Igualdad de Condiciones
A Isaac y Lucy
les tomó más tiempo de lo que habían imaginado llegar hasta el edificio de sus pasajeros,
ya que pesaban bastante y su vuelo se veía afectado por ello además de la falta
de práctica.
Ethan estaba
inconsciente, mientras que el ángel caído comenzó a despertar a pocas cuadras
de su azotea. Se dejó llevar sin problemas por Lucy, quien le sonrió para darle
tranquilidad, lo que no ayudó a disminuir la ansiedad de Dana.
— ¿Dónde está
Gabriel? –Preguntó a la ángel que la llevaba — ¿Cómo ustedes…?
—Somos ángeles caídos,
como Adam, trabajamos para él –dijo con un tono de voz que dio a entender a
Dana que no debía preguntar más –y Gabriel ha desaparecido, Adam lo calmó así
que no deberías preocuparte por él hasta un par de horas más.
Al terminar de
hablar, ambos ángeles fueron bajando hasta dejar a Dana en la azotea, junto a
Ethan, que comenzaba a despertar. Para cuando piso el frío cemento él ya estaba
con sus ojos abiertos, asustado por ver que estaba aterrizando y que alguien
con alas lo llevaba en el aire.
Los ángeles caídos
no esperaron un agradecimiento por parte de ellos, solo desaparecieron en
cuanto los dejaron sobre una superficie dura.
Ethan se apoyó
unos segundos en la gran estructura de cemento que tenía a su lado, observó a
Dana asombrado, pensando en que todo había sido un sueño y que estaba
reviviendo la parte donde terminaba su relación con ella. Nada de eso tenía
sentido ya que era muy tarde y habían llegado volando.
— ¿Ethan? –ella
dio un paso hacia él para ayudarlo ya que se preocupó al ver aquella marca de sangre
en su frente, aunque ella tampoco estaba nada de bien, su ropa estaba manchada
debido a que Gabriel la mordió.
Ella aun no podía
creer como habían terminado esa noche. Se había expuesto a Ethan de la peor
forma posible, no había tenido sentido haberse cuidado todo este tiempo para no
ser descubierta. Ahora él la miraba con terror en sus ojos verdes.
—Aléjate de mí
–susurró él, sintiendo como si su cabeza quisiera explotar –eres… eres un…
—Ángel.
—Monstruo.
Hablaron al
mismo tiempo. Ella se quedó helada al escuchar esa palabra de la boca de su
humano.
—Has matado a
un tipo allá en el Lucifer –dijo él,
consternado al recordar lo que había visto –las alas de fuego… tu también –dijo
sin tener su mirada fija en ella o en cualquier punto, estaba comenzando a
descontrolarse –esas armas.
Lentamente comenzó
a retroceder, sin ser capaz de mirar a Dana, pensando en mil cosas y al mismo
tiempo sin pensar en nada.
—Ethan soy yo, mírame
–ella avanzó un par de pasos hacia él, pero fue lo peor que pudo haber hecho.
— ¡Aléjate de mí,
monstruo!
Sin decirle
nada más, dio media vuelta y corrió hacia la salida de la azotea. Ethan nunca corrió
tan rápido en su vida, jamás un alma perdida lo había asustado tanto como lo
que vio esa noche. Lo único que deseaba en su vida era tener algo de normalidad
y creyó tenerla con Dana, pero resultó ser un monstruo, un ser de alas que había
acabado con un chico a las afueras del Lucifer.
Al llegar a su
departamento, se sorprendió ver al lado de su puerta a Zoe, que lo miraba
sonriendo con un hermoso vestido azul que dejaba sus piernas y brazos
expuestos, el abrigo negro lo llevaba en la mano, los altos tacos que traía
puestos la hacían ver varios centímetros más alta. Se veía hermosa con su
cabello negro tomado.
Zoe sonrió,
pero por dentro se sentía miserable. Ver a Ethan con sangre en su frente la
tomó desprevenida, sabía que debía ser culpa de Gabriel. Todo lo que él hacía
era por aquella ángel, cada paso que daba era para acercase a Dana y ella,
siendo un humano que más parecía mascota que aliada, se iba hundiendo cada vez
al ver cuanta indiferencia recibía por parte del vampiro.
Sin embargo, no
tenía otra opción, deseaba ser inmortal y estar al lado de Gabriel.
—He venido a
verte –a medida que se acercaba Ethan la expresión de ella fue cambiando, con
una premeditada reacción — ¡Ethan! ¿Qué te ha pasado?
Él deseó tener
su vida de antes, donde dormía con quien quería y no se preocupaba de nada, no
veía almas perdidas ni tampoco tenía una novia hermosa y demasiado comprensiva
para él, que terminaba resultando ser un ser que tenia alas y que mataba
personas.
Abrió la puerta
y tomó la mano de Zoe para que entrara con él. Buscaba algo de normalidad y la
encontraría volviendo a ser el de antes.
Dana aun no era
capaz de moverse, seguía observando la puerta de la azotea, manteniendo la
esperanza de que Ethan saliera de ahí, volviera a ella y se disculpara por
tratarla de monstruo, que se excusara, diciendo que había sido una reacción
ante el shock que aun mantenía por haber visto sus alas, por haber visto a
Gabriel.
Pero no
sucedió.
Para cuando
entendió que estaba sola en la tierra, sin nadie a su lado y que la única
persona que amaba le había dado la espalda, las lágrimas no demoraron en
llegar.
Sintiendo el peso
de la culpa sobre sus hombros se dirigió hacia su departamento.
Al traspasar la
puerta estaba todo oscuro, sentía frio hasta en sus huesos, era la soledad que
la estaba abrumando. Su corazón se había partido en diferentes pedacitos una
vez más. Comenzaba a convencerse de que ella no tenía la oportunidad de los
demás, que no tenía que enamorarse de nadie porque al final esa persona
terminaba alejándose de ella.
Quizás si le
hubiese dado lo que deseaba a Gabriel, por una vez, haberse entregado a ese
demonio tan solo una noche, todo sería diferente ¿No era eso lo que buscaba? ¿Cuál
era el motivo para que el vampiro estuviera encaprichado con ella?
Se recostó en
el sofá, abrazando un cojín mientras apoyaba su mano en el cuello, justo en la
zona donde Gabriel la había mordido, quiso negarse al recuerdo de esa
sensación. No había sido algo negativo, es más, siempre que el demonio se
acercaba aparecía cierto reconocimiento en ella por él, pero no lograba que su corazón
latiera con fuerza o que sus ojos brillaran como solo Ethan podía lograr.
Jamás se
imaginó que iba a tener esa reacción por parte de él, aunque tampoco planeaba
exponerse a Ethan de de esa forma. Sus lágrimas caían hasta el sofá, comenzaba
a sentirse desesperada.
Deseaba con
todo su corazón volver al pasado, haber ascendido cuando aun no sentía nada por
Ethan, haberse vuelto un Arcángel habría sido la mejor opción, ya que por lo
visto tenía un talento natural para eliminar demonios… y deseaba acabar con uno
en particular, molerlo hasta hacerlo picadillos, luego sacar su corazón y
pisotearlo. Gabriel estaba en el tope de su lista de demonios por acabar.
Las horas
comenzaron a pasar y el reloj marcaba las dos de la mañana. Dana, cansada se
levanto y arrastrando sus pies se dirigió hacia su habitación, pero iba a mitad
de la sala cuando tocaron a su puerta.
Frunció el ceño
y se dirigió a abrir, si era una de las Nephilim las mandaría a casa, no quería
a nadie consolándola ni dándole ánimos porque era inútil.
Para cuando
abrió la puerta se quedó helada al ver de quien se trataba.
Sucio, con
restos de sangre en la frente, Ethan la observaba con sus ojos verdes y una
expresión triste.
—Lo siento
–dijo él, dando un paso hacia ella. Dana no tenia palabras –no tengo la menor
idea de cómo vamos a solucionar esto, pero siento haberte llamado de esa forma.
—Pero tu… —ella
formó un mohín, sintiendo como sus lágrimas comenzaban a correr por sus
mejillas mientras sentía que su corazón latía con fuerza.
—Pero nada, soy
un idiota, me salvaste… no sé que está sucediendo, pero no me puedo mantener
alejado de ti, te amo más que nada.
Dana no pudo
controlar más las lágrimas y Ethan la rodeó con sus brazos, acercándola a su
cuerpo mientras ella le devolvía el abrazo, tratando de acomodarse para quedar
completamente rodeada por Ethan.
—Lo siento,
Dana –tomó el mentón de su ángel e hizo que lo mirara. Sin más la besó,
tratando de calmarla.
Ella le
respondió y sin ninguna dificultad Ethan la levantó unos centímetros del suelo,
lo suficiente para que ella rodeara su cadera mientras avanzaba hasta la que
era su habitación. Dana simplemente se dejó llevar, cansada por todo lo
sucedido en el día de hoy.
Ethan la llevó
en brazos hacia la habitación, donde recostó a su querida ángel y la miró con
una sonrisa que Dana pudo descifrar.
Por un momento
ella se volvió tensa, pensando en todo lo sucedido, en todo lo que había sufrido
por su humano. Repentinamente sintió que todos sus sacrificios no estaban
siendo valorados como tal, aunque ella se entregaba sin ningún pesar, esperaba
que él pudiera comprenderla, que pudiera ver a través de sus ojos y darse
cuenta de todo lo que ella había dejado por su humano.
En realidad eso
no había sucedido.
Lentamente
Ethan se fue acercando a ella, subiendo a la cama y apoyando sus manos en los
costados de Dana.
Ella lo
observaba, con sus ojos llenos de lágrimas. Sin embargo se dejó besar por
Ethan, pensando en cómo su existencia había tomado un giro tan diferente a lo
que ella había imaginado.
Los labios del
humano atraparon los suyos, logrando que sus pensamientos se disiparan, que
cierta electricidad fuera recorriendo su cuerpo de una forma que jamás había
sentido con él. Con su dedo índice él recorría el cuello de ella, logrando
cientos de descargas que le daban una agradable sensación de placer, provocando
que el deseo fuera en aumento.
Con su vista
concentrada en la pared del al frente ella sentía como los besos de Ethan iban
bajando por su cuello, sus parpados se volvían cada vez más pesados y sus
brazos iban perdiendo fuerza. No era una consecuencia de la mordida que Gabriel
había efectuado antes, sino que era todo el placer que estaba sintiendo.
Ethan fue
subiendo sus manos por su camiseta y se la fue quitando hasta que ella levantó
sus brazos para que la eliminara por completo. Él la observó con una sonrisa,
acariciando el abdomen de ella, provocando nuevas descargas eléctricas mientras
subía hasta el comienzo de sus pechos y tiraba con suavidad de su sujetador,
desde el centro, acercándola a él para poder besarla nuevamente.
Sus besos
parecían tan conocidos, como si sus cuerpos respondieran a ellos de forma automática.
A medida que
los besos avanzaban el resto de sus ropas se iba quedando en el suelo, hasta
que ambos se quedaron por completo desnudos. Ella un tanto cohibida, pero
sorprendida por su fortaleza por haber llegado hasta ese momento.
—Ven… —tomando las
caderas de ella, Ethan logró que ella se acercara lo suficiente para que sus
cuerpos se unieran. Él sentado en la cama con ella sobre él, podían ver muy
bien el rostro del otro.
Dana apoyó sus
manos en los hombros de Ethan mientras sentía que entraba a su cuerpo. Esta vez
fue despacio bajando sobre la erección de él, sin dejar de mirar sus ojos.
— ¿Esto era lo
que querías, no? –susurró ella sin dejar de mirarlo. Por un momento el cuerpo
de Ethan se tensó, aunque sin poder dejar de lado el placer que tenía en poseer
un ángel caído como Dana, su Dana.
—Siempre.
Ella se acercó
hasta él y de una forma diferente besó los labios de aquel supuesto humano,
provocando cierto desconcierto en él ante la ternura que ella le daba. Dana se
acercó a él, rodeando su cuello con los brazos y escondiendo su rostro en el
cuello de Ethan.
Ninguno de los
dos se movía.
—Después de
esta noche, no quiero que vuelvas a molestarme ¿sí? –susurró en su oído.
Los brazos de
él la presionaron con más fuerza contra su cuerpo.
— ¿De qué estás
hablando? –esta vez ella se separó un poco de él, para ver su rostro.
—Ya has
obtenido lo que deseabas, Gabriel.
Sus ojos fueron
lo primero que cambió, del color verde pasaron a un color dorado que eran
similares a los ojos de Dana pero un poco más claros. A medida que se fue
transformando a su real identidad, ella se fue aferrando a los hombros de
Gabriel. Era un poco más alto que Ethan e incluso se marcaban más sus músculos
en los brazos.
—Culpable –dijo
él, sonriendo, sin dejar escapar a Dana de sus brazos, que no intentaba
moverse, tan solo se quedo observándolo.
—Es hora de
terminar lo que has empezado, después de esta noche no quiero que me busques
–ella apoyó sus manos en el rostro de Gabriel, moviendo el oscuro cabello de él
hacia los lados para poder ver mejor sus ojos.
—No lo creo
–Gabriel llevó su mano hasta el mentón de Dana, de esa forma logro separar sus
labios y aprovechar la oportunidad para besarla mientras la presionaba contra
su cuerpo.
— ¡No! –ella movió
su rostro hacia un lado, escapando de aquel beso –ese será el trato ¿no era
esto lo que deseabas? Sexo por una noche y no me volverás a buscar.
—Oh Dana, pensé
que después de morderte podrías traer nuevos recuerdos a tu cabeza, pero parece
ser que los Serafines hicieron un trabajo perfecto contigo.
— ¿De qué
hablas?
— ¿Tú crees que
he hecho todo esto para tenerte una noche? ¿Después de todo este tiempo? ¿Después
de lo que vivimos? –se acercó a ella y besó su cuello, logrando que un escalofrió
recorriera la espalda de Dana.
Ella se molestó
consigo misma por dejar que los placeres mundanos se apoderaran de ella. No
debía sentir eso con Gabriel, no con él. ¿Qué le estaba sucediendo? Ella no lo podía
entender. Con brusquedad tomó el rostro del demonio, alejándolo de su cuello
para poder mirarlo, pero ante ese movimiento sintió un latigazo de placer
recorrer su cuerpo, ambos seguían unidos como una persona y eso tenía sensible
a Dana, su piel se crispó ante ese movimiento. Mordió su labio para evitar que
un gemido escapara de su boca.
—Me alejas
ahora cuando antes me besabas, aun sabiendo quien era realmente –dijo Gabriel,
empujando la cadera de Dana contra la suya. Esta vez ella se llevó una mano a
su boca, para cubrirla y así evitar cualquier respuesta que ella pudiera darle,
estaba bajo los efectos del placer lujurioso que Gabriel provocaba en cualquier
mujer.
—Es tu culpa, tú
eres un demonio que se alimenta de esto actos.
Los ojos de
Gabriel brillaron ante el tono de voz que usaba su ángel caído.
—Por supuesto,
pero contigo no debo ejercer ninguna de mis influencias. Tu cuerpo reconoce al mío.
A una velocidad
sorprendente, la recostó en la cama. Ella solo pudo apoyarse en los brazos de
Gabriel.
— ¿Qué has creído,
cariño? –Dijo ahora a centímetros de los labios de Dana, mientras se movían
contra su cuerpo — ¿Qué lo sucedido en el pasado solo se limitaba a lo que Dios
veía allá arriba?
— ¡Shh! –con
una mano cubrió la boca de Gabriel mientras que cada célula nerviosa se
alteraba por tener a Gabriel entrando en su cuerpo –no digas Su nombre en este
momento, no cuando estoy contigo, demonio.
Dejó caer su
mano sobre la cama, al mismo nivel que la otra, producto del increíble placer
que estaba sintiendo. Al girar su rostro un poco, pudo poner atención en las
marcas que Gabriel tenía en su brazo derecho, eran muy diferentes a las del
izquierdo.
—Esas Marcas
fueron por tu culpa ¿es qué no recuerdas, Dana? –Gabriel se movió con cierta
brusquedad sobre ella.
— ¡Basta,
basta! Sal… —ella trató de empujarlo, no deseando sentir esa placentera
sensación que él le estaba provocando — ¡Gabriel! –Gimió cuando sus caderas se
volvieron a unir de una manera mucho más brusca a la que estaba acostumbrada
con Ethan –detente, para ahora…
—No, desde
ahora no querré parar nunca –dijo en el oído de ella –tu eres mía, recuérdalo
mi pequeña angelito.
Una ola de
placer y calor recorrió su cuerpo, logrando que temblara bajo el cuerpo de
Gabriel. Buscó sus labios sin siquiera pensarlo, pero de esa forma pudo sentir
alivio mientras él seguía entregándole aquel placer.
—Conmigo no
tienes que esconder tus alas –susurró contra sus labios mientras volvía a
sentarse sobre la cama, llevándose a Dana con él, logrando que ella por primera
vez se entregara a sus brazos. Aquel demonio pudo notar su victoria, miró
directamente a los ojos miel de ella y después recorrió con su mano libre el
cuerpo de su ángel, hasta que llego a uno de sus senos y se lo llevó a su boca,
logrado que ella arqueara su espalda ante el placer que la lengua de Gabriel le
estaba provocando.
—No puede ser
–gimió Dana, mirando hacia el techo, sintiendo como su espalda vibraba ante la
excitación que el demonio activaba en ella.
Lentamente se
fue perdiendo en esa sensación, una y otra vez hasta que sin poder controlarlo,
sus alas se expandieron en aquel lugar, uniendo su cuerpo al de Gabriel. Mordió
con fuerza su labio para no gritar por el placer que sentía. Fue tanto que
presionó los dientes contra su piel que una gota de sangre comenzó a caer por su
boca, la cual Gabriel no desaprovechó.
Ambos se
unieron nuevamente bajo un beso apasionado mientras las alas de Dana los iban
envolviendo, transportándolos a un pasado que los unía.
Dana sonrió al ver su víctima y escondió
aquel cuchillo, sin antes pasarlo por su lengua, para beber dicha sangre solo
por ser malvada y para que su víctima viera lo acabado que estaba.
Vestida con ropas oscuras dejó al humano con
el que había acabado solo por gracia. Salió de aquel callejón, pensando en lo
que haría por el resto de la noche, estaba aburrida y eso era peligroso para el
mundo. Era caprichosa y hacía lo que quería, aunque eso conllevara matar humanos
o seres celestiales que se interponían en su camino, incluso los demonios.
Era tan poderosa como ningún otro Nephilim, tanto
que ningún demonio inteligente se atrevía a enfrentarla, a diferencia del bando
celestial que andaba detrás de ella, como uno de sus principales objetivos.
No muchos conocían su real apariencia, podía
cambiar a diferentes formas humanas si así lo deseaba, poder que le había
entregado uno de los demonios con los que se había involucrado, Azazel, quien
siempre le daba lo que necesitaba, no tenía otra opción ya que sus contactos
con los demonios eran mayores. Lo que más llamaba la atención de su apariencia,
era el largo cabello blanco que caía hasta la mitad de sus brazos, había nacido
con el y contrarrestaba con su joven rostro.
Ahora ningún ángel podía encontrarla,
ninguno que ella deseara.
Hacia un tiempo que lo había visto y le habían
llamado la atención esos ojos dorados que se parecían tanto a los suyos. Lo
deseaba y quería hacerlo caer, tan solo bastó una sonrisa, con su forma real de
humana para captar la atención del Arcángel Gabriel.
Por primera vez se había sentido satisfecha
con alguien, por primera vez dejaba sus instintos asesinos con los cuales había
nacido. Por primera vez se había enamorado.
— ¿Qué has estado haciendo? –preguntó
Gabriel, mirándola con el ceño fruncido. Él sabía muy bien cuando andaba en
malos pasos.
Él ya había caído por ella, así lo dejaban
expuestos las Marcas de su brazo derecho. Estaba recostado en la cama, de
sabanas blancas. Acababa de despertar y ella de llegar al lugar donde residían.
— ¿A quién le importa? –dijo sacándose su
ropa a medida que iba avanzando hasta donde él –estoy aquí, contigo ¿no es así?
—Si –respondió mientras observaba como se
acercaba ella hasta donde él se encontraba, con tan sensualidad que hizo sus
pensamientos cada vez más pequeños hasta que desaparecieron.
Desnuda se ubicó sobre él, como siempre había
preferido. Sus labios se unieron en un beso único, que solo le entregaba a
Gabriel.
—Hay cosas que no puedes saber de mi
¿entiendes? –Susurró contra su boca –porque estoy más condenada de lo que piensas
–volvió a besarlo mientras las manos de Gabriel recorrían su cuerpo lenta y
cadenciosamente –pero debes tener claro que te soy fiel, tú fuiste mi primero y
serás el ultimo ¿sí?
Gabriel sonrió. No fue capaz de preguntar
nada más, solo la deseaba a ella como la primera vez. Ambos eran jóvenes y a
pesar de que él tenía una eternidad, su mente se volvió a los veinte años que
representaba en ese entonces, a diferencia de los malvados dieciséis de Dana.
—Te amo –le dijo ella, con sus ojos
brillantes al recordar los pecados que había cometido hace un par de horas. Ya
no les parecía tan entretenido ahora que estaba entre los brazos de su ángel
caído.
Los ojos de
Dana brillaron ante la mirada interrogante de Gabriel, estaba atento, esperando
cualquier reacción diferente por parte de ella mientras seguían juntos.
— ¡No! –Dijo
ella, tratando de alejarlo — ¿Qué…? ¡Gabriel!
Él la volvió a
recostar en la cama para que no se le escapara. Dana no escondió sus alas, sino
que se apoyó en ellas cuando Gabriel la empujó.
— ¿Qué has
recordado? –Dijo moviéndose con mayor intensidad contra ella –dime.
— ¡Basta!
–golpe su pecho, pero no tenia las fuerzas suficientes para hacerle algo de
daño, estaba bajo el efecto de aquel demonio — ¡estas manipulando mi cabeza!
—Puedo hacerlo
desde que bebí de tu sangre, pero no, no tengo la necesidad de ello. Dime, que
has recordado ¡dímelo!
Los ojos de
ella se llenaron de lágrimas, sintiéndose sucia al pensar en ella bebiendo de
un humano ¡acabando con su vida!
—Tu… yo, una
Nephilim ¿eso era? ¡Para! –le gritó para que dejara de desconcentrarla de esa
forma. Él lo hizo, pero no se separó del cuerpo de su ángel, había estado mucho
tiempo alejado de ella.
—Una Nephilim,
una muy mala a todo esto –dijo él sonriendo –me hiciste caer, fuimos felices
por un tiempo y luego… –la memoria de Gabriel le trajo sus trágicos momentos
juntos, cuando toda su historia llegó al final –luego todo acabó.
—No entiendo
nada, dime que… —los ojos de ella se cerraron al sentir como una mano de
Gabriel jugaba con ella — ¿Cómo llegue a convertirme en ángel? –giró su rostro
hacia un lado, le parecía que no podía soportar ver el rostro de Gabriel sin
desearlo ¿Qué le estaba ocurriendo? Era como si una parte de ella, escondido en
su corazón, se hubiera liberado.
—Mmm… soy un
demonio –le susurró en su oído, sorbiendo el lóbulo de su oreja –y me gusta
jugar con los demás, incluso contigo.
Ella lo miró
decidida, necesitaba saber toda la historia.
—Gabriel, dime
–los ojos de él se suavizaron.
—He pasado
mucho tiempo esperando que recordaras, no me molestara que tengas un poco
tiempo sufriendo por ello… hasta que recuerdes todo.
Los labios de
él no la dejaron hablar. Se apoderó de la boca de Dana en un segundo. Ella
trató de luchar contra él, de sacárselo de encima, deseaba poder obtener la
verdad de forma forzosa, deseaba… deseaba poder sentirse tan completa como lo había
hecho en ese recuerdo que había invadido su cabeza.
Gabriel comenzó
a sentir esa sensación de éxtasis, estaba al borde de perder todo control. De
esa manera se movió bruscamente contra el cuerpo de Dana, logrando obtener un
nuevo orgasmo para ella y su propia liberación.
Ninguno de los
dos pudo sentir cuantas horas transcurrieron desde que empezaron, pero el sol
comenzaba a aparecer y Gabriel aprovechó esa noche para apoderarse de Dana una
y otra vez, incluso uso su poder de manipulación, acabando con toda resistencia
por parte de ella, quien confundida no tuvo otra opción que entregarse al
placer que Gabriel le daba.
El espíritu de
ella se quebró, no sabía quién era y lo que había sucedido, por un momento
deseó encerrarse en alguna prisión para no tener contacto con nadie. Se olvidó
por completo de Ethan mientras estuvo con Gabriel, el demonio había sabido usar
sus cartas. Todo ese espectáculo que dio en el Lucifer no fue para nada más que distraerla, para tenerla en ese
momento. No quería tener a Ethan vulnerable, sino que a ella.
Recostada en la
cama, con sus alas extendidas porque se dio cuenta que podía sentir de forma
plena a Gabriel de esa forma. Había estado con él, como nunca había estado con
su humano ¿pero qué importaba? Su corazón se había roto desde el momento en que
Ethan se alejó de ella como si fuera un monstruo.
El sol
iluminaba la habitación, ella estaba de espalda a Gabriel que ya se vestía,
sonriendo de forma maliciosa al ver lo agotada que estaba Dana. Sus alas aun
estaban extendidas y realmente parecía como un ángel caído, estás cubrían su
cuerpo de ojos curiosos como los suyos.
—Has cambiado
–susurró ella sin mirarlo, con sus ojos atentos a la pared, recordando esa
pequeña escena que vino a su mente, en la que tenia a un Gabriel diferente, a
uno que se preocupaba de ella –no soy la mujer de ese recuerdo, no soy mala.
—Lo eres en
realidad, pero ya con el tiempo lo notarás Dana…
—Yo no te amo y,
tú… tú no eres capaz de querer a nadie Gabriel, eres un demonio.
— ¡Calla! –le
dijo levantando la voz. Ella se giró a verlo — ¡si amas a Ethan es solo porque
tiene parte de mi alma! Cuando me entregué por completo a la Oscuridad, Dios me
quitó todo lo bueno antes de que eso ocurriera, dándoselo a ese humano de
pacotilla ¡es por eso que tiene ese don como humano! ¡Por nada más! Te
volvieron su Ángel Custodio para castigarme, para refregarme en el rostro que
no puedes ser mía… pero esta noche les demostré lo contrario ¿no?
Ella lo observó
agotada, no tenía fuerzas para enfrentarlo. Sus parpados se cerraron antes de
que Gabriel saliera de su habitación.
Ethan despertó
cuando sintió los primeros rayos de sol, estaba acostado en el sofá más grande
mientras que en su cama estaba Zoe, con quien no pudo acostarse ya que tenía en
la cabeza la imagen de Dana dando vueltas. Deseaba olvidarse de todo, pero a
medida que los minutos pasaban y Zoe lo besaba, decidió que no deseaba hacer
nada. La mandó a dormir a su cama y él se quedó en la sala, pensando en lo
sucedido. Aun no podía creer lo que había visto, aunque más que eso, ahora tenía
grabada la expresión de Dana en su memoria, cuando la había tratado de
monstruo.
Estaba
asustado, como nunca en su vida, pero ella… lo había salvado después de todo lo
que había pasado en los últimos años, ella le había traído tranquilidad a su
vida y ahora se la había arrebatado en una sola noche. Necesitaba respuestas,
deseaba que ella le dijera que todo fue una mentira, que ella era una común y
corriente vecina, no un ángel.
Sí, eso era
Dana, un ángel y se había comportado con él como tal ¡pero él se había acostado
con ella! Había dormido, besado y hecho el amor con ella ¿estaba condenado por
ello? Sabía que no debía ser correcto.
Miró hacia la
ventana, sintiéndose asqueado consigo mismo por haberle gritado. Pero tampoco
se animaba a tratar de ver el lado normal en todo esto, le parecía imposible.
Eran seres que no debían ver los humanos, para él ya le bastaban las almas
perdidas, no deseaba ser capaz de ver ángeles.
Observó la
puerta de su departamento y no lo soporto más. Había dormido mal, estaba
cansado y aburrido de toda esta mala suerte que aparecía en su vida. Por
primera vez se enamoraba ¡y resultaba ser un ángel! Que se jodiera el mundo. Él
iba a descubrir todo o sino su mente no iba a descansar nunca más, por el resto
de su vida.
Fue vestido
como la noche anterior, aun tenía sangre en su frente, pero no le importó. Después
de lo ocurrido, las apariencias quedaban a un lado.
No necesitó
tocar a la puerta de Dana, usó la llave que tenía, sin embargo, se llevó una gran
sorpresa al entrar al departamento.
Gabriel cerró
la puerta de la habitación de ella sonriendo y después miró a Ethan, quien
quedó paralizado al recordar las alas de fuego que salían de la espalda de ese demonio.
El demonio
caminó sin ningún problema por el lado de Ethan y no dijo palabra alguna. Aunque
ese humano tuviera todo lo bueno que alguna vez él tuvo, sabía que acabaría
siendo un demonio y necesitaba hacerlo caer pronto, pero ahora debía seguir el
curso que había planeado para las vida de los tres. Debía esperar a que Eric
hiciera su parte.
Gabriel
necesitaba que Dana se volviera en Arcángel y Ethan en un demonio para que el
juego comenzara de forma justa para ambos bandos y para que su tregua con Eric
se acabara, pudiendo así sacar provecho de toda esta guerra sobrenatural que lo
tenía cansado. Cerró la puerta sin ningún problema, sonriendo por haber
aprovechado la única noche con Dana, por lo menos había abierto los ojos de su
pequeña angelito.
Ethan se quedó
mirando la puerta por varios minutos, pero decidió que ya estaba a salvo, así
que se dirigió hacia donde estaba Dana, con mayor ímpetu que hace un momento
atrás. No era difícil saber lo que había pasado entre ella y Gabriel.
Por lo visto su
relación si había acabado por completo.
Abrió la puerta
de un solo golpe, esperando cualquier cosa, pero se quedo sin aliento al ver a
Dana, con sus alas extendidas, cubriendo su cuerpo desnudo que estaba sobre la
cama. Parecía estar dormida pero no había duda alguna de que ella había pasado
la noche con Gabriel. Los dientes de Ethan comenzaron a sonar, moviendo
bruscamente uno sobre otro, tensando su mordida y dejando expuesto cuan enojado
estaba.
No soportó
estar en esa habitación por un segundo más, decidió que se mudaría, no deseaba
ver a ese ángel en toda su vida. Sin embargo cuando cerró la puerta de un golpe
y avanzó hasta el final del pasillo, una luz muy fuerte se enfrentó ante sus
ojos y de ella salió una imagen humana, con amplias alas blancas… con una
espada apuntándole.
Era Eric, a
quien había visto tan solo una vez. Lo miraba furioso.
— ¿A dónde
crees qué vas, humano? –Dijo de tal forma que Ethan sintió escalofríos –ahora
te harás cargo de tus actos.
Sin ningún
problema, el ángel vestido con una armadura, dejó que sus alas se escondieran,
pero al mismo momento que su espada se transformó en algo extraño, algo que
acercó al cuello de Ethan, acorralándolo contra la pared, dejándolo rodeado de
metal… que lucía bastante peligroso.
— ¿La vas a
dejar, Ethan? –la mordida del humano volvió a tensarse ante el recuerdo de
Dana.
— ¡Estuvo toda
la noche revolcándose con Gabriel!
Eric presionó
con mayor fuerza su espada modificada contra el cuello de Ethan, logrando que
una línea de sangre apareciera en un costado. Sus armas si podían herir a
humanos.
—Déjame
contarte una historia, humano estúpido y veremos si al final sigues deseando
abandonar a Dana después de una miserable noche con un demonio.
Eric le dijo
toda la verdad Ethan, quien abrió los ojos sorprendido, escuchando el plan de
Dios y Lucifer, el de Gabriel e incluso el de Adam. Le habló sobre la historia
entre Gabriel y Dana, de cómo era ella antes y después de conocerlo. Le explicó
lo relacionado a los misterios que envolvían a su ángel y a como él, un simple
humano, debía actuar… si aun amaba a aquella ángel que había dejado todo por
él.
Ethan se sentó
en el suelo, pensando en las palabras del ángel que aun estaba a su lado. Sentía
escalofríos al pensar en lo que debía hacer, en las personas que estaban en
juego… en Dana, ignorante de los planes que existían el cielo y el infierno.
—Si eres un
poco parecido a tu padre, espero no tener que hacer esto de nuevo –aclaró Eric,
mirando hacia la habitación donde se encontraba Dana. Deseaba ir a regañarle
por lo que había hecho, pero sabía que no tenia opción, que ella… era tanto la
debilidad de Gabriel, como él la suya, más ahora que le había mostrado parte de
su vida como Nephilim. Eric sintió un escalofrió al pensar que Dana volviera a
ser la de antes.
—Lárgate de
aquí.
El ángel
asintió ante las palabras del humano, por lo visto si era parecido a su padre.
—Dale esto a
ella, tienes hasta medianoche Ethan.
Él tomó la
tarjeta dorada, sin mirar a Eric, sintiéndose cada vez más pequeño por todo lo
que iba a suceder.
—Vete.
Una nueva luz
apareció alrededor suyo, pero esta vez no llegó nadie. Después de un minuto de
silencio, volvió a la realidad. Sintiendo un peso mayor en sus hombros se
dirigió hacia la habitación de ella. La encontró en la misma posición, gracias
al consejo que recibió por parte de Eric se acercó a ella y pasó su mano por el
nacimiento de sus alas, justo entre ellas, estas se flexionaron y
desaparecieron de su vida.
Aun maravillado
por la vista que había tenido de sus alas, entendió que tenía que cuidar de
ella, como lo había hecho con él. La tomó entre sus brazos, despertándola
levemente.
—No, Ethan… —susurró
ella, percibiendo que era él quien la elevaba.
—Tranquila.
No podía negar
que sentía cierto rencor hacia ella, por haber pasado la noche con Gabriel,
pero después de todo lo que le explicó Eric, estaba lo suficientemente
confundido como para cambiar su forma de pensar por un día. Estaba tratando con
una chica sobrenatural, que tenía problemas sobrenaturales.
Las dudas o
problemas que él tuviera, tendrían que quedar a un lado. Aunque tuviera que
actuar para mantener a Dana en el bando que estaba. No iba a permitir que
Gabriel pusiera una mano sobre ella, aunque le costara su vida.
La llevó hasta
el baño y la recostó desnuda en la tina, era bastante grande así que no hubo
problemas. Comenzó a llenarla con agua tibia, mientras acariciaba el rostro de
Dana, que lo miraba cansada, sin entender lo que estaba sucediendo.
¿Qué había
hecho cambiar a Ethan? Ahora ella podía descubrir que era el real, de eso no había
duda, sus ojos amables le indicaban que era así.
— ¿Te hizo daño?
–preguntó él, presionando con fuerza su puño contra la tina. La mano que ella
no podía ver.
Los ojos de
Dana se llenaron de lágrimas mientras que su rostro se sonrojaba. Esquivó la
mirada de su humano, sin ser capaz de verlo sin sentir vergüenza. Se encogió,
rodeando su cuerpo con sus brazos.
— ¿Qué
pretendes? –susurró bajito, enojada consigo misma porque había caído con
Gabriel.
—Estoy haciendo
una pregunta ¿no tengo derecho a ello? –ella lo miró con sus ojos ardiendo,
molesta.
—No tienes
derecho a nada, no eres nada mío, creo que es suficiente que te digan monstruo
para acabar con cualquier relación existente. Así que no vengas aquí a hacerme
sentir más mal de lo que estoy.
—Eres un jodido
ángel, el mío para ser específicos ¿Cómo crees qué estoy tomando estas
noticias?
Ella se calmó por unos segundos, entendiendo a
Ethan. Era mucho para que él lo entendiera, era demasiado incluso para ella que
se había enterado de haber tenido una vida con Gabriel.
—Él estuvo
conmigo cuando fui humana… y demonio al mismo tiempo, no tengo la menor idea de
lo que está sucediendo Ethan, esto se ha escapado de mis manos, no entiendo
como fui capaz de volverme un ángel, en mis recuerdos, yo…
Se quedó en
silencio, recordando las imágenes que habían llegado a su cabeza.
—Yo no era
buena.
— ¿Y eso qué? –Ella
lo miró sorprendida –ahora no eres mala ¿cierto? ¿Tus alas se vuelven fuego
como las de Gabriel? Eso si da miedo.
—Ethan, me acosté
con Gabriel –ella decidió decírselo, quería que saliera de su boca para
asegurarse de que él estaba enterado, ya que no entendía el motivo de su
permanencia.
—Lo sé… salió
del departamento cuando yo iba entrando.
—No me gustó
como se sintió después –susurró ella, recordando lo sucia que se sentía esta
mañana –no lo amo.
—También te fui
infiel –dijo él, mirándola muy serio –con Zoe, la primera noche que dormimos,
llegué a mi oficina esa mañana y tuve sexo con ella.
— ¿Qué? –Los
ojos de Dana se abrieron sorprendidos –pero ¿para qué me dices eso ahora? ¿Se
supone que debo dejar eso pasar por lo de Gabriel?
—No, creí que
este era el momento… me sentí mal después, Diego me regañó y nunca más volvió a
ocurrir, ni siquiera esta noche cuando me estaba esperando en el departamento.
— ¡Ella es la
pareja de Gabriel! –Se sintió mucho más aliviada al hablarle con la verdad a
Ethan –todo esto fue planeado, ella estaba ahí, contratada para estar dispuesta
a tus requerimientos.
—Esto es una
mierda –dijo Ethan, mirando hacia el suelo, sin entender porque le había tocado
todo esto a él.
Dana flexionó
sus piernas, acercando su pecho a ellas, cubriéndose de esa forma. Las había rodeado
con sus brazos, mirando hacia la pared.
—Vaya pareja
hacemos, nunca debí bajar de esta forma, Sophia y Quentin tenían razón –susurró
con sus ojos llenos de lágrimas –Adam también me lo advirtió, al igual que
Eric. Un ángel jamás se debe enamorar de un humano ¡jamás!
Ella se tensó
al sentir como Ethan le echaba shampoo en el cabello y comenzaba a lavárselo.
No pudo evitar levantar la cabeza para observarlo.
—Siento mucho
lo de Zoe, en ese entonces no sabía que estaba enamorado de ti.
—Esto no se
solucionará, deberías irte Ethan –dijo ella, alejándose un poco de él, con
espuma en su cabeza –no funcionó, es así de simple, algo está mal conmigo y no
tengo idea que es.
—Nada va mal
contigo ¿no lo entiendes? Todo el mundo ha cometido errores en su vida, tú lo
hiciste cuando fuiste una neph… neph…
—Nephilim.
—Eso, pero
ahora eres diferente, la Dana que conocí no tiene ni un poco de maldad, ni
siquiera ahora ¿Cómo no lo ves? –ella hizo un mohín por las palabras de Ethan.
—Pensé que
estando una vez con él, todo acabaría. Gabriel siempre repetía que me deseaba,
pensé que si dejaba que pasara una vez estaríamos a salvo, pero pareciera que
ese no era su plan, que va mas allá de lo que sé.
Él mojó el
cabello de ella para que la espuma saliera.
—Es un demonio,
hasta yo y todo ser humano sabe que son más astutos de lo que parecen y tu… aun
no estás preparada para alguien como él ¿cierto?
Ethan tensó su
mordida, recordando las palabras de Eric.
—Creo que fue
mi pareja cuando fui humana, es por eso que me encantó cuando lo conocí arriba
¿sabes? Pero él se volvió en un ángel caído para finalmente terminar como un
demonio. Desde que cayó, jamás sentí nada por él…
—Hasta anoche
¿no?
—No –ella lo
miró muy seria — ¿Cómo podría sentir algo bueno por él, si saca lo peor de mi?
Me sentí mal anoche, descontrolada, como si algo en mi dominara mi pensar… no
lo amo Ethan, a quien amo es a ti.
Ethan la
observó por unos segundos, impresionado por haber enamorado así a un ángel,
estaba compitiendo contra un demonio de cientos de años, que además era famoso
mundialmente. Era el arcángel Gabriel, que se volvió malvado, pero… él era un
simple humano que había sido tocado por la gracia de Dios y veía almas que no
encontraban con facilidad su camino, por eso su ángel tuvo que bajar a
ayudarlo.
—No podremos
arreglar esto –susurró ella, mirando de nuevo hacia la pared.
Él jamás la había
visto así de desanimada, ningún ser la habia visto de esa forma, ni Gabriel en
el pasado o presente.
—Ya basta ¿no
deberías ser la que tiene siempre esperanzas?
—No sé quien
soy Ethan.
—Yo si –dijo
él, acariciando la espalda de ella, apoyando su cabeza en la tina mientras con
su dedo índice recorría su espalda –eres mi hermosa vecina, que no tiene idea
de nada realmente, no solo de quien es sino de muchas otras cosas.
—Eso es cierto
–dijo ella ahora mirándolo, apoyando la cabeza en sus rodillas –perdón por
todas las mentiras que dije, no sabía que inventar, este mundo es más complejo
de lo que pensé. No quería herirte, tan solo no creía correcto decirte la
verdad… aun, pensé que mejor era hacerlo en año nuevo. Todo se arruinó Ethan.
Él la quedó
mirando por unos segundos, dejándose llevar por esos pensamientos. Ciertamente tenía
un gran rencor porque ella había dormido con Gabriel, pero ¿Qué había hecho él también?
La había engañado, y no con un ser sobrenatural con el cual había tenido una
historia épica.
—Perdóname por
haberte llamado monstruo, no lo eres, soy tan idiota… —dijo negando,
sintiéndose avergonzado por su comportamiento.
Era cierto que
aun no ordenaba sus ideas sobre estos nuevos hechos, pero tenía lo más importante
ya descifrado: él amaba a Dana y no iba a permitir que nadie volviera a hacerle
daño.
— ¿Qué te ha
hecho cambiar de opinión? Ayer tu…
—Me visitó Eric
–dijo sintiendo un escalofrió al recordar como lo había intimidado –me contó
algunas cosas. Ahora entiendo que no es tu tutor realmente, ni Adam.
—No sabía que
decir, lo siento.
Ella sonrió
avergonzada, justo en ese segundo, cuando ella le entregaba esa expresión se
dio cuenta de donde conocía a Dana, su hermosa vecina que había resultado ser
su ángel guardián.
—En mis sueños,
tú eres quien se metía en ellos ¿no? —los
ojos de ella brillaron de emoción –haz estado conmigo toda una vida.
—Soy más vieja
que tu.
Eso hizo reír a
Ethan, era cierto que era mayor que él, pero se veía un par de años más joven.
—Creo que hay
muchas cosas de las cuales me tienes que hablar ¿no?
—Está bien.
Ella se puso de
pie, quedando desnuda y mojada ante él, quien la cubrió con una gran toalla. Al
verla con mayor atención, se dio cuenta de que había hematomas en su cadera. Él
toco aquellas marcas con suavidad.
—Sanarán
rápido, al ser de un demonio cuesta un poco más de tiempo.
—Y estas son
tus marcas –dijo tocando su brazo derecho –te quedan, creo que te asientan ¿son
por mi culpa o las tenias de antes?
—Son por ti, no
me arrepiento de tenerlas, aunque no me gusta que las toques.
— ¿Por qué? ¿Las
obtuviste al bajar aquí? –ella negó.
—Fue cuando dormirnos
juntos la primera noche, cuando lo hicimos.
Él levantó la
mirada para verla.
—Entonces son mías
–dijo sonriendo –no debería molestarte que las toque, entonces.
Ambos se
quedaron unos segundos en silencio. Ella pensando en buscar posibles soluciones
a su relación con Ethan, en cambio él trataba de no entregarse al pánico por
cada detalle nuevo que tenía.
—Vamos
–continuó él –es tiempo de ir a desayunar, calmadamente por primera vez.
Se sentaron uno
al frente del otro, bebiendo de su café y de un par de magdalenas que fue a
comprar Ethan. Ninguno decía palabra alguna, ambos divididos por un muro
invisible, manteniendo sus propios pensamientos solo para ellos. Ethan trataba
de encontrar la lógica a todo lo que sucedía, a las palabras de Eric y al
comportamiento de Gabriel. Mientras tanto, Dana pensaba en las últimas palabras
que le dedicó el demonio antes de irse, sobre como parte de su alma había recaído
en Ethan.
Ella levantó la
vista para observarlo. Ciertamente no era nada parecido a Gabriel, pudo haber
tenido parte de su alma, lo que para ella era inconcebible, pero aun así él era
único. Dios había jugado sucio con Gabriel, sin duda alguna, pero ¿Qué tan
importante había sido para ella que Ethan fuera así de especial? ¿Solo por eso
lo amaba? ¿Por tenia la parte buena de Gabriel? Eso era trágico y no creía
correcto hacerle eso a alguien, quitarle la oportunidad de arrepentirse, habían
condenado a Gabriel. Suspiró resignada, después de todo, los ángeles no tenían
muchas opciones.
Decidió que no
era correcto decirle a Ethan sobre tener parte del alma de Gabriel, no tendría
sentido, su humano seguía siendo él, sin tener semejanza al demonio, ni cuando fue
bueno o en la actualidad. Ethan se había vuelto en alguien único.
—Creo que
debería hablar con Adam, ir a verlo para saber qué hacer, cómo proseguir con
todo esto. No sé qué efectos tiene la mordida de Gabriel en mí, bebió de mi
sangre y eso puede ser peligroso, además necesito avisarles de que si quiere se
puede convertir en mi o en ti. Llegó como tú, horas atrás, tiene esa capacidad,
transformarse en otros con tan solo una gota de sangre.
Ethan se quedó
unos segundos mirándola, tratando de seguir la corriente de Dana, en tratar de
comprender sus palabras, pero se le hacía difícil. Era todo un mundo que no conocía,
en el cual tanto ella como él, estaban sumergidos.
— ¿Estás
diciendo que se puede transformar en mi? ¿Completamente?
—Sí, es como
verte en persona, no descubrí eso hasta anoche, otro ángel me dio esa
información –ella trataba de ir con cuidado, pero le era difícil.
Él no fue capaz
de imaginarse ese truco, en Gabriel luciendo como su hermano gemelo. De todas
formas pensó que eso tendría que descubrirlo más adelante, todo iba a
transcurrir de una forma extraña, pero lo había aceptado, para poder ayudar a
Dana.
— ¿Podrías ir
mañana? –pidió él, esperando a que ella aceptara.
La ángel caído
pensó la posibilidad, en las consecuencias de dejar a Adam sin mayor
información, pero se dio cuenta que no podrían hacer mucho si iba de inmediato
a informar a su guía terrenal. Le enviaría un mensaje de texto con los detalles
y luego vería cómo solucionar esto.
—Está bien
¿quieres hablar? –ella comió un poco de su magdalena, notando que sus Marcas
quedaban expuestas. De cierta forma se alegró de no tener que esconderle a
Ethan más información.
—Me estarías
haciendo un gran favor, para ubicarme en tiempo y espacio ¿sabes? Pero no
quiero seguir en este departamento, en esta ciudad, mi madre está de viaje ¿no
te gustaría dar un paseo hasta allá?
Ella sonrió, no
tenia deseos de hacer nada, pero tampoco le parecía contrariar a Ethan, además
del hecho que no deseaba quedarse en ese departamento tampoco, recordando a
Gabriel y la noche anterior. Sentía mareos ante los recuerdos.
—Me agradaría.
—Podemos comer
algo, conversar ¿sí? –ella asintió.
Terminaron su
desayuno en silencio, ella esquivando las miradas de Ethan y él pensando en
todo lo que estaba pasando, sin tratar de buscar detalles que lo llevarían a un
camino sin respuesta. Aun no podía cargar a Dana con preguntas. Estaba haciendo
todo lo posible para bloquear el hecho del engaño de ella.
La ángel fue hasta
su habitación y buscó algo de ropa para cambiar el pijama que tenia puesto.
Unos jeans color gris, una blusa blanca y un suéter que combinaba con la
bufanda caqui que se puso. Se abrochó unos botines, mirando hacia el espejo,
pensando en lo sucedido con Gabriel, como todo había dado un giro inesperado.
¿Qué iba a
hacer ahora? ¿Cómo iba a descubrir la verdad de su vida anterior?
Su cuerpo
temblaba ante el recuerdo de ella, bebiendo la sangre que había quedado en esa
cuchilla, solo por gusto, no era una vampiro, tampoco otro demonio, era una
Nephilim… como Arial y Lilia. Sin embargo había sido una de las que perdió el
rumbo, entregando su alma a la Oscuridad. De seguro en ese entonces había
utilizado su poder de forma ilimitada, volviéndose en un ser más demonio que
humano.
Cubrió su
rostro con sus manos, pensando en alguna solución, no podía acabar con Gabriel
porque no estaba a su nivel y tampoco sabía si podría ayudar a Ethan. Su
relación había acabado realmente, aunque él no hablara de ello, aunque no le
hubiera gritado y humillado… ella sabía que lo sucedido era algo irreparable.
Las mentiras, los engaños, todo lo desconocido para ambos era un obstáculo que crecía
cada segundo, un muro que los separaba. ¿Cómo no lo pensó antes? Una cosa era
guiar a Ethan para que ayudara a las almas perdidas, pero lo había sumergido en
un mundo que estaba vetado para los humanos.
Miró sus armas,
estaba a un lado del espejo, pero decidió que no tenían sentido. Tomó su bolso marrón
y se lo cruzo, era pequeño, justo lo necesario para guardar lo esencial.
Se dirigió
hacia la cocina, pero no había nadie, solo encontró una nota de Ethan, diciendo
que bajara cuando estuviera lista. Lo hizo… salió de su departamento con un escalofrió
recorriendo su cuerpo.
No alcanzó a
tocar el timbre de Ethan cuando la puerta se abrió, de ahí salió su secretaria.
Ambas mujeres se quedaron mirando sin ninguna expresión en particular.
—No sucedió
nada con él –aclaró la secuaz de Gabriel.
Zoe, siempre
indiferente a las emociones de esos humanos, deseosa de complacer los
requerimientos de Gabriel para obtener la vida eterna, decidió que no
insistiría con Ethan, si él la había rechazado era porque realmente estaba
enamorado de Dana, el ángel que había dejado todo para encontrarse con su
humano. El mismo ángel que tenia loco a su Gabriel, si jugaba bien su parte,
ella seguiría teniendo a su demonio mientras que Ethan seguía con su ángel.
Dana no le dijo
nada, solo entró al departamento, justo para cuando Ethan la miraba entre los sofás,
tan solo con una toalla puesta. Se había duchado y limpiado la sangre, se
despidió de Zoe y ahora se dirigía a vestirse. Aun era temprano y su secretaria
había despertado hace quince minutos.
—Me visto y
vamos –aclaró, sin dar mayores detalles.
Jeans oscuros y
un suéter gris que cubría su cuello, se puso una parka negra y salió de su
habitación. Ella se encontraba en la sala, no lo escuchó, oportunidad que él
aprovechó para observarla. Dana miraba a través de la amplia ventana, su rostro
se veía más pálido por la luz que entraba.
Se veía hermosa
¿Cómo no lo notó antes? Ella era fuera de este mundo, nunca había visto a
alguien como ella. Ethan cerró sus ojos por un momento, dejando que su mente se
abriera a lo desconocido, es por eso que cuando volvió a mirarla, varias llamas
de colores daban vuelta alrededor de aquella ángel caído, almas perdidas que
ella le había enseñado a aceptar. Lo había traído de vuelta a la vida.
Pudo
diferenciar como ella llevaba su mano hasta la mejilla, secando las lágrimas
que comenzaban a caer. No pudo seguir mirándola.
Se acercó hasta
ella, llamando su atención, ahora si lo había escuchado. Antes de que Dana
dijera una palabra, Ethan la interrumpió con un beso, sus labios se unieron de
forma superficial mientras que elevaba su mano derecha hasta el rostro de ella
y secaba las lágrimas que caían.
Ella sollozaba
y él solo la pudo abrazar, el llanto de Dana se volvió más descontrolado,
estaba desesperada por el dolor y por el infortunio de su destino, de cómo
desconocía su naturaleza y el terror que le causaba no poder acabar con Gabriel
porque él era mucho más fuerte que ella.
Las manos de
Ethan, acariciaban su espalda, su cabello, tratando de consolarla.
Ninguno dijo
nada por varios minutos, ella solo se quedo abrazada a él.
— ¿Estás más
tranquila? –susurró él contra su cabello.
—Lo siento
tanto Ethan –dijo ella volviendo a sentir sus lágrimas con menos intensidad,
controlándose –no quise hacerlo, yo…
—No hables de
eso –dijo él frunciendo el ceño, pensando en que el infeliz de Gabriel había
estado con ella. Buscó detenidamente una forma de calmarla –trato de poner eso
en perspectiva, sé que estoy enojado y quiero golpear la cara de ese infeliz,
pero… sé lo que has hecho por mí y es tan sorpréndete que el hecho de que hayas
tenido sexo con Gabriel, se ve disminuido en importancia.
Ella lo miró
unos segundos, asombrada por las palabras de Ethan.
—Ahora mejor
¿salgamos de aquí? –dijo sonriendo casi de forma imperceptible.
—Está bien
–ella asintió, sintiéndose mejor.
Ambos se
dirigieron hacia el estacionamiento mientras Ethan trataba de distraerla
hablando de Diego y de cómo lo había regañado por desaparecer anoche, se había
vuelto histérico al no encontrarlo por ninguna parte en el Lucifer.
—Entonces –dijo
Ethan cuando estaban en el auto — ¿enamorada de un humano? ¿Eso no es algo pervertido
entre los ángeles? Ya me viste de bebé y todo ¿no?
La mirada de
Dana le dio a entender que era demasiado pronto para bromear con algo como eso.
—Eric dijo que
no podrías vencer a Gabriel porque eres menor que él, pero no se refería a la
edad ¿cierto?
—Exacto, es
porque dentro de la jerarquía de ángeles estoy un escalón más abajo… de por si
siempre fui más débil que él y ahora siendo un demonio, las posibilidades son
casi nulas.
— ¿Por qué no
empiezas por eso? Quisiera saber la jerarquía de los ángeles.
Ella sonrió, sabía
que él estaba tratando de distraerla para que no estuviera triste.
—Bueno, se
divide en tres coros, los primeros son los mayores, ahí están los Serafines…
De esa forma
comenzó a relatarle todo sobre la jerarquía que había entre los suyos, bueno,
su antiguo bando ya que ahora era un ángel caído.
Gabriel estaba
sentado en el sofá de su gran salón, se había dado una ducha y puesto ropa
nueva. Estaba pensando en lo bien que había transcurrido su noche cuando entró
Zoe. Ella caminó hasta él con un rostro inexpresivo, sabiendo que él había
obtenido lo que quería, de otra forma no estaría con esa sonrisa en su boca.
—Buenos días,
preciosa –dijo guiñándole un ojo.
Ella se cruzó
de brazos.
— ¿Cómo te fue
con Ethan?
—Mal –respondió
de inmediato –no engañó a Dana, dormí tranquilamente en su dormitorio mientras él
se lamentaba por ella en el sofá.
— ¿De qué estás
hablando? –su ceño se frunció mientras se ponía de pie. Él contaba con esa
parte del plan.
—Creo que ser
un vampiro te hace tener excelente audición, ya me escuchaste Gabriel.
Ella retrocedió
cuando vio como él caminaba hacia a ella, pocas veces había visto al demonio de
Gabriel, siempre le sonreía seductoramente, logrando que ella hiciera lo que él
deseaba, pero ahora estaba viendo lo malvado que podía ser. Zoe chocó con la
pared.
— ¿Dónde están
ellos ahora?
—No tengo la
menor idea –dijo aprovechando el poco coraje que tenía.
Gabriel atrapó
el rostro de Zoe sin mayor problema, rodeó parte de su mandíbula con la mano.
Solo un poco de presión y podría acabar con sus huesos y hacer explotar la
cabeza de una de sus aliadas.
—No te has
esforzado ¿cierto? Solo dejaste que transcurriera la noche.
—Él ama a Dana
–respondió con dificultad –y ni siquiera tú podrás contra ello.
Gabriel golpeó
su cabeza con fuerza contra la pared. Zoe pudo escuchar como un pitido llenaba
su cerebro, no era capaz de enfocar la mirada. Solo un golpe y la había dejado
aturdida.
— ¿Crees que
esto es un juego? ¿Qué tu parte no importaba?
Ella no escuchó
con claridad las preguntas de Gabriel, pero eso a él no le importó, siguió
hablando.
—Necesitaba una
prueba de que esa conexión, con Ethan, no era tan fuerte como ella pensaba. No
has hecho tu parte y ahora ella debe estar derretida por el infeliz de ese
humano que volvió a ella, arrepentido ¡Después de llamar la monstruo! ¡A mi
Dana!
Las últimas
palabras acabaron con la paciencia de Zoe, estaba cansada de escuchar como
Gabriel hacía todo lo posible por tener a ese ángel con él. Ese demonio jamás había
sido de ella, lo pensó por un momento en su vida, pero luego de que Dana
llegara… nada había sido igual, estaba obsesionado con ella.
—A ti no te
importa nadie, ni siquiera ella… no hay nada bueno en ti ¿Cómo guardas
esperanzas por ese ángel? ¿Por haberla manipulado y haberla destruido al pasar
una noche con ella? ¿Ah? te has vuelto débil y patético por ese ángel.
Los ojos de
Gabriel se volvieron rojos por la furia que estaba sintiendo. Él no guardaba
esperanzas por nadie, ni siquiera por sí mismo.
—Esto es una lástima
–dijo Gabriel, soltando el rostro de ella y mirándola apaciblemente. Todo
rastro de furia había desaparecido –tendré que prescindir de tus servicios.
Ella no se
movió ni un poco.
—No tienes idea
–susurró Gabriel –de cuánto tiempo vengo trabajando en esos dos.
Zoe lo miró enojada
y altanera, con su espalda muy recta. Ella sabía muy bien lo que Gabriel había
hecho con Ethan y Dana.
Por unos
segundos volvió a una noche, la única donde Gabriel le había hablando
sinceramente.
Zoe estaba recostada en la cama, negra, con
sabanas de seda. Observaba a Gabriel que estaba de pie, solo con su ropa
interior, mirando hacia la ventana. Siempre hacía lo mismo luego de tener sexo
con ella, parecía absorbido por sus propios pensamientos, pero aun así se veía
fuerte, invencible e inmortal. Lo que ella amaba de él y esperaba obtener de
ese demonio, deseaba la inmortalidad.
En ese mismo momento un ángel estaba siendo
ayudado por humanos a kilómetros de distancia… y Gabriel lo podía sentir, a esa
distancia.
— ¿Qué sucede? –preguntó ella.
—Una vieja amiga ha llegado.
— ¿Amiga? –Él se giró a verla, sonrió
levemente y después se concentró en la ventana — ¿ese ángel que has estado
esperando?
—Ella misma. He esperado por mucho tiempo
este momento, deseaba verla antes de que se vuelva un Arcángel.
—Pero es tu enemiga ¿Cómo deseas eso?
—Las cosas no son blanco y negro, Zoe
–Gabriel se cruzó de brazos, sus bíceps se marcaban bajo la poca luz que
llegaba de la ventana –hace nueve años que espero a que se decida y baje de una
buena vez, no existe otra posibilidad de verla si no baja ella misma.
— ¿Tan solo nueve años? Pensé que al ser
eternos la conocías de mucho antes –Gabriel suspiró, deseando haber encontrado
a otra mascota para entretenerse.
—La conozco de mucho antes, tan solo creé un
plan hace nueve años para hacerla bajar –él se giró nuevamente para ver a Zoe
–debes entender que en los detalles está la clave para obtener lo que deseas.
—No te entiendo, Gabriel –dijo ella
frunciendo el ceño.
—No me sorprende, te explicaré. Mi amiga, es
guardián de un humano… persona que no ha salido como todos esperaban, necesita
ayuda directa, digamos que la muerte de su padre lo afectó mucho… podríamos
decir que los frenos de su camioneta no estaban muy buenos, se volcó bajo una
horrible tormenta mientras iba a ayudar al hospital.
Zoe conocía desde hace años a Gabriel, sabía
lo que deseaba decir con pocas palabras y si no había entendido al comienzo,
ahora vio con claridad lo que ese demonio estaba hablando.
— ¿Qué tiene de especial ese humano para que
hayas matado a su padre? –Gabriel sonrió, agradeciendo a que su mascota no
fuera tan tonta.
—Puede ver almas, lo han pedido desde abajo
y también lo desean los de arriba.
—Pero muchos humanos tienen ese don ¿Por qué
él?
—Porque no lo quieren solo por su don, lo
desean por el efecto que tiene en mi amiga.
—Ella lo ama ¿no? –Zoe sonrió al pensar en
un ángel cayendo a la tierra solo para estar con un humano.
—Así es.
— ¿Y qué sentido tiene hacerla venir hasta acá?
—Demostrarle que ella no solo ha amado a ese
humano, es tiempo de jugar en igualdad de condiciones –Gabriel volvió a girarse hacia la ventana,
notando como la lluvia volvía a caer.
— ¿Y cómo estás controlando al humano del
que hablas?
— ¿Por qué crees que estás trabajando de
secretaria, Zoe? Tu papel en todo esto es muy importante y ya verás por qué, tú
eres especial para mí.
Sin esperar un segundo él llegó hasta ella,
sorprendiéndola. La besó sin preámbulos y la sumergió en un sueño de placer.
Esos segundos
de aquel recuerdo solo le hicieron ver la verdad. El real motivo de porque ella
era especial e importante en la vida de Gabriel apareció ante sus ojos. Nunca había
pensando en que él la amara, pero si creía que era alguien dentro de la vida
del demonio, no solo una pieza de ajedrez.
Antes siquiera
de poder decirle algo, Gabriel se volteó para verla, estaba mirándola con esos
ojos apacibles que usaba al esconder sus verdaderas emociones. Se cruzó por un
segundo de brazos, pero después acercó su brazo derecho hacia ella, aunque seguía
apoyándolo en su cuerpo. Sin más expandió sus dedos.
Zoe sintió como
su cuerpo no respondía, como sus extremidades se extendieron y salió volando
hasta chocar contra la pared. Gabriel levantó un poco su mano derecha y así
mismo fue elevándose el cuerpo de ella, que lo miraba aterrorizada.
Haberse dejado
beber por él tanto tiempo había traído consecuencias, sobre todo cuando aquel
demonio también dominaba la telequinesis, pero más que objetos inanimados usaba
la energía de objetos tanto vivientes como no. Le tomó años aprender dicha
habilidad.
Gabriel la
apuntó como si su mano fuera un revolver. Entrecerró los ojos y sonrió, como si
estuviera tratando de alinear su arma con el cuerpo de Zoe, que estaba contra
la pared a un par de metros de altura.
—Es una
verdadera pena –dijo él mientras su dedo índice bajaba centímetro a centímetro,
a varios metros de donde se encontraba su víctima. A esa distancia podía partir
el cuerpo de Zoe sin ningún problema.
El vestido de
Zoe, color azul, se fue volviendo negro mientras su pecho se abría bajo el
mandato de aquel demonio. Sus gritos no se escucharon porque fueron silenciados
por esa misma fuerza oscura que estaba abriendo su cuerpo en canal.
Con su mano
libre, Gabriel hizo que el salón fuera envuelto por una música fuerte y que
acaba con los oídos de Zoe.
La sangre de
aquella humana fue manchando y cayendo por la pared color gris mientras sonaba
la canción Liar Liar de Avicii.
Gabriel odiaba
cuando la gente gritaba de dolor bajo sus manos, así que subió el volumen de la
música a máxima potencia mientras se
comenzaba a mover al ritmo de la canción. No estaba de tan mal humor, ya que el
error de Zoe podría ser garrafal, pero el daño con Dana ya estaba hecho, de
todas formas… la humana ya no le servía.
Apunto sus dos índices
hacia ella y como un cirujano, a diez metros de Zoe fue abriendo cierta parte
de su pecho mientras ella lo miraba con horror. Con un solo movimiento el corazón
de Zoe quedó al frente de sus propios ojos.
Ya no gritaba en
silencio ni había horror en su mirada, solo unas lágrimas cayeron de sus
mejillas mientras su vida se esfumaba a manos de aquel demonio.
Gabriel se giró
y dejó caer el cuerpo a su espalda. Caminó hacia la ventana al ritmo de la
música. Tomó su celular y marcó rápidamente.
—Vengan a
limpiar esta basura.
Sin mirar siguió
observando hacia la ventana mientras a su espalda aparecían asquerosos
demonios, como si fueran perros deformes y se lanzaban por los restos de Zoe.
Gabriel seguía
odiando a todo ser humano que se mezclara con demonios.
—Es el turno de
Ethan –susurró, sabiendo a donde se tenía que dirigir –es hora de acabar con la
tregua ¿no, Eric? –miró hacia arriba, sabiendo que aquel Dominacion debía estar
escuchándolo.
—Sabias
palabras –dijo Eric a kilómetros de distancia, en otra dimensión mientras
observaba los pecados que cometía Gabriel.
Las horas
comenzaron a pasar y Ethan estaba tan sorprendido por escuchar las palabras de
Dana que trataba de no caer en algunos prejuicios, ni siquiera sabía como podía
comprender las palabras de ella, pero decidió no malgastar aquel día en esos
detalles. Trató de distraer al ángel de todo lo que había pasado el día
anterior, tan solo recordaron a los ángeles caídos que los salvaron y la muerte
de Liam.
La lluvia
comenzó a caer, atrayendo a Dana por enésima vez, se acercó a la ventana de la acogedora
casa donde Ethan había vivido la mayor parte de su vida. Puso atención a como caían
las gotas, a como chocaban contra el vidrio. Sabía que su humano estaba
haciendo todo lo posible para distraerla, incluso le había cocinado… unos
fideos que no estaban muy bueno, pero que comió igual. Le gustaba haber
escapado de la ciudad para ir hasta el campo de la familia Harris.
Todo el día
debería ir de maravilla si nada hubiera ocurrido anoche, si ella le hubiera
confesado a Ethan aquella información, sentados en su sala, quizás hasta
bebiendo una copa de vino para los nervios. Si él no hubiera visto a Gabriel,
si no la hubiera llamado monstruo… si ella no hubiera caído con Gabriel.
Necesitaba acabar con ese demonio, pero no tenia las herramientas para lograrlo.
Dana sintió
como era observada por Ethan, había contestado a todas sus preguntas e incluso
le había hablado de lo sucedido con Gabriel hacía ya años, cuando estaban ambos
en la tierra de los ángeles, le informó sobre Sophia y Quentin, se vio sorprendido
al enterarse de que eran ángeles custodios de Diego y Emma.
Ella por alguna
razón sintió que su corazón se encogía al verlo; él no había gritado, ni
tratado mal por haber dormido con Gabriel, era cierto que él también había sido
infiel hace un tiempo atrás, pero no coincidía con el carácter de Ethan, él no
era sosegado y tranquilo, todo lo contrario, era impulsivo y su carácter se
veía afectado por diferentes hechos que pudieran ocurrir en el momento. Era
inestable y ella lo sabía, se había enamorado de él así, pero algo estaba
dejando pasar.
—Aun no puedo
creer que Eric se te haya presentado, no le agradas mucho –dijo ella.
—Lo vi antes,
cuando nos encontró besándonos ¿recuerdas?
—Sí, pero ahí
estaba como humano, se te presentó como ángel… eso es algo importante.
Ethan levantó
los hombros, quitándole importancia. Claro que había un hecho especial y estaba
en su bolsillo trasero, aquella tarjeta dorada que le había entregado aquel
intimidante ángel llamado Eric. Sin embargo él no quería arruinar las cosas
aun, sabía que existía un momento en el día para poder entregarle aquel mensaje
a Dana. No faltaba mucho, ya que estaba anocheciendo.
—Me gustaría
tener la posibilidad de protegerte –esas palabras sorprendieron a Dana.
—Que cosas
dices –se acercó hasta él –tu me proteges ¿no ves? Me has cuidado hoy de una
forma casi increíble.
—Hablo en serio
–Ethan observó los ojos miel de ella –no tengo la fuerza suficiente para
defenderte, si alguno de esos tipos raros vinieran ahora me lanzarían contra la
pared y me matarían con un golpe. No son humanos.
—No hay
necesidad de pensar en ello, yo te protegeré de cosas no humanas y tú de las
mundanas ¿sí? –él sonrió, sintiendo su dignidad caer hasta el suelo.
—Está
atardeciendo ¿quieres dar un paseo?
— ¿Y después
cenamos? Creo que deberíamos volver a casa y pedir algo para comer –dijo
sonriendo.
—Sé que cocino
mal, pero quiero un poco de aire ¿tú no?
Ella frunció el
ceño, la sonrisa que él estaba poniendo era falsa. Lo conocía muy bien.
—Está
lloviendo, Ethan.
—Te has enfrentado
a cosas peores, ven.
Él se adelantó
y ella pudo sentir un escalofrió al ver el trasero de Ethan y no por deseo, sino de miedo al ver que llevaba una
tarjeta dorada en el pantalón.
Los Serafines habían
dado su sentencia y su humano estaba enterado de ello. Ella no pudo contener un
pensamiento de traición por parte de Ethan, le estaba escondiendo algo muy
serio y era porque Eric se lo había pedido ¿Por qué se estaba aliando a él?
¿Qué más sabia Ethan que ella no?
Ambos salieron
de casa, bajo la protección de un paraguas que Ethan consiguió. Ella no decía
palabra alguna mientras caminaban, solo se aferraba a la mano de su humano,
deseando que él dijera la verdad con rapidez. Esto no era como haber escondido
su identidad, Ethan le estaba ocultando una sentencia que podía llegar a ser la
muerte.
Dana se detuvo
sin poder controlarlo, llevó una mano a su pecho, teniendo esas horribles
imágenes de haber estado con Gabriel en un pasado, de haber matado a seres
humanos solo por gusto, de haber sido realmente mala, algo estaba sucediendo en
su pecho, en su corazón.
— ¿Qué sucede?
–preguntó Ethan, alarmado por la expresión de ella. Lucía asustada.
—Tú me escondes
algo –dijo sin más, nunca había sido buena escondiendo sus preocupaciones — ¿me
han condenado, cierto?
Él no tuvo que
escuchar palabra alguna para saber que ella había descubierto la tarjeta que tenía
guardada en su bolsillo.
— ¿Me vas a
entregar, Ethan? –los ojos de Dana se llenaron de lágrimas. Se alejó de él,
soltando su mano y retrocediendo unos pasos –eso te pidió Eric ¿Qué me
entregaras a los Arcángeles?
— ¿De qué estás
hablando? Jamás te entregaría a nadie que te hiciera daño. Todo saldrá bien
–Ethan le extendió su mano.
Dana lo observó
por unos segundos, sorprendida por no haber seguido a Ethan de inmediato, pero
controló el deseo de salir corriendo mientras el aire comenzaba a disminuir. Se
sentía extraña, justo donde sus alas se expandían su piel picaba y las imágenes
de su pasado estaban calando en lo más profundo de su cerebro. En todo el día había
sido distraída por Ethan, pero ahora… estaban dirigiéndose a un lugar a hacer
algo que ella no comprendía. Sabía que le estaban escondiendo algo.
—Dana…
—Algo está mal
–dijo ella mirando a sus lados, presa de una paranoia que iba creciendo a cada
segundo –me siento extraña.
Ethan se dio
cuenta que debía apresurarse, que debía convencerla de seguirlo. Podía
entregarle esa tarjeta dorada ahí mismo, pero no deseaba hacerlo en un lugar
tan corriente, quería llevarla debajo de ese sauce que habían compartido una
vez y tantas veces siendo ella un ángel que él no podía ver.
Sin darle
tiempo de reaccionar, se acercó a ella y la besó. Dana de inmediato rodeó el
cuello de él mientras dejaba que sus labios siguieran los movimientos de Ethan.
Poco a poco se fue calmando hasta sentirse tranquila.
— ¿Qué me está
sucediendo? –susurró contra los labios de él.
—Confía en mi ¿sí?
–le dio un corto beso, logrando que los ojos de ella brillaran por él.
—Está bien.
Tomó la mano de
Ethan y ambos se dirigieron hacia el sauce, les tomó varios minutos llegar, ya
que iban a pie y con la molesta lluvia. Ella se aferró a la mano de Ethan,
sintiendo el mismo malestar que antes mientras Ethan recordaba las palabras de
Eric.
Se apoyó contra la pared, mirando a aquel
ángel sin poder creer en las palabras que le decía. Toda la historia de Dana y
de cómo él, solo él podía ayudarla. Sus puños chocaron con la pared al darse
cuenta que en parte ella se había enamorado de él por tener todo lo bueno que
alguna vez tuvo Gabriel.
— ¿Qué significa esto? –Preguntó Ethan — ¿es
qué acaso no soy humano?
—Claro que lo eres, tan solo es como si
fueras hermano de Gabriel, en un tiempo él tuvo un alma, tan poderosa como
pocas, pero al entregarse a la Oscuridad, Dios le arrebató, como castigo, todo
lo bueno que tuvo alguna vez… y lo hizo recaer en ti, tienes la parte buena de
Gabriel, además de tu propia alma. Serias bastante poderoso si no fueras
humano.
—Es por eso que ella dejó todo allá arriba
–dijo un tanto confundido por toda esta situación — ¿cree qué soy él?
—Por supuesto que no, Dana no es idiota, tú
te has vuelto único como todo ser humano, a través de los años, ella se ha
encargado de ello, aun siendo ignorante de que tienes lo que ella amo en un
pasado.
—No tiene sentido.
Eric se molestó, no estaba acostumbrado a
tratar con humanos, él había pasado rápidamente por la categoría de Ángel
Custodio y eso había sido hace mucho tiempo atrás.
—Claro que no tiene sentido para ti, eres un
humano, pero créeme… soy un ángel ¿quieres qué expanda mis alas de nuevo?
— ¡No! –A Ethan le aterrorizaban las alas
–entonces ¿Qué debo hacer?
—Ella ha comenzado a recordar, lo que es
malo, sigue siendo un ángel, tan solo abandonó la Luz por un tiempo… pero sigue
siendo especial y si muere, no podemos borrarle la memoria como cuando murió
siendo un Nephilim –Ethan sintió rabia al recordar a Eric, describiendo la
muerte de Dana cuando fue una Nephilim, lo había encontrado trágico e injusto
–ella se puede volver peligrosa y tu eres el único que la puede controlar, él
único que puede darle tranquilidad… te seguirá a donde sea.
— ¿Peligrosa? ¿Estamos hablando de la misma
Dana?
—Ethan, tu no la conoces en realidad y
tampoco viste como fue en un pasado… solo la hemos dormido por años, le dieron
la opción de nacer de nuevo, pero si llega a revelarse ese lado de ella. Ni
siquiera tú podrías estar a salvo contra su sed de maldad y si es demasiado
tarde y Gabriel la encuentra, tendremos una época de caos solo por gusto.
Ethan se volvió a apoyar en la pared,
mirando hacia el techo, esperando alguna ayuda divina, pero después se dio
cuenta que la ayuda divina estaba en su habitación, destrozada por culpa de un
demonio.
—Tienes hasta medianoche para decidir si
ayudarás. Recuerda, no es hasta que entregas tu alma que la pierdes, te
necesitamos.
El sauce estaba
tan grande como lo habían dejado, la lluvia había aumentado, así que corrieron
a resguardarse.
—Bien –dijo
ella, aun asustada, mirando a Ethan sin soltar su mano — ¿es malo? ¿Pudiste
entender las letras? Los humanos no entienden nuestro idioma, nuestros
escritos.
—Pude leerlo y…
no es malo –aclaró él, que en cierta forma era horrible lo que iba a suceder,
pero no era malo, no para ella.
—Dilo de una
buena vez ¿sí? quiero escucharlo ¿vendrán por mí? –ella estaba asustada, como
nunca en su vida. Los Serafines se caracterizaban por ser muy estrictos y no
simpatizantes de los Arrepentidos o de cualquier ser que fuera en contra de las
reglas –he hecho todo mal.
—No, nada de
eso –él llevó una mano al rostro de ella y con el pulgar acarició los labios de
Dana. De un momento a otro su corazón comenzó a latir con una rapidez que no
esperaba, también estaba asustado –has hecho mucho por mi ¿no era ese tu
trabajo? Lo has hecho excelente.
— ¿Estas
bromeando? –Los ojos de ella se abrieron sorprendidos — ¡me van a quitar las
alas! ¿Es eso?
—Claro que no.
—Quiero ver ya
Ethan, entrégame esa tarjeta o te la quitaré, además me siento fatal, tengo
esas imágenes de antes dando vuelta en mi cabeza y una sensación extraña en mi
cuerpo. No me gusta.
—Dame unos
minutos más ¿sí?
— ¡Quiero
saber! –por unos momentos los ojos de Dana se volvieron negros como la noche
sin estrellas que había sobre ellos.
Él de inmediato
se acercó a ella y le sonrió, para tratar de distraerla. Ella volvió a mirarlo
con sus ojos miel.
—Ethan, algo va
mal conmigo, pero no sé qué –dijo ella
mirando hacia los lados, esperando que saliera un par de ángeles para alejarla
de Ethan, sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Shh.
Ella lo miró
confundida y asustada.
—Te amo, no
puedo creer todo lo que has hecho por mí –susurró él.
Eran
exactamente esas acciones que habían salvado a Dana de la furia que había
tenido Ethan al darse cuenta que ella había pasado la noche con Gabriel.
Él volvió a
recordar las palabras de Eric, pensando en lo horrible que serian los próximos
meses de su vida.
— ¿Me necesitan? ¿Qué sucederá con ella? –de
cierta forma le pareció que Eric lo miraba con lastima.
—Ella ha pecado contigo y además de ello
algo más importante ha sucedido, ha comenzado a recordar, debemos borrar su
memoria para controlarla.
— ¿Qué? –Ethan rió, sin poder creer lo que
escuchaba –no pueden hacerle eso, no es justo y si temen tanto de ella deberían
mostrarle lo que ha hecho, para que ella decida ser quien desee ser.
—No entiendes, es esto o acabara condenada
como Gabriel.
Esa palabra no le gustó a Ethan.
—Incluso peor –siguió el ángel –condenada
como Lucifer, pedirán su cabeza por la seguridad de todos. Fue ella misma quien
aceptó la Orden y se volvió un ángel, Ethan, no tiene las mismas libertades que
tu.
—Ella… olvidará todo lo que sucedió entre
nosotros –susurró, dándose cuenta de las verdaderas palabras de Eric.
—Sí, pero eres en parte su alma gemela,
cuando se vuelvan a encontrar todo se dará naturalmente, es la regla ¿sabes?
— ¿Así de bien como se dio con Gabriel?
–Ethan se estaba molestado, no sabía qué hacer respecto a toda esta nueva
información.
—Ellos dejaron de ser almas gemelas como también
el amor del uno por el otro ya ha desaparecido, en sus tiempos fueron muy
unidos pero ninguna pareja es irrompible, sobre todo cuando dejan ser ellos
mismos.
—Entiendo.
—Ella te necesita ahora, Ethan. Esta en tus
manos el futuro de todos, arriba no permitirán que alguien como ella ronde el
planeta y la Oscuridad tampoco permitirá que te quedes con Dana, sé más astuto
que Gabriel.
Tensó su mordida, estaba entre la espada y
la pared. Él quería que ella se quedara, pero por lo visto estaría en peligro
si lo hacía, pero tampoco deseaba elegir algo que no debía, era decisión de su
Dana.
—No soy quien para decidir esto, no tengo
autoridad, no soy su dueño… solo la amo.
—Y ella a ti, por eso mismo no querrá irse.
Se pondrá en peligro una vez más, por ti.
Unos segundos más bastaron para que
finalmente respondiera.
—Está bien –susurró.
—No llores –le
dijo al oído Ethan. Secó con cuidado las mejillas de Dana, con sus manos.
— ¿Nos estamos
despidiendo? ¿Me van a llevar, cierto? ¡No importa, yo volveré, puedo hacerlo!
Ethan tomó la
tarjeta dorada, era de un material extraño que jamás había tocado. Antes de
entregársela a Dana él la miró sonriendo. Nunca en su vida se habría imaginado
estar en una situación como esta.
Dana le quitó
la tarjeta a Ethan, ya no podía esperar más. Al abrirla su corazón se detuvo,
sintió que su alma llagaba a sus pies y comenzó a temblar.
El mandato para el Ángel Custodio, Dana,
será volver a donde pertenece, recuperar el tiempo entregado a diferentes
actividades fuera de las establecidas y volver como una guerrera de Luz a la
Tierra. Su memoria será restablecida, en cuanto sea ascendida y la ira
recuperando a medida que se rencuentre con su alma gemela.
El mandato se ha de cumplir al momento de
terminar de leer esta sentencia.
Noelia S.
—No, no, no
–dijo ella cuando la tarjeta se convirtió en cientos de gotas doradas y
desaparecieron de sus manos — ¡Ethan! ¿Cómo has aceptado esto?
—No me olvides
¿sí? te amo y nos volveremos a encontrar.
— ¡No! ¡Ethan!
–Dana lo observó sorprendida y enojada, se sentía traicionada — ¿Por qué no me
dijiste esto antes?
Él ni siquiera
pudo responder, su ángel estaba comenzando a brillar ante sus propios ojos.
—Lo harán de
nuevo –dijo ella, dándose cuenta de lo que había ocurrido en el pasado, de cómo
no había sido capaz de recordar su vida con Gabriel… ahora sucedería lo mismo
con Ethan.
Sin controlarse,
lo abrazó, tratando de quedase con él, pero ya no tenía control de sí misma.
Sus alas se expandieron mientras su cuerpo se iba volviendo en luz por
completo. Las lágrimas que corrían por sus mejillas eran brillantes gotas de
agua salada.
Ethan la
presiono contra su cuerpo, tratando de que no fuera a ninguna parte, pero era inútil
y él lo sabía. Llevó su mano hasta el rostro de ella e hizo que lo mirara, sin
poner atención en las gigantes alas que salían de la espalda de su Dana, podía
sentir como las plumas le rozaban los brazos y le provocaban escalofríos.
—Te amo –le
dijo de nuevo, antes de besarla por última vez.
Ella no alcanzo
a responder, solo tuvo que pestañear una vez para finalmente no ver el rostro
de su Ethan.
Miró hacia su
alrededor y supo de inmediato en qué lugar se encontraba.
— ¡No! –gritó
hacia el cielo color pastel que había sobre su cabeza, pero antes de que
pudiera decir otra palabra cargada de furia pudo ver como un ser acercaba a
ella, movía sus alas de forma suave, cubría su rostro y sus pies. Un Serafín.
Llego a un par
de metros de ella y dejo que viera su rostro, un hermoso rostro dejaba expuesta
a la mujer que tenia aquel cargo, su cabello blanco caía hasta más allá de sus
codos.
—Mi nombre es
Noelia, bienvenida Dana.
No respondió,
miró hacia otro ángel que se acercaba a ella, no era un Serafín, pero si la
sorprendió más que Noelia.
—Por fin nos
conocemos, Dana.
—Leonardo
–susurró el ángel caído al ver a quien había sido padre de Ethan en la tierra.
Nadie dijo
palabra alguna ya que Noelia comenzó con la ceremonia para borrar los recuerdos
de Dana antes que despertara su mitad demoníaca.
Ethan se quedó por
media hora en el mismo lugar después de haber visto como Dana desaparecía,
desfragmentada en pequeñas luces que se fueron con el viento hasta evaporarse
por completo. Había sido lo más hermoso y triste que había visto en su vida.
—Entonces, ya
hiciste tu parte.
Ethan se giró
hacia la dirección desde donde venia la voz. Lo conocía y sabía que vendría por
él.
—Supongo que
Eric te explicó todo detalladamente para que estés aquí ¿estás dispuesto a
seguir, solo por ella?
Tensó su
mordida al ver aquello ojos rojos. Eric le había advertido que tendría que
sacrificarse, que tendría que estar al nivel de Dana, aunque fuera en el bando
contrario, que sería recompensando por esa valentía, por dejar su vida atrás y
volverse en un demonio, que su alma no estaría vendida a Lucifer hasta que él
no se entregara por completo a la Oscuridad.
Sin embargo
¿podría ser un demonio con un buen corazón, si este ya no latía?
—Hazlo de una
buena vez.
Gabriel tensó
su mordida y observó con soberbia a Ethan, que estaba arriesgando todo por
Dana, exactamente como él lo había hecho en el pasado. Este plan había sido
creado años atrás, solo era una tregua que se acababa en este momento, cuando
Ethan pasara a ser parte de la Oscuridad, lo que era beneficioso para ambos
bandos, ya que lograrían que Dana se volviera en arcángel y que sus jefes lo
dejaran tranquilo por haber obtenido al humano. Todos necesitaban que Dana se
diera cuenta del engaño, de la traición y de cómo ambos bandos habían jugado
con ella. Por lo menos eso tenía planeado Gabriel.
—No necesito un
enemigo detrás mío –aclaró Gabriel, avanzando unos pasos –tengo que hacer el
juego justo para ambos bandos, debe haber balance para que tanto la Luz como la
Oscuridad luchen por sus objetivos.
— ¿De qué
demonios estás hablando? –preguntó confundido Ethan, algo no iba bien, algo que
Eric no había dicho o no sabía.
—Azazel
–susurró Gabriel.
Justo después
de decir aquel nombre un hombre, de traje azul oscuro apareció al lado de Ethan
y lo tomó por el cuello, lo levantó un par de centímetros y sin ninguna
dificultad enterró la aguja justo al nivel del corazón de Ethan, quien gritó
con todas sus fuerzas por el gran dolor que le provocó aquel demonio.
—Justo lo
necesario ¿no? –preguntó Gabriel, quien no deseaba que Ethan perdiera por
completo la memoria, solo todas las imágenes que involucraran a Dana –ahora si
hablamos de un juego limpio ¿no crees? –dijo sonriendo a Azazel.
—Sin duda
alguna ¿lo morderás? –preguntó con una sonrisa el demonio mientras Ethan se
removía sin fuerzas producto de la sustancia negra que recorría su cuerpo a una
velocidad vertiginosa.
—Un trato es un
trato –dijo acercándose a Ethan, para morderlo justo en su cuello –es hora de
que te hagas un hombre.
Bebió la sangre
de aquel humano hasta que fue acabando con su vida, pensando en cómo resultaría
todo desde ahora en adelante. El casi imperceptible latido de Ethan hizo que se
separara de su cuerpo para después morder su propia muñeca y darle de beber su
venenosa sangre que tras unos largos minutos hicieron que el cuerpo de Ethan
volviera a la vida.
—Vas a tener
que entrenarlo –aclaró Azazel, sonriendo al ver que Ethan ya se había
convertido.
—Así es –dijo
de mala gana Gabriel.
Entre la oscuridad
que ofrecía ese amplio sauce, se pudo ver con claridad como dos ojos rojos
nacieron entre dos seres demoníacos, sin siquiera recordar el rostro de la
persona que hace minutos atrás amaba con toda su alma, por quien había dejado
su vida y por quien habría hecho cualquier cosa con tal de que obtuviera su
felicidad.
— ¿Quién es
Dana? –preguntó Azazel, para comprobar si aquel veneno funcionaba.
— ¿Quién es
ella? ¿Qué está sucediendo? –dijo Ethan alejando el brazo de Gabriel con un
solo movimiento.
—Es nuestro
turno de ganar –sonrió Azazel.
“Es hora de que
esto acabe” fue lo único que pensó Gabriel.
Continuará…
En los próximos días estará el epilogo, que contiene información sobre la proxima temporada, despues de tanto hablar que no la haría, sus votos en la encuesta me son ya suficientes para hacerla. Sin embargo, quiero que tengan una idea sobre como será ya que... descansaremos un poco de Dana y Ethan, es el turno de ver a otros personajes brillar mientras estos dos estaran siendo fuera de combate. Muchas gracias a quienes comentaros antes (fanfiction) durante y ahora en estos dos ultimos capitulos, muchas gracias. Gracias tambien a Iria porque siempre estuvo disponible para revisar los capitulos, siento si este tiene fallas pero tambien queria que ella lo tuviera como sorpresa en el blogger, igual que ustedes.
Espero que sigan votando si no lo han hecho, de verdad y que dejen comentarios porque es tan deprimente estar emocionada entregando capitulo y que pase sin gloria ni nada. ¡que esten bien y gracias por leer!
¡Que tengan un feliz año nuevo! adiós 2013
TANTAS EMOCIONES EN UN CAPITULO.... AMO ESTAS SENSACIONES *.*
ResponderEliminarGabriel eres MALO, MUY MALO....
esperando la proxima temporada, mordiendome las uñas....
Coudy.
;_________; solo una cosa.... PUTA LA WEA! :ccccc
ResponderEliminarGabriel maricon u.u ahora tendran qe conocerse de nuevo y y y y y :c cada uno en bandos distintos :'ccccc no me agrada eso, Dana los qerrá mataar :cccccccc ñoñoñoñoño no es justo u.u nose como se podrán arreglar las cosas ahora :c no se me ocurre nada u.u
Segunda temporada :D eaea! eso me agrada y me sube el animo :c ... y me agrada MUCHO qe se trate de los otros personajes :D siento se ve viene muy bueno por esos lados tbn :3
Gracias Danii por subir el capi hoy >o< mñn no lo hubiese podido leer... o almenos no tranqila como ahora xD
qe tengas un feeeeliz añito nuevo tbn :3 <3
Oohhh por dios que paso ... todo sucedio tan rapido.. ay!! Suufrooo... bien Daan... esta idea loca tuya me encantaaa... espero ese epilogooo.... nos leemos.
ResponderEliminarmori, literalmente mori, es mejor que cualquier libro que haya leido ahahaha me voy arrancar el pelo y me quedare sin uñas jajjaja excelente dany, excelente me has dejado sin palabras
ResponderEliminarok veamos las cosa con claridad Gabo, se enamoro de un medio demonio y este lo hizo caer, el se convirtio en demonio para estar con ella y se la quitaron y la volvieron angel ok estamos bien hasta ahora pero por que diablos tenian que volver demonio a mi pequeño Ethan que es un amor ahhhhhh no eso no esta bien no me agrada que le haya pasado eso y que pasa cuando se convierta en arcangel Dana lo va a matar o que????? se van a enamora seguiran juntos????? mi cabeza esta en todas partes solo espero que el lado bueno de gabo este todavia intacto en Ethan y que no se convierta en un demonio malo muy malo ahhhhh saludos
ResponderEliminarAy!!!! Pobrecitos... no poder estar juntos porque a los demas no les conviene y encima ni siquiera poder recordarse el uno al otro... No fue un final feliz para nadie.
ResponderEliminarAhora a esperar que la proxima temporada no demore tanto y, que todo esto no resulte tan malo como parece.
P.D.: no me gustaria ser Zoe en este capitulo :s
Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!!!!!
ResponderEliminarFría, así me dejaste.
Odio q no nos dijeras todo y amo al mismo tiempo q no lo hicieras jajaja.
Mierdaaaaaaaaaa!
Que bueno q primero me leí el capitulo de los Lenardis.
Osea q intenso, fue una montaña rusa de principio a fin y me sacaste lagrimas, mi mamá piensa q estoy loca jaja y yo así de "mamá esq Dana y luego Ethan y Gabriel T____T" Nooooo La verdad no se ni q decir, Dana resulto ser una Nephils (perdón si no se escribe así) y no solo eso, si no q es una poderosa. Ethan es la parte buena del alma de Gabriel y mi demonio ahh ¿viste como mato a Zoe? me quede 0_o q malo eres mi amor. Ethan se volvió malo para salvar y ayudar a Dana y noooo.
Probablemente no se entiende ni la mitad de mi comentario pero me dejaste en shock!!
Yo me largo por mi café jaja
Muchas gracias por el INCREÍBLE capitulo, tu tienes ese don de dejarnos en un suspenso cn cada historia q haces q es maravilloso.
Feliz Año Nuevo!!
Espero q todo lo bueno q sembraste en este 2013 lo coseches cn éxito el 2014.
Te mando un beso, un abrazo y nos seguimos leyendo!!!!
CONCHESUMADREEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE DANIII!!!!
ResponderEliminarHija de tu madre!!! Lo volviste a hacer!!! BITCH!!! jhasdjkhasjdhaskdas
Me sentía preparada, en serio!!! me acoste de hecho pa no caerme de raja!
Mientras iba leyendo, me preparaba, o sea, vi venir que con quien tenia cuchi cuchi era el hijo de su demonio de Gabriel, luego me preparé para el post relacion terminaba de Dana con Ethan. La wea que me dejo como marcando ocupado, fue del castigo de Gabriel, lo veía venir, pero... lo analizaste muy bien XD
Despues... Nooo!!! después me hice caca... asjhkdkjhasjhkdjksa Sospechaba de Eric, pero todo era pa que la guerra viniera!!! askjdajsdkjsa MUAJAJAJAJA. Puta, ojala Dana les rompa el culo a todos :(
Y ni se te ocurra hacer tercera temporada 88 Ya no toy pa estas sorpresas XDDD kjasjhdjhasdjksahdjkjasda
Oh! Dani, la raja T_T haksdaskdsa me encanto XD Igual podría aparecer Mr. Satan en la otra temporada v/s Mr. The GOD. sajkhkjdasada Ok no.
FELIZ AÑO!!! Pasalo chancho XD
P.D: Viajaré al sur para golpearte. En serio. hgfhgdgfkk
Senti rabia, nostalgia, angustia y el final fue tan inesperado pero tan perfecto. Ya me imagino todo lo que viene y sólo quiero seguir leyendo. Me alegra muchísimo que hallas decidido hacer una segunda temporada. Muchas gracias y un muy Féliz y próspero 2014
ResponderEliminarsimplemente perfecto... quede impresionada, no puedo creer que se vaya a repetir la historia de gabriel con ethan... uff por Dios esto me dejo alucinando!! eres super Daniii gracias y DTB que tengas un lindo fin de año, y un prospero y muuuy bendecido 2014!
ResponderEliminarAAH! por que tiene que terminar asi la temporadaaaaaa! :c pobrecita Dana e Ethan.. quede en shock cuando tenian planeado que Ethan se convertiria en demonio :c y Danaa! nuevamente queda sin sus recuerdos.. Definitivamente excelente capitulo me encantoo, muchas emociones a medida que leia el capitulo... esperare el epilogo :D
ResponderEliminarMuchas gracias por subir y te deseo un muy feliz año nuevo :D un abrazo grande atte: Lisse Salvatore
Aaaas por que noooo que capitulo me he quedado sin palabrasy no se ni wue decir asi quedo aha pobresitos no que dolor los dos se amaban que destino tan dificil puede tener uno cuando tu destino ya esta planeado y q te das cuenta q eres una marioneta dentro de el excelente capi gran regalo para iniciar este 2014 gracias por todas las emociones que nos existes vivir edte 2013 y espero q este ano se igual feliz ano nuevo
ResponderEliminarComo se me salieron las lagrimas en este capitulo.
ResponderEliminarSe repetira la historia pero espero que tenga un final feliz. :)
Escribes genial, como siempre. Lo mejor para iniciar el 2014
Ohhhh esto no lo suelo hacer xq para ello he de conectarme con el pc pero esta vez era merecido! !!
ResponderEliminarMe siento como Daba desbordada con tanta info pero realmente el capitulo fue escalofriante. Ella descubrió a Gabriel desde el principio en su apartamento pero para nada se esperaba lo q sucederia después.
Increíble la actuación de Eric para nada me esperaba q fuese él el encargado de poner "orden" en la cabeza de Ethan
Para nada me gusto eso de igualar bandos q pasa q Gavriel y Eric son como AliBa Ba y se reparten el botin!!!
Segunda temporada me encanta la idea pero en relación Ethan y Dana todo se complicó demasiado ni se recuerdan ni se verán de forma justa ya q solo desearán matarse!!!
Una vez más. ... mil gracias x permitirme ser parte de esto!!!
XXX
Iria
As.... vaya, se te da bien hacerla de DIOS Dany, cierto?, ESTA BIEN TENGO K ADMTIRLO, IMAGINABA ALGO GRANDE DETRAS DE DANA, PERO K ELLA HAYA MALVADA, WOWO, MUY PARTICULAR EL DESTINO DE ETHAN, K PUEDO DECIR, NO HA SIDO BUENO PERO TAMPOCO HA SIDO MALO, Y NISIKIERA SE SI ESTAR MOLESTA O DECEPCIONADA, PORK SEAMOS SINCERAS, ESTO SIEMRPE PASA EN TUS HISTORIAS, LA ETERNA PARTIDA DE AJEDREZ, AHORA SOLO PUEDO PENSAR EN EL MOMENTO EN K DANA Y ETHAN SE REENCUENTREN , PORK GABRIEL ES SIMPLEMENTE MALO, ME REFIERO A K , CUAL ES LA PARTE INTERESANTE DE EL, NO PUEDE AMAR A DANA, PORK NO TIENE ALMA, EL ES EL MALO DE ESTA HISTORIA, O MEJOR IDCHO EL MAS EGOISTA EN ESTA HISTORIA, GRACIAS POR NO DESTRUIR MI FE EN ETHAN...
ResponderEliminarEstoy impactada esta historia está para leerse de una sola sentada lo podrás mandar por e mail feliz año
ResponderEliminarWow magnifico! Me dio cosa lo de gabriel y dana la pobre mas ingenua creyendo q gabriel la queria solo por una vez... Dani es mucha, mucha informaion en este finl he! No sse q va a pasar, espero pronto la siguienteee temporadaaa
ResponderEliminarOk besos y bendiciones te deseo un magnifico 2014!!!
Siendo sincera la verdad me hubiera gustado ver a Dana siendo mala jaja porque no me gusta que le hayan quitado su memoria por 1 y 2 vez eso es tan putamente injusto!!!!!!!!!!! Y que le hayan borrado la memoria a Ethan es doblemente injusto y exasperante!!!! Espero la 3 temporada :D
ResponderEliminarMe he quedado helada en pocas palabras creo que lo leere de nuevo y procesare todo ahora si ya tenemos mas informacion sobre Dana y Gabriel y el amor que hubo entre ellos y ahora sabemos el xq acepto Gabriel el lado oscuro fue para seguir a Dana y ahora entiendo porque Gabriel quiere que sea una pelea justa por asi decirlo jejeje .. Dani seguire comentando esto no termina aqui necesito leer de nuevo xq hay mucho que entender aparte Dana creo que es justo que supiera lo que fue antes de ser Angel y del porque seguia a Gabriel Dana hizo lo mismo que en su momento Gabriel hizo por Dana solo que ella no era humana como Ethan ... ya voy entiendo mas jajajaja
ResponderEliminarAyyyy Daniii!!!!! Siempre lo dejas asi... Como dicen algunas... Contigo hay q estar preparada para un final en suspenso. Aunque siempre son GENIALES! Tienes un increible don para escribir! Sigue asi!!! Espero seguirte leyendo siempre! Feliz 2014! Feliz año nuevo! Y estoy ansiosa por leer la 2da temporada de esta linda y torturosa historia, DESEOO QUE ETHAN Y DANA SE REENCUENTREN Y ESTA VEZ DE UNA MANERA DIFERENTE... SIN ENGAÑOS NI PELIGROS!!! AWWW AMO LA PAREJA QUE HACEN! Y BUENO...una vez mas GRACIAS POR ESCRIBIR!
ResponderEliminarSolo quiero pensar que aún y cuando Ethan se volvio malo, nada se movera sin que DIOS lo sepa, así que espero que todo sacrificio sea recompensado, aún y cuando Ethan sea malo algo habrá que le permita estar con DANA en un futuro.
ResponderEliminarDanii!! pero q final Gabirle CTm wn siempre se sale con la suya lo tenia todo planeado el wn espero q Ethan tenga salvacion espero q todo salga bien al final de todo q Dana pueda ser Feliz q se reencuentre con Ethan q Gabrel se muera wn kjakjajkajk XD no pero enserio algo le tiene q pasar a ese wn s emerese sufrir me da muxa pena Dana xq todo el mundo la manipula cuando va a elegir por ella misma
ResponderEliminarO,o O,o ... me ha dejado sin palabras... no se que decir la verdad.. este capitulo ha sido una gran montaña rusa, primero con las palabras de Ethan "monstruo" que le dedico a Dana.. luego ya para mi deleite... la noche que pasaron Gabriel y Dana y ya por ultimo para rematar toda la historia... el cambio de rumbo y la sentencia de Dana.. de verdad tienes una mente privilegiada.. Uff es que la verdad ha sido un capitulo increible, tengo ganas de seguir leyendo y leerme el epilogo.. pero son las 3 de la mañana y no puedo más... ahora voy a estar toda la noche soñando con esto..Enserio Dani... te has superado con todo esto, la forma en la que has decidido el futuro de los dos y has enlazado para una siguiente temporada..
ResponderEliminarMmmm aun sigo recordando la noche de esos dos ja ja ja no puedo evitarlo.. amo a Ethan pero es que Gabriel es mucho Gabriel ja ja ja ja...
ANEL...
ResponderEliminarufffff pues me quede sin palabra hijoles mucha informacion para un solo capitulo sucedio todo en este capitulo ahora me quede intrigada de como se conoceran de nuevo y se reconoceran hayyy que malaa pero me encanta jajajaj
De nuevo Feliz AÑo :D