Capitulo 2
Invité a
Elizabeth a pasar a la sala, solo necesitaba ganar algo de tiempo y crear
rápidamente una historia. Alexander lo más probable es que ya se encontrara en
nuestra habitación, esperando a que esto saliera de la mejor forma. Estaría
personalmente acabada si esto no resultaba ¿Cómo pensé en aceptar este plan?
Deberíamos decirle la verdad a Elizabeth.
—Victoria, te
he hecho unas preguntas, quiero que me las respondas.
Una de los
miembros del Consejo estaba sentada en mi sofá, elegantemente vestida con un
traje de dos piezas color gris, mirándome confundida, queriendo saber dónde estaba
su hijo, el mismo al cual yo había “engañado” y quitado su titulo como
Gobernador.
Tenía que salir
de este problema o si no sería Elizabeth la que acabaría conmigo, no el
Consejo.
—Has llegado
muy rápido ¿Cómo lo has hecho?
—Usé una
avioneta privada ¡has dicho que era urgente! ¿Qué ha sucedido? –me senté, aun
vestida como el día anterior y con mi cabello todo desordenado, descalza y sin
Alexander a mi lado. Estaba dando mi peor imagen.
—Supongo que
estás al corriente de los Rebeldes
¿no?
—Claro y no
sabes lo feliz que me hace que tú también estés enterada. Alexander parece
estar comportándose como debe contigo, entregándote la información que te
corresponde saber.
Sonreí,
exactamente porque él no había hecho eso y estábamos metidos en este problema.
—Si… como sea,
hemos encontrado al cabecilla de este grupo que está unido a los licántropos y
posibles hadas.
— ¡¿También te
contó sobre ellos?! –Asentí ante su sonrisa, por lo visto, el único en contra
de decirme toda la verdad era Alexander –estás haciendo que me sienta orgullosa
de mi hijo, por fin está sentando cabeza, siendo el Gobernador a veces se nubla
con facilidad. Estaba convencido de que no diciéndote todo estarías más segura.
No he creído en ello nunca.
—Claro ¿también
se comportaba así con sus otras parejas?
—Ciertamente
–ella me quedo observando unos segundos, averiguando en mi mirada lo que estaba
ocurriendo –Victoria, aun estoy sorprendida de que sepas toda la verdad y sigas
a su lado, no sabes lo feliz que me haces. Debo admitir que dudé de ti, pero Raúl
me mantenía siempre creyente en el amor que profetizabas por Alex.
—Sí, creo que
debió decirme la verdad mucho antes para evitar los actuales problemas –ella
frunció el ceño.
—Dime que ha
sucedido querida ¿Dónde está Alex?
—Buscando a Cristóbal,
ni siquiera recuerdo su apellido, estuvo a mi lado por semanas, como compañero
de clases en la Universidad. Alex se enteró de ello hace poco y fue como un
loco detrás de aquel humano.
—Oh… es el
turno del hijo ¿no? esos malditos fanáticos, solo quieren acabar con nosotros.
He vivido lo suficiente para entender que cada año van creciendo, desde cierto
punto a esta parte, se han vuelto una molestia. Su padre fue…
—El padre de Cristóbal
fue asesinado por mi –ella hizo una mueca, reflejando su incomodidad.
—Lo sé cariño.
Alexander deseaba que tú tuvieras ese honor, para que los demás confiaran más
en ti.
—Eso tendría
sentido si yo me hubiera enterado de ello ¿no crees?
—Ciertamente. ¿Entonces
mi hijo no está? ¿Por qué me has llamado?
—No sé a dónde
ha partido Cristóbal, ni donde está Alexander… se ha vuelto loco, cuando vio
que él estaba tan cerca de mí, ha perdido la razón y se ha ido, dejándome aquí
sola ¿Qué hago para encontrar a ese humano? ¿Quién va a Gobernar?
—Querida –ella sonrió,
ahora dejando sus manos apoyada en el sofá — ¿me has hecho viajar miles de
kilómetros por esto?
—Estaba
desesperada, no sabía a quién recurrir.
Ella asintió,
eso me alivió. Elizabeth podía ser dulce y malvada al mismo tiempo, no confiaba
en ella como lo hacía con Raúl, pero tampoco tenía una mala relación con ella.
Me había ayudado mucho para manejar todo este nuevo mundo. Era exigente y no le
gustaban los errores, además era una fanática de las normas.
—Esto es muy
simple, estás enterada de todo lo sucedido, de cómo otras especies están detrás
de nosotros. ¿Te dijo que nosotros enviamos a Lina?
—William me
informó de ello.
—William… que
hombre más desagradable, con su nueva esposa, es todo un escándalo. No hagas
amistades con ellos, te pueden perjudicar, ya tienes mala fama como para buscar
amigos no confiables –esos eran los grandes detalles que no me hacían sentirme
completamente cercana a ella.
—Entiendo.
—Como sea,
debes hacer cumplir tu rol como Gobernadora Victoria, tú no te has casado con
Alexander para ser un trofeo que él puede mostrar a los demás, tú tienes tanto
derecho como él para ordenar y ejercer tu función. Si mi hijo no ha sido capaz
de mostrarte estas funciones, bueno, es hora ¡de que por fin! Tú tomes tal
protagonismo.
—Pero yo… no
tengo idea de lo qué hace Alex.
—Investiga, es así
de simple. Mi querido hijo no tiene una buena memoria, solo tiene cabeza para
recordar detalles de sus otras mujeres, es por eso que todo lo relacionado con
su trabajo, lo registra. Para él existe un dicho que siempre nombra: Si no está
registrado, no se ha hecho.
Supongo que no
tiene buena memoria para nada, ya que todas sus relaciones también están
“registradas”
—Eso debe estar
en su escritorio ¿no? –pregunté curiosa.
—Por supuesto,
ahí tiene todo: su agenda, sus contactos más privados, sus cuentas bancarias…
linda, eres una mujer del siglo XXI, me sorprende que ya no hayas averiguado
sobre ello.
No pude evitar sonreír
por ese comentario. Jamás revisaba en las cosas de Alex, confiaba en él
plenamente. Cosa que debes ahora cambiaria.
—Sé que tú
crees que soy fiel fanática de mi hijo, pero cuando veo que comete errores, no
los perdono. Es por eso que te entrego todos estos datos y te ánimo para que
comiences a ejercer tu cargo ¿tú crees que yo me quedé como un trofeo de oro
cuando Raúl fue Gobernador? Querida, cuando él gobernó, me dejó de lado a un
comienzo… estaba profundamente enamorada de él, quería que me observara todo el
tiempo y estuviera atento a su esposa eterna, no a un trabajo. Hice que dejara
su cargo y dejé a mi querido hijo, con el tiempo. Sin embargo, con el tiempo
fue creando problemas el cambio, mi conexión con Raúl es muy mala mentalmente,
al dejarlo y volver, cada vez que Alex perdida o no a su pareja, nosotros nos
íbamos debilitando con él.
— ¿Es que tú no
puedes leer la mente de Raúl?
—Si puedo, pero
no tan bien como aun principio, ni siquiera estamos a un nivel básico, sino más
bien inferior a las parejas vampíricas recién formadas. Podría buscarlo con mi
mente ahora y no lo encontraría. ¿Quién dijo que la vejez no afecta a los
vampiros?
Nadie, ni
siquiera Alexander había notado ese gran detalle que habíamos dejado pasar. Si
no fuera porque ellos no se comunicaban bien, habríamos sido descubiertos en un
segundo.
—Debes tener
ciertos datos, querida, contactos que Alexander guarda muy bien. Es mejor que
subamos, te guiaré en el día de hoy, yo debo volver mañana, también estoy
tratando asuntos con el Consejo, sobre estos molestos Rebeldes.
— ¿Te quedas?
—Absolutamente,
pero trabajaremos durante el día, mañana volveré a Londres, ahora te guiaré
mientras el tozudo de mi hijo vuelve. ¿No se ha comunicado contigo?
Negué,
sintiendo que mis pies pesaban más. Elizabeth se iría mañana. Eso significaba
que caería muerta de cansancio hoy en la noche, ella no trabajaba bajo el sol,
sino bajo la luna. Situación a la cual yo no estaba acostumbrada, pero que ella
dejaba pasar.
— ¿Puedes
adelantarte a la oficina? Debo cambiarme de ropa, he despertado hace un rato
solamente.
—Claro, me
adelantaré, tu ve… y cariño –dijo sonriendo –es hora de que comiences a vivir
como una verdadera vampiro. El sol no es para nosotros.
—Lo sé –dije un
tanto incómoda.
—Además, para
comunicarte con las personas que buscaremos, debes hacer las llamadas de noche.
—Entiendo, no más
sol para mí.
—Muy bien, nos
vemos arriba.
Desapareció en
un segundo de mi vista. Caí en el sofá rendida ante la tensión que todo esto me
estaba provocando ¿ser la Gobernadora? Ni loca podría manejar todo esto sola, tendría
que decirle a Alexander mañana que comenzara a llamar a quienes podrían entregarle
información, necesitábamos saber el paradero de Cristóbal.
Caminé
tranquilamente, sin apuro alguno, hasta que entré a nuestra habitación,
cerrando rápidamente la puerta.
— ¿Cómo te ha
ido? –pregunto fríamente Alex mientras estaba recostado en la cama, leyendo un
libro.
—Bien, se lo ha
tragado, pero me ha dicho que debo comenzar a cumplir mi función como
Gobernadora.
—Tonterías, no
te preocupes, tu síguele el juego –en ningún momento me observó. Creo que había
terminado nuestra pequeña tregua.
—Alex, ni
siquiera tu madre te apoyaba en ocultarme información ¿Qué demonios pasaba por
tu cabeza cuando lo hiciste?
—Pensé que podría
protegerte, pero no ha funcionado, aunque también pensé que si te enterabas de
toda la verdad, te irías.
—Oh créeme, eso
debí haber hecho, tu estupidez llegó a limites extraordinarios.
Fui hasta el
baño y peiné mi cabello, estaba complemente fuera de control, pero logré
hacerme un moño para no dejar que ningún pelo escapara.
Luego fui hasta
el armario y busqué algo que ponerme. Formal y adecuado para la ocasión,
Elizabeth amaba este estilo de conjuntos, así que tomé un vestido gris, me
agradaba era muy práctico, ya que por detrás lucia como un vestido formal gris,
pero por delante era como una falda tubo con una blusa blanca. Me deshice del
vestido negro, para cuando hice aquello supe que no estaba sola en el armario.
— ¿Qué harán
ahora? –preguntó, apoyado en el marco de la puerta, como solía hacer siempre.
Le encantaba hablarme mientras me vestía.
—Iremos a tu
oficina, buscaremos lo necesario para poder controlar el mundo vampírico
¿contento?
—Bueno, debes
dedicarte a buscar todo lo que quieras o ella desee, pero no llamen a nadie ni
hagas ninguna tontería ¿entendido?
—Entendido, Sr.
Lenardis –me puse el vestido y comencé a luchar para subir el cierre que estaba
en la espalda.
— ¿O quieres
jugar a ser la Gobernadora? –Dijo ahora mirando a través del espejo, mientras
sus manos iban a mi cintura, causándome cierta sensación que extrañaba — ¿no es
eso lo qué hiciste hace un rato con Aníbal?
Subió el cierre
del vestido lentamente, dejando que su pulgar rozara mi piel. Fruncí el ceño
molesta por tal caricia, no tenía derecho a hacerlo. Sin embargo cuando acabó
sin mayor preámbulo rodeó mi cabello en su mano e hizo que mirara hacia atrás lentamente,
extendiendo bastante mi cuello.
—Estoy
comenzando a creer que esto puede ser lo que siempre quisiste, ser Gobernadora,
quizás conocías de antes a ese asqueroso humano y todo esto fue un plan para
tener el poder.
Ni siquiera
alcanzó a terminar de decir eso cuando yo ya me liberé de su agarre. Lo miré
con odio, dolida por lo que acababa de decir.
—Te estás
trastornando, los celos están acabando contigo Alexander.
—Oh créeme, he
estado pensando mucho este último tiempo y nada de lo que me dijiste en el
pasado tiene coherencia con tu acercamiento hacia ese asqueroso humano.
—Hacia Cristóbal
querrás decir –aclaré, siendo malvada por gusto, sabía que odiaba cuando lo
nombraba.
—Calla.
—Te estás
volviendo loco y yo al lado de un hombre inestable no voy a estar, te lo
advierto.
— ¿Entonces
buscarás a Cristóbal? ¿No tiene algún hermano? Quizás ni siquiera tendrá que
meterse algo a su sangre para estar entre tus piernas.
Tensé mi
mordida, esa fue la única reacción que tuvo por mi parte ante aquellas
horribles palabras. Creo que nunca, sin considerar aquella noche fatal con Cristóbal,
él, mi Alexander me había hablado de esta forma. Ahora no había excusa, no
estaba bajo el efecto de la furia que sintió antes, ahora incluso lo había
pensando con tranquilidad.
—Tu madre me
espera en tu oficina, si me disculpas, debo partir.
Me acerqué al otro
extremo del armario y saqué unos zapatos de taco alto, color gris, los que me
puse rápidamente para poder salir de ahí. Ahora estaba en condiciones para
presentarme ante Elizabeth.
—Supongo que tu
nula respuesta afirma mis suposiciones ¿no? –dijo para cuando estaba pronta a
abrir la puerta.
—Si quieres
discutir, anda al baño, mírate al espejo y grítate para que tengas respuesta.
Conmigo no tendrás éxito, no tengo cabeza para ti en este momento ¿entendido? Y
referente a tus suposiciones, puedes doblarlas en un papel, bien pequeñitas y
te la puedes meter por donde mejor te quepan ¿sí?
Salí de la
habitación sin esperar respuesta por parte de él y corrí hacia donde se
encontraba Elizabeth. Al abrir la puerta la encontré sonriendo, mostrándome
tres agendas de cuero negro, bastante grandes.
—Querida, mi
hijo nunca esconde lo que realmente debería esconder en este lugar.
— ¿Qué es eso?
–dije mientras cerraba la puerta.
—Sus agendas
telefónicas.
— ¡Pero son
muchos números! –dije al hojear una de ellas.
—Por supuesto,
son cientos de años gobernando.
—Demasiados si
me preguntas –ella solo sonrió ante mi acotación.
Nos sentamos
cada una en un sofá y comenzamos a verificar que tipo de contactos tenía
Alexander en esos libros. Lo bueno era que Elizabeth me comentaba sobre cada
vampiro que allí se encontraba registrado. Yo iba anotando todos los datos mientras
ella me relataba lo más importante de dichos personajes.
Estuvimos así
por horas, hasta que nos dimos un descanso.
—Elizabeth…
¿Qué sucedía con Alexander cuando sus parejas lo abandonaban?
—Oh, era
horrible, irreconocible –ella negó entristecida ante los recuerdos –no podías
decirle nada, se volvía aun más tozudo, un foco depresivo por meses, hasta que
se recuperaba un poco y comenzaba sus días de juerga, al mismo tiempo que
retomaba el poder.
— ¿Días de
juerga? Te pregunto esto porque él me ha dejado leer sus diarios anteriores,
pero ninguno habla después del abandono de su pareja.
—Entiendo,
bueno, Alexander luego de sufrir como un condenado, debido a la maldición…
—Que obtuvo por
dejar a la mujer que lo amo –aclaré un tanto molesta, ese gran detalle lo
estaba dejando en mi cerebro bien escondido. Aun no podía creer lo que él había
hecho.
—Querida, no
justifico a mi hijo, que eso quede claro.
—Bien, entonces
¿Qué hacia Alex después de recuperarse?
—No sé si sea
correcto decirte esto.
—No te preocupes,
él ha hecho cosas realmente incorrectas conmigo, dime.
—Alex comenzaba
a beber sangre de humanos a destajo, no importaba donde estuviera o con quien
estuviera, siempre tenía aquel exquisito elixir.
—Rompía las
reglas.
—Claro, como
Gobernador, nada se le puede decir o hacer –bufé molesta, eso no era cierto. Si
él deseaba que las normas se cumplieran, él debía ser el ejemplo.
— ¿Y qué más?
—Tu conociste a
Charlotte –asentí –ahora has conocido a Lina.
—Maldito, se
acostaba con quien quería ¿no? es un sinvergüenza, por eso Lina me odia ¿es que
todas las mujeres vampiros tuvieron sexo con él? Solo Alanna se salva.
—Era solo un
tiempo.
— ¿Un tiempo?
¡Somos eternos! Un tiempo puede ser igual a una década –ella hizo un mueca.
—Pero Alexander
jamás ha sido infiel a ninguna de sus parejas.
— ¡Ja! –Dije
burlona –no sé que es mejor, Elizabeth, si sea infiel o no me mienta a la cara.
—Pero ya todo
eso ha acabado, con todo lo que te dijo no hay más secretos.
—No estoy tan
segura ¿sabes? –asentí, pensando en otro tipo de secretos que Alexander me escondía,
relacionados con su forma de gobernar.
— ¿De qué
hablas?
—No entiendo la
creación de ese grupo de Rebeldes ¿Qué
han hecho los vampiros para que ellos se sientan en la necesidad de atacarnos?
Siempre hay dos versiones de una historia.
—Nada de lo que
yo sepa.
—Como sea,
mejor sigamos con esto, que nos quedan muchos números telefónicos y vampiros
importantes a los que averiguar.
—Bien pensado.
Mientras volvía
a relatarme sobre estas nuevas personas que debía contactar, quede pensando en
las ideas que vinieron a mi mente. ¿Por qué los humanos fanáticos que querían
acabar con los vampiros… se unirían a vampiros enemigos de nuestro actual
Gobernador, hombres lobos y quizás a esas hadas? ¿Qué había ocurrido para que
eso ocurriera? No tenía sentido.
De todas formas
no hablamos nada más sobre el tema, tan solo nos limitamos a crear lazos con
vampiros en mi mente que llegaran a ser útiles para un futuro. Luego me dijo
que debía conversar con Alanna por mi nuevo puesto, hasta que Alexander
volviera, que ella iba a tratar de contactarlo para que volviera conmigo, pero
que mientras tanto, yo tendría que llevar las riendas de toda una especie.
—Estoy agotada
–dijo para cuando terminamos, debían ser las dos de la madrugada.
—Ya acabamos,
es hora de descansar ¿no crees?
—Lo merecemos.
—Ve, por la
mañana te despido, iré a hablar con Alanna ¿sí?
—Muy bien, que
descanses querida –rápidamente se puso de pie.
— ¡Elizabeth! –Ella
me miró atenta –gracias por todo esto, por viajar y ayudarme.
—De nada,
querida.
Desapareció de
la oficina. Tan solo el recuerdo de Alanna hacía horas, había provocado que de
mi cabeza no saliera el nombre de Aníbal. Preso y humillado en esos calabozos. No
iba a permitir que esto continuara de esa forma.
Era tiempo de
cumplir con mi rol como Gobernadora.
Salí de la mansión,
directa a donde se encontraban los calabozos, yendo por la puerta principal,
seguida en silencio por Ezequiel que apareció de la nada, no pronunció palabra
alguna. Estaba extraño, ni siquiera dijo algo cuando saqué las llaves de aquella cárcel.
Para cuando
entramos a los calabozos, encontramos a Alanna junto a las rejas, mirando a Aníbal
desde la distancia. Ella me miró con cierto resentimiento y puso atención en el
pequeño bolso que yo llevaba.
No la culpaba,
por mi culpa Aníbal estaba aquí. Lo iba a arreglar.
— ¿Raúl? ¿Dónde
está? –pregunté mirando a Ezequiel, vestido de negro como siempre.
—Se ha ido por
un par de horas, dijo que volvería para cuando la Sra. Elizabeth se retirara ¿Qué
está sucediendo?
—Dame unos
minutos, luego te lo explicaré todo ¿nos puedes dejar a solas, Ezequiel? –él me
miró por unos segundos, pero después asintió y desapareció.
— ¿Me estaba
buscando? –Preguntó Alanna — ¿necesita algo?
—En parte,
necesito que me dejes algún registro sobre las funciones de alguna otra
Gobernadora ¿sí? Alexander no se encuentra bien y debo tomar el mando unos
días.
— ¿Qué ha
sucedido? –exigió saber Aníbal. Estaba prisionero de esos grilletes como yo lo había
estado, su piel estaba manchada por su propia sangre.
Que ofensa más
grande, herirlo de esa forma.
— ¿Puedes hacer
eso por mí, Alanna? Ve ahora mismo.
— ¿Ahora? –Asentí
–como ordene.
Ella desapareció
con rapidez.
— ¡Victoria!
¿Qué haces? –dijo él cuando abrí la puerta y después me acerqué hasta donde se
encontraba.
—Lo siento
tanto, no sabes cuánto… todo esto es mi culpa –me acerqué para desencadenarlo y
liberarlo de esos grilletes de plata.
—No puedes
hacer esto –dijo cuando se puso de pie.
—Mi querido
amigo, todo se volverá un caos y tú puede que seas victima de ello. Tienes más
posibilidades de demostrar tu inocencia libre que como un fiel prisionero, créeme.
—El Sr.
Alexander ya no es Gobernador ¿Qué sucederá? ¿Cristóbal tomará el mando?
—No, si tú me
ayudas –aclaré –quiero que lo encuentres antes que yo, debes viajar a Irlanda,
es nuestra primera pista ¿sí? no creo que se haya quedado aquí por mucho
tiempo, además ha de tener contactos con otros vampiros.
— ¿Y qué
quieres que haga? ¿Qué lo mate?
—Quiero que lo
engañes, que jures traición hacia nosotros para ganarte su confianza, vuélvete
en uno de los Rebeldes. Yo cuidare tu
espalda, junto con la de Alanna… ven –dije mirando hacia la oscuridad de esa cárcel, ella ya había
vuelto y se había quedado en silencio para escucharnos.
—Esto es muy
arriesgado –dijo Alanna, mirándonos preocupada y entregándome dos carpetas
azules.
—Ayuda a Aníbal,
busca a los vampiros que no estén a favor de Alex y úneteles, debes hacerlo, de
esa forma encontraran a Cristóbal… de esa forma podre acabar con él.
—Srta.
Victoria, no la puedo dejar.
—No seas
ridícula, deja de poner tu trabajo antes que tu felicidad. Ayuda a Aníbal y de
paso me ayudas de todas formas.
—Victoria, te
vas a meter en problemas por esto –dijo él, tomando mis manos.
— ¿Tú crees? –Reí,
pensando en que ya estaba dentro de muchos problemas, uno más no hacia la
diferencia –ahora escapen, busque algo de sangre y partan. Aquí tienen dinero y
algo de ropa.
—Pero…
—No –aclaré
antes de que Aníbal dijera algo –el dinero mueve montañas, ahora váyanse, por
favor.
Él cogió el
bolso y después miró a Alanna.
— ¿Vendrás
conmigo o no? –ella observó el sucio suelo.
—Idiota ¿Por
qué tenias que hacerte amigo de la Gobernadora? Ahora tendré que ir contigo,
para cumplir con mi labor, procurar que la Gobernadora cumpla con sus funciones
¿ese Cristóbal está provocando problemas? Lo encontraremos y este problema se
acabara.
—Gracias –dije
aliviada, ella tenía más contactos que Aníbal, sería de gran ayuda.
—Nos vamos,
hasta luego, Gobernadora –ella sonrió y desapareció del calabozo.
—No olvidare
esto, te debo mi vida.
Aníbal me dio
un abrazo y después desapareció. Suspiré, tranquila de que se hayan alejado de
este horrible lugar.
Salí de esa
horrible cárcel y Ezequiel me esperaba, sentado en un banco de cemento, mirando
las estrellas.
—Acaba de
escapar el único prisionero que tanto Raúl como el Sr. Alexander, ordenaron a
mantener cautivo, supuse que lo habías liberado –dijo sin mirarme. Me senté a
su lado.
— ¿Cómo me
quedan estos zapatos con este vestido?
—Te ves guapa,
tus caderas se notan bastante, así que siempre debes ser amiga de los vestidos,
pero eso ya lo sabes ¿no?
—Sí, Javier me
lo digo una vez, no lo olvide nunca.
—Él sabía mucho
de esas cosas.
—Debo contarte
muchas cosas ¿sabes? No tienes idea de lo que ha pasado estos últimos días.
—Algo grave
como para que te estés comportando como la Gobernadora que eres, además el Sr.
Alexander está encerrado en su habitación, como si estuviera escondido.
Él esta vez
dejó de mirar las estrellas y me observó.
—Supe todo
sobre La Maldición, he besado a otro hombre que es la cabecilla de los Rebeldes, los mismos que quieren acabar
con Alexander…y eso solo es a rasgos generales.
Sus ojos se
abrieron sorprendidos por mis palabras, pero curiosamente después sonrió.
—Y sigues aquí,
si, estaba seguro, tu eres la última.
Me quede
pensando en sus palabras. Ni siquiera sabía lo que estaba sintiendo por
Alexander, estaba tan enojada, frustrada, desilusionada y además me sentía
culpable con él. Realmente no sabía si lo que decía mi querido amigo Ezequiel,
era cierto.
—Tenemos toda
la noche –aclaró él –dime lo que está pasando porque me he estado comiendo la
cabeza por entenderlo.
—Por eso
estabas tan silencioso.
—Claro ¿Qué
pensabas?
—Nada
realmente, entonces prepárate, que vienen los detalles jugosos.
Le relaté toda
la historia a Ezequiel, quien me escuchó en silencio, sin interrumpirme. Le
detalle toda mi vida desde que nos habíamos mudado a Santiago hasta este
preciso segundo. Me tomo alrededor de una hora, pero gracias al cielo no estaba
cansada.
—Javier estaría
realmente con un ataque por haberte besado y dejado manosear por otro hombre
–le di un golpe por lo que dijo.
— ¿Y tú? ¿Qué
piensas tú?
—No te voy a
juzgar ni nada parecido, he sido testigo de cuanto has soportado y también sé cómo
es tu esposo, lo he visto comportarse con sus antiguas parejas.
— ¿Entonces?
—Estoy más
interesado en tus problemas políticos más que los amorosos, ya que si estás
aquí y es porque aun lo amas ¿no?
—Supongo.
—Sí, todo está
arruinado, lo entiendo, pero… ¿lo arreglaran? –Tensé mi mordida, no sabía cómo
iba a solucionar eso –como sea, me causa curiosidad ese humano, que actualmente
es nuestro Gobernador. Toda esta rebelión debe haber comenzado hace décadas
Victoria, hubieron ciertos sucesos en ese entonces que provocaron
enfrentamientos entre vampiros y hombres lobos, también estaban los cazadores
de vampiros, pero para ese entonces eran muy pocos… todo
ocasionado por el dinero.
— ¿El dinero?
—Veras, los
limites con otros seres están muy claro, pero otra cosa es que se respeten. Yo
voy donde los licántropos, tengo incluso amigos de esa especie, cero drama,
pero eso mismo hizo que los licántropos cruzaran a Londres con facilidad en esa
época. Crearon Centros de Proveedores y cobraban bastante bien, algo accesible
para uno, que no es parte de ningún grupo privilegiado donde se tienen humanos
con facilidad.
— ¿Y qué
sucedió con eso?
—Que los
Centros de Proveedores “autorizados” por el Gobernador, no estaban ganando.
Perdieron a sus propios vampiros en centros creados por licántropos, eso
provocó que el Sr. Alexander, personalmente cerrara todos esos lugares.
—Lugares como
el Vampire ¿no?
—Ese lugar
estaba prohibido porque sus dueños eran Licántropos. Es toda una persecución
que tanto el Gobernador como el Consejo, llevan a cabo para evitar pérdidas a
sus propios bolsillos.
— ¿Me estás
diciendo que todo esto es por dinero?
—No, te estoy
diciendo lo que inició el problema. Con el tiempo hubo enfrentamientos bastante graves por parte de estos
dos bandos, incluso algunos amigos… y amigas del Sr. Alexander acabaron en
manos de licántropos. Hubo un año que lograron atrapar al mismo Gobernador.
— ¿A Alex?
—Sí, intentaron
torturarlo con plata, lo que le hizo daño, pero ante un descuido de ellos,
acabó con todos. Fue en ese entonces, que hay doble grupo de guardias.
— ¿Doble?
—Los guardias
como yo… y los guardias como Lina o Marco.
—Ya veo –esta
conversación se estaba volviendo muy interesante.
—Lo peor de
todo fue que en ese secuestro, se descubrió que habían humanos involucrados, es
por eso que se unió otra especie más contra nosotros.
— ¿Los
Cazadores de Vampiros?
—Sí, pero hasta
ese entonces los dos grupos trabajaban por separados, aun siguen unidos y por
lo que relatas, hay incluso vampiros que los apoyan.
—Esto se está
volviendo en algo realmente feo.
—Sin duda
alguna y todos los bandos han derramado la misma cantidad de sangre.
—Estoy metida
en un grave problema –dije asintiendo, entendiendo la gravedad de los hechos.
—Claro, haber
convertido a Cristóbal estuvo muy mal, pero lo que es más grave, es un Cazador
de Vampiro, que se ha convertido en uno de nosotros y que está a favor de los
licántropos.
—El Consejo
acabara conmigo si se entera.
—Pero no lo sabrán,
hay que encontrarlo. Te ayudaré buscando con los Licántropos, me dijiste que él
trabajaba en el Vampire ¿no?
—Sí, lo hacía.
—Tú tienes que
viajar a Irlanda, pero recorre la ruta que tanto Tessa como William te
indicaron. Ese recorrido es hecho por los Rebeldes,
de seguro sacaron esa información del vampiro muerto, Cathal.
—Eso mismo
creo, es el único rebelde que era
amigo de ellos… hasta ahora.
—Deben tomar
una ruta paralela, es muy riesgoso que se expongan.
Nos pusimos de
pie, tendríamos que hacer las maletas. Era hora de viajar.
—Usa rutas nada
predecibles, Victoria ¿entendido?
—Muy bien.
Caminamos hacia
la mansión, en silencio, cada uno pensando en sus próximos pasos.
— ¿Ezequiel?
–dije ya en la puerta principal.
—Dime.
— ¿Qué has
estado haciendo entre licántropos este último tiempo? –dije sonriendo y
moviendo las cejas sugestivamente, lo que lo hizo reír de forma nerviosa, cosa
que nunca había visto.
—Nada que a ti
te interese, no seas curiosa –por su sonrisa pude entender que estaba metido en
malos pasos… aunque mejor dicho, en malas patas.
—Me han dicho
que son terroríficos, los licántropos.
—No creas,
según esas mismas personas que te han informado, somos inmortales… y ambos
sabemos lo mortales que podemos llegar a ser –su mirada se entristeció, estaba
recordando a Javier.
—Buenas noches,
nos vemos cuando sea el momento ¿no? –él asintió.
— ¿Victoria?
–me giré a verlo, estaba ya adentro de la casa –Era hora que tomaras el papel
de Gobernadora.
—Ah no digas
tonteras, nos vemos… y no me traiciones ¿sí? –él puso su puño derecho sobre
donde estaba su muerto corazón.
—Nunca, mi
Gobernadora —Desapareció antes que cerrara la puerta.
Subí hasta mi
habitación con Alexander, al estar aquí Elizabeth, debía dormir en el mismo
lugar, pero eso no significaba que en la misma cama.
Para cuando
entré, él me esperaba con el ceño fruncido, enojado y tenía una expresión
extraña.
—Te informó en
este segundo –dije siendo clara y precisa –que liberé a Aníbal. Algunos planes
se están llevando a cabo.
Él se puso
lentamente de pie, parecía un estilo de oso furioso, sus ojos casi me podían
atravesar como cuchillas de plata. Sin previo aviso tiro de la cama hasta
hacerla chocar contra la pared.
— ¡Me has
desautorizado otra vez! ¡Eso es lo que buscaste todo este tiempo!
Me tensé por
completo, Alexander se estaba perdiendo entre el odio y amor que sentía por mí.
Y a diferencia de todos nuestros problemas, este no tenía la menor idea de cómo
solucionarlo.
¡Buenas noches lectores y lectoras! espero que estén bien ¡ah! tantos comentarios, no saben lo agradecida que estoy ¡muchas gracias! buen comienzo para la temporada :3 Espero que este nuevo capitulo haya gustado, las cosas se están complicando y Victoria esta tomando su papel de Gobernadora. Espero que esten bien y muchas gracias por leer :D espero ver sus comentarios en este capitulo también :D
Putaaa!!! aajaja quiero que Alex sepa perdonar a Vicky y que se amen nuevamente, ella lo unico que intenta es arrelar sus propios errores y Alex deberia hacer lo mismo porque el tambien cometio muchos y en vez de eso solo se enoja por "desobedecerle" wtf!!!! jaja Esper que Anibal sepa como ser un espia jajaja y que Cristobal se crea el cuento ese de Anibal jaja y creo que Ezequiel es parte de los rebeldes porque sino no andaria con licantropos... me hace recordar a Underworld a ese tipejo que tenia alianza con Lucian y tdo eso jajaja! Ya espero el prix cap :D
ResponderEliminarAlex gatito, mira todo lo que provocaste con tu supuesto "cuidado"...
ResponderEliminarvictoria me gusta que estes tomando cartas en el asunto :D
Que se solucionara primero: politica o amor?
ATT:COUDY...
PD: .... debo hacerme una cuenta jajajjajaja
Ahhhh esta Victoria cada día me gusta más!
ResponderEliminarHello Dani, paso hoy de rápido q morfeo me reclama. La verdad q me encanta el rumbo q esta tomando esto, no me refiero a la situación marital, me encanta saber más sobre la historia de la rivalidad entre especies q hay aquí y algo me dice q unto cn Vicky iremos descubriendo mucho!!
Hoy si fui super cortita jaja pero muero de sueño XD
Muchas Gracias por el capitulo Dani, te mando un abrazo y nos seguimos leyendo!!!
Muy buen cap me ha gustado mucho pero no se que pensar con Victoria si esta o no tomando las decisiones correctas xq esta en un punto que no se sabe en quien confiar o no?? Anibal puede ser sospechoso como Ezequiel tambien no se si Victoira vaya de error tras error xq aun se esta dejando llevar por sentimentalismos ya que se siente en deuda con Anibal pero suponiendo que Anibal este del lado de los rebeldes no lo quiero ni leer jajaja victroia le falta mucho por aprender y mas porque ella nunca quiso ser Gobernadora siento que Victoira tiene el tiempo contado si no matan a Cristobal osea yaaaaa Elizabeth o alguien mas la va a descubrir y va a terminar muy mal Alex cometio muchos pero muchos errores pero el gravisimo error que cometio Victoria no son nada a comparacion porque como lei todos los vampiros estan en peligro hasta ella misma .. creo que la reaccion de Alexander es logico por todo lo que esta pasando primero el como vio a Victoria con Cristobal y segundo que ya no sea el Gobernador creo que no puede estar muy tranquilo y feliz . se que Victoria se esta soportando las reacciones de Alex pero cuanto tiempo podra estar asi con Alex como perros y gatos .. pensare un poco mas este cap y volvere a comentar .. Danii mil gracias por el cap y nos seguimos leyendo ...
ResponderEliminarMuy buen capi. Ansiosa x el siguiente.
ResponderEliminarQue buen capítulo ! Por favor Alex deja de ser tan terco! Dios creo que sí fuera victoria estaría como loca sin saber que hacer y dando vueltas ... tengo que reconocer que la fortaleza que ella tiene es inmensa. A pesar de como Alex la "mal" trata ella sigue intentandolo y sigue ahí con el... bueno dani ansiosa como siempre esperando el siguiente capítulo que es el jueves no ? Para mi cumple ? Jajajajajaja mentira... espero ansiosa el próximo capítulo... mil besos
ResponderEliminarvoy a morir dios llorare lo dijo en serio q capi mas intenso ya quiero leer el otro alex q malote nonono si sigue asi victoria se va ir nonono q feo grandioso capitulo cris ay vampiro malo hay q darle un tunda para q se el quite
ResponderEliminardanii apenas puedo comentar pues este capi...mmm estan tan confundidos y con tantas cosas encima que no se puede dar nada por sentado. Alex celoso al maximo y tratando de impartir una autoridad que ya no le corresponde.....vicky confundida.....pero tomando las riendas de las situaciones... me parecio excelnente idea de vicky enviar a lina y anibal a investigar..........mmmmmmmmmm no se como sehuira...lo unico de lo cual estoy segura es que QUIEROOOOOO MAAAAAAAAAASSSSSSSSSSSSSSSSSSSSS...:)
ResponderEliminaruuu Ezequiel es raro...estos tres me estan poniendo nerviosa, no se le ira a voltear todo su plan a vicky? les esta dando mucha confianza y si la traicionan? hay Dios¡¡ Alex esta fuera de combate...no puede pensar en otra cosa que no sea la "infidelidad" de Victoria, el debe ordenar sus prioridades, hacer algo para encontrar a Cristobal, en fin, la espera por el proximo capi va a ser larga, haber en que momento Elizabeth se da cuenta de lo que pasa.
ResponderEliminargracias por el capi¡¡
atte aby
uf, con ganas de leer mas...
ResponderEliminarestoy empezando a desconfiar hasta de alex.. no se sabe si tomara las cosas bien o mal, o si alguno de los otros saboteara el plan de ella... uff definitivamente quede con ganas de mas :D
felicitaciones DTB
me recontra hiper encanto l capitulo. ya quiero que sea dmingo ora vez para leer un nuevo capitulo, y mas con el adelanto que dejaste en la pagina!!
ResponderEliminarbuen capi
ResponderEliminarANEL...
ResponderEliminarMuy buen capitulo ya esta tomando su rol de governadora y esta poniendo manos a la obra y tratando de solucionar todo ufffff.. pues con Alex la unica manera de solcionar su enojo sera con BESOS ??
ni modo tendremos que esperar como se desarrolla la historia me encanta la tercera temporada.\
Gracias por este capitulo y estare anciosa por otro mas ;D
wuauuu espero q todo este plan funcionee y q el consejo no elimine a vickyy :d
ResponderEliminar