Capitulo 10
Cerré mis ojos
cuando una leve brisa entró por la ventana de mi casa. Habíamos vuelto desde la
oficina de Emma y por primera vez en muchas horas, había tenido un momento solo
para mí. Oliver y el nuevo agente, Lucas Bloom, estaban en la sala, conversando
sobre algo que no me importaba.
Me concentré en
mirar el arbusto que había fuera de mi ventana, nunca me había preguntado que
era, estaba desde que había llegado. Se movía suavemente gracias al viento de
afuera. Me giré hacia el lado contrario, abrazando mi almohada y un gran cojín
que mamá me había regalado. Fue inevitable, las lágrimas comenzaron a correr,
la preocupación por Melisa y Dante me estaba carcomiendo viva.
La puerta de la
habitación se abrió, pero no me moví para ver de quien se trataba, solo abracé
más el cojín.
—Julie… —solo
susurró mi nombre y cerró la puerta, pude sentir como se subió a la cama y sin
demorar otro segundo, rodeó mi abdomen, acercándome a su cuerpo, pero me giré
para poder llora en su pecho. Oliver me abrazó con fuerza –Los van a encontrar,
tranquila –no podía parar, pero el simple hecho de estar cerca de él, era más
reconfortante.
Sentía como
algo subía por mi cabeza, debía ser alguna araña o algo por el estilo, sin
embargo, no podía moverme. Después de que Lucas se presentó, llegó ese hombre
que tenía unas horribles técnicas de tortura; no me podía mover porque me dolía
todo el cuerpo, incluso sentía dolor cuando las lágrimas caían por los costados
de mi rostro, que el arácnido me había picado.
Mi visión
estaba borrosa y cada cierto tiempo perdía la conciencia, solo deseaba que él
me abrazara como siempre lo hacía cuando lloraba, cuando sentía que ya no podía
seguir luchando… solo quería tener a Oliver cerca.
Una lágrima cayó
por mi costado derecho, quemando mi piel, pero al recordar que Lucas estaba
aquí, mi corazón tomaba las últimas fuerzas para sobrevivir.
— ¿No les gusta
la idea? –dije sonriendo, mirando a Teo y Alicia que no se podían creer lo que
les estaba proponiendo.
—Pero hija, eso
es mucho dinero –aclaró él después de unos segundos de no decir nada.
—Yo puedo
pagarlo, es mi regalo para ustedes –Alicia no dejaba de mirarme, pero su vista
cada ciertos segundos se iba hacia Oliver, que estaba a mi lado.
—Estoy
abrumada, primero dices lo del crucero y ahora veo a este chico ¿desde cuándo
son novios? –el infeliz de Oliver no se quería separar de mí, es por eso que
entró a casa de mis padres conmigo. Tuvimos que mentir.
—Fue amor a
primera vista ¿no, Julie? –dijo sonriendo Oliver de forma molesta.
—No exageres
–lo miré un segundo, pero después volví a mamá –prácticamente se arrastró por
el suelo, rogando y pidiendo que le diera solo una oportunidad.
—Julie… —ella
negó a mis palabras, sonriendo por las cosas que decía. Sentí mariposas en mi
estómago, los iba a extrañar durante este tiempo. Tenía que alejarlos,
mantenerlos a salvo. Luego habría tiempo de aclaraciones.
—Vamos,
acepten… será algo espontáneo, partirían mañana.
— ¿Mañana?
–preguntó Teo sorprendido. Ellos no tenían nada más que hacer, ambos ya se
habían retirado de sus trabajos.
—El Caribe, suena
entretenido –ayudó Oliver.
—Vamos… es mi
forma de pagarles por todo. Saben que me va bien en mi trabajo, esto no sería
nada para mí.
— ¿Qué piensas
tu, Alicia? –ella miró a papá unos segundos.
—Bueno, no me
molestaría tener unas vacaciones adelantadas ¿no? ¿Qué te parece Teo?
—Es un regalo
para ustedes –animé a mi padre, quien se quedó unos segundos mirando a Oliver,
de forma curiosa.
— ¡Bien! ¿Qué
más da? ¡Nos vamos de un crucero mañana!
Aplaudí
emocionada por hacer que mis padres se fueran en un viaje romántico, para que de
esta forma estuvieran a salvo. No podían seguir en esta casa, era peligroso.
—Ahora… tú y yo
debemos hablar –le dijo Teo a Oliver, quien se tensó al escuchar esas palabras,
pero se puso de pie y se fue con mi padre a conversar a la sala de estar.
—Es guapísimo, Julie
–dijo mi madre cuando nos quedamos solas — ¿y cómo es? Es un tanto mayor para
ti –la miré curiosa.
— ¿A qué te
refieres? Es un bueno, nada raro.
—No, quiero
saber si ya… ha pasado algo más entre ustedes –la miré incrédula –vamos, ya
eres mayorcita y siendo mi hija, supongo que ya has catado la mercancía.
— ¡Mamá! –dije
riendo nerviosa. Esta mujer era demasiado especial, había sacado la parte rara
de ella. Alicia era pura adrenalina y espontaneidad, en cambio Teo, era su
cable a tierra. Eran el uno para el otro.
—Dime, estamos
en confianza.
—Es muy bueno,
solo eso te diré –ella comenzó a reír cuando le respondí, pero después de unos
segundos su expresión cambió, a estar más seria.
— ¿No te ha
hecho daño? Luces extraña ¿todo va bien?
—Excelente
–dije de inmediato –todo va bien, solo estoy preocupada por cosas del trabajo
–sobre todo estaba preocupada por Melisa y Dante, había pasado tres días desde
que llegamos a casa.
—Todo tiene solución
cariño, no te preocupes.
—Es verdad,
ahora yo si fuera tú voy a arreglar las maletas ¿no?
— ¡Me parece
una idea perfecta!
Estuvimos
alrededor de una hora más en casa de mis padres, donde yo pase tiempo con Alicia,
mientras mi padre se había quedado todo ese tiempo con Oliver, conversando Dios
sabe qué cosa, ya que cuando salimos de casa, no me dijo nada.
Nos subimos al
auto que nos esperaba a un par de cuadras, donde estaba Lucas, con quien no había
cruzado muchas palabras. Recién hoy comenzaban a dividirse el tiempo para poder
cuidarme. De día Lucas y de noche Oliver.
—Bueno… —dije
cuando nos quedamos solos en el auto, Oliver se había bajado para poder
averiguar con sus contactos, donde podían estar Melisa y Dante.
Lucas presionó
el acelerador y no me dijo nada, no era un hombre de muchas palabras y eso no
funcionaba conmigo. Me encantaba hablar y ver de qué se trataba este nuevo guardaespaldas
que tenia.
— ¿Qué edad
tienes, Lucas Bloom? –él no me miró, solo se concentro en manejar.
—Treinta y dos
–frenó cuando nos tocó un semáforo en rojo.
— ¿Y que hacías
antes de esto?
—Algo que no te
interesa, es confidencial –bufé, por lo visto este hombre era peor que Oliver.
—Puedo notar
que no te llevas bien con Oliver.
—Eres muy
observadora –aceleró bruscamente y siguió manejando rápido, por lo visto quería
llegar pronto a casa. Me crucé de brazos, no sería muy entretenido pasar el
tiempo con Lucas.
Ninguno dijo
nada hasta que llegamos a mi casa y le pregunté si deseaba algo para comer, él
solo negó y salió al patio, para verificar que todo estaba bien.
—Que pesado
–dije yendo hasta el computador, quería ver si había algo nuevo, pero no habían
noticias de Dante o Melisa. Estaba cansada de marcar a sus celulares, sabía que
estaba demás, pero no perdía las esperanzas que me contestaran y me dijeran que
solo estaban dando vueltas como unos locos.
Llevé mis manos
a la cabeza y pensé en ese maldito proyecto y donde tenía toda la información. Melisa
había dejado todo en mis manos y tenía muy bien escondido ese maldito chip.
Miré hacia la puerta de la habitación y me aseguré de que estuviera bien
cerrada para después llevar mi mano a mi pecho izquierdo y sacar el chip que
estaba en mi sujetador.
—Tendré que
buscar un nuevo lugar, esto es muy arriesgado –no se me ocurría otro lugar y
realmente no sabía qué hacer con esa cosa, no se lo podía entregar a nadie de
confianza… ya que no había nadie.
El sonido de
unos golpes en mi puerta hizo que me asustara y rápidamente guardé el chip en
mi ropero, dentro de una caja de zapatos.
— ¡Adelante! –Lucas
abrió la puerta y me miró cauteloso. Estaba apoyada en la ventana, mirando
hacia afuera.
—Solo quería
ver dónde estabas, no te acerques mucho a las ventanas ¿sí? Hay que evitar todo
tipo de riesgos.
—Está bien… —dije
caminando hasta donde él estaba. Pasé por su lado, tenía que moverme, estaba
inquieta y preocupada — ¿tienes hambre? –dije de nuevo cuando caminábamos hacia
la cocina.
Mi casa no era
muy grande, pero me encantaba, como vivía sola necesitaba algo pequeño,
practico y acogedor. Melisa me ayudó a comprar todo lo que aquí había, era mi
amiga y confidente además de ser mi compañera de trabajo y prácticamente mi
jefa. Dios… como la extrañaba.
Mi cocina
estaba dentro de una sola habitación, por una esquina estaba la puerta para
llegar a la parte trasera de la casa. Por otro lado estaban los muebles azules
que habíamos comprado con la ayuda de Dante, quien me ayudó a instalarlos. Tenía
un mueble con cajones por el lado izquierdo, para después seguir con otro donde
guardaba todo lo que sean cubiertos y cosas pequeñas, después seguía la
cocina y otro mueble donde guardaba todo
lo que era platos y finalmente estaba mi nevera, también azul. En la parte de
la pared habíamos instalados, me incluyo porque le entregué un taladro a Dante para ayudarlo, los muebles que también
combinaban con el resto de la cocina.
—Dije que no.
—Bueno, tendrás
que comer igual, así sientes más ánimos de estar acá, se nota que estas un
tanto cabreado.
—No lo estoy
–dijo sentándose. Mi mesa de cocina era pequeña, de vidrio y con sillas muy cómodas
de color blanco. Como amaba sentarme en una de ellas, eran tan confortables
cuando llegaba cansada del trabajo, mejor que mis sofás.
—Vamos, se te
nota en la cara, sé que no te llevas bien con Oliver, te debe molestar trabajar
con él –saqué del mueble harina y los utensilios para poder hacer un pastel.
—Eres de las
que habla ¿no? –saqué los huevos mientras miraba a ese hombre tan grande y ya
mayor, de piel morena y ojos brillantes.
—Quiero saber
sobre el hombre que me está cuidando –él hizo una mueca y se acomodó mejor en
la silla. Lucía gigante y hacía que mi mesa pequeña, se viera diminuta.
—Solo no
comparto algunas cosas con él –lo miré confundida.
— ¿A qué te
refieres? –comencé a mezclar en el recipiente.
—Cosas de
trabajo –se mantenía muy serio y profesional, todo lo que no era Oliver. A
pesar de que Lucas vestía casualmente, con unos jeans y una camiseta negra, no
lo hacía ver más joven como a Oliver. Su mirada era triste y parecía que
llevara el peso del mundo en sus hombros, supongo que ha visto mucho en su
trabajo.
— ¿Sabes? Soy
muy buena cocinando, te encantara el pastel que haré y podrás sonreír… eres muy
serio, Luke.
— ¿Luke?
–preguntó frunciendo el ceño.
—Sí, ahora serás
Luke, te queda…
—Pero tú eres solo
Julie ¿no? –sonrió de una forma que llamó mi atención, parecía que se había
relajado.
—Exacto,
presiento que tú y yo nos llevaremos bien.
—Debes saber
algo… Julie –su expresión volvió a ser seria –en este trabajo, no se deben
crear lazos. Oliver debería saberlo muy bien, pero él nunca sigue las reglas,
tener aprecio en las personas que uno cuida o trabaja, influye en el
rendimiento y expone a los demás a estar en problemas –detuve el movimiento de mi
mano y lo quedé mirando muy seria, este pobre hombre estaba perdido en un mar
de lamentos y nadie lo había notado.
—Bien, tienes
razón –me acerqué a unos de los delantales que tenía y me puse uno para no
ensuciarme. Era rojo con copos de nieve de color dorado, me encantaba porque caía
como un vestido; lo ajusté a mi cuello y a mi cintura –toma –dije tirándole
otro delantal de color naranja que tenia estampada una carita feliz con un
gorro de chef que tenia grabada la frase “Me gusta cocinar ¿y qué?”, ese lo
usaba Dante.
— ¿Para qué es
esto?
—Para que me ayudes
a cocinar, no te ensuciarás y terminaremos más rápido ¿sí? –él me quedó mirando
como si estuviera loca.
—No usaré esto
y no te ayudaré a cocinar –lo miré por unos segundos.
—Tú estas aquí
para cuidarme ¿no?
—Para evitar
que te rapten, si.
—Bueno, para
evitar que me rapten yo debo estar atenta a lo que sucede por si algo pasa ¿no?
–él asintió –bien, porque de esta forma, cocinando y conversando contigo puedo
evitar pensar en lo que le pasó a mis amigos, así que por favor ¿podrías
ayudarme? –Lucas me quedó mirando unos segundos y después negó cansando.
—Eres muy
extraña, Julie Sinclair –se puso el delantal, no pude evitar reír, exactamente
como lo hacía cuando veía a Dante. Tan grande y con ese delantal tan femenino,
era simplemente genial.
Nos dedicamos a
cocinar y a conversar cosas triviales de la vida. Lucas me estaba ayudando para
que no me concentrara en otros temas; me ayudó a arreglar el pastel y luego lo
dejamos mientras veíamos televisión y esperábamos a que todo estuviera listo
para poder cenar.
—Quedó bastante
bueno ¿no? –dijo él sonriendo, se había relajado por unos minutos, sin dejar ese
semblante letal y un tanto malhumorado. Aun así debía decir que el hombre era
muy guapo ¿Qué les daban en sus misiones? ¿Dosis para la belleza? yo quería una
también.
—Entonces –dije
tomando un poco de mi café –tienes diferencias con Oliver –él sonrió al
escucharme.
—Deberías ser
parte del grupo de interrogación.
—Me agrada la
idea, podría usar tácticas de tortura para hacer que las personas hablen –él no
sonrió por mi broma –quizás podría hacer talleres de cocina y así hacer que me
digan sus peores secretos ¿no?
—Podría ser
–dijo ahora sonriendo. Ambos nos quedamos en silencio por unos segundos –somos
de diferentes bandos, es solo eso.
— ¿Bandos?
–pregunté cautelosa, comiendo de mi pastel de frambuesa.
—Él es… como
decirlo, es un soldado en misiones complejas, en cambio yo, soy un espía —lo
miré asombrada.
—Uno muy malo,
un espía no debe decir que es un espía –él sonrió.
—Eso es cierto,
pero donde yo trabajo… tú nunca estarás.
—Estoy segura
que nunca pensaste que acabarías aquí conmigo, cuidándome.
—Esto es
temporal, pronto solo serás cuidada por Oliver, mientras yo me encargo de otras
cosas, relacionadas contigo.
— ¿Otras? –él
negó, creo que le había tocado una compañera muy habladora.
—Ya verás con
el tiempo –asentí, ya le había sacado algo de información –pronto tendremos que
viajar –asentí, Oliver me lo había advertido, no podíamos quedarnos en un solo
lugar, había que movilizarse para evitar problemas –se nota que te gusta estar
en casa –sonreí con mejor ánimo al ver que Luke se interesaba por mi vida.
—Sí, soy
bastante hogareña, si no estaba con el computador y Melisa, estoy aquí.
— ¿No sales a
divertirte? Eres joven –levanté los hombros, no era algo que llamara mi atención,
lo pasaba mejor haciendo otro estilo de cosas –yo a tu edad salía bastante.
— ¿A mi edad?
Pero vamos Luke, tu eres joven, hablas como si tuvieras cientos de años –por su
mirada, no dudaba que había vivido mucho más.
—Supongo, eres
tan pequeña que solo pareces una niña.
—No exageres,
puedo ser simpática y tierna, pero tengo mi lado B, te tocará verlo en algún
momento, si pasamos mucho tiempo juntos.
—Todos tenemos
nuestro lado B, eso es normal, además no luces tierna –no pude evitar reír por
lo que dijo.
— ¿Quieres ver
algo interesante? –Él me miró confundido –dame un segundo –rápidamente fui por
mi portátil y lo traje hasta la cocina, comencé a teclear como una posesa y
miré a Luke –observa los faroles de afuera –él se puso de pie y miro hacia la
ventana de la sala —3….2…1
— ¿Qué has
hecho? –dijo cuando todas las cuadras habían quedado a oscuras.
—Este es mi
lado B, es el lado que nos tiene aquí, tu cuidando de mi porque han raptado a
mis amigos –repentinamente todo se volvió negro, me deprimí y sentí ganas de
llorar al tener el pecho oprimido.
—Supongo que
esto que acabas de hacer solo es un juego de niños para ti ¿no?
—Lo es
–presioné un botón y todo volvió a la normalidad.
— ¿Desde cuándo
haces esto?
—Desde que era
una niña –cerré el portátil y lo dejé en la mesa de la sala.
El celular de Lucas
comenzó a sonar y contestó en un segundo, era Oliver que avisaba que venía en
camino.
— ¿Has
trabajado en algo con él? –Luke volvió a comer del pastel que tenía en su
plato, era su tercera porción.
—Sí, de diferentes
perspectivas eso sí.
—Ninguno de los
dos lucían felices en la oficina de Emma hace unos días y tu tenias una actitud
extraña –él sonrió de nuevo.
—Solo es para
picarlo, es muy competitivo ¿sabes?
—Me lo puedo
imaginar –él me quedó mirando unos segundos.
—Lo es, pero jamás
se mezcla mucho en las misiones, hace lo que se le ordena o lo que es correcto,
por eso estoy un tanto sorprendido… pero ahora veo porque está tan involucrado
en esta misión en particular, eres agradable y no me sorprende que lo hayas
hecho caer –lo miré sorprendida.
— ¿De qué
hablas?
—Vi cuando
estabas llorando hace unos días y él te consoló, jamás había visto hacer algo
como eso en Conlan, es muy frio cuando se trata de trabajo, solo es impulsivo,
aunque con los años se ha vuelto más analítico. Yo trabajé con él cuando solo tenía
uno o dos años en la institución.
— ¿Lo es? –Sí,
se notaba que era bastante calculador y muy estratégico, sin embargo, podía
tener ese lado tierno como aquel día que me abrazó –es muy simpático, me hace reír
bastante.
—Eso es porque
eres muy extraña y dices cosas raras.
—Ja ja… que simpático
–él tomó su plato y su tazón, había terminado.
—Solo tengan
cuidado ¿sí? –Lo miré extrañada –he visto como se arruinan misiones porque se
involucran… demasiado –no había duda en que Luke sabía lo que pasaba entre Oliver
y yo.
Antes de que
pudiera decir algo el timbre de la puerta sonó y fui a abrir, era el susodicho
que me miraba sonriendo. Se le formaban ciertas marcas alrededor de sus ojos
cuando hacia eso, recién ahí me di cuenta de que Oliver también tenía ese
semblante oscuro, como Luke, no quería imaginar las cosas que había visto en su
trabajo.
—Bueno, yo me
voy –Lucas me sonrió y luego paso por nuestro lado, sin decirle nada a Oliver. Se
fue así, sin más.
—Tan petulante
como siempre –dijo Oliver entrando a la sala. Cerré la puerta y lo quedé
mirando.
Lucas lucía
como alguien correcto, que jamás traicionaría a nadie y por lo visto apreciaba
a Oliver a pesar de esconderlo en su rostro tan serio. Quedé mirando al hombre
que vestía con unos jeans negros y una chaqueta deportiva ¿estaba bien sentir
ese miedo a su posible traición? Sabía que me estaba mintiendo sobre algo, pero
no necesariamente tenía que ser algo malo ¿cierto?
— ¿Hiciste
pastel? –dijo mirando hacia la cocina. Caminó hasta esta y vio todas las cosas
en el lavaplatos.
—Luke me ayudó
–dije ahora apoyada en el marco de la puerta, viendo como el observaba todo y
luego me miraba.
— ¿Te ayudó?
¿Has hecho que Lucas Bloom cocine? ¿Por qué le dices Luke?
—Todo lo hice
yo, pero él ayudo bastante, es muy agradable –me quedó mirando cautelosamente
–no había tenido oportunidad de hablarle.
Mi corazón latía
con fuerza solo por verlo, parecía una tonta adolescente mirando al chico que
le gustaba. Esto no pudo ser algo de un momento como yo lo deseaba, Oliver
podía ser muy bueno en no involucrarse con nada, como había dicho Lucas, pero
yo era mejor…y esto, no estaba resultando.
—Oliver, ven
–dije pesando en mil cosas a la vez; era cierto que deseaba mantener la
distancia con él, pero este hombre había hecho que toda barrera cayera, no había
que negarlo ni analizarlo, solo había que comprobarlo.
— ¿Qué sucede?
–dijo a unos centímetros de distancia. Bajé el cierre de su poleron y metí mi
mano debajo de su camiseta blanca –Mmm… que pretendes, Julie –lucía tan
relajado, pero llevé mi mano a su pecho, justo donde debía estar su corazón.
Este latía tan fuerte como estaba latiendo el mío – ¿Qué haces?
—Alguien como tú
no debería ponerse así de nervioso solo porque mi mano toca su piel –él no me
dijo nada, solo me quedó mirando con esos azules que me encantaban –estamos
sumergiéndonos en un gran, pero gran problema, mi querido agente 007 –dije
tirando de su camiseta, se inclinó, acercando su rostro al mío —¿Sabes? –Susurré
sin dejar de mirar sus ojos y rozando mis labios con los suyo –se saluda antes
de entrar a una casa… y tu, no me has saludado —sus ojos se oscurecieron y su corazón
latía con mayor fuerza, al igual que el mío.
—Mmm… un gran
problema –dijo él eliminando toda la distancia que había entre nosotros y
atrapando mis labios.
Rodeé su cuello
con mi mano libre, sin dejar de sentir sus latidos mientras mis ojos se cerraban
y sentía como él atrapaba mi boca de una forma impresionante. Provocando que
mis piernas temblaran cuando su lengua se unió a la mía.
No podía
desconfiar de él ¿Cómo lo podía hacer cuando provocaba todo esto en mí? ¿Cuándo
su corazón latía de la misma forma por tenerme cerca?
—Dijiste que yo
te gustaba –susurré separándome unos centímetros de su boca.
—Sí, eso sigue
igual –asentí.
—Bueno,
entonces sin duda estamos en un problema porque tu igual me gustas.
Oliver me rodeó
con sus manos, dejándolas en mi cintura y me acercó a su cuerpo, al mismo
tiempo que sus labios volvían a atrapar los míos, robándose un suspiro de mí
parte.
— ¿Julie Sinclair?
–Dijo separándose de mí, dejándome con ganas de seguir sintiendo sus besos — ¿Por
qué a mí no me has hecho pastel? Ni siquiera sabía que eras buena para cocinar.
—No preguntaste
—escuché como rugió su estómago y no pude evitar reír por ello — ¿has comido
algo?
—Nada, estoy
hambriento —sonreí y lo empujé, para poder ir a la cocina.
—Estaba
hablando con Luke sobre los métodos de tortura que utilizaría para que me
dijeran lo que deseo, quizás contigo debería usar la comida ¿no?
—Con eso
ganarías en un solo día, me gusta mucho comer.
—A Luke igual,
se comió tres porciones de mi pastel –él enarcó una ceja al escucharme, pero me
quedó mirando sin decir nada mientras yo cortaba un pedazo para él, esperaba
que le gustara.
Sonreí cuando
dio el primer bocado, sonrió de inmediato y me alabó por el exquisito sabor que
había probado.
—Me alegra que
hayas vuelto –dijo sin más para después llevar otro pedazo de pastel a su boca
–que estés tan callada no es normal –me encogí de hombros, tenía motivos para
estar así de silenciosa –los vamos a encontrar, ya verás.
—Eso espero,
ahora… —dije poniéndome de pie y quedando a su lado para después sentarme sobre
sus piernas, sorprendiéndolo con ese movimiento.
— ¿Sabes qué
estoy trabajando y qué no deberías hacer esto, Julie? –dejé mis manos enredarse
en su cabello.
—No me importa…
El agarré de
sus manos en mis brazos se hicieron más fuerte, repitiendo que me matarían si
seguía de esta forma.
—No me importa
–dije apenas, estaba cansada de que metieran mi cabeza en ese balde de agua
tantas veces. Solo quería llegar a mi ratonera y quedarme ahí, quieta. Sin embargo
cuando giramos hacia mi celda pude ver que no era la única esta vez, sonreí al
notar que ya ni siquiera se preocupaban de que llevara esa cambucha en la
cabeza.
Cuando levanté
la vista al escuchar otros pasos además del de mis captores, fue como si me
hubieran puesto una inyección de energía, que no tenía. Al frente de mis ojos,
venia un delgado y muy mal herido Oliver Conlan, caminando y siendo reducido
por dos personas, una de ellas era Irina, quien se quedó helada al ver la
coincidencia.
Cuando nuestras
miradas se cruzaron, fue inevitable. Ambos nos soltamos de nuestros captores y
corrimos para alcanzar al otro. No sabía de dónde pero esos ojos azules habían
conseguido un arma y ahora apuntaba directo a mis guardias mientras yo corría
por alcanzarlo, pero mis piernas iban tan lento. Estaba solo a segundos de poder tocarlo de
nuevo, pero todo quedo en cero cuando sentí los fuertes golpes que me hicieron
abrir los ojos.
Todo había sido
un sueño, seguía en esa apestosa celda y no me había encontrado con él.
— ¡Julie!
–escuchaba desde el pasillo, afueras de mi celda. Era Oliver gritando una vez
más, pero yo no tenía la fuerza física o mental para poder contestarle.
—Oliver… —susurré
haciéndome un ovillo sobre el piso, me sentía tan pequeña y humillada que no sentía
que valía la pena respirar.
Llevé mi mano a
mi pecho, donde debía estar mi corazón. Este seguía latiendo aun cuando sentía
que estaba muerta en vida.
—Me gustas… —volví
a repetir, al igual que en mis recuerdos. Después de varios segundos miré el
anillo dorado que estaba en mi mano izquierda, sonreí o eso traté de hacer.
Desde un Me gustas hasta un Te amo… ¿Quién lo hubiera imaginado?
— ¡Julie!
–escuché de nuevo y eso hizo que mi corazón latiera rápidamente de nuevo. Oliver
jamás perdería ese efecto que tenía en mí.
—Oliver… —volví
a susurrar. Sintiendo como aun quedaban lágrimas en mis ojos.
¡Ah! que triste como termino este capitulo.
En general siempre terminan tristes T_T
ResponderEliminarHooolaaaa Danii-
Oww esto esta muy depre, te ilusiona y justo cuando crees q esto dará un giro inesperado... te dicen q es un sueño. pobre Julie. Mmm este Luke tan serio, pero bien q bajo sus defensas cn esta mujer, tengo hambre ¿dónde esta mi rebanada de pastel? jaja.
Gracias por el capi y nos seguimos leyendo!!!
Que triste el capitulo u.u. Luke maldito!!!
ResponderEliminarNo he podido evitar las lagrimas en este capitulo =(
ResponderEliminarMe la jugaste bonita con ese sueño daniii!! XD