jueves, 2 de febrero de 2012

L.D - Capitulo 5

 (Javier)



CAPITULO 5

   Estaba en la habitación arreglando la cama, luego que fui almorzar, mi humor sin dudas había renacido, ya que después de todo, había posibilidades de salir de aquí, pero tenía que ser cuidadosa con Alex, él podía desconfiar aunque claro, si él tuviera alguna habilidad como leer la mente, percibir las cosas malas o cualquier estupidez que sea tener una habilidad especial, mi plan se iría a los mil infiernos y ahí sí que nada podría animarme, pero mejor no había que ser pesimistas, era la hora de ser astuta y para eso tenía que ir a mi guardarropa.
 Me cambié de ropa y me puse un lindo vestido, aunque claro, de los normales, no los que estaban abajo. Me vi al espejo y me veía linda, era color verde oscuro, dejaba mis hombros descubiertos y se ajustaba hasta la cintura, mientras que luego caía libremente, sin dudas marcaba mis curvas, eso ayudaría.
Me fui a la sala de entretenciones, donde jugué en la mesa de billar por un largo tiempo, también fui a conversar con Javier otro rato, Ezequiel seguía igual de arisco, pero  no podía hacer nada, venia en su personalidad. Estaba haciendo de todo para pasar el rato, pero Alex no llegaba nunca, debo decir que una parte de mi se preocupo, muy pequeñita y me quise golpear por aquello, pero quizás podía ser atacado o algo por estilo, así como leí en libros, quizás hubo un motín y lo derribaron. Le pregunte a Javier si sabía algo, pero solo me dijo que “El Sr. Lenardis es un hombre muy ocupado, algunas veces llega al anochecer” debo decir que el “ocupado” me llamo la atención y no fue hasta luego de mi cena que Alex llegó a casa.
Iba subiendo las escaleras, derrotada a que él no me iba a ver con el vestido, cosa que no creía tampoco que tuviera gran efecto, pero quizás hoy tenía suerte. Me detuve al sentir como se abría la puerta principal y Alex entraba sonriendo ampliamente y debo decir que jamás, nunca en estos días, lo había visto sonreír de esa forma, se veía como si fuera amable y quisieras tenerlo siempre a tu lado para que te diga como esta y como iba su vida. Fruncí el ceño al verlo.
—Wooow…. –su sonrisa se fue al verme –Por lo que supe –en un segundo estaba a mi lado –te volvió el habla ¿es eso verdad? –me tomo por sorpresa su acercamiento tan rápido, aun no lograba adaptarme a eso ni tampoco a verlo tan guapo vestido bajo la luz de la mansión. Alex traía ahora unos jeans negros, con una camisa blanca, una corbata negra que estaba desordenada y un saco negro — ¿te gusta lo que ves? –su mirada era de suficiencia y su tono arrogante. Me tomó unos segundo contestar y eso lo molestó –Oh ya veo ¿así que solo no me hablas a mi? ya sé que tuviste una maravillosa conversación con Javier… —me miro entrecerrando los ojos y suspiré. Desde ahora el plan entraba en acción.
—No era eso, solo que llamo la atención lo oscuro que luces cuando vas a “trabajar” –dije haciendo las comillas con mis dedos.
—No estaba trabajando, de ahí salgo muy temprano, estaba ocupado –lo ultimo lo dijo sonriendo coqueto ¡Este tipo me daba asco y me enojaba! De seguro se estaba revolcando con un montón de vampiras. Me hizo enojar aun más porque yo me ponía de mal humor al pensar en cómo me afectaba lo que dejaba o no dejaba de hacer  –Mmm….ceño fruncido ¿Qué pasa por esa cabecita? puedo imaginar lo que estas pensando —¡diablos! Su actitud era casi incontenible para ponerme de mal humor.
—Nada que te interese –respire tranquila y relaje mi expresión. Comencé a subir para seguir con el plan.
Cuando entramos a la habitación, él se fue directo al baño, mientras que yo me fui directo al guardarropa, al final mi vestido no tuvo el efecto que yo quería, ya que apenas lo vio, pero no estaba desanimada, el plan seguía en marcha.
Abrí las gavetas de los pijamas y encontré el que quería, rápidamente me lo puse y me solté el moño que tenia. Salí de ahí y como lo había pensando, él ya había salido del baño, ahora estaba mirando por la ventana y nuevamente mis suposiciones estaban en lo correcto. Cuando me vio pasar al baño, pude notar de reojo que me quedó mirando, yo pase como si él no estuviera ahí y me metí al baño, cerré la puerta de un solo golpe y me mire al espejo de nuevo.
—Wow  –salió de mi boca. Me veía sexy. El “pijama” era celeste oscuro y un poco transparente en mi abdomen, se podía ver mi piel, exponía mis hombros y parte de mi espalda, mientras que mis pechos y mi trasero no se veían, pero aun así, era muy poca tela.
Mi pelo estaba desordenado, como si hubiera salido de cualquier actividad poco decente, eso estaba bien. Me lave los dientes tranquilamente, haciendo tiempo. Salí del baño y ahí una suposición se fue al suelo. Alex tenía que estar ya en la cama, pero solo seguía mirando por la ventana, lo que me sobresaltó, no lo había notado bien antes, pero por lo visto no usaba pijamas, estaba solo con sus bóxers. Trague saliva al notar que era completamente perfecto, claro solo físicamente.
   Fui tranquila a la cama y me metí en ella, dejando la sabana bien abajo, no sé si era mi impresión o estaba haciendo calor aquí. Pude notar que en el lado de Alex, en la cama, había un pantalón de pijamas color azul marino, fruncí el ceño, pero mi atención se centro en Alex, que ahora se estaba moviendo.
Comenzó a acercarse lentamente a la cama y su mirada era…bueno era la mirada de Alex, con eso basta, se posicionó al lado de la cama y miró el pantalón para después observarme, por un momento paso una idea en mi cabeza pero se esfumó por lo ridícula que era aunque luego de un segundo no parecía tan irreal.
 Alex comenzó a bajar su bóxer como si fuera lo más normal del mundo, cerré los ojos antes de ver algo peligroso, escuche como se río.
—Listo santurrona… —su voz era ronca, lo que me llamo la atención porque era más de lo que estaba acostumbrada. Sin chistar abrí los ojos, me sorprendió que haya confiado en lo que dijo, pero esta vez estaba bien, tenia puesto esos pantalones, que le quedaban ajustados a la cadera. Después Alex se metió lentamente bajo las sabanas –debo decir que te has adaptado bastante rápido como para ya estar usando “ese” pijama ¿alguna ocasión especial? –levante los hombros quitándole importancia y me recosté mejor en la cama dándole la espalda –Oh ya veo, me hablas un poco y luego…
—Buenas noches Sr. Lenardis –sonreí mientras le daba la espalda, triunfante ya que luego de unos segundo no dijo nada. ¡Victoria uno, Alex 1000!....algo es algo ¿no?
— ¿Cuál es tu juego? –su voz ahora venía de más cerca, lo que me puso nerviosa y me voltee para encontrármelo apoyado en su mano, de lado, mirándome con esa sonrisa coqueta que me ponía más nerviosa de lo que deseaba.
—Nada, todos te llaman así ¿no? –mi voz era segura y nuevamente me sentí orgullosa, además la vista de Alex se fue por toda la parte que la sabana no tapaba.
—Sí, pero ellos son mis empleados –sin duda estaba en lo correcto, su voz estaba más ronca de lo usual y por lo que entendía, los vampiros no se resfrían.
— ¿Y yo que soy?
—Por ahora nada –no dudó en responder. Levanté mis hombros nuevamente y le di la espalda. Pensé luego de unos segundos que había resistido a hacer cualquier cosa, pero para mi sorpresa, sentí un frío dedo que paso por mi columna, haciendo que me dieran escalofríos. Me voltee rápidamente, sin evitar recordar el sueño de la  noche anterior.
— ¿Si? –tenia ambas de mis cejas levantadas, para poder concentrarme, ya que mi corazón estaba latiendo con fuerza y mi respiración estaba pesada.
— ¿Debo tomar esta particular vestimenta como algún tipo de seducción de tu parte? –mis labios estaban entreabiertos mirándolo, mientras trataba de hacer alguna idea en mi cabeza para responderle. Alex estaba demasiado cerca.
—Tómalo como quieras, pero no estoy tratando de… —me hizo callar poniendo su dedo índice en mis labios, eso me tomo por sorpresa. Era bastante frío, lo fue bajando de a poco, mientras yo lo miraba callada, tomo delicadamente mi mentón y paso su dedo pulgar por mi labio inferior, eso hizo que mi respiración se volviera más errática.
—Me gusta cómo te queda –no sé si era él o yo quien se movía, pero ahora lo tenía más cerca — ¿lo has hecho para mí? –ahora estaba su dedo índice jugando con mi labio inferior. Esto no estaba saliendo como yo quería, no tenia control absoluto de lo que pasaba –Y bien ¿algo que decir o solo estas concentrada en mis labios? –eso era cierto, no había mirado ni sus ojos y ni pensaba hacerlo, ahora sin dudas quería esa boca junto a la mía y no me importaba nada ¿Qué plan?... ¡al carajo el plan! –No dices nada… —como estúpida asentí y sus labios marcaron una sonrisa coqueta –Bien —dejo mis labios para ir lentamente con su mano por mi cuerpo, yendo por mi cintura hacia mi muslo, lo que me causo escalofríos, claramente no de miedo ni de frío.
Me tomó de tal forma que quedé recostada en la cama, pero ahora en forma horizontal, mientras que él seguía mirándome y teniendo sus labios a centímetros de distancia.
–Estas cediendo….me agrada –no importa si lo que sentía era de verdad o de mentira, aquí la ganadora iba a ser yo porque iba a sentir sus labios e iba a ganar más confianza con él, lo que me daba más libertad –Mmm…Vittoria –susurró, lo que hizo que mi corazón saltara, debía decir que me encantaba que tuviera ese acento –No eres capaz de decir ni una sola palabra… —lo tenía sobre mí, si, no me importaba, solo lo quería a él y lo iba a obtener.
Su agarre a mis caderas fue más firme con una de sus manos, lo que me obligo a levantarlas un poco por la sorpresa y haciendo que chocara contra él, lo que le saco un exquisito gruñido ¿me dio miedo? Ni un poco, quería escuchar eso de nuevo.
 –Cuidado… —su sonrisa hizo que solo ya me estuviera impacientando, no me importó que ahora pudiera ver sus colmillos, eso me hacían quererlo más — ¿sabes que mito es verdad sobre nosotros? –Solo negué como la más estúpida del mundo –Somos excelentes en la cama –lo que dijo solo hizo que tragara saliva y mis respiración ya no fuera capaz de tranquilizarme. No sabía qué hacer, ya que aquí, yo no movía ni un solo dedo, todo lo estaba haciendo él.
Cerré los ojos tratando de concentrarme, pero todo empeoró, porque sentí como su mejilla por el lado derecho, fría como el hielo, pasaba lentamente por la mía, como así sus labios iban pasando por mi piel hasta llegar a la comisura de mi boca, me moví un poco para encontrar sus labios, pero él rápidamente los alejo de mí.
Abrí los ojos, frunciendo el ceño, lo que hizo no me gustó, pero él me miraba sonriendo con arrogancia, hasta que comenzó a hablar.
 –Recuerda esto Victoria, tengo más años viviendo en este mundo…y no vas a ser tu la que me haga caer en una trampa, no en este campo de batalla –se alejó de mí y me tomó rápidamente dejándome en la posición que estaba al principio de todo –No soy estúpido.
— ¡Alex! –lo mire frustrada, bien de primera quería engañarlo, pero ahora podía pasarlo bien mientras lo engañaba.
— ¿Qué? –Su sonrisa no se borraba –lo pudimos pasar muy bien, pero lo has arruinado al no ser honesta, además ya he tenido bastantes bocas por este día –su sonrisa era lo más desagradable que había visto ahora.
— ¡Olvidado! jamás vas a tener esta oportunidad de nuevo, no te volveré hablar en mi vida ¡y te lo puedes pasar con tus putas! a mí no me importa –me puse de pie y tome mi almohada, pero él me detuvo antes de poder dar un paso, quedo al frente mío.
—Recuéstate –di un paso para el lado, pero él gruño –Victoria, hazme caso –levantó mi brazo con su agarre apretando fuerte, muy fuerte.
— ¡Ah! –le grité, pero no me soltó, hasta que lentamente hizo que me sentara. Puse la almohada donde estaba y me tapé con las sabanas, recién ahí el se acostó a mi lado.
—No es mi culpa que te tenga que tratar así, te comportas de una forma infantil y rebelde, nunca olvides que siempre dormirás a mi lado.
—Eres un cerdo sádico y pervertido –le di la espalda y me acomodé, pero su voz en mi oído hizo que sobresaltara.
—Y aun así hace segundos atrás querías que te besara… —cerré los ojos con fuerza y me quede así, hasta que de verdad mis ojos se fueron relajando y haciéndome dormir, esto no había resultado ni un poco, Alex me había descubierto, no tenia como ganarle ¿en qué momento lo pude pensar?
   Al día siguiente, sentí como Alex se levantaba e iba al baño, para luego desaparecer de la habitación, sin dejar nota ni nada esta mañana. Rendida me levanté e hice lo mismo que las dos mañana ya pasadas. Baño, ropa, comida con una italiana que no le entendía nada y luego me senté en la escalera mirando a la puerta, sin decir nada.
Lo de anoche me había desanimado realmente ¿Cómo Alex pudo saber todo? además ni siquiera gane de ninguna forma, esto era demasiado injusto. La puerta principal se abrió lentamente apareciendo un vampiro bastante conocido, con una sonrisa.
—Escuchamos un corazón latir cerca –dijo sonriendo. Me puse de pie en un segundo y me apresure en llegar a la puerta. Abrí ambos lados y encontré a Javier y Ezequiel en su traje de siempre y en su posición habitual.
—Hola chicos —sonreí a ambos.
—Hola Victoria —Javier me sonrió. Miré a Ezequiel, pero su mirada era hacia al frente.
—Buenos días –dijo después de unos segundos, haciendo que mi corazón se acelerara de la emoción.
—Buenos días Ezequiel –mi ánimo subió bastante por mi avance.
—Ahora… —la voz de Javier se endureció — ¿Qué le sucede? –di unos pasos adelante y me senté en uno de los escalones. Agradecí que Ezequiel no dijera nada sobre que estaba pisando un centímetro de la salida delantera.
Para mi sorpresa, ambos se sentaron a mis lados, miré a Ezequiel con una sonrisa, pero él seguía mirando hacia adelante.
—Estoy cansada de esto, me quiero ir.
—Usted sabe que nosotros no podemos ayudarla –la voz de Javier aun era amable.
—Lo sé  —casi me caí de espalda cuando escuche la voz de Ezequiel ahora.
—Aun así, escuchamos más suspiros en un minuto de lo que se escucha en horas, eso es un método de manipulación –su voz era firme.
—Lo siento –lo mire seria –pero lo único que puedo hacer es eso…suspirar ¡él no me deja hacer nada! –me siguió hablando Ezequiel, mientras lo mirábamos con Javier.
—La dejó salir hacia el patio trasero, yo ni siquiera la hubiera dejado salir de la habitación –aquello me hizo enojar. Lo que hacía Alex por mí, no era nada bueno.
— ¡Eres tan desagradable conmigo! pensé que eras así con todos pero ahora lo dudo, porque de algo en ti se tuvo que haber enamorado Javier –mire hacia el suelo enojada, hasta que después de un segundo escuche como se reía Ezequiel mientras que Javier me sonreía.
—No entiendes Victoria –me llamo la atención como me llamo, Javier siempre mantenía esas palabras de respeto, en cambio Ezequiel no –solo debes dejar de jugar y empezar hacer preguntas para poder entender todo, nosotros no podemos responder nada.
—En realidad… —ahora habló Javier, frunciendo el ceño –yo no tengo mucho que hablar, pero Ezequiel lleva más tiempo con el Sr. Lenardis, él sabe más.
— ¡Javier! –lo regañó Ezequiel, con el ceño fruncido.
— ¿Qué? –pregunto el involucrado.
— ¡No tenias porque decirle eso! –no quería estar provocando una discusión entre dos personas….error, entre los dos vampiros que me ayudaban a seguir estando un poco cuerda.
— ¡Ey!...basta –dije levantando las manos –de todas formas –mire a Ezequiel –no me dirás nada, así que no importa quien dice que.
—En eso tienes razón –dijo ahora más tranquilo –ahora ¿estás más despejada, ya qué has hablado con nosotros? –lo mire seria, era estúpido lo que decía, pero me sorprendí de que me haya sonreído.
—No, me quiero ir con mis padres, ustedes no entienden…yo no pertenezco aquí –nuevamente mi humor se fue abajo tan rápido que me sorprendió.
—El Sr. Lenardis dijo que ibas a estar desanimada hoy –Javier me miraba preocupado — ¿sucedió algo? –negué sin controlar lo rojas que se estaban poniendo mis mejillas al recordar lo de anoche.
—Oh… —ahora escuché la voz de Ezequiel –veo que algo te avergüenza…y por lo poco que te he visto debe ser porque algo pasó anoche, tenemos entendido que el duerme contigo –lo miré con los ojos bien abiertos, mostrando mi sorpresa –por favor, yo arregle tu guardarropa, así que no te sorprendas –mis labios marcaron una sonrisa al escucharlo.
— ¿Y aun con eso no pensaban que Alex sabia que eran gay? –ambos hicieron una mueca, demostrando que no eran buenos escondiendo cosas.
—Victoria, te diré esto solo una vez más, comienza a ser preguntas y pronto porque estas solo viviendo un martirio por nada.
—Bueno no sirve de nada ¡ya que ayer solo jugó conmigo, ni siquiera me besó! así que aceptando o no aceptando esto, él igual me hará sufrir.
—Ooh…. –ambos dijeron lo mismo al mismo tiempo.
—Eso sí es ser cruel… —Javier sonrió.
—No, eso es ser astuto –dijo Ezequiel –pero no puedo decir nada, ahora mejor entras porque estas en el lado frontal donde no estás autorizada.
—Estas bromeando ¿cierto? –lo miré mientras mi ceño se fruncía, él negó — ¡pero Ezequiel! ¡Vamos! me aburro adentro.
—No si vas a la piscina –me sonrió, ahora veía que solo estaba siendo pesado conmigo al principio, es más, sentía como un deja vu con él.
— ¿Qué piscina? afuera no hay piscina, estas mintiendo –ambos rieron, los miré confundida.
—Claro que afuera no, en el tercer piso –Javier lo dijo como si fuera algo obvio de saber. Levante los hombros con indiferencia.
—No importa donde quede, no tengo ningún traje de baño aquí.
— ¡¿Qué has dicho?! –Salió Ezequiel poniéndose de pie, me sobresalto su movimiento –Yo hice mi trabajo de una forma excelente, hay todo tipo de trajes de baño ¡ven conmigo! –Me puse de pie lentamente, Javier miraba entusiasmado, pero Ezequiel le arruino el ánimo –Cariño, tu no, debes cuidar este, no demorare nada –los quede mirando y una sonrisa se marco en mis labios. Jamás en mi vida alguien me iba a tratar con tanto cariño –Vamos pequeña –me llamó la atención el cambio de Ezequiel conmigo, me gusta esta faceta sin duda alguna.
Le hice señas a Javier y nos fuimos con Ezequiel a mi habitación, apresurando el paso, porque no le gustaba dejar solo a Javier, así que pasamos directo al guardarropa. Él sonriente y lleno de arrogancia me mostró una pared.
— ¿Qué? –dije dudosa, él rodó los ojos.
— ¿Lo viste sola? ¿El Sr. Lenardis no te lo mostró? –negué y luego él sonriendo empujo delicadamente la pared y esta se abrió, mostrándome bastante bikinis y ropa de verano que estaba ordenada exactamente como todo lo demás. Había tres espacios más como lo que Ezequiel me había mostrado, corrí a ver y los presione para ver que él tenía toda la razón….había ropa de temporada, verano, otoño, invierno y primavera.
—Wow…Ezequiel, has hecho un hermoso trabajo.
—Bien…ahora por esto, elegiré el que te pondrás ¡verde! tu color favorito –lo miré sorprendida  ¿cómo sabia eso? él se volteó lentamente a mi –haz como que no dije eso, por favor, él se puede molestar bastante.
— ¡¿Qué diablos sucede aquí?! –ya me estaba desesperando, sentía como mi humor cambiaba cada segundo debido a los misterios que recorrían este lugar y todo lo que involucraba a Alex.
—Te lo digo…hazle las preguntas a él, de aquí no podrás salir Victoria…ahora ¡el bikini! –muy bien, el cambio de tema de Ezequiel me demostraba quien era el activo en la pareja. Sacó uno de los que estaban colgados y me lo pasó –esperaré a fuera, quiero ver si es tu talla, aunque no lo dudo –salió rápidamente cerrando la puerta y comencé a sacarme la ropa, la dejé toda tirada ahí y me puse el bikini, debo decir que me animó mucho el comportamiento de Ezequiel. Abrí la puerta con rapidez.
— ¡Listo! –Miré a todos lado y no había nadie — ¿Ezequiel? –en vez de escuchar su voz como respuesta se abrió la puerta del baño y de ahí salió Alex, que tenia puesto unos pantalones oscuros y una camiseta verde.
—Creo que hemos combinado hoy…aunque debo decir que tú luces fantástica –mi expresión se entristeció de inmediato al verlo y comencé a ir al guardarropa para cambiarme, pero como era de costumbre ahora, Alex se interpuso entre la puerta y mi mano.
— ¿Qué quieres?
—Por lo que me dijo Ezequiel, esa pregunta debería hacértela yo a ti –suspiré y lo miré agotada, no tenia ánimos para pelear con él, no en esos juegos de “Tú no tienes la razón, yo si”
—Es cierto, pero tú no me respondes nada, así que me estoy rindiendo, ya estoy cansada –lo  miré esperando una expresión de su parte, pero como siempre, fue indiferente a mí.
— ¿Ibas a la piscina no? –rodee los ojos a su cambio de tema.
—Si –dije de mala gana.
—Te llevare…sígueme –comenzó a ir hacia la salida y pensé que era mejor seguirlo, por lo que lo hice.
Me fui detrás de él, sin decir nada, mientras miraba para donde íbamos. Esta casa era inmensa, jamás dejaría de conocerla, solo un par de vueltas y ¡boom!...había una escalera. Subimos y pude notar como mi boca se abría al ver el lugar. El techo era todo de vidrio, dejando entrar el sol justo cayendo los rayos en una inmensa piscina, también estaba un gran ventanal, que abarcaba todo el extremo opuesto donde estábamos, dándonos una perfecta vista de los jardines. El lugar era gigantesco, el piso era de cerámica, con un diseño hermoso, con colores verde musgo y un azul suave.
— ¿Te gusta? –Alex sonreía mirando el lugar. Tenía que decir que casi toda la casa era de mi agrado, tenía colores que a mí me gustaban y muebles que me encantaban.
—Es hermoso.
—Sabia que te iba a gustar —tranquilamente se fue a sentar a un sofá blanco –bien, la piscina es toda tuya, te acompañare desde aquí, para ver que no te ahogues.
—Muy considerado de tu parte –dije mientras avanzaba al otro extremo de la piscina. Debo admitir que me puse nerviosa al imaginarme que él me miraba y no traía mucho puesto que me cubriera, pero luego de unos segundos, al recordar lo de anoche, me dio lo mismo. Él no haría nada, ahora estaba segura, el mismo dijo, que yo tenía casi que rogarle y eso no iba a pasar, era demasiado orgullosa para caer en un juego tan estúpido como ese.
Pasé lentamente mi pie derecho por el agua, estaba perfecta, una piscina temperada, así que me fui metiendo de a poco, hasta que decidí que era demasiado aburrido de esa forma y me metí completamente y comencé a nadar hasta el otro extremo. Estuve así bastante tiempo, decidí en no tomar atención a Alex, por lo que solo me concentré en como se sentía el agua en mi cuerpo, era relajante y más cuando decidí nadar de espalda, estaba llegando nuevamente al otro extremo ya mas cansada, cuando vi que una sombra me tapaba la luz de sol.
Abrí los ojos y vi a un sonriente, pero arrogante Alex con un traje de baño y listo para lanzarse al agua.
—Me has convencido…hace mucho que no nado.
—Nunca te dije nada –mi voz estaba cargada de sorpresa y no solo de que se iba a lanzar conmigo, sino de cómo lucia, se veía perfecto.
   Después de un segundo ya no estaba en su lugar, sino que me voltee y estaba en el comienzo de la piscina, donde se lanzo sin ningún miedo y luego de otro segundo lo tenía al frente mío, con su cabello mojado y su rostro lleno de gotas.
—Te ves sorprendida –como siempre su tono arrogante hacia que volviera a tierra y dejara de pensar en otras cosas que no eran importantes.
—Claro, no es fácil ver como una persona se mueve de un lado a otro tan rápido.
—Tampoco es fácil ver como una humana se puede ver tan bien solo con un bikini –mi mejillas se pusieron rojas como tomate, así que por mi propio bien me fui alejando de su lado —¿Por qué te alejas?
—Porque me das miedo, eres un vampiro, el que me secuestro…y…
—Y tu eres la secuestrada que no está actuando como debería, tienes tus momentos de debilidad, pero eres fuerte y te adaptas, eso me agrada — ¿lo que había dicho fue un cumplido? De todas formas me fui alejando –No confías aun en mi –negué — ¿Por qué?
— ¿Por qué? ¡Me has dicho que solo me quieres llevar a la cama y luego convertirme! me has separado de mi familia y tienes la manía de acorralarme en cualquiera lugar que esté, puede ser en contra de una pared, ahora en la piscina o anoche contra una cama –lo último se lo tenía que sacar en cara.
—Como digo…no actúas como si te desagradara tanto estar cerca de mí y no tienes idea del por qué—bien, tenía un buen punto el vampiro desquiciado.
—Tienes razón, pero no por eso voy a confiar en ti, eres desagradable y siempre me tratas mal.
— ¿Por qué te sigues moviendo? –cambió de tema, excelente, no me había dado cuenta que seguía escapando de él.
—No tienes forma de escapar de mi, ni siquiera aquí en la piscina –llegó al frente de mí en un segundo y se apoderó de mi cadera sin dejarme escapar de él, haciendo que mi piel comenzara a arder donde tenía sus manos.
— ¿Qué quieres de mi? –lo mire fijo, realmente quería respuestas y Ezequiel dijo que solo Alex me las podría dar.
—Ya te lo dije —repentinamente se puso serio.
—Lo sé, pero ¿Por qué yo? hay chicas lindas por ahí, incluso dejarían a sus familias voluntariamente.
—Pero yo no las quiero a ellas, tu eres mía –frunció el ceño mientras mis pies no paraban de moverse, podía pasar a llevar sus piernas, ya que estábamos en un nivel más profundo. Nuevamente estaba jugando conmigo.
—Yo no soy tuya ¿Cuándo lo entenderás? –de inmediato tensó su mandíbula. Rodeé los ojos, él no era capaz de tener ni un poquito de paciencia –Bien, digamos que soy tuya –me miro curioso — ¿eso indica que tu eres de mi propiedad igual? –su expresión no me indicaba nada, así que desistí –claro que no lo eres Alex, menos si llegas luego de haber hecho Dios sabe qué cosa ayer –me traté de escapar, tomando aire y sumergiéndome en el agua, pero fue un gran error porque lo tenía abajo, esperándome mientras ahora me acorralaba completamente contra la pared, bajo el agua, me asusté al pensar que me podía ahogar, pero solo se mantuvo cerca y paso su mano por mi mejilla….jugando, siempre jugando.
 Me moví arisca a su toque, pero él se acercó a tal nivel que podía rozar su nariz bajo el agua, sus ojos estaban fijos en los míos mientras mi corazón latía con fuerza, pero recordé lo de anoche y lo pésimo que me sentí. Él realmente me había rechazado, aunque de una forma haya descubierto que lo trataba de engañar, me dolió lo que hizo.
Giré mi rostro de él, al hacer Alex se enojó y yo subí a la superficie con rapidez. Segura llené mis pulmones con aire y me afirmé del piso. De un impulso salí de la piscina, noté que en el sofá había toallas, tomé una que era gigante, de color blanco y me envolví en ella mientras bajaba las escaleras, sin voltear a ver a Alex.
   De un golpe abrí la puerta de la habitación y tiré la toalla en la cama, mientras iba al baño.
— ¡No me puedes hacer eso! –escuché la voz de Alex detrás de mí mientras sentía el golpe de la puerta. Me gire valiente a enfrentarlo.
— ¡Te dije que no iba a sentir nada por ti! –no le iba a expresar lo de anoche.
— ¡Eres endemoniadamente orgullosa, maldita sea! ¡No contaba con eso! –se veía muy enojado.
—No esperes nada diferente de mi –avancé para ir por mi ropa y poder cambiarme en el baño.
— ¡Victoria! –Lo volví a mirar –no tengas ilusiones que escaparás de aquí –ya no me quedaban, era imposible y lo había visto ayer, él notaria cualquier plan  –y si lo hicieras, aunque es imposible ¿Cómo llegaras a la civilización? yo llego en avión y si por un milagro lo haces ¿Qué le dirás a tus padres? ¿Qué te raptó un vampiro? solo le romperás aun más el corazón al ver que solo te escapaste con Dios sabe quién y luego vuelves…jamás volvería a ser como antes y ¿tus amigas? las perderías porque explicarías una y otra vez que es lo que pasó, pero nadie te creería ¡nadie! no tienes opción –su voz era dura y malvada, lo estaba diciendo todo para herirme…y lo logró.
—No importa lo que digas –mis ojos se llenaron de lágrimas, él tenía razón, ya mi vida nunca sería como antes. Mi labio inferior hizo un mohín –pero aun así seria libre, no como aquí contigo, puedo estar actuando raro como para estar en esta situación, pero aun así ¡recuerda que nunca me tendrás! –me estaba hiriendo, por hacer que me contradiga en lo que digo y pienso.
Me apresuré para llegar ahora al baño, pero Alex de un momento a otro hizo que estuviera entre su cuerpo y la pared. Tomo con rapidez mis manos y las dejó a nivel de mi cabeza, sin poder defenderme, así que comencé a gritarle.
— ¡No, suéltame! ¿Crees que sufriré del síndrome de Estocolmo? yo nunca, pero nun…–no pude seguir hablando, porque él me hizo callar y esta vez no fue con su mano, sino que fue con sus labios.
Apenas me moví un par de veces para esquivarlo, salvando algo de orgullo, pero luego ya fue imposible. Mis labios comenzaron a responder con bastante entusiasmo, los suyos eran tan fríos como me lo imaginé en mi sueño y se movían con fuerza contra los míos. Mi corazón estaba a mil latidos por segundo mientras aferraba mis manos a las suyas, acerqué mis rostro a él, para tener más de sus labios, pero Alex solo respondió empujando contra mí, era un beso agresivo sin duda, pero luego cambio a ser más pasional, cuando sentí su fría lengua en mi labio inferior rápidamente le di acceso para que se uniera a la mía y eso si que me descontrolo un poco, ya que sus movimientos eran tan suaves, mi corazón casi se salió de mi pecho al sentir en mi lengua uno de sus colmillos, eso hizo que saliera un leve gemido de mis labios, lo que me sorprendió bastante.
Alex sonrió y siguió besándome, mientras que yo me iba acomodando mejor con él y levante mi pierna izquierda sobre su cadera, de inmediato él soltó mis manos y me ayudó, así pude enredar mis piernas en su cadera mientras que mis manos rápidamente iban a su cabello y su cuello.
Me concentré a sentir ese beso al máximo nivel y me estaba volviendo loca, pareciera que jamás me cansaba, quería más y más. Seguí moviendo mis labios contra los suyos ahora con más fuerza, mientras que mi respiración era pesada, no podía decir que era la única porque las manos de Alex en mis muslos tenían un agarre bastante fuerte y tuve que cerrar los ojos al sentir que su mano derecha iba subiendo por mi espalda, hasta llegar al nudo de mi bikini, el cual comenzó a tirar, deshaciéndolo en un segundo y con eso tuve que separarme un poco de él, con el dolor de mi alma.
—No… —ni siquiera reconocí mi voz al escucharla. Mojé mis labios, porque sentía que los tenía hinchados, mientras que mi respiración era pesada.
—Está bien —Alex me sonrió y con cuidado me bajó, aun sujetando la parte de atrás –voltéate –le hice caso, aun con la cabeza en las nubes deje que hiciera un nuevo nudo –listo –me giré a verlo, nerviosa. Miré sus labios y me di cuenta que ahora podría pasar mi vida besándolo…
—Eh… —no sabía que decir, esto era incomodo. Miré su rostro por completo, dejando de ver sus labios solamente y pude ver que él tenía una expresión bastante alegre.
—Bien…de verdad logras que me desespere cuando no te callas, ya veo cual es la solución — ¡¿Qué?!...¿eso iba a decir? Fruncí el ceño enojada.

          —Permiso… —mi voz volvió a la normalidad y me fui a buscar mis cosas al guardarropa y entré al baño con el ánimo bastante bajo mis pies.

4 Lectores:

  1. jakjakajkajkkajakjakaj
    "besame sin miedo con el corazon dame un beso que me lleve hasta el sol"
    dios se me vino esa cancion a la cabeza altiro... ke raro XD

    dios ese alex si ke la sabe acer... aora entiendo tantas cosas... Danii tienes un serio problema, creo ke te as enamorado de tu propia creacion... ay una pelicula ke salio ace poco sobre eso... :Z
    kajakjakajakjakajk

    me encantaria estar en una casa asi secuestrada por un ser cm el... aunque lo bruto no se lo sake nadie :P

    ResponderEliminar
  2. ahahahahah q cap más confuso!! siempre me confunde!!
    primero Porq abajo de la foto dice Javier ?? hace tiempo q pasaba x alto eso ... lo de Ezequiel y Javier... la confusión xD eeen fin a quién le importa!! eso dos me encantan !!
    por ahí leí q toda mujer necesita un amigo gay y Victoria lo tiene x partida doble !! q más qiero!!
    además d tener a Alex Gatito !!

    por otra parte en esté cap siempre me siento como ella ... confundida y dolida es q ésa Gatito !! gggrr!!
    pero lo perdono x sexy xD


    *Kathy *

    ResponderEliminar
  3. Bueno, por lo menos Alex consiguió tener un avance con Viky aunque el orgullo de ella no le permita disfrutar tanto del éxito.

    ResponderEliminar
  4. Cabron!!!!!! pero que bien se le da eso de la bipolaridad a esos dos, por eso son el uno para el otro.

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

© Black Butterfly, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena