jueves, 2 de febrero de 2012

L.D - Capitulo 9



Capitulo 9

— ¡¿Dónde vamos?! –sabia que mis ojos tenían que estar brillando de la emoción.
—Está claro que no te lo diré, te puedes ubicar geográficamente, sé que eres bastante astuta, así que no me arriesgaré — ¿me importo su comentario? No, iba a poder salir, Alex no me arruinaría esto.
Él comenzó a caminar y lo seguí en un segundo. No dijimos nada hasta que salimos por la puerta principal, me llamó la atención la cara de preocupación tanto de Javier como de Ezequiel, no me dijeron nada cuando me despedí, pero bueno, no importo. Seguí caminando, hasta ir por el lado izquierdo de la casa y encontrarme con una estupenda avioneta, donde estaba un…si, era un vampiro, lo que era conveniente si es que te proponías viajar a cualquier hora, apoyado en ella.
—Hola… —le dije sonriente cuando nos acercamos. El piloto era mayor que Alex, pero presentía que solo en apariencias. Si Alex fuera astuto, como sé que es, no tendría a vampiros mayores que él, no correría ese riesgo.

—Buenas tardes Srta. Victoria, yo soy Raúl, un gusto conocerla, el Sr. Lenardis habla mucho de usted –él me tendió la mano y la tomé confiada, mienta miraba a Alex, su rostro expresaba que el comentario no le había agradado.
—A alguien tengo que contarle de cómo por arte de magia, ahora tengo dolores de cabeza –Alex se subió a la avioneta sin decir nada más. Mire a aquel vampiro mientras me soltaba de la mano.
— ¿Es eso posible? ¿Los dolores? –Raúl rió y negó. Me llamó la atención que no le siguiera el juego a Alex, no le importó, de seguro era un vampiro de confianza, como Ezequiel, deberían llevar años trabajando para Alex. Me subí a la avioneta, muy emocionada, esta sería mi primera vez sobre una, no tenía idea a dónde íbamos, pero no importaba.
   Los primeros minutos del viaje estaban siendo en silencio, cosa que no me importaba, estaba demasiado emocionada viendo como todo se veía en miniatura, ni siquiera me importaba hacia dónde íbamos, solo que estaba afuera de esa mansión. Amaba esos aparatitos que servían para escuchar al otro.
— ¿Nunca habías viajado en avioneta? –preguntó Alex a mi lado. No le dije nada, solo negué –bueno, creo que soy el encargado de darte tu primera vez en todo…eso me gusta –me gire a ver a Alex, para luego mirar a Raúl que solo iba concentrado en manejar. Le di un golpe con la mano en la brazo, o eso trate de hacer, me detuvo antes de poder hacerlo y me negó serio. ¡Qué desagradable era Alex! Pero no iba a dejar que me arruinara esto.
— ¿Por qué no está Ezequiel y Javier aquí?....ellos te acompañan en los viajes.
—Porque iremos cerca y me puedo cuidar solo…aquí no haya nada peligroso –rodeé los ojos.
—Eres bastante arrogante, no sabes que te puedes encontrar a la vuelta de la esquina –o al a vuelta de tu puerta en tu misma casa  como me paso a mí.
—De todas formas te tengo a ti –lo miré curiosa, no entendía a que se refería –si aparece alguien peligroso te entrego, fácil.
—Eres un asqueroso y cobarde ahora, estas solo ampliando tu lista de adjetivos negativos –me volteé a ver hacia afuera, pero escuché una risa desconocida y noté que era Raúl quien se reía, parecía que había pasado una eternidad que no escuchaba a alguien reír, de esa forma, porque había escuchado a Alex, pero eso…no era lo mismo — ¿Qué sucede? –le pregunté, pude notar que Alex estaba tenso.
—Jamás la entregaría Srta. Victoria…Alex miente –me llamo la atención a como lo llamo.
—Cállate viejo loco –en eso Raúl miró hacia tras serio y movió una palanca haciendo que la avioneta se moviera de un lado a otro, muy rápido. En menos de un segundo estaba tomada del brazo de Alex, quien me miro extraño –no te preocupes, este viejo cree que soy su hijo, daría su vida antes que me pasara algo –mire a Raúl y sonreí, se veía que Alex si podía tener una relación linda con alguien.
—Es verdad…pero siempre hay excepciones.
Me quedé al lado de Alex, no me importó que dijera que era una cobarde por no soltar su brazo, pero no me iba arriesgar a que de nuevo se moviera la avioneta y no tuviera de que apoyarme.
   Llegamos a una ciudad de la cual no conocía, buscaba en todos lados donde podía haber un nombre, pero no había nada. Estábamos en el aeropuerto, que era privado y por lo que noté, era solo de Alex. Había una chica que lo quedo mirando babosa, indicándole cosas que no tome atención. Salimos de ahí y un auto negro estaba esperando. Raúl quedo atrás y vi que ahora había un chofer en el auto.
—No trates de mirar el nombre de la ciudad porque mande a sacar todos los nombres –me quedo boca abierta mirándolo.
—Tú no puedes hacer eso, es imposible, no te permitirían hacerlo –el solo sonrió e hizo un movimiento con su hombro que daba a entender que para él todo era posible.
—Contactos…solo eso te diré –lo mire sorprendida. Estaba sentada al lado de un vampiro que me secuestró y que más encima era un gánster. Miré hacia afuera y mi cerebro hizo un clic, advirtiendo una nueva idea.
— ¿Entonces tenias planeado traerme?...eso de los anuncios debió tomar tiempo –él me miró y no dijo nada, y para su maldita suerte yo tampoco pude decir nada, porque su celular comenzó a sonar y contestó con bastante rapidez. Su expresión cambio de inmediato a escuchar la voz del otro lado, esos cambios de personalidad nunca le pasaban conmigo, siempre con otros. Ahora estaba contento.
—Sí, yo igual estoy feliz que vengas a casa, te estaré esperando, sabes eso –sonrió al escuchar algo que le decían –No, eso es privado, no te lo diré –se veía entre una especie de coqueto y de niño hablando Dios solo sabe con quién –bien, siempre sabes lo que pienso, nos vemos entonces, que viajes bien –cortó y una sonrisa bastante linda se le marcó en los labios. Lo miré y luego esquivé su mirada, no quería saber con quien hablaba ¡no quería!...bien, quizás solo un poco.
— ¿Quién era? –me aventuré a preguntar, Alex me miró y su sonrisa se borró.
—Claramente alguien que no te debería interesar Victoria, entretente con el paisaje –no le respondí nada, como dije antes, Alex no me iba arruinar esto. No le daría importancia a quien fuera la persona que podía leer su mente, aunque con esa sonrisa, podía deducir que era una mujer.
   El chofer, que por lo que vi era humano, estacionó en el centro de la ciudad “Desconocida” y me encantó. Haber estado sin contacto con los de más trajo sus consecuencias ahora, extrañaba la gente, los autos, los negocios, extrañaba estar en una vida normal. Me arrepentía de no haber salido tanto antes, ahora no podía al estar encerrada.
—Ven conmigo –Alex salió del auto, mientras que el chofer abría mi puerta. Ahí note que era humano. Me quede un segundo mirando todo, podía empujar al humano y salir corriendo, Alex no me atraparía porque no podía correr como vampiro entre las personas. Mi corazón latió extrañamente, mientras no descubría que elección tomar.
—Ni lo pienses –sentí como Alex entrelazaba su mano a la mía, lo que hizo que mi corazón latiera demasiado fuerte –ahora aparenta que estas con tu novio… —“aparenta” eso lo dijo muy serio, haciéndome ver qué era lo que sucedía. Debía tener claro que Alex era mi secuestrador, nada más ¿Por qué no podía meter eso en mi cabeza?
El chofer cerró a puerta y entró al auto. Me pregunto qué pensaría al escuchar lo que dijo Alex. Acomodé mi mano en la de Alex y comenzamos a caminar a una tienda de antigüedades, no sé que podíamos comprar aquí, pero no me sorprendía, no es como si fuéramos a ir a un supermercado a comprar cosas para comer.
— ¡Carlos! –se dirigió a un hombre mayor que estaba detrás de un mostrador. La tienda le hacía honor a lo que era, podía sentir el  polvo en todos lados, todo era demasiado…antiguo.
—Sr. Alex –se saludaron de la mano, pero Alex no me soltó en ningún momento, su agarre era firme –señorita  –dijo mirándome, solo le sonreí y mire a otro lado. No era experta saludando a extraños.
—Bien…necesito los candelabros que te pedí hace unas semanas –me preguntaba si él tenía planeado en ese entonces tener a alguien secuestrado. Comencé a observar la tienda, mientras Carlos iba por según yo, los candelabros – ¿estás nerviosa que no saludas? –miré a Alex y me llamó la atención.
—No se me da tan fácil ser tan extrovertida como a ti, que tiene tantos conocidos y puedes cambiar de ser un idiota a ser simpático con los demás –iba a decir algo, pero para mi suerte llego Carlos con un pequeño baúl negro.
—Aquí están –los dejo arriba del mostrador, Alex miro mi mano y me soltó precavido para luego mirar el interior del baúl. Creo que su agarre a mi mano no se diferenciaba mucho a unas esposas. Observo lo que había adentro un poco y luego sonrió satisfecho.
—Son exacto lo que necesito…—tomo el baúl, lo que me indico que estaba libre de su agarre por unos segundos –un gusto hacer negocios contigo Carlos, nos veremos pronto –le sonreí de nuevo al vendedor y me apresuré en salir, Alex iba a mi lado, sin darme un poco de ventaja.
—No se te ocurra hacer una tontería cuando salgamos –asentí de mala gana rodando los ojos mientras nuevamente estábamos en el exterior. Alex metió el baúl en la parte de atrás de automóvil y luego me quedo mirando, sin decir nada unos segundo –Entiendo…que quizás quieras hacer algo en particular ya que estas afuera.
— ¿Estás hablando en serio? –él asintió con indiferencia. Lo pensé un poco, mientras mi corazón latía con fuerza, pero no se me ocurría nada. Alex se apoyó en el automóvil esperando, se veía divino y pude notar que no era la única que pensaba lo mismo, porque un grupo de chicas que pasaron por al lado de nosotros reían coquetamente mientras lo miraban. Las quede mirando feo.
— ¿Por qué esa mirada? –su voz estaba con ese tono que demostraba que le hacía gracia mi actitud.
—Por nada…necesito que me compres algo –estaba segura de su respuesta, pero no perdía nada, me tenía que asegurar.
—No te comprare cigarrillos, eso dalo por hecho, prefiero que compremos los parches de nicotina a tener que sentirte con ese desagradable olor a cigarros.
—Eso es injusto, yo te acepto…tal como eres –sin nada que reprocharle, a parte de su actitud, no podía decir que tenía un mal hábito —Quiero ir a un parque entonces –si, hasta a mi me sorprendió lo que dije. Alex se veía sorprendido –quiero ir y sentarme, mientras cómo un helado.
—Está bien –abrió la puerta del auto y entré de inmediato.
   No nos demoramos nada en llegar a uno y nos bajamos. Alex me ofreció su mano y la tomé, claramente no era una opción. Compramos el helado de crema con chocolate y nos dirigimos a una de las bancas del parque. No había mucha gente, incluso para ser verano y siendo una hora libre para todos.
— ¿Qué piensas? –la voz de Alex me distrajo, me miraba curioso, el agarre a mi mano seguía entre nosotros.
—Que hay muy pocas perso… —me quede hasta ahí, al notar que detrás de Alex, venia una chica tomada de la mano de un chico, su novio, a ella la conocía, alta de cabello negro, de tez trigueña, con ojos verdes; era Camila con su novio para ser específicos, ella había sido mi compañera cuando éramos pequeñas en el colegio, pero se había ido antes de terminar con nosotros los estudios. No tenía la menor idea a donde se había mudado.
— ¿Qué sucede? –Alex se volteó y miro hacia donde venia Camila, pero antes de poder decirle quien era él se acercó a mí y me besó.
El agarre a mi mano seguía ahí, pero con su otra mano hizo que mi rostro se girara más hacia él, mientras sus labios se movían suavemente contra los míos, no me tomo nada responder, no había sentido sus besos desde hace mucho tiempo. Mi mano dejo caer mi helado para ir a tocar su rostro, pero no pude disfrutar de aquello por mucho, porque él se alejo de mí.
— ¿Qué fue eso? –estaba aun abrumada y me tuve que concentrar bastante para poder decir tres palabras. Alex quedo mirando hacia otro lado, viendo como Camila se alejaba. Ahí entendí todo.
—Mejor nos vamos…además has arrojado tu helado –se veía algo extraño.
—Pero… —no me dio tiempo de decir nada, ya que se puso de pie y comenzamos a caminar hacia el auto – ¡no tan rápido! –me resistí a caminar un poco y Alex bajo la velocidad a su caminata.
—No pensé que aquí tendrías conocidos…creo que otra salida está fuera de planes –suspire triste, esto después de todo había sido lindo.
—Me besaste para que no me vieran –concluí mirándolo, esperando una respuesta.
—Claro ¿Qué pensabas? ¿Que había salido de mi muerto corazón para tener una escena romántica?
—Obviamente para ti eso es imposible…no conoces la palabra amor –me miro con una expresión nuevamente desconocida para mí y no dijo nada, supongo que no tenía que, esta vez había ganado.
   Subimos al auto y nadie dijo nada, incluso cuando llegamos al aeropuerto. Subimos a la avioneta y ninguno de los dos habló cuando Raúl preguntó cómo había estado nuestra “cita” claramente siendo irónico. El viaje de regreso no fue mejor, ni una sola palabra de parte de nadie, ni siquiera me fije en el paisaje, fui mirando hacia al frente, pensando en cómo tuve la oportunidad de escapar y no la había aprovechado, eso solo hacía que mi mente se confundiera aun más.
   Bajamos y Alex no me esposó a su mano, me dejo libre mientras se encargaba del famoso baúl con los malditos candelabros. Me dirigí a la puerta principal y Ezequiel con Javier se alegraron de verme de vuelta.
—Regresaste… —la voz de Ezequiel era de alivio, me sorprendió.
—Claro, no es como si tuviera muchas formas de escapar –al hablar me di cuenta que mi humor había bajado bastante. Salude de beso a los chicos y entre sin decir nada más. Fui a ver a Francesca y ahí estaba ella, dando vueltas de un lado a otro.
— ¡Francesca! –me estaba acostumbrando a saludarla más efusivamente de lo que se debería. Ella se volteó y me miro seria.
—Srta. Aquí, encargo –de su bolsillo sacó una hermosa cajetilla y la dejó en la mesa. Fui y la tome con rapidez antes que Alex la viera. Volví a mirar a Francesca y eso hizo que mi emoción por mis cigarros se disipara.
— ¿Qué sucede? –me miraba enojada, bastante para ser Francesca, aunque recién la conocía.
—Usted…John —Oh…no me tomó nada saber lo que había pasado. No iba a sentir lástima por aquello, Alex le había prohibido a John alimentarse de ella por un tiempo, pero eso era lo mejor.
—Ya veo…de seguro me odias por separarte de él ¿no? –ella no me respondió ni si o no.
— ¿Por qué?  —respiré profundamente y decidí que por ahora no era bueno hablar con ella, no quería que me arrojara un sartén por la cabeza.
—Solo te estoy dando tiempo, ve que él solo está jugando contigo, si llega a ti sin querer alimentarse, bueno…fue mi culpa y lo juzgue mal, pero John no es bueno para ti Francesca y no te quiero ver sufriendo con él, siendo que tu eres hermosa…puedes conseguir algo mejor –me quedo mirando, me pregunté si había entendido, pero por su expresión de enojo, creo que si –gracias por esto –le mostré la cajetilla y luego salí de la cocina.
   Corrí a las escaleras para esconder la cajetilla, pero para mi mala suerte, me retuvieron. Metí la cajetilla entre mis shorts, en mi cadera.
—Victoria –Alex estaba al frente mío y quedo pensando unos segundo.
— ¿Si? –demostraba completamente que estaba nerviosa, pero bueno, quizás Alex lo tomaba como que él era el causante, era demasiado egocéntrico.
— ¿Tienes algo que decirme? — ¡diablos! Me había descubierto. Suspire derrotada –un gracias no estaría mal –ahora me confundí ¿de que estábamos hablando?
— ¿Por qué?
—Por dejarte salir…luego del lío que hiciste con John –rodeé los ojos y para salir luego de aquí, se lo concedí.
—Muchas gracias por permitirme tener algo de libertad secuestrador –no deje que dijera nada, subí las escaleras como un rayo, Alex no me interceptó.
Entré y miré la cajetilla, lentamente pasé mis dedos por ella.
 –Como los extrañé –quería fumarme la cajetilla entera de inmediato, pero sabía que sería un error, así que corrí y la escondí en el baño, donde Alex no la pudiera oler, o sea entre unos perfumes que estaban en el mueble. El no se metía ahí, no tenia como averiguar algo.
   Salí y me arrojé contra la cama, feliz, si, se podía decir que me sentía medianamente feliz. Había salido y tenía mi cajetilla de cigarros, las cosas quizás podían empezar a mejorar o eso es lo que pensaba yo.
—Victoria –Alex entro a la habitación a paso lento para luego quedar al frente mío. Lo mire un poco soñolienta –creo que deberías dormir algo porque hoy nos acostaremos muy tarde debido a mis invitadas y ellas…bueno no acostumbran a dormir de noche –me senté en la cama intrigada ¿a qué se refería con eso? ¿Eran como vampiros de los libros? Y lo principal de todo ¿dijo “ellas”?
— ¿Ellas? –ni siquiera tome atención a las otras preguntas que me había hecho dentro de mi mente.
—Si…ellas llegan antes, son dos de mis amigas, te debes comportar –lucia muy correcto al nombrar a sus tales amigas. Me quede analizando todo unos segundos más.
— ¿Y porque tengo que estar presente? –no entendía nada de eso, además me asustaba.
—Simple, porque yo lo digo –esquive la mirada de Alex, tratando de encontrar alguna respuesta a todo esto, creía que cada vez que aparecía Alex, más me complicaba las cosas, porque mi cerebro me inundaba con preguntas que no podía responder –Me encantaría saber qué es lo que estas pensando en este instante, así te descubro si me estás dando mil insultos –rodeé los ojos. Sin dudas este vampiro era uno de los más ególatras del mundo.
—No todo es sobre ti, además dudo que alguna vez tengas la habilidad de saber lo que pienso –una amplia sonrisa salió de sus labios. Sentí como se me iba el color de mis mejillas ¿él podía…leer la mente? Si era así, estaba frita.
—Pronto la tendré, solo te debo convertir, la conexión que hay con tu creador, te permite saber tanto sus pensamientos como él los tuyos, y además si tienes años de práctica…te puedes comunicar con él desde distancias inimaginables –helada, así era como estaba, si Alex me llagaba a convertir perdería todo tipo de privacidad, no podría esconderme entre mis pensamientos –no te lo tomes a mal, luego de un poco de practica los puedes bloquear, creando tu propio espacio…y créeme no toma mucho tiempo –sí, pero quizás esa práctica tomaría millones de años en cumplirse. No dije nada y Alex no se tomo mi respuesta muy bien — ¿Qué estas pensando que no quieres que nadie lo sepa Victoria?
—Nada, nada que a ti te incumba…por lo menos tengo mis pensamientos y esos a ti no te interesan y por ahora no tendrás nunca acceso a ellos –una linda sonrisa se marco en sus labios, haciendo que mi actitud hacia el cambiara.
—Bien, como sea, no ganaras en eso tampoco y descansa, Ezequiel y Javier se han… —se puso un tanto nervioso, esquivando mi mirada. Eso llamo mi atención por completo –ofrecido a prepararte para esta noche.
— ¿A qué te refieres a “prepararme”? ¿Como dijo exactamente Ezequiel? –sabia porque se había puesto nervioso, creo que el tema de la homosexualidad de sus guardaespaldas no era muy fácil de llevar. Alex tenía que venir de una época muy antigua, lo más probable que una relación entre hombres no hubiera ni estado en su imaginación en ese entonces.
—Bueno… —su mirada iba de un lado a otro lado de la habitación, se veía muy tierno –dijo algo de un nuevo look, algo así, no lo escuché mucho, solo le dije que no te dejara como un Troll al final de la noche –al terminar lo que dijo, tenia de nuevo esa actitud arrogante que no me agradaba.
— ¿Un Troll?... ¿crees que necesito un cambio de look? No estoy bien como soy ¿cierto? –solo estaba bromeando con él, quería ver sus reacciones. Alex me miro fijo al escuchar las preguntas.
—Claro que no…estas bien como eres, pero…bueno, Ezequiel insistió mucho.
—Está bien, si quieres que me cambien entera…
— ¡No he dicho eso! –No pude evitar sonreír al verlo — ¿Estás jugando con esto? –No le respondí nada, solo me reí de él –No me agrada cuando me toman el pelo –se dio media vuelta y se fue, mientras yo seguía riendo. Su actitud era muy tierna para ser Alex, preocuparse de que no me sintiera mal, si, a fin de cuentas había sido eso.
   Dormí como me dijo Alex, pero solo fueron un par de horas porque Ezequiel y Javier comenzaron a salir y a entrar de mi habitación. Se veían muy emocionados con esto, pero no me decían palabra alguna, solo noté que estaban convirtiendo la habitación en un salón de belleza. Esto tomaría mucho tiempo.

3 Lectores:

  1. kajakajkajak ver a Alex incomodo no tiene precio xD
    kajakajakjakajk
    no puedo creerlo kienes seran sus supuestas "amigas" espero ke no sean alguna ex de su pasado xq ai si ke va a kedar la grande...
    kajakajkajak pobrecita durmio casi nada para el martirio ke le tokara vivir a manos de Javi y Exequiel... no me lo kiero ni imaginar, con tal ke la djen exa una diosa y ke alex no tenga ojos para otras se dara x bien pagada.. sobre todo si prefiere estar cn ella ke cn sus invitadas :)

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  2. ah! ahora si puedo comentar!!!

    —Esta bien, si quieres que me cambien entera…
    —¡No he dicho eso! –no pude evitar sonreír al verlo —¿Estas jugando con esto? –no le respondí nada, solo me reí de el –
    jajajajoajaoao tierno gatito!!! *-*
    ves !! él es "sutil " jaoajaj ok , es cierto Victoria hace mucho, muchísimo. .. pero tiene q abrir más los ojos!! poner atención en cosas como esas !!
    y Alex ... pes es Alex !!
    oh! una pregunta si IP estaba basada en esta historia ... la secuela también??
    OM y LML ... tendrán similitud ??
    *Kathy*

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  3. Espero y Viky no me decepcione y se este dando cuenta de la sutil manera en que Alex le dice cuanto le importa. A jugar a barbie Viky.

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