domingo, 13 de diciembre de 2015

Un Ángel Negro - Capitulo 16


Capítulo 15

Adam, Eric y Lilia estaban reunidos en la oficina del Lucifer sin poder encontrar la solución al nuevo problema que había acontecido.
—Es imposible que hayan desaparecido de la faz de la tierra —dijo enojado Adam, sentado detrás de su escritorio —Dana dijo algo sobre Ethan la última vez que la encontramos.
—Nadie ha estado vigilando a Ethan —aseguró Eric, preocupado —se dio por hecho que Dana siempre estaría para protegerlo.

—Y que él estaría para proteger a Dana ¿no? —Preguntó Lilia —no sé qué vamos hacer, ni siquiera me pude reunir con Thomas. Hoy en la noche tengo un encuentro con él, preguntaré donde se encuentra.
— ¿Dónde demonios esta Gabriel? —dijo Adam, poniéndose de pie —esta vez debe estar involucrado, no hay duda de ello ¿Quién más está obsesionado con Dana?
—La mitad de los seres de la Luz y la Oscuridad, estoy seguro que si no se hubiese vuelto tan poderosa, nada de esto estaría pasando —Eric se acercó a la chimenea —No sé dónde se puede encontrar, simplemente no tengo la menor idea de cómo saldremos de todo esto.
—Oh vamos —dijo Lilia — ¿no eres de la Luz? Tu fe debe ser constante en Dios.
—No cuando se está en una crisis existencial, Lilia.
La Nephilim no pudo evitar sonreír, pero cubrió su boca con la mano. Le parecía de lo más extraño escuchar esa frase por parte de un ángel.
—Necesitamos ayuda —dijo Adam —es imposible que seamos solo nosotros los que estamos tratando de encontrar la solución a los problemas que están afectando a la Luz.
—Es cierto, realmente es un tanto abusivo ¿es que somos unos simples soldados? —Lilia se puso de pie y se acercó a Adam —pero ¿Qué respuesta tendremos desde arriba?
—Dana es primordial —dijo Eric —al igual que Ethan, para que los demonios sigan optando por nuestro camino. Dana es la clave para que la misma guerra entre la Luz y la Oscuridad se termine, esas fueron las palabras que me dijeron arriba. Sin embargo, tienen razón, todo se ha resumido a nuestro actuar.
—No obtendremos nada discutiendo de esta forma, no hay nada que hacer, siempre ha sido así —respondió Adam —todos van a ser uso de cada contacto que tengan, esta noche será clave, si no tenemos algo de información, será una noche más que hemos perdido a Dana y Ethan.
—Iré por Thomas.
Lilia le dio un beso a Adam y se despidió con una seña de Eric.


Dana se encontraba en el mismo departamento, del cual según su percepción no había dejado desde hace días, sin embargo, no se sentía prisionera. Estaba disfrutando de cada día, riendo y conversando con Gabriel cientos de temas que antes nunca habían tocado. Le parecía extraño, pero estaba fascinada, ni siquiera había pensado por un momento ir hacia el exterior y seguir adquiriendo más poderes. Gabriel se estaba comportando de lo más dulce, siempre había sido muy considerado con ella, como siempre, incluso en el pasado había llegado a ser demasiado condescendiente, pero ahora, el ángel caído era simplemente perfecto.
—No creo que la Luz nos moleste jamás —dijo Dana, recostada en la cama, mirando hacia la ventana, la luz entraba de una forma maravillosa —los abandonaste para siempre, ni siquiera tu amigo Eric ha venido como usualmente hace.
—Exacto, pero dime ¿seguirás conmigo hasta el fin?
Dana miro hacia un lado, cada vez que Gabriel le hacía preguntas de ese estilo, sentía como si un alfiler se clavara en su corazón. Ella no comprendía porque a pesar de sentir que Gabriel se estaba comportando como jamás hizo, algo en ella le decía que falta algo… más bien, alguien.
—Siento que debo hacer algo —dijo sin responder la pregunta de Gabriel —algo he olvidado, no sé qué puede ser.
—Pedí que trajeras algo para comer días atrás, puede que sea eso —dijo besando el cuello de ella.
El demonio tenia deseos de morderla, aunque fuera una ilusión, su sed de sangre aumentaba y no era fácil de controlar dicha necesidad, menos cuando tenía a Dana tan cerca y a su entera disposición, pero era imposible. Él no era un vampiro en los sueños de Dana, sino que era el ángel que había dejado todo para estar a su lado.
—Dime —dijo Gabriel —siempre he pensado en lo poderosa que te has vuelto ¿Qué harías si Lucifer llegara hasta ti y te diera el máximo poder entre todos los demonios?
—Eso sería imposible, Lucifer ama su trabajo —dijo ella sonriendo y tomando la mano de Gabriel, entrelazo sus dedos con los de él — ¿a qué viene esa pregunta?
—Solo es una idea loca, dime ¿aceptarías o elegirías ayudar a la Luz?
—Bueno —dijo ella pensando por unos segundos —ni la Luz o la Oscuridad han sido de gran ayuda para mí, creo que me abstendría de cualquier decisión, siempre he vivido por mi cuenta, sin reglas, no querría estar en esa situación.
Gabriel la miró por unos segundos. Necesitaba convencerla de que aceptara a la Oscuridad, no por nada Lucifer le había dado el poder de manipular la mente de Dana; lo había hecho beber de la sangre del mismo Rey de los demonios para entregarle dicho regalo.
—Pero Dana… siempre te ha gustado el poder.
—Si puedo usarlo libremente, claro —respondió con rapidez —no me gustaría estar a cargo de todos esos demonios, incluso puede ser que me dedicara a eliminarlos para adquirir más poder.
—Eres malévola —sonrió él —a veces pienso que encajas perfectamente en el perfil de Princesa de los Demonios.
—Si —ella suspiro, pensando en las palabras de Gabriel —si es por elegir, creo que me quedaría con la Oscuridad, aunque si fuera de la Luz podría hacer que volvieras a convertirte en un ángel ¿no te gustaría?
Gabriel se recostó más cómodo en la cama, pensando realmente en esa situación, aun siendo un demonio que había vendido su alma por poder.
—Me gustaría estar donde tú te encuentres.
—Entonces volverías a ser un ángel —dijo ella, sonriéndole.
—Si tú eligieras la Luz —respondió mirando los hermosos ojos de ella —yo te acompañaría, si tuviera la opción de hacerlo.
Esta vez no mentía ni estaba creando otra ilusión para Dana.
—No puedo negar que era entretenido ser un ángel.
— ¿Te gustaba?
—Demasiado, a veces encontraba que habían reglas que no me gustaban, pero no fui lo suficientemente valiente como para tomar la elección de Adam y volverme un ángel caído por ir en contra de los principio de la Luz.
—Oh pero lo hiciste por amor ¿no?
Dana no tenía recuerdos de Adam para ese entonces.
—Si —respondió él, rodeándola con sus brazos.
—Te gustaría ser un ángel nuevamente… nunca he pensado en lo que dejaste por quedarte conmigo.
Las palabras de Dana eran ciertas, aunque estuviera influenciada por Gabriel, ella en el pasado jamás se había detenido a pensar en lo que Gabriel había abandonado por ella. Si lo hubiese hecho, sus acciones no habrían sido las mismas.
—No es necesario pensar en eso, estoy contigo y soy feliz.
Ella lo miro por unos segundos, sin duda estar de esa forma con Gabriel le agradaba, era como estar conversando con un mejor amigo, pero algo pasaba por su mente.
— ¿Qué harías si amara a otro? —pregunto ella, sin saber el motivo.
—Lo mataría y te convencería que estar conmigo es la mejor elección —respondió Gabriel, sin dudar.
Dana asintió, sin comprender la forma de actuar de Gabriel. Ella sabía muy bien que era un ser malvado, pero también entendía que si Gabriel eligiera a alguien más y fuese feliz con esa persona, ella no haría nada para interferir, tanto por lo que ambos tenían como por amor propio.
—Pero quizás yo sería más feliz con la otra persona.
—Yo te amo más que nada en todo el universo ¿Cómo otra persona te haría feliz si te ama menos que yo?
Dana frunció el ceño, las respuestas de Gabriel no le estaban gustando.
— ¿Si me fuera no podrías encontrar la felicidad por ti mismo? Porque sé muy bien que yo podría.
—No, yo no —respondió Gabriel —eres a la única persona que he amado en mi existencia.
—Es por eso que a los ángeles deberían dejarlos tener novias o novios, de esa forma no se obsesionarían por quienes se vuelven un ángel caído ¿no crees?
—No, un ángel se vuelve en un Caído por el amor verdadero. Es por eso que con seguridad puedo decir que mi amor por ti es eterno, a diferencia del tuyo, tú si puedes tener dudas.
Dana no tuvo palabras para contradecir a Gabriel. Algo le decía que sin duda, él tenía la razón. Sin embargo, ella no había amado a nadie más antes de él.
—Yo no soy un ángel —dijo separándose de Gabriel —no soy un Caído, no puedes estar seguro de que mi amor por ti será para siempre —camino hacia la ventana y miro hacia el exterior.
—Lo sé muy bien —respondió él, sintiendo como la ira comenzaba a apoderarse de su mente.
Dana observo el cielo, notando como repentinamente aparecían unas oscuras nubes en el hermoso cielo.
—Debes comprender —continuo ella —que no soy de tu propiedad, nací y moriré libre. De esa forma tu amor no se volverá una obsesión.
El ángel negro noto como el cielo cambiaba de una forma demasiado extraña, no era normal. Esa anomalía permitió a su mente apreciar que algo iba mal, es por ello que un rostro masculino y familiar llego a sus memorias, pero no podía encontrar el nombre del hombre.
—Te amo —dijo Gabriel.
Ella se giró hacia él y lo miro por unos segundos.
—Pero yo podría dejar de amarte —respondió sonriendo, sintiendo un extraño placer al ver la expresión de Gabriel — ¿no me dejarías libre?
—No —respondió, enojándose cada vez más —y creo que esta conversación es innecesaria.
—Pero no soy tuya, debes entenderlo, no lo soy de la forma que tú deseas. Yo decido si me entrego a ti o a otra persona —dijo recordando el rostro del hombre desconocido.
Gabriel le dio la espalda, tratando de controlarse. La única forma que ella escapara de la ilusión mental, era que el perdiera los estribos y permitiera que ella reconociera la anormalidad de todo ese escenario.
— ¿Decides entregarte a mi ahora? —pregunto, sin mirarla.
— ¿Cómo no podría? —Respondió sonriendo —te volviste un Caído por mí.
Algo atravesó el corazón de Dana. Culpa, eso era lo que sentía por Gabriel debido a que él dejó todo por ella.
“Ethan…”
Nuevamente aquel nombre volvió a su mente y esta vez había podido retenerlo, sin embargo, no podía descubrir de quien se trataba.
—Creo que debo ir a dar un paseo —ella se dirigió al armario para obtener algo de ropa, ya que se encontraba desnuda en todo momento, pero Gabriel la tomo entre sus brazos.
—Creo que debes dormir —susurró en su oído y ella quedo inconsciente —Ethan, maldito hijo de puta.



Ethan había perdido el sentido del tiempo, pero aun sabia donde se encontraba. Sentado y enjaulado, su piel estaba en un setenta por ciento oscurecida. No sabía si algún día saldría de ahí o si se salvaría de quedar con cicatrices.
Sebastián había encontrado un nuevo juego de entretenerse, el cual consistían en moverse extremadamente rápido para los ojos de Ethan y enterrarle un estilo de espada que lo hacía caer cada vez que atravesaba su cuerpo.
Era de plata, pero no lograba matarlo, aquello enfurecía al Tronos, pero sus intentos no disminuían, todo lo contrario. Ahora el vampiro se encontraba recostado en el piso, con la espada atravesada en su abdomen. Le dolía como si mil demonios estuvieran atravesando su cuerpo, ardía y quemaba su interior, sin embargo, no podía sacarla debido al material que no podía tocar.
—Vamos ¡debes despertar! —dijo Sebastián, acercándose a la jaula como si estuviera tratando con un animal de laboratorio —hasta ahora te has comportando de forma memorable, me has ayudado demasiado, debes aguantar para probar la siguientes armas.
Ethan se giró poco a poco para mirarlo. Sebastián ya ni siquiera tenía cuidado en acercarse a él.
—Te vas a pudrir en el mismo infierno —respondió Ethan.
—Lo dudo.
Sin aviso alguno, Sebastián se acercó y tiró de la espada para sacarla. Un grito desgarrador escapo de la boca de Ethan. Fue tanto el dolor que el vampiro perdió la conciencia.
—Dana… —susurró antes de que todo se volviera negro.


Lilia entró a la oficina principal del Mercado Negro, hacía mucho tiempo que no iba hasta ese lugar, pero no le costó nada llegar. Su ex amigo Nephilim se encontraba sentado detrás del escritorio, esta vez con varios computadores y pantallas táctiles cerca de donde se encontraba, se movía frenéticamente de un lado a otro.
— ¿Tom? —preguntó ella, llamando su atención.
—Oh Lilia, bienvenida —dijo sin levantar la mirada —Me alegro que llegaras, volví solo para reunirnos, pero eso fue hace días.
—Lo siento, aparecieron problemas, por eso vine.
Se sentó en la silla, frente a Thomas. El Nephilim vestía casualmente, como pocas veces ella lo había visto, parecía cansado y preocupado.
— ¿Has estado durmiendo bien?
—No he dormido hace una semana —dijo él, sin levantar la vista —desde que me dijiste que Dana había desaparecido.
Lilia no dejaba de sorprenderse por la preocupación que sentía Thomas por Dana.
— ¿Puedes apartar la vista de esas pantallas por un segundo?
El Nephilim le hizo caso, se detuvo y luego levantó la cabeza y miró directamente a Lilia. Ella se sorprendió por la tristeza que había en sus ojos.
—Yo no quería que Arial saliera herida —fue lo primero que dijo.
Lilia se dio cuenta que además de tristeza en los ojos de Thomas, también había vergüenza.
—Todo se salió de control, jamás pensé que ella saltaría en protección de Eric, o sea, sabía que había algo entre ellos, pero nunca supuse que era amor. Ya sabes cómo era ella, siempre jugando con los chicos, pero no los tomaba en serio, pensé que Eric era un juego.
— ¿Tu objetivo era acabar con Eric?
—No, pero no me importaba si salía herido, mi misión era conseguir que Dana volviera.
Lilia frunció el ceño, no comprendía Thomas.
—Me sorprende que estés tan ligado a ella, siendo que Dana ni siquiera ha reparado mucho en tu existencia —dijo honestamente.
Thomas sonrió, pero sus ojos se mantenían tristes.
— ¿Cómo fue tu vida desde que encontraste a Arial? —pregunto él.
—Mejoró en un ciento por ciento, no me sentía sola.
—Bueno, para mi Dana es como para ti fue Arial, ella es la prueba de que no estoy solo… lo que es bastante importante cuando fuiste criado por demonios y cuando tuviste que sobrevivir sin cuidado alguno. Tú tuviste a Adam y Arial, fuiste afortunada.
Lilia jamás se había dedicado a pensar en la vida de Thomas. Desde que lo conoció siempre fue poderoso, un Nephilim con poderes excepcionales por ser hijo del mismo Lucifer, también tenía su propio negocio y siempre parecía tener una salida al momento de problemas. Sin embargo, pensándolo mejor, la Nephilim le daba la razón, su infancia debió ser literalmente un infierno.
—La vi —dijo ella, recordando su encuentro con Arial —Eric lo hizo para mí, pude conversar con Arial.
—Supongo que te regañó.
—Efectivamente —respondió riendo la Nephilim —y tiene razón, no te culpa de nada.
—Me alegro —sus ojos brillaron como lo hacían en el pasado —espero que en un tiempo pueda pensar lo mismo, nunca fue mi intención hacerles daño, sabes que a pesar de que no fuéramos los mejores amigos, estimaba a Arial.
—Y ella a ti, en cierto modo.
Ambos se quedaron en silencio después de aquel momento de honestidad. Si bien no existía la tensión que apareció entre ellos meses atrás, ahora algo había cambiado y no se podía decir que la amistad que tuvieron en algún momento, pudiera ser recuperada.
—Entonces… debes estar preocupada por Dana tanto como lo estoy yo.
—Y por Ethan —completo ella —han desaparecido.
—Estoy enterado, estos días he tratado de ubicarlos, las cámaras que he puesto en diferentes puntos de la ciudad, hace años, han obtenido imágenes de ellos, pero nada que me guie hacia donde se dirigen.
—Con Eric y Adam estábamos conversando y llegamos a la conclusión de que son dos problemas diferentes, podemos asumir que Dana se encuentra con Gabriel, pero no podemos encontrar a ese maldito demonio.
—Hace poco se compró una nueva casa —dijo Thomas, buscando en una pantalla las fotos del lugar —sin embargo, no se encuentra en ella y las veces que ha entrado, ha vuelto a salir, no hay señales de vida en ese lugar.
Lilia miro hacia las diferentes pantallas que estaban detrás de Thomas, eran más de una decena de ellas y mostraban diferentes puntos de la ciudad. Sin duda el Nephilim se había pasado estos días trabajando sin descanso, lo que se podía reflejar en sus ojeras.
—Llevamos demasiados días sin poder contactar con Ethan, por lo menos sabemos que Dana puede defenderse por sí sola.
—No subestimes al vampiro, tengo imágenes de él luchando contra una decena de vampiros los suficientemente fuertes como para acabar con él. No deja de sorprenderme.
Thomas se giró hacia las pantallas y selecciono una, luego hizo que aparecieran las imágenes que le estaba comentando a Lilia.
—Dana nos comentó de ello, Gabriel envió a esos vampiros.
—Creo que su objetivo era acabar con paciencia de Dana, pero no lo logro ya que Ethan lo evitó, encerrándola en esa caja de metal… tu padre le dio un excelente regalo a Ethan ¿No crees?
Lilia asintió, sin responder ya que realmente no sabía el motivo de su padre para regalar esa espada que se transformaba en lo que Ethan quisiera, por lo visto.
La Nephilim levanto la mirada y vio una escena que la dejo en shock por un segundo.
— ¿Ese es Ethan?
Ambos miraron de nuevo a la pantalla que ella indicaba y pudieron observar como un ser muy parecido a Ethan salía de una catedral, pero había algo muy extraño en su piel, que parecía oscura, pero lo más sorprendente era… que tenía unas alas rojas.
Tanto Thomas como Lilia estaban sin palabras observando como aquel ser se arrastraba por las escaleras.
— ¿Qué…?
—No entiendo… —susurró ella.
Repentinamente apareció un hombre que no reconocían.
Ambos se pusieron de pie, observando como aquel hombre tomaba de los pies a Ethan y lo arrastraba hacia el interior de la catedral.
— ¡Oh por Dios! ¡Qué lugar es ese?! —pregunto Lilia, empujando a Thomas para que buscara la dirección.
—No entiendo —respondía Thomas mientras presionaba los botones correctos para adquirir la dirección —dice que es la catedral donde vive Sebastián.
— ¡Pero ese no era Sebastián!
Thomas levanto la mirada y recién en ese momento se dio cuenta de lo que estaba sucediendo.
—Maldito hijo de puta, nos estuvo engañando todo el tiempo.
— ¿Qué? —justo cuando Lilia pregunto eso se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo —Arial nos dijo que era alguien que la Luz no podía ver… y llegamos a la conclusión de que debía ser alguien de la misma Luz.
Se quedaron mirando un segundo.
—Sebastián.
—Sebastián, entiendo porque no podemos reconocerlo, pero como sea —dijo Thomas, tomando su celular —debes ir a donde Adam, ahora mismo y le informas de todo, nos reuniremos allá.
—No, iré contigo, puedo llamar a Adam.
—No.
Thomas se dirigió de inmediato hasta la puerta, mientras que Lilia llamaba a Adam y le informaba de las ultimas noticias.
—Espérame ahí, no te muevas —dijo Adam al otro lado de la línea.
—No lo haré, nos encontramos allá.
Lilia simplemente cortó y corrió hacia donde estaba Thomas.
—No puedes venir —dijo mientras caminaba —es demasiado poderoso, Sebastián engañó a todo el mundo.
—No importa, debemos ir ¿Por qué te diriges hacia abajo? ¿No deberíamos ir a la superficie?
Thomas la miró impaciente, deseaba que ella se fuera para que corriera menos peligro, pero por la mirada que ella le daba, le indicaba que no tenía forma de convencerla.
—Demonios, bien —dijo sin detenerse —iremos por un atajo, subir nos quitará más tiempo, tengo una alternativa para viajar por los subterráneos, vamos.
Ambos se dirigieron hacia la puerta que los llevaría hasta diferentes túneles que recorrían la ciudad.



Ethan estaba recostado en el suelo, teniendo una espada que atravesaba su cuerpo y lo quemaba poco a poco. Era una de las peores armas que Sebastián había utilizado con él, le dolía hasta el alma con ella. Sin embargo, luego de varias horas de estar de esa forma, se dio cuenta que esta sería su única oportunidad para escapar de aquel demonio vestido de ángel.
Cuando Sebastián entró a la sala que estaba bajo el mismo piso de la casa, dentro de la catedral, Ethan supo que tendría que utilizar energías que no tenía para poder obtener su pase a la libertad.
Durante los últimos días se había dado cuenta que Sebastián llevaba la llave de dicha sala en su bolsillo, siempre la guardaba ahí, por lo que si obtenía dicha llave, su libertad solo estaba al otro lado de la esquina.
El problema era que el Tronos utilizaba la llave para cerrar la puerta al salir, sin embargo, había días que no las cerraba, es por ello que Ethan estaba rezando para que esta noche no ocurriera y el ángel no se diera cuenta del robo.
—Bien, al parecer la espada no es lo suficientemente poderosa, pero no te preocupes, conseguiré algo mejor —dijo Sebastián, acercándose a la jaula donde estaba Ethan.
Cuando se acercó lo suficiente para tomar la espada y así sacarla del cuerpo del vampiro, este se giró hacia el ángel y sin importar la electricidad de los barrotes, pegó su cuerpo a ellos y tomó el cuello del ángel con una mano y lo hizo chocar contra la jaula.
—Que ingenuo eres ¿crees que esto me hará daño igual que a ti? —preguntó Sebastián, tomando el brazo de Ethan para presionarlo con fuerza —deberías comenzar a quemarte en este preciso momento, un ángel tocando a un demonio, si no fuera por la Luz que te ha unido a sus tropas, ahora estarías ardiendo.
Ethan no le respondió, solo presionó con más fuerza sin dejar de mirar a Sebastián para llamar su atención y sin pensar en lo que hacía o sino seria descubierto. Su plan se llevaba a cabo como un acto de magia, debía crear una distracción para el ángel.
—Eres bastante estúpido ¿no?
Sebastián sacó la espada de un solo movimiento, provocándole mayor daño a Ethan que cayó de espalda en el suelo, sintiendo el doble de dolor que antes.
—Demonios, eres realmente inservible.
Salió de la sala sin darle una segunda mirada a Ethan. No buscó las llaves que acababa de perder.
Ethan se puso de pie con dificultad al momento de quedar solo. Miró las llaves y probó una por una la que liberaba la jaula donde se encontraba. Cuando esta se abrió, no pudo evitar sonreír. Sin embargo, estaba tan dañado por las armas que había utilizado Sebastián, que cayó de rodillas.
—Dana… —se levantó nuevamente por ella.
Desde hace un par de noches que no se la podía sacar de la cabeza, sabía que por alguna razón ella corría peligro, es por eso que debía salir de ahí. Sino, se habría entregado a la muerte desde un principio ya que la tortura que Sebastián le entregaba era de lo peor. Lo único que quería era acabarlo con sus propias manos, pero no tenía la fuerza ni las armas adecuadas.
Aún tenía su pantalón intacto, aunque las alas habían destrozado su camiseta.
Ethan fue hasta la puerta y escuchó por unos segundos. Era bastante probable que Sebastián siguiera en el lugar, por eso debía ser rápido. Jamás tendría una oportunidad como esta y no tenía el tiempo necesario para poder buscar el momento adecuado y escapar.
Agotado y sin fuerzas, Ethan buscó en el fondo de sus energías para ocupar lo que quedaba. De esa forma podría utilizar una velocidad más avanzada para escapar.
Lo hizo, recorrió los túneles y las escaleras que llevaban a la superficie, siendo descubriendo. Solo tuvo que recorrer unos metros para darse cuenta que Sebastián lo había atrapado. Corrió más fuerte, jamás había utilizado cada musculo de su cuerpo para correr. Y lo hizo, corrió hasta que llego a las puertas de la catedral y con todo su cuerpo cayó en contra de ellas, abriéndolas.
Se derrumbó en el suelo y se arrastró, sin una gota de energías. Se había agotado, colapsado.
— ¡Idiota! —grito Sebastián, caminando rápidamente, vestido de negro y sin darse cuenta que salía al exterior sin precaución alguna.
Uno de los ritos que había utilizado en la catedral, era que todo aquel que lo conociera no pudiera reconocerlo, aunque lo vieran en la misma catedral.
Aquella era la razón por la que no fue reconocido por las cámaras en un comienzo.
Sebastián arrastró a un inconsciente Ethan hasta el interior de la catedral.
—Muy mal para ti, vampiro, ahora acabaré contigo de inmediato.
Lo arrastró, dejando marcas de sangre negra, perteneciente a Ethan.

Sebastián estaba dispuesto a entrar con Ethan de nuevo a su propia casa, pero antes de que pudiera abrir la puerta, llegaron visitas inesperadas.
—Tú, maldito hijo de puta —dijo Lilia, junto a Thomas —nos tenías muy bien engañados.
Antes que el Tronos pudiera hacer algo, Lilia lanzo cinco cuchillas formadas por su propio poder demoniaco y las envió contra el pecho de Sebastián, el cual comenzó a sangrar.
Por otro lado, Thomas levantaba a Ethan con su poder y lo atraía hasta donde se encontraban ellos. Para cuando tuvieron a Ethan, inconsciente a su lado, Lilia de inmediato formó un escudo que los protegía, exactamente igual a como lo había formando el día que tuvo que proteger a Arial.
—Más demonios por acabar —dijo Sebastián mientras las heridas se iban regenerando — ¿de verdad creen que podrán ir en mi contra?
—Qué imagen más interesante —dijo quien recién estaba entrando a la catedral.
Adam corrió a ver como se encontraba Lila y los demás, pero Eric caminó tranquilamente hasta ubicarse por delante de todos, a unos metros de Sebastián. Sus alas estaban expandidas en su totalidad.
—Esto no tiene nada que ver contigo Eric —respondió Sebastián —mi tema es con los demonios, tu deberías estar de mi lado.
—Maldito psicópata, créeme que arriba ya se han enterado de todo. Estas en graves problemas.
Sebastián miró a Ethan con odio, si bien ahora estaba inconsciente todo había sido debido a su escape.
—Mira, déjame ir y nada de esto habrá ocurrido —dijo Sebastián, tomando la cruz que llevaba como cadena y dejando que esta se transformara en su espada que adquirió siglos tras —ambos sabemos que ninguno de ustedes tienen oportunidad contra mí.
—Es cierto, desde arriba no te pueden quitar las habilidades que te dieron mientras ascendías.
—Creo que estas siendo sensato, no quedarás como un cobarde si desistes de esto Eric.
Adam se acercó a Lilia.
—Ustedes dos lleven a Ethan a un lugar seguro y preocúpense de que se recupere.
—Pero… —dijo Lilia, negando.
—No, esto no es un juego, los dos fuera… ningún Nephilim debe estar por aquí cuando Sebastián se enoje de verdad.
Thomas levantó a Ethan y lo llevó hasta las afueras de la catedral. Lilia miraba preocupada a Adam, pero asintió, se despidió de un beso en sus labios y luego corrió tras Thomas y Ethan.
—Muy bien —dijo Eric al notar que solo quedaban los tres.
Adam dejo que sus alas se expandieran, eran tan fuertes como las de Eric, tan blancas como lo fueron a un principio, ya que luego de haber ayudado a la Luz, sus pecados fueron perdonados, aunque él no hubiese deseado el regalo de la Luz posterior a la muerte de Arial.
—Adam —susurró Sebastián, nada contento con tener que enfrentarlos.
—Este es el momento donde te das cuenta que la jodiste, la jodiste en grande —dijo Adam sonriendo y quedando al lado de Eric.
—Ninguno, ni siquiera juntos, tienen oportunidad contra mí.
—Mira —dijo Adam, comenzando a aburrirse —Eric tenía razón al decir que no te pueden quitar tus habilidades desde arriba porque técnicamente no te has vendido a Lucifer, pero lo que no sabes, es que pueden dar nuevas habilidades a otro ser.
Sebastián miro de inmediato a Eric, que estaba sonriendo.
—No lamentare esto, nunca me has agradado del todo.
La armadura de Eric se adhería a su cuerpo como una segunda piel. Fue lo único que pudo ver Sebastián antes de recibir el golpe del Dominacion en su cara.
—Qué pena —dijo Adam, cruzándose de brazos y observando la pelea.
A pesar de que Sebastián fue sorprendido, no le tomo más de un segundo estar preparado para el segundo golpe de Eric, el cual fue esquivado con un magistral movimiento. El Tronos se ubicó en posición de defensa y miro de forma altiva a Eric.
—Rápido, pero no lo suficiente —dijo Sebastián, pero antes de ir por Eric, sintió como unos cuchillos se enterraban en sus costados.
—Lo mismo para ti —respondió Adam en el oído del cura.
— ¿Un ataque por la espalda? Nada honorable
Sebastián giro sobre sí mismo con su espada, liberándose de los cuchillos de Adam y usando ese movimiento para poder enterrar el arma en el abdomen del Caído.
—Muy tarde —respondió este, a varios metros de altura, liberándose por poco de ser apuñalado.
Eric no dijo palabra alguna, nunca le gustaba hablar mientras luchaba porque se desconcentraba y además lo encontraba una pérdida de tiempo. Por ello se lanzó con todo contra Sebastián, llevando esta vez su espada entre las manos.
Hierro contra hierro celestial chocaron como nunca antes, logrando sacar incluso chispas. Ambos comenzaron a blandir sus espadas y hacerlas chocar una contra la otra, pero sin dar un golpe certero.
Eric en un momento tuvo que agacharse y girar sobre su propio cuerpo, usando sus alas como protección y evitando ser cortado, debido a un astuto movimiento que hizo Sebastián, que casi lo lleva a la muerte.
Sin embargo, el Dominacion, se puso de pie y contraataco, de forma rápida y certera, mientras que Sebastián al defenderse iba rompiendo los bancos de madera que tenía la catedral.
—Muy lento —dijo Sebastián cuando distrajo a Eric con su mano mientras llevaba su espada contra el pecho de su enemigo.
Sin embargo, el movimiento tuvo que cambiar cuando Adam le lanzo otra cuchilla, Sebastián tuvo que esquivarla y cambiar el curso de su brazo derecho.
—No tan lento —respondió Eric cuando giro sobre sí mismo y dándole la espalda, enterró su espada por el costado derecho de Sebastián. Profundamente.
Un grito desgarrador escapó de la boca del Tronos.
—Qué triste que no puedas leer nuestras mentes como con los demás ¿no crees? —Sonrió Adam, a metros de altura, con sus brazos cruzados —realmente me gustaría que Eric te torturara como lo hiciste con Ethan y todos los demás.
—Pero nunca he sido fanático de las torturas —termino Eric, tomando la empuñadura de su espada y transformándola en dos.
Saco una espada del cuerpo de Sebastián, exactamente como lo había hecho él con Ethan, lentamente para que sufriera cada centímetro de movimiento.
—Soy un ángel y no puedo estar a favor de dichas técnicas ¿no crees? —Dijo Eric, enterrando la nueva espada en el otro costado de Sebastián, obteniendo un nuevo y largo grito de su parte —sería muy mal visto.
—Y los ángeles deben mantenerse leales a sus reglas ¿no crees? —dijo irónico Adam, ahora descendiendo.
—Bastardos de la Luz, eso son ustedes, debieron ser… eliminados hace mucho tiempo.
Sebastián tosió sangre.
—Siempre te has jactado de ser muy inteligente, pero estoy seguro de que tienes a todos tus seguidores registrados de alguna forma —dijo Eric moviendo las espadas de forma circular, haciendo gritar a Sebastián —siempre has sido un fanático de escribir todo lo que sucede ¿no?
—Se irán al infierno, compartirán sus últimos días con el mismo Lucifer.
—Puedo decir —dijo Adam, tomando uno de sus cuchillos —que Lucifer no está tan loco como lo estás tú.
Eric volvió a mover las espadas, provocándole dolor a Sebastián para que no pudieran controlar sus poderes y atacarlos de alguna forma.
El Tronos estaba acabado.
—Bueno —dijo Adam sonriendo —debes saber que la Luz ya no requiere más de tus servicios.
—No puedes matarme, Caído, soy inmortal.
—Oh —respondió sonriendo Adam —debes saber que aunque seas inmortal, si alguien te corta el cuello de extremo a extremo, no sobrevivirás.
Adam con una mirada que Eric jamás había visto, acercó su arma hasta el cuello de Sebastián.
—Siempre he aborrecido a los de tu clase, Sebastián, creyéndose superiores y tratando de regir la vida de los demás. Por personas como tu dejé de ser un ángel.
Adam no dejo que Sebastián dijera otra palabra, sin dudarlo enterró el filo de su cuchilla en su cuello y lo atravesó de extremo a extremo en un movimiento limpio y certero. La sangre comenzó a escapar del cuerpo de Sebastián mientras este miraba con terror al Caído que se estaba llevando su vida.
—Nunca apuestes contra la Luz —le susurró Eric en el oído a Sebastián —siempre te castigará de la peor forma.
Como un demonio Sebastián se fue desintegrando ante los ojos del Dominacion y el Caído, hasta que desapareció por completo, sin dejar rastro alguno de su existencia.
—Bueno —dijo Adam, limpiando sus armas contra sus pantalones, manchándolos con sangre —no pensé que te habías vuelto tan poderoso este último tiempo Eric.
—Tengo mucho tiempo libre allá arriba.
—La mentira sobre que la Luz te había dado más habilidades fue fundamental.
Eric sonrió y guardó sus espadas.
—Si no atacas la mente de un enemigo más poderoso que ti, jamás podrás sobre obtener la victoria.
Adam miró por unos segundos a Eric, dándose cuenta que sin duda, de los tres amigos que fueron siglos atrás, Eric, Gabriel y él… El Dominacion sin duda los había superado estas últimas décadas. Eric no era menos poderoso que Sebastián.
—Vamos a ver como se encuentra Ethan —dijo Eric.

O___O Eric <3 <3 <3 <3  Espero que les haya gustado este capitulo para quienes aun leen la historia. Mil gracias a quienes comentan, yoya <3 jejeje Ya no queda absolutamente nada para el final de esta laaaarga historia :D

6 Lectores:

  1. Estoy en shock
    Ósea derrotaron a un tronos
    Y por fin se arreglan las cosas
    Aunque no puedo ver cómo rescataran s dana pues si Gabriel tomo sangre de lucifer debe ser muy fuerte
    Dani de regalo de Navidad avanza o termina esta historia
    Que a ansío leerla toda otra vez

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    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo con Hilda, Dani de regalo avanza o termina la historia, no sabes cuanto ansío volver a leer toda de inicio a fin la historia ^-^

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    2. Estoy de acuerdo con Hilda, Dani de regalo avanza o termina la historia, no sabes cuanto ansío volver a leer toda de inicio a fin la historia ^-^

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  2. Oh Dios mio! Estoy en Shock! O.O Dios!
    Ay Eric, al fin levantas cabeza,hombre ya iba siendo hora no?
    Jajaja si! Si! Lo salvaron. En serio GABRIEL VETE A LA CHINGADA! -.- Jesús! Aun manipulada Danna claramente no siente lo que Gabriel quiere! Es más! La decisión que hoy efectúa Danna viene desde que ella esta sola en el mundo, por Dios. Anda Gabriel! Por favor! Sé un poco inteligente y tengo un tris de dignidad, recoge toda tu humillación y vete a meter a alguna madriguera si? Desaparece! DANNA DEFINITIVAMENTE NO TE QUIERE, hay que ver que ni manipulada es capaz de decirte que te ama! Por favor! \(-.-)/
    Gracias Dani. Tu mente es increíble! Y las creaciones que logra ufff, totalmente geniales ^-^

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  3. Por fiiin murio el desgraciiiiaaaaoo xD gracias por eso Dani! :D ahora nos qeda Gabrielito noma >:ccc qe esta puro aprovechandose de la Dana! pervertido noma >:c a él tienen qe cortarle el pilin! he dicho! XDDDDDDDD yyyyyy puchaaaaaa como qe qeda poco pal final? ... presiento qe caerá un meteorito y morirán todos y fin xD ahahahaha ... lo único qe pido es qe no nos des un final abierto como la arcoiris :c </3

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  4. Impredecible como siempre... Al fin mataron a Sebastian en cai mal desde siempre... Pero a GABRIEL NO ME LO MATES... YO CREO EM EL AMOR SINCERO DE EL POR DANA!!! VAMOS POR EL FINAL... QUE NO ESTARIA NADA MAL OTRA APARICIÓN DE LOS LENARDIS JAJAJA

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