miércoles, 30 de diciembre de 2015

Invitación Peligrosa - Capitulo 34


"Arrepentimientos"

Con un poco de suerte había dormido alrededor de cuatro horas. No me podía quedar tranquila en la cama y solo quería cruzar el pasillo para ver a Max e interrogarlo por todo lo que Victoria me había dicho, pero estos meses me habían enseñado a que si hacia aquello el vampiro no me diría nada y los más probable es que termináramos haciendo otra cosa, así que no me quedaba más que solo esperar a que pasara el tiempo y a qué Victoria me llamara.

No salí de la habitación ni siquiera para poder tomar desayuno porque estaba segura que me encontraría con él y no lo deseaba ver en estos momentos, estaba segura que si yo no salía de aquí no lo iba a ver, Max no tenía cara para poder ver la mía después de enterarme de sus planes.
Traté de matar el tiempo deseando que Victoria me llamara…y ciertamente alguien me escuchó porque eran alrededor de las cuatro de la tarde cuando mi celular sonó y era cierta Elska Evige de nacionalidad rusa que estaba ansiosa por verme ya que no tenía mucho tiempo, así que me indicó a donde me pasaría a buscar para que conversáramos sin ser interrumpidas.
Tomé mi abrigo y mi bolso para salir rápidamente de la habitación, pero me llevé la sorpresa de que al abrir la puerta me encontré con cierto vampiro traicionero y maldito al frente de mi puerta, apoyado en la pared con su pantalón negros y camiseta negra, provocando que me sorprendiera por lo informal y guapo que se veía.
— ¿Dónde crees que vas? –fruncí el ceño ante su tono, no era el de siempre, no estaba siendo autoritario.
—Tú ni te atrevas a dirigirme la palabra que ahora espero poder encontrar una solución para que esa estúpida fase que has provocado se revoque y si tienes algo de decencia me dejarás ir.
—Lizzie yo…
—No –lo interrumpí –has pasado los limites Max, ni siquiera quiero escuchar tus argumentos, no quiero ver siquiera tus ojos y no quiero que me vuelvas a morder más en tu vida…me has privado de todo y lo único que te estaba pidiendo era información y no fuiste capaz de dármela, ya ni siquiera puedo pensar en un insulto para ti porque todo es poco, así que si quieres que te vuelva a dirigir la palabra no intentes detenerme —él dio un paso hacia mí.
— ¿Sabes que te puedo detener cuando lo desee? –rodeé los ojos.
—Ni siquiera te atrevas a usar ese tono autoritario conmigo. He borrado todo susto o lo que sea que sintiera…así que basta, ni creas que me vas a intimidar una vez más, no lo vales –me fui hacia ascensor y me sorprendí al notar que él no me detuvo, solo se quedó mirándome sin decir nada, no me atreví a ver sus ojos porque me arriesgaría a compadecerme por él.

Salí del hotel sorprendentemente sin la sensación de triunfo en mi corazón, me sentía mal y no era por Max, sino que era por todo lo que estaba sucediendo en mi vida en estos momentos, no estaba teniendo ni un poco de control. Lo que había dicho Victoria era increíble, Max convirtiéndome en vampiro de a poco sin mi consentimiento era algo que nunca pensé que él podría llegar a hacer.
Caminé las cinco cuadras hacia el norte como Victoria me había indicado y me alegré de verla en la esquina porque pensé que me perdería, gracias al cielo no fue así. Ella ahora lucia más linda que ayer, su cabello largo con ondas color cobrizas brillaban bajo el sol, llevaba unos jeans tubo de color negro, una camiseta blanca con un diseño negro en ella, sus tacos negros eran altos y su cartera también oscura la hacía ver como esas chicas que ves en la televisión y además me hacía sentir que estaba muy abrigada para la ocasión pero a diferencia suya yo no pasaba una primavera tan helada como ella.
—Victoria.
—Lizzie –dijo ella sonriendo tiernamente. Me preguntaba, a pesar de conocerla hace muy poco, como ella podía soportar a Julián –acompáñame.
Nos fuimos de aquella esquina para llegar a un café que lucía increíble, era un tanto rustico, más hogareño. Con Victoria entramos y nos sentamos en la mesa más alejada, en una esquina del lugar. Me saqué mi abrigo y deje mi bolso al lado mientras Victoria pedía nuestros cafés, hace tanto tiempo que no salía a tomarme un café que me sentía bien.
—Muy bien —dije luego que la camarera nos dejó a solas. Ella asintió y sacó tres libros pequeños de su cartera, eran fotocopias anilladas.
—Esto es lo que necesitas, me he dado el atrevimiento de sacarles copia para que te los lleves y los tengas para ti sin preocupaciones de devoluciones ¿sí? –sonreí agradecida ante este hecho.
—Muchas gracias, de verdad me tomará un tiempo leer y comprender todo esto –ella asintió.
—Es un tanto complicado, pero estoy segura que al final Max te ayudará a entender todo aún más, como lo hizo Julián –fruncí el ceño.
— ¿Él te explicó todo?
—No todo, pero las partes que no entendía — ¡demonios! Julián era un perro con ella pero aun así le dio la información básica de lo que estaba sucediendo — ¿Hace cuánto que estas junto a Max?
—Querrás decir hace cuanto tiempo que me secuestró –ella frunció sus labios.
—Lo siento –asentí.
—No debes, respondiendo a tu pregunta ha sido –quede pensando desde hace cuánto que estaba con Max….perdón, hace cuanto tiempo que tenía la obligación de estar con él –más que un par de meses.
— ¿Y no te ha dicho nada sobre lo que sucede contigo y él? –negué –ya veo…eso es triste, usualmente cuando el vampiro secuestra a su Elska Evige…créeme que pocas se han ido con ellos por voluntad propia, la forma de arreglar toda la situación o por lo menos ayuda, es que le informen sobre lo que sucede, como su cuerpo, mente y hasta alma reaccionan ante su aroma favorito –no pude evitar reír ante lo que ella dijo, lo que la molestó un poco.
—Créeme, Max no tiene alma.
— ¿Qué edad tiene? –sentía como si Victoria fuera una psicóloga o medico sobre vampiros, lucía una experta en el asunto.
—Más de mil quinientos años –ella se sorprendió.
—Es extraño que él te haya encontrado tan tarde ¿Cómo ha sobrevivido solo durante este tiempo? –sonreí.
—Se las ha arreglado muy bien teniendo a todas estas humanas para satisfacer sus necesidades –esas eran palabras de Max, no estaba mintiendo.
—Aun así, eso no importa, la soledad que se debe sentir es algo que quizás influye en su comportamiento –dijo pensativa, reflexionando sobre el tema –aquello no es soportable si no tienes un motivo para sobrevivir.
—No conoces a Max, es como una cucaracha, no se rendiría para sobrevivir aunque le cayera una bomba atómica sobre su cabeza.
—Debes tener claro tus sentimientos hacia él Lizzie porque la tercera fase no se cumplirá si no te entregas –fruncí el ceño molesta, ella estaba muy segura de que yo seguiría con Max hasta el final de todo esto.
— ¿Me explicas eso de las fases?  —ella asintió.
—Son tres, no importa en qué momento comience esa es decisión del vampiro, la primera luego de tener cierta cantidad de ponzoña en tu cuerpo comienza a acabar de a poco con tus células humanas, solo algo leve, es una preparación para el gran y doloroso cambio.
— ¿Doloroso?
—Sí, imagínate que cambiar la estructura celular de tu cuerpo ¿crees qué eso no conlleva algo de dolor? He escuchado que es como estar en el infierno por un día –abrí mis ojos sorprendida, mi estómago se revolvió ante la idea –tu cuerpo está ardiendo a altas temperaturas para que luego renazcas, siendo un nuevo y poderoso ser, que a diferencia de tu creador, quien solo tuvo una mordida y despertó solo, tu tendrías a Max para siempre…la entrega total que se ve en la tercera fase es la que provoca que él se entregue por completo a ti, prácticamente besa el camino por donde caminas —soporte las ganas de reír al imaginarme a un Max devoto y meloso conmigo. Imposible.
—Ya veo, una pregunta ¿tú has visto este cambio y todo lo que estás diciendo? –ella asintió.
—Como te he dicho, vengo de una familia de Elska Evige.
—Me pregunto que tendrá tu ADN para que todas ustedes tengan el aroma de un vampiro.
—No es ADN Lizzie, si no el alma…tú tienes que tener a alguien de tu familia que sea la Elska Evige de alguien, no es tan usual ver que una persona por si sola sea el aroma de un vampiro —pensé en mi madre, pero estaba segura que el amante que tuvo durante unos años, por el cual dejó a mi padre, no era vampiro y menos por su nuevo esposo con el cual llevaba unos años, quien era más joven que ella. Sin duda Clark no era un vampiro. Evite seguir pensando en ella, no era la mejor madre del mundo como para estar recordándola.
—Interesante, pero tengo una duda ¿Qué sucede en la segunda fase?
—Es muy parecida a la primera, pero no duermes solo un día, caes a la inconsciencia por una semana.
— ¿Una semana? –mi sorpresa no pudo ser evitada.
—Sí, veras, que un vampiro te saque sangre muy seguido y mezcle su veneno con el resto de tu cuerpo, no es algo correcto para tu cuerpo.
—He estado tomando vitaminas –aquello me ayudaba por la pérdida de sangre. Ella sonrió de forma tierna de nuevo.
—Eso no te ayudara al final del proceso, solo te mantiene durante el tiempo que te estén sacando sangre –fruncí el ceño.
—Pero si me llego a convertir ¿mi aroma no desaparecerá? –negó muy seria.
—Ni por asomo, es más, se concentra, lo que te hace más apetecible.
—Pero mi sangre no es la misma que antes.
—No, pero sin embargo sigue corriendo por tus venas, solo ha sido mejorada.
—Alto –dije sin entender –no soy una genio de la biología ni nada por el estilo, pero ¿Cómo demonios voy a tener sangre en mis venas si me han convertido en un vampiro? Un ser que está muerto y caminando entre los vivos.
—Por la toxina, el veneno que está dentro de la saliva…u otros fluidos de los vampiros –la miré aún más sorprendida.
—Me estas tomando el pelo –ella negó.
—Como habrás notado la toxina sana tus heridas –asentí –pero luego de cierta cantidad comienza a cambiar tu estructura celular, luego lo hace por completo y comienzas a producir dicha sustancia…la que funciona gracias a la sangre de animal, no te drenan por completo para convertirte, sino que utilizan tu propia sangre como puente para convertir tus células.
— ¿Animal? –Victoria asintió –quieres decir humanos.
—Sí, los humanos somos animales, como también las vacas, los perros, los pumas y podría estar horas nombrándolos, pero la única diferencia con nosotros es el raciocino y eso que a veces nos comportamos como si no lo tuviéramos.
—Entonces los vampiros pueden beber de los animales –ella asintió nuevamente –esto es nuevo, pero ¿por qué prefieren la de humano?
—Simples razones, está cerca, tienen más emociones y no deben matarlos.
— ¿A los animales si?
—Así es…veras, los humanos estamos a su alcance todos los días, nuestro flujo sanguíneo es más rápido cada vez que tenemos alguna emoción que provoque un desequilibrio en nuestra forma de respirar…eso cambia la textura de la sangre ante el paladar del vampiro, los animales comunes y silvestres deben ser asesinados de inmediato, no se dan ni cuenta de lo que les sucedió, por lo que el único cambio que tienen los vampiros es la especie de la que se pueden alimentar. Y por último, a nosotros solo nos drenan por sorbos, provocan que nos decaigamos, pero nada más…excepto a las Elska Evige, una chica común y corriente no es mordida todos los días por un vampiro que mezcla su ponzoña con tu sangre para que al final no termines con una anemia muy grave o leucemia.
—Entonces Max además de mezclar su ponzoña con la mía para convertirme, lo hace para que no tenga ninguna enfermedad sanguínea ¿no? –Ella asintió –Dios mío, sabes demasiado —fue lo único que pude decir ante esa bomba de información.
—Soy médico –la miré sorprendida –estaré bajo el mando de Julián pero no deje mis sueños por él, sabía que sería difícil, pero en ese tiempo era aún menos importante para él, no le importó, ahora no le gusta que trabaje pero no tiene opción…y ayer –se acomodó mejor en el asiento –hice lo que tú me dijiste –la miré asustada.
—Yo no te dije nada.
—En fin, le exigí que no siguiera mezclándose con otras mujeres y que no se atreviera a tocarme de nuevo porque iba a estar en serios problemas.
— ¿Y qué hizo?
—Primero me pidió explicaciones del porqué de este cambio y luego terminamos haciendo el amor sobre la mesa de la sala –gracias al cielo que la camarera llegó con nuestro café y porción de torta en ese momento, porque si hubiera sido antes lo hubiera escupido tras atorarme ante lo que dijo Victoria, no necesitaba saber tanto.
—Bien por ti —la camarera nos sirvió y se retiró –Muy bien –tomé un poco de mi café –me has dicho la parte normal que debe suceder entre una Elska Evige y su vampiro, pero ahora quiero saber más ¿Qué pasa cuando ella lo abandona? –Victoria me quedo mirando unos segundos sin decir nada.
— ¿Eso harás?
—Lo más probable, dime que sucede —ella se sentía mal por estar diciéndome esto.
—Veras, ayer estuve pensando en tu situación con Max y siento que su actitud tan cerrada contigo es por lo que sucedió con su antigua Elska Evige, la encontró muy pronto y no se resistió a acabar con su vida bebiendo sin poder detenerse.
— ¿Y?
—Cuando un vampiro pierde a su Elska Evige, él debería desaparecer con ella, nunca he sabido del algo así, pero asesinarla debe ser aun peor. Max debe estar desgarrado por dentro Lizzie. Alejarte del vampiro afecta tanto a este como a ti, no es algo que de verdad se pueda hacer, jamás lo he visto y…no sé si sea posible, creo que deberías odiarlo realmente como para herirte a ti misma para herirlo a él –fruncí el ceño, esta parte de la historia no la sabía y no me agradaba.
Inoportunamente mi celular comenzó a sonar, lo tomé con rapidez y me sorprendí al ver de quien se trataba. Fruncí el ceño y corté para después apagar el celular.
— ¿Max? –negué.
—Nadie importante –a menos que te llevaras bien con tu padre sería una llamada importante.
—Bien, entonces tengo la idea de que perdió parte de él al matarla.
—Pero me has dicho que no puede haber más de una ¿no?
—Sigo pensando sobre ello, pero ¿Qué sucede si esa alma o espíritu volvió a nacer? –rodeé los ojos, ahora esto se estaba volviendo estúpido.
—No creo en eso.
—Tampoco creías en vampiros.
—Esa justificación no sirve para todo Victoria –ella sonrió ante mis palabras.
—Es la única respuesta que encuentro…deberías preguntarle a Max como era ella, aunque sea físicamente.
—No podría hablar de eso con él. Realmente no nos estamos hablando –ella se removió en su puesto.
—Lo arruiné, no debí hablar –sonreí.
— ¿Estás loca? Si no fuera por ti ahora estaría convirtiéndome en vampiro sin darme cuenta.
—Eso no es lo correcto —ambas nos quedamos pensando sin decir nada, cada una en su burbuja de problemas.
Después solo nos concentramos en hablar sobre cada vampiro y realmente Victoria era una gran mujer, soportar todo lo que hacía Julián porque sabía que sería retribuida al final…era algo que jamás haría, aunque estuviera segura de que Max terminara besando el piso por donde camino, habían limites que él ya estaba a punto de traspasar o ya los había traspasado.
—Bueno, ha sido un gusto hablar contigo, espero verte pronto –ella asintió y me dio un beso en la mejilla de despedida –hoy es la “cena” con los demás empresarios, también esta Julián.
—Sí, no sé si vaya, no me gusta estar escuchando como hablan de negocios, es realmente aburrido, pero podríamos irnos un tanto alejadas para conversar otro tiempo ¿sí?
—Eso sería genial.
—Entonces nos vemos Lizzie –le hice una seña de despedida.
Cada una partió hacia caminos diferentes. Volví al hotel, sumergida en cientos de pensamientos que me estaban partiendo la cabeza en dos, Max me estaba volviendo loca. Al llegar a la habitación no me sorprendí al ver al vampiro en la cama mirándome como si estuviera preocupado de lo que me había enterado, si fuera él también lo estaría.
Me saqué el abrigo y lo dejé en el perchero junto con mi bolso.
— ¿Qué deseas? –me apoyé en el mueble que estaba al frente de él. Quería que él me dejara sola para poder leer los libros que Victoria me había dado.
—Estoy esperando tus gritos –levanté los hombros, quitándole importancia a esto, ya no quería seguir soportando esta situación.
—No habrá gritos, te puedes retirar —Max frunció el ceño.
— ¿Me puedo retirar? –Asentí –dime de qué te has enterado —suspiré cansada, como dije antes Max estaba acabando conmigo.
—Solo te diré que no beberás más de mi sangre y no me obligarás.
—Creo que eso no lo decides solo tú.
—Sí, lo hago y deja de compórtate como un cerdo, no lo soportaré, solo quiero que pase esta semana lo más rápido posible para así llegar junto a mis amigos.
—Muy bien –se puso de pie un tanto molesto por lo que dije.
—Debiste decirme lo de la primer Elska Evige, no me dijiste que solo había una ¿Qué hago yo aquí? ¿Estás seguro que mi aroma te atrae? –Max sonrió curvando sus labios de manera que me dio escalofríos y no por el miedo.
—Estoy bastante seguro —negué, esto no podía ser cierto.
—Es imposible ¿entonces la anterior no te atraía? –él me quedo mirando unos segundos.
—Si lo hacía, por eso bebí hasta asesinarla –noté como tenso su mandíbula al hablar de Ursula, ella había sido su primera Elska Evige.
—Dime como era.
—No tengo por qué decirte eso.
— ¿No tienes por qué? ¡Dime ahora mismo como era! –él negó y se dirigió hacia la puerta, pero no lo deje escapar, me fui con rapidez hasta él y me interpuse entre él y la puerta, con los brazos cruzados.
—Te puedo sacar de ahí en menos de un segundo.
—No te atreverías, ahora dime Max lo que deseo saber o empeorarás todo aún más —tragué saliva nerviosa. Él negó mirándome enojado. Aquello provocó que mi sangre hirviera como si lava corriera por mis venas. Lo empujé con todas mis fuerzas y comencé a golpear su pecho — ¡Te odio!...no eres capaz de hacer nada ¡solo escondes información! ¡Dime como era ella! ¡Dímelo! –seguí golpeándolo, Max no hacía nada más que quedarse ahí, pero sentí como mi cuerpo se debilitaba por la impotencia que sentía al golpear a Max y no causarle ni un poco de dolor. Mis piernas no soportaron mi peso y antes de que cayera él me tomó entre sus brazos para después llevarme en estos hacia la cama –suéltame… —traté de empujarlo y alejarlo, pero me sentía tan débil –no me dormiré, no harás que me convierta, jamás haría algo así por ti –la expresión de Max cambió en una fracción de segundo, su ceño fruncido desapareció.
—Entiendo, pero es una lástima que no tengas opción –me dejo en la cama y se fue hacia la puerta –y ella tenía tus ojos –su voz era ronca, estaba molesto —nada más. No te pareces en nada más a ella ni aunque trataras –cerró la puerta detrás de él y desapareció de mi vista dejándome con una sensación de soledad que no había sentido antes. ¡El maldito me estaba comparando con su otra Elska Evige como si yo no fuera suficiente!
Me giré enojada sobre la cama, dándole la espalda a la puerta y esperé que a mi cuerpo retomara las fuerzas necesarias para ponerme de pie, me iría de aquí como fuera. Que Max se encargara de todo, pero yo me retiraba de este juego…no más Rusia. Mi estómago se revolvió ante la idea de escapar de Max y aunque me doliera admitirlo no era por miedo, estúpido vampiro que no sabe hacer las cosas bien.

Pasaron horas, las cuales utilicé para arreglar todo, llamé a la aerolínea que utilizaba la familia Blake y conseguí un boleto para esta noche, solo tuve que decir que era para Max Blake y todo estuvo arreglado. Me bañé y me puse el vestido para la cena de hoy, ya tenía lista mi maleta y sabía muy bien como tenía que actuar para que esto resultara.
Arreglé mi cabello, dejándolo suelto. Elegí un traje formal para ir a cenar, nada de vestidos glamorosos o algo por el estilo, una blusa blanca y una falda tuvo negra me acompañarían junto a unos zapatos de tacón negro.  Tomé mi pequeño bolso de mano que había traído y guarde lo esencial. Avisé a la recepción lo que debían hacer a cierta hora.
Todo esto habría terminado para siempre.
Bajé las escaleras mirando hacia las alfombras, como una verdadera zombi, deseando que mi vida volviera atrás, a cuando trabajaba en Blake Ltda. con el Sr. Ezequiel y nada malo ocurría, donde nadie me raptaba, violaba, golpeaba y hacía lo que deseara conmigo, donde no me cegaba por el placer y donde mi vida iba perfectamente bien bajo mi control.
Iba hacia la barra, ya que el lugar de encuentro era el mismo de ayer, pero Max apareció desde atrás y tomó mi mano, dejándome atónita, para después guiarme hacia la mesa donde nos esperaba Julián y varios hombres más, por lo visto Victoria había decidido no venir hoy, era mejor así. Solté la mano de Max cuando nos sentamos y saludamos a todos los que estaban en la mesa, había en total tres hombres nuevos. Era hora de hacer mi trabajo.
Estuve atenta ante todo lo que decían sobre los pro y contras que los humanos que estaban con nosotros, de quienes no me preocupe saber sus nombres, hablaban sin parar. Max estuvo calmado y atento a como vibraba mi celular, sin parar, lo había hecho durante todo el día, por eso lo apagué, pero por lo visto tendría que ponerme de pie para atender a Luke, ya que hasta Julián se desconcentraba escuchando mi celular.
Saqué mi teléfono para poder ponerme de pie, pero astutamente Max llevó su mano a mi pierna y me dio una mirada de advertencia que solo pude notar yo, pero no me deje intimidar ¿desde cuándo Max se involucraba tanto en que hablara con Luke?...en realidad nunca había estado en esta situación.
—Si me disculpan –sonreí a todos y me puse de pie dejando solo a Max. Me apresure a llegar a la entrada del hotel y fui yo quien llamó a Luke, no esperó a que sonara dos veces cuando ya me había contestado. Tomé aire para buscar valor.
—Hola…
— ¡Lizzie!..Dios, estás viva –fruncí el ceño sin entender.
— Luke, estoy en Rusia, negocios de Blake Ltda.
— ¿Estas con Maximiliano Blake?
—Sí, es mi jefe.
—Hija, debes volver –me tensé al escuchar cómo me había llamado, mi estómago se revolvió y recordé de golpe cuando tenía siete años y Luke era mi papá, con cada una de sus letras, hasta ahí eran mis buenos recuerdos de él.
—Lo haré, el viernes regresamos a casa.
—No, debes volver ahora —fruncí aún más el ceño.
— ¿Qué ha sucedido Luke?
—Es Noah…él… –miré hacia atrás al ver que tomaban mi celular y cortaban la llamada.
Nuevamente vi la mirada de dolor de Max, de la noche anterior, cuando me preocupé tanto por él…ahora no tuvo el mismo efecto.
— ¿Qué demonios estás haciendo? –traté de quitarle mi teléfono para poder llamar a Luke, pero fue un movimiento inútil.
—Por leves momentos puedo leer tu mente –miré hacia otro lado, no deseaba verlo ni un segundo más –planeabas escapar ¿cierto? –pude ver cómo salía Julián y sus socios del restaurante y llegaban hasta donde nosotros.
—Sr. Blake, tome –Julián le entregó el contrato ya firmado –está todo arreglado, usted tiene problemas más serios que atender –aquello lo dijo mirando hacia mí, hice una mueca de desagrado y me dirigí hacia el ascensor, pero Max me tomó del brazo para que no diera un paso más.
—Nos vemos, hasta luego –le respondió en modo de despedida a Julián.
No miré a nadie, que Max me tuviera detenida de esta forma solo me causaba vergüenza y humillación. Él hizo que girara para que lo mirara pero no lo hice, lo que no importó realmente ya comenzó a avanzar conmigo hacia la salida. Cuando llegamos a la calle hizo parar un taxi al cual nos subimos sin decir nada, él le habló algo en ruso al conductor y cada uno se fue en el extremo del auto.
Fui mirando hacia la ventana sin sentirme mal porque mi plan se arruinó, Max me estaba haciendo tolerante al fracaso. Siempre tenía que salir algo mal. Me apoyé en el asiento, descansando mi cabeza para analizar lo que sucedía con Luke ¿a qué venía lo de Noah? ¿Por qué me habló como si le diera lo mismo que yo supiera su relación con él? Tendría que hablar con él en su momento, no confiaba en él luego de lo que vi en su mansión.
— ¿A dónde vamos? –dije ya cansada del silencio entre los dos. Max me miró.
—Al aeropuerto, terminaré los negocios yo solo –lo quedé mirando sin entender.
—Pensé que tu… –negó suavemente con su cabeza.
—Sin embargo, no podrás ver a Luke antes de este fin de semana ¿te ha quedado claro?
—Me da lo mismo ver a Luke o Noah en estos momentos.
—Es mejor.
—No te conviene tenerme aquí ¿cierto? –él suspiró, lucía cansado.
—Además de eso ya estoy aburrido de jugar al gato y el ratón… —lo mire sorprendida por lo que dijo, yo también estaba agotada –si te quieres ir, bien, además la otra semana ya regresa Ezequiel a su puesto, solo no te acerques a Luke, es peligroso –enarqué una ceja.
— ¿Por qué es peligroso? Lo conozco y deje de temerle hace muchos años atrás.
—Está metido en problemas, solo no te metas ¿sí?...puedes llegar a tu departamento, tener tu tiempo para pensar o lo que hacen las mujeres cuando tienen problemas —negué sin poder creer lo que decía este inútil vampiro y no sé qué era, pero sentía que mi cuerpo se estaba partiendo por la mitad –además puedo realizar mejor todo aquí sin ti, así no me expones ante los posibles clientes —comencé a removerme en el asiento desesperándome de a poco, no tenía idea lo que estaba sucediendo, pero sentí como mi estómago se revolvió; mis manos comenzaron a transpirar frío al igual que mi frente —¿Lizzie? –Miré a Max que ahora lucia preocupado –demonios…—le gritó algo al conductor.
Cerré mis ojos para poder controlarme pero era inútil, esto parecía a un ataque de pánico. El auto se detuvo a la orilla de la carretera, al lado de un bosque y salí del auto desesperada. Me apoye en este, tratando de encontrar soporte, pero luego llegó Max a mi lado así que me apoyé en él, me sujeté de su chaqueta y comencé a pensar en cosas lindas, algo que me tranquilizara.
Max me rodeó con sus brazos y me mantuvo ahí por varios minutos, cubriéndome con su chaqueta. Mis ojos se llenaron de lágrimas por notar lo que me estaba pasando.
— No te puedes ir, Lizzie —negué. Sabía que no podía hacerlo y era culpa de él. Durante el camino, mientras pensaba en lo que me decía Max y lo que tenía que hacer, comencé a desesperarme segundo tras segundo hasta que fue incontenible.
—Dime que esto es efecto de ese veneno que me has metido…por favor, estás acabando conmigo de a poco –sollocé contra su camisa blanca, él no respondió, solo le dijo algo al chofer y este partió dejándonos al medio de la nada. No quería separarme de Max porque no quería verle la cara, en este momento solo estaba en una burbuja aislada de todos mis problemas.
Él comenzó a acariciar mi cabello, tratando de consolarme, no iba a decirle o pensar en nada porque o si no se iba a asustar y dejaría de hacerlo, en este momento me estaba ayudando que alguien me consolara, aunque ese alguien fuera Max.
—Arruinaste todo…este viaje no sirvió de nada, pensé que lo haría, pero empeoró todo, no te quiero ver, ni siquiera sé porque dejo que me toques, ni porque casi me dio un ataque de pánico, tampoco puedo descubrir lo que me escondes.
—La información da poder, control –cerré los ojos sin poder creer que esa fuera su respuesta. Max me abrazó más fuerte en ese momento y yo respondí de la misma forma, aferrándome más a él por su camisa
— ¿Por qué me haces esto? yo jamás te hice algo para que entraras a mi vida de esta forma y la arruinaras por completo, yo jamás te herí para que comenzaras a tratarme mal, además me mientes y tratas de acabar conmigo —él apoyó su cabeza sobre la mía.

—Yo lo siento de verdad Lizzie, lo siento mucho.

Oh me dio como pena este capitulo. Bueno, han de notar que las actualizaciones no son tan frecuentes y es porque debo editarlas antes de subirlas porque se acabo los capitulos editados, ademas estoy con la nueva historia, asi que ando concentrada en otras cosillas :D

3 Lectores:

  1. Ohhh... Bueno, en este cap si tuve un poco de compasión por Lizzie... No se merece sufrir tanto, ademas de no saber que mas va a pasar n su vida... Es demasiado duro ir a ciegas con todo...
    Besos gigantes!!!
    XOXO

    ResponderEliminar
  2. Ay! Me da rabia con Máx, odio que no sea capaz de confiar un poco, o almenos tratar mejor a Lizzie, por Dios bendito, Jesucristo -_-
    Gracias por todo Dani,y me alegra escuchar que te llegó también inspiración para algo.

    ResponderEliminar
  3. Pobre...tanta desesperación...siento tanta tristeza por los dos...y esto del dolor apenas empieza ��

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

© Black Butterfly, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena