miércoles, 5 de noviembre de 2014

Capitulo 3 - Un Ángel Negro


“Plan fallido”

Dana estaba sentada en aquella cocina que antes había compartido con Emma y Diego. Sonrió al ver que el plato que cenaría era lasaña, hecha por las maravillosas manos de Emma. No pudo evitar sentirse feliz al encontrarse con ellos otra vez, aunque fuera vistiendo el cuerpo de otra persona, se había animado de todas formas y se sentía muy cómoda, como hace mucho que no estaba. Emma había sido tan agradable como siempre, traía un lindo vestido azul, que destacaban sus ojos del mismo color, llevaba su cabello oscuro tomado por completo. Por otro lado estaba Diego, sonriendo hasta con sus ojos oscuros, miraba de forma coqueta a Dana, que llevaba el cuerpo de Mia.

—Entonces ¿ella es tu nueva novia? —preguntó Diego, sin nada de consideración por Ethan, quien había estado en silencio la mayor parte del tiempo, observando a Mia — ¿ya superaste a la desaparecida de Dana?
—Diego, cállate —dijo Emma, malhumorada y dándole un golpe en el brazo —no es el momento.
—Bueno, Dana sin duda no ha aparecido en mucho en tiempo —aclaró Ethan, llamando la atención de la falsa Mia, quien lo observó con odio.
—De todas formas, siempre pensé que algo raro había entre ustedes dos.
Diego conocía tanto a Mia como a Gaspar Young, ya que eran compañeros de trabajo de Ethan.
—¿No has sabido nada de ella? —Preguntó Emma, preocupada —pensamos que te habías ido con ella, de vacaciones, tú desapareciste por un tiempo también.
—No, solo tuve que salir del país, para trabajar sobre un proyecto de publicidad —explicó Ethan mientras simulaba beber del vaso con vino.
Dana descubrió la excusa que había usado Ethan para sus amigos. Aunque no podía concentrarse en aquellos detalles, estaba molesta debido a la respuesta que el vampiro había dado sobre el paradero de Dana.
— ¿Y realmente no sabes dónde está Dana? —insistió Diego.
—No es que no sepa donde se encuentra —explico Ethan —solo está demasiado ocupada como para conversar conmigo, sigue usando su departamento.
Dana se tensó ante aquella información, no sabía que él la había descubierto ¿o estaría mintiendo?
—No creo que sea adecuado hablar de alguien que Mia no conoce, es de mala educación y además, no tiene sentido —explico Emma, sentándose al lado de Diego.
—Entonces… ¿ustedes ya se han graduado? Ethan ha dicho que tienen una vida ajetreada en el hospital —pregunto la falsa Mia.
—Nos queda un par de meses y ya habremos terminado nuestro periodo de formación, finalmente —dijo Diego, tomando la mano de Emma y sonriéndole, completamente enamorado de su eterna novia.
—Por fin podremos por lo menos pasar un poco de tiempo, juntos, como corresponde —dijo Emma, entusiasmada por liberarse de los turnos agotadores que llevaban en el hospital.
—Basta de vomitar tantos corazones —río Ethan, mirando a sus amigos con cierta nostalgia — ¿pretenden escaparse luego de graduarse? Unas vacaciones no les sentarían mal.
—No, pretendemos casarnos y luego irnos de luna de miel —dijo Emma, sonriendo y mirando con los ojos brillantes a Ethan.
— ¿Qué?
—Sí, ya pusimos fecha, por eso queríamos hacer esta cena, para informarte —aclaró Diego, mirando a Ethan.
Dana por un momento se sintió muy incómoda, aquella era una cena de amigos, no debía estar con ellos, pero no podía hacer nada para evitarlo, solo podía darles un tiempo a solas.
—Si me disculpan —dijo Dana, poniéndose de pie —necesito refrescarme un poco.
Todos miraron a la falsa Mia que se dirigió al baño, sin que nadie le hubiese dado una indicación sobre dónde quedaba, aunque Dana, se quedó escondida en el pasillo, en la oscuridad, escuchando lo que decían los demás, dándoles un tiempo para pasar entre amigos.
—No lo puedo creer —dijo Ethan, realmente sorprendido por lo que habían revelado sus amigos — ¿Por qué no me lo habías dicho? —le preguntó directamente a Diego.
—No has estado muy presente estás últimas semanas, además fue cuando desapareciste completamente de nuestras vidas, ni siquiera llamaste, recién hoy podemos pasar más tiempo contigo. No te atrevas a reclamar nada —dijo claramente Diego, molesto con su amigo por no haber estado en una ocasión tan importante para su novia y él.
—Oh ya basta, eso pasó, Ethan está con nosotros de nuevo, aunque ¿Qué traes con aquella chica? ¿Eh? Te vi bastante entusiasmado en el pasado con Dana, pensé que sería la última.
—Ya ha pasado bastante tiempo, es hora de seguir adelante, no puedo estar detrás de ella como un perro, además ¿Qué tiene Mia? Es guapa, es mi compañera de trabajo, además de amiga.
—Si —dijo Diego, apoyando a Ethan —aunque, está un poco tensa ¿hicimos algo que no fuera de su agrado?
—Oh no —dijo Ethan, sonriendo —ustedes no han hecho nada, solo es mi efecto en ella.
Los dos amigos de Ethan se quedaron mirándolo como si le hubiese salido una segunda cabeza. Esa sonrisa de suficiencia no era nada común en él, además lucía mucho más relajado y ágil, aunque estuviera tan pálido, parecía fuerte.
—Bien, hombre irresistible —dijo Emma —mejor asegúrate que no este tratando de escapar por la ventana del baño.
Dana rápidamente se fue hacia la puerta del baño y simuló estar saliendo de ella, justo para cuando Ethan iba a su encuentro, bajo la leve luz que se colaba hacia el pasillo. Ambos quedaron al medio de este, detrás de ella estaba la oscuridad completa, mientras que detrás de él, la luz comenzaba a aumentar.
— ¿Te sientes bien, Mia? —preguntó Ethan, sonriendo.
—Claro, volvamos —Dana no podía controlar los latidos de su corazón y no quería quedarse a solas con Ethan porque temía que los celos la hiciera clavarle una estaca en su pecho o darle un baño de ajo, aunque esta última opción solo lo dejaría con un pésimo olor.
—Espera —dijo Ethan, obstruyendo el camino de Dana —necesito que me hagas un favor.
Mia miró hacia un lado, como si no fuera capaz de sostener la mirada del vampiro. Él no pudo evitar sonreír, tomando el mentón de ella hizo que lo observara.
— ¿Estás enojada? ¿Por qué no me miras?
—No ¿Qué necesitas? —dijo ella, dando un paso hacia atrás, para evitar el roce de Ethan, que había logrado alterarla. Ahora solo estaba atenta a los labios del vampiro.
—Solo llenare un poco más tu plato de comida, necesito que vean que me alimento, para eso sacaré un pedazo y lo dejaré en tu plato ¿sí? Seré tan rápido que no lo notarán.
—Ya veo el motivo de tu invitación, vampiro.
—Oh eso ni siquiera te lo puedes imaginar —dijo él, sonriendo —es mejor que volvamos.
Dana se quedó unos pasos atrás, mirando sospechosamente al vampiro. Estaba demasiado confiado y muy relajado con ella, al parecer si estaba comenzando a buscar algo más que solo una amistad con Mia. Los deseos de clavarle una estaca, ahora en la espalda, aumentaron.

— ¿Cómo estuvo la cena? —preguntó Emma, con ojos esperanzadores cuando ya se despedían.
—Fue perfecta, realmente exquisita, todo lo que haces tiene muy buen sabor en realidad —dijo Dana, sonriendo, aunque luego se dio cuenta de que había hablado demás, ya que supuestamente era la primera vez que estaba con Emma y Diego —bueno, eso dice Ethan.
—Sí, siempre halago tu habilidad con la cocina —la ayudó Ethan.
—Tu comiste poco, no digas nada —lo acusó Emma.
—Sí, estoy mal del estómago.
—Como tú digas —Emma se acercó para despedirse de un beso de Ethan, y luego hacer lo mismo con Dana.
Diego se despidió de ambos, haciendo prometer a Mia que volvería a visitarlos, para que conversaran un poco más, ya que había estado demasiado callada durante todo el tiempo luego de la cena.
Para cuando el vampiro y el ángel negro se quedaron solos, esperando el ascensor, se sumergieron en un incómodo silencio, por lo menos para Dana. Cuando ella iba a presionar el botón del primer piso del edificio, Ethan se adelantó y puso el de su departamento.
— ¿Qué haces? —preguntó ella, enojada.
—Te quiero invitar un café, nada más, necesitamos conversar sobre los planes que tienes para averiguar la locación de Dana ¿no recuerdas que habíamos quedado en eso?
Ella lo quedo mirando, pensando en la posibilidad de que hayan arreglado aquellos detalles luego de que ella lo dejara solo el resto del día antes de la cena.
—No creo que sea un buen momento, estoy cansada, no he dormido nada por culpa de ustedes —dijo presionando el botón para llegar al primer piso.
—Insisto, solo serán unos minutos. Además hay cierto… suceso que debemos hablar en privado, ya sabes, por lo que sucedió hace un par de noches atrás.
Dana levantó la cabeza y miró muy seria a Ethan, pensando en lo peor.
— ¿Qué pasó? —dijo tensando la mordida.
Ethan sonrió al darse cuenta que sus planes se estaban desarrollando viento en popa.
—No es el lugar, Mia, por favor —dijo él, a modo de disculpa, justo para cuando las puertas se abrieron.
—Dímelo, ahora.
—Vamos…
Él no siguió conversando con Mia, se dirigió hasta su departamento, el cual abrió sin ningún problema, invitando a su acompañante a entrar, solo dejando la puerta abierta.
Dana suspiró, convencida sobre irse de inmediato, pero la curiosidad era mayor ¿Qué había sucedido entre él y Mia? ¿En qué momento? Ella había sido su sombra cada hora, excepto cuando él se iba a dormir. No le gustaba ni un poco como Ethan lograba alterarla, pero tampoco podía irse.
Cuando entró al departamento que conocía tan bien como el suyo, se dirigió de inmediato hasta la sala, donde se encontraba Ethan, sentado en el sofá más grande.
—Bien, dime que sucede, quiero volver a mi cama —dijo ella, cruzándose de brazos, sin sentarse.
—Necesito que hagas otro favor por mí, no es nada muy grande.
Ella miró con desconfianza a Ethan, él siguió hablando, haciendo caso omiso a la expresión de la Mia falsa.
—Verlos comer con tantas ansias, solo logró que mi apetito aumentara. Solo será una mordidita, como la otra vez —dijo él sonriendo, de esa forma que estaba comenzando a molestar a Dana.
— ¿Estás queriendo decir que tu mordiste a…? ¿Qué me mordiste? —preguntó, recordando que estaba en otro cuerpo.
Dana había observado a Ethan, mordiendo a cientos de chicas durante las últimas noches. No les daba importancia porque eran desconocidas que no volvería a ver, pero morder a una amiga y guapa, era muy diferente.
—Solo un poco, Mia —dijo él, ahora ante ella. Se había puesto de pie demasiado rápido, acercándose hasta quedar a unos centímetros de ella.
—No, me voy, adiós.
Las manos de Ethan la detuvieron, se posaron en la cadera de ella, logrando que escalofríos recorrieran el cuerpo de Dana.
—Suéltame, ahora mismo —dijo ella, enojada, posando sus manos sobre las muñecas de él —Ethan, basta, no te quiero herir.
—Claro que no quieres hacer eso.
Ethan fue avanzando, completamente descontrolado, haciendo retroceder a Dana hasta arrinconarla contra la pared. Ella trataba de escapar de él, pero su convicción era prácticamente nula, ya que estaba concentrada en la expresión de Ethan, de tenerlo tan cerca y de que su corazón deseara escapar de su pecho.
—Oh jodete —dijo Dana, molesta —solo una mordida y luego me dejas ir —miró hacia un lado, exponiendo su cuello.
Ethan se acercó a ella, pero no para poder morderla. Sus labios se posaron fríos y suaves contra la oreja de la falsa Mia. El vampiro ansiaba, necesitaba, poder ver el verdadero rostro detrás de aquella ilusión.
—No te sigas escondiendo de mi —susurró, bajito, dejando que sus labios probaran un poco del lóbulo de aquella oreja mientras presionaba su cuerpo contra el de ella, estremeciendo a Dana.
—Aléjate, Ethan, no te quiero dañ…
Las palabras de Dana quedaron en nada, ya que Ethan tomó con cuidado su cuello e hizo que lo mirara.
—No me sigas haciendo esto, por lo menos se lo suficientemente valiente para mostrarte ante mí. No estoy jugando, Dana.
La mordida de ella se tensó por el nudo que se formó en su garganta. No sabía cómo la había descubierto, pero de alguna forma, la hacía feliz que lo hiciera. Aun así, esquivó su mirada, bajando la mirada. Se sentía insegura cuando estaba cerca de él, no porque pudiera hacerle daño, sino porque ningún truco o poder podría funcionar con él ya que no deseaba herirlo, solo quería evitar ser dañada por él.
Ethan se sorprendió al ver como ella comenzaba a cambiar ante él, mientras seguía tocándola con una mano. Dio un paso hacia atrás para poder observarla por completo. Ahora tenía su cabello blanco, pero además de ese gran cambio, ella seguía siendo la misma que lo miraba dulcemente en el pasado y quien lo había amado a tal punto de dejar todo lo que conocía para estar a su lado.
— ¿Cuál prefieres? —preguntó ella, sintiendo que su voz se quebraba —todos dicen que extrañan a Dana de ángel, bueno, sorpresa.
Ethan no podía decir nada, estaba paralizado por tenerla tan cerca, por verla realmente como ella era. No le importaba si era demonio o ángel, él solo quería verla, saber que se encontraba bien. Aunque la mirada triste y profunda de ella, le hacía pensar diferente.
—Puedo cambiar mi cabello si tanto te molesta —dijo Dana, ahora levantando la mirada y sorprendiéndose con el silencio de Ethan.
El vampiro no respondió, solo dio un paso hacia ella y tomó un mechón del cabello de ella, sintiendo la suavidad de este. Ethan comprendía a la perfección que ante sus ojos no estaba la Dana que había conocido en el pasado, pero seguía siendo su Dana y haría lo que fuera por mantenerla a salvo.
— ¿Por qué me has dejado solo todo este tiempo? —preguntó él, buscando la mirada de ella.
Dana inspiró, sin ser capaz de botar el aire de inmediato, debido a la sorpresa que le provocó la pregunta de Ethan.
— ¿Estás confundida? Puedo entenderlo —dijo él, sin soltar el cabello de ella y disfrutando de la suavidad de este —incluso puedo comprender que quieras ver a Gabriel, sé qué tipo de historia hubo entre ustedes, pero creo que una visita en este tiempo no habría estado mal, Dana.
Ella se apoyó en la pared, sin ser capaz de decir alguna palabra.
— ¿Por qué has venido como Mia? ¿Crees qué me puedes engañar ahora que has vuelto a mi mente? Eres por quien di mi mortalidad, creo que puedo reconocerte ¿no?
Los ojos de ella comenzaron a llenarse de lágrimas.
— ¡Di algo! —le pidió Ethan.
—No puedo hacer esto —dijo ella, susurrando y sin ser capaz de mirarlo —tú me haces débil y no volveré a caer de nuevo. Terminé dando la vida por alguien que no la merecía en el pasado.
Ella intentó salir de aquel caos, pero Ethan tomó su mano con una agilidad y cuidado único. Dana pensó de inmediato que aquella forma de moverse, se debía a ser un vampiro.
— ¿Me haces pagar por algo que no he hecho? —preguntó Ethan, sorprendido por haber obtenido aquella respuesta, había esperado todo, menos aquello. Incluso se había hecho a la idea de que ella estuviera involucrada con Gabriel.
—Bienvenido al mundo de la Luz y Oscuridad —dijo ella, levantando la mirada para poder observarlo.
—Ni siquiera te detuviste a verme, aquel día que regresaste, junto al gran árbol ¿debo aceptar que me has olvidado, Dana?
—Me tengo que ir.
—No, no te irás de aquí hasta que yo lo diga. Me lo debes —dijo tomando con más fuerza la mano de ella.
“Me lo debes” aquellas palabras se grabaron en la mente de Dana. Instintivamente comenzó a pensar en lo que había pasado Ethan durante todo este tiempo.
— ¿Me has olvidado? —Preguntó él de nuevo, captando la atención de ella — ¿es eso posible? Yo soy responsable de estas Marcas ¿acaso no importa?
Dana se tensó al ver que Ethan se acercaba, soltando su mano y acariciando esta vez su brazo derecho. Tocando aquellas Marcas que había obtenido al aceptar ser un Ángel Caído por él.
—Podría entender que te quieres ir de aquí para estar con alguien más —dijo Ethan, demasiado cerca del rostro de Dana —lo trataría de entender, Adam me explicó el castigo que le dieron a Gabriel, fragmentando su alma y dándome una parte, que incluso puede que por ello tu hayas…
—Cállate, no te atrevas —dijo Dana, cubriendo la boca de Ethan con una mano, sintiendo como los labios de él quemaban su piel, de forma placentera —el bastardo de Gabriel dijo eso una vez antes de que me alejaran de ti, créeme, no soy una estúpida niñita a la que pueden engañar de esa forma, además tú no te pareces en nada a Gabriel, ni cuando era ángel o ahora.
Los ojos de Ethan se escurecieron, dejando un verde profundo ante los dorados de Dana. Luego separó sus labios y mordió un poco el dedo meñique de ella, logrando que ella no siguiera cubriendo su boca.
Dana se quedó helada por un segundo, pero luego se concentró en no desear a Ethan. Era demasiado difícil, desde que lo vio se sentía como un alfiler atraído por un imán. Aunque se repitiera una y otra vez en el día que no lo amaba.
—Lo que no voy a permitir —continuo él —es que te vuelvas oscura como tus alas.
—Soy libre, puedo tomar las decisiones que me plazcan —dijo ella, altanera —no me puedes detener.
—Claro que sí y lo haré cada vez que estés yendo por un mal camino, tú lo hiciste conmigo en el pasado ¿no lo recuerdas? Incluso cortaste tus alas para poder ayudarme, esto será como devolverte el favor.
Ethan podía aceptar que ella no lo amara, pero no la apoyaría si deseaba perder su alma siendo un demonio.
— ¿Estás aquí por el habito de cuidarme? —preguntó él, curioso.
—No puedo amarte —dijo ella, sin responder su pregunta —no debo, pero ten muy en claro que lo único que siento por Gabriel es odio, me usó de demasiadas formas… incluso cuando yo pase esa noche con él.
—Oh, esa noche —dijo Ethan, dando un paso hacia atrás, sintiéndose molesto —preferiría no recordarla.
—Solo deja de decir que comprenderías si me fuera con él porque no es así, mientes y eso es hipocresía, vampiro —dijo ella, mirándolo enojada, odiaba que le hablara de esa forma tan correcta, como si a él no le importara que ella se fuera con otro ¡cosa que la hacía enfurecer porque ella si se ponía celosa al imaginarlo con alguien más!
Ethan entrecerró sus ojos, notando lo enojada que estaba Dana, en ningún momento se había permitido relajarse. Parecía estar a la defensiva en todo momento, como si esperara ser atacada de alguna u otra forma.
—Dana… —él volvió a acercarse a ella, pero no pudo hacerlo por mucho.
Ethan se vio suspendido a varios metros del suelo, observando ahora desde las alturas a Dana, quien tenía su mano expandida y dirigida hacia él. Controlándolo e inmovilizándolo por completo.
Dana miró hacia un lado al descubrir la mirada de Ethan, lo había asustado como a los demás. No se había podido controlar y solo había reaccionado de forma defensiva, no quería que él se acercara y la hiciera sentir única o amada, solo lograba que ella bajara los muros y quedara expuesta. Como tiempo atrás.
—Ten cuidado Ethan, las advertencias de los demás sobre mí, no son juegos.
Se relajó y dejó caer al vampiro sobre el suelo, de forma brusca y peligrosa, si hubiese sido un humano. Por lo menos, no le quebró ningún hueso.
—No tiene sentido seguir escondiéndome de ti —dijo ella, más tranquila y controlada —espero que no me molestes en mi departamento. Solo estaré preocupada por ti debido a Gabriel, luego de acabar con su existencia desapareceré de la tuya.
Ethan se puso de pie, sacudiéndose los restos de la mesa que había roto al caer. Miró enojado a Dana tan solo por un par de segundos, antes de dirigirse a ella rápidamente gracias a sus capacidades como vampiro. No respondió a las palabras que ella le había dado tan oscamente, solo unió sus labios a los de ella, dejándola desarmada.
Dana no pudo mover sus manos, sus brazos estaban atrapados por los de Ethan mientras que el resto de su cuerpo estaba inmovilizado por el vampiro, que la había estampado contra la pared, sin causarle daño. Al comienzo trató de deshacerse de aquel carcelero, pero cuando sintió que los labios de él buscaban los suyos, se quedó inmovilizada, tan quieta y completamente helada. Ethan era frio como el hielo, su piel no irradiaba aquel calor humano, como tampoco su boca contra la suya. Fue como si aquel vampiro hubiese absorbido toda su vida, de forma lenta y placentera para Dana. Todo su cuerpo quedo tan frio como él del vampiro, sintiendo escalofríos en su espalda al sentir aquella fría lengua buscar la suya. Fue como respirar aire puro y fresco, antes de entregarse a las llamas del infierno.
Ethan sonrió cuando sintió que las manos de ella se aferraban a su cadera y respondía a sus labios. La diferencia entre su temperatura y la de Dana solo lo hacía desearla cada segundo más. No pudo evitar besarla con más ansias mientras sentía como los dedos de ella recorrían su piel, metiéndose bajo su suéter. No obstante, no podía permitirse aquellos gustos con ella, sobre todo cuando lo tuvo atrapado, en la altura. Ethan ni siquiera sabía que tenía el poder de manejar a las personas de esa forma.
—No te había dado autorización para levantarme del suelo —dijo con voz molesta junto al oído de ella.
— ¿Ethan? —gimió ella, completamente entregada a él.
—Me debes una y me la cobraré ahora mismo —dijo él, dejando que sus ojos cambiaran de verdes a rojos, característica que tomaba al dejarse llevar por su sed vampírica.
Dana pudo sentir como los colmillos de Ethan crecían contra su piel, lo trató de empujar para escapar de aquella mordida, porque nunca le había agradado que hicieran aquello, aunque Azazel en el pasado lo había pedido más de una vez, incluso lo dejó y lo odio por ello. Al igual cuando Gabriel había bebido de ella.  Sin embargo, esa vez sus fuerzas no pudieron luchar contra el vampiro.
— ¡Ethan! —dijo justo cuando los colmillos de él se clavaban en su cuello.
Dana se aferró al cuerpo de él, como si sus piernas no fueran capaz de sostenerla. Al sentir como su Ethan bebía de ella, solo pudo dejarse hacer, incapaz de negarle aquello cuando se sentía de forma tan diferente. No era como las veces pasadas, podía sentir esta vez como si su cuerpo comenzara a ser víctima de una combustión espontánea.
—Para, por favor —se quejó ella, aprovechando que el cuerpo de Ethan se relajaba un segundo y se libró de sus brazos, pero no fue capaz de empujarlo y alejarlo de ella, sino que lo abrazó, incluso acercándose aún más a él, sintiendo su cuerpo contra el de ella —Estoy…es… no sigas.
Ethan se alejó de ella lo suficiente para que sus colmillos la liberaran, dejó que estos se replegaran y con su lengua se llevó todo rastro de la sangre de Dana. Luego la observó, estaba pálida, ella se apoyó de sus hombros, incapaz de seguir en pie.
— ¿Qué sucede? —Preguntó él, preocupado — ¿te hace mal que beba de ti? Fue solo un sorbo.
—Elevarte… me cansó y la mordida… —jadeó ella, mirando hacia abajo, sin ser capaz de ver los ojos de Ethan, sabía que seguían rojos.
— ¿Dana?
— No me gustan los vampiros, Ethan —dijo ella, apoyando su cabeza contra el pecho de él, respirando con dificultad.
Dana tenía una amplia gama de poderes que ni siquiera podía recordar hoy en día, pero cada uno de ellos, por haber sido adquiridos de formas alternativas y no naturales, le conllevaba un gran gasto vital, es por eso que haber elevado a Ethan y haber perdido algo de sangre, había acabado con ella.
Ethan la tomó en brazos al ver que no poda seguir de pie y la llevó hasta el sofá, donde la recostó, dejando su cabeza sobre el cojín, que se encontraba en sus piernas. Se estaba aprovechando de la debilidad de ella, ya que al parecer, estaba siendo realmente testaruda, incluso con él, como nunca había sucedido en el pasado. Le gustaba.
También le agradaba el cabello blanco de ella y sus ojos dorados que cambiaban a negro cuando usaba cualquier poder que tenía. Era una caja de sorpresas y él estaba dispuesto a descubrir todo de ella.
Aunque Dana no le diera una sola mirada, estaba concentrada en la interesante pared mientras trataba de recuperarse.
—Esto es tu culpa, no me toques —dijo ella, al sentir las manos de Ethan enredándose entre su cabello, aunque era una sensación que le agradaba bastante —solo necesito unos minutos más, luego te haré pagar esto.
—Te has vuelto muy vengativa ¿sabes? —dijo sonriendo Ethan.
—Noticias de último minuto, Ethan, tú no me conoces —respondió ella, mirando los ojos rojos de él —cambia, me agradan los verdes.
Él hizo lo que ella pidió.
—Me has mordido sin mi consentimiento —dijo ella, frunciendo el ceño, pero Ethan hizo desaparecer aquella expresión acariciando su entrecejo con el pulgar —todos los vampiros tienen un don y lo utilizan en las personas de las que han bebido. Muéstrame.
—No, te enojarás conmigo, estás muy sensible.
—Muéstrame —exigió ella, acostumbrada a tener lo que deseaba.
—Tú lo has pedido.
Ethan levantó su mano derecha y comenzó a mover sus dedos, confundiendo a Dana, no supo lo que estaba haciendo el vampiro hasta que sintió que su vestido comenzaba a subirse por sus muslos y una mano comenzaba a recorrer su piel. Aunque Ethan tenía ambas extremidades a la vista y ninguna la estaba tocando.
— ¡Basta, eres un pervertido!
—Te lo advertí —dijo él, sonriendo.
—Eres “ese” tipo de vampiro, no me extraña siendo que Gabriel es tu creador —ella entrecerró sus ojos, mirándolo sospechosamente —estoy segura que deseas acostarte con todas las niñitas que muerdes afuera del Lucifer.
Ethan sonrió, satisfecho al descubrir que ella lo estaba siguiendo.
—No lo negaré, es bastante difícil no controlarse ¿Por qué me has estado siguiendo? —preguntó, esperando tener más respuestas de ella.
—Gabriel te querrá muerto, eres mi puente para encontrarlo… y matarlo —trató de apoyarse en sus codos y sentarse, pero volvió a caer.
En el pasado Dana no tenía aquel tipo de problemas, tenía tan desarrollado su lado demoniaco que estaba comenzando a alimentarse de los sentimientos terroríficos de los seres que asesinaba, por lo tanto, era imparable.
—Me estás usando, entonces —dijo sonriéndole, estaba bastante seguro de sí mismo.
— ¿Por qué sonríes?
—Bueno, uno de los dos debe hacerlo, estás muy enojada ¿sabes? Yo no te hice nada.
Aquellas palabras fueron como un golpe en el pecho de Dana. Era cierto, ella se sentía mucho más relajada cuando estaba con él, pero eran otros tiempos.
— ¿Sigues viendo almas perdidas o te has perdido en la Oscuridad?
Ethan suspiró, recordando lo cerca que estuvo de entregarse a la Oscuridad. Negó a esos recuerdos, pero la culpa por todos los asesinatos que había cometido, seguiría con él para siempre.
—Sigo viéndolas, soy un vampiro, no un demonio.
Fue el turno de Dana para sonreír.
— ¿Te has sentido muy cómodo con esto de ser vampiro, no?
—No, si me siento bien es porque no tengo que descuartizar cuerpos luego de beberlos como si fueran cajas de jugos —dijo volviéndose tenso, su mirada verde se oscureció, llamando la atención de Dana.
—Lo siento, has estado metido en muchos problemas por mi culpa.
—Sí, podemos suponer que perder mi vida ha sido un problema —Ethan volvió a enredar una de sus manos en el cabello de ella, le gustaba el color que tenía ahora, era como si lo llamara para que lo tocara
—Basta —dijo ella, con el ceño fruncido — ¿no encuentras raro mi cabello? Tú no me conociste así.
—Tampoco tenías tus alas negras o Marcas en tu brazo izquierdo —Ethan tocó el brazo de ella, donde tenía las Marcas por haber ascendido. A diferencia de su otra extremidad, notó que Dana tenía varios círculos en piel para luego ser unidos por unas formas extrañas. Le gustaba —ni tampoco podías levantarme del suelo, pero sigues siendo tú.
Aquellas palabras fueron otro golpe para Dana, en el pasado siempre le habían reclamado que era demasiado poderosa, que estaba demasiado entregada a su lado demoniaco, que no hiciera esto o lo otro. Ethan no le había recriminado nada, excepto que se alejó de él durante este tiempo… y que no deseaba verla como demonio.
—Ethan, no sé lo que haré… me puedo entregar a la Oscuridad en solo un segundo, estoy hecha de ella y eso te pondría en peligro.
Él se quedó mirándola unos segundos.
—No quiero que te vayas con Lucifer —dijo muy seguro —pero tampoco te abandonaré si así lo decides. No es como si la Luz hubiese ganado puntos para tenerte de su lado.
Ella no pudo evitar sonreír al escucharlo, sus ojos miel brillaron observando a Ethan, como antes lo hacía cada vez que se encontraba o pensaba en él. Sin embargo, al darse cuenta de lo que estaba haciendo, se reprimió, en el pasado también había sonreído por alguien de la misma forma, alguien que la traicionó, jugando con ella y su vida.
—Te ves cansada —dijo él, notando el cambio en la mirada de ella —es mejor que duermas acá.
—Ey lo que…
—No —la interrumpió Ethan —yo descansaré luego en el sofá, no es como si durmiera mucho.
La tomó en sus brazos y la llevó sin problema alguno hasta la habitación que compartieron en el pasado. Dana no dejó de mirarlo en todo momento, sintiéndose extraña por dejarse llevar de esa forma, pero realmente estaba agotada.
—No es como si me fuera a aprovechar de ti —dijo recostándola en su cama, sacándole los zapatos —ah y lo siento por haberte mordido.
—Que no se vuelva a repetir —dijo ella, mirándolo sospechosamente.
—Eso no lo puedo prometer, como tampoco esto…
Sin darle tiempo, Dana sintió de nuevo sus fríos labios contra los suyos. Apoyó débilmente su mano en el pecho de él para alejarlo, pero era inútil, sobre todo cuando ella ya se encontraba respondiendo a aquel beso, sintiendo como todo su cuerpo se volvía más sensible.
—Ethan, basta —susurró ella, sintiendo que su corazón saltaba con rapidez.
—Mmm… —dijo él concentrado, sintiendo los agradables efectos de besar a Dana.
—Está noche saldrás ¿no? —preguntó ella, frunciendo levemente el ceño.
—Ya sabes la respuesta.
Se alejó de ella y cerró la puerta, dirigiéndose hacia la otra habitación, donde lo esperaba muy tranquila aquella espada de ónix que Thaumiel había conseguido para él.
La sacaba a pasear cada noche.

Dana se giró hacia un lado, enojada por estar tan débil, pensando en que debía comenzar a obtener cierta energía vital para poder tener el cuerpo y la mente necesaria para soportar todos sus dones. Sus ojos se volvieron negros y profundos, pensando en alguna alternativa para poder tener más resistencia. Sonrió al darse cuenta que su respuesta estaba al lado de la habitación y junto a su espalda. Ella era un ángel, uno negro y de procedencia muy sospechosa, pero un ser Celestial al final de cuentas. Eric la había visitado y le había devuelto algo que solo los ángeles tenían y que servía para defenderse de los demonios… eso más sus habilidades, podría tener la cantidad de demonios que ella quisiera para alimentarse de sus muertes.


Lilia se dirigió por enésima vez al portal del Infierno, esperando encontrarse con Cheitan, pero las puertas nunca le eran abiertas ahora, ni siquiera cortando su mano y ensuciando la pared con su sangre. Solo estaban los Susurrantes, que provocaban un horrible sonido, que la incomodaba. Rendida decidió salir de aquella alcantarilla, pensando en que quizás algo malo le había sucedido a Cheitan, le había prometido que lo iría a ver más tarde, pero al parecer le había tomado demasiado tiempo.
Para cuando salió a la calle, sumergiéndose en el mundo mundano y demoniaco, una voz le llegó desde su espalda.
—Ya deberías entender que Cheitan no está por aquí.
—Thaumiel —dijo ella, girándose hacia él —supongo que tiene otro tipo de trabajo ¿no?
—Cheitan ya no es parte del Infierno, pequeña.
Aquel demonio salió de entre las sombras y se manifestó ante los ojos violetas de su heredera. Lilia notó que esta vez lucía un poco mayor que hace tres meses atrás, tenía un par de arrugas más y el cabello se le había teñido otro poco con canas. Aun así, seguía presentando una imagen fuerte, siempre sería un demonio poderoso, uno de los más importantes, como lo había sido Azazel. Había dejado de lado los trajes por hoy y vestía con un pantalón oscuro y una chaqueta de tela azul.
—Veo que te has sentido casual el día de hoy ¿Dónde están tus trajes? —preguntó ella, caminando hacia su auto, que la esperaba cuadras más.
— ¿Qué estás haciendo, Lilia? Venir hasta acá sola, buscando a un demonio que se entregó a la Luz. Tu poder se ha vuelto más fuerte este último tiempo.
Lilia sonrió sin que la viera su padre, pensando que Cheitan estaría mejor de lo que estaba en el pasado. Él había nacido en el Infierno, no deseaba estar en él pero se le había condenado. Ahora con lo que había logrado Arial, porque el crédito era totalmente de ella, la Era de la Redención podía darse por iniciada, aunque no muchos demonios estaban aceptando irse hacia la Luz por temor de ser una trampa, pero tanto ella, como próximamente sería Ethan, se volverían pruebas de que estarían seguros.
— ¿Crees que me he vuelto lo suficientemente fuerte como para hacer lo que Dana logró con Azazel? —preguntó curiosa, aquella demostración la había dejado anonadada.
—Creo que estás jugando con fuego, además eso es imposible, ella tiene esa habilidad porque en el pasado casi se volvió en un Demonio, tan fuerte como yo o Azazel, además, es hija de Lucifer, eso le da más habilidad que a un Nephilim normal, deberías saber eso por Thomas ¿no?
Ella se tensó de nuevo.
—No quiero hablar de Thomas ¿Qué haces aquí, de todas formas?
—Quiero saber qué haces, no quiero bajar un día y encontrarte entre las llamas, Lilia. Pensé que Adam se había encargado de mantenerte en el camino adecuado.
Ella levantó los hombros, quitándole importancia, pensando en que no había camino adecuado. Arial se había portado bien y había ayudado a la Luz para luego terminar muerta, en un lugar que ella, su hermana, no podía visitar.
— ¿Has visto a Cyra abajo? —preguntó ella, cambiando de tema —la despedimos hace unos días, gracias a Ethan.
—No, no la he visto, lo que es una buena señal. Las concubinas que un demonio puede tener en tierra y que han llevado una mala vida, son sentenciadas a las llamas, nos robamos sus almas porque de cierta forma nos pertenecen. Cyra nunca me perteneció y nunca fue malvada, al estilo “me iré al infierno”
Lilia se alegró de ver su auto, no estaba acostumbrada a tener conversaciones normales con su padre.
—Sé que no tengo derechos o autoridad sobre ti —dijo Thaumiel, al ver que su viaje y compañía estaba llegando a su fin —pero te advierto que no sigas saliendo en las noches con Ethan. No puedes seguir usando tu habilidad, te comenzará a consumir… tus ojos ya no son completamente violetas, Lilia, hay pintas negras en ellos.
—Tienes razón —dijo ella, girándose hacia él para encararlo —no tienes derecho o autoridad sobre mí.
Thaumiel sonrió, esperaba una respuesta como esa.
—Sigue con este comportamiento —le advirtió Thaumiel —e iré a darle una visita a tu ángel Caído ¿Cómo crees que reaccionará? ¿Te felicitará?
Los ojos de Lilia brillaron y tan rápido como el aleteo de un colibrí, de su mano salió aquel fuego violeta que la caracterizaba, pero esta vez tenía una forma filosa y era tan duro, como si se hubiese expandido una espada desde su mano. La dirigió hacia Thaumiel, pero él era mucho más poderoso que ella.
El demonio la tomó de la muñeca y la hizo volar sobre el mismo para estamparla contra la calle. Haciendo que ella viera el mundo al revés mientras giraba a cientos de kilómetros por segundo. Se había golpeado en la cabeza y fuerte.
—No trates de jugar en las Ligas mayores, pequeña, recuerda que soy un Demonio, uno bastante antiguo. Por lo menos respeta eso.
La dejo ahí, tirada en el suelo mientras ella miraba las estrellas sobre ella, girando de forma vertiginosa, junto a los faroles en los postes de luz. Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.
—Arial… —susurró, deseando haber recibido un golpe más fuerte y ser acabada, para ver si aquel era el camino para encontrarse con su eterna amiga y hermana.
Su corazón se había roto de igual forma que el de Eric, quien miraba en una dimensión desconocida la escena entre Lilia y Thaumiel, pero se giró hacia los cientos de Arcángeles que tenía tras él y siguió con el entrenamiento, haciéndolos sufrir hasta que se volvieran en guerreros los suficientemente fuertes para acabar con demonios tan fuertes como alguna vez lo fue Azazel.


Gracias por leer y pasar, sobre todo a quienes leen ;) sus comentarios estan respondidos, me dio el tiempo para eso jejeje.

8 Lectores:

  1. ahhhhh muero de verdad Dana y Ethan se estan dando con todo jajajajaja son unos tortolos amoroso y bellos que adoro y bueno eso con esta pareja pero me falta saber que le pasa a Lilian por que esta molestando tanto y que le paso para que cambiara no se que le dolio la muerte de Arial pero no debe portarse mal eso si que no y bueno que paso con mis chicos Erick y Arial me hacen muchisima falta ahhhhhhh

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    1. a mi también me hacen falta, quisiera saber si arial esta enterada de todo lo q pasa en la tierra y como se siente estando casi sola en ese lugar. debe ser como estar encerrada en una casa con solo películas caseras q después de un tiempo te aburren, y querrá tener aventuras como antes.

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  2. Aaa me encanto el capitulo dana y ethan son el uno para el otro. Y estraño a erik y arial
    Pd: gracias dani espero el otro capitulo con ansias

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  3. Aaahhhh pobre Dana tiene el corazón muy herido y Ethan forzando las cosas creo k Ethan debe conquistarla pues la.primera vez ella estaba enamorada
    Me alegra la forma en k dana va a recuperar fuerzas, y me preocupa k Lilia este abusando de su poder aunk ya hizo un trato k pasa si le gana su lado demoníaco Mmmmm seguiré averiguandi
    Gracias por el.cap

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  4. POOOR FIIIN PUEDO COMENTARRRR!!!!! xD lei el capi el dia qe lo subiste... pero taba haciendo tareas y estudiando y puuaj X_X no habia podido escribirte .... pero el capi me EN-CAN-TO!!!! <3 me gussssssta esta Dana celosita *-* y este Ethan tan vioh XDDDDDD siento qe se vienen muchos momentos graciosos e interesantes entre estos dos :Z ... PERO!!! Lilia :ccccc me dan ganas de ir a hacerle unos nanais u_u pobrecita! ... aunqe no es la unica qe sigue mal por lo de Arial </3 yo aun tngo mi corazoncito en mal estado :c ... en algun momento deben encontrarse de nuevo, para despedirse qe sea ;___; sino qizas como terminará nuestra pobre Lilia u__u


    Gracias por el capi :D nos leemos prontito~~

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  5. Uyyy ya me volví a enamorar de Ethan jaja.
    Hola Dani!
    ¿Es mi imaginación o Ethan es ahora más dulce? Awww me dan ganas de darle un abrazo de oso jaja.
    Esa Dana esta muy a la defensiva pero esta bien, los 2 bandos la quieren pero no han hecho mas que causarle sufrimiento a la pobre, igual que a mi Eric y a todo ese grupito en general. Yo digo que todos se unan y manden por un tubo a la luz y oscuridad XD
    Interesante saber que Ethan y Lilia salen todas las noches, espero de Thaumiel si vaya a hablar con Adam porque si Arial se enterara de lo que hace la morena seguro se le parte el corazón. Esta niña no esta valorando el sacrificio que hizo mi Arial!!
    Ufff esto se pone mejor y mejor, espero que Dana no se haga mucho del rogar con Ethan porque los 2 se necesitan... además si ya me dejaron sin mi Dominación y mi Nephilim, espero que por lo menos estos 2 se den amor para no sentirme tan depre jaja >_<
    Muchaaaas gracias por el capitulo Dani.
    Un beso y nos seguimos leyendo.

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  6. ay me he quedado llorona, todo lo que estan pasando, amo verlos juntos, aunque Dana tenga sus miedos por culpa de lo que le hizo Gabriel, nuestro bombon no tiene la culpa, el sacrificó mas por Dana, solo espero que se deje llevar por el amor que sienten y puedan acabar con Gabrielito que bien escondido anda....
    Oh lilia y Erick... sin saber como manejar su dolor y la pérdida de Arial espero que no terminen mal y por el mal camino.... y bueno también extraño a Arial, pero la entiendo su punto y apesar de que esta sola en su propio cielo, está tranquila pero tambien se que ver el cambio de su dominación y su hermana la harán querer volver y dales su buena dosis de que rayos les pasa..... gracias por el capi Dani.....abrazitos....

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