Primer
contacto
Su corazón
latía con fuerza, parecía como si tratara de escapar de su pecho. Los ojos
verdes de su humano estaban fijo sobre los suyos color miel, sonriendo de una
forma que dejaba a Dana sin habla.
—Ella es a
quien llevé a casa después de que se cayera de la azotea –explicó Diego al ver
que los dos se quedaban callados.
—Ya veo –Ethan
estaba prácticamente en otro mundo, observando a Dana como si no hubiera nadie
más. Sus ojos miel le recordaban a alguien, pero no sabía a quién –debiste
haber dicho que fue un ángel caído del cielo ¿no?
— ¡Ay Ethan!
pero qué cursi –lo regañó Emma ante la frase tan cliché que había usado. Sin
embargo él había dicho lo que pensaba, no intentaba nada más.
—Fue… un
accidente –Dana tenía muy claro que si no hablaba, la verían como una verdadera
rara, es por eso que mejor era demostrarle a todos que era capaz de manejar
esta situación, aunque su corazón la estuviera traicionando al igual que sus
temblorosas piernas.
—Espero que
ahora te sientas mucho mejor –dijo Ethan, tratando de acaparar la atención de
la hermosa mujer que tenía al frente.
Dana tomó del
jugo de durazno, tratando de que la ayudara a tragarse el nudo que se había
formado en su garganta. Se preguntaba si esto era un sueño, le era imposible
creer que Ethan, su humano, se estaba dirigiendo directamente a ella, la estaba
mirando y poniendo atención a sus palabras.
“Oh, por Dios, quiero tocarlo” trataba
de aferrarse al vaso para que sus manos no se movieran por si solas, pero se le
estaba siendo muy difícil.
— ¿Estás bien?
–preguntó Ethan al ver que ella lo miraba con una sonrisa que nunca había visto
en alguien más.
“Es hermosa…
¿es que acaso es real?” Pensó Ethan, para él Dana llamaba a que fuera
tocada, su piel lucía tan suave que sus manos picaban.
—Sí, solo… —la
mano derecha de Dana se acercó al rostro de Ethan –tienes sucio aquí –ella
tensó su mordida cuando su pulgar toco la piel cerca de la comisura de los
labios de él.
Emma y Diego se
miraron incómodos ante la imagen, sentían que estaban estorbando, ninguno fue
capaz de decir palabra alguna ante lo que veían.
—Gracias
–susurró Ethan cuando ella dejó su piel, sentía que donde había tocado ardía.
Cuando
Dana se alejó de él comenzó a sentir que
quemaban su espalda, justo en el lugar donde debían estar las cicatrices de sus
alas, ese calor se fue propagando por todo su cuerpo hasta lograr que sus
mejillas se sonrojaran.
—Ay no…
—susurró al ver como cientos de pequeñas esferas de colores se levantaban y
giraba entre los humanos. Lucían como si estuvieran bailando, pero simplemente
era las almas escondidas que algunos humanos tenían junto a ellos –no ahora…
—este era un pésimo momento para que todo su poder como ángel volviera a la
normalidad, aun siguiendo las reglas de la tierra.
— ¿Estás bien?
–Ethan se acercó hasta ella y dejó la mano sobre su hombro, pero eso no ayudó
en nada, parecía como si estuviera potenciando aun más su visión.
Dana cerró sus
ojos ante la punzada en la cabeza que llegó de un momento a otro. Era demasiado
para que todo volviera de un golpe.
— ¡Diego!
–Ethan observó a su amigo asustado, se estaba preocupando de sobremanera por la
chica que tenía al frente.
— ¿Dana? ¿Qué
sucede? –Diego la llevó hasta uno de los sofás que habían junto con Emma y
Ethan y todos se sentaron, esperando que Dana se sintiera mejor, pero no era
así.
Su cabeza
sentía como si muchas agujas atravesaran su cerebro, logrando que el dolor se
convirtiera en algo insoportable.
— ¡Son como
agujas en mi cabeza! –Ethan la quedó
mirando sin saber que decir, él conocía esa sensación, pero no creía que
tuviera la misma causa en la hermosa chica que había conocido.
— ¿Sucede algo?
–ella levantó la vista al escuchar la voz de Adam, estaba mirándola a unos
pasos de ellos, junto con Gabriel… lo que logró desesperarla. Se puso de pie
como pudo y se ubicó delante de Ethan, protegiéndolo, lo que hizo reír al
vampiro que había vuelto a tener sus ojos dorados. Se había alimentado.
—No sucede nada
–Ethan se puso de pie, haciendo lo mismo que Dana, pero al revés. Se ubicó
delante de ella, aun sorprendido por el movimiento de la mujer.
—Mi nombre es
Adam Foster –Emma se puso también de pie al reconocer ese nombre, era el primo
de Dana.
—Le duele la
cabeza –respondió Emma -¿sufre de jaquecas o algo por el estilo?
—Adam… —la
visión de Dana comenzó a fallar por ver tantas almas perdidas en este lugar
¿Cómo era posible que Ethan estuviera aquí y no sintiera nada? Esa duda no dejaba
de rondarle en su cabeza.
—Debemos
llevarla a tu oficina, para que descanse –aclaró Gabriel, viendo el estado en
el que se encontraba su ángel favorito.
— ¡No! –ella
trató de tocarlo para provocarle algo de daño y que, de esa forma se alejara de
su humano, pero Adam no se lo permitió. La tomó de los brazos y se inclinó para
verla.
—No le hará
nada, no tiene permitido hacer daño en este lugar Dana… vamos, estas colapsando
–rodeó su cintura para llevarla a un lugar seguro, pero Ethan tomó su brazo.
— ¿Dónde la
llevas? –por sus ojos verdes que lo miraban con enojo, se dio cuenta que el
humano no dejaría a Dana irse así como así.
—A mi oficina,
si quieres puedes venir con nosotros… —Adam le dio una mirada a Gabriel para
que se retirara. No quería alterar aun más a Dana.
—Muy bien…
—Ethan miró a sus amigos y les dijo que no lo esperaran, que luego llamaría
para decirles que había llegado a su departamento y para informarles lo que
había sucedido con Dana.
Gabriel se
alejó del grupo ya que no quería que sus planes tuvieran algún problema, así no
alteraría a Dana más de lo que estaba. Se quedó mirando como su amigo Adam, con
Dana y el humano, desaparecían entre las personas.
Dana no podía
dejar de sentir esas agujas en su cabeza,
a su mente llegaban cientos de voces que no controlaba y eso que ni siquiera las almas se habían dado
cuenta de su presencia, solo escuchaba lamentos de personas.
—Ay… Dios,
Adam… —ella se aferró a las manos de su guía, quien solo negaba y tenía una
expresión de estar cabreado porque le enviaban una novata que no sabía
controlar y aislar las voces de las almas perdidas
“¿Pero qué demonios les enseñan allá arriba?
Eric, me las pagaras hijo de p…”
— ¿Por aquí?
–preguntó Ethan, interrumpiendo los pensamientos de Adam. Él asintió y dejó que
el humano abriera su oficina.
Entraron
rápidamente hasta recostar a Dana en el sofá. Ella no soltaba la mano de Adam,
por primera vez estaba asustada. Su guía la miraba un tanto incómodo, no la
podría ayudar si no lo soltaba, pero después se le ocurrió una gran idea.
— ¡Ey, tú! –Le
dijo a Ethan que los miraba preocupado a un par de metros –toma su mano, le
daré algo para que se tranquilice.
—Está bien…
¿pero qué le sucede?
—Tú solo toma
su mano –Ethan se apoyó sobre sus rodillas al lado de Dana, donde estaba Adam y
tomó el lugar de este. Se sorprendió al sentir lo fuerte que era aquella
muchacha tan hermosa, lo presionaba con fuerza mientras se quejaba.
—Son voces…
—dijo ella susurrando un tanto perdida. Ethan sintió un escalofrió al
escucharla
“¿Es que acaso es un estilo de broma?” pensó
sin soltar la mano de Dana.
Adam
rápidamente abrió otra puerta escondida y se metió a otra oficina. Era el lugar
donde guardaba ciertas cosas que no debían ser vistas por cualquiera, sacó lo
que necesitaba y lo llevó hasta donde Dana. Era una pequeña botella, no más
grande que un pulgar, estaba cubierta por un corcho de madera.
—Abre la boca,
Dana –Ethan no dijo nada ante lo que estaba viendo, esto se estaba volviendo
demasiado extraño –Dana… —le susurró a su oído.
Ella no sabía
qué estaba pasando, pero escuchó la voz de Adam y con bastante dolor entreabrió
sus labios, de esa forma su guía pudo darle la solución a sus problemas. El
agua bendita al llegar a la boca de Dana logró que toda inquietud se fuera de
un segundo otro, todo dolor y malestar se fue tan rápido como vino.
Dana abrió sus
ojos y supo de inmediato lo que le habían dado. Agradecía tener tanta fe y
sabiduría para que el agua funcionara tan rápido. No todos podían encontrar la
paz necesaria a través de ese elixir, tan rápidamente.
—Dana ¿no?
–Dana sintió como sus mejillas se sonrojaban de nuevo al ver que esos ojos
verdes se concentraban en ella.
— ¡Ey! –Llamó
la atención Adam –debo ver unos problemas en la barra, te la encargo… si algo
le sucede te partiré cada hueso que tengas –dijo saliendo de la oficina.
—Eres todo un
caso ¿no, Dana Cross? –Ella solo era capaz de pestañar — ¿me devuelves mi mano?
–recién en ese segundo se dio cuenta que lo tenía agarrado firmemente.
— ¡Lo siento!
–se sentó de inmediato y dejó ir a su humano, que se sentó a su lado.
—Eres la
persona más rara que he conocido ¿Qué acaba de suceder? –ella quedó pensando
unos segundos y sonrió mentalmente, esto podía funcionar si jugaba bien sus
cartas, solo tenía que concentrarse.
—No me creerías…
—mientras lo miraba no podía dejar de pensar en toda la vida que vio estando a
su lado como su ángel custodio –vas a pensar que estoy loca.
—Oh… pruébame,
he visto de todo –ella recordó todas las palabras de sus amigos, de sus guías,
todos quienes la subestimaban y pensaban que no haría bien su trabajo.
Ciertamente le era difícil manejarse con Ethan tan cerca, pero utilizó toda su
concentración para que de esa manera, su actuación fuera formidable.
—No sé qué pasa
realmente –dijo mirando hacia un lado –es como si muchas voces llegaran a mi
mente y muchas luces rodearan a las personas.
—Bien –susurró
Ethan mirándola bastante extrañado, no estaba para nada cómodo –puede que estés
loca y debas ir al doctor –trató de que el ambiente no se volviera tenso entre
ambos, pero Dana solo frunció el ceño frustrada.
Ahora comenzaba
el verdadero juego y sabía que Ethan tenía una coraza tras otra, así que
tendría que ir con cuidado para poder llegar ante un Ethan sincero y que no
escondiera lo que es.
—Supongo… tendré
que ir.
—Es una broma
¿Cómo te sientes ahora? ¿Qué te dio tu primo? –ella volvió a sonreír
mentalmente cuando se dio cuenta que cada cosa que le diría a Ethan, sería una
mentira.
—Em… —su
concentración varió ante la mirada verdosa que tenía al frente. Dana no podía
controlarse muy bien con Ethan cerca –En realidad, no tengo idea… pero hizo que
el dolor de cabeza se fuera, debió ser bueno ¿no?
—Mm... Puede
ser ¿Quién era el tipo que te hizo enojar tanto? ¿Tu novio? –Dana frunció el
ceño al darse cuenta lo cerca que estuvo Gabriel de su humano, si hubiera
decidido atacarlo nadie lo habría detenido porque ella estaba descompensada.
—Si fuera mi
novio no me haría enojar así ¿cierto? –Ethan quedó pensando en esas palabras.
—Depende…
—Bueno, no lo
es –Dana sintió mariposas cuando vio la sonrisa de su humano, pero se regañó
mentalmente por seguir emocionándose por esas cosas, él estaba prohibido para
ella… así como todos los humanos de la tierra –Solo me trae malos recuerdos –al
darse cuenta que estaba tan cerca de Ethan sentada, decidió moverse un poco
hacia un lado.
— ¿Te quieres
ir? ¿Traes auto? puedo llevarte.
—Tú no… —se
quiso golpear contra la pared al darse cuenta que le diría que su auto no
estaba aquí. Casi arruina todo – ¿Tú no quieres seguir aquí? te he arruinado la
noche, lo siento mucho.
—Oh, no te
preocupes, no hay nada muy interesante de todas formas, puedo llamar un taxi
hoy no he traído el auto porque iba a beber, pero después de todo no lo hice
–Dana sonrió al darse cuenta que él se seguía cuidando por sus medicamentos,
tenía muy claro que esa mezcla no podía hacer nada bien.
—Entonces no
hay nada más que decir –ambos se pusieron de pie, para poder salir de la
oficina, sin embargo cuando estaban cerca de la puerta Dana sintió miedo de que
las voces se colaran en su mente de nuevo, el dolor había sido demasiado para
alguien que nunca había sufrido de un daño físico –Ahm… quizás el dolor de
cabeza vuelva.
Ethan se giró a
verla cuando la escuchó decir aquello, podía imaginarse lo que sentía Dana, aunque
no estaba seguro si era la misma causa. La quedó mirando más de la cuenta,
alucinando con la belleza de la mujer que tenía a su lado, como esos ojos miel
lo miraban preocupada. Aun tenía deseos de tocar su piel, lucía tan suave, de
solo mirarla sentía como pasaba una ola de electricidad por su cuerpo hasta
concentrarse en su entrepierna. Por unos segundos la idea de ver a Dana sobre
su cama mirándolo con esos ojos se le hizo muy agradable, podía ser que esta
noche tuviera mucha suerte.
—No te
preocupes –dijo sonriendo Ethan, pensando en su nuevo objetivo –solo
concéntrate en un momento y objeto, no pienses en nada más y saldremos de aquí
sin ningún problema.
—Está bien
–Dana sonrió, confiando plenamente en las palabras de Ethan, él sabía cómo
manejarse en estos temas.
Él con rapidez
tomó la mano de ella para poder asegurarse de que no le pasara nada en su
camino. Dana sintió como aquella cálida mano hizo que todo en ella se
derritiera, presionó con fuerza para poder recordar esa sensación, no quería
soltar su mano nunca más.
Ethan abrió la
puerta y se mezclaron entre las personas mientras llevaba a Dana que
prácticamente iba como si estuviera caminando sobre las nubes, solo por haber
tocado la mano de su humano.
Ella observó
como él iba unos pasos más adelante sin soltarla y fijándose en como vestía, no
pudo negar que Ethan lucía guapísimo con esos jeans oscuros, una camisa a
cuadros de color blanco y rojo, además de una chaqueta. Pudo ver como las demás
chicas fijaban sus ojos sobre él, sonrió, siempre tenía ese efecto en las
mujeres y ella había sido testigo de eso, no había nadie que se le negara,
todas caían rendidas a sus encantos. Ethan era simpático y además muy culto,
era guapo y sabía usar muy bien sus cartas ya que era muy seguro de sí mismo en
ese sentido.
Dana siempre
desaparecía de su cuarto cuando llegaba acompañado y dispuesto a pasar una
excelente noche. Aunque no se alejaba porque sintiera celos o algo parecido,
eso era algo que no sentía porque nunca por su mente pasó la posibilidad de estar
en alguna situación igual con él. Ella simplemente escapaba en esos momentos
para recorrer sus lugares favoritos y no pensar en lo que sucedía con Ethan…
ciertamente eran celos, pero no los podía reconocer, menos cuando ese
sentimiento estaba prácticamente prohibido entre los de su especie. Los celos
solo provocaban inseguridades y envidia, algo que podría ser un grave problema
para los ángeles. Nadie quería una segunda rebelión.
Un hombre que
bailaba pasó a empujar a Dana, por eso mismo Ethan la acercó a su cuerpo y la
protegió rodeándola con su brazo, acercándola a él por su cintura. Ella estaba
completamente sonrojada por la emoción de sentirlo tan cerca, si no se alejaba
iba a explotar de felicidad.
Cuando salieron
del local y Ethan consiguió un taxi para ambos, Dana lo quedó mirando. Ella
conocía muy bien las tonalidades de los ojos de Ethan, además de sus sonrisas y
aunque era una expresión que le agradaba ver en estos momentos, se dio cuenta
de las verdaderas intenciones de su humano. Con gran pesar dio un paso hacia
atrás, él no podía jugar con ella… lo conocía como si fuera la palma de su
mano.
— ¿Dana? –Ella
se giró al escuchar la voz de Adam, que la observaba desde afuera, apoyado en
la pared mientras fumaba un cigarrillo — ¿Dónde crees que vas? –pisó el cigarro
y se acercó hasta ellos.
—Nos iremos
juntos –aclaró Ethan con el ceño fruncido, no le estaba gustando ser retenido
por ese hombre.
—No, no lo
harán ¿cierto, Dana? –Dana miró a su guía y dio otro paso hacia atrás, deseaba
con toda su alma poder irse con Ethan y seguir conversando, pero sabía que esos
no eran los deseos de Ethan, él la quería en su cama y lo descubrió a tiempo.
Ella tocó su brazo derecho, no quería tener marcas en su piel por haber
cometido algo que estaba prohibido para los ángeles.
—No puedo –se
ubicó al lado de Adam y lo miró apenada.
Ethan frunció
el ceño, estaba pensando que todo era un juego por parte de ella y él no tenía
tiempo para eso. La seguía encontrando hermosa, pero no se iba a estar metiendo
en problemas por culpa de una mujer, nunca lo había hecho.
—Entonces nos
vemos por ahí, que estés bien –le guiñó un ojo a Dana y se metió en el taxi
para después marcar al número de su secretaria, aun tenía ganas de tener sexo
por lo que tendría que llamar a alguien que calmara sus deseos.
Dana estaba
ahora sentada de nuevo en el sofá de Adam, pero esta vez había un invitado
desagradable: Gabriel. Aunque agradecía que estuviera con ella en vez de estar
persiguiendo a Ethan.
— ¿Algo que
decir, Dana? –dijo Adam apoyado en su escritorio, mirándola con los brazos
cruzados, estaba molesto porque ella se había expuesto de esa forma.
—Déjala hombre,
si recién está conociendo la tierra –Gabriel estaba bastante entretenido con lo
que sucedía. No perdía centímetro del cuerpo de Dana, le había agradado como
lucía con esa ropa humana, se veía sexy.
—Tú cállate
¿sí? –Adam lo miró de mala forma, esperando que su amigo no metiera su nariz en
esto, era un tema complicado y si Eric lo había elegido como guía de Dana, él
lo haría como era debido — ¿Dana?
— ¿Qué tiene
que hacer Gabriel aquí?
— ¿Eso eso lo
que te he preguntado? –Ella mantenía su mordida tensa, mirando el fuego que
había en la chimenea. Sin embargo tuvo que mirar hacia su lado izquierdo cuando
sintió que Gabriel se sentaba a su lado. Lo quedó observando unos segundos.
—Veo que no
estás de negro, Gabriel –esta vez estaba vestido con un traje negro, pero con
una camisa blanca.
—Solo venía de
hacer unos negocios –le guiñó un ojo y sonrió de forma seductora, no dejaba de
ver a Dana como su pasaje a la libertad, ella tenía que ser de él.
—Dana –llamó su
atención Adam –responde.
—Lo siento, fui
despistada, pero no me iba a ir con él cuando me di cuenta.
— ¿Buscas estos
tatuajes en tu brazo, pequeña angelito? –le dijo Gabriel, levantando la manga
que cubría su brazo derecho. Dana observó las pequeñas figuras que habían a
través de su brazo, de diferentes tamaños, rectángulos, cuadrados, triángulos.
Cada una dispuesta de tal forma que era lógico que querían decir algo, aunque
ella no sabía esa lengua –te quedarían muy lindos, sobre esa piel tan suave,
aunque no creo que te salves por mucho tiempo, pude observar como tus ojos
prácticamente se prendieron cuando vieron a ese humano…
— ¡Basta! –Dana
gritó de tal forma que sorprendió tanto a Gabriel como a Adam; se puso de pie y
rápidamente tomó el cuello de Gabriel al mismo tiempo que sus alas se expandían
y rompían parte de su vestido. Tan grandes y blancas que dejaron sin aliento a
los dos seres que eran testigos de esa mágica aparición.
—Pequeña
angelito –dijo Gabriel sonriendo mientras sentía que la mano de Dana le
quemaba. La tomó por la muñeca, pero ella tomó la daga que estaba en su abdomen
dispuesta a atravesar el corazón negro de quien fue una vez un ángel — ¿crees
que me causa un gran dolor?
— ¡Cállate!
— ¡Dana! –le
gritó Adam, pero ella no tomó atención a su llamado, solo apuntó la daga
directo al pecho de Gabriel, sin embargo la daga se detuvo justo a un milímetro
de traspasar el corazón del vampiro, quien solo sonrió –suelta eso ahora mismo,
no puedes hacerle daño a Gabriel ni a nadie en este lugar, las armas no llevan
a cabo su objetivo.
Ella desistió y
dejó el cuello de Gabriel para ver como este se regeneraba en cosa de segundos.
—La frustración
es insoportable ¿no, Dana?
—Déjame tranquila
–dijo ella cuando Gabriel le habló de esa forma. Era exactamente lo que sentía,
estaba enojada y furiosa por estar tan limitada siendo un ángel.
—Dios… —dijo
Adam llevando su mano a la cabeza –pero por lo visto tienes tu carácter ¿no?
–ella lo miró enojada y sin más le lanzó la daga a Adam, justo al nivel de su
frente. Su arma quedó levitando al frente de un sorprendido Adam.
Dana movió sus
hombros, sintiendo el peso de sus alas, las había extrañado. Caminó hasta Adam
mientras parte de su vestido se estaba destrozando, dejando expuesto el inicio
de sus pechos. Volvió a tomar su daga y la guardó donde estaba.
—Dana debería
ser ya un Principado, para cuando yo deserté ella debía aceptar ser un ángel
custodio, pero estoy seguro habría llegado a ser arcángel muy pronto –aclaró
Gabriel, apoyándose en el sofá y observando a Dana, que solo lo miraba furiosa
–no sé cómo puedes soportar seguir siendo prácticamente un bebé.
—No es de tu
incumbencia –Dana cerró sus ojos y respiró profundamente, tratando de encontrar
paz y tranquilidad. Sus alas habían traspasado su ropa al salir de esa forma
tan inesperada, debía ser cuidadosa ahora y concentrarse en no dañar su
atuendo.
—Cosas que
dejas de lado por humanos, tú entiendes ¿no, Adam? –este miró de mala forma a
Gabriel, pero tenía razón.
—Qué
desperdicio –Adam quedó observando a Dana por unos segundos, lucía un tanto
peligrosa — ¿es que acaso quieres asesinar a Gabriel en este momento?
— ¡Claro que
no! –respondió ella, tensando su mordida y cerrando los ojos, necesitaba
concentrarse. Las ansias de eliminar a las almas oscuras que alguna vez fueron
ángeles, era solo un instinto de los Arcángeles o Principados, ella no lo tenía
permitido y debía seguir así si quería seguir siendo el ángel de Ethan –está
bien… —susurró un tanto cansada –pero es personal, Gabriel es malo y no es de
mi agrado.
—Ya veo –dijo
Adam, debía ser cuidadoso –Gabriel, vete de aquí ahora mismo –el vampiro se
puso de pie y los miró un tanto molesto.
—Adam,
comenzaré a molestarme si me sigues ordenando que me vaya de aquí cada vez que
Dana te lo pide.
—Nos vemos
–respondió Adam muy serio, observando cómo su amigo se iba sin decir nada más,
aunque le dio una última mirada a Dana, aun no entendía cual era su propósito
con el ángel, no lucía como si solo quisiera a Ethan, también quería a su
guardián, la pregunta era el por qué.
—Lo siento
–susurró Dana volviendo en sí, Gabriel la alteraba demasiado y tenía las
emociones a flor de piel luego de encontrarse con su humano.
— ¿Sabes? Ethan
es como cualquier otra persona, no te conoce ni siente lo mismo que tú por él.
Solo eres una mujer que se atravesó en su noche, no deberías sentirte frustrada
porque no te detuvo o no insistió contigo… debes entender que has comenzado de
cero con él.
Dana caminó
hasta el sofá, donde se sentó agotada.
—Él debería
recordarme ¿no?
— ¿Te metiste
en sus sueños? –Ella asintió –si es así, debería recordarte –Dana suspiró, con
Ethan eso sería imposible.
—Toma un
medicamento que hace que su memoria no sea tan buena respecto a los sueños.
—Los
antipsicoticos ¿no? –levantó la mirada asustada ante la información que daba
Adam, eso no lo debería saber — ¿Sabes? Debes entender que entre nosotros,
todos seres que no somos humanos, no hay secretos. Puede que haya rivalidad,
pero debes saber que todo el mundo se entera de lo que sucede, antes que tú
llegaras aquí yo ya sabía la naturaleza de tu humano… es algo peculiar, ya no
es tan seguido como antes, un don así se ha utilizado de malas formas a través
de los años.
—Lo sé –suspiró
ella –los humanos terminan eligiendo el camino oscuro, irónico.
—Nada irónico
si aquel humano ha pasado por una mala vida, a veces les toca muy duro…
simplemente eligen por descarte ¿Cómo le ha ido a Ethan en eso?
Dana quedó unos
segundos pensando en cómo había sido su vida, suspiró, cada día era como si más
problemas llegaran a ella.
—Supongo que
debo tener cuidado –ella observó el fuego de la chimenea, pensando si Ethan
elegiría aquella luz… o la que le proporcionaba su ángel.
—Sí, pero Ethan
tiene un ángel que cortó sus alas por él, que no siguió ascendiendo por él
¿crees que eso no quiere decir algo?
—Casi arruino
todo hoy ¿sabes? –suspiró, se sentía deprimida, no le gustaba nada la sensación
de no lograr lo que quería. Pensaba ingenuamente que solo debía presentarse
ante Ethan y todo saldría bien si ella de verdad lo deseaba.
—Claro que lo
sé, fui testigo, pero no debes sentirte mal, eres nueva en esto… además tú sola
retrocediste cuando Ethan te ofreció irse con él.
—Yo quería ir
con él para seguir conversando y poder tener más confianza, pero me dio esa
mirada que usa con las chicas con las que duerme una noche y después no llama.
— ¿Dana? –Adam
se sentó a su lado, estaba curioso sobre los sentimiento del ángel hacia su
humano — ¿Qué sentiste cuando lo viste?
—Casi me dio un
infarto, parecía que iba a colapsar en un segundo… jamás me había sentido tan
feliz en mi vida.
— ¿Pero pudiste
diferenciar? Ya te dije que hay diferentes tipos de amor ¿Qué fue lo que
sentiste antes por Gabriel? –los ojos de Dana se llenaron de lágrimas al
recordar aquel pasado, eran momentos que ella había dejado escondidos en una
parte de su mente, pero por lo visto su guía tenía algo que enseñarle y la
estaba haciendo recordar.
—Amor… sin duda
alguna era amor –ella pasó sus manos por sus mejillas, tratando de secar las
primeras lágrimas que derramaba.
— ¿Por qué
lloras? ¿Aun sigues enamorada de él? –sonrió triste ante esas palabras. Dana
ahora entendía lo que buscaba Adam.
—Yo no soy una
humana –dijo observándolo directo a sus ojos –yo no me fijo en la parte
externa, mis sentimientos no se guían por eso, ni en un inicio o final, yo
siempre me he fijado en la esencia del otro… yo no estaba enamorada del cuerpo
de Gabriel, eso cambia… yo estaba enamorada de lo único que pensé que no cambiaria
nunca en él y esa era su esencia, lo que lo hacía ser el ángel que amaba… pero
me equivoqué –susurró mirando de nuevo el fuego –el Gabriel que existe para mí
en este momento, solo es un desconocido y el anterior solo pareciera que
existió en sueños.
— ¿Y Ethan?
–preguntó Adam fascinado por encontrar estas declaraciones por parte de su
pupila, le servía bastante para poder comprenderla.
—Él es muy
complejo y nadie lo nota –las llamas del fuego parecieron aumentar cuando Dana
hablaba de Ethan –ni siquiera él se conoce como yo lo hago, no sabe el tipo de
persona que es y no acepta que otro lo ame además de sus dos amigos y su madre,
se excluye del resto del mundo… es por eso que no tiene novia, es así desde que
era un adolescente, nunca más de un par de días, luego ni siquiera eso… saciaba
su necesidad y luego dejaba a la chica. Cada día desde que cumplió los 16
pareciera que se fue creando una nueva armadura para que nadie supiera de él,
solo creó un Ethan agradable para la vista de los demás, de por si es guapo,
pero además simpático con las chicas, es inteligente y exitoso, demuestra ser
muy seguro… sin embargo no le agrada ni un poco la oscuridad o lugares donde se
creen sombras, es un maniático y muy terco.
—Tiene
bastantes defectos ¿no? puede ser que estés tan entregada a él porque has
estado durante toda su vida, eso no sucede muchas veces.
—Lo sé, pero no
es lo que piensas, si solo lo viera como un ángel ahora no sentiría que mi
estómago se comprime cuando sus ojos verdes se posan sobre los míos… Dios, aun
siento su mano junto a la mía –Adam observó unos segundos a Dana, lamentaba que
de verdad estuviera enamorada de Ethan, tenía esperanzas de que no fuera así,
le había agradado la pequeña angelito y no la quería ver sufrir.
—Te gusta mucho
ser ángel ¿no? –ella sonrió por las palabras de Adam.
—Sé muy bien
las reglas y no las romperé, además no es que me guste ser ángel… es lo que soy
y siempre seré, es lo que hace que me llame Dana, no hay una sola parte de mí
que no desee serlo, esa es la diferencia entre tú y yo ¿no?
—Entre tú y
todos los que tuvimos aquella duda –Adam asintió, a diferencia de Dana, él si
se dejó llevar por la duda de querer ser humano –espero ver esas alas tan
blancas entonces, hace tiempo que no veía unas así, espero que no lo arruines,
ni siquiera Eric las tiene tan brillantes.
—Para eso te
tengo como mi guía ¿no?
—Por como
trataste a Gabriel, estoy empezando a dudar de que necesitas alguno –Dana se
rio ante aquellas palabras.
— ¿Me quieres
muerta? –ella sin Adam se moría, no tenía práctica aun para mentir bien y
además, tenía mucho que hacer y no sabía por dónde empezar. Dana podía haber
sacado su carácter a la luz, pero seguía siendo una niña que recién estaba
caminando en la tierra –estoy cansada y triste, quiero ir a casa.
—Yo te llevo…
Ambos salieron
por la parte trasera, Dana le pidió a Adam que le avisara a Lilia y Arial que
se encontraba bien. De esa forma pudieron subir al auto para irse del Lucifer.
—Aun no puedo
creer que duela tanto escuchar las voces en mi mente ¿te pasa igual? –dijo
curiosa Dana, no le había gustado nada esa sensación.
—Al principio,
pero es fácil sacarlo de tu cabeza, solo debes concentrarte en cualquier cosa
que te evite pensar en aquellas almas y sus lamentos –ella lo miró curiosa.
— ¿Tú aun las
escuchas o ves?
—No, hace
tiempo que me salvé de eso, ya viste como están mis alas, para nosotros, los
ángeles caídos sea cual sea el camino que tomaste, se nos quita esa opción ¿Por
qué crees que Gabriel quiere a Ethan? o mejor dicho, sus jefes lo desean.
—Pero ¿Por qué
él? Hay más videntes –dijo sin poder evitarlo, lo que hizo sonreír a Adam.
—Los arcángeles
se han encargado de eliminar a los humanos videntes que eligieron el camino
oscuro, hubo un tiempo que muchas almas se perdieron en el infierno. Pero puedes
estar tranquila, Gabriel no piensa hacer nada aun… no tengo la menor idea del
por qué.
—Ni yo.
—Ahora que
tuviste tu primer contacto con Ethan las cosas se harán más fáciles, pero debes
darte cuenta que tú no lo conoces en realidad… hazme caso, los humanos pueden
cambiar muy rápido y te lo digo por experiencia propia, Eric tiene muchos
amigos a quienes cobrarle favores en todo el mundo, si me eligió a mí es por
algo ¿no? –ella lo observó unos segundos y no tuvo que tomarse muchos segundos
para saber lo que pasaba con Adam.
— ¿Conocerlo
como si no lo hiciera? Estoy cansada de mentir –él negó a sus palabras.
—Estas muy
segura de que lo conoces bien, pero no sabes si el dejará que lo conozcas
realmente, tienes que hacerte su amiga y ver en qué bando te dejará… si en los
que lo conocen como es o simplemente será una amistad superficial.
—Ya veo…
—susurró preocupada –esto se vuelve más complicado.
—No tengo para
que decirte esto, pero si no quieres ninguna marca en tus brazos, tendrás que
hacer dos cosas: una, será no tocar ningún arma sagrada que solo pueden usar
Arcángeles o Principados y dos, no dejes que ese humano se meta entre tus
piernas.
— ¡Adam! Qué
falta de respeto.
—Solo te estoy
diciendo las cosas como son, eres hermosa para los humanos y Ethan tiene una
debilidad por las mujeres ¿no? Súmale a la afinidad que han de tener ambos, no
por algo has sido su ángel durante su vida.
—Algo así.
—Bueno, ten
cuidado entonces, no tienes práctica y te puedes ver en una situación un tanto
arriesgada si no eres precavida, evita estar a solas con él, no se acerquen
mucho, además no te juntes con él de noche… eso es como tener el ambiente para
hacerlo.
—Alto –dijo
ella ahora riendo –hablas como si fuera un come mujeres.
—Dana… Dana… no
pasará mucho para que él te vea como un desafío por estar evitándolo y para los
hombres no hay nada mejor que probar la fruta prohibida ¿no?
—Adam… ¿tú, lo
has hecho? ¿Has hecho el amor con una humana? –Adam sonrió.
—Un par de
veces en mi vida –ella abrió los ojos sorprendida –ahora solo tengo sexo, sin
nada de sentimientos que arruinen mi bienestar.
— ¿Lo has hecho
con Lilia? –no pudo evitar preguntar, quería saber la historia de ellos, pero
por la mirada de Adam, parecía que había sido muy pronto para preguntar.
— ¡Claro que
no! y tampoco lo haré, no te metas en ese tema, está zanjado –tenía su ceño
fruncido y Dana se dio cuenta que lo había arruinado. Ella miró hacia la
ventana buscando un tema para que él dejara de estar así, se habían acercado
bastante durante estas horas que no quería perderlo.
— ¿Y cómo se
siente?
— ¿Qué cosa?
–dijo molesto.
—Hacerlo con
otra persona –Dana no podía negar que ese era un tema que le traía muchas
dudas, pero que no la volvía loca, solo era mera curiosidad.
—No te diré,
eso es como mostrarle lo que se perdió a un hombre que va al infierno. Crueldad
pura –no había que decir más para que Dana entendiera lo increíble que debía
ser.
—Siempre he
tenido una duda –Adam rodó los ojos, por lo visto se había convertido en Google
del ángel –la regla de no acercarse de esa forma a un humano… ¿incluye besos?
–Adam sonrió, si ella seguía de esa forma, sus días siendo un ángel puro y
casto, estarían contados.
—No, no corre…
si quieres puedes besar a Ethan las veces que quieras y no te pasará nada, no
importa el lugar del beso.
— ¡Adam! –le
dio un golpe en su hombro, sin poder evitarlo. Él la miró sorprendido, no
pensaba que pudiera entenderle.
— ¿Cómo sabes
eso? –Negó sonriendo –estos ángeles de hoy en día llegan mucho más astutos.
Adam y Dana no
pudieron seguir hablando por mucho tiempo más ya que llegaron a su edificio y
se tuvo que despedir. Ella subió por el ascensor sintiendo como la felicidad de
hace un momento se iba desvaneciendo y la realidad volvía aun más fuerte.
Entró a su
departamento y se fue despojando de su ropa mientras caminaba, hasta que se
puso su pijama, sin embargo, no tenía sueño así que se fue hasta la sala con un
jugo y se quedó observando las luces de la ciudad, pensando en cómo había sido
rodeada por los brazos de Ethan y como él se había fijado solo en ella. Aun
sentía lo tibia de su mano ante el contacto de su piel.
—Bien –susurró
después de beber del vaso –Ethan Harris, voy por ti.
Sentado en el
sofá, Ethan observaba las luces de la ciudad, sin imaginarse que un piso más
arriba, Dana Cross estaba haciendo lo mismo, pero en condiciones diferentes.
No podía
sacarse de la cabeza a la chica que había conocido, no solo llamaba la atención
lo hermosa que era, sino que esos ojos color miel los había visto en algún
lado. Su cabeza no podía dejarlo tranquilo, llevó ambas manos hasta sus
cabellos, frustrado por no poder recordarla.
—Estúpidas
pastillas –susurró enojado, sabía que eran las culpables de que su memoria
fuera un asco.
— ¿Sr. Harris?
–Observó el reflejo que le proporcionaba la ventana y sonrió al ver aquella
mujer desnuda que le sonreía seductoramente — ¿es posible que haga mi noche más
entretenida?
—Sería un
gusto, Zoe –tomó la mano de su secretaria y la atrajo hasta su cuerpo,
concentrándose en disfrutar y jugar otro rato con ella, pero aun así tenía esos
ojos miel mezclándose en su cabeza… tan molestos como las voces y pequeñas
luces que veía cada cierto tiempo.
Gabriel sonrió
desde el edificio de al frente de Ethan y Dana, observando la diferencia entre
ambos pisos.
—Deberás ser
cuidadosa Dana –susurró mirando a su ángel favorito para después observar como
Ethan hacia suya a Zoe apoyándola en la ventana. Gabriel esperaba que en un
tiempo más Dana tuviera las debidas marcas en sus brazos, las que permitirían
poder hacerla suya, solo debía ser paciente para ver como aquel ángel caería.
¡hola pequeñas mariposas! aaaah ante todo muchas gracias a Iria por revisar el capitulo *-* espero que esten leyendo y que les este gustando, asi cuando lleguemos al ultimo que leyeron, se les sea mas facil entender los personajes.
Ahora me retiro, muchas gracias a las chicas que comentan, ya estan devueltos sus comentarios, solo deben ir a ver, ya que aqui no se devuelve a los correos :S espero que esten bien y ¡muchas gracias por leer!
PD: gracias por la paciencia, la universidad esta exigiendo mucho tiempo.
Uno de los capi que más amén ... Dana conoces tanto echan, que sabe hasta cuando quiere llevarse una mujer a la cama... Pobre de nuestro angelito....
ResponderEliminarGracias por el capi..... Ese Gabriel Va hacer mi perdición ...
hola!!!
Eliminaraaay Dana es tan ingenua pero por lo menos conoce a ethan y puede cuidarse de él. Espero que estes bien y muchas gracias por leer :D
Ethan es un come-mujeres en apariencia y un poco en la práctica, pero Dana no lo acepta porque está enamorada y es muy inocente, y deseo de corazón que Gabriel se quedé esperando por Dana. Danii excelente capitulo.
ResponderEliminaraaah angie, ethan realmente es un come mujeres, despreocupado y trata de dar esa apariencia porque sabe y esta seguro que nadie lo querria con su don y con todas las mañas que tiene, asi que solo se dedica a pasar un buen tiempo solamente :s pobre.
Eliminarespero que estes bien y muchas gracias por comentar los capitulos, en serio *-*
Hola
ResponderEliminarPobre Dana ella tan inocente, y que malo Ethan se queria aprovechar jeje.
Salu2
Aunque estuvieran "juntos" toda su vida como ángel guardian y humano, no podrían ser dos personas más diferentes entre si. Adoro la inocencia de Dana, se nota que es un ángel, aunque Gabriel esta más dispuesto a que esa inocencia se rompa para tenerla con el...
ResponderEliminarholi xD
ResponderEliminarcreo q no habia comentado aqui ... y como estoy repasando para saber donde me qede XD
ame esta cap cuando Dana se enoja y sus alas vuelven a salir D:
eso fue taaaan waaa!!
ahhhh el pequeño angelito esta sacando el verdadero angel guerrero que es ahora tengo dudas causa las marcas muero por saber y si de verdad dana va a besar a ethan es tan atrevida amo eso de ella jajajajajaj saludos
ResponderEliminarlu537