Capitulo 19
No fui capaz de
dormir, esperé a que pasaran las horas, me di una ducha y arreglé mis cosas
para poder ir a la universidad. Necesitaba salir de casa, durante las últimas
horas solo había repetido una y otra vez lo sucedido con Alexander, tratando de
analizar esto con la cabeza fría. Haberlo visto con Lina había llevado al
límite mi paciencia.
Me dediqué a
vestirme calmadamente con unos pantalones cortos azul y una blusa color caqui con
botones, unas sandalias y amarré una chaqueta verde con bolsillos a mi bolso
que siempre me cruzaba.
Me miré al
espejo por última vez, llevaba el pelo todo tomado y cero signos de tener el
alma destrozada, eso era lo bueno de no poder llorar, nunca se nota que estás
triste.
Tomé mi celular
y lo guardé, fue lo último que hice cuando faltaban quince para las ocho. No
fue hasta pasada la media hora que me atreví a abrir la puerta, estuve todos
esos minutos mirando el pomo de esta, temiendo cualquier cosa, pero me convencí
que lo ocurrido hace horas… era algo que no se volvería a repetir y que no coincidía
para nada con la personalidad de Alexander, ni siquiera me lo podría imaginar haciendo
de nuevo lo mismo… pero aun así estaba en mi memoria esa mirada furiosa y el
recuerdo de haberme levantado la mano, aun estaba muy reciente.
Cuando bajé las
escaleras pude ver que estaba sentado contra la puerta principal, sus rodillas
estaban flexionadas y sus manos cubrían su rostro. Estaba destrozado.
Tomé las llaves
que estaban en el mueble del lado y las guardé en mi bolso para después dejarlo
en el sofá. No iba a comportarme indiferente ante él, hoy debíamos tener ambos
la cabeza fría.
Me acerqué a
Alexander y me incliné hacia él, toqué su rodilla con mi mano para que
despertara.
Sus manos
bajaron, dejándome ver que realmente la tristeza entre los vampiros no podía
ser escondida.
Aun así no lo
deje hablar.
—Es mejor que
vayas a darte una ducha ¿sí? –me puse de pie nuevamente y él lo hizo en un
segundo. Sus ojos me podían decir cuánto lamentaba lo sucedido y yo no quería
estar en plan de discutir, era muy temprano –aun estás con tu pijama y no te
pueden ver así.
Me aleje de él
para tomar mi bolso.
—Yo iré a
clases –cuando me giré hacia él y vi que se acercaba fue como un reflejo
retroceder. Lo lamenté al ver su expresión de dolor.
—Quédate, por
favor, tenemos que hablar, yo lo siento tanto, no tengo excusa —negué de
inmediato.
—Hemos hablado
mucho estos días y no nos ha servido ni un poco, mejor descansa ¿sí?
Avancé, pero al
pasar por su lado, él tomó mi mano, entrelazando sus dedos con los míos, pero
su contacto solo hizo que recordara aquella imagen terrorífica de ayer. Me
alejé.
—Victoria, dime
si tu anoche con aquel humano hicier…
—No, no –negué
ante sus ideas –jamás podría engañarte, solo salí a beber un poco de sangre y
jugué como siempre con mi presa, nada más, solo exageré todo porque te vi con
Lina, no pienses eso, no me gusta sentir la piel de un humano más de la que me
gusta sentir la tuya… ayer todo se descontroló.
—Yo solo quería
que…
—Alex –negué,
interrumpiéndolo de nuevo, gracias al cielo que la bocina del auto de Aníbal sonó
–me debo ir, nos vemos.
Salí de la casa
lo más rápido posible y me escondí en el auto con Aníbal. De inmediato él se
dio cuenta que las cosas no iban bien, por eso no me dijo nada durante todo el
viaje. Amaba que supiera cuando quedarse callado.
Para cuando
ingresamos a la primera clase, ya habíamos cruzado un par de palabras triviales
sobre el clima y sobre las clases que me había perdido. Ya era martes y
debíamos seguir con la vida.
—Buen informe,
Srta. Lenardis –me dijo el profesor cuando pasó por nuestro lado, antes de
entrar a la sala de clases.
Cuando nos
sentamos, me sentí un poco incómoda al ver que Cristóbal se sentaba a mi lado,
me saludó como si nada hubiera ocurrido, lo que agradecí mentalmente.
Las clases
comenzaron a pasar y yo tenía mi mente a varios kilómetros de distancia,
pensando en lo que estaría haciendo Alex ¿estaría bien? a la noche no me podría
escapar de nuestra conversación, pero estaría preparada mentalmente, no volvería
a discutir, estaba cansada y era hora de aceptar lo que Alex decía, era hora de
compórtame como la Gobernadora… no quería volver a retarlo de esa forma, había
logrado que Alexander Lenardis colapsara.
Y él me había
levantado la mano, cosa que nunca podría olvidar realmente.
— ¿Aníbal? –él
me miró curioso cuando estábamos en nuestro descanso de mediodía. Cristóbal
estaba al lado de mi amigo mientras comía una papas fritas y hablaba con Aníbal.
— ¿Si?
— ¿Sabes
defenderte? Así como formas de luchar y cosas por el estilo –él sonrió como si
hiciera la pregunta más estúpida del mundo.
—Eso es obvio o
no sería capaz de estar cuidándote ¿no?
— ¿Por qué?
–preguntó Cristóbal, curioso. Sonreí al darme cuenta que él actuaba de forma
habitual, aunque me haya descubierto. Vi la marca en su cuello, no la había
sanado anoche, solo me preocupé de escapar de él.
—Me gustaría que
me enseñaras.
— ¿Y eso? –Aníbal
me miro sorprendido.
—Debería
aprender a defenderme ¿no crees? Puede haber un momento donde no esté protegida
¿y qué haré?
—Pero eso es
imposible, eres la Gobernadora –dijo Cristóbal comiendo una papa.
—Me he quedado
sola y en problemas, aunque no me lo creas –sonreí para despistarlo.
—Claro que
puedo hacerlo –dijo Aníbal —pero en tu casa ya no hay espacio.
—Pueden usar mi
piso, así estudiamos mientras ustedes entrenan, además me gustaría aprender también,
no me molestaría ser parte de la Guardia para cuando me conviertan.
—Muy bien
entonces –dije contenta por esta nueva actividad extra programática
No quería
aprender a luchar por culpa de Alex, no quería hacerlo para defenderme de él
sino para luchar con él. Me había dado cuenta que por ser una inútil en ese
sentido, Lina tenía que viajar a cuidar de mi esposo, siendo que solo debería
bastar conmigo. No quería que otra mujer tuviera el cargo que yo debía tener:
protegerlo, en las buenas o en las malas.
Tuvimos una
clase más después de nuestro descanso y nos fuimos los tres al piso de Cristóbal.
No entendía porque tenía un espacio tan gigante, pero luego nos explicó que él mientras
estudiaba, además de trabajaba ciertos días en el Vampire, también trabaja
otros días como cuidador de un estacionamiento, que tenía un lugar gigante para
darle residencia a su cuidador, que en este caso era Cristóbal. Era un lugar
frio y realmente en malas condiciones.
—Dios… ¿pasas
hambre? –dije mirando que el lugar no era nada acogedor.
—Amigo, este
lugar se está cayendo a pedazos, incluso creo que me dio frio y todos aquí
sabemos que eso es imposible –Aníbal miraba el lugar tan consternado como yo.
—No se
preocupen, todo va bien, es cómodo y es un techo, con eso quedo feliz –respondió
mientras dejaba su mochila sobre su cama. Era un colchón tirado en el suelo
¿Cómo lo hacía en invierno?
—Olvídalo
–dijimos con Aníbal al mismo tiempo.
—Iremos arreglando
este lugar, ya verás –Cristóbal negó mientras sacaba un libro de su mochila.
—Muy bien,
comencemos con esto para que el Sr. Lenardis no se preocupe por nuestra demora.
—Me agrada eso.
Así fue como
seguimos nuestra tarde, entre órdenes de Aníbal y frases sobre la materia de Cristóbal.
Realmente era difícil y recibí tantos regaños de mi amigo que terminó agotándose.
Tuvo que salir de la gran habitación, para distraerse. Fue a llamar a Alanna
mientras ya estaba anocheciendo.
—Ese Aníbal está
enamorado de esa vampira, me alegra que se estén llevando mejor –me senté en la
cama mientras él le daba la vuelta a la pagina del libro.
—Sí, es cierto
–lo mire, estaba muy concentrado viendo unas imágenes, con su cabello rubio
desordenando, podía ver como su músculos se marcaban en el cuello, ya que
estaba boca abajo sobre la cama con el libro en el suelo y sus brazos apoyados
en este –Cris, sobre lo de anoche.
— ¿Cris?
—Es más corto,
como sea, sobre lo sucedido anoche.
—Oh cierto, había
olvidado que una vampiro me atacó anoche ¿no supiste? –lo miré asustada por un
momento, pero al ver que se reía, me relajé. Estaba bromeando — ¿te gustó mi
sangre?
—Un poco.
—Tú eras las
que me sedujo en el Excalibur ¿no?
—Sí, lo siento
mucho.
—Yo no –negué a
sus palabras.
—No te confundas,
una cosa es que me guste tu sangre, pero otra muy diferente es que me gustes tú.
—Lo sé, solo
que no lamento tener la sangre de tu gusto; muerdes muy bien a todo esto –dijo
sonriendo de tal forma que sus labios se curvaron, tenía una linda sonrisa.
—Lo que dices
en otros tiempos habrían provocado que mis mejillas se sonrojaran hasta lucir
patológico –él rió al escucharme.
—Lo digo en
serio.
—Yo también, no
debes decir esas cosas así como así, podría pensar que estás coqueteando
conmigo.
— ¿No lo hago?
—No, no lo
haces –dije rápidamente –porque mi corazón lo ha atrapado tu próximo Gobernador
si es que te conviertes en vampiro, cosa que estoy dudando si no eres la pareja
de esa vampiro que te quiere convertir.
— ¿Quién dijo
que quiero atrapar tu corazón? –esa sonrisa simpática y esos ojos verdes
brillando, me hacía ver que realmente este humano era un coqueto.
—Entonces tus
posibilidades se reducen aun más, lo que queda en: Imposible –él se giró,
quedando de espalda sobre la cama, dejando que su cuello quedara expuesto. Pude
ver como sus músculos quedaban marcados a través de su camisa color verde
musgo, gastada, se notaba que tenía ya años, pero no por eso lo hacían lucir
menos guapo.
— ¿No te
apetece un trago? –sabía que se refería a su sangre, la que corría con fuerza
por sus venas y arterias, justo al nivel
de su cuello.
Su mano atrapó
la mía y la llevó hasta su pecho, justo al lado izquierdo mientras su
respiración aumentaba. Pude sentir como latía con fuerza y rapidez su corazón.
—Igual que
anoche ¿no?
Pasé mi lengua
por mis colmillos, sin duda alguna sería muy agradable darle un mordisco, pero
no me gustaba que los humanos jugaran conmigo. El único que podía darme juegos
de seducción era Alexander Lenardis.
—Me caes bien Cristóbal,
pero no tanto como para aceptar que pases ciertos límites –dije enterrando levemente
mis uñas en su pecho, justo sobre el corazón. Solo unos milímetros, los
necesarios para romper su camiseta y su piel.
Él se quejó un
poco, pero no dijo nada.
—No estoy
jugando –dijo con su ceño fruncido.
—A mi me parece
que si –dije alejando mi mano de su pecho y pasando mis dedos por mi lengua, habían
quedado restos de su sangre en ellos –ten cuidado que yo tengo dueño.
—Uno que no te
sabe tratar por lo visto –bien, eso me tomó por sorpresa.
— ¿Qué dices?
—Estás triste,
no quieres volver a casa y por eso te buscas más tareas que hacer. No tienes
tus ojos brillando de felicidad como antes.
—Todo el mundo
tiene problemas –dije cruzándome de brazos y observando cómo su camiseta se
manchaba con pintas de sangre.
—Sí, espero que
así sea, no me agrada la idea de que alguien te tenga pero no te sepa valorar.
—No digas esas
cosas –dije triste. Miré las manchas de sangre y sin más mojé mi pulgar con un
poco de saliva y levante la camiseta de Cristóbal, pase mi dedo por las heridas
que creé. Cicatrizaron de inmediato –eso me pone triste –baje la camiseta.
—Bueno, si estás
triste, ya tienes un pedazo de chocolate al que morder –dijo sonriendo ya
natural, sin plan de seducción.
—No es
chocolate, sino que frambuesa.
— ¿Frambuesa?
Eso es olor a niña –reí por las estupideces que decía.
—Nadie elige
ese estilo de cosas.
—Está bien
–dijo como si tuviera cinco años.
—Ahora es mejor
que me vaya, debo volver con mi marido, el más peligroso de todos los vampiros,
así que mejor no sigas jugando conmigo que te podrías quemar.
—Entiendo tu
advertencia –dijo sonriendo –no perdía nada, eres guapísima.
—Adiós, nos
vemos mañana –me puse de pie, pero él tomo mi mano para hacer que me sentara
otra vez.
— ¿Y mi beso de
despedida? –dijo de nuevo con esa sonrisa torcida
—No juegues, te
lo he advertido.
—Es mi premio
por dejar que me mordieras –puse los ojos blanco.
—Bien, pero no
creas que me puedes engañar –puse mi mano en su cara y la mantuve hacia un lado
y bese su mejilla, pero me tensé por completo cuando sentí su nariz al nivel de
mi muslo.
Di un salto
estaba a dos metros de él.
—No me pude
resistir –dijo sonriendo y guiñándome un ojo.
—Adiós.
Él me hizo una
seña con la mano mientras me alejaba.
Cuando salí Aníbal
aun hablaba con Alanna, no pude decirle nada y gracias al cielo que no se dio
cuenta de la idiotez que había hecho Cristóbal.
Nuevamente nos
fuimos en silencio hasta casa. El lugar donde vivía nuestro amigo humano estaba
realmente alejado de la universidad y aun más del condominio.
Para cuando
llegamos, ya eran pasadas las nueve de la noche y las luces estaban apagadas.
—Gracias Aníbal
por todo, siento haberte estresado –él sonrió.
—Mañana nos irá
mejor.
—Gracias, nos
vemos.
Me bajé del
auto y me dirigí hasta la casa, donde abrí con la llave y crucé a la oscuridad
que estaba provocando Alex.
Prendí de
inmediato la luz y pude ver que estaba sentado en el sofá más grande, mirando a
la ventana. Por lo menos se había duchado y cambiado de ropa, pero estaba
demasiado casual.
—Has demorado
mucho en llegar, hoy tenias clases solo hasta las tres de la tarde.
—Sí, me
entretuve con Aníbal. Suenas como un obsesivo –dije dejando mi bolso en el sofá
más pequeño, donde me senté –esconderte aquí sin luz te da una imagen tétrica.
—Apestas a
humano –me quedo mirando, tenía esa expresión de dolor en sus ojos, aun no se
recuperaba por lo de anoche.
—Claro, estoy
en clases rodeados de ellos y sabes que para nosotros el aroma de los humanos
es delicioso, así que tomare ese comentario como un cumplido –me cruce de
piernas sin dejar de mirarlo.
—Estás de buen
humor.
—Claro, a
diferencia tuya, busqué un poco de aire y despejé mi mente para conversar
contigo sobre lo sucedido ayer, pero puedo notar que ni siquiera fuiste a
trabajar ¿estuviste solo o vino alguno de tus amigos eternos que resultan ser
tus guardaespaldas especiales?
—Solo Raúl y
Ezequiel –esquive su mirada, me estaba entristeciendo. Tensé mi mordida al
sentir que iba a sollozar, me dolía verlo de esa forma, tan triste y preocupado
–es primera vez que sucede lo de anoche, yo jamás le he levantando la mano a
una de mis parejas.
Asentí, sin ser
capaz de hablar porque mi voz se iba a quebrar.
—No puedo decir
que no he golpeado a vampiras porque no es así, incluso las he eliminado.
Volví a
asentir.
—Di algo, por
favor, no sabes cuánto lo siento, anoche me nublé, no me podía controlar… al
escucharte que habías tocado a un humano de la misma forma que me tocas a mí,
simplemente me enfurecí. No te estoy culpando de nada, no lo creas… no debí
reaccionar así –apoyo sus brazos sobre
las rodillas y cubrió su rostro con las manos. Estaba avergonzado.
—Alex ya basta,
no volverá a pasar, lo sé.
—No importa,
ahora creé una brecha enorme entre nosotros, siempre he tenido cuidado, todo lo
que he hecho es para evitar que te vayas de mi lado, pero ahora, tienes una
justificación fundamentada, serías la primera. No puedo creer lo que hice
anoche, ahora cuidarás tu distancia conmigo, hoy en la mañana escapaste de mi
tacto… no me volverás a tocar jamás.
— ¿Qué? No
digas tonterías –me puse de pie y cerré las cortinas, me di cuenta que la luz
dejaba ver hacia adentro –no digas esas cosas –me acerqué hasta él y me senté a
su lado.
— ¿Me niegas
que en la mañana no me querías tocar? Dudabas, crees que ahora te puedo golpear
–sonreí, Alex estaba más afectado de lo que yo estaba con todo esto.
—Basta amor,
basta –dije tomando sus manos para que no escondiera su rostro de mi –anoche
fue todo un caos.
—Nunca, nunca
pienses que volveré a hacer lo mismo, hagas lo que hagas nunca te podría dañar así
–pasé mi mano por su mejilla.
—Bien entonces,
te voy a creer, pero sigo enojada por culpa de Lina –los ojos de Alex
brillaron.
—Prometo que
nada sucedió con ella, llegó a la casa pero nunca pasó por mi mente tener algo
con ella, siempre coquetea pero yo no le sigo el juego, te lo prometo.
—Tenía su
asquerosa mano sobre tu muslo –aquello me hizo recordar los labios de Cristóbal
en mi muslo y me sentí mal por estar reclamándole a Alex. Era lo mismo, yo jamás
le seguiría el juego realmente a Cristóbal.
—Lo hizo cuando
tú llegaste. Yo solo quería dormir porque estaba cansado, era mi última copa.
Me preocupé por lo que hiciste, nunca te había visto tan enojada con alguien
por celos, me gustó cuando la regañaste y la sacaste de la casa, usando tu
poder como Gobernadora, aunque no me gusta que hables así.
—Ella sacó lo
peor de mi –dije enojada –tu también lo haces, muy seguido –acaricié su rostro
con mis manos, lucia tan cansado –no has domado nada, vampiro momia.
—Nada, no puedo
hacerlo, mi mente no me deja tranquila. No puedo dejar de pensar en lo que
hice.
Me alejé de él
hasta que llegué al interruptor, apagué las luces del primer piso y después
tomé la mano de Alex, quien me siguió sin decir nada hasta nuestra habitación.
Realmente estaba cansado, no dormir le hacia pésimo.
— ¿Qué haces?
–dijo cuando lo obligué a sentarse sobre la cama y fui por su pijama, que deje
a su lado.
—Me daré esta
ducha para no tener olor a humano y después dormiremos juntos ¿sí? debes
descansar Alex –antes de poder alejarme, él tomó mi mano y me hizo queda al
frente suyo.
Me rodeó con
sus brazos y apoyó su cabeza en mi pecho. Me quede inmóvil por unos segundos y
sonreí al darme cuenta que tenia a mi Alex de vuelta y que él tenía a su
Victoria, solo para él.
Deje mis manos
sobre su cabeza y lo acaricie mientras me aferraba más a él. Me entretuve
enredando mis dedos en su cabello.
—Perdóname,
amor… perdóname por todo lo que te he hecho pasar, has estado conmigo todo este
tiempo –tiré suavemente de su pelo oscuro para que me mirara, sonreí al ver su expresión
cansada. Pocas veces lo había visto tan agotado.
—Tú sabes que
yo soy de acciones, no de palabras.
—Aun así quiero
que sepas que de verdad lo siento –asentí.
—Me iré a dar
un baño y vuelvo ¿sí?
—Está bien –me
miró triste por un segundo. Realmente parecía un niño, un niño gigante y
guapísimo que me encantaba y me hacia odiarlo por igual.
Me di una ducha
exprés porque aun quería disfrutar de esta tregua debido al cansancio de mi
vampiro. Así que salí a los pocos minutos, lista con mi pijama mientras que
Alex me esperaba sentado en la cama, solo con su pantalón de pijama azul,
dejando su tórax desnudo.
Con una palmada
hice que las luces se apagaran y prendí solo la lámpara de mi mesa de noche.
— ¿Qué haces? ¿Por
qué te metes bajo el cobertor? –dijo curioso.
—Porque vamos a
dormir.
— ¿No tendremos
sexo de reconciliación? –no pude evitar reír por lo que dijo. Me metí bajo las
sabanas y después saqué su diario que tenía en mi mesa de noche.
—Para eso hay
que estar reconciliados y ambos debemos estar consientes, tú te estás cayendo
de sueño Alex… y aun no he llegado al extremo de ser una vampira que abusa de
su esposo.
—Pero eso me
quita el sueño, ya sabes, me voy a desvelar de nuevo –lo miré sonriendo.
—Te estás
comportando como un niño, no te aproveches.
Se metió bajo
las sabanas y me quedo mirando.
— ¿Qué haces?
—Solo tengo
unas dudas sobre tus escritos.
—No, no –negó
de inmediato –es mejor dormir.
Su mano se coló
por mi abdomen, tocando mi piel desnuda y rodeándome de tal forma que se le
hizo más fácil hacer que me recostara en la cama. Me gire dándole la espalda
mientras él me acercaba a su cuerpo y apoyaba su cabeza en mi hombro para
espiar lo que estaba leyendo.
—“Prácticamente me tiró el anillo que le he
dado porque cree que no me comprometo con ella. No tiene la menor idea de cuánto
la amo y me dice que no estoy comprometido, que las relaciones son de a dos y
que no aportó en nada” –dije susurrando al sentir que la mano de Alex seguía
acariciando mi abdomen, pero no subía ni bajaba.
— ¿Recuerdas
eso? Te arrinconé contra un mueble, mientras Elizabeth y… Charlotte estaban en
la sala, te preocupabas de que nos escucharan, te veías tan sexy cuando te
sonrojabas al tocarte de esa forma.
—Dijiste que
ibas a dormir –me avergoncé ante tal recuerdo.
—Estás leyendo
en voz alta, es inevitable traer esas imágenes.
— ¿Y qué más
recuerdas? ¿No te cofundes con tantas parejas?
—No, claro que
no –dijo contra mi piel –tú llegaste y todas las demás han pasado al olvido.
—Eso suena
horrible.
—No, siempre es
así, anteriormente me había ocurrido con mis otras parejas, mientras estoy con
una, mi mente solo se concentra en ella –cerré el libro.
—Me mientes, tu
recuerdas a esa gitana cuando me miras –me giré para poder verlo, quede
recostada por completo sobre la almohada.
—Ella no es
parte de mi vida como vampiro –me acercó a él, haciendo que me girara hacia su
cuerpo.
—Y es especial
para ti.
—Claro que lo
es –dijo asintiendo, aquello me dolió y él lo notó –gracias a ella no he podido
tener mi pareja, pero creo que ya ha sido suficiente, tu deseas quedarte conmigo
¿no?
—Ya sabes la
respuesta –susurre ahora sintiendo como su manos recorría mi espalda. Comencé a
jugar con mi mano en su cuello — ¿Alex?
— ¿Si? –su mano
se estaba moviendo más lentamente, se estaba quedando dormido.
—Renuncia a ser
Gobernador, por favor amor, renuncia –su mano en mi espalda se detuvo.
Usualmente
nosotros nos llamábamos por nuestros nombres, no éramos como las parejas que le
ponían apodo a sus esposos, es por ello, que si él o yo usábamos términos como
“amor”, “cariño” o lo que sea, era porque estábamos dejándonos al desnudo por
el otro. Alex usaba más veces el término “amor” conmigo, de lo que yo lo he
usado con él.
—Sabes que no
puedo Victoria ¿Por qué me lo pides? Es algo que no te puedo dar.
— ¿No puedes o
no quieres? –de nuevo comenzó con sus caricias. Yo no me había detenido.
—Un poco de
ambas, no puedo porque es un trabajo demasiado engorroso encontrar un nuevo
Gobernador y no quiero porque… me gusta.
— ¿Más de lo
que yo te gusto?
—A ti te amo y
es injusto jugar a esto ¿Qué sucedería si yo te pido lo mismo y te saco de tus
clases? Y sabes que tengo más fundamentos, tu seguridad está en juego –miré
hacia su tórax.
—La tuya también.
—Sí, pero tengo
siglos más que tu –volví a mirarlo –me sé defender muy bien y si mandan
guardias para mi es porque mi propia madre está en el Consejo y es una
exagerada –sonreí, eso era cierto.
—Entiendo, no
lo dejaras.
Sus labios se
movieron sobre lo míos, me fue inevitable responder a ese beso que duró por
varios segundos ¿era mi premio de consuelo?
—Alex, sabes
que hay una gran brecha entre nosotros ¿cierto? Todo esto que ha sucedido ha
dañado nuestra relación.
—Lo sé y
entiendo muy bien lo que eso conlleva –dijo escondiendo su rostro en mi cuello.
Estaba agotado.
—Es mejor que
descanses, yo tampoco he dormido nada –me gustaba poder volver a dormir
sintiendo en todo momento la piel de Alex.
— ¿Fue un
humano cualquiera el de anoche, Victoria? –susurró contra mi cuello. Me tensé
ante su pregunta.
—Como cualquier
otro, un desconocido –él me miró de forma extraña.
—Entiendo.
Me quede
dormida entre sus brazos mientras que él también lo hizo, pero rodeando mi
cuerpo. Fue tan agradable poder dormir junto a él, hace mucho que no lo
hacíamos de esta forma.
La alarma comenzó
a sonar muy temprano, pero Alex la apagó. Yo entraba un poco más tarde a clases
así que fue realmente agradable tener a mi marido unas horas más.
— ¿Estás usando
perfume? Me gusta tu aroma natural –fruncí el ceño cuando sentí que su nariz
recorría mi cuello.
— ¿Cómo? –dije
sin entender lo que decía.
—Hueles a
frambuesa –me tensé bajo su agarre.
— ¿Has
descansado? –dije desviando el tema.
—Mucho, estoy
como nuevo –sentí su mano recorrer mi muslo al mismo tiempo que su boca
atrapaba la mía, pero no tenia ansias de hacer nada, no si me había dicho que olía
a Cristóbal, es más me había dado ganas de beber su sangre de nuevo, lo que era
muy raro siendo que solo había bebido hace poco.
—Creo que deberíamos
levantarnos –me alejé de él en la cama y me levanté.
— ¿Qué haces?
¿Por qué te vas? –deje mis manos escondida detrás de mi espalda. Tenía ansias
de sangre, ahora.
—Porque tengo
que ir a clases –mentí.
—Pero hoy es
miércoles, entras más tarde –se sentó en la cama, dejándome ver su torso
desnudo. Tuve que dirigirme hacia el baño para no distraerme o si no me atraparía
en la mentira que le estaba dando –Victoria –dijo exigiendo una respuesta.
— ¿Qué sucede?
Ya sabes que los profesores a veces cambian el horario, hay que recuperar una
clase que no se hizo el viernes, a la que falté.
Aquello lo dije
sin mirarlo y entrando al baño.
—Entonces yo
igual me daré una ducha –apoyó su mano en la puerta, impidiendo que la cerrara.
— ¿Qué haces?
—Me daré una
ducha contigo.
—No, quiero
estar sola –él me miró de forma sospechosa.
—Me has mentido,
si temes tenerme cerca –puse los ojos en blanco y abrí la puerta por completo.
—Alex, estoy
ansiosa, tengo sed y quiero ir a beber a Vampire antes de ir a clases ¿sí? ¿O
me dejaras beber de ti? –él me quedo mirando unos segundos.
—Sabes que ir a
ese lugar va en contra de las leyes, ni
siquiera está permitido… a todo esto, tendré que ver porque sigue en pie, Marco
es quien se encarga de arreglar esos problemas pero con él fuera del país, es
difícil.
—Como sea… —dije
molesta por saber que cerrarían el lugar. Cristóbal necesitaba ese trabajo, además
era parte de su entrenamiento. Demonios ¡yo y mi bocota!
—Y no, no te
puedo dejar beber de mi –lo miré un tanto sorprendida, nunca me había negado su
sangre –no he bebido hace días, es más ¿Por qué estas tan sedienta si bebiste
hace tan poco?
—No lo sé, quizás
por todos los problemas que hemos tenido.
Alex me miró
sospechosamente de nuevo, pero antes que pudiera decir algo su celular comenzó
a sonar. No me sorprendió que se fuera y tomara el teléfono.
—Marco, dime.
No me dijo nada
más, solo se fue con su celular a la planta baja. Debo decir que me deleité
mirando su espalda mientras se alejaba. Sin embargo, el dolor en mi garganta volvió
y deseé tener sangre en mi boca.
Me duche
rápidamente y esta vez, ya que había un lindo sol que iluminaba las calles, me
puse un vestido que llegaba a la mitad de mis muslos, era negro y con flores
rojas y blancas, era sin mangas y me encantaba como me quedaba.
Tomé mi cabello
por completo y después salí a la habitación. Alex estaba vestido con sus
típicos trajes, esta vez llevaba uno azul oscuro.
—No he visto
que ocupes el trébol de plata y oro –dijo mirándome con sus brazos cruzados.
—Es cierto, no
lo he ocupado.
Fruncí el ceño
sin entender sus palabras, pero me dirigí hacia nuestro armario, donde teníamos
las joyas. Busqué el collar y me lo puse, hice una mueca de desagrado al sentir
esa plata en mi pecho. Podía ser poca, pero dolía y ahora más porque no la había
ocupado hace tiempo.
Al girarme me
exalté al ver que estaba apoyado en el marco de la puerta.
— ¿Qué te ha
dicho Marco como para que hayas tenido un cambio de humor tan brusco?
—No era Marco,
era Lina, no quise nombrarla para que no te molestaras.
—Que
considerado –dije irónica –bueno, yo me voy.
—Muy bien.
Me acerque a él
para besarlo, pero no se inclinó. Estaba enojado, eso era obvio ¿pero que había
sucedido? ¿Qué había hecho para que se enojara conmigo?
Tiré de su estúpida
corbata e hice que se inclinara hacia mí de forma brusca. Le di un beso corto y
muy rápido, pero él no era de ese estilo
de besos. En un segundo sentí como mi espalda chocaba contra el otro extremo de
la puerta y como él me levantaba varios centímetros del suelo, rodeé su cadera
con mis piernas y su cuello con mis brazos.
— ¿Qué te pasa?
Estás muy cambiante esta mañana –me tensé cuando su mano rodeó mi rostro, como
ayer, pero no de forma brusca, esta vez estaba teniendo cuidado en no hacerme
daño, solo estaba buscando que mi mirada estuviera directa a la suya.
—Victoria, escúchame
bien, eres mi pareja por toda una eternidad y no me gustaría que anduvieras
jugando en otro lados –mis ojos se abrieron ante lo que decía.
Yo no estaba
jugando con Cristóbal, solo bebía de su sangre porque era deliciosa, más que la
de Alexander, pero eso no tenía nada ver que con la fidelidad. Cristóbal además
de estarse convirtiendo en un amigo, era quien casualmente tenía mi sangre
favorita, nada del otro mundo ¿cierto?
Sin embargo, sabía
que si yo le hablaba del humano a Alexander, él no entendería nada y se cegaría
otra vez.
Cuando un
segundo después de decir eso su mano estaba recorriendo mi muslo derecho, además
de causar que mi piel ardiera por su tacto, también hizo que mi mente ardiera
por la molestia.
— ¿Estas
dudando de mi? –lo empujé para separarlo y poder ver su rostro. Aun seguía a
metro de altura, con Alex entre mis piernas.
—¿Debería?
–dijo frunciendo el ceño. Fue la gota que rebalso el vaso.
—Suéltame,
ahora mismo.
—No y tu
tampoco quieres que te suelte, puedo sentirlo –dijo empujando mi trasero contra
su cadera.
— ¡No voy a
hacerlo contigo si estoy tan molesta! ¡Suéltame! –lo empujé de tal forma que
pude escapar de sus brazos.
Rápidamente corrí
hasta el primer piso y tomé mi bolso con mi chaqueta. Alex me siguió al mismo
tiempo. Me observaba desde las escaleras.
—No voy a
permitir que me trates de esa forma, no soy ningún animal con el que puedes
tratar y tu tampoco… —me crucé el bolso y lo miré enojada –espero que esto no
se vuelva a repetir, dudas de mi y al mismo tiempo quieres llevarme a la cama
¡soy tu esposa, maldita sea, nosotros no solo tenemos sexo, Alex!
Él no dijo
palabra alguna, solo se cruzó de brazos y me quedo mirando. Eso me hizo enojar
aun más.
—No puedo
contigo ¿sabes? Estas colmando mi paciencia.
Tomé una llave
de los dos autos que había en el garaje y salí de casa. Alex idiota.
Manejé
tranquilamente hasta la universidad, aun faltaban un par de horas para poder
tener mi primera clase del día, pero prefería estar ahí. Cuando estacioné el
auto y noté que era demasiado llamativo para una estudiante, me arrepentí de no
haber esperado a Aníbal.
De todas formas
iba de camino a la biblioteca cuando vi a cierto chico de cabello rubio. Supe
de inmediato que era Cristóbal. No me tomó ni siquiera un minuto poder
localizarlo.
Lo seguí
sigilosamente hasta que vi que se dirigía a la segunda biblioteca, donde había otros
tipos de libros. Sonreí al darme cuenta que estaba tomando el camino que no
estaba para nada bien iluminado.
Ni siquiera se
dio cuenta cuando tomé su mano e hice que entrara a una de las pequeñas
habitaciones que habían, creo que era la del aseo.
— ¡¿Qué
demonios?! –cubrí su boca con mi mano para que no gritara.
—Tengo sed
–estábamos tan cerca que podía sentir como latía su corazón contra mi pecho.
Tomó mi brazo para bajarlo y dejar que su boca quedara libre.
—No, bebiste
hace poco, me terminarás drenando Victoria.
—Chst… no digas
nada, solo es un poco, además no tienes escapatoria –podía sentir como su
respiración aumentaba considerablemente y como sus vellos se erizaban.
—He dicho que
no.
—Si no te has
dado cuenta, no es como si los vampiros escucharan mucho lo que un humano tiene
que decir –pude sentir su aroma al nivel de su cuello, era tan apetecible
¿Cómo no me había dado cuenta de eso
antes?
—Victoria, no
puedes, ya bebiste hace dos noches… además ¿Qué gano yo?
—Nada,
absolutamente nada, aunque por lo que recuerdo, ser mordido también es muy
gratificante –besé suavemente donde iba a morderlo, ahora era el otro lado de
su cuello –prometo que no te dejaré marcas esta vez ¿sí?
—Vict… —no
alcanzó a decir nada.
Mordí su cuello
sin mayor preámbulo y comencé a beber de esa sangre tan exquisita, estuve
varios segundos sintiendo como olas de placer recorrían mi cuerpo ¿Por qué no
era así con los demás? Me acerqué aun más a su cuerpo.
—Basta… —susurró,
pero no lo tomé en cuenta. Era una sensación indescriptible, era como si todos
mis problemas pasaran por mi lado, incluido Alex ¿Qué era esto? Antes ningún
humano me había dado esta sensación con su sangre y ahora parecía que Cristóbal
podía darme ese beneficio.
Sin embargo, a
pesar de estar casi en el séptimo cielo, bebiendo de ese manjar tan exquisito,
al momento de sentir que las manos de Cristóbal se movían, de tal forma que
fueron subiendo mi vestido y tocando mis piernas me alejé en un segundo.
—No hagas eso
de nuevo –dije enojada –tu no me puedes tocar, solo bebo de ti y puedo jugar
contigo.
—Entonces ¡no
vengas a calentarme! –me quede mirándolo sorprendida — ¿no te das cuenta? Con
ese jueguito solo logras alterarme.
Pasé mi lengua
por los labios, bebiendo los últimos rastros de su sangre.
—No hagas eso,
demonios… eres malvada –dijo con su ceño fruncido.
Dejé mi mano en
su pecho y lo volví a empujar, esta vez me acerque para pasar mi lengua por las
dos gotas de sangre que recorrían su cuello. Pude sentir y escuchar el gruñido
que se formó en su garganta. Para cuando pasé mi lengua por las heridas que había
dejado, Cristóbal estaba con su cuerpo completamente tenso.
—Gracias.
Salí de la
pequeña habitación y sin preocuparme fui hasta la biblioteca a estudiar,
satisfecha y feliz de haber bebido de mi sangre favorita.
Aníbal no fue a
clases y no fue hasta la ultima hora que Cristóbal apareció, se sentó a mi
lado.
— ¿Iras hoy a
mi casa?
Pensé en que no
era correcto, que estaba cruzando el límite entre lo que yo decía y de lo
que Alex me podía acusar; no estaba Aníbal
y sabía que si iba finalmente terminaría bebiendo de su sangre de nuevo, ya que
solo de tenerlo cerca me causaba antojo.
—Sí, iré, así
podremos estudiar para la prueba de la próxima semana ¿no?
—Muy bien
entonces.
¡Hello people! ¿como estan? ya estamos en el penultimo capitulo, espero que les haya gustado, aunque lo dudo, como en su mayoría está apoyando fielmente a Alex jejeje bueno, como sea, ya estamos a un capitulo de terminar esto :) veremos como sigue y muchas gracias por sus comentarios y por sus analisis. Seguimos comentando el capitulo en el grupo Alexander Lenardis, por eso casi no devuelvo comentarios porque son las mismas que comentan aca jajaja adiosin
Ahhhhh buenichimooo!
ResponderEliminarCreo q ya tengo mi teoría algo armada, por cierto hellooooo Danii!!!
Ahhhh yo sigo apoyando a Vicky hermosa aunq creo q hoyyyy a caído en una trampa muajajaja, perdón deja te dejo mi teoría.
Creo q alguien quiere derrocar a Alex de gobernador y lo están intentado a través de la sangre de Cristobal. Los puntos de los q me valgo para suponer esto son q creo q tiene algo raro la sangre del humano por Alex le dijo a Victoria q si estaba usando perfume ¿Por qué a Alex le olió a perfume de frambuesa y no a sangre? La otra cuestión es la sed desmedida q siente nuestra gobernadora, al principio yo creía q era una manera de evadir sus problemas pero... ¿Y si es algo más esa adicción? Creo q aquí hay gato encerrado y también creo q Lina-mugrosa tiene algo q ver!!!!!
Jummmmm si no mal recuerdo en el capi pasado Victoria vio a Cristobal hablando cn una mujer q creo (si mi memoria no me falla) se le hizo conocida a nuestra protagonista. Después todooo es casi miel sobro hojuelas hasta q pammmmm Lina le marca a Alex y vuelve a provocar una disputa entre estos 2.
No se tal vez me haya equivocado en mi teoría pero maldita sea si no es la más solida q se me a ocurrido desde q empezaron todos estos problemas.
Ufffff ya quiero leer el último capitulo Dani, estoy ansiosa.
Muchas gracias por el capitulo!!!
Un beso y nos seguimos leyendo.
como Victoria podes preferirle a Cristobal que a Alex????´
ResponderEliminarDesde ahora en adelante seras victoria, nada mas de Vicky, estas en mi lista de personas mas odiodas!!!!
hasta creo que te odio mas que a Lina!!!
mierda ...
ResponderEliminarprimero lo primero, no se porque no lo había dicho antes, pero siempre pensé que Vicky debería aprender a defenderse, pero luego pense, para que haria algo asi, si ya es vampira?? y para defender o ayudar a alex o algo asi, necesitaría de años de experiencia y existencia ... Pero que bueno q ahora quiere aprender, porque estoy segura de que en algun minuto tendra que peliar o defenderse ...
Pucha ... otra vez... que les esta pasando a estos dos!!! y que le dijo esa perra de Lina!! estoy segura que algo supo ¬¬ y sobre todo que le paso a Vicky !! en verdad que rayos!! no quiere hacer el amor con Alex por beber de ese ... ese humano ¬¬
despues de esto lo siento Vicky pero soy team Alex 100%, en este cap te pasate!! MENTIO!!!! eso es lo mas feo!! sinceramente no la entiendo ...
y bueno nose, este tipo en verdad me cae mal ... :/
Hola Dani dejame decirte que traigo una gripa muy mala onda y con este cap creo que hasta respire mejor con el final de cap que nos diste jajaja casi colapso por asi decirlo ...jejejeje
ResponderEliminarVictoria no se que es lo que quiere la verdad no la entiendo se que que dije que es bueno el espacio para asi aclarar las ideas y pensar mejor las cosas pero si ya paso horas de todo y Alex le dice que hablen y mas viendolo desvastado y que decida irse a la Universidad ok lo pase y por un momento pense que ya estaba aceptando en que es la esposa del Gobernador y que como tal debe actuar y comportarse y zaz !! sale con algo que no me esperaba primero que ya le esta mintiendo a ALex sobre lo Cristobal y peor aun que ella misma sabe que esta mal aqui ella ya no puede echarle en cara cosas a Alex porque ella esta haciendo lo mismo esta mintiendo u omitiendo las cosas .. no puedo creer que haya rechazado a Alex por ir a beber la sangre del mentado cristobal y para colmo se enoja con Alex por que la cuestiona y se ofende por que segun el duda de ella cuando sabe que es verdad hay muchas maneras de ser infiel y el preferir la sangre del tipo este al de Alex es como decir que prefiere al amante que al esposo puedo estar equivocada ya que ahorita me siento muy enojada con victoria la verdad no lo negare.. no tolero a Lina pero igual no sabemos si sabe lina lo de la sangre de Cristobal lo que causa en ella por eso tiene esos ciertos compartamientos.. lo tendre en duda..
Creo que la mejor manera de hacerle daño a Alex o derrocarlo es por medio de Victoria ese es su punto debil de Alex y si es asi me da pena que Victoria este callendo en la trampa porque eso de que este engancaha con la sangre de Cristoball y que Alex haya distinguido el aroma que produce la sangre en ella no es nada normal y que lastima xq por estar asi no se da cuenta de lo que puede estar pasadno alrededor de ella con la gente tiene cerca ella y su idea de llevar una vida como si fuese humana no creo que sea lo mas inteligente que este haciendo ahorita ..pero dondo si no creo de como defenderla es con lo ultimo del cap sabe que esta mal que vaya a la casa de cristobal y sin que este anibal y sabiendo y aceptando mejor dicho que la sangre de este tipo se le antoja mucho aun asi ira ya es bajo su propia responsabilidad lo que pase no quiero ni imaginar si se entera Alex no se que hara el quiere jugar con fuego pues que juege solo espero que no se queme todita ... entiendo que Alex mintio y no le dijo cosas pero nada parecido a esto creo que la que esta mas mal ahorita en actitud es Victoria que Alex ...
Victoria, ya se pasó de piña, es cierto q Alex es un pesado, pero la ama y trata de cambiar por ella, pero ella no debe seguir por donde va xq lo puede perder todo.
ResponderEliminarDaniii, que buen capitulo... creo que ahora, por primera vez me voy a poner del lado del gatito... Claro que Alex va a tener dudas... se da cuenta que le miente poor dios!! Victoria, estas siendo una amala chica... ya basta!! si te comprometiste con Alex, no lo hagas pasar por esto... juro que los cambios de esta historia me hacen sentir mal.... Dani, no se como va a seguir... ansio que esta historia no termine nunca... es una de las mejores que escribiste desde que comenzaste y me encanta... Espero ansiosa el proximo capitulo... mil besos Daniichu!
ResponderEliminardani lei el mismo dia pero recien lo puedo comentar..........pues me sorprende cada dia mas . Alex esta super afectado con lo que paso tiene miedo y esta desesperado por no perder a vicky. Y vicky mmm no se esta muy deseosa de sangre de cristobal osea frambruesa caliente pero mi alex ya esta sospechando de ley....Lina tuvo que haberle dicho algo como que se vio a vicky con ....... no se pues pero de ley alex sabe algo por que se pueso raro y territorial ......capi capi que addicion..........cada una de tuis historias como extraño las demas ...para echar una ojeada again..:)
ResponderEliminarVicky ya se pasa... pense que de apoquito se iban a arreglar pero como dice mi abuela la vicky se esta metiendo en las patas de los caballos!!
ResponderEliminarEso de ir donde cristobal me huele mal xD pero meintriga saber que pasara en el prox capitulo!!
cada dia me sroprendes mas dani pero cada dia me dejas mas plop con cada capitulo xD
ANEL...
ResponderEliminarYo siempre e sospechado de Cristobal ...
Viky en este momento ha caido de mi gracia no se si la sangre de Cristobal tiene algo que la esta haciendo adicta y por eso el comportamiento o simplemente que Vicky es una tarada prepotente que piensa que ella no hace nada malo ashhh estoy enojada con ella ....
Alex es un amor y Victoria deberia entender que el ya era asi y que el no ha cambiado nada en cambio ella si ha cambiado la que realmente es bipolar es ella ...
pliss no tardes en actualizar ...
me encanto! solo que cristobal me esta resultando algo raro, porque solo esa sangre le produce a viky todo y no se como que tengo un mal presentimiento sobre cristobal, ademas no me parece buena idea de que viky se vaya a ver con cristobal a solas en la casa de esté.. a mi me huele a que hay gato encerrado.
ResponderEliminarpor otro lado como que Alex empieza a sospechar y pues las cosas si siguen como estan van a terminar un poco drasticas :S en fin te felicito Dani, espero que te vaya bien con tus estudios
DTB
Pd: actualiza pronto porfa
Esto no me está gustando nadita nadita.....
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