martes, 11 de febrero de 2014

Un ángel traicionado - Capítulo 4


Capitulo 4

Ya pasaban las diez de la noche cuando Adam terminó de relatarles todo lo sucedido a los hermanos Young. Cada uno de ellos se vio frustrado ante los nuevos acontecimientos ya que su esfuerzo se había visto desvalorado al acabar con Ethan como vampiro. Todo lo que habían hecho, no tuvo sentido.
—No ha ido a su departamento, hoy fui a checar el lugar, no hay rastro de vida en los últimos días –dijo Gaspar, mirando hacia la ventana, pensando en su amigo, ya que con los años Ethan se había vuelto en su confidente. Referente a problemas que el humano pudiera manejar.
—Tampoco ha visitado o llamado a Helena, su madre. Hemos tenido suerte –aclaró Mia, apoyada en el escritorio  —ella está de viaje, pero esperaba poder tener una cena con su hijo y con Dana. Eso es dentro de tres días.

—Interesante –dijo Adam, cruzando sus piernas.
Estaba sentado en el sofá que había en la oficina. Lucía más joven con los jeans azules gastados, su suéter blanco que tenía bordado una flor de lis en el costado derecho, además llevaba una chaqueta de género color verde musgo con gorro forrado.
—Tendrá que llamar a su madre, quizás aun mantiene su celular ¿han probado llamando? –preguntó Adam.
—Fuera de servicio, sospecho que es debido a baja batería –respondió Gaspar. Se giró para ver al ángel caído –deberemos interferir en el teléfono de su madre ¿no crees?
—Sí, grabar y registrar cada llamada, que se identifique la ubicación de cada persona que se comunique con ella.
—Eso llevará tiempo –se excusó Mia.
—Antes de 24 horas eso debe estar listo –exigió Adam –no podemos dejar pasar nuestras oportunidades.
Ambos hermanos asintieron. Habían perdido la esperanza de descansar, ya que a medianoche debían proteger a las Nephilim, ser los ojos en sus espaldas para que tuvieran refuerzo por si las cosas salían mal.
—Debo ir por Sebastián, estoy seguro que él puede tener información de Ethan o de cómo ayudarlo. Hay que recurrir a todas nuestras opciones –sentenció Adam, que trataba de luchar contra el tiempo.
— ¿No crees qué ir a casa de Gabriel sería buena idea? –Mia susurró, temerosa de esa posibilidad ya que a pesar de ser tan o más valiente que su hermano en contra de los demonios, Gabriel le causaba cierto terror. Parecía tener un aura color sangre.
—Sí, pero no deben hacerlo –aclaró Adam –si alguien va, seré yo. Ahora es mejor que vayan a comer algo, preparen sus armas y se alisten que a medianoche las Nephilim esperaran por ustedes.
— ¡Si, claro! –dijo Gaspar riendo, antes había recorrido las calles con ellas. Para ese entonces ellas cubrían su espalda — ¿Cuál de las dos es más impuntual? –volvió a reír.
—Como sea, ustedes deben ver eso, yo ahora me debo ir.
Adam se puso de pie y se despidió de los hermanos Young que también debían preparar su vestimenta. Ellos necesitaban de más arreglos que solo salir a la calle para luchar. Ambos solo eran humanos, entrenados de forma estricta, pero humanos después de todo.
Adam salió del edificio y se subió a su Jeep negro para dirigirse a una de las entradas que tenía el Mercado Negro, debía averiguar en qué plan estaba Thomas, antes de ir con Sebastián. Esperaba que ya tuviera algo de información.
Para su suerte todos los semáforos estaban en verde, así no le tomó mucho tiempo llegar hasta esa casucha de madera que se estaba cayendo a pedazos. Había dos vagabundos borrachos que no sabían si soñaban o realmente aparecía cada cierto tiempo personas desde el suelo.
Adam de un salto de hundió en la oscuridad y después se dirigió hacia los pasillos inundados de luz. Todo era tan limpio y blanco que sacaba de quicio al ángel caído. Creía que ese lugar era una ironía. El Mercado Negro, lugar lleno de claridad y limpieza. Le parecía una idiotez, aunque no dejaba de alabar los productos que ahí se podían encontrar.
A pesar de no estar muchas veces en ese centro de variedades, supo qué camino seguir para llegar a la oficina principal. Se podría decir que era un laberinto, con diferentes productos a altos precios, algunas armas no tenían siquiera etiqueta. Todo se mantenía detrás de un vidrio demoniaco impenetrable. Nadie podía robar en el Mercado Negro.
Sin poder evitarlo, antes de dar las dos últimas vueltas para llegar donde Thomas, Adam se entretuvo con unos guantes negros que estaban detrás de una ventanilla. En la descripción especificaba que servían para manipular objetos. Telequinesis.
—Ni siquiera tiene el precio –dijo malhumorado Adam. No se trataba de que tuviera un problema económico, pero nunca había sido el tipo de ser sobrenatural que gastaba en objetos caros.
Finalmente se dirigió hasta las grandes puertas de esa oficina, eran de madera. Iba a tocar una segunda vez, pero esta se abrió, dejando a una sorprendida Lilia al otro lado.
Adam maldijo su mala suerte. No le gustaba verla con otro, menos con Thomas y pareciera que el destino lo llevaba a situaciones incómodas cada día. Alguien estaba muy feliz refregándole en la cara que ella tenía a alguien más.
El ángel caído notó de inmediato el cabello de Lilia, estaba desordenado, sus ojos brillaban de forma vidriosa, sus mejillas estaban sonrojadas. Era obvio que lo había pasado bien durante su estancia en esa oficina, sin duda no estaba ahí para pedirle un favor a Thomas… o quizás si.
Trató de deshacerse de esos malos pensamientos, no obtenía nada a cambio por ellos, solo distanciarse más de la Nephilim, lo que era conveniente, pero doloroso.
—Adam ¿Qué haces aquí? –preguntó ella, cerrando la puerta, sin permitir que él entrara.
—Quiero hablar con Thomas ¿puedo entrar o lo has dejado un tanto indispuesto?
Ella frunció el ceño de inmediato, tomando en cuenta el tono ácido de Adam. Odiaba cuando él se comportaba así porque era anormal, no era la persona más simpática de mundo, pero no tenía la tendencia a ser sarcástico con malas intenciones. Ese no era su Adam.
—Basta con esos comentarios –susurró ella, tratando de arreglar su cabello, ya que por la mirada de Adam descubrió que lo llevaba hecho un asco.
Ciertamente ella había llegado mucho más temprano a la oficina de Thomas. Habían almorzado y luego fueron a ver una película. Regresaron porque Lilia ayudó al Nephilim a buscar posibles demonios que los ayudarían a encontrar lo que buscaban: Gabriel.
—Si me permites, quiero hablar con Thomas.
A pesar de que a Lilia le gustaba ganarle a Adam en las discusiones, esta era una que estaba destinada a perder ya que indudablemente había estado jugando con Thomas dentro de esa oficina, no habían llegado al último nivel, pero lo había dejado con un problema entre las piernas.
—No puedes entrar aun.
No se necesitaron otras palabras para darle la razón a Adam.
—Bueno, entonces iré a dar una vuelta, así se le baja la calentura que le has dejado –metió sus manos en los bolsillos de la chaqueta y comenzó a mirar las ventanillas.
— ¡Ey! Cuida como hablas de mi Adam, esta es la tercera vez.
Él no la tomó en cuenta, ya le daba la espalda. Lilia deseó por un segundo reducir el cuerpo de Adam a las cenizas, incluso sus puños se encendieron en aquel fuego violeta, pero se calmó al segundo después, sintiéndose mal consigo misma por esos pensamientos.
—No trates de comportarte como un puritano, no te queda –dijo caminando hasta donde estaba él –recuerdo cuando llevabas mujeres a casa.
—Sí, bueno… uno hombre tiene sus necesidades –Adam seguía aparentando estar concentrado en los productos.
—Tú no eres un hombre, eres un ángel caído.
Él se enderezó y se giró hacia Lilia, con el ceño fruncido.
— ¿Cómo demonios sabias que llevaba mujeres? ¡Esa casa era gigante! –las mejillas de Lilia se tiñeron de rojo, ya que en cierta forma sabia esa información porque espiaba a Adam, lo que no la dejaba en una buena situación en este preciso momento.
—Debiste conseguir mujeres que no fueran tan gritonas –ella deseó golpearse contra la pared. Aquellas palabras habían sido las más estúpidas que había dicho en sus más de ocho décadas humanas.
Adam sonrió con altanería.
—Me espiaste en esos años, si lo hiciste entonces has de entender el motivo de sus gritos.
No, era cierto que ella lo espiaba, pero jamás había visto completamente desnudo a Adam. Ganas no le faltaban, pero no se había dado la ocasión, además de que solo la idea la hacía sonrojarse. Como ahora.
—Yo no te espiaba –ella miró hacia abajo, avergonzada –nunca te he visto de esa manera.
Tan solo había visto a Adam sin camisa o con pantalones cortos. No había sido testigo de mayores detalles en él. Ni siquiera conocía bien las Marcas de sus brazos, ambos tatuados por las armas que pudo usar en el pasado y por los pecados que cometió.
—Tranquila, puedes hacer lo quieras Lilia… con Thomas o quien sea, no es mi problema –él uso un tono tranquilo, tratando de demostrarse a sí mismo la veracidad de aquellas palabras. Era un cínico.
Tan solo verla con sus mejillas sonrojadas lo hacía caer en recuerdos que no deseaba tener, pero que no podía controlar. Es por ello que no podía permitirse nada con Lilia… no siendo hija de Cyra, de su Cyra.
Lilia se rindió y se alejó de un muy nostálgico Adam que no pudo controlar su mente y sus memorias.

Habían pasado tres meses donde Cyra y Adam se habían vuelto confidentes. El monasterio que parecía suspendido en al aire desde otras distancia, se convirtió en un centro donde los dos podían conversar durante horas mientras él la ayudaba a cocinar. Ella estaba encantada con él, la escuchaba de una forma que nadie lo había hecho, además le parecía tan simpático. Reía mucho con él, de esa forma la pena por la muerte de su prometido se fue haciendo cada vez más pequeña hasta quedar opacada por el joven monje, que la tenia prendada completamente. Era guapo, inteligente y además parecía ser el hombre perfecto para ella.
En cambio Adam, él sí estaba hechizado por ella. Su expresión cambiaba cada vez que la encontraba y su corazón, que antes de caer jamás había sentido su peso, latía con fervor y rapidez. Ella solo debía darle una sonrisa y él podía ser feliz por el resto del día. Le gustaban sus ojos azules, parecían tan profundos y cambiaban de tono cuando sonreía o cuando la encontraba mirándolo por más tiempo del correctamente establecido.
La amaba, no había duda de ello. Podía conversar de todo con ella, muchas veces discutían por diferentes formas de pensar, pero nuevamente él la hacia reír y el disgusto quedaba en el olvido.
La deseaba, Adam estaba loco por ella, había descubierto que solo la imagen de ella en su cabeza le causaba escalofríos que se concentraban en su entrepierna. Varias noches a la semana se despertaba pensando en ella y también teniendo una erección que le provocaba dolor. En momentos como esos se concentraba en otros recuerdos, usualmente malos y de esa forma se calmaba.
Para los demás monjes, no cabía duda de que existía una conexión única entre esas dos personas, pero ninguno ensució sus pensamientos al atribuirle situaciones amorosas. Tenían a Adam en alta estima, en un ser que estaba sobre lo carnal y emociones banales que se iban tan rápido como llegaban.
Adam mientras todos oraban se quedaba obsesionado con el cabello de ella. Jamás lo había visto, no era ninguna regla, pero él no podía pedirle a Cyra que dejara su cabello descubierto ya que sería una petición comprometedora. Él no deseaba arruinar su relación con ella.
—Que tengan buen viaje –dijo Dymas, despidiendo al joven monje y Cyra, que bajaban al pueblo para abastecer la despensa.
Llevaban la carreta, ella sobre esta y Adam caminando, guiando al burro por el camino. Eran horas de viaje, que parecían incluso cortas para ellos que no paraban de conversar, de reír o simplemente de quedar en silencio mientras uno espiaba al otro.
Aquel día las nubes estaban oscuras, amenazando con una tormenta de miedo. Es por ello cuando llegaron al pueblo, prácticamente al anochecer, compraron parte de los alimentos y decidieron que al otro día cumplirían con la totalidad de la lista. Sin embargo, la lluvia se hizo caer con fuerza, por eso mismo los viajeros que se unían a ellos ese día, acabaron por colapsar las hostales, dejándolos sin refugio.
Asustada Cyra comenzó a preguntar casa por casa hasta que encontraron a una anciana que era propietaria de una pequeña cabaña que estaba detrás de su propia casa, casi se caía a pedazos. Les ofreció techo a cambio de un par de monedas. Aunque deberían dormir en la única habitación que tenia dicho lugar ellos aceptaron y permitieron que la mujer arreglara los aposentos.
La noche no demoró en llegar y ambos se fueron a dormir luego de una abundante cena. Adam tenía una cama en el suelo mientras que Cyra se había quedado con la de paja, cubierta de sabanas, que tampoco estaba en mejores condiciones que la cabaña, pero que servía para descansar.
Adam entendía muy bien porque su corazón latía fuerte al estar con Cyra en un camisón blanco a centímetros suyo. Deseaba poder ver su cabello, ella lo obligó a cerrar sus ojos cuando fue su turno de acostarse, así no podía verla con su camisón.
— ¿Tienes sueño, Adam? –él giró hacia ella, para poder verla desde abajo.
—No ¿tu?
—Creo que hemos comido mucho, no tengo ni un poco de sueño, a pesar del cansancio por el largo viaje –ella se acercó al borde de la cama y se encontró con los ojos oscuros de Adam, que no perdía detalle del rostro de Cyra —¿Por qué te volviste monje?
La pregunta desconcertó a Adam, jamás ella le había hablado del tema y él no tenía una excusa bien hecha. No podía confesar su naturaleza.
—Eres tan joven –susurró Cyra.
—No tan joven, soy tres años mayor que tú, técnicamente –la realidad era otra, pero ella no tenía porque enterarse de ello, según la analogía de Adam.
—Dime ¿Por qué? –Cyra bajó su mano y sorprendiendo al ángel caído, tocó su frente. Tan solo fue su dedo índice el que recorrió sobre su piel, pero aquel movimiento tan solo hizo encender el cuerpo de Adam, que además se quedó concentrado en cómo parte del cabello largo de Cyra, caía sobre su hombro y brazo, tentándolo como nunca nadie lo había hecho.
—No me gustaba la vida que llevaba –dijo bajito, tragando con dificultad –en el monasterio puedes encontrar paz, además de compañía.
— ¿Pero no extrañas las mujeres? –él sonrió por las preguntas que ella le hacía.
Adam jamás había pensando en las mujeres de una forma romántica, ni siquiera se había preguntado sobre ello, siempre las vio como seres a los que debía proteger, como a los hombres. Sin embargo, eso había cambiado hacía tres meses.
— ¿Me estás tentando, Cyra? –ella lo miró asustada y alejó su mano de él. Aun así no dejó de mirarlo, exponiendo su hombro desnudo, el mismo que traía loco a Adam hacía varios minutos –no te preocupes, puedes preguntar, somos amigos ¿no?
—Sí, lo somos –susurró ella, sintiendo su piel muy sensibilizada. Nunca había visto a Adam sin su túnica, es por eso que al verlo ahora, con su pecho descubierto, sentía que varios grados aumentaban en ella.
—Bueno, no puedo extrañar algo que no he experimentado –los ojos de Cyra se abrieron sorprendidos.
— ¿Nunca tuviste novia? ¿Ni de niño? –Adam negó, no tenía una respuesta lógica para esas preguntas así que solo se limito a negar — ¿has besado a alguien, Adam?
—No.
— ¡Así no me sorprende que alguien como tu sea monje! Si no has experimentado nada en la vida ¿Cómo puedes estar encerrado ahí?
Adam decidió que no deseaba estar otro momento sin probar lo más básico entre los humanos. Si había caído en la tierra, tenía que vivir como un ser humano, no como un ángel porque ya no lo era.
— ¿Qué haces? –preguntó Cyra cuando él se sentó, quedando cerca de su rostro.
—Tienes razón –ella no tomó en cuenta esas palabras ya que su atención cayó en el brazo izquierdo de Adam.
— ¿Qué son esas Marcas, Adam? –susurró ella al ver los líneas rectas que se unían una a otra, dejando cuadrados incompletos para después comenzar con una nueva figura de la misma forma —¿Qué?
Para cuando Cyra levantó la vista, dejando de lado el brazo de Adam, se encontró con el monje muy cerca de ella. Su respiración llegaba a la mejilla de ella. La humana tensó su mordida, sintiendo como un escalofrió de anticipación recorría su espalda.
—Ada…
No pudo completar lo que deseaba decir, pero poco le importó al momento de sentir los labios de Adam contra los de ella. Era un beso superficial, pero ella decidió tomar la iniciativa ya que de los dos, era la que más experiencia tenía. Comenzó a mover sus labios contra los de Adam mientras su mano iba al cuello de él, para que no se alejara.
El ángel caído no demoró más de unos segundos para encontrar el ritmo de aquel beso y para cuando ella acarició su labio inferior con la lengua, perdió la cabeza. Se puso de pie sin dejar de besarla y se pasó a la cama de ella mientras sus manos comenzaban a moverse despacio sobre el cuerpo de Cyra, tocando sobre el camisón, sus muslos, su cintura.
—Mmm… –gimió ella cuando la mano exploradora de Adam pasó por el lado de su pecho, pero con dirección diferente, su cabello.
Él no había cerrado sus ojos en ningún momento, ahora podía ver el largo cabello de Cyra, cayendo sobre las sabanas mientras respondía a sus labios. Pudo acariciarlo solo un poco ya que ella tomó la mano de Adam y la llevó a uno de sus senos.
—Toca ahí… —él se separó de su boca y por instinto comenzó a besar el cuello de Cyra mientras ella respiraba con dificultad.
Adam sabía lo que era el sexo, no le había llamado la atención hasta ese entonces, pero sabía claramente como era el proceso. No era un ignorante referente a ello, pero sí lo era sobre las sensaciones que se podían experimentar sobre el acto.
El ángel caído comenzó a bajar el camisón de ella, besando sus hombros, deshaciendo el nudo que había en el borde y de esa forma expandiéndolo para que pudiera bajar por sus brazos y sus caderas. En un par de minutos ella estuvo desnuda hasta la cintura.
—Oh Adam… —jadeó ella cuando él se llevó un pecho a la boca mientras tocaba el otro con cuidado.
Cyra se sentía completamente rodeada, Adam era grande y ella pequeña, el fuerte y ella débil… se estaba dejando llevar por todas esas sensaciones que él le provocaba con sus palabras, risas y miradas.
Adam estaba maravillado por la tostada piel de Cyra, era tan suave. Le provocaba un placer desconocido posar su boca sobre ella, aun más recorrer sus pechos, besándolos, presionándolos suavemente con sus dientes o manos.
Cuando él acercó más su cadera al costado de ella, Cyra se tensó, sintiendo la erección que tenia Adam, pero su preocupación pasó a segundo plano cuando él comenzó a bajar su camisón por completo hasta que ella misma se deshizo de este. No llevaba ropa interior, ya que esta se encontraba colgada en un rincón escondido de la cabaña, esperando que se secara. El día había sido agotador y ella debió darse un baño.
— ¿Adam? –ella lo miró con sus mejillas sonrojadas, avergonzada porque él la observara por completo desnuda.
— ¿Si? –él no se detuvo, a pesar de quedarse hechizado por los ojos azules de ella, vidriosos por el placer que sentía.
De todas formas llevó su mano hasta la parte más íntima de Cyra,  acariciando entre su vello púbico hasta llegar al centro de su intimidad. Sin saber lo que estaba haciendo Adam disfrutaba con tocarla cada centímetro, pero más lo hizo cuando encontró cierto botón entre los labios íntimos de Cyra que la estremeció. Comenzó a acariciarla con mayor rapidez en dicha zona al notar que ella se deshacía entre sus dedos. La besó con mayor confianza, robándose todos los gemidos que salían de su garganta, fascinado por la entrega de ella.
—Adam –dijo ella casi suplicando. Él se detuvo, dejándola al límite, a las puertas de obtener su orgasmo –te quiero a ti… —sin mayor preámbulo ella rodeó con su mano el miembro del ángel caído, que se alzaba duro producto de la excitación que sentía.
Adam cerró sus ojos, sintiendo como si un látigo de placer lo golpeara. Ni siquiera había notado cómo ella coló su mano a través de su ropa interior.
— ¿Si? –preguntó ella como si dudara de las intenciones de Adam.
Él se puso de pie, alejándose de ella, pero solo para deshacerse de lo que quedaba de su ropa y después se ubicó sobre ella, para besarla y apodarse de sus pechos de nuevo mientras su erección chocaba contra el vientre de ella.
Cyra estaba al límite, moviendo sus caderas en busca de que Adam entrara en ella y la llevara al éxtasis del placer que sentía. Por ello mismo estaba lista y preparada para recibirlo sin ninguna dificultad. Cuando sintió la erección de Adam entre sus intimidad no pudo evitar llevar sus manos a través de la fuerte espalda del causante de sus desesperación, hasta llevarlas a su trasero, tratando de que él la penetrara y acabara con su calvario.
—No te quiero hacer daño –susurró él en su oído.
Ella alzó su cabeza y lo besó, dándole con eso el aviso de que siguiera, que ella lo deseaba tanto como él.
Adam decidido llevo su miembro hasta el interior de Cyra, primero solo un poco, sintiendo de inmediato la calidez de ella. Luego avanzó otros centímetros controlando el deseo de embestirla de un solo movimiento, estaba tan húmeda que lo tentaba a hacerlo, pero se preocupó por ella ya que su miembro era grande para su pequeña Cyra. Se dio cuenta que a pesar de la excitación de ella le costó recorrer los últimos centímetros. Ella era más estrecha, pero no sufría con la invasión de Adam.
—Bésame –le pidió Cyra cuando él entró por completo en ella. Adam cubrió su boca con rapidez.
Ella había perdido su virginidad hacia tres años, había sido una vez y no lo había disfrutado para nada. Fue un encuentro rápido y desagradable con uno de sus primos, solo estaban jugando, pero luego todo se escapó de sus manos. Ni siquiera con su prometido lo había hecho y ahora estaba disfrutando como nunca pensó con Adam.
Después de unos segundos donde el ángel caído se quedo tranquilo en el interior de ella, su instinto comenzó a exigirle que se moviera, por esa misma razón comenzó a embestirla de forma lenta, pero a medida que pasaban los minutos tuvo que separarse de ella para tomar con firmeza los mulos de Cyra y penetrarla más profundamente. Se estaba sintiendo en el séptimo cielo, aprovechando la piel de su amante, sus senos, su boca, sus manos… sus gemidos.
Cyra había llegado a su orgasmo al comienzo de las arremetidas de Adam, creía que iba a desfallecer al entender que ahora se había encontrado con alguien que tenía más aguante, que la deseaba con locura y que la amaba. El mismo joven que la hacia reír y la escuchaba como nadie más. El mismo que era monje, pero que en ese preciso segundo, su túnica no tenía nada de importancia.
Adam se sentó en la vieja y desgastada cama, pero no se separo de Cyra, sino que ella quedó sentada sobre él, a horcajadas.
El ángel caído se apoderó del trasero de ella, ayudándola a moverse sobre él. Los gemidos de Cyra lo tenían vuelto loco, tan solo estaba a un par de embestidas para dejarle liberar en ella. Cuando tuvo su orgasmo fue el mayor de los placeres que sintió en su existencia. Se aferró a ella, rodeando su cintura con sus fuertes brazos, atrayéndola más él mientras se vaciaba en Cyra, acallando un grito en los labios de ella.
Cyra quedo agotada, sus ojos se cerraron al segundo de tocar la rustica almohada mientras que Adam se quedó encantado con ella, tocando sus hombros, su cabello, besando su cuello… sin poder controlar todo lo que sentía por ella, jamás en su vida había sido tan feliz como en ese momento.
Finalmente se rindió al sueño y mientras lo hacía la rodeó con sus brazos, sintiendo su suavidad en las manos, sin ninguna preocupación por un posible embarazo de Cyra, ya que ambas especies, humanos y ángeles, ya que además de no ser compatibles, estos últimos no tenían la anatomía para reproducirse.

Al día siguiente Adam se despertó solo, Cyra le había dejado su ropa y una fuente con agua. El ángel caído confundido se lavó y se vistió para después comer tan solo un pedazo de pan con queso. Cuando se encontró con Cyra ella lo miró como si nada hubiese ocurrido y le pidió que se apresurara porque tenían un largo camino de vuelta al monasterio.
Fue el viaje de regreso más largo que pudo tener Adam.

Las puertas se abrieron y el ángel caído pudo entrar a la oficina de Thomas, dejando de lado los recuerdos de un pasado más bien doloroso.
—Pero que sorpresa –dijo Thomas sentado en un gran sofá, al costado de su escritorio. El lugar era gigantesco e incluso intimidante — ¿Cómo estás Adam?
El Nephilim estaba vestido casualmente, lo que era extraño debido a que se encontraba en su oficina, donde siempre se caracterizaba por la formalidad de su ropa. Ahora llevaba unos pantalones caqui oscuro y una camiseta gris.
— ¿Estás trabajando?  —preguntó Adam, sin demostrar mayor interés aunque sabía con exactitud que la relación de los Nephilim había terminado debido al trabajo de Thomas. No le molestaba la idea de que rompieran de nuevo.
—No, solo vine en busca de algunos datos, para contactarme con los Demonios que tú has pedido, de seguro te encontraste con Lilia, iba de salida.
—Sí, la vi –Adam metió sus manos a los bolsillos.
—Espero que no hayan discutidos, ya sabes… ustedes son como perro y gato, lo que es raro ya que prácticamente eres como su padre ¿no? la criaste.
El ángel caído sonrió, aunque sus puños presionaban con fuerza sus dedos dentro de los bolsillos.
—No vine hasta aquí para hablar de Lilia.
—No, pero quiero aprovechar esta oportunidad para dejar todo claro entre nosotros –Thomas sonrió, no iba a desperdiciar esta oportunidad ya que no siempre veía a Adam y menos a solas.
—Está bien, aunque no veo la necesidad de hablar sobre nosotros ¿es qué me encuentro en alguna relación desconocida contigo sin haberme enterado?
—Si –dijo sonriendo el Nephilim –nos interesa la misma mujer.
Adam suspiró molesto, ya no quería seguir hablando con Thomas. Ni siquiera hablaba con Lilia sobre ese hecho, era algo que tenía muy bloqueado en su mente.
—No sé de lo que hablas, ella es libre de hacer lo que desea, yo no estoy detrás de ella y ella no está detrás de mí.
El Nephilim dejó de sonreír, no le agradaba ni un poco las conversaciones con falta de honestidad.
—No eres el mejor candidato para Lilia, pero no soy su padre para ir diciéndole que chico le conviene o no –siguió Adam, mirando a los ojos dorados de Thomas –ahora, si temes porque ella pueda estar interesada por mí, bueno… eso deberías arreglarlo con ella ¿no crees?
Thomas sintió esas palabras como un golpe bajo, pero no respondió de la misma manera.
—Las cosas han cambiado –dijo el Nephilim –esta vez no dejare que vaya detrás de ti.
—Muy bien, así me evitas una preocupación más, solo encárgate de hacerla feliz –la mordida del Nephilim volvió a tensarse, molesto por la actitud de Adam.
—Sigues siendo un ángel ¿no? me conviene después de todo.
— ¿De qué hablas?
—Sigues pensando que somos la estirpe de los suyos, acéptalo, por eso no puedes ver a Lilia con otros ojos. Rendirte a una Nephilim ensuciaría por completo tus antecedentes ¿no?
Adam se irguió, molesto y dolido por lo que dijo Thomas. Ninguna de esas palabras eran ciertas, pero le desagradaba de sobremanera que él pensara eso, ya que de alguna forma, Lilia también podía llegar a esas falsas conclusiones.
—Por eso haces todo esto –continuó Thomas –por eso quieres la redención para los Nephilim ¿no se trata de eso? Dar una prueba viviente y qué todo el mundo se entere de que la Luz es misericordiosa como siempre ha proclamado –usó un tono resentido, marcado por el pasado.
—Como sea, no tengo tiempo para esto, dime de una buena vez ¿has encontrado algo? ¿Alguna pista de Gabriel?
—Ni siquiera he considerado buscarlo con seriedad, ya que puede que necesiten mi ayuda pero… ¿Qué obtengo a cambio? No se me ha entregado la información necesaria como para considerar un bando.
—Entonces no tenemos nada más que hablar –sentencio Adam, dándole la espalda para retirarse.
Estaba pronto a dar un par de pasos, alejándose de Thomas, cuando recordó las palabras de Noelia, que le aseguró tener un futuro favorable si se aliaban con el jefe del Mercado Negro. Derrotado volvió a darle la cara a su desagradable compañero.
—Quieres hacer un contrato conmigo ¿no? un trato a cambio de tu ayuda.
—Sí, pero a diferencia de lo que piensas, lo quiero en blanco, no podrás poner las condiciones y si no cumples mis deseos, tendrás que entregarte en sacrificio, estoy seguro que obtendré mucho dinero por ti con algunos Demonios que te odian con toda su oscura alma.
Adam observó a Thomas por varios segundos, sopesando la idea. Era arriesgado y tenía una corazonada sobre la petición del Nephilim.
—Es sobre Lilia ¿no?
—Te dije que esta vez la quería y haré lo necesario para que siga a mi lado –Adam bufó molesto.
—Ni siquiera estás enamorado de ella, no es tu pareja, sabes que después encontraras a alguien… en algún punto, como Nephilim envejeces muy lento ¿Por qué quieres a Lilia? ¿Es un estilo de revancha porque te dejó la última vez?
—Claro que no. Ya tienes mi oferta, tómala o déjala.
Adam recordó nuevamente las palabras de Noelia. Él sabía muy bien que Thomas era importante dentro de ambos bandos, no tenía idea de cómo, pero se había hecho la fortuna y el poder para tener a grandes ángeles y demonios, en sus manos. Aunque no se sorprendía mucho, de tal palo tal astilla.
—Está bien, firmaré.
El Nephilim lo quedó mirando sorprendido. Nunca pensó que Adam iba a seguir su juego, tan solo quería probar cuanto interés tenía el ángel caído por Lilia. Deseaba probarle que estaba tan loco como él por ella, pero ahora toda su idea se había desecho, había aceptado y él no deseaba hacer negocios con Adam, tan solo lo odiaba por no aceptar que estaba interesado en Lilia, que la amaba y que la negaba solo por su naturaleza. Era un factor incógnito para Thomas Santderic y odiaba eso, ya que no podía ver cómo afectaría a Lilia el día que Adam aceptara que estaba más que interesado en ella.
—Bien… —dijo Thomas un tanto indeciso. Él jamás había usado su poder para hacer ese estilo de tratos, tan desventajoso, no quería torturar o aprovecharse de Adam. Le desagrada, si ¿lo odiaba? No.
Ambos se acercaron al gran escritorio de Thomas. El ángel caído se sentó al frente de este mientras que el Nephilim tomaba una de sus grandes hojas especiales blancas que guardaba en uno de los cajones, además del lápiz para anotar el nombre de Adam y luego él debería manchar el papel con su propia sangre.
—No me sorprende que me pidas esto –dijo Adam mientras anotaba sus datos en el papel blanco –tu sangre es bastante especial, jugar sucio es lo tuyo.
Thomas tensó su mordida, molesto.
Como todo Nephilim, no conocía a su padre pero sabía muy bien de quien se trataba. Lucifer nunca se había presentado al frente de sus ojos pero si le había heredado una cantidad considerable de poderes o dones. Nunca se contactó con su progenitor ni con su fallecida madre, se crió entre demonios y no se volvió un ser malvado gracias al rencor que sentía por su padre y lo que este representaba.
—Cuida tu boca Adam, estarás en mis manos después de que tu sangre quede en ese papel.
Adam levantó la vista y dejó el lápiz a un lado.
— Ahora hay que buscar un arma que te pueda dañar –dijo curioso Thomas.
—No es necesario, tengo mi Daga –respondió, para la sorpresa del Nephilim. La sacó de su chaqueta, la Daga de oro que estaba marcada con su nombre en el mango dorado –puedes tener muchas cosas increíbles aquí Thomas, pero creo que te hace falta una de estas ¿no?
Siendo un Principado debías tener dos armas, no era hasta ser un Dominacion cuando su Daga dorada se unía con su espada que obtenían al ser Arcángeles. Ambas armas habían sido arrebatadas de Adam cuando dejo su caminó celestial, es por ello que no dudó en pedirla de vuelta cuando Eric bajó a pedirle que lo ayudara con Dana. Tenía otra guardada en su oficina, pero no le correspondía usarla, ya que era de la pequeña angelito.
— ¿De dónde la has sacado?
— ¿Con qué pensabas sacar mi sangre? Mi piel es dura para tus armas –dijo el ángel apuntando a su mano con cuidado. Cruzó la palma de su mano con el filo de la hoja y luego la presionó con fuerza para que las gotas de sangre llegaran al papel  —no eres el único que hace buenos tratos.
—Te estás arriesgando mucho con esto.
—Un trato es un trato –aclaró Adam –solo consígueme a Gabriel y cumpliré con mi palabra, antes, ni lo pienses.
—Oh… ya veras, te conseguiré algo mejor que un demonio despechado, te daré ese antídoto que buscan. Los trucos de Azazel, todos tienen un fallo, lo que él hace es una copia, siempre ofrece dones que son la copia del original.
— ¿Y eso qué tiene que ver?
—Un ejemplo que has de conocer bien, es Dana –Adam frunció el ceño sin entender –ella tenía un poder gracias a Azazel, se involucró con él, ya sabes que como Nephilim se divertía bastante.
—No entres en detalles, tan solo dime de qué demonios estás hablando.
—Ella tenía una falla en el cambio de forma que usaba para esconderse de los arcángeles, se podía volver en otra persona en tan solo un segundo. Para cuando se volvió ángel, ella quedó con su forma natural, pero llegó a la tierra con su cabello castaño oscuro ¿no? ella lo tiene color blanco, natural, como Noelia. Ese es un fallo en su sangre, debido al producto que le ofreció Azazel, que estaba defectuoso. Es lo mismo con ese borrón de memoria que le han dado, están unidos, todo está hecho a medias. Cuando ella recuerde todo, volverá a ser quien realmente es.
—Ese don era de Mory, una demonio amiga, Azazel le extrajo su sangre a cambio de una salida a la tierra desde el Infierno.
Thomas se sentó en su sillón de cuero, detrás del escritorio.
—A Ethan le borraron su memoria producto de un veneno ¿no? –Adam asintió –una cantidad indicada para los días o meses que deseas borrar, de eso se trata. Es imposible que hayan manipulado su mente, tan solo borraron su memoria, a diferencia de Dana ¿cierto?
—La han manejado para hacerle creer ciertos hechos y borras otros, según lo que dijo Noelia.
—Perfecto, entonces, tan solo hay que buscar al demonio a quien robaron ese veneno.
Adam tensó su mordida, molesto por la perfecta analogía que había hecho el Nephilim.
—Por lo menos eres inteligente –aclaró el ángel caído –estás en lo correcto, si encontramos dicho demonio, debe haber un antídoto. Aunque ¿Qué sucede si solo tiene el veneno?
—Tendremos que crear el antídoto del mismo veneno, créeme cuando digo que la mayoría de los seres en este mundo me deben algún favor. Si deseo Azazel podría hacer ese antídoto, si en su clausula no especificara “No interrumpir acciones de otros demonios” si él creó el veneno y ayudó a Gabriel, no puedo hacer que me ayude y anule a Gabriel. Va en contra de las reglas de su trato.
El ángel caído se quedo unos segundos mirando a Thomas, sin entender su forma de trabajo, pero sorprendido por la capacidad que tenía en atrapar demonios y ángeles de gran calibre.
— ¿Qué ganas con todo esto, Thomas?
—Aparento 25 años y tengo mucho más de los que debería por culpa de mi padre. Si los Nephilim crecen lentamente, yo demoró aun más. Tan solo quiero darle un escarmiento, ya sabes.
Adam sonrió al ver la expresión del mismo hijo de Lucifer. No era ningún secreto la información sobre el padre de Thomas, es más, habían en un tiempo mucho como él, pero llevar un gran poder como el que Lucifer entregaba a sus hijos era un arma de doble filo, todos se habían vuelto demonios antes de siquiera cumplir los quince años. Thomas era el único que no había recaído por completo a su lado demoniaco, a pesar de la tentación que representaba dominar tantos poderes.
—No me creas ingenuo, te estaré vigilando –dijo Adam mientras el Nephilim enrollaba el papel blanco.
—Bueno… y quizás desee también moverle el piso a los ángeles, ya sabes, yo no estoy protegido como Arial y Lilia, no me incluiste en la tregua temporal así que he tenido que escapar o eliminar a más de un arcángel estos días, que han aparecido más de lo habitual. Quizás tengo nerviosos a los integrantes de la Luz.
Adam se puso de pie, escondiendo su Daga nuevamente. No le dirigió otra palabra al Nephilim, tan solo con un asentimiento se retiró de la oficina.
—Tan solo quiero la verdad y un poco de venganza, nada más –susurró el Nephilim cuando se quedo solo.
Thomas se volvió a sentar en su sillón de cuero y activó la pantalla de su escritorio, de esa forma se abrieron diferentes ventanas y dejaron expuesta la entrada al barrio donde las Nephilim irían en busca de demonios que dieran algo de información. Sonrió al ver que Arial y Eric eran los primeros en llegar, para él no había pasado desapercibida esa relación.

Arial se había despertado relativamente temprano ese día, pero estuvo encerrada todo el tiempo en la biblioteca de Adam. Había sido cuidadosa y silenciosa para que Eric no la escuchara. Comenzó a investigar entre los libros que había en el gigantesco salón blanco lleno de estanterías con información para ella. Esta vez estaba buscando sobre lo que más depreciaba: los ángeles y sus tradiciones.
Adam se había encargado de darle libros gigantes sobre dichos ritos, era tan solo por gusto que los traspasaba, con información bastante limitada, por si los libros caían en manos equivocadas, pero con las pistas necesarias por si algún día sus Nephilim necesitaban ayuda.
La pelirroja estaba con tres gigantes libros sobre la conversión para ser ángel, tan solo eso, tan simple, pero inservible hasta el momento. Comenzó a leer el primero con todo el entusiasmo, pero a medida que avanzaba su odio por Adam crecía, ya que ahí no decía nada de lo que estaba buscando.
Su tarde pasó de esa forma, hasta que encontró la oración que Noelia, la serafín del recuerdo había recitado para Dana. No descubrió como su amiga se volvió ángel siendo una Nephilim, pero no le importó, tan solo deseaba la oración que estaba en otro idioma. Debería dedicarle otro día a su investigación, ya que traducir esas palabras con el precario diccionario celestial que tenían le tomaría mucho tiempo.
Cuando ya estaba anocheciendo volvió a su departamento y se cambió de ropa, uso colores oscuros y algo holgado, por si debía luchar en algún punto. Un par de armas se unieron a su tenida y después tomó su chaqueta de cuero y sus llaves. No tenía idea de dónde se encontraba Lilia, pero esperaba que estuviera camino al departamento. Mientras tanto ella debía pasar por algo de comida rápida antes de dirigirse a su encuentro, estaba muerta de hambre.
Cenó en su auto, aun faltaba alrededor de cuarenta minutos así que partió a su encuentro, tomando de su jugo de mora, pensando en los recuerdos de Eric, esta noche volvería a husmear en ellos para encontrar quizás algo más personal que el Dominacion se avergonzaría de mostrar. Así podría usar ese recuerdo para molestarlo.
Dejó su auto a varias cuadras de su encuentro y se bajó, caminando lentamente, mirando a los lados y decidiendo si usaba esta noche su poder demoniaco o no, podría usar su visión en los recuerdos de las personas bebiendo una gota de sangre de los demonios, pero no todos constaban con un sistema circulatorio y ella tampoco estaba preparada para recibir memorias de miles de años. Era complicado y muy difícil de llevar a cabo, pero estaba pensando seriamente tomar un poco de su lado demoniaco para defenderse, cuando se volvía en parte vampira adquiría todas las características de dicha especie.
—Llegas temprano –ella se giró de inmediato al sentir la voz de Eric a su espalda.
La imagen que vio la sorprendió, esperaba verlo como ángel, todo luz y un tatuaje que dijera “odio a los Nephilim” pero tan solo se presentó con unos jeans azules y uno suéter negro, además de una chaqueta de cuero abierta.
— ¿Qué es esto? –Dijo señalizando con sus manos el cuerpo de Eric — ¿Dónde están tus alas, tu luz, tu espada, tu pelo suelto… o sea tu de ángel?
—No es necesario que me deje expuesto de inmediato ¿esperabas verme de ángel? –pregunto sonriendo Eric.
—Absolutamente ¿Cuál es la idea de que vengas hasta aquí vestido así?
Se quedaron a un metro de distancia, el uno del otro. A diferencia de Eric, Arial estaba molesta al verlo tan desprotegido.
—Me puedo cambiar en un segundo, esto es más bien una ilusión –aclaró Eric, avanzado por la calle, observando lo oscuro y abandonado que estaba aquel barrio. La luna estaba escondida detrás de varias nubes y amenazaba incluso de nevar por el frio que hacía.
— ¿Entonces llevas tu cabello suelto, pero no me dejas verlo? –preguntó ella caminando a su lado, mirando los edificios sin luz. Era una noche peligrosa y ella lo presentía.
—No, usualmente lo llevo tomado, me muevo bastante como para que se vuelva una molestia.
—Oh, créeme, para mí no sería ninguna molestia tenerte así –Eric no pudo evitar sonreír, había extrañado durante el día el humor de Arial, aunque nunca lo aceptaría ni lo diría.
— ¿Cuál es tu obsesión por mi cabello?
—Me gusta, esta largo… ¿Qué hace si te lo cortas? ¿Serias como Sansón y te volverías débil? –Eric la miró confundido por los temas que Arial estaba trayendo a colación.
—Estás nerviosa ¿no?
— ¿Yo? Esto es un juego de niños –dijo ella mirando hacia un edificio del lado, estaba abandonado.
—Tranquila, los Arcángeles no han de venir, ya sabes, la tregua se mantiene en pie y además estoy aquí.
—Oh, no sabes cuánto me tranquiliza, ya que eres el primer defensor de los Nephilim.
Eric la quedo mirando mientras avanzaban. No tenía como debatir las palabras de Arial, debido a que eran ciertas. El Dominacion seguía viendo como enemigos a los mitad demonio y nada podría hacer cambiar su mentalidad.
—No me mires el trasero, Eric, es de mala educación –dijo Arial cuando lo había adelantado unos pasos.
Eric se maldijo ¿es qué Arial tenía ojos en la espalda? Él no estaba enterado de ello, no encontraba explicación para que lo descubriera cada vez.
—Bien, nos debemos reunir en cuatro cuadras con Lilia y los hermanos Young –dijo ella retrocediendo un par de pasos, escondiéndose en parte dentro de la oscuridad que ese callejón le proporcionaba –me estaba preguntando, si quizás…
Antes que ella pudiera formular palabra Eric frunció el ceño y sin esperar otro segundo, su ropa despareció, dejando expuesta su armadura de plata que cubría su pecho, sus hombros y parte de sus piernas, entremezclada con su túnica blanca. Desvainó su espada al mismo tiempo que sus gigantescas y amplias alas quedaban expuestas.
No había pasado ni una fracción de segundo cuando se había vuelto en el Dominacion que era. Se acercó a Arial y con seguridad atravesó con su espada al demonio que había detrás de ella, pronta a eliminarla si retrocedía otro paso. Su espada comenzó a brillar, atravesaba el pecho gelatinoso del demonio oscuro con ojos negros como la noche, comenzó a desintegrarlo tan solo por la energía que había en su espada mientras que Arial se quedaba inmóvil, cerrando sus ojos ya que la luz que desprendía era demasiado para ella.
El demonio se desfragmento en pequeñas luces doradas al haber sido destruido por un arma tan poderosa como la de Eric, quien anuló la energía del demonio por completo.
—Puedes abrir los ojos, Arial –ella le hizo caso y por poco le da un infarto. Todo a su alrededor seguía iluminado, pero no le dolía.
— ¿Pero qué…? –dijo levantado la mirada para encontrarse con los ojos verdes de Eric.
—Debes estar atenta, Arial, ese demonio pudo haber acabado contigo… debes aprender a sentir esas energías; Adam no les ha enseñado eso, pueden sentir demonios a largas distancias a menos que tengan formas de cubrir su poder y pasar desapercibidos.
— ¿Eric? –Dijo ella apoyando su manos en el pecho del ángel –Wow, esto es como una armadura adherida a su piel, como si fuera…
—Una segunda piel más bien, lo es. Atributos que llegan al ir ascendiendo.
Ella bajó la mirada, notando que parte de las piernas de Eric también tenían armadura, todo lo demás estaba cubierto con una tela blanca, llevaba la túnica común de los ángeles.
— ¿Eres todo de armadura? –dijo ella mirando hacia abajo con una sonrisa coqueta, que no provoco ninguna sonrisa en Eric.
Ella no pudo jactarse de su broma ya que notó la claridad que los rodeaba. Recién en ese segundo Arial advirtió cómo estaba siendo rodeada por las alas de Eric, eran tan blancas y se veían tan suaves que no se pudo resistir al deseo de tocarlas.
—Wow… jamás había podido tocarlas –dijo sin pensar y pasando su mano por varias plumas.
Eric solo cerró sus ojos tragó saliva nervioso, había sentido un latigazo de placer en su cuerpo por aquel roce.
—No hagas eso –susurró.
— ¿Qué? ¿Esto? –ella volvió a hacerlo, pero esta vez más lento.
—Basta –dijo él tomando su muñeca para que no lo tocara, con su otra mano guardo su espada, teniendo cuidado con Arial –no juegues con mis alas.
—Eso sonó tierno Eric, vamos… ¿te duele? –Dijo acariciando con su mano libre las plumas que las rodeaban –dame una de recuerdo.
— ¡No! –antes que pudiera detenerla ella trató de sacar una pluma para robárselas, pero estas se volvieron de hierro, sin perder su color o luz tan pura –te dije que no –susurró cuando vio sangre en la mano de Arial.
—Impresionante –dijo ella mirando su mano. Se la llevo a la boca sin ningún problema mientras sus ojos se volvían más rojos y esas dos líneas rojas aparecían bajo ellos al mismo tiempo que sus colmillos crecían. Bebió de su propia sangre hasta que no quedo marca de la herida.
—Impresionante –susurró Eric, notando con mayor detalle las marcas lineales rojas bajo los ojos de Arial, que se perdían en su cabello rojo. Se acercó a ella y pudo notar que tenían pequeñas cicatrices que aparecían en las líneas, solo se limitaban a estar en ese largo rectángulo en la piel de la Nephilim.
—No te acerques tanto, me quemarás divinidad de la Luz –dijo ella observando los ojos de Eric –deberíamos irnos, este no es lugar para…
Antes de poder terminar fue nuevamente interrumpida por Eric, pero no para acabar con un demonio, sino más bien para besar a uno parecido. Sus labios hicieron callar a Arial, atrapando los de ella al mismo tiempo que ambos se escondían en la oscuridad. Eric escondió sus alas mientras que rodeaba la cintura de ella.
Arial rodeó el cuello de Eric y a pesar de extrañar la luz que sus alas y él en si como ángel los rodeaba, se sintió más segura. Ella abrió sorprendida los ojos al sentir como el Dominacion se apoderaba de su boca, moviendo su lengua contra la de ella mientras rodeaba su cintura y la levantaba varios centímetros sobre la tierra. Ella presionó sus uñas con líneas rojas contra el cuello de él, pero no para robar una gota de sangre, sino sintiéndose víctima del beso que Eric le estaba dando. Cuando él recorrió con su lengua uno de los colmillos de Arial, ella se sintió en el paraíso, no pudo evitar cerrar sus ojos.
Después de que ambos se entregaran por un par de minutos al otro, se separaron con cuidado y Eric dejó los pies de Arial sobre el suelo mientras ella comenzaba a arreglarse el cabello, sonrosada. Sin rastros de ser vampiresa.
—Excelente idea la de besarnos en la oscuridad, habría sido mejor sin ese asqueroso demonio –aclaró Eric, esperando a que ella se arreglara.
— ¿Por qué besarte como Nephilim y tu de ángel no me ha quemado?
—Yo no me convierto en ángel, lo soy las 24 horas del día –dijo sonriendo –y no te quemas porque hay sangre humana en ti, eres mitad de demonio, no por completo –sin más él comenzó a caminar hacia la luz, dejando a una reflexiva Arial.
Ella despertó de su ensoñación y corrió para alcanzar a Eric.
—Soy malvada –susurró sonriendo ella –deberíamos besarnos tu de ángel y yo de Nephilim más veces mientras me enseñas a percibir demonios.
Ella lo miró por un segundo y después lo detuvo, sin problemas sacó el resto de brillo labial que quedo en la boca de Eric.
—No haré eso –respondió el ángel –no quiero que toques mis plumas de nuevo.
—Por tu rostro fue como si hubiese tocado otras partes de tu cuerpo –dijo guiñándole un ojo y dándole la espalda para avanzar hacia su punto de encuentro con Lilia.
—No bromees.
—Como sea, gracias por salvarme la vida, Dominacion –Eric no pudo evitar sonreír al escucharla, le agradaba mucho que le dijera de esa forma, le causaba cierta satisfacción que nunca antes había sentido –y deja de mirarme el trasero, pervertido.
La sonrisa del ángel se borró, nuevamente había sido descubierto.

Nanai, Adam lindo de recien caido y Eric <3 me encantan. Espero que les haya gustado este capitulo, espero que comenten, anda lenta la cosa por aca, espero que les este gustando la temporada. Muuuchas gracias por leer :d

14 Lectores:

  1. Siento ganas de golpear a Adam ¬¬ debe de aceptar sus sentimientos, no puede sentirse culpable por siempre. En cuanto a Eric y Ariel jajaja, me encanta que sean coquetos

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  2. *------------* capitulo lindo .... Eric y Arial me encantan *-* y Eric ya no esta tan pesado como antes :x auuunqe qede mas metida con la historia de Adam cn la mami de Lilia >o< qiero mas recuerdos de Adam :c tengo curiosidad por saber qe miercale paso ahi >:c ñaaaa!

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  3. Jaja los amo, son tannnn adorables <3
    Hello Butterfly!
    Ufff tu dirás q Adam todo tierno cuando recién cayo pero la verdad q no me cae bien. Lo dije jaja No lo culpo por lo q paso cn la mamá de Lilia (q no recuerdo el nombre), entiendo q este herido y q no se quiera acercar a ella pero me molesta mucho su actitud, simplemente me supera q sea tan mezquino cn Lilia. De ahora en adelante soy team Thomas y ni modo q se joda Adam. Por otro lado creo q ese tipo va a traer cosas buenas al grupo, no creo q sea malo y no se, me cae bn.
    Ufff Arial y Eric, LOS AMO!!!!
    Me encanta q sean todos lindos y se peleen y se besen sus bocas :3 Awww no se que tienen q me derriten por completo, interesante ver las cosas q ella va descubriendo, quiero saber más sobre la transformación de Dana a un ángel, ya quiero más jaja.
    Gracias por el capi Dani, ya no hagas corajes cn Hush hush y mejor sube y escribe capis de tus super historias XD
    Un beso y nos seguimos leyendo!!!

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  4. A pesar de que despues de lo que hicieron la mami de lilia se haya echo la loca todavia no se me hace mala... en que momento se fue a meter con un demonio!!!!... Arial y Eric son tan tiernos!!(siento que he escrito esto en todos mis comentarios :/ )

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  5. awwww adoro a estos dos, me encantan¡¡¡ que bueno que en esta temporada podremos saber mas sobre ellos Eric y Arial, solo a ella se le ocurre pedir una pluma de recuerdo, y Eric la salvo¡¡¡¡ que genial, quiero pensar que la oracion que encontro Arial le va a ayudar a encontrar la cura para devolverle sus recuerdos a Dana? espero que si, que ella recuerde a Ethan...
    Ahora, Adam y Cira...mmm. ¿por que ella actuo asi?como si nada hubiera pasado? me hizo pensar por un momento en si ella de verdad llego al monasterio a tentarlo, de lo contrario me dejas esperando el momento en el que el demonio padre de Lilia aparezca, referente a el tambien tengo la teoria de que vigilaba a Adam y al verlo tan cerca de ella decidieron atacarlo por esa parte..pero no se, miles de teorias me vienen a la mente cada vez que leo sobre ellos.
    y la que lo viene pagando es Lilia, Adam se aleja de ella no por su lado demoniaco, sino por ser hija de quien es :(
    hablando de padres...¡no me acordaba quien era el de Thomas! nada mas y nada menos que el demonio mayo¡¡¡¡ ahora entiendo por que es tan importante en todo este jueguito, umm ese contrato que hizo firmar a Adam me preocupa, entendi que no era su intención de verdad hacerlo firmar, pero ¿que pasara cuando thomas le de lo que pidio? lo hara efectivo? ya me preocupe¡¡¡
    en fin, veremos como va avanzando todo esto, pero me pones de nervios Dani¡¡¡ en un momento estoy mordiendome las uñas pensando en lo malo que podra pasar, y al siguiente me haces reir como loco con las ocurrencias de Arial y Eric...
    gracias por el capi¡¡¡

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  6. Haaaaaaa k noticion osea Cyra sedujo al pobre de Adam
    Ja ja ja Pobre por eso no puede ver a lilia d otra forma
    Impresionante la acción de Eric super rápida su transformación
    Extraño s Dana y Ethan

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  7. wow que capi tan cool!! jajajaja me fui por un par de dias y ya hay muuucho por leer!! yupii jajaja espero que la accion sea super buena en el proximo capitulo, interesante los recuerdos de adam... muy interesantes... jaja gracias dani por animarme la noche!
    DTB

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  8. hola el capitulo estuvo super me encantooo espero el otro gracias dani eres muy buena

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  9. me da risa eric al ver que se contradise asi mismo pero igual lo hace , dani van a tener esnusnu?? :$ magic magic

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  10. wao me quede medio ida con el api, Adam y su recerdo con Cyra, fue su primer amor en la tierra, su primera en todo y se levanta al dia siguiente como si nada, wao chica moderna ella, pobre Adam debio sufrir mucho puede que el miedo que tiene el para sus sentimientos con Lilia sea eso de ella tambien lo deje con su amor pisoteado pq le recuerda mucho a su madre y a su traision, y porque los angeles no puede consebir?? si son caidos no caimba se vuelven mas humanos??? y Thomas sabe que tienen un competidor fuerte por el amor de Lilia aunque no lo acepte de frente,y tiene su corasoncito mira que no queria ningun contrato pero sabemos que Adam daria su vida por ellas....... para que busca Arial la cancion de Noelia?? esta chica es una travieza y oh Erik con su dulce traje defendiendola y compartiendo esos momentos de su tregua mmmm que sera que sera,.. me encanta saber mas de estos chicos. no veas el trasero!!!!!! jajajaa.... pero extraño a nuesta parejita..... oh me estaba olvidando esos de los antidotos, me parecio super interesante Thomas sabe los huecos que hay en cada demonio y cuales son sus puntos debiles, lo que me preocupa es que en esa busqueda Azazel le haga daño a Arial sin importarle que sea su hija....gracias Dani..... :))

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  11. Amo esta historia ya quiero saber que el paso a ethan aa yo queria que siguiera siendo bueno pero hay que esperar a adoro a todos esto personajes pero adam me mata

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    1. Adam por que no luchas por tu felicidad me dan tantas ganas de darle unas buenas nalgaditas para que se de cuenta lo que siente me encanta estas parejas tan diferentes excelente capitulo gracias nos leemos en el proximo

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  12. ANEL...

    Tarde en leer por eso no habia comentado...

    Ufff esto se pone cada vez mas bueno...

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  13. Hola que hermoso fue conocer un poco de adam ahhhhh esa cyra es un caso ahora quiero saber que paso entre ellaby adam porque no quiere a lilian ahhhhh me molesta q sea tan tonto y no lo acepte q la quiere.ahhhh y tom tiene planeado algo el.sabe de los sentimientos de lilian por su angel caido hermoso.
    Ahora mi bello par de tortolos eric muere por arial y mi pequeña demonia es un caso los amo de verdad quiero q se queden juntos siiiiiiii

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