jueves, 2 de febrero de 2012

L.D - Capitulo 12



Capitulo 12

— ¿Hola?... ¿ciao? –pregunte recordando como Francesca había hablado en Italiano…de seguro aquí estaba la otra sirvienta de la cual Alex me había hablado, no la había visto en todo este tiempo, creo que era hora de conocerla. Lentamente alguien se incorporo en la cama y vi como apareció… un ángel, así podía describirlo, la chica era hermosa, tenía su cabello rubio, largo y liso, sus ojos azules como el cielo y su piel tan blanca como la de un vampiro, sus ojeras eran lo único que salía de la perfección.
— ¿Hola? –entrecerró los ojos al verme, se veía sorprendida. Su acento era italiano, pero por su saludo podía deducir que hablaba español. Se trato de sentar mejor y volvió a quejarse, era el mismo quejido de antes.

— ¿Estás bien? –me acerqué bastante rápido para mi sorpresa. Ella marco una sonrisa triste en sus labios — ¿Estás bien? –llegue a su cama en un segundo. Una leve risa salió de su boca.
—Eres nueva… —era como si le hubiera costado hablar –eres linda… —no podía articular palabra al verla tan débil –mi… —suspiro cansada –mi nombre es Bianca…es tan agradable ver a otra humana que no sea Francesca –sus ojos brillaban, realmente era agradable a la vista, notaba que era sincera en lo que decía ¡además tenía un rostro muy tierno!
— ¿Qué sucede contigo? ¿Estás enferma? –trato de arreglar su cabello, moviéndolo hacia atrás. Me quede estática, era todo lo que necesite para entender lo que pasaba aquí, solo ese movimiento me mostró lo que sucedía.
—Se alimentan de ti –no pude controlar lo que dije al ver sus marcas en su cuello.
—Si….no es tan terribles como lo ves…noto que tu aun no has sido marcada ¿de quién eres?...es la última noche del año, de seguro habrán muchos invitados, sin duda se pelearan por ti –me quede boca abierta mirándola. No podía articular palabra, me era imposible. Fue como si me hubieran golpeado muy fuerte en mi estómago, incluso sentí ganas de vomitar al ver lo que me esperaba –Oh, no luces nada bien…siéntate –ella trato de alcanzar mi brazo, pero estaba tan débil que no pudo, fui yo quien se sentó, no supe cómo me pude mover.
— ¿Eres solo de uno? –mi voz se quebró al decir eso. Sabiendo su respuesta no pude evitar preguntar.
—Si…el Sr. Lenardis, es bastante mejor que ser de los guardias, Francesca es de ese tal John, no me agrada nada, en cambio el Sr. Lenardis es magnífico, de seguro cuando algún otro vampiro te marque como suya sabrás lo agradable que se siente…el costo es bastante caro, como puedes notar al verme, pero… —tomo algo de aire para sacar fuerza, así podía seguir hablando. La mire atónita —…estoy en lo que se podría decir, tiempo de “vacaciones”…en una recuperación –no dije nada. No podía decir nada para ser específicos. Mis ojos se llenaron de lágrimas, la rabia y el rencor crecían más y más en mí.
— ¿Qué edad tienes? –no tenía idea como podía seguir hablando, pero mis lágrimas no cayeron de mis ojos. Ridículamente ahora tenía un poco de resentimiento hacia Bianca.
—Tengo 18…estoy aquí hace un año –cada palabra que Bianca decía me dejaba aun más asombrada –Y bien…dime ¿alguna idea de quien puedes ser? sé que Lady Elizabeth y Charlotte, que no es nada agradable, están aquí, si conociste a Elizabeth te debe haber encantado, ella es muy agradable con nosotros los humanos.
—Si las conocí, tienes razón –mi voz era como de robot, era como si me hubiese puesto una máscara en el rostro –Dime Bianca, así es tu nombre ¿no? –ella asintió sonriendo. Parecía un ángel caído, me daba pena verla en tan mal estado — ¿Qué te dice Al…el Sr. Lenardis? ¿Te va a convertir? –ella hizo una mueca.
—Bueno al principio no me respondía porque me había traído aquí… —una sonrisa coqueta se marcó en sus labios –pero el poder de seducción en aquel vampiro es extraordinario, si no es porque yo soy suya…tendrías mucha suerte en tenerlo –saqué una sonrisa, manejando mi ira como nunca lo imagine.
—Bianca…ha sido un placer conocerte, vendré a visitarte en otro momento ¿sí?...antes que me lleve algún vampiro –ella amplio su sonrisa al escucharme.
—Por favor, así tengo alguien de mi edad para conversar…un gusto ¿Cómo te llamas?
—Victoria… —me pare de la cama.
—Eres de aquí, eso me sorprende, el Sr. Lenardis acostumbra a traer mujeres de Italia, yo soy de ahí –eso fue otro golpe a mi estomago. Cerré mis ojos un segundo para controlarme.
—Creo que alguien quiere algo más exótico ¿no? –Ella asintió con entusiasmo –bien, nos vemos, come lo que tienes en tu bandeja para que te mejores ¿sí? –mire su bandeja que estaba intacta. Ella asintió de nuevo –nos vemos, adiós.
—Adiós Victoria, un gusto conocerte –di media vuelta y me apresure a salir de ahí. Al cerrar la puerta se me vino el mundo encima.
¿Alex estaba probando la mercancía para mandarme a donde él quisiera con algún vampiro extraño?... ¡mierda! ¿Cómo caí en su juego? ¿Cómo era posible que él tuviera a esa niña en esas condiciones?...ese no podía ser mi futuro, no tengo idea como deje que esto avanzara tan pronto, pero ahora tenía que salir de aquí como fuera y hoy, antes que cayera la noche y con ello viniera “la última noche del año” ahora veía esas palabras desde una perspectiva muy diferente. Era el final de mi año como una simple humana, luego seria de algún vampiro que me drenaría de a poco, engañándome con lo que se sintiera en una mordida de ellos.
Corrí hacia mi habitación, Alex tendría que seguir durmiendo, no había pasado tanto tiempo. Entré con cuidado y estaba en lo correcto, no se movió ni un poco, estaba exhausto. Para mi sorpresa me agrado que tuviera otro estilo de vida y que estar despierto de noche le pesara en estos momentos.
Lo mire con asco, no sé como deje que él me empezara a…agradar. Era hora de escapar y pronto, no sé como permití que esto llegara tan lejos.


   Pasé al baño de inmediato y puse mi plan en acción, no tenía idea cómo pero mi mente planeo todo para tener un escape exitoso, claro…necesitaba mucha suerte en esto y esperaba que alguien allá arriba en el cielo le hiciera honor a mi nombre y saliera de aquí con una limpia victoria.
   Tomé mi maquillaje y comencé a aplicarlo en mi cuello. Había visto muy bien esas heridas, las marcas que deja ser mordida por un vampiro eran horrendas, Francesca y Bianca habían ayudado como evidencia al estar alimentando a vampiros. No me pude tomar mucho tiempo en hacerlas, ya que me arriesgaba a que Alex despertara. Mi cuello quedo horrible, estaba morado como el de las chicas, como si alguien te hubiera tomado una muestra de sangre de una pésima forma y hubiera dejado morado todo alrededor de unas muy “variables” heridas. Trate de hacer la simulación de los orificios, pero no salieron nada bien. Rendida fui al guardarropa y me cambie de atuendo, algo más “sofisticado” a lo que traía puesto. Unos jeans y una camiseta ajustada color azul fueron mis aliados. Zapatillas deportivas y una chaqueta, tendría que protegerme del frío al anochecer. Sabía que iba a estar perdida por horas, Alex había demorado más de cuarenta minutos poder llegar aquí a una velocidad que era impresionante, así que no tenía otra opción, era perderse en hectáreas de césped o era perderse en los colmillos de un vampiro y la ultima realmente no debería ser ni una opción.
Salí de la habitación con el cabello suelto, el nuevo cambio de look ayudaría mucho esta vez. Ni siquiera mire a Alex al escapar de ahí, no lo quería volver a ver en mi vida.   Con sigilo me fui por las escaleras para llegar al primer piso. Ya mi suerte estaba cambiando, Javier y Ezequiel no deberían estar de turno en la entrada, siempre que Alex estaba despierto ellos igual lo estaban, y hoy la fiesta comenzaba de noche, ellos debían estar descansando, realmente ahora ni siquiera sentía algo por dejarlos, ellos me ocultaron la verdad desde un principio, aquí nadie era mi aliado.
Mi objetivo era salir por el lado principal, si alguien quería escapar no sería por la entrada principal. Tomé aire para ocultar el miedo que estaba acumulando, pero solo necesite recordar a Bianca para abrir de golpe.
—Hola chicos… —dije sonriendo. Habían dos vampiros que nunca había visto, eso ayudaba, ellos no me reconocerían. Ambos al verme fruncieron el ceño.
— ¿Qué haces aquí? — ¡bingo!...como lo había notado antes todos por aquí me trataban de usted y estos dos ni les importó si quiera saber mi nombre.
— ¡Vengo a ver como es el lugar! ¡Es una gran mansión! –mi voz era tan relajada que me asusté por lo buena actriz que estaba siendo –esto de verdad es merecedor de vampiros ¿no creen? –ambos se miraron y luego sonrieron.
—Sí que lo es, el Sr. Lenardis es un gran y poderoso vampiro dentro de nuestra especie… —dijo el de la derecha. El otro le dio un golpe en el hombro.
— ¡Claro que lo es!..Si es nuestro gobernador, es como si fuera nuestro…
— ¿Rey? –concluí yo, aun sorprendida por lo que estos dos estaban diciendo. Me quise morder la lengua para no seguir sacando información —Pero…no es muy bueno reteniendo chicas por lo que supe –sonreí y ellos borraron toda muestra de amabilidad en sus expresiones.
—Ese tema no se habla —ambos se veían más afectado por el tema de lo que me pude imaginar, pero ya era mucha pérdida de tiempo.
—Bien…como sea…tengo que recorrer este lugar –se miraron de reojo, pero levantaron los hombros quitándole importancia — ¡excelente! –dije poniendo más emoción de la que se requería. Avance para salir de ahí, pero uno tomo mi hombro izquierdo.
—Tú eres una proveedora ¿no? –así es como se les llama pensé de inmediato. Mi corazón latió de miedo, sabía que ellos podían escuchar. Cerré los ojos un segundo y me voltee a encararlos de nuevo.
— ¡Chicos, chicos!...—me alejé un poco de ellos –saben que esto es más complicado de lo que parece…y bueno, ya me han dado una mordida, aunque no me molestaría hacerlo por ustedes —ambos sonrieron al escucharme –pero debo estar lista para la noche –saben…Raúl pide mucha sangre en poco tiempo –me arriesgué en nombrarlo, pero si no les decía que era de alguien estaba segura que esto no iba a resultar.
— ¿Raúl?...pero si él es el piloto del Sr. Lenardis, nosotros no podemos tener a alguien personal, a menos que la encontremos por si solos…y la mantengamos -El de la derecha me miro curioso.
— ¡Por favor chicos!...saben que Raúl tiene cosas que no debería tener… —ambos se miraron e hicieron una mueca –la vida no es justa, lo siento y hace poco fui mordida ¡miren! –moví solo un poco mi cabello evitando mostrar las malas copias de heridas, pero los cardenales estaban muy bien hechos.
—Wow… —dijo uno haciendo una mueca de dolor –sí que es bruto…claramente la vida no es justa para ti, aun así han cerrado bien, no hay rastro de olor a sangre –levante los hombros quitándole importancia –mejor ve a distraerte un poco…pásalo bien –me voltee de inmediato con una sonrisa, la cual se borro al darle las espalda. Avance rápido, pero el otro que se mantuvo un poco más callado llego a mi lado.
—Espera… —dijo tranquilo — ¿sabes? por el lado izquierdo de la casa hay unos pequeños carritos, este lugar es gigante, el Sr. Lenardis juega golf con sus amigos, así que lo puedes recorrer en alguno de ellos…así no te cansas más de lo debido –si no supiera que estos vampiros hacían las cosas que sabía, hubiera suspirado por la amabilidad de este chico, que no pasaba de los veinte, era demasiado joven.
—Muchas gracias bombón, quizás nos podemos ver por ahí sin que Raúl se dé cuenta ¿no? –él sonrió ampliamente. Juro que si hubiera sido humano sus mejillas estarían sonrojadas.
Desapareció con una sonrisa y yo me dirigí a donde él me había dicho. Me apresure en caminar al perderlos de vista. No me tomo mucho tiempo encontrar los carritos, eso me daría bastante ventaja, había cuatro de ellos y ningún vampiro cerca. Me subí a uno que tenia la llave puesta, en realidad todos lo tenían. Esto iba a ser difícil, no sabía manejar.
Prendí el motor y presione algo abajo que me dejo ahí mismo, lo volví a hacer con el otro, pero tampoco pude ¡no sabía cómo manejar esto!
—Disculpe ¿Qué  hace aquí? –me quede helada al notar que un vampiro estaba al frente mío ¿Esta cosa estaba llena de ellos?
—Solo tratando de manejar esta basura –lo mire muy segura. Tampoco lo reconocía, suspire de alivio, pero eso él lo interpretó como agotamiento.
—Tus marcas… —me cubrí “avergonzada” con mi cabello –oh tranquila, mira, yo te enseño, si quieres te puedo servir de chofer.
—Creo que solo necesito un tiempo sola…es un mal momento —dije con voz de víctima.
—Ya me lo imagino –dijo mirando mi cuello de nuevo –bien, mira, este es el acelerador –me indico con el dedo –y este el freno, estos carritos son muy simples, pero debes presionar fuerte, ahí estaba tu error, están hecho para fuerza de vampiro, varios se han roto por lo mismo –sonreí al ver su amabilidad –y luego el volante y listo…a ver prueba –dijo mientras se alejaba del carrito. Hice lo que me dijo y funcionó a la perfección.
 Avance y mire hacia atrás, aquel vampiro desconocido me sonreía, parecía orgulloso del producto de su enseñanza. Mire hacia adelante para ver por dónde iba, claramente ahora veía el motivo de tanto jardín trasero si Alex ocupada esto de campo de golf. Volví a mirar atrás, pero el vampiro ya no estaba.
Comencé a manejar a través de los jardines, no vi ningún vampiro, quizás estaban descansando o algo por el estilo debido la gran fiesta de hoy. Sin duda hoy era mi día de suerte.
No paré en ningún momento, solo manejé en línea recta, ni siquiera podía pensar en algo, solo miraba hacia el frente y nada más, agradecía que estuviera de día para así poder ver todo a mí alrededor y no chocar con alguna pileta o algo así.
Me tomó como unos veinte minutos poder salir de los jardines y llegar a la línea recta del césped, solo seguí y seguí, nada parecía que me haría parar, aun tenía mi estomago revuelto por los nervios, pero todo lucia bien. Incluso cuando mire hacia atrás no vi a nadie que me hiciera pensar en que esto no funcionaria.
Si que era astuta, esto estaba siendo una victoria limpia y me agradaba, pero luego de unos minutos mi mente trajo a flote todo lo que había pasado en menos de dos horas. No podía creer aún que Alex estuviera haciendo todo esto, solo un juego, me estaba mintiendo exactamente como lo hacía John con Francesca, sin dudas yo no tenía ninguna ilusión en convertirme en un vampiro y tener que beber sangre, pero estaba siendo engañada de la misma forma que critiqué a Francesca, pensando que jamás podría estar en su lugar.
Gracias al cielo que había encontrado a Bianca, ella de verdad parecía un ángel caído con todas sus heridas, lucia tan enferma. Alex había traspasado todo límite que me pude imaginar, pero eso solo ayudó a que yo ahora estuviera aquí, afuera de ese lugar y escapando de su lado, ser más despreciable y malévolo que pude haber llegado a conocer.

Esto parecía ser interminable, no estaba llegando a ningún lugar, solo estaba viendo césped y más césped, ya había pasado más de una hora, agradecía mi taller en el colegio relacionado con naturaleza o no hubiera podido saber la hora por el sol. No veía nada conocido, mi paciencia se estaba acabando, lo único que me animaba era que iba cómoda en el carrito y que me alejaba cada minuto de Alex. Estaba observando a todos lados por si veía una casa o alguna carretera, pero no era más que campo y más campo ¿Cuánto se había demorado realmente Alex en llegar a la mansión desde la ciudad?....esto no lucia bien y menos cuando mi querido carrito por arte de magia comenzó a botar humo del motor.
Paré bruscamente, levantando polvo. Abrí el capo del carrito, no sé para qué hice eso si no era ninguna experta en mecánica. Mire a todos lados sintiendo como el calor me estaba matando, no sé cuantos grados hacían, pero parecía como si el sol estuviera lanzando rayos que se concentraban solo en mí. Luego de agudizar mi vista note que a un par de metros había un portón, lucia de alambres.
Mis ojos se fueron del carrito al cerco y del cerco al carrito ¿cuán alto seria el cerco para saltarlo? Rendida comencé a empujar el carrito desde atrás, era bastante pesado, pero me lo podía, con todas mis fuerza. Me tomo de nuevo más de lo pensado llegar al maldito cerco, por fin, completamente sudada llegue a él, note que estaba electrificado…esto no podía estar bien, ni con la ayuda del carrito saldría ilesa, pero al ver hacia ambos extremos solo podía ver kilómetros de cerco, noté que mi mejor opción era dar un muy buen salto desde el carrito al otro lado. Eso sería maravilloso de ver con mi cero habilidad gimnasta.
   Acerqué el carrito lo más que pude al cerco y me subí con cuidado a él, no sé cómo me soporto siendo que el techo no era para nada duro y grueso. Nuevamente miré para todos lados, para ver otra opción, pero nada, ni siquiera un árbol cerca para treparlo y saltar, así que me di ánimos pensando que cada vez estaba más lejos de Alex. Respiré hondo concentrándome como veía antes que lo hacían en los juegos olímpicos y luego miré los alambres que iban en círculos bastante grandes con púas. Dios…esto iba a doler, solo tenía que contar y saltar.
 Tres, dos, uno, y listo, nada más que eso  ¡yo lo podía hacer!...si había llegado hasta aquí, nada más me pasaría, incluso en la caída de más de dos metros que me esperaba.

Era ya la séptima vez que estaba flexionando mis piernas para poder saltar, pero no podía, me daba miedo, era algo relacionado con sobrevivencia que no me permitía saltar. Cerré mis ojos tratando de concentrarme de nuevo y solo se vino a mi mente los ojos de Alex, anoche, cuando me miró tan tierno y dijo algo que no tuve idea que fue, pero presentía que era lindo ¡pero luego venia la imagen de Bianca, toda débil y herida!...quizás le dijo lo mismo que a mí. Bien, solo ese pensamiento hizo que llegara a mí el valor que faltaba.
Flexione mis piernas por octava vez, respiré profundo y con todo el impulso que pude tomar salté ¡salté el cerco electrocutado que me podía matar!...y lo que vino después no fue muy distinto a eso.
Estaba tendida en el suelo, mientras mis manos se hacían un puño en la tierra por el dolor en mi espalda, esto se sentía horrible, ni siquiera podía llorar porque me dolía más. La caída había sido fatal, pero la leve corriente eléctrica que pasó por mi cuerpo no ayudó en nada. Ni una sola palabra salía de mi cuerpo, el cual también tenía leves convulsiones…esto había salido peor que quedarme con Alex, por lo menos Bianca tenía un computador, televisión en su cama y le iban a dejar almuerzo en su cama…ahora parecía que estar siendo drenada no era nada comparado con el dolor en mi cuerpo.
Moví mi pierna un poco, pero eso no ayudó en nada, sino que lo empeoró todo porque una ola de dolor recorrió mi cuerpo hasta que hizo que mi cabeza doliera, haciendo que mis ojos rodaran y me desmayara en ese mismo momento.

3 Lectores:

  1. puxa la niñita cn mala suerte pobrecita... se saco la ctm!!!
    xD
    kajakajakajkjak
    el wn del alex es un verdadero manipulador y mentiroso mas encima es ke cm es posible ke le aya mentido asi a vicky sabiendo ke tenia escondida a bianca en otro lugar de la casa... no me lo creo.. despues de todo me desiluciono.. u.u
    y yo ke me abia encariñado cn el MIERDA!
    u.u

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  2. CSM!!
    como odie este cap!! odia a es Bianca odie a Elizabeth y a Alex (aunq presentia q no podia ser cierto o eso qeria creer) odie a todo el mundo y decie con todas mis fuerzas q Victoria saliera de ahí!! esta tan nerviosa (la primera ves crei q almenos había pasado la cerca eléctrica ... pero no, ahora cuando leeo me río )

    ** intento imaginarme a esta niña(la de la foto) como victoria . pero sólo me recuerda a la película del Aro jajajo ahi estaba un poco rubia no?? xD

    **Kathy **

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  3. Espero cayera del otro lado, y no la culpo por asustarse, pero hay que ser consientes de que Ale necesita alimentarse y que Viky está ahí por otro motivo.

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