CAPITULO 16
De mi boca no
había salido palabra alguna, no había sido capaz luego de haber entendido el
poco tiempo que me quedaba para ser vampiro.
Con Alex ya
estábamos en casa, nos habíamos demorado en llegar, ya que yo no quise viajar a
su velocidad, agradecí que no dijera nada, creo que estaba comprendiendo cuando
tenía que callarse.
—No quiero
ningún drama como te dije antes, no quiero incomodar a nuestras invitadas ¿está
claro? –estaba equivocada, aun le costaba guardar silencio. Asentí y me dirigí
hacia la sala –no sé por qué haces tanto escándalo Victoria, sabias lo que iba
a pasar, me sorprende tu actitud –me senté completamente abatida en el sofá,
mientras que Alex se sentaba en el otro extremo de este. No era capaz de
entender su actitud, no comprendía lo que me podía estar pasando en este
momento con su noticia. No pude responder a sus palabras porque ya no estábamos
solos, a nosotros ahora se unía Elizabeth y Raúl, quienes se sentaron en el
sofá de al frente.
—Buenas
noches –dijo Raúl, mientras tomaba la mano de Elizabeth. Solo lo mire y sonreí.
— ¿Qué
sucedió?... ¿hizo algo ese John? –La mirada de Elizabeth era preocupada, pero
luego miró a Alex, supongo que Alex le dijo a través de sus pensamientos lo que
había sucedido de verdad –Victoria… —ella se sentó en un segundo a mi lado,
mientras pasaba su mano por mi espalda, consolándome ¿Por qué Alex no podía entender
que eso era lo que necesitaba?
—Le está
dando una importancia ridícula a esto, ni siquiera va a morir…bueno, solo su
corazón no latirá más –ya me estaba cansando de Alex y su poca sensibilidad,
por no decir que era completamente nula. Estaba tratando de ser lo más paciente
para no estallar y gritarle, odiaba que Alex sacara lo peor de mí. Me puse de
pie para irme o si no iba a terminar por tomar alguna estaca y partirlo en
pedacitos….seria entretenido si de verdad pudiera hacerlo.
—Viky —dijo
Elizabeth preocupada, pero seguí hacia adelante, no obstante una mano me
detuvo.
—Te dije que
nada de espectáculos, ahora ven a sentarte, porque Elizabeth Y Raúl están aquí
por ti —comenzó a caminar llevándome con
él, hasta que hizo que me sentara a su lado. Elizabeth había vuelto a estar con
Raúl.
—Alex, no
creo que sea el momento, puede ser mañana o cuando Viky se sienta bien –Raúl me
miraba preocupado, pero Alex no lo tomó en cuenta y menos lo hizo cuando llegó
a la sala Charlotte. Vestía pantalones negros ajustados y una ramera gris que
se movía a su alrededor de una forma envidiable mientras caminaba, llevaba su
largo y rubio cabello suelto…como me desagradaba.
—Buenas
noches a todos, veo que hay un ánimo increíble por aquí –me sonrió de esa forma
que me apestaba en ella. Esperaba que nunca en mi vida estuviera sola en una
habitación con Charlotte.
— ¿Cómo has despertado? –Alex le sonrió
mientras se separaba de mí e iba saludarla con un beso en la mejilla, realmente
no me importó, solo esquivé la mirada de esa imagen, no tenia ánimos para
soportar las tonterías de Charlotte.
—Muy bien, gracias
Alex –no pude evitar volver a mirar y note claramente como ella apoyaba su mano
en el pecho de Alex, sonriéndole coquetamente.
—Alex, estamos
aquí por algo ¿no? –Raúl lo miro serio y Alex asintió, apoyándose en la
chimenea que estaba a su lado, mientras que Charlotte iba a mirar por la gran
ventana. Raúl sigue hablando, pero ahora se dirigía hacia mi —Bien pequeña
Victoria, creo que te debes enterar más sobre nosotros siendo que serás una más
¿no?
—Supongo —suspiré
cansada, cada vez que me desanimaba y tenia momentos de verdadero odio hacia
Alex, era como si mi cuerpo entero estuviera agotado después de hacer demasiado
ejercicio.
—Deja de
hacerte la víctima —Charlotte me miro fijo a los ojos –aquí eres todo, menos
una víctima, eres una simple y ordinaria humana que le ha tocado la suerte de
ser convertida por Alex –repentinamente se comenzó a alterar, y parecía una
verdadera fiera mientras caminaba hacia la parte detrás del sofá, donde estaba
Elizabeth y Raúl –y ahora te daré tu primera lección…no pienses que eres
especial, no lo eres, Alex solo tiene que tener una compañera para montar
apariencias ante todo el consejo y los vampiros, así que no esperes que te sea
fiel….menos a ti niña –mi vista fue de inmediato de Alex a Charlotte.
— ¡Basta
Charlotte! ¡Vete de esta sala de inmediato! –Elizabeth se puso de pie y miró
enfadada a Charlotte, quien tenía una expresión de sorpresa por un segundo,
pero luego sus labios marcaron una perfecta línea por culpa de la presión de la
rabia que sentía. Desapareció en un segundo – ¡Dios!...me volverá loca –se sentó
acariciando su frente, mientras Raúl acariciaba su otra mano. Miré a Alex,
quien no tenía ninguna expresión, pero por lo menos tenia la decencia de
mirarme.
—Por lo
menos ahora tengo algo claro –no esquivé la mirada de Alex –ya sé porque
hiciste todo esto, estas lecciones por lo visto serán memorables…todo esta
cuadrando ahora.
—Pequeña, no
creas lo que dice Charlotte, esa chica está loca…de verdad –Raúl miró a Alex
luego de decir eso, pero este ni siquiera se inmutó en decir algo.
—Si me
disculpan –miré a Elizabeth y Raúl, mientras me ponía de pie –necesito ir al
baño y vuelvo ¿sí? –les sonreí para que no se preocuparan, ambos asintieron.
Me apresure
en subir las escaleras y llegar a mi habitación. Cerré la puerta y me senté en
el suelo de inmediato, dando un largo suspiro, esto era demasiado para mi ¿Qué
pasaba si Charlotte decía la verdad?...aunque Elizabeth sinceramente se enojó
con ella, siempre ha defendido a Alex diciendo que debo entenderlo o cosas así,
pero Alex ni siquiera se preocupó de desmentir lo que Charlotte dijo.
—Debes saber
que esto lo hago por tu propio bien –al escuchar su voz me puse de pie de
inmediato. Charlotte solo estaba a unos metros de distancia de mí, apoyada en
un pilar de madera de mi cama.
— ¿Qué haces
aquí?...sal, llamaré a Alex –su risa salió de inmediato.
— ¿Crees que
él me dirá algo porque te he incomodado? una cosa es regañar a sus empleados
para engañarte, pero otra es regañar a un vampiro de verdad –cada palabra que
salía de su boca iban directo a mi estómago.
—No me importa
lo que digas, sal de aquí, por favor –abrí la puerta esperando a que desapareciera,
pero solo se escuchó el golpe de la puerta cerrándose, mientras perdía el tacto
con la madera — ¡Sal de aquí Charlotte!...Alex escuchará o por lo menos lo hará Elizabeth…y dudo que quieras
seguir siendo regañada por ella –la tenia al frente, mirándome enojada.
—Eso no lo
creo, estas habitaciones se mandaron hacer con la cualidad de ser aislante del
sonido, a mi parecer solo Alex estaba arreglándoselas para poder tener a más de
una mujer en diferentes camas sin que se dieran cuenta –eso si me hizo
enfurecer.
— ¿Cuál es
tu problema? yo no te he hecho nada.
—Eso es
cierto, aun así no me agradas, pero tampoco me gusta ver como todas andan humillándose
con Alexander.
—Muchas
gracias por tu preocupación, pero no lo necesito, así que puedes dejar de
actuar como la perra que eres –hice mis manos un puño para seguir con mi tiempo
de coraje. Entrecerró los ojos, pero duro solo un segundo, ya que dio media
vuelta y comenzó a caminar por la habitación.
—No puedo
negar que eres valiente, eso es cierto, pero estas siendo muy ingenua al pensar
que puedes enamorar a Alexander.
— ¡¿Qué?!
eso…. –la miré sorprendida por lo que había dicho –Wow…tranquila vampirito,
mira que por lo visto la equivocada aquí eres tú, yo no trato de hacer nada con
Alex –una amplia sonrisa se marcó en sus labios, supuse que no me creyó.
—Está bien,
lo que tu digas…veras –se dirigió hacia la cama –mi temperamento no siempre es
agradable para los demás.
— ¿En serio?
–dije irónicamente.
—Mira, no me
has hecho nada, pero me eres desagradable, es algo de química…ahora bien, eso
no quiere decir que soporte verte como estúpida con Alexander –me llama la
atención a como lo llamaba “Alexander”…sonaba como si no hablara de solo Alex
–solo te haré ver que tengo razón…me gusta demostrarlo y si tengo que darte una
leve ayuda, lo haré –esto no me estaba dando un buen presentimiento, para nada
–pero tú debes hacer lo que yo te diga ¿te parece? –no pude evitar reír a lo
que dijo.
— ¿Qué te
hace pensar que haré eso?
—Porque
estas en desventaja, tengo más información de la que crees, llevo mucho tiempo
dentro de esta familia.
—No te creo
y no caeré en tu juego, eres la típica malvada que trata de realizar un plan, así
que ahora vete…te lo estoy pidiendo amablemente –ella rodó los ojos.
—Alexander tenía
razón, esto no es un libro Victoria, es la vida real y te estoy dando una oportunidad
que no volverá a ocurrir, ni siquiera te estoy dando la opción de traicionarlo,
sino de que sepas la verdad de todo ¿no crees que estoy siendo ya muy generosa?
—Por Dios
Charlotte, eres la típica víbora malvada, en lo ficticio tanto como en lo real
–suspiro un poco irritada.
—Victoria, escúchame
bien, Alexander te esconde una cantidad de cosas que no tienes idea, hay muchas
partes de la conversión que ni siquiera se te han revelado.
—Para eso me
está dando estas tan especiales “clases”
— ¡Bien! –Se
puso de pie y comenzó a caminar hacia mi –te lo has perdido, tuviste la
oportunidad y la has rechazado, nunca debí si quiera querer ayudarte –me miro
con suficiencia y abrió la puerta. Debo admitir que sus palabras lograron que
entrara el pánico en mí, ella era mi atajo, encontrar toda la verdad solo a un
paso, ya que si tomaba el camino largo significaba tener que sacarle
información a Alex –solo te diré algo más, cuando estés… —llevó su mano a su
mentón —más cerca de lo normal con Alexander, te recomiendo que pases solo la
punta de tu lengua por el lóbulo de su oreja izquierda –abrí mi boca por culpa
de lo que dijo.
—Vete de
aquí Charlotte –ella rodó los ojos y siguió su camino.
—Cuando lo
hagas, sabrás que todo lo que dice Alexander o los demás no siempre es cierto –al
decir eso desapareció.
Cerré la
puerta de golpe, pero miré a mi alrededor y ya no quería estar ahí, por lo que
me apresuré en dar la vuelta más larga a través de la casa para poder tener más
tiempo para cuando retornara con los demás. Estaba en problemas y en unos muy
grandes. Quizás después de todo, Charlotte si quería mostrarme la verdad sobre
Alex, pero ella no era de confiar, tampoco lo era nadie en esta casa en
realidad…estaba sola, esa era mi verdad, yo no tenía por qué serle fiel a
nadie, específicamente a Alex ¿en qué estaba pensando al rechazar la
oportunidad que me estaba dando Charlotte?
Alex había
sido quien me había quitado mi vida, me quería convertir en un vampiro y no era
capaz de ser un poco sensible, le daba lo mismo lo que yo sintiera.
Baje las
escaleras más compuesta y decidida, solo tenía que probar algo para confirmar
mi decisión. Llegué con los demás, donde conversaban amenamente, Alex me dio
una larga mirada.
— ¿Qué?
–dije arisca cuando me senté a su lado.
—Nada… —no
fue capaz de decir algo. Tenía que concentrarme en ver que él era el enemigo,
en realidad todos, no tenía porque ser amable o tener que empezar a preocuparme
por alguien aquí, esta era mi cárcel y no sé qué había pasado, pero había
perdido esa visión por un tiempo.
—Veo que
estas mejor –evité que la sonrisa de Elizabeth me desconcentrara.
—Así
es…podemos seguir.
—No creo que
eso sea lo correcto, Raúl tenía razón, ha sido muy pronto para ti –miré a Alex
confundida al escucharlo.
—Pero tú
dijiste.
—Sé lo que
dije, me equivoqué — ¡no podía seguir aguantando esto! no me volvería bipolar
con mis pensamientos, solo por dejarme llevar por las hormonas de adolescente.
— ¡Bueno, me
da lo mismo! —le grité sin que me importara nada ¡estaba ya harta de sus
cambios de humor! –no puedes decidir qué hacer conmigo en cada minuto ¡es mi
vida la que está en juego! –creo que
todo esto me estaba arruinando. Me gire para largarme de aquí, pero no pude, tenía
más cosas que decirle al idiota de Alex — ¡Dios! a ti no te importo nada Alex,
por eso tampoco me debes importar ¡quédate con tus estúpidas lecciones y haz lo
que quieras!
Bueno, podía
decir que por primera vez había sorprendido a tres vampiros, ya que todos me
miraban con los ojos abiertos como platos.
Salí de ahí
corriendo, sabía que todo había sido demasiado dramático, pero mi paso normal
no era una opción para salir de ese lugar. Traspasé la terraza corriendo y fui
directo al pequeño laberinto que había encontrado hace ya días atrás. Me senté
en la banca de piedra blanca y llevé mi rostro a mis manos…estaba agotada. Me
tomó unos minutos regular mi respiración y poder tranquilizarme.
—Realmente
te asentara ser una vampiro, la luz de la luna se ve maravillosa en tu piel —mire
asustada y note que ahí estaba Elizabeth. Suspiré rendida, no podía tener un
momento de privacidad en este lugar.
— ¿Qué haces
aquí Elizabeth? ya no quiero saber nada.
—Estas muy alterada
¿Qué sucedió? –me enfadé de nuevo por tu estúpida pregunta.
—Oh, no sé
quizás sea por el hecho de que ¡me van a convertir en un vampiro! ¡Qué Alex
solo me está utilizando! ¡Y que me puede manipular a su gusto! ¿Cómo nadie es
capaz de entender que esto no es normal? –estaba furiosa, estaba cansada de
toda esta estupidez, como nadie entendía lo que de verdad pasaba.
—Victoria…respira
–se sentó a mi lado y me rodeó con su brazo, acercándome a ella. Solo eso bastó
para romper en lágrimas, como una niña de cinco años –estas bajo mucho
estrés…es entendible que actúes así y más con la confusión que estas sufriendo,
solo respira, trata de no pensar en lo que pasa –sabias palabras, las tomé de
inmediato y me concentré en flores, era el perfecto lugar para hacerlo. Respiré
profundamente varias veces mientras que las lágrimas salían y salían como si no
tuvieran fin.
—Él solo me está
usando, nada más… —ella me presionó más contra sus brazos, no dijo nada, lo que
me hizo llorar aun más.
Tuvieron que
pasar largos minutos para que me tranquilizara por completo. Me separé de
Elizabeth y sequé mis mejillas con mis manos.
— ¿Mejor? –asentí,
sentía que mis ojos me picaban –Bien, creo que te debo informar de varias
cosas…tu confusión llega a niveles estratosféricos –aquello lo dijo sonriendo.
—Discúlpame
Elizabeth, pero no eres tú la que debes decir nada en realidad, ni siquiera
eres tú la que deberías estar aquí –frunció sus labios, sabía que yo tenía
razón.
—Bien…pero
no siempre obtienes lo que quieres querida, eso ya lo tendrías que saber ¿no
crees? –sí, claro que conocía esa frase y en estas semanas esa misma frase me
ha dado bofeteadas cada día.
—Escucho… —no
tenía nada que perder, aparte de confundirme más.
—En realidad
la que debe hablar eres tú ¿Qué te sucedió hace un momento atrás? –esquivé su
mirada. No podía decirle que todo pasó por culpa de Charlotte, ya que si la
delataba perdía mi oportunidad de saber todo de una buena vez.
—Nada, solo
que es demasiado que soportar, no es como si me tomara esto como una etapa de
mi vida que tenía que pasar.
—Victoria…no
me mientas, esto lo sabías de hace mucho tiempo y jamás has explotado como lo hiciste
antes, además tú te has dejado encantar por Alexander, dudo que sea todo esto
por ser convertida.
—Creo que no
eres la más indicada para dar esa opinión, siendo que fuiste capaz de
convertiste a tu propio hijo —la miré directamente. Le tomó unos segundos
volver hablar.
—Alex y yo, eso
éramos antes cuando fuimos humanos, solo los dos, su padre desapareció al
instante de saber que yo estaba embarazada, notaras que en los tiempo que te
hablo, ni se pensaba en una madre soltera, fue muy difícil tanto para él como
para mí y luego cuando Alex tenia tu edad llego Raúl, no preguntó ni hizo nada
de lo que Alex ha hecho contigo, solo me convirtió…tuve que estar lejos de Alex
durante largos meses por el miedo de matarlo, Raúl me explicó que podía verlo
de nuevo, que solo tenía que ser mas paciente…y lo hice, me tomó mucho más que
unos simples meses…me tomó dos años poder verlo y me tomó otro año poder hacer
que confiara en mí, fue la peor época de Alex, solo imagínate sola en un lugar
donde se te discriminaban por no tener familia, sin tener a donde recurrir –no
le respondí nada, estaba realmente sorprendida por lo que me estaba diciendo
–Alex no sabía lo que era yo, ni tampoco lo que era Raúl, al principio le dije
me había ido porque había sufrido un accidente, que Raúl me había encontrado y
cuidado, tomándome dos años poder volver a él…claramente es la historia más
estúpida que pude haber inventado, pero creo que Alex se hizo el desentendido
porque me creyó, pero aun así no confiaba, Raúl nos sacó de donde vivíamos y
nos llevó a su hogar, con el tiempo me fui enamorando de él, sabes lo magnifico
que es…no se le hizo difícil robarse mi corazón, después de todo, jamás sentí
algún remordimiento por haberme convertido ¡es fantástico! lo que si lamentaba
era perder dos años al lado de Alex…él era muy diferente a lo que es ahora,
encantaba a varias chicas, pero…bueno, dejemos con que era lo opuesto a lo que
es en este momento –asentí.
—Eso ya lo sé…solo
parece que me toca trazas del Alex antiguo, pero como dijiste, no siempre
obtienes lo que quieres, menos cuando Alex esta coqueteando con Charlotte
–entrelacé mis manos, presionando levemente al recordar como la saludó tan
amablemente.
—Oh…bien esa
es mi culpa –la miré curiosa, nadie me daba una explicación sobre que hacia
aquí Charlotte —luego de varias décadas donde estábamos Raúl, Alex y yo…pensé
que sería bueno que él encontrara a alguien, Alex ya no vivía cerca de
nosotros, por lo que cuando me encontré con Charlotte fue como encontrarse con
un cachorrito herido, además su creador está muerto, ella no tiene conexión, así
que de inmediato pensé que ella era perfecta para él porque serviría igual para
distraerlo de su ultima perdida, pero cuando llegamos, era muy tarde, él ya tenía
a alguien y lucia muy feliz, eso devastó a Charlotte, pero por ahora supongo
que ya lo superó, ha tenido parejas, pero nada importante y no ha hecho ninguna
conexión con un humano –suspiró, parecía que de verdad se arrepentía de esa
decisión –ella se ilusionó mucho con lo que le comente sobre Alex, estaba tan
segura… él fue una gran desilusión, pero no por eso dejaré que hable mal de él
adelante tuyo.
—Claramente
no siempre obtienes lo que quieres –eso era deprimente.
—Así es
Victoria…y Alex tampoco lo obtuvo siendo humano, pasaron ciertos hechos que lo
llevaron al extremo de la muerte, donde no tuve otra opción que convertirlo,
eso hizo perder mi conexión con Raúl…amo ser vampiro, pero Alex no tenía idea
de nada, por lo que sin su decisión yo jamás lo hubiera hecho, a menos que me
viera obligada, no lo podía perder, era mi única razón de vivir…él es todo para
mi Victoria, siempre lo querré ver feliz.
No pude evitar sentirme mal, por haber pensado
que ella lo había hecho por ser la persona más egoísta del mundo, pero aun así
sabia que ahí había algo que no me estaba diciendo y no iba a dejar que se me
escapara.
— ¿Qué
hechos importantes lo llevaron a la muerte? –ella sonrió ampliamente.
—Alex no
miente sobre que no se te escapa nada –levanté los hombros sin poder evitarlo,
no era algo que contralaba, ponía atención a las cosas que me decían, siempre,
cada detalle.
—Supongo…
—Aun siendo
muy astuta Victoria, no te lo puedo decir, no me han “autorizado” –dijo
haciendo las comillas con sus dedos –tuve suerte que me dejara venir hablar
contigo –suspiré rendida, cada vez el camino corto que me ofrecía Charlotte me
gustaba más y más.
—Tengo una
duda…algo que me puedes contestar, porque es relacionado con vampiros y tu vida
–dude un poco, pero al verla asentir me arme de valor — ¿Por qué no estás con Raúl
ahora?
—Bueno…Charlotte
no mentía en algo, es muy raro encontrar a un vampiro fiel y Raúl no lo es y
luego…bueno, yo tampoco, mi único objetivo que mantengo es Alex.
—Dijiste que
tu conexión con él era muy fuerte antes, pero Alex ha convertido a otras ¿Cómo
sigues teniendo esa conexión?
—Porque cada
vez si el vampiro que has convertido muere, vuelves a tu conexión anterior –eso
me hizo pensar en algo demasiado grave.
— ¿Todas han
muerto? –era obvio, por algo yo tendría una conexión con Alex ¿él habrá sido capaz
de…?
—Sí, pero él
nunca le ha hecho daño a ninguna, como te dije antes, es raro encontrar
vampiros fieles y…Alex jamás ha sido infiel a una de sus compañeras –eso si me
sorprendió de verdad.
— ¿Ellas lo
han dejado? –Ella asintió — ¿pero porque están muertas? ¿Tú has…?
—¡No! por
favor, amo ver a mi hijo feliz, pero si alguien lo deja, no sería capaz de
matarle, recuerda que fui gobernadora, se vería muy mal de mi parte…Victoria,
ahí está lo que le debes sacar a Alex, yo no te lo puedo decir, pero es algo
que no puede controlar y por aquello él ha cambiado hasta ser la persona que es
ahora…ha perdido demasiadas conexiones, de alguna forma eso te marca, es como
si en cada perdida que tuvo, era una parte de él que se llevaban con él –tragué
saliva nerviosa, jamás pensé que Alex pudo pasar por todo eso “en cada perdida que tuvo, era una parte de él
que se llevaban con el” aun así no podía confiar del todo en Elizabeth,
ella misma dijo que Alex era todo para ella, lo más posible era que podría
mentir por él también.
—Elizabeth necesito
un poco de tiempo a solas —ella asintió y me dio medio abrazo para luego
desaparecer –Dios… —suspiré cansada.
Esto era
demasiado para digerir. No me podía imaginar todo el dolor que ha pasado Alex,
era injusto, pero tampoco entendía como ellas, cada una de sus compañeras, que
deducía que no eran pocas pudieron abandonarlo y terminar muertas, quizás era
algún estilo de infortunio que le perseguía, aunque eso era completamente
ridículo.
Por lo menos
tenía algo en lo que podía estar segura, y era sobre las conexiones. Habían
tres formas de perderla, la primera era la natural, como Raúl, que perdió su
conexión con Elizabeth cuando ella convirtió a Alex, quedando completamente
libre de que alguien se metiera en su cabeza; la segunda era la de Charlotte,
donde su creador había muerto, también perdiendo la conexión, aunque ella
podría encontrar a un humano con el cual pasar una eternidad si lo convertía en
vampiro; y por ultimo Alex, para mí era la peor, perder aquella conexión porque
al vampiro que convertiste ha muerto llevándose parte de ti, eso debe ser
horrible.
Luego de
quedarme analizando todo lo que me dijo Elizabeth, ahora estaba entrando a la
casa y con una nueva actitud, estaba decidida…no tenía tiempo para sacarle
información a Alex, así que la opción de Charlotte era mucho más factible, aunque
al llegar a la sala, sentí como toda esa determinación se iba al ver a Alex,
que estaba dándome la espalda, ya que miraba por la ventana, se volteó a verme
y note que tenia uno de esos “tragos” carmesí.
— ¿Estas más
tranquila? –asentí y con todas mis fuerzas trataba de mantenerme fuerte, tenía
que convencerme que Charlotte tenía razón, no obstante, me sorprendí por su
pregunta.
— ¿Ahora
estas preocupado? –de un trago termino de bebe su copa, me sentía mal porque
cada vez se me hacía más normal que estuviera bebiendo sangre…humana. Me
ayudaba pensar que no había matado al dueño de su trago.
—Si –bien,
si antes me había sorprendido por su pregunta, ahora estaba en estado de shock
al escuchar su respuesta –creo que te debo una disculpa, se cuando me equivoco,
y estos días al verte tan tranquila, pensé que habías asumido lo que pasaría
con tu futuro, por eso se me era incomprensible tu actitud.
—Que esté
tranquila no significa que acepte todo lo que tendré que pasar.
—Ahora lo sé,
siento mi descuido —aun estaba en estado de shock, aunque haya hablado hace un
segundo, no me era fácil recuperar mis habilidades léxicas –Lo siento.
—Ya lo
dijiste –no pude evitar ponerme a la defensiva, a mi mente vino la conversación
con Charlotte y lo que dijo también cuando estábamos todos juntos, que Alex
solo me estaba utilizando.
—Estas
enojada.
—Claro que
lo estoy sabiendo las noticias que se me han revelado últimamente –de inmediato
mi corazón me estaba avisando que me estaba alterando.
— ¿Es por lo
que te ha dicho Elizabeth? –me sorprendía que ni siquiera se esforzara por
desmentir lo que dijo Charlotte.
—No, eso me
aclaró muchas cosas, sobre ella más que de ti, ya que cuando pregunté que pasó
contigo cuando se acabó tu vida, me dijo que no la habías autorizado a hablar.
—Eso es muy
pronto para ti.
—Claro que
no lo es Alex, pronto es ser convertida en vampiro y perder mi vida, lento es
saber los motivos de mi secuestrador y como ha sido su vida…eso es un proceso bastante
lento y me estoy cansando.
—Bien, no
sacas nada con ponerte de mal humor, porque no hay forma de que sepas las cosas
antes y tampoco hay forma de que tu conversión se realice más tarde, aunque
quisiera, está fuera de mis manos –claro que había una forma más rápida de
saber de su vida.
— ¡Eres el
gobernador de los vampiros!...no hay imposible para ti.
—Claro que
los hay, ni siquiera has escuchado lo que te he dicho, por algo hay un consejo,
me controlan y la fecha de tu conversión es algo que controlan igual.
— ¡¿Como
también haberme elegido?! ¡¿Ellos son el motivo de mi secuestro?! –Di unos
pasos para acercarme — ¿es por eso cierto?...di que si, hazlo —se me haría todo
más fácil si él aceptaba lo que había dicho Charlotte –lo has hecho porque
necesitabas alguien, solo por eso –los ojos de Alex me miraron intensamente,
mientras los entrecerraba.
—Si
estuviera en mi poder, tu conversión seria más adelante, aun eres demasiado
inmadura para mantenerte en esta edad…aunque madures en un futuro, tomará tiempo
–por un momento me dejó atónita lo que dijo, pero me tuve que exigir ir más
cerca de él porque se estaba alejando, marchándose de la sala.
— ¡No, no,
no y no! –Tomé su brazo para que se detuviera –no más misterio y cosas por el
estilo, quiero saber todo y ahora Alex….me lo debes –movió su brazo soltándose
de mi agarre.
—Yo no te debo
absolutamente nada Victoria, ahora si me lo permites, debo salir a alimentarme
de verdad, iré con los demás –sin más desapareció, dejándome sola, sin ninguna
respuesta. ¿Cómo de un momento a otro parecía que me alejaba más y más de lo
que había logrado avanzar con Alex?
—Te lo dije
–me volteé de inmediato.
— ¿Qué haces
aquí Charlotte?....deberías ir a cazar igual.
—Estas
confundida, lo sé —me arrojé contra el sofá, agotada.
—No sé de
que hablas, vete —cada vez se me hacía más
fácil poder hablar con ella, su intimidación se estaba volviendo inútil.
—Victoria,
Victoria…escúchame, pronto nos iremos, Alex no piensa que estaremos aquí muchos
días, menos cuando pronto todos tendremos que viajar a Italia para la unión de ambos,
por lo que solo te estoy dando una idea –me senté para verle la cara, esa
víbora tenían que delatarla sus ojos si es que mentía –si no aceptas mi
proposición, puedes hacer que las cosas avancen más rápido, si fueras capaz de
hacer que no haya ni un guardia en la mansión, ni siquiera que estuviera
Francesca o cualquiera, hacer que tengan la casa solo para los dos…eso ayudaría
bastante, Alex no tendría con quien hablar o tener que retenerse porque alguien
los escucha o ve.
— ¡¿Estás loca?!
–la miré con pánico, su idea era una locura objetiva, pero imposible.
—Tendrías
que optar por tus propias técnicas para sacarle la información…él cede bastante
a ti –eso era cierto, cada vez que me decía algo, era cuando…bueno, estábamos más
cerca de lo habitual.
—Eso es
imposible Charlotte, él no aceptaría nunca aquello, además…—bien, iba a
completar la frase aceptando su propuesta, pero aun así me sentía como si traicionara
a Alex, eso no me gustaba, pero si me agradaba de tener la casa solo para los
dos, aunque hace unos minutos pensara que traicionarlo era una perfecta idea
–como te dije es imposible.
—No tanto,
la mansión se ha quedado sola antes con Alex y bueno…su compañera.
—Eso no es
posible –me alteré un poco ante esa información.
—Sí lo es,
solo déjamelo a mí, tomará tiempo y debes ser paciente.
—Eres una
víbora Charlotte, no sé porque me ayudas pero…
—Oh, oh, oh
–levanto su dedo índice haciéndome callar –yo no te estoy ayudando, solo te
estoy tratando de mostrar la verdad de cómo es Alexander Lenardis, solo eso.
—Bien, entonces
te creó un poco más ¿Cuánto te demoraras?
—Mmm…haré
todo lo posible para que sea antes de tu conversión, eso está claro, no sé si
antes de que llegues a la cama de Alex, pero si antes de tu conversión y tu
unión con él –esas palabras me llamaron la atención.
— ¿Qué ganas
con esto Charlotte?
—Fácil,
demostrar lo canalla que es Alex y que por lo menos sepa que hay más de alguien
desilusionado de él y por la conexión que tendrás con él, sé que sabrá cada día
como te sientes sobre él, haciéndole un martirio su existencia –bien, eso era
sádico, pero viniendo de ella no me sorprendió mucho. No me preocupaba lo que
podía pasar después, dudo que hiciera un martirio la vida de Alex, no creo que
sea tan terrible la verdad.
—Está bien, trato
hecho –estiré mi mano hacia ella, quien la estrechó con fuerza. Estaba haciendo
un pacto con el mismo diablo, me estaba condenando de verdad, pero aun así,
necesitaba una prueba de lo que ella había dicho y eso sería cuando Alex
regresara.
—Ahora…–dijo
poniéndose de pie –debo ir a alimentarme, nos vemos –dio solos unos pasos
dándome la espalda para desaparecer.
Me recosté
en el sofá, pensando en lo que acaba de hacer, estaría en muchos problemas si
alguien se enteraba de esto, fue ahí cuando entendí que estábamos hablando de
nuestro plan en la sala, a varios metros de la puerta principal, pero no lo
necesario como para Ezequiel y Javier escucharan… ¿o sí?
Corrí hacia
la puerta, para ir a verificar que todo seguía bien con ellos. Ambos me
quedaron mirando.
—Hola chicos
—dije mientras avanzaba y me quedaba al frente de ellos.
— ¿Escuchaste
como nos llamo Javier?... “chicos” –Ezequiel le dio un suave codazo en el
costado a Javier, que lo hizo sonreír.
—Si lo noté
¿Qué quieres Victoria? algo tramas.
— ¡Que
mentira! –Dije defendiéndome, por lo que notaba, no habían escuchado nada –solo
los vine a ver y a saber que les dijo hace unas horas atrás Alex.
—No tenemos
permitido hablar de esas cosas –se escudó Javier.
— ¿Tiene que
ver conmigo? –ellos se miraron y negaron.
—Victoria,
solo nos pidió que le diéramos un informe de lo que pasaba a su alrededor, el
Sr. Lenardis estará de vacaciones por ti, pero no deja su trabajo –las palabras
de Ezequiel me dejaron atónita.
— ¿Qué
dijiste? –de nuevo esa expresión, odiaba cuando ellos decía algo que no tenían
permitido y me dejaban con la duda. Ezequiel llevó su mano a su boca — ¡no me
hagas esto! ¡Dilo de una vez! –nuevamente se dieron una mirada sospechosa,
hasta que habló Ezequiel.
—Bien… —Wow…eso
si me sorprendió, ellos usualmente me dejaban más confundida e intrigada de lo
común, nunca me respondían nada –lo que pasa es que el Sr. Lenardis está de
vacaciones por ti, para ¿cómo se diría? para cuidarte…
—Y
conquistarte claramente –interrumpió sonriente Javier –es tan romántico, siendo
que él es el gobernador de todo un mundo de vampiros, no es fácil tomarse
vacaciones, la última vez fue hace años.
—Claro, lo más
probable que para cuidarte de otra perdida ¿no? –Ambos se miraron e hicieron
una mueca –lo sabía, pero bueno, creo que lo entiendo…él ha perdido bastante.
— ¿Qué
sabes? –Javier me miró con los ojos muy abiertos, sorprendido por lo que había
dicho.
—Elizabeth
me dijo sobre las pérdidas de Alex, es una pena de verdad…no sé como ellas
pudieron dejarlo —fruncí el ceño a recordar cómo me contaba todo Elizabeth.
—Tú también
trataste de escapar ¿no? –Ezequiel me miraba serio.
—Sí, pero no
fue porque… —Oh…eso no se los diría, ni siquiera yo me lo decía con frecuencia.
La razón de haber escapado había sido Bianca, por todas las locuras que me dijo
–tienes razón —dije para despistarlos.
—Bueno, creo
que esto te debería servir para apreciar más lo que tienes alrededor ¿no?
–Ezequiel me miraba intrigado. Esto era sufrir de demencia, aun no comprendía como
todos veían de lo más normal traer a alguien aquí contra su voluntad.
—Creo que
entraré –me enfadé un poco con ellos –nos vemos –dije cerrando las puertas, de
nuevo ambos se miraron confundidos.
Mire a mí
alrededor y no tenía la menor idea que hacer, pero como dijo Ezequiel una vez,
mejor para entretenerme iba a la piscina. Rápidamente me fui a cambiar y me dirigí
al tercer piso. Me quede varios minutos viendo por los gigantes ventanales que
rodeaban la piscina, tanto por los lados como por arriba. Las estrellas se veían
hermosas. Apagué las luces del piso y todo quedo iluminado por las estrellas y
la luna, se veía hermoso.
Me arroje al
agua de un solo salto, estaba tibia, las luces dentro de ella hacia todo mas
mágico, jamás antes pude pensar en estar así, bañándome en un estilo de casa
como esta.
Comencé a
nadar de espalda, viendo las estrellas, pensando en cómo estarían mis padres,
ya había pasado un tiempo, pero aun así debería ser poco para ellos, deberían
estar sufriendo y no podía hacer nada para ayudarlos, no podía avisarles que
estaba bien, que nada malo había pasado conmigo…por ahora, creo que en estos
momentos no lucia nada de mal pasar mi vida con una mirada desilusionante de
mis padres, al creer que había escapado con alguien a tener que convertirme en
un vampiro como dijo Alex.
No podía
imaginar cómo sería una vida siendo vampiro, no conocía nadie que me dijera que
era lo mejor que le había pasado en el mundo, o sea, Elizabeth lo había dicho,
pero ella…no sé, creo que teníamos diferentes perspectivas de lo que es la
verdad felicidad, sin embargo, esos pensamientos fueron enterrados al recordar
lo que dijo Alex “aun eres demasiado
inmadura para mantenerte en esta edad” no podía ver la forma madura de
tomarme las cosas últimamente y no tenía la menor idea a que se refería; antes
le había preguntado sobre si era cierto que me estaba utilizando para mantener
apariencias, lo único que respondo fue aquello. Si era consecuente, Alex debió
responder que aquello era mentira, antes había dicho que sentía algo por mí y
tiene ciertos comportamientos a veces que me hacen pensar que de verdad se
preocupaba, pero esas veces eran muy pocas y las arruinaba diciendo algo luego.
— ¿Qué estás
haciendo aquí?...es tarde Victoria –miré a mi lado y pude ver de pie mirándome
desde un extremo de la piscina a Alex.
—Solo hace
un rato te fuiste… ¿Cómo volviste tan rápido? –nadé hacia el costado más
cercano y salí del agua.
—Fue hace más
de dos horas, pensé que te irías a dormir o estarías leyendo, pero no nadando.
— ¿Qué tiene
de malo que lo haga? me relaja –caminé directo al sofá blanco, donde estaba la
toalla. Alex ya me estaba esperando sentado en él cuando llegué.
Suspire
derrotada, siempre me dejaba boca abierta, y ahí sentado, con su camisa blanca
y unos jeans, lucia muy bien.
—Luces bien
–dijo con la toalla en su mano.
—Gracias
–estiré mi mano para agarrar la toalla, pero Alex la movió hacia la derecha,
con una velocidad sobrenatural.
—No veo el
porqué quieras cubrirte –me estaba comenzando a enojar, mi irritación con él
aun no se había ido. Moví mi mano para tomar la toalla de nuevo, pero esquivó
mi agarre con demasiada facilidad.
—Alex, pásame
la toalla, no quiero estar contigo —traté de tomar la toalla de nuevo, pero
nuevamente se escapó de mi agarre y en cambio sentí como su otra mano, tomaba la
mía con delicadeza — ¿Qué haces? –En mi tono había un poco de pánico, mientras
que mi corazón comenzó a latir con más fuerza y como se hacía más frecuente, no
era por miedo –Basta, déjame.
—Te has
puesto más rebelde últimamente, no me agrada –al decir eso, no sé qué
movimientos hizo, pero terminé recostada en el sofá, mientras que él estaba
sentado a mi lado, dejando una mano apoyada al lado derecho de mi cintura. De
inmediato mi corazón y respiración se volvieron locos.
—Bueno…no
siempre obtenemos lo que queremos ¿cierto? –me traté de poner de pie y salir de
ahí, pero él no me dejó.
—Estas
verdaderamente enojada, creo que la última vez que esto paso fue el primer día
que llegaste aquí ¿recuerdas? –claro que lo hacía, había sido tan estúpida de
pensar que la puerta del baño era mi escape.
—Alex, no
estoy de ánimo de soportar tus cambios de humor ¿no puedes entenderlo?
—Claro que
no, siempre dices que no te comprendo —sus ojos estaban fijos en los mío y eso
ya estaba provocando su efecto.
—Estoy
cansada, solo es eso…de ti para ser específicos, me agota estar peleada contigo
y me agota que seas un idiota que cambia su humor cada segundo ya no puedo seg…
—demonios…de nuevo me había hecho callar, besándome.
Su mano
libre que tenia la toalla, ahora estaba en mi cuello, haciendo que me levantara
un poco para acercarme más él, mientras que mis manos ahora estaban tomando
firmemente su camisa. Dios…había extrañado sus besos, estos días solo me estaba
tentando, nada más, ahora podía sentir como sus labios se movían con suavidad
contra los míos, exactamente como se movía su lengua contra la mía, una
perfecta sincronía.
Mis manos
ahora comenzaron a bajar, para poder meterlas bajo su camisa, no me tomó mucho
hacerlo, extrañaba su piel…sí, lo extrañaba él y bastante. Luego de unos
segundos se separó, dejándome en las nubes.
—No te
debería besar, estas enojada ¿no?
—Alex —no me
gustó que separara, y más dejándome en este estado. Me senté para poder
besarlo, pero él se alejó –esto lo haces apropósito.
—Sí, todo es
parte de un increíble plan –me rodeó con la toalla y luego comenzó a alejarse
de mí, eso me molesto de verdad
— ¡Alexander
Lenardis! no eres más que un poco hombre –se giró a verme, frunciendo el ceño.
— ¿Qué has
dicho?
—Sí, eres un
poco hombre, solo te gusta jugar conmigo, nada más, dejándome…en un pésimo
estado –tiré la toalla a mi lado, realmente no tenía nada de frio, sino todo lo
contrario.
—Creo que
estoy en la obligación de hacer que te retractes –estaba al frente mío,
mientras tomaba mi cintura y me acercaba a él, debo decir que ese movimiento
fue bastante delicado, Alex en su mayoría de las veces era bastante cuidadoso
–yo no soy el que anda tentando solo con caminar –me sonrojé al escucharlo. Me
empiné más y no le tomó nada tomar mis labios de nuevo, haciendo que mi corazón
latiera con más fuerza que antes por su agarre en mi cintura que hacía que
sintiera su cuerpo. Comenzó a avanzar, haciendo que tuviera que caminar, pero
no me importaba ver a donde me llevaba, estaba bastante concentrada sintiendo
sus labios contra los míos.
Sentí como
el sofá chocaba con mis pantorrillas, haciendo que cayera sobre este, Alex
también lo hizo, pero cuidó de que yo no recibiera todo el peso. Nos acomodamos
mejor sobre el sofá, en ningún momento separando nuestros labios.
— ¿Es idea
mi o estas bastante…ansiosa? –marcó una sonrisa, de esas que me gustaban,
curvando sus labios.
—Esto es tú
culpa –me mostró aun más sus dientes sonriendo, pero no le di tiempo de decir
nada, porque mis manos fueron a su camisa y lo atraje a mí de nuevo, me gustaba
que él me dejara algo de control, era obvio que nunca podría empujarlo o
atraerlo a mí, siendo humana.
Sus manos
comenzaron a recorrer mi abdomen a su gusto, haciendo que miles de escalofríos
pasaran por mi cuerpo, lo que solo provocaba que necesitara tenerlo más cerca
de lo que ya estaba. Esta vez que sus labios se separaron de mí, no dije nada,
ya que ahora iban bajando por mi cuello, haciendo que mi corazón latiera mucho
mas fuerte al sentir suavemente sus colmillos por mi piel, sabía que eso él lo hacía
a propósito.
Siguió
bajando hasta llegar a mi clavícula y no tengo la menor idea como en ese
momento me acordé de...Charlotte, si, de ella, este era el momento que tenia
para poder comprobar lo que ella dijo, por lo que cuando Alex siguió bajando
hasta pasar sus labios por sobre la parte superior del bikini, haciendo que mi
espalda se arqueara y me fuera más difícil poder concentrarme y cumplir mi
objetivo. Mis manos se hicieron un puño en su cabello, mientras que él recorría
con sus manos mis piernas, me estaba volviendo loca…y eso era nuevo, si, porque
nunca habíamos llegado a este nivel con Alex, ahora me pasando sus labios por
mis pechos y aunque fuera sobre el bikini, esto era nuevo.
Con mucha
fuerza de voluntad tomé el rostro de Alex e hice que volviera a mis labios, no
le tomó nada de tiempo concentrarse en ellos, pero deje mis manos en su torso y
lo aleje un poco, separándolo de mi. Alex frunció el ceño sorprendido, pero no
lo deje hablar primero.
—Quiero
arriba —sonreí entusiasta, no podría llegar a besar su oreja, si no tenía
cierto poder en él.
— ¿Qué? –se
veía confundido, pero solo lo empujé un poco y lo cambié de posición, amaba que
el sofá fuera amplio. Me senté sobre él, mientras Alex marcaba una sonrisa
coqueta. De inmediato me fui a sus labios y seguí besándolo por unos segundos,
para luego hacer lo mismo que él había hecho antes, bajar por su cuello, me
desconcentre bastante cuando las manos de Alex comenzaron a masajear mi
trasero, pero gracias a mi control sobre natural, pude llegar a mi objetivo. Me
mordí el labio inferior antes de pasar la punta de mi lengua por el lóbulo de
su oreja izquierda.
Bien, lo
primero que pasó fue un sonido y ese fue un gruñido desde el pecho de Alex, y
bueno ahora ya no tenía nada de poder y Alex me estaba besando con bastante
pasión, mientras mágicamente él había quedado entre mis piernas. Ni siquiera me
di cuenta como había pasado todo, fue muy rápido.
Alex volvió
a bajar por mi cuello, mientras que sus manos iban a mi espalda y desabrochaban
mi bikini, esta vez no puse nada de resistencia, y vi como caía parte del
bikini al suelo. Él me quedo mirando y sonrió, me sonrojé completamente, pero
no tuve tiempo de decir nada cuando pude sentir de verdad los labios de Alex en
mi pezón mientras que su mano abarcaba el otro pecho.
—Alex… —su
nombre me salió como un susurro, porque me estaba faltando el aire y para mi
sorpresa, eso le gusto a Alex, porque sentí como sonrió contra mi piel,
mientras seguía chupando, dando leves mordidas y apretando mis pechos, eso solo
hacían que mi cabeza volara, no quería que parara nunca, era magnifico en esto
y jamás lo había sentido, todo esto era nuevo para mí. Casi le grite a Alex
cuando se separo de mí.
—Eres
exquisita, prométeme que podré beber de tu sangre –aun estaba bajo el efecto de
sus caricias, así que…bueno no era responsable de las cosas que dije.
—Sí, haz lo
que quieras, pero sigue…
—Promételo —dijo
sacando una de esas sonrisa, mientras mi concentración se iba a como se sentía
su pecho contra la tela de su camisa.
—Sí, lo
prometo, ahora… —no me dejó decir nada más, estaba contra mis labios y sus
caderas se movían suavemente contra las mías. Me estaba volviendo literalmente
loca, porque necesitaba alguna forma de…liberarme, pero no sabía cómo hasta que
sentí como la mano de Alex que estaba en mi pecho comenzó a bajar, hasta llegar
a mi vientre, presioné bastante mi mano en su brazo cuando sentí que su mano
estaba bajo la única prenda que tenia. Agradecía que Alex me estuviera besando
mientras hacía esto, porque sentía como mis mejillas estaba muy sonrojada.
Comenzó a
mover su mano contra mí, haciendo que mi cuerpo subiera a cien grados de
temperatura, hasta que segundos después sentí como un dedo se introdujo en mi
cuerpo, lo que me saco un gemido bastante fuerte, mientras mi pecho subía y
bajaba rápidamente. Me tuve que separar de sus labios para respirar mejor.
—Alex, más
rápido… —dije mientras me encontraba con sus ojos. No movió más rápido su mano,
pero si añadió otro dedo –Alex —era lo único que podía salir de mi boca, nada más.
Él me dio una de esas sonrisas arrogantes, mientras me hacia sonrojar aun más.
—Te ves
increíble de este ángulo –fruncí el ceño al notar que su voz era lo más
tranquila del mundo, mientras que ahora yo me movía mis caderas contra él y
como arte de magia, Alex comenzó a moverse más rápido, haciendo que una bola de
fuego se formara en mi vientre, donde no paso más de diez segundo cuando pude
sentir como si mi cuerpo se liberara. Me tuve que morder el labio para no
gritar.
—Dios… —Alex
sacó su mano de donde estaba y pasó dos dedos por sus labios para luego
saborearlos. Me quedé boca abierta mirándolo y pensando como seria tener su
boca en la parte más intima de mi cuerpo.
—Sí, eres
exquisita —no le dije nada, en estos momentos era como si fuera una muñeca de
trapo y me sentía bastante cansada –estas agotada.
—Si… —mis
ojos pesaban. Alex se acercó y me dio un corto y dulce beso en los labios para
luego con cuidado poner la parte de arriba de mi bikini y tomarme en brazos
–gracias… —dije mientras dejaba mis brazos alrededor de su cuello.
— ¿Por qué?
–su voz ahora era dura, siempre la utilizaba cuando el Alex tierno o el Alex
sexy se iba. Se dibujo una tonta sonrisa en mis labios, él sabia porque. No
dijo nada y me apoyé mejor en él. Segundos después estaba abriendo la puerta de
mi habitación y dejándome sobre la cama –dame un segundo –literalmente fue un
segundo, porque solo pasó eso para sentir como me ponía un pijama –terminé,
estas lista para dormir –me tape con las sabanas, mientras podía ver lo claro
que se estaba comenzando a poner la habitación. Alex cerró todas las cortinas.
—Alex… —susurré
llamándolo, mientras me quedaban las últimas energías. Sentí como se paró al
lado de la cama –no te vayas —estiré mi mano hacia él, quien la tomó de
inmediato.
—Lo siento,
pero hoy no –dio un suave beso en mi mano y luego la dejó en mi cama –ahora me
tengo que preocupar de mí, aquí solo tu tuviste tu liberación –se acercó a mis labios y me besó, esta vez
no fue nada dulce, pero me dejo queriendo desear más sus labios; después de
eso, solo sentí el golpe de la puerta.
¿A qué se
refería Alex a que se tenía que preocupar de él? no quería seguir pensando en
aquello, primero porque moría de sueño y segundo, porque una de las ideas que
me traía aquella frase, era que se iría a meter a la habitación de Charlotte,
pero no tenia cabeza para aquello. Hoy me di cuenta de que en verdad comenzaba
a desear el momento en que Alex me hiciera completamente suya porque me
imaginaba que debería ser increíble; y también me di cuenta de que Charlotte si
me dio un dato sobre el lóbulo de la oreja de Alex, ella decía la verdad…y no
quería pensar en cómo lo descubrió, así
que me rendí y me entregué a los brazos de Morfeo, prefiriendo por ahora, ser
una completa ingenua.
wuajajaja
ResponderEliminarcompleta ingenua?? mmm ya no se puede mijita!! xD
kajakajakaj
xq ese hombre te ha dado el primer y mejor orgasmo de tu tan corta vida.. y eso no es cualquier cosa...¿xq mierda los vampiros se la saben x libro?
aaaaaaggg!!
ResponderEliminarcomo desearía ser Victoria sólo x un momento!! y no lo digo sólo x q así podría estar con Alex ... e.e
si no por q así podría decirle unas cuantas cosas a esa perra de Charlotte!! como detesto a esa tipa!!
*Kathy *
No habrá manera de ponerle bosal a ésa perra ó de que Viky se de cuenta de que es una ardida antes de meterse en problemas...
ResponderEliminarIngenua mis ovarios, esa perra sabe todo de primera mano, a mi no me engana, y todo es un rollo, pobre vicky en ocasiones soy su aliada nunero uno y otros solo quiero golpiar su culo
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