sábado, 30 de marzo de 2013

Un Ángel Caerá - Capitulo 10



Arrepentimiento

— ¡¿Qué es lo que pretendes?! –le dijo Eric cuando se encontraban ya en la sala, después de que Dana saliera rápidamente con sus guías, dejando a un desconcertado Ethan que no sabía lo que estaba pasando. Eran demasiadas emociones a la vez, ambos habían ayudado a su primera alma y además se habían besado, los dos seguían en un leve estado de shock.
Eric caminaba de un lado a otro, había dejado su vestimenta humana y ahora estaba con su armadura, dejando expuestas sus alas, estaba como el ángel parte de las Dominaciones que era, como el guía que se le había asignado a Dana.

Mientras que Adam, su guía terrenal estaba sentado a su lado, mirando como su amigo estaba por explotar ante lo que habían visto. Era cierto que Adam pensaba que Dana caería pronto, pero para él y Eric, verla de esa forma, no era muy alentador para los planes del bando angelical. Sin embargo, no la culpaba, ella estaba enamorada de Ethan y esto solo era la punta del iceberg, aunque si lamentaba que se haya dejado atrapar de esa forma.
— ¿Quién crees que eres? ¿Una humana? –la regañó de nuevo Eric, levantando su voz y dejando claro quién era el que mandaba dentro de la habitación. Pocas veces el Dominación se dejaba ver furioso, pero ver a su alumna y querida ángel en una situación poco decorosa para alguien de su especie, no era algo que pudiera aceptar.
— ¡Oh, vamos! –Le dijo Adam, ajustando su chaqueta azul marino para después meter sus manos en el bolsillo de sus pantalones negros — ¿no crees que estas exagerando? La pequeña angelito no tiene siquiera marcas en su piel… solo fue un beso.
— ¡Tú cállate!  —Dijo Eric dándole la espalda, mostrando sus alas tan blancas – tú fuiste el culpable de esto, si no le hubieras dado esa información a Dana nada de esto habría ocurrido, no se habría acercado a su humano al pensar que podría tener marcas.
Dana sentada junto a Adam, tenía sus manos sobre las piernas, mirando hacia el suelo y sin siquiera poner atención a lo que decía Eric. Sus labios aun ardían ante el contacto que tuvo con Ethan, quería volver a repetirlo cuantas veces lo deseara, jamás se había imaginado que algo como un simple beso podría dar vuelta su cabeza y provocar que todo su cuerpo respondiera a las caricias de su amado humano. Mentalmente sonrió al darse cuenta de lo que había hecho.
— ¿Quieres que Gabriel te gane? –esas palabras que dijo Eric llamaron la atención de Dana, su vista se fijó en su guía y al darse cuenta de la profundidad de ellas, obtuvo un peso sobre sus hombros. Claro que se estaba dejando expuesta ante el peligro que Ethan representaba para ella, quería seguir manteniendo su cuerpo sin marcas para que Gabriel no se acercara a ella y no pudiera dañar a Ethan.
—Lo siento –dijo tomando mayor seriedad a lo que había pasado. Sabía que no podría volver a besarlo, quedaba débil después de un beso como ese, Dana sentía que sus piernas temblaban y que sus ojos aun pesaban, solo por recordar la sensación de los labios de Ethan.
“¿Es que acaso los besos nos hacen débiles? ¿Nos dañan?” pensó sin entender que ese beso había provocado que cada célula de su cuerpo se excitara.
— ¡Eso no sirve de nada! –le gritó Eric de nuevo. Se sentía frustrado, no quería que ella cayera de esa forma, menos al frente de sus ojos. Hubiera cambiado todo para que Dana no estuviera enamorada de su humano, los ángeles bajo el efecto del amor eran una complicación para el mundo.
— ¡Ya deja de gritarle! –la defendió Adam, entendiendo mucho mejor a Dana de lo que Eric podría comprender –no sacas nada hablando de esa forma –se recostó levemente sobre el sofá, mirando a su protegida — ¿sabes? Te estoy defendiendo, deberías hablar algo para hacer callar a Eric.
—Soy culpable, fue mi error, yo fui quien comenzó todo –dijo ella recordando cuando tiró de la camiseta de Ethan, producto de estar feliz por el logro con Mariel, el alma perdida.
— ¿Tú? –Dijo Adam riendo, sin poder creer que ella hubiera tomado la iniciativa –eres una caja de sorpresas pequeña angelito, ya veo porque todos están atentos a tus acciones.
—Merezco el regaño –dijo ella apenada. Levantó la mirada para observar a Eric, pero sus ojos oscuros, fríos y furiosos estaban concentrados en la culpable de todo este embrollo, ella.
— ¿Sabes lo que deberías hacer tú? –Dijo Adam poniéndose de pie y caminando hasta donde estaba un mueble, donde se sentó, observando a Dana –deberías convertirte en un Arcángel, así no tendrías que escuchar cómo te regañamos porque tendrías la fuerza para combatir a Gabriel o a cualquier otro demonio ¿no sería una buena idea? Tu arma mejoraría al igual que tus alas, solo tendrías que aceptar las marcas en tu brazo izquierdo por manejar armas que podrían dañar tanto a demonios como humanos.
—Es cierto –dijo Eric como si no le interesara mucho la conversación, observando la técnica que estaba usando Adam para que Dana ascendiera.
— ¿Qué estás diciendo? –Dijo ella poniéndose de pie y mirando a Adam como si se hubiera convertido en algún monstruo –eso es imposible, cuando  vuelva a mi lugar, seguiré siendo el ángel custodio de Ethan, yo no he venido a matar demonios, no es mi trabajo, mi misión se limita solo a mi humano ¿de dónde han sacado esto? ¿Es qué han enviado alguna orden? ¡No la pienso cumplir! ¡Yo no acepto ascender! –Dana tensó su mordida, enojada ante la posibilidad de no volver a ser el ángel de Ethan.
—Pero mira como te has expuesto –dijo Adam, tratando de convencerla por un buen camino –puede que caigas ¿quieres ser como yo o Gabriel?
— ¡Silencio! No digas esas cosas –los quedó mirando sospechosamente –esto se acaba aquí –no iba a permitir que hablaran de esa forma al frente de ella, subestimándola sin tener cuidado en sus palabras — ¡No soy ninguna pequeña angelito! –dijo ahora mirando a Eric –si se me permitió venir aquí es porque yo puedo manejar las cosas como yo decida, no tengo por qué ser interrumpida de esta forma cuando a usted, Eric, se le plazca, ni ser subestimada o pasada a llevar por ti, Adam –ambos la quedaron mirando con sus ojos abiertos. Ella no acostumbraba a dejar que su carácter la dominara porque encontraba que no era algo positivo, sin embargo, a veces no podía controlarse –Les pediré que ambos se retiren ahora mismo, hoy acabo de cumplir con parte de mi misión y fue salvar un alma ¿alguien ha dicho algo de eso? ¡No! –Les gritó –solo están interesados en si me involucro de otra forma con Ethan, he venido para ayudarlo ¿Qué he hecho hoy, Eric?
—Ayudarlo… —dijo él muy recto, pero sorprendido por cómo su pupila le estaba hablando.
—Entonces ¡vuelve arriba a entrenar a los arcángeles que si ellos hiciesen bien su trabajo ninguno de nosotros estaría preocupándose de Gabriel!
—Buen punto –la apoyó Adam, riéndose de Eric –te han dicho a la cara que estás haciendo un mal trabajo.
—Esto no es una broma –dijo Dana mirando a Adam –deja de subestimarme, es verdad que tengo muchas cosas que aprender, pero no por eso seré el centro de tus burlas, soy capaz de defenderme y luchar como corresponde, lo que están haciendo es una falta de respeto, ambos son mis guías y no se comportan como tal.
Hubo un silencio bastante largo después de que ella les hablara de esa forma y los mirara enojada. Eric suspiró y negó ante sus propios pensamientos, sabía que ella tenía razón, pero no podía controlarse, era sobreprotector con ella, no quería que terminara en los brazos de un humano que podía herirla y hacer que desaparezca la Dana que conocían. Sin embargo también sabía Eric que en algún momento, Dana se dejaría vencer… eso era parte del plan, lo que era cruel y malvado por parte de su bando, pero no había nada que hacer más que dejar que ella tomara sus propias decisiones, simplemente tendría que cerrar su bocota de Dominación.
—Ya te estás haciendo mayor –dijo Eric, mirando hacia su protegida –lo siento.
— ¿Lo siento? –Adam lo quedó mirando extrañado, sin poder creer que Eric, uno de los ángeles más fuertes dentro de las Dominaciones, pudiera decir esas palabras, pocas veces el ángel se equivocaba –Mira Dana –la observó cuando se dio cuenta de las palabras del ángel –mientras estés en la tierra y necesites de mi ayuda para mejorar no dejarás de recibir mis burlas y risas hasta que seas digna de estar a mi altura.
—Eres un ángel caído ¿Cómo quieres que este a tu altura? Me estaría rebajando –dijo una enojada Dana, aun no se calmaba.
—Cuida tus palabras, pequeña angelito, no me gusta la gente arrogante, entiendo que estés furiosa y que digas que te subestimamos, pero esa es tu realidad, si quisiera asesinarte podría hacerlo ahora mismo… aun no estas listas y cuando llegues a mi nivel dejaré de reírme y te felicitaré por tu logro, pero para eso debes entrenar y aprender muchas cosas, no andar besuqueándote con Ethan porque el tipo es un Casanova, te tendrá en su cama en cosa de minutos ¿quieres ser un ángel caído como yo? Lo dudo… a menos que lo seas como un Arcángel o Principado, ahí vale la pena quedarse en la tierra, porque tendrías la fuerza para defenderte de los demonios.
—Sé que mi edad para ustedes solo es un pequeño porcentaje –dijo ella, entendiendo que tenía a dos ángeles ancestrales como guías –pero de mi generación, solo yo he conseguido mis alas ¿Por qué es eso, Eric? –lo miró muy confiada de sí misma.
—Porque Dana ha sido la única capaz de ascender y conseguir sus alas, su conocimiento y fe está sobre lo normal, solo es ella la que se niega a ser un Arcángel.
— ¡Oh por Dios! –dijo Adam mirándola sorprendida –estoy al frente de un ángel prodigio ¡¿Cómo he sido tan estúpido en subestimarte?! ¡Mi alma está condenada! –esto último lo dijo mirándola enojado, estaba siendo irónico — ¿sabes que Gabriel estaba en los planes del apocalipsis por tener tanto conocimiento y fe? Mira donde está ahora, todas esas cosas no sirven de nada si no eres capaz de guiar a tu humano como se debe, de protegerlo con tu vida, cosas que tú misma has dicho ¿no?
—No estoy siendo presuntuosa, solo quiero que dejes de subestimarme y ambos me permitan cumplir mi misión, tomando mis propias decisiones.
—Eso es justo –asintió Adam, él también pensaba que andar detrás de Dana como un perro guardián, no era correcto. Por algún motivo habían dejado que ella bajara a la tierra.
—Bien, acepto –dijo Eric, pensando fríamente todo lo que había pasado –pero recuerda Dana, que tú no tienes la opción del libre albedrío, ni tampoco perdón de tus pecados… esos cargan contigo para siempre, solo mira los brazos de Adam o mi hombro –dijo recordando sus propios pecados –tú no eres un ser humano, cuida tu espalda porque no tienes un ángel que la cuide por ti.
Aquellas fueron las últimas palabras que le dirigió a Dana por el día, su cuerpo volvió a brillar y sus alas se expandieron para después elevarse y traspasar todo el edificio, tenía que volver a la tierra de los ángeles.
—Y cuida esto –dijo Adam, dando un par de golpes en su pecho, al nivel de su corazón –con esas marcas no te acostumbraras como las de la piel, Dana… te lo digo por experiencia propia, no como Eric que no tiene puta idea de pecados, nos vemos pequeña angelito.
Sin más Adam se fue de una forma más normal, a través de la puerta, dejando a una confundida y arrepentida Dana.
Ella se sentía mal por hablarle de esa manera a sus guías, pero ninguno era capaz de poner las manos al fuego por ella. Sin embargo después de pensarlo un segundo, se dio cuenta que ese beso disminuía sus probabilidades de confianza en ella.
Miró hacia afuera y vio como ya estaba anocheciendo, no quería seguir encerrada en ese departamento, su cabeza daba giros ante tantos problemas que se estaban acumulando, pero principalmente por las emociones y sensaciones que la abrumaban.
Subió lentamente por las escaleras hasta que llegó a la azotea del edificio, no tuvo dificultad de abrir la puerta. Se sentó en una estructura rectangular de cemento y miró hacia el cielo, las primeras estrellas salían a encontrarla en su nostálgico anochecer.
—Ethan… —susurró al recordar cómo fue aquel beso. Su corazón se disparó nuevamente y dejó que sus alas se expandieran, necesitaba tener un momento de relajación, sin preocupaciones ni confusiones.
Dana se concentró, dejando que todos los ruidos de la ciudad se volvieran más lejanos y solo pensó en su humano, en cómo la besaba sin preocuparse de nada más, incluso había olvidado todo el hecho del alma, solo quería besarle y acariciar su espalda.
Para cuando abrió sus ojos, Dana sentía como una lágrima de felicidad caía por sus mejillas. Miró hacia sus lados y después de tanto tiempo, solo dejó que sus alas se movieran, elevándola en un solo movimiento hasta varios metros de altura, siguió subiendo hasta sentirse cómoda entre las nubes.
Dana recorrió a varios metros de altura, donde no podía ser vista, sintiendo lo maravilloso que era volar, tratar de dejar abajo sus preocupaciones y solo sentir el viento contra su cara. Era la primera vez que volar se sentía de esa forma, le gustaba mucho más que con su forma original. Sin embargo sintió deseos de estar en su cama, así que después de aproximadamente una hora, regresó a su departamento, donde se desvistió y se acostó, pensando en qué excusa le daría a Ethan por la intromisión de sus guías en su propio departamento.
Cubrió su cabeza con el cobertor y cerró sus ojos, pensando en el increíble beso que había tenido con Ethan y en los deseos que tenía de poder repetirlo.

En cambio, mientras el ángel se entregaba a Morfeo, Ethan estaba sobre su cama, manteniendo las manos de Zoe sobre su cabeza mientras se movía con fuerza contra su cadera.
— ¡Ethan! –dijo retorciéndose bajo el cuerpo de aquel humano, quien usaba el sexo como una forma de liberación para sus problemas. Zoe se había vuelto su sexo seguro, solo faltaba una llamada para que ella estuviera al poco tiempo después tocando su timbre — ¡Dios! –gritó ella arqueando su espalda y sonriendo por la ola de calor que sintió por todo su cuerpo.
— ¡Todavía no! –dijo aun con sus movimientos. Se sentía frustrado, con cientos de cosas en su cabeza, lo que no le permitía poder concentrarse en su propia liberación.
Tomó bruscamente a Zoe y la volteó para después tomarla de mala forma de su cadera, para que así ella se apoyara en sus rodillas, exponiéndose ante Ethan. Él sin previo aviso la penetró de nuevo. Zoe tiró de las sábanas ante los movimientos salvajes de él, que finalmente después de unas arremetidas más, pudo lograr el clímax de su excitación.
Ethan se recostó en la cama, mirando hacia el techo con su ceño fruncido. Se sentía mal consigo mismo porque no podía sacarse de la cabeza a Dana y sus labios, solo un simple beso había logrado que un escalofrío recorriera por todo su cuerpo.
— ¿Estás bien? –le dijo Zoe, sorprendida por el comportamiento tan frío de Ethan, siempre se preocupaba por ella, aunque no lo apreciaba le causaba sospecha que se comportara de esa forma.
Ethan no le respondió nada, solo fue al baño y se deshizo del condón para después volver y ver a Zoe recostada aun en la cama, para su pesar, parecía que ella no tenía planes de irse. Sin embargo él no estaba de tan mal humor como para correrla de la casa, eso sería algo muy feo de su parte y lo entendía, no lo habían criado de esa forma.
—Estás en otra parte –le sonrió Zoe, aun desnuda y sin preocuparse por ello, siempre se había sentido muy confiada de su cuerpo y le agradaba estar de esa forma, además a Gabriel le encantaba encontrarla así en su cama.
—Problemas en el trabajo –dijo recostándose de nuevo en la cama, de un salto como siempre lo hacía. Apoyó sus manos bajo su cabeza y volvió a concentrarse en el techo.
—Pero si en el trabajo está todo bien –Ethan tensó su mordida por haber olvidado que Zoe trabajaba con él.
“¡Estúpido! ¿Dónde tienes la cabeza? Deja a Dana en paz” pensó, culpando a su vecina por tener la cabeza en otro lado.
Aun no se podía creer el día recién pasado. Los acontecimientos del alma y aquel beso lo habían dejado con la cabeza un tanto revuelta.
“Incluso aun no entiendo quien era ese otro hombre. Conozco a Adam, es primo de Dana, pero el otro de cabello un tanto largo y con mirada rara no tengo puta idea de quién es. Ella dijo que era su ex… pero lucía muy extraño” no podía dejar de pensar en ella, lo había atrapado con un simple beso y eso había provocado que llamara a Zoe, a quien no dejó siquiera hablar cuando ya la tenía semidesnuda contra la pared, exigiendo por sus labios.
— ¿Es que es alguna mujer que te está volviendo loco? –dijo ella sonriendo, sabiendo muy bien que Dana era el ángel custodio de Ethan. Gabriel estuvo muy feliz cuando ella pudo entrar a trabajar con Ethan y tiempo después se enteró que el ángel de él, era Dana. La ponía celosa saber que él también deseaba al ángel, pero sabía muy bien que ella haría todo por Gabriel.
Ethan la miró por unos segundos, pensando si Zoe podría ser el tipo de mujer que él quería en ese momento. Aquella a la que puedes joder, pero también tenerla de amiga.
—Algo así…
— ¿Estas de tímido ahora, Ethan?
—Claro que no, solo que es muy complicada, no la puedo comprender, pareciera que tuviera cientos de problemas… y sinceramente no me quiero meter ahí –cerró sus ojos un segundo, pensando en que Dana incluso lo había convencido para ayudar a un alma, aun no se había dedicado a pensar en ello.
—Ah, vamos, no me vas a decir que ahora te has enamorado.
—No seas ridícula.
“Me llama la atención como nadie, pero eso no es amor, solo curiosidad” pensó, dándose una respuesta con la que se conformaría por ahora. Sin duda Ethan estaba atraído a ella como si fuera un simple alfiler y ella un gran imán. Le gustaba que ella estuviera tan loca como él respecto a las almas, además del hecho que era hermosa. Podría ser la primera persona que lo comprendería por completo.
—Entonces ¿no quieres solo tener sexo con ella? –él la miró con el ceño fruncido. Era cierto que tenía un interés sexual sobre Dana porque era hermosa, pero no quería jugar a herirla, lucía muy delicada y él jamás había herido a una mujer de esa forma, siempre sus amigas con las que tenía sexo sabían cuales eran las reglas, nada de sentimientos involucrados, pero él sabía muy bien que Dana no era de ese estilo, no era una Zoe.
—No.
—Entonces te interesa mucho más, me alegro, por lo visto estás madurando –dijo dándole un suave golpe en su hombro –quizás estés sentando cabeza.
—O quizás tú solo estás hablando tonterías –ella rodó los ojos, tratando de lucir natural, pero por dentro estaba eufórica porque por fin había llegado su momento de gloria. Gabriel estaría orgulloso de ella.
—Mira, deberías conocerla más, estoy segura que es una buena chica si te has interesado en ella, solo mírame a mí –dijo sonriendo, Ethan no pudo evitar responderle de la misma manera.
—Es complicado ¿sí?
—Estás siendo cobarde, deberías probar, no pierdes nada –él frunció el ceño.
— ¿Tienes algún novio que dices que vaya a buscar a esta chica sin preocuparte? –Zoe enarcó una ceja al escucharlo. Ethan era arrogante.
—No creas que eres el único con el cual tengo sexo, si no estás tú alguien podría llegar en tu reemplazo, así que evita esos comentarios, solo te quiero aconsejar, siempre la opinión de una chica en estos temas sirve. Si quieres la tomas y sino no.
—No te enojes –dijo él acariciando la sien de ella con su pulgar. Era algo que siempre hacía con las mujeres que tenía a su lado en una cama.
Ethan nunca había tenido una novia oficial, le gustaba tener sexo con quien llamara su atención, pero siempre las prevenía de que él era aventura de una noche, nada más, no novio ni futuro esposo. Simplemente no estaba hecho para una relación de larga duración, pero no por eso dejaba de respetar a las mujeres, las encontraba a todas hermosas e irresistibles, él solo tenía demasiadas opciones a su disposición y se encargaba de que cada una de ellas se fuera con una muy buena impresión de él.
Sin embargo en el caso de Zoe, ella no encontraba ninguna gracia que él la respetara y fuera cuidadoso con ella. Es por eso que no le tenía ningún afecto a Ethan, en su mente y corazón solo tenía a Gabriel. Incluso cuando estaba con Ethan, pensaba en él.
—Bien, pero hazme caso, no pierdes nada…
—Creo que me quedaré con la opción de ser un cobarde –dijo riendo ante la anterior respuesta de Zoe.
—Luego no llegues arrepentido por haber perdido a una hermosa mujer.
—Bueno, Srta. Montgomery, ahora ya es tarde y mañana debemos trabajar –ella asintió.
—Es verdad y esta noche como me quedo aquí me debo levantar más temprano para ir a casa.
—Puedes llegar un poco más tarde, no te preocupes.
—Muchas gracias, Sr. Harris –dijo ella guiñándole un ojo –entonces buenas noches.
Sin más ambos se acostaron y dándose la espalda decidieron quedarse dormidos. Sin embargo Ethan se quedó mirando hacia la pared, pensando en las palabras de Zoe.
“¿Qué pierdo con intentarlo? Es la única que tendré con mis mismos problemas, quizás me pueda ayudar” Ethan hundió su cabeza en la almohada, deseando quedarse dormido. Sin embargo cuando se giró y miró hacia el techo pudo ver dos pequeñas esferas de color celeste, flameando como pequeñas llamas. Su corazón saltó y se giró de nuevo, pensando en las palabras de Mariel, ahora muchas almas vendrían por su ayuda.
—Dana… —susurró  sin darse cuenta, pensando en que ella podría ayudarlo a sobrellevar estas dos nuevas almas, aunque después se arrepintió de ello, ya que no quería seguir en ese trabajo. Finalmente se quedó dormido y esos ojos miel se volvieron a colar en sus sueños.

Quentin y Sophia estaba sobre el edificio de sus humanos y de su amiga Dana. Estaban sobre la misma estructura de cemento donde Dana había estado sentada. Se miraban sin decir nada. Pensando en lo que su amiga había hecho con su propio humano.
— ¿Crees que sea bueno que nos colemos en sus sueños? –dijo Quentin, pensando que influir en los sueños de Ethan no era una opción tan favorable si ayudaba a que Dana fuera irresistible para el humano. Hace solo un par de minutos habían hecho que Ethan se quedara dormido pensando en los ojos miel de Dana.
—No lo sé, pero Dana está haciendo su parte para meterse en problemas, creo que deberíamos meternos en sus sueños.
—Es muy pronto, debe estar confundida –Sophia asintió, pensando en lo que había visto. Como Diego no la recordaba ella tenía más tiempo libre que Quentin, quien siempre tenía que estar cuidando a Emma, ya que ella siempre se encomendaba a él. Es por ese motivo que pudo ver en vivo y en directo el beso de Dana y Ethan.
Para Sophia nunca había sido interesante los besos de los humanos, el suyo y Emma se daban muchos besos, ya que prácticamente eran adictos él uno al otro, por eso para ella era típico verlo y no le causaban curiosidad. Sin embargo, nunca había visto un beso entre un ángel y su humano, la había dejado en shock por varios minutos.
— ¿Me dejas probar algo? –dijo ella a Quentin. Ellos eran pareja hace mucho tiempo, pero la relación entre ángeles era meramente espiritual, no se entregaban a deseos de humanos, a pesar de tener muchas similitudes emocionales por convivir diariamente con ellos.
— ¿Qué quieres probar? –ella sonrió un tanto nerviosa. Era la primera vez que se sentía de esa forma, así que no pudo identificar la sensación.
—Solo quédate quieto y cierra tus ojos ¿sí?
—Está bien –Quentin lo hizo de inmediato y ella se apoyó en sus manos y rodillas, acercándose a su ángel favorito y al que amaba por completo.
—No abras los ojos –dijo susurrando contra la boca de Quentin, quien a pesar de saber todo sobre el beso de Ethan y Dana, no tenía sospecha alguna de lo que Sophia estaba haciendo –Quentin ¿tú me amas? –el rubio de ojos brillantes sonrió por la pregunta.
—Nunca me habías preguntado eso, claro que te amo, sabes que no mentimos, pero si te queda duda alguna, te amo y mucho, sabes que somos parejas eternas cuando encuentras a esa persona que has amado durante toda tu vida humana entre los ángeles –dijo sonriendo. Los ángeles enamorados eran aquellos que encontraban a su alma gemela del mundo terrenal en la tierra de los ángeles, solo aquellos podían estar en pareja.
—Yo igual te amo y mucho –ella se armó de valor y posó sus labios sobre los de Quentin. Él entendió de inmediato lo que su Sophia quería hacer, así que no se alejó ni se quedó sorprendido, simplemente aprovechó ese momento que no se ve todos los días para llevar su mano hasta el rostro de Sophia, quien sonrió contra su boca. Ninguno de los dos seguía el beso, pero cuando Quentin pasó su dedo índice suavemente por la mejilla de su amada, hizo que sus labios tomaran cierto ritmo y ambos lograrán un beso que provocó que cierto brillo los rodeara.
Ninguno de los dos sentía sus corazones latir descontrolados, ni tenían sus respiraciones alteradas, ya que ninguno de los dos eran humanos, pero eso no quitaba que sintieran lo maravilloso que era besarse. Prácticamente se sentía como si sus almas pudieran brillar por estar haciendo aquella demostración de amor profundo por la otra persona.
La lengua de Quentin pasó por el labio inferior de Sophia y ella gustosa le dio acceso a su boca. No era un beso sensual ni sexual, lo más probable que si fueran humanos estarían con el corazón en su garganta, pero para ellos era simplemente decir te amo sin palabras o una mirada de amor que solo ellos conocían, solo habían encontrado una nueva forma de decirse te amo, un amor puro que tan solo los ángeles podían conocer.
—Ella hizo que me diera curiosidad –dijo Sophia cuando ambos se separaron –casi pude ver como Dana se elevaba de felicidad.
—Bueno, ya sabemos cómo se siente, ha sido de igual forma –Quentin pasó su pulgar por los labios de Sophia –y me encantaría repetirlo.
—A mi igual, no sabía que podía ser tan hermoso… gracias, te amo –dijo dándole un corto beso en los labios.
—Yo igual te amo.
—Quiero ver a Dana, la extraño, pero no quiero que le hablemos sobre su beso con Ethan, quiero ayudarla y distraerla un poco, quizás podríamos visitarla ¿no, crees?
—Me parece una perfecta idea, lo haremos como la vez pasada ¿sí?
—Está bien…
Ambos se fueron hacia el departamento de Emma y Diego, se sentaron en el sofá de la sala y se tomaron de las manos. Simplemente se recostaron y cerraron sus ojos, pensando en Dana.
Cuando los ángeles ingresaban a los sueños de sus humanos, era como si ellos mismos pudieran dormir. Solo tenían que estar en un lugar que les apeteciera, fuera en la tierra o en su propio lugar entre las nubes y cerraban sus ojos, permitiendo unirse a la mente de su humano y entrar a sus sueños. Era un ritual muy respetados entre los de su clase, ya que entrar a la intimidad de una mente, no era algo fácil ni mucho menos bien visto, ya que de cierta forma se podía influir en su libre albedrío, por eso tenían cientos de cuidados y reglas para cuando ingresaban a los sueños.
Sophia y Quentin no necesitaban seguir las reglas, Dana sabía muy bien de ellos y entendía todo sobre los ángeles, además del hecho de no ser humana, ella no tenía libre albedrío.

Dana nuevamente despertó en lo más alto de su torre favorita. Se giró sintiendo sus hombros más pesados de costumbre, sabía que sus amigos la venían a ver y no pensaba que la felicitarían.
—Te hemos extrañado –dijo una voz femenina. Dana de inmediato se volvió a girar para ver a Sophia y Quentin tomados de las manos. Ambos ángeles de cabello rubio la miraban sonriendo.
Corrió hasta ellos y los abrazó. Los tres se mantuvieron de esa forma por varios minutos, se hacían falta y se extrañaban.
—Yo lo siento –dijo Dana de inmediato, pero Sophia no tenía pensado hablarle de mala forma o de regañarla.
—No hemos venido a eso, solo te extrañábamos y nos preocupamos al saber que Eric te había reprendido.
—Además han pasado muchos días –dijo Quentin, sentándose.
Dana los quedó mirando y sonrió al ver esas túnicas blancas, parecían tan lejanas, como si fueran años que no usaba una.
—Me gusta cómo te estás preparando –continuo Quentin –si sigues así te convertirás en un arcángel, serás muy fuerte.
—No está dentro de mis planes –dijo Dana frunciendo su ceño, era la segunda vez que escuchaba algo parecido en un solo día.
— ¿Dentro de tus planes? –Pregunto curiosa Sophia – ¿tienes planes? Eso es raro, ya que tienes una misión y la has de cumplir, sabes que no tenemos libre albedrío.
—Es cierto, pero las decisiones que tome para lograr mi misión, son problema mío.
—Tienes razón, pero ¿no sería genial ascender? A tu nivel ya deberías prepararte para ser parte de los Principados ¿no? –dijo Quentin mirándola hacia arriba desde su asiento.
—Sí, pero esa decisión es personal, nadie influye al otro en ascender –se defendió Dana.
—Eres tan avanzada –la animó Sophia, dándole un suave golpe en su hombro –mira lo que has logrado con Ethan, ya ha alcanzado su primera alma, eso no lo puede hacer cualquiera, tu energía es quien lo ayuda a seguir su camino –Dana sonrió avergonzada por el cumplido –no me sorprendería que llegaras a ser parte de los Principados a tu corta edad.
—Están exagerando, para llegar a ese nivel hay que ser como Eric o Adam, ambos son muy fuertes y tienen unas mentes increíbles.
—Y su gran fe –agregó Quentin, pero Dana solo asintió, ella no confiaba en la fe de los demás luego de haber sufrido tanto por la partida de Gabriel, quien los traicionó a todos por irse hacia el bando del mal.
—No importa nada de eso, debo cumplir con mi misión y después volver a ver a Ethan como ángel custodio –respondió decidida a volver con el mismo rango, ella tenía muy claro que la opción de quedarse con su humano, no era factible — ¿Quién está cuidando a Ethan en mi lugar?
— ¿Alguien? –Preguntó curioso Quentin –no hay nadie, tú eres su ángel custodio que lo cuida desde la tierra ¿Quién te dijo que tenía a alguien?
—Gabriel –susurró apenada por haberle creído a ese demonio.
—No caigas en sus juegos –la trató de animar Sophia –él solo trata de confundirte con palabras sucias, la cizaña es parte de los demonios, es como juegan con los humanos.
—Es cierto… creo que debo tener más cuidado con él –dijo pensativa –aparece de la nada.
—Es muy poderoso, debes seguir como ahora, si te mantienes pura no podrá tocarte, lo sabes –dijo Sophia.
—Debo entrenar más, así no tomará desprevenido a Ethan, me encargaré de protegerlo, para eso estoy aquí ¿no? –sonrió animada al ver que tenía las herramientas para poder cuidar de su humano.
—Ese Gabriel si no fuera porque se retiró, ahora estaría a un nivel de los Tronos –Dana asintió ante las palabras de Quentin, aquella categoría era parte del primer coro de ángeles.
—Claro, casi como el mismísimo Lucifer que era un Serafín, es increíble cómo pueden caer –dijo Sophia, bajando la mirada y pensando en lo que significaba desertar ante Dios y volverse su enemigo. Ella esperaba nunca encontrarse con ese ser tan malévolo que se metía en los corazones humanos y de todo ser viviente que lo permitiera.
—Pero no pienses en ello –dijo Quentin al ver la expresión de Dana y Sophia –el bien siempre debe ganar ¿no? ¿Para qué dudar? De esa forma todo se va arruinando…
—Es verdad –lo apoyó Sophia –además no estás sola, nosotros estamos siempre pendientes de ti y de Ethan. Cuando te sientas angustiada, solo vuela un tiempo para que tus pensamientos se aclaren.
—Sí y ahora es mejor que vuelvas a dormir, mañana tendrás que ir a entrenar con Adam ¿no? –Quentin se puso de pie –Estuve investigando un poco a Arial, ella está muy entusiasmada en ayudarte, es de fiar ¿sabes?
—Si –dijo rápidamente Dana –ella es agradable.
—Pero recuerda que es un Nephillim –le advirtió Sophia –eso quiere decir que más de un arcángel puede ir detrás de ella, solo ten cuidado ¿sí?
—Lo tendré, gracias.
—Entonces nuestra visita llega hasta aquí –dijo Quentin dándole un abrazo a Dana –tenemos trabajo que hacer –se acercó hasta el límite del edificio y le hizo una seña antes de lanzarse al vacío, para poder volver a la normalidad.
—Te extraño mucho –le dijo Dana a Sophia ahora que estaban solas. Esta última suspiró y asintió, ella igual la extrañaba.
—Sé que no debería decirte esto –frunció el ceño al darse cuenta que su amiga no se iría sin regañarla, pero las palabras que siguieron, la dejaron sorprendida –pero he escuchado lo que te han dicho Eric y Adam, algo raro traman esos dos, aun así… Dana –Sophia se estaba confundiendo ante las palabras que debía decirle, sabía que estaba errando –sabes que hay ángeles con ambos brazos tatuados y que están allá arriba con nosotros…
— ¿Qué estas queriendo decir? ¿Qué caiga en pecado y que no me importe porque está la posibilidad de volver con ustedes? ¡No deberías decir esas cosas! –el tono sorprendido de Dana no pasó desapercibido.
—Es solo… que el amor  no debería ser castigado ¿no? solo imaginarme como sería si Quentin fuera mi humano, no podría controlarlo tampoco. Siento no haber sido más empática contigo –Dana frunció el ceño.
—Sabes que lo mío es diferente, está prohibido, no es como si fueras tú y Quentin en papeles diferentes, él es tu alma gemela, Ethan no es la mía –Sophia asintió.
—Ten cuidado con Gabriel ¿sí? –Dana se tensó.
—Siempre… —susurró triste.
Se abrazaron por largos minutos y luego Sophia se lanzó del edificio como lo había hecho Quentin, pensando en la complicada situación en la que estaba su querida amiga.
Dana miró hacia la ciudad desde su sueño, sintiendo como el viento ahora desordenaba su cabello. Abrió sin más sus alas y el viento la llevó un par de metros sobre el aire hasta que volvió a la oscuridad de Morfeo que necesitaba su parte humana, deseando con toda su alma no encontrarse con Gabriel, estaban pasando tantas cosas en su vida, que no sería capaz de enfrentarlo. Era demasiado fuerte.

Dana despertó más temprano de lo habitual, su propio reloj biológico hizo que abriera sus ojos anticipadamente. De un salto fue hasta el baño y se dio una rápida ducha para después vestirse. Esta vez, emocionada como siempre, fue hasta su armario y sacó una camiseta de manga larga gris con un estampado blanco que decía “Make love”, unos pantalones negros ajustados, una boina gris de lana y unas zapatillas Vans negras. Se miró en el espejo y sonrió, ajustó un poco la boina hacia un lado.
—Que linda es la ropa de humanos –dijo mientras guardaba su ropa deportiva en el bolso. Tendría que ir donde Adam a entrenar, pero pasaría a ver a Ethan. Era muy temprano, pero era su única oportunidad para encontrarlo antes de que fuera a trabajar.
Rápidamente se tomó un café, que cada día le encantaba aun más; luego tomó su bolso deportivo donde tenía todo lo que necesitaba y partió emocionada. Quería ver a Ethan y saber qué había pasado por su mente durante estas horas, qué percepción había tenido sobre el alma, qué planes tenía  futuros… y quería dejar en claro todo lo sucedido con el beso. Solo de recordarlo sentía que su cuerpo comenzaba a arder y que sus alas querían desplegarse, lo que la avergonzaba y confundía, no entendía lo que pasaba con ella solo por sentir los labios de Ethan.
“Irresistibles…” pensó cuando las puertas del ascensor se abrieron. Se acercó a la puerta de su humano y tocó al timbre. Se sorprendió cuando sintió los pasos, pero cuando la puerta del departamento se abrió… simplemente se quedó en blanco.
—Hola –dijo Zoe, quien traía puesto un vestido negro, corto que llegaba sobre la mitad de sus muslos, tenía dos líneas transparente con encaje del mismo color, bajo sus pechos y a la mitad de su abdomen, parte de sus pechos se veían por el corte del vestido y dos líneas cruzaban su cuello, formando una x.
Dana pudo notar lo atractiva que lucía Zoe, supuso de inmediato que eso debía ser “lucir sexy”
“Así lucen las mujeres que trabajan con su cuerpo por las noches” pensó sin saludar a Zoe. Miraba a la morena de ojos negros, como si fuera algún estilo de demonio, pero aquel pensamiento que tuvo la hizo sentir mal, no entendía por qué había pensando de esa forma.
—Buenos días –dijo ella al darse cuenta que no estaba respondiendo el saludo de Zoe, que la miraba sonriendo.
— ¿Te puedo ayudar en algo?
— ¿Está Ethan? –Dana volvió a tensar su mordida, pero trató de controlarlo. Sabía muy bien por qué Zoe estaba a esas horas en el departamento de su humano.
— ¡¿Ethan?! –dijo con un tono de voz más alto, mirando hacia atrás –pasa –la confianza que usó para invitarla, no le agradó a Dana, sentía que Zoe pertenecía a ese departamento de una forma que no le gustaba.
Cuando la humana se giró, Dana frunció el ceño al notar que la parte de su vestido se ajustaba a su trasero y además la parte de su espalda que se cubría, también era transparente con un encaje negro de flores, como la parte delantera. El ángel miró su ropa tan casual y después notó los altos tacos de Zoe que la hacían ver un poco más pequeña.
“Bueno, yo tengo alas y ella no… aunque no me sirvan de nada en este momento” pensó disgustada.
Cuando Ethan apareció y vio a Dana y Zoe en su sala, se las quedó mirando sin decir nada. Estaba vestido con un pijama azul, de pantalón y camiseta, descalzo.
—Bueno, yo los dejo –Zoe tomó su abrigo con el que se cubrió y su bolso para después acercarse a Ethan y besar su mejilla, le hizo una seña a Dana y se retiró, dejándolos solos.
Ambos se quedaron mirando sin decir nada. Ethan tenía unas ansias de tener entre sus brazos a Dana, mientras que ella por primera vez se estaba entregando a una emoción que jamás había sentido, algo que no podía controlar: celos.

¡Ya! hemos llegado a actualizarnos en esta historia, mañana mismo ya habrá capitulo nuevo de Un Ángel Caerá, nada de antiguo nuevo, no, recien salido del horno :D espero que les guste. Muchas gracias a las chicas que han comentado a través de los capítulos  miren que me dan ánimos para seguir en este poco tiempo que me da la universidad. Espero que nos leamos pronto, no sé si subirlo en la noche o mañana en la tarde. Ese capitulo que viene esta oscuro, verán a Gabriel como nunca antes y aaah simplemente espero que les guste ;D Muchas gracias por darse el tiempo de leer.
A todo esto, no sé si leeran los comentarios donde les devuelvo lo que opinan, pero de todas formas trataré de seguir respondiendo :D
Y por ultimo... pero no menos importante, si, el hombre de la foto será Adam Foster, para que se hagan una idea ¿les gustó? ricooo fue amor a primera vista grrr xd Me he dado cuenta que todos son estupendos en esta historia... ¬ ¬ xD

8 Lectores:

  1. AHHH ya he acabado con todos los capítulos antiguo/nuevo, y me he quedado con ganas de más, lo bueno es que mañana habrá otro nuevo ;) eso me hace muy feliz, tanto como cuando Dana ayudo a Ethan con el alma. Ja ja Dana esta saboreando lo que son los celos... pero me gusto lo que dijo sophia a Dana, que hay ángeles por encima de ellos que tienen ambos brazos tatuados, y la verdad es que es un buen motivo, el amor no tendría porque ser castigado, si fuera por vicio, lujuria solo, si, podría ser un gran pecado y dejar de ser algo puro, pero no hay nada más puro que el amor.

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    1. aaay no sabes como me han encantado todos tus comentarios, de verdad *-* que felicidad que te ha gustado la historia.
      bueno, ya se viene el siguiente, veremos un poco mas de estos personajes. gracias por leer eva *-*

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  2. Pobre de nuestra angelito ... No sabe que es un solo un títere ...

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  3. Estoy enojada, no me perece que Eric utilice de ésa manera a Adam para influenciar a Dana y menos que la hagan sentir mal por algo que ya sabian ellos que aunque Dana no lo deseara pasaria...

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  4. Ame el capitulo y ya quiero leer el que sigue, esto esta poniendose muy muy muy interesante jeje.

    Salu2

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  5. se esta poniendo muy buenoo estoo :P

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  6. ahahah ame la manera de defenderse de Dana
    el beso de Sophy y Quetin y la parete donde Dana piensa en "yo tengo alas ella no" XD

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