Capitulo 19
El camino se
hizo bastante agradable luego de aquel momento triste. Conversamos de cientos
de temas, como música, lo que estaba sucediendo a nuestro alrededor, no tener nada que me diga
lo que pasa en las noticias me hace la vida más aburrida. Descubrí que tenemos
muchos gustos en común, lo que me sorprendió, siendo que él era de 1503 y yo de
1993…eso me gustó.
Al llegar a
Santiago mis ojos casi brillaban al ver nuevamente una ciudad, luces, calles,
negocios ¡personas! como extrañaba esto.
—Ya quiero
ver en un tiempo más cuando ruegues volver a casa.
—Estar
recorriendo cada comunidad vampírica en el mundo para que me conozcan no tiene
que ser tan divertido como caminar bajo los árboles de una plaza.
—Si tú lo
dices –dijo doblando en una esquina. Había bastante gente en las calles, por lo
que me dediqué a mirar a cada una, como también pasaban los autos, cuando
estaban detenidos ¡esto era genial! y tan simple, siempre viví con esto, pero
estar privada de ello por un tiempo, bueno, tiene sus consecuencias.
—Ahora
recuerdo que me tienes secuestrada en tu casa –dije sin pensar muy bien en lo
que decía. Seguí mirando a todo lo que pasaba a nuestro alrededor, hasta que
noté que Alex no dijo nada sobre mi comentario, fijé mi mirada en él y estaba
serio, concentrado en manejar. No le dije nada, quizás así arruinaba más todo…Dios,
yo y mi bocota.
Más de media
hora manejando y Alex paró al frente de un edificio, lucia tan normal como
cualquier otra estructura, es más, su apariencia era de un edificio un tanto
abandonado ¿A dónde íbamos?
—Bien, hemos
llegado –dijo bajándose del auto, en ese momento alguien salió por el costado del
edificio y salieron luces de muchos colores desde la puerta…no puede ser ¿esto
era donde vendríamos a bailar? lucia extrañamente privado.
Alex abrió
mi puerta y me ayudó a bajar, un chico no más joven que yo recibió la llave de
Alex para luego mirarme unos segundos, en los cuales Alex me tomó de la mano y
me acercó a él.
—Sr.
Lenardis –le dijo un guardia que estaba al lado de la puerta, no lo había
notado. A pesar de que su melena tapaba un poco sus ojos pude ver que eran muy
negros y su piel tan blanca como la de Alex. Vampiro.
—Buenas
Noches —dijo Alex serio.
—Hace mucho
que no lo vemos por aquí ¿y la Srta. Charlotte? –abrí los ojos al escuchar lo
que dijo aquel hombre.
—No ha
venido esta vez.
—Pero ahora está
mejor acompañado, buenas noches Srta. Victoria –aferré mi mano a la de Alex.
—Buenas
noches –dije nerviosa. El guardia me sonrió, cosa que me puso incomoda.
—No les
quito más tiempo, adelante mis señores –mis mejillas se sonrojaron al escuchar
lo que decía. Alex le sonrío amablemente y pasamos a través de esa puerta.
— ¿No ha
sido fantástica tu primea aceptación? –lo miré extrañada mientras íbamos por
ese pasillo hacia las luces que se movían de un lado hacia otro.
— ¿Aceptación?
–él asintió.
—Cada vez
que te digan o te incluya en frases como la que dijo Oscar es porque ya te
consideran como su líder –esquivé su mirada llevándola hacia el suelo. Que
nervios me daba todo esto, era demasiada responsabilidad, por lo visto
–tranquila, luego se te hará algo muy normal, ya verás.
—No pensé
que otros vampiros sabían de tus planes –él rió, lo miré confundida.
— ¿Para qué
crees que fue la fiesta de la última noche del año? –ahí entendí, claro, habían
muchos vampiros ahí.
—Ya veo, pero
Javier y Ezequiel no me han dicho nada de esas palabras –Alex se detuvo antes
de que entráramos a las luces.
—Claro, para
ellos es más difícil aceptar a su futura líder, han visto lo que ha sucedido en
el pasado.
—Ah –eso tenía
lógica.
—Bueno,
vamos a pensar en otras cosas y a divertirnos, nos hace falta ¿no? –sonreí y
por fin entramos hacia donde estaban las luces.
Bien, nunca
pensé que esto podía ser tan grande. Había toda una pista bajo de nosotros, era
gigante. Estaba rodeada de sofás y de mesas donde había varias personas con un
trago en sus mesas, pero en su mayoría, todos estaban bailando en la pista.
— ¿Habrán más
vampiros aquí? –pregunté al notar que habían varios con las mismas
características de Alex.
—Así es, este
lugar es para nosotros, hay muy pocos humanos, uno que otro que desconoce estar
rodeado de vampiros…los cuales sirven para alimentarnos, sin que se den cuenta
y otros que no se puede tocar porque son de algún vampiro…como tu –lo miré de
mala forma, no me gustaba esa parte donde me hacían una propiedad.
Bajamos las
escaleras, mezclándonos de a poco entre las “personas” que había ahí, hasta que
llegamos a uno de los sofás, que rodeaba una mesa.
—Esto es increíble
–dije mirando a todos lados, este lugar era genial. Había una pantalla gigante,
arriba, en un extremo de la pista mostrando videos musicales, mientras la
música era espectacular. En un lado de la pantalla, debajo estaba el DJ
haciendo que todos se movieran a distintos ritmos.
—Estoy feliz
que te haya gustado…este lugar es de un amigo, creo que desde que lo tiene han
pasado décadas, vengo desde entonces.
—Pero ¿sin
bailar? –pregunté con la esperanza de que me diera una respuesta positiva
porque me estaban dando ganas de ir a la pista.
—Exacto…sin
bailar, nunca –me miró intensamente, supuse que era para convencerme de que no
lograría sacarlo de ese asiento.
Miré a mis
lados para ver que sucedía a nuestro alrededor, me quede de una pieza al ver
como un vampiro se acercaba al cuello de una chica que se veía bastante
tranquila, esquivé la mirada de inmediato y me concentré en Alex que me miraba
sonriendo.
—Dijiste que
esto era de un amigo tuyo ¿cierto?
—Así es
–nunca en todas estas semanas, Alex me había hablado de algún amigo de él — ¿Pasa
algo con eso?
—Jamás te había
escuchado hablar de un amigo ¿tienes más?
—Solo unos
cuantos más, en su mayoría viven en Italia ¿pensabas que no tenía amigos?
–Asentí, a lo cual él frunció el ceño –no soy un malvado que trata mal a todas
las personas.
—Claro…solo
a mi –dije en son de broma, pero él se quedo serio –no te pongas de mal humor
ahora.
—Tengo
amigos y lo paso muy bien con ellos –rodeé los ojos, a veces Alex podía ser tan
infantil.
—Sí, bebiendo
sangre de jóvenes virginales en los montes de Italia ¿no? –seguía tratando de
molestarlo y para mi sorpresa el cayó.
—No, no
cosas como esas…cosas normales –me reír de él y luego tomé su mano.
—Estás loco,
solo te estoy molestando…es obvio que tienes amigos, solo no se me ocurrió –él
quedó mirando nuestras manos y luego las fue separando de las mías de a poco.
Aquello me confundió. Miré hacia el frente y había varios rostros mirándonos,
pero luego esquivaron su mirada y noté que ahora Alex los miraba con el ceño
fruncido — ¿vamos? –dije instándolo a que fuéramos a la pista, pero él negó.
—Si quieres
puedo ir para que tomes algo ¿te parece? –Suspiré rendida, no lo podría sacar del
asiento para bailar –además va a venir Elizabeth con Raúl, debemos esperarlos
–de verdad que tenía todas las ganas de salir a bailar, Alex me estaba
desilusionando — ¿Voy por tu trago?
—Está bien
–salió del sofá tranquilamente, mientras se perdía en la multitud.
Quedé
mirando como todos bailaban y bailaban, era demasiado llamativo ir hacia allá.
Miré hacia donde se había ido Alex y decidí que no tenía porque quedarme
sentada mirando a todos divertirse mientras esperábamos a los demás.
Avancé solo
unos pasos lejos del asiento cuando un tipo se me acercó.
—Buenas
noches Srta. Victoria –vampiro, de inmediato se vino a mi mente.
—Buenas
noches –lo miré tranquila, no quería que se notara que me estaba dando miedo
hablar con él. Pude percibir que lucía un poco nervioso.
—Yo…el Sr.
Lenardis fue por un trago para usted ¿no? –Asentí sin entender porque estaba tan
nervioso – ¿Me permitiría bailar con usted solo una canción?
—Creo que
hay muchas chicas aquí como para que me elijas.
—Es
que…nunca más tendré esta oportunidad, bailar con nuestra futura gobernadora,
por favor, mi nombre es Samuel –dijo estirando su mano hacia mí. La estreché
con cuidado… ¿Qué mal iba a hacer bailando con el chico? Se veía de unos
veinte, un par de años mayor que yo, físicamente, puede que psicológicamente
tenía más de cien años, quien sabe.
—Está bien,
pero solo una canción ¿sí? –Me sonrío emocionado y tomó mi mano con cuidado –no
movimientos bruscos mira que me puedes quebrar…y Alex sí que se enojaría
–aquello lo hizo reír y después asintió. Tuvo más cuidado con mi mano y nos mezclamos
entre los demás que estaban bailando.
Diez minutos
después estaba con Samuel sin parar, claramente había pasado más de una
canción, pero esto era estupendo. Samuel solo bailaba y bailaba sonriéndome, no
hacía nada que dudara de seguir bailando con él. Lo que era muy agradable.
—Es
increíble bailando –me dijo más fuerte de normal por culpa de la música.
—Y eso que
no lo hacía desde hace mucho –no tuve que levantar la voz, sabía que él podía escuchar lo que decía.
— ¿Cuándo es
la unión?...aun no lo sabemos –dijo mas cerca.
—Creo que en
quince días más, entenderás que no tengo mucha informaron –él frunció el ceño,
sin entender claramente. Supongo que creía que estaba de voluntaria.
— ¿Y por que
eso? –ahora yo era la confundida ¿es que no sabía que no tenía mucha opinión en
ello? Sus ojos se fueron a mi mano –Oh… ¿aun no ha aceptado el anillo? ¿No lo hará?
–miré mi mano, era verdad, le había casi tirado el anillo a Alex por la cabeza.
Diablos…tenía que darle una respuesta a este vampiro o podría meter a Alex en
problemas.
—Sigo siendo
humana por unos días más, no me arriesgaría a perder el anillo más importante
de mi vida ¿no crees? –Samuel cambió su
expresión de desconcierto hasta relajarse y sonreír.
—Toda la
razón…mi Señora –una inevitable sonrisa se marcó en mis labios.
—Bueno, creo
que volveré con Alex, no me gusta dejarlo solo –Samuel asintió.
—La iré a
dejar para que no se pierda entre toda estas personas.
—Muchas
gracias –tomó mi mano, pero alguien más se adelanto y con un poco de brusquedad
atrapó mi mano.
—No creo que
eso sea necesario –aquello ronca voz que salió desde mi espalda hizo que me
recorriera un escalofrió por la espalda y no era de miedo necesariamente.
—Sr.
Lenardis… —dijo Samuel asintiendo, como fiel súbdito. Rodeé los ojos por tal
exageración.
— ¿Qué crees
que estás haciendo, chico? –Alex lucia enojado, pude notar que algunos vampiros
a nuestro alrededor se detuvieron de bailar y quedaron mirando hacia nosotros, tenía
que intervenir. Primero por Alex y segundo para que Samuel no saliera mal.
—Solo
estábamos bailando –dije tranquila a Alex –mientras tu ibas por mi trago, todo
está bien amor –mi corazón latió con fuerza al llamarlo así, pero tenía que
llamar la atención de Alex de alguna forma y sí que lo hice, me quedó mirando
casi en estado de shock.
—Permiso….fue
un gusto Srta. Victoria –le sonreí a Samuel.
—Igualmente,
en un futuro nos vemos, adiós –él asintió y luego desapareció entre los demás,
pude notar que todos volvieron a bailar.
—Victoria —me
llamó Alex, me sentí mal por haber utilizado algo así con él — ¿Tú…? –lo miré y
negué. Tomé sus manos e hice que nos fuéramos a un lugar más solitario, cosa
que era casi imposible, pero lo logré.
—No tenias
para que asustar a Samuel así que solo lo hice para no llamar la atención de
los demás –expresión de póker, así se le llama a quienes no demuestran sus
emociones, era exactamente la máscara que se puso Alex y de verdad me sentía
mal y no tenía idea del porque, solo me sentía así.
—Pues lo
lograste, felicitaciones, actuaste como se debía –sentía como si mi corazón se
estuviera partiendo, sabía que Alex no estaba así de relajado.
Se soltó de
mi agarre y comenzó a avanzar, alejándose de mí, me comencé a desesperar al
notar cómo se iba enojado. Por lo que tomé su mano, lo que lo hizo detenerse.
—Vamos —dijo
con tono frio. Negué, mientras me acercaba a él y lo rodeaba con mis brazos, él
se tensó de inmediato — ¿Qué haces Victoria? –jamás lo había abrazado de esta
forma y no pensaba hacerlo jamás, hasta ahora.
—Siento
haber utilizado esa palabra para llamar tu atención, no fue correcto aunque
políticamente haya estado bien para salvar la situación no lo es jugar con tus
sentimientos, lo siento –él tenía sus brazos a los costados sin hacer algún
movimiento.
—Victoria —dijo
un tanto incómodo.
—Cállate, te
estoy abrazando dulcemente, haz lo mismo –sentí como se rió porque tenía mi
rostro apoyado en su pecho, después lentamente sentí como sus brazos se movían
hacia mí y me abrazaba. Acerco sus labios a mi oído y me susurro.
—Harás que
no me teman si sigo así contigo –levanté los hombros.
—No me
importa, el respeto se gana haciendo lo correcto, no asustando a los demás.
—Por fin está
saliendo la Victoria más madura —busqué su rostro para ver sus ojos, ahora me
estaba sonriendo y sin dudas lo que le sucedía a mi corazón había pasado, me
sentía tranquila ¿habré sentido todo eso por lo de las almas gemelas?
—Creo que
ambos tenemos nuestros dos lados, como el Alex tierno que está ahora –dije
sonriendo victoriosa.
—No lo creo
–se acercó y sus labios aprisionaron los míos con delicadeza, haciendo que mi
corazón saltara de alegría, era sin dudas un beso dulce –Muy bien —dijo
separándose tanto de mis labios como de mí, tomó mi mano y nos llevó nuevamente
al sofá, donde estaba Elizabeth y Raúl.
— ¿Charlotte
no viene? –dije sentándome luego de saludarlos.
—No –dijo sonriendo
Raúl.
—Eso es una
buena noticia –que alivio no tener que ver a esa vampiro.
—Victoria… —dijo
Elizabeth reprobatoriamente.
—No lo puedo
negar, cierta persona la invitó aquí antes ¿no Alex? –Él estaba mirando hacia
la mesa que tenía varios tragos, en su mayoría de color carmesí — ¿Alex? –no me
tomó en cuenta, hasta que un hombro alto y delgado le dio un golpe el hombro.
Alex despertó de donde estaba mientras mi expresión se llenaba de pánico al
notar lo que ese vampiro le había hecho a Alex.
— ¡Hombre!
Que no me puedes hacer eso aquí ¡hay más gente! –dijo Alex…riendo, si, lo hacía
y con fuerza, mientras abrazaba a aquel desconocido.
—Él es Marco
–dijo Elizabeth cerca de mi oído con un susurro. La mire extrañada, pero no me
dieron tiempo de nada.
—Supongo que
esta es la afortunada Victoria ¿o me equivoco? –su cabello rubio y desordenado
resaltaba dentro de sus ojos oscuros y piel clara como la de Alex, aquel
vampiro era muy delgado y unas marcadas ojeras estaban exponiéndolo de una
pésima hambruna. Era guapo, sin duda alguna, lucia atractivo con esos
pantalones negros, camisa del mismo color y una chaqueta de cuero marrón con
varios bolsillos.
—Así es
–dije un tanto incómoda.
—No la
pongas nerviosa Marco –dijo Alex a su lado, estaba bastante relajado para ser
Alex.
—Pues un
gusto, eres tan hermosa como Alex me repitió por años –un fuerte empujón vino
desde Alex hacia él, haciéndolo reír.
—No hables
estupideces —lo regañó, el famoso Marco rodó los ojos y luego se acercó a mí.
—Marco
Dangelo a sus órdenes, mi futura
gobernadora –dijo tomando mi mano y dándole un suave beso. Aquel movimiento me
puso más nerviosa.
—Ella no
necesita nada tuyo, así que aléjate —Alex lo tomó desde la camisa por la
espalda y lo levanto alejándolo de mi.
— ¡Tan
celoso! –dijo riendo. Dejo su mano en el hombro de Alex, mientras este lo
miraba bastante feliz.
— ¿Cómo has
estado? –le dijo Alex ahora borrando su sonrisa y mirándolo más preocupado.
—Creo que
eres el indicado para saber que esa pregunta no se hace, no sirve de nada mi
querido amigo –Marco tenia marcada una sonrisa que ni por si acaso le llegaba a
sus ojos, esquivó la mirada de Alex y volvió a concentrarse en mí, para mi mala
suerte –espero que este troglodita le esté haciendo pasar un excelente momento.
—Está
haciendo todo lo posible, pero se rehúsa a bailar conmigo…lo que más quiero en
este momento –Marco miró a Alex, como si no entendiera lo que acaba de decir.
—Eso es
imposible ¡Alex siempre…!
— ¡Ey! –lo
interrumpió Alex, dándole unas palmadas en la espalda.
— ¿Alex no quiere
bailar, Victoria? –dijo Elizabeth, yo asentí.
—Hasta
Ezequiel me dijo que no lo hacía nunca.
— ¡Claro que
no lo ha visto, si nunca trae a Ezequiel aquí! –miré enarcando una ceja a Alex,
al escuchar a Marco.
— ¿Cómo es
posible que te considere mi amigo? –Alex miró a Marco.
—Bueno, si él
no quiere bailar conmigo, no hay nada más que hacer –mi voz sonó tranquila –tendré
que bailar con alguien más ¿no?
—Eso no es
necesario –dijo Alex de inmediato, mirándome serio.
—No vine
aquí a sentarme para ver como todos lo pasan bien –me defendí.
—Yo opino lo
mismo –dijo Marco –Así que bailarás conmigo, al igual como saldrá a la pista
Elizabeth y Raúl ¿no, chicos? –estos últimos asintieron y se empezaron a mover
para salir del sofá. También me puse de pie y me ubiqué al lado de Marco.
—Muy bien, creo
que tú tienes más agallas de bailar conmigo ¿cierto? –Alex miró con rabia a
Marco, mientras este sonreía.
—Claro, solo
soy un simple súbdito cumpliendo con sus órdenes –tomó mi mano con cuidado y
nos dirigimos no muy lejos de Alex, entre las personas a bailar.
— ¿De verdad
siempre baila? –le pregunté a Marco que se movía bastante bien.
—Sí, siempre,
pero contigo tiene un buen argumento para no hacerlo, solo lo molesto con
hacerlo quedar mal al frente tuyo –lo miré por unos segundos, para esperar un
argumento –no sé si te lo deba decir –dijo mirando a Alex –muy bien, me
convenciste –ahora se reía, este tipo era extrañamente simpático –Tengo claro,
que…debe contenerse mucho contigo.
— ¿Y con eso
te refieres a?..
—A que… —me
miró un poco incómodo, pero no podía entenderle. Miré a Alex y este estaba
sentado y casi podía decir que tenía sus ojos entrecerrados como si quisiera
saber lo que sucedía aquí –a que no han podido… ¡esto no es para hablarlo entre
todas estas personas! –dijo riendo, eso fue lo que bastó para que pudiera
entender. Llevé mis manos a mi boca.
— ¡¿Él te ha
dicho esas cosas?!
—Es mi
amigo, necesita con quien desahogarse…no cuenta nada de detalles, pero sí que está
un poco intranquilo cuando esta a tu lado, pero sé que hace lo posible para que
no te sientas presionada –me detuve de bailar, eso tenía que ser mentira, de
inmediato vino a mi mente lo que pasó hace horas atrás, a él se le dio tan
fácil alejarse de mí.
—Sin dudas
estas mintiendo –Marco se detuvo de bailar.
—Debes
descubrir lo que siente, Alex es muy reservado a penas me cuentas sus cosas a mí,
por lo que a veces te dice una cosa cuando siente otra, tu eres muy importante
para él, no lo puedes olvidar –se veía tan serio diciéndome eso, como si
estuviera esperando esta oportunidad para decirme todo.
— ¿Y por que
han parado de bailar? ¿Este pervertido te hizo algo? –miré asombrada a Alex,
que miraba reprobatoriamente a Marco.
—Nada, yo
soy un caballero, no como tu Alex –ambos se miraron por unos segundos, lo que
me puso nerviosa, ya veía que Alex le gritaba algo a Marco.
—Bien, ya estás
aquí, baila conmigo –Alex me miró con los ojos abiertos, no sé porque se le hacía
tan difícil bailar, en especial conmigo.
— ¡Excelente
idea! –Dijo Marco apoyándome y dándole unas palmadas en el hombro a Alex
–Suerte –se alejó en menos de un minuto, mientras Alex seguía estático al
frente mío.
— ¿Por qué
estas así? ya me dijeron que bailas, no te puedes escapar –tomé sus manos. Sus
ojos estaban fijos en mí.
—Así está
bien —dijo un tanto nervioso cuando lo acerqué.
— ¿Qué te
sucede? tú no eres así Alex, no tienes nervios o cosas por el estilo al estar
cerca de una mujer –tenia fija mi mirada en la suya, exigiendo una explicación,
pero me llamó la atención como la música paso de estar tan rápida a una tan
lenta, ambos miramos al DJ y a su lado estaba Marco y nos levantaba ambos dedos
pulgares, no pude evitar reír — ¿Ahora si? –Alex me regaló esa sonrisa tan suya
y me acercó a él de un movimiento. Dejó sus manos en mi cintura, mientras las mías
rodearon su cuello y ambos nos empezábamos a mover de un lado al otro.
—Conseguiste
lo que querías ¿no? –me susurró al oído, mandando descargas eléctricas a mi
cuerpo.
—No lo que
quería, sino lo que me correspondía, claramente quería algo más rápido, pero
por lo visto te pones nervioso –encontró mi mirada y sonrió mostrando levemente
sus colmillos, no sé cómo se acostumbraba a mantenerlos bajo sus labios para
que no los descubrieran los humanos, aunque a mí me encantaba que los mostrara.
—Marco es un
pésimo amigo, miente sobre mí, no debes creerle nada –su sonrisa me indicaba
que estaba mintiendo.
—No del todo
–esquivé su mirada porque casi me estaba derritiendo en sus brazos, por lo que
apoyé mi cabeza en su pecho, mientras nos seguíamos moviendo — ¿Qué son esos?
–dije mirando hacia arriba, viendo como un millón de pequeñas pelusas de
colores caían hacia nosotros. Alex miró hacia arriba y luego gruño.
—Maldito
seas Marco –miró para todos los lados — ¡hay demasiados humanos aquí! –en ese
momento las pelusas llegaron a nosotros y sentí como arriba sonaba algo y miles
de gotas de agua venían a nosotros ¡esto era genial! pero Alex se comenzó a
alejar.
—No —dije
tomando su mano para que se detuviera, me miró y negó, dando un paso para
seguir alejándose de mí, pero lo volví a detener, aferrándome a él –baila
conmigo –la canción seguía sonando, lo que encontraba demasiado lindo mientras
gotas caían sobre nosotros.
—Esto me va
a matar —no sé si fue mi idea o eso le entendí a Alex, pero se quedó ahí, al final
me rodeó con sus brazos mientras sentía como se tensaba. Algo volvió a sonar
arriba y de un momento la lluvia que había se tornó más fuerte, haciendo que ya
no fuera tierna y yo no pudiera bailar con él.
— ¡Vamos!
–le dije riendo a Alex, él me tomó de la mano y me llevó a través de esas
personas a un lado de la pista. Llegué y me apoyé en la pared, Dios…estaba
mojada completamente y llena de pelusas de colores. Segundo después Alex se
apoyó en la pared al frente mío, dejándome casi escondida bajo su cuerpo,
sentía como su frio aliento llegaba a mi frente, busqué sus ojos y me estaba
mirando.
—Así no es
fácil controlarse —su voz estaba ronca, mientras me miraba.
— ¿De qué
hablas? –apenas salió como un susurro mi voz, tenía a Alex demasiado cerca, lo
que estaba haciendo que mi temperatura aumentara notoriamente.
—Te ves
tan…sexy, toda mojada, con esas malditas cosas de colores por todo tu cuerpo y
tu ropa –pude sentir como su mirada iba de mis ojos a mis labios, haciendo que
automáticamente estos se abrieran un poco, como si anticiparan lo que iban a
sentir.
—Ya veo que
no se te hace muy fácil alejarte de mí –sonreí ante esa idea, ya no me sentía
nada de mal al lado de Alex.
—Claro que
no —llevó su mano libre a mi mentón y me hizo mirarlo fijamente, pude notar
ahora que Alex tenía una ojeras bastante parecidas a las de Marco…quedé
pensando unos segundos y saqué la conclusión ¡no se había alimentado! ahí
estaba la razón de esas ojeras.
—No te has
alimentado –mis ojos se estaban cerrando de a poco, era como si solo me
estuviera dejando llevar por Alex.
—No lo he
hecho, solo debo salir para encontrar a alguien ya que cierta persona me ha
tenido bastante ocupado en casa –mordí mi labio inferior por tenerlo tan cerca,
sus labios solo estaban a milímetros de los míos.
—Bien, me
hago responsable de eso —dije nerviosa, mientras giraba mi rostro, exponiendo
mi cuello.
—Victoria… —escuché
su voz bastante deformada, como si estuviera en un estado de agonía y
excitación al mismo tiempo —no juegues con eso –no me giré a verlo.
—No estoy
jugando…hazlo –mentiría si dijera que jamás me llamó la atención esto, desde
que leí el primer libro de vampiros quería saber de qué se trataba ser mordida
por uno, y ahora tenía la oportunidad….además de poder ayudar a Alex y hacer
cumplir la promesa que hice la otra vez.
— ¿Es en
serio?... ¿harías eso por mí? –lo miré con más coraje, se estaba demorando
demasiado y no me quería arrepentir.
—Solo hazlo
–Alex sonrió mostrándome sus colmillos que hicieron ponerme más nerviosa.
Repentinamente volvió a ejercer presión en mi mentón con su mano y me hizo
levantar un poco mi cabeza, dejándome más cerca de sus labios. Acercó su cuerpo
al mío, dejándome completamente acorralada y sin previo aviso unió nuestros
labios, haciendo que mi cuerpo entero reaccionara al contacto con su lengua.
Llevé mis
manos a su tórax, mientras él me besaba con aun más ímpetu, solo quería que
nadie me viera así con Alex, no era muy correcto que digamos, pero entre los
brazos de él, no era como si me importara demasiado. Cortó el beso para
quedarme mirando, solo giré mi rostro de nuevo para darle toda autorización a que
hiciera lo que tuviera que hacer.
—Solo dolerá
un poco, luego lo olvidarás –una mano quedó tomando mi mentón, mientras que la
otra iba a mi hombro. Fue dejando pequeños besos a través de mi cuello, lo que
me estaba haciendo que suspirar sonoramente hasta que sentí como sus colmillos
tenían contacto con mi piel, llevé de inmediato mi mano a su pecho e hice un
puño mi agarre en su camisa, después Alex, al notar que no me había alejado,
fue bastante rápido. Traspasó mi piel de un movimiento sacando de mi boca un
leve grito, pero no era nada que no pudiera controlar…hasta que sentí como Alex
se estaba alimentando de mi sangre, fue como si toda una ola de calor subiera
desde mis pies hasta mi cabeza, haciendo que me removiera un poco, tratando de
encontrar más contacto con Alex.
—Mmm… —escuchar
eso de Alex casi me descontroló aun más, pero me concentré para hacer lo que
fuera necesario para llevar mi mano a la de él que acunaba mi mejilla, la tomé
y él de inmediato entrelazó sus dedos con los míos, pero yo la llevé hasta mi
pecho, lo que hizo levemente gruñir a Alex, pero no se detuvo, comenzó a
acariciar esa zona mientras seguía bebiendo
de mi sangre, hasta que mis ojos se comenzaron a cerrar, no quería pero mis
parpados se volvieron muy pesado, fue en ese momento donde Alex se alejó, tomándome de la cintura y teniendo cuidado que no
cayera –Dios…eres…eres demasiado dulce, como nadie —dijo Alex apoyando su
frente en la mía.
—Eso
fue…increíble —dije afirmándome en sus brazos. Sentía completamente mi cuerpo
demasiado sensible a cada roce de Alex.
—Creo que es
hora de volver a casa —asentí, aferrándome a sus brazos.
—Alex —dije
buscando sus labios, él de inmediato encontró los míos y me besó, despacio,
amaba esos besos, era como si prolongara cada segundo. Se separó después de
unos segundos, delicadamente – ¿alguien nos habrá visto? –su risa llego a mi
directo a mi oído.
— ¿Ahora te
preocupas por eso? –miré hacia el suelo avergonzada –no te preocupes, que si
seguimos así nadie nos notara…y además estamos al lado de la salida de escape, así
que vamos –tomo mi cintura y me hizo avanzar mientras abría la puerta. Una
brisa de aire llego a mi rostro, haciendo que despertara de donde estuviera.
Con Alex
avanzamos hasta llegar a la entrada, lleve mi cabello a mi cuello para que no
se notara nada. El auto de Alex ya nos esperaba ahí, me ayudo a subir y me
acomode completamente agotada en el asiento.
— ¿Todo bien? –me pregunto mientras me giraba a
verlo, tenía una sonrisa de oreja a oreja, y cero marcas bajo sus ojos.
—Todo muy
bien, ahora solo quiero dormir… —dije cansada. Alex paso su mano por mi mejilla
dulcemente, lo que me sorprendió, pero no tuve energía alguna para siquiera
abrir los ojos. Me quede dormida, sintiendo aun la caricia de Alex.
Esta sí que
había sido una salida extraordinaria y completamente perfecta.
OMG!!!!
ResponderEliminarenvidio a vicky.. dios cn un vampiro asi hago y deshago XD
kajakjakajkaak
—¿Cómo has estado? –le dijo Alex ahora borrando su sonrisa y mirándolo más preocupado.
ResponderEliminar—Creo que eres el indicado para saber que esa pregunta no se hace…no sirve de nada mi querido amigo –Marco tenia marcada una sonrisa que ni por si acaso le llegaba a sus ojos, -
Marco ... :(
me da penita ...
me encanta la relación q tiene con mi Gatito !!
muy bueno el cap!!
* Kathy *
Me encanta
ResponderEliminar