sábado, 8 de febrero de 2014

Lenardis Amore - Capítulo 9


Capitulo 9

Me removí entres las sabanas, buscando el cuerpo de Alex que usualmente era el segundo en despertar, pero no encontré nada. Estaba sola en esa cama, lo que nunca era agradable. Me giré hacia el lado contrario y abrí mis ojos preocupada.
Fruncí el ceño de inmediato al ver que estaba solo con su bóxer, mirando por la ventana. No pude evitar recordar lo sucedido el día anterior, fue como un latigazo en mi pecho ya que la tristeza amenazó con volver.
—Buenos días –dije para evitar que mi
mente fuera a esos pensamientos.
Alex se giró de inmediato hacia mí, sonriendo al verme despierta, pero habló después de unos segundos.
—Buenos días…
— ¿Qué te sucede? –esta era la segunda vez que lo encontraba en la misma situación. Estaba preocupado, lo que no era una sorpresa, con todos los problemas que teníamos, pero de todas formas parecía estar pensando en algo de lo que yo no estaba enterada.
Sin duda haber sido incapaz de descubrir lo que pensaba en el pasado me había dado una habilidad increíble para saber de todas formas lo que rondaba por su mente.
—Nada, solo estaba mirando hacia afuera… llueve –caminó hasta la cama, se subió y se recostó a mi lado –no me gusta salir cuando llueve.
Lo miré por unos segundos, pensando en su obsesión con ser Gobernador. De verdad que aun no le encontraba la gracia a su trabajo, pero él parecía adorarlo, tanto que incluso buscó voluntariamente a su pareja –o sea yo –para poder seguir en el puesto, dando por hecho que tendría que sobrellevar el sufrimiento a quedar solo una vez más.
—Tenemos que movernos, ya sabes –dije alejándome de él para tomar mi celular, que estaba en la mesa de noche. Era más de mediodía, pero no importó que fuera tan tarde cuando sentí los labios de Alexander en mi espalda –tienes hombros anchos Alex ¿Qué hacías cuando eras humano?
Nunca habíamos conversado muchos detalles de su vida pasada, debido a lo sensible que se comportaba cuando yo deseaba saber algo.
—De todo un poco en realidad, me las tuve que ingeniar por un par de años ¿Por qué? –no pude evitar sonreír por ese pedacito que había obtenido.
—Los vampiros no crean masa muscular ¿cierto?
— ¿Los vampiros? Recuerda que tu también eres una –me acomodé sobre la cama para poder verlo mejor.
—Es una lástima porque no puedo mejorar a través de los años con ejercicio. Fuiste afortunado al ser convertido así de grande –él curvo sus labios en una sonrisa.
—Tú no tienes nada que mejorar, ya eres perfecta –negué a sus palabras, ciertamente no era una modelo como Lina.
—De todas formas deberías enseñarme a pelear, así podría ser más ágil ¿no? –él puso atención en mi boca, a como se movían mis labios –Alex… —dije llamando su atención.
—Sí, supongo.
— ¿Qué haremos si Cristóbal nos espera en Francia? –pregunté, ordenando su cabello que estaba hecho un desastre luego de dormir.
—Matarlo –susurró acercándose a mi rostro. Me dio un corto beso en los labios –pero podríamos aplazarlo hasta mañana, ya sabes, puede mejorar el clima y…
—Shhh… –dije cubriendo su boca –Oh, Alexander Lenardis.
Lo miré por unos segundos, no quería escucharlo, solo se dejaba en evidencia sobre lo mucho que me estaba escondiendo. Estaba segura que su actitud hacia todos nuestros problemas y sus deseos de aplazar nuestros planes, estaban completamente ligados a sus mentiras.
—Me iré a dar una ducha y luego partiremos ¿entendido? –dije poniéndome de pie.
— ¡Pero Victoria! –dijo tomando mi mano y provocando que volviera a la cama –podemos hacer otras cosas.
— ¿Otras cosas Alex? Escúchame bien, estoy completamente de acuerdo ahora sobre mi gran error con Cristóbal. No debí convertirlo, pero quiero solucionarlo, quiero que esté muerto porque no voy a pasar un día por gusto, pensando que alguien te puede matar porque no lo has eliminado ¿me entiendes?
Él sonrió al escucharme, estaba captando mal la idea. No debía sonreír.
—Te pedí en el pasado cientos de veces que dejaras tu cargo de Gobernador, si lo hubieses hecho en ese minuto “podríamos haber hecho otras cosas” como quieres ahora, pero no, debemos ir detrás de ese vampiro.
Me puse de pie, dirigiéndome al armario para poder tomar algo de ropa. Encontré varias prendas que me agradaron. Las llevé al baño, necesitaba una ducha rápida. Alex seguía acostado, cubierto solo por las sabanas, dejando expuesto su pecho. A decir la verdad, se veía muy tentadora su proposición, pasar todo un día en nuestra habitación, quizás bebiendo uno del otro mientras escuchábamos como la lluvia chocaba contra la ventana. Pero no, no era posible y más con un bandido dando vueltas ¡Aun más con la extraña sensación que me causaba saber que solo vino por mí en el pasado para seguir siendo Gobernador!
—Ey… ¿Qué estás pensando? –Salió de la cama y llegó a mi lado en un segundo –dime.
Negué y me alejé de él para entrar al baño. No importaba lo que él dijera, me seguía afligiendo lo que Cristóbal había confesado.
—No –tomó mi brazos y me detuvo –no escapes, dime… sigues enojada conmigo ¿verdad?
—No es eso –miré hacia la ventana, no quería mirarlo. Las gotas de lluvia caían con fuerza.
—Entonces estás triste –su mano atrapó mi mentón y me hizo mirarlo.
Tensé mi mordida, no quería llorar más porque no sacaba nada ya que las lágrimas nunca aparecerían y no me aliviarían. Y porque Alex a pesar de comportarse bien los últimos días, no se merecía otras “no lágrima” de mi parte.
Cerré mis ojos un segundo y después lo volví a mirar, controlando mis emociones. Debía ser fría, calculadora y eficaz. Mi vida seguiría siendo al lado de este gobernador, que siempre me ponía en segunda prioridad. Bueno, debía comenzar a conformarme con esto, ya que por lo visto, jamás podría separarme de Alex, ni aunque quisiera.
—Victoria… —susurró él, mirándome con el ceño fruncido, confundido.
—Estaré lista en minutos, tu también ¿sí? debemos salir en una hora –me empiné y le di un beso en la mejilla. Me liberé de sus manos y entré al baño, dejando a un Alex inmóvil fuera de este.
Unos jeans grises, una blusa blanca que me quedaba un poco ancha y un suéter con botones azul. Me tomé por completo mi cabello. Fui hasta la habitación y me puse mis zapatos bajos mientras observaba que Alex se cerraba su chaqueta de cuero. Tome la casaca negra con gorro, que estaba forrada y tomé mi bolso. Lista para partir.
Alex hizo lo mismo.
— ¿A dónde partiremos supuestamente? –dije antes de que nos dirigiéramos a la puerta.
—Vuelta a casa, creen que tomaremos nuestro avión.
—Está bien… debemos salir pronto, antes de que tu madre llegue de sorpresa.
—Sí.
Ambos salimos de la habitación y sin ningún problema llegamos a nuestro auto, nos despedimos de los guardias que vimos y nos subimos al jeep negro.
Miré hacia la ventana durante todo el camino, pensando en Marco, en su esposa que no conocí y como terminaron. Este ambiente era tragedia, si no nos cuidábamos uno de los dos terminaría muerto y si era así, deseaba que fuera yo en vez de Alex. Yo no tenía práctica en vivir sin el otro, él sí.
—Raúl tenía razón sobre ti –dijo de repente Alex, llamando mi atención. Lo miré.
— ¿De qué hablas? –nos detuvimos en un semáforo rojo.
—Cuando te lleve a casa por primera vez y él te vio, dijo que a pesar de tener tanta experiencia sobre mis parejas y la Gobernación, no tendría idea de cómo me las iba a arreglar contigo.
Fruncí el ceño, ese era un pésimo comentario.
—Dijo también que era un idiota, que yo no sabía que te buscaba aunque estuviera haciéndolo.
— ¿Por me estás diciendo esto? No te entiendo.
—Porque sigues triste y quiero que entiendas algo. Aunque te haya encontrado muy pequeña y no me agradaba que existieras en ese momento, la primera vez que te vi y crucé palabra contigo, fue suficiente para que me atraparas ¿crees qué cuando conversé contigo estaba pensando en gobernar?
Me crucé de brazos, no tenía deseos de escuchar más justificaciones para algo inexcusable. Miré hacia mi izquierda, atenta a distraerme con los humanos que avanzaban con sus paraguas.
—Solo te quería besar –siguió hablando –parecías tan asustada, pensando en la posibilidad de que los vampiros existieran. Eras bastante rara, sin duda alguna ¿recuerdas cuando nos besamos por primera vez? Oh… me tuve que controlar.
—Alex –lo interrumpí, molesta –basta con este tema ¿sí? no importa lo que haya sucedido, tu tan solo evita ese tema que solo me da tristeza y no hay tiempo para las emociones en este preciso momento ¿puedes? Tan solo evita el tema, quedará marcado a fuego de por vida. No hay solución para eso.
Escondí mis manos en mis bolsillos tratando de hacer algo, menos mirar a Alex, si lo hacía, me ablandaría.
— ¿En París hay algún Centro de Proveedores que pueda ser ilegal? –teníamos que concentrarnos.
—No lo sé –respondió de inmediato Alex –tendría que averiguarlo, llegaremos pasada las seis de la tarde, aun es temprano.
—Quizás podamos descubrir algo, entrando a un club, ya sabes.
—No, no haremos eso. Imposible ¿quieres qué te atrapen?
— ¿Y qué quieres hacer, Alex? ¿Ir y encontrar a ese tal Fréderic que quizás no esté cerca de París?
Giró hacia los estacionamientos de la estación.
Lo mire enojada, seguía pensando que la mejor opción que teníamos, siendo que no contábamos con el apoyo del Consejo ya que todo esto era en secreto porque mi vida corría peligro, era unirme a Cristóbal. Hacerle creer que había ganado.
—No irás con Cristóbal, sácate esa idea de la cabeza –dijo Alex entregándome mi bolso y cerrando la puerta trasera del jeep.
Lo miré sorprendida, por lo que tenía entendido él no podía leer mi mente.
—No debo ser un gran genio para darme cuenta que sigues pensando en esa posibilidad. Entiende, no es la mejor opción, ni aunque lo fuera, no lo permitiría.
Comenzamos a caminar hacia la estación, usaríamos el tren de alta velocidad para poder llegar a Paris, solo nos tomaría poco más de dos horas.
— ¿Qué? ¡Solo vamos a perder el tiempo a Paris!
— ¿Qué mujer puede decir eso? –me respondió con una sonrisa que solo termino acabando con la minúscula parte de mi buen humor.
—Alex, esto no es un paseo.
—Lo sé –dijo acomodando su bolso sobre el hombro –pero es Paris, creo que es justo tener en parte un viaje por placer ¿no?
—Wow… ¡Alto ahí! –me aferré a su brazo para que no avanzara otro paso más. Mire hacia los lados, nadie nos observaba –dime qué has hecho con Alexander, ahora mismo, lo quiero devuelta.
Bufó por mis palabras, lo que era aun más sorpréndete. Lo miré con los ojos muy abiertos.
—Estas revoluciones nunca salen bien Victoria, debe saberlo –volvió a caminar, lo tuve que seguir –si estoy metido personalmente en la búsqueda de Cristóbal es por tu seguridad, sino hubiera dejado a otros hacerlo, hubiese sido solo una piedra en el zapato.
—Lo dice quien aun no lo atrapa.
Alex estaba subestimando a Cristóbal, sin duda alguna. O yo estaba quitándole merito a Alexander.
— ¿Qué esperas encontrar en casa de Fréderic? –pregunté susurrando, cuando estábamos entrando a la estación.
—Simple, encontrar pistas sobre donde se encuentra ese nido de lombrices en Paris, de esa forma  —dijo girándose, mirando hacia los lados –los haremos caer. Es de esa manera como se acaba una revolución Victoria, tomas cada grupito, lo eliminas hasta que su seguridad se va destrozando con ellos. Cristóbal no tendrá más guardianes a final de mes o en dos semanas más, te lo aseguro.
Deje que comprara los boletos mientras pensaba en sus palabras. No me daban tranquilidad, esa era la realidad, aunque no era debido a que fuera mentira o un pésimo plan ya que no lo eran… sino que Alex hablaba de una forma extraña. Sin duda se había enfrentado a situaciones como estas en el pasado. Me hacía pensar sobre cuán mal estaban los rebeldes realmente.
—Vamos.
Tomó mi mano y nos dirigimos a nuestro tren.
Con este horario y por este día, no había mucha gente cuando nos sentamos. Nos quedamos mirando frente a frente mientras los demás arreglaban su equipaje. Nadie nos acompañó, lo que fue preciso ya que no estábamos en un ambiente agradable.
Cogí mi bolso más pequeño y saqué de ahí la carpeta de cuero que había sustraído del escritorio de Alexander. Luego los archivos que robamos en casa de Cathal y comencé a verificar los nombres de aquellos que estaban en esos registros de Alex.
— ¿Qué haces? –dijo él, dejando mi bolso en el suelo, entre los dos ya que se cambió de asiento. A mi lado.
—Busco traidores, no me cabe duda de que Cathal tiene a varios que están en tu contra. Incluso he comenzado a dudar sobre William ¿sabes? –puse atención en los nombres, sintiendo como Alex me observaba.
—Deja eso ahí –susurró en mi oído. Lo miré de nuevo sorprendida. Alex se distaría mucho conmigo a su lado –debes aprender un par de cosas.
— ¿De qué estás hablando?
—No es una tontería lo que digo, me refiero a que no puedes eliminar a todos tus enemigos porque a veces tienen puestos importantes. Es como si descubriéramos que William es un traidor ¿crees qué lo eliminarían los demás integrantes del Consejo? Él fue Gobernador siglos atrás –me removí sobre el cómodo asiento ya que todas esas palabras las susurró en mi oído. Me alejé un poco.
— ¿No? –Respondí confundida — ¿y por qué a mí si pueden matarme? –dije muy bajito, solo para que los dos escucháramos.
No me respondió, tan solo me dio una mirada que lo dijo todo. Era obvio, yo había convertido a otro en Gobernador, eso bastaba para merecer la pena de muerte.
—Ya veo –apoyé mi cabeza en el respaldo. El tren comenzaba a moverse.
Nunca había pensando en el hecho de morir, quiero decir, claro, hace más de un año era parte de la vida, pero ahora morir… siendo un vampiro, no era nada natural. Era terrorífico porque la lógica solo me hacía pensar que sería de una pésima forma, no de un infarto, ni causa natural... sino que podrían cortar mi cabeza, torturarme días bajo el sol, dejarme sin una gota para beber.
—Ey… —sentí la mano de Alex sobre la mía. Lo miré asustada –todo saldrá bien, después nos reiremos de esto, de cómo quisiste desaprovechar Paris.
Entrelacé mis dedos en los suyos. No dudaba que la misma Elizabeth acabaría conmigo por venganza, ella ahora confiaba en mí sin pestañar. La había traicionado al no decirle la verdad. Quizás hasta Raúl tuviera problemas por mi culpa.
—Eres tan antiguo… tantos años en la tierra, Alex.
—No por eso sé todas las respuestas.
—Eres la prueba viviente de ello, todos lo sabemos –sonreí, al igual que él — ¿estás tan distraído porque quieres pasar tiempo conmigo por si… bueno, ya sabes, no encontramos a Cristóbal y me eliminan?
—No digas eso, claro que no. Nada malo te ocurrirá, estás muy tensa, hay mucha gente detrás de esto, no solo nosotros buscamos a Cristóbal.
— ¿Qué?
—Ya sabes, tengo conocidos en diferentes especies, como sea, es mejor que disfrutemos del viaje. No es el lugar ni momento para conversar esto. Te dejaré tranquila para que sigas con lo tuyo ¿sí?
Me aferré a su mano y después guardé las carpetas. Lo miré asustada, no quería revisar más nada.
— ¿Quieres disfrutar del viaje? –preguntó al ver mis movimientos.
—Si –dije apoyándome contra él, mirando nuestras manos. Sus brazos me rodearon y poco me faltó para quedar sentada sobre Alex.
—Quiero llevarte a cierto lugar luego de visitar Paris. Nos tomaría uno o dos días –me removí inquieta.
— ¿No crees qué es mucho tiempo? –sus brazos me presionaron con más fuerza.
—Él no puede hacer nada sin ti, debes tener eso claro en tu cabeza. Volverá a aparecer cuando menos lo pienses y te dará la opción de ir con él, Victoria –apoyó mis manos sobre las suyas –y tú no cometerás ninguna locura ¿entendido? No voy a dejar que te vayas con él, acabaré con Cristóbal de alguna forma, ya verás.
No me gustaba esto ni un poco, no le encontraba lógica a su forma de actuar tan pasiva. Algo no estaba bien.
— ¿Victoria? –susurró contra mi oído, esperando una respuesta.
—Sí, entendido, no iré detrás de él.
No podía hacerlo, sabía muy bien que si llegaba a arriesgarme de esa forma jamás volviera a tener al perdón de Alex, además ¿él era un experto en esto, cierto? Ya me había advertido sobre Cristóbal en el pasado y no lo había escuchado, bueno, ahora tan solo debería dejar de pensar y acatar sus condiciones, como él lo había hecho conmigo… en ciertos aspectos.
En el resto del viaje hablamos sobre tener que mudarnos a Londres, por lo visto eso no se podría evitar por mucho tiempo más. Esa ciudad era la capital de todos los vampiros y aunque no era mi preferida, no podía hacer nada sobre ello.
Escuchar hablar de esa forma a Alex tan solo me confirmó que sus ideas de dejar la gobernación, fueron pasajeras.
—Puedes inscribirte en alguna universidad de la ciudad –me trató de animar, pero era inútil.
—Da lo mismo –estaba bloqueando toda esa parte de mi vida porque sabía que traería problemas hablar de ello.
No quería mudarme porque a pesar de no ver a mi familia, me agradaba el hecho de saber que los tenía cerca. No deseaba retirarme de donde ya me había matriculado y definitivamente no aceptaba el hecho de ser gobernadora, pero bueno, todo este tiempo junto a Alex me ha enseñado una cosa: Él jamás dejaría de ser el Gobernador de los vampiros.
—La más feliz con esto será Elizabeth –dijo susurrando. Me tensé y me separé de él, sentándome en mi puesto definitivamente.
—Sí, supongo –dije mirando hacia la ventana. No tenía derecho a reclamar, había convertido  a un enemigo de Alex en Gobernador temporal. Este era mi castigo a pagar.
—Ey… de todas formas podemos viajar siempre que quieras.
—Claro, no hay problema –no lo miré.
—Victoria… con el tiempo te darás cuenta que no es el gran cambio. Todo el mundo comienza a pasar por tu lado.
Lo miré triste, no podía evitar aun tener recuerdos y lazos con mi antigua vida, tampoco había pasado mucho tiempo desde que me uní a Alex, desde que nos trataron de matar y  desde que tuve que dejar mi familia y todo por él. Supongo que eso debería ayudarme a sobrellevar todo, saber que el mundo pasaría por mi lado y no importaría ya que ahora era inmortal y tener a Alex a mi lado le daba sentido a todo esto.
—Entiendo –aclaré, aun sin girarme hacia él. No estaba mirando nada ya que seguíamos bajo el túnel, gracias al cielo faltaba poco para llegar a la superficie.
—No te preocupes, nada volverá a ser como antes, no te volveré a dejar sola Victoria –lo miré curiosa –por eso nos mudaremos, todo se arreglará más rápido y podremos estar juntos.
—Hablemos del presente por ahora  ¿sí? –ya que mi cabeza estaba en manos del Consejo y eso que aun no se enteraban de toda la verdad.
Estaba cansada.
Alexander me miró unos segundos sin decir nada, no tenía idea lo que estaba cruzando por su cabeza, pero finalmente asintió.
No hablamos nada más hasta que volvimos a ver la luz y nos faltaron solo minutos para poder llegar a la estación de Paris.
Pese a que el ambiente entre nosotros no era el mejor, no solté su mano en todo momento mientras bajábamos con nuestros bolsos y nos dirigíamos a donde Alex creyera correcto, ya que desde la muerte de Marco y la aparición de Cristóbal, había perdido el poder.
— ¿Sabes? Algo así debimos haber hecho en nuestra luna de miel, recorrer todos estos lugares tomados de las manos, sin pensar nada más que en tener sexo desenfrenado por todas partes –dije antes de que entráramos ha arrendar un auto.
—Podríamos aprovechar esos baños de ahí –lo miré y no pude evitar reír ante su pésima idea.
— ¡Iug!…Alex, ese no es un lugar excitante, menos con nuestro súper olfato.
Ni siquiera pude entrar al local por la risa que me atrapó. Para cuando Alex regresó aun quedaban vestigio de mi risa.
—Me agrada verte así –dijo besándome, sin más, al frente de toda la gente. Lo miré sorprendida, él no tenía esos gestos en público.
—Lo siento si mi humor no ayuda, estoy cansada y después de esto pediré vacaciones. Que mi existencia este a la deriva no es muy agradable –tomé su mano.
—Deberás aprender a tranquilizarte, estar asustada o estresada no ayuda en nada, ya verás que no será la primera ni la última vez que tengamos problemas así de graves.
—Es cierto –dije asintiendo, recordando lo sucedido con Charlotte.
—Soy lo bastante fuerte para protegerte, así que no tengas miedo, no voy a permitir que te hagan daño.
Lo miré asustada, esto comenzaba a ganarme y estaba a punto de caer en un colapso nervioso, el mismo que evite en nuestra casa, sería mi turno de caer.
Nos dirigimos al auto, para mi sorpresa había arrendado un jeep negro, un igual al que usamos en Londres.
—Un poco de estabilidad, por lo menos el mismo auto –dijo sonriendo.
Estábamos prontos para salir a las calles de Paris cuando la puerta de atrás se abrió con el Jeep andando y se subió una sofisticada rubia, sonriendo y mirándonos con altanería.
—Buenas tardes, Gobernadora. Alex, simple vampiro como todos nosotros –dijo Lina vestida por primera vez casual, tan solo con unos jeans, una camiseta violeta con estampados negros y una casaca de cuero negra. Llevaba su cabello rubio corto más desordenado de lo habitual y nos miraba con esos ojos negros sospechosos.
—Siempre es un gusto –murmuré enojada por tenerla tan cerca –que maravillosa forma de entrar.
— ¿No lo crees? –Respondió ella, sonriendo –parece que tengo mayor habilidad para abrir y cerrar puertas, sin necesidad de estampar a otra persona al hacerlo.
Miré hacia adelante al recordar cuando salió disparada al jardín cuando le estampe la puerta en la cara con mis pies.
Alexander en cambio sacó algo de su bolsillo y se lo entregó a Lina. Era el celular de la amiga de Cristóbal.
—Aquí tienes, si puedes hacer algo con el estaré agradecido –ella lo tomó y lo guardó.
—Ustedes dos no deberían estar recorriendo Europa como si fuera el patio de su casa, créeme, al Consejo no le falta mucho para descubrirlos. Tu madre me preguntó por ti Alex.
Puse atención hacia la ventana, pero escuchaba la conversación, sin opinar nada.
— ¿Y qué has dicho?
—Que estabas detrás de Cristóbal, agradece que no dije que era el nuevo Gobernador, ya que no le debo nada a tu simpática esposa pero te he cuidado las espaldas por mucho tiempo como para hacerte caer por culpa de ella –tensé mi mordida ante sus palabras, no podía debatirle nada, además no deseaba recaer más con Lina.
Miré a Alexander y por su expresión pude notar que volvía a ser el Gobernador de siempre. No habría creído que hacía unos minutos atrás estaba sonriendo.
— ¿Por qué los miembros del Consejo están sospechando? ¿Qué saben?
— ¿Qué saben? Está todo dando vueltas sin sentido Alex, William y Tessa han desaparecido, nadie sabe si están vivos o muertos, no los encuentran.
Oh… estaban vivos, sin duda alguna, pero escondidos.
—Tú no tienes porque entrometerte en esos temas –le aclaró Alex –esa información es confidencial de los Consejeros y nosotros. Ahora dime ¿Cuál es tu nueva misión? Supe que ya no estarás detrás de mí.
Lina bufó y se apoyo por completo en el asiento trasero, justo para cuando Alex frenaba ante un semáforo.
—Encontrar a la gallina de los huevos de oro. Empezaré por los licántropos, me deben una, esto se ha vuelto personal –miré a Lina por el espejo retrovisor. Ella estaba atenta mirando hacia la ventana, pensativa. Supongo que de todas formas le importaba Marco.
—Buena suerte con esto –respondió Alexander de forma relajada.
— ¿Cómo van ustedes con la búsqueda? ¿Nada bueno?
—Nada, ahora vamos por una pista pero es sobre Marco, quizás te interese, su nombre es Fréderic LeBlanc.
— ¿Qué vas a hacer con él?
—Matarlo después de interrogarlo –pude escuchar como Lina reía bajito, que desagradable.
—Estás usando técnicas no permitidas, Alexander, castigando sin juicio. Aunque no me sorprende, tu trabajo es más sucio que limpio ¿no es así, Victoria?
—Como sea –respondí tensa.
Alexander le estaba mintiendo a Lina, no sabía el motivo ya que ella debía ser de su confianza, sin embargo, lo estaba haciendo, escondiendo información y transformando la realidad. Ni siquiera ella sospechaba de la actitud de Alex, si yo no supiera la verdad también caería en el juego, creyendo en sus palabras.
—Les tengo noticias –dijo ella acercándose a nosotros, no la miré, pensaba que si nuestros ojos se cruzaban ella descubriría toda la verdad. Sobre nuestro encuentro con Cristóbal, su proposición, todo –Es sobre mi nuevo objetivo: Alanna y Aníbal.
— ¿Qué? –dije girando hacia ella.
—No vas a creer quienes son los nuevos traidores, están en Ucrania, fue bastante fácil encontrarlos, pero debo localizar ese grupo de Rebeldes, tan solo tengo imágenes de ellos en una ciudad cercana… haré explotar ese lugar cuando los encuentre, estoy segura de que ellos están involucrados también en la muerte de Marco, por lo menos podre liberar un poco de venganza en ese lugar.
Me quede con la boca abierta.
—Excelente idea –aclaró Alex. Lo mire sin poder creer en sus palabras ¡ellos no tenían por qué morir! ¿En qué estaba pensando? –Marco nos informó sobre aquella traición, Victoria tenía esperanzas de que fuera una farsa.
—Lamento decir que son ellos –aceptó Lina con una sonrisa que cualquiera encontraría dulce, yo deseaba golpearla –déjame en la siguiente esquina Alex.
A medida que frenaba el jeep mi desconcierto era mayor.
—Y Victoria, un error más y mi boca vomitará todo lo que sé ¿entendido? –dijo antes de salir y cerrar la puerta de un golpe.
Alexander aceleró.
Lo quedé mirando, esperando una explicación a sus palabras.
— ¿Qué? –preguntó mientras seguía manejando.
—Bueno, no sé… quizás esté un poco sorprendida ¡porque le dijiste a Lina que matara a Aníbal!
—Cuanto menos personas sepan de que están infiltrados, mejor. Si es que sirven de algo, personalmente no los habría enviado –no podía creer lo que estaba diciendo.
—No puedo avisarles que Lina planea explotar el lugar cuando lo encuentre.
—No debes tampoco, ellos tendrán que ser más astutos, comenzar a buscar conexiones más importantes. Si son buenos entre las líneas enemigas ya deberían ir camino a algún encuentro con Cristóbal.
— ¿Y si no es así? ¿Qué pasa si aun siguen en ese lugar? –Alex se encogió de hombros.
—Debes aprender que los demás no son imprescindibles, si no mueren hoy, pueden morir mañana… estamos en una situación privilegiada pero para los demás vampiros, no es tan fácil.
— ¡Por los Rebeldes! –Conteste enojada con él –porque ellos están en tu contra, porque mágicamente se han unido licántropos y cazadores de vampiros ¿Por qué crees que ha sucedido eso Alexander?
Hacía días que no me alteraba en serio, estaba furiosa. Alex no tenía consideración por nadie.
—Es porque quieren tener la libertad de hacer lo que se les antoje, lo que no corresponde.
— ¡No! –Lo acusé molesta –es porque han delimitado las ciudades más importantes del mundo para los vampiros, es porque has sido un mal Gobernador y te has aprovechado de tu puesto, es por eso que han creado esta agrupación de rebeldes.
Me enderecé y miré hacia adelante. Simplemente había dicho lo que pensaba, esto no podía ser tan simple como los malos vs los buenos. Iba más allá y estaba conociendo bastante mejor al Gobernador que tenía a mi lado, que no tenia escrúpulos cuando algo se interponía en su camino.
Alexander había sido capaz de volver a sufrir la pérdida de su pareja por quedarse con su cargo, estaba cegado por el poder. Era cierto, él me amaba, pero había dado el primer paso en mi búsqueda solo porque deseaba seguir siendo Gobernador, habría preferido quedarse con ese dolor de perder a su alma gemela nuevamente por seguir con el poder.
— ¿De qué lado estas? –dijo de manera fría, sin rastros de mi Alex. Ahora solo era un vampiro frio y letal como muy pocas veces lo había visto.
—Estoy del lado que yo cree justo –lo miré por unos segundos, ya que no podía evitar que me intimidara. No me asustaba, pero me costaba mucho ir en su contra sobre un tema tan delicado como este –no fui criada como tu ¿sabes?
— ¿De qué estás hablando, Victoria? –pude notar como presionaba más fuerte el volante.
—Me refiero a que no entiendo el motivo o justificación para que los licántropos no tengan Centros Proveedores como tampoco para que vivan en países extremos a diferencia de los que ustedes tienen.
—Tenemos, tu también eres vampiro y por lo visto se te está olvidando más seguido de los normal ¿no crees? Y si los licántropos tienen esos sectores o países es debido a que nosotros les ganamos porque son seres inferiores.
Sonreí, era exactamente ahí el problema. Alexander no era nadie para decir si los licántropos o vampiros eran mejores ¿Qué sucedía con las otras especies? ¿Ni siquiera tenían voz o voto?
— ¿Y qué hay de los humanos? Más de una vez dijiste que también eran seres inferiores.
—Lo son, tenemos cargos de poder entre ellos, los manejamos y no se dan cuenta, pero nos superan en número.
Respondió tan rápido y seguro que no había duda sobre su forma de pensar.
—Eres malvado ¿no? esa es la razón de todo esto –lo miré sorprendida, mis sospechas sobre su forma de actuar cada vez eran más reales.
Alexander no me respondió de inmediato, buscó un lugar para estacionar el jeep y me quedo mirando enojado. Estábamos solos.
— ¿Qué quieres? –Me preguntó –deberías bajarte, buscar una hostal y dejarme arreglar lo que tu arruinaste porque te recuerdo que no fui yo quien convirtió a Cristóbal.
—Oh Alex, eso solo es una parte de todo el problema ¿no es así? –su mordida estaba tensa.
—Lo que sucede es que estas creyendo más en ese bastardo que en mí.
Me quede unos segundos en silencio, observando su expresión. Estaba tan serio. Ese no era el Alex que yo conocía, el mío me susurraba al oído cosas que solo los dos entendíamos  y me amaba, sin embargo, Alex no amaba a nadie más, es por ello que la cara que estaba viendo en este preciso segundo, era el rostro que todo vampiro, licántropo, hada o lo que sea, había visto y conocía.
—No creo en las palabras de Cristóbal, sino más bien creo en las tuyas y en tu forma de actuar, que ha sido un tanto desilusionante ¿Piensas qué le creí cuando me dijo sobre tus primeras intenciones conmigo? no lo hice, pero tuve que mirar tu expresión para confirmarlas.
— ¿Qué tiene que ver eso? Yo te amo, no sé cómo quieres que te lo demuestre.
—No hablo de eso –dije enojada –estoy hablando sobre tus palabras y como apoyas la posible muerte de Aníbal y Alanna, quienes están ahí ayudándonos.
—De eso no estás segura, es una suposición, ellos pueden ser realmente traidores. Además debes aprender a que no todos tus amigos se quedaran a tu lado.
— ¡Claro que lo sé! Recuerda que Javier murió ¡ah, Alex! –dije dándole un golpe en su pecho con mi puño, me estresaba.
Ni siquiera se movió, no le dolió. Odiaba que fuera tan testarudo y fuerte.
—Este es un nuevo nivel en nuestra relación –dijo Alex, con su ceño fruncido, sin dejar de mirarme. Yo estaba atenta a la calle, avergonzada –golpear al otro ¿Qué harás cuando haga lo mismo?
—Oh, no exageres, mi puño no te hace ni siquiera cosquillas.
—Creo que lo mejor es que busques un lugar, luego me envíes la dirección. Iré tras Fréderic, solo –sonreí burlona ante sus palabras.
—No iras a  ningún lado solo, quiero ver a ese vampiro con mis propios ojos y escuchar lo que dice en vivo, no lo que tu llegues diciendo –me crucé de brazos y lo miré decidida. No iba a salir de aquí –además fui yo quien me di cuenta de ese vampiro y su conexión con los rebeldes.
—Muy bien –dijo asintiendo, con suficiencia, como si supiera que todo esto iba a salir mal.
— ¡Vamos a buscar a Fréderic LeBlanc!
Aceleró de forma brusca y manejó como un loco, si no fuera porque sabía que si chocábamos nada nos pasaba, ya me habría bajado del jeep.
Estaba atardeciendo y por lo visto Alexander conocía la ciudad como la palma de su mano, recorrió las calles sin dudar y no había pasado una hora cuando llegamos al frente de una vieja casona, alejada del centro de la ciudad. Era antigua y estaba conjunta a otras casas del mismo estilo, una color verde, otra roja y la tercera azul. Nuestro objetivo estaba en la roja.
Para mi sorpresa, ya que Alex no me dijo palabra alguna, solo se giró y sacó unas armas, me entregó una pistola que dejo en mi regazo y después abrió la puerta.
—No te vayas a disparar, son balas de plata –dijo para después dar un portazo. Estaba furioso.
Salí del jeep corriendo detrás de él, lo que iba a hacer no correspondía, Lina había dicho que no era correcto hacer esto a la manera de Alex. Todos debían tener un juicio ¡Charlotte había tenido uno! sin embargo no pude alcanzarlo, él simplemente cruzó la calle, abrió la puerta sin ningún tipo de consideración.

Antes que pudiera cruzar el umbral escuché varios disparos y todos salieron del arma de Alex.

Por fin pude terminarlo... quedé asi O__O cuando me di cuenta que pasó :O

8 Lectores:

  1. Alex es tan mentiroso :( seguramente tiene guardado otro secreto por ahí... Es tan mafioso jajajaja :3

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  2. Po lo visto algo esta callando Alex o algo esta escondiendo jajaja o ya ni se Alex tiene muy a flor de piel lo que le hizo Victoria y lo peor que este tipo Cristobal ya haya aparecido eso es lo que no tolora mas aparte que haya sido convertido por Victoria por otro lado Lina parece q su venganza ya lo tomo demanera personal por la muerte de Marco .. Victoroa por lo visto tiene contado sus dias xq el consejo ya esta sospechando que algo no esta bien por lo visto Lina ha callado y lo que dijo a Victoria tiene parte de razon no quiere dañar a Alex espero y pronto ya den con Cristobal y lo liquiden.. el final de cap que nos has dejado nos deja con muchas intrigas sobre el como y porque esta esta actuando asi Alex .. creo que Victoria debe dejar de pensar un poco como si fuese humana y piense en lo que es ahora y el cargo que tiene creo q en parte es una de las razones por las que ha chocado con Alex en ciertas decisiones esta historia se pone cada vez mejor y mejor ya quiero leer el sig cap y saber a quien mato Alex jajajaja

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  3. Ufff esto no pinta bn.
    Hola Dani!
    Mmm Alex, Alex, Alex ¿de verdad no quieres q te queramos o qué?
    Mira, yo cada día me decepciono más de mi gobernador hermoso. Tu sabes q yo ya lo estaba volviendo a adorar a mi Alex y sale cn esto!!!!
    Honestamente creo q todas nos hemos dejado llevar por esta faceta de Alex enamorado y se nos estaba olvidando q también es un cabrón al cuadrado, gracias Victoria por hacer q lo recordemos. Ey hombre q todas tus fan's somos humanas, este tipo todo cara dura q siente q es mejor q los demás, me da tristeza q Vicky (y nosotras) este enamorada de un tipo q tiene mal ubicado el mundo, se siente superior y es un idiota total. Obvio q va a matar al vampiro para q no pueda decir cosas q lo puedan perjudicar, lastima para Alex q su esposa no es tonta ni se deja engañar. Apuesto a q las otras gobernadoras también vieron lo ruin q es y eso también propicio q hicieran lo q hicieron. Ya quiero leer q es lo q va a pasar en el siguiente capi, esto cada vez va mejor.
    Recuerdo q el otro día dijiste q esta era de las 3 temporadas la más relajada y déjame decirte q nooooo Danii, la más tranqui fue la primera jaja.
    Muchas gracias por el capitulo mujer.
    Un abrazo y nos seguimos leyendo!

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  4. ok, bueno no se ni que decir, solo se que todo esto es por el ansia de poder, hay algo mas? algo aparte de eso por lo cual Alex no quiera dejar de ser gobernador? me niego a pensar que pueda ser asi, tan cruel, que tantos años en el puesto lo han vuelto asi, es realmente abrumador, y Vicky...odio el hecho de que piense esas cosas...de que sepa que no importa que pase, siempre va a estar en segundo lugar para el, solo me hace pensar en esa frase "a veces el amor no es suficiente" por que para ellos dos no esta siendo suficiente, hay tanto alrededor de ellos, tanto que impide que sean felices juntos, no se, como que este capi me deprimio :(
    en fin, Alexander no confia tampoco en Lina? y nosotros debemos confiar en quien? van a eliminar a Anibal y Alanna? me da miedito seguir leyendo, pero a la vez estoy ansiosa, es una locura, ¿que ams esta escondiendo Alex? ese lado maloso esta saliendo a flote, y lo unico que lograra sera alegar a Victoria, en la primera temporada vimos a un gobernador que intimidaba a Victoria, pero supuse que era solo para aplacarla..ahora que veo que ene realidad el puede ser frio, calculador no me gusta...ni la propia Lina aprueba sus tecnicas.
    hablando de esa vampira...me dio risa como los saludos "buenas tardes gobernadora, alex simple vampiro como todos nosotros" XD¡¡¡
    bien se que tal vez mi comentario o tenga mucho sentido, pero en realidad este capi me dejo un poquito o muuuy sockeada

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  5. ahh mi dani sorrryyy por demorar tanto en comentar ...mi vida es un caos estos meses......mi trabajo me absorbe............pero aqui estoy no te olvides de mi........pues este capi como todos para mi revelan un poco mas de su personalidad.....Un alex que adoro pero aveces que provocar ahorcar siento como que sigue relegando a vicky en ocasiones........mmm no se con lina .. pues nunca confie en ella y ahora que ni alex confia menosssssssssss yop....cada capi me fascina quiero massssssssssssss...porfa sube sube pronto bye.... thanksssss

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  6. ANEL...
    que desesperaciosn con este Alex hayy tan bien que iban Dany de veras ya no nos hagas sufrir y yo que pense que estos se arreglarian y los dos acabarian con todo el problema de Cristobal ufff por eso me encanta esta historia porque nunca sucede lo que yo pienso :(

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  7. No puedo creerlo estos dos capitulos me han dejado con mucho que pensar, primero enterarse del xq se acerco a Victoria y como la utilizo para su propio beneficio sin importarle nada aunque diga que la ama yo lo dudaria, porque esta actuando tan contradictoriamente en todo primero vuelve tan cariñoso y luego la jode ash..., tengo la sensacion de que toda esa ternura y libertad de hacer cosas con ella es una manera de manipularla porque sabe que ella actuara pqor su cuenta e ira a buscar a Cristobal, que con sus actitudes es lo que va a conseguir y con eso que el consejo los descubra y todo se ponga peor, y como pudo siquier pensar eso de que haras cuando yo tmbien lo haga?? enserio pensaria en golpear a Vicky??? algo muy sucio se coce en la cabeza de Alex para que le oculte cosas a Lina ya es demasiado misterio, hacer todo en contra de las reglas y ahi viene mis dos teorias una o es una manera de hacer que Cristobal se acerque a ellos o al parecer si va a conseguir que se cumpla por completo la maldicion, tendra que perder a su amor para que todo acabe o me quivoco???... gracias Dani por el capi.... :)

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