sábado, 22 de febrero de 2014

Un Ángel Traicionado - Capitulo 5


Fuego contra Fuego

Arial sonrió al ver como se enojaba Eric. Él odiaba la impuntualidad y Lilia era sin duda alguien que no cumplía con el horario. Su amiga y casi hermana estaba acostumbrada a no ser puntual.
Llevaban media hora esperando. Los hermanos Young estaban sobre las azoteas de los edificios, sentados, también cansados de hacer tiempo por Lilia.
—No te enojes, sé que eres prácticamente inmortal pero terminarás arrugado antes de tiempo –dijo la Nephilim.

—No estoy enojado –dijo Eric con el ceño fruncido.
— ¿Estás cansado? Hoy no hiciste nada, así que no puedes quejarte. Si quieres adelantémonos, con Lilia hablamos sobre buscar a un amigo, esperamos que se encuentre esta noche por aquí.
— ¿Amigo? ¿Son amigas de demonios? Pensé que ustedes los cazaban –dijo Eric un tanto confundido. No pasaba un segundo del cual se dejaba encantar por la Nephilim cuando ella decía o hacia algo que le recordaba que estaba mal involucrarse con Arial.
—Yo no busco pelea por gusto, créeme, esa onda es de los hermanitos Young que nos vigilan la espalda. Aunque contigo creo que ya bastaría ¿cierto? tu luchas contra demonios.
—Si –dijo Eric levantando sus hombros, sin poder evitar entregarse a la agradable sensación de que Arial lo reconociera como alguien poderoso. Sin embargo, no le gustaba tener esas emociones, parecía un humano adolescente y eso era una tontería para la edad que tenía –pero tú… ¿no los eliminas para ayudar a la Luz? Sé que ustedes son más demonio que humanas, pero pensé que podrían querer ganar algo de crédito.
— ¿Por qué habría de hacer algo como eso? Ustedes envían arcángeles para acabar conmigo y Lilia, además de Ton Ton y todos los otros Nephilim que andan por ahí. Yo lucho contra los demonios que nos han tratado de perjudicar, que han acabado con mis amigo o han tratando de volvernos paranoicas… supongo que sabes que si se llegan a alimentar de  nuestras emociones oscuras se hacen más fuertes ¿no? como cuando tenemos ciertos miedos.
—Claro que lo sé, su lado demoniaco las hace más apetitosas por decirlo de cierta forma, que un humano –ella asintió, poniendo atención a las facciones de Eric –entonces tienes amigos…
—Sí, no todos los demonios son malos, de forma aterradora.
—Ni siquiera comiences con eso, todos y cada uno de ellos deberían ser acabados –Eric se cruzo de brazos, mirando a los lados, esperando a que apareciera Lilia –tu amiga es muy impuntual a todo esto.
—Lo es y tu muy malhumorado ¿podemos hacer algo sobre eso? No, así que no comiences a criticar a los demás.
Ambos fruncieron su ceño, molestos con el otro. Justo en ese segundo apareció Lilia, corriendo.
— ¡Lo siento, lo siento! Tuve que ir a buscar mis cosas, ducharme, prepararme, comer algo…
—Sí, nos lo imaginamos –dijo Eric comenzando a caminar.
—Uy… que humor –dijo Lilia, mirando a su amiga –siento dejarte con él tanto tiempo.
—Ha sido un suplicio, pero me he dedicado a ver mi página de Facebook –mintió Arial, pensando en las alas de Eric.
Las dos se conocían tan bien como la palma de su mano, pero de todas formas se les daba muy bien las mentiras, las trampas y las estafas; toda acción malvada les salía a la perfección, es por eso que podían mentir tan bien que la otra no la descubriría. El hecho era que a ninguna le gustaba hacerle eso a la otra.
Arial pensó en la última mentira que le había dicho a Lilia, había sido décadas atrás. No se sintió tan mal por hacerlo de nuevo.
— ¿Por qué llegaste tarde? –preguntó la pelirroja mientras caminaban, aun faltaba para llegar a su destino.
—Estuve ocupada con Thomas durante la tarde. Me encontré a Adam cuando salía de la oficina en el Mercado Negro, fue muy desagradable –dijo Lilia poniéndose los gruesos anillos de plata que su novio Nephilim le había regalado ese día. Era un arma que se expandía, uniendo el mineral en un espada que estaba adherida a las figuras circulares y finalmente de esa forma a sus falanges. Eran cuatro y ella los aceptó encantada.
—Oh eso debió estar mal ¿Qué te dijo Adam?
— ¡Ey! ¡Ey! –Eric llamó la atención de las Nephilim –no hemos venido aquí para perder el tiempo con sus habladurías, ahora es mejor que se concentren y busquen a esas ratas que hacen llamar sus amigos.
Lilia y Arial no dijeron palabra alguna, pero se miraron de tal forma que Eric pensó que debería cuidar un poco mejor su espalda.
—No sé cómo puede ser amigo de Adam –dijo Lilia después de avanzar una cuadra en silencio, dejando bastante espacio con el Dominacion –él no es así y fue un ángel también.
—Eric tiene serios problemas de aceptación demoniaca –Arial susurró más para sí misma que para Lilia –solo imagina que sus dos mejores amigos, o sea, los más cercanos a él se volvieron caídos y uno de ellos en demonio. Adam y Gabriel.
—Por lo que sé, Eric ascendió más rápido que Adam –dijo bajito Lilia –debe estar mucho más apegado a las normas celestiales y a todo esas tonterías, además no ha bajado a la tierra hace mucho tiempo, solo Dana hizo que lo hiciera. Él se encarga de entrenar a los Arcángeles, nunca tiene contacto con humanos.
—Miedo –dijo Arial, cerca del oído de Lilia mientras observaban que el ángel iba una cuadra más adelante que ellas, sin poder escucharlas –de caer como sus amigos, ese es el problema.
—Loco –Lilia negó ante el comportamiento de Eric –aunque dudo que un humano, demonio o Nephilim pueda soportarlo, siempre lo he visto de mal humor.
—Totalmente –dijo Arial riendo porque ella había caído encantada en Eric, pero no en el Dominacion, sino el ángel curioso que estaba prendado de sus labios — ¿Quién podría estar con él?
—Así nadie lo soportaría.
Arial volvió a reír relajada, sin hacer sospechar ni un poco a su amiga y eterna hermana.
—Mejor vamos por Kobal, antes que Eric nos lance rayos de luz y nos elimine.
—Ese es Zeus, Arial… —dijo Lilia sonriendo.
— ¿A quién le importa? Los dos tienen pésimo humor.
Ambas se apresuraron y corriendo riendo por las bromas que lanzaban a costa del carácter de Eric.
—Tenemos que buscar a nuestro querido Kobal, siempre sube a la superficie un día a la semana para alimentarse, después de hacer reír un rato a Lucifer –dijo Arial llegando al lado izquierdo de Eric. Lilia se ubicó al otro lado del Dominacion.
— ¿Kobal, el bufón de Satanás? ¿Ese es tu contacto? –preguntó de mal humor Eric.
—Oh vamos ¿Quién crees qué somos? –Lo interrumpió Lilia, llamando la atención de él –Kobal nos llevará a alguien que nos puede dar algo de información. O eso esperamos.
—A un Demonio de la Guardia Infernal, ya sabes… ellos deben cuidar de gente como Gabriel, debemos averiguar donde esta él ¿no? –dijo sonriendo Arial y guiñándole un ojo cuando Lilia estaba distraída, lo que hizo fruncir el ceño de Eric, aun más.
No le gustaba que ella fuera tan descarada con él porque lo ponía en la cuerda floja demasiadas veces.
—Y Kobal ¿seguirá vivo aun? Por lo que tengo entendido, si Lucifer se enoja lo elimina y toma tres días para que renazca de sus asquerosas cenizas, comienza desde cero ¿no?
—Kobal es único e irremplazable –lo defendió Arial mientras Lilia se adelantaba –no hables de esa forma porque solo nos meterás en problemas, él es muy amable cuando los demás también lo son. A Dana le concedió tres preguntas solo porque ella lo trató con respeto.
—Pero yo no soy Dana.
—Oh, eso lo tenemos claro –dijo preocupada Arial –puede que Dana haya sido amable con nosotras y con los otros demonios porque ella es Nephilim. Sin duda debe conocer mucha gente, espero que recupere su memoria.
—No digas tal cosa –la acusó Eric –Dana como Nephilim era más demonio que humana, por ella es que tengo tan mala imagen de tu especie.
Arial bufó, pensando que sería muy agradable ver a Dana como Nephilim, aunque no controlara su parte demoniaca.
—Kobal tiene más de un siglo con Lucifer –aclaró Lilia volviendo a donde ellos, mirando por los lados y reconociendo las calles –solo ha tenido que renacer un par de veces, aun le queda mucho tiempo antes de que busquen un nuevo Kobal.
—Por eso cuida tus palabras, Eric.
Ambos dieron un par de pasos antes que alguien más se les uniera. Los hermanos Young se detuvieron, apuntando sus armas al chico que aparentaba ser un adolescente de 18 años.
Esta vez Kobal estaba vestido con un traje negro, tan limpio que distaba mucho de la última vez que las Nephilim lo vieron con aquellas ropas harapientas y sus ojeras de drogadicto en periodo de abstinencia.
—Espero que no hayan perdido a otras almas, como la última vez  –dijo sonriendo.
Las dos Nephilim se giraron ante la voz de Kobal y sonrieron de inmediato al encontrarse con su mirada azul profunda, que causaba escalofríos de terror para quien no lo conocía.
Eric se tensó de inmediato y caminó hasta donde estaba aquel demonio, quería sacarle toda la información que deseaba a la fuerza, era la única manera que conocía y no creía posible que tuviera que estar conversando con un demonio para sonsacarle la verdad.
El Dominacion no avanzó dos pasos cuando Arial se ubicó delante de él, evitando que Kobal viera aquel movimiento violento, es más, no quería que él reparara ni un poco su atención en Eric porque era un idiota. Era arriesgado, ella sabía muy bien cómo era la forma de actuar de Eric, jamás en sus recuerdos o lo que alcanzó a ver de ellos, él conversó con algún demonio que no fuera Gabriel.
—Kobal, te estábamos buscando, necesitamos tu ayuda –dijo Arial de inmediato, sin dilatar más la petición.
—Oh ¿Cómo estás? –dijo caminando tranquilamente Lilia, hasta abrazarlo como cada vez que lo encontraban. Ambas eran muy maternales con él por la apariencia de niño que tenía, a pesar de que era mucho mayor que ellas — ¿Cómo está tu Jefe? ¿Lo has hecho reír cuando se aburre?
—Ni lo digas –respondió Kobal, apoyándose en el muro del edificio y rascándose la cabeza. Solo por una fracción de segundo posó sus profundos ojos en los de Eric, que lo miraban con odio –ha estado de pésimo humor, se habrán de imaginar cómo se pone cuando no tiene lo que quiere, ni aunque me cortara la cabeza con la guillotina lo haría sonreír.
Arial hizo una mueca ante la imagen que vino a su mente.
—Pero estás sano y a salvo, no tiene que ser tan malo ¿cierto? –preguntó Lilia.
—No, es más, me envió para ayudarlas –dijo sonriendo de forma peligrosa.
— ¿Qué?
—Joder –Eric miró hacia el cielo, esperando un mensaje divino que lo informara para no tener noticias que lo sorprendiera de esta forma — ¿Por qué quiere ayudar a las Nephilim? –preguntó.
— ¿Quién eres tú? –Dijo de mala gana Kobal — ¿está con ustedes chicas?
—Sí, no le hagas caso –se adelantó Arial –dime ¿Por qué Lucifer nos quiere ayudar?
—No me dijo, tan solo me ordenó que las guiara con Cheitan. Nunca lo he visto, pero sé el camino para llegar hasta donde él. Lucifer me lo dijo.
Ambas Nephilim se miraron confundidas, sin saber de quién hablaban, pero Eric asintió, entendiendo de inmediato aquel nombre.
—Cheitan, de fuego, piedra y humo, demonio de la Guardia Infernal, se encarga de cuidar un portal que está en las alcantarillas ¿Qué podría entregarnos él?
—No lo sé, no lo sé –dijo sonriendo Kobal, mirando unos segundos demás a Eric.
El Dominacion hizo lo mismo e inevitablemente sonrió, descubriendo quien estaba detrás de ese falso Kobal. Eric sabía muy bien que el demonio Kobal no duraba más de cinco días terrenales, siempre Lucifer se buscaba a otro, nadie podría durar tanto tiempo siendo el bufón del Demonio más caprichoso de la Oscuridad, Satanás.
Alguien se estaba haciendo pasar por Kobal y Eric sospechaba que fuera desde un comienzo, que las Nephilim jamás conocieron al Kobal original. El Dominacion no dudo en descubrir quién estaba detrás de esos ojos azules tan profundos.
No era correcto hablarlo en ese momento y ni siquiera estaba convencido en llegar a nombrar algo como eso a las Nephilim. Por lo visto, no estaban en peligro si lo conocían desde hacía tanto tiempo. Pensó Eric, volviendo a donde se encontraba.
—Muy bien, Kobal, llévanos hasta ese demonio.
Ambas Nephilim se miraron sorprendidas por la actitud del ángel, pero la aprovecharon para poder seguirle la corriente a Kobal y para que las llevara donde Cheitan.
—Por lo menos alguien está de nuestro lado –dijo Arial, refiriéndose a la ayuda de Lucifer.
—Si… sabemos que no es el mejor lado –Kobal se unió a ellas, ubicándose entre ambas –pero la ayuda nunca se rechaza ¿no es así, Dominacion?
—Por supuesto –dijo Eric, caminando detrás de ellos.
Los cuatro, bajo las miradas infalibles de los hermanos Young que no podían dejar de sorprenderse por lo que estaba sucediendo, avanzaron hasta que llegaron al final de la avenida. Los edificios abandonados se acabaron, solo había un gran muro que impedía seguir avanzado.
— ¿Y ahora? –preguntó Eric.
—Toca ir al submundo ¿no, Kobal? –preguntó Lilia, esperando ver una reacción del Dominacion.
—Si en busca de demonios andas y tú camino se ha cerrado –dijo el demonio de ojos azules con su voz de adolescente –no puedes recurrir a tus lados,  la única opción es dirigirte hacia abajo.
— ¡Oh! Kobal es como nuestro Yoda, Eric… —Arial tosió, se puso muy seria y comenzó con una pésima imitación de Yoda —“El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro, el miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Veo mucho miedo en ti.” ¿Cómo me salió?
Los ojos rojos de Arial brillaron, solo estaba molestado a Eric porque sabía muy bien que estilo de miedos tenía el Dominacion.
—Basta, basta –dijo Lilia riendo y abriendo con su pie la tapa que los dirigiría al alcantarillado. Pesaba alrededor de cien kilos. Ni se preocupó de las escaleras, tan solo se lanzó a la oscuridad, juntando sus manos en el pecho para no chocar con nada.
—Mi turno –dijo Kobal, saltando con su impecable traje a la oscuridad, perdiéndose en ella.
— ¿Muy sucio para ti, Dominacion? –le preguntó Arial a Eric, dando un paso hacia aquel circulo que los llevaba al submundo.
Él se acercó a ella con una sonrisa burlona.
—No tienes idea donde he estado –dijo él antes de desaparecer en la oscuridad. Dejándola sola.
—Por ahora, Eric, por ahora…
De un salto se hundió en la oscuridad del alcantarillado.


—Siento la demora –dijo el cura Sebastián al entrar a su casa, escondida bajo una catedral. Adam ya esperaba sentado en el sofá –los exorcismos cada día son más frecuentes, Adam.
—Lo sé.
—Claro que lo sabes, si estás rodeado de esa escoria –el hombre vestido con su hábito negro se sentó en el otro sofá, mirando atentamente a su invitado. Su cabello blanco y corto destacaba en su juvenil rostro –dime ¿Cuándo dejaras todo esto? Arriba están esperando tu retorno.
—No hables tonterías, yo no estoy marcado.
—Sin duda, pero puedes ser un Arrepentido ¿Cómo te sentirías con tus alas blancas de nuevo? tendrías un lienzo blanco en el que escribir como segunda oportunidad. No como el de ahora, que está manchado con sangre, placer y algo tan banal como el dinero.
—Tú ya lo has dicho –respondió Adam –está manchado. ¿Cómo han ido las cosas por aquí? –dijo cambiando de tema.
—Bien, ya sabes, todo está muy movido desde que Dana volvió a su lugar. Es una chica encantadora… en lo que se ha convertido, ciertamente, olvidando un poco su pasado.
Sebastián se sacó su cruz azul y tan solo como si una luz de automóvil recorriera la sala, esta se convirtió en una gran espada del mismo color. La dejó a su lado. Ese peso era bastante para su cuello. Se rascó su cabeza, arredrando sus dedos en los cabellos blancos, sonriendo y demostrando no pasar los treinta años con esa expresión.
—Tú y Noelia tienen el mismo color de cabello, estoy comenzando a pensar que ascender entre los ángeles  te vuelve viejo –dijo Adam.
—Dana también tiene su cabello blanco.
—Originalmente –respondió el ángel caído –ahora lo tiene castaño oscuro y era una Nephilim cuando tenía ese color.
Adam sonrió, ya era la segunda vez que hablaban del cabello de Dana. Ya se había acostumbrado a verla castaña oscura.
—Al parecer cuando fui humano, mi cabello se volvió por completo blanco antes de cumplir los treinta –respondió Sebastián –o quizás mientras ayudaba a alguien tuve tal susto que mi cabello se volvió de este color.
—Como sea, podrías teñirlo ¿no? –Adam sonrió al imaginarlo con el pelo negro. Sebastián no rió.
— ¿Dónde están tus pequeñas Demonios? Por lo que tengo entendido –dijo cerrando sus ojos unos segundos, buscándolas –están de camino a las puertas del infierno. No es correcto Adam, se están involucrando con demonios, la tregua se rompe si es así.
—Están con Eric –se excusó el ángel caído.
—Eso no importa. Una cosa es que se comuniquen con un demonio pequeño como lo hicieron cuando hablaron con el bufón de Lucifer con Dana. Ahora están recibiendo ayuda de Lucifer, Adam, les envió información. Un demonio de la Guardia Infernal, eso es lo que están buscando en este preciso momento ¿para saber dónde está Gabriel? Lo más probable que dicho ser oscuro este regocijado acabando con el alma de ese pobre muchacho que se ha visto involucrado en esta guerra.
Adam lo quedó observando unos segundos, de un momento a otro su buen humor había desaparecido. No le había gustado nada el tema del quiebre sobre la tregua que existía entre las Nephilim y los arcángeles. Confiaba que Eric las cuidara.
—Nunca pensé que un problema de faldas iba a ser definitivo para la Luz y Oscuridad.
—Sebastián, no hables de esa forma, sabes que no es así. Dana, ella…
—Dana debió ser asesinada cuando fue el momento, no convertida en ángel, ese fue un insulto para todos nosotros que dimos nuestras vidas sin esperar nada a cambio.
—Ella tampoco esperaba nada, no juzgues.
— ¡Juzgo! –Dijo poniéndose de pie –porque pareciera que nadie puede decir nada malo sobre ella. Siendo un ángel ella es excelente, se podría pensar que ascendería rápidamente si se concentrara en lo que debe y no es su humano. Sin embargo ¿Dónde ha quedado la sangre que derramó siendo Nephilim?
El ángel caído negó al descubrir las emociones de Sebastián.
—Si sigues así –le quiso aconsejar –seguirás siendo un Dominacion ¿Cuándo podrás hacer lo que deseas? ¿No quería llegar a ser un Tronos?  Pero tu obsesión contra Gabriel te retiene aquí, mírate donde estas, bajo un catedral Sebastián cuando ya deberías pertenecer al Primer Coro.
—No entiendes…
—No, tú eres el que no comprende. No aceptaste la decisión que Él tomó. Insinúas que se ha equivocado y por eso estás aquí, cuando aceptes que todo tiene un sentido o por lo menos lo creas, tendrás fuera esa carga de venganza por Gabriel y podrás ascender.
Sebastián miró hacia los cientos de libros que tenía en sus estanterías. Ciertamente estaba cansado de vivir en esa pequeña casa, perteneciendo al clérigo y exorcizando débiles humanos que se entregaban a los seres demoniacos.
—Lo que ocurrió en el pasado y lo que está pasando ahora, es una vergüenza para nosotros Adam, no lo entiendes –dijo Sebastián. Sus ojos azules recorrían los títulos históricos –no estoy a favor de esto, los demonios deben quedarse en su lugar, donde corresponden.
Adam negó, cansado de seguir esta conversación. Ya la había tenido demasiadas veces.
— ¿Sabes algo de Gabriel? Necesito ubicarlo, por eso he venido contigo…
—Sabes muy bien que se esconde de mí, está protegido. Me han permitido matarlo con mis manos, pero sin poder usar mis dones para encontrarlo. Protegido, como siempre.
— ¿Tienes algo de información que nos sea útil?
—El chico está perdido, Adam –dijo mirando de nuevo a su antiguo compañero, volviendo a su sofá y sentándose –Ethan, él está perdido. Sin la memoria de haberse sacrificado para ser un vampiro, cree que fue convertido sin sentido alguno. Está inestable, no tiene de donde aferrarse.
— ¿Cómo sabes eso?
Sebastián suspiró, un tanto cansado.
—Puedo sentirlo, sabes que solo me falta muy poco para ser un Tronos, tengo ciertos dones que he desarrollado. Busco y encuentro, busco y siento… de esa forma se puede lograr escribir sobre las existencias de los demás.
Adam negó, entendiendo que el ser sentado al frente suyo estaba listo y preparado para volverse un Tronos, tan solo debía dejar atrás su venganza y rigidez sobre las normas escritas hacía tanto tiempo.
—En el caso de Ethan, busco y siento solamente, no lo puedo encontrar porque está unido a Gabriel y ya sabes ¿no? –Dijo apuntando hacia el techo, hacia el cielo, hacia su Superior –no puedo buscar a ese demonio con estos dones.
Adam pasó bruscamente su mano por el mentón, comenzaba a desesperarse por Ethan.
—Me estás diciendo que el chico está pasando un mal momento ¿es eso?
—Exactamente, lo que favorece a todo el mundo por ahora, su mente es un caos… y sabes que a pesar de que Lucifer ama el caos, no recibe a gente caótica.
Adam comenzó a hacer sonar sus nudillos, recordando las palabras de Noelia. Ethan debía estar bien de la cabeza para aceptar a Lucifer por completo.
—Tenemos tiempo entonces –dijo el ángel caído pensando un poco más las cosas –hijo de puta ese Gabriel, si no hubiese borrado la memoria de Ethan, no estaríamos temiendo por perderlo.
—Ethan es poderoso, Gabriel está siendo muy paciente con él… por ahora se han tomado las cosas sin mucha precisión. Estaban bebiendo sangre, ya sabes que un vampiro nuevo necesita ensuciar su alma para sus dones.
Vampiros, seres oscuros que tenían diferentes dominios. Mejoraban sus características humanas en todo aspecto, podían ensuciar su sangre para adquirir nuevos dones y aun así sobrevivir, pero para eso necesitaban tener la fuerza suficiente y solo la obtenían acabando con más almas, con gente inocente o culpable, de esa forma Lucifer se alimentaba del sufrimiento de las víctimas.
— ¿Están en la ciudad? –preguntó Adam.
—No tengo la menor idea, te he dicho que solo puedo sentirlos, no veo ni escucho nada que pueda darme una pista.
— ¿Cuántos muertos llevan? –preguntó  de nuevo, tratando de encontrar respuestas.
—Alrededor de quince.
—Bien, eso puede ayudar, si es gente inocente, personas de familia… los humanos deben estar investigando, tratando de buscar al asesino –dijo Adam pensando en buscar una alternativa –muy bien.
—Debes detenerlos, si Ethan se pierde en la oscuridad, nada tendrá sentido y Dana puede incluso volver a ser quien era y si eso ocurre, prepárate porque hasta Dios se vestirá de negro, de luto por los ángeles que caerán.
Los ojos de Adam brillaron al recordar que Gabriel estaba involucrado en todo el caos. No pudo evitar sonreír levemente.
—Si eso ocurre Sebastián, no solo Dios se vestirá de negro, Lucifer lo acompañara de igual forma. Gabriel está jugando con fuego y si no se cuida la espalda, se va a quemar.
Adam se puso de pie y se despidió de una seña de su antiguo compañero. Salió de la catedral teniendo el mismo pensamiento que Sebastián.
Dana nunca ha pertenecido a un bando.


—Puaj, Puaj, Puaj –dijo riendo Arial mientras caminaba y hacía sonar sus pies contra el agua –que asqueroso, a veces por cosas como estas me encantaría ser humana, ignorante de todo y viviendo tranquila en una linda casa.
—Claro, como si pudieras soportarlo –le respondió Lilia que iba detrás de Kobal.
—Silencio ambas, ustedes no se toman nada seriamente. Pongan atención por si escuchan algo –dijo Eric caminando detrás de Arial, que iba zapateando sobre el agua sucia y haciendo un ruido horrendo para él –basta… —susurró enojado, tirando de la chaqueta de ella para detenerla.
—Te tomas esto muy seriamente –dijo ella girándose hacia él con una sonrisa que ponía nervioso a Eric –has estado formando a guerreros por mucho tiempo ¿sabes? No has estado en el campo de batalla.
—No hagas tanto ruido, sigue caminando –le hizo una seña con su cabeza para que se girara y siguiera avanzando. Ella lo hizo.
—Si los demonios estuvieran detrás de nosotros ya habríamos sido atacados Eric, estamos en su territorio –aclaró Arial –tomate esto tranquilamente o si no se vuelve aun peor.
Eric iba a reprochar sus palabras pero se detuvo, pensando unos segundos como sería para Arial estar siempre alerta… ella había estado toda su vida en peligro. No podía estar siempre nerviosa o temerosa, de esa forma su vida se habría vuelto en un infierno, sin nada de paz.
— ¿Lo conoces? –Preguntó ella, girándose hacia Eric y caminando de espalda a Lilia y Kobal, que se estaban adelantando – ¿A Cheitan? Eres bastante viejo así que deberías haber escuchado de ese demonio.
—No soy viejo, soy antiguo… hay una diferencia en ello –respondió con su ceño fruncido, haciendo sonreír a Arial –y si he escuchado de él. Tenemos registros sobre los demonios, de esa forma los vamos tachando cuando los eliminamos. Conozco a bastante de ellos de esa forma, yo soy el encargado de esa función ya que son los Arcángeles quienes los eliminan.
—Eres como un jefe de la policía celestial, Eric –dijo ella haciendo una mueca de desagrado. Volvió a mirar hacia el sentido que se dirigía, pero se ubicó al lado del Dominacion, llamando la atención de Lilia, que la miró solo un segundo para después seguir conversando con Kobal de trivialidades.
—Algo como eso. Cheitan no tiene demonios a cargo, sino que protege de que estos no salgan del Infierno ni que cualquiera entre.
—Entrada exclusiva al Infierno, aunque por lo que sé, no son muy quisquillosos al elegir –sonrió Arial, llamando por completo la atención de Eric. A él le agradaba como se veía con su cabello tomado –entonces solo debemos conversar con uno de los Guardianes Infernales, que se pasa el tiempo cuidado un portal.
—No te confíes, es poderoso… cuida de tu lengua cuando estés al frente de él.
Ella sonrió, con la respuesta perfecta para esa frase, pero no pudo decir nada, sabía muy bien que Lilia estaba poniéndoles atención.
— ¿Es más poderoso que tú? –preguntó ella, tratando de ver cuánto cuidado debía tener con Eric.
—No lo es –respondió sin dar más detalles.
—Tu papá podría acabar con Eric, Arial –aclaró Kobal, mágicamente apareciendo detrás de ellos.
Lilia lo miró desconcertada, hacía un segundo estaba delante de ella.
—Por lo que tengo entendido Azazel no es bueno en pelea física –susurró Arial –más bien usa de sus dones y de los engendros que tiene como sirvientes.
—Azazel es más fuerte de lo que piensas ¿no, Eric? –Kobal sonrió, haciendo brillar sus ojos azules.
—Sin duda alguna, aun no lo hemos podido atrapar y ha eliminado a muchos ángeles –respondió sin inmutarse por las palabras del  demonio.
—Bueno, supongo que no es bueno que conversemos ese tipo de temas por aquí. Solo por un milagro no hemos sido atacados –susurró Kobal, ahora delante de ellos. Se movía muy rápido.
El joven demonio levantó su mano derecha y una pequeña luz apareció de la palma de su mano, elevándose sobre ellos, de esa forma cuando sus tres acompañantes miraron hacia el techo de la alcantarilla, pudieron notar los demonios gelatinosos que estaban aferrados a las paredes, mirándolos con sed de sangre. Parecía hechos de huesos y piel humana, pero rodeados de un material repugnante
—Hola chicos ¿preparándose para navidad? –preguntó Arial, haciendo una seña, saludando.
Eric suspiró, rendido. No podía luchar contra el comportamiento de Arial.
Habrías sido una pésima alumna si te hubiese preparado para Arcángel. Pensó negando el Dominacion.
—Como sea, ahora veremos si Eric es lo suficientemente fuerte –dijo Lilia mirando hacia la línea de fuego que traspasaba la alcantarilla –si Cheitan se enoja.
—Kobal, haz lo tuyo por favor –le pidió con una sonrisa Arial.
Se necesitaba sangre completamente demoniaca para poder abrir un portal, así que Kobal, siendo el único demonio de sangre pura, tuvo que acercarse, romper su muñeca con los dientes y dejar que la sangre oscura se distribuyera por el fuego que escapaba.
Eric se quedó mirando a Arial, que ahora había dejado salir su lado Nephilim, por completo. Las líneas rojas se marcaban bajo sus ojos y se perdía en su cabello, ahora que llevaba este tomado se podía notar con claridad  que no tenían fin, debían reunirse en la parte trasera de su cabeza.
Arial le sonrió a Eric, mostrando sus colmillos vampíricos. Sus uñas con líneas rojas eran el último toque de su transformación a Nephilim.
—No vayas a hacer alguna locura, Arial –susurró Lilia, mirando hacia la pared que se abría a medida que el fuego retrocedía.
—Bienvenidos al vestíbulo del infierno –dijo Kobal, dirigiendo sus manos hacia las puertas del hogar de Lucifer.
Eric hizo una mueca de desagrado, él había estado en otros portales del infierno, había llevado directamente hasta ese lugar a varios demonios poderosos. Suspiró esperando que la sorpresa para las Nephilim pasara pronto.
—El Dominacion no podrá pasar, está prohibido –dijo Kobal, mirando con una sonrisa burlona a Eric.
El ángel dio un paso hacia adelante y sacó su daga que la mantenía guardada bajo su chaqueta. El arma brilló de forma potente ante los ojos del demonio y las Nephilim, para después convertirse en una gran espada, casi tan alta como Eric.
—Necesito un poco de espacio, por favor –ciertamente cuando usaba sus dones de ángel, su humildad crecía, nunca se sentía cómodo sorprendiendo a los demás con ese estilo de habilidades. Menos en las puertas del infierno.
La excepción a la regla era Arial, le gustaba sorprenderla.
De un solo movimiento, limpio y certero, Eric giró su mano derecha, llevando consigo la poderosa arma y rompió sin ningún problema la barrera que prohibía la entrara a seres como él.
Todos vieron un destello ante la pared invisible y como esta se deshacía en pequeños pedazos de fuego, volviéndose perceptible para los demás.
—Bueno, si fue una prohibición ya no importa –dijo Kobal, caminando hacia el pasillo que estaba delante de Eric. Se podía ver con detalle las paredes de fuego en los costados.
Lilia y Arial quedaron sorprendidas, sobretodo esta última, estaba comenzado a pensar que Eric era invencible. Las dos se adelantaron, esperando que el Dominacion cubriera sus espaldas. El ángel dio una última mirada a los lados y entró con ellas.
No fueron tantos los metros que avanzaron, un calor abrumador los atacó por estar rodeados de fuego, pero el pasillo se amplió hasta que llegaron a una sala mucho más grande, con paredes que ondeaban llamaradas de furia infernal.
—Mi ayuda llega hasta acá, ha sido un gusto… —dijo Kobal, acercándose a las Nephilim para despedirse con un beso en la mejilla. Cuando llegó el turno del Dominacion, lo quedó mirando unos segundos sin decir nada hasta que suspiró y le sonrió –te has vuelto fuerte Eric.
—Y tú sigues igual de aficionado por el engaño, Kobal –respondió de manera fría el ángel.
—Nos vemos.
Fueron las últimas palabras del demonio antes de retroceder y hundirse en una de las paredes de fuego, cerrando sus ojos. Dejó en claro por su expresión que era un proceso doloroso.
—Bien ¿y dónde está el famoso Cheitan? –dijo Arial, apoyando sus manos en la cintura.
Tan solo bastó nombrar a dicho demonio cuando un humo espeso y negro comenzó a salir desde la parte inferior de las paredes hasta que formó un ser gigante al frente de ellos.
—Sí que eres grande –dijo Arial mirando hacia arriba –pero no apareces hasta que ya hay gente adentro ¿pero qué clase de Guardia eres?
Antes de ver una bola fuego salir desde el pecho de Cheitan, que iba directo al rostro de Arial como castigo ante su manera de hablar, Lilia formó una pared de color violeta, dejando flamear su fuego delante de Arial como escudo. Sin embargo, Eric había sido aun más rápido.
Segundo antes él ángel dejó expandir sus alas y estás protegieron a la Nephilim, ubicándose delante de Arial, rodeándola con ellas. El material irrompible como el acero de sus alas la resguardó. La luz que desprendía por ser un ángel dejó ciego unos segundos a Cheitan.
Por esa razón no se permitía ángeles en las puertas del infierno, cegaban a los demonios.
Lilia sonrió al ver que había evitado que el fuego llegara también a Eric, pero luego se dio cuenta que no le habría hecho daño alguno, ya que su luz lo cuidaba de cualquier ataque parecido al de Cheitan. Le llamó mucho la atención verlo con su armadura y sus alas expandidas, además de su ropa blanca. No pudo evitar pensar en Adam.
Arial abrió su boca, sorprendida por la rapidez de Eric y asombrada porque le encantaba verlo de ángel. No lo había descubierto la primera vez, hacía menos de una hora atrás.
—Cuida tu lengua, Arial –dijo él con el ceño fruncido –tendrás que mantenerte callada desde ahora en adelante.
Retrocedió unos pasos y luego se único detrás de Arial. Sin inmutarse puso su mano en la boca de ella y la inmovilizó. Sujetando el cuerpo de ella con su brazo, adhiriendo este a su cintura. Arial se trataba de mover, pero Eric era demasiado fuerte.
La luz que desprendía fue bajando de tonalidades hasta que con ello desaparecieron sus alas y su vestimenta. Ahora era un humano más vestido casualmente.
—Cheitan hemos venido a visitarte –dijo Eric cuidando de que Arial dejara de moverse.
Lilia dejó su don demoniaco, la increíble y poderosa pared desapareció tan rápido como surgió. Todo el fuego violeta siguió el camino hacía su brazo derecho, como si este lo absorbiera.
— ¡Intrusos! –La voz del demonio resonó en toda la sala infernal — ¿Qué hacen aquí?
—Tu jefe nos ha dado autorización para estar aquí, envió un mensajero –dijo Eric, pero antes de seguir hablando sintió como la escurridiza mano de Arial se ubicaba cerca de su entrepierna.
Fue lo necesario para dejarla libre, su toque lo puso nervioso y la dejo ir. Ella tosió y después lo quedo mirando enojada, para luego observar a Cheitan.
No pudo evitar sorprenderse al ver dicho demonio, era muchos metros más grande que todos ellos y tenía un rostro formado de humo y fuego. Sobre sus supuestos hombros había roca, al igual que en su pecho. No tenia piernas, sino que sus posibles extremidades terminaban como si fuera el inicio de un huracán.
—Lo siento –dijo enderezándose y mirando a los ojos de fuego que tenia Cheitan –ya vemos que no te gusta que te digan las cosas a la cara, así que tendremos una relación cínica.
Aquellas palabras hicieron reír a Cheitan, relajando a Lilia y Eric, que ya se estaban preparando para defender a Arial de nuevo.
—Eres grosera –respondió el demonio, abriendo su boca de fuego, sorprendiendo a Arial.
—Hemos venido a hablar contigo, deberías ser cortés con tus invitados –dijo ella.
—Hablaré solo con la hija de Thaumiel, tu padre me ha traído muchos problemas Arial –ella quedó boca abierta cuando la nombró –y no hablo con ángeles tampoco, menos los que han quebrado mi protección –dijo mirando a Eric que chistó su lengua, molesto –Lilia ¿no?
Ella dio un paso hacia adelante.
—Hija de Thaumiel ¿te llevas bien con mi padre acaso? –preguntó ella, enojada. Odiaba a su progenitor demonio.
—Me trae buenas historias, ya sabes, le encanta jugar con humanos. Son su debilidad y mi diversión –de su boca salía humo oscuro cada ciertas palabras, como si algo se estuviera quemando en su interior de fuego.
—Hemos venido a ti para que nos des información de cierto demonio. Gabriel.
— ¿Qué sucede con él? –su voz profunda hacía vibrar a las Nephilim.
—Queremos saber si ha traído a uno de sus nuevos amigos, su nombre es Ethan.
El Demonio se quedo observando a la Nephilim de ojos violetas, luego se detuvo en Arial y Eric.
—No contestaré nada al frente de ellos –Lilia asintió de inmediato y miró a sus acompañantes.
—Puedo encargarme ¿esperarían afuera?
— ¡No! –respondió de inmediato Arial, pero Eric la tomó del brazo y no esperó a que la Nephilim iniciara un espectáculo.
La rodeó de la cintura, para después poner a la Nephilim sobre su hombro. Ella comenzó a gritarle que la bajara, pero él era mucho más fuerte y no pudo luchar contra el Dominacion.
Lilia sonrió al escuchar cómo se alejaban.
— ¡Te voy a morder, Eric! ¡Si no me bajas, lo haré!
La chica de ojos violeta levantó la vista hasta Cheitan, curiosa y bastante desconfiada. A diferencia de Arial, ella dudaba más de estos seres que de los ángeles que acaban con los de su especie.
— ¿Por qué quieres hablar a solas? –Preguntó Lilia –mi amiga es como yo.
—Pero tiene la boca muy grande, deberías hacerla callar más a menudo. No confió en ángeles tampoco, ese Dominacion debe estar afuera, como corresponde.
—Entonces ¿estás dispuesto a hablar? –preguntó con cautela Lilia, presionando sus puños con fuerza. Odiaba usar su poder demoniaco, pero lo haría si su vida dependía de ello.
—No tengo mucho que decir –ella entrecerró sus ojos.
— ¿Por qué yo? Pudiste pedirle a Arial que se quedara.
—Ella es mal educada y tú eres como yo –la expresión confundida de Lilia quedó clara ante el demonio. Ella no media más de dos metros –ambos estamos hechos de fuego.
Para sorpresa de Lilia, Cheitan acercó su mano de piedra hasta unos metros de distancia, justo en ese punto comenzó a caer una cascada de fuego, como si de lava volcánica se tratara. Una forma se fue creando, un hombre, alto y hecho de llamas.  El demonio de piedra y humo se quedo inmóvil mientras toda su vida y energía estaba en aquella antorcha humana. Podía notar los detalles de su rostro, sus cejas, ojos, labios… no era viejo como Lilia pensó.
—Ese ha sido un cambio muy agradable, comenzaba a dolerme el cuello de tanto mirar hacia arriba –ella reparó en los detalles del demonio, vestía con un traje de fuego, podía notar el bolsillo en su pecho, justo sobre donde estaría un corazón humano.
— ¿Puedes mostrarme de qué estás hecha? –Lilia negó de inmediato ante la petición.
—Mejor vamos a los que nos interesa, dime ¿has visto a Gabriel?
Cheitan se quedó unos segundos sin decir nada hasta que suspiro y negó.
—No se ha visto desde hace un par de días, sabes que es un demonio que tiene entrada liberada. Mis Susurrantes me han informado que le ha enseñado a un nuevo vampiro algunos portales, no sé el motivo.
— ¿Susurrantes? –preguntó Lilia sin comprender.
— ¿Has visto a los seres que están en las alcantarillas? Ellos son llamados Susurrantes, se encargan de comunicarme cómo va el mundo arriba. Sería una eternidad muy solitaria si no fuera por ellos.
Lilia hizo una mueca de desagrado al recordar esos demonios gelatinosos con rostros humanos deformados del techo.
—Supongo que has de hablar de Ethan, nuevo integrante de tu bando –explicó ella — ¿Qué has escuchado de él?
—Nada realmente, solo que bebe demasiada sangre para ser un neófito. Es poderoso, por lo tanto necesita gran cantidad de vidas para mantenerse a la par de su poder. Todos aquí ya saben que es un tanto especial, nadie sabe el motivo, pero esperan ansioso para el espectáculo.
Lilia comenzó a ponerse nerviosa, pero no por el demonio que la miraba atentamente sino por Ethan, de esa forma estaba peligrando aun más su alma. Miró hacia arriba, como si esperara alguna señal divina, pero solo estaba el cuerpo gigantesco y demoniaco, vacio de Cheitan.
—Él no está en la ciudad, mis Susurrantes me han informado de ello. Se dice que esta a los alrededores.
La atención de Lilia volvió al demonio cuando este pronunció esas palabras. No le estaba entregando grandes detalles.
—Eso podría ser en cualquier parte –susurró ella –no sabes mucho sobre él ¿cierto?
El demonio negó en respuesta, observando unos segundos los ojos violetas de Lilia.
—Pero si sé de tu amiga Arial, cuida su espalda que Azazel está en busca de ella. Ese maldito Demonio me ha puesto en aprietos más de una vez por causar escapes prohibidos. La quiere para uno de sus experimentos, dile que sea cuidadosa.
La Nephilim se quedó pasmada por unos segundos, esa información no la tenían. Nunca Azazel se involucró en la vida de Arial, a diferencia de Thaumiel, que le había dado ciertos regalos hacía un par de años.
— ¿Me puedes conceder un favor? –preguntó Cheitan, precavido.
—Si está en mis manos poder cumplirlo, claro –dijo ella sinceramente por la advertencia que le había hecho sobre Azazel.
—Lo está, literalmente. Puedes poner tus manos en mi rostro –Lilia frunció el ceño, aquella acción era imposible si él estaba hecho de fuego –con tus verdaderas manos, solo por unos segundos. Alguien como yo no tiene contacto físico con nadie. Fui creado de esta forma.
Los ojos de Lilia se llenaron de lágrimas, no lo pudo controlar. Como tampoco pudo evitar las imágenes que evocó su mente.

Lilia recordaba que estaba furiosa con Arial, había sido una estupidez, pero no lo podía controlar. En ese momento aparentaba tener quince años, había discutido con su hermana Nephilim y no deseaba verla, pero Arial no aceptaba una negativa como respuesta, quería conversar con ella.
— ¡Abre esa puerta, Lilia! ¡Vamos! –Arial estaba aporreando la madera con sus pies.
— ¡Vete de una buena vez! –le gritó como respuesta, mirando hacia la ventana. Se sorprendió mucho cuando escuchó como la puerta se rompía, Adam se enojaría.
— ¡Mira lo que has provocado! Tan testaruda que eres, solo quiero disculparme –se acercó Arial a ella, pero Lilia estaba descontrolada –No quería hablar así de tu mamá, lo siento.
— ¡Cállate!
—Pero estoy en lo correcto, tu mamá es tan mala como la mía, te abandonó a la suerte del destino. Todos sabemos que los muertos pueden volver a darnos un mensaje o algo, pero no, ellas se quedaron muy cómodamente sentadas en el Infierno.
Lilia odiaba a su padre, no le agradaba su madre pero se había hecho la idea de que esta era una víctima más de su odiado progenitor. No pudo soportar las palabras de Arial y se giró a ella mientras que sus manos ya estaban siendo rodeadas por ese fuego violeta que emanaba de ella.
— ¡Te dije que te fueras! –le gritó mientras la tomaba de los brazos. Tan solo fueron tres segundos que la tuvo entre sus manos, pero su hermana gritó como si la estuviera torturando por horas.
Lilia dio un paso hacia atrás, sin controlar su enojo pero si advirtiendo que le había provocado daño a Arial. La piel de esta última estaba a carne viva justo donde había tocado Lilia.
— ¡¿Pero qué demonios es esto?! –Gritó Adam entrando a la habitación y mirando con una expresión de pánico a Arial que estaba herida — ¡Lilia!
Rápidamente fue hasta donde se encontraba la pelirroja y se ubicó delante de ella, observando a la niña de ojos violeta.
— ¡Deja eso ya! ¡Le has hecho daño a Arial! –Lilia tensó su mordida, mirándolo con odio. Las visitaba de forma infrecuente y justo tenía que aparecer cuando ella estaba de pésimo humor.
— ¡Sal de aquí, Adam!
—Basta.
Ella no podía soportarlo, estaba furiosa. Todo el fuego que había en su interior hizo que sus ojos se volvieran en dos esferas violetas antes que todo su cuerpo fuera envuelto en llamas. Adam solo alcanzó a proteger a Arial, rodeándola con su cuerpo antes de que Lilia descargara todo la rabia que sentía en él.
Tanto Adam como Arial volaron por la habitación mientras que el cuerpo del primero se quemaba. Lilia se detuvo justo al ver que había herido la piel de su Adam, que no la miraba más que como una niña.
—Adam… —susurró ella y como si el nombre del ex Principado fuera un balde de agua fría, todo indicio de llamas en Lilia desapareció.
El ángel caído se puso de pie, tenía toda su camisa quemada, se quedó solo con sus pantalones. La piel de su espalda y brazos estaba a carne viva, incluso se podía ver algunos tendones. Se puso de pie y miró a la Nephilim que estaba bajo de él. Arial estaba con sus ojos cerrados e inconsciente por el golpe que había recibido.
—Yo… —susurró Lilia, viendo como la mejilla de Arial sangraba y como había herido a Adam
— ¿Ahora estás tranquila? –Preguntó Adam apoyándose en la pared, mirando a Lilia –Hazte cargo de Arial, por favor y no vuelvan a discutir de esta forma.
Lilia abrió sus ojos sorprendida, él no la estaba regañando y ni siquiera uso un tono brusco para decirle lo que tenía que hacer.
—Tengo que ir a curarme –dijo Adam saliendo de la habitación.
Lilia se pasó el resto de la semana pidiéndole perdón a los dos, pero a pesar de que tanto Arial como Adam estaban sanos y a salvo, dejaron pasar el hecho, ella no dejo que la tocaran por un año completo. Se creía alguien dañino y siempre estaba tratando de controlarse para no estallar como una bomba, exactamente como lo hizo aquel día.
Desde ese entonces siempre mantenía cierta distancia con las personas, sobretodo con Adam que la descontrolaba. Cada día que debían entrenar con él para adquirir habilidades de defensa, ella entraba en un infierno interno.

Lilia volvió a la realidad y miró a Cheitan, demonio destinado a nunca tener contacto físico con nadie y a resguardar uno de los portales del infierno. Sus ojos violetas no demoraron en tornarse dos esferas de fuego y de esa forma todo su cuerpo fue envuelto en llamas del mismo color.
Se acercó unos pasos al demonio y apoyó ambas manos en el rostro de Cheitan. El demonio cerró sus ojos al sentir las manos de la Nephilim y sin controlarlo, dos lágrimas de su naturaleza cayeron por sus mejillas.
— ¿Qué está sucediendo contigo, Demonio Cheitan? –preguntó sonriendo Lilia –eres un ser infernal, no deberías extrañar esto.
—No lo extrañaba, solo quería sentir por primera vez. Somos muy difíciles de encontrar –susurró él.
—Entiendo eso, pero hay algo más ¿no? –él sonrió y retrocedió un par de pasos para deshacerse y volver a su cuerpo de humo y piedra.
Los grandes ojos de fuego de aquel monstruo volvieron a despertar y se fijaron en la antorcha humana violeta que lo miraba desde el suelo.
—Espero que encuentren al chico –dijo con esa voz profunda y vibrante –no todos nacimos deseando estar en este lado de la guerra.
Lilia se relajó y las llamas desaparecieron. Dio un asentimiento como despedida y se retiró hacia el pasillo que la llevaba a la salida de las puertas del infierno.
Cheitan la observó en todo momento hasta que desapareció.
—Esperanza –susurró el demonio, respondiendo a la pregunta de Lilia. Su concentración en la Nephilim se esfumó y ante sus ojos apareció quien le había entregado muchas conversaciones para entretenerlo en su monótono trabajo.
—Te dije que ella te regalaría algo que nadie podía darte, única ¿no crees? –dijo ahora el hombre de ojos azules y sonrisa demoniaca, que vestía de traje negro.
—Muy ingenioso convertirte en Kobal, Thaumiel –dijo el demonio sonriendo.
Thaumiel era alto, moreno y de ojos azules, su cabello era negro y no aparentaba más de treinta y cinco años.
—Cosas que hace un padre por estar cerca de su hija ¿la informaste sobre Azazel y Arial?
—Como tú pediste –respondió Cheitan.
El padre de Lilia, ángel caído que se volvió en demonio observó por donde ella se había ido, sonriendo. Todos tenía derecho al arrepentimiento.

 ¡Ya esta! espero que les haya gustado este capitulo para quienes leen, tambien me he dado cuenta que por aqui los comentarios tambien han bajado asi que los lectores tienen que haber abandonado la historia, pero bueno ¡gracias a quienes dejan su comentario!

10 Lectores:

  1. Pobre Lilia... tiene que haber sido no tocar a nadie por un año, y parece que su papá no es taaan malo despues de todo
    Ahora hay que cuidar a Arial...

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  2. wuao... increible capitulo, nunca imagine que kobal seria en realidad el padre de lilia.. eso es tierno :3 jajaja y eric ya lo sabia! bueno espero que encuentren pronto a ethan ya quiero saber como reaccionara cuando los vea a todos jejeje gracias por el capi dani!
    DTB

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  3. Me encanto que en el bando de los malos también se tenga apoyo para mejorar la situación de nuestra hermosa parejita!!. No puedo esperar para seguir leyendo.

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  4. Ahhh esa no me la esperaba, por un estupido momento pense q era Gabriel, tonta de mi!!
    Heyy Danii!
    Ps muyy bueno el capi, lo q me gusta de esta historia es siempre hay información nueva, me quede o_o ¿el padre de Lilia es un ángel caído también? Wowww esa no la vi venir, o a lo mejor ya lo habías mencionado y yo ni en cuenta. Esto se empieza a poner interesante. Mmmm me dejas mucho material para hacer teorías, las iré armando y te las cuento jaja.
    Gracias por el capi.
    Un beso y nos seguimos leyendo.

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  5. Imposible no amar capitulo <3 Arial y Erick son mis favoritos! La parte de lilia y su papá :O simplemente encantadora.. siempre hay esperanza <3

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  6. y yo estaba como: ¿entonces quien es Kobal? y porque las esta ayudando? ya tuve mi respuesta, ademas de otro dato muy interesante, Thaumiel fue también un ángel caído¡¡¡¡ ¿que llevo a la madre de Lilia a involucrarse con el? todo es tan confuso y emocionante¡¡¡ en esta guerra hay muchos entonces que buscan lo mismo que Adam para las nemphilim, esos demonios tienen esperanza y como sabiamente lo dijo el presidente Snow: "La esperanza es lo unico mas fuerte que el miedo, espero que en el camino encuentren mucha mas ayuda, ya por lo menos sabemos algo de Ethan.
    y me encantan esos pequeños momentos que nos regalas de Arial-Eric, son mis idolos, ERic es como tan tierno en esos momentos que se deja llevar por Arial, y mostrando ese lado fuerte y poderoso de un angel de su categoría, y reconoció que le gusta impresionarla, en fin, amo a estos dos.
    Ahora, lo que dijo el padre Sebastian de Dana, es muy peligrosa, que va a pasar el dia que ella tenga sus recuerdos? no se porque, pero creo que ese dia va a llegar, y entonces si, se va a desatar un infierno¡¡¡
    tambien me sigue preocupando que Azazel encuentre y tome a Arial, no quiero verla a ella del lado de los malos¡¡¡
    ok, muchas gracias por el capi y no te preocupes por que lso comentarios bajen, aun asi aqui estamos otras lectoras esperando atentas y emocionadas cada uno de los capítulos que puedas subir.
    saludos¡¡¡

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  7. ANEL...


    Me encanto como siempre super interesante esta historia y me gusta saber de estos personajes y ver que tambien los demonioos sufren de carencias...

    TU NO TE FIJES EN CUANTOS VAN Y VIENEN SOLO FIJATE EN LAS QUE SOMOS CONSTANTES...
    a mi en lo personal me encanta leer tus historia aunque hay veces no las leo en cuanto actualizas pero siemrpe estoy al pendiente..


    Muchas Gracias por no abandonar las historia porque eso seria lo mas triste...

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  8. Cada vez se van revelando más piezas de este rompecabezas... Me encanta la relación de Arial y Eric jaja me hacen tanto reir sus reacciones... Nunca esperé que Kobal seria al final Thaumiel ni menos que era un angel caido, todo este tiempo estuvo en contacto de Lilia y ella sin saber.
    Ya quiero saber mas de la historia de Adam, Cyra y Thaumiel
    Ojala aparezcan luego Dana y Ethan.. se extrañan :c
    Gracias por el capi.. y yo creo que la baja de comentarios es por las vacaciones.. asi que no te preocupes!! hay muchas que todavía seguimos leyendo tus historia- que cada vez se ponen mejor- :D un abrazo saludos! atte: LisseS

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  9. Uff muy emotivo, pobre lilia, y k sorpresa lo de k le papa es un ángel caído

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  10. Hay por todo lp santo qur buena esta esta parte el papa de lilia es unvangel caiso tambien ahhhhhhh muero por saber q pasa

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