jueves, 2 de febrero de 2012

L.D - Capitulo 6




CAPITULO 6

Más de una hora estuve en la ducha, la cual era con agua fría, el beso de Alex me había dejado bastante intranquila y amaba que fuera verano para poder bajar las alzas de temperatura. Me sequé el cabello y me vestí, con la ropa de hace un par de horas. Tomé coraje y me animé a salir del baño, no había nadie en la habitación, suspiré contenta, quizás Alex se había ido a algo sobre sus extraños negocios.
Bajé las escaleras y fui rápidamente a la cocina pasando por la puerta principal casi corriendo, no quería contarle esto a los chicos, me daba vergüenza, había cedido… ¡y de qué manera!

Entré a la cocina y busqué algo que comer, tenía hambre debido a nadar tanto tiempo. Encontré frutas por lo que comí una manzana, mientras me iba a la sala y me quedaba sentada ahí, pensando y pensando en lo que había pasado. Jesús…ese sí que había sido un beso impresionante, aun sentía las manos de Alex en mis manos, en mis muslos y en mi espalda. Cerré mis ojos inconscientemente recordando ese beso…estaba en un grave problema, ya no podría volver a dormir a su lado, tendría que decirle que se fuera de la habitación, aunque dudo que lo haga, pero ese no es su lugar, ahí solo hay cosas que son “mías”. La otra opción sería dormir en el suelo, si, era mejor que estar a su lado, caería demasiado fácil, si Alex no hubiera dicho “Esta bien” cuando le pedí que no siguiera creo que ahora estaríamos todavía arriba ¡y quizás hasta estaría siendo convertida! ¿Cómo dejé que él avanzara tanto?
— ¿Ahora seguirás arrancando de mí? –Alex se sentó en el sofá de al frente, elegantemente, mientras sonreía.
—No estoy arrancando de ti… —le di otro mordisco a mi manzana. El me quedó mirando sin decir nada y yo me quede hipnotizada por su mirada que estaba siendo más seductora de lo usual, después solo suspiró audiblemente.
—Creo que por tu respuesta allá arriba has entendido que no saldrás de aquí –bien, que lo haya besado de vuelta no significaba una respuesta a lo que me dijo, solo que ya no me pude resistir más, pero igual entendí su punto, lo que quiero decir que si me hubiera besado así, ayer u hoy, le hubiera respondido de todas formas.
—No y si –respondí dándole otro mordisco a mi manzana, él entrecerró los ojos al verme, note que estaba confundido –lo que hice arriba solo fue por mis hormonas…solo eso, tengo 18, soy humana, pero aun así tienes razón, nunca volveré a tener mi vida.
— ¿Solo tus hormonas? –asentí mientras nuevamente mordía mi manzana –Oohh…ya veo, lo bueno de todo esto es que has entendido lo que sucede –asentí — ¡Excelente!...eso quiere decir que aceptas mis reglas, si es así, te debí besar antes –mi expresión era seria, ni siquiera me enojé, era más como una cara de póker, de todas formas ya había vendido mi alma al diablo.
—Si…pero no estoy todavía preparada para eso —le di otro mordisco a mi manzana.
—Entendible… —su voz había cambiado y de un momento a otro desapareció de mi vista, para luego verlo a mi lado en el sofá –no sigas comiendo la manzana ahora por favor — ¿Qué? ¿Me había dicho por favor?
— ¿Por qué?
—Solo no lo hagas –me levanté de hombros y solo le di una última mordida para luego dejarla de lado. Mire a Alex y su mordida era tensa.
— ¿Qué tienes con la manzana?
—Solo no lo hagas…—sus ojos estaban negro, más de lo común, sus labios estaban entre abiertos y su expresión era seria.
—Bien, a sus órdenes ¿algo más que anotar en la lista aparte de no comer al frente tuyo?
—No, nada mas…ahora solo te aviso que no estaré aquí durante tres días, tengo que hacer un viaje y me llevo a Ezequiel y Javier conmigo –mi estómago se revolvió un poco, ahora sí que estaría sola, sola y más sola.
— ¿A dónde? –mi voz hizo que notara mi molestia.
—A Italia…los chicos dijeron que te hacía falta algo de tecnología, así que toma –llegó y lanzó un artefacto hacia mí, el cual ágilmente lo tome. Era un Ipod –no trates nada raro, pues solo puedes escuchar música.
—Si es que aprendo a ocuparlo…está bien, gracias –dije mirando que no sabría cómo manejarlo, además esperaba que cuando lo hiciera solo hubiera una canción de mi gusto.
—Muy bien, estoy corto de tiempo…me iré –se puso de pie, avanzó un poco y me quedó mirando. Me levanté de hombros.
—Que te vaya bien…cuídate –bien, de todas formas me preocupaba que algún motín de vampiros le hiciera daño ¿si me preguntan por qué?...no tengo la menor idea.
—Ehhh…Victoria ven –dijo serio, lo miré y me pare de mala gana, siendo que él se movía más rápido.
— ¿Qué? –mi voz era desagradable y lo quede mirando con la misma actitud.
—Despídete como se debe –dijo rápidamente y lo quede mirando confundida.
— ¿A qué te refieres? –él no me respondió y solo me quedo mirando por unos segundo para saber a qué se refería.
—No… —ahora me puse roja como un semáforo, mientras él seguía esperando.
— ¿Ahora te avergüenzas?...hazlo pronto el piloto me está esperando –me mordí el labio inferior nerviosa y luego busque su mirada mientras que el corazón me latía con fuerza.
—Solo no mires y cállate –él rodó los ojos y los cerro. Tome su brazo e hice que se moviera, me quedaba muy alto, así que llegamos cerca del sofá, él no abrió los ojos –bien –me subí al sofá y quede en mejor posición.
— ¿Sabes cuánto vale el sofá donde estas cómodamente parada? –dijo mientras mantenía los ojos cerrados.
— ¡Silencio o no lo haré! –él se quedo callado y luego me arme de valor. Bien, no lo vería en tres días y muy a mi pesar, quería sentir sus labios de nuevo así que lo hice.
Llevé mi mano a su cuello, mientras lo acercaba a mí, tenía una perfecta expresión de nada, indiferente como siempre, ordene con la otra mano un mechón de su cabello que estaba desordenado en su frente y me acerque lentamente a sus labios hasta que lo bese con suavidad, él no respondió, hasta que enrede mis manos en su cabello y Alex llevo sus manos a mi cintura, sus labios se movían contra los míos como me estaba empezando a encantar,  pero antes que él tomara control me separe de él y eleve mis hombros con indiferencia.
—Sin dudas las manzanas tienen mejor sabor en tus labios –hice todo para controlarme.
—Que te vaya bien –mi tono era indiferente, no quería que él supiera cuando me estaban empezando a gustar sus labios.
—Ciao Vittoria –su acento casi hizo que me derritiera ahí mismo. Soltó mi cintura y se comenzó a alejar — ¡no olvides que te leo completamente y te vuelves loca con mis besos! –grito antes de salir. Marque una sonrisa al escucharlo. Dios, estaba enferma.
   Bien, solo costaron tres horas y media para saber manejar el famoso ipod y pude meterme a donde estaba la música, comencé a ver la lista y ¡estaban todos los grupos que me encantaban! Coldplay, Radiohead, Keane, Band of Horses, era simplemente perfecto. Me quede recostada en el sofá mientras cantaba a todo pulmón mis canciones favoritas y solo fui interrumpida cuando Francesca me trajo una bandeja con la cena, lo que agradecí un montón, y claro, ella luego se fue sonriendo, no era como si yo tuviera una hermosa voz. Comí bastante alegre de tener la casa para mi sola y que no iba a ser sorprendida por ningún vampiro, también ¡iba a dormir sola!...esa cama, completamente para mí, eso me hacía muy feliz y sin dudas…el Ipod había tenido su efecto en mi humor, todo gracias a Javier y Ezequiel.
   Después de haber comido, saltado por la casa cantando y haber corrido por cada lugar sin ningún preocupación, cansada me fui a la habitación y me puse mi pijama, estaba recién oscureciendo pero estaba agotada, había nadado mucho…y luego, bueno, estaba cansada. Me leve los dientes y me fui directo a la cama aun con los audífonos puestos, era hora de dormir con música, así me quedaba más tranquila y me dormía más rápido, pero al arrojarme en la cama noté que había una caja color rojo oscuro, que apropiado, había una nota encima, la tomé con rapidez.
“Victoria:
No trates de hacer nada con él, no puedes, no soy estúpido. Quiero que lo traigas siempre a tu lado, en cada momento y si necesitas algo solo marca el número que está guardado ahí, es el mío. Ahora deja de perder el tiempo y duerme ya que luego que seas mía, no lo harás con frecuencia.
Con aprecio
Alex”
Deje la nota de lado, recordando lo idiota que era Alex con esa parte de que no iba a dormir mucho cuando fuera suya…Idiota, de todas formas sonreí. Guardé la nota donde tenía las demás, me puse de pie en la cama y la metí entre un espacio que había arriba en el dosel de la cama, aun no descubría su uso, pero ahí guardaba las notas. Abrí la caja con rapidez y vi un hermoso artefacto….que no tenía ni un solo botón, como milagro lo prendí y encontré el numero guardado como “Tu Dios” y me arme de valor para apretarlo.
Comenzó a llamar en un segundo ¡diablos!...traté de marcar todas las opciones para cortar, pero no pasó ni un segundo cuando el celular empezó a sonar con una melodía bastante linda, miré el numero y estaba llamando “Tu Dios” maldito arrogante. Le apreté el botón de contestar y lentamente me lo lleve al oído.
— ¿Hola? –dije nerviosa.
—Supongo que estás jugando con el aparatito, espero que no lo trates mal…por si acaso vibra, te puede servir cuando te sientas sola –ya me podía imaginar su expresión al decir eso.
—Eres un asqueroso…
—De todas formas te gusta este asqueroso –rodeé lo ojos.
—Bien…me iré a dormir como han sido tus órdenes, salúdame a Ezequiel y Javier.
— ¿Por qué tengo que hacer eso? –Su voz era ruda –no lo haré.
—Da lo mismo, tienen que estar cerca y escucharon de todas maneras –desde ahí pude escuchar las risas de los chicos.
— ¡Silencio! –no hubo ni un ruido luego de que Alex gritara.
—Que melodramático…espero con todo mi corazón que el avión no se caiga y justo te pase algo –hubo un silencio de su parte.
—Duerme –su voz fue indiferente, no como había sido hasta hora
—Estás sensible…no lo digo en serio, Ezequiel y Javier me caen bien, no quiero que se caiga el avión.
—Adiós…
—Que estés bien  —lo último me salió tan natural. Alex colgó.
Dejé el celular en la mesa de noche y luego me recosté en medio de la cama, estaba de tal manera que trataba de abarcar toda la cama y luego lentamente mis ojos se fueron cerrando, mientras que todavía sentía las manos de Alex en mi cuerpo….esto estaba muy mal, pero aun así me dormí con una sonrisa en los labios.
   Me desperté cerca del mediodía, de un salto fui al baño y me cambié a un bikini negro, tomé una toalla y fui corriendo a la piscina, el sol estaba arriba y los rayos del sol daban directo sobre agua. De un salto me sumergí y comencé a nadar, esto realmente era relajante, estuve aproximadamente unos treinta minutos en el agua, me encanta y era saludable. Después me fui a dar una ducha y elegí ponerme un  vestido y ni siquiera me puse alguna sandalia. Fui a la cocina y Francesca estaba ahí sonriendo.
— ¡Ciao! –dije alegre, ella me sonrió y me saludo igual. Arreglo un poco la cocina y comí con su compañía, aunque ella se movía de un lado a otro. Tomé mi desayuno/almuerzo bastante nerviosa por ver tanto movimiento, pero me dio la oportunidad de ver mejor a Francesca. Estaba con su uniforme gris, con un delantal blanco, se veía adorable. Llevaba el pelo tomado y ahí algo me llamó la atención — ¿Francesca? –ella se volteó curiosa. Rezaba porque me entendiera — ¿Qué es eso? –dije apuntando a su cuello. Ella sonrió avergonzada y se puso colorada. Había dos marcas en su cuello, lo que hizo que me saltara el corazón.
—Vampiro –su acento tan marcado y su tono de ingenuidad hicieron que me pusiera helada ¿ella sabía todo?
— ¿Alex te hizo eso? –Ella negó, debo decir que eso hizo que me relajara, no tengo idea el porqué –guardia –su voz se entristeció y llevó una mano a su corazón.
—Oh ¿estás enamorada de uno de ellos? –ella asintió –pero… ¿se alimenta de ti? –Hizo una mueca y luego asintió otra vez –eso es muy triste ¿piensa convertirte? –Ella levantó los hombros, supongo que no tendría idea de cuales serian sus planes a futuro — ¿Cómo se llama?
—John —ese nombre no era de estos lados.
— ¿Ingles? –ella negó.
—Yanqui.
—Oh… norteamericano –me quedé callada y ella siguió con todo, pero mantuve la duda — ¿Alex sabe esto? –Ella se volteo y asintió –Francesca, recuérdame enseñarte a hablar español, lo necesito –ella río alegre y luego asintió otra vez. Terminé mi comida y traté de ayudar a Francesca pero no me dejó, así que me aleje otra vez y fui a la sala y me quede mirando a todos lados, sin saber qué hacer, no me quería ni asomar a la puerta para ver que guardias estaban, pero me distraje de eso cuando el teléfono sonó, miré y había uno a mi lado ¿Cómo no lo vi antes? Esperé unos minutos y no quise contestar, no sabía con quien me podía encontrar al otro lado de la línea, pero al ver a Francesca apareciendo con un teléfono inalámbrico supe quien era, asentí a Francesca y tomé el teléfono.
— ¿Hola? –aun estaba nerviosa.
— ¿Por qué tienes ese tono? –la voz de Alex era tan clara como si lo tuviera aquí al lado.
—No sé…—me relaje un poco, cada vez esto era peor, me alivie al escucharlo.
—Bien ¿Qué parte de llevar el teléfono que te deje por todos lados no entendiste? –se escuchaba un poquito alterado.
—Bueno, no tengo bolsillos –me enojé por su tono.
— ¿Andas desnuda? –ya podía ver su sonrisa marcada.
— ¡Deja de ser tan pervertido!
—Me es inevitable contigo…ahora recuerda, el teléfono siempre a tu lado.
—Está bien –dije de mala gana, pero recordé algo para aprovechar su llamada –Alex ¿tienes un guardia llamado John?
—Así es ¿Por qué? ¿Qué hiciste? –me sorprendieron sus preguntas, pero era algo obvio, para conocer a algún guardia tenía que estar haciendo algo indebido.
—No, nada…hablé con Francesca.
—Oh si, él está con ella y se alimenta también de Francesca, a ella le gusta.
— ¡Alex! ¿Pero planea convertirla? –casi escuché una risa del otro lado del teléfono.
—Claro que no…eso es más complicado de lo que piensas.
— ¿Y se puede alimentar de ella sin herirla?
—Así es ¿quieres probar cuando llegue? — ¡no podía ser tan pervertido!
—No…le voy a pedir a John que lo haga –hubo un silencio de su parte –Idiota.
—Sabia que mentías, pero si, se puede… ¿y qué pasa con eso?
—Él está jugando con ella.
— ¿Y?...es solo una humana –ahora fue mi turno quedarme en silencio –Dios…las mujeres son tan complicadas, no te lo tomes personal, yo no te estoy engañando, te voy a convertir, pero no puedo obligar a John hacerlo.
— ¡Él está jugando con ella Alex!...ella trabaja para ti.
—Lo sé, ambos lo hacen, son sus problemas, no míos.
— ¡Eres un maldito gusano!
— ¿Ya empezamos con los insultos de nuevo? lamento no estar ahí para hacerte callar solo como solo yo sé –mi corazón se aceleró ante la idea.
— ¡Además eres un mentiroso! –Dije sin tomar en cuenta lo que me dijo –ella sabe que eres un vampiro ¿Por qué dijiste lo contrario?
—Para ver si podía confiar en ti, aun no lo hago, pero por lo menos no me fuiste a delatar a Francesca.
—Idiota… —dije luego de unos segundos –Que te vaya bien.
— ¿Me extrañarás? –me quedé en silencio ¿Qué le pasaba ahora?
—Adiós Alex.
—Ciao –y corté de un golpe.
Me puse de pie, enojada ¿Cómo Alex podía ser tan insensible con Francesca? Presentía que ella llevaba años junto a él trabajando, aunque no pasaba de los treinta. Me fui a la habitación y tomé el teléfono, lo presioné un poco y casi me tuve que sentar en la cama….había, una llamada perdida ¿tanto escándalo de parte de Alex por nada?
Llevé el ipod junto con el celular y me fui escuchando música mientras recorría la casa, para ver si había algo entretenido, pero cada vez que abría una puerta o llegaba a una sala, no había muchas cosas con que entretenerme, eso pasó por media hora de recorrido, hasta que llegué a otra puerta y la abrí lentamente al igual que con las otras, temía encontrarme con cosas raras, como grupo de mujeres en el suelo, con marcas en sus cuellos o cosas que había leído antes, pero nada de nada, era la mansión de un vampiro más aburrida que podía existir….hasta que abrí esta puerta.
   Me quedé boca abierta mirando lo que había en su interior, había un escritorio hermoso de madera, atrás de este había dos ventanales gigantes, mientras que todo lo demás eran….libros, libros y más libros. Corrí adentro y vi que todas las paredes estaban llenas de ellos, debía haber cientos, quizás ¡hasta un millón! ¡Y estaban clasificados por tema!...no lo podía creer, esto era demasiado para mí.
—Dios santo… —salió de mi boca, asombrada comencé a ver las clasificaciones, cosa que no era para nada profesional, Alex las había hecho, habían cosas como “Interesante, pero aburrido” “Para pasarlo bien” “Porno” y muchas más, pero la que me llamó la atención fueron dos “Yo” y “Estupideces”, del primero saqué un libro, que era más como un cuaderno y se titulaba solo con un “1715” lo abrí y noté que era de Alex, él lo había escrito. Comencé a leer.
-“Otro año nuevo y estoy sin ella….se fue hace un par de meses y mis informantes han dicho que ha muerto…ya no se qué hacer” –mi voz salió como un susurro ¿de verdad serian estos diarios de vida de Alex? Rápidamente lo guardé y saque otro, mas actualizado del 1951, lo abrí al azar  –“Ya no se qué hacer para retenerla, Vanesa se ha ido, cada vez dura menos a mi lado” –lo cerré de golpe y lo guardé donde estaba. Miré el estante y noté que eran demasiado ¿Cuántas mujeres habrá tenido?...no pude evitar sentir un poco celos, él escribía como si fuera alguien sensible y preocupado, pero mis pensamientos no pudieron seguir por culpa de que “Mi Dios” estaba haciendo que mi celular vibrara.
— ¿Qué sucede? –dije enojada.
— ¿Dónde estás? –sonaba preocupado.
— ¿Cómo que donde estoy? ¿Crees que pude escapar de tus guardias?
—Sé que sigues en la casa, dime en que parte.
—En tu biblioteca.
— ¡Sal de ahí!...eso es privado —miré el teléfono con ganas de romperlo.
—Puedo notar que lo es ¡bastante! –me sorprendí por mi tono de voz.
—Sal de ahí Victoria, te lo ordeno…
— ¡Que miedo! –Dije irónica — ¿Qué harás?....no puedes hacer nada.
— ¡No me tientes! –su voz era furia pura.
— ¡Vete al diablo Alex!...o perdón, mejor dicho ¡Alexander Lenardis! –lo llamé a como estaban nombrados los cuadernos. Presioné el teléfono donde fuera y corté.
El teléfono volvió a sonar a los segundos, pero no contesté y luego lo apagué. Me senté en uno de los sofás que había ahí, no quería volver a leer algo relacionado con esos cuadernos. Apuesto que tenia cientos de mujeres en sus años, maldito bastardo, ahora sí que se habían acabado las esperanzas…si, quizás tuve la idea de estar a su lado, no era tan irreal, viendo que no tenía otra escapatoria, pero ahora no, ¡ahora sí que no!
   Salí de esa biblioteca y tomé un libro de la clasificación “Estupideces” ahí habían libros de vampiros, por lo menos vampiros que me gustaban, no como el que tenía en casa, que era arrogante, asqueroso, pervertido, sádico ¡e hipócrita!....era dulce con las demás, ya podía verlo todo patoso y cariñoso con otras mujeres, bueno, yo no iba a ser una más de su lista, mejor muerta antes que eso.
   Entre a la habitación y cerré las cortinas, hora la de “autocompasión”. Prendí la lámpara de mi mesita de noche y me puse pijama, no volvería a salir de ahí. Abrí el libro y comencé a leer, estuve así unos momentos, hasta que entró Francesca corriendo con un teléfono en las manos.
— ¡Sr. Lenardis! –gesticuló con las manos, quizás como estaba de enojado puso nerviosa a Francesca. Lo tomé enojada.
— ¡¿Si?! –grite.
—Victoria si estas… —ni siquiera se preocupaba por mí. Ahora si vería quien era Victoria Guzmán.
— ¡Oh si!... ¡tengo todos tus cuadernos en mis manos y los leeré! –dije para hacerlo enojar.
— ¡Te prohíbo que hagas eso victoria! –no le dije nada más y le corté por haber gritado. Francesca me miraba con los ojos como plato y la boca abierta.
—Francesca, te agradecería que me dejaras sola por favor –ella asintió y salió rápido de la habitación. Ella no volvió de nuevo con el teléfono.
   ¡Que rabia!...jamás me había sentido así por alguien, ¿Por qué Alex era tan pesado y rudo conmigo? Se notaba por sus escrituras que él era tierno y amoroso con las demás… “las demás” que mal sonaba eso, pero yo no sería otra, hasta aquí le llegaba su jueguito de Don Juan.
Me levanté y para que Francesca no molestara con el teléfono otra vez le puse seguro a la puerta y decidí irme a la cama. Me quede leyendo hasta que el libro cayó en mi cara, debo decir que era un excelente libro y que ni siquiera me dio hambre, me dormí hasta que me faltaron unas cuantas hojas para terminarlo, ya estaba oscureciendo cuando caí en un profundo sueño. El libro sin dudas me tranquilizó.
   Escuché un golpe en la puerta y salte preocupada, mientras se prendía la luz de la habitación provocando que me cegara por unos segundos. La puerta estaba abierta y había un vampiro furioso mirándome al frente de la cama. Rodeé los ojos al verlo.
— ¿Pero si no es Romeo? –dije enojada de nuevo, recordando esos dos trozos que leí sobre sus amores pasado.
— ¿Qué te dije Victoria? –Por su tono podía notar que él también estaba enojado — ¿Cuánto leíste?
—No lo sé —me puse de pie y deje un dedo en mi mentón –solo para notar que eres un ¡farsante! ¿Cuántas han sido…Alexander? —Él frunció el ceño al oírme — ¡¿Cuántas?!
— ¿Es por eso que estas enojada? ¿Solo por el número? ¿Cuánto leíste en verdad? –de un momento a otro pareció relajarse un poco.
—Fueron solo dos trozos, alguien te abandonó…para su suerte y Vanesa, quien también escapó de tus garras ¡eres un hipócrita! podía notar por como escribías que no eres como me demuestras ser ¡solo eres así para torturarme! ¡Toda oportunidad que tuviste conmigo ahora sí que la arruinaste Alex! ¡La arruinaste! no seré una más de tu lista, eso ni lo pienses –no iba a salir de aquí, ninguna salida dramática de película. Me metí de nuevo a la cama y me quede sentada ahí, viendo como por primera vez dejaba completamente sorprendido a Alex.
—Dios…. –dijo masajeando con una mano sus sienes — ¿eso fue todo lo que leíste? –No le respondí nada — ¿Sabes?...tenía un tema importante en Italia y volvimos aquí para ¿ver este escándalo? –Apagué la luz de la lámpara que seguía prendida y me acosté —¿Cuántas veces te he dicho que no me dejes hablando solo? ¡Es desagradable!
— ¡Cállate! –Me senté y le grité — ¡vete de aquí, no te quiero ver!
— ¿Me estas echando de mi propia casa? –lo dijo de un tono arrogante y con esa estúpida sonrisa.
— ¡No, te estoy sacando de esta habitación! –él frunció el ceño.
— ¡Bien! –Gritó enojado –pero… —comenzó avanzar hacia mí –no pienses que te dejare con mi almohada –lo miré enarcando una ceja.
—Eres lo mas infantil que existe en este planeta –la sacó y luego desapareció apagando la luz y cerrando la puerta. Me acosté de golpe y me quede ahí, tratando de reconciliar el sueño.
   No dormí nada durante toda la noche, lo que fue un martirio, no podía creer que Alex ni siquiera se inmutara por mi descubrimiento, solo lo vio como una estupidez y luego se fue, idiota. Me levanté y me di una ducha, cansada y me vestí con un pantalón deportivo blanco, una camiseta blanca y un suéter negro; me tomé todo el cabello y bajé cansada a la cocina, donde estaba Francesca y gracias al cielo me tenía un café cargado, era muy temprano por lo que me dio frío.
— ¿Estar bien? –ella me miró preocupada y solo asentí. Que estupidez, me veía peor de lo que me había visto los días anteriores, incluso cuando me había secuestrado.
—Estoy bien –al decir eso, me quebré y me puse a llorar ahí mismo. Francesca corrió a consolarme — ¡estoy tan casada!....creo una cosa y luego él sale con otra, no puedo confiar en él, es imposible…no me dice la verdad ¡yo no sirvo para ser una más de sus listas!
—Ya….ya, tranquilidad —repetía Francesca mientras yo seguía llorando y hablando estupideces.
Luego de unos minutos me tranquilicé y me tomé mi café rápidamente, no comí nada. Salí de la cocina y fui a la puerta principal, la abrí decidida y dos vampiros conocidos me esperaban ahí.
—Lo siento —habló Javier, mientras que Ezequiel igual me miraba preocupado.
— ¡Él no es capaz de entender nada! –no podía parar de llorar y mientras más me miraban con cara de pena, mas me hacían llorar.
—Oh —dijo Javier abrazándome –te entiendo, igual desconfiaba de Ezequiel, no sabía qué vida tenía antes.
— ¡Pero tu estas enamorado de él! ¡No te rapto!...eso es diferente, más cuando luego se trata de confiar –tenía todo un enredo en mi cabeza.
—Nunca te había visto así Victoria –escuché la voz de Ezequiel –Ni siquiera cuando llegaste el primer día ¿eso no te sorprende? –lo mire con odio.
— ¡Claro que me sorprende! ¿Crees que no lo he pensado? ¡Aun así no puedo controlar el llanto! –Javier se sentó y me quedé abrazada por él.
—Solo quería estar seguro…no era para que me gritaras –dijo Ezequiel sentándose a mi lado y pasando su mano por mi espalda.
—Ustedes no entienden…él es diferente conmigo, la otra noche vi como les sonreía de una forma que nunca ha reído conmigo.
—Quizás no eres tan graciosa como nosotros –dijo Ezequiel, lo mire con odio…otra vez.
—Eres muy poco sensible para ser gay….
—Ahí es nuestro problema –dijo Javier, también mirándolo feo. Pasó un segundo y seguí.
—Y luego quizás…solo quizás había una posibilidad de que nosotros ¡soy una estúpida!...no sé cómo pensé que podía ser diferente…especial —si, lo había pensado hace días, creo que desde la primera vez –pero solo soy una más de su lista.
—No digas eso Victoria —dijo Ezequiel –tu eres especial, sin duda tu eres diferente y no tengo la menor idea del porque, no debería ser así… —lo miré confundida, pero luego tuvo esa mirada rara.
—No digas nada –dije sollozando –no le diré que dijiste eso, estoy cansada –me apoyé en Javier.
—Apuesto a que no dormiste nada –dijo mi almohada humana, asentí –bien…quizás es hora de hacerlo, te ves muy agotada.
—Sí y nosotros tenemos que seguir trabajando –de nuevo mire enojada a Ezequiel y me puse de pie.
—Gracias J-a-v-i-e-r –dije mirando a Ezequiel.
—No te preocupes sé que no tienes preferido… —me sonrió y luego cerré las puertas, mientras que Javier le daba un golpe a su novio en el brazo… ¡apostaba que ellos estaban muy enamorados! ¿Por qué tenía este tipo de pensamientos? En vez de estar llorando por Alex, debería estar planeando algo para escapar ¿Qué demonios me sucedía?
   Iba en dirección a las escaleras para sumirme en la cama, cuando escuché cierta voz que muy a mi pesar, causo escalofríos en mi columna.
—Victoria —dijo con tono dominante, esa voz ronca que me provocaba sensaciones que no debería tener. Me detuve y mire a mi derecha y ahí estaba Alex, sentando en el amplio sofá –ven…y no te atrevas a irte –rodeé los ojos y me dirigí hacia él. Lo miré seria, sabía que debía estar desastrosa –te ves desastrosa…no me agrada.
— ¿Y eso me importa? –mi voz salió ronca. Él frunció el ceño, lucia como si se preocupara, pero no le creería, Alex era una mentira –Si es solo eso me voy Sr. Lenardis –me fui como un muerto en vida, di media vuelta y caminé, pero Alex estaba al frente mío.
—No tomo riesgos, es eso…por eso me comporto así contigo.
—No me importa, no quiero saber nada de ti y de tu trauma amoroso.
— ¡Ey!...no me hables así —rodó los ojos cansado —Dios, ven conmigo –me tomó del brazo con fuerza y me hizo sentar en el sofá –Nunca voy a cambiar contigo, pero quiero que sepas que me preocupas…y que si eres especial, por eso estas aquí conmigo –levante la mirada y pude notar que estaba nervioso.
—No seré una más de tu lista.
—Vittoria…no hay lista –me miró preocupado y llevó su mano a mi mejilla, pero me alejé –solo quiero que te quede claro –su voz era dura –ahora puedes retirarte –me puse de pie y me apresure en llegar a la habitación.
Me saqué las zapatillas y me recosté, cansada y con los ojos llenos de lágrimas, ahora quería a mi mamá, sentía como si mi corazón estuviera roto en mil pedacitos, pero antes de poder tener a mi mamá, sentí como la cama tenia a otro invitado.
— ¿Por qué no me dejas en paz? –dije sollozando.
—Esto lo haré solo una vez, no harás preguntas y que te quede claro, no volverá a pasar...y que no eres parte de ninguna lista porque no existe tal cosa ¿escuchaste? –me volteé enojada a ver a Alex, pero él estaba arreglando su almohada en mi lado, tomó mi brazo y me hizo llegar a su lado, muy cerca. Me quede estática viendo, como se acomodaba mejor y me rodeaba con sus brazos –no digas nada, te gusta como soy y eso no incluye ser romántico…esto no volverá a pasar —Descanse mi cabeza en su pecho –dime si tienes frió luego de un rato — ¡ni loca le diría!...esto no lo podía creer, él tenia su lado tierno.
Me acomodé a su lado de mejor forma y luego de unos segundos mis ojos se cerraron y no quería que esto pasara porque de seguro cuando despertara, él no estaría a mi lado. Me aferré a su camisa para que no escapara.
   Mis ojos se abrieron y las cortinas estaban abiertas por lo que pude notar que estaba atardeciendo, la apuesta de sol se veía hermosa desde este lado. Me moví un poco y note que no estaba sola, lo que hizo que mi corazón saltara. Levanté la mirada y me encontré con Alex mirándome.
—Bien…creo que no me he podido mover, sin despertarte, me tenías agarrado demasiado fuerte, sé que me quieres cerca, pero un poco de libertad no me molestaría –lucia nervioso y sabía que su tono relajado no representaba lo que verdaderamente sentía.
—Quiero un trato… —dije sentándome, fue una idea que se me vino de repente. El enarcó una ceja.
—Nada de tratos…tú no estás en una posición de hablar de tratos.
—Claro que lo estoy y no quiero volver a sacar el tema de esos extraños cuadernos, quiero un trato –él me miro serio.
—Esto no me agrada, pero escucho…
—Yo aceptaré tu nuevo tú…claro, para mi es lo más normal, pero aceptare que seas depravado y asqueroso —me estaba metiendo en la boca del lobo con esto.
— ¿Y?
—Pero cada noche, cuando duermas conmigo, debe ser como ahora.
— ¡No! eso es injusto, tu no me das nada a cambio.
— ¡Te acepto, eso es bastante!
—No lo es –fruncí el ceño —Quiero a cambio de eso… —dijo serio y sentándose —…practicas –lo miré confundida, sin entender a que se refería con eso –tu vas a ser mía Victoria, de eso que no te quepa duda, sabemos que hay una atracción bastante fuerte entre los dos –lo seguí mirando confundida y sintiendo unas pequeñas mariposas en mi estómago –tu solo tendrás esto en la noche, antes de dormir, pero yo antes de eso obtengo practicas entre los dos, para que cada noche se te haga más fácil la idea de ser mía.
— ¿Qué? ¡No!
—Eso o nada… —su mirada era firme, sabía que sería lo único que obtendría de él.
—Bien… —de todas formas salía casi ganando en mayor parte.
           —Un trato entonces, no puedes deshacerlo –estiro su mano a la mía y la tome con cuidado. Sin dudas estaba haciendo un pacto con el diablo.

4 Lectores:

  1. mjkjakajkjkjk
    en los tratos va el engaño... kajakajakajka
    se puso celosa se puso celosa... las caga vicky aora si ke estas completamente P E R D I D A !!!!
    pobrecita, aunque de pobre no tienes nada, yo cn un ombre asi al lado disfrutaria a conxo... aunque klro esta ke tarde o temprano tendras ke volver a ver a los tuyos
    Javier y Exequiel me hacen reir muxo la embarra esa parejita.. Javier es un bombom :$

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  2. la primera vez q leei q Victoria leía los cuadernos de Alex , estaba tan enojada, considere q era un acto tan feo y una traición!!! qisas hubiera tolerado q leyera sólo una partesita y luego lo dejara ... yaq siendo sinceros, a quién no le da curiosidad ...
    pero después de haberlo leído tantas veces y quedarme con la curiosidad del por q Alex se altero tanto , pienso q qisas si debió llevarse todos los cuadernos y leerlos xD
    (sólo para salir de la curiosidad y no tener q estar esperando la secuela jajaoajai , pero no, así tengo más q leer )
    debo reconocer q Victoria me cae mal!! es tan tonta respecto a Alex!!
    él sólo se las da de malo ... para hacerse respetar y por q desconfia ... y ella en vez d hacer lo mismo he intentar entender y hacer las malditas preguntas y sobre todo poner su cabeza en orden con lo q siente y lo q pasa a su alrededor (lo del secuestro y lo q le dice Alex ) lo hecha todo a la borda !!! y encima la muy ... sale ganando !! Alex le dice cosas ... q si lo piensa bn ... es información privilegiada y ... lo más tierno. tendra x ahora , y no sólo eso, si no q también gana dormir ABRAZADA a Alex y no conforme GANA PRÁCTICAS !!!! con ALEX !!!!
    Definitivamente me cae mal ... y siiiii me da envidia y siento celos!!!
    (pero entiendo q se sintió mal x lo más leyo en los cuadernos ... algo. Alex no le da a ella ... ) (Porq tonta x no hacer preguntas y entenderlo !!! )
    :)

    *Kathy *

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  3. Creo saber de que van los dichoso diarios y el por que él la reclama como suya. Y lo del trato,mmm, será que de verdad ella gana más o él le hace creer que así es.... me voy por lo segundo

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  4. Es tan loco tanto secreto y reservas, quien diablos es y hace ese hombre, que alguien me explique!!!!''

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