CAPITULO 11
Una vampiro
me sonreía ampliamente, mientras que la otra me daba una mirada inexpresiva, no
la culparía si había escuchado algo entre Alex y yo.
—Elizabeth… —Alex
caminó un poco haciendo que avanzara con él por obligación por culpa de su
agarre en mi mano, llegamos al frente de ellas –ella es Victoria –Elizabeth, era
alta, se veía como de unos cincuenta años, pero era espectacular. Lucia un
hermoso vestido color crema, que me hacía sentir que yo tenía el peor cuerpo de
todo el mundo, esta mujer era escultural.
—Es un gusto
conocerte finalmente querida –era inglesa, su acento la delataba. Su mirada era
negra como la de Alex, pero más dulce, su piel tan blanca como la nieve y su
cabello negro tenían líneas blancas, lo que la hacían solo espectacular. Se
acerco a mí y me dio un abrazo, lo que me dejo helada, sentí un apretón de la
mano de Alex cuando ella se separó de mi.
—Un gusto
–ella amplió su sonrisa para luego mirar a la chica que estaba a su lado. Se
veía solo un poco mayor que yo, quizás unos veinte.
—Ella es
Charlotte, es mi protegida –dijo muy orgullosa de la chica que estaba a su
lado. Tenía su cabello rubio y piel blanca al igual que el resto de los
vampiros, una mirada que era extraña pero negra como la noche. Vestía un lindo
vestido ajustado a su piel color violeta, se veía hermosa. Ella solo inclinó la
cabeza sin decir nada en forma de saludo. Mire a Alex, sin tener idea a como
saludar a eso, pero no me dio ni una pista.
—Un placer
conocerte –trate de controlar mi tono nervioso, aforrándome a la mano de Alex.
Luego nos fuimos a sentar al frente de ellas, donde estaba antes Alex, ahí el
soltó mi mano. No me aleje de él, ya estaba bastante asustada con ellas dos
mirándome, como si me estuvieran examinando. Me preguntaba si ellas sabían que
estaba secuestrada aquí.
—Y dinos
Victoria ¿Cómo te ha tratado este animalito?...sé lo que hizo, lo cual
desapruebo –Elizabeth miró a Alex con una expresión de desagrado a sus acciones
y después me miró a mi sonriendo.
—Bueno…—tomé
aire nerviosa –para estar secuestrada ha estado bien –ahora mi pregunta era
¿Por qué estaba tratando de dejar bien a Alex? ¡Era mi secuestrador! Pero
bueno, realmente mis acciones son muy diferentes a la de una persona
secuestrada.
—No lo dudo
–mire sorprendida a Charlotte por su comentario, además por su acento, a
diferencia de Elizabeth, ella era americana. Lo que dijo hizo que estuviera
segura, nos había escuchado hace unos minutos atrás. Mis mejillas se pusieron
coloradas en menos de un segundo.
— ¡Te has
sonrojado! Es lo más tierno de ser humana, al igual que los ojos de distintos
colores, me encantan ¡míranos a nosotros! Todos con las mismas facciones,
expresiones y colores, no hay mucha variedad –traté de respirar luego de que
Elizabeth tratara de cambiar de tema, se lo agradecí de todo corazón.
—Aun así
somos superiores a los humanos –vi el desprecio en los ojos de la “protegida”
que ya no era de mi agrado.
—Recuerda
querida que todos hemos sido humanos alguna vez y no hay nada malo con eso, es
más…es lo natural.
—Según ellos…
—la chica era prepotente y mal educada, se me pasó por la mente que era
perfecta pareja de Alex, pero luego me arrepentí de ese pensamiento.
—Ni siquiera
recuerdo como era ser humano y realmente no me gustaría hacerlo, ser vampiro
siempre ha sido algo mejor –Alex hablo con el tono que se habla cuando te
preguntan cuál es tu color favorito. Sin ninguna emoción.
—Eso lo veo
claramente cariño, por algo tienes aquí a la pobre Victoria, quitándole su
futuro para poder convertirla en vampiro… ¿Qué opinas de eso Viky? –me llamó la
atención a como me llamo, nadie aquí lo hacía.
—Me han
dejado en claro que no… —tragué saliva ¿Por qué hablaban de esto justo ahora?
–que no tengo opinión sobre el tema.
— ¿Le has
hecho daño Alex? –su voz era dura, como si lo estuviera regañando.
—No –lo miré
sorprendida por su mentira. Elizabeth lo miró por unos segundos, como si
estuviera concentrada en algo.
—¡Me estas
mintiendo!...sabes que odio eso y que de todas maneras te descubriré –Alex río
al ser descubierto, cosa que me dio escalofríos, porque estaban hablando de mi.
—Oh…vamos,
ha sido lo justo y necesario para traerla conmigo, luego solo…le he dado lo
mejor –ni me miró al decir eso y ahora me sentía como si estuviera pintada, un
simple cuadro.
Me llamó la
atención a como Elizabeth quedo mirando a Alex, como si estuviera revisando
algo, tratando de descubrirlo. Ahí me di cuenta a lo que estaba ocurriendo ¡Oh
Dios mío! ¡Ella había leído su mente!...lo que me hizo pensar un poco más… ¡Oh
Dios mío!... ¡Ella era la creadora de Alex!
—Usted es la
creadora de Alex –antes de que me pudiera contestar con esa característica
sonrisa, la “protegida” o sea Charlotte se entrometió.
— ¿Alex?...veo
que te estás suavizando, antes tus “compañeras” te tenían que llamar Sr. Lenardis
– me miraba con burla, para luego mirar a Alex desafiante.
—Pero que
comentario más desagradable Charlotte ¿Qué pasa hoy contigo, querida?
–Elizabeth la miraba con el ceño fruncido. Mire a Alex, pero él solo estaba
serio, como cuando se enojaba conmigo.
—Quizás fue
el viaje, no tengo la menor idea –no se dejaban de mirar como si hubiera un
odio entre ellos. Extrañamente fui yo la que se sintió incomoda hasta que
nuevamente Elizabeth trataba de calmar el ambiente.
—Dios…Viky,
que hermoso anillo –en un segundo la tenía a mi lado tomando mi mano ¡ni
siquiera la sentí tocando mi piel! –me encanta, Alex te lo ha reglado ¿no?
–obviamente, ya que no podría comprar en mi vida algo como eso. Asentí
educadamente a su estúpida pregunta –es verdaderamente hermoso.
—Lo es de
verdad –mi corazón latía con fuerza y Alex dejó su mano sobre la mía
sonriéndome….como nunca lo había hecho, como si tratara de tranquilizarme. Esto
se estaba poniendo extraño.
—Creo que
necesito otro trago –Elizabeth se puso de pie y desapareció para volver en tres
segundos más tarde, con una copa llena de un líquido…rojo. Mi estómago se
revolvió.
—Pudiste
decirle a Francesca que te lo trajera –Alex frunció el ceño como si estuviera
preocupado de que sus invitadas no pasaran ningún mal momento. Mire a su lado y
pude ver que él también tenía un trago de esos rojos, al igual que Charlotte.
—Para que
molestarla…si lo puedo hacer yo –bien, la conocía hace como veinte minutos,
pero Elizabeth era de mi agrado total y antes que Charlotte diera algún
comentario desagradable de los humanos, para la suerte de todos, llego alguien
a quien me sorprendió ver.
— ¡Raúl!
–Elizabeth casi dejo caer su vaso al verlo. Lo dejo rápidamente en la mesa de
centro para ir a abrazar a Raúl. Que lucía esplendido… ¡vampiros! Con lo que
fuera se veían estupendos. Raúl tenía la edad de Elizabeth y era bastante
guapo, se me imaginaba que cuando era joven debió romper muchos corazones.
Luego de
abrasarse ambos se quedaron mirando para darse un dulce beso en los labios.
Miré atónita a Alex, él solo rodó los ojos, pero no me miró. Se separaron para
poner algo de atención a quien estaba a su alrededor.
—Hola
diablillo –Raúl pasó su mano desordenando el cabello de Charlotte la que se quejó
y quiso matarlo con la mirada. Luego él se acerco a nosotros –Srta. Victoria
–se sentó al frente mío y me ofreció su mano, lo mire confundida, pero deje mi
mano sobre la suya, la cual beso muy educadamente, como todo un seductor.
Después se dirigió a Alex –Sr. Alex ¿Cómo está usted esta noche? –en su tono
había algo burlón.
—Muy bien
Raúl, pero espero que no beses mi mano, viejo verde aprovechador –al escucharlo
no pude evitar reír bastante fuerte. Lo que llamó la atención de todos.
—Pero que
risa más encantadora tienes Victoria –Elizabeth me miraba casi con sus ojos
brillando. Toda risa se fue en ese segundo, quizás yo le estaba encantando
tanto que me quisiera drenar por completo.
—Gracias… —en
mi tono se notó el nerviosismo, pero nadie dijo nada para mi suerte.
La noche y madrugada se paso en cómo habían
estado todos este tiempo, las cosas que habían hecho. Por lo que note a
Charlotte no le agradaba tanto Raúl como me agradaba a mí, y en especial, yo no
le agradaba a Charlotte, siempre sentía una mirada de rechazo de su parte. Alex
por otro lado, se la pasó conversando como jamás había visto, no tomo atención
alguna en mí, pero eso no me importó, estaba bastante fascinada con ver a
Elizabeth y Raúl juntos, coqueteaban en todo momento, lo que hizo que sonriera
bastante. Eran más de las cuatro de la mañana y suponía que en un par de horas
amanecería, llegando la noche para todos los vampiros presentes, aunque Alex y
Raúl no tenían esa costumbre, Elizabeth y su “protegida” si la tenían, por lo
que nos habituamos a ellas, pero para mi pesar, yo estaba de muerte, tenía
mucho sueño y no había podido fumar ni un cigarrillo.
—Alex
–Elizabeth llamó su atención –creo que deberías llevar a la cama a Viky, mírala
como esta, ella no tiene porque seguir nuestro ritmo.
—Estas
siendo muy poco considerado –Raúl de nuevo con su tono burlón me saco una leve
sonrisa. Me sorprendía que él le hablara así a Alex, nadie más lo hacía.
—Bueno…creo
que tienen razón ¿Victoria? –asentí mientras mis ojos pesaban.
—Buenas
noches a todos –me puse de pie y me tambaleé un poco, pero Alex me tomó antes
de poder caer, de verdad moría de sueño.
Si…bueno,
quizás omití la parte que durante estas horas, Elizabeth dijo que era injusto
que yo no tomara nada, por lo que Alex me traía cada cierto tiempo un trago,
color rojo, al cual me rehusé a tomar al principio, pero me dijeron que no
había nada peligroso en el, era verdad, era dulce y me había encantado, no era
sangre. Mi coordinación por aquello, no estaba en su mejor forma.
Alex me llevó calmadamente de la cintura por
las escaleras, para llegar a la habitación.
—Quiero
ir…al baño primero –me saqué de golpe los tacos, mientras me apoyaba en Alex.
— ¿Crees que
tengo todo el tiempo para estar aquí contigo? –lo mire y asentí. Él no dijo
nada.
Fuimos al
baño, donde me saque el maquillaje con cuidado, mientras escuchaba los reclamos
de Alex porque yo estaba haciendo esto ahora. No lo tome en cuenta ¿Por qué
seguía aquí? Si yo me podía acostar sola, no era un bebé. Después me lave con
mucha paciencia mi dientes y recién ahí decidí ir a la cama.
–No tomas muy seguido, ahora lo noto –no tenía
ganas de responderle a su mal humor, que salió a flote conmigo, así que solo me
recosté en la cama, ni siquiera me puse pijama y sabia que no corría peligro de
que Alex lo hiciera, estaba ansioso de ir al primer piso y así lo hizo.
Estaba durmiendo plácidamente de panza cuando
sentí algo frío por mi cuello, me removí tratando de taparme con las sabanas
pero no las encontraba. Sentí más frío que iba subiendo por una de mis piernas
y me di cuenta que ese frío tenia forma, forma a una mano, exactamente a la de
Alex.
— ¿Qué
haces? –apenas abrí los ojos, pude ver por las cortinas que el sol ya había
salido.
—Solo
sacándote este incomodo vestido para que puedas dormir bien –comenzó a
desabrochar todo atrás, pero no lo podía dejar, no andaba con nada arriba — ¡No
Alex!
— ¿Qué
sucede ahora? ¡Estoy siendo amable! –abrí mejor los ojos y note que él estaba
ya en su pantalón de pijama. Me trate de voltear, pero no me dejo –dime…
—Es que…no
tengo nada arriba –hubo un silencio por unos segundos.
— ¿Crees que
con eso me harás parar?...—lo pensé un poco y tenía razón, había sido una
tonta.
—Alex…solo
que... –me puse nerviosa.
—Victoria…si
no ha pasado nada aun es porque soy alguien muy paciente –si claro, pensé en
ese momento, pero en parte tenía razón, me había dado la posibilidad de las
practicas –hoy no pasara nada, solo avanzaremos un poco –me volteé un poco a
verlo, se veía con una expresión extraña, como cuando me sonrió hace un par de
horas, se veía bastante sincero, pero luego su mirada y sonrisa fueron más
coquetas –Sé que quieres, solo eres demasiado orgullosa, y a mí no me agra..
—Está bien
–lo interrumpí sorprendiéndolo –hazlo, sácame el vestido –su rostro cambio a más
seriedad, mientras asentía ¡¿En qué demonios me estaba metiendo?! ¡Dios! Me
desconocía, esta no era la misma Victoria de antes.
Tomó mi cintura e hizo que me arrodillara,
quedando al frente de él, claramente un más baja, pero lo bastante cerca como
para que él llevara sus labios a los míos y lentamente sus manos fueran a los
tirantes de atrás, mientras que las mías iban a su cuello, estaba siendo dulce,
cosa que me sorprendió, pero me alegre bastante, Alex era diferente cuando
estábamos en la habitación.
Pasó sus
manos lentamente por mi espalda y comenzó desabrochando el vestido, mientras
separaba sus labios de los míos y bajaba a mi cuello, suave, solo estaba
rozándolos contra mi piel, no había contacto alguno con sus colmillos. Me apoyé
en su hombro, cerrando los ojos y sintiendo sus manos en mi espalda. Le tomó
unos minutos terminar, pero no me importo, estaba tan cómoda entre sus brazos,
esto se sentía tan extraño, no debería sentir más que repudio hacia él, pero me
era imposible, era algo que no podía controlar.
—Levanta tus
brazos, Vittoria –amaba que me llamara así, además siempre que era así su
acento se marcaba más. Hice lo que dijo un poco temerosa. Cerré los ojos,
sentía como mis mejillas se iban sonrojando –Estas nerviosa –asentí, no era
capaz de mirarlo, mientras levantaba el vestido de a poco, con cuidado –No lo
estés… —cuando dijo eso ya estaba por sacar el vestido. Abrí lentamente mis
ojos cuando sentí que sacaba y dejaba a un lado el vestido, al hacer eso casi
me pegué a él de pura vergüenza, no quería que me viera. — ¿Qué hace esto aquí?
–giré solo mi rostro y pude ver que en su mano tenía el cigarrillo que había
escondido en mi cadera. Lo tome rápidamente y lo arrojé lejos.
—Shh… —fue
lo único que dije para despistarlo y gracias al cielo Alex no dijo ningún
comentario sobre aquello.
Podía sentir
su pecho contra el mío y como un leve gruñido salía de su garganta cuando me
acomodé mejor en él. Mi corazón latía con rapidez y fuerza, lo sentía en mi
garganta. Alex llevo su mano a mi cuello e hizo que lo mirara, ya que yo apoye
mi rostro en su hombro. Mis ojos se encontraron con los suyos, tan negros como
la noche, pero esta vez se veían de otra forma, algo que no podía identificar.
—Non può
essere più bella Vittoria –no le entendí nada a lo que dijo, pero por su
mirada, no parecía ser algo malo.
— ¿Alex…?
–mi voz demostraba mi confusión, pero él no tomo en cuenta eso. Volvió a unir
nuestros labios con cuidado, como si cuidara de no hacer ni un movimiento
brusco, mientras sus manos seguían en mi cuello. Yo tenía mis propias manos
apoyadas con cuidado en su cadera, aun estaba nerviosa, pero mientras sus
labios se movían contra los míos hicieron que me fuera relajando y pudiera
responder de mejor manera a sus besos.
Era un beso
que iba muy despacio, lo que me gustaba. Esta era la primera vez que veía así a
Alex, tan tranquilo y como si muy en el fondo, él estuviera preocupado de que
esto no fuera más difícil para mí.
—Bien…es un
excelente comienzo –dijo cuando se separó de mi luego de unos minutos, sentía
mis labios hinchados y como si necesitaran de los suyos. Agradecí que no se
separara completamente de mi cuerpo –ahora, arriba los brazos de nuevo –le hice
caso de nuevo sin chistar y él tomo una prenda a nuestro lado y lo paso por mis
brazos y fue cubriendo mi cuerpo de nuevo.
Cerré mis
ojos, inevitablemente sintiendo vergüenza de nuevo, era obvio que me había
visto en parte desnuda.
—Bien… —dije
mientras sentía como mis mejillas se sonrojaban, aun no era capaz de mirarlo,
esquive sus ojos, cerrando los míos –No fue para nada a como pensé que sería…no
fue tan incomodo, aunque si…pero –él nuevamente tomo mi rostro con su mano sin
dejarme terminar, abrí mis ojos ante la sorpresa de su toque. Una sonrisa se
marcaba en sus labios y era de esas que nunca había visto.
—Es
porque…soy excelente con mis manos –rodeé los ojos al notar que el Alex de
siempre estaba de vuelta, pero antes de poder recostarme, él tomó mis labios de
nuevo, pero dio un corto beso, era algo tierno. Lo mire sorprendida.
— ¿Qué fue eso?
–él tensó su mordida, notoriamente nervioso.
—Nada…solo
pensé que te podía…gustar… —sonreí al verlo así.
Me arrojé en
la cama, esto era demasiado para seguir en la misma posición por mucho tiempo.
Alex me miraba curioso mientras seguía de rodillas. Se veía maravilloso, su
torso era magnifico, no había forma de negar aquello, pero verlo así, en este
momento hizo que en mi cabeza se produjeran dudas, que no podía contestar.
— ¿Sabes que
te odio por quitarme mi vida cierto? –Él frunció el ceño al escucharme, no dijo
nada, solo esquivo mi mirada — ¿y qué me odio a mi misma por estar sintiendo
algo que no identifico por ti? –estaba con una expresión seria hablando, pero
por dentro solo rogaba para que no me cambiara de tema.
—Lo sé…pero
eso cambiara, ya veras, te lo digo porque tú eres…
—Yo soy
tuya, si, lo has repetido muchas veces –dije interrumpiéndolo –y nunca me has
dicho porque –no le sacaba la mirada de encima y él tomo esa actitud que
siempre tenía conmigo.
—Porque yo
lo digo…solo eso te debería bastar –entrecerró los ojos y luego se recostó a mi
lado, bueno realmente en su lado, no estaba ni un poco cerca de mí. Supe que no
le sacaría ni más información. Me cubrí con las sabanas, él hizo lo mismo
–Mañana llegara el resto de los invitados para celebrar la última noche de este
año, solo te aviso para que no te sientas nerviosa como hoy –al decir eso se volteo dándome la espalda
completamente. Fruncí el ceño al notar lo que estaba haciendo.
— ¿Y mi
parte del trato? –ni siquiera se volteó.
—Esta noche
no –sin decir nada más me quede ahí en la cama, que de un momento a otro, ahora
se veía gigante. Creo que después de todo, no había salido tan bien esta práctica.
Me acomodé dándole la espalda y rogando para quedarme dormida. No pude evitar
como cada noche, traer a mi mente mi familia.
Me desperté
solo unas pocas horas después, calculé que podían ser unas dos o tres, había
dormido muy poco hoy. Miré a mi lado y confirmé que no había pasado mucho
tiempo porque Alex seguía ahí, respirando pausadamente, eso me aseguraba que
estaba durmiendo. Me fui al baño, lave mis dientes, solo tomé mi cabello, me
duché y me puse algo cómodo de ropa. Salí del baño y Alex todavía dormía,
supongo que ya no temía que yo me fuera corriendo o tratara de golpearlo
mientras estaba así de vulnerable. Antes de salir de la habitación me voltee a
verlo, lucia tan tranquilo, como si fuera una excelente persona, tierna y
preocupada, todas los atributos que él en realidad carecía.
Salí de ahí
suspirando al recordar lo de que había pasado. Alex podía ser tan tierno en las
noches y a la vez tan hiriente, no me gustó nada que no haya cumplido su parte
del trato, justo esta vez que había sido preocupado y tierno. Caminé por el
pasillo como siempre lo hacía. Tendría que encontrar alguna entretención aquí o
si no me moriría por la monotonía, no era como estar haciendo lo mismo en mi
casa, eso era diferente.
Iba doblando
para encontrarme con las escaleras principales cuando pude ver a Francesca que
caminaba apresuradamente mirando a todos lados, me escondí para que no me viera
o sino quizás que me obligaría a comer, llevaba una bandeja de plata con
comida, exactamente como las que me llevaba a mí. Me quede unos segundos
analizando aquello y mejor decidí bajar, quizás le llevaban algo a Elizabeth o
a Charlotte.
Iba a mitad
de las escaleras cuando me quede quieta ¡esto era estúpido!...ni Elizabeth o
Charlotte se alimentaban con verdadera comida. Me volteé y subí corriendo las
escaleras y me fui al pasillo que se fue Francesca, quizás me traía comida. No
estaba, me había demorado mucho, pero me apresure en el paso de mi caminar y
comencé a mirar a todos lados, hasta que en un nuevo pasillo pude ver como
Francesca volteaba. Corrí hacia ella, teniendo cuidado de no ser descubierta,
algo aquí iba mal, ya había pasado desde un principio mi habitación. Con
precaución solo asome mi cabeza mientras escondía mi cuerpo y pude ver que
Francesca miraba nuevamente a sus lados, lucia sospechosa, estaba haciendo algo
malo, eso era obvio.
Segundo
después entro a una habitación. De inmediato me adelante para poder saber que
había ahí. Puse mi oído en la puerta y no pude escuchar nada, ni un solo ruido
¡malditas puertas de buen material!
Me comencé a
alejar rendida, cuando pude escuchar claramente un quejido…eso si que la puerta
no lo pudo ocultar y menos pudo ocultar los pasos de Francesca. Corrí con toda
la velocidad que me podían dar mis piernas y me quede escondida en el pasillo,
si tenía suerte Francesca se iría por el otro lado. Salió sin bandeja, pero si
con una mirada triste.
—Bianca hai
amato di sostegno — ¡diablos! Tendría que aprender italiano o no me enteraría
de las cosas que pasaban a mí alrededor.
Francesca
cerró la puerta y como si tuviera que hacer la última cosa del mundo para
salvar su vida se dispuso a caminar muy, muy rápido a mi dirección, para mi
mala suerte. Me voltee casi histérica y comencé a correr, no tenía idea a dónde
meterme, así que abrí la primera puerta que encontré y me escondí ahí.
Sentí como
paso por el pasillo, mi corazón se tranquilizo. Me gire al notar que esto
estaba muy oscuro para ser de día y note que estaba en una habitación que nunca
había visto. Estaba muy oscuro y solo unos candelabros, que estaban en ciertos
puntos del lugar mantenían la habitación a una luz tenue. Mire la cama que
estaba en el centro y vi que alguien estaba ahí recostado…bueno, habían dos
personas.
—Dios… —susurre
al notar que ahí estaban Elizabeth y Raúl durmiendo ¡diablos! Tenía que salir
de ahí lo más pronto posible.
Abrí la puerta con cuidado y antes de salir
pude ver que Elizabeth tenía sus ojos abiertos y me miraba fijo ¡mierda! Ahora
estaría muerta ¡de seguro me desangrarían de a poco y dolorosamente!
Me quede en
el pasillo, estática, ahora sí que había arruinado más las cosas y lo peor era
que estaba entre correr a mi habitación, esconderme debajo de la cama o en ir a
donde fue Francesca.
Mi
curiosidad gano, me dirigí con cuidado a la puerta de la humana desconocía que
por lo que escuche se llamaba Bianca. Estaría perdida, siempre se ha dicho que
por la curiosidad muere el gato.
La abrí
lentamente y pude notar otra cama, a diferencia de la última donde estaba, la
luz era la gran señora de aquí, las ventanas iluminaban todo y pude notar que
era una hermosa habitación con televisión, un computador, todo lo que se
necesita para solo mantenerse en el mismo lugar. Entre y nuevamente vi un
cuerpo en una cama, color blanca, exactamente como la mía. Me arme de ánimo y
saque la voz.
Que a sido eso??'
ResponderEliminarno me digas ke el inutil de alex tiene a 2 prisioneras en una misma casa???
mmm algo aki me huele muy pero muy raro.. :/
ke fome xq no cumplio el trato, apuesto ke de puro pesado el idiota ese!!!
waaaaaaa!! Victoria ... siempre tan curiosa ...
ResponderEliminaramo a Elizabeth!!! ella desde el primer momento me encanto !!
Raúl *--*
oh y esa ... Charlotte ... como la odio!! me saca mas de un insulto la muy ...
y Gatito ... él, oh por Dios!!
Que está pasando... es caso la otra chica que dijo Alex que trabajaba para el????, creo que ya me confundi
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