jueves, 2 de febrero de 2012

L.D - Capitulo 16



CAPITULO 16

De mi boca no había salido palabra alguna, no había sido capaz luego de haber entendido el poco tiempo que me quedaba para ser vampiro.
Con Alex ya estábamos en casa, nos habíamos demorado en llegar, ya que yo no quise viajar a su velocidad, agradecí que no dijera nada, creo que estaba comprendiendo cuando tenía que callarse.
—No quiero ningún drama como te dije antes, no quiero incomodar a nuestras invitadas ¿está claro? –estaba equivocada, aun le costaba guardar silencio. Asentí y me dirigí hacia la sala –no sé por qué haces tanto escándalo Victoria, sabias lo que iba a pasar, me sorprende tu actitud –me senté completamente abatida en el sofá, mientras que Alex se sentaba en el otro extremo de este. No era capaz de entender su actitud, no comprendía lo que me podía estar pasando en este momento con su noticia. No pude responder a sus palabras porque ya no estábamos solos, a nosotros ahora se unía Elizabeth y Raúl, quienes se sentaron en el sofá de al frente.

—Buenas noches –dijo Raúl, mientras tomaba la mano de Elizabeth. Solo lo mire y sonreí.
— ¿Qué sucedió?... ¿hizo algo ese John? –La mirada de Elizabeth era preocupada, pero luego miró a Alex, supongo que Alex le dijo a través de sus pensamientos lo que había sucedido de verdad –Victoria… —ella se sentó en un segundo a mi lado, mientras pasaba su mano por mi espalda, consolándome ¿Por qué Alex no podía entender que eso era lo que necesitaba?
—Le está dando una importancia ridícula a esto, ni siquiera va a morir…bueno, solo su corazón no latirá más –ya me estaba cansando de Alex y su poca sensibilidad, por no decir que era completamente nula. Estaba tratando de ser lo más paciente para no estallar y gritarle, odiaba que Alex sacara lo peor de mí. Me puse de pie para irme o si no iba a terminar por tomar alguna estaca y partirlo en pedacitos….seria entretenido si de verdad pudiera hacerlo.
—Viky —dijo Elizabeth preocupada, pero seguí hacia adelante, no obstante una mano me detuvo.
—Te dije que nada de espectáculos, ahora ven a sentarte, porque Elizabeth Y Raúl están aquí por ti  —comenzó a caminar llevándome con él, hasta que hizo que me sentara a su lado. Elizabeth había vuelto a estar con Raúl.
—Alex, no creo que sea el momento, puede ser mañana o cuando Viky se sienta bien –Raúl me miraba preocupado, pero Alex no lo tomó en cuenta y menos lo hizo cuando llegó a la sala Charlotte. Vestía pantalones negros ajustados y una ramera gris que se movía a su alrededor de una forma envidiable mientras caminaba, llevaba su largo y rubio cabello suelto…como me desagradaba.
—Buenas noches a todos, veo que hay un ánimo increíble por aquí –me sonrió de esa forma que me apestaba en ella. Esperaba que nunca en mi vida estuviera sola en una habitación con Charlotte.
 — ¿Cómo has despertado? –Alex le sonrió mientras se separaba de mí e iba saludarla con un beso en la mejilla, realmente no me importó, solo esquivé la mirada de esa imagen, no tenia ánimos para soportar las tonterías de Charlotte.
—Muy bien, gracias Alex –no pude evitar volver a mirar y note claramente como ella apoyaba su mano en el pecho de Alex, sonriéndole coquetamente.
—Alex, estamos aquí por algo ¿no? –Raúl lo miro serio y Alex asintió, apoyándose en la chimenea que estaba a su lado, mientras que Charlotte iba a mirar por la gran ventana. Raúl sigue hablando, pero ahora se dirigía hacia mi —Bien pequeña Victoria, creo que te debes enterar más sobre nosotros siendo que serás una más ¿no?
—Supongo —suspiré cansada, cada vez que me desanimaba y tenia momentos de verdadero odio hacia Alex, era como si mi cuerpo entero estuviera agotado después de hacer demasiado ejercicio.
—Deja de hacerte la víctima —Charlotte me miro fijo a los ojos –aquí eres todo, menos una víctima, eres una simple y ordinaria humana que le ha tocado la suerte de ser convertida por Alex –repentinamente se comenzó a alterar, y parecía una verdadera fiera mientras caminaba hacia la parte detrás del sofá, donde estaba Elizabeth y Raúl –y ahora te daré tu primera lección…no pienses que eres especial, no lo eres, Alex solo tiene que tener una compañera para montar apariencias ante todo el consejo y los vampiros, así que no esperes que te sea fiel….menos a ti niña –mi vista fue de inmediato de Alex a Charlotte.
— ¡Basta Charlotte! ¡Vete de esta sala de inmediato! –Elizabeth se puso de pie y miró enfadada a Charlotte, quien tenía una expresión de sorpresa por un segundo, pero luego sus labios marcaron una perfecta línea por culpa de la presión de la rabia que sentía. Desapareció en un segundo – ¡Dios!...me volverá loca –se sentó acariciando su frente, mientras Raúl acariciaba su otra mano. Miré a Alex, quien no tenía ninguna expresión, pero por lo menos tenia la decencia de mirarme.
—Por lo menos ahora tengo algo claro –no esquivé la mirada de Alex –ya sé porque hiciste todo esto, estas lecciones por lo visto serán memorables…todo esta cuadrando ahora.
—Pequeña, no creas lo que dice Charlotte, esa chica está loca…de verdad –Raúl miró a Alex luego de decir eso, pero este ni siquiera se inmutó en decir algo.
—Si me disculpan –miré a Elizabeth y Raúl, mientras me ponía de pie –necesito ir al baño y vuelvo ¿sí? –les sonreí para que no se preocuparan, ambos asintieron.
Me apresure en subir las escaleras y llegar a mi habitación. Cerré la puerta y me senté en el suelo de inmediato, dando un largo suspiro, esto era demasiado para mi ¿Qué pasaba si Charlotte decía la verdad?...aunque Elizabeth sinceramente se enojó con ella, siempre ha defendido a Alex diciendo que debo entenderlo o cosas así, pero Alex ni siquiera se preocupó de desmentir lo que Charlotte dijo.
—Debes saber que esto lo hago por tu propio bien –al escuchar su voz me puse de pie de inmediato. Charlotte solo estaba a unos metros de distancia de mí, apoyada en un pilar de madera de mi cama.
— ¿Qué haces aquí?...sal, llamaré a Alex –su risa salió de inmediato.
— ¿Crees que él me dirá algo porque te he incomodado? una cosa es regañar a sus empleados para engañarte, pero otra es regañar a un vampiro de verdad –cada palabra que salía de su boca iban directo a mi estómago.
—No me importa lo que digas, sal de aquí, por favor –abrí la puerta esperando a que desapareciera, pero solo se escuchó el golpe de la puerta cerrándose, mientras perdía el tacto con la madera — ¡Sal de aquí Charlotte!...Alex escuchará o por lo  menos lo hará Elizabeth…y dudo que quieras seguir siendo regañada por ella –la tenia al frente, mirándome enojada.
—Eso no lo creo, estas habitaciones se mandaron hacer con la cualidad de ser aislante del sonido, a mi parecer solo Alex estaba arreglándoselas para poder tener a más de una mujer en diferentes camas sin que se dieran cuenta –eso si me hizo enfurecer.
— ¿Cuál es tu problema? yo no te he hecho nada.
—Eso es cierto, aun así no me agradas, pero tampoco me gusta ver como todas andan humillándose con Alexander.
—Muchas gracias por tu preocupación, pero no lo necesito, así que puedes dejar de actuar como la perra que eres –hice mis manos un puño para seguir con mi tiempo de coraje. Entrecerró los ojos, pero duro solo un segundo, ya que dio media vuelta y comenzó a caminar por la habitación.
—No puedo negar que eres valiente, eso es cierto, pero estas siendo muy ingenua al pensar que puedes enamorar a Alexander.
— ¡¿Qué?! eso…. –la miré sorprendida por lo que había dicho –Wow…tranquila vampirito, mira que por lo visto la equivocada aquí eres tú, yo no trato de hacer nada con Alex –una amplia sonrisa se marcó en sus labios, supuse que no me creyó.
—Está bien, lo que tu digas…veras –se dirigió hacia la cama –mi temperamento no siempre es agradable para los demás.
— ¿En serio? –dije irónicamente.
—Mira, no me has hecho nada, pero me eres desagradable, es algo de química…ahora bien, eso no quiere decir que soporte verte como estúpida con Alexander –me llama la atención a como lo llamaba “Alexander”…sonaba como si no hablara de solo Alex –solo te haré ver que tengo razón…me gusta demostrarlo y si tengo que darte una leve ayuda, lo haré –esto no me estaba dando un buen presentimiento, para nada –pero tú debes hacer lo que yo te diga ¿te parece? –no pude evitar reír a lo que dijo.
— ¿Qué te hace pensar que haré eso?
—Porque estas en desventaja, tengo más información de la que crees, llevo mucho tiempo dentro de esta familia.
—No te creo y no caeré en tu juego, eres la típica malvada que trata de realizar un plan, así que ahora vete…te lo estoy pidiendo amablemente –ella rodó los ojos.
—Alexander tenía razón, esto no es un libro Victoria, es la vida real y te estoy dando una oportunidad que no volverá a ocurrir, ni siquiera te estoy dando la opción de traicionarlo, sino de que sepas la verdad de todo ¿no crees que estoy siendo ya muy generosa?
—Por Dios Charlotte, eres la típica víbora malvada, en lo ficticio tanto como en lo real –suspiro un poco irritada.
—Victoria, escúchame bien, Alexander te esconde una cantidad de cosas que no tienes idea, hay muchas partes de la conversión que ni siquiera se te han revelado.
—Para eso me está dando estas tan especiales “clases”
— ¡Bien! –Se puso de pie y comenzó a caminar hacia mi –te lo has perdido, tuviste la oportunidad y la has rechazado, nunca debí si quiera querer ayudarte –me miro con suficiencia y abrió la puerta. Debo admitir que sus palabras lograron que entrara el pánico en mí, ella era mi atajo, encontrar toda la verdad solo a un paso, ya que si tomaba el camino largo significaba tener que sacarle información a Alex –solo te diré algo más, cuando estés… —llevó su mano a su mentón —más cerca de lo normal con Alexander, te recomiendo que pases solo la punta de tu lengua por el lóbulo de su oreja izquierda –abrí mi boca por culpa de lo que dijo.
—Vete de aquí Charlotte –ella rodó los ojos y siguió su camino.
—Cuando lo hagas, sabrás que todo lo que dice Alexander o los demás no siempre es cierto –al decir eso desapareció.
Cerré la puerta de golpe, pero miré a mi alrededor y ya no quería estar ahí, por lo que me apresuré en dar la vuelta más larga a través de la casa para poder tener más tiempo para cuando retornara con los demás. Estaba en problemas y en unos muy grandes. Quizás después de todo, Charlotte si quería mostrarme la verdad sobre Alex, pero ella no era de confiar, tampoco lo era nadie en esta casa en realidad…estaba sola, esa era mi verdad, yo no tenía por qué serle fiel a nadie, específicamente a Alex ¿en qué estaba pensando al rechazar la oportunidad que me estaba dando Charlotte?
Alex había sido quien me había quitado mi vida, me quería convertir en un vampiro y no era capaz de ser un poco sensible, le daba lo mismo lo que yo sintiera.
Baje las escaleras más compuesta y decidida, solo tenía que probar algo para confirmar mi decisión. Llegué con los demás, donde conversaban amenamente, Alex me dio una larga mirada.
— ¿Qué? –dije arisca cuando me senté a su lado.
—Nada… —no fue capaz de decir algo. Tenía que concentrarme en ver que él era el enemigo, en realidad todos, no tenía porque ser amable o tener que empezar a preocuparme por alguien aquí, esta era mi cárcel y no sé qué había pasado, pero había perdido esa visión por un tiempo.
—Veo que estas mejor –evité que la sonrisa de Elizabeth me desconcentrara.
—Así es…podemos seguir.
—No creo que eso sea lo correcto, Raúl tenía razón, ha sido muy pronto para ti –miré a Alex confundida al escucharlo.
—Pero tú dijiste.
—Sé lo que dije, me equivoqué — ¡no podía seguir aguantando esto! no me volvería bipolar con mis pensamientos, solo por dejarme llevar por las hormonas de adolescente.
— ¡Bueno, me da lo mismo! —le grité sin que me importara nada ¡estaba ya harta de sus cambios de humor! –no puedes decidir qué hacer conmigo en cada minuto ¡es mi vida la que está en juego!  –creo que todo esto me estaba arruinando. Me gire para largarme de aquí, pero no pude, tenía más cosas que decirle al idiota de Alex — ¡Dios! a ti no te importo nada Alex, por eso tampoco me debes importar ¡quédate con tus estúpidas lecciones y haz lo que quieras!
Bueno, podía decir que por primera vez había sorprendido a tres vampiros, ya que todos me miraban con los ojos abiertos como platos.
Salí de ahí corriendo, sabía que todo había sido demasiado dramático, pero mi paso normal no era una opción para salir de ese lugar. Traspasé la terraza corriendo y fui directo al pequeño laberinto que había encontrado hace ya días atrás. Me senté en la banca de piedra blanca y llevé mi rostro a mis manos…estaba agotada. Me tomó unos minutos regular mi respiración y poder tranquilizarme.
—Realmente te asentara ser una vampiro, la luz de la luna se ve maravillosa en tu piel —mire asustada y note que ahí estaba Elizabeth. Suspiré rendida, no podía tener un momento de privacidad en este lugar.
— ¿Qué haces aquí Elizabeth? ya no quiero saber nada.
—Estas muy alterada ¿Qué sucedió? –me enfadé de nuevo por tu estúpida pregunta.
—Oh, no sé quizás sea por el hecho de que ¡me van a convertir en un vampiro! ¡Qué Alex solo me está utilizando! ¡Y que me puede manipular a su gusto! ¿Cómo nadie es capaz de entender que esto no es normal? –estaba furiosa, estaba cansada de toda esta estupidez, como nadie entendía lo que de verdad pasaba.
—Victoria…respira –se sentó a mi lado y me rodeó con su brazo, acercándome a ella. Solo eso bastó para romper en lágrimas, como una niña de cinco años –estas bajo mucho estrés…es entendible que actúes así y más con la confusión que estas sufriendo, solo respira, trata de no pensar en lo que pasa –sabias palabras, las tomé de inmediato y me concentré en flores, era el perfecto lugar para hacerlo. Respiré profundamente varias veces mientras que las lágrimas salían y salían como si no tuvieran fin.
—Él solo me está usando, nada más… —ella me presionó más contra sus brazos, no dijo nada, lo que me hizo llorar aun más.
Tuvieron que pasar largos minutos para que me tranquilizara por completo. Me separé de Elizabeth y sequé mis mejillas con mis manos.
— ¿Mejor? –asentí, sentía que mis ojos me picaban –Bien, creo que te debo informar de varias cosas…tu confusión llega a niveles estratosféricos –aquello lo dijo sonriendo.
—Discúlpame Elizabeth, pero no eres tú la que debes decir nada en realidad, ni siquiera eres tú la que deberías estar aquí –frunció sus labios, sabía que yo tenía razón.
—Bien…pero no siempre obtienes lo que quieres querida, eso ya lo tendrías que saber ¿no crees? –sí, claro que conocía esa frase y en estas semanas esa misma frase me ha dado bofeteadas cada día.
—Escucho… —no tenía nada que perder, aparte de confundirme más.
—En realidad la que debe hablar eres tú ¿Qué te sucedió hace un momento atrás? –esquivé su mirada. No podía decirle que todo pasó por culpa de Charlotte, ya que si la delataba perdía mi oportunidad de saber todo de una buena vez.
—Nada, solo que es demasiado que soportar, no es como si me tomara esto como una etapa de mi vida que tenía que pasar.
—Victoria…no me mientas, esto lo sabías de hace mucho tiempo y jamás has explotado como lo hiciste antes, además tú te has dejado encantar por Alexander, dudo que sea todo esto por ser convertida.
—Creo que no eres la más indicada para dar esa opinión, siendo que fuiste capaz de convertiste a tu propio hijo —la miré directamente. Le tomó unos segundos volver hablar.
—Alex y yo, eso éramos antes cuando fuimos humanos, solo los dos, su padre desapareció al instante de saber que yo estaba embarazada, notaras que en los tiempo que te hablo, ni se pensaba en una madre soltera, fue muy difícil tanto para él como para mí y luego cuando Alex tenia tu edad llego Raúl, no preguntó ni hizo nada de lo que Alex ha hecho contigo, solo me convirtió…tuve que estar lejos de Alex durante largos meses por el miedo de matarlo, Raúl me explicó que podía verlo de nuevo, que solo tenía que ser mas paciente…y lo hice, me tomó mucho más que unos simples meses…me tomó dos años poder verlo y me tomó otro año poder hacer que confiara en mí, fue la peor época de Alex, solo imagínate sola en un lugar donde se te discriminaban por no tener familia, sin tener a donde recurrir –no le respondí nada, estaba realmente sorprendida por lo que me estaba diciendo –Alex no sabía lo que era yo, ni tampoco lo que era Raúl, al principio le dije me había ido porque había sufrido un accidente, que Raúl me había encontrado y cuidado, tomándome dos años poder volver a él…claramente es la historia más estúpida que pude haber inventado, pero creo que Alex se hizo el desentendido porque me creyó, pero aun así no confiaba, Raúl nos sacó de donde vivíamos y nos llevó a su hogar, con el tiempo me fui enamorando de él, sabes lo magnifico que es…no se le hizo difícil robarse mi corazón, después de todo, jamás sentí algún remordimiento por haberme convertido ¡es fantástico! lo que si lamentaba era perder dos años al lado de Alex…él era muy diferente a lo que es ahora, encantaba a varias chicas, pero…bueno, dejemos con que era lo opuesto a lo que es en este momento –asentí.
—Eso ya lo sé…solo parece que me toca trazas del Alex antiguo, pero como dijiste, no siempre obtienes lo que quieres, menos cuando Alex esta coqueteando con Charlotte –entrelacé mis manos, presionando levemente al recordar como la saludó tan amablemente.
—Oh…bien esa es mi culpa –la miré curiosa, nadie me daba una explicación sobre que hacia aquí Charlotte —luego de varias décadas donde estábamos Raúl, Alex y yo…pensé que sería bueno que él encontrara a alguien, Alex ya no vivía cerca de nosotros, por lo que cuando me encontré con Charlotte fue como encontrarse con un cachorrito herido, además su creador está muerto, ella no tiene conexión, así que de inmediato pensé que ella era perfecta para él porque serviría igual para distraerlo de su ultima perdida, pero cuando llegamos, era muy tarde, él ya tenía a alguien y lucia muy feliz, eso devastó a Charlotte, pero por ahora supongo que ya lo superó, ha tenido parejas, pero nada importante y no ha hecho ninguna conexión con un humano –suspiró, parecía que de verdad se arrepentía de esa decisión –ella se ilusionó mucho con lo que le comente sobre Alex, estaba tan segura… él fue una gran desilusión, pero no por eso dejaré que hable mal de él adelante tuyo.
—Claramente no siempre obtienes lo que quieres –eso era deprimente.
—Así es Victoria…y Alex tampoco lo obtuvo siendo humano, pasaron ciertos hechos que lo llevaron al extremo de la muerte, donde no tuve otra opción que convertirlo, eso hizo perder mi conexión con Raúl…amo ser vampiro, pero Alex no tenía idea de nada, por lo que sin su decisión yo jamás lo hubiera hecho, a menos que me viera obligada, no lo podía perder, era mi única razón de vivir…él es todo para mi Victoria, siempre lo querré ver feliz.
 No pude evitar sentirme mal, por haber pensado que ella lo había hecho por ser la persona más egoísta del mundo, pero aun así sabia que ahí había algo que no me estaba diciendo y no iba a dejar que se me escapara.
— ¿Qué hechos importantes lo llevaron a la muerte? –ella sonrió ampliamente.
—Alex no miente sobre que no se te escapa nada –levanté los hombros sin poder evitarlo, no era algo que contralaba, ponía atención a las cosas que me decían, siempre, cada detalle.
—Supongo…
—Aun siendo muy astuta Victoria, no te lo puedo decir, no me han “autorizado” –dijo haciendo las comillas con sus dedos –tuve suerte que me dejara venir hablar contigo –suspiré rendida, cada vez el camino corto que me ofrecía Charlotte me gustaba más y más.
—Tengo una duda…algo que me puedes contestar, porque es relacionado con vampiros y tu vida –dude un poco, pero al verla asentir me arme de valor — ¿Por qué no estás con Raúl ahora?
—Bueno…Charlotte no mentía en algo, es muy raro encontrar a un vampiro fiel y Raúl no lo es y luego…bueno, yo tampoco, mi único objetivo que mantengo es Alex.
—Dijiste que tu conexión con él era muy fuerte antes, pero Alex ha convertido a otras ¿Cómo sigues teniendo esa conexión?
—Porque cada vez si el vampiro que has convertido muere, vuelves a tu conexión anterior –eso me hizo pensar en algo demasiado grave.
— ¿Todas han muerto? –era obvio, por algo yo tendría una conexión con Alex ¿él habrá sido capaz de…?
—Sí, pero él nunca le ha hecho daño a ninguna, como te dije antes, es raro encontrar vampiros fieles y…Alex jamás ha sido infiel a una de sus compañeras –eso si me sorprendió de verdad.
— ¿Ellas lo han dejado? –Ella asintió — ¿pero porque están muertas? ¿Tú has…?
—¡No! por favor, amo ver a mi hijo feliz, pero si alguien lo deja, no sería capaz de matarle, recuerda que fui gobernadora, se vería muy mal de mi parte…Victoria, ahí está lo que le debes sacar a Alex, yo no te lo puedo decir, pero es algo que no puede controlar y por aquello él ha cambiado hasta ser la persona que es ahora…ha perdido demasiadas conexiones, de alguna forma eso te marca, es como si en cada perdida que tuvo, era una parte de él que se llevaban con él –tragué saliva nerviosa, jamás pensé que Alex pudo pasar por todo eso “en cada perdida que tuvo, era una parte de él que se llevaban con el” aun así no podía confiar del todo en Elizabeth, ella misma dijo que Alex era todo para ella, lo más posible era que podría mentir por él también.
—Elizabeth necesito un poco de tiempo a solas —ella asintió y me dio medio abrazo para luego desaparecer –Dios… —suspiré cansada.
Esto era demasiado para digerir. No me podía imaginar todo el dolor que ha pasado Alex, era injusto, pero tampoco entendía como ellas, cada una de sus compañeras, que deducía que no eran pocas pudieron abandonarlo y terminar muertas, quizás era algún estilo de infortunio que le perseguía, aunque eso era completamente ridículo.
Por lo menos tenía algo en lo que podía estar segura, y era sobre las conexiones. Habían tres formas de perderla, la primera era la natural, como Raúl, que perdió su conexión con Elizabeth cuando ella convirtió a Alex, quedando completamente libre de que alguien se metiera en su cabeza; la segunda era la de Charlotte, donde su creador había muerto, también perdiendo la conexión, aunque ella podría encontrar a un humano con el cual pasar una eternidad si lo convertía en vampiro; y por ultimo Alex, para mí era la peor, perder aquella conexión porque al vampiro que convertiste ha muerto llevándose parte de ti, eso debe ser horrible.
Luego de quedarme analizando todo lo que me dijo Elizabeth, ahora estaba entrando a la casa y con una nueva actitud, estaba decidida…no tenía tiempo para sacarle información a Alex, así que la opción de Charlotte era mucho más factible, aunque al llegar a la sala, sentí como toda esa determinación se iba al ver a Alex, que estaba dándome la espalda, ya que miraba por la ventana, se volteó a verme y note que tenia uno de esos “tragos” carmesí.
— ¿Estas más tranquila? –asentí y con todas mis fuerzas trataba de mantenerme fuerte, tenía que convencerme que Charlotte tenía razón, no obstante, me sorprendí por su pregunta.
— ¿Ahora estas preocupado? –de un trago termino de bebe su copa, me sentía mal porque cada vez se me hacía más normal que estuviera bebiendo sangre…humana. Me ayudaba pensar que no había matado al dueño de su trago.
—Si –bien, si antes me había sorprendido por su pregunta, ahora estaba en estado de shock al escuchar su respuesta –creo que te debo una disculpa, se cuando me equivoco, y estos días al verte tan tranquila, pensé que habías asumido lo que pasaría con tu futuro, por eso se me era incomprensible tu actitud.
—Que esté tranquila no significa que acepte todo lo que tendré que pasar.
—Ahora lo sé, siento mi descuido —aun estaba en estado de shock, aunque haya hablado hace un segundo, no me era fácil recuperar mis habilidades léxicas –Lo siento.
—Ya lo dijiste –no pude evitar ponerme a la defensiva, a mi mente vino la conversación con Charlotte y lo que dijo también cuando estábamos todos juntos, que Alex solo me estaba utilizando.
—Estas enojada.
—Claro que lo estoy sabiendo las noticias que se me han revelado últimamente –de inmediato mi corazón me estaba avisando que me estaba alterando.
— ¿Es por lo que te ha dicho Elizabeth? –me sorprendía que ni siquiera se esforzara por desmentir lo que dijo Charlotte.
—No, eso me aclaró muchas cosas, sobre ella más que de ti, ya que cuando pregunté que pasó contigo cuando se acabó tu vida, me dijo que no la habías autorizado a hablar.
—Eso es muy pronto para ti.
—Claro que no lo es Alex, pronto es ser convertida en vampiro y perder mi vida, lento es saber los motivos de mi secuestrador y como ha sido su vida…eso es un proceso bastante lento y me estoy cansando.
—Bien, no sacas nada con ponerte de mal humor, porque no hay forma de que sepas las cosas antes y tampoco hay forma de que tu conversión se realice más tarde, aunque quisiera, está fuera de mis manos –claro que había una forma más rápida de saber de su vida.
— ¡Eres el gobernador de los vampiros!...no hay imposible para ti.
—Claro que los hay, ni siquiera has escuchado lo que te he dicho, por algo hay un consejo, me controlan y la fecha de tu conversión es algo que controlan igual.
— ¡¿Como también haberme elegido?! ¡¿Ellos son el motivo de mi secuestro?! –Di unos pasos para acercarme — ¿es por eso cierto?...di que si, hazlo —se me haría todo más fácil si él aceptaba lo que había dicho Charlotte –lo has hecho porque necesitabas alguien, solo por eso –los ojos de Alex me miraron intensamente, mientras los entrecerraba.
—Si estuviera en mi poder, tu conversión seria más adelante, aun eres demasiado inmadura para mantenerte en esta edad…aunque madures en un futuro, tomará tiempo –por un momento me dejó atónita lo que dijo, pero me tuve que exigir ir más cerca de él porque se estaba alejando, marchándose de la sala.
— ¡No, no, no y no! –Tomé su brazo para que se detuviera –no más misterio y cosas por el estilo, quiero saber todo y ahora Alex….me lo debes –movió su brazo soltándose de mi agarre.
—Yo no te debo absolutamente nada Victoria, ahora si me lo permites, debo salir a alimentarme de verdad, iré con los demás –sin más desapareció, dejándome sola, sin ninguna respuesta. ¿Cómo de un momento a otro parecía que me alejaba más y más de lo que había logrado avanzar con Alex?
—Te lo dije –me volteé de inmediato.
— ¿Qué haces aquí Charlotte?....deberías ir a cazar igual.
—Estas confundida, lo sé —me arrojé contra el sofá, agotada.
—No sé de que hablas, vete  —cada vez se me hacía más fácil poder hablar con ella, su intimidación se estaba volviendo inútil.
—Victoria, Victoria…escúchame, pronto nos iremos, Alex no piensa que estaremos aquí muchos días, menos cuando pronto todos tendremos que viajar a Italia para la unión de ambos, por lo que solo te estoy dando una idea –me senté para verle la cara, esa víbora tenían que delatarla sus ojos si es que mentía –si no aceptas mi proposición, puedes hacer que las cosas avancen más rápido, si fueras capaz de hacer que no haya ni un guardia en la mansión, ni siquiera que estuviera Francesca o cualquiera, hacer que tengan la casa solo para los dos…eso ayudaría bastante, Alex no tendría con quien hablar o tener que retenerse porque alguien los escucha o ve.
— ¡¿Estás loca?! –la miré con pánico, su idea era una locura objetiva, pero imposible.
—Tendrías que optar por tus propias técnicas para sacarle la información…él cede bastante a ti –eso era cierto, cada vez que me decía algo, era cuando…bueno, estábamos más cerca de lo habitual.
—Eso es imposible Charlotte, él no aceptaría nunca aquello, además…—bien, iba a completar la frase aceptando su propuesta, pero aun así me sentía como si traicionara a Alex, eso no me gustaba, pero si me agradaba de tener la casa solo para los dos, aunque hace unos minutos pensara que traicionarlo era una perfecta idea –como te dije es imposible.
—No tanto, la mansión se ha quedado sola antes con Alex y bueno…su compañera.
—Eso no es posible –me alteré un poco ante esa información.
—Sí lo es, solo déjamelo a mí, tomará tiempo y debes ser paciente.
—Eres una víbora Charlotte, no sé porque me ayudas pero…
—Oh, oh, oh –levanto su dedo índice haciéndome callar –yo no te estoy ayudando, solo te estoy tratando de mostrar la verdad de cómo es Alexander Lenardis, solo eso.
—Bien, entonces te creó un poco más ¿Cuánto te demoraras?
—Mmm…haré todo lo posible para que sea antes de tu conversión, eso está claro, no sé si antes de que llegues a la cama de Alex, pero si antes de tu conversión y tu unión con él –esas palabras me llamaron la atención.
— ¿Qué ganas con esto Charlotte?
—Fácil, demostrar lo canalla que es Alex y que por lo menos sepa que hay más de alguien desilusionado de él y por la conexión que tendrás con él, sé que sabrá cada día como te sientes sobre él, haciéndole un martirio su existencia –bien, eso era sádico, pero viniendo de ella no me sorprendió mucho. No me preocupaba lo que podía pasar después, dudo que hiciera un martirio la vida de Alex, no creo que sea tan terrible la verdad.
—Está bien, trato hecho –estiré mi mano hacia ella, quien la estrechó con fuerza. Estaba haciendo un pacto con el mismo diablo, me estaba condenando de verdad, pero aun así, necesitaba una prueba de lo que ella había dicho y eso sería cuando Alex regresara.
—Ahora…–dijo poniéndose de pie –debo ir a alimentarme, nos vemos –dio solos unos pasos dándome la espalda para desaparecer.
Me recosté en el sofá, pensando en lo que acaba de hacer, estaría en muchos problemas si alguien se enteraba de esto, fue ahí cuando entendí que estábamos hablando de nuestro plan en la sala, a varios metros de la puerta principal, pero no lo necesario como para Ezequiel y Javier escucharan… ¿o sí?
Corrí hacia la puerta, para ir a verificar que todo seguía bien con ellos. Ambos me quedaron mirando.
—Hola chicos —dije mientras avanzaba y me quedaba al frente de ellos.
— ¿Escuchaste como nos llamo Javier?... “chicos” –Ezequiel le dio un suave codazo en el costado a Javier, que lo hizo sonreír.
—Si lo noté ¿Qué quieres Victoria? algo tramas.
— ¡Que mentira! –Dije defendiéndome, por lo que notaba, no habían escuchado nada –solo los vine a ver y a saber que les dijo hace unas horas atrás Alex.
—No tenemos permitido hablar de esas cosas –se escudó Javier.
— ¿Tiene que ver conmigo? –ellos se miraron y negaron.
—Victoria, solo nos pidió que le diéramos un informe de lo que pasaba a su alrededor, el Sr. Lenardis estará de vacaciones por ti, pero no deja su trabajo –las palabras de Ezequiel me dejaron atónita.
— ¿Qué dijiste? –de nuevo esa expresión, odiaba cuando ellos decía algo que no tenían permitido y me dejaban con la duda. Ezequiel llevó su mano a su boca — ¡no me hagas esto! ¡Dilo de una vez! –nuevamente se dieron una mirada sospechosa, hasta que habló Ezequiel.
—Bien… —Wow…eso si me sorprendió, ellos usualmente me dejaban más confundida e intrigada de lo común, nunca me respondían nada –lo que pasa es que el Sr. Lenardis está de vacaciones por ti, para ¿cómo se diría? para cuidarte…
—Y conquistarte claramente –interrumpió sonriente Javier –es tan romántico, siendo que él es el gobernador de todo un mundo de vampiros, no es fácil tomarse vacaciones, la última vez fue hace años.
—Claro, lo más probable que para cuidarte de otra perdida ¿no? –Ambos se miraron e hicieron una mueca –lo sabía, pero bueno, creo que lo entiendo…él ha perdido bastante.
— ¿Qué sabes? –Javier me miró con los ojos muy abiertos, sorprendido por lo que había dicho.
—Elizabeth me dijo sobre las pérdidas de Alex, es una pena de verdad…no sé como ellas pudieron dejarlo —fruncí el ceño a recordar cómo me contaba todo Elizabeth.
—Tú también trataste de escapar ¿no? –Ezequiel me miraba serio.
—Sí, pero no fue porque… —Oh…eso no se los diría, ni siquiera yo me lo decía con frecuencia. La razón de haber escapado había sido Bianca, por todas las locuras que me dijo –tienes razón —dije para despistarlos.
—Bueno, creo que esto te debería servir para apreciar más lo que tienes alrededor ¿no? –Ezequiel me miraba intrigado. Esto era sufrir de demencia, aun no comprendía como todos veían de lo más normal traer a alguien aquí contra su voluntad.
—Creo que entraré –me enfadé un poco con ellos –nos vemos –dije cerrando las puertas, de nuevo ambos se miraron confundidos.
Mire a mí alrededor y no tenía la menor idea que hacer, pero como dijo Ezequiel una vez, mejor para entretenerme iba a la piscina. Rápidamente me fui a cambiar y me dirigí al tercer piso. Me quede varios minutos viendo por los gigantes ventanales que rodeaban la piscina, tanto por los lados como por arriba. Las estrellas se veían hermosas. Apagué las luces del piso y todo quedo iluminado por las estrellas y la luna, se veía hermoso.
Me arroje al agua de un solo salto, estaba tibia, las luces dentro de ella hacia todo mas mágico, jamás antes pude pensar en estar así, bañándome en un estilo de casa como esta.
Comencé a nadar de espalda, viendo las estrellas, pensando en cómo estarían mis padres, ya había pasado un tiempo, pero aun así debería ser poco para ellos, deberían estar sufriendo y no podía hacer nada para ayudarlos, no podía avisarles que estaba bien, que nada malo había pasado conmigo…por ahora, creo que en estos momentos no lucia nada de mal pasar mi vida con una mirada desilusionante de mis padres, al creer que había escapado con alguien a tener que convertirme en un vampiro como dijo Alex.
No podía imaginar cómo sería una vida siendo vampiro, no conocía nadie que me dijera que era lo mejor que le había pasado en el mundo, o sea, Elizabeth lo había dicho, pero ella…no sé, creo que teníamos diferentes perspectivas de lo que es la verdad felicidad, sin embargo, esos pensamientos fueron enterrados al recordar lo que dijo Alex “aun eres demasiado inmadura para mantenerte en esta edad” no podía ver la forma madura de tomarme las cosas últimamente y no tenía la menor idea a que se refería; antes le había preguntado sobre si era cierto que me estaba utilizando para mantener apariencias, lo único que respondo fue aquello. Si era consecuente, Alex debió responder que aquello era mentira, antes había dicho que sentía algo por mí y tiene ciertos comportamientos a veces que me hacen pensar que de verdad se preocupaba, pero esas veces eran muy pocas y las arruinaba diciendo algo luego.
— ¿Qué estás haciendo aquí?...es tarde Victoria –miré a mi lado y pude ver de pie mirándome desde un extremo de la piscina a Alex.
—Solo hace un rato te fuiste… ¿Cómo volviste tan rápido? –nadé hacia el costado más cercano y salí del agua.
—Fue hace más de dos horas, pensé que te irías a dormir o estarías leyendo, pero no nadando.
— ¿Qué tiene de malo que lo haga? me relaja –caminé directo al sofá blanco, donde estaba la toalla. Alex ya me estaba esperando sentado en él cuando llegué.
Suspire derrotada, siempre me dejaba boca abierta, y ahí sentado, con su camisa blanca y unos jeans, lucia muy bien.
—Luces bien –dijo con la toalla en su mano.
—Gracias –estiré mi mano para agarrar la toalla, pero Alex la movió hacia la derecha, con una velocidad sobrenatural.
—No veo el porqué quieras cubrirte –me estaba comenzando a enojar, mi irritación con él aun no se había ido. Moví mi mano para tomar la toalla de nuevo, pero esquivó mi agarre con demasiada facilidad.
—Alex, pásame la toalla, no quiero estar contigo —traté de tomar la toalla de nuevo, pero nuevamente se escapó de mi agarre y en cambio sentí como su otra mano, tomaba la mía con delicadeza — ¿Qué haces? –En mi tono había un poco de pánico, mientras que mi corazón comenzó a latir con más fuerza y como se hacía más frecuente, no era por miedo –Basta, déjame.
—Te has puesto más rebelde últimamente, no me agrada –al decir eso, no sé qué movimientos hizo, pero terminé recostada en el sofá, mientras que él estaba sentado a mi lado, dejando una mano apoyada al lado derecho de mi cintura. De inmediato mi corazón y respiración se volvieron locos.
—Bueno…no siempre obtenemos lo que queremos ¿cierto? –me traté de poner de pie y salir de ahí, pero él no me dejó.
—Estas verdaderamente enojada, creo que la última vez que esto paso fue el primer día que llegaste aquí ¿recuerdas? –claro que lo hacía, había sido tan estúpida de pensar que la puerta del baño era mi escape.
—Alex, no estoy de ánimo de soportar tus cambios de humor ¿no puedes entenderlo?
—Claro que no, siempre dices que no te comprendo —sus ojos estaban fijos en los mío y eso ya estaba provocando su efecto.
—Estoy cansada, solo es eso…de ti para ser específicos, me agota estar peleada contigo y me agota que seas un idiota que cambia su humor cada segundo ya no puedo seg… —demonios…de nuevo me había hecho callar, besándome.
Su mano libre que tenia la toalla, ahora estaba en mi cuello, haciendo que me levantara un poco para acercarme más él, mientras que mis manos ahora estaban tomando firmemente su camisa. Dios…había extrañado sus besos, estos días solo me estaba tentando, nada más, ahora podía sentir como sus labios se movían con suavidad contra los míos, exactamente como se movía su lengua contra la mía, una perfecta sincronía.
Mis manos ahora comenzaron a bajar, para poder meterlas bajo su camisa, no me tomó mucho hacerlo, extrañaba su piel…sí, lo extrañaba él y bastante. Luego de unos segundos se separó, dejándome en las nubes.
—No te debería besar, estas enojada ¿no?
—Alex —no me gustó que separara, y más dejándome en este estado. Me senté para poder besarlo, pero él se alejó –esto lo haces apropósito.
—Sí, todo es parte de un increíble plan –me rodeó con la toalla y luego comenzó a alejarse de mí, eso me molesto de verdad
— ¡Alexander Lenardis! no eres más que un poco hombre –se giró a verme, frunciendo el ceño.
— ¿Qué has dicho?
—Sí, eres un poco hombre, solo te gusta jugar conmigo, nada más, dejándome…en un pésimo estado –tiré la toalla a mi lado, realmente no tenía nada de frio, sino todo lo contrario.
—Creo que estoy en la obligación de hacer que te retractes –estaba al frente mío, mientras tomaba mi cintura y me acercaba a él, debo decir que ese movimiento fue bastante delicado, Alex en su mayoría de las veces era bastante cuidadoso –yo no soy el que anda tentando solo con caminar –me sonrojé al escucharlo. Me empiné más y no le tomó nada tomar mis labios de nuevo, haciendo que mi corazón latiera con más fuerza que antes por su agarre en mi cintura que hacía que sintiera su cuerpo. Comenzó a avanzar, haciendo que tuviera que caminar, pero no me importaba ver a donde me llevaba, estaba bastante concentrada sintiendo sus labios contra los míos.
Sentí como el sofá chocaba con mis pantorrillas, haciendo que cayera sobre este, Alex también lo hizo, pero cuidó de que yo no recibiera todo el peso. Nos acomodamos mejor sobre el sofá, en ningún momento separando nuestros labios.
— ¿Es idea mi o estas bastante…ansiosa? –marcó una sonrisa, de esas que me gustaban, curvando sus labios.
—Esto es tú culpa –me mostró aun más sus dientes sonriendo, pero no le di tiempo de decir nada, porque mis manos fueron a su camisa y lo atraje a mí de nuevo, me gustaba que él me dejara algo de control, era obvio que nunca podría empujarlo o atraerlo a mí, siendo humana.
Sus manos comenzaron a recorrer mi abdomen a su gusto, haciendo que miles de escalofríos pasaran por mi cuerpo, lo que solo provocaba que necesitara tenerlo más cerca de lo que ya estaba. Esta vez que sus labios se separaron de mí, no dije nada, ya que ahora iban bajando por mi cuello, haciendo que mi corazón latiera mucho mas fuerte al sentir suavemente sus colmillos por mi piel, sabía que eso él lo hacía a propósito.
Siguió bajando hasta llegar a mi clavícula y no tengo la menor idea como en ese momento me acordé de...Charlotte, si, de ella, este era el momento que tenia para poder comprobar lo que ella dijo, por lo que cuando Alex siguió bajando hasta pasar sus labios por sobre la parte superior del bikini, haciendo que mi espalda se arqueara y me fuera más difícil poder concentrarme y cumplir mi objetivo. Mis manos se hicieron un puño en su cabello, mientras que él recorría con sus manos mis piernas, me estaba volviendo loca…y eso era nuevo, si, porque nunca habíamos llegado a este nivel con Alex, ahora me pasando sus labios por mis pechos y aunque fuera sobre el bikini, esto era nuevo.
Con mucha fuerza de voluntad tomé el rostro de Alex e hice que volviera a mis labios, no le tomó nada de tiempo concentrarse en ellos, pero deje mis manos en su torso y lo aleje un poco, separándolo de mi. Alex frunció el ceño sorprendido, pero no lo deje hablar primero.
—Quiero arriba —sonreí entusiasta, no podría llegar a besar su oreja, si no tenía cierto poder en él.
— ¿Qué? –se veía confundido, pero solo lo empujé un poco y lo cambié de posición, amaba que el sofá fuera amplio. Me senté sobre él, mientras Alex marcaba una sonrisa coqueta. De inmediato me fui a sus labios y seguí besándolo por unos segundos, para luego hacer lo mismo que él había hecho antes, bajar por su cuello, me desconcentre bastante cuando las manos de Alex comenzaron a masajear mi trasero, pero gracias a mi control sobre natural, pude llegar a mi objetivo. Me mordí el labio inferior antes de pasar la punta de mi lengua por el lóbulo de su oreja izquierda.
Bien, lo primero que pasó fue un sonido y ese fue un gruñido desde el pecho de Alex, y bueno ahora ya no tenía nada de poder y Alex me estaba besando con bastante pasión, mientras mágicamente él había quedado entre mis piernas. Ni siquiera me di cuenta como había pasado todo, fue muy rápido.
Alex volvió a bajar por mi cuello, mientras que sus manos iban a mi espalda y desabrochaban mi bikini, esta vez no puse nada de resistencia, y vi como caía parte del bikini al suelo. Él me quedo mirando y sonrió, me sonrojé completamente, pero no tuve tiempo de decir nada cuando pude sentir de verdad los labios de Alex en mi pezón mientras que su mano abarcaba el otro pecho.
—Alex… —su nombre me salió como un susurro, porque me estaba faltando el aire y para mi sorpresa, eso le gusto a Alex, porque sentí como sonrió contra mi piel, mientras seguía chupando, dando leves mordidas y apretando mis pechos, eso solo hacían que mi cabeza volara, no quería que parara nunca, era magnifico en esto y jamás lo había sentido, todo esto era nuevo para mí. Casi le grite a Alex cuando se separo de mí.
—Eres exquisita, prométeme que podré beber de tu sangre –aun estaba bajo el efecto de sus caricias, así que…bueno no era responsable de las cosas que dije.
—Sí, haz lo que quieras, pero sigue…
—Promételo —dijo sacando una de esas sonrisa, mientras mi concentración se iba a como se sentía su pecho contra la tela de su camisa.
—Sí, lo prometo, ahora… —no me dejó decir nada más, estaba contra mis labios y sus caderas se movían suavemente contra las mías. Me estaba volviendo literalmente loca, porque necesitaba alguna forma de…liberarme, pero no sabía cómo hasta que sentí como la mano de Alex que estaba en mi pecho comenzó a bajar, hasta llegar a mi vientre, presioné bastante mi mano en su brazo cuando sentí que su mano estaba bajo la única prenda que tenia. Agradecía que Alex me estuviera besando mientras hacía esto, porque sentía como mis mejillas estaba muy sonrojada.
Comenzó a mover su mano contra mí, haciendo que mi cuerpo subiera a cien grados de temperatura, hasta que segundos después sentí como un dedo se introdujo en mi cuerpo, lo que me saco un gemido bastante fuerte, mientras mi pecho subía y bajaba rápidamente. Me tuve que separar de sus labios para respirar mejor.
—Alex, más rápido… —dije mientras me encontraba con sus ojos. No movió más rápido su mano, pero si añadió otro dedo –Alex —era lo único que podía salir de mi boca, nada más. Él me dio una de esas sonrisas arrogantes, mientras me hacia sonrojar aun más.
—Te ves increíble de este ángulo –fruncí el ceño al notar que su voz era lo más tranquila del mundo, mientras que ahora yo me movía mis caderas contra él y como arte de magia, Alex comenzó a moverse más rápido, haciendo que una bola de fuego se formara en mi vientre, donde no paso más de diez segundo cuando pude sentir como si mi cuerpo se liberara. Me tuve que morder el labio para no gritar.
—Dios… —Alex sacó su mano de donde estaba y pasó dos dedos por sus labios para luego saborearlos. Me quedé boca abierta mirándolo y pensando como seria tener su boca en la parte más intima de mi cuerpo.
—Sí, eres exquisita —no le dije nada, en estos momentos era como si fuera una muñeca de trapo y me sentía bastante cansada –estas agotada.
—Si… —mis ojos pesaban. Alex se acercó y me dio un corto y dulce beso en los labios para luego con cuidado poner la parte de arriba de mi bikini y tomarme en brazos –gracias… —dije mientras dejaba mis brazos alrededor de su cuello.
— ¿Por qué? –su voz ahora era dura, siempre la utilizaba cuando el Alex tierno o el Alex sexy se iba. Se dibujo una tonta sonrisa en mis labios, él sabia porque. No dijo nada y me apoyé mejor en él. Segundos después estaba abriendo la puerta de mi habitación y dejándome sobre la cama –dame un segundo –literalmente fue un segundo, porque solo pasó eso para sentir como me ponía un pijama –terminé, estas lista para dormir –me tape con las sabanas, mientras podía ver lo claro que se estaba comenzando a poner la habitación. Alex cerró todas las cortinas.
—Alex… —susurré llamándolo, mientras me quedaban las últimas energías. Sentí como se paró al lado de la cama –no te vayas —estiré mi mano hacia él, quien la tomó de inmediato.
—Lo siento, pero hoy no –dio un suave beso en mi mano y luego la dejó en mi cama –ahora me tengo que preocupar de mí, aquí solo tu tuviste tu liberación  –se acercó a mis labios y me besó, esta vez no fue nada dulce, pero me dejo queriendo desear más sus labios; después de eso, solo sentí el golpe de la puerta.
¿A qué se refería Alex a que se tenía que preocupar de él? no quería seguir pensando en aquello, primero porque moría de sueño y segundo, porque una de las ideas que me traía aquella frase, era que se iría a meter a la habitación de Charlotte, pero no tenia cabeza para aquello. Hoy me di cuenta de que en verdad comenzaba a desear el momento en que Alex me hiciera completamente suya porque me imaginaba que debería ser increíble; y también me di cuenta de que Charlotte si me dio un dato sobre el lóbulo de la oreja de Alex, ella decía la verdad…y no quería pensar en cómo lo descubrió,  así que me rendí y me entregué a los brazos de Morfeo, prefiriendo por ahora, ser una completa ingenua.

4 Lectores:

  1. wuajajaja
    completa ingenua?? mmm ya no se puede mijita!! xD
    kajakajakaj
    xq ese hombre te ha dado el primer y mejor orgasmo de tu tan corta vida.. y eso no es cualquier cosa...¿xq mierda los vampiros se la saben x libro?

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  2. aaaaaaggg!!
    como desearía ser Victoria sólo x un momento!! y no lo digo sólo x q así podría estar con Alex ... e.e
    si no por q así podría decirle unas cuantas cosas a esa perra de Charlotte!! como detesto a esa tipa!!
    *Kathy *

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  3. No habrá manera de ponerle bosal a ésa perra ó de que Viky se de cuenta de que es una ardida antes de meterse en problemas...

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  4. Ingenua mis ovarios, esa perra sabe todo de primera mano, a mi no me engana, y todo es un rollo, pobre vicky en ocasiones soy su aliada nunero uno y otros solo quiero golpiar su culo

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