Estrategia
Dana estaba
vestida con la ropa deportiva que Arial había elegido para ella, le gustaba y
se sentía cómoda. Una camiseta fucsia de mangas largas que se ajustaba a su
cuerpo y unas mallas capri de color negro, además de su calzado deportivo de
color negro con un soporte también de color fucsia, combinaba completamente
gracias a Arial.
—Bien… —dijo Adam
en una habitación de su casa que estaba destinada a entrenar. Miraba a su
aprendiz que combinaba tan bien, sujetando con fuerza su daga dorada.
Se habían
dirigido a su mansión a las afueras de Chicago, Dana se dio cuenta que conocía
algo de esos caminos y lo relacionó a la casa de la familia Harris.
Dana se asombró
al ver el lugar donde vivía Adam. Era una mansión de ladrillo y pilares, no
sabía cuántas habitaciones podía llegar a tener, pero el lugar era hermoso,
rodeado de árboles y con unos amplios jardines; protegida con una gran cerca
negra y con diferentes dispositivos de alarmas que Adam le fue explicando a
medida que entraban a su hogar.
—Ahora dime
¿Cómo demonios entré en esa historia con tu humano? ¿Cómo que ahora soy tu
primo?
—Lo siento,
pero tuve que inventar algo –ella le había explicado durante el camino toda la
historia que les dijo a Emma y Diego, sabía que cada mentira de ese tipo tenía
que tener un cómplice.
— ¡Empezamos
bien, Dana! Acepto ayudarte e incluso entrenarte, pero me estas metiendo en un
problema del cual no quiero participar.
—No mientas –lo
encaró ella –si no te quisieras involucrar yo no estaría aquí.
— ¡Eso es
porque aprecio mucho a Eric! Me salvó el pellejo más una vez, solo eso –ella
negó ante las palabras de Adam.
—Sé que no
tienes bando, pero a nadie como tú le gusta que se roben almas, lo sabes muy
bien –él la quedó mirando por unos segundos, tenía razón; para un humano la
diferencia del bien y el mal no estaba del todo marcada, ya que una situación
podía hacer que una persona viera de forma muy diferente la vida, pero no era
problema de Adam el camino que eligieran, por algo tenían el beneficio del libre
albedrio, pero no aceptaba que los demonios robaran las almas que estaban
perdidas entre dos mundos… si le agradara aquella acción, su alma ya estaría
condenada.
—No es mi
problema –dijo muy seguro de sí mismo, no quería decirle todo a Dana, era una
recién llegada y le faltaba mucho para comprender ciertas reglas que habían
entre los ángeles caídos. Él no deseaba tener más enemigos de los que ya tenía,
pero tampoco podía abandonar por completo su esencia. Proteger y guiar a los
humanos había sido su misión por demasiados años, eso no se olvidaba con
facilidad, ni siquiera con décadas en la tierra.
— ¡Eres un
hipócrita! –le gritó ella enojada, dejándose llevar por lo que había provocado
Gabriel hace un par de horas, aun no sabía manejar los sentimientos que tenía
en la tierra.
— ¡Ey!
Relájate, no soy yo al que debes atacar ¿sabes? Te estoy ayudando y deberías
agradecerlo –ella cerró sus ojos y se sintió mal por haberle gritado a su nuevo
guía, en el cual Eric confiaba.
—Lo siento
mucho –dijo bajando la mirada. Adam descubrió de inmediato lo que pasaba con
Dana.
—No quiero
saber lo que hay entre tú y Gabriel, ni me interesa, pero no vengas a descargar
tu enojo conmigo ¿has escuchado? No tengo tiempo para esas cosas –la voz de Adam
se había endurecido, la estaba regañando.
—Lo siento
–repitió arrepentida, estaba siendo una mal agradecida.
—Ahora… deja
esa daga guardada en algún lugar, que no la vamos a ocupar en este momento
–ella le hizo caso y la fue a guardar en su bolso, que estaba al lado de una
máquina para levantar pesas –por ahora –dijo Adam cuando ella volvió a estar
frente a él –veremos tu capacidad ¿has luchado antes? ¿Sabes defenderte?
Gabriel me dijo que antes habías estado interesada en ser un arcángel, debes
saber algo ¿no? –ella se quedó unos segundos sin responder, ¿Gabriel había
hablado de ella? fue la pregunta que llegó a su mente.
—Eso fue hace
mucho tiempo, no recuerdo nada… —era cierto, había bloqueado parte de su vida
como ángel, esos momentos que había pasado con Gabriel.
—Debes recordar
algo sobre las técnicas de combate que enseñan allá arriba.
—Yo no estaba
siendo entrenada para ser arcángel, aun no estaba preparada, pero siempre quise
ser uno, por eso le decía a Gabriel que me enseñara, después de que él
desertara, no seguí interesada.
—Bien –Adam se
rindió, por lo visto su alumna no quería recordar el pasado –como básico debes
saber que si tienes la oportunidad de correr, lo harás ¿sí? –Ella frunció el
ceño al escucharlo, eso no era muy honorable –no eres una guerrera, ni siquiera
sabes lo básico, para estar preparada y luchar con cualquier ser que te trate
de atacar deberás tener años de práctica.
—Entiendo.
—Por
experiencia propia te debo decir que siempre debes llevar ropa cómoda, nada de
tacos ni esas cosas que ocupan las mujeres, debe ser algo que te permita
movimientos amplios –ella asintió, atenta a sus palabras –una vez estaba usando
una chaqueta de cuero un tanto ajustada, casi me mataron por no poder dar un
golpe lo suficientemente fuerte.
—No tacos ni
cosas ajustadas, lo entiendo.
—Debes estar
siempre preparada para un posible ataque, sobre todo de noche que es cuando
llega el verdadero peligro, muy pocos seres oscuros pueden salir de día y no te
puedes fiar del rostro de nadie, ni siquiera de niños angelicales, esos son los
peores, muerden como los mil demonios.
— ¿Niños? –ella
no sería capaz de matar a un ser con un rostro como ese.
—Sí, hay seres
que se convierten en tus debilidades, saben que un rostro inocente te hará
dudar y ahí estará tu muerte, nunca puedes dudar Dana, todo movimiento debe ser
calculado y guiado de forma segura para cumplir con tu objetivo, salir viva, es
por eso que debes reconocer bien a tus aliados, se pueden convertir en alguien
con un rostro conocido.
—Pero yo puedo
sentir quien tiene su alma oscura –él
sonrió.
—Exacto, punto
al que quiero ir, yo también puedo sentir aquello, pero tu cerebro te puede
llegar a traicionar, una vez apareció un demonio con el rostro de Lilia, por
poco me mata, no fue hasta que me dio el primer golpe que me desperté y lo eliminé.
—Lilia es muy
importante para ti ¿no? –dijo ella, queriendo averiguar más sobre la historia
de las Nephilim.
—Si, como Arial,
ahora sigamos –él se tensó un poco, pero lo escondió de Dana –tienes mucho que
aprender.
Después de
estar alrededor de dos horas hablando de los principios básicos para obtener
una buena técnica de combate, Adam hizo que Dana tratara de atacarlo. Los
movimientos del ángel eran torpes y lentos, características que la llevarían a
la muerte si tenía un enfrentamiento.
Sin embargo,
ella aprendía rápido, de cada error o de cada crítica que le daba Adam, ella lo
guardaba en su memoria para no volver a repetirlo, de esa forma después de un
par de horas más, podía defenderse de los ataques de Adam, aunque estos eran
comparados a los de un niño, no quería hacerle daño a Dana aun, así que la
atacaba como si ella fuera una niña de 10 años. Debían empezar por algo.
Alrededor de
las cuatro de la tarde, fueron a comer algo a la cocina, había una mujer que se
encargaba de hacer los alimentos, así que para cuando se sentaron a comer, ya
se encontraban los platos de comida. Carne, papas y muchas ensaladas, Dana
sonrió al darse cuenta que volvería a probar algo nuevo, sus papilas gustativas
se lo agradecieron, al igual que su estómago.
—Entonces ¿has
pensado en un plan además de estarles mintiendo a Emma y Diego? Debes conocer
pronto a Ethan ¿no?
—Si –ella no
sentía la confianza necesaria con Adam como para contarle su estrategia
–supongo que debo hacerlo pronto.
—Podrías
invitarlos al Lucifer, lo más
probable es que vayan con su amigo Ethan.
—No creo que
llevarlo a la boca del lobo sea lo mejor, ahí puede estar Gabriel…
—Pequeña
angelito, te debes dar cuenta de que si Gabriel quiere a ese humano, estará en
todas partes, no solo en el Lucifer,
además créeme… estaría más seguro en ese lugar que en cualquier otra parte.
—Tú eres su
amigo, no puedo confiar en tus palabras –fue directa, estaba cansada de
guardarse sus pensamientos durante estos días en la tierra, ella no
acostumbraba a tener ese estilo de comunicación –no puedo confiar en ti del
todo, puedes informar a Gabriel de mis planes.
— ¿Planes?
Debes entender que ese vampiro te pasa por siglos de existencia, él ya lo tiene
ubicado y sabe muy bien donde vive, sabe que eres su vecina…
— ¡¿Qué?!
—No fue muy
inteligente vivir junto a su departamento ¿no? aunque no te culpes, él tiene a Ethan
bajo la mira desde hace tiempo y no es el único –Dana abrió los ojos
sorprendida por las palabras de su guía, se le estaba complicando aún más las
cosas, necesitaba comunicarse con Ethan pronto o cada segundo que no estaba con
él, era un segundo que podía peligrar su existencia.
— ¿Cómo que no
es el único? ¿Quién más está detrás de él?
—No sé, pero
imagínate, el chico es como una lámpara en la oscuridad, las polillas se le
acercan con rapidez ¿no?
—Él no hace
nada, no los puede ver con esos medicamentos que tiene –suspiró frustrada,
mirando cansada a Adam, estaba recibiendo tanta presión por parte de su humano
y aun ni siquiera entablaba una conversación con él.
—Mira… sé que
estás haciendo todo lo posible para protegerlo, haberte cortado tus alas es la
demostración de ello, pero debes tener en tu cabeza la posibilidad de perderlo.
— ¡No! –Dijo
ella levantado la voz, tomando con fuerza los cubiertos –yo soy el bien y
Gabriel el mal, siempre gana el lado bueno, no voy a dejar que él toque o meta
cosas en la cabeza de Ethan.
—Sé que es
valioso, su habilidad puede ayudar a muchas personas, tampoco quiero que
Gabriel lo atrape o el mismo Lucifer logre tenerlo en sus filas, pero debes
entender que existe esa posibilidad, después de todo es él quien elige su
opción y no mentiré, lo que ofrece tu bando contrario es mucho más atrayente
para un humano –Dana lo sabía, siempre los humanos caían ante las provocaciones
del mal, les agradaba creer que una vida sin límites y reglas era la mejor
opción.
— ¿Tú tampoco
quieres que atrapen a Ethan? ¿Cómo sabes de su habilidad? –él se encogió de
hombros mientras comía un gran pedazo de carne cocida al punto.
—Entre Eric y
Gabriel me han dado mucha información.
—Pero Gabriel
sabe que me estas ayudando –él sonrió, Dana no conocía a los demonios, era
demasiado notorio.
— ¿Crees que a
él le importa que yo sepa? Puedo considerarlo un amigo, pero no como tú piensas
pequeña angelito, un amigo para nosotros no es más que alguien que conoces hace
demasiado tiempo, me podré reír de sus bromas, él me podrá ayudar en ciertas
cosas, pero para un demonio no existe la amistad… si llego a ponerme en su
camino no dudara en asesinarme, es así de simple.
—Es horrible
–susurró al pensar que Gabriel podría matar a Adam.
—Son las reglas
del juego, pasa lo mismo con Eric, si me llegó a meter en su camino o si llego
a tratar de asesinarte, él no dudara en atravesar mi pecho con esa espada que
tiene.
—Imposible, él
ha dicho que eres de su confianza.
—Dana, debes
entender que todos se comportan de cierta forma para obtener a la humanidad,
para protegerla y guiarla, independiente del camino al que se dirijan ¿crees
que Gabriel quiere asesinar a Ethan? claro que no, solo lo quiere tener para
poder absorber las almas que se le acercan, para engañarlas y prometerle una
vida diferente, ya sea mintiendo u ofreciéndole lo que desean.
—Ay… Dios –dijo
Dana llevando sus manos a la cabeza, el apetito se había ido por las palabras
de Adam, cada día las cosas parecían empeorar.
—Dana, ven esta
noche al Lucifer –dijo Adam,
sintiendo compasión por el ángel frustrado que tenía al frente de sus ojos
–debes conocer pronto a Ethan y quizás esta noche pueda venir, lo he visto en
mi local más de una vez y si no está… bueno, te distraes un poco, además te
puede servir para conocer la noche y los diferentes demonios.
— ¿Realmente
piensas que es una buena idea? –él asintió.
—Tu
desesperación está en tu ignorancia, debes conocer el ambiente en el que se
desenvuelve un humano como el tuyo.
—He estado con
él desde que estaba en la barriga de su madre.
—Pero solo como
una observadora, te han enviado para protegerlo y la única opción es dejando de
ser una simple espectadora –los nervios estaban acabando con ella, cada día
parecía ser mas difícil contactar con Ethan ¿Cómo iba a existir la casualidad
de que él estuviera esa noche? ¿Qué haría si lo encontraba? Ni siquiera estaba
segura de poder hablarle.
—Yo… —dijo por
primera vez avergonzada –yo tengo entendido que puedo ser un tanto… —comenzó a
mover sus dedos sobre la mesa, llamando la atención de Adam –atractiva para el
sexo opuesto, no quiero que él me vea de esa forma ¿sabes? Lo conozco muy bien,
Ethan es muy promiscuo.
— ¡¿Un tanto
atractiva?! –dijo riendo Adam — ¡por favor! No peques de modesta ¡Eres un
ángel! Prácticamente creada por Dios y los demás ángeles ¡eres perfecta! ¿Es
que acaso no te has dado cuenta como te miran los demás? Hasta mi empleada te
quedó mirando más de la cuenta.
—Pero tú también
fuiste un ángel…
—Claro, sé lo
que tengo –dijo apuntando todo su cuerpo con sus manos –pero tú tienes un plus,
que es tener un alma pura y buena, Dana.
—Pero he
mentido hoy, además…
— ¿Mentido?
Para ayudar a tu humano, no lo has hecho para herir a nadie, debes darte cuenta
que las cosas aquí no son como te han dicho arriba, incluso Eric sabe de esto
¿nunca te lo dijo?
—No –nunca
habían hablado ese tipo de cosas entre los dos.
—Dana, deberás
tener mucho cuidado, Eric no me ha dicho lo que
sientes por este humano, pero no cualquiera corta sus alas por alguien
más, ni siquiera un ángel custodio que son los más fieles a la humanidad –las
mejillas de Dana se sonrojaron ante las palabras de Adam –deberás aprender a
manejarte con los hombres si es que no quieres tener esas marcas en tus brazos,
esos tatuajes no se borran nunca.
—Tengo claro a
lo que vine –dijo ella mirando su plato de comida –Eric me dijo que venía por Ethan,
pero que nada podía suceder… es solo que no sé si pueda hablarle ni como
reaccionaré ante él.
—Es por eso que
debes salir más, debes reconocer miradas o caricias, sabes que deberás
convertirte en alguien muy cercana a él para poder influir en sus decisiones,
debes descubrir si de verdad sientes algo más por Ethan, puede que solo estés
confundida, lo tienes permitido, estas con alguien toda su vida y estas
limitado a no hablarle, ese amor puede ser solo fraternal –Adam entendía muy
bien ese tipo de confusiones, pero no sentía que fuera apropiado comentarle su
experiencia a Dana.
—No lo había
pensando de esa forma –dijo ella un tanto triste, era cierto, podía ser que
estuviera confundida y solo fuera otro tipo de amor.
—Ven esta
noche, será como una investigación… una cosa es observar el comportamiento de
los humanos y una muy diferente es estar entre ellos.
—No lo sé.
—Mira… estas
bajo mi cuidado, podré no seguir siendo de tu equipo, pero hay cosas que no se
van con facilidad y cumplir mi promesa con Eric, es lo principal en este
momento. No temas de que te entregaré a Gabriel o que haré lo mismo con Ethan,
no soy partidario de que se roben las almas, es por ello que me tienes de tu
lado, yo si prometo algo lo cumplo, no te venderé a Gabriel, eso debes tenerlo
seguro –él trató de expresar toda la sinceridad y honestidad en esas palabras,
quería que Dana pudiera estar más tranquila… la mirada frustrada en un ángel,
no era algo agradable de ver.
Ella lo quedó
observando por unos segundos sin decir nada, de un momento a otro Adam y esa
sonrisa que le estaba dando parecía más joven de lo que había aparentado para
ella. Estaba siendo sincero en sus palabras y por primera vez durante estos
días en la tierra, había respirado tranquila.
—Adam ¿Qué edad
tienes? –dijo curiosa ante el repentino cambio de su guía.
— ¿Yo? Tengo
veintisiete ¿Por qué?
—Te ves de unos
treinta –él frunció el ceño al escucharla, de inmediato recordó a Lilia, que
siempre le repetía que debía sonreír más y no estar tan serio, se veía más
viejo de esa forma –debes sonreír más ¿sabes?
—Y tú debes
dejar de fijarte tan superficialmente en las personas –ella sonrió, pero de
todas formas pensó que su seriedad era justificada, tanto tiempo en la tierra y
después de haber sido un ángel, debía traerle consecuencias –ahora come rápido
que debes seguir aprendiendo.
Después de
comer, se quedaron un tiempo haciendo sobremesa y hablando temas de sumo
interés para Dana, ciertas cosas básicas que debía aprender de los humanos. Adam
después de la última visita por parte de Eric, se había tomado en serio ser el
guía de su pequeña angelito, no estaba enterado de la ignorancia donde ella se
encontraba. Estar descifrando si debía o no dormir, no era una buena referencia
por parte de Dana.
Su
entrenamiento siguió por el resto de la tarde, ella estaba agotada y tenía
deseos de descansar, pero Adam no la dejó, quería ver hasta cuando podía dar su
resistencia. En ningún momento se cayó o se rindió, si le pedía que siguiera
ella seguía, aunque estuviera cansada hasta decir basta. Sin embargo cuando él
le informó que ya se había acabado todo por el día, se quedó recostada media
hora en el suelo de aquel gimnasio que tenía su guía.
— ¿Qué hora es?
–preguntó prácticamente muerta de cansancio.
—Son más de las
ocho, he llamado a Lilia para que te vaya a dejar, debo arreglar unas cosas
aquí para después ir directo al Lucifer
y ver los últimos preparativos para la noche.
— ¿Te gusta
trabajar en eso? –él sonrió, sentado en cinta de correr.
—Es
entretenido, está lleno de vida ¿sabes? A pesar de que uno pensaría lo
contrario, la música, las risas… te hacen pensar que los humanos son
entretenidos, de día solo están concentrados en sus trabajos.
—Como tú.
—Si… como yo,
pero no es lo mismo, ellos crecen y mueren, nosotros estamos estancados en la
tierra, sabes cómo es nuestro ciclo de crecimiento.
—Pero tú no
eres un ángel –dijo ella confundida.
—Tampoco soy un
humano –ante tal conversación, Dana quiso poder averiguar sobre Lilia y Arial,
pero sabía que iba a arruinar el momento, se estaba llevando mucho mejor con Adam
y sentía que podía confiar aunque sea un poquito más en él. Le había dicho que
no rompía promesas, para ella eso era realmente valioso.
A la siguiente
hora Lilia llegó en su auto, un Mini Cooper S del año, color negro con blanco,
el clásico que ella amaba, se lo había regalado Adam por su cumpleaños. Lo
abrazó por media hora, gritando por aquel presente.
—Hola, pequeña
angelito –dijo Lilia sonriendo, mirando a Dana que estaba a las afuera de la
mansión con su bolso – ¿Cómo estuvo tu entrenamiento? Espero que Adam no haya sido malvado contigo
–dijo mirando al aludido que la observaba sin decir nada.
—Estuvo
agotador –dijo Dana cansada — ¿Cómo estás tú? –preguntó curiosa.
—Bien… —él
corazón de Lilia latía con fuerza, Adam a veces le regalaba unas miradas que la
ponían nerviosa, aun más cuando se fijaba de esa forma en sus piernas. Le
sonrió avergonzada.
Adam necesitaba
salir de ahí, esos ojos violetas lo ponían nervioso. Observaba sin controlarse
a la chica que lo miraba con sus mejillas sonrojadas ¿pero por qué se tenía que
vestir de esa forma y además mirarlo de esa manera? Era un calvario.
Lilia se había
vestido exclusivamente así porque sabía que vería a Adam; había elegido una
minifalda de color verde oro viejo, además de una camiseta gris sin mangas que
tenía un cinturón muy delgado cruzando su cadera, del mismo color que su mini;
por ultimo llevaba una blusa que su ajustaba a sus brazos, de color caqui, que
llevaba abierta. Además de sus inseparables converse.
A Adam le
encantaba la forma en la que se vestía Lilia, no trataba de llamar la atención
como Arial, pero si conseguía que toda su concentración quedara sobre ella
cuando llegaba a donde estaba. Tenía que dejar de mirarla.
—Lilia, Dana
irá hoy al Lucifer, ayúdala si
necesita algo ¿entendido? –ella frunció el ceño ante el tono que ocupaba Adam,
pero no era sorpresa, siempre la miraba como si quiera meterse entre sus bragas
y después se hacía el desentendido, ya se estaba cansando de esa situación.
—Bien, nos
vemos –ella miró a Dana y se alejó, caminando rápidamente hasta su auto.
— ¡Gracias! –le
dijo el ángel a Adam y salió corriendo tras Lilia. Adam observó la escena unos
segundos para después sacar su celular y marcar rápidamente un número.
—No me digas
que algo malo pasó y por eso me llamas –dijo el hombre al otro lado de la
línea.
—Hoy debes
llevar a Ethan Harris al Lucifer
–escuchó el suspiro.
—Yo quería
dormir, no puedes crear planes tan tarde, me va a costar llevarlo, está un
tanto extraño, quizás las pastillas le están haciendo mal –Adam negó a sus
palabras.
—No sé lo que
harás Gaspar, pero quiero que lo lleves hoy, su ángel estará ahí –hubo un
silencio.
— ¿Estás
hablando en serio?
—Solo llévalo Young,
por algo te tengo como su jefe en esa compañía.
—Ey… cuida tus
palabras, nos va bastante bien, así que agradécemelo –Adam no contestó –bien,
debiste decirme que su ángel estará ahí, nos vemos.
—Solo tráelo.
Ambos cortaron
y Adam entró a su mansión, esperando que todo saliera como lo tenía planeado,
la llegada de Dana había sido toda una sorpresa, pero podía sacarle gran
provecho y ya había creado una nueva estrategia, el tiempo de esperar se había
acabado.
Dana miraba a Lilia
de reojo, ella parecía tensa detrás del volante y tenía su ceño fruncido. Iba
manejando muy rápido y murmurando cosas que ella no alcanzaba a escuchar.
— ¿Cómo ha
estado tu día? –dijo tratando de calmarla.
—Bien –contesto
cortante — ¡¿Es que acaso él cree que no me doy cuenta?! –Dana observó como
alrededor de Lilia daba vueltas una luz violeta, por lo visto era la única que
podía verla. Durante estos días en la tierra, ningún alma se le había
presentado… hasta ahora.
— ¿Qué sucede
entre ustedes dos?
—Ni siquiera yo
lo sé –ella no podía dejar de mirar la pequeña luz que dejaba un rastro de unos
centímetros, daba vueltas alrededor de Lilia como si tratara de rodearla,
traspasaba el auto al girar de esa forma. Ella sonrió, no se podía imaginar
quien era, ya que aun no se presentaba completamente a ella, pero lucía un alma
de las buenas — ¿Por qué sonríes? ¿Es que acaso encuentras gracioso todo esto?
—No –dijo Dana
negando de inmediato, se había dejado llevar por la simpática alma que daba
vueltas –es solo que ustedes son muy extraños, ayer pude notarlo… como se
miran.
—No lo entiendo
¿Por qué juguetea con Arial pero conmigo se hace el desentendido a pesar de que
prácticamente me desnuda con la mirada? ¡Dios! Estoy tan frustrada –Dana se
quedó de una pieza al escucharla, ella no sabía de esos temas y no sabía cómo
ayudarla.
— ¿No has
intentado hablar con él sobre ello? –Lilia le dio una mirada envenenada, pero
al ver la expresión preocupada de Dana, se sintió mal, ella solo trataba de
ayudarla.
—Lo siento, no
debería comportarme así al frente tuyo.
—Está bien, es
normal enojarse, lo estoy aprendiendo… me he dado cuenta que lo hago seguido,
entonces ¿no lo has hablando?
—Claro que no,
es Adam, prácticamente me crió después de no tener idea de que pasó con mi
madre, viví con él y Arial en esa mansión por toda mi vida.
—Es complicado
–Lilia no le respondió, solo asintió y se sumergió en sus pensamientos, estaba
tan cansada de su relación con Adam, desde hace un par de años se había
convertido en un cuadro para él, con un poco de suerte le dirigía la palabra.
El camino hacia
el departamento de Dana se hizo en silencio, Lilia no tenía deseos de hablar e Dana
no quería interrumpirla, se sentía mal por obligarla a estar con ella, se
sentía una molestia.
—Me debo dar un
baño –aclaró nerviosa –tanto ejercicio hizo que transpirara.
—Claro, ve… yo
revisaré que te puedes poner hoy en la noche ¿sí?
Dana se fue
intranquila hasta el baño, donde trato de ducharse rápidamente para que Lilia
no perdiera más tiempo con ella, es por eso que ni siquiera pudo disfrutar del
agua como tanto le gustaba. Estaba ansiosa para que pronto lloviera en la
ciudad, quería sentir aquellas gotas mojar su rostro.
Envolvió su cuerpo
con una toalla, al igual que su cabello. Salió hasta la sala de esa forma, Lilia
no la pudo escuchar ya que estaba descalza, es por eso que cuando Dana entró a
la sala, pudo ver como su nueva conocida secaba sus lágrimas, sentada en el
sofá más grande.
—No… —dijo Dana
sintiendo como su labio inferior comenzaba a temblar, no le gustaba nada cuando
las personas lloraban y menos ahora que Lilia estaba ahí para ayudarla.
—Ya has
terminado –dijo Lilia rápidamente, secando sus lágrimas –lo siento –Dana fue hasta
ella y se sentó a su lado.
—No llores
¿esto es porque te hago perder tiempo? Lo siento mucho, no sabía que Adam te
iba a llamar, no te molestes –Lilia sonrió al escucharla, Dana no tenía idea de
nada –a menos que estés llorando por tu situación con Adam, eso lo
comprendería, si necesitas llamar a Arial… no hay problema.
—No te
preocupes, son tonteras, de seguro me sentiré mejor –Dana negó, no quería ver
triste a Lilia.
— ¿Arial y Adam
tienen algo?
—No –Dana notó
como jugaba con sus dedos mientras respondía y esquivaba su mirada –es solo que
Arial está molesta conmigo, no le gusta que me guarde todas esas cosas que
siento por Adam.
—Y te presiona
de esa forma ¿no? –preguntó entendiendo ahora mucho mejor la relación de Arial
y su guía.
—Sí, hace un
par de años, ella nunca ha hecho nada con Adam más que ciertas cosas que sabe
que me alteran, ella jamás podría avanzar más sabiendo que yo soy la interesada
en él.
—Claro, son
amigas, esas cosas no se hacen ¿cierto?
—Vas
aprendiendo, código entre amigas –Dana asintió, ella había visto de todo cuando
era un ángel y se había sorprendido cuando veía discusiones de dos mujeres por
un hombre, no entendía ese comportamiento tan violento por alguien que no
respetaba a ninguna de las dos.
—Entonces lo de
Arial es un juego –Lilia asintió en respuesta.
—Ella no tiene
cabeza para otro hombre.
— ¿Otro?
—Si –Lilia se
puso de pie al darse cuenta de que había hablado demás –bien, basta de cosas
tristes y mejor comemos, ve a ponerte algo y yo preparo la cena, debes estar
con algo de hambre ¿no? –Dana también se levantó y la quedó mirando unos
segundos.
—Gracias… de
verdad, sé que es difícil para ustedes ayudarme por la relación que hay entre
los ángeles y los Nephilim, pero ten
seguro que yo no sería capaz de traicionarlas –Lilia sonrió al darse cuenta de
que había preocupado al ángel, eso era algo nuevo.
—Excelente,
ahora estoy más segura de ello, Adam no
nos pondría en riesgo… ¡ahora ve a cambiarte! –Dana miró directamente a sus
ojos violetas y sonrió al darse cuenta que Lilia había vuelto a estar
tranquila.
Fue hasta su
habitación y se cambió de ropa, poniéndose lo primero que encontró, ya que
según Lilia tendría que cambiarse nuevamente. Una blusa azul con botones y unos jeans negros además de unas ballerinas
también negras.
— ¡Dana! –ella
salió corriendo de la habitación al darse cuenta de aquel grito. Encontró a Lilia
mirando su nevera vacía — ¿Es que acaso estás viviendo solo de café?
—No he podido
ir a comprar, además no sé cocinar… he comido en otros lugares –había desayunado
donde Emma y almorzado con Adam, no se había preocupado de la comida.
—Bueno, no
puedes dejar esto otro día así, están todos los muebles vacíos ¡tienes que
responder a tus instintos por Dios! Recuerda que ya no eres un ángel, ahora veo
por qué Adam te ha dicho que vayas esta noche al Lucifer, te falta mundo y debes aprender rápido, estoy segura que
tu misión aquí está retrasada ¿no te enseñaron nada arriba? –Dana se fue
sintiendo pequeña con cada palabra que le regalaba una molesta Lilia.
—Lo siento…
—Nada de lo
siento, tenemos que arreglar esto rápido, aun queda tiempo así que nos iremos a
comprar comida, no puedes seguir así y tendrás que comprarte un computador y
aprender a usarlo, porque de ahí sacarás las recetas para que puedas vivir como
una humana.
—Lo siento…
—volvió a repetir sin saber que más decir.
“Tonta” se reprendió al ver que no
estaba adquiriendo los conocimientos básicos de supervivencia.
—Ve por tu
bolso que salimos ahora –cientos de mariposas se posaron en su estómago ante la
posibilidad de encontrarse con Ethan, ya que si estaba donde su madre como
había dicho Emma en la mañana, se había dado el día libre. Eso sucedía cuando
no conseguía la tranquilidad que siempre buscaba de diferentes modos. Dana aun
no estaba preparada para encontrarse con él.
—Bien, voy por
el bolso –corrió hasta su habitación y salió para poder ir con Lilia que ya la
esperaba con la puerta abierta. Dana tomó las llaves, el celular y su billetera
con dinero.
—Además debemos
conseguirte un par de tarjetas, no puedes tener todo ese dinero guardado en el
mueble de ropa ¿sí?
—Está bien.
—Vamos, que
debes ser más humana ¿sí?
—Entiendo –ella
estaba aquí en la tierra para aprender y gracias al cielo que había conseguido
gente buena que estaba dispuesta a ayudarla, aunque no supieran su misión.
Cuando ambas
estaban mirando el ascensor, Dana podía sentir que su estómago se revolvía. Eso
era un mal presentimiento.
— ¿Sabes?
Bajaré por las escaleras –Lilia la quedó mirando como si le hubiera salido otra
cabeza.
— ¿Por qué?
—No sé,
simplemente necesito bajar por las escaleras ¿sí? –Lilia encogió sus hombros y
asintió, Dana era un ángel, tenía permitido hacer cosas raras.
Abrió la puerta
y salió disparada hacia abajo, sabía que nunca se encontraría a Ethan en un
lugar como este, él odiaba los espacios oscuros y cerrados. Comenzó a bajar los
escalones a paso rápido, quería llegar al primer piso y salir del edificio para
sentirse segura con respecto a Ethan. Sin embargo cuando estaba pronta a su
objetivo una fuerte luz la cegó por unos segundos, hasta que pudo ver a Eric estaba apoyado en la puerta que le daba
la entrada al primer piso.
— ¡Eric! –gritó
ella emocionada por ver una cara familiar.
Ahí se
encontraba su guía, mirándola de esa forma característica en él. Seguía vestido
como si fuera a una guerra y su espada estaba correctamente guardada en su
costado izquierdo. Sus alas estaban completamente extendidas y brillaban,
creando esa luz tan celestial que había cegado a Dana por unos segundos.
Ella por puso
atención en sus brazos, lo que la hizo recordar a Adam, hoy había notado que
ambos tenían las mismas marcas en su brazos izquierdo, aunque Adam también
tenía marcas en su brazo derecho, estaban en un idioma que ella no podía
descifrar, pero lucían como tatuajes de tinta negra.
—Dana ¿Qué
estás haciendo? –ni siquiera la saludó y eso la hizo sentir un tanto mal, las
cosas no iban bien.
—Debo ir a
comprar comida.
—Sí, con una Nephilim –a Eric no le gustaba nada la
amistad que estaba creando su protegida y ese ser maligno.
—Ella es muy
amable, Lilia no es mala –él negó a sus palabras.
—No te regañaré
porque no has sido entrenada para saber este estilo de cosas, pero debes
entender que ella no es tu amiga, ni es buena, no puedo dejar que sigas con
ella por eso he tenido que bajar hasta la tierra –él se separó de la puerta
para acercarse un poco más a donde estaba ella. Su cabello negro que llegaba hasta
sus hombros lucía sedoso y Dana tuvo las ansias de tocarlo, siempre se había
preguntado cómo se sentía.
—Ella no es
mala ¿es que acaso ha hecho algo no debido? –Eric sonrió, curvando levemente
sus labios.
—Ella ha
asesinado a ángeles como tú, como yo…
—Eso es
imposible –dijo ella tensándose –los ángeles como yo no somos vistos, nadie es
capaz de vernos, así que estas mintiendo.
—Dana… —Eric
frunció el ceño, su protegida no llevaba ni siquiera una semana en la tierra y
ya había sido capaz de enfrentarlo.
“No está nada de mal” pensó al darse
cuenta que Dana estaba adquiriendo carácter, pero aun así él venía con un
propósito.
–No hables de esa forma, me he manejado en
esta tierra mucho antes de que tú fueras creada, incluso ya viví en este lugar.
—Entonces debes
saber que estas siendo prejuicioso, Lilia es buena conmigo y Arial aunque tenga
un carácter complicado igual ha accedido a ayudarme, no son malas, además Adam,
tu amigo confía en ellas.
—Son hijas de
demonios ¿crees que eso no influye de cierta forma?
—No… no si son
criadas en un buen ambiente.
—Ya ¿y crees
que Adam les ha dado un buen ambiente? ¿Crees que su repulsión a los ángeles no
te incluye? Ellas han asesinado.
—Por defenderse
–Eric frunció levemente el ceño, sorprendiéndose por las palabras de Dana.
— ¿Las estas
justificando?
— ¿Tú no te
defenderías si vinieran a quitarte la vida? –Dana había pensando mucho sobre la
situación de Lilia y Arial la noche después de que la ayudaran, llegando al
consenso de que ambas debieron haber tenido una infancia horrible, además de
tener que esconderse y protegerse de ángeles que venían por ellas –sabes lo que
pienso de los arcángeles o de cualquiera de los demás que se involucra en este
estilo de cosas, no me gusta la violencia ya sea del bando que venga.
—Cuidado Dana,
puede que esas palabras te hagan tener los brazos como Adam ¿no le temes a eso?
¿Convertirte en un ángel caído? –ella entrecerró sus ojos mientras que su
corazón latió desesperando ante esas palabras, ella no quería ser una
marginada.
— ¿Me estas
amenazando?
—No, solo te
estoy diciendo que tengas cuidado, no quiero verte desterrada en este lugar
¿sabes? –ella tensó su mordida, se estaba alterando y eso lo notó Eric –Mira Dana
–dijo ahora con un tono de voz más confortante –eres mi protegida y debo cuidar
de ti, he visto como Lilia y Arial, además de otros mitad demonio que andan por
la tierra y que han acabado con varios de mis amigos o conocidos, no me confío
en ellas y no quiero que estés en riesgo por ser tan ingenua.
—No soy ingenua
¡no soy ninguna tonta que no sabe manejarse aquí! –estaba cansada que todos la
subestimaran, podía aceptarlo de los humanos, ángeles caídos o semi demonios,
pero no de su guía que la había instruido todos estos años.
—No te estoy
diciendo tonta ¡Dios! No te tomes todas las palabras a mal –Eric frunció de
nuevo su ceño, Dana se estaba comportando como una mujer humana, muy hormonal
–te estoy diciendo que no quiero que salgas herida.
—Y yo digo que Lilia
y Arial no me harán daño –ella no tenía idea de donde estaba sacando esa
confianza para decir aquello, no conocía a las semi demonios hace mucho tiempo,
pero no quería que Eric tuviera prejuicios contra ellas.
—Solo debes ser
cuidadosa, ellas te pueden ayudar, pero debes tener cierta distancia, no te
involucres…y con eso me refiero a cada persona que conozcas en este lugar,
recuerda que debes volver en algún momento y espero que sea rápido, no puedes
perder tiempo con Ethan.
—Lo sé –Dana se
cerró completamente ante las palabras de Eric, para ella era imposible no
involucrarse con los demás, ella era un ángel custodio y su trabajo era
involucrarse con los humanos, tenerles aprecio y protegerlos, era empática y se
preocupaba de los demás ¿Cómo no iba a preocuparse de quienes la ayudaban?
Eric la quedó
mirando unos segundos, no podía evitar sentirse orgulloso, Dana tenía un
carácter que jamás había dejado escapar después de que Gabriel los traicionara,
simplemente se centró en su humano y no dejó que nada más la distrajera, ni
siquiera Sophia o Quentin, ella vivía por Ethan. Sin embargo ahora estaba
dejando salir a la Dana curiosa y con un carácter de perros, esperaba que
siguiera así, pero no deseaba que sus amistades fueran semi demonios.
—Solo ten
cuidado con estas –dijo Eric levantando su hombrera de armadura. Dana abrió sus
ojos sorprendida al ver los tatuajes que tenía en su hombro derecho –no quiero
ver marcas en tu piel y no te lo digo por mi bien, sino por el tuyo, estas
cosas no se borran –ella lo quedó mirando unos segundos.
— ¿Qué hiciste
para tenerlas? Entiendo que las del brazo izquierdo es por manejar armas –él
hizo una mueca de incomodidad al recordar el pasado.
—Ese no es un
tema importante ahora, solo abstente de tenerlas ¿sí? Y otra cosa… nunca dejes
tu daga en el departamento, quedas desprotegida y podrían atacarte en cualquier
momento –ella asintió y se volvió a sorprender cuando él le ofreció su
daga –no la escondas junto con el dinero,
se la llevarían si algún humano entra a robar.
—Está bien
–ella se la guardó en la parte trasera de su pantalón, dejándola junto a su
piel.
—Y por último…
ten cuidado con Gabriel, ese demonio está detrás de ti y ya encontró a Ethan,
no sé qué es lo que espera, pero debes ser cuidadosa, además… sabes que
comenzarás a ver almas ¿no? –Ella asintió, ya había visto una junto a Lilia
–debes tratar de que se vayan por el camino correcto mientras estés aquí, con
el tiempo podrás ir viendo mejor todo a tu alrededor, siendo un tanto humana
tienes limitaciones y siendo un ángel que no debería recorrer la tierra, tienes
dones que otros no tienen.
—Bien, entiendo
Eric –él notó que la había hecho enfadar, pero lo dejó pasar.
—Compra los
ingredientes para hacer lasaña, te va encantar –dijo antes de que sus alas lo
cubrieran –y Dana, no basta con sanar sus heridas para que tus alas vuelvan,
esa daga llega hasta tu alma, así que debes esperar… a menos que las necesites
con urgencia –ella frunció el ceño al escucharlo, extrañaba sus alas y ahora le informaban que
tendría que esperar aun más –nos vemos, no me hagas bajar aquí de nuevo.
—Adiós…
—susurró mirando hacia otro lado, se sentía mal y nada feliz, habían bajado
para regañarla.
Abrió la puerta
para llegar al primer piso y vio como Lilia estaba en la entrada del edificio,
hablando nada menos que con Ethan Harris. Estaba tan molesta que ni siquiera le
importó, no se emocionó ni se dejó llevar por sus sentimientos, solo se
escondió mientras que su humano le coqueteaba a la semi demonio. No podía dejar
de pensar en lo que Eric había dicho, se quería sacar esas sensaciones
molestas, no quería desconfiar de Lilia o Arial, pero tampoco quería tener esas
marcas en su piel.
— ¡Ah! –dijo
molesta, segundo después miró hacia donde estaba Ethan y por primera vez quería
que desapareciera de su vista, todo esto era su culpa. Sin embargo cuando vio
sonreírle a Lilia todo ese rencor desapareció y su corazón comenzó a latir con
fuerza y rapidez –Dios… —susurró al notar que no tenía arreglo con respecto a
su humano y al darse cuenta del horrible pensamiento que había tenido.
— ¡Adiós! –le
dijo Lilia sonriendo. Dana aprovechó para acercarse a ella.
—Siento la
demora.
— ¿Qué estabas
haciendo? –ella se encogió de hombros.
—Solo han
venido a regañarme –Lilia se tensó al saber que algún jefe de Dana estuvo solo
a metros de ella.
—Bueno, te
perdiste a ese bombón que va ahí –Ethan se metió a un auto que ella no pudo
reconocer y desapareció de su vista –que simpático, me lo encontré en el
ascensor, te lo has perdido.
—Si –Dana ya no
tenía ganas de hacer nada, deseaba esconderse bajo las frazadas de esa cama que
había en su departamento y olvidarse del mundo, no quería estar en la tierra.
Con Lilia
fueron caminando hasta el supermercado más cercano y compraron todo lo
necesario para que ella pudiera sobrevivir, sin embargo su ánimo fue
descubierto por Lilia, quien la notó decaída desde que salió de las escaleras.
Le insistió tanto para que le confesara lo que había pasado que terminó
diciéndole en términos generales lo que había ocurrido.
— ¿Se podría
decir que por primera vez en tu vida te han regañado?
—Algo así –dijo
Dana cargando unas bolsas al igual que Lilia.
—Bueno, que se
joda, créeme que tú no serás como las que tienen esos tatuajes en sus brazos,
no debes preocuparte, solo tienes que lograr el objetivo que tienes en la
tierra, dejar a todo el mundo callado y volver digna, siendo prácticamente una
heroína ¿no? —Dana no pudo evitar reír por las estupideces que decía Lilia para
animarla.
—Gracias, Lilia
–no tenía idea si llegaría como una heroína ante los ojos de su guía, pero sin
duda estaba dispuesta a lograr su objetivo en la tierra, ella no era ninguna
ingenua ni tonta que se dejaría embaucar por la oscuridad que había a su
alrededor.
Cuando llegaron
al departamento y logaron guardar todo el contenido de las bolsas, decidieron
que era hora de vestir de acuerdo a la fiesta de la noche, así que Lilia ayudó
a vestir a Dana además de indicarle que no se cayera con los tacos. Para
sorpresa de ambas, el equilibrio del ángel era prolijeo, caminaba como si fuera
una modelo de pasarelas de alta costura.
—Wow, Dana…
—dijo Lilia observando lo bien que se manejaba sobre esos tacos, no eran muy
altos, pero si suficiente para un ángel… o eso pensaba ella. Lilia tomó el
celular que vibraba dentro del bolsillo de su falda — ¿Dime? –dijo cuando
contestó, era Arial.
Dana la quedó
mirando cuando Lilia comenzó a reír por el teléfono, explicando que estaba en
su departamento, que pronto irían al suyo para poder cambiarse e ir al Lucifer. Esas palabras lograron que su
estómago comenzara a dar vueltas, no sabía si Ethan asistiría a ese lugar, pero
de todas formas se iba arriesgar; se formó la esperanza en su corazón de que él
no fuera, de esa manera podría usar esta noche como práctica, sería perfecto.
Ya había
anochecido y con Lilia se fueron hacia su departamento, quedaba a varios
minutos del suyo, pero lograron llegar antes de las diez de la noche.
Dana se quedó
observando el lugar, era amplio, más que el de ella, lucía moderno y de muchos
colores, se notaba que vivían chicas jóvenes. Arial la observaba desde una de
las sillas de la cocina, pensando si era bueno confiar en el ángel que estaba
en su sala, Lilia le había informado sobre su superior que vino a regañar a Dana
por juntarse con ellas, eso la molestó. Ellas no serían capaces de hacerle daño
a Dana, Adam las había hecho responsables de ella.
— ¡Estoy lista!
–dijo Lilia apareciendo con un vestido negro que se ajustaba a sus pechos y que
dejaba sus hombros y parte de su espalda descubierta. Lo combinaban con unos
zapatos de tacón bastante altos.
—Muy bien…
—dijo Arial mirando ahora a Dana –debo decir que Lilia hizo un excelente
trabajo contigo.
Dana se sonrojó
y aun no podía creer lo que estaba usando. Era un vestido de gruesas rayas que
se intercalaban entre negro y color marrón, era entallado y se ajustaba
bastante a su cuerpo, le llegaba hasta la mitad de sus muslos, dejando parte de
sus largas piernas al descubierto. En la parte del pecho era cubierto por una
tela transparente de color negro, que también tapaba sus hombros, de tal manera
que no se sintiera incómoda, como le había dicho Lilia. También llevaba una
chaqueta de cuero corta y un pequeño bolso donde llevaba lo necesario, el cual
se cruzaba por su cuerpo.
—Gracias –dijo
sonriendo, se sentía cómoda y muy humana. Sin embargo, Dana creyó que Arial se
veía increíble con esos jeans oscuros ajustados a sus piernas, esa blusa roja
que combinaba con sus ojos. Era un tema de actitud, se dio cuenta después de unos
minutos.
Las tres
partieron hasta el Lucifer, llegando
alrededor de las doce de la noche. Dana observaba todo lo que encontraba
necesario para comportarse como una humana normal. Miró los autos estacionados
para ver si encontraba el de Ethan, pero no lo vio por ningún lado, suspiró aliviada, ya que él no
salía sin su auto, nunca bebía en las noches debido a sus medicamentos, por lo
que nunca había tenido problemas para conducir las veces que salía de fiesta.
—Buenas noches,
señoritas –dijo Sam sonriéndole especialmente a Dana, ella le encantaba porque
tenía esa sensación de que no era una perra malvada como Arial –adelante –dijo
moviendo la cadena que dejaba entrar al lugar. Entraron escuchando los reclamos
de los demás que estaban en una larga fila.
— ¿Por qué
pasamos primero? –preguntó Dana mirando hacia atrás y escuchando los insultos
de las mujeres.
—Simplemente
porque te ves hermosa –Dana negó y sonrió, los humanos podían ser tan banales.
Cuando traspasó
el pasillo oscuro, finalmente llegaron hasta el centro del Lucifer, observando ahora como brillaban las luces de diferentes
colores y como las personas bailaban al ritmo de la música. Dana sonrió al ver
como cada uno de ellos se entregaba a las melodías, levantando los brazos y
moviéndose junto a sus parejas o en grupo, como fuera, cada uno bailaba de una
forma que Dana se apoyó en un pilar y los miró sonriendo, desde esa altura
podía verlos a todos.
—Impresionante
¿no, ángel? –Dijo Arial, observando la expresión de Dana, parecía alucinada
–ahora ven con nosotras, es hora que conozcas lo que es estar en la tierra –Lilia
tomó su brazo al igual que Arial y las tres bajaron.
Dana sentía
como su corazón latía con fuerza, deseaba haber llevado el cabello recogido
para que no le molestara ver todo lo que tenían por ofrecer.
Se mezclaron
entre las personas y llegaron hasta el bar, donde Isaac reconoció de inmediato
a las amigas de su jefe. Se acercó en un segundo a escuchar lo que deseaban.
—Un daiquiri
–dijo Lilia sonriéndole, él asintió y miró a Arial.
—Un Kamikaze
–ambas miraron a Dana, ya que era obvio que no había tomado nunca en su vida,
pero antes de que Arial dijera algo, alguien más respondió por el ángel.
—Un jugo
natural para ella –las tres se giraron a ver a Adam que las miraba
reprobatoriamente — ¿es que acaso esperaban que cayera al suelo en cinco
minutos?
—Está nerviosa
–dijo Lilia –podíamos pedir algo suave para Dana.
—Además la
cuidamos ¿tienes algún problema? Dijiste que ella tenía que venir para conocer
cómo eran los humanos –Dana se giró a ver a Isaac ya que estaban hablando de
temas que no debería escuchar cualquier humano, pero este ya se había ido a
hacer los tragos. Pudo ver que había una chica más ayudándolo, era de cabello
muy largo, el cual llevaba tomado y lucía como una niña de dieciséis años.
—Debo decir que
hicieron un muy buen trabajo –Dana miró hacia otro lado cuando vio a su guía
mirarla sonriendo, desde los pies hasta la cabeza –y ustedes como siempre muy
guapas.
—Ni siquiera lo
digas Adam, ya lo sabemos –dijo Arial, mirando de reojo a Lilia que siempre se
quedaba observándolo más de la cuenta cuando recibía un cumplido de su parte.
—Dana, creo que
lo mejor es que des una vuelta sola… debes aprender rápido ¿no?
—Perder el
tiempo es la peor falla –aclaró ella, sintiéndose el ángel más seguro del mundo
al ver que no había pista alguna que indicara que Ethan estaría ahí, así que
asintió y tomó el jugo de durazno que Isaac trajo para ella, lo agradeció y se
mezcló entre las personas, pero antes de poder desaparecer por completo Adam la
tomó de su brazo y le susurró al oído.
—Debes entender
que aquí no hay solo humanos… mis amigos vienen a pasarla bien, Dana –la soltó
y ella se quedó sin dar un paso, esas palabras solo podían significar que
Gabriel estaba ahí. Pasó su mano por el costado izquierdo de su abdomen, ella
no estaba desarmada.
Se mezcló entre
las personas hasta que llegó a un lugar donde podía observar como todos
bailaban, bebió de su jugo mirando como las luces encandilaban sus ojos.
— ¡Dana! –miró
a quien la llamaba y pudo ver como Emma saltaba al lado de Diego. No supo por
qué se alegró tanto de verlos, jamás se pasó por su mente que estarían ahí, era
sin duda una grata sorpresa. Rápidamente se fue hasta donde ellos — ¡Qué bien
que te encontramos aquí!
— ¿Estás
bebiendo jugo? –dijo Diego mirándola como si fuera una bicho raro.
—Hola, Diego–dijo
ella para que dejara de mirarla raro – ¿Cómo han podido venir?
— ¡Ah! un
milagro, nos cambiaron un turno y coincidimos, decidimos salir porque hace
mucho que no lo hacíamos, además Ethan nos convenció.
— ¡Ethan!
–Gritó Diego muy cerca de su oído, así que cerró sus ojos y tapó su oreja que
había salido afectada por aquel llamado –ahí viene.
Dana giró su
rostro hacia la pista y vio como Ethan se acercaba pasando entre las personas.
Su corazón comenzó a latir demasiado rápido y sus piernas empezaron a temblar.
“Esto no puede ser cierto” pensó mirando como los ojos verdes de su humano se fijaban directo en los suyos color miel. Rápidamente decidió que mejor era retirarse, no estaba preparada, pero cuando se giró vio como Gabriel los observaba desde una esquina, esos ojos nos los podía confundir con nadie más… estaba acorralada.
“Esto no puede ser cierto” pensó mirando como los ojos verdes de su humano se fijaban directo en los suyos color miel. Rápidamente decidió que mejor era retirarse, no estaba preparada, pero cuando se giró vio como Gabriel los observaba desde una esquina, esos ojos nos los podía confundir con nadie más… estaba acorralada.
El motivo de su
estadía en la tierra venía hacia ella con una sonrisa que ella conocía muy
bien, pero no podía escaparse, por primera vez iba a hablar y dirigirse a su
humano, al que había cuidado y amado durante toda una vida… por quien había
cortado sus alas y por quien aceptaría la lucha contra Gabriel para protegerlo.
—Hola –dijo él
sonriéndole y mirándola con cierto brillo en sus ojos –mi nombre es Ethan Harris
–él estiró su mano hasta ella.
—Dana Cross.
Bueno, ya es domingo y les traigo el capitulo 5, uuuff gracias a Iria que ha revisado estos capítulos de verdad que ha sido una ayuda increíble siendo que estoy corta de tiempo y ella ve los errores que quedan atras después de cambiar los nombres. *-*
Espero que les haya gustado y muchas gracias por leer. No tengo fecha para la próxima actualización ya que el lunes comienzan mi practica y el jueves tengo prueba grande, así que ahí nos estaremos viendo, ya vamos a la mitad. Abrazos!
PD: espero que les haya gustado la foto ;D
Me encantó la foto y el capitulo. Sólo se les pasó un detalle a ti y a Iría y es el color de ojos de Dana en Lucifer cuando entran en contacto con los de Ethan.
ResponderEliminarEstoy igual o más nerviosa que Dana ahora que tiene enfrente a Ethan
aaah angie, muchas gracias por la correcion, ya la arregle :D que bien que te esta gustando la historia *-* como siempre, muchas gracias
EliminarEeeeeh por fin ya se conocieron jeje.
ResponderEliminarEspero el proximo.
Salu2
Si isis, ya la espera se acabo, ahora solo hay que ver como evolucionan estos dos :D gracias por leer!
EliminarPor fin ya hicieron contacto y eso es bueno insisto que a Dana le falta mucho por aprender para estar en la tierra .. y debe entender que si le dicen las cosas es por alguna razon valida no solo por que si .. nos leemos en el sig cap
ResponderEliminarhola brenda!! aaay si, Dana tiene mucho que aprender, se pone un poco orgullosa, pero ya veremos que sucede ;D gracias por leer!
Eliminarwooo!! iaa me puse al dia estaa buenisimaa ;D esperoo el otro capii :P
ResponderEliminarholaaa brujiii, espero que el siguiente capitulo tambien te guste, muchas gracias por leer :D
Eliminaroh......por fin.. volver a leer me pone mas nerviosa que antes a la espectaiva de estos dos!!!... suerte con la practica..
ResponderEliminarhola!
Eliminaraaay la practica va de temer, menos mal comienzo la otra parte (la real) en dos semanas mas jejeje muchas gracias por leer :D
Por fin el encuentro directo ... Pobre Dana no puede con tantos sentimientos, vamos a ver como le va .
ResponderEliminarGracias por el capi un beso.
hola pao!
Eliminaraaah Dana, una pobre bebe siendo atacada por tantos sentimientos :D
gracias por leer y el por la paciencia :D
ok, se q debería estar estudiando, pero me puse a leer un ratito jijij ^^
ResponderEliminares q esta cap es tan emocionante *.* x fin le va hablar!!!!
aaah kathy, un capitulo sin tu opinion se me hace tan raro jeje espero que te este yendo muy bien en las clases :D
EliminarAhhh como has podido dejar así el capitulo... ve voy corriendo al otro, que estoy muy emocionada por ver como se comportan ahora uno frente al otro.
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