lunes, 30 de diciembre de 2013

Un Ángel Caerá - Capitulo 26 Final


Igualdad de Condiciones


A Isaac y Lucy les tomó más tiempo de lo que habían imaginado llegar hasta el edificio de sus pasajeros, ya que pesaban bastante y su vuelo se veía afectado por ello además de la falta de práctica.
Ethan estaba inconsciente, mientras que el ángel caído comenzó a despertar a pocas cuadras de su azotea. Se dejó llevar sin problemas por Lucy, quien le sonrió para darle tranquilidad, lo que no ayudó a disminuir la ansiedad de Dana.
— ¿Dónde está Gabriel? –Preguntó a la ángel que la llevaba — ¿Cómo ustedes…?
—Somos ángeles caídos, como Adam, trabajamos para él –dijo con un tono de voz que dio a entender a Dana que no debía preguntar más –y Gabriel ha desaparecido, Adam lo calmó así que no deberías preocuparte por él hasta un par de horas más.
Al terminar de hablar, ambos ángeles fueron bajando hasta dejar a Dana en la azotea, junto a Ethan, que comenzaba a despertar. Para cuando piso el frío cemento él ya estaba con sus ojos abiertos, asustado por ver que estaba aterrizando y que alguien con alas lo llevaba en el aire.
Los ángeles caídos no esperaron un agradecimiento por parte de ellos, solo desaparecieron en cuanto los dejaron sobre una superficie dura.

Ethan se apoyó unos segundos en la gran estructura de cemento que tenía a su lado, observó a Dana asombrado, pensando en que todo había sido un sueño y que estaba reviviendo la parte donde terminaba su relación con ella. Nada de eso tenía sentido ya que era muy tarde y habían llegado volando.
— ¿Ethan? –ella dio un paso hacia él para ayudarlo ya que se preocupó al ver aquella marca de sangre en su frente, aunque ella tampoco estaba nada de bien, su ropa estaba manchada debido a que Gabriel la mordió.
Ella aun no podía creer como habían terminado esa noche. Se había expuesto a Ethan de la peor forma posible, no había tenido sentido haberse cuidado todo este tiempo para no ser descubierta. Ahora él la miraba con terror en sus ojos verdes.
—Aléjate de mí –susurró él, sintiendo como si su cabeza quisiera explotar –eres… eres un…
—Ángel.
—Monstruo.
Hablaron al mismo tiempo. Ella se quedó helada al escuchar esa palabra de la boca de su humano.
—Has matado a un tipo allá en el Lucifer –dijo él, consternado al recordar lo que había visto –las alas de fuego… tu también –dijo sin tener su mirada fija en ella o en cualquier punto, estaba comenzando a descontrolarse –esas armas.
Lentamente comenzó a retroceder, sin ser capaz de mirar a Dana, pensando en mil cosas y al mismo tiempo sin pensar en nada.
—Ethan soy yo, mírame –ella avanzó un par de pasos hacia él, pero fue lo peor que pudo haber hecho.
— ¡Aléjate de mí, monstruo!
Sin decirle nada más, dio media vuelta y corrió hacia la salida de la azotea. Ethan nunca corrió tan rápido en su vida, jamás un alma perdida lo había asustado tanto como lo que vio esa noche. Lo único que deseaba en su vida era tener algo de normalidad y creyó tenerla con Dana, pero resultó ser un monstruo, un ser de alas que había acabado con un chico a las afueras del Lucifer.
Al llegar a su departamento, se sorprendió ver al lado de su puerta a Zoe, que lo miraba sonriendo con un hermoso vestido azul que dejaba sus piernas y brazos expuestos, el abrigo negro lo llevaba en la mano, los altos tacos que traía puestos la hacían ver varios centímetros más alta. Se veía hermosa con su cabello negro tomado.
Zoe sonrió, pero por dentro se sentía miserable. Ver a Ethan con sangre en su frente la tomó desprevenida, sabía que debía ser culpa de Gabriel. Todo lo que él hacía era por aquella ángel, cada paso que daba era para acercase a Dana y ella, siendo un humano que más parecía mascota que aliada, se iba hundiendo cada vez al ver cuanta indiferencia recibía por parte del vampiro.
Sin embargo, no tenía otra opción, deseaba ser inmortal y estar al lado de Gabriel.
—He venido a verte –a medida que se acercaba Ethan la expresión de ella fue cambiando, con una premeditada reacción — ¡Ethan! ¿Qué te ha pasado?
Él deseó tener su vida de antes, donde dormía con quien quería y no se preocupaba de nada, no veía almas perdidas ni tampoco tenía una novia hermosa y demasiado comprensiva para él, que terminaba resultando ser un ser que tenia alas y que mataba personas.
Abrió la puerta y tomó la mano de Zoe para que entrara con él. Buscaba algo de normalidad y la encontraría volviendo a ser el de antes.


Dana aun no era capaz de moverse, seguía observando la puerta de la azotea, manteniendo la esperanza de que Ethan saliera de ahí, volviera a ella y se disculpara por tratarla de monstruo, que se excusara, diciendo que había sido una reacción ante el shock que aun mantenía por haber visto sus alas, por haber visto a Gabriel.
Pero no sucedió.
Para cuando entendió que estaba sola en la tierra, sin nadie a su lado y que la única persona que amaba le había dado la espalda, las lágrimas no demoraron en llegar.
Sintiendo el peso de la culpa sobre sus hombros se dirigió hacia su departamento.
Al traspasar la puerta estaba todo oscuro, sentía frio hasta en sus huesos, era la soledad que la estaba abrumando. Su corazón se había partido en diferentes pedacitos una vez más. Comenzaba a convencerse de que ella no tenía la oportunidad de los demás, que no tenía que enamorarse de nadie porque al final esa persona terminaba alejándose de ella.
Quizás si le hubiese dado lo que deseaba a Gabriel, por una vez, haberse entregado a ese demonio tan solo una noche, todo sería diferente ¿No era eso lo que buscaba? ¿Cuál era el motivo para que el vampiro estuviera encaprichado con ella?
Se recostó en el sofá, abrazando un cojín mientras apoyaba su mano en el cuello, justo en la zona donde Gabriel la había mordido, quiso negarse al recuerdo de esa sensación. No había sido algo negativo, es más, siempre que el demonio se acercaba aparecía cierto reconocimiento en ella por él, pero no lograba que su corazón latiera con fuerza o que sus ojos brillaran como solo Ethan podía lograr.
Jamás se imaginó que iba a tener esa reacción por parte de él, aunque tampoco planeaba exponerse a Ethan de de esa forma. Sus lágrimas caían hasta el sofá, comenzaba a sentirse desesperada.
Deseaba con todo su corazón volver al pasado, haber ascendido cuando aun no sentía nada por Ethan, haberse vuelto un Arcángel habría sido la mejor opción, ya que por lo visto tenía un talento natural para eliminar demonios… y deseaba acabar con uno en particular, molerlo hasta hacerlo picadillos, luego sacar su corazón y pisotearlo. Gabriel estaba en el tope de su lista de demonios por acabar.
Las horas comenzaron a pasar y el reloj marcaba las dos de la mañana. Dana, cansada se levanto y arrastrando sus pies se dirigió hacia su habitación, pero iba a mitad de la sala cuando tocaron a su puerta.
Frunció el ceño y se dirigió a abrir, si era una de las Nephilim las mandaría a casa, no quería a nadie consolándola ni dándole ánimos porque era inútil.
Para cuando abrió la puerta se quedó helada al ver de quien se trataba.
Sucio, con restos de sangre en la frente, Ethan la observaba con sus ojos verdes y una expresión triste.
—Lo siento –dijo él, dando un paso hacia ella. Dana no tenia palabras –no tengo la menor idea de cómo vamos a solucionar esto, pero siento haberte llamado de esa forma.
—Pero tu… —ella formó un mohín, sintiendo como sus lágrimas comenzaban a correr por sus mejillas mientras sentía que su corazón latía con fuerza.
—Pero nada, soy un idiota, me salvaste… no sé que está sucediendo, pero no me puedo mantener alejado de ti, te amo más que nada.
Dana no pudo controlar más las lágrimas y Ethan la rodeó con sus brazos, acercándola a su cuerpo mientras ella le devolvía el abrazo, tratando de acomodarse para quedar completamente rodeada por Ethan.
—Lo siento, Dana –tomó el mentón de su ángel e hizo que lo mirara. Sin más la besó, tratando de calmarla.
Ella le respondió y sin ninguna dificultad Ethan la levantó unos centímetros del suelo, lo suficiente para que ella rodeara su cadera mientras avanzaba hasta la que era su habitación. Dana simplemente se dejó llevar, cansada por todo lo sucedido en el día de hoy.
Ethan la llevó en brazos hacia la habitación, donde recostó a su querida ángel y la miró con una sonrisa que Dana pudo descifrar.
Por un momento ella se volvió tensa, pensando en todo lo sucedido, en todo lo que había sufrido por su humano. Repentinamente sintió que todos sus sacrificios no estaban siendo valorados como tal, aunque ella se entregaba sin ningún pesar, esperaba que él pudiera comprenderla, que pudiera ver a través de sus ojos y darse cuenta de todo lo que ella había dejado por su humano.
En realidad eso no había sucedido.
Lentamente Ethan se fue acercando a ella, subiendo a la cama y apoyando sus manos en los costados de Dana.
Ella lo observaba, con sus ojos llenos de lágrimas. Sin embargo se dejó besar por Ethan, pensando en cómo su existencia había tomado un giro tan diferente a lo que ella había imaginado.
Los labios del humano atraparon los suyos, logrando que sus pensamientos se disiparan, que cierta electricidad fuera recorriendo su cuerpo de una forma que jamás había sentido con él. Con su dedo índice él recorría el cuello de ella, logrando cientos de descargas que le daban una agradable sensación de placer, provocando que el deseo fuera en aumento.
Con su vista concentrada en la pared del al frente ella sentía como los besos de Ethan iban bajando por su cuello, sus parpados se volvían cada vez más pesados y sus brazos iban perdiendo fuerza. No era una consecuencia de la mordida que Gabriel había efectuado antes, sino que era todo el placer que estaba sintiendo.
Ethan fue subiendo sus manos por su camiseta y se la fue quitando hasta que ella levantó sus brazos para que la eliminara por completo. Él la observó con una sonrisa, acariciando el abdomen de ella, provocando nuevas descargas eléctricas mientras subía hasta el comienzo de sus pechos y tiraba con suavidad de su sujetador, desde el centro, acercándola a él para poder besarla nuevamente.
Sus besos parecían tan conocidos, como si sus cuerpos respondieran a ellos de forma automática.
A medida que los besos avanzaban el resto de sus ropas se iba quedando en el suelo, hasta que ambos se quedaron por completo desnudos. Ella un tanto cohibida, pero sorprendida por su fortaleza por haber llegado hasta ese momento.
—Ven… —tomando las caderas de ella, Ethan logró que ella se acercara lo suficiente para que sus cuerpos se unieran. Él sentado en la cama con ella sobre él, podían ver muy bien el rostro del otro.
Dana apoyó sus manos en los hombros de Ethan mientras sentía que entraba a su cuerpo. Esta vez fue despacio bajando sobre la erección de él, sin dejar de mirar sus ojos.
— ¿Esto era lo que querías, no? –susurró ella sin dejar de mirarlo. Por un momento el cuerpo de Ethan se tensó, aunque sin poder dejar de lado el placer que tenía en poseer un ángel caído como Dana, su Dana.
—Siempre.
Ella se acercó hasta él y de una forma diferente besó los labios de aquel supuesto humano, provocando cierto desconcierto en él ante la ternura que ella le daba. Dana se acercó a él, rodeando su cuello con los brazos y escondiendo su rostro en el cuello de Ethan.
Ninguno de los dos se movía.
—Después de esta noche, no quiero que vuelvas a molestarme ¿sí? –susurró en su oído.
Los brazos de él la presionaron con más fuerza contra su cuerpo.
— ¿De qué estás hablando? –esta vez ella se separó un poco de él, para ver su rostro.
—Ya has obtenido lo que deseabas, Gabriel.
Sus ojos fueron lo primero que cambió, del color verde pasaron a un color dorado que eran similares a los ojos de Dana pero un poco más claros. A medida que se fue transformando a su real identidad, ella se fue aferrando a los hombros de Gabriel. Era un poco más alto que Ethan e incluso se marcaban más sus músculos en los brazos.
—Culpable –dijo él, sonriendo, sin dejar escapar a Dana de sus brazos, que no intentaba moverse, tan solo se quedo observándolo.
—Es hora de terminar lo que has empezado, después de esta noche no quiero que me busques –ella apoyó sus manos en el rostro de Gabriel, moviendo el oscuro cabello de él hacia los lados para poder ver mejor sus ojos.
—No lo creo –Gabriel llevó su mano hasta el mentón de Dana, de esa forma logro separar sus labios y aprovechar la oportunidad para besarla mientras la presionaba contra su cuerpo.
— ¡No! –ella movió su rostro hacia un lado, escapando de aquel beso –ese será el trato ¿no era esto lo que deseabas? Sexo por una noche y no me volverás a buscar.
—Oh Dana, pensé que después de morderte podrías traer nuevos recuerdos a tu cabeza, pero parece ser que los Serafines hicieron un trabajo perfecto contigo.
— ¿De qué hablas?
— ¿Tú crees que he hecho todo esto para tenerte una noche? ¿Después de todo este tiempo? ¿Después de lo que vivimos? –se acercó a ella y besó su cuello, logrando que un escalofrió recorriera la espalda de Dana.
Ella se molestó consigo misma por dejar que los placeres mundanos se apoderaran de ella. No debía sentir eso con Gabriel, no con él. ¿Qué le estaba sucediendo? Ella no lo podía entender. Con brusquedad tomó el rostro del demonio, alejándolo de su cuello para poder mirarlo, pero ante ese movimiento sintió un latigazo de placer recorrer su cuerpo, ambos seguían unidos como una persona y eso tenía sensible a Dana, su piel se crispó ante ese movimiento. Mordió su labio para evitar que un gemido escapara de su boca.
—Me alejas ahora cuando antes me besabas, aun sabiendo quien era realmente –dijo Gabriel, empujando la cadera de Dana contra la suya. Esta vez ella se llevó una mano a su boca, para cubrirla y así evitar cualquier respuesta que ella pudiera darle, estaba bajo los efectos del placer lujurioso que Gabriel provocaba en cualquier mujer.
—Es tu culpa, tú eres un demonio que se alimenta de esto actos.
Los ojos de Gabriel brillaron ante el tono de voz que usaba su ángel caído.
—Por supuesto, pero contigo no debo ejercer ninguna de mis influencias. Tu cuerpo reconoce al mío.
A una velocidad sorprendente, la recostó en la cama. Ella solo pudo apoyarse en los brazos de Gabriel.
— ¿Qué has creído, cariño? –Dijo ahora a centímetros de los labios de Dana, mientras se movían contra su cuerpo — ¿Qué lo sucedido en el pasado solo se limitaba a lo que Dios veía allá arriba?
— ¡Shh! –con una mano cubrió la boca de Gabriel mientras que cada célula nerviosa se alteraba por tener a Gabriel entrando en su cuerpo –no digas Su nombre en este momento, no cuando estoy contigo, demonio.
Dejó caer su mano sobre la cama, al mismo nivel que la otra, producto del increíble placer que estaba sintiendo. Al girar su rostro un poco, pudo poner atención en las marcas que Gabriel tenía en su brazo derecho, eran muy diferentes a las del izquierdo.
—Esas Marcas fueron por tu culpa ¿es qué no recuerdas, Dana? –Gabriel se movió con cierta brusquedad sobre ella.
— ¡Basta, basta! Sal… —ella trató de empujarlo, no deseando sentir esa placentera sensación que él le estaba provocando — ¡Gabriel! –Gimió cuando sus caderas se volvieron a unir de una manera mucho más brusca a la que estaba acostumbrada con Ethan –detente, para ahora…
—No, desde ahora no querré parar nunca –dijo en el oído de ella –tu eres mía, recuérdalo mi pequeña angelito.
Una ola de placer y calor recorrió su cuerpo, logrando que temblara bajo el cuerpo de Gabriel. Buscó sus labios sin siquiera pensarlo, pero de esa forma pudo sentir alivio mientras él seguía entregándole aquel placer.
—Conmigo no tienes que esconder tus alas –susurró contra sus labios mientras volvía a sentarse sobre la cama, llevándose a Dana con él, logrando que ella por primera vez se entregara a sus brazos. Aquel demonio pudo notar su victoria, miró directamente a los ojos miel de ella y después recorrió con su mano libre el cuerpo de su ángel, hasta que llego a uno de sus senos y se lo llevó a su boca, logrado que ella arqueara su espalda ante el placer que la lengua de Gabriel le estaba provocando.
—No puede ser –gimió Dana, mirando hacia el techo, sintiendo como su espalda vibraba ante la excitación que el demonio activaba en ella.
Lentamente se fue perdiendo en esa sensación, una y otra vez hasta que sin poder controlarlo, sus alas se expandieron en aquel lugar, uniendo su cuerpo al de Gabriel. Mordió con fuerza su labio para no gritar por el placer que sentía. Fue tanto que presionó los dientes contra su piel que una gota de sangre comenzó a caer por su boca, la cual Gabriel no desaprovechó.
Ambos se unieron nuevamente bajo un beso apasionado mientras las alas de Dana los iban envolviendo, transportándolos a un pasado que los unía.

Dana sonrió al ver su víctima y escondió aquel cuchillo, sin antes pasarlo por su lengua, para beber dicha sangre solo por ser malvada y para que su víctima viera lo acabado que estaba.
Vestida con ropas oscuras dejó al humano con el que había acabado solo por gracia. Salió de aquel callejón, pensando en lo que haría por el resto de la noche, estaba aburrida y eso era peligroso para el mundo. Era caprichosa y hacía lo que quería, aunque eso conllevara matar humanos o seres celestiales que se interponían en su camino, incluso los demonios.
Era tan poderosa como ningún otro Nephilim, tanto que ningún demonio inteligente se atrevía a enfrentarla, a diferencia del bando celestial que andaba detrás de ella, como uno de sus principales objetivos.
No muchos conocían su real apariencia, podía cambiar a diferentes formas humanas si así lo deseaba, poder que le había entregado uno de los demonios con los que se había involucrado, Azazel, quien siempre le daba lo que necesitaba, no tenía otra opción ya que sus contactos con los demonios eran mayores. Lo que más llamaba la atención de su apariencia, era el largo cabello blanco que caía hasta la mitad de sus brazos, había nacido con el y contrarrestaba con su joven rostro.
Ahora ningún ángel podía encontrarla, ninguno que ella deseara.
Hacia un tiempo que lo había visto y le habían llamado la atención esos ojos dorados que se parecían tanto a los suyos. Lo deseaba y quería hacerlo caer, tan solo bastó una sonrisa, con su forma real de humana para captar la atención del Arcángel Gabriel.
Por primera vez se había sentido satisfecha con alguien, por primera vez dejaba sus instintos asesinos con los cuales había nacido. Por primera vez se había enamorado.

— ¿Qué has estado haciendo? –preguntó Gabriel, mirándola con el ceño fruncido. Él sabía muy bien cuando andaba en malos pasos.
Él ya había caído por ella, así lo dejaban expuestos las Marcas de su brazo derecho. Estaba recostado en la cama, de sabanas blancas. Acababa de despertar y ella de llegar al lugar donde residían.
— ¿A quién le importa? –dijo sacándose su ropa a medida que iba avanzando hasta donde él –estoy aquí, contigo ¿no es así?
—Si –respondió mientras observaba como se acercaba ella hasta donde él se encontraba, con tan sensualidad que hizo sus pensamientos cada vez más pequeños hasta que desaparecieron.
Desnuda se ubicó sobre él, como siempre había preferido. Sus labios se unieron en un beso único, que solo le entregaba a Gabriel.
—Hay cosas que no puedes saber de mi ¿entiendes? –Susurró contra su boca –porque estoy más condenada de lo que piensas –volvió a besarlo mientras las manos de Gabriel recorrían su cuerpo lenta y cadenciosamente –pero debes tener claro que te soy fiel, tú fuiste mi primero y serás el ultimo ¿sí?
Gabriel sonrió. No fue capaz de preguntar nada más, solo la deseaba a ella como la primera vez. Ambos eran jóvenes y a pesar de que él tenía una eternidad, su mente se volvió a los veinte años que representaba en ese entonces, a diferencia de los malvados dieciséis de Dana.
—Te amo –le dijo ella, con sus ojos brillantes al recordar los pecados que había cometido hace un par de horas. Ya no les parecía tan entretenido ahora que estaba entre los brazos de su ángel caído.


Los ojos de Dana brillaron ante la mirada interrogante de Gabriel, estaba atento, esperando cualquier reacción diferente por parte de ella mientras seguían juntos.
— ¡No! –Dijo ella, tratando de alejarlo — ¿Qué…? ¡Gabriel!
Él la volvió a recostar en la cama para que no se le escapara. Dana no escondió sus alas, sino que se apoyó en ellas cuando Gabriel la empujó.
— ¿Qué has recordado? –Dijo moviéndose con mayor intensidad contra ella –dime.
— ¡Basta! –golpe su pecho, pero no tenia las fuerzas suficientes para hacerle algo de daño, estaba bajo el efecto de aquel demonio — ¡estas manipulando mi cabeza!
—Puedo hacerlo desde que bebí de tu sangre, pero no, no tengo la necesidad de ello. Dime, que has recordado ¡dímelo!
Los ojos de ella se llenaron de lágrimas, sintiéndose sucia al pensar en ella bebiendo de un humano ¡acabando con su vida!
—Tu… yo, una Nephilim ¿eso era? ¡Para! –le gritó para que dejara de desconcentrarla de esa forma. Él lo hizo, pero no se separó del cuerpo de su ángel, había estado mucho tiempo alejado de ella.
—Una Nephilim, una muy mala a todo esto –dijo él sonriendo –me hiciste caer, fuimos felices por un tiempo y luego… –la memoria de Gabriel le trajo sus trágicos momentos juntos, cuando toda su historia llegó al final –luego todo acabó.
—No entiendo nada, dime que… —los ojos de ella se cerraron al sentir como una mano de Gabriel jugaba con ella — ¿Cómo llegue a convertirme en ángel? –giró su rostro hacia un lado, le parecía que no podía soportar ver el rostro de Gabriel sin desearlo ¿Qué le estaba ocurriendo? Era como si una parte de ella, escondido en su corazón, se hubiera liberado.
—Mmm… soy un demonio –le susurró en su oído, sorbiendo el lóbulo de su oreja –y me gusta jugar con los demás, incluso contigo.
Ella lo miró decidida, necesitaba saber toda la historia.
—Gabriel, dime –los ojos de él se suavizaron.
—He pasado mucho tiempo esperando que recordaras, no me molestara que tengas un poco tiempo sufriendo por ello… hasta que recuerdes todo.
Los labios de él no la dejaron hablar. Se apoderó de la boca de Dana en un segundo. Ella trató de luchar contra él, de sacárselo de encima, deseaba poder obtener la verdad de forma forzosa, deseaba… deseaba poder sentirse tan completa como lo había hecho en ese recuerdo que había invadido su cabeza.
Gabriel comenzó a sentir esa sensación de éxtasis, estaba al borde de perder todo control. De esa manera se movió bruscamente contra el cuerpo de Dana, logrando obtener un nuevo orgasmo para ella y su propia liberación.
Ninguno de los dos pudo sentir cuantas horas transcurrieron desde que empezaron, pero el sol comenzaba a aparecer y Gabriel aprovechó esa noche para apoderarse de Dana una y otra vez, incluso uso su poder de manipulación, acabando con toda resistencia por parte de ella, quien confundida no tuvo otra opción que entregarse al placer que Gabriel le daba.
El espíritu de ella se quebró, no sabía quién era y lo que había sucedido, por un momento deseó encerrarse en alguna prisión para no tener contacto con nadie. Se olvidó por completo de Ethan mientras estuvo con Gabriel, el demonio había sabido usar sus cartas. Todo ese espectáculo que dio en el Lucifer no fue para nada más que distraerla, para tenerla en ese momento. No quería tener a Ethan vulnerable, sino que a ella.
Recostada en la cama, con sus alas extendidas porque se dio cuenta que podía sentir de forma plena a Gabriel de esa forma. Había estado con él, como nunca había estado con su humano ¿pero qué importaba? Su corazón se había roto desde el momento en que Ethan se alejó de ella como si fuera un monstruo.
El sol iluminaba la habitación, ella estaba de espalda a Gabriel que ya se vestía, sonriendo de forma maliciosa al ver lo agotada que estaba Dana. Sus alas aun estaban extendidas y realmente parecía como un ángel caído, estás cubrían su cuerpo de ojos curiosos como los suyos.
—Has cambiado –susurró ella sin mirarlo, con sus ojos atentos a la pared, recordando esa pequeña escena que vino a su mente, en la que tenia a un Gabriel diferente, a uno que se preocupaba de ella –no soy la mujer de ese recuerdo, no soy mala.
—Lo eres en realidad, pero ya con el tiempo lo notarás Dana…
—Yo no te amo y, tú… tú no eres capaz de querer a nadie Gabriel, eres un demonio.
— ¡Calla! –le dijo levantando la voz. Ella se giró a verlo — ¡si amas a Ethan es solo porque tiene parte de mi alma! Cuando me entregué por completo a la Oscuridad, Dios me quitó todo lo bueno antes de que eso ocurriera, dándoselo a ese humano de pacotilla ¡es por eso que tiene ese don como humano! ¡Por nada más! Te volvieron su Ángel Custodio para castigarme, para refregarme en el rostro que no puedes ser mía… pero esta noche les demostré lo contrario ¿no?
Ella lo observó agotada, no tenía fuerzas para enfrentarlo. Sus parpados se cerraron antes de que Gabriel saliera de su habitación.


Ethan despertó cuando sintió los primeros rayos de sol, estaba acostado en el sofá más grande mientras que en su cama estaba Zoe, con quien no pudo acostarse ya que tenía en la cabeza la imagen de Dana dando vueltas. Deseaba olvidarse de todo, pero a medida que los minutos pasaban y Zoe lo besaba, decidió que no deseaba hacer nada. La mandó a dormir a su cama y él se quedó en la sala, pensando en lo sucedido. Aun no podía creer lo que había visto, aunque más que eso, ahora tenía grabada la expresión de Dana en su memoria, cuando la había tratado de monstruo.
Estaba asustado, como nunca en su vida, pero ella… lo había salvado después de todo lo que había pasado en los últimos años, ella le había traído tranquilidad a su vida y ahora se la había arrebatado en una sola noche. Necesitaba respuestas, deseaba que ella le dijera que todo fue una mentira, que ella era una común y corriente vecina, no un ángel.
Sí, eso era Dana, un ángel y se había comportado con él como tal ¡pero él se había acostado con ella! Había dormido, besado y hecho el amor con ella ¿estaba condenado por ello? Sabía que no debía ser correcto.
Miró hacia la ventana, sintiéndose asqueado consigo mismo por haberle gritado. Pero tampoco se animaba a tratar de ver el lado normal en todo esto, le parecía imposible. Eran seres que no debían ver los humanos, para él ya le bastaban las almas perdidas, no deseaba ser capaz de ver ángeles.
Observó la puerta de su departamento y no lo soporto más. Había dormido mal, estaba cansado y aburrido de toda esta mala suerte que aparecía en su vida. Por primera vez se enamoraba ¡y resultaba ser un ángel! Que se jodiera el mundo. Él iba a descubrir todo o sino su mente no iba a descansar nunca más, por el resto de su vida.
Fue vestido como la noche anterior, aun tenía sangre en su frente, pero no le importó. Después de lo ocurrido, las apariencias quedaban a un lado.
No necesitó tocar a la puerta de Dana, usó la llave que tenía, sin embargo, se llevó una gran sorpresa al entrar al departamento.
Gabriel cerró la puerta de la habitación de ella sonriendo y después miró a Ethan, quien quedó paralizado al recordar las alas de fuego que salían de la espalda de  ese demonio.
El demonio caminó sin ningún problema por el lado de Ethan y no dijo palabra alguna. Aunque ese humano tuviera todo lo bueno que alguna vez él tuvo, sabía que acabaría siendo un demonio y necesitaba hacerlo caer pronto, pero ahora debía seguir el curso que había planeado para las vida de los tres. Debía esperar a que Eric hiciera su parte.
Gabriel necesitaba que Dana se volviera en Arcángel y Ethan en un demonio para que el juego comenzara de forma justa para ambos bandos y para que su tregua con Eric se acabara, pudiendo así sacar provecho de toda esta guerra sobrenatural que lo tenía cansado. Cerró la puerta sin ningún problema, sonriendo por haber aprovechado la única noche con Dana, por lo menos había abierto los ojos de su pequeña angelito.
Ethan se quedó mirando la puerta por varios minutos, pero decidió que ya estaba a salvo, así que se dirigió hacia donde estaba Dana, con mayor ímpetu que hace un momento atrás. No era difícil saber lo que había pasado entre ella y Gabriel.
Por lo visto su relación si había acabado por completo.
Abrió la puerta de un solo golpe, esperando cualquier cosa, pero se quedo sin aliento al ver a Dana, con sus alas extendidas, cubriendo su cuerpo desnudo que estaba sobre la cama. Parecía estar dormida pero no había duda alguna de que ella había pasado la noche con Gabriel. Los dientes de Ethan comenzaron a sonar, moviendo bruscamente uno sobre otro, tensando su mordida y dejando expuesto cuan enojado estaba.
No soportó estar en esa habitación por un segundo más, decidió que se mudaría, no deseaba ver a ese ángel en toda su vida. Sin embargo cuando cerró la puerta de un golpe y avanzó hasta el final del pasillo, una luz muy fuerte se enfrentó ante sus ojos y de ella salió una imagen humana, con amplias alas blancas… con una espada apuntándole.
Era Eric, a quien había visto tan solo una vez. Lo miraba furioso.
— ¿A dónde crees qué vas, humano? –Dijo de tal forma que Ethan sintió escalofríos –ahora te harás cargo de tus actos.
Sin ningún problema, el ángel vestido con una armadura, dejó que sus alas se escondieran, pero al mismo momento que su espada se transformó en algo extraño, algo que acercó al cuello de Ethan, acorralándolo contra la pared, dejándolo rodeado de metal… que lucía bastante peligroso.
— ¿La vas a dejar, Ethan? –la mordida del humano volvió a tensarse ante el recuerdo de Dana.
— ¡Estuvo toda la noche revolcándose con Gabriel!
Eric presionó con mayor fuerza su espada modificada contra el cuello de Ethan, logrando que una línea de sangre apareciera en un costado. Sus armas si podían herir a humanos.
—Déjame contarte una historia, humano estúpido y veremos si al final sigues deseando abandonar a Dana después de una miserable noche con un demonio.

Eric le dijo toda la verdad Ethan, quien abrió los ojos sorprendido, escuchando el plan de Dios y Lucifer, el de Gabriel e incluso el de Adam. Le habló sobre la historia entre Gabriel y Dana, de cómo era ella antes y después de conocerlo. Le explicó lo relacionado a los misterios que envolvían a su ángel y a como él, un simple humano, debía actuar… si aun amaba a aquella ángel que había dejado todo por él.
Ethan se sentó en el suelo, pensando en las palabras del ángel que aun estaba a su lado. Sentía escalofríos al pensar en lo que debía hacer, en las personas que estaban en juego… en Dana, ignorante de los planes que existían el cielo y el infierno.
—Si eres un poco parecido a tu padre, espero no tener que hacer esto de nuevo –aclaró Eric, mirando hacia la habitación donde se encontraba Dana. Deseaba ir a regañarle por lo que había hecho, pero sabía que no tenia opción, que ella… era tanto la debilidad de Gabriel, como él la suya, más ahora que le había mostrado parte de su vida como Nephilim. Eric sintió un escalofrió al pensar que Dana volviera a ser la de antes.
—Lárgate de aquí.
El ángel asintió ante las palabras del humano, por lo visto si era parecido a su padre.
—Dale esto a ella, tienes hasta medianoche Ethan.
Él tomó la tarjeta dorada, sin mirar a Eric, sintiéndose cada vez más pequeño por todo lo que iba a suceder.
—Vete.
Una nueva luz apareció alrededor suyo, pero esta vez no llegó nadie. Después de un minuto de silencio, volvió a la realidad. Sintiendo un peso mayor en sus hombros se dirigió hacia la habitación de ella. La encontró en la misma posición, gracias al consejo que recibió por parte de Eric se acercó a ella y pasó su mano por el nacimiento de sus alas, justo entre ellas, estas se flexionaron y desaparecieron de su vida.
Aun maravillado por la vista que había tenido de sus alas, entendió que tenía que cuidar de ella, como lo había hecho con él. La tomó entre sus brazos, despertándola levemente.
—No, Ethan… —susurró ella, percibiendo que era él quien la elevaba.
—Tranquila.
No podía negar que sentía cierto rencor hacia ella, por haber pasado la noche con Gabriel, pero después de todo lo que le explicó Eric, estaba lo suficientemente confundido como para cambiar su forma de pensar por un día. Estaba tratando con una chica sobrenatural, que tenía problemas sobrenaturales.
Las dudas o problemas que él tuviera, tendrían que quedar a un lado. Aunque tuviera que actuar para mantener a Dana en el bando que estaba. No iba a permitir que Gabriel pusiera una mano sobre ella, aunque le costara su vida.
La llevó hasta el baño y la recostó desnuda en la tina, era bastante grande así que no hubo problemas. Comenzó a llenarla con agua tibia, mientras acariciaba el rostro de Dana, que lo miraba cansada, sin entender lo que estaba sucediendo.
¿Qué había hecho cambiar a Ethan? Ahora ella podía descubrir que era el real, de eso no había duda, sus ojos amables le indicaban que era así.
— ¿Te hizo daño? –preguntó él, presionando con fuerza su puño contra la tina. La mano que ella no podía ver.
Los ojos de Dana se llenaron de lágrimas mientras que su rostro se sonrojaba. Esquivó la mirada de su humano, sin ser capaz de verlo sin sentir vergüenza. Se encogió, rodeando su cuerpo con sus brazos.
— ¿Qué pretendes? –susurró bajito, enojada consigo misma porque había caído con Gabriel.
—Estoy haciendo una pregunta ¿no tengo derecho a ello? –ella lo miró con sus ojos ardiendo, molesta.
—No tienes derecho a nada, no eres nada mío, creo que es suficiente que te digan monstruo para acabar con cualquier relación existente. Así que no vengas aquí a hacerme sentir más mal de lo que estoy.
—Eres un jodido ángel, el mío para ser específicos ¿Cómo crees qué estoy tomando estas noticias?
 Ella se calmó por unos segundos, entendiendo a Ethan. Era mucho para que él lo entendiera, era demasiado incluso para ella que se había enterado de haber tenido una vida con Gabriel.
—Él estuvo conmigo cuando fui humana… y demonio al mismo tiempo, no tengo la menor idea de lo que está sucediendo Ethan, esto se ha escapado de mis manos, no entiendo como fui capaz de volverme un ángel, en mis recuerdos, yo…
Se quedó en silencio, recordando las imágenes que habían llegado a su cabeza.
—Yo no era buena.
— ¿Y eso qué? –Ella lo miró sorprendida –ahora no eres mala ¿cierto? ¿Tus alas se vuelven fuego como las de Gabriel? Eso si da miedo.
—Ethan, me acosté con Gabriel –ella decidió decírselo, quería que saliera de su boca para asegurarse de que él estaba enterado, ya que no entendía el motivo de su permanencia.
—Lo sé… salió del departamento cuando yo iba entrando.
—No me gustó como se sintió después –susurró ella, recordando lo sucia que se sentía esta mañana –no lo amo.
—También te fui infiel –dijo él, mirándola muy serio –con Zoe, la primera noche que dormimos, llegué a mi oficina esa mañana y tuve sexo con ella.
— ¿Qué? –Los ojos de Dana se abrieron sorprendidos –pero ¿para qué me dices eso ahora? ¿Se supone que debo dejar eso pasar por lo de Gabriel?
—No, creí que este era el momento… me sentí mal después, Diego me regañó y nunca más volvió a ocurrir, ni siquiera esta noche cuando me estaba esperando en el departamento.
— ¡Ella es la pareja de Gabriel! –Se sintió mucho más aliviada al hablarle con la verdad a Ethan –todo esto fue planeado, ella estaba ahí, contratada para estar dispuesta a tus requerimientos.
—Esto es una mierda –dijo Ethan, mirando hacia el suelo, sin entender porque le había tocado todo esto a él.
Dana flexionó sus piernas, acercando su pecho a ellas, cubriéndose de esa forma. Las había rodeado con sus brazos, mirando hacia la pared.
—Vaya pareja hacemos, nunca debí bajar de esta forma, Sophia y Quentin tenían razón –susurró con sus ojos llenos de lágrimas –Adam también me lo advirtió, al igual que Eric. Un ángel jamás se debe enamorar de un humano ¡jamás!
Ella se tensó al sentir como Ethan le echaba shampoo en el cabello y comenzaba a lavárselo. No pudo evitar levantar la cabeza para observarlo.
—Siento mucho lo de Zoe, en ese entonces no sabía que estaba enamorado de ti.
—Esto no se solucionará, deberías irte Ethan –dijo ella, alejándose un poco de él, con espuma en su cabeza –no funcionó, es así de simple, algo está mal conmigo y no tengo idea que es.
—Nada va mal contigo ¿no lo entiendes? Todo el mundo ha cometido errores en su vida, tú lo hiciste cuando fuiste una neph… neph…
—Nephilim.
—Eso, pero ahora eres diferente, la Dana que conocí no tiene ni un poco de maldad, ni siquiera ahora ¿Cómo no lo ves? –ella hizo un mohín por las palabras de Ethan.
—Pensé que estando una vez con él, todo acabaría. Gabriel siempre repetía que me deseaba, pensé que si dejaba que pasara una vez estaríamos a salvo, pero pareciera que ese no era su plan, que va mas allá de lo que sé.
Él mojó el cabello de ella para que la espuma saliera.
—Es un demonio, hasta yo y todo ser humano sabe que son más astutos de lo que parecen y tu… aun no estás preparada para alguien como él ¿cierto?
Ethan tensó su mordida, recordando las palabras de Eric.
—Creo que fue mi pareja cuando fui humana, es por eso que me encantó cuando lo conocí arriba ¿sabes? Pero él se volvió en un ángel caído para finalmente terminar como un demonio. Desde que cayó, jamás sentí nada por él…
—Hasta anoche ¿no?
—No –ella lo miró muy seria — ¿Cómo podría sentir algo bueno por él, si saca lo peor de mi? Me sentí mal anoche, descontrolada, como si algo en mi dominara mi pensar… no lo amo Ethan, a quien amo es a ti.
Ethan la observó por unos segundos, impresionado por haber enamorado así a un ángel, estaba compitiendo contra un demonio de cientos de años, que además era famoso mundialmente. Era el arcángel Gabriel, que se volvió malvado, pero… él era un simple humano que había sido tocado por la gracia de Dios y veía almas que no encontraban con facilidad su camino, por eso su ángel tuvo que bajar a ayudarlo.
—No podremos arreglar esto –susurró ella, mirando de nuevo hacia la pared.
Él jamás la había visto así de desanimada, ningún ser la habia visto de esa forma, ni Gabriel en el pasado o presente.
—Ya basta ¿no deberías ser la que tiene siempre esperanzas?
—No sé quien soy Ethan.
—Yo si –dijo él, acariciando la espalda de ella, apoyando su cabeza en la tina mientras con su dedo índice recorría su espalda –eres mi hermosa vecina, que no tiene idea de nada realmente, no solo de quien es sino de muchas otras cosas.
—Eso es cierto –dijo ella ahora mirándolo, apoyando la cabeza en sus rodillas –perdón por todas las mentiras que dije, no sabía que inventar, este mundo es más complejo de lo que pensé. No quería herirte, tan solo no creía correcto decirte la verdad… aun, pensé que mejor era hacerlo en año nuevo. Todo se arruinó Ethan.
Él la quedó mirando por unos segundos, dejándose llevar por esos pensamientos. Ciertamente tenía un gran rencor porque ella había dormido con Gabriel, pero ¿Qué había hecho él también? La había engañado, y no con un ser sobrenatural con el cual había tenido una historia épica.
—Perdóname por haberte llamado monstruo, no lo eres, soy tan idiota… —dijo negando, sintiéndose avergonzado por su comportamiento.
Era cierto que aun no ordenaba sus ideas sobre estos nuevos hechos, pero tenía lo más importante ya descifrado: él amaba a Dana y no iba a permitir que nadie volviera a hacerle daño.
— ¿Qué te ha hecho cambiar de opinión? Ayer tu…
—Me visitó Eric –dijo sintiendo un escalofrió al recordar como lo había intimidado –me contó algunas cosas. Ahora entiendo que no es tu tutor realmente, ni Adam.
—No sabía que decir, lo siento.
Ella sonrió avergonzada, justo en ese segundo, cuando ella le entregaba esa expresión se dio cuenta de donde conocía a Dana, su hermosa vecina que había resultado ser su ángel guardián.
—En mis sueños, tú eres quien se metía en ellos ¿no?  —los ojos de ella brillaron de emoción –haz estado conmigo toda una vida.
—Soy más vieja que tu.
Eso hizo reír a Ethan, era cierto que era mayor que él, pero se veía un par de años más joven.
—Creo que hay muchas cosas de las cuales me tienes que hablar ¿no?
—Está bien.
Ella se puso de pie, quedando desnuda y mojada ante él, quien la cubrió con una gran toalla. Al verla con mayor atención, se dio cuenta de que había hematomas en su cadera. Él toco aquellas marcas con suavidad.
—Sanarán rápido, al ser de un demonio cuesta un poco más de tiempo.
—Y estas son tus marcas –dijo tocando su brazo derecho –te quedan, creo que te asientan ¿son por mi culpa o las tenias de antes?
—Son por ti, no me arrepiento de tenerlas, aunque no me gusta que las toques.
— ¿Por qué? ¿Las obtuviste al bajar aquí? –ella negó.
—Fue cuando dormirnos juntos la primera noche, cuando lo hicimos.
Él levantó la mirada para verla.
—Entonces son mías –dijo sonriendo –no debería molestarte que las toque, entonces.
Ambos se quedaron unos segundos en silencio. Ella pensando en buscar posibles soluciones a su relación con Ethan, en cambio él trataba de no entregarse al pánico por cada detalle nuevo que tenía.
—Vamos –continuó él –es tiempo de ir a desayunar, calmadamente por primera vez.

Se sentaron uno al frente del otro, bebiendo de su café y de un par de magdalenas que fue a comprar Ethan. Ninguno decía palabra alguna, ambos divididos por un muro invisible, manteniendo sus propios pensamientos solo para ellos. Ethan trataba de encontrar la lógica a todo lo que sucedía, a las palabras de Eric y al comportamiento de Gabriel. Mientras tanto, Dana pensaba en las últimas palabras que le dedicó el demonio antes de irse, sobre como parte de su alma había recaído en Ethan.
Ella levantó la vista para observarlo. Ciertamente no era nada parecido a Gabriel, pudo haber tenido parte de su alma, lo que para ella era inconcebible, pero aun así él era único. Dios había jugado sucio con Gabriel, sin duda alguna, pero ¿Qué tan importante había sido para ella que Ethan fuera así de especial? ¿Solo por eso lo amaba? ¿Por tenia la parte buena de Gabriel? Eso era trágico y no creía correcto hacerle eso a alguien, quitarle la oportunidad de arrepentirse, habían condenado a Gabriel. Suspiró resignada, después de todo, los ángeles no tenían muchas opciones.
Decidió que no era correcto decirle a Ethan sobre tener parte del alma de Gabriel, no tendría sentido, su humano seguía siendo él, sin tener semejanza al demonio, ni cuando fue bueno o en la actualidad. Ethan se había vuelto en alguien único.
—Creo que debería hablar con Adam, ir a verlo para saber qué hacer, cómo proseguir con todo esto. No sé qué efectos tiene la mordida de Gabriel en mí, bebió de mi sangre y eso puede ser peligroso, además necesito avisarles de que si quiere se puede convertir en mi o en ti. Llegó como tú, horas atrás, tiene esa capacidad, transformarse en otros con tan solo una gota de sangre.
Ethan se quedó unos segundos mirándola, tratando de seguir la corriente de Dana, en tratar de comprender sus palabras, pero se le hacía difícil. Era todo un mundo que no conocía, en el cual tanto ella como él, estaban sumergidos.
— ¿Estás diciendo que se puede transformar en mi? ¿Completamente?
—Sí, es como verte en persona, no descubrí eso hasta anoche, otro ángel me dio esa información –ella trataba de ir con cuidado, pero le era difícil.
Él no fue capaz de imaginarse ese truco, en Gabriel luciendo como su hermano gemelo. De todas formas pensó que eso tendría que descubrirlo más adelante, todo iba a transcurrir de una forma extraña, pero lo había aceptado, para poder ayudar a Dana.
— ¿Podrías ir mañana? –pidió él, esperando a que ella aceptara.
La ángel caído pensó la posibilidad, en las consecuencias de dejar a Adam sin mayor información, pero se dio cuenta que no podrían hacer mucho si iba de inmediato a informar a su guía terrenal. Le enviaría un mensaje de texto con los detalles y luego vería cómo solucionar esto.
—Está bien ¿quieres hablar? –ella comió un poco de su magdalena, notando que sus Marcas quedaban expuestas. De cierta forma se alegró de no tener que esconderle a Ethan más información.
—Me estarías haciendo un gran favor, para ubicarme en tiempo y espacio ¿sabes? Pero no quiero seguir en este departamento, en esta ciudad, mi madre está de viaje ¿no te gustaría dar un paseo hasta allá?
Ella sonrió, no tenia deseos de hacer nada, pero tampoco le parecía contrariar a Ethan, además del hecho que no deseaba quedarse en ese departamento tampoco, recordando a Gabriel y la noche anterior. Sentía mareos ante los recuerdos.
—Me agradaría.
—Podemos comer algo, conversar ¿sí? –ella asintió.
Terminaron su desayuno en silencio, ella esquivando las miradas de Ethan y él pensando en todo lo que estaba pasando, sin tratar de buscar detalles que lo llevarían a un camino sin respuesta. Aun no podía cargar a Dana con preguntas. Estaba haciendo todo lo posible para bloquear el hecho del engaño de ella.
La ángel fue hasta su habitación y buscó algo de ropa para cambiar el pijama que tenia puesto. Unos jeans color gris, una blusa blanca y un suéter que combinaba con la bufanda caqui que se puso. Se abrochó unos botines, mirando hacia el espejo, pensando en lo sucedido con Gabriel, como todo había dado un giro inesperado.
¿Qué iba a hacer ahora? ¿Cómo iba a descubrir la verdad de su vida anterior?
Su cuerpo temblaba ante el recuerdo de ella, bebiendo la sangre que había quedado en esa cuchilla, solo por gusto, no era una vampiro, tampoco otro demonio, era una Nephilim… como Arial y Lilia. Sin embargo había sido una de las que perdió el rumbo, entregando su alma a la Oscuridad. De seguro en ese entonces había utilizado su poder de forma ilimitada, volviéndose en un ser más demonio que humano.
Cubrió su rostro con sus manos, pensando en alguna solución, no podía acabar con Gabriel porque no estaba a su nivel y tampoco sabía si podría ayudar a Ethan. Su relación había acabado realmente, aunque él no hablara de ello, aunque no le hubiera gritado y humillado… ella sabía que lo sucedido era algo irreparable. Las mentiras, los engaños, todo lo desconocido para ambos era un obstáculo que crecía cada segundo, un muro que los separaba. ¿Cómo no lo pensó antes? Una cosa era guiar a Ethan para que ayudara a las almas perdidas, pero lo había sumergido en un mundo que estaba vetado para los humanos.
Miró sus armas, estaba a un lado del espejo, pero decidió que no tenían sentido. Tomó su bolso marrón y se lo cruzo, era pequeño, justo lo necesario para guardar lo esencial.
Se dirigió hacia la cocina, pero no había nadie, solo encontró una nota de Ethan, diciendo que bajara cuando estuviera lista. Lo hizo… salió de su departamento con un escalofrió recorriendo su cuerpo.
No alcanzó a tocar el timbre de Ethan cuando la puerta se abrió, de ahí salió su secretaria. Ambas mujeres se quedaron mirando sin ninguna expresión en particular.
—No sucedió nada con él –aclaró la secuaz de Gabriel.
Zoe, siempre indiferente a las emociones de esos humanos, deseosa de complacer los requerimientos de Gabriel para obtener la vida eterna, decidió que no insistiría con Ethan, si él la había rechazado era porque realmente estaba enamorado de Dana, el ángel que había dejado todo para encontrarse con su humano. El mismo ángel que tenia loco a su Gabriel, si jugaba bien su parte, ella seguiría teniendo a su demonio mientras que Ethan seguía con su ángel.
Dana no le dijo nada, solo entró al departamento, justo para cuando Ethan la miraba entre los sofás, tan solo con una toalla puesta. Se había duchado y limpiado la sangre, se despidió de Zoe y ahora se dirigía a vestirse. Aun era temprano y su secretaria había despertado hace quince minutos.
—Me visto y vamos –aclaró, sin dar mayores detalles.
Jeans oscuros y un suéter gris que cubría su cuello, se puso una parka negra y salió de su habitación. Ella se encontraba en la sala, no lo escuchó, oportunidad que él aprovechó para observarla. Dana miraba a través de la amplia ventana, su rostro se veía más pálido por la luz que entraba.
Se veía hermosa ¿Cómo no lo notó antes? Ella era fuera de este mundo, nunca había visto a alguien como ella. Ethan cerró sus ojos por un momento, dejando que su mente se abriera a lo desconocido, es por eso que cuando volvió a mirarla, varias llamas de colores daban vuelta alrededor de aquella ángel caído, almas perdidas que ella le había enseñado a aceptar. Lo había traído de vuelta a la vida.
Pudo diferenciar como ella llevaba su mano hasta la mejilla, secando las lágrimas que comenzaban a caer. No pudo seguir mirándola.
Se acercó hasta ella, llamando su atención, ahora si lo había escuchado. Antes de que Dana dijera una palabra, Ethan la interrumpió con un beso, sus labios se unieron de forma superficial mientras que elevaba su mano derecha hasta el rostro de ella y secaba las lágrimas que caían.
Ella sollozaba y él solo la pudo abrazar, el llanto de Dana se volvió más descontrolado, estaba desesperada por el dolor y por el infortunio de su destino, de cómo desconocía su naturaleza y el terror que le causaba no poder acabar con Gabriel porque él era mucho más fuerte que ella.
Las manos de Ethan, acariciaban su espalda, su cabello, tratando de consolarla.
Ninguno dijo nada por varios minutos, ella solo se quedo abrazada a él.
— ¿Estás más tranquila? –susurró él contra su cabello.
—Lo siento tanto Ethan –dijo ella volviendo a sentir sus lágrimas con menos intensidad, controlándose –no quise hacerlo, yo…
—No hables de eso –dijo él frunciendo el ceño, pensando en que el infeliz de Gabriel había estado con ella. Buscó detenidamente una forma de calmarla –trato de poner eso en perspectiva, sé que estoy enojado y quiero golpear la cara de ese infeliz, pero… sé lo que has hecho por mí y es tan sorpréndete que el hecho de que hayas tenido sexo con Gabriel, se ve disminuido en importancia.
Ella lo miró unos segundos, asombrada por las palabras de Ethan.
—Ahora mejor ¿salgamos de aquí? –dijo sonriendo casi de forma imperceptible.
—Está bien –ella asintió, sintiéndose mejor.

Ambos se dirigieron hacia el estacionamiento mientras Ethan trataba de distraerla hablando de Diego y de cómo lo había regañado por desaparecer anoche, se había vuelto histérico al no encontrarlo por ninguna parte en el Lucifer.
—Entonces –dijo Ethan cuando estaban en el auto — ¿enamorada de un humano? ¿Eso no es algo pervertido entre los ángeles? Ya me viste de bebé y todo ¿no?
La mirada de Dana le dio a entender que era demasiado pronto para bromear con algo como eso.
—Eric dijo que no podrías vencer a Gabriel porque eres menor que él, pero no se refería a la edad ¿cierto?
—Exacto, es porque dentro de la jerarquía de ángeles estoy un escalón más abajo… de por si siempre fui más débil que él y ahora siendo un demonio, las posibilidades son casi nulas.
— ¿Por qué no empiezas por eso? Quisiera saber la jerarquía de los ángeles.
Ella sonrió, sabía que él estaba tratando de distraerla para que no estuviera triste.
—Bueno, se divide en tres coros, los primeros son los mayores, ahí están los Serafines…
De esa forma comenzó a relatarle todo sobre la jerarquía que había entre los suyos, bueno, su antiguo bando ya que ahora era un ángel caído.


Gabriel estaba sentado en el sofá de su gran salón, se había dado una ducha y puesto ropa nueva. Estaba pensando en lo bien que había transcurrido su noche cuando entró Zoe. Ella caminó hasta él con un rostro inexpresivo, sabiendo que él había obtenido lo que quería, de otra forma no estaría con esa sonrisa en su boca.
—Buenos días, preciosa –dijo guiñándole un ojo.
Ella se cruzó de brazos.
— ¿Cómo te fue con Ethan?
—Mal –respondió de inmediato –no engañó a Dana, dormí tranquilamente en su dormitorio mientras él se lamentaba por ella en el sofá.
— ¿De qué estás hablando? –su ceño se frunció mientras se ponía de pie. Él contaba con esa parte del plan.
—Creo que ser un vampiro te hace tener excelente audición, ya me escuchaste Gabriel.
Ella retrocedió cuando vio como él caminaba hacia a ella, pocas veces había visto al demonio de Gabriel, siempre le sonreía seductoramente, logrando que ella hiciera lo que él deseaba, pero ahora estaba viendo lo malvado que podía ser. Zoe chocó con la pared.
— ¿Dónde están ellos ahora?
—No tengo la menor idea –dijo aprovechando el poco coraje que tenía.
Gabriel atrapó el rostro de Zoe sin mayor problema, rodeó parte de su mandíbula con la mano. Solo un poco de presión y podría acabar con sus huesos y hacer explotar la cabeza de una de sus aliadas.
—No te has esforzado ¿cierto? Solo dejaste que transcurriera la noche.
—Él ama a Dana –respondió con dificultad –y ni siquiera tú podrás contra ello.
Gabriel golpeó su cabeza con fuerza contra la pared. Zoe pudo escuchar como un pitido llenaba su cerebro, no era capaz de enfocar la mirada. Solo un golpe y la había dejado aturdida.
— ¿Crees que esto es un juego? ¿Qué tu parte no importaba?
Ella no escuchó con claridad las preguntas de Gabriel, pero eso a él no le importó, siguió hablando.
—Necesitaba una prueba de que esa conexión, con Ethan, no era tan fuerte como ella pensaba. No has hecho tu parte y ahora ella debe estar derretida por el infeliz de ese humano que volvió a ella, arrepentido ¡Después de llamar la monstruo! ¡A mi Dana!
Las últimas palabras acabaron con la paciencia de Zoe, estaba cansada de escuchar como Gabriel hacía todo lo posible por tener a ese ángel con él. Ese demonio jamás había sido de ella, lo pensó por un momento en su vida, pero luego de que Dana llegara… nada había sido igual, estaba obsesionado con ella.
—A ti no te importa nadie, ni siquiera ella… no hay nada bueno en ti ¿Cómo guardas esperanzas por ese ángel? ¿Por haberla manipulado y haberla destruido al pasar una noche con ella? ¿Ah? te has vuelto débil y patético por ese ángel.
Los ojos de Gabriel se volvieron rojos por la furia que estaba sintiendo. Él no guardaba esperanzas por nadie, ni siquiera por sí mismo.
—Esto es una lástima –dijo Gabriel, soltando el rostro de ella y mirándola apaciblemente. Todo rastro de furia había desaparecido –tendré que prescindir de tus servicios.
Ella no se movió ni un poco.
—No tienes idea –susurró Gabriel –de cuánto tiempo vengo trabajando en esos dos.
Zoe lo miró enojada y altanera, con su espalda muy recta. Ella sabía muy bien lo que Gabriel había hecho con Ethan y Dana.
Por unos segundos volvió a una noche, la única donde Gabriel le había hablando sinceramente.

Zoe estaba recostada en la cama, negra, con sabanas de seda. Observaba a Gabriel que estaba de pie, solo con su ropa interior, mirando hacia la ventana. Siempre hacía lo mismo luego de tener sexo con ella, parecía absorbido por sus propios pensamientos, pero aun así se veía fuerte, invencible e inmortal. Lo que ella amaba de él y esperaba obtener de ese demonio, deseaba la inmortalidad.
En ese mismo momento un ángel estaba siendo ayudado por humanos a kilómetros de distancia… y Gabriel lo podía sentir, a esa distancia.
— ¿Qué sucede? –preguntó ella.
—Una vieja amiga ha llegado.
— ¿Amiga? –Él se giró a verla, sonrió levemente y después se concentró en la ventana — ¿ese ángel que has estado esperando?
—Ella misma. He esperado por mucho tiempo este momento, deseaba verla antes de que se vuelva un Arcángel.
—Pero es tu enemiga ¿Cómo deseas eso?
—Las cosas no son blanco y negro, Zoe –Gabriel se cruzó de brazos, sus bíceps se marcaban bajo la poca luz que llegaba de la ventana –hace nueve años que espero a que se decida y baje de una buena vez, no existe otra posibilidad de verla si no baja ella misma.
— ¿Tan solo nueve años? Pensé que al ser eternos la conocías de mucho antes –Gabriel suspiró, deseando haber encontrado a otra mascota para entretenerse.
—La conozco de mucho antes, tan solo creé un plan hace nueve años para hacerla bajar –él se giró nuevamente para ver a Zoe –debes entender que en los detalles está la clave para obtener lo que deseas.
—No te entiendo, Gabriel –dijo ella frunciendo el ceño.
—No me sorprende, te explicaré. Mi amiga, es guardián de un humano… persona que no ha salido como todos esperaban, necesita ayuda directa, digamos que la muerte de su padre lo afectó mucho… podríamos decir que los frenos de su camioneta no estaban muy buenos, se volcó bajo una horrible tormenta mientras iba a ayudar al hospital.
Zoe conocía desde hace años a Gabriel, sabía lo que deseaba decir con pocas palabras y si no había entendido al comienzo, ahora vio con claridad lo que ese demonio estaba hablando.
— ¿Qué tiene de especial ese humano para que hayas matado a su padre? –Gabriel sonrió, agradeciendo a que su mascota no fuera tan tonta.
—Puede ver almas, lo han pedido desde abajo y también lo desean los de arriba.
—Pero muchos humanos tienen ese don ¿Por qué él?
—Porque no lo quieren solo por su don, lo desean por el efecto que tiene en mi amiga.
—Ella lo ama ¿no? –Zoe sonrió al pensar en un ángel cayendo a la tierra solo para estar con un humano.
—Así es.
— ¿Y qué sentido tiene hacerla venir hasta acá?
—Demostrarle que ella no solo ha amado a ese humano, es tiempo de jugar en igualdad de condiciones  –Gabriel volvió a girarse hacia la ventana, notando como la lluvia volvía a caer.
— ¿Y cómo estás controlando al humano del que hablas?
— ¿Por qué crees que estás trabajando de secretaria, Zoe? Tu papel en todo esto es muy importante y ya verás por qué, tú eres especial para mí.
Sin esperar un segundo él llegó hasta ella, sorprendiéndola. La besó sin preámbulos y la sumergió en un sueño de placer.

Esos segundos de aquel recuerdo solo le hicieron ver la verdad. El real motivo de porque ella era especial e importante en la vida de Gabriel apareció ante sus ojos. Nunca había pensando en que él la amara, pero si creía que era alguien dentro de la vida del demonio, no solo una pieza de ajedrez.
Antes siquiera de poder decirle algo, Gabriel se volteó para verla, estaba mirándola con esos ojos apacibles que usaba al esconder sus verdaderas emociones. Se cruzó por un segundo de brazos, pero después acercó su brazo derecho hacia ella, aunque seguía apoyándolo en su cuerpo. Sin más expandió sus dedos.
Zoe sintió como su cuerpo no respondía, como sus extremidades se extendieron y salió volando hasta chocar contra la pared. Gabriel levantó un poco su mano derecha y así mismo fue elevándose el cuerpo de ella, que lo miraba aterrorizada.
Haberse dejado beber por él tanto tiempo había traído consecuencias, sobre todo cuando aquel demonio también dominaba la telequinesis, pero más que objetos inanimados usaba la energía de objetos tanto vivientes como no. Le tomó años aprender dicha habilidad.
Gabriel la apuntó como si su mano fuera un revolver. Entrecerró los ojos y sonrió, como si estuviera tratando de alinear su arma con el cuerpo de Zoe, que estaba contra la pared a un par de metros de altura.
—Es una verdadera pena –dijo él mientras su dedo índice bajaba centímetro a centímetro, a varios metros de donde se encontraba su víctima. A esa distancia podía partir el cuerpo de Zoe sin ningún problema.
El vestido de Zoe, color azul, se fue volviendo negro mientras su pecho se abría bajo el mandato de aquel demonio. Sus gritos no se escucharon porque fueron silenciados por esa misma fuerza oscura que estaba abriendo su cuerpo en canal.
Con su mano libre, Gabriel hizo que el salón fuera envuelto por una música fuerte y que acaba con los oídos de Zoe.
La sangre de aquella humana fue manchando y cayendo por la pared color gris mientras sonaba la canción Liar Liar de Avicii.
Gabriel odiaba cuando la gente gritaba de dolor bajo sus manos, así que subió el volumen de la música a  máxima potencia mientras se comenzaba a mover al ritmo de la canción. No estaba de tan mal humor, ya que el error de Zoe podría ser garrafal, pero el daño con Dana ya estaba hecho, de todas formas… la humana ya no le servía.
Apunto sus dos índices hacia ella y como un cirujano, a diez metros de Zoe fue abriendo cierta parte de su pecho mientras ella lo miraba con horror. Con un solo movimiento el corazón de Zoe quedó al frente de sus propios ojos.
Ya no gritaba en silencio ni había horror en su mirada, solo unas lágrimas cayeron de sus mejillas mientras su vida se esfumaba a manos de aquel demonio.
Gabriel se giró y dejó caer el cuerpo a su espalda. Caminó hacia la ventana al ritmo de la música. Tomó su celular y marcó rápidamente.
—Vengan a limpiar esta basura.
Sin mirar siguió observando hacia la ventana mientras a su espalda aparecían asquerosos demonios, como si fueran perros deformes y se lanzaban por los restos de Zoe.
Gabriel seguía odiando a todo ser humano que se mezclara con demonios.
—Es el turno de Ethan –susurró, sabiendo a donde se tenía que dirigir –es hora de acabar con la tregua ¿no, Eric? –miró hacia arriba, sabiendo que aquel Dominacion debía estar escuchándolo.
—Sabias palabras –dijo Eric a kilómetros de distancia, en otra dimensión mientras observaba los pecados que cometía Gabriel.


Las horas comenzaron a pasar y Ethan estaba tan sorprendido por escuchar las palabras de Dana que trataba de no caer en algunos prejuicios, ni siquiera sabía como podía comprender las palabras de ella, pero decidió no malgastar aquel día en esos detalles. Trató de distraer al ángel de todo lo que había pasado el día anterior, tan solo recordaron a los ángeles caídos que los salvaron y la muerte de Liam.
La lluvia comenzó a caer, atrayendo a Dana por enésima vez, se acercó a la ventana de la acogedora casa donde Ethan había vivido la mayor parte de su vida. Puso atención a como caían las gotas, a como chocaban contra el vidrio. Sabía que su humano estaba haciendo todo lo posible para distraerla, incluso le había cocinado… unos fideos que no estaban muy bueno, pero que comió igual. Le gustaba haber escapado de la ciudad para ir hasta el campo de la familia Harris.
Todo el día debería ir de maravilla si nada hubiera ocurrido anoche, si ella le hubiera confesado a Ethan aquella información, sentados en su sala, quizás hasta bebiendo una copa de vino para los nervios. Si él no hubiera visto a Gabriel, si no la hubiera llamado monstruo… si ella no hubiera caído con Gabriel. Necesitaba acabar con ese demonio, pero no tenia las herramientas para lograrlo.
Dana sintió como era observada por Ethan, había contestado a todas sus preguntas e incluso le había hablado de lo sucedido con Gabriel hacía ya años, cuando estaban ambos en la tierra de los ángeles, le informó sobre Sophia y Quentin, se vio sorprendido al enterarse de que eran ángeles custodios de Diego y Emma.
Ella por alguna razón sintió que su corazón se encogía al verlo; él no había gritado, ni tratado mal por haber dormido con Gabriel, era cierto que él también había sido infiel hace un tiempo atrás, pero no coincidía con el carácter de Ethan, él no era sosegado y tranquilo, todo lo contrario, era impulsivo y su carácter se veía afectado por diferentes hechos que pudieran ocurrir en el momento. Era inestable y ella lo sabía, se había enamorado de él así, pero algo estaba dejando pasar.
—Aun no puedo creer que Eric se te haya presentado, no le agradas mucho –dijo ella.
—Lo vi antes, cuando nos encontró besándonos ¿recuerdas?
—Sí, pero ahí estaba como humano, se te presentó como ángel… eso es algo importante.
Ethan levantó los hombros, quitándole importancia. Claro que había un hecho especial y estaba en su bolsillo trasero, aquella tarjeta dorada que le había entregado aquel intimidante ángel llamado Eric. Sin embargo él no quería arruinar las cosas aun, sabía que existía un momento en el día para poder entregarle aquel mensaje a Dana. No faltaba mucho, ya que estaba anocheciendo.
—Me gustaría tener la posibilidad de protegerte –esas palabras sorprendieron a Dana.
—Que cosas dices –se acercó hasta él –tu me proteges ¿no ves? Me has cuidado hoy de una forma casi increíble.
—Hablo en serio –Ethan observó los ojos miel de ella –no tengo la fuerza suficiente para defenderte, si alguno de esos tipos raros vinieran ahora me lanzarían contra la pared y me matarían con un golpe. No son humanos.
—No hay necesidad de pensar en ello, yo te protegeré de cosas no humanas y tú de las mundanas ¿sí? –él sonrió, sintiendo su dignidad caer hasta el suelo.
—Está atardeciendo ¿quieres dar un paseo?
— ¿Y después cenamos? Creo que deberíamos volver a casa y pedir algo para comer –dijo sonriendo.
—Sé que cocino mal, pero quiero un poco de aire ¿tú no?
Ella frunció el ceño, la sonrisa que él estaba poniendo era falsa. Lo conocía muy bien.
—Está lloviendo, Ethan.
—Te has enfrentado a cosas peores, ven.
Él se adelantó y ella pudo sentir un escalofrió al ver el trasero de Ethan y no por  deseo, sino de miedo al ver que llevaba una tarjeta dorada en el pantalón.
Los Serafines habían dado su sentencia y su humano estaba enterado de ello. Ella no pudo contener un pensamiento de traición por parte de Ethan, le estaba escondiendo algo muy serio y era porque Eric se lo había pedido ¿Por qué se estaba aliando a él? ¿Qué más sabia Ethan que ella no?
Ambos salieron de casa, bajo la protección de un paraguas que Ethan consiguió. Ella no decía palabra alguna mientras caminaban, solo se aferraba a la mano de su humano, deseando que él dijera la verdad con rapidez. Esto no era como haber escondido su identidad, Ethan le estaba ocultando una sentencia que podía llegar a ser la muerte.
Dana se detuvo sin poder controlarlo, llevó una mano a su pecho, teniendo esas horribles imágenes de haber estado con Gabriel en un pasado, de haber matado a seres humanos solo por gusto, de haber sido realmente mala, algo estaba sucediendo en su pecho, en su corazón.
— ¿Qué sucede? –preguntó Ethan, alarmado por la expresión de ella. Lucía asustada.
—Tú me escondes algo –dijo sin más, nunca había sido buena escondiendo sus preocupaciones — ¿me han condenado, cierto?
Él no tuvo que escuchar palabra alguna para saber que ella había descubierto la tarjeta que tenía guardada en su bolsillo.
— ¿Me vas a entregar, Ethan? –los ojos de Dana se llenaron de lágrimas. Se alejó de él, soltando su mano y retrocediendo unos pasos –eso te pidió Eric ¿Qué me entregaras a los Arcángeles?
— ¿De qué estás hablando? Jamás te entregaría a nadie que te hiciera daño. Todo saldrá bien –Ethan le extendió su mano.
Dana lo observó por unos segundos, sorprendida por no haber seguido a Ethan de inmediato, pero controló el deseo de salir corriendo mientras el aire comenzaba a disminuir. Se sentía extraña, justo donde sus alas se expandían su piel picaba y las imágenes de su pasado estaban calando en lo más profundo de su cerebro. En todo el día había sido distraída por Ethan, pero ahora… estaban dirigiéndose a un lugar a hacer algo que ella no comprendía. Sabía que le estaban escondiendo algo.
—Dana…
—Algo está mal –dijo ella mirando a sus lados, presa de una paranoia que iba creciendo a cada segundo –me siento extraña.
Ethan se dio cuenta que debía apresurarse, que debía convencerla de seguirlo. Podía entregarle esa tarjeta dorada ahí mismo, pero no deseaba hacerlo en un lugar tan corriente, quería llevarla debajo de ese sauce que habían compartido una vez y tantas veces siendo ella un ángel que él no podía ver.
Sin darle tiempo de reaccionar, se acercó a ella y la besó. Dana de inmediato rodeó el cuello de él mientras dejaba que sus labios siguieran los movimientos de Ethan. Poco a poco se fue calmando hasta sentirse tranquila.
— ¿Qué me está sucediendo? –susurró contra los labios de él.
—Confía en mi ¿sí? –le dio un corto beso, logrando que los ojos de ella brillaran por él.
—Está bien.
Tomó la mano de Ethan y ambos se dirigieron hacia el sauce, les tomó varios minutos llegar, ya que iban a pie y con la molesta lluvia. Ella se aferró a la mano de Ethan, sintiendo el mismo malestar que antes mientras Ethan recordaba las palabras de Eric.


Se apoyó contra la pared, mirando a aquel ángel sin poder creer en las palabras que le decía. Toda la historia de Dana y de cómo él, solo él podía ayudarla. Sus puños chocaron con la pared al darse cuenta que en parte ella se había enamorado de él por tener todo lo bueno que alguna vez tuvo Gabriel.
— ¿Qué significa esto? –Preguntó Ethan — ¿es qué acaso no soy humano?
—Claro que lo eres, tan solo es como si fueras hermano de Gabriel, en un tiempo él tuvo un alma, tan poderosa como pocas, pero al entregarse a la Oscuridad, Dios le arrebató, como castigo, todo lo bueno que tuvo alguna vez… y lo hizo recaer en ti, tienes la parte buena de Gabriel, además de tu propia alma. Serias bastante poderoso si no fueras humano.
—Es por eso que ella dejó todo allá arriba –dijo un tanto confundido por toda esta situación — ¿cree qué soy él?
—Por supuesto que no, Dana no es idiota, tú te has vuelto único como todo ser humano, a través de los años, ella se ha encargado de ello, aun siendo ignorante de que tienes lo que ella amo en un pasado.
—No tiene sentido.
Eric se molestó, no estaba acostumbrado a tratar con humanos, él había pasado rápidamente por la categoría de Ángel Custodio y eso había sido hace mucho tiempo atrás.
—Claro que no tiene sentido para ti, eres un humano, pero créeme… soy un ángel ¿quieres qué expanda mis alas de nuevo?
— ¡No! –A Ethan le aterrorizaban las alas –entonces ¿Qué debo hacer?
—Ella ha comenzado a recordar, lo que es malo, sigue siendo un ángel, tan solo abandonó la Luz por un tiempo… pero sigue siendo especial y si muere, no podemos borrarle la memoria como cuando murió siendo un Nephilim –Ethan sintió rabia al recordar a Eric, describiendo la muerte de Dana cuando fue una Nephilim, lo había encontrado trágico e injusto –ella se puede volver peligrosa y tu eres el único que la puede controlar, él único que puede darle tranquilidad… te seguirá a donde sea.
— ¿Peligrosa? ¿Estamos hablando de la misma Dana?
—Ethan, tu no la conoces en realidad y tampoco viste como fue en un pasado… solo la hemos dormido por años, le dieron la opción de nacer de nuevo, pero si llega a revelarse ese lado de ella. Ni siquiera tú podrías estar a salvo contra su sed de maldad y si es demasiado tarde y Gabriel la encuentra, tendremos una época de caos solo por gusto.
Ethan se volvió a apoyar en la pared, mirando hacia el techo, esperando alguna ayuda divina, pero después se dio cuenta que la ayuda divina estaba en su habitación, destrozada por culpa de un demonio.
—Tienes hasta medianoche para decidir si ayudarás. Recuerda, no es hasta que entregas tu alma que la pierdes, te necesitamos.

El sauce estaba tan grande como lo habían dejado, la lluvia había aumentado, así que corrieron a resguardarse.
—Bien –dijo ella, aun asustada, mirando a Ethan sin soltar su mano — ¿es malo? ¿Pudiste entender las letras? Los humanos no entienden nuestro idioma, nuestros escritos.
—Pude leerlo y… no es malo –aclaró él, que en cierta forma era horrible lo que iba a suceder, pero no era malo, no para ella.
—Dilo de una buena vez ¿sí? quiero escucharlo ¿vendrán por mí? –ella estaba asustada, como nunca en su vida. Los Serafines se caracterizaban por ser muy estrictos y no simpatizantes de los Arrepentidos o de cualquier ser que fuera en contra de las reglas –he hecho todo mal.
—No, nada de eso –él llevó una mano al rostro de ella y con el pulgar acarició los labios de Dana. De un momento a otro su corazón comenzó a latir con una rapidez que no esperaba, también estaba asustado –has hecho mucho por mi ¿no era ese tu trabajo? Lo has hecho excelente.
— ¿Estas bromeando? –Los ojos de ella se abrieron sorprendidos — ¡me van a quitar las alas! ¿Es eso?
—Claro que no.
—Quiero ver ya Ethan, entrégame esa tarjeta o te la quitaré, además me siento fatal, tengo esas imágenes de antes dando vuelta en mi cabeza y una sensación extraña en mi cuerpo. No me gusta.
—Dame unos minutos más ¿sí?
— ¡Quiero saber! –por unos momentos los ojos de Dana se volvieron negros como la noche sin estrellas que había sobre ellos.
Él de inmediato se acercó a ella y le sonrió, para tratar de distraerla. Ella volvió a mirarlo con sus ojos miel.
—Ethan, algo va mal conmigo, pero no sé qué  –dijo ella mirando hacia los lados, esperando que saliera un par de ángeles para alejarla de Ethan, sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Shh.
Ella lo miró confundida y asustada.
—Te amo, no puedo creer todo lo que has hecho por mí –susurró él.
Eran exactamente esas acciones que habían salvado a Dana de la furia que había tenido Ethan al darse cuenta que ella había pasado la noche con Gabriel.
Él volvió a recordar las palabras de Eric, pensando en lo horrible que serian los próximos meses de su vida.

— ¿Me necesitan? ¿Qué sucederá con ella? –de cierta forma le pareció que Eric lo miraba con lastima.
—Ella ha pecado contigo y además de ello algo más importante ha sucedido, ha comenzado a recordar, debemos borrar su memoria para controlarla.
— ¿Qué? –Ethan rió, sin poder creer lo que escuchaba –no pueden hacerle eso, no es justo y si temen tanto de ella deberían mostrarle lo que ha hecho, para que ella decida ser quien desee ser.
—No entiendes, es esto o acabara condenada como Gabriel.
Esa palabra no le gustó a Ethan.
—Incluso peor –siguió el ángel –condenada como Lucifer, pedirán su cabeza por la seguridad de todos. Fue ella misma quien aceptó la Orden y se volvió un ángel, Ethan, no tiene las mismas libertades que tu.
—Ella… olvidará todo lo que sucedió entre nosotros –susurró, dándose cuenta de las verdaderas palabras de Eric.
—Sí, pero eres en parte su alma gemela, cuando se vuelvan a encontrar todo se dará naturalmente, es la regla ¿sabes?
— ¿Así de bien como se dio con Gabriel? –Ethan se estaba molestado, no sabía qué hacer respecto a toda esta nueva información.
—Ellos dejaron de ser almas gemelas como también el amor del uno por el otro ya ha desaparecido, en sus tiempos fueron muy unidos pero ninguna pareja es irrompible, sobre todo cuando dejan ser ellos mismos.
—Entiendo.
—Ella te necesita ahora, Ethan. Esta en tus manos el futuro de todos, arriba no permitirán que alguien como ella ronde el planeta y la Oscuridad tampoco permitirá que te quedes con Dana, sé más astuto que Gabriel.
Tensó su mordida, estaba entre la espada y la pared. Él quería que ella se quedara, pero por lo visto estaría en peligro si lo hacía, pero tampoco deseaba elegir algo que no debía, era decisión de su Dana.
—No soy quien para decidir esto, no tengo autoridad, no soy su dueño… solo la amo.
—Y ella a ti, por eso mismo no querrá irse. Se pondrá en peligro una vez más, por ti.
Unos segundos más bastaron para que finalmente respondiera.
—Está bien –susurró.

—No llores –le dijo al oído Ethan. Secó con cuidado las mejillas de Dana, con sus manos.
— ¿Nos estamos despidiendo? ¿Me van a llevar, cierto? ¡No importa, yo volveré, puedo hacerlo!
Ethan tomó la tarjeta dorada, era de un material extraño que jamás había tocado. Antes de entregársela a Dana él la miró sonriendo. Nunca en su vida se habría imaginado estar en una situación como esta.
Dana le quitó la tarjeta a Ethan, ya no podía esperar más. Al abrirla su corazón se detuvo, sintió que su alma llagaba a sus pies y comenzó a temblar.

El mandato para el Ángel Custodio, Dana, será volver a donde pertenece, recuperar el tiempo entregado a diferentes actividades fuera de las establecidas y volver como una guerrera de Luz a la Tierra. Su memoria será restablecida, en cuanto sea ascendida y la ira recuperando a medida que se rencuentre con su alma gemela.
El mandato se ha de cumplir al momento de terminar de leer esta sentencia.

Noelia S.

—No, no, no –dijo ella cuando la tarjeta se convirtió en cientos de gotas doradas y desaparecieron de sus manos — ¡Ethan! ¿Cómo has aceptado esto?
—No me olvides ¿sí? te amo y nos volveremos a encontrar.
— ¡No! ¡Ethan! –Dana lo observó sorprendida y enojada, se sentía traicionada — ¿Por qué no me dijiste esto antes?
Él ni siquiera pudo responder, su ángel estaba comenzando a brillar ante sus propios ojos.
—Lo harán de nuevo –dijo ella, dándose cuenta de lo que había ocurrido en el pasado, de cómo no había sido capaz de recordar su vida con Gabriel… ahora sucedería lo mismo con Ethan.
Sin controlarse, lo abrazó, tratando de quedase con él, pero ya no tenía control de sí misma. Sus alas se expandieron mientras su cuerpo se iba volviendo en luz por completo. Las lágrimas que corrían por sus mejillas eran brillantes gotas de agua salada.
Ethan la presiono contra su cuerpo, tratando de que no fuera a ninguna parte, pero era inútil y él lo sabía. Llevó su mano hasta el rostro de ella e hizo que lo mirara, sin poner atención en las gigantes alas que salían de la espalda de su Dana, podía sentir como las plumas le rozaban los brazos y le provocaban escalofríos.
—Te amo –le dijo de nuevo, antes de besarla por última vez.


Ella no alcanzo a responder, solo tuvo que pestañear una vez para finalmente no ver el rostro de su Ethan.
Miró hacia su alrededor y supo de inmediato en qué lugar se encontraba.
— ¡No! –gritó hacia el cielo color pastel que había sobre su cabeza, pero antes de que pudiera decir otra palabra cargada de furia pudo ver como un ser acercaba a ella, movía sus alas de forma suave, cubría su rostro y sus pies. Un Serafín.
Llego a un par de metros de ella y dejo que viera su rostro, un hermoso rostro dejaba expuesta a la mujer que tenia aquel cargo, su cabello blanco caía hasta más allá de sus codos.
—Mi nombre es Noelia, bienvenida Dana.
No respondió, miró hacia otro ángel que se acercaba a ella, no era un Serafín, pero si la sorprendió más que Noelia.
—Por fin nos conocemos, Dana.
—Leonardo –susurró el ángel caído al ver a quien había sido padre de Ethan en la tierra.
Nadie dijo palabra alguna ya que Noelia comenzó con la ceremonia para borrar los recuerdos de Dana antes que despertara su mitad demoníaca.


Ethan se quedó por media hora en el mismo lugar después de haber visto como Dana desaparecía, desfragmentada en pequeñas luces que se fueron con el viento hasta evaporarse por completo. Había sido lo más hermoso y triste que había visto en su vida.
—Entonces, ya hiciste tu parte.
Ethan se giró hacia la dirección desde donde venia la voz. Lo conocía y sabía que vendría por él.
—Supongo que Eric te explicó todo detalladamente para que estés aquí ¿estás dispuesto a seguir, solo por ella?
Tensó su mordida al ver aquello ojos rojos. Eric le había advertido que tendría que sacrificarse, que tendría que estar al nivel de Dana, aunque fuera en el bando contrario, que sería recompensando por esa valentía, por dejar su vida atrás y volverse en un demonio, que su alma no estaría vendida a Lucifer hasta que él no se entregara por completo a la Oscuridad.
Sin embargo ¿podría ser un demonio con un buen corazón, si este ya no latía?
—Hazlo de una buena vez.
Gabriel tensó su mordida y observó con soberbia a Ethan, que estaba arriesgando todo por Dana, exactamente como él lo había hecho en el pasado. Este plan había sido creado años atrás, solo era una tregua que se acababa en este momento, cuando Ethan pasara a ser parte de la Oscuridad, lo que era beneficioso para ambos bandos, ya que lograrían que Dana se volviera en arcángel y que sus jefes lo dejaran tranquilo por haber obtenido al humano. Todos necesitaban que Dana se diera cuenta del engaño, de la traición y de cómo ambos bandos habían jugado con ella. Por lo menos eso tenía planeado Gabriel.
—No necesito un enemigo detrás mío –aclaró Gabriel, avanzando unos pasos –tengo que hacer el juego justo para ambos bandos, debe haber balance para que tanto la Luz como la Oscuridad luchen por sus objetivos.
— ¿De qué demonios estás hablando? –preguntó confundido Ethan, algo no iba bien, algo que Eric no había dicho o no sabía.
—Azazel –susurró Gabriel.
Justo después de decir aquel nombre un hombre, de traje azul oscuro apareció al lado de Ethan y lo tomó por el cuello, lo levantó un par de centímetros y sin ninguna dificultad enterró la aguja justo al nivel del corazón de Ethan, quien gritó con todas sus fuerzas por el gran dolor que le provocó aquel demonio.
—Justo lo necesario ¿no? –preguntó Gabriel, quien no deseaba que Ethan perdiera por completo la memoria, solo todas las imágenes que involucraran a Dana –ahora si hablamos de un juego limpio ¿no crees? –dijo sonriendo a Azazel.
—Sin duda alguna ¿lo morderás? –preguntó con una sonrisa el demonio mientras Ethan se removía sin fuerzas producto de la sustancia negra que recorría su cuerpo a una velocidad vertiginosa.
—Un trato es un trato –dijo acercándose a Ethan, para morderlo justo en su cuello –es hora de que te hagas un hombre.
Bebió la sangre de aquel humano hasta que fue acabando con su vida, pensando en cómo resultaría todo desde ahora en adelante. El casi imperceptible latido de Ethan hizo que se separara de su cuerpo para después morder su propia muñeca y darle de beber su venenosa sangre que tras unos largos minutos hicieron que el cuerpo de Ethan volviera a la vida.
—Vas a tener que entrenarlo –aclaró Azazel, sonriendo al ver que Ethan ya se había convertido.
—Así es –dijo de mala gana Gabriel.
Entre la oscuridad que ofrecía ese amplio sauce, se pudo ver con claridad como dos ojos rojos nacieron entre dos seres demoníacos, sin siquiera recordar el rostro de la persona que hace minutos atrás amaba con toda su alma, por quien había dejado su vida y por quien habría hecho cualquier cosa con tal de que obtuviera su felicidad.
— ¿Quién es Dana? –preguntó Azazel, para comprobar si aquel veneno funcionaba.
— ¿Quién es ella? ¿Qué está sucediendo? –dijo Ethan alejando el brazo de Gabriel con un solo movimiento.
—Es nuestro turno de ganar –sonrió Azazel.
“Es hora de que esto acabe” fue lo único que pensó Gabriel.      

Continuará… 

En los próximos días estará el epilogo, que contiene información sobre la proxima temporada, despues de tanto hablar que no la haría, sus votos en la encuesta me son ya suficientes para hacerla. Sin embargo, quiero que tengan una idea sobre como será ya que... descansaremos un poco de Dana y Ethan, es el turno de ver a otros personajes brillar mientras estos dos estaran siendo fuera de combate. Muchas gracias a quienes comentaros antes (fanfiction) durante y ahora en estos dos ultimos capitulos, muchas gracias. Gracias tambien a Iria porque siempre estuvo disponible para revisar los capitulos, siento si este tiene fallas pero tambien queria que ella lo tuviera como sorpresa en el blogger, igual que ustedes. 

Espero que sigan votando si no lo han hecho, de verdad y que dejen comentarios porque es tan deprimente estar emocionada entregando capitulo y que pase sin gloria ni nada. ¡que esten bien y gracias por leer! 
¡Que tengan un feliz año nuevo! adiós 2013 

24 Lectores:

  1. TANTAS EMOCIONES EN UN CAPITULO.... AMO ESTAS SENSACIONES *.*
    Gabriel eres MALO, MUY MALO....
    esperando la proxima temporada, mordiendome las uñas....
    Coudy.

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  2. ;_________; solo una cosa.... PUTA LA WEA! :ccccc

    Gabriel maricon u.u ahora tendran qe conocerse de nuevo y y y y y :c cada uno en bandos distintos :'ccccc no me agrada eso, Dana los qerrá mataar :cccccccc ñoñoñoñoño no es justo u.u nose como se podrán arreglar las cosas ahora :c no se me ocurre nada u.u

    Segunda temporada :D eaea! eso me agrada y me sube el animo :c ... y me agrada MUCHO qe se trate de los otros personajes :D siento se ve viene muy bueno por esos lados tbn :3

    Gracias Danii por subir el capi hoy >o< mñn no lo hubiese podido leer... o almenos no tranqila como ahora xD
    qe tengas un feeeeliz añito nuevo tbn :3 <3

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  3. Oohhh por dios que paso ... todo sucedio tan rapido.. ay!! Suufrooo... bien Daan... esta idea loca tuya me encantaaa... espero ese epilogooo.... nos leemos.

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  4. mori, literalmente mori, es mejor que cualquier libro que haya leido ahahaha me voy arrancar el pelo y me quedare sin uñas jajjaja excelente dany, excelente me has dejado sin palabras

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  5. ok veamos las cosa con claridad Gabo, se enamoro de un medio demonio y este lo hizo caer, el se convirtio en demonio para estar con ella y se la quitaron y la volvieron angel ok estamos bien hasta ahora pero por que diablos tenian que volver demonio a mi pequeño Ethan que es un amor ahhhhhh no eso no esta bien no me agrada que le haya pasado eso y que pasa cuando se convierta en arcangel Dana lo va a matar o que????? se van a enamora seguiran juntos????? mi cabeza esta en todas partes solo espero que el lado bueno de gabo este todavia intacto en Ethan y que no se convierta en un demonio malo muy malo ahhhhh saludos

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  6. Ay!!!! Pobrecitos... no poder estar juntos porque a los demas no les conviene y encima ni siquiera poder recordarse el uno al otro... No fue un final feliz para nadie.
    Ahora a esperar que la proxima temporada no demore tanto y, que todo esto no resulte tan malo como parece.

    P.D.: no me gustaria ser Zoe en este capitulo :s

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  7. Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!
    Fría, así me dejaste.
    Odio q no nos dijeras todo y amo al mismo tiempo q no lo hicieras jajaja.
    Mierdaaaaaaaaaa!
    Que bueno q primero me leí el capitulo de los Lenardis.
    Osea q intenso, fue una montaña rusa de principio a fin y me sacaste lagrimas, mi mamá piensa q estoy loca jaja y yo así de "mamá esq Dana y luego Ethan y Gabriel T____T" Nooooo La verdad no se ni q decir, Dana resulto ser una Nephils (perdón si no se escribe así) y no solo eso, si no q es una poderosa. Ethan es la parte buena del alma de Gabriel y mi demonio ahh ¿viste como mato a Zoe? me quede 0_o q malo eres mi amor. Ethan se volvió malo para salvar y ayudar a Dana y noooo.
    Probablemente no se entiende ni la mitad de mi comentario pero me dejaste en shock!!
    Yo me largo por mi café jaja
    Muchas gracias por el INCREÍBLE capitulo, tu tienes ese don de dejarnos en un suspenso cn cada historia q haces q es maravilloso.
    Feliz Año Nuevo!!
    Espero q todo lo bueno q sembraste en este 2013 lo coseches cn éxito el 2014.
    Te mando un beso, un abrazo y nos seguimos leyendo!!!!

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  8. CONCHESUMADREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE DANIII!!!!
    Hija de tu madre!!! Lo volviste a hacer!!! BITCH!!! jhasdjkhasjdhaskdas
    Me sentía preparada, en serio!!! me acoste de hecho pa no caerme de raja!
    Mientras iba leyendo, me preparaba, o sea, vi venir que con quien tenia cuchi cuchi era el hijo de su demonio de Gabriel, luego me preparé para el post relacion terminaba de Dana con Ethan. La wea que me dejo como marcando ocupado, fue del castigo de Gabriel, lo veía venir, pero... lo analizaste muy bien XD
    Despues... Nooo!!! después me hice caca... asjhkdkjhasjhkdjksa Sospechaba de Eric, pero todo era pa que la guerra viniera!!! askjdajsdkjsa MUAJAJAJAJA. Puta, ojala Dana les rompa el culo a todos :(
    Y ni se te ocurra hacer tercera temporada 88 Ya no toy pa estas sorpresas XDDD kjasjhdjhasdjksahdjkjasda

    Oh! Dani, la raja T_T haksdaskdsa me encanto XD Igual podría aparecer Mr. Satan en la otra temporada v/s Mr. The GOD. sajkhkjdasada Ok no.
    FELIZ AÑO!!! Pasalo chancho XD

    P.D: Viajaré al sur para golpearte. En serio. hgfhgdgfkk

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  9. Senti rabia, nostalgia, angustia y el final fue tan inesperado pero tan perfecto. Ya me imagino todo lo que viene y sólo quiero seguir leyendo. Me alegra muchísimo que hallas decidido hacer una segunda temporada. Muchas gracias y un muy Féliz y próspero 2014

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  10. simplemente perfecto... quede impresionada, no puedo creer que se vaya a repetir la historia de gabriel con ethan... uff por Dios esto me dejo alucinando!! eres super Daniii gracias y DTB que tengas un lindo fin de año, y un prospero y muuuy bendecido 2014!

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  11. AAH! por que tiene que terminar asi la temporadaaaaaa! :c pobrecita Dana e Ethan.. quede en shock cuando tenian planeado que Ethan se convertiria en demonio :c y Danaa! nuevamente queda sin sus recuerdos.. Definitivamente excelente capitulo me encantoo, muchas emociones a medida que leia el capitulo... esperare el epilogo :D
    Muchas gracias por subir y te deseo un muy feliz año nuevo :D un abrazo grande atte: Lisse Salvatore

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  12. Aaaas por que noooo que capitulo me he quedado sin palabrasy no se ni wue decir asi quedo aha pobresitos no que dolor los dos se amaban que destino tan dificil puede tener uno cuando tu destino ya esta planeado y q te das cuenta q eres una marioneta dentro de el excelente capi gran regalo para iniciar este 2014 gracias por todas las emociones que nos existes vivir edte 2013 y espero q este ano se igual feliz ano nuevo

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  13. Como se me salieron las lagrimas en este capitulo.
    Se repetira la historia pero espero que tenga un final feliz. :)
    Escribes genial, como siempre. Lo mejor para iniciar el 2014

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  14. Ohhhh esto no lo suelo hacer xq para ello he de conectarme con el pc pero esta vez era merecido! !!

    Me siento como Daba desbordada con tanta info pero realmente el capitulo fue escalofriante. Ella descubrió a Gabriel desde el principio en su apartamento pero para nada se esperaba lo q sucederia después.

    Increíble la actuación de Eric para nada me esperaba q fuese él el encargado de poner "orden" en la cabeza de Ethan

    Para nada me gusto eso de igualar bandos q pasa q Gavriel y Eric son como AliBa Ba y se reparten el botin!!!

    Segunda temporada me encanta la idea pero en relación Ethan y Dana todo se complicó demasiado ni se recuerdan ni se verán de forma justa ya q solo desearán matarse!!!


    Una vez más. ... mil gracias x permitirme ser parte de esto!!!


    XXX


    Iria

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  15. As.... vaya, se te da bien hacerla de DIOS Dany, cierto?, ESTA BIEN TENGO K ADMTIRLO, IMAGINABA ALGO GRANDE DETRAS DE DANA, PERO K ELLA HAYA MALVADA, WOWO, MUY PARTICULAR EL DESTINO DE ETHAN, K PUEDO DECIR, NO HA SIDO BUENO PERO TAMPOCO HA SIDO MALO, Y NISIKIERA SE SI ESTAR MOLESTA O DECEPCIONADA, PORK SEAMOS SINCERAS, ESTO SIEMRPE PASA EN TUS HISTORIAS, LA ETERNA PARTIDA DE AJEDREZ, AHORA SOLO PUEDO PENSAR EN EL MOMENTO EN K DANA Y ETHAN SE REENCUENTREN , PORK GABRIEL ES SIMPLEMENTE MALO, ME REFIERO A K , CUAL ES LA PARTE INTERESANTE DE EL, NO PUEDE AMAR A DANA, PORK NO TIENE ALMA, EL ES EL MALO DE ESTA HISTORIA, O MEJOR IDCHO EL MAS EGOISTA EN ESTA HISTORIA, GRACIAS POR NO DESTRUIR MI FE EN ETHAN...

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  16. Estoy impactada esta historia está para leerse de una sola sentada lo podrás mandar por e mail feliz año

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  17. Wow magnifico! Me dio cosa lo de gabriel y dana la pobre mas ingenua creyendo q gabriel la queria solo por una vez... Dani es mucha, mucha informaion en este finl he! No sse q va a pasar, espero pronto la siguienteee temporadaaa
    Ok besos y bendiciones te deseo un magnifico 2014!!!

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  18. Siendo sincera la verdad me hubiera gustado ver a Dana siendo mala jaja porque no me gusta que le hayan quitado su memoria por 1 y 2 vez eso es tan putamente injusto!!!!!!!!!!! Y que le hayan borrado la memoria a Ethan es doblemente injusto y exasperante!!!! Espero la 3 temporada :D

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  19. Me he quedado helada en pocas palabras creo que lo leere de nuevo y procesare todo ahora si ya tenemos mas informacion sobre Dana y Gabriel y el amor que hubo entre ellos y ahora sabemos el xq acepto Gabriel el lado oscuro fue para seguir a Dana y ahora entiendo porque Gabriel quiere que sea una pelea justa por asi decirlo jejeje .. Dani seguire comentando esto no termina aqui necesito leer de nuevo xq hay mucho que entender aparte Dana creo que es justo que supiera lo que fue antes de ser Angel y del porque seguia a Gabriel Dana hizo lo mismo que en su momento Gabriel hizo por Dana solo que ella no era humana como Ethan ... ya voy entiendo mas jajajaja

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  20. Ayyyy Daniii!!!!! Siempre lo dejas asi... Como dicen algunas... Contigo hay q estar preparada para un final en suspenso. Aunque siempre son GENIALES! Tienes un increible don para escribir! Sigue asi!!! Espero seguirte leyendo siempre! Feliz 2014! Feliz año nuevo! Y estoy ansiosa por leer la 2da temporada de esta linda y torturosa historia, DESEOO QUE ETHAN Y DANA SE REENCUENTREN Y ESTA VEZ DE UNA MANERA DIFERENTE... SIN ENGAÑOS NI PELIGROS!!! AWWW AMO LA PAREJA QUE HACEN! Y BUENO...una vez mas GRACIAS POR ESCRIBIR!

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  21. Solo quiero pensar que aún y cuando Ethan se volvio malo, nada se movera sin que DIOS lo sepa, así que espero que todo sacrificio sea recompensado, aún y cuando Ethan sea malo algo habrá que le permita estar con DANA en un futuro.

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  22. Danii!! pero q final Gabirle CTm wn siempre se sale con la suya lo tenia todo planeado el wn espero q Ethan tenga salvacion espero q todo salga bien al final de todo q Dana pueda ser Feliz q se reencuentre con Ethan q Gabrel se muera wn kjakjajkajk XD no pero enserio algo le tiene q pasar a ese wn s emerese sufrir me da muxa pena Dana xq todo el mundo la manipula cuando va a elegir por ella misma

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  23. O,o O,o ... me ha dejado sin palabras... no se que decir la verdad.. este capitulo ha sido una gran montaña rusa, primero con las palabras de Ethan "monstruo" que le dedico a Dana.. luego ya para mi deleite... la noche que pasaron Gabriel y Dana y ya por ultimo para rematar toda la historia... el cambio de rumbo y la sentencia de Dana.. de verdad tienes una mente privilegiada.. Uff es que la verdad ha sido un capitulo increible, tengo ganas de seguir leyendo y leerme el epilogo.. pero son las 3 de la mañana y no puedo más... ahora voy a estar toda la noche soñando con esto..Enserio Dani... te has superado con todo esto, la forma en la que has decidido el futuro de los dos y has enlazado para una siguiente temporada..

    Mmmm aun sigo recordando la noche de esos dos ja ja ja no puedo evitarlo.. amo a Ethan pero es que Gabriel es mucho Gabriel ja ja ja ja...

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  24. ANEL...
    ufffff pues me quede sin palabra hijoles mucha informacion para un solo capitulo sucedio todo en este capitulo ahora me quede intrigada de como se conoceran de nuevo y se reconoceran hayyy que malaa pero me encanta jajajaj

    De nuevo Feliz AÑo :D

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