Capitulo 24
No sabía cuánto había pasado, pero ya estaba cansada de seguir perdida
en esta oscuridad. No había sentido dolor, como tampoco nada especial, nada
sobre las transformaciones de vampiros que había leído. Solo estaba en algún
lugar, rodeada de oscuridad, durante demasiado tiempo, sin poder controlar mi cuerpo
y sobre todas las cosas…sin saber qué demonios estaba pasando a mí alrededor.
La desesperación estaba por ganarme, casi hasta el punto de llegar a la
locura, aunque segundos después sentí como miles de agujas estaban subiendo
desde mis dedos, tanto de los pies como de las manos, de una forma tan rápida y
profunda que aquella sensación abordó mi cuerpo hasta que se concentró solo en
mi corazón, acabando con los últimos latidos de este.
Sentía que me podía mover, así que lo primero que hice fue abrir mis
ojos, pero al hacerlo solo pude ver…mi cuerpo. Estaba recostada en la
habitación de Alex, nuestra habitación. Estaba vestida con un nuevo pijama
color negro, que era más corto de lo que usaría, pero lo deje pasar ¿Qué estaba
haciendo ahí? ¿Cómo me podía ver de esa forma?
— ¿Victoria? –al escuchar esa voz y notar como ahora me acercaba a mi
propio cuerpo, pude entender lo que estaba ocurriendo.
— ¿Alex? –estaba en la mente de Alex ¿es que así era la conexión?
“Has despertado” esta vez no habló, simplemente pensó en esas palabras y estas llegaron
a mí envolviendo mi cuerpo en una calidad sensación que me hizo sentir
tranquila y mucho más segura
“Solo te queda unos
minutos en este estado, pronto serás arrastrada a tu mente…”
“Esto es raro…”
“Solo ocurre porque
tienes tus ojos cerrados y estas perdida en tu conciencia, todo pasara…ya verás…” tomó mi mano y pude sentir como su toque ya no era frio, sensación que
me agradó mucho.
“No estoy frio porque
tu ya no eres tibia, tenemos la misma temperatura, eres una vampiro…una muy
hermosa” él me miró detenidamente mientras yo
pensaba que esta invasión a mi cabeza no me estaba agradando tanto, cuando noté
mejor mi cuerpo y mi rostro.
Mi piel pálida se notaba suave y cremosa, mi cabello negro se veía
brillante y sedoso, realmente perfecto, mi flequillo cubría mi frente por
completo, dejando que esas largas y hermosas pestañas resaltaran ¡Oh Por Dios!
¡Me veía muy bien!...e incluso, aunque suene ridículo, lucia mucho mejor que
Charlotte…alto ¡Charlotte!
—Siempre has sido hermosa, Vittoria –dijo Alex pasando su mano por mi
mejilla y bajando por mi cuello hasta llegar al comienzo de mis pechos.
“Alex no, estoy
inconsciente”
—Realmente no lo estas, por algo ahora hablas conmigo…y referente a tu
pensamiento sobre Charlotte…ella está esperando por su castigo, Ezequiel y
Francesca están bien.
“¿Y Javier? ¿Cómo pudieron
llegar a donde nosotros?” hubo un silencio de
varios segundos por su parte.
—Lo siento…él recibió la sepultura correspondiente, Javier y Ezequiel
escucharon tu conversación con Charlotte, estuvieron vigilando la casa durante
esos tres días, se habían rendido a que algo pudiera suceder luego que los
primeros dos días no vieron nada preocupante, pero luego decidieron llegar
antes y se encontraron con el ataque —ante sus palabras pensé que mi corazón se
iba a estremecer de pena, pero no sucedió aquello…sino que fue un vacio
desagradable el que abordó mi cuerpo –es hora de que despiertes, amor… —al
escuchar cómo me llamó el vacio desapareció para ser reemplazado por una cálida
sensación.
Alex se acercó a mí y poso sus labios sobre los míos, cerrando sus ojos.
Pude sentir aquel beso y abrí los ojos para ver si había recuperado mi cuerpo.
—Alex… —suspiré al poder verlo. Rodeé su cuello y lo acerque a mí para
poder sentir su cuerpo –Alex.
—Tranquila, Vittoria —me senté de inmediato en la cama para poder verlo
mejor. Estaba vestido con su camisa blanca y un pantalón de tela oscuro, su cabello también negro
estaba fatalmente arreglado.
—Pensé que te iba a perder –me arrojé sobre él, rodeando su cuello con
mis brazos y apoyando mis piernas a sus costados –dime que ha sucedido ¿Cuánto tiempo
ha pasado?
—Una semana –rodeó mi cintura con sus brazos –tu conversión es diferente
a la de una vampiro cualquiera, sabes que serás mi pareja, así que todo tu
cuerpo y mente quedan unidos a mí, la transformación tomas más tiempo de lo
requerido —asentí a lo que había dicho.
— ¿Cómo estás? Tenías tantas heridas cuando…sucedió todo.
—No es nada, gracias a tu sangre todo desapareció –Alex se movió de tal
forma que terminé rodeando su cadera con mis piernas, mientras él rodeaba mi
cintura con sus brazos.
— ¿Cómo esta Ezequiel?
—Mal…le he dado unos días, se reunirá con nosotros en Italia…ya sabes lo
que tenemos que hacer, aunque quizás hoy lo veas –mi mirada se fue a mi mano
derecha, notando el hermoso anillo que me indicaba que estaba comprometida con
el gobernador de los vampiros.
—Lo sé muy bien —él asintió, con esa expresión seria que tenia, pero sabía
muy bien que estaba contento, pues podía sentir eso en su mente, pero no podía
escuchar lo que pensaba —No sé lo que
piensas.
—Me gusta tener mis pensamientos en secreto, tanto tiempo siendo un
vampiro me hizo tener la habilidad de bloquear un poco aquella conexión –fruncí
el ceño, eso no me había gustado, era injusto –no quiero que veas cosas
desagradables de mi pasado, solo por eso.
—No me gusta, debería saber todo de ti ¿no? –olvidé el tema de
conversación cuando Alex me acercó aun más a su cuerpo y apoyó su cabeza en mi
hombro.
—No seas tan exigente, Vittoria…todo a su tiempo –cerré mis ojos al
sentir como sus manos iban a mi trasero y me empujaban hacia él.
—Todo a su tiempo –dije rozando mis labios sobre los suyos –nada de esto
–me removí sobre su ingle provocando que me presionará aun más a su cuerpo –serás
el único, pienso que podríamos tener una noche muy interesante luego de la
unión ¿no te parece?
Lo empujé con fuerza y me sorprendí de poder alejarlo, ¡ahora era
fuerte!
Sonreí y corrí hacia la otra esquina de la habitación, llegue en menos
de un segundo.
— ¡Oh Dios! Esto es increíble —Alex sonrió al verme –Bien, creo que
deberíamos jugar a algo… —dije pensando en no tener sexo con Alex hasta que
llegara el gran día, así sería mucho mejor.
—No, no haremos eso, te quiero ahora mismo –corrió hacia mí y esta vez
pude ver como se acercaba, así que pude escapar de su agarre.
— ¡Victoria!
–estaba serio, mirándome reprobatoriamente, pero no me interesó, quería jugar
con él –Bueno, si no tendremos sexo cámbiate de ropa que tendrás tu primera
acción del día como gobernadora —esta vez me dejó entrar en su cabeza y pude
ver la imagen de Charlotte encadenada y bajo la luz del sol, exactamente como había
tenido a Alex –debes hacerla pagar, el consejo te ha dado ese trabajo.
—Bien –respondí,
solo de recordar como ella había matado a Javier al frente de mis ojos, no me
hacia titubear ante la idea de acabar con su existencia y eso mismo me hacia
desplazar el tema de la maldita paciencia que tenia Alex, respecto al sexo
¿Cómo es que nunca podía inquietarlo?
Salí de
la habitación, vestida una tenida bastante elegante. Era un vestido largo, de
color crema y con una sobre tela con diseños plateados, tenía una caída de
princesa, lo que me incomodaba bastante, pero el vampiro que se acercó a mí
luego de que Alex me informa del castigo de Charlotte, me ayudó a llevar el
vestido adecuado, creo que desde ahora, nada sería normal en mi vida.
El
vestido comenzaba con un corsé color crema
que cubría bastante mis pechos, tenia eso diseños plateados, un tanto metálicos,
para luego caer en un vestido más abultado y con la sobre tela plateada, era
hermoso. Arregle mi cabello con un moño para que no me molestara si es que
tenía que hacer movimientos bruscos.
Luego de
que Alex me viera y sonriera, se acercó y me beso. Él llevaba un traje
completamente negro, lucia impecable. Así nos subimos a la avioneta, donde Raúl
fue piloteando, ninguno decía nada porque en sí, lo que iba a ocurrir no era
nada agradable, menos cuando sentía que estaba muerta de hambre, tenia sed y
solo deseaba alimentarme, Alex me dio ánimos diciendo que tenía que ser fuerte,
que pronto la sed se iría.
Llegamos
a Santiago luego de un largo rato, habíamos aterrizado al medio de la nada. Un
jeep negro y muy amplio nos estaba esperando al bajar, así que lo que siguió
solo fueron minutos en silencio junto a Alex, Raúl y el chofer.
—Bien —dijo
Alex al llegar a un edificio alejado de la ciudad.
Nos
bajamos y nos acercamos hacia el interior del edificio, pero en vez de subir,
llegamos al subterráneo del lugar, donde se abrió una puerta gracias a la clave
que Alex había ingresado y los muros de ladrillos se abrieron, dejando expuesta
un salón gigantesco.
—El
consejo, Victoria… —Raúl se ubicó a mi lado, mientras que Alex se mantenía a mi
otro costado, ambos dándome apoyo.
—Y ahí,
esta tu objetivo.
Todo el
lugar era de piedra, con un gran mesón, de varios metros de altura que
resguardaba a cinco personas, donde se encontraba Elizabeth y donde segundos después,
se les unió Raúl.
Aquel
altar, estaba dividido en dos, unidos solo por la escalera que estaba a la
mitad, la que llevaba a un centro también de piedra, donde se encontraba
Charlotte, encerrada en una caja de vidrio, sujeta de cadenas que no la dejaban
moverse.
Yo era la
responsable de hacerla pagar por lo que había hecho, ya que había arruinado a
personas que me importaban y eso…por lo visto era demasiado importante en el
mundo de los vampiros.
—Es
porque somos eternos, no tenemos muchas personas importantes en nuestras vidas —asentí
al escuchar a Alex –date el lujo de ser soberbia y arrogante si lo deseas, ella
se lo merece –paso su mano por mi mejilla, dándome una dulce caricia –y si no
puedes hacerlo, solo dímelo, yo lo haré por ti con gusto –se acercó y me besó,
rodeando mi cintura con su mano.
—Bien, vamos…
—sin preguntar si se podía, tomé su mano, estaba asustada y nerviosa. Era la
primera vez que estaba presente al frente del consejo.
Alex entrelazó
sus dedos junto a los míos.
Fuimos
hacia un lado del gran altar y subimos las otras escaleras que estaban ahí.
Miré en todo momento a Charlotte que me seguía con la mirada hasta que llegamos
al centro del altar, donde daba las escaleras.
—Aun no
es nada oficial, pero usted es nuestra nueva gobernadora —dijo un vampiro de cabellos largos y blancos,
que me miraba atento. Vestía con una capa color negra y unos signos extraños
sobre su pecho que estaba recubierto con una tela negra; los signos eran de
color verde.
—No
tienes de que preocuparte Viky ¿sabes lo que debes hacer? –Elizabeth me sonrió,
pero podía ver en su rostro que la pena la abordaba. De todas formas, era
Charlotte la que iba a ser asesinada. Ella vestía también con una capa, pero
los signos en su pecho eran de color rojo.
—Lo
entiendo… —asentí y mire a la vampiro que nos había traicionado –sé muy bien lo
que debo hacer.
—Entonces
hazlo –miré a la mujer que estaba en el extremo derecho del altar y pude notar
mejor que el consejo contaba con tres hombres y tres mujeres. Todos llevaban
las capas que había notado anteriormente, con signos de color rojo, verde,
naranjo, violeta, blanco y azul; no tenía la menor idea sobre su significado.
Alex
presionó mi mano y asintió, dándome ánimos para seguir con la ejecución.
Comencé a bajar las escaleras lentamente, mirando como Charlotte tenía su
rostro manchado de un líquido negro, al igual como el que había brotado del
cuerpo de Alex cuando ella lo torturó. Su sangre corría por su vestido negro,
desgastado y mal trecho, exactamente como había sufrido Alex, a quien había
utilizado de lienzo para marcarlo con esas cuchillas de plata.
Al llegar
al final de la amplia escalera, había un mesón con varias armas de plata, con
el pomo de madera para no hacerme daño, pero no tome ninguna de ellas porque no
las necesitaba, además que les temía, era primera vez que algo como eso podía
hacerme daño de verdad…solo era plata.
Me
acerqué a Charlotte hasta llegar a unos centímetros de su cuerpo.
—Estás
rodeada de mentiras —susurró sonriendo, con una mirada perdida de toda razón
–ya verás que mi muerte no es nada, que todo debió seguir su curso…tu
sufrimiento será aun peor, la maldición Lenardis acabara contigo como lo hizo
con las demás, no tienes nada en especial, Victoria.
La mire
sin creer en sus palabras ¿la maldición Lenardis? ¿De qué estaba hablando?
Negué
pensando que la locura la había atrapado por completo. Sabía que ella había
sido la culpable de la muerte de Javier, de que Ezequiel estuviera sufriendo y
de que haya torturado a Alex, pero verla completamente herida…simplemente no
sería mejor que ella si me dedicaba a torturarla, no era humano.
— ¿Sabes
porque se te acusa, Charlotte? –ella frunció el ceño al escucharme.
Lo único
que deseaba es que esto acabara, lo que ocurría aquí, este castigo hacia
Charlotte no era solo mi primer “trabajo” como gobernadora, esto también era
una prueba de mi comportamiento, era motivo para dar la última aprobación para
Alex y su nueva pareja.
— ¿De qué
mierda estás hablando? ¡Comienza con la tortura ahora mismo! –negué ante sus
palabras.
— ¿Sabes cuál
es la diferencia entre el héroe y el villano? –Ella me miró como si me
estuviera volviendo loca –el villano siempre habla demasiado antes de actuar y
por ello mismo perdiste, adiós Charlotte –tomé su cabeza con rapidez y la giré
en el mismo eje hasta separarla de su cuerpo, provocando que mi vestido se
manchara con su sangre color negra. No la iba a torturar, no era necesario…ya
lo habían hecho y no iba a caer en su juego.
Dejé caer
su cabeza y mire hacia un lado, bajo el altar, donde estaba Ezequiel mirando.
Me acerque a él en un segundo, me gusta esta nueva velocidad.
—Limpio y
certero –susurró mirando hacia el cuerpo de Charlotte –digno de una dama, de
una gobernadora.
—Lo
siento, Ezequiel –él me miró y asintió.
—Solo haz
que la muerte de Javier valga la pena y no vayas a cometer algún error como las
demás –se acercó a mí y me abrazó, era primera vez que Ezequiel tenia este tipo
de acercamientos conmigo, así que le respondí gustosa –ahora ve hacia donde el
consejo, que luego tienes que alimentarte.
Hice lo
que me dijo, todos asintieron a mi forma de actuar, así que con Alex salimos de
ahí rápidamente, porque mis colmillos estaban ardiendo, necesitaba alimentarme
o terminaría mordiendo a Alex.
—Señorita…
—miré hacia un lado cuando salimos de ese lugar y vi como la vampiro que me había
ayudado antes, en casa, volvía ahora con una nuevo traje para mí, pero mucho más
cómodo –aquí traigo unos jeans con una camiseta blanca y unas sandalias.
— ¿Quién
eres? –dije al notar que ya era la segunda vez que me ayudaba.
—Soy su
asistente, mi nombre es Alanna…y le he servido a las gobernadoras desde que
comencé a ser una vampiro –miré a Alex sin poder creer lo que decía, pero no
pude tomar mucha atención porque lo único que tenía en mi mente era beber
sangre.
Con
Alanna fuimos a una habitación donde me pude cambiar de ropa con rapidez, le pedí
que quemara ese vestido Valentino que
había sido manchado con la sangre de Charlotte.
Alex me
indico a donde teníamos que ir, seguíamos en el mismo edificio, así que supuse
que este lugar le pertenecía a los vampiros.
—Ahí está
tu alimento… —me dijo mirando hacia la puerta de al frente, habíamos subido al último
piso para llegar a ese lugar.
Me
acerqué como si fuera víctima de un hechizo y abrí la puerta, después de eso y
ver al hombre que estaba en una esquina de la habitación…todo se borró, para
luego sentir como una sensación de éxtasis recorría mi cuerpo.
Segundos
después al abrir mis ojos me encontré con el cuerpo sin vida de aquel chico.
— ¡Alex!
–grité mientras movía el cuerpo de esa persona. Nadie me había dicho que
acabaría matando a un ser humano — ¡Alex!
La puerta
se abrió y apareció mi vampiro, con una expresión de seriedad mientras yo
trataba de traer a la vida a ese hombre.
—No hay
nada que puedas hacer, tu primera alimentación siempre será una víctima, ya
luego de eso será una caza normal, bebiendo solo un poco de los humanos…no te lo
dije porque sabía que no querrías alimentarte.
— ¡Claro
que no! ¡Soy una asesina!
—No
–llegó a mi lado y me separo de ese chico –no lo eres amor, solo eres una
vampiro neófito, sedienta que solo cometerá una sola muerte en su
existencia…además era un delincuente, pedí que eligieran un humano que tuviera
una mala vida para que acabaras con él, nadie lo extrañará y realmente le has
hecho un favor a la humanidad.
—Oh Dios…
—Alex me abrazó y cerré mis ojos, tratando de encontrar algún tipo de
tranquilidad — ¿un humano que nadie extrañara? ¿Estás seguro?
—Lo pedí
para ti, claro que estoy seguro, no dejaría que vivieras con la culpa, no es
nada más que un bastardo que tuvo el honor de ser tu primer bocado –levanté la
mirada para ver a Alex –tienes sangre en los labios.
Me iba a
limpiar con mi mano, pero sus labios me tomaron por sorpresa y me besó. Aferré
mis manos en sus brazos al sentir como Alex sorbía mi labio inferior, bebiendo
los restos de sangre que quedaban.
— ¿Aun
sigues sedienta? –negué de inmediato, para después llevar mis manos hacia su
cuello, quería seguir besándolo. Lo acerqué y me removí bajo su agarre al
sentir que aquel beso traspasaba mi columna vertebral por las sensaciones que
provocaba.
—Alex
–susurré ahora alejándome de él, porque si no, el control se perdería y de
verdad quería el día de nuestra unión fuera muy importante.
—Está
bien —susurró mirándome enojado. Me tomó de la mano y nos fuimos de esa
habitación, olvidando a ese humano, para siempre.
Siento tanto problema con que es el epilogo o no, pero como que no me gustaba que esto fuera del epilogo, asi que se los entrego como un nuevo capitulo. Espero que les guste, el proximo si ya es el epilogo y espero que les guste :D Muchas gracias por leer chicas
jlkasjaldjlsajdlajsjakjdlaskjdsalkdj lo sabiaaa XDDD tienes que terminar de maravilla esta historiaaa Daniii yo la amo *-* XDDDDDDDDDDDDDDDDD
ResponderEliminarmenos mal qe no era el epilogo, falta lo mas importante y es bueno qe tu misma no qedadas satisfecha con qe sea el ultimo xd
ResponderEliminarme encanta esta historia, de primera no la seguia y la curiosidad me pudo y ahora es una de las mejores historias originales qe he leido :D
esperano con ansias el siguiente capitulo :)
aaaa al fin me puse al dia con tu historia!!! que hermosa, como que me quede media intrigada con eso de la maldicion lenardis... no me diras que haras secuelaaa?? seria muy interesante. cuidate ;)
ResponderEliminarpensaba que era alex el que se encargaria de la zorra frustrada, pero me encanto que fuera victoria. lo hizo elegantemente como toda una gobernadora. :D
ResponderEliminaramaury gomez
LO AME!... ame todo..la transformación.. la forma en la que se podían conectar por la mente... la muerte de Charlotte...sobre eso.. algo me decía que seria Victoria quien la mataría... pensé que la torturaría... pero no!.. jamas se rebajaría al nivel de ella! No se merecía el tiempo de ella ni del consejo...
ResponderEliminarquede metida con los colores... son algo asi como la importancia que tienen.. o los años qe llevan siendo vampiros... quede metida con eso! xD
Ame el cap!. esta entre uno de mis favoritos.. junto con ese todo sexon *O*
Ahora a leer el epilogo! u.u :D
Cuidate!
wuau esa si es una gobernadora, toda la simpleza de una dama y la certeza de una vampira... ME ENCANTO!!
ResponderEliminarademas Charlotte no se merecia un minuto mas de estar en este mundo mejor que se fuera al infierno mas pronto de lo que se esperaba, penso que iba a salir bien librada pero lo unico que logro fue acelerar el proceso de su fin y la conversion de Vicky :) revolcate en tu tumba PERRA BASTARDA!!
Viky ha sido benevola y muy digna
ResponderEliminaresa perra se llevo su merecido...uuuu, mi pobre Ezequiel...en fin, ¡un pobre humano que nadie extrañaria? yo si me la habia creido, tanto que esta por venir, no recuerdo si alguna vez explicaste el significado de los colores o simbolos en las capas de los miembros del consejo, tendre que averiguarlo¡¡¡
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