CAPITULO 6
Más de una
hora estuve en la ducha, la cual era con agua fría, el beso de Alex me había
dejado bastante intranquila y amaba que fuera verano para poder bajar las alzas
de temperatura. Me sequé el cabello y me vestí, con la ropa de hace un par de
horas. Tomé coraje y me animé a salir del baño, no había nadie en la
habitación, suspiré contenta, quizás Alex se había ido a algo sobre sus
extraños negocios.
Bajé las
escaleras y fui rápidamente a la cocina pasando por la puerta principal casi
corriendo, no quería contarle esto a los chicos, me daba vergüenza, había
cedido… ¡y de qué manera!
Entré a la
cocina y busqué algo que comer, tenía hambre debido a nadar tanto tiempo. Encontré
frutas por lo que comí una manzana, mientras me iba a la sala y me quedaba
sentada ahí, pensando y pensando en lo que había pasado. Jesús…ese sí que había
sido un beso impresionante, aun sentía las manos de Alex en mis manos, en mis
muslos y en mi espalda. Cerré mis ojos inconscientemente recordando ese beso…estaba
en un grave problema, ya no podría volver a dormir a su lado, tendría que
decirle que se fuera de la habitación, aunque dudo que lo haga, pero ese no es
su lugar, ahí solo hay cosas que son “mías”. La otra opción sería dormir en el
suelo, si, era mejor que estar a su lado, caería demasiado fácil, si Alex no
hubiera dicho “Esta bien” cuando le
pedí que no siguiera creo que ahora estaríamos todavía arriba ¡y quizás hasta
estaría siendo convertida! ¿Cómo dejé que él avanzara tanto?
— ¿Ahora
seguirás arrancando de mí? –Alex se sentó en el sofá de al frente,
elegantemente, mientras sonreía.
—No estoy
arrancando de ti… —le di otro mordisco a mi manzana. El me quedó mirando sin
decir nada y yo me quede hipnotizada por su mirada que estaba siendo más
seductora de lo usual, después solo suspiró audiblemente.
—Creo que
por tu respuesta allá arriba has entendido que no saldrás de aquí –bien, que lo
haya besado de vuelta no significaba una respuesta a lo que me dijo, solo que
ya no me pude resistir más, pero igual entendí su punto, lo que quiero decir
que si me hubiera besado así, ayer u hoy, le hubiera respondido de todas
formas.
—No y si
–respondí dándole otro mordisco a mi manzana, él entrecerró los ojos al verme,
note que estaba confundido –lo que hice arriba solo fue por mis hormonas…solo
eso, tengo 18, soy humana, pero aun así tienes razón, nunca volveré a tener mi
vida.
— ¿Solo tus
hormonas? –asentí mientras nuevamente mordía mi manzana –Oohh…ya veo, lo bueno
de todo esto es que has entendido lo que sucede –asentí — ¡Excelente!...eso quiere
decir que aceptas mis reglas, si es así, te debí besar antes –mi expresión era
seria, ni siquiera me enojé, era más como una cara de póker, de todas formas ya
había vendido mi alma al diablo.
—Si…pero no
estoy todavía preparada para eso —le di otro mordisco a mi manzana.
—Entendible…
—su voz había cambiado y de un momento a otro desapareció de mi vista, para
luego verlo a mi lado en el sofá –no sigas comiendo la manzana ahora por favor —
¿Qué? ¿Me había dicho por favor?
— ¿Por qué?
—Solo no lo
hagas –me levanté de hombros y solo le di una última mordida para luego dejarla
de lado. Mire a Alex y su mordida era tensa.
— ¿Qué
tienes con la manzana?
—Solo no lo
hagas…—sus ojos estaban negro, más de lo común, sus labios estaban entre
abiertos y su expresión era seria.
—Bien, a sus
órdenes ¿algo más que anotar en la lista aparte de no comer al frente tuyo?
—No, nada
mas…ahora solo te aviso que no estaré aquí durante tres días, tengo que hacer
un viaje y me llevo a Ezequiel y Javier conmigo –mi estómago se revolvió un
poco, ahora sí que estaría sola, sola y más sola.
— ¿A dónde?
–mi voz hizo que notara mi molestia.
—A
Italia…los chicos dijeron que te hacía falta algo de tecnología, así que toma
–llegó y lanzó un artefacto hacia mí, el cual ágilmente lo tome. Era un Ipod
–no trates nada raro, pues solo puedes escuchar música.
—Si es que
aprendo a ocuparlo…está bien, gracias –dije mirando que no sabría cómo
manejarlo, además esperaba que cuando lo hiciera solo hubiera una canción de mi
gusto.
—Muy bien,
estoy corto de tiempo…me iré –se puso de pie, avanzó un poco y me quedó
mirando. Me levanté de hombros.
—Que te vaya
bien…cuídate –bien, de todas formas me preocupaba que algún motín de vampiros
le hiciera daño ¿si me preguntan por qué?...no tengo la menor idea.
—Ehhh…Victoria
ven –dijo serio, lo miré y me pare de mala gana, siendo que él se movía más
rápido.
— ¿Qué? –mi
voz era desagradable y lo quede mirando con la misma actitud.
—Despídete
como se debe –dijo rápidamente y lo quede mirando confundida.
— ¿A qué te
refieres? –él no me respondió y solo me quedo mirando por unos segundo para
saber a qué se refería.
—No… —ahora
me puse roja como un semáforo, mientras él seguía esperando.
— ¿Ahora te
avergüenzas?...hazlo pronto el piloto me está esperando –me mordí el labio
inferior nerviosa y luego busque su mirada mientras que el corazón me latía con
fuerza.
—Solo no
mires y cállate –él rodó los ojos y los cerro. Tome su brazo e hice que se
moviera, me quedaba muy alto, así que llegamos cerca del sofá, él no abrió los
ojos –bien –me subí al sofá y quede en mejor posición.
— ¿Sabes cuánto
vale el sofá donde estas cómodamente parada? –dijo mientras mantenía los ojos
cerrados.
— ¡Silencio
o no lo haré! –él se quedo callado y luego me arme de valor. Bien, no lo vería
en tres días y muy a mi pesar, quería sentir sus labios de nuevo así que lo
hice.
Llevé mi
mano a su cuello, mientras lo acercaba a mí, tenía una perfecta expresión de
nada, indiferente como siempre, ordene con la otra mano un mechón de su cabello
que estaba desordenado en su frente y me acerque lentamente a sus labios hasta
que lo bese con suavidad, él no respondió, hasta que enrede mis manos en su
cabello y Alex llevo sus manos a mi cintura, sus labios se movían contra los
míos como me estaba empezando a encantar,
pero antes que él tomara control me separe de él y eleve mis hombros con
indiferencia.
—Sin dudas
las manzanas tienen mejor sabor en tus labios –hice todo para controlarme.
—Que te vaya
bien –mi tono era indiferente, no quería que él supiera cuando me estaban
empezando a gustar sus labios.
—Ciao
Vittoria –su acento casi hizo que me derritiera ahí mismo. Soltó mi cintura y
se comenzó a alejar — ¡no olvides que te leo completamente y te vuelves loca
con mis besos! –grito antes de salir. Marque una sonrisa al escucharlo. Dios,
estaba enferma.
Bien, solo costaron tres horas y media para
saber manejar el famoso ipod y pude meterme a donde estaba la música, comencé a
ver la lista y ¡estaban todos los grupos que me encantaban! Coldplay,
Radiohead, Keane, Band of Horses, era simplemente perfecto. Me quede recostada
en el sofá mientras cantaba a todo pulmón mis canciones favoritas y solo fui
interrumpida cuando Francesca me trajo una bandeja con la cena, lo que agradecí
un montón, y claro, ella luego se fue sonriendo, no era como si yo tuviera una
hermosa voz. Comí bastante alegre de tener la casa para mi sola y que no iba a
ser sorprendida por ningún vampiro, también ¡iba a dormir sola!...esa cama,
completamente para mí, eso me hacía muy feliz y sin dudas…el Ipod había tenido
su efecto en mi humor, todo gracias a Javier y Ezequiel.
Después de haber comido, saltado por la casa
cantando y haber corrido por cada lugar sin ningún preocupación, cansada me fui
a la habitación y me puse mi pijama, estaba recién oscureciendo pero estaba
agotada, había nadado mucho…y luego, bueno, estaba cansada. Me leve los dientes
y me fui directo a la cama aun con los audífonos puestos, era hora de dormir
con música, así me quedaba más tranquila y me dormía más rápido, pero al
arrojarme en la cama noté que había una caja color rojo oscuro, que apropiado,
había una nota encima, la tomé con rapidez.
“Victoria:
No trates de hacer nada con él,
no puedes, no soy estúpido. Quiero que lo traigas siempre a tu lado, en cada
momento y si necesitas algo solo marca el número que está guardado ahí, es el
mío. Ahora deja de perder el tiempo y duerme ya que luego que seas mía, no lo
harás con frecuencia.
Con aprecio
Alex”
Deje la nota
de lado, recordando lo idiota que era Alex con esa parte de que no iba a dormir
mucho cuando fuera suya…Idiota, de todas formas sonreí. Guardé la nota donde tenía
las demás, me puse de pie en la cama y la metí entre un espacio que había
arriba en el dosel de la cama, aun no descubría su uso, pero ahí guardaba las
notas. Abrí la caja con rapidez y vi un hermoso artefacto….que no tenía ni un
solo botón, como milagro lo prendí y encontré el numero guardado como “Tu Dios”
y me arme de valor para apretarlo.
Comenzó a
llamar en un segundo ¡diablos!...traté de marcar todas las opciones para
cortar, pero no pasó ni un segundo cuando el celular empezó a sonar con una
melodía bastante linda, miré el numero y estaba llamando “Tu Dios” maldito
arrogante. Le apreté el botón de contestar y lentamente me lo lleve al oído.
— ¿Hola?
–dije nerviosa.
—Supongo que
estás jugando con el aparatito, espero que no lo trates mal…por si acaso vibra,
te puede servir cuando te sientas sola –ya me podía imaginar su expresión al
decir eso.
—Eres un
asqueroso…
—De todas
formas te gusta este asqueroso –rodeé lo ojos.
—Bien…me iré
a dormir como han sido tus órdenes, salúdame a Ezequiel y Javier.
— ¿Por qué
tengo que hacer eso? –Su voz era ruda –no lo haré.
—Da lo
mismo, tienen que estar cerca y escucharon de todas maneras –desde ahí pude
escuchar las risas de los chicos.
— ¡Silencio!
–no hubo ni un ruido luego de que Alex gritara.
—Que
melodramático…espero con todo mi corazón que el avión no se caiga y justo te
pase algo –hubo un silencio de su parte.
—Duerme –su
voz fue indiferente, no como había sido hasta hora
—Estás
sensible…no lo digo en serio, Ezequiel y Javier me caen bien, no quiero que se
caiga el avión.
—Adiós…
—Que estés
bien —lo último me salió tan natural.
Alex colgó.
Dejé el
celular en la mesa de noche y luego me recosté en medio de la cama, estaba de
tal manera que trataba de abarcar toda la cama y luego lentamente mis ojos se
fueron cerrando, mientras que todavía sentía las manos de Alex en mi
cuerpo….esto estaba muy mal, pero aun así me dormí con una sonrisa en los
labios.
Me desperté cerca del mediodía, de un salto fui
al baño y me cambié a un bikini negro, tomé una toalla y fui corriendo a la
piscina, el sol estaba arriba y los rayos del sol daban directo sobre agua. De
un salto me sumergí y comencé a nadar, esto realmente era relajante, estuve
aproximadamente unos treinta minutos en el agua, me encanta y era saludable.
Después me fui a dar una ducha y elegí ponerme un vestido y ni siquiera me puse alguna sandalia.
Fui a la cocina y Francesca estaba ahí sonriendo.
— ¡Ciao!
–dije alegre, ella me sonrió y me saludo igual. Arreglo un poco la cocina y
comí con su compañía, aunque ella se movía de un lado a otro. Tomé mi
desayuno/almuerzo bastante nerviosa por ver tanto movimiento, pero me dio la
oportunidad de ver mejor a Francesca. Estaba con su uniforme gris, con un delantal
blanco, se veía adorable. Llevaba el pelo tomado y ahí algo me llamó la
atención — ¿Francesca? –ella se volteó curiosa. Rezaba porque me entendiera — ¿Qué
es eso? –dije apuntando a su cuello. Ella sonrió avergonzada y se puso
colorada. Había dos marcas en su cuello, lo que hizo que me saltara el corazón.
—Vampiro –su
acento tan marcado y su tono de ingenuidad hicieron que me pusiera helada ¿ella
sabía todo?
— ¿Alex te
hizo eso? –Ella negó, debo decir que eso hizo que me relajara, no tengo idea el
porqué –guardia –su voz se entristeció y llevó una mano a su corazón.
—Oh ¿estás
enamorada de uno de ellos? –ella asintió –pero… ¿se alimenta de ti? –Hizo una
mueca y luego asintió otra vez –eso es muy triste ¿piensa convertirte? –Ella
levantó los hombros, supongo que no tendría idea de cuales serian sus planes a
futuro — ¿Cómo se llama?
—John —ese
nombre no era de estos lados.
— ¿Ingles?
–ella negó.
—Yanqui.
—Oh…
norteamericano –me quedé callada y ella siguió con todo, pero mantuve la duda —
¿Alex sabe esto? –Ella se volteo y asintió –Francesca, recuérdame enseñarte a
hablar español, lo necesito –ella río alegre y luego asintió otra vez. Terminé
mi comida y traté de ayudar a Francesca pero no me dejó, así que me aleje otra
vez y fui a la sala y me quede mirando a todos lados, sin saber qué hacer, no
me quería ni asomar a la puerta para ver que guardias estaban, pero me distraje
de eso cuando el teléfono sonó, miré y había uno a mi lado ¿Cómo no lo vi
antes? Esperé unos minutos y no quise contestar, no sabía con quien me podía
encontrar al otro lado de la línea, pero al ver a Francesca apareciendo con un
teléfono inalámbrico supe quien era, asentí a Francesca y tomé el teléfono.
— ¿Hola?
–aun estaba nerviosa.
— ¿Por qué
tienes ese tono? –la voz de Alex era tan clara como si lo tuviera aquí al lado.
—No sé…—me
relaje un poco, cada vez esto era peor, me alivie al escucharlo.
—Bien ¿Qué
parte de llevar el teléfono que te deje por todos lados no entendiste? –se
escuchaba un poquito alterado.
—Bueno, no
tengo bolsillos –me enojé por su tono.
— ¿Andas
desnuda? –ya podía ver su sonrisa marcada.
— ¡Deja de
ser tan pervertido!
—Me es
inevitable contigo…ahora recuerda, el teléfono siempre a tu lado.
—Está bien
–dije de mala gana, pero recordé algo para aprovechar su llamada –Alex ¿tienes
un guardia llamado John?
—Así es ¿Por
qué? ¿Qué hiciste? –me sorprendieron sus preguntas, pero era algo obvio, para
conocer a algún guardia tenía que estar haciendo algo indebido.
—No,
nada…hablé con Francesca.
—Oh si, él está
con ella y se alimenta también de Francesca, a ella le gusta.
— ¡Alex! ¿Pero
planea convertirla? –casi escuché una risa del otro lado del teléfono.
—Claro que
no…eso es más complicado de lo que piensas.
— ¿Y se
puede alimentar de ella sin herirla?
—Así es
¿quieres probar cuando llegue? — ¡no podía ser tan pervertido!
—No…le voy a
pedir a John que lo haga –hubo un silencio de su parte –Idiota.
—Sabia que
mentías, pero si, se puede… ¿y qué pasa con eso?
—Él está
jugando con ella.
— ¿Y?...es
solo una humana –ahora fue mi turno quedarme en silencio –Dios…las mujeres son
tan complicadas, no te lo tomes personal, yo no te estoy engañando, te voy a
convertir, pero no puedo obligar a John hacerlo.
— ¡Él está
jugando con ella Alex!...ella trabaja para ti.
—Lo sé,
ambos lo hacen, son sus problemas, no míos.
— ¡Eres un
maldito gusano!
— ¿Ya
empezamos con los insultos de nuevo? lamento no estar ahí para hacerte callar
solo como solo yo sé –mi corazón se aceleró ante la idea.
— ¡Además
eres un mentiroso! –Dije sin tomar en cuenta lo que me dijo –ella sabe que eres
un vampiro ¿Por qué dijiste lo contrario?
—Para ver si
podía confiar en ti, aun no lo hago, pero por lo menos no me fuiste a delatar a
Francesca.
—Idiota… —dije
luego de unos segundos –Que te vaya bien.
— ¿Me
extrañarás? –me quedé en silencio ¿Qué le pasaba ahora?
—Adiós Alex.
—Ciao –y
corté de un golpe.
Me puse de
pie, enojada ¿Cómo Alex podía ser tan insensible con Francesca? Presentía que
ella llevaba años junto a él trabajando, aunque no pasaba de los treinta. Me
fui a la habitación y tomé el teléfono, lo presioné un poco y casi me tuve que
sentar en la cama….había, una llamada perdida ¿tanto escándalo de parte de Alex
por nada?
Llevé el
ipod junto con el celular y me fui escuchando música mientras recorría la casa,
para ver si había algo entretenido, pero cada vez que abría una puerta o
llegaba a una sala, no había muchas cosas con que entretenerme, eso pasó por
media hora de recorrido, hasta que llegué a otra puerta y la abrí lentamente al
igual que con las otras, temía encontrarme con cosas raras, como grupo de
mujeres en el suelo, con marcas en sus cuellos o cosas que había leído antes,
pero nada de nada, era la mansión de un vampiro más aburrida que podía
existir….hasta que abrí esta puerta.
Me quedé boca abierta mirando lo que había en
su interior, había un escritorio hermoso de madera, atrás de este había dos
ventanales gigantes, mientras que todo lo demás eran….libros, libros y más
libros. Corrí adentro y vi que todas las paredes estaban llenas de ellos, debía
haber cientos, quizás ¡hasta un millón! ¡Y estaban clasificados por tema!...no
lo podía creer, esto era demasiado para mí.
—Dios santo…
—salió de mi boca, asombrada comencé a ver las clasificaciones, cosa que no era
para nada profesional, Alex las había hecho, habían cosas como “Interesante, pero aburrido” “Para pasarlo bien” “Porno” y muchas más,
pero la que me llamó la atención fueron dos “Yo” y “Estupideces”, del primero
saqué un libro, que era más como un cuaderno y se titulaba solo con un “1715”
lo abrí y noté que era de Alex, él lo había escrito. Comencé a leer.
-“Otro año nuevo y estoy sin ella….se fue
hace un par de meses y mis informantes han dicho que ha muerto…ya no se qué
hacer” –mi voz salió como un susurro ¿de verdad serian estos diarios de vida
de Alex? Rápidamente lo guardé y saque otro, mas actualizado del 1951, lo abrí al
azar –“Ya no se qué hacer para retenerla, Vanesa se ha ido, cada vez dura
menos a mi lado” –lo cerré de golpe y lo guardé donde estaba. Miré el
estante y noté que eran demasiado ¿Cuántas mujeres habrá tenido?...no pude
evitar sentir un poco celos, él escribía como si fuera alguien sensible y
preocupado, pero mis pensamientos no pudieron seguir por culpa de que “Mi Dios”
estaba haciendo que mi celular vibrara.
— ¿Qué
sucede? –dije enojada.
— ¿Dónde estás?
–sonaba preocupado.
— ¿Cómo que
donde estoy? ¿Crees que pude escapar de tus guardias?
—Sé que
sigues en la casa, dime en que parte.
—En tu
biblioteca.
— ¡Sal de
ahí!...eso es privado —miré el teléfono con ganas de romperlo.
—Puedo notar
que lo es ¡bastante! –me sorprendí por mi tono de voz.
—Sal de ahí
Victoria, te lo ordeno…
— ¡Que
miedo! –Dije irónica — ¿Qué harás?....no puedes hacer nada.
— ¡No me
tientes! –su voz era furia pura.
— ¡Vete al
diablo Alex!...o perdón, mejor dicho ¡Alexander Lenardis! –lo llamé a como
estaban nombrados los cuadernos. Presioné el teléfono donde fuera y corté.
El teléfono
volvió a sonar a los segundos, pero no contesté y luego lo apagué. Me senté en
uno de los sofás que había ahí, no quería volver a leer algo relacionado con
esos cuadernos. Apuesto que tenia cientos de mujeres en sus años, maldito
bastardo, ahora sí que se habían acabado las esperanzas…si, quizás tuve la idea
de estar a su lado, no era tan irreal, viendo que no tenía otra escapatoria,
pero ahora no, ¡ahora sí que no!
Salí de esa biblioteca y tomé un libro de la
clasificación “Estupideces” ahí
habían libros de vampiros, por lo menos vampiros que me gustaban, no como el
que tenía en casa, que era arrogante, asqueroso, pervertido, sádico ¡e hipócrita!....era
dulce con las demás, ya podía verlo todo patoso y cariñoso con otras mujeres,
bueno, yo no iba a ser una más de su lista, mejor muerta antes que eso.
Entre a la habitación y cerré las cortinas, hora
la de “autocompasión”. Prendí la lámpara de mi mesita de noche y me puse
pijama, no volvería a salir de ahí. Abrí el libro y comencé a leer, estuve así
unos momentos, hasta que entró Francesca corriendo con un teléfono en las
manos.
— ¡Sr.
Lenardis! –gesticuló con las manos, quizás como estaba de enojado puso nerviosa
a Francesca. Lo tomé enojada.
— ¡¿Si?!
–grite.
—Victoria si
estas… —ni siquiera se preocupaba por mí. Ahora si vería quien era Victoria
Guzmán.
— ¡Oh si!...
¡tengo todos tus cuadernos en mis manos y los leeré! –dije para hacerlo enojar.
— ¡Te
prohíbo que hagas eso victoria! –no le dije nada más y le corté por haber
gritado. Francesca me miraba con los ojos como plato y la boca abierta.
—Francesca,
te agradecería que me dejaras sola por favor –ella asintió y salió rápido de la
habitación. Ella no volvió de nuevo con el teléfono.
¡Que rabia!...jamás me había sentido así por
alguien, ¿Por qué Alex era tan pesado y rudo conmigo? Se notaba por sus
escrituras que él era tierno y amoroso con las demás… “las demás” que mal
sonaba eso, pero yo no sería otra, hasta aquí le llegaba su jueguito de Don
Juan.
Me levanté y
para que Francesca no molestara con el teléfono otra vez le puse seguro a la
puerta y decidí irme a la cama. Me quede leyendo hasta que el libro cayó en mi
cara, debo decir que era un excelente libro y que ni siquiera me dio hambre, me
dormí hasta que me faltaron unas cuantas hojas para terminarlo, ya estaba
oscureciendo cuando caí en un profundo sueño. El libro sin dudas me tranquilizó.
Escuché un golpe en la puerta y salte
preocupada, mientras se prendía la luz de la habitación provocando que me
cegara por unos segundos. La puerta estaba abierta y había un vampiro furioso
mirándome al frente de la cama. Rodeé los ojos al verlo.
— ¿Pero si
no es Romeo? –dije enojada de nuevo, recordando esos dos trozos que leí sobre
sus amores pasado.
— ¿Qué te
dije Victoria? –Por su tono podía notar que él también estaba enojado — ¿Cuánto
leíste?
—No lo sé —me
puse de pie y deje un dedo en mi mentón –solo para notar que eres un ¡farsante!
¿Cuántas han sido…Alexander? —Él frunció el ceño al oírme — ¡¿Cuántas?!
— ¿Es por
eso que estas enojada? ¿Solo por el número? ¿Cuánto leíste en verdad? –de un momento
a otro pareció relajarse un poco.
—Fueron solo
dos trozos, alguien te abandonó…para su suerte y Vanesa, quien también escapó
de tus garras ¡eres un hipócrita! podía notar por como escribías que no eres
como me demuestras ser ¡solo eres así para torturarme! ¡Toda oportunidad que
tuviste conmigo ahora sí que la arruinaste Alex! ¡La arruinaste! no seré una más
de tu lista, eso ni lo pienses –no iba a salir de aquí, ninguna salida
dramática de película. Me metí de nuevo a la cama y me quede sentada ahí,
viendo como por primera vez dejaba completamente sorprendido a Alex.
—Dios….
–dijo masajeando con una mano sus sienes — ¿eso fue todo lo que leíste? –No le
respondí nada — ¿Sabes?...tenía un tema importante en Italia y volvimos aquí para
¿ver este escándalo? –Apagué la luz de la lámpara que seguía prendida y me
acosté —¿Cuántas veces te he dicho que no me dejes hablando solo? ¡Es
desagradable!
— ¡Cállate!
–Me senté y le grité — ¡vete de aquí, no te quiero ver!
— ¿Me estas
echando de mi propia casa? –lo dijo de un tono arrogante y con esa estúpida
sonrisa.
— ¡No, te
estoy sacando de esta habitación! –él frunció el ceño.
— ¡Bien! –Gritó
enojado –pero… —comenzó avanzar hacia mí –no pienses que te dejare con mi
almohada –lo miré enarcando una ceja.
—Eres lo mas
infantil que existe en este planeta –la sacó y luego desapareció apagando la
luz y cerrando la puerta. Me acosté de golpe y me quede ahí, tratando de
reconciliar el sueño.
No dormí nada durante toda la noche, lo que
fue un martirio, no podía creer que Alex ni siquiera se inmutara por mi
descubrimiento, solo lo vio como una estupidez y luego se fue, idiota. Me
levanté y me di una ducha, cansada y me vestí con un pantalón deportivo blanco,
una camiseta blanca y un suéter negro; me tomé todo el cabello y bajé cansada a
la cocina, donde estaba Francesca y gracias al cielo me tenía un café cargado,
era muy temprano por lo que me dio frío.
— ¿Estar
bien? –ella me miró preocupada y solo asentí. Que estupidez, me veía peor de lo
que me había visto los días anteriores, incluso cuando me había secuestrado.
—Estoy bien
–al decir eso, me quebré y me puse a llorar ahí mismo. Francesca corrió a
consolarme — ¡estoy tan casada!....creo una cosa y luego él sale con otra, no
puedo confiar en él, es imposible…no me dice la verdad ¡yo no sirvo para ser
una más de sus listas!
—Ya….ya,
tranquilidad —repetía Francesca mientras yo seguía llorando y hablando
estupideces.
Luego de
unos minutos me tranquilicé y me tomé mi café rápidamente, no comí nada. Salí
de la cocina y fui a la puerta principal, la abrí decidida y dos vampiros
conocidos me esperaban ahí.
—Lo siento —habló
Javier, mientras que Ezequiel igual me miraba preocupado.
— ¡Él no es
capaz de entender nada! –no podía parar de llorar y mientras más me miraban con
cara de pena, mas me hacían llorar.
—Oh —dijo
Javier abrazándome –te entiendo, igual desconfiaba de Ezequiel, no sabía qué
vida tenía antes.
— ¡Pero tu
estas enamorado de él! ¡No te rapto!...eso es diferente, más cuando luego se
trata de confiar –tenía todo un enredo en mi cabeza.
—Nunca te había
visto así Victoria –escuché la voz de Ezequiel –Ni siquiera cuando llegaste el
primer día ¿eso no te sorprende? –lo mire con odio.
— ¡Claro que
me sorprende! ¿Crees que no lo he pensado? ¡Aun así no puedo controlar el llanto!
–Javier se sentó y me quedé abrazada por él.
—Solo quería
estar seguro…no era para que me gritaras –dijo Ezequiel sentándose a mi lado y
pasando su mano por mi espalda.
—Ustedes no
entienden…él es diferente conmigo, la otra noche vi como les sonreía de una
forma que nunca ha reído conmigo.
—Quizás no
eres tan graciosa como nosotros –dijo Ezequiel, lo mire con odio…otra vez.
—Eres muy
poco sensible para ser gay….
—Ahí es
nuestro problema –dijo Javier, también mirándolo feo. Pasó un segundo y seguí.
—Y luego
quizás…solo quizás había una posibilidad de que nosotros ¡soy una estúpida!...no
sé cómo pensé que podía ser diferente…especial —si, lo había pensado hace días,
creo que desde la primera vez –pero solo soy una más de su lista.
—No digas
eso Victoria —dijo Ezequiel –tu eres especial, sin duda tu eres diferente y no
tengo la menor idea del porque, no debería ser así… —lo miré confundida, pero
luego tuvo esa mirada rara.
—No digas
nada –dije sollozando –no le diré que dijiste eso, estoy cansada –me apoyé en
Javier.
—Apuesto a
que no dormiste nada –dijo mi almohada humana, asentí –bien…quizás es hora de
hacerlo, te ves muy agotada.
—Sí y
nosotros tenemos que seguir trabajando –de nuevo mire enojada a Ezequiel y me
puse de pie.
—Gracias J-a-v-i-e-r
–dije mirando a Ezequiel.
—No te
preocupes sé que no tienes preferido… —me sonrió y luego cerré las puertas,
mientras que Javier le daba un golpe a su novio en el brazo… ¡apostaba que
ellos estaban muy enamorados! ¿Por qué tenía este tipo de pensamientos? En vez
de estar llorando por Alex, debería estar planeando algo para escapar ¿Qué
demonios me sucedía?
Iba en dirección a las escaleras para sumirme
en la cama, cuando escuché cierta voz que muy a mi pesar, causo escalofríos en
mi columna.
—Victoria —dijo
con tono dominante, esa voz ronca que me provocaba sensaciones que no debería
tener. Me detuve y mire a mi derecha y ahí estaba Alex, sentando en el amplio
sofá –ven…y no te atrevas a irte –rodeé los ojos y me dirigí hacia él. Lo miré
seria, sabía que debía estar desastrosa –te ves desastrosa…no me agrada.
— ¿Y eso me
importa? –mi voz salió ronca. Él frunció el ceño, lucia como si se preocupara,
pero no le creería, Alex era una mentira –Si es solo eso me voy Sr. Lenardis
–me fui como un muerto en vida, di media vuelta y caminé, pero Alex estaba al
frente mío.
—No tomo
riesgos, es eso…por eso me comporto así contigo.
—No me
importa, no quiero saber nada de ti y de tu trauma amoroso.
— ¡Ey!...no
me hables así —rodó los ojos cansado —Dios, ven conmigo –me tomó del brazo con
fuerza y me hizo sentar en el sofá –Nunca voy a cambiar contigo, pero quiero
que sepas que me preocupas…y que si eres especial, por eso estas aquí conmigo
–levante la mirada y pude notar que estaba nervioso.
—No seré una
más de tu lista.
—Vittoria…no
hay lista –me miró preocupado y llevó su mano a mi mejilla, pero me alejé –solo
quiero que te quede claro –su voz era dura –ahora puedes retirarte –me puse de
pie y me apresure en llegar a la habitación.
Me saqué las
zapatillas y me recosté, cansada y con los ojos llenos de lágrimas, ahora
quería a mi mamá, sentía como si mi corazón estuviera roto en mil pedacitos,
pero antes de poder tener a mi mamá, sentí como la cama tenia a otro invitado.
— ¿Por qué
no me dejas en paz? –dije sollozando.
—Esto lo
haré solo una vez, no harás preguntas y que te quede claro, no volverá a
pasar...y que no eres parte de ninguna lista porque no existe tal cosa
¿escuchaste? –me volteé enojada a ver a Alex, pero él estaba arreglando su
almohada en mi lado, tomó mi brazo y me hizo llegar a su lado, muy cerca. Me
quede estática viendo, como se acomodaba mejor y me rodeaba con sus brazos –no
digas nada, te gusta como soy y eso no incluye ser romántico…esto no volverá a
pasar —Descanse mi cabeza en su pecho –dime si tienes frió luego de un rato — ¡ni
loca le diría!...esto no lo podía creer, él tenia su lado tierno.
Me acomodé a
su lado de mejor forma y luego de unos segundos mis ojos se cerraron y no
quería que esto pasara porque de seguro cuando despertara, él no estaría a mi
lado. Me aferré a su camisa para que no escapara.
Mis ojos se abrieron y las cortinas estaban
abiertas por lo que pude notar que estaba atardeciendo, la apuesta de sol se
veía hermosa desde este lado. Me moví un poco y note que no estaba sola, lo que
hizo que mi corazón saltara. Levanté la mirada y me encontré con Alex
mirándome.
—Bien…creo
que no me he podido mover, sin despertarte, me tenías agarrado demasiado
fuerte, sé que me quieres cerca, pero un poco de libertad no me molestaría
–lucia nervioso y sabía que su tono relajado no representaba lo que
verdaderamente sentía.
—Quiero un
trato… —dije sentándome, fue una idea que se me vino de repente. El enarcó una
ceja.
—Nada de
tratos…tú no estás en una posición de hablar de tratos.
—Claro que
lo estoy y no quiero volver a sacar el tema de esos extraños cuadernos, quiero
un trato –él me miro serio.
—Esto no me
agrada, pero escucho…
—Yo aceptaré
tu nuevo tú…claro, para mi es lo más normal, pero aceptare que seas depravado y
asqueroso —me estaba metiendo en la boca del lobo con esto.
— ¿Y?
—Pero cada
noche, cuando duermas conmigo, debe ser como ahora.
— ¡No! eso
es injusto, tu no me das nada a cambio.
— ¡Te
acepto, eso es bastante!
—No lo es –fruncí
el ceño —Quiero a cambio de eso… —dijo serio y sentándose —…practicas –lo miré
confundida, sin entender a que se refería con eso –tu vas a ser mía Victoria,
de eso que no te quepa duda, sabemos que hay una atracción bastante fuerte
entre los dos –lo seguí mirando confundida y sintiendo unas pequeñas mariposas
en mi estómago –tu solo tendrás esto en la noche, antes de dormir, pero yo
antes de eso obtengo practicas entre los dos, para que cada noche se te haga más
fácil la idea de ser mía.
— ¿Qué? ¡No!
—Eso o nada…
—su mirada era firme, sabía que sería lo único que obtendría de él.
—Bien… —de
todas formas salía casi ganando en mayor parte.
—Un trato
entonces, no puedes deshacerlo –estiro su mano a la mía y la tome con cuidado.
Sin dudas estaba haciendo un pacto con el diablo.
mjkjakajkjkjk
ResponderEliminaren los tratos va el engaño... kajakajakajka
se puso celosa se puso celosa... las caga vicky aora si ke estas completamente P E R D I D A !!!!
pobrecita, aunque de pobre no tienes nada, yo cn un ombre asi al lado disfrutaria a conxo... aunque klro esta ke tarde o temprano tendras ke volver a ver a los tuyos
Javier y Exequiel me hacen reir muxo la embarra esa parejita.. Javier es un bombom :$
la primera vez q leei q Victoria leía los cuadernos de Alex , estaba tan enojada, considere q era un acto tan feo y una traición!!! qisas hubiera tolerado q leyera sólo una partesita y luego lo dejara ... yaq siendo sinceros, a quién no le da curiosidad ...
ResponderEliminarpero después de haberlo leído tantas veces y quedarme con la curiosidad del por q Alex se altero tanto , pienso q qisas si debió llevarse todos los cuadernos y leerlos xD
(sólo para salir de la curiosidad y no tener q estar esperando la secuela jajaoajai , pero no, así tengo más q leer )
debo reconocer q Victoria me cae mal!! es tan tonta respecto a Alex!!
él sólo se las da de malo ... para hacerse respetar y por q desconfia ... y ella en vez d hacer lo mismo he intentar entender y hacer las malditas preguntas y sobre todo poner su cabeza en orden con lo q siente y lo q pasa a su alrededor (lo del secuestro y lo q le dice Alex ) lo hecha todo a la borda !!! y encima la muy ... sale ganando !! Alex le dice cosas ... q si lo piensa bn ... es información privilegiada y ... lo más tierno. tendra x ahora , y no sólo eso, si no q también gana dormir ABRAZADA a Alex y no conforme GANA PRÁCTICAS !!!! con ALEX !!!!
Definitivamente me cae mal ... y siiiii me da envidia y siento celos!!!
(pero entiendo q se sintió mal x lo más leyo en los cuadernos ... algo. Alex no le da a ella ... ) (Porq tonta x no hacer preguntas y entenderlo !!! )
:)
*Kathy *
Creo saber de que van los dichoso diarios y el por que él la reclama como suya. Y lo del trato,mmm, será que de verdad ella gana más o él le hace creer que así es.... me voy por lo segundo
ResponderEliminarEs tan loco tanto secreto y reservas, quien diablos es y hace ese hombre, que alguien me explique!!!!''
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