Capitulo 11
No reconocí
nada, Alex me mostró varios lugares que habíamos recorrido cuando ambos fuimos
humanos, pero no hubo caso. Mi mente estaba en blanco. Lo que era frustrante
porque sabía que él esperaba una visión casi mágica de mi parte, pero simplemente
eso parecía imposible en este momento.
Solo alcanzaba
a obtener una sensación agradable de Siracusa y sus alrededores. Era cierto que
no habíamos visto mucho, pero parecía que algo había en mi cabeza que no me
dejaba ver cada detalle como realmente debería.
—Tampoco es
como si vayas a recordar todo ¿de acuerdo? No te sientas presionada.
Ambos estábamos
sentados en una superficie de piedra, mirando hacia el centro del un teatro
romano mientras comenzaba a amanecer. Los rayos de sol se filtraban por los
arboles que estaban más abajo, iluminando el lugar de forma majestuosa mientras
que la neblina cubría la parte más inferior del teatro.
— ¿Victoria?
No estaba muy
disponible para hablar, cientos de preocupaciones recorrían mi cabeza. No
entendía como Alex se podía concentrar en disfrutar esta hermosa ciudad, sin
pensar en Cristóbal o en el hecho de que rompí ese mapa ¿de verdad no le
importaba? ¿Solo tuvo un pequeño arrebato y lo había olvidado? ¿O tenía otra
salida? Quizás creía poder robar la libreta negra.
—Estoy pensando
en otras cosas –dije mirando hacia las hileras de asientos que estaban formadas
en semicírculo. Este lugar era sublime.
—No debes
preocuparte si no recuerdas.
—No es eso,
estoy pensando en otros grandes detalles –Alex tensó su mordida. Él odiaba que
no le diera importancia a esto, pues demasiado tarde Sr. Lenardis, fuiste tú
quien no me dejó conocerte de verdad el último año.
Ambos nos
quedamos en silencio por unos minutos, escuchando como las aves cantaban
mientras dos seres eternos tenían un caos en sus vidas. Deseaba tanto arreglar
todo de una vez, pero Alex tenía razón. Por lo que dijo Cristóbal, él no podría
hacer mucho si no me tenía de su lado ¿de verdad esperaba qué yo hiciera lo que
pedía? Eso era estúpido de pensar, a menos que se sintiera seguro de que fueran
muchos rebeldes.
— ¿Desde cuándo
se crearon los Centros de Proveedores? –pregunté mirando a los árboles.
— ¿A qué viene
esa pregunta? –lo miré para que respondiera de una vez –más de 600 años.
— ¿Y la
limitación de ciudades con los licántropos y otras especies?
—Desde antes
que yo Gobernara… aunque las modifiqué un poco.
—Para
favorecernos ¿no? –Alex asintió — ¿Desde cuándo comenzaron a rebelarse sobre
los Centro Proveedores?
Él se puso de
pie y estiró sus brazos al cielo, como si de esa forma pudiera tener algo de
relajación. Pero éramos vampiros y eso no funcionaba así.
— ¿A qué vienen
estás preguntas? Supongo que analizas desde cuando estoy siendo un mercenario
oportunista y mezquino.
Exactamente. Él
parecía muy relajado con todo esto ¿será que antes estuvo en una situación
similar? Si era así, ya se me ocurría que solución llevó a cabo.
—No entiendes
–dijo metiendo sus manos a los bolsillos –hay cosas que no tienen otra
solución. Ellos son nuestros enemigos, siempre ha sido así.
Negué a sus
palabras, estaba cegado, pero yo lo haría entender porque no dejaría que
siguiera pensando de esa forma. Solo traería más problemas.
— ¿Por qué son
nuestros enemigos? Los licántropos ni siquiera se alimentan de humanos, no
tenemos que luchar por subsistir. Todo es por territorio y dinero.
Me puse de pie,
cruzando mis brazos, unos pasos detrás de él.
—Me has
expuesto a esto porque deseas seguir en tu cargo y con tu manera de Gobernar. Jamás
haría tal cosa y por eso si está en mis manos no volverás a ser Gobernador,
Alexander.
Pude notar como
sonrió ante mis palabras. Casi me provocó escalofríos ¿Qué le causaba gracia?
Idiota.
—Victoria –se
giró hacia mí, quedando ahora unos centímetros bajo de mí. Levantó la vista y
sonrió –tu también me has expuesto a situaciones peligrosas. No sé si lo
recuerdas pero hace un mes estabas liada con Cristóbal, jefe de los rebeldes.
Entrecerré los
ojos, molesta.
— ¿Quieres ir
hasta ahí de nuevo? porque te recuerdo que también te encontré con Lina, muy cómodo
en nuestra propia casa, además de Charlotte, ella igual cuenta. Las rubias son
lo tuyo ¿no? –lo miré con rabia, pero él rodeó mi cintura con sus brazos y me
acercó.
—No quiero
discutir –subió hasta mi nivel y me quedó mirando con esos ojos oscuros que me
encantaban. No podía creer que este mismo ser haya tenido esa mirada asesina días
atrás –es solo que hablas como si estuvieras segura que todos actúan de la
misma forma. No es así.
— ¿Entonces me
rebajaré al nivel de ellos?
—Te darás
cuenta con el tiempo. Tengo razón –deseaba poder tener la voluntad para
alejarlo de mí, pero sus estúpidos brazos me eran cómodos. Lo miré
sospechosamente, estaba demasiado seguro de sí mismo por lo visto.
— ¿De verdad no
estás molesto por haber roto el mapa? –él sonrió levemente.
—Tengo memoria
fotográfica Victoria, le he informado a varias personas ciertos centros donde
podrán entrar y destruir lo que deba ser acabado –mi boca se abrió ante la
sorpresa. Lo empujé para que me soltara.
— ¡Tu! Alex…
—No –dijo
tomando mi brazo –vamos a seguir tus normas por un tiempo ¿lo justo es
encarcelarlos? Bien, lo haremos.
Lo quede
mirando sin palabras. Me relajé por completo, aunque no me confiaba.
— ¿Me estás
mintiendo? Sabes que estarás en graves problemas si es así, me prometiste que nunca lo harías.
—Si quieres
pido que les tomen una foto para ti.
No pude decir
nada, por varios segundos, esperando a que confesara su mentira, pero por lo
visto era cierto que no habían mandado a volar esos lugares, donde deberían
estar varios rebeldes reunidos. Sus ojos oscuros no me dejaban en ningún
momento, esperando por una respuesta.
Di un paso
hacia atrás y me solté de su agarre, había sido brusco.
— ¿Quieres una
foto, si o no? esto debería ayudar para que me derroques –dijo sonriendo, de
forma desagradable.
— ¿Te estás
burlando?
—No, tú has
dicho que ese es tu nuevo objetivo –sus ojos se entrecerraron y luego dio un
paso hasta donde me encontraba, sin aviso me tomó de un brazo y me giró de tal
forma que quede inmovilizada –pero tu si estás bromeando ¿no? –susurró en mi
oído. No podía verlo a la cara –quieres tratar civilizadamente a seres que no
te tratarían de igual forma, te inmovilizarían como lo hago ahora porque eres
una presa fácil, después te decapitarían y mostrarían tu cabeza a todos los
traidores.
Me hizo girar
de nuevo y me soltó, pero perdí el equilibrio y caí al césped que se mezclaba
con rocas.
—Es a ese tipo
de traidores a los que proteges, ellos acabarían contigo tan solo si tuvieran
la oportunidad, pero no, por lo visto esa forma de pensar y actuar es razonable
para ti. Ya que yo, quien te protege, soy tu enemigo ¿no?
Me puse de pie
y lo miré muy seria, no deseaba gastar palabras con él, sabía que jamás
entendería. Ser Gobernador lo había trastornado y nada o nadie podían negarlo.
No iba a dejar que él, a quien amaba, terminará condenado por completo.
—Sácate esa
chaqueta ¿estás cansada? –Lo miré sorprendida –es hora de hacer este viaje más
productivo, ya que no has recordado nada. Debes saber defenderte, no tienes práctica
y lo poco, casi nada, que te enseñó Aníbal, de seguro ya no vale mucho.
— ¿Estás
hablando en serio? Pero aquí no hay armas o algo por el estilo.
Alexander sonrió
y después miró hacia el teatro.
—No siempre tendrás
armas y si las tienes, pueden no ser las adecuadas para el ser que te ataca, además
lo más probable es que no podrías mantenerla en las manos, te las quitarían con
facilidad –volvió a girarse hacia mí.
Me deshice de
la chaqueta mientras ponía atención sobre cómo los rayos de sol estaban detrás
suyo, nublando un poco mi vida. Era molesto. Arrojé la prenda a un lado,
quedando solo con mi camiseta negra sin mangas.
—Dame un
segundo –dije quitándome los zapatos, para estar más cómoda. No estaba
preparada para este tipo de entrenamiento. Después lo quede mirando, esperando
a que dijera algo, pero él solo me observaba, como si me estuviera valorando.
—Victoria, no
tienes fuerza, ni habilidad para combatir con nadie… físicamente eres como un
humano pero con fuerza y rapidez. Si te enfrentaras a alguien de esa especie ganarías
sin duda alguna, aunque… si tuvieras que enfrentarte a un rebelde, como Cristóbal,
perderías en un segundo.
Fruncí el ceño,
no eran palabras agradables, pero eran ciertas.
—Tu opción es
ser más rápida que el otro, eso es algo que puedes mejorar con facilidad, sobre
todo si es contra algún neófito.
Cristóbal era
uno, mi neófito para ser específicos. Y no importaba si era justo o no, debería
acabar con su vida, mejor dicho, ayudar a que Alex lo hiciera. Me había pedido
eso a cambio de que pudiéramos mejorar en
nuestra relación, no podía negárselo. Además era la prueba viviente para
que el Consejo acabara conmigo.
— ¿De qué me
sirve ser rápida si no tengo fuerza? –Alex sonrió al escucharme.
— ¿Y de qué te
sirve ser fuerte y rápida? ¿Crees qué serás capaz de asesinar a alguien? ¿De
atravesar su garganta con un cuchillo o girar su cuello para decapitarlo con
tus propias manos?
Me quede tensa
ante sus preguntas. Lo único que podía pensar era en que él no existía dicha
duda, había hecho todas esas acciones para terminar con la vida de Fréderic.
—No, no lo harás
porque no eres de ese estilo, no por ahora al menos –fruncí el ceño, sin
entender sus palabras.
— ¿Por ahora?
¿Es qué después de que me entrenes mucho tiempo podré hacerlo?
—No, no me
refiero a eso. Estoy hablando que con los años, la muerte no será tan
importante para ti, como así tampoco los demás vampiros. Podrás acabar con
alguien porque tu mente ya no estará atrapada por la moral humana.
Negué, no quería
que eso sucediera.
—Como sea,
deberás ser astuta y atacar por detrás, sino es así, debes buscar una forma
para dejar inconsciente a tu oponente. Yo seré tu enemigo, trata de detenerme.
No alcancé a
decir nada cuando se acercó a mí, fue muy rápido y no hizo nada, simplemente
llegó hasta donde me encontraba, dejando que tan solo un centímetro nos
separara. Aquel movimiento tan sorpresivo hizo que diera un paso hacia atrás y
cayera al suelo como una inútil.
—Acabada –dijo
estirando su mano hacia mí.
—Trampa, no me
diste tiempo –dije tomando su mano.
—Nadie te lo
dará, aquí no hay honor Victoria –asentí a sus palabras –solo te quieren
muerta.
Al ponerme de
pie, levanté mi rodilla y simulé como si fuera a golpearlo entre las piernas.
—Acabado ¿así
funciona esto? ¿Jugando sucio? –él bajó su mirada, poniendo atención a mi
rodilla.
—Algo así, pero
evita ese tipo de golpes por ahora ¿de acuerdo? –sonreí.
—No queremos
herirte en esa zona ¿cierto? –tomó mi mentón para que lo mirara.
—Es tu parte
favorita, así que mejor mantengámosla a salvo –me dio un beso corto, sin previo
aviso y desconcentrándome por completo, pero antes de poder asimilar sus
labios, ya se encontraba a varios metros de distancia.
—Bien, ser rápida
y tramposa ¿esas son mis metas?
—En simples
palabras si, aunque te falta, defensa… trata de detener mis golpes o de
esquivarlos. De esa forma saldrás viva. Si te golpeo, no te enojes, es debido a
que fuiste muy lenta cuando tienes la facultad de ser extremadamente rápida.
Lo miré
asustada, Alex era mil veces más grande que yo, era rápido y tenía años de
experiencia.
— ¿Lista? –dijo
a varios metros de distancia.
—No.
—Bien,
comencemos.
Se acercó de
forma rápida. Alcance a detener su brazo que iba directo a mi rostro, pero no
su otra mano. No me golpeaba ni nada parecido, su mano chocaba una y otra vez en
diferentes partes de mi abdomen y repetía una y otra vez que me había tocado
mientras yo trataba de detenerlo. Cada vez iba retrocediendo más rápido, sus
manos me tocaban pero yo no era capaz de alcanzarlo primero, siempre parecía ir
un paso delante de los míos.
Le dije que se
detuviera, pero no lo hizo, además parecía que no se esforzaba nada para
tocarme, ni siquiera era demasiado rápido. Tan solo caminaba y mientras yo
trataba de detenerlo, él ya me había tocado de nuevo.
Choqué
bruscamente contra un gran árbol, tan grande que parecía que alrededor de 15 o
más personas, podrían rodearlo. Fue el límite, Alex me acorralo ahí y su mano
se apoderó de mi cuello, sin presionar.
—Decapitada
–dijo mirándome con el ceño fruncido –y ni siquiera me he esforzado.
No se estaba
burlando ni parecía sorprendido, pero todo este juego hizo que me diera cuenta
de lo débil que era.
—Es más, pienso
que hasta un humano acabaría contigo, algún cazador de vampiros te tendría en
sus manos tan rápido que no te darías cuenta –fruncí el ceño a sus palabras.
Era cierto.
—He perdido el
tiempo –susurre cuando él soltó mi cuello.
Miré hacia
arriba, notando el árbol tan antiguo, no sabía cuál era pero parecía que
hubiera estado en este lugar desde el comienzo de los tiempos.
—No. Hemos perdido
el tiempo.
Cuando bajé la
vista para encontrarme con su mirada, fue como si el mundo girara y girara tan
rápido que mi cuerpo no pudiera mantenerse en equilibrio. Apoyé mi espalda y
manos contra el tronco de dicho árbol mientras todo cambiaba a mí alrededor.
Para cuando volví
a mirar a Alex, supe que mi mente me estaba jugando sucio, exactamente como cuando
comencé a ver esas antorchas al saber toda la verdad de nuestro pasado. Sin
desearlo o buscarlo, mi mente me había llevado a una situación que no deseaba
recordar.
—No. Hemos perdido tiempo –dijo él tomando
mi rostro. Sus ojos verdes y sonrisa seductora me atraparon por completo –los
dos, debiste aparecer en mi vida antes, Vittoria.
—No podría, estar contigo es algo prohibido
–susurré mirándolo, tocando su pecho, bajo esa ropa tan antigua que llevaba. Podía
sentir el latido de su corazón en la palma de mi mano.
Sus labios se unieron a los míos, provocando
que todo mi cuerpo se encendiera, pero que con ellos también me hiciera
despertar del sueño donde me encontraba.
—Mírame –dijo
tocando mi rostro –Victoria.
Cuando volví a
donde me encontraba en realidad, estaba sentada y apoyada en ese mismo árbol
que años atrás habían sido mucho, pero mucho más pequeño. Los ojos oscuros de
Alex me observaban preocupado.
— ¿Qué ha
sucedido? ¿Te hice daño?
Negué a sus
preguntas, pero no podía decir nada. No deseaba nada de esto, no quería
recordar el pasado y no me apetecía ni un poco que llegaran vestigios de lo que
fue alguna vez mi relación fallida con Alex. Además… esos recuerdos me dejaban
una sensación vacía, podía sentir que en ese momento estaba prácticamente
obsesionada con él.
De todas formas
no pude controlar como mi mano viajó hasta donde debía encontrarse su corazón
latiendo. No sentí nada.
— ¿Victoria? –preguntó
preocupado.
—Bien, se ha
cumplido lo que deseabas –dije poniéndome de pie –recuerdos los latidos de tu corazón.
— ¿Qué? –se
levantó, quedando al frente de mi.
—Desencadenaste
un recuerdo que no debió salir, tu, besándome en este árbol… estuvimos aquí
antes ¿cierto? –me crucé de brazos y él tomó ese gesto como algo malo, ya que
su ceño se frunció de inmediato.
—Sí, muchas
veces en realidad.
— ¿Por qué
quieres que recuerde? –susurré. No se sentía algo lindo, ni mágico o especial.
Era ver una vida que había terminado muy mal, además me daba la impresión de
ser una intrusa en el presente, como si toda mi vida humana no hubiera sido
nada más que acciones injustificadas, como si hubiera firmado un contrato antes
de leerlo, con Alex.
— ¿Qué viste?
Estás enojada ¿estábamos discutiendo? Lo hacíamos mucho en ese entonces, creo
que no hemos cambiado –no pude evitar sonreír por ese comentario.
—Estaba
sintiendo el latido de tu corazón –miré la palma de mi mano derecha. Era como
si aun pudiera sentirlo.
—Oh, recuerdo
eso… me sentía arrepentido por no haberte visto antes, fuiste muy directa para
esa época ¿sabes? Llegaste y te interpusiste en mi camino, diciendo que…
—Basta –susurré
mirando hacia un lado –no quiero saber cómo te conocí en ese entonces. Las
cosas no terminaron bien, además ya lo leí en ese libro tuyo –que tenía
guardado en mi bolso.
No recordaba
nada de ello, por lo que él dice y lo que escribió, parecía que fuera otra yo,
alguien diferente pero que él parecía ver en mí.
—Me atrapaste
de inmediato –dijo, atrapando mi cadera con sus manos para que no me fuera a ningún
lado –tan atractiva y misteriosa, además fuiste muy directa –lo miré enojada.
—No tan
atractiva como lo que poseía tu prometida humana ¿cierto? –Su mirada se
entristeció –Alex… es por esto que no deseo recordar nada ni saber algo de esa
vida desde mi perspectiva, todo está manchado con sangre, mi sangre.
Su mordida
estaba tensa, pero sabía muy bien que no estaba enojado, sino que herido por
mis palabras.
—Entiendo –dijo
acercándome a él, apoyé mis manos en su pecho –pero debes entender que si ambos
fuéramos humanos en este preciso segundo, tendría la misma reacción ante tu
contacto.
Lo miré unos
segundos antes que mis manos viajaran bajo su camiseta, sintiendo su piel en
mis palmas, pero cuando llegué a su corazón no había latido alguno.
—Espero que no
te sientas igual que antes –dije muy seria.
—Victoria… —negó
a mis palabras, como si la posibilidad fuera insólita.
—No quiero
acabar rodeada en llamas como esa vez por tu forma de sentir –siempre me ponía
en segunda prioridad, así que esa posibilidad no era imposible. Si tan solo el
Consejo supiera la verdad de lo que sucede ¿Qué haría Alex? ¿Escapar conmigo?
no lo sabía.
Él se puso muy
serio y frunció su ceño, luego dio un paso hacia atrás, como si mis palabras le
hubieran causado algún dolor.
—Estás cansada,
es mejor que volvamos a la hostal.
—No –respondí
de inmediato –no tengo sueño ni estoy cansada, nos alimentamos anoche así que
es mejor que me sigas haciendo más fuerte y rápida.
—Eso no se hace
de un día para otro –explicó, molesto.
—Bueno,
entonces no gastemos tiempo discutiendo.
No lo hicimos,
ni tampoco hablamos mucho. Mi frustración fue creciendo cada minuto que pasaba
con él ya que era demasiado rápida y siempre me alcanzaba, de esa forma solo
quedaba como una inútil. No era capaz de defenderme, ni siquiera de escapar. De
esa forma no sabría qué hacer si nos atacaban de nuevo. Alex se desquitó el
resto del día, diciéndome todas las cosas que hacía mal. Para cuando atardeció
estaba enfurecida, de pésimo humor. Deseaba poder atraparlo, pero era imposible
y él dijo que lo mejor era terminar por hoy ya que no estaba concentrada.
—No te debes
enojar, eso solo hace que pienses con rabia –dijo mientras caminábamos hacia la
ciudad.
—Te vi actuar
con rabia cuando acabaste con esos licántropos –estaba frustrada, él era
demasiado bueno en esto.
—Sí, pero no
eres yo. Llevo años acabando con mis enemigos. Está claro que jamás me
alcanzarás, no en esta década por lo menos.
Abroché mi
chaqueta mientras caminábamos. Había un hermoso atardecer, era una lástima
tener que desperdiciarlo en temas tan desagradables, sin embargo, al anochecer
habría que averiguar sobre los “traidores” que se encontraban en esta ciudad.
—En esa libreta
dice que hay traidores en esta ciudad, quiero la dirección –dijo de un segundo
a otro, como si hubiera estado leyendo mi mente.
—Me pregunto
¿Quién habrá sido Fréderic LeBlanc como para tener esa libreta? Fue una suerte
que estuviera en su casa, pero ¿Qué tiene que ver él? ¿Era alguien importante?
—Ya no lo es
–respondió levantando sus hombros. Lo miré asombrada —¿Qué? Pero si es cierto,
está muerto.
—Sí, gracias a
ti –comencé a caminar más rápido.
—Exacto y no me
arrepiento de nada.
De un segundo a
otro el atardecer se volvió en algo horrible, lo único que quería era estar en
mi habitación, alejada de Alex. No pude responder a sus palabras, solo seguí
caminando y me adelante para no ir a su lado.
— ¿Seguirás
enojada conmigo para siempre? Creo que he hecho cosas peores por las cuales
podrías estar enojada –no lo miré.
—Puede resultar
imposible pero no, no lo has hecho. Esta ha sido la peor de todas.
—Entonces dime
–dijo avanzando hasta quedar a mi lado — ¿hasta cuándo estarás enojada por ello?
¿Cuántos días debo esperar? –lo miré sorprendida.
—Crees que esto
es un capricho mío.
—Eso no fue
nada comparada a otras situaciones, recuerdo una vez que los rebeldes
atravesaron mi pecho con un arma de plata –dijo pensando como si estuviera tratando
de recordar una vieja anécdota –justo aquí…
Me detuve al
notar que indicaba su pecho.
—Era una
novata, debió cortar mi cabeza, no siempre se tienen oportunidades para
atravesarme con un sable.
Alex no siguió
caminando al darse cuenta que yo no lo seguía, se giró a verme, curioso porque
no seguía avanzando.
— ¿Qué sucede?
¿Ya encontraste la clave para derrocarme? Créeme, los sables no son para nada útiles,
esa vez fue un descuido de mi parte. Prácticamente me tropecé contra la chica.
Cientos de años
siendo Gobernador, décadas bajo el peligro de que fuera asesinado o torturado.
Era un vida difícil, sin duda alguna, si hubiese pasado por lo mismo no sé si
sería tan fácil pensar en una forma civilizada para acabar con mis enemigos, no
cuando me han hecho tanto daño.
Me acerque a él
y puse mi mano, justo sobre la parte media de su esternón.
— ¿Fue aquí?
–susurré, consternada al pensar que alguien pudo hacerle daño de esa forma.
—Mmm… ¿Qué
pasa? –lo miré, dejándome atrapar por esos ojos negros.
Él había
cambiado, yo también… no tenía sentido recordar el pasado que compartimos
juntos, ninguno actuaria de la misma forma en el futuro. Debía mantener mi
esperanza, creer que él no me dejaría en los brazos de enemigos.
— ¿Victoria?
–preguntó confundido.
—No mates a
nadie más ¿sí? a menos que tu vida corra peligro –su expresión se relajó –si no
es así, llama a otros para que lo capturen y lo hagan pasar por un juicio. Es
la norma que el Consejo y tu crearon tiempo atrás, debes seguirla.
Inconscientemente
acaricié sobre su pecho mientras esperaba su respuesta. Estaba muy serio.
—Tú no
entiendes… —comenzó a excusarse.
—No, tu eres
quien no lo hace –lo interrumpí –eres fuerte y muy pocos te pondrían en peligro
¿cierto? No debes matarlos cuando puedes inmovilizarlos con facilidad.
—Pero tú no
puedes hacerlo y no voy a permitir que te hagan daño por dejar a un traidor
vivo –negué a sus palabras.
—Siempre estás
conmigo, no debes preocuparte si me proteges –separé mi mano de él, pero Alex
la tomó con rapidez y tiro de mi, así rodeó sus brazos en mi cintura.
—De todas
formas… algún día, puede que mañana, en diez o cien años, querrás ir a dar un
paseo y algún rebelde que dejé vivo
aprovechará esa oportunidad. No siempre estaré contigo.
—Para ese
entonces estaré súper híper mega entrenada por ti, me podré defender –apoyé mis
manos en sus hombros –promételo, por favor.
—No puedo
–susurró, presionando sus manos en mi cintura. Me empiné y tiré de su camiseta
para poder alcanzar sus labios –estás jugando sucio.
—Sí, para que tú
no sigas haciéndolo.
Rodeé su cuello
cuando me levantó del suelo para después besarme. No pude evitar sonreír,
siempre me encantaba poder sentir sus labios, además del hecho que Alex me
tuviera que levantar para no inclinarse. Nuestras estaturas diferían bastante.
—Alex –susurré
cuando me volvió a dejar sobre el suelo –hazlo, por favor. Estoy cansada de
discutir y preocuparme porque hagas algo horrible.
Me quedo
mirando sin decir nada. No tenía idea lo que estaba pasando por su cabeza, inexpresivo. Pasaron varios minutos, donde me
obligué a quedarme en silencio.
—Victoria, si
llegas a estar en riesgo…
No dejé que
terminara, tiré de su camiseta para que se inclinara y permitirme poder
besarlo. Rodeé su cuello con mis brazos, completamente feliz de que aceptara lo
que yo le estaba pidiendo. No quería que los demás salieran heridos como
Fréderic, pero también estaba segura de que algunos enemigos de Alex se
merecerían tal trato, sin embargo, no iba a dejar que él ensuciara sus manos de
esa forma, no quería que fuera condenado a un horrible final cuando ambos dejáramos
este mundo algún día durante nuestra eternidad. Lo amaba y no iba a permitir
que se hiciera daño, aunque tuviera que dañarlo para detenerlo.
Volvimos a la
hostal rápidamente, esta vez no solté su mano y pudimos tener un paseo más
tranquilo. Ni siquiera quise preguntarle sobre cuando retomaríamos nuestro
viaje ya que por lo visto Alex deseaba quedarse unos días, cosa que no
aprobaba, pero que aceptaría. Había logrado bastante en este día.
Cuando llegamos
a la hostal, Alex fue por sus cosas, ya que se iba a quedar conmigo, en mi
habitación, por lo tanto tenía que cancelar la suya. Fue en ese momento que
busqué en mi bolso y saqué la carta que Fréderic había escrito para mí. Fui lo
suficientemente rápida para no ser descubierta.
Sra. Victoria Lenardis.
Esta nota solo es un aviso, muchos se han
dado cuenta que usted es nuestra única esperanza. Le advierto que no confíe en
nadie, ni siquiera en el Gobernador, que junto al Consejo han convertido
nuestra eternidad en un tormento constante y no me refiero solo a nuestra
especie. Cristóbal, nuestro líder ha esparcido rumores sobre el apoyo que
tenemos de su parte, pero de todas formas, no todos confían en un cazador de
vampiros, aunque haya sido convertido por usted.
Siga investigando, dirija su mirada hacia
donde Alexander Lenardis se ha negado a observar.
Busque ayuda entre nosotros Victoria. El
Consejo ya sabe de su traición al Gobernador y van por usted. Marco, el eterno
amigo de su esposo, la delató y por dicha razón fue eliminado a manos de
licántropos. No tienen pruebas, pero la harán hablar si la encuentran.
Atte.
Un servidor.
Había sido lo
suficientemente rápida para leer la carta y guardarla, pero no fui tan astuta
como para esconder las emociones que estas palabras me causaron.
La puerta se
abrió justo para cuando me senté en la cama, derrotada. El consejo venia por mí,
ya no tenía salida.
— ¿Victoria?
–Alex llegó a mi lado de inmediato. No sabía lo que estaba pasando, pero sin
duda descubrió que algo había sucedido — ¿Por qué tienes esa cara?
No tenía
sentido alguno esconderle información. Le entregué la carta. No demoró ni siquiera
dos segundos en leerla, para luego sentarse a mi lado. Lo más probable es que
estuviera sorprendido por la noticia sobre Marco.
—Tranquila
–dijo luego de unos segundos –no es como si nos fueran a encontrar de un día
para otro. No saben dónde nos encontramos.
—Esta carta
estaba dirigía para mi, ese tal Fréderic tenía alguna idea hacia dónde íbamos
¿no crees? ¿Cómo me la iba a entregar si no llegábamos hasta él ese día? –sentía
que Alex me miraba, pero yo solo estaba atenta al suelo de madera.
—No lo sabía
Victoria, todo esto puede ser una farsa para llevarte hasta ellos.
— ¿Y si no lo
es? Quizás Elizabeth está esperando en la puerta de esta Hostal –susurré,
pensando en volver a estar con cadenas de plata. Ese maldito mineral dolía
mucho y lo había experimentado muy bien cuando Alex me encerró en ese calabozo.
—No dejaría que
te llevaran, así de simple –ante esas palabras fue inevitable mirarlo y sonreír.
—Sí, claro… ¿irías
contra el Consejo para evitar que me capturen?
—Claro que lo
haré, si eso te mantiene a salvo.
No pude
responder nada, solo tomé su mano sin poder encontrar solución a lo que
sucedía.
Nuevo capitulo, no tengo mucho que decir, gracias a quienes leen y comentan en el grupo, ademas del blog :3
Awwww a mi no me pareció un capitulo pequeño, gracias!!!
ResponderEliminarHola Mariposa.
Uffff estos dos están en un estira y afloja constante. Coincido con Victoria en todo lo q piensa y de verdad creo q los rebeldes no son tan malos como Alex los pinta, espero q él deje de un poco de lado esa arrogancia q nos encanta XD y empiece a ver las cosas como realmente son. De verdad q si le voy a dar un voto de confianza a Alex y voy a pensar q si las cosas llegan a salir mal él va a estar de parte de su esposa y no la dejara morir sola (es un dicho, no una premunición u_u).
Ushhhh ese Marco traidor, no se las demás pero creo q esa carta fue muyyy importante porq nos hace ver q ni en los más cercanos se puede tener fe. Para mi de eso se trato el capi de hoy. Confianza.
Muuuuuchas gracias por el capi Dani, se q regresaste a la uni y con eso de volver a agarrar el ritmo a la rutina y la falta de inspiración cuesta escribir. Espero q te este yendo bien y ps nada aquí estaremos esperando UAT jaja.
Un beso y nos seguimos leyendo!
santa madre me vino a la me te ese adelanto donde aparece Cristóbal en la reunión del consejo con Cultura en su juicio y se partió el corazón xq seguro q aquí empieza el sufrimiento de Alex x Cultura y su idea de derrocarlo x completo, viand vegan la Guerra x la rebellion sera donde Vicky aprende. a luchar ??? Gracias por el casi suerte con las clases un abrazo....
ResponderEliminarWTF!!! como que el consejo ya lo sabe??? sera cierto esto ??? o sera alguna trampa??? La verdad tengo mis dudas se que Alex debe cambiar ciertas cosas que es lo que han hecho que haya tantos rebeldes estoy de acuerdo en eso pero tambien estoy de acuerdo que no pueden bajar la guardia xq siempre habara alguien que desee la muerte de Alex o en si de los vampiros y nos les importara mataralos y no puede pensar Alex como Victoria tan humananamente y dejarse llevar por sentimentalismos por asi decirlo... yo no confio en Cristobal ese es el primero que debe morir jejje Tambien Victoria es bueno que apenda a defenderse ALex tiene mucha razon cualquiera acabaria con ella en un instante ...yo ta estoy con los nerviso de punta xq en el prologo Victoria si esta ante el consejo por su traicion y es donde aparece el tipo este de Cristobal haaaa que pasara creo que ya es hora de que se desate la guerra y que pase lo que tenga que pasar Victoria ya tiene que enfrentarse a situaciones para que aprenda a manejar mejor las cosas y que aprenda que no todos tendran su misma forma de pensar y que aprenda a que ella tendra que eliminar ha alguien quiere o no xq seria la vida de ella o de su enemigo asi de simple.. puede que Alex si perdio su objetivo y se cego ante muchas cosas o situaciones eso es obvio pero creo que puede cambiar mas es logico que no sera de la noche al dia jejeje creo que si ambos Gobiernan es como las cosas podran cambiar la cuestion es de que Victoria acepte Gobernar junto a Alex y acepte de una buena vez su destino y lo que es y lo que representa estar con Alexander Lenardis... Gracias Dani por este cap me encantoooooooooooo
ResponderEliminarNo me parecio un capitulo pequeño como habias dicho. De hdcho me parecio genial. No puedo creer lo de la carta, sera o no verdad? Esperando con ansias el prox capitulo. Gracias x subir capitulo :)
ResponderEliminarhay Dios¡¡¡¡no se ni que decir, esto fue algo fuerte, los traidores están en todas partes...tengo que regresar y leer el ultimo capitulo donde salio Marco, estoy confundida (que raro no?) yo no se como ella puede seguir adelante, si yo fuera ella me iria a esconder al fin del mundo y dejaria a todos...no estoy muy segura de que apoyarse en los rebeldes sea buena idea, y tampoco esta segura con el consejo, pienso que Lina los vigila, no se porque pero creo que si ya los del consejo saben igual y quisieron despistar haciendoles creer que ella estaba fuera del caso, quien sabe, ya no se ni que pensar.
ResponderEliminarahora, Cristobal, bien que supo aprovechar el hecho de haber sido convertido por Victoria no? con mayor razon la van a querer eliminar si este inutil le va diciendo a todo el mundo que Victoria apoya la causa.
sinceramente tengo miedo de lo que pueda venir, tengo el mismo miedo de ella, cuando llegue el momento, ¿Alex la apoyara a ella?¿podria volverse contra el consejo? con todo el dolor de mi corazón yo creo que no lo haria, pero espero totalmente equivocarme.
entiendo el hecho de que ella no quiera recordar su vida pasada, que caso tiene? por lo que se ve, la mayor parte de esos recuerdos le dejan un mal sabor de boca.
Ya se me hacia raro que Alex no peleara por lo del mapa...con que memoria fotográfica no? gato malo¡¡¡
Espero que sigan con los entrenamientos, ella mas que nunca debe aprender a defenderse.
ok, es todo lo que se me viene a la mente en este momento, pero ten por seguro que cuando pueda digerir bien lo que lei me voy al grupo para comentarlo, asi que por lo pronto, te envio un saludo desde Mexico y te deseo mucha suerte en esta etapa de tus estudios, ya veras que en un futuro todo tu esfuerzo sera recompensado.
Gracias por el capi que si bien no fue muy largo, no fue lo corto que ya me estaba imaginando y estuvo muy lleno de informacion importante.
P.D: Me encanto la foto que pusiste al inicio, esa Vicky es muy guapa ;)
quede sorprendida, es increible que marco los haya delatado :S esperemos que las cosas se solucionen pronto y no hayan montado un equipo de busqueda y matanza a victoria por parte del consejo :( . un gran capitulo daniela, gracias!! felicitaciones
ResponderEliminarDTB
corazón. te digo algo no me puedes estar asiendo esto dejar los capítulos así, ¿me quieres causar un ataque al corazón? por favor intenta seguirla lo mas rápido por que estoy empezando a tener ataques de ansiedad. besos...
ResponderEliminarHola daniela el capitulo eatuvo muy bueno. Y no te demorw en subir capitulos gracias
ResponderEliminarAhhh que otras cosas mas el ocultan a vicki a esto cada vez se pone de color de hormiga por que creo que va esto va estar super buenisimo excelente capitulo
ResponderEliminarGracias por el capitulo lo estuve esperando con ansias ya quiero saber que otra cosa pasara me encanta esta historia gracias por el capitulo nos leemos en la otra
ResponderEliminarAAHH! heavy!!! maldito imbecil de Marco!! pero como se le ocurre delatarla!!!!! QUE PUTAS! CON ESE MALDITO!!
ResponderEliminarMe gusto mucho este cap!!!! Espero que si algo llegara a pasar, Alex diera la cara por Vicky e intente salvarla! :D Espero con muchas ansias el prox cap! :D :D :D
Yaaaa lo sabia Marco la Delatooo ahora que hara Alex??? la dejara morir como en el pasado?? hayy que intriga
ResponderEliminar