jueves, 2 de febrero de 2012

L.D - Capitulo 19




Capitulo 19

El camino se hizo bastante agradable luego de aquel momento triste. Conversamos de cientos de temas, como música, lo que estaba sucediendo a  nuestro alrededor, no tener nada que me diga lo que pasa en las noticias me hace la vida más aburrida. Descubrí que tenemos muchos gustos en común, lo que me sorprendió, siendo que él era de 1503 y yo de 1993…eso me gustó.
Al llegar a Santiago mis ojos casi brillaban al ver nuevamente una ciudad, luces, calles, negocios ¡personas! como extrañaba esto.

—Ya quiero ver en un tiempo más cuando ruegues volver a casa.
—Estar recorriendo cada comunidad vampírica en el mundo para que me conozcan no tiene que ser tan divertido como caminar bajo los árboles de una plaza.
—Si tú lo dices –dijo doblando en una esquina. Había bastante gente en las calles, por lo que me dediqué a mirar a cada una, como también pasaban los autos, cuando estaban detenidos ¡esto era genial! y tan simple, siempre viví con esto, pero estar privada de ello por un tiempo, bueno, tiene sus consecuencias.
—Ahora recuerdo que me tienes secuestrada en tu casa –dije sin pensar muy bien en lo que decía. Seguí mirando a todo lo que pasaba a nuestro alrededor, hasta que noté que Alex no dijo nada sobre mi comentario, fijé mi mirada en él y estaba serio, concentrado en manejar. No le dije nada, quizás así arruinaba más todo…Dios, yo y mi bocota.
Más de media hora manejando y Alex paró al frente de un edificio, lucia tan normal como cualquier otra estructura, es más, su apariencia era de un edificio un tanto abandonado ¿A dónde íbamos?
—Bien, hemos llegado –dijo bajándose del auto, en ese momento alguien salió por el costado del edificio y salieron luces de muchos colores desde la puerta…no puede ser ¿esto era donde vendríamos a bailar? lucia extrañamente privado.
Alex abrió mi puerta y me ayudó a bajar, un chico no más joven que yo recibió la llave de Alex para luego mirarme unos segundos, en los cuales Alex me tomó de la mano y me acercó a él.
—Sr. Lenardis –le dijo un guardia que estaba al lado de la puerta, no lo había notado. A pesar de que su melena tapaba un poco sus ojos pude ver que eran muy negros y su piel tan blanca como la de Alex. Vampiro.
—Buenas Noches —dijo Alex serio.
—Hace mucho que no lo vemos por aquí ¿y la Srta. Charlotte? –abrí los ojos al escuchar lo que dijo aquel hombre.
—No ha venido esta vez.
—Pero ahora está mejor acompañado, buenas noches Srta. Victoria –aferré mi mano a la de Alex.
—Buenas noches –dije nerviosa. El guardia me sonrió, cosa que me puso incomoda.
—No les quito más tiempo, adelante mis señores –mis mejillas se sonrojaron al escuchar lo que decía. Alex le sonrío amablemente y pasamos a través de esa puerta.
— ¿No ha sido fantástica tu primea aceptación? –lo miré extrañada mientras íbamos por ese pasillo hacia las luces que se movían de un lado hacia otro.
— ¿Aceptación? –él asintió.
—Cada vez que te digan o te incluya en frases como la que dijo Oscar es porque ya te consideran como su líder –esquivé su mirada llevándola hacia el suelo. Que nervios me daba todo esto, era demasiada responsabilidad, por lo visto –tranquila, luego se te hará algo muy normal, ya verás.
—No pensé que otros vampiros sabían de tus planes –él rió, lo miré confundida.
— ¿Para qué crees que fue la fiesta de la última noche del año? –ahí entendí, claro, habían muchos vampiros ahí.
—Ya veo, pero Javier y Ezequiel no me han dicho nada de esas palabras –Alex se detuvo antes de que entráramos a las luces.
—Claro, para ellos es más difícil aceptar a su futura líder, han visto lo que ha sucedido en el pasado.
—Ah –eso tenía lógica.
—Bueno, vamos a pensar en otras cosas y a divertirnos, nos hace falta ¿no? –sonreí y por fin entramos hacia donde estaban las luces.
Bien, nunca pensé que esto podía ser tan grande. Había toda una pista bajo de nosotros, era gigante. Estaba rodeada de sofás y de mesas donde había varias personas con un trago en sus mesas, pero en su mayoría, todos estaban bailando en la pista.
— ¿Habrán más vampiros aquí? –pregunté al notar que habían varios con las mismas características de Alex.
—Así es, este lugar es para nosotros, hay muy pocos humanos, uno que otro que desconoce estar rodeado de vampiros…los cuales sirven para alimentarnos, sin que se den cuenta y otros que no se puede tocar porque son de algún vampiro…como tu –lo miré de mala forma, no me gustaba esa parte donde me hacían una propiedad.
Bajamos las escaleras, mezclándonos de a poco entre las “personas” que había ahí, hasta que llegamos a uno de los sofás, que rodeaba una mesa.
—Esto es increíble –dije mirando a todos lados, este lugar era genial. Había una pantalla gigante, arriba, en un extremo de la pista mostrando videos musicales, mientras la música era espectacular. En un lado de la pantalla, debajo estaba el DJ haciendo que todos se movieran a distintos ritmos.
—Estoy feliz que te haya gustado…este lugar es de un amigo, creo que desde que lo tiene han pasado décadas, vengo desde entonces.
—Pero ¿sin bailar? –pregunté con la esperanza de que me diera una respuesta positiva porque me estaban dando ganas de ir a la pista.
—Exacto…sin bailar, nunca –me miró intensamente, supuse que era para convencerme de que no lograría sacarlo de ese asiento.
Miré a mis lados para ver que sucedía a nuestro alrededor, me quede de una pieza al ver como un vampiro se acercaba al cuello de una chica que se veía bastante tranquila, esquivé la mirada de inmediato y me concentré en Alex que me miraba sonriendo.
—Dijiste que esto era de un amigo tuyo ¿cierto?
—Así es –nunca en todas estas semanas, Alex me había hablado de algún amigo de él — ¿Pasa algo con eso?
—Jamás te había escuchado hablar de un amigo ¿tienes más?
—Solo unos cuantos más, en su mayoría viven en Italia ¿pensabas que no tenía amigos? –Asentí, a lo cual él frunció el ceño –no soy un malvado que trata mal a todas las personas.
—Claro…solo a mi –dije en son de broma, pero él se quedo serio –no te pongas de mal humor ahora.
—Tengo amigos y lo paso muy bien con ellos –rodeé los ojos, a veces Alex podía ser tan infantil.
—Sí, bebiendo sangre de jóvenes virginales en los montes de Italia ¿no? –seguía tratando de molestarlo y para mi sorpresa el cayó.
—No, no cosas como esas…cosas normales –me reír de él y luego tomé su mano.
—Estás loco, solo te estoy molestando…es obvio que tienes amigos, solo no se me ocurrió –él quedó mirando nuestras manos y luego las fue separando de las mías de a poco. Aquello me confundió. Miré hacia el frente y había varios rostros mirándonos, pero luego esquivaron su mirada y noté que ahora Alex los miraba con el ceño fruncido — ¿vamos? –dije instándolo a que fuéramos a la pista, pero él negó.
—Si quieres puedo ir para que tomes algo ¿te parece? –Suspiré rendida, no lo podría sacar del asiento para bailar –además va a venir Elizabeth con Raúl, debemos esperarlos –de verdad que tenía todas las ganas de salir a bailar, Alex me estaba desilusionando — ¿Voy por tu trago?
—Está bien –salió del sofá tranquilamente, mientras se perdía en la multitud.
Quedé mirando como todos bailaban y bailaban, era demasiado llamativo ir hacia allá. Miré hacia donde se había ido Alex y decidí que no tenía porque quedarme sentada mirando a todos divertirse mientras esperábamos a los demás.
Avancé solo unos pasos lejos del asiento cuando un tipo se me acercó.
—Buenas noches Srta. Victoria –vampiro, de inmediato se vino a mi mente.
—Buenas noches –lo miré tranquila, no quería que se notara que me estaba dando miedo hablar con él. Pude percibir que lucía un poco nervioso.
—Yo…el Sr. Lenardis fue por un trago para usted ¿no? –Asentí sin entender porque estaba tan nervioso – ¿Me permitiría bailar con usted solo una canción?
—Creo que hay muchas chicas aquí como para que me elijas.
—Es que…nunca más tendré esta oportunidad, bailar con nuestra futura gobernadora, por favor, mi nombre es Samuel –dijo estirando su mano hacia mí. La estreché con cuidado… ¿Qué mal iba a hacer bailando con el chico? Se veía de unos veinte, un par de años mayor que yo, físicamente, puede que psicológicamente tenía más de cien años, quien sabe.
—Está bien, pero solo una canción ¿sí? –Me sonrío emocionado y tomó mi mano con cuidado –no movimientos bruscos mira que me puedes quebrar…y Alex sí que se enojaría –aquello lo hizo reír y después asintió. Tuvo más cuidado con mi mano y nos mezclamos entre los demás que estaban bailando.
Diez minutos después estaba con Samuel sin parar, claramente había pasado más de una canción, pero esto era estupendo. Samuel solo bailaba y bailaba sonriéndome, no hacía nada que dudara de seguir bailando con él. Lo que era muy agradable.
—Es increíble bailando –me dijo más fuerte de normal por culpa de la música.
—Y eso que no lo hacía desde hace mucho –no tuve que levantar la voz, sabía que él  podía escuchar lo que decía.
— ¿Cuándo es la unión?...aun no lo sabemos –dijo mas cerca.
—Creo que en quince días más, entenderás que no tengo mucha informaron –él frunció el ceño, sin entender claramente. Supongo que creía que estaba de voluntaria.
— ¿Y por que eso? –ahora yo era la confundida ¿es que no sabía que no tenía mucha opinión en ello? Sus ojos se fueron a mi mano –Oh… ¿aun no ha aceptado el anillo? ¿No lo hará? –miré mi mano, era verdad, le había casi tirado el anillo a Alex por la cabeza. Diablos…tenía que darle una respuesta a este vampiro o podría meter a Alex en problemas.
—Sigo siendo humana por unos días más, no me arriesgaría a perder el anillo más importante de mi vida  ¿no crees? –Samuel cambió su expresión de desconcierto hasta relajarse y sonreír.
—Toda la razón…mi Señora –una inevitable sonrisa se marcó en mis labios.
—Bueno, creo que volveré con Alex, no me gusta dejarlo solo –Samuel asintió.
—La iré a dejar para que no se pierda entre toda estas personas.
—Muchas gracias –tomó mi mano, pero alguien más se adelanto y con un poco de brusquedad atrapó mi mano.
—No creo que eso sea necesario –aquello ronca voz que salió desde mi espalda hizo que me recorriera un escalofrió por la espalda y no era de miedo necesariamente.
—Sr. Lenardis… —dijo Samuel asintiendo, como fiel súbdito. Rodeé los ojos por tal exageración.
— ¿Qué crees que estás haciendo, chico? –Alex lucia enojado, pude notar que algunos vampiros a nuestro alrededor se detuvieron de bailar y quedaron mirando hacia nosotros, tenía que intervenir. Primero por Alex y segundo para que Samuel no saliera mal.
—Solo estábamos bailando –dije tranquila a Alex –mientras tu ibas por mi trago, todo está bien amor –mi corazón latió con fuerza al llamarlo así, pero tenía que llamar la atención de Alex de alguna forma y sí que lo hice, me quedó mirando casi en estado de shock.
—Permiso….fue un gusto Srta. Victoria –le sonreí a Samuel.
—Igualmente, en un futuro nos vemos, adiós –él asintió y luego desapareció entre los demás, pude notar que todos volvieron a bailar.
—Victoria —me llamó Alex, me sentí mal por haber utilizado algo así con él — ¿Tú…? –lo miré y negué. Tomé sus manos e hice que nos fuéramos a un lugar más solitario, cosa que era casi imposible, pero lo logré.
—No tenias para que asustar a Samuel así que solo lo hice para no llamar la atención de los demás –expresión de póker, así se le llama a quienes no demuestran sus emociones, era exactamente la máscara que se puso Alex y de verdad me sentía mal y no tenía idea del porque, solo me sentía así.
—Pues lo lograste, felicitaciones, actuaste como se debía –sentía como si mi corazón se estuviera partiendo, sabía que Alex no estaba así de relajado.
Se soltó de mi agarre y comenzó a avanzar, alejándose de mí, me comencé a desesperar al notar cómo se iba enojado. Por lo que tomé su mano, lo que lo hizo detenerse.
—Vamos —dijo con tono frio. Negué, mientras me acercaba a él y lo rodeaba con mis brazos, él se tensó de inmediato — ¿Qué haces Victoria? –jamás lo había abrazado de esta forma y no pensaba hacerlo jamás, hasta ahora.
—Siento haber utilizado esa palabra para llamar tu atención, no fue correcto aunque políticamente haya estado bien para salvar la situación no lo es jugar con tus sentimientos, lo siento –él tenía sus brazos a los costados sin hacer algún movimiento.
—Victoria —dijo un tanto incómodo.
—Cállate, te estoy abrazando dulcemente, haz lo mismo –sentí como se rió porque tenía mi rostro apoyado en su pecho, después lentamente sentí como sus brazos se movían hacia mí y me abrazaba. Acerco sus labios a mi oído y me susurro.
—Harás que no me teman si sigo así contigo –levanté los hombros.
—No me importa, el respeto se gana haciendo lo correcto, no asustando a los demás.
—Por fin está saliendo la Victoria más madura —busqué su rostro para ver sus ojos, ahora me estaba sonriendo y sin dudas lo que le sucedía a mi corazón había pasado, me sentía tranquila ¿habré sentido todo eso por lo de las almas gemelas?
—Creo que ambos tenemos nuestros dos lados, como el Alex tierno que está ahora –dije sonriendo victoriosa.
—No lo creo –se acercó y sus labios aprisionaron los míos con delicadeza, haciendo que mi corazón saltara de alegría, era sin dudas un beso dulce –Muy bien —dijo separándose tanto de mis labios como de mí, tomó mi mano y nos llevó nuevamente al sofá, donde estaba Elizabeth y Raúl.
— ¿Charlotte no viene? –dije sentándome luego de saludarlos.
—No –dijo sonriendo Raúl.
—Eso es una buena noticia –que alivio no tener que ver a esa vampiro.
—Victoria… —dijo Elizabeth reprobatoriamente.
—No lo puedo negar, cierta persona la invitó aquí antes ¿no Alex? –Él estaba mirando hacia la mesa que tenía varios tragos, en su mayoría de color carmesí — ¿Alex? –no me tomó en cuenta, hasta que un hombro alto y delgado le dio un golpe el hombro. Alex despertó de donde estaba mientras mi expresión se llenaba de pánico al notar lo que ese vampiro le había hecho a Alex.
— ¡Hombre! Que no me puedes hacer eso aquí ¡hay más gente! –dijo Alex…riendo, si, lo hacía y con fuerza, mientras abrazaba a aquel desconocido.
—Él es Marco –dijo Elizabeth cerca de mi oído con un susurro. La mire extrañada, pero no me dieron tiempo de nada.
—Supongo que esta es la afortunada Victoria ¿o me equivoco? –su cabello rubio y desordenado resaltaba dentro de sus ojos oscuros y piel clara como la de Alex, aquel vampiro era muy delgado y unas marcadas ojeras estaban exponiéndolo de una pésima hambruna. Era guapo, sin duda alguna, lucia atractivo con esos pantalones negros, camisa del mismo color y una chaqueta de cuero marrón con varios bolsillos.
—Así es –dije un tanto incómoda.
—No la pongas nerviosa Marco –dijo Alex a su lado, estaba bastante relajado para ser Alex.
—Pues un gusto, eres tan hermosa como Alex me repitió por años –un fuerte empujón vino desde Alex hacia él, haciéndolo reír.
—No hables estupideces —lo regañó, el famoso Marco rodó los ojos y luego se acercó a mí.
—Marco Dangelo  a sus órdenes, mi futura gobernadora –dijo tomando mi mano y dándole un suave beso. Aquel movimiento me puso más nerviosa.
—Ella no necesita nada tuyo, así que aléjate —Alex lo tomó desde la camisa por la espalda y lo levanto alejándolo de mi.
— ¡Tan celoso! –dijo riendo. Dejo su mano en el hombro de Alex, mientras este lo miraba bastante feliz.
— ¿Cómo has estado? –le dijo Alex ahora borrando su sonrisa y mirándolo más preocupado.
—Creo que eres el indicado para saber que esa pregunta no se hace, no sirve de nada mi querido amigo –Marco tenia marcada una sonrisa que ni por si acaso le llegaba a sus ojos, esquivó la mirada de Alex y volvió a concentrarse en mí, para mi mala suerte –espero que este troglodita le esté haciendo pasar un excelente momento.
—Está haciendo todo lo posible, pero se rehúsa a bailar conmigo…lo que más quiero en este momento –Marco miró a Alex, como si no entendiera lo que acaba de decir.
—Eso es imposible ¡Alex siempre…!
— ¡Ey! –lo interrumpió Alex, dándole unas palmadas en la espalda.
— ¿Alex no quiere bailar, Victoria? –dijo Elizabeth, yo asentí.
—Hasta Ezequiel me dijo que no lo hacía nunca.
— ¡Claro que no lo ha visto, si nunca trae a Ezequiel aquí! –miré enarcando una ceja a Alex, al escuchar a Marco.
— ¿Cómo es posible que te considere mi amigo? –Alex miró a Marco.
—Bueno, si él no quiere bailar conmigo, no hay nada más que hacer –mi voz sonó tranquila –tendré que bailar con alguien más ¿no?
—Eso no es necesario –dijo Alex de inmediato, mirándome serio.
—No vine aquí a sentarme para ver como todos lo pasan bien –me defendí.
—Yo opino lo mismo –dijo Marco –Así que bailarás conmigo, al igual como saldrá a la pista Elizabeth y Raúl ¿no, chicos? –estos últimos asintieron y se empezaron a mover para salir del sofá. También me puse de pie y me ubiqué al lado de Marco.
—Muy bien, creo que tú tienes más agallas de bailar conmigo ¿cierto? –Alex miró con rabia a Marco, mientras este sonreía.
—Claro, solo soy un simple súbdito cumpliendo con sus órdenes –tomó mi mano con cuidado y nos dirigimos no muy lejos de Alex, entre las personas a bailar.
— ¿De verdad siempre baila? –le pregunté a Marco que se movía bastante bien.
—Sí, siempre, pero contigo tiene un buen argumento para no hacerlo, solo lo molesto con hacerlo quedar mal al frente tuyo –lo miré por unos segundos, para esperar un argumento –no sé si te lo deba decir –dijo mirando a Alex –muy bien, me convenciste –ahora se reía, este tipo era extrañamente simpático –Tengo claro, que…debe contenerse mucho contigo.
— ¿Y con eso te refieres a?..
—A que… —me miró un poco incómodo, pero no podía entenderle. Miré a Alex y este estaba sentado y casi podía decir que tenía sus ojos entrecerrados como si quisiera saber lo que sucedía aquí –a que no han podido… ¡esto no es para hablarlo entre todas estas personas! –dijo riendo, eso fue lo que bastó para que pudiera entender. Llevé mis manos a mi boca.
— ¡¿Él te ha dicho esas cosas?!
—Es mi amigo, necesita con quien desahogarse…no cuenta nada de detalles, pero sí que está un poco intranquilo cuando esta a tu lado, pero sé que hace lo posible para que no te sientas presionada –me detuve de bailar, eso tenía que ser mentira, de inmediato vino a mi mente lo que pasó hace horas atrás, a él se le dio tan fácil alejarse de mí.
—Sin dudas estas mintiendo –Marco se detuvo de bailar.
—Debes descubrir lo que siente, Alex es muy reservado a penas me cuentas sus cosas a mí, por lo que a veces te dice una cosa cuando siente otra, tu eres muy importante para él, no lo puedes olvidar –se veía tan serio diciéndome eso, como si estuviera esperando esta oportunidad para decirme todo.
— ¿Y por que han parado de bailar? ¿Este pervertido te hizo algo? –miré asombrada a Alex, que miraba reprobatoriamente a Marco.
—Nada, yo soy un caballero, no como tu Alex –ambos se miraron por unos segundos, lo que me puso nerviosa, ya veía que Alex le gritaba algo a Marco.
—Bien, ya estás aquí, baila conmigo –Alex me miró con los ojos abiertos, no sé porque se le hacía tan difícil bailar, en especial conmigo.
— ¡Excelente idea! –Dijo Marco apoyándome y dándole unas palmadas en el hombro a Alex –Suerte –se alejó en menos de un minuto, mientras Alex seguía estático al frente mío.
— ¿Por qué estas así? ya me dijeron que bailas, no te puedes escapar –tomé sus manos. Sus ojos estaban fijos en mí.
—Así está bien —dijo un tanto nervioso cuando lo acerqué.
— ¿Qué te sucede? tú no eres así Alex, no tienes nervios o cosas por el estilo al estar cerca de una mujer –tenia fija mi mirada en la suya, exigiendo una explicación, pero me llamó la atención como la música paso de estar tan rápida a una tan lenta, ambos miramos al DJ y a su lado estaba Marco y nos levantaba ambos dedos pulgares, no pude evitar reír — ¿Ahora si? –Alex me regaló esa sonrisa tan suya y me acercó a él de un movimiento. Dejó sus manos en mi cintura, mientras las mías rodearon su cuello y ambos nos empezábamos a mover de un lado al otro.
—Conseguiste lo que querías ¿no? –me susurró al oído, mandando descargas eléctricas a mi cuerpo.
—No lo que quería, sino lo que me correspondía, claramente quería algo más rápido, pero por lo visto te pones nervioso –encontró mi mirada y sonrió mostrando levemente sus colmillos, no sé cómo se acostumbraba a mantenerlos bajo sus labios para que no los descubrieran los humanos, aunque a mí me encantaba que los mostrara.
—Marco es un pésimo amigo, miente sobre mí, no debes creerle nada –su sonrisa me indicaba que estaba mintiendo.
—No del todo –esquivé su mirada porque casi me estaba derritiendo en sus brazos, por lo que apoyé mi cabeza en su pecho, mientras nos seguíamos moviendo — ¿Qué son esos? –dije mirando hacia arriba, viendo como un millón de pequeñas pelusas de colores caían hacia nosotros. Alex miró hacia arriba y luego gruño.
—Maldito seas Marco –miró para todos los lados — ¡hay demasiados humanos aquí! –en ese momento las pelusas llegaron a nosotros y sentí como arriba sonaba algo y miles de gotas de agua venían a nosotros ¡esto era genial! pero Alex se comenzó a alejar.
—No —dije tomando su mano para que se detuviera, me miró y negó, dando un paso para seguir alejándose de mí, pero lo volví a detener, aferrándome a él –baila conmigo –la canción seguía sonando, lo que encontraba demasiado lindo mientras gotas caían sobre nosotros.
—Esto me va a matar —no sé si fue mi idea o eso le entendí a Alex, pero se quedó ahí, al final me rodeó con sus brazos mientras sentía como se tensaba. Algo volvió a sonar arriba y de un momento la lluvia que había se tornó más fuerte, haciendo que ya no fuera tierna y yo no pudiera bailar con él.
— ¡Vamos! –le dije riendo a Alex, él me tomó de la mano y me llevó a través de esas personas a un lado de la pista. Llegué y me apoyé en la pared, Dios…estaba mojada completamente y llena de pelusas de colores. Segundo después Alex se apoyó en la pared al frente mío, dejándome casi escondida bajo su cuerpo, sentía como su frio aliento llegaba a mi frente, busqué sus ojos y me estaba mirando.
—Así no es fácil controlarse —su voz estaba ronca, mientras me miraba.
— ¿De qué hablas? –apenas salió como un susurro mi voz, tenía a Alex demasiado cerca, lo que estaba haciendo que mi temperatura aumentara notoriamente.
—Te ves tan…sexy, toda mojada, con esas malditas cosas de colores por todo tu cuerpo y tu ropa –pude sentir como su mirada iba de mis ojos a mis labios, haciendo que automáticamente estos se abrieran un poco, como si anticiparan lo que iban a sentir.
—Ya veo que no se te hace muy fácil alejarte de mí –sonreí ante esa idea, ya no me sentía nada de mal al lado de Alex.
—Claro que no —llevó su mano libre a mi mentón y me hizo mirarlo fijamente, pude notar ahora que Alex tenía una ojeras bastante parecidas a las de Marco…quedé pensando unos segundos y saqué la conclusión ¡no se había alimentado! ahí estaba la razón de esas ojeras.
—No te has alimentado –mis ojos se estaban cerrando de a poco, era como si solo me estuviera dejando llevar por Alex.
—No lo he hecho, solo debo salir para encontrar a alguien ya que cierta persona me ha tenido bastante ocupado en casa –mordí mi labio inferior por tenerlo tan cerca, sus labios solo estaban a milímetros de los míos.
—Bien, me hago responsable de eso —dije nerviosa, mientras giraba mi rostro, exponiendo mi cuello. 
—Victoria… —escuché su voz bastante deformada, como si estuviera en un estado de agonía y excitación al mismo tiempo —no juegues con eso –no me giré a verlo.
—No estoy jugando…hazlo –mentiría si dijera que jamás me llamó la atención esto, desde que leí el primer libro de vampiros quería saber de qué se trataba ser mordida por uno, y ahora tenía la oportunidad….además de poder ayudar a Alex y hacer cumplir la promesa que hice la otra vez.
— ¿Es en serio?... ¿harías eso por mí? –lo miré con más coraje, se estaba demorando demasiado y no me quería arrepentir.
—Solo hazlo –Alex sonrió mostrándome sus colmillos que hicieron ponerme más nerviosa. Repentinamente volvió a ejercer presión en mi mentón con su mano y me hizo levantar un poco mi cabeza, dejándome más cerca de sus labios. Acercó su cuerpo al mío, dejándome completamente acorralada y sin previo aviso unió nuestros labios, haciendo que mi cuerpo entero reaccionara al contacto con su lengua.
Llevé mis manos a su tórax, mientras él me besaba con aun más ímpetu, solo quería que nadie me viera así con Alex, no era muy correcto que digamos, pero entre los brazos de él, no era como si me importara demasiado. Cortó el beso para quedarme mirando, solo giré mi rostro de nuevo para darle toda autorización a que hiciera lo que tuviera que hacer.
—Solo dolerá un poco, luego lo olvidarás –una mano quedó tomando mi mentón, mientras que la otra iba a mi hombro. Fue dejando pequeños besos a través de mi cuello, lo que me estaba haciendo que suspirar sonoramente hasta que sentí como sus colmillos tenían contacto con mi piel, llevé de inmediato mi mano a su pecho e hice un puño mi agarre en su camisa, después Alex, al notar que no me había alejado, fue bastante rápido. Traspasó mi piel de un movimiento sacando de mi boca un leve grito, pero no era nada que no pudiera controlar…hasta que sentí como Alex se estaba alimentando de mi sangre, fue como si toda una ola de calor subiera desde mis pies hasta mi cabeza, haciendo que me removiera un poco, tratando de encontrar más contacto con Alex.
—Mmm… —escuchar eso de Alex casi me descontroló aun más, pero me concentré para hacer lo que fuera necesario para llevar mi mano a la de él que acunaba mi mejilla, la tomé y él de inmediato entrelazó sus dedos con los míos, pero yo la llevé hasta mi pecho, lo que hizo levemente gruñir a Alex, pero no se detuvo, comenzó a acariciar esa zona  mientras seguía bebiendo de mi sangre, hasta que mis ojos se comenzaron a cerrar, no quería pero mis parpados se volvieron muy pesado, fue en ese momento donde Alex se alejó, tomándome  de la cintura y teniendo cuidado que no cayera –Dios…eres…eres demasiado dulce, como nadie —dijo Alex apoyando su frente en la mía.
—Eso fue…increíble —dije afirmándome en sus brazos. Sentía completamente mi cuerpo demasiado sensible a cada roce de Alex.
—Creo que es hora de volver a casa —asentí, aferrándome a sus brazos.
—Alex —dije buscando sus labios, él de inmediato encontró los míos y me besó, despacio, amaba esos besos, era como si prolongara cada segundo. Se separó después de unos segundos, delicadamente – ¿alguien nos habrá visto? –su risa llego a mi directo a mi oído.
— ¿Ahora te preocupas por eso? –miré hacia el suelo avergonzada –no te preocupes, que si seguimos así nadie nos notara…y además estamos al lado de la salida de escape, así que vamos –tomo mi cintura y me hizo avanzar mientras abría la puerta. Una brisa de aire llego a mi rostro, haciendo que despertara de donde estuviera.
Con Alex avanzamos hasta llegar a la entrada, lleve mi cabello a mi cuello para que no se notara nada. El auto de Alex ya nos esperaba ahí, me ayudo a subir y me acomode completamente agotada en el asiento.
— ¿Todo  bien? –me pregunto mientras me giraba a verlo, tenía una sonrisa de oreja a oreja, y cero marcas bajo sus ojos.
—Todo muy bien, ahora solo quiero dormir… —dije cansada. Alex paso su mano por mi mejilla dulcemente, lo que me sorprendió, pero no tuve energía alguna para siquiera abrir los ojos. Me quede dormida, sintiendo aun la caricia de Alex.
Esta sí que había sido una salida extraordinaria y completamente perfecta.

3 Lectores:

  1. OMG!!!!
    envidio a vicky.. dios cn un vampiro asi hago y deshago XD
    kajakjakajkaak

    ResponderEliminar
  2. —¿Cómo has estado? –le dijo Alex ahora borrando su sonrisa y mirándolo más preocupado.
    —Creo que eres el indicado para saber que esa pregunta no se hace…no sirve de nada mi querido amigo –Marco tenia marcada una sonrisa que ni por si acaso le llegaba a sus ojos, -

    Marco ... :(
    me da penita ...
    me encanta la relación q tiene con mi Gatito !!





    muy bueno el cap!!
    * Kathy *

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

© Black Butterfly, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena