sábado, 16 de marzo de 2013

Un ángel caerá - Capitulo 5



Estrategia

Dana estaba vestida con la ropa deportiva que Arial había elegido para ella, le gustaba y se sentía cómoda. Una camiseta fucsia de mangas largas que se ajustaba a su cuerpo y unas mallas capri de color negro, además de su calzado deportivo de color negro con un soporte también de color fucsia, combinaba completamente gracias a Arial.
—Bien… —dijo Adam en una habitación de su casa que estaba destinada a entrenar. Miraba a su aprendiz que combinaba tan bien, sujetando con fuerza su daga dorada.
Se habían dirigido a su mansión a las afueras de Chicago, Dana se dio cuenta que conocía algo de esos caminos y lo relacionó a la casa de la familia Harris.

Dana se asombró al ver el lugar donde vivía Adam. Era una mansión de ladrillo y pilares, no sabía cuántas habitaciones podía llegar a tener, pero el lugar era hermoso, rodeado de árboles y con unos amplios jardines; protegida con una gran cerca negra y con diferentes dispositivos de alarmas que Adam le fue explicando a medida que entraban a su hogar.
—Ahora dime ¿Cómo demonios entré en esa historia con tu humano? ¿Cómo que ahora soy tu primo?
—Lo siento, pero tuve que inventar algo –ella le había explicado durante el camino toda la historia que les dijo a Emma y Diego, sabía que cada mentira de ese tipo tenía que tener un cómplice.
— ¡Empezamos bien, Dana! Acepto ayudarte e incluso entrenarte, pero me estas metiendo en un problema del cual no quiero participar.
—No mientas –lo encaró ella –si no te quisieras involucrar yo no estaría aquí.
— ¡Eso es porque aprecio mucho a Eric! Me salvó el pellejo más una vez, solo eso –ella negó ante las palabras de Adam.
—Sé que no tienes bando, pero a nadie como tú le gusta que se roben almas, lo sabes muy bien –él la quedó mirando por unos segundos, tenía razón; para un humano la diferencia del bien y el mal no estaba del todo marcada, ya que una situación podía hacer que una persona viera de forma muy diferente la vida, pero no era problema de Adam el camino que eligieran, por algo tenían el beneficio del libre albedrio, pero no aceptaba que los demonios robaran las almas que estaban perdidas entre dos mundos… si le agradara aquella acción, su alma ya estaría condenada.
—No es mi problema –dijo muy seguro de sí mismo, no quería decirle todo a Dana, era una recién llegada y le faltaba mucho para comprender ciertas reglas que habían entre los ángeles caídos. Él no deseaba tener más enemigos de los que ya tenía, pero tampoco podía abandonar por completo su esencia. Proteger y guiar a los humanos había sido su misión por demasiados años, eso no se olvidaba con facilidad, ni siquiera con décadas en la tierra.
— ¡Eres un hipócrita! –le gritó ella enojada, dejándose llevar por lo que había provocado Gabriel hace un par de horas, aun no sabía manejar los sentimientos que tenía en la tierra.
— ¡Ey! Relájate, no soy yo al que debes atacar ¿sabes? Te estoy ayudando y deberías agradecerlo –ella cerró sus ojos y se sintió mal por haberle gritado a su nuevo guía, en el cual Eric confiaba.
—Lo siento mucho –dijo bajando la mirada. Adam descubrió de inmediato lo que pasaba con Dana.
—No quiero saber lo que hay entre tú y Gabriel, ni me interesa, pero no vengas a descargar tu enojo conmigo ¿has escuchado? No tengo tiempo para esas cosas –la voz de Adam se había endurecido, la estaba regañando.
—Lo siento –repitió arrepentida, estaba siendo una mal agradecida.
—Ahora… deja esa daga guardada en algún lugar, que no la vamos a ocupar en este momento –ella le hizo caso y la fue a guardar en su bolso, que estaba al lado de una máquina para levantar pesas –por ahora –dijo Adam cuando ella volvió a estar frente a él –veremos tu capacidad ¿has luchado antes? ¿Sabes defenderte? Gabriel me dijo que antes habías estado interesada en ser un arcángel, debes saber algo ¿no? –ella se quedó unos segundos sin responder, ¿Gabriel había hablado de ella? fue la pregunta que llegó a su mente.
—Eso fue hace mucho tiempo, no recuerdo nada… —era cierto, había bloqueado parte de su vida como ángel, esos momentos que había pasado con Gabriel.
—Debes recordar algo sobre las técnicas de combate que enseñan allá arriba.
—Yo no estaba siendo entrenada para ser arcángel, aun no estaba preparada, pero siempre quise ser uno, por eso le decía a Gabriel que me enseñara, después de que él desertara, no seguí interesada.
—Bien –Adam se rindió, por lo visto su alumna no quería recordar el pasado –como básico debes saber que si tienes la oportunidad de correr, lo harás ¿sí? –Ella frunció el ceño al escucharlo, eso no era muy honorable –no eres una guerrera, ni siquiera sabes lo básico, para estar preparada y luchar con cualquier ser que te trate de atacar deberás tener años de práctica.
—Entiendo.
—Por experiencia propia te debo decir que siempre debes llevar ropa cómoda, nada de tacos ni esas cosas que ocupan las mujeres, debe ser algo que te permita movimientos amplios –ella asintió, atenta a sus palabras –una vez estaba usando una chaqueta de cuero un tanto ajustada, casi me mataron por no poder dar un golpe lo suficientemente fuerte.
—No tacos ni cosas ajustadas, lo entiendo.
—Debes estar siempre preparada para un posible ataque, sobre todo de noche que es cuando llega el verdadero peligro, muy pocos seres oscuros pueden salir de día y no te puedes fiar del rostro de nadie, ni siquiera de niños angelicales, esos son los peores, muerden como los mil demonios.
— ¿Niños? –ella no sería capaz de matar a un ser con un rostro como ese.
—Sí, hay seres que se convierten en tus debilidades, saben que un rostro inocente te hará dudar y ahí estará tu muerte, nunca puedes dudar Dana, todo movimiento debe ser calculado y guiado de forma segura para cumplir con tu objetivo, salir viva, es por eso que debes reconocer bien a tus aliados, se pueden convertir en alguien con un rostro conocido.
—Pero yo puedo sentir quien tiene su alma oscura  –él sonrió.
—Exacto, punto al que quiero ir, yo también puedo sentir aquello, pero tu cerebro te puede llegar a traicionar, una vez apareció un demonio con el rostro de Lilia, por poco me mata, no fue hasta que me dio el primer golpe que me desperté y lo eliminé.
—Lilia es muy importante para ti ¿no? –dijo ella, queriendo averiguar más sobre la historia de las Nephilim.
—Si, como Arial, ahora sigamos –él se tensó un poco, pero lo escondió de Dana –tienes mucho que aprender.
Después de estar alrededor de dos horas hablando de los principios básicos para obtener una buena técnica de combate, Adam hizo que Dana tratara de atacarlo. Los movimientos del ángel eran torpes y lentos, características que la llevarían a la muerte si tenía un enfrentamiento.
Sin embargo, ella aprendía rápido, de cada error o de cada crítica que le daba Adam, ella lo guardaba en su memoria para no volver a repetirlo, de esa forma después de un par de horas más, podía defenderse de los ataques de Adam, aunque estos eran comparados a los de un niño, no quería hacerle daño a Dana aun, así que la atacaba como si ella fuera una niña de 10 años. Debían empezar por algo.
Alrededor de las cuatro de la tarde, fueron a comer algo a la cocina, había una mujer que se encargaba de hacer los alimentos, así que para cuando se sentaron a comer, ya se encontraban los platos de comida. Carne, papas y muchas ensaladas, Dana sonrió al darse cuenta que volvería a probar algo nuevo, sus papilas gustativas se lo agradecieron, al igual que su estómago.
—Entonces ¿has pensado en un plan además de estarles mintiendo a Emma y Diego? Debes conocer pronto a Ethan ¿no?
—Si –ella no sentía la confianza necesaria con Adam como para contarle su estrategia –supongo que debo hacerlo pronto.
—Podrías invitarlos al Lucifer, lo más probable es que vayan con su amigo Ethan.
—No creo que llevarlo a la boca del lobo sea lo mejor, ahí puede estar Gabriel…
—Pequeña angelito, te debes dar cuenta de que si Gabriel quiere a ese humano, estará en todas partes, no solo en el Lucifer, además créeme… estaría más seguro en ese lugar que en cualquier otra parte.
—Tú eres su amigo, no puedo confiar en tus palabras –fue directa, estaba cansada de guardarse sus pensamientos durante estos días en la tierra, ella no acostumbraba a tener ese estilo de comunicación –no puedo confiar en ti del todo, puedes informar a Gabriel de mis planes.
— ¿Planes? Debes entender que ese vampiro te pasa por siglos de existencia, él ya lo tiene ubicado y sabe muy bien donde vive, sabe que eres su vecina…
— ¡¿Qué?!
—No fue muy inteligente vivir junto a su departamento ¿no? aunque no te culpes, él tiene a Ethan bajo la mira desde hace tiempo y no es el único –Dana abrió los ojos sorprendida por las palabras de su guía, se le estaba complicando aún más las cosas, necesitaba comunicarse con Ethan pronto o cada segundo que no estaba con él, era un segundo que podía peligrar su existencia.
— ¿Cómo que no es el único? ¿Quién más está detrás de él?
—No sé, pero imagínate, el chico es como una lámpara en la oscuridad, las polillas se le acercan con rapidez ¿no?
—Él no hace nada, no los puede ver con esos medicamentos que tiene –suspiró frustrada, mirando cansada a Adam, estaba recibiendo tanta presión por parte de su humano y aun ni siquiera entablaba una conversación con él.
—Mira… sé que estás haciendo todo lo posible para protegerlo, haberte cortado tus alas es la demostración de ello, pero debes tener en tu cabeza la posibilidad de perderlo.
— ¡No! –Dijo ella levantado la voz, tomando con fuerza los cubiertos –yo soy el bien y Gabriel el mal, siempre gana el lado bueno, no voy a dejar que él toque o meta cosas en la cabeza de Ethan.
—Sé que es valioso, su habilidad puede ayudar a muchas personas, tampoco quiero que Gabriel lo atrape o el mismo Lucifer logre tenerlo en sus filas, pero debes entender que existe esa posibilidad, después de todo es él quien elige su opción y no mentiré, lo que ofrece tu bando contrario es mucho más atrayente para un humano –Dana lo sabía, siempre los humanos caían ante las provocaciones del mal, les agradaba creer que una vida sin límites y reglas era la mejor opción.
— ¿Tú tampoco quieres que atrapen a Ethan? ¿Cómo sabes de su habilidad? –él se encogió de hombros mientras comía un gran pedazo de carne cocida al punto.
—Entre Eric y Gabriel me han dado mucha información.
—Pero Gabriel sabe que me estas ayudando –él sonrió, Dana no conocía a los demonios, era demasiado notorio.
— ¿Crees que a él le importa que yo sepa? Puedo considerarlo un amigo, pero no como tú piensas pequeña angelito, un amigo para nosotros no es más que alguien que conoces hace demasiado tiempo, me podré reír de sus bromas, él me podrá ayudar en ciertas cosas, pero para un demonio no existe la amistad… si llego a ponerme en su camino no dudara en asesinarme, es así de simple.
—Es horrible –susurró al pensar que Gabriel podría matar a Adam.
—Son las reglas del juego, pasa lo mismo con Eric, si me llegó a meter en su camino o si llego a tratar de asesinarte, él no dudara en atravesar mi pecho con esa espada que tiene.
—Imposible, él ha dicho que eres de su confianza.
—Dana, debes entender que todos se comportan de cierta forma para obtener a la humanidad, para protegerla y guiarla, independiente del camino al que se dirijan ¿crees que Gabriel quiere asesinar a Ethan? claro que no, solo lo quiere tener para poder absorber las almas que se le acercan, para engañarlas y prometerle una vida diferente, ya sea mintiendo u ofreciéndole lo que desean.
—Ay… Dios –dijo Dana llevando sus manos a la cabeza, el apetito se había ido por las palabras de Adam, cada día las cosas parecían empeorar.
—Dana, ven esta noche al Lucifer –dijo Adam, sintiendo compasión por el ángel frustrado que tenía al frente de sus ojos –debes conocer pronto a Ethan y quizás esta noche pueda venir, lo he visto en mi local más de una vez y si no está… bueno, te distraes un poco, además te puede servir para conocer la noche y los diferentes demonios.
— ¿Realmente piensas que es una buena idea? –él asintió.
—Tu desesperación está en tu ignorancia, debes conocer el ambiente en el que se desenvuelve un humano como el tuyo.
—He estado con él desde que estaba en la barriga de su madre.
—Pero solo como una observadora, te han enviado para protegerlo y la única opción es dejando de ser una simple espectadora –los nervios estaban acabando con ella, cada día parecía ser mas difícil contactar con Ethan ¿Cómo iba a existir la casualidad de que él estuviera esa noche? ¿Qué haría si lo encontraba? Ni siquiera estaba segura de poder hablarle.
—Yo… —dijo por primera vez avergonzada –yo tengo entendido que puedo ser un tanto… —comenzó a mover sus dedos sobre la mesa, llamando la atención de Adam –atractiva para el sexo opuesto, no quiero que él me vea de esa forma ¿sabes? Lo conozco muy bien, Ethan es muy promiscuo.
— ¡¿Un tanto atractiva?! –dijo riendo Adam — ¡por favor! No peques de modesta ¡Eres un ángel! Prácticamente creada por Dios y los demás ángeles ¡eres perfecta! ¿Es que acaso no te has dado cuenta como te miran los demás? Hasta mi empleada te quedó mirando más de la cuenta.
—Pero tú también fuiste un ángel…
—Claro, sé lo que tengo –dijo apuntando todo su cuerpo con sus manos –pero tú tienes un plus, que es tener un alma pura y buena, Dana.
—Pero he mentido hoy, además…
— ¿Mentido? Para ayudar a tu humano, no lo has hecho para herir a nadie, debes darte cuenta que las cosas aquí no son como te han dicho arriba, incluso Eric sabe de esto ¿nunca te lo dijo?
—No –nunca habían hablado ese tipo de cosas entre los dos.
—Dana, deberás tener mucho cuidado, Eric no me ha dicho lo que  sientes por este humano, pero no cualquiera corta sus alas por alguien más, ni siquiera un ángel custodio que son los más fieles a la humanidad –las mejillas de Dana se sonrojaron ante las palabras de Adam –deberás aprender a manejarte con los hombres si es que no quieres tener esas marcas en tus brazos, esos tatuajes no se borran nunca.
—Tengo claro a lo que vine –dijo ella mirando su plato de comida –Eric me dijo que venía por Ethan, pero que nada podía suceder… es solo que no sé si pueda hablarle ni como reaccionaré ante él.
—Es por eso que debes salir más, debes reconocer miradas o caricias, sabes que deberás convertirte en alguien muy cercana a él para poder influir en sus decisiones, debes descubrir si de verdad sientes algo más por Ethan, puede que solo estés confundida, lo tienes permitido, estas con alguien toda su vida y estas limitado a no hablarle, ese amor puede ser solo fraternal –Adam entendía muy bien ese tipo de confusiones, pero no sentía que fuera apropiado comentarle su experiencia a Dana.
—No lo había pensando de esa forma –dijo ella un tanto triste, era cierto, podía ser que estuviera confundida y solo fuera otro tipo de amor.
—Ven esta noche, será como una investigación… una cosa es observar el comportamiento de los humanos y una muy diferente es estar entre ellos.
—No lo sé.
—Mira… estas bajo mi cuidado, podré no seguir siendo de tu equipo, pero hay cosas que no se van con facilidad y cumplir mi promesa con Eric, es lo principal en este momento. No temas de que te entregaré a Gabriel o que haré lo mismo con Ethan, no soy partidario de que se roben las almas, es por ello que me tienes de tu lado, yo si prometo algo lo cumplo, no te venderé a Gabriel, eso debes tenerlo seguro –él trató de expresar toda la sinceridad y honestidad en esas palabras, quería que Dana pudiera estar más tranquila… la mirada frustrada en un ángel, no era algo agradable de ver.
Ella lo quedó observando por unos segundos sin decir nada, de un momento a otro Adam y esa sonrisa que le estaba dando parecía más joven de lo que había aparentado para ella. Estaba siendo sincero en sus palabras y por primera vez durante estos días en la tierra, había respirado tranquila.
—Adam ¿Qué edad tienes? –dijo curiosa ante el repentino cambio de su guía.
— ¿Yo? Tengo veintisiete ¿Por qué?
—Te ves de unos treinta –él frunció el ceño al escucharla, de inmediato recordó a Lilia, que siempre le repetía que debía sonreír más y no estar tan serio, se veía más viejo de esa forma –debes sonreír más ¿sabes?
—Y tú debes dejar de fijarte tan superficialmente en las personas –ella sonrió, pero de todas formas pensó que su seriedad era justificada, tanto tiempo en la tierra y después de haber sido un ángel, debía traerle consecuencias –ahora come rápido que debes seguir aprendiendo.

Después de comer, se quedaron un tiempo haciendo sobremesa y hablando temas de sumo interés para Dana, ciertas cosas básicas que debía aprender de los humanos. Adam después de la última visita por parte de Eric, se había tomado en serio ser el guía de su pequeña angelito, no estaba enterado de la ignorancia donde ella se encontraba. Estar descifrando si debía o no dormir, no era una buena referencia por parte de Dana.
Su entrenamiento siguió por el resto de la tarde, ella estaba agotada y tenía deseos de descansar, pero Adam no la dejó, quería ver hasta cuando podía dar su resistencia. En ningún momento se cayó o se rindió, si le pedía que siguiera ella seguía, aunque estuviera cansada hasta decir basta. Sin embargo cuando él le informó que ya se había acabado todo por el día, se quedó recostada media hora en el suelo de aquel gimnasio que tenía su guía.
— ¿Qué hora es? –preguntó prácticamente muerta de cansancio.
—Son más de las ocho, he llamado a Lilia para que te vaya a dejar, debo arreglar unas cosas aquí para después ir directo al Lucifer y ver los últimos preparativos para la noche.
— ¿Te gusta trabajar en eso? –él sonrió, sentado en cinta de correr.
—Es entretenido, está lleno de vida ¿sabes? A pesar de que uno pensaría lo contrario, la música, las risas… te hacen pensar que los humanos son entretenidos, de día solo están concentrados en sus trabajos.
—Como tú.
—Si… como yo, pero no es lo mismo, ellos crecen y mueren, nosotros estamos estancados en la tierra, sabes cómo es nuestro ciclo de crecimiento.
—Pero tú no eres un ángel –dijo ella confundida.
—Tampoco soy un humano –ante tal conversación, Dana quiso poder averiguar sobre Lilia y Arial, pero sabía que iba a arruinar el momento, se estaba llevando mucho mejor con Adam y sentía que podía confiar aunque sea un poquito más en él. Le había dicho que no rompía promesas, para ella eso era realmente valioso.
A la siguiente hora Lilia llegó en su auto, un Mini Cooper S del año, color negro con blanco, el clásico que ella amaba, se lo había regalado Adam por su cumpleaños. Lo abrazó por media hora, gritando por aquel presente.
—Hola, pequeña angelito –dijo Lilia sonriendo, mirando a Dana que estaba a las afuera de la mansión con su bolso – ¿Cómo estuvo tu entrenamiento?  Espero que Adam no haya sido malvado contigo –dijo mirando al aludido que la observaba sin decir nada.
—Estuvo agotador –dijo Dana cansada — ¿Cómo estás tú? –preguntó curiosa.
—Bien… —él corazón de Lilia latía con fuerza, Adam a veces le regalaba unas miradas que la ponían nerviosa, aun más cuando se fijaba de esa forma en sus piernas. Le sonrió avergonzada.
Adam necesitaba salir de ahí, esos ojos violetas lo ponían nervioso. Observaba sin controlarse a la chica que lo miraba con sus mejillas sonrojadas ¿pero por qué se tenía que vestir de esa forma y además mirarlo de esa manera? Era un calvario.
Lilia se había vestido exclusivamente así porque sabía que vería a Adam; había elegido una minifalda de color verde oro viejo, además de una camiseta gris sin mangas que tenía un cinturón muy delgado cruzando su cadera, del mismo color que su mini; por ultimo llevaba una blusa que su ajustaba a sus brazos, de color caqui, que llevaba abierta. Además de sus inseparables converse.
A Adam le encantaba la forma en la que se vestía Lilia, no trataba de llamar la atención como Arial, pero si conseguía que toda su concentración quedara sobre ella cuando llegaba a donde estaba. Tenía que dejar de mirarla.
—Lilia, Dana irá hoy al Lucifer, ayúdala si necesita algo ¿entendido? –ella frunció el ceño ante el tono que ocupaba Adam, pero no era sorpresa, siempre la miraba como si quiera meterse entre sus bragas y después se hacía el desentendido, ya se estaba cansando de esa situación.
—Bien, nos vemos –ella miró a Dana y se alejó, caminando rápidamente hasta su auto.
— ¡Gracias! –le dijo el ángel a Adam y salió corriendo tras Lilia. Adam observó la escena unos segundos para después sacar su celular y marcar rápidamente un número.
—No me digas que algo malo pasó y por eso me llamas –dijo el hombre al otro lado de la línea.
—Hoy debes llevar a Ethan Harris al Lucifer –escuchó el suspiro.
—Yo quería dormir, no puedes crear planes tan tarde, me va a costar llevarlo, está un tanto extraño, quizás las pastillas le están haciendo mal –Adam negó a sus palabras.
—No sé lo que harás Gaspar, pero quiero que lo lleves hoy, su ángel estará ahí –hubo un silencio.
— ¿Estás hablando en serio?
—Solo llévalo Young, por algo te tengo como su jefe en esa compañía.
—Ey… cuida tus palabras, nos va bastante bien, así que agradécemelo –Adam no contestó –bien, debiste decirme que su ángel estará ahí, nos vemos.
—Solo tráelo.
Ambos cortaron y Adam entró a su mansión, esperando que todo saliera como lo tenía planeado, la llegada de Dana había sido toda una sorpresa, pero podía sacarle gran provecho y ya había creado una nueva estrategia, el tiempo de esperar se había acabado.

Dana miraba a Lilia de reojo, ella parecía tensa detrás del volante y tenía su ceño fruncido. Iba manejando muy rápido y murmurando cosas que ella no alcanzaba a escuchar.
— ¿Cómo ha estado tu día? –dijo tratando de calmarla.
—Bien –contesto cortante — ¡¿Es que acaso él cree que no me doy cuenta?! –Dana observó como alrededor de Lilia daba vueltas una luz violeta, por lo visto era la única que podía verla. Durante estos días en la tierra, ningún alma se le había presentado… hasta ahora.
— ¿Qué sucede entre ustedes dos?
—Ni siquiera yo lo sé –ella no podía dejar de mirar la pequeña luz que dejaba un rastro de unos centímetros, daba vueltas alrededor de Lilia como si tratara de rodearla, traspasaba el auto al girar de esa forma. Ella sonrió, no se podía imaginar quien era, ya que aun no se presentaba completamente a ella, pero lucía un alma de las buenas — ¿Por qué sonríes? ¿Es que acaso encuentras gracioso todo esto?
—No –dijo Dana negando de inmediato, se había dejado llevar por la simpática alma que daba vueltas –es solo que ustedes son muy extraños, ayer pude notarlo… como se miran.
—No lo entiendo ¿Por qué juguetea con Arial pero conmigo se hace el desentendido a pesar de que prácticamente me desnuda con la mirada? ¡Dios! Estoy tan frustrada –Dana se quedó de una pieza al escucharla, ella no sabía de esos temas y no sabía cómo ayudarla.
— ¿No has intentado hablar con él sobre ello? –Lilia le dio una mirada envenenada, pero al ver la expresión preocupada de Dana, se sintió mal, ella solo trataba de ayudarla.
—Lo siento, no debería comportarme así al frente tuyo.
—Está bien, es normal enojarse, lo estoy aprendiendo… me he dado cuenta que lo hago seguido, entonces ¿no lo has hablando?
—Claro que no, es Adam, prácticamente me crió después de no tener idea de que pasó con mi madre, viví con él y Arial en esa mansión por toda mi vida.
—Es complicado –Lilia no le respondió, solo asintió y se sumergió en sus pensamientos, estaba tan cansada de su relación con Adam, desde hace un par de años se había convertido en un cuadro para él, con un poco de suerte le dirigía la palabra.

El camino hacia el departamento de Dana se hizo en silencio, Lilia no tenía deseos de hablar e Dana no quería interrumpirla, se sentía mal por obligarla a estar con ella, se sentía una molestia.
—Me debo dar un baño –aclaró nerviosa –tanto ejercicio hizo que transpirara.
—Claro, ve… yo revisaré que te puedes poner hoy en la noche ¿sí?
Dana se fue intranquila hasta el baño, donde trato de ducharse rápidamente para que Lilia no perdiera más tiempo con ella, es por eso que ni siquiera pudo disfrutar del agua como tanto le gustaba. Estaba ansiosa para que pronto lloviera en la ciudad, quería sentir aquellas gotas mojar su rostro.
Envolvió su cuerpo con una toalla, al igual que su cabello. Salió hasta la sala de esa forma, Lilia no la pudo escuchar ya que estaba descalza, es por eso que cuando Dana entró a la sala, pudo ver como su nueva conocida secaba sus lágrimas, sentada en el sofá más grande.
—No… —dijo Dana sintiendo como su labio inferior comenzaba a temblar, no le gustaba nada cuando las personas lloraban y menos ahora que Lilia estaba ahí para ayudarla.
—Ya has terminado –dijo Lilia rápidamente, secando sus lágrimas –lo siento –Dana fue hasta ella y se sentó a su lado.
—No llores ¿esto es porque te hago perder tiempo? Lo siento mucho, no sabía que Adam te iba a llamar, no te molestes –Lilia sonrió al escucharla, Dana no tenía idea de nada –a menos que estés llorando por tu situación con Adam, eso lo comprendería, si necesitas llamar a Arial… no hay problema.
—No te preocupes, son tonteras, de seguro me sentiré mejor –Dana negó, no quería ver triste a Lilia.
— ¿Arial y Adam tienen algo?
—No –Dana notó como jugaba con sus dedos mientras respondía y esquivaba su mirada –es solo que Arial está molesta conmigo, no le gusta que me guarde todas esas cosas que siento por Adam.
—Y te presiona de esa forma ¿no? –preguntó entendiendo ahora mucho mejor la relación de Arial y su guía.
—Sí, hace un par de años, ella nunca ha hecho nada con Adam más que ciertas cosas que sabe que me alteran, ella jamás podría avanzar más sabiendo que yo soy la interesada en él.
—Claro, son amigas, esas cosas no se hacen ¿cierto?
—Vas aprendiendo, código entre amigas –Dana asintió, ella había visto de todo cuando era un ángel y se había sorprendido cuando veía discusiones de dos mujeres por un hombre, no entendía ese comportamiento tan violento por alguien que no respetaba a ninguna de las dos.
—Entonces lo de Arial es un juego –Lilia asintió en respuesta.
—Ella no tiene cabeza para otro hombre.
— ¿Otro?
—Si –Lilia se puso de pie al darse cuenta de que había hablado demás –bien, basta de cosas tristes y mejor comemos, ve a ponerte algo y yo preparo la cena, debes estar con algo de hambre ¿no? –Dana también se levantó y la quedó mirando unos segundos.
—Gracias… de verdad, sé que es difícil para ustedes ayudarme por la relación que hay entre los ángeles y los Nephilim, pero ten seguro que yo no sería capaz de traicionarlas –Lilia sonrió al darse cuenta de que había preocupado al ángel, eso era algo nuevo.
—Excelente, ahora estoy más segura de ello, Adam  no nos pondría en riesgo… ¡ahora ve a cambiarte! –Dana miró directamente a sus ojos violetas y sonrió al darse cuenta que Lilia había vuelto a estar tranquila.
Fue hasta su habitación y se cambió de ropa, poniéndose lo primero que encontró, ya que según Lilia tendría que cambiarse nuevamente. Una blusa azul con botones  y unos jeans negros además de unas ballerinas también negras.
— ¡Dana! –ella salió corriendo de la habitación al darse cuenta de aquel grito. Encontró a Lilia mirando su nevera vacía — ¿Es que acaso estás viviendo solo de café?
—No he podido ir a comprar, además no sé cocinar… he comido en otros lugares –había desayunado donde Emma y almorzado con Adam, no se había preocupado de la comida.
—Bueno, no puedes dejar esto otro día así, están todos los muebles vacíos ¡tienes que responder a tus instintos por Dios! Recuerda que ya no eres un ángel, ahora veo por qué Adam te ha dicho que vayas esta noche al Lucifer, te falta mundo y debes aprender rápido, estoy segura que tu misión aquí está retrasada ¿no te enseñaron nada arriba? –Dana se fue sintiendo pequeña con cada palabra que le regalaba una molesta Lilia.
—Lo siento…
—Nada de lo siento, tenemos que arreglar esto rápido, aun queda tiempo así que nos iremos a comprar comida, no puedes seguir así y tendrás que comprarte un computador y aprender a usarlo, porque de ahí sacarás las recetas para que puedas vivir como una humana.
—Lo siento… —volvió a repetir sin saber que más decir.
“Tonta” se reprendió al ver que no estaba adquiriendo los conocimientos básicos de supervivencia.
—Ve por tu bolso que salimos ahora –cientos de mariposas se posaron en su estómago ante la posibilidad de encontrarse con Ethan, ya que si estaba donde su madre como había dicho Emma en la mañana, se había dado el día libre. Eso sucedía cuando no conseguía la tranquilidad que siempre buscaba de diferentes modos. Dana aun no estaba preparada para encontrarse con él.
—Bien, voy por el bolso –corrió hasta su habitación y salió para poder ir con Lilia que ya la esperaba con la puerta abierta. Dana tomó las llaves, el celular y su billetera con dinero.
—Además debemos conseguirte un par de tarjetas, no puedes tener todo ese dinero guardado en el mueble de ropa ¿sí?
—Está bien.
—Vamos, que debes ser más humana ¿sí?
—Entiendo –ella estaba aquí en la tierra para aprender y gracias al cielo que había conseguido gente buena que estaba dispuesta a ayudarla, aunque no supieran su misión.
Cuando ambas estaban mirando el ascensor, Dana podía sentir que su estómago se revolvía. Eso era un mal presentimiento.
— ¿Sabes? Bajaré por las escaleras –Lilia la quedó mirando como si le hubiera salido otra cabeza.
— ¿Por qué?
—No sé, simplemente necesito bajar por las escaleras ¿sí? –Lilia encogió sus hombros y asintió, Dana era un ángel, tenía permitido hacer cosas raras.
Abrió la puerta y salió disparada hacia abajo, sabía que nunca se encontraría a Ethan en un lugar como este, él odiaba los espacios oscuros y cerrados. Comenzó a bajar los escalones a paso rápido, quería llegar al primer piso y salir del edificio para sentirse segura con respecto a Ethan. Sin embargo cuando estaba pronta a su objetivo una fuerte luz la cegó por unos segundos, hasta que pudo ver a  Eric estaba apoyado en la puerta que le daba la entrada al primer piso.
— ¡Eric! –gritó ella emocionada por ver una cara familiar.
Ahí se encontraba su guía, mirándola de esa forma característica en él. Seguía vestido como si fuera a una guerra y su espada estaba correctamente guardada en su costado izquierdo. Sus alas estaban completamente extendidas y brillaban, creando esa luz tan celestial que había cegado a Dana por unos segundos.
Ella por puso atención en sus brazos, lo que la hizo recordar a Adam, hoy había notado que ambos tenían las mismas marcas en su brazos izquierdo, aunque Adam también tenía marcas en su brazo derecho, estaban en un idioma que ella no podía descifrar, pero lucían como tatuajes de tinta negra.
—Dana ¿Qué estás haciendo? –ni siquiera la saludó y eso la hizo sentir un tanto mal, las cosas no iban bien.
—Debo ir a comprar comida.
—Sí, con una Nephilim –a Eric no le gustaba nada la amistad que estaba creando su protegida y ese ser maligno.
—Ella es muy amable, Lilia no es mala –él negó a sus palabras.
—No te regañaré porque no has sido entrenada para saber este estilo de cosas, pero debes entender que ella no es tu amiga, ni es buena, no puedo dejar que sigas con ella por eso he tenido que bajar hasta la tierra –él se separó de la puerta para acercarse un poco más a donde estaba ella. Su cabello negro que llegaba hasta sus hombros lucía sedoso y Dana tuvo las ansias de tocarlo, siempre se había preguntado cómo se sentía.
—Ella no es mala ¿es que acaso ha hecho algo no debido? –Eric sonrió, curvando levemente sus labios.
—Ella ha asesinado a ángeles como tú, como yo…
—Eso es imposible –dijo ella tensándose –los ángeles como yo no somos vistos, nadie es capaz de vernos, así que estas mintiendo.
—Dana… —Eric frunció el ceño, su protegida no llevaba ni siquiera una semana en la tierra y ya había sido capaz de enfrentarlo.
“No está nada de mal” pensó al darse cuenta que Dana estaba adquiriendo carácter, pero aun así él venía con un propósito.
 –No hables de esa forma, me he manejado en esta tierra mucho antes de que tú fueras creada, incluso ya viví en este lugar.
—Entonces debes saber que estas siendo prejuicioso, Lilia es buena conmigo y Arial aunque tenga un carácter complicado igual ha accedido a ayudarme, no son malas, además Adam, tu amigo confía en ellas.
—Son hijas de demonios ¿crees que eso no influye de cierta forma?
—No… no si son criadas en un buen ambiente.
—Ya ¿y crees que Adam les ha dado un buen ambiente? ¿Crees que su repulsión a los ángeles no te incluye? Ellas han asesinado.
—Por defenderse –Eric frunció levemente el ceño, sorprendiéndose por las palabras de Dana.
— ¿Las estas justificando?
— ¿Tú no te defenderías si vinieran a quitarte la vida? –Dana había pensando mucho sobre la situación de Lilia y Arial la noche después de que la ayudaran, llegando al consenso de que ambas debieron haber tenido una infancia horrible, además de tener que esconderse y protegerse de ángeles que venían por ellas –sabes lo que pienso de los arcángeles o de cualquiera de los demás que se involucra en este estilo de cosas, no me gusta la violencia ya sea del bando que venga.
—Cuidado Dana, puede que esas palabras te hagan tener los brazos como Adam ¿no le temes a eso? ¿Convertirte en un ángel caído? –ella entrecerró sus ojos mientras que su corazón latió desesperando ante esas palabras, ella no quería ser una marginada.
— ¿Me estas amenazando?
—No, solo te estoy diciendo que tengas cuidado, no quiero verte desterrada en este lugar ¿sabes? –ella tensó su mordida, se estaba alterando y eso lo notó Eric –Mira Dana –dijo ahora con un tono de voz más confortante –eres mi protegida y debo cuidar de ti, he visto como Lilia y Arial, además de otros mitad demonio que andan por la tierra y que han acabado con varios de mis amigos o conocidos, no me confío en ellas y no quiero que estés en riesgo por ser tan ingenua.
—No soy ingenua ¡no soy ninguna tonta que no sabe manejarse aquí! –estaba cansada que todos la subestimaran, podía aceptarlo de los humanos, ángeles caídos o semi demonios, pero no de su guía que la había instruido todos estos años.
—No te estoy diciendo tonta ¡Dios! No te tomes todas las palabras a mal –Eric frunció de nuevo su ceño, Dana se estaba comportando como una mujer humana, muy hormonal –te estoy diciendo que no quiero que salgas herida.
—Y yo digo que Lilia y Arial no me harán daño –ella no tenía idea de donde estaba sacando esa confianza para decir aquello, no conocía a las semi demonios hace mucho tiempo, pero no quería que Eric tuviera prejuicios contra ellas.
—Solo debes ser cuidadosa, ellas te pueden ayudar, pero debes tener cierta distancia, no te involucres…y con eso me refiero a cada persona que conozcas en este lugar, recuerda que debes volver en algún momento y espero que sea rápido, no puedes perder tiempo con Ethan.
—Lo sé –Dana se cerró completamente ante las palabras de Eric, para ella era imposible no involucrarse con los demás, ella era un ángel custodio y su trabajo era involucrarse con los humanos, tenerles aprecio y protegerlos, era empática y se preocupaba de los demás ¿Cómo no iba a preocuparse de quienes la ayudaban?
Eric la quedó mirando unos segundos, no podía evitar sentirse orgulloso, Dana tenía un carácter que jamás había dejado escapar después de que Gabriel los traicionara, simplemente se centró en su humano y no dejó que nada más la distrajera, ni siquiera Sophia o Quentin, ella vivía por Ethan. Sin embargo ahora estaba dejando salir a la Dana curiosa y con un carácter de perros, esperaba que siguiera así, pero no deseaba que sus amistades fueran semi demonios.
—Solo ten cuidado con estas –dijo Eric levantando su hombrera de armadura. Dana abrió sus ojos sorprendida al ver los tatuajes que tenía en su hombro derecho –no quiero ver marcas en tu piel y no te lo digo por mi bien, sino por el tuyo, estas cosas no se borran –ella lo quedó mirando unos segundos.
— ¿Qué hiciste para tenerlas? Entiendo que las del brazo izquierdo es por manejar armas –él hizo una mueca de incomodidad al recordar el pasado.
—Ese no es un tema importante ahora, solo abstente de tenerlas ¿sí? Y otra cosa… nunca dejes tu daga en el departamento, quedas desprotegida y podrían atacarte en cualquier momento –ella asintió y se volvió a sorprender cuando él le ofreció su daga  –no la escondas junto con el dinero, se la llevarían si algún humano entra a robar.
—Está bien –ella se la guardó en la parte trasera de su pantalón, dejándola junto a su piel.
—Y por último… ten cuidado con Gabriel, ese demonio está detrás de ti y ya encontró a Ethan, no sé qué es lo que espera, pero debes ser cuidadosa, además… sabes que comenzarás a ver almas ¿no? –Ella asintió, ya había visto una junto a Lilia –debes tratar de que se vayan por el camino correcto mientras estés aquí, con el tiempo podrás ir viendo mejor todo a tu alrededor, siendo un tanto humana tienes limitaciones y siendo un ángel que no debería recorrer la tierra, tienes dones que otros no tienen.
—Bien, entiendo Eric –él notó que la había hecho enfadar, pero lo dejó pasar.
—Compra los ingredientes para hacer lasaña, te va encantar –dijo antes de que sus alas lo cubrieran –y Dana, no basta con sanar sus heridas para que tus alas vuelvan, esa daga llega hasta tu alma, así que debes esperar… a menos que las necesites con urgencia –ella frunció el ceño al escucharlo,  extrañaba sus alas y ahora le informaban que tendría que esperar aun más –nos vemos, no me hagas bajar aquí de nuevo.
—Adiós… —susurró mirando hacia otro lado, se sentía mal y nada feliz, habían bajado para regañarla.

Abrió la puerta para llegar al primer piso y vio como Lilia estaba en la entrada del edificio, hablando nada menos que con Ethan Harris. Estaba tan molesta que ni siquiera le importó, no se emocionó ni se dejó llevar por sus sentimientos, solo se escondió mientras que su humano le coqueteaba a la semi demonio. No podía dejar de pensar en lo que Eric había dicho, se quería sacar esas sensaciones molestas, no quería desconfiar de Lilia o Arial, pero tampoco quería tener esas marcas en su piel.
— ¡Ah! –dijo molesta, segundo después miró hacia donde estaba Ethan y por primera vez quería que desapareciera de su vista, todo esto era su culpa. Sin embargo cuando vio sonreírle a Lilia todo ese rencor desapareció y su corazón comenzó a latir con fuerza y rapidez –Dios… —susurró al notar que no tenía arreglo con respecto a su humano y al darse cuenta del horrible pensamiento que había tenido.
— ¡Adiós! –le dijo Lilia sonriendo. Dana aprovechó para acercarse a ella.
—Siento la demora.
— ¿Qué estabas haciendo? –ella se encogió de hombros.
—Solo han venido a regañarme –Lilia se tensó al saber que algún jefe de Dana estuvo solo a metros de ella.
—Bueno, te perdiste a ese bombón que va ahí –Ethan se metió a un auto que ella no pudo reconocer y desapareció de su vista –que simpático, me lo encontré en el ascensor, te lo has perdido.
—Si –Dana ya no tenía ganas de hacer nada, deseaba esconderse bajo las frazadas de esa cama que había en su departamento y olvidarse del mundo, no quería estar en la tierra.

Con Lilia fueron caminando hasta el supermercado más cercano y compraron todo lo necesario para que ella pudiera sobrevivir, sin embargo su ánimo fue descubierto por Lilia, quien la notó decaída desde que salió de las escaleras. Le insistió tanto para que le confesara lo que había pasado que terminó diciéndole en términos generales lo que había ocurrido.
— ¿Se podría decir que por primera vez en tu vida te han regañado?
—Algo así –dijo Dana cargando unas bolsas al igual que Lilia.
—Bueno, que se joda, créeme que tú no serás como las que tienen esos tatuajes en sus brazos, no debes preocuparte, solo tienes que lograr el objetivo que tienes en la tierra, dejar a todo el mundo callado y volver digna, siendo prácticamente una heroína ¿no? —Dana no pudo evitar reír por las estupideces que decía Lilia para animarla.
—Gracias, Lilia –no tenía idea si llegaría como una heroína ante los ojos de su guía, pero sin duda estaba dispuesta a lograr su objetivo en la tierra, ella no era ninguna ingenua ni tonta que se dejaría embaucar por la oscuridad que había a su alrededor.
Cuando llegaron al departamento y logaron guardar todo el contenido de las bolsas, decidieron que era hora de vestir de acuerdo a la fiesta de la noche, así que Lilia ayudó a vestir a Dana además de indicarle que no se cayera con los tacos. Para sorpresa de ambas, el equilibrio del ángel era prolijeo, caminaba como si fuera una modelo de pasarelas de alta costura.
—Wow, Dana… —dijo Lilia observando lo bien que se manejaba sobre esos tacos, no eran muy altos, pero si suficiente para un ángel… o eso pensaba ella. Lilia tomó el celular que vibraba dentro del bolsillo de su falda — ¿Dime? –dijo cuando contestó, era Arial.
Dana la quedó mirando cuando Lilia comenzó a reír por el teléfono, explicando que estaba en su departamento, que pronto irían al suyo para poder cambiarse e ir al Lucifer. Esas palabras lograron que su estómago comenzara a dar vueltas, no sabía si Ethan asistiría a ese lugar, pero de todas formas se iba arriesgar; se formó la esperanza en su corazón de que él no fuera, de esa manera podría usar esta noche como práctica, sería perfecto.
Ya había anochecido y con Lilia se fueron hacia su departamento, quedaba a varios minutos del suyo, pero lograron llegar antes de las diez de la noche.
Dana se quedó observando el lugar, era amplio, más que el de ella, lucía moderno y de muchos colores, se notaba que vivían chicas jóvenes. Arial la observaba desde una de las sillas de la cocina, pensando si era bueno confiar en el ángel que estaba en su sala, Lilia le había informado sobre su superior que vino a regañar a Dana por juntarse con ellas, eso la molestó. Ellas no serían capaces de hacerle daño a Dana, Adam las había hecho responsables de ella.
— ¡Estoy lista! –dijo Lilia apareciendo con un vestido negro que se ajustaba a sus pechos y que dejaba sus hombros y parte de su espalda descubierta. Lo combinaban con unos zapatos de tacón bastante altos.
—Muy bien… —dijo Arial mirando ahora a Dana –debo decir que Lilia hizo un excelente trabajo contigo.
Dana se sonrojó y aun no podía creer lo que estaba usando. Era un vestido de gruesas rayas que se intercalaban entre negro y color marrón, era entallado y se ajustaba bastante a su cuerpo, le llegaba hasta la mitad de sus muslos, dejando parte de sus largas piernas al descubierto. En la parte del pecho era cubierto por una tela transparente de color negro, que también tapaba sus hombros, de tal manera que no se sintiera incómoda, como le había dicho Lilia. También llevaba una chaqueta de cuero corta y un pequeño bolso donde llevaba lo necesario, el cual se cruzaba por su cuerpo.
—Gracias –dijo sonriendo, se sentía cómoda y muy humana. Sin embargo, Dana creyó que Arial se veía increíble con esos jeans oscuros ajustados a sus piernas, esa blusa roja que combinaba con sus ojos. Era un tema de actitud, se dio cuenta después de unos minutos.
Las tres partieron hasta el Lucifer, llegando alrededor de las doce de la noche. Dana observaba todo lo que encontraba necesario para comportarse como una humana normal. Miró los autos estacionados para ver si encontraba el de Ethan, pero no lo vio por  ningún lado, suspiró aliviada, ya que él no salía sin su auto, nunca bebía en las noches debido a sus medicamentos, por lo que nunca había tenido problemas para conducir las veces que salía de fiesta.
—Buenas noches, señoritas –dijo Sam sonriéndole especialmente a Dana, ella le encantaba porque tenía esa sensación de que no era una perra malvada como Arial –adelante –dijo moviendo la cadena que dejaba entrar al lugar. Entraron escuchando los reclamos de los demás que estaban en una larga fila.
— ¿Por qué pasamos primero? –preguntó Dana mirando hacia atrás y escuchando los insultos de las mujeres.
—Simplemente porque te ves hermosa –Dana negó y sonrió, los humanos podían ser tan banales.
Cuando traspasó el pasillo oscuro, finalmente llegaron hasta el centro del Lucifer, observando ahora como brillaban las luces de diferentes colores y como las personas bailaban al ritmo de la música. Dana sonrió al ver como cada uno de ellos se entregaba a las melodías, levantando los brazos y moviéndose junto a sus parejas o en grupo, como fuera, cada uno bailaba de una forma que Dana se apoyó en un pilar y los miró sonriendo, desde esa altura podía verlos a todos.
—Impresionante ¿no, ángel? –Dijo Arial, observando la expresión de Dana, parecía alucinada –ahora ven con nosotras, es hora que conozcas lo que es estar en la tierra –Lilia tomó su brazo al igual que Arial y las tres bajaron.
Dana sentía como su corazón latía con fuerza, deseaba haber llevado el cabello recogido para que no le molestara ver todo lo que tenían por ofrecer.
Se mezclaron entre las personas y llegaron hasta el bar, donde Isaac reconoció de inmediato a las amigas de su jefe. Se acercó en un segundo a escuchar lo que deseaban.
—Un daiquiri –dijo Lilia sonriéndole, él asintió y miró a Arial.
—Un Kamikaze –ambas miraron a Dana, ya que era obvio que no había tomado nunca en su vida, pero antes de que Arial dijera algo, alguien más respondió por el ángel.
—Un jugo natural para ella –las tres se giraron a ver a Adam que las miraba reprobatoriamente — ¿es que acaso esperaban que cayera al suelo en cinco minutos?
—Está nerviosa –dijo Lilia –podíamos pedir algo suave para Dana.
—Además la cuidamos ¿tienes algún problema? Dijiste que ella tenía que venir para conocer cómo eran los humanos –Dana se giró a ver a Isaac ya que estaban hablando de temas que no debería escuchar cualquier humano, pero este ya se había ido a hacer los tragos. Pudo ver que había una chica más ayudándolo, era de cabello muy largo, el cual llevaba tomado y lucía como una niña de dieciséis años.
—Debo decir que hicieron un muy buen trabajo –Dana miró hacia otro lado cuando vio a su guía mirarla sonriendo, desde los pies hasta la cabeza –y ustedes como siempre muy guapas.
—Ni siquiera lo digas Adam, ya lo sabemos –dijo Arial, mirando de reojo a Lilia que siempre se quedaba observándolo más de la cuenta cuando recibía un cumplido de su parte.
—Dana, creo que lo mejor es que des una vuelta sola… debes aprender rápido ¿no?
—Perder el tiempo es la peor falla –aclaró ella, sintiéndose el ángel más seguro del mundo al ver que no había pista alguna que indicara que Ethan estaría ahí, así que asintió y tomó el jugo de durazno que Isaac trajo para ella, lo agradeció y se mezcló entre las personas, pero antes de poder desaparecer por completo Adam la tomó de su brazo y le susurró al oído.
—Debes entender que aquí no hay solo humanos… mis amigos vienen a pasarla bien, Dana –la soltó y ella se quedó sin dar un paso, esas palabras solo podían significar que Gabriel estaba ahí. Pasó su mano por el costado izquierdo de su abdomen, ella no estaba desarmada.
Se mezcló entre las personas hasta que llegó a un lugar donde podía observar como todos bailaban, bebió de su jugo mirando como las luces encandilaban sus ojos.
— ¡Dana! –miró a quien la llamaba y pudo ver como Emma saltaba al lado de Diego. No supo por qué se alegró tanto de verlos, jamás se pasó por su mente que estarían ahí, era sin duda una grata sorpresa. Rápidamente se fue hasta donde ellos — ¡Qué bien que te encontramos aquí!
— ¿Estás bebiendo jugo? –dijo Diego mirándola como si fuera una bicho raro.
—Hola, Diego–dijo ella para que dejara de mirarla raro – ¿Cómo han podido venir?
— ¡Ah! un milagro, nos cambiaron un turno y coincidimos, decidimos salir porque hace mucho que no lo hacíamos, además Ethan nos convenció.
— ¡Ethan! –Gritó Diego muy cerca de su oído, así que cerró sus ojos y tapó su oreja que había salido afectada por aquel llamado –ahí viene.
Dana giró su rostro hacia la pista y vio como Ethan se acercaba pasando entre las personas. Su corazón comenzó a latir demasiado rápido y sus piernas empezaron a temblar.
“Esto no puede ser cierto” pensó mirando como los ojos verdes de su humano se fijaban directo en los suyos color miel. Rápidamente decidió que mejor era retirarse, no estaba preparada, pero cuando se giró vio como Gabriel los observaba desde una esquina, esos ojos nos los podía confundir con nadie más… estaba acorralada.
El motivo de su estadía en la tierra venía hacia ella con una sonrisa que ella conocía muy bien, pero no podía escaparse, por primera vez iba a hablar y dirigirse a su humano, al que había cuidado y amado durante toda una vida… por quien había cortado sus alas y por quien aceptaría la lucha contra Gabriel para protegerlo.
—Hola –dijo él sonriéndole y mirándola con cierto brillo en sus ojos –mi nombre es Ethan Harris –él estiró su mano hasta ella.
—Dana Cross.

Bueno, ya es domingo y les traigo el capitulo 5, uuuff gracias a Iria que ha revisado estos capítulos  de verdad que ha sido una ayuda increíble siendo que estoy corta de tiempo y ella ve los errores que quedan atras después de cambiar los nombres. *-*
Espero que les haya gustado y muchas gracias por leer. No tengo fecha para la próxima actualización ya que el lunes comienzan mi practica y el jueves tengo prueba grande, así que ahí nos estaremos viendo, ya vamos a la mitad. Abrazos! 
PD: espero que les haya gustado la foto ;D 

15 Lectores:

  1. Me encantó la foto y el capitulo. Sólo se les pasó un detalle a ti y a Iría y es el color de ojos de Dana en Lucifer cuando entran en contacto con los de Ethan.
    Estoy igual o más nerviosa que Dana ahora que tiene enfrente a Ethan

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    1. aaah angie, muchas gracias por la correcion, ya la arregle :D que bien que te esta gustando la historia *-* como siempre, muchas gracias

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  2. Eeeeeh por fin ya se conocieron jeje.

    Espero el proximo.

    Salu2

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    1. Si isis, ya la espera se acabo, ahora solo hay que ver como evolucionan estos dos :D gracias por leer!

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  3. Por fin ya hicieron contacto y eso es bueno insisto que a Dana le falta mucho por aprender para estar en la tierra .. y debe entender que si le dicen las cosas es por alguna razon valida no solo por que si .. nos leemos en el sig cap

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    1. hola brenda!! aaay si, Dana tiene mucho que aprender, se pone un poco orgullosa, pero ya veremos que sucede ;D gracias por leer!

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  4. wooo!! iaa me puse al dia estaa buenisimaa ;D esperoo el otro capii :P

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    1. holaaa brujiii, espero que el siguiente capitulo tambien te guste, muchas gracias por leer :D

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  5. oh......por fin.. volver a leer me pone mas nerviosa que antes a la espectaiva de estos dos!!!... suerte con la practica..

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    1. hola!
      aaay la practica va de temer, menos mal comienzo la otra parte (la real) en dos semanas mas jejeje muchas gracias por leer :D

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  6. Por fin el encuentro directo ... Pobre Dana no puede con tantos sentimientos, vamos a ver como le va .

    Gracias por el capi un beso.

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    1. hola pao!
      aaah Dana, una pobre bebe siendo atacada por tantos sentimientos :D
      gracias por leer y el por la paciencia :D

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  7. ok, se q debería estar estudiando, pero me puse a leer un ratito jijij ^^
    es q esta cap es tan emocionante *.* x fin le va hablar!!!!

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    1. aaah kathy, un capitulo sin tu opinion se me hace tan raro jeje espero que te este yendo muy bien en las clases :D

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  8. Ahhh como has podido dejar así el capitulo... ve voy corriendo al otro, que estoy muy emocionada por ver como se comportan ahora uno frente al otro.

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