Capitulo 22
Ya había
pasado alrededor de dos horas de lo sucedido con mis padres y ninguno había
dicho palabra alguna. Alex manejaba concentrado en la carretera a pesar que no
lo necesitaba, si quisiera podría manejar con sus ojos cerrados y evitaría todos
los autos. La radio estaba apagada y yo estaba encerrada en mi propia burbuja,
mirando como la oscuridad nos rodeaba.
Aquello me
sirvió para pensar en todo lo que estaba ocurriendo. Sabía que lo sucedido con
mis padres era horrible, estaba siendo la peor hija del mundo, pero esto no tenía
otra solución e ignorar a Alex no lo hacía mejor. Yo había tomado la decisión,
pude haber ido a la policía o haber escapado fácilmente ahora, pero yo había
sido quien había elegido a Alexander Lenardis.
— ¿Qué
pensaste cuando no me viste en casa, Alex? –él me miró por unos segundos y sonrió.
—Que habías
escapado.
— ¿Después
de lo que te dije en el armario?
—Bueno,
pensé que había sido una trampa —negué
sin poder creerlo, pero después pensé que el pasado de Alex si le daba
argumentos para pensar que escapar era una opción.
—Yo no te
hubiera engañado así, no luego de todo lo que ha sucedido.
—Uno nunca
sabe Victoria –fruncí el ceño molesta.
—Espero que
no me estés comparando Alexander, mira que no soy como tus… —ni siquiera pude
decir algún nombre.
—Bueno, en
mi experiencia…
— ¡En mi
experiencia puedo decir que no eres más que un sinvergüenza! ¿Pero te estoy
juzgando? ¡No!
—No tienes
para que enojarte.
—Claro, como
no eres tú a quien están comparando, no me sorprende porque te han dejado,
tienes cero sentido común –me crucé de brazos enojada con él, pero me sorprendí
al ver que frenó con fuerza y sin previo aviso.
—Mira —miré
hacia atrás por si venia algún auto y nos chocaba.
— ¡Avanza,
nos chocaran!
—No quiero
estar peleando en este momento porque no quiero llegar enojado…no hoy, porque
has de tener muy claro que no llegaremos a dormir ¿cierto, Victoria? Esta noche
se acaban las practicas porque te hare mía por completo —lo quedé mirando
sorprendida por la seriedad que estaba hablando sobre el tema. Mis mejillas se
sonrojaron por su sinceridad — ¿has entendido?
—Si –dije
cohibida. No seguí recriminándole algo, solo me quede sentada, callada y
sintiendo como los nervios se estaban apoderando de mí, sin embargo, al apoyar
mi cabeza en el asiento y mirar hacia los árboles que veía entre la oscuridad,
más la música que puso Alex mis ojos se estaban cerrando.
—Alex —dije
mientras me dormía –despiértame al llegar –no escuché su respuesta porque
simplemente me dormí, había sido un día agotador.
Mis ojos se
volvieron abrir cuando sentí que el auto se estacionaba. Miré a mi alrededor y
estábamos en el garaje, aun estaba de noche, lo que no era lógico ya que nos
demorábamos unas cuantas horas en llegara aquí y ya debería estar amaneciendo.
—Llegamos
rápido –dije saliendo del auto. Alex me esperó hasta que ambos estábamos en la
puerta del garaje.
—Sí,
bueno…creo que es hora de que descansemos, luces cansada –lo miré con los más
abiertos.
— ¿Qué? –no,
no y no, no quería dormir…me había convencido de que ahora íbamos hacer otra
cosa y no era dormir.
—Ha sido un día
complicado Victoria, es mejor que duermas —caminé sin esperarlo hasta la entrada de la
casa y entré sin decirle nada más. No quería ir a dormir y ahora no tenía sueño
¿Por qué hacia mi vida más difícil?
— ¿Ahora te
has enojado? –Dijo alcanzándome en la escalera –pensé que te sentirías mejor.
—Como tú
digas, a dormir –no me respondió nada, así que desistí.
Las ansias
debían ser mayor en mí, quizás a él le daba lo mismo, de todas formas esta no sería
su primera vez así que no iba a darle más vueltas al asunto. Iba a ocurrir
cuando tuviera que ocurrir.
—Iré a darme
una ducha antes de dormir –dije entrando al baño. Alex no me dijo nada.
Me desvestí
y deje todo en el suelo para después meterme a la ducha, deseaba perderme bajo
el agua, sintiendo como mis músculos se iban relajando y pensando en Alex… ¡Demonios!
¿Por qué me hacia esto? no pude evitar traer a mi memoria a Charlotte, ella lo más
probable es que haya estado con él y no tenia que sufrir el suplicio que yo
estaba sufriendo, estúpido ritual. Alex era demasiado cuadrado, creo que a
pesar de que era tímida en este tema con él, tendría que ser algo violenta, si
ella pudo tenerlo, yo igual, aunque tuviera que ser directa.
Me dediqué
bastante a lavar mis dientes, depilarme, arreglar mi cabello y usar algo de
perfume, no me iba a detener en buscar algo para ponerme porque era inútil ya
que terminaría desnuda y además…bueno, no podía porque la ropa estaba en su
armario. Tomé la manilla de la puerta decidida a salir desnuda a encontrarme
con Alex, quizás así podía hacerle ver que todo lo que había hecho hoy era para
que pudiéramos estar juntos sin que tuviera algún cargo de conciencia.
Sin pensarlo
más de una vez abrí la puerta y olvidé toda timidez que siempre me embargaba
cuando él me hablaba de estos temas o cuando me tocaba de formas que jamás pude
imaginar. Sin embargo, nunca pensé que me quedaría helada al ver como estaba la
habitación.
—Necesitaba
que tú estuvieras segura, Victoria –no lo pude evitar y tomé la bata que tenía
preparada al lado y me cubrí con ella. Alex estaba apoyado en la puerta de la habitación,
con otra camisa, color blanco y unos pantalones negros.
— ¿Qué es
esto? –miré asombrada como toda la habitación estaba llena de pequeñas velas
dentro de pequeños recipientes. La cama estaba llena de pétalos blancos ¿Alex había
hecho todo esto? — ¿En qué momento…tú?
—He sido
rápido —su mirada tierna dirigida a mi hicieron que miles de mariposas
revolotearan en mi vientre, deseando que él calmara mis nervios y ansias de
tenerlo –es así como debe ser cuando encuentras a tu pareja Victoria, así es el
primer ritual…las velas simbolizan el fuego que esta encapsulado entre ambas
personas, vampiro y humana, es lo esencial.
— ¿Y los pétalos?
–mi voz estaba temblando, me sentía tan alejada de él por tenerlo distanciado,
quería que me abrazara, que me contuviera…que me amara.
—Eso es
especial en tu caso, ya que me darás mucho más, tu entrega es completa, serás
solo mía –sonreí ante sus palabras y mi ansiedad aumentó.
Miré hacia
el piso deseando poder caminar sobre las velas, no tenía mucho espacio sin que
no pasara a llevar la bata con ellas.
–Acércate, Vittoria —esta vez simplemente dejé
caer la bata y avancé a él teniendo cuidado de no pisar una vela, me tomó
minutos, pero él solo me miraba con una sonrisa en sus labios, sus ojos
brillaban y solo estaba concentrado en cada uno de mis movimientos. Quedé a
solo centímetros de Alex, quien dejó su mano en mi mejilla, acariciando con cuidado
–has sido tan diferente esta vez, Victoria —fruncí el ceño sin entender de que
hablaba, pero lo olvide cuando sus labios se dirigieron a los míos y me besó,
siendo tan cuidadoso que me sorprendió.
Sus manos
viajaban por mi espalda, provocando que cientos de escalofríos llegaran a mis terminales nerviosas. Me tomó desprevenida
cuando sus manos me rodearon y en menos de un segundo estaba recostada en la
cama, sus besos fueron subiendo de nivel mientras yo me concentraba en desabotonar
su camisa, la cual él termino tirando hacia una esquina que estaba libre de
velas. Él estaba de rodillas en la cama, por lo que hice lo mismo y quede
mirándolo, mi cuerpo entero estaba respondiendo a sus caricias, me iba a volver
loca y sinceramente deseaba que sucediera.
—Alex —cerré
los ojos al sentir como su mano envolvía uno de mis pechos, el sonrojo en mis
mejillas fue inevitable –Alex...
—Dime mi
hermosa, Vittoria —sonreí y lo miré sin sentirme avergonzada o algo. Llevé mis
manos a su pantalón y lo desabotoné para después bajarlo sin sentirme tímida,
lo quería a él y no me iba avergonzar de algo como eso.
—Te quiero a
ti —sus ojos negros y profundos parecieron brillar al momento de escucharme –te
quiero a ti por completo —sin decir algo más baje sus bóxer negros y apoyé mi
rostro en su pecho, el cual besé dos, tres veces.
Alex tomó mi
rostro y me hizo mirarlo para unir nuestros labios en un beso que me dejo sin
aliento, acariciando mi piel mientras sus labios me hacían suya, tuvimos que
alejarnos cuando necesité aire. El aprovechó de sacar por completo el resto de
su ropa y no pude evitar mirarlo...completamente.
–Alex… —no me preocupe de esconder mi tono
asustado ¿eso entraría en mi?
— ¿Qué
sucede? ¿No quieres seguir? –demonios, si quería seguir, pero estaba asustada.
—Debes ser
cuidadoso ¿sí? – él sonrió y asintió.
—Jamás te
haría daño, Victoria –me tomó de mi cadera y se acercó a mi mientras me
recostaba en la cama –no tengas miedo, amor —me removí inquieta al escucharlo.
—Dilo
de nuevo –acaricié su mejilla con mi
mano, siendo delicada porque estaba tan nerviosa que no podía controlar mis
movimientos así que tenía que concentrarme demasiado para no temblar.
Alex sonrió
y se acercó para darme un beso en la mejilla, para después besarme los labios,
atrapando estos de forma superficial,
tirando suavemente sin profundizar nada.
— ¿Amor? –volvió
a besarme, pero dejándome a un límite que estaba por traspasar.
—Alex… —dejé
mi mano en su cuello y lo acerqué más a mí, su pecho presionó el mío de forma
que mi cuerpo comenzó a arder por el contacto.
Su mano bajó
por nuestro cuerpos hasta llegar a aquella zona tan delicada que estaba rogando
por tener la atención de Alex, con rapidez encontró mi clítoris y comenzó a
acariciar de una forma magnífica, provocando que mi respiración aumentara y mi
corazón comenzara con sus saltos para escapar de mi pecho. Los besos de Alex no
se detuvieron y mis neuronas simplemente comenzaron a colapsar, tener a Alex
besándome y tocándome era demasiado.
—Alex… —apoyé ambas manos en su cuello, atrayéndolo
más a mí.
—No quiero
que te duela, por eso hago esto…
—Es tortura
–una maravillosa tortura, pero cada segundo quería sentirlo a él, todo miedo
desapareció cuando mi cuerpo comenzó a arder. Cerré los ojos al sentir como
introducía su dedo y seguía moviéndose sobre mi clítoris — ¡Alex! –Dios, iba a
morir de un ataque cardiaco, esto no podía ser normal, todas estas sensaciones
abordándome sin darme escapatoria, sin dejar que razonara lo que estaba
pasando, solo concentrándome en lo que Alex me estaba haciendo –ya para… —él
frunció el ceño sin entender –te quiero a ti y ahora.
—Pero…
—Pero nada,
hazlo —él sonrió y asintió; quería que el primer orgasmo de esta noche fuera
con él en mi interior.
Se acomodó
mejor entre mis piernas y apoyó sus manos a los costados de mi cabeza. Guió su
miembro a mi entrada y no pude evitar gemir cuando sentí que forma círculos con
su glande. Tragué saliva tratando de controlarme.
—Relájate –asentí
y me concentré en los ojos de Alex que estaban fijo en los míos. Con su mano
guió su miembro para poder introducirse de a poco.
—Alex —me
queje suavemente, no sentía dolor…sino mas bien incomodidad. Alex tensó su mandíbula
y cerró los ojos. Como si le sirviera de algo su respiración fue más profunda —
¿estás bien? –dije un tanto preocupada.
—Sí, solo
que, demonios...shh necesito —entró un poco más, me tensé al sentir que chocó
con algo, supuse que lo que vendría iba a ser dolor –concentrarme –entró de un
solo movimiento.
— ¡Alex! –Mordí
mi labio inferior con fuerza al sentir esa punzada de dolor –Demonios…
—Pasará
Victoria, pasará… —asentí creyéndole porque siempre me había dicho la verdad
respecto a este tema –mírame —abrí mis ojos llorosos y sonreí un poco al ver su
expresión, por lo visto tampoco lo estaba pasando tan bien.
—Esto no está
saliendo como pensaba –dije riendo –eres muy grande.
—No te rías —no
pude evitar seguir carcajeándome.
–Pensé que… —mi
sonrisa se fue de un segundo a otro al sentir como él se movió un poco –Oh…ya
veo –él comenzó a retirarse lentamente, pero no salió por completo, sino que
volvió a arremeter en mi interior y esta vez no dolió casi nada –Así… —sentí
como las punzadas desaparecieron y como el fuego volvía a consumirme.
— ¿Dónde
están tus risas ahora? –sonreí mirando sus ojos, él se acercó y me dio un beso
en los labios, profundizando aun más, pudiendo sentir como su lengua se movía
con la mía al mismo tiempo que sus embestidas se iban haciendo más llevaderas,
mientras que mi cuerpo comenzaba a subir considerablemente de temperatura. Miré
hacia un lado cuando nuestras bocas se separaban, hice mis manos un puño
tratando de buscar la almohada, pero él no me lo permitió –Mírame —dijo tomando
mi rostro y haciendo que me concentrara en él –ahora eres mía Vittoria, solo
mía –me volvió a besar mientras que sus embestías aumentaron de velocidad,
acabando con mi razón y mi control por completo.
— ¡Alex! –Él
sonrió al ver cómo me quejaba –más… —apoyó su frente junto a la mía y aumentó
su velocidad – ¡Oh Dios! –Arqueé mi espalda bajo el poder de mis terminaciones
nerviosas –Alex –grité desesperada, necesitaba liberarme, necesitaba poder
alcanzar mi orgasmo. Alex se acercó y comenzó a besar mi pechos mientras yo
arqueaba mi espalda al sentir como entraba en mi cuerpo, comencé a mover mi
cadera hasta encontrar una sincronía con los movimientos de Alex, ¡demonios! Me
iba a morir aquí mismo — ¡Alex! –una bola de fuego se comenzó a formar en mi
vientre hasta bajar y presionar el miembro de Alex, pude sentir como él me
llenó cuando encontré mi orgasmo, grité su nombre de una forma que me
sorprendió, pero fue aun más increíble cuando sentí que el clavaba sus dientes
en mi cuello y comenzaba a beber de mi sangre –Alex… —cerré los ojos,
exponiendo más mi cuello para él, sentí como de nuevo su miembro se endurecía
en mi interior.
Mordí mi
labio al sentir mi boca tan seca y como mi corazón latía con fuerza por las
sensaciones post orgásmicas que había sentido. Sin embargo, mi cuerpo comenzó a
reaccionar ante el de Alex, no tenía idea si esto era normal, pero ¡vamos! Nada
en mi vida se estaba desarrollando normal. Llevé mis manos a su espalda y fui
recorriendo su piel hasta llegar a su trasero, sin sentirme avergonzada lo
empujé contra mí, lo que hizo reír a Alex mientras bebía de mi sangre.
Cerré mis
ojos y sonreí al ver que él comenzó a mover su cadera contra la mía mientras
bebía de mí, esto se sentía aun mejor, pero él se separó de mí sonriendo.
Cuando vi su expresión me quede muda, tenía algunas gotas de sangre en sus
labios y su mirada estaba como si estuviera completo, sonreí y simplemente lo
acerqué a mí para seguir besándolo. Sentir mi sangre en sus labios me
descontroló un poco y me comencé a mover más rápido, buscando que él
respondiera de la misma forma, pero todo fue aun mejor.
Alex me tomó
de la cintura y me levantó, hasta dejarme al frente de él, mirándonos al mismo
nivel, sentada sobre él y sintiendo como me tomaba de la cadera y me ayudaba a
moverme, me acerqué a él y apoyé mi rostro en su cuello, mientras seguía
sintiendo como entraba y salía de mi cuerpo de una forma arrebatadora.
Él buscó mi
mirada y siguió besándome, llamando por completo mi atención a su mirada
¡Demonios! Quería decirle tantas cosas y a pesar de que este era el momento
perfecto, no podía, quería decirle lo que me hacía sentir y lo único que podía
hacer era… responder con besos, entregándome a él por completo y dejando que me
tomara y siendo suya como tantas veces me lo había repetido.
Comencé a
moverme más rápido, sintiendo como toda esta fricción estaba acabando conmigo,
no había centímetro de mi cuerpo que Alex no hubiera tocado. Me sorprendí
cuando se movió de tal forma que ahora él quedo cerca de la almohada, ambos aun
mirándonos al mismo nivel, envolví mejor mis piernas a su cadera. Fruncí el
ceño al ver que movía su mano hacia la almohada, de donde sacó una caja y
sonreí al ver que de ahí mi anillo volví a estar frente a mis ojos.
— ¿Qué está
haciendo…Sr. Lenardis? –dije mientras me seguía moviendo.
—Solo confirmando
un hecho, que eres mía —mordí mi labio al sentir como él seguía moviéndose.
Dejó el anillo al nivel de mi mano derecha.
—Dilo o sino
no acepto –dije entre besos. Él frunció el ceño y embistió más fuerte segundo después
–vamos, dilo… —volví a besarlo.
—Te gusta
jugar conmigo –sonreí y comencé a besar su cuello, pero su movimiento si me
tomó desprevenida, me levantó varios centímetros para después penetrarme más
fuerte.
— ¡Alex!
–dije apoyando mi cabeza sobre su hombro –Solo dilo…. –me moví de forma
deliciosa sobre él, sintiendo como estaba solo a un paso de mi liberación. Dejé
mis manos entre su cabello y lo besé de forma cuidadosa, acariciando su cabeza.
—Muy bien —tironeó
de mi labio inferior y sonrió de forma atrevida –Victoria ¿quieres pasar una
eternidad conmigo? –cerré los ojos y me acerqué a su rostro, pasando mi nariz
por su mejilla hasta llegar a su oído.
—Pon el
famoso anillo –mordí el lóbulo de su oreja sintiendo como gruñía por el
contacto de su piel con mis dientes. Dejé mi mano sobre su hombro y él dejó el
anillo en mi dedo.
Rodeé mis
brazos en su cuello y ambos comenzamos a movernos más y más rápido hasta que
alcanzamos nuestra liberación al mismo tiempo, callé mis gemidos en su boca
como el silenció sus gruñidos. Mis parpados comenzaron a pesar
considerablemente, Alex salió con cuidado de mi cuerpo y me recostó en la cama,
quedándose a mi lado. Fruncí el ceño al ver que no me abrazaba ¿aun seguía
arisco? Bueno, daba lo mismo, yo cambiaria eso.
Me giré un
poco y tomé la mano de Alex para que me abrazara, él no puso objeción alguna.
—Abrázame
fuerte –él dejó su cabeza sobre la mía y nos cubrió con la sabana.
— ¿Victoria?
–Traté de mirarlo, estaba cansada –te ha gustado ¿no? –él sabía la respuesta,
solo me quería refregar en la cara lo bueno que era, aunque no tuviera con
quien compararlo sabia que él era mejor que cualquier hombre.
—No –dije
finalmente –me encantó –entrelacé mis dedos junto a los de él y mi ojos se
entregaron a Morfeo –pero debes seguir intentando –susurré cansada.
Nunca en mi
vida había dormido tan bien, rodeada por los brazos tan masculinos de Alex me
hacían sentir segura, me giré y pude ver que él ya estaba despierto, con sus
ojos fijos en mí.
—Buenos
días, ya estas despierto.
—Así es —me
separé de él tomando la sabana y tratando de ponerme de pie, pero no me alcancé
a sentar en la cama cuando él me hizo volver a mi lugar –no te levantes aun
¿tienes hambre?
— ¿Por qué?
¿Me prepararás el desayuno? –él bufó.
—Ahora que
lo preguntas no lo haré —me sonrió de esa forma arrebatadora, mirándome de
forma intensa.
— ¿Qué
sucederá ahora Alex?
—Por ahora solo
quiero tenerte entre mis brazos –dijo para llevar su mano a mi rostro y
besarme, sin preámbulos, luego comenzó a tocar mi piel como en el dueño que se había
convertido, sin embargo algo me faltaba, sentía que Alex estaba tenso.
—Alex –dije
al sentir como iba bajando sus besos por mi cuello hacia mis senos –Alex… —llevé
mis manos a su cabello e hice que me mirara — ¿Qué sucede? –él frunció el ceño,
sonriendo.
— ¿Qué va a
suceder? Solo déjame disfrutar de ti, he estado años esperando por ti —sonreí
nerviosa, pero seguía frustrada, quería decirle que me encantaba y que solo él
me haría sentir de esta manera, pero…temía que me fuera a rechazar o algo por
el estilo —¿me dejarás? –alejé mis manos y dejé que siguiera haciendo lo que
quisiera, pero al darme cuenta a donde se dirigía me tensé de nuevo.
Sus manos estaban
en mi centro, excitándome aun más, me invadió la sorpresa cuando separó más mis
piernas y sus dedos fueron reemplazados por su lengua. Su nombre escapaba de
mis labios como si fuera lo más natural en mi vida y todo mejoró cuando luego
de mi primer orgasmo, Alex se incorporó y se introdujo en mi cuerpo causando
que todo a mí alrededor diera vueltas, por lo visto este sería un gran día.
Creo que
estaba adquiriendo una obsesión por Alex, no me cansaba de tocarlo como tampoco
él lo hacía conmigo, lo volvimos hacer en la ducha, de nuevo en la cama y en el
sofá luego de que solo comiera una fruta.
—Acabarás
conmigo –dije aun en el sofá, tratando de tranquilizar mi respiración –no sabía
que esto se sentía así.
— ¿Por qué?
¿Lo habríamos hecho antes?
—Sin duda
alguna —cerré mis ojos y me apoyé en el pecho de Alex.
—Siento no
dejarte descansar por mucho tiempo, solo que he esperado años por ti –me giré y
quede apoyada en mis manos sobre el pecho de Alex.
—Me habías
visto antes ¿cierto? –él asintió.
—Esa noche
solo me cansé de estar observando así que decidí traerte —comenzó a jugar con
mis dedos, los cuales alejé porque ya sabía donde terminaría esto y ahora
quería conversar más.
— ¿Desde cuándo?
—Eras muy
pequeña aun, eras tierna en ese entonces –fruncí el ceño y le di un pequeño
golpe en su tórax — ¿ves a lo que me refiero? –Dijo riendo –como sea, eras
demasiado pequeña cuando te encontré así que tuve que esperar.
—Ya veo, no estás
involucrado en que nadie me invitara a salir mientras crecía o algo parecido
¿cierto? –Él tenso su mordida — ¿Alex?
—En parte, tenía
que cuidarte porque serias mía y… —abrí mis ojos sorprendida sin poder creer lo
que me estaba diciendo –entiéndeme un poco, somos bastante posesivos, has
encontrado…
— ¡Oh calla!
–Puse mi mano en su boca –no puedo creer que lo hayas hecho, no quiero hablar
ahora de ese tema o terminaré realmente molesta.
—Y no
queremos eso.
—No, no lo
queremos… —él sonrió y pasó su mano por mi nariz. Quedé concentrada en sus ojos
y sin poder controlarlo las palabras casi salieron por completo de mi boca.
—Alex yo…
–él me miró curioso.
— ¿Tú qué?
–no pude, traté pero no pude. Conocía a Alex y él tenia serios problemas para
poder expresar lo que sentía y no me iba a exponer a decirle que lo amaba si él
no me iba a responder de la misma forma.
—Nada, te
deseo de nuevo –dije acercándome a sus labios y volviendo a sentir sus labios.
*__* *********
ResponderEliminarVEO PURAS ESTRELLAS!!!
akajakajakjak
x fin las cosas se estan arreglando!!!
wiii aunque no estoy tan feliz xq ya va kedando tan pokito para el final que, u.u
toy triste!!!
:D
ResponderEliminaraaaaaaaggg!!!
ResponderEliminarestá Victoria !! me sacara canas verde !!!
como no entiende !! además q es tan enojona!! yo creí q con un polvo se le quitaba pero no, ella es asi!!
—¿Qué va a suceder? Solo déjame disfrutar de ti…he estado años esperando por ti…
... —¿me dejaras?
ese dejaras es : me daras permiso ... para seguir con lo q esta asindo, aunq claro Elizabet no necesita pedir permiso ; o es un " me dejaras" de alejarse de él ??
creo q es la segunda ...
**Kathy **
Ni duda hay de que se aman pero sus miedos pueden más
ResponderEliminarAwwwww ternurita, ese hombre demostro por que es genial y unico, el Sr. Alexander se lucio, lo odiare en ocasiones pero hoy se gano todo mi amor
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