martes, 5 de marzo de 2013

Un ángel caerá - Capitulo 1



Un ángel caerá

¿Qué harías por la persona que amas cuando esta se encuentra perdida? Esa es la pregunta que ella se hacía mientras miraba como aquel humano que había visto crecer, se quedaba sentado, mirando durante horas a través de la ventana en su departamento, lugar que había conseguido hacía un par de años después de crear una excelente publicidad para una compañía importante.

Dana había sido designada como ángel custodio desde hacía ya veinticinco años humanos, tiempo que no corría para ella. Un año de su existencia equivalían a un par de décadas en la tierra; obtuvo la sabiduría adecuada para poder ser guía de un ser humano al mismo tiempo que obtenía sus alas, no todos los ángeles eran premiados con ellas cuando se les asignaba un humano.
Sin embargo cuando ya había logrado sus años como ángel custodio, llegó su primera decisión ¿dejaría a su humano para seguir creciendo como un Arcángel? Era el momento de avanzar y dejar que otro ángel se hiciera cargo de Ethan, pero ella no lo pudo aceptar, era su Ethan el que estaba en juego y él solo tenía dieciocho años en ese tiempo.
Llamando la atención de sus compañeros, ella decidió quedarse como un ángel custodio. El más sorprendido era Eric, su guía y consejero, pero él nunca le hizo saber que esperaba que ella dejara a Ethan para poder guiar a los nuevos ángeles y formarse como arcángel, solo aceptó su decisión creyendo que en este caso especial, el humano debería seguir teniendo tan buen ángel custodio.
Nadie ni por un segundo se le pasó por la mente que ella no podía dejarlo porque se había enamorado, jamás, en toda la existencia de los ángeles algo como eso había sucedido, es por ello que nadie dudaba que la entrega de Dana, solo era porque Ethan estaba perdido.
Un secreto como ese no podía ser guardado por un ángel, su conciencia no se lo permitía, es por eso que los únicos que sabían de los sentimientos de Dana, eran sus amigos más cercanos, Sophia y Quentin, quienes como los pocos ángeles, habían sido pareja desde hace ya cientos de años. Ninguno de los dos se atrevían a juzgarla, aquel pensamiento no era parte de ellos.
Ethan suspiró y miró hacia un lado, como si estuviera observando a Dana, quien se escondió detrás de sus hermosas y amplias alas, tan blancas y con plumas que parecían brillar; ella muchas veces se asustaba al pensar que él podría verla, pero la capacidad que tenía Ethan solo se adjudicaba a las almas que no podían cruzar hacia la luz, las que tenían asuntos pendientes o simplemente las que se negaban a la idea de haber muerto. Esta habilidad era la que hacía a Ethan un ser tan especial, pero él no lo podía concebir como un don… sino más bien una maldición.
La brisa que creó el movimiento de las alas de Dana alcanzó a llamar la atención del humano, no era la primera vez que le sucedía y siempre pasaba cuando él estaba perdido en sus pensamientos. No tenía la menor idea de qué se trataba, pero le daba la paz que necesitaba.
Ethan se acercó al mueble negro como el color del resto de su habitación y abrió una gaveta para después sacar las pastillas que escondía en ese cajón. Se tomó una más de lo que correspondía, ya que su cuerpo no estaba respondiendo a los relajantes y necesitaba dormir, mañana tendría una reunión importante y tenía que estar atento. Se metió a la cama y cerró sus ojos, esperando que las pastillas hicieran lo suyo… cinco minutos después ya se había entregado a Morfeo.
Dana lo miraba desde el final de la cama, triste por ver la situación en la que estaba Ethan. Esas pastillas se las tomaba como si fueran dulces, a la hora que fuera… evitaban que viera cosas que él no quería. Las había descubierto a los dieciocho años, desde ese entonces nunca más se acordó de su ángel custodio, por eso ella podía viajar y recorrer otros lugares… si su humano no se acordaba de ella era porque su fe no era la suficiente para que su cercanía fuera efectiva.
Ella volvió a suspirar y movió sus alas para dejar de esconderse. Cerró sus ojos cuando una pluma pasó a rozar su rostro y por enésima vez… trató de que Ethan entrara en razón y dejara de hacerse daño de esa forma.
Para cuando abrió los ojos tanto Dana como Ethan estaban en un hermoso valle, ambos reconocían el lugar como real, ya que era parte de la vida de él. Este era el escenario que usaba Dana en los sueños de Ethan para comunicarse, estaba rompiendo levemente las reglas, pero su justificación era válida. Todo lo que hacía por el bien de un humano, era permitido, aunque mostrarse como un ángel, no era la mejor forma, su belleza y apariencia física, podían obstaculizar la vida del humano.
Ella avanzó entre los árboles para poder llegar a donde estaba Ethan, ya no llevaba sus alas y ahora vestía como alguien normal, como si fuera una simple mortal, con jeans negros, los que siempre habían llamado su atención, ya que ella siempre vestía con una túnica blanca; además de llevar una blusa color azul. Esta vez llevaba su cabello color marrón completamente amarrado.
Ethan se giró al escuchar un ruido y vio a la mujer de sus sueños, no pudo evitar sonreír al encontrarla. Hacía días que no tenía este tipo de sueños y ya la extrañaba; era alta… aunque seguía siendo pequeña para él, quien medía un metro noventa, pero él calculaba que no media más de un metro setenta y cinco, su piel muy blanca siempre había llamado su atención ya que prácticamente era como si brillara. Tenía un buen cuerpo, nada exuberante pero sin duda era de su agrado, pero nada de eso importaba cuando ella lo miraba. Esos ojos color miel hacían que su corazón latiera más fuerte, aun sabiendo que este era un sueño más.
—Ethan –dijo ella, su tono de voz era tan apacible, tan suave que prácticamente podía sentir una caricia en su mejilla, podría pasarse horas escuchando su voz. Era tan joven, solo parecía una niña con ese rostro.
Él no pudo responderle, nunca podía… solo ella tenía permitido hablar en estos sueños y no le sorprendía, nada fuera de la realidad ya que si la tuviera al frente, no podría pensar en alguna palabra para decirle, era tan hermosa.
Dana sonrió triste al darse cuenta que nuevamente él no era capaz de responderle, aun siendo su sueño y aun sabiendo que tenía tanta labia con las mujeres, era un seductor sin causa, ninguna mujer que había llamado su atención había escapado de sus manos. Sin embargo con ella, en los sueños que él permitía crear, no era capaz de cruzar palabra… y le dolía, lo que más deseaba era poder escuchar una palabra suya que estuviera solo dirigida hacia ella.
— ¿Qué voy a hacer contigo? –Dana se sentó en el césped, apoyando su espalda en un frondoso árbol que le proporcionaba algo de sombra — ¿Cuándo dejarás de tomar esas pastillas?
“Nada fuera de lo normal” pensó Ethan, siempre le llamaba la atención por lo que tomaba.
Dana se encargaba de recordarle cada vez que entraba a sus sueños, que no siguiera tomando esos medicamentos, lo que sería un consejo fructífero, sino fuera porque Ethan olvidaba más de la mitad del sueño, incluyendo sus consejos, todo por culpa de esas pastillas.
—Podrías ayudar a tantas almas si estuvieras más concentrado en lo que eres capaz y no en mujeres –Dana había estado toda una vida con Ethan y desde que él entró a la universidad… no volvió a ser el mismo.
Él cada vez que tenía este tipo de sueños, presentaba sentimientos encontrados, amaba poder ver el rostro de la mujer de sus sueños, pero aun así le dolían las palabras que le regalaba. No quería consejos ni sermones sobre las elecciones que había hecho, solo quería estar en silencio con ella y aunque fuera solo una vez, permitir que se acercara un poco más, pero cada vez que avanzaba hasta ella, con rapidez se alejaba de él.
—Ya no sé cómo ayudarte, olvidas los sueños con más rapidez y haces caso omiso a lo que te digo –a pesar de que su voz era gloriosa para él, no podía seguir escuchando lo que tenía que decir, no le gustaba ni un poco cuando alguien le decía qué hacer.
Todo el entorno comenzó a oscurecerse, dejando expuesto el verdadero color de la mente de Ethan, dejando en claro… como estaba su alma. El brillante sol y el cielo azul fueron reemplazados por nubes negras y no pasó mucho cuando gotas de lluvia comenzaron a caer, permitiendo que truenos y relámpagos entristecieran a Dana, sabía que Ethan estaba molesto, sentimiento que ella jamás había comprendido, nunca había estado molesta o asustada realmente.
Como un reflejo Dana se puso de pie y liberó sus alas para poder cubrirse de la lluvia, no le agradaba mucho, siempre había pensado que era como si el cielo estuviera llorando, aunque nunca podría sentir las gotas como un humano.
Era la primera vez que Ethan pudo ver las alas de Dana, brillando en la oscuridad del cielo y escondiendo su rostro de él. No pudo soportar las ansias de acercarse a ella para poder tocarla, era algo que lo dominaba. Sin embargo, ella era más rápida que él, cuando sintió los pasos en la lluvia ella dejó que sus alas se expandieran y sin más desapareció de su vista.
Ethan miró hacia el cielo oscuro, que estaba acompañado de truenos y relámpagos, observando cómo su ángel se perdía en las nubes y como todo se volvió oscuridad, dando por terminado el sueño.

A Dana no le tomó más que dos segundos estar con los demás ángeles, ahora vestía con la túnica que todos traían y sus alas estaban tranquilas; todos estaban en un gran salón blanco que era adornado solo con dorado. Se alejó del grupo que conversaba amenamente y reía sin preocupaciones. Llamó la atención tanto de Sophia y Quentin, sus más cercanos del lugar.
Era cierto que eran ángeles, pero ellos eran partes del tercer coro, lugar donde se encontraban los Ángeles, Arcángeles y Principados, ella ahora debería estar con los arcángeles, pero en lugar de eso… se había mantenido con Ethan, además que no le agradaba la idea de mantener luchas con seres oscuros, no era lo suyo; es por eso, que siendo parte del tercer coro y siendo los más cercanos a los humanos, eran los que tenían un comportamiento similar; es por ello que a veces tenían sentimientos o ansias muy humanas… podían cometer errores como ellos, pero no tenían la opción de libre albedrio como los seres de la tierra.
— ¿Un nuevo sueño? –preguntó su rubio amigo, quien de los tres tenía la mayor apariencia al típico ángel que imaginaban los seres humanos.
Quentin era alto, de ojos verdes y de un cabello rubio y desordenado que llevaba suelto, alcanzando sus hombros. Tenía una barba incipiente que lo hacía ver mayor, aunque cuando sonreía se veía como un niño. Su espalda era lo bastante ancha para cubrir por completo a Sophia cuando la abrazaba. Era fuerte y estaba empeñado en conseguir sus alas.
—Dana –dijo con un tono preocupado, Sophia, más que un ángel, ella debía ser un querubín, era traviesa y muy sabia, a Dana le agradaba que fuera cercana a ella.
También era tan hermosa como los demás, tenía el cabello muy corto, de un rubio muy parecido al de su pareja, pero el liso la diferenciaba de un chico, además de su cuerpo, que no tenía muchas curvas, pero si las necesarias. Parte de este cabello cubría su ojo izquierdo, cada cierto segundo tenía que moverlo con sus pequeñas y delicadas manos, tan blancas como el resto de su piel. Tenía los ojos de un azul profundo y unos labios color rosa. Si Sophia estuviera en la tierra, sería una de las modelos más requeridas por su increíble belleza.
—Si –suspiró de nuevo. Dana y Sophia se hicieron cercanas y amigas en el mismo momento que Ethan conoció a Diego, su mejor amigo y humano de Sophia, ambos tenían cinco años en ese tiempo –estoy frustrada, ya no sé qué hacer.
— ¿Frustrada? Eso es una exageración, Dana –Quentin se sentó a su lado, sobre la misma nube donde Dana había decidido ir a refugiarse. Sophia siguió a su pareja y se sentó en el otro costado de ella –sabes que ese es un sentimiento netamente humano ¿no?
—Lo tengo muy claro, es por eso que me siento así, Ethan se siente de la misma forma –Quentin miró las alas de Dana por enésima vez en esos cinco minutos, como deseaba tener unas iguales, pero aun le faltaba para poder alcanzarlas, le encantaba poder tocar las de ella. Sin embargo las palabras de su pareja llamaron su atención.
—Estas muy unida a él.
—Y sabes muy bien por qué sucede eso –ella volvió a suspirar triste; Sophia también se entristecía por ver a su amiga de esa manera, solo podía tomar su mano y desear con todas las ganas que Dios hiciera que la pena de Dana se fuera.
—Bien, has estado así desde hace más de un año, si fueras humana te dirían que estas prácticamente en depresión –dijo Quentin pensativo, a quien desde hace un par de meses le había llamado la atención el comportamiento de Dana, no le agradaba nada ver a las personas sufrir, pero él además de pedir en oraciones que su amiga estuviera mejor, era un ángel de acciones –estuve haciendo algo hace un tiempo… que no le había comentado a nadie.
— ¿Qué cosa? –Sophia lo miró confundida ¿le había escondido información? — ¿has mentido?
—No, solo omití información, lo que es muy diferente –Dana sonrió, a pesar de ser ángeles, también caían en cosas banales como los humanos, es por eso que Sophia y Quentin también discutían… pero nada comparado a una discusión real, ya que para eso había que estar molesto, cosa que ninguno había sentido nunca.
— ¿Y bien? –siempre Quentin y sus comentarios habían llamado la atención de Dana, era un ángel que le gustaba mucho leer, por eso a veces les decía cosas que no tenían idea que existiera.
—Bien, hace un par de meses, estuve dando vueltas en la biblioteca general –Dana apoyó sus manos más atrás, sintiendo la suavidad de la nube en sus manos; atenta a lo que decía el ángel –bueno, ingresé a una parte que está prohibida, las historias de los ángeles caídos.
— ¡Quentin! –lo miró sorprendida su pareja, sin poder creer que había ingresado a leer ese tipo de historias. Ahí estaban los libros del comienzo del infierno, el primer ángel caído que había y estaba provocado más de un disparate en la tierra, solo para conseguir almas humanas.
— ¿Y qué descubriste? –la frase llamó la atención de Dana, sabía que había historias horrendas de los ángeles caídos que habían sido convertidos en seres oscuros que se encargaban de robar almas humanas que divagaban entre la vida y la muerte.
—Que no todo es malo –ambas se quedaron en silencio, esperando por más información de parte de Quentin –que puedes de cierta forma… volverte humana.
— ¿Qué estás diciendo? Eso es imposible, Quentin –replicó Sophia, quien no podía creer que estuviera escuchando ese estilo de cosas, pero tampoco era sensato que él le mintiera.
—No lo es… y tú amas a Ethan –dijo ahora mirando a Dana, a quien le brillaron sus ojos color miel al darse cuenta de las palabras de Quentin ¿es que acaso había una oportunidad de que Ethan pudiera dirigirle la palabra, que tocara su mejilla y que de una vez por toda le hiciera caso a sus consejos?
—No, imposible, además Dana jamás tomaría una alternativa como esa, es muy arriesgado –Sophia se negaba rotundamente ante la idea de que su amiga se volviera un ser oscuro por volverse humana.
— ¿Qué hay que hacer? –Dana no dudó ante la opción que Quentin le estaba entregando, haría de todo para sacar de esa oscuridad a Ethan, costara lo que costara.
—Pero de verdad es arriesgado –aclaró Quentin al ver la reacción de Dana, no esperaba que aceptara.
—Ve a buscar el libro, te esperamos aquí mismo –Quentin miró incómodo a Sophia por las palabras de Dana, pero no pudo hacer nada.
Se puso de pie y rápidamente fue hasta la biblioteca, nadie le diría nada por sacar un libro de ahí, aunque estuviera prohibido. Solo tenía ese calificativo porque no eran historias muy agradables y había ángeles realmente sensibles.
—No puedes hacerlo –dijo Sophia al darse cuenta de la seriedad de las palabras de Dana.
—Él me necesita y si no piensa en mí o cree en mí, debo llegar a él de otra forma, los sueños ya no los recuerda…  y no puedo permitir que por hacer un mal trabajo, cientos de almas sigan perdidas entre dos mundos, no cuando hay tantos seres oscuros tras ellas. Ethan es un ser importante y está perdido.
—Pero puedes convertirte en alguien oscuro, exactamente como los que comen almas, sabes que los ángeles caídos están predispuestos a caer en pecados humanos, al no conocer el mundo como realmente es, eres solo un ser puro rodeado de oscuridad Dana.
—Seré cuidadosa, hay ángeles ahí abajo.
—Claro, unos capacitados que son los Principados… ellos saben cómo manejarse en la tierra.
—Llegué –dijo Quentin interrumpiendo la conversación de las dos ángeles; traía consigo un gran libro dorado, con signos y escritos que tenían un idioma más antiguo que ellos mismos –aquí esta –rápidamente buscó entre las páginas blancas con letras doradas y llegó al lugar correcto –esta parte habla sobre la conversión de un ángel en humano, pero hay una parte que no puedo comprender.
Les acercó el libro a sus acompañantes y les indicó con el dedo las palabras que ahí estaban escritas.
“Si en tus deseos esta volver a ser un mortal, solo lo más preciado de un Ángel debes olvidar. Busca en el dolor tu salvación y liberación”
— ¿Por qué dice salvación? Nosotros ya tenemos esa opción, siendo ángeles –dijo confundida Sophia, sin poder comprender las palabras.
—Ahí es cuando me confundo, entiendo lo de liberación porque si quieres ser humano… estas atrapado siendo ángel, pero ¿salvación? –Quentin negó porque aun no podía descubrir el significado.
Dana pasó sus dedos sobre la escritura dorada, las palabras que la llevarían a donde siempre había deseado, jamás había pensando que existiera la posibilidad. Sonrió emocionada al saber lo que tenía que hacer, por primera vez estaría con Ethan y podría ayudarlo de verdad.
— ¿Cuál es la principal misión de un ángel custodio? –dijo mirando a sus amigos, esas palabras que eran tan difícil de descifrar para Sophia y Quentin, habían quedado tan claras como el agua para ella. Ambos la miraron confundidos, era obvia su respuesta.
—Ser guías de nuestros humanos –respondió Sophia.
—Yo no he podido serlo para el mío, mi salvación no está completa si no logro que encuentre el camino correcto, no si sigue en esa oscuridad… es por eso que busco esta solución ¿no? aquí está mi salvación –ambos se miraron sorprendidos, lo que decía tenía coherencia.
— ¿Y respecto al dolor? ¿Qué hay que hacer? –Quentin estaba inmerso en las palabras de Dana. Ella se quedó pensativa, sonrió al darse cuenta de la ironía de esto.
—Mis alas… no puedo ser humana teniendo mis alas.
— ¡No! –dijo Quentin al comprender que su amiga tendría que cortar sus alas, eso no lo iba a permitir, no cuando le costó tanto conseguirlas, no era algo a lo que se renunciaba así de fácil –no harás esto.
Dana llevó una mano a su cintura, donde en el cordón dorado que rodeaba su abdomen apareció repentinamente la daga de oro que los acompañaba cuando corrían peligro, ella jamás la había usado, es más, apenas esta era su segunda vez que la hacía aparecer. La filosa hoja plateada brillaba y podía ver su reflejo en ella; la empuñadura estaba conformada por dos partes, el pomo  y el nudo central, ambos hechos de oro con una cruz que traspasaba por completo la empuñadura, además de tener el nombre de Dana en la parte del nudo central.
—Esto servirá… —miró a sus amigos y sin más se dejó caer a través de las nubes, ellos no dudaron en seguirla.
Los tres cayeron a través del cielo, sintiendo como el viento desordenaba sus cabellos y les proporcionaba esa agradable sensación de libertad; siempre ir a la tierra era un momento que les gustaba.
Llegaron hasta alcanzar  la azotea de uno de los edificios de la ciudad de Chicago, ya era de noche; la caída de Quentin y Sophia fue mucho más brusca que la de Dana, quien era ayudada por sus alas.
—No lo hagas, por favor –Sophia por primera vez estaba asustada, sin saber que tenía este sentimiento, se dejó embargar por este, temía por la futura situación de su amiga.
—Él me necesita y no lo dejaré solo otro segundo más si puedo arreglarlo.
—Está decidida –Quentin se ubicó al lado de Sophia, estaba más tranquilo que su pareja, sabía que Dana hacía esto por las razones correctas.
—“Si en tus deseos esta volver a ser un mortal, solo lo más preciado de un Ángel debes olvidar. Busca en el dolor tu salvación y liberación” –susurró Dana, tomando la daga con fuerza y ubicándose en la orilla del edificio.
—Por aquí siempre pasa Diego ¿Qué pretendes hacer? –dijo Sophia sin comprender lo que estaba pasando.
—Él es doctor, me ayudará –Dana miró hacia abajo y vio que no eran tantos metros de caída, no le pasaría nada que no pudieran arreglar.
—Dana –Quentin se acercó hasta ella, para poder susurrarle –no permitas que nadie se entere sobre tus sentimientos hacia Ethan –sonrió por las palabras de su amigo.
—Él de allá arriba ya sabe –dijo mirando hacia el cielo oscuro. En ese momento comenzó una lluvia suave, que a ellos, no los mojaba –No me dejen sola, por favor ¿sí? –Ambos la miraron y asintieron seguros que podrían ayudar a Dana de alguna forma –Bien, visítenme en sueños.
Todo el amor que ella sentía por Ethan y las ansias que tenía por ayudarlo, permitieron que no sintiera miedo ni preocupación; era un ser ingenuo que jamás había sentido dolor en su existencia. Solo había visto cuando Ethan se había caído, ya sea en bicicleta o corriendo y había llorado cuando sus rodillas sangraban, pero no tenía la mínima idea de cómo se sentía realmente.
Sin ninguna duda tomó la daga y se la entregó a Quentin, quien no podía creer que estuviera colaborando en esto.
—Si me duele y grito, no te detengas, ya vas a quitarme una, así que solo hazlo rápido con la otra –él asintió a las instrucciones de Dana.
No había que causar mucha presión para poder hacer un corte que hiciera caer las alas de Dana, era una daga bastante filosa, podía cortar lo que le pusieran por delante, así que solo bastó que Quentin la pasara como si fuera un pincel cuando cortó una de las alas.
Si alguien le hubiera preguntado a Dana ¿Qué era el dolor? Jamás podría haber dado una respuesta adecuada, era algo que nunca había sentido, no lo conocía. Es por esto que cuando Quentin traspasó con la daga su ala izquierda, sintió como todo su cuerpo se tensaba y como una profunda punzada llegaba a su espalda, provocando que se inclinara para soportar el dolor.
— ¡Hazlo rápido! –gritó desesperada, esperando que el dolor se fuera de una buena vez. Sus mejillas comenzaron a ser bañadas por sus lágrimas de color dorado. Dana tenía una expresión que jamás había marcado su rostro… el dolor puro.
 La sangre dorada comenzó a salir de la espalda de Dana mientras ella gritaba por el padecimiento en el que estaba, pero Quentin no se detuvo, cortó su otra ala con rapidez.
En ese momento la daga desapareció de la mano de Quentin al igual que la visión de Dana hacia sus amigos, estos fueron desapareciendo mientras seguía llorando y sintiéndose fatal.
Sentía que su cuerpo comenzaba a pesar mucho más y que algo latía con fuerza en su pecho al mismo tiempo que sus pasos se tambaleaban hasta que se resbaló de la orilla del edificio y cayó hacia el vacío, viendo como la acera se acercaba a su cuerpo vertiginosamente.
Sin embargo, todo se detuvo; las gotas de lluvia no siguieron su camino, los autos que se veían a los lejos no avanzaban… el tiempo había sido detenido y eso solo podía ser obra de un solo ser... Dios, nunca lo había visto, su estatus como ángel no se lo permitía.
—No soy Dios, Dana –al escuchar la voz de Eric, sintió un escalofrió recorrer su espalda, era la primera vez que tenía una sensación de este estilo. Su cuerpo lentamente fue girando, ya no sentía dolor alguno pero sabía que sería momentáneo. Pudo verlo, con esa mirada tan profunda de un color verde, su cabello largo y oscuro caía sobre sus hombros; siempre le había llamado la atención la vestimenta de guerrero que traía, junto con la espada; jamás le preguntó cuantas veces la había usado.
—Eric… —Eric era el guía que había tenido ella mientras era un ángel naciente, apenas un bebé, su profesor, era parte de las Dominaciones, ángeles que constituían el segundo coro –tenía que hacerlo… —ella estaba suspendida en el aire mientras el tiempo estaba detenido.
—Me han informado que arriba estaban enterados de lo que iba a pasar.
—Él todo lo sabe, no me sorprende –dijo sonriendo al ver ese rostro conocido que también respondía a su sonrisa.
—Has cortado tus alas… eso es algo grave ¿sabías que pudiste solo presentar una solicitud para lo que estás haciendo? Sin dolor ni dramatismo –ella lo miró sorprendida –pero ya has elegido, solo vengo a guiarte por última vez hasta que nos veamos nuevamente.
—Mi misión ¿no?
—Así es, tus alas te serán devueltas cuando sea oportuno, tu daga seguirá contigo –la guardó en el bolsillo que tenía la túnica blanca, ya que siendo humana tendría que llevarla consigo siempre –ten cuidado Dana, no sabes lo que hay ahí afuera, tu tiempo en la tierra será especifico para tu misión, para nada más y lo sabes –ella estaba confundida por sus palabras –Sabes que el amor entre un ángel y humano es imposible, pero puedes ayudar a Ethan, él es muy valioso y lo necesitamos de nuestro lado, sabes eso ¿cierto?
—Sí.
—Cuando cumplas con tu misión, volverás a casa ¿bien?
—Sí.
—Quiero que cuando te recuperes, busques a Adam Foster, él te ayudará… es de nuestro bando ¿está bien?
—Sí.
Dana no podía decir ni una sola palabra, sentía que su corazón, el cual recién había sentido, se había oprimido al escuchar las palabras de Eric, le había aclarado que entre ella y Ethan no podía pasar absolutamente nada. Ella no conocía la desobediencia, así que si se le ordenaba algo, lo iba a cumplir.
—Ahora, ve Dana y no caigas en pecados que te hagan un ser oscuro, no sabes que otros seres hay ahí afuera y el primer ángel caído esta en busca de Ethan y está siendo apoyado por otros ángeles caídos…ve con Dios –formó una cruz con su pulgar derecho, solemnemente en su frente y desapareció de la vista de Dana, trayendo consigo el tiempo.
Lo primero que sintió fue el punzante dolor en su espalda, donde debían ir sus alas, seguidas de las gotas de lluvia que caían sobre su rostro, brazos y piernas expuestas. No pasaron muchos segundos cuando sintió el golpe de la acera contra toda la parte posterior de su cuerpo.
— ¡Dios santo! –gritó un hombre que venía caminando de traje y abrigo por la oscura calle, bajo la protección de un paraguas. Se arrodilló con rapidez para ver las condiciones de la mujer que estaba en el suelo, la protegió con el paraguas.
—No… no me lleves al hospital, Diego.
— ¿Cómo demonios sabes mi nombre? –no pudo contestarle, ya que perdió la conciencia.
Diego confundido la llevó hasta su auto que estaba a una cuadra más allá, cubriéndola con su abrigo. No dejaba de pensar que su novia, Emma, lo mataría por llevar a una desconocida hasta su departamento, pero no sabía qué presentimiento tenía, esa chica debía estar bien pronto.

Quentin, Sophia y Eric, miraban desde la azotea del edificio como Dana recibía ayuda por parte de Diego.
—Dame ese libro, Quentin –este se lo entregó de inmediato.
—Lo siento… —se disculpó el rubio, que era solo un poco más bajo que Eric.
—Sí, claro… lo siento, ahora los dos por seguir en este peligroso juego a Dana, tendrán doble trabajo, no permitan que corra peligro y ayúdenla en lo que puedan.
Sus amplias alas se expandieron y de un solo impulso salió volando hacia los cielos, tenía mucho que informar a sus superiores.
—Dana no se mantendrá tan alejada de Ethan –aclaró Quentin, mirando como el auto se alejaba.
—Sin duda alguna –Sophia tomó la mano de Quentin, esperando que todo saliera bien. Les esperaban muchas cosas que descubrir.

Continuará….

Hola pequeñas mariposas, bueno, comenzamos de nuevo con esta historia. Espero que les haya gustado el capitulo, que aunque ya lo han leido, hay nuevas cosas, ademas de los nombres, espero que lo hayan leido para que asi se acostumbren ;D mañana comenzaré a presentarles quien sera Ethan *-* (no iba a buscar a nadie, pero fue amor a primera vista). Gracias por su apoyo chicas, este es un cambio muy radical, espero que les guste.

Próxima actualización: Jueves 07 de Marzo

30 Lectores:

  1. me encanta!!
    empecé a leer y fue genial !!
    ningún problema con los nombre ...de echó me acostumbré altiro y de inmediato me los empecé a imaginar me encantan!!
    este primer cap me gusta tanto ... hay tanta inocencia ... *--*

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    1. :O que emocion que te hayas acostumbrado tan rapido :d sabes? para mi tambien fue lo mismo, realmente agradable y refrescante para mi mente pensar en personajes nuevos.
      Gracias por seguir leyendo Kathy ;D

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    2. me encanta!!! nose, me gusta E-B , pero como siempre tu le das ese toqe a una historia para q sea realmente buena y los nuevos personajes qedan perfectos ... los leia y de inmediato me gustaban ,todos, es genial!!
      asiq x aqui andaremos entre LML (1313) y UAC :) y obviamente cuando llegen los demás aqui estare tambien, no te liberaras de mi tan facilmente jejeje

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  2. Me gusta!:D como te dije por twitter no lo leí como fic así que no tengo idea de nada y será todo nuevo para mí :) estaré pendiente!

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    1. aaaah esto es emocionante, estas leyendo la historia toooda original, la mayoria comenzo con ella como fic ¡estoy tan feliz! espero que te guste y muchas gracias por leer ;D

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  3. yupiiii!!!!
    me encanta que continues esta historia!!
    gracias!
    DTB

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  4. Danii te diré que pensé que al leer el capitulo empezaría a recordarlo como la primer versión, pero no fue así y eso me encantó, además muero por conocer a Ethan físicamente ;)

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    1. :OOO aaay que emocion angie!!! esto realmente es agradable porque me anima mucho, asi la atraccion no era solo por los nombres, sino que por la historia tambien. Muchas gracias por leer ;D

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  5. Esta genial.......volver a empezar lo pone aun mas interesante....

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    1. aaah muchas gracias karla por leer *-* que bien que te ha gustado!

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  6. Aaaaaaaah!!!!! Eric, washito rico, dame un hijo ¡Dame un hijo!
    Jajaja al principio, cuando leía por primera vez los nombres era como "Bella" y "Edward" pero ahora ya no xd
    Como Sophia tiene el pelo rubio y los ojos azules me recordó a una compañera de trabajo de mi mamá a quien encontraba parecida a Alice, pero ella tenia el pelo rubio xd pero eso tambien me dio risa.
    Me encanta esto, Adam Foster.... mmmm jajajajja
    saludos

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    1. ojajoajoajoa karina, que contigo no hay caso! los quieres a todos, hasta a Adam grrr jajoaoj bueno, que bien que ya te estas acostumbrado a los nombres ;D
      nos leemos en el siguiente capitulo!

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  7. ok, no sera dificil acostumbrarme a los nuevos nombres...puedo decirte quue tan solo el nombre de "adam Foster" me llamo mas la atencion¡¡¡
    no importa las veces que leea, seguire murinedo de risa por al parte en la que Eric le dice a Dana que no debia hacer tanto dramatismo ni dolor...una simple solictud habria sido suficiente.
    me encatara seguri leyendo y si tambien me gustaria que nos mostraras las nuevas caaras,,para mi seria ams facil asociar nombres y rostros¡¡
    gracias por el capi y espero con ansias volver a saber de Gabriel¡¡¡

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  8. BUENO DANI TE REITEGRO QUE ERES UNA DE MIS ESCRITORAS FAVORITAS DE FICS... ESTA HISTORIA CUANDO LO LA COMENCE A LEER EN FF ME ENCANTO AHORA LA VOLVERE A RELEER...
    YA MUERO POR QUE SUBAS LOS DEMAS CAPS..

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    1. aaaah que nervios, espero que te guste como sigue con los nuevos nombres, que fueran fanfics y fueran pareja de edward y bella influye mucho en como aceptan la historia las demas :S
      espero que estes bien y muchas gracias por leer!

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  9. ajajajaja me hice otro gmail para puro comentar no mas xddd y pa la U xd weno, adios a la señorita Reid. hola yo :)
    insisto... Eric, washito lo violaria jajajajajjaa

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    1. ojaoajoajojoajaoj que raro es esto, si tenias ese nombre desde cuando??

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  10. Sinceramente me ha encantado!! con estos personajes tuyos, propios, parece que la historia es más intensa, la verdad es que me tiene enganchadisima. Me gusta no tener que imaginarme a los antiguos personajes y solo pensar en Dana y Ethan... ahhh acaba de empezar y ya los amo a todos ja ja ja. Estaré impaciente por el siguiente capitulo

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    1. aaaaaaaaaaaaaaah! eva! que nervios, estoy sintiendo muchos de ellos por tus palabras! que felicidad que te haya gustado y aun mas con los nuevos personajes *-* muchas gracias por leer!

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  11. Hola después de tanto leer fanfic de Twilight se hace difícil imaginarme los personaje. Espero que estas histo me cure de mi estancamiento .... Amo los nombres que elegiste, en especial Ethan y Dana. La historia como siempre genial .

    Un beso colega

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    1. aaaah espero que eso evolucione y te los imagines como tal ;D gracias por leer!

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  12. Bueno estoy por aquii.... x lo q leo la historia fue un fic, pero no lo llegue a leer, pero este original ya desde el primer cap me tiene enganchada!!! Voi a seguir leyendo.... ;)

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  13. Pensé que iba a ser extraño leerlo con otros nombres, pero no es como si fuera otra historia distinta,ni siquiera me puse a ver quien era quien...Capitulo muy lindo, y tierno, la entrega que tiene Dana por Ethan es inmensa y maravillosa...

    Saludos...

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  14. Aqui ando nuevamente, sesiente raro leerlo con otros nombres pero no importa, me acostumbraré. A mi me sigue intrigando cuando Diego la encuentrá y facilmente se la lleva a su casita u.u, me encanta

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  15. Hola, no recuerdo si ya habia comentado, pero lo vuelvo a hacer jeje (el trabajo entre semana no me deja tiempo).

    Genial genial, me encanta.

    Salu2

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  16. Hijoles que bonita historia....me encanto simplemente quede atrapada... Anel :)

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  17. hola mi querida niña como extrañaba tus historias de verdad que esta historia me saco las lagrimas desde un principio y en serio que me encanto lamento haber tardado tanto en leer esta historia esta buenisima nos seguiremos leyendo.

    saludos lu537FF

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