpí sorprendiéndolo –hazlo, sácame el vestido –su rostro cambio a más seriedad, mientras asentía ¡¿En qué demonios me estaba metiendo?! ¡Dios! Me desconocía, esta no era la misma Victoria de antes.
   Tomó mi cintura e hizo que me arrodillara, quedando al frente de él, claramente un más baja, pero lo bastante cerca como para que él llevara sus labios a los míos y lentamente sus manos fueran a los tirantes de atrás, mientras que las mías iban a su cuello, estaba siendo dulce, cosa que me sorprendió, pero me alegre bastante, Alex era diferente cuando estábamos en la habitación.
Pasó sus manos lentamente por mi espalda y comenzó desabrochando el vestido, mientras separaba sus labios de los míos y bajaba a mi cuello, suave, solo estaba rozándolos contra mi piel, no había contacto alguno con sus colmillos. Me apoyé en su hombro, cerrando los ojos y sintiendo sus manos en mi espalda. Le tomó unos minutos terminar, pero no me importo, estaba tan cómoda entre sus brazos, esto se sentía tan extraño, no debería sentir más que repudio hacia él, pero me era imposible, era algo que no podía controlar.
—Levanta tus brazos, Vittoria –amaba que me llamara así, además siempre que era así su acento se marcaba más. Hice lo que dijo un poco temerosa. Cerré los ojos, sentía como mis mejillas se iban sonrojando –Estas nerviosa –asentí, no era capaz de mirarlo, mientras levantaba el vestido de a poco, con cuidado –No lo estés… —cuando dijo eso ya estaba por sacar el vestido. Abrí lentamente mis ojos cuando sentí que sacaba y dejaba a un lado el vestido, al hacer eso casi me pegué a él de pura vergüenza, no quería que me viera. — ¿Qué hace esto aquí? –giré solo mi rostro y pude ver que en su mano tenía el cigarrillo que había escondido en mi cadera. Lo tome rápidamente y lo arrojé lejos.
—Shh… —fue lo único que dije para despistarlo y gracias al cielo Alex no dijo ningún comentario sobre aquello.
Podía sentir su pecho contra el mío y como un leve gruñido salía de su garganta cuando me acomodé mejor en él. Mi corazón latía con rapidez y fuerza, lo sentía en mi garganta. Alex llevo su mano a mi cuello e hizo que lo mirara, ya que yo apoye mi rostro en su hombro. Mis ojos se encontraron con los suyos, tan negros como la noche, pero esta vez se veían de otra forma, algo que no podía identificar.
—Non può essere più bella Vittoria –no le entendí nada a lo que dijo, pero por su mirada, no parecía ser algo malo.
— ¿Alex…? –mi voz demostraba mi confusión, pero él no tomo en cuenta eso. Volvió a unir nuestros labios con cuidado, como si cuidara de no hacer ni un movimiento brusco, mientras sus manos seguían en mi cuello. Yo tenía mis propias manos apoyadas con cuidado en su cadera, aun estaba nerviosa, pero mientras sus labios se movían contra los míos hicieron que me fuera relajando y pudiera responder de mejor manera a sus besos.
Era un beso que iba muy despacio, lo que me gustaba. Esta era la primera vez que veía así a Alex, tan tranquilo y como si muy en el fondo, él estuviera preocupado de que esto no fuera más difícil para mí.
—Bien…es un excelente comienzo –dijo cuando se separó de mi luego de unos minutos, sentía mis labios hinchados y como si necesitaran de los suyos. Agradecí que no se separara completamente de mi cuerpo –ahora, arriba los brazos de nuevo –le hice caso de nuevo sin chistar y él tomo una prenda a nuestro lado y lo paso por mis brazos y fue cubriendo mi cuerpo de nuevo.
Cerré mis ojos, inevitablemente sintiendo vergüenza de nuevo, era obvio que me había visto en parte desnuda.
—Bien… —dije mientras sentía como mis mejillas se sonrojaban, aun no era capaz de mirarlo, esquive sus ojos, cerrando los míos –No fue para nada a como pensé que sería…no fue tan incomodo, aunque si…pero –él nuevamente tomo mi rostro con su mano sin dejarme terminar, abrí mis ojos ante la sorpresa de su toque. Una sonrisa se marcaba en sus labios y era de esas que nunca había visto.
—Es porque…soy excelente con mis manos –rodeé los ojos al notar que el Alex de siempre estaba de vuelta, pero antes de poder recostarme, él tomó mis labios de nuevo, pero dio un corto beso, era algo tierno. Lo mire sorprendida.
— ¿Qué fue eso? –él tensó su mordida, notoriamente nervioso.
—Nada…solo pensé que te podía…gustar… —sonreí al verlo así.
Me arrojé en la cama, esto era demasiado para seguir en la misma posición por mucho tiempo. Alex me miraba curioso mientras seguía de rodillas. Se veía maravilloso, su torso era magnifico, no había forma de negar aquello, pero verlo así, en este momento hizo que en mi cabeza se produjeran dudas, que no podía contestar.
— ¿Sabes que te odio por quitarme mi vida cierto? –Él frunció el ceño al escucharme, no dijo nada, solo esquivo mi mirada — ¿y qué me odio a mi misma por estar sintiendo algo que no identifico por ti? –estaba con una expresión seria hablando, pero por dentro solo rogaba para que no me cambiara de tema.
—Lo sé…pero eso cambiara, ya veras, te lo digo porque tú eres…
—Yo soy tuya, si, lo has repetido muchas veces –dije interrumpiéndolo –y nunca me has dicho porque –no le sacaba la mirada de encima y él tomo esa actitud que siempre tenía conmigo.
—Porque yo lo digo…solo eso te debería bastar –entrecerró los ojos y luego se recostó a mi lado, bueno realmente en su lado, no estaba ni un poco cerca de mí. Supe que no le sacaría ni más información. Me cubrí con las sabanas, él hizo lo mismo –Mañana llegara el resto de los invitados para celebrar la última noche de este año, solo te aviso para que no te sientas nerviosa como hoy  –al decir eso se volteo dándome la espalda completamente. Fruncí el ceño al notar lo que estaba haciendo.
— ¿Y mi parte del trato? –ni siquiera se volteó.
—Esta noche no –sin decir nada más me quede ahí en la cama, que de un momento a otro, ahora se veía gigante. Creo que después de todo, no había salido tan bien esta práctica. Me acomodé dándole la espalda y rogando para quedarme dormida. No pude evitar como cada noche, traer a mi mente mi familia.

Me desperté solo unas pocas horas después, calculé que podían ser unas dos o tres, había dormido muy poco hoy. Miré a mi lado y confirmé que no había pasado mucho tiempo porque Alex seguía ahí, respirando pausadamente, eso me aseguraba que estaba durmiendo. Me fui al baño, lave mis dientes, solo tomé mi cabello, me duché y me puse algo cómodo de ropa. Salí del baño y Alex todavía dormía, supongo que ya no temía que yo me fuera corriendo o tratara de golpearlo mientras estaba así de vulnerable. Antes de salir de la habitación me voltee a verlo, lucia tan tranquilo, como si fuera una excelente persona, tierna y preocupada, todas los atributos que él en realidad carecía.
Salí de ahí suspirando al recordar lo de que había pasado. Alex podía ser tan tierno en las noches y a la vez tan hiriente, no me gustó nada que no haya cumplido su parte del trato, justo esta vez que había sido preocupado y tierno. Caminé por el pasillo como siempre lo hacía. Tendría que encontrar alguna entretención aquí o si no me moriría por la monotonía, no era como estar haciendo lo mismo en mi casa, eso era diferente.
Iba doblando para encontrarme con las escaleras principales cuando pude ver a Francesca que caminaba apresuradamente mirando a todos lados, me escondí para que no me viera o sino quizás que me obligaría a comer, llevaba una bandeja de plata con comida, exactamente como las que me llevaba a mí. Me quede unos segundos analizando aquello y mejor decidí bajar, quizás le llevaban algo a Elizabeth o a Charlotte.
Iba a mitad de las escaleras cuando me quede quieta ¡esto era estúpido!...ni Elizabeth o Charlotte se alimentaban con verdadera comida. Me volteé y subí corriendo las escaleras y me fui al pasillo que se fue Francesca, quizás me traía comida. No estaba, me había demorado mucho, pero me apresure en el paso de mi caminar y comencé a mirar a todos lados, hasta que en un nuevo pasillo pude ver como Francesca volteaba. Corrí hacia ella, teniendo cuidado de no ser descubierta, algo aquí iba mal, ya había pasado desde un principio mi habitación. Con precaución solo asome mi cabeza mientras escondía mi cuerpo y pude ver que Francesca miraba nuevamente a sus lados, lucia sospechosa, estaba haciendo algo malo, eso era obvio.
Segundo después entro a una habitación. De inmediato me adelante para poder saber que había ahí. Puse mi oído en la puerta y no pude escuchar nada, ni un solo ruido ¡malditas puertas de buen material!
Me comencé a alejar rendida, cuando pude escuchar claramente un quejido…eso si que la puerta no lo pudo ocultar y menos pudo ocultar los pasos de Francesca. Corrí con toda la velocidad que me podían dar mis piernas y me quede escondida en el pasillo, si tenía suerte Francesca se iría por el otro lado. Salió sin bandeja, pero si con una mirada triste.
—Bianca hai amato di sostegno — ¡diablos! Tendría que aprender italiano o no me enteraría de las cosas que pasaban a mí alrededor.
Francesca cerró la puerta y como si tuviera que hacer la última cosa del mundo para salvar su vida se dispuso a caminar muy, muy rápido a mi dirección, para mi mala suerte. Me voltee casi histérica y comencé a correr, no tenía idea a dónde meterme, así que abrí la primera puerta que encontré y me escondí ahí.
Sentí como paso por el pasillo, mi corazón se tranquilizo. Me gire al notar que esto estaba muy oscuro para ser de día y note que estaba en una habitación que nunca había visto. Estaba muy oscuro y solo unos candelabros, que estaban en ciertos puntos del lugar mantenían la habitación a una luz tenue. Mire la cama que estaba en el centro y vi que alguien estaba ahí recostado…bueno, habían dos personas.
—Dios… —susurre al notar que ahí estaban Elizabeth y Raúl durmiendo ¡diablos! Tenía que salir de ahí lo más pronto posible.
   Abrí la puerta con cuidado y antes de salir pude ver que Elizabeth tenía sus ojos abiertos y me miraba fijo ¡mierda! Ahora estaría muerta ¡de seguro me desangrarían de a poco y dolorosamente!
Me quede en el pasillo, estática, ahora sí que había arruinado más las cosas y lo peor era que estaba entre correr a mi habitación, esconderme debajo de la cama o en ir a donde fue Francesca.
Mi curiosidad gano, me dirigí con cuidado a la puerta de la humana desconocía que por lo que escuche se llamaba Bianca. Estaría perdida, siempre se ha dicho que por la curiosidad muere el gato.
La abrí lentamente y pude notar otra cama, a diferencia de la última donde estaba, la luz era la gran señora de aquí, las ventanas iluminaban todo y pude notar que era una hermosa habitación con televisión, un computador, todo lo que se necesita para solo mantenerse en el mismo lugar. Entre y nuevamente vi un cuerpo en una cama, color blanca, exactamente como la mía. Me arme de ánimo y saque la voz.

3 Lectores:

  1. Que a sido eso??'
    no me digas ke el inutil de alex tiene a 2 prisioneras en una misma casa???
    mmm algo aki me huele muy pero muy raro.. :/
    ke fome xq no cumplio el trato, apuesto ke de puro pesado el idiota ese!!!

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  2. waaaaaaa!! Victoria ... siempre tan curiosa ...

    amo a Elizabeth!!! ella desde el primer momento me encanto !!
    Raúl *--*
    oh y esa ... Charlotte ... como la odio!! me saca mas de un insulto la muy ...

    y Gatito ... él, oh por Dios!!

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  3. Que está pasando... es caso la otra chica que dijo Alex que trabajaba para el????, creo que ya me confundi

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