(Javier)
CAPITULO 5
Estaba en la
habitación arreglando la cama, luego que fui almorzar, mi humor sin dudas había
renacido, ya que después de todo, había posibilidades de salir de aquí, pero tenía
que ser cuidadosa con Alex, él podía desconfiar aunque claro, si él tuviera
alguna habilidad como leer la mente, percibir las cosas malas o cualquier
estupidez que sea tener una habilidad especial, mi plan se iría a los mil
infiernos y ahí sí que nada podría animarme, pero mejor no había que ser
pesimistas, era la hora de ser astuta y para eso tenía que ir a mi guardarropa.
Me cambié de ropa y me puse un lindo vestido,
aunque claro, de los normales, no los que estaban abajo. Me vi al espejo y me
veía linda, era color verde oscuro, dejaba mis hombros descubiertos y se ajustaba
hasta la cintura, mientras que luego caía libremente, sin dudas marcaba mis
curvas, eso ayudaría.
Me fui a la
sala de entretenciones, donde jugué en la mesa de billar por un largo tiempo,
también fui a conversar con Javier otro rato, Ezequiel seguía igual de arisco, pero
no podía hacer nada, venia en su
personalidad. Estaba haciendo de todo para pasar el rato, pero Alex no llegaba
nunca, debo decir que una parte de mi se preocupo, muy pequeñita y me quise
golpear por aquello, pero quizás podía ser atacado o algo por estilo, así como
leí en libros, quizás hubo un motín y lo derribaron. Le pregunte a Javier si sabía
algo, pero solo me dijo que “El Sr.
Lenardis es un hombre muy ocupado, algunas veces llega al anochecer” debo
decir que el “ocupado” me llamo la atención y no fue hasta luego de mi cena que
Alex llegó a casa.
Iba subiendo
las escaleras, derrotada a que él no me iba a ver con el vestido, cosa que no
creía tampoco que tuviera gran efecto, pero quizás hoy tenía suerte. Me detuve
al sentir como se abría la puerta principal y Alex entraba sonriendo
ampliamente y debo decir que jamás, nunca en estos días, lo había visto sonreír
de esa forma, se veía como si fuera amable y quisieras tenerlo siempre a tu
lado para que te diga como esta y como iba su vida. Fruncí el ceño al verlo.
—Wooow…. –su
sonrisa se fue al verme –Por lo que supe –en un segundo estaba a mi lado –te
volvió el habla ¿es eso verdad? –me tomo por sorpresa su acercamiento tan
rápido, aun no lograba adaptarme a eso ni tampoco a verlo tan guapo vestido
bajo la luz de la mansión. Alex traía ahora unos jeans negros, con una camisa
blanca, una corbata negra que estaba desordenada y un saco negro — ¿te gusta lo
que ves? –su mirada era de suficiencia y su tono arrogante. Me tomó unos segundo
contestar y eso lo molestó –Oh ya veo ¿así que solo no me hablas a mi? ya sé
que tuviste una maravillosa conversación con Javier… —me miro entrecerrando los
ojos y suspiré. Desde ahora el plan entraba en acción.
—No era eso,
solo que llamo la atención lo oscuro que luces cuando vas a “trabajar” –dije
haciendo las comillas con mis dedos.
—No estaba
trabajando, de ahí salgo muy temprano, estaba ocupado –lo ultimo lo dijo
sonriendo coqueto ¡Este tipo me daba asco y me enojaba! De seguro se estaba
revolcando con un montón de vampiras. Me hizo enojar aun más porque yo me ponía
de mal humor al pensar en cómo me afectaba lo que dejaba o no dejaba de hacer –Mmm….ceño fruncido ¿Qué pasa por esa
cabecita? puedo imaginar lo que estas pensando —¡diablos! Su actitud era casi
incontenible para ponerme de mal humor.
—Nada que te
interese –respire tranquila y relaje mi expresión. Comencé a subir para seguir
con el plan.
Cuando
entramos a la habitación, él se fue directo al baño, mientras que yo me fui
directo al guardarropa, al final mi vestido no tuvo el efecto que yo quería, ya
que apenas lo vio, pero no estaba desanimada, el plan seguía en marcha.
Abrí las
gavetas de los pijamas y encontré el que quería, rápidamente me lo puse y me
solté el moño que tenia. Salí de ahí y como lo había pensando, él ya había
salido del baño, ahora estaba mirando por la ventana y nuevamente mis
suposiciones estaban en lo correcto. Cuando me vio pasar al baño, pude notar de
reojo que me quedó mirando, yo pase como si él no estuviera ahí y me metí al
baño, cerré la puerta de un solo golpe y me mire al espejo de nuevo.
—Wow –salió de mi boca. Me veía sexy. El “pijama”
era celeste oscuro y un poco transparente en mi abdomen, se podía ver mi piel,
exponía mis hombros y parte de mi espalda, mientras que mis pechos y mi trasero
no se veían, pero aun así, era muy poca tela.
Mi pelo
estaba desordenado, como si hubiera salido de cualquier actividad poco decente,
eso estaba bien. Me lave los dientes tranquilamente, haciendo tiempo. Salí del
baño y ahí una suposición se fue al suelo. Alex tenía que estar ya en la cama,
pero solo seguía mirando por la ventana, lo que me sobresaltó, no lo había
notado bien antes, pero por lo visto no usaba pijamas, estaba solo con sus bóxers.
Trague saliva al notar que era completamente perfecto, claro solo físicamente.
Fui tranquila a la cama y me metí en ella,
dejando la sabana bien abajo, no sé si era mi impresión o estaba haciendo calor
aquí. Pude notar que en el lado de Alex, en la cama, había un pantalón de
pijamas color azul marino, fruncí el ceño, pero mi atención se centro en Alex,
que ahora se estaba moviendo.
Comenzó a
acercarse lentamente a la cama y su mirada era…bueno era la mirada de Alex, con
eso basta, se posicionó al lado de la cama y miró el pantalón para después
observarme, por un momento paso una idea en mi cabeza pero se esfumó por lo
ridícula que era aunque luego de un segundo no parecía tan irreal.
Alex comenzó a bajar su bóxer como si fuera lo
más normal del mundo, cerré los ojos antes de ver algo peligroso, escuche como
se río.
—Listo
santurrona… —su voz era ronca, lo que me llamo la atención porque era más de lo
que estaba acostumbrada. Sin chistar abrí los ojos, me sorprendió que haya
confiado en lo que dijo, pero esta vez estaba bien, tenia puesto esos
pantalones, que le quedaban ajustados a la cadera. Después Alex se metió
lentamente bajo las sabanas –debo decir que te has adaptado bastante rápido
como para ya estar usando “ese” pijama ¿alguna ocasión especial? –levante los
hombros quitándole importancia y me recosté mejor en la cama dándole la espalda
–Oh ya veo, me hablas un poco y luego…
—Buenas
noches Sr. Lenardis –sonreí mientras le daba la espalda, triunfante ya que
luego de unos segundo no dijo nada. ¡Victoria uno, Alex 1000!....algo es algo
¿no?
— ¿Cuál es
tu juego? –su voz ahora venía de más cerca, lo que me puso nerviosa y me voltee
para encontrármelo apoyado en su mano, de lado, mirándome con esa sonrisa
coqueta que me ponía más nerviosa de lo que deseaba.
—Nada, todos
te llaman así ¿no? –mi voz era segura y nuevamente me sentí orgullosa, además
la vista de Alex se fue por toda la parte que la sabana no tapaba.
—Sí, pero
ellos son mis empleados –sin duda estaba en lo correcto, su voz estaba más
ronca de lo usual y por lo que entendía, los vampiros no se resfrían.
— ¿Y yo que
soy?
—Por ahora
nada –no dudó en responder. Levanté mis hombros nuevamente y le di la espalda.
Pensé luego de unos segundos que había resistido a hacer cualquier cosa, pero
para mi sorpresa, sentí un frío dedo que paso por mi columna, haciendo que me
dieran escalofríos. Me voltee rápidamente, sin evitar recordar el sueño de
la noche anterior.
— ¿Si?
–tenia ambas de mis cejas levantadas, para poder concentrarme, ya que mi
corazón estaba latiendo con fuerza y mi respiración estaba pesada.
— ¿Debo
tomar esta particular vestimenta como algún tipo de seducción de tu parte? –mis
labios estaban entreabiertos mirándolo, mientras trataba de hacer alguna idea
en mi cabeza para responderle. Alex estaba demasiado cerca.
—Tómalo como
quieras, pero no estoy tratando de… —me hizo callar poniendo su dedo índice en
mis labios, eso me tomo por sorpresa. Era bastante frío, lo fue bajando de a
poco, mientras yo lo miraba callada, tomo delicadamente mi mentón y paso su
dedo pulgar por mi labio inferior, eso hizo que mi respiración se volviera más
errática.
—Me gusta cómo
te queda –no sé si era él o yo quien se movía, pero ahora lo tenía más cerca —
¿lo has hecho para mí? –ahora estaba su dedo índice jugando con mi labio
inferior. Esto no estaba saliendo como yo quería, no tenia control absoluto de
lo que pasaba –Y bien ¿algo que decir o solo estas concentrada en mis labios?
–eso era cierto, no había mirado ni sus ojos y ni pensaba hacerlo, ahora sin
dudas quería esa boca junto a la mía y no me importaba nada ¿Qué plan?... ¡al
carajo el plan! –No dices nada… —como estúpida asentí y sus labios marcaron una
sonrisa coqueta –Bien —dejo mis labios para ir lentamente con su mano por mi
cuerpo, yendo por mi cintura hacia mi muslo, lo que me causo escalofríos, claramente
no de miedo ni de frío.
Me tomó de
tal forma que quedé recostada en la cama, pero ahora en forma horizontal,
mientras que él seguía mirándome y teniendo sus labios a centímetros de
distancia.
–Estas
cediendo….me agrada –no importa si lo que sentía era de verdad o de mentira,
aquí la ganadora iba a ser yo porque iba a sentir sus labios e iba a ganar más
confianza con él, lo que me daba más libertad –Mmm…Vittoria –susurró, lo que
hizo que mi corazón saltara, debía decir que me encantaba que tuviera ese
acento –No eres capaz de decir ni una sola palabra… —lo tenía sobre mí, si, no
me importaba, solo lo quería a él y lo iba a obtener.
Su agarre a
mis caderas fue más firme con una de sus manos, lo que me obligo a levantarlas
un poco por la sorpresa y haciendo que chocara contra él, lo que le saco un
exquisito gruñido ¿me dio miedo? Ni un poco, quería escuchar eso de nuevo.
–Cuidado… —su sonrisa hizo que solo ya me
estuviera impacientando, no me importó que ahora pudiera ver sus colmillos, eso
me hacían quererlo más — ¿sabes que mito es verdad sobre nosotros? –Solo negué
como la más estúpida del mundo –Somos excelentes en la cama –lo que dijo solo
hizo que tragara saliva y mis respiración ya no fuera capaz de tranquilizarme.
No sabía qué hacer, ya que aquí, yo no movía ni un solo dedo, todo lo estaba
haciendo él.
Cerré los
ojos tratando de concentrarme, pero todo empeoró, porque sentí como su mejilla
por el lado derecho, fría como el hielo, pasaba lentamente por la mía, como así
sus labios iban pasando por mi piel hasta llegar a la comisura de mi boca, me
moví un poco para encontrar sus labios, pero él rápidamente los alejo de mí.
Abrí los
ojos, frunciendo el ceño, lo que hizo no me gustó, pero él me miraba sonriendo
con arrogancia, hasta que comenzó a hablar.
–Recuerda esto Victoria, tengo más años
viviendo en este mundo…y no vas a ser tu la que me haga caer en una trampa, no
en este campo de batalla –se alejó de mí y me tomó rápidamente dejándome en la
posición que estaba al principio de todo –No soy estúpido.
— ¡Alex! –lo
mire frustrada, bien de primera quería engañarlo, pero ahora podía pasarlo bien
mientras lo engañaba.
— ¿Qué? –Su
sonrisa no se borraba –lo pudimos pasar muy bien, pero lo has arruinado al no
ser honesta, además ya he tenido bastantes bocas por este día –su sonrisa era
lo más desagradable que había visto ahora.
— ¡Olvidado!
jamás vas a tener esta oportunidad de nuevo, no te volveré hablar en mi vida ¡y
te lo puedes pasar con tus putas! a mí no me importa –me puse de pie y tome mi
almohada, pero él me detuvo antes de poder dar un paso, quedo al frente mío.
—Recuéstate –di
un paso para el lado, pero él gruño –Victoria, hazme caso –levantó mi brazo con
su agarre apretando fuerte, muy fuerte.
— ¡Ah! –le
grité, pero no me soltó, hasta que lentamente hizo que me sentara. Puse la
almohada donde estaba y me tapé con las sabanas, recién ahí el se acostó a mi
lado.
—No es mi
culpa que te tenga que tratar así, te comportas de una forma infantil y
rebelde, nunca olvides que siempre dormirás a mi lado.
—Eres un
cerdo sádico y pervertido –le di la espalda y me acomodé, pero su voz en mi oído
hizo que sobresaltara.
—Y aun así
hace segundos atrás querías que te besara… —cerré los ojos con fuerza y me
quede así, hasta que de verdad mis ojos se fueron relajando y haciéndome
dormir, esto no había resultado ni un poco, Alex me había descubierto, no tenia
como ganarle ¿en qué momento lo pude pensar?
Al día siguiente, sentí como Alex se
levantaba e iba al baño, para luego desaparecer de la habitación, sin dejar
nota ni nada esta mañana. Rendida me levanté e hice lo mismo que las dos mañana
ya pasadas. Baño, ropa, comida con una italiana que no le entendía nada y luego
me senté en la escalera mirando a la puerta, sin decir nada.
Lo de anoche
me había desanimado realmente ¿Cómo Alex pudo saber todo? además ni siquiera
gane de ninguna forma, esto era demasiado injusto. La puerta principal se abrió
lentamente apareciendo un vampiro bastante conocido, con una sonrisa.
—Escuchamos
un corazón latir cerca –dijo sonriendo. Me puse de pie en un segundo y me
apresure en llegar a la puerta. Abrí ambos lados y encontré a Javier y Ezequiel
en su traje de siempre y en su posición habitual.
—Hola chicos
—sonreí a ambos.
—Hola
Victoria —Javier me sonrió. Miré a Ezequiel, pero su mirada era hacia al
frente.
—Buenos días
–dijo después de unos segundos, haciendo que mi corazón se acelerara de la
emoción.
—Buenos días
Ezequiel –mi ánimo subió bastante por mi avance.
—Ahora… —la
voz de Javier se endureció — ¿Qué le sucede? –di unos pasos adelante y me senté
en uno de los escalones. Agradecí que Ezequiel no dijera nada sobre que estaba
pisando un centímetro de la salida delantera.
Para mi
sorpresa, ambos se sentaron a mis lados, miré a Ezequiel con una sonrisa, pero él
seguía mirando hacia adelante.
—Estoy
cansada de esto, me quiero ir.
—Usted sabe
que nosotros no podemos ayudarla –la voz de Javier aun era amable.
—Lo sé —casi me caí de espalda cuando escuche la voz
de Ezequiel ahora.
—Aun así,
escuchamos más suspiros en un minuto de lo que se escucha en horas, eso es un
método de manipulación –su voz era firme.
—Lo siento
–lo mire seria –pero lo único que puedo hacer es eso…suspirar ¡él no me deja
hacer nada! –me siguió hablando Ezequiel, mientras lo mirábamos con Javier.
—La dejó
salir hacia el patio trasero, yo ni siquiera la hubiera dejado salir de la
habitación –aquello me hizo enojar. Lo que hacía Alex por mí, no era nada
bueno.
— ¡Eres tan
desagradable conmigo! pensé que eras así con todos pero ahora lo dudo, porque
de algo en ti se tuvo que haber enamorado Javier –mire hacia el suelo enojada,
hasta que después de un segundo escuche como se reía Ezequiel mientras que
Javier me sonreía.
—No
entiendes Victoria –me llamo la atención como me llamo, Javier siempre mantenía
esas palabras de respeto, en cambio Ezequiel no –solo debes dejar de jugar y
empezar hacer preguntas para poder entender todo, nosotros no podemos responder
nada.
—En
realidad… —ahora habló Javier, frunciendo el ceño –yo no tengo mucho que hablar,
pero Ezequiel lleva más tiempo con el Sr. Lenardis, él sabe más.
— ¡Javier!
–lo regañó Ezequiel, con el ceño fruncido.
— ¿Qué?
–pregunto el involucrado.
— ¡No tenias
porque decirle eso! –no quería estar provocando una discusión entre dos
personas….error, entre los dos vampiros que me ayudaban a seguir estando un
poco cuerda.
— ¡Ey!...basta
–dije levantando las manos –de todas formas –mire a Ezequiel –no me dirás nada,
así que no importa quien dice que.
—En eso
tienes razón –dijo ahora más tranquilo –ahora ¿estás más despejada, ya qué has
hablado con nosotros? –lo mire seria, era estúpido lo que decía, pero me
sorprendí de que me haya sonreído.
—No, me
quiero ir con mis padres, ustedes no entienden…yo no pertenezco aquí
–nuevamente mi humor se fue abajo tan rápido que me sorprendió.
—El Sr.
Lenardis dijo que ibas a estar desanimada hoy –Javier me miraba preocupado — ¿sucedió
algo? –negué sin controlar lo rojas que se estaban poniendo mis mejillas al
recordar lo de anoche.
—Oh… —ahora
escuché la voz de Ezequiel –veo que algo te avergüenza…y por lo poco que te he
visto debe ser porque algo pasó anoche, tenemos entendido que el duerme contigo
–lo miré con los ojos bien abiertos, mostrando mi sorpresa –por favor, yo
arregle tu guardarropa, así que no te sorprendas –mis labios marcaron una
sonrisa al escucharlo.
— ¿Y aun con
eso no pensaban que Alex sabia que eran gay? –ambos hicieron una mueca,
demostrando que no eran buenos escondiendo cosas.
—Victoria,
te diré esto solo una vez más, comienza a ser preguntas y pronto porque estas
solo viviendo un martirio por nada.
—Bueno no
sirve de nada ¡ya que ayer solo jugó conmigo, ni siquiera me besó! así que aceptando
o no aceptando esto, él igual me hará sufrir.
—Ooh….
–ambos dijeron lo mismo al mismo tiempo.
—Eso sí es
ser cruel… —Javier sonrió.
—No, eso es
ser astuto –dijo Ezequiel –pero no puedo decir nada, ahora mejor entras porque
estas en el lado frontal donde no estás autorizada.
—Estas
bromeando ¿cierto? –lo miré mientras mi ceño se fruncía, él negó — ¡pero
Ezequiel! ¡Vamos! me aburro adentro.
—No si vas a
la piscina –me sonrió, ahora veía que solo estaba siendo pesado conmigo al
principio, es más, sentía como un deja vu con él.
— ¿Qué
piscina? afuera no hay piscina, estas mintiendo –ambos rieron, los miré confundida.
—Claro que
afuera no, en el tercer piso –Javier lo dijo como si fuera algo obvio de saber.
Levante los hombros con indiferencia.
—No importa
donde quede, no tengo ningún traje de baño aquí.
— ¡¿Qué has
dicho?! –Salió Ezequiel poniéndose de pie, me sobresalto su movimiento –Yo hice
mi trabajo de una forma excelente, hay todo tipo de trajes de baño ¡ven
conmigo! –Me puse de pie lentamente, Javier miraba entusiasmado, pero Ezequiel
le arruino el ánimo –Cariño, tu no, debes cuidar este, no demorare nada –los
quede mirando y una sonrisa se marco en mis labios. Jamás en mi vida alguien me
iba a tratar con tanto cariño –Vamos pequeña –me llamó la atención el cambio de
Ezequiel conmigo, me gusta esta faceta sin duda alguna.
Le hice
señas a Javier y nos fuimos con Ezequiel a mi habitación, apresurando el paso,
porque no le gustaba dejar solo a Javier, así que pasamos directo al
guardarropa. Él sonriente y lleno de arrogancia me mostró una pared.
— ¿Qué?
–dije dudosa, él rodó los ojos.
— ¿Lo viste
sola? ¿El Sr. Lenardis no te lo mostró? –negué y luego él sonriendo empujo
delicadamente la pared y esta se abrió, mostrándome bastante bikinis y ropa de
verano que estaba ordenada exactamente como todo lo demás. Había tres espacios más
como lo que Ezequiel me había mostrado, corrí a ver y los presione para ver que
él tenía toda la razón….había ropa de temporada, verano, otoño, invierno y
primavera.
—Wow…Ezequiel,
has hecho un hermoso trabajo.
—Bien…ahora
por esto, elegiré el que te pondrás ¡verde! tu color favorito –lo miré
sorprendida ¿cómo sabia eso? él se
volteó lentamente a mi –haz como que no dije eso, por favor, él se puede
molestar bastante.
— ¡¿Qué
diablos sucede aquí?! –ya me estaba desesperando, sentía como mi humor cambiaba
cada segundo debido a los misterios que recorrían este lugar y todo lo que
involucraba a Alex.
—Te lo
digo…hazle las preguntas a él, de aquí no podrás salir Victoria…ahora ¡el
bikini! –muy bien, el cambio de tema de Ezequiel me demostraba quien era el
activo en la pareja. Sacó uno de los que estaban colgados y me lo pasó
–esperaré a fuera, quiero ver si es tu talla, aunque no lo dudo –salió
rápidamente cerrando la puerta y comencé a sacarme la ropa, la dejé toda tirada
ahí y me puse el bikini, debo decir que me animó mucho el comportamiento de
Ezequiel. Abrí la puerta con rapidez.
— ¡Listo!
–Miré a todos lado y no había nadie — ¿Ezequiel? –en vez de escuchar su voz
como respuesta se abrió la puerta del baño y de ahí salió Alex, que tenia
puesto unos pantalones oscuros y una camiseta verde.
—Creo que
hemos combinado hoy…aunque debo decir que tú luces fantástica –mi expresión se
entristeció de inmediato al verlo y comencé a ir al guardarropa para cambiarme,
pero como era de costumbre ahora, Alex se interpuso entre la puerta y mi mano.
— ¿Qué
quieres?
—Por lo que
me dijo Ezequiel, esa pregunta debería hacértela yo a ti –suspiré y lo miré agotada,
no tenia ánimos para pelear con él, no en esos juegos de “Tú no tienes la
razón, yo si”
—Es cierto,
pero tú no me respondes nada, así que me estoy rindiendo, ya estoy cansada
–lo miré esperando una expresión de su
parte, pero como siempre, fue indiferente a mí.
— ¿Ibas a la
piscina no? –rodee los ojos a su cambio de tema.
—Si –dije de
mala gana.
—Te
llevare…sígueme –comenzó a ir hacia la salida y pensé que era mejor seguirlo,
por lo que lo hice.
Me fui
detrás de él, sin decir nada, mientras miraba para donde íbamos. Esta casa era
inmensa, jamás dejaría de conocerla, solo un par de vueltas y ¡boom!...había
una escalera. Subimos y pude notar como mi boca se abría al ver el lugar. El
techo era todo de vidrio, dejando entrar el sol justo cayendo los rayos en una
inmensa piscina, también estaba un gran ventanal, que abarcaba todo el extremo
opuesto donde estábamos, dándonos una perfecta vista de los jardines. El lugar
era gigantesco, el piso era de cerámica, con un diseño hermoso, con colores
verde musgo y un azul suave.
— ¿Te gusta?
–Alex sonreía mirando el lugar. Tenía que decir que casi toda la casa era de mi
agrado, tenía colores que a mí me gustaban y muebles que me encantaban.
—Es hermoso.
—Sabia que
te iba a gustar —tranquilamente se fue a sentar a un sofá blanco –bien, la
piscina es toda tuya, te acompañare desde aquí, para ver que no te ahogues.
—Muy
considerado de tu parte –dije mientras avanzaba al otro extremo de la piscina.
Debo admitir que me puse nerviosa al imaginarme que él me miraba y no traía
mucho puesto que me cubriera, pero luego de unos segundos, al recordar lo de
anoche, me dio lo mismo. Él no haría nada, ahora estaba segura, el mismo dijo,
que yo tenía casi que rogarle y eso no iba a pasar, era demasiado orgullosa
para caer en un juego tan estúpido como ese.
Pasé
lentamente mi pie derecho por el agua, estaba perfecta, una piscina temperada,
así que me fui metiendo de a poco, hasta que decidí que era demasiado aburrido
de esa forma y me metí completamente y comencé a nadar hasta el otro extremo.
Estuve así bastante tiempo, decidí en no tomar atención a Alex, por lo que solo
me concentré en como se sentía el agua en mi cuerpo, era relajante y más cuando
decidí nadar de espalda, estaba llegando nuevamente al otro extremo ya mas
cansada, cuando vi que una sombra me tapaba la luz de sol.
Abrí los
ojos y vi a un sonriente, pero arrogante Alex con un traje de baño y listo para
lanzarse al agua.
—Me has
convencido…hace mucho que no nado.
—Nunca te
dije nada –mi voz estaba cargada de sorpresa y no solo de que se iba a lanzar
conmigo, sino de cómo lucia, se veía perfecto.
Después de un segundo ya no estaba en su
lugar, sino que me voltee y estaba en el comienzo de la piscina, donde se lanzo
sin ningún miedo y luego de otro segundo lo tenía al frente mío, con su cabello
mojado y su rostro lleno de gotas.
—Te ves
sorprendida –como siempre su tono arrogante hacia que volviera a tierra y
dejara de pensar en otras cosas que no eran importantes.
—Claro, no
es fácil ver como una persona se mueve de un lado a otro tan rápido.
—Tampoco es
fácil ver como una humana se puede ver tan bien solo con un bikini –mi mejillas
se pusieron rojas como tomate, así que por mi propio bien me fui alejando de su
lado —¿Por qué te alejas?
—Porque me
das miedo, eres un vampiro, el que me secuestro…y…
—Y tu eres
la secuestrada que no está actuando como debería, tienes tus momentos de
debilidad, pero eres fuerte y te adaptas, eso me agrada — ¿lo que había dicho
fue un cumplido? De todas formas me fui alejando –No confías aun en mi –negué —
¿Por qué?
— ¿Por qué? ¡Me
has dicho que solo me quieres llevar a la cama y luego convertirme! me has
separado de mi familia y tienes la manía de acorralarme en cualquiera lugar que
esté, puede ser en contra de una pared, ahora en la piscina o anoche contra una
cama –lo último se lo tenía que sacar en cara.
—Como
digo…no actúas como si te desagradara tanto estar cerca de mí y no tienes idea
del por qué—bien, tenía un buen punto el vampiro desquiciado.
—Tienes
razón, pero no por eso voy a confiar en ti, eres desagradable y siempre me
tratas mal.
— ¿Por qué
te sigues moviendo? –cambió de tema, excelente, no me había dado cuenta que
seguía escapando de él.
—No tienes
forma de escapar de mi, ni siquiera aquí en la piscina –llegó al frente de mí
en un segundo y se apoderó de mi cadera sin dejarme escapar de él, haciendo que
mi piel comenzara a arder donde tenía sus manos.
— ¿Qué
quieres de mi? –lo mire fijo, realmente quería respuestas y Ezequiel dijo que
solo Alex me las podría dar.
—Ya te lo
dije —repentinamente se puso serio.
—Lo sé, pero
¿Por qué yo? hay chicas lindas por ahí, incluso dejarían a sus familias
voluntariamente.
—Pero yo no
las quiero a ellas, tu eres mía –frunció el ceño mientras mis pies no paraban
de moverse, podía pasar a llevar sus piernas, ya que estábamos en un nivel más
profundo. Nuevamente estaba jugando conmigo.
—Yo no soy
tuya ¿Cuándo lo entenderás? –de inmediato tensó su mandíbula. Rodeé los ojos, él
no era capaz de tener ni un poquito de paciencia –Bien, digamos que soy tuya
–me miro curioso — ¿eso indica que tu eres de mi propiedad igual? –su expresión
no me indicaba nada, así que desistí –claro que no lo eres Alex, menos si
llegas luego de haber hecho Dios sabe qué cosa ayer –me traté de escapar,
tomando aire y sumergiéndome en el agua, pero fue un gran error porque lo tenía
abajo, esperándome mientras ahora me acorralaba completamente contra la pared,
bajo el agua, me asusté al pensar que me podía ahogar, pero solo se mantuvo
cerca y paso su mano por mi mejilla….jugando, siempre jugando.
Me moví arisca a su toque, pero él se acercó a
tal nivel que podía rozar su nariz bajo el agua, sus ojos estaban fijos en los
míos mientras mi corazón latía con fuerza, pero recordé lo de anoche y lo
pésimo que me sentí. Él realmente me había rechazado, aunque de una forma haya
descubierto que lo trataba de engañar, me dolió lo que hizo.
Giré mi
rostro de él, al hacer Alex se enojó y yo subí a la superficie con rapidez. Segura
llené mis pulmones con aire y me afirmé del piso. De un impulso salí de la
piscina, noté que en el sofá había toallas, tomé una que era gigante, de color
blanco y me envolví en ella mientras bajaba las escaleras, sin voltear a ver a
Alex.
De un golpe abrí la puerta de la habitación y
tiré la toalla en la cama, mientras iba al baño.
— ¡No me
puedes hacer eso! –escuché la voz de Alex detrás de mí mientras sentía el golpe
de la puerta. Me gire valiente a enfrentarlo.
— ¡Te dije
que no iba a sentir nada por ti! –no le iba a expresar lo de anoche.
— ¡Eres
endemoniadamente orgullosa, maldita sea! ¡No contaba con eso! –se veía muy enojado.
—No esperes
nada diferente de mi –avancé para ir por mi ropa y poder cambiarme en el baño.
— ¡Victoria!
–Lo volví a mirar –no tengas ilusiones que escaparás de aquí –ya no me
quedaban, era imposible y lo había visto ayer, él notaria cualquier plan –y si lo hicieras, aunque es imposible ¿Cómo
llegaras a la civilización? yo llego en avión y si por un milagro lo haces ¿Qué
le dirás a tus padres? ¿Qué te raptó un vampiro? solo le romperás aun más el
corazón al ver que solo te escapaste con Dios sabe quién y luego vuelves…jamás
volvería a ser como antes y ¿tus amigas? las perderías porque explicarías una y
otra vez que es lo que pasó, pero nadie te creería ¡nadie! no tienes opción –su
voz era dura y malvada, lo estaba diciendo todo para herirme…y lo logró.
—No importa
lo que digas –mis ojos se llenaron de lágrimas, él tenía razón, ya mi vida
nunca sería como antes. Mi labio inferior hizo un mohín –pero aun así seria
libre, no como aquí contigo, puedo estar actuando raro como para estar en esta
situación, pero aun así ¡recuerda que nunca me tendrás! –me estaba hiriendo,
por hacer que me contradiga en lo que digo y pienso.
Me apresuré
para llegar ahora al baño, pero Alex de un momento a otro hizo que estuviera
entre su cuerpo y la pared. Tomo con rapidez mis manos y las dejó a nivel de mi
cabeza, sin poder defenderme, así que comencé a gritarle.
— ¡No,
suéltame! ¿Crees que sufriré del síndrome de Estocolmo? yo nunca, pero nun…–no
pude seguir hablando, porque él me hizo callar y esta vez no fue con su mano,
sino que fue con sus labios.
Apenas me
moví un par de veces para esquivarlo, salvando algo de orgullo, pero luego ya
fue imposible. Mis labios comenzaron a responder con bastante entusiasmo, los
suyos eran tan fríos como me lo imaginé en mi sueño y se movían con fuerza
contra los míos. Mi corazón estaba a mil latidos por segundo mientras aferraba
mis manos a las suyas, acerqué mis rostro a él, para tener más de sus labios,
pero Alex solo respondió empujando contra mí, era un beso agresivo sin duda,
pero luego cambio a ser más pasional, cuando sentí su fría lengua en mi labio
inferior rápidamente le di acceso para que se uniera a la mía y eso si que me
descontrolo un poco, ya que sus movimientos eran tan suaves, mi corazón casi se
salió de mi pecho al sentir en mi lengua uno de sus colmillos, eso hizo que
saliera un leve gemido de mis labios, lo que me sorprendió bastante.
Alex sonrió
y siguió besándome, mientras que yo me iba acomodando mejor con él y levante mi
pierna izquierda sobre su cadera, de inmediato él soltó mis manos y me ayudó,
así pude enredar mis piernas en su cadera mientras que mis manos rápidamente
iban a su cabello y su cuello.
Me concentré
a sentir ese beso al máximo nivel y me estaba volviendo loca, pareciera que
jamás me cansaba, quería más y más. Seguí moviendo mis labios contra los suyos
ahora con más fuerza, mientras que mi respiración era pesada, no podía decir
que era la única porque las manos de Alex en mis muslos tenían un agarre
bastante fuerte y tuve que cerrar los ojos al sentir que su mano derecha iba
subiendo por mi espalda, hasta llegar al nudo de mi bikini, el cual comenzó a
tirar, deshaciéndolo en un segundo y con eso tuve que separarme un poco de él, con
el dolor de mi alma.
—No… —ni
siquiera reconocí mi voz al escucharla. Mojé mis labios, porque sentía que los tenía
hinchados, mientras que mi respiración era pesada.
—Está bien —Alex
me sonrió y con cuidado me bajó, aun sujetando la parte de atrás –voltéate –le
hice caso, aun con la cabeza en las nubes deje que hiciera un nuevo nudo –listo
–me giré a verlo, nerviosa. Miré sus labios y me di cuenta que ahora podría
pasar mi vida besándolo…
—Eh… —no sabía
que decir, esto era incomodo. Miré su rostro por completo, dejando de ver sus
labios solamente y pude ver que él tenía una expresión bastante alegre.
—Bien…de
verdad logras que me desespere cuando no te callas, ya veo cual es la solución —
¡¿Qué?!...¿eso iba a decir? Fruncí el ceño enojada.
—Permiso…
—mi voz volvió a la normalidad y me fui a buscar mis cosas al guardarropa y
entré al baño con el ánimo bastante bajo mis pies.
jakjakajkajkkajakjakaj
ResponderEliminar"besame sin miedo con el corazon dame un beso que me lleve hasta el sol"
dios se me vino esa cancion a la cabeza altiro... ke raro XD
dios ese alex si ke la sabe acer... aora entiendo tantas cosas... Danii tienes un serio problema, creo ke te as enamorado de tu propia creacion... ay una pelicula ke salio ace poco sobre eso... :Z
kajakjakajakjakajk
me encantaria estar en una casa asi secuestrada por un ser cm el... aunque lo bruto no se lo sake nadie :P
ahahahahah q cap más confuso!! siempre me confunde!!
ResponderEliminarprimero Porq abajo de la foto dice Javier ?? hace tiempo q pasaba x alto eso ... lo de Ezequiel y Javier... la confusión xD eeen fin a quién le importa!! eso dos me encantan !!
por ahí leí q toda mujer necesita un amigo gay y Victoria lo tiene x partida doble !! q más qiero!!
además d tener a Alex Gatito !!
por otra parte en esté cap siempre me siento como ella ... confundida y dolida es q ésa Gatito !! gggrr!!
pero lo perdono x sexy xD
*Kathy *
Bueno, por lo menos Alex consiguió tener un avance con Viky aunque el orgullo de ella no le permita disfrutar tanto del éxito.
ResponderEliminarCabron!!!!!! pero que bien se le da eso de la bipolaridad a esos dos, por eso son el uno para el otro.
ResponderEliminar