Un ángel caerá
¿Qué
harías por la persona que amas cuando esta se encuentra perdida? Esa es la
pregunta que ella se hacía mientras miraba como aquel humano que había visto
crecer, se quedaba sentado, mirando durante horas a través de la ventana en su
departamento, lugar que había conseguido hacía un par de años después de crear
una excelente publicidad para una compañía importante.
Dana
había sido designada como ángel custodio desde hacía ya veinticinco años
humanos, tiempo que no corría para ella. Un año de su existencia equivalían a
un par de décadas en la tierra; obtuvo la sabiduría adecuada para poder ser
guía de un ser humano al mismo tiempo que obtenía sus alas, no todos los ángeles
eran premiados con ellas cuando se les asignaba un humano.
Sin
embargo cuando ya había logrado sus años como ángel custodio, llegó su primera
decisión ¿dejaría a su humano para seguir creciendo como un Arcángel? Era el
momento de avanzar y dejar que otro ángel se hiciera cargo de Ethan, pero ella
no lo pudo aceptar, era su Ethan el que estaba en juego y él solo tenía
dieciocho años en ese tiempo.
Llamando
la atención de sus compañeros, ella decidió quedarse como un ángel custodio. El
más sorprendido era Eric, su guía y consejero, pero él nunca le hizo saber que
esperaba que ella dejara a Ethan para poder guiar a los nuevos ángeles y
formarse como arcángel, solo aceptó su decisión creyendo que en este caso
especial, el humano debería seguir teniendo tan buen ángel custodio.
Nadie
ni por un segundo se le pasó por la mente que ella no podía dejarlo porque se
había enamorado, jamás, en toda la existencia de los ángeles algo como eso
había sucedido, es por ello que nadie dudaba que la entrega de Dana, solo era
porque Ethan estaba perdido.
Un
secreto como ese no podía ser guardado por un ángel, su conciencia no se lo
permitía, es por eso que los únicos que sabían de los sentimientos de Dana, eran
sus amigos más cercanos, Sophia y Quentin, quienes como los pocos ángeles,
habían sido pareja desde hace ya cientos de años. Ninguno de los dos se
atrevían a juzgarla, aquel pensamiento no era parte de ellos.
Ethan
suspiró y miró hacia un lado, como si estuviera observando a Dana, quien se
escondió detrás de sus hermosas y amplias alas, tan blancas y con plumas que
parecían brillar; ella muchas veces se asustaba al pensar que él podría verla,
pero la capacidad que tenía Ethan solo se adjudicaba a las almas que no podían
cruzar hacia la luz, las que tenían asuntos pendientes o simplemente las que se
negaban a la idea de haber muerto. Esta habilidad era la que hacía a Ethan un
ser tan especial, pero él no lo podía concebir como un don… sino más bien una
maldición.
La
brisa que creó el movimiento de las alas de Dana alcanzó a llamar la atención
del humano, no era la primera vez que le sucedía y siempre pasaba cuando él
estaba perdido en sus pensamientos. No tenía la menor idea de qué se trataba,
pero le daba la paz que necesitaba.
Ethan
se acercó al mueble negro como el color del resto de su habitación y abrió una
gaveta para después sacar las pastillas que escondía en ese cajón. Se tomó una
más de lo que correspondía, ya que su cuerpo no estaba respondiendo a los
relajantes y necesitaba dormir, mañana tendría una reunión importante y tenía
que estar atento. Se metió a la cama y cerró sus ojos, esperando que las
pastillas hicieran lo suyo… cinco minutos después ya se había entregado a
Morfeo.
Dana
lo miraba desde el final de la cama, triste por ver la situación en la que
estaba Ethan. Esas pastillas se las tomaba como si fueran dulces, a la hora que
fuera… evitaban que viera cosas que él no quería. Las había descubierto a los
dieciocho años, desde ese entonces nunca más se acordó de su ángel custodio,
por eso ella podía viajar y recorrer otros lugares… si su humano no se acordaba
de ella era porque su fe no era la suficiente para que su cercanía fuera
efectiva.
Ella
volvió a suspirar y movió sus alas para dejar de esconderse. Cerró sus ojos
cuando una pluma pasó a rozar su rostro y por enésima vez… trató de que Ethan
entrara en razón y dejara de hacerse daño de esa forma.
Para
cuando abrió los ojos tanto Dana como Ethan estaban en un hermoso valle, ambos
reconocían el lugar como real, ya que era parte de la vida de él. Este era el
escenario que usaba Dana en los sueños de Ethan para comunicarse, estaba
rompiendo levemente las reglas, pero su justificación era válida. Todo lo que
hacía por el bien de un humano, era permitido, aunque mostrarse como un ángel,
no era la mejor forma, su belleza y apariencia física, podían obstaculizar la
vida del humano.
Ella
avanzó entre los árboles para poder llegar a donde estaba Ethan, ya no llevaba
sus alas y ahora vestía como alguien normal, como si fuera una simple mortal,
con jeans negros, los que siempre habían llamado su atención, ya que ella
siempre vestía con una túnica blanca; además de llevar una blusa color azul.
Esta vez llevaba su cabello color marrón completamente amarrado.
Ethan
se giró al escuchar un ruido y vio a la mujer de sus sueños, no pudo evitar
sonreír al encontrarla. Hacía días que no tenía este tipo de sueños y ya la
extrañaba; era alta… aunque seguía siendo pequeña para él, quien medía un metro
noventa, pero él calculaba que no media más de un metro setenta y cinco, su
piel muy blanca siempre había llamado su atención ya que prácticamente era como
si brillara. Tenía un buen cuerpo, nada exuberante pero sin duda era de su
agrado, pero nada de eso importaba cuando ella lo miraba. Esos ojos color miel
hacían que su corazón latiera más fuerte, aun sabiendo que este era un sueño
más.
—Ethan
–dijo ella, su tono de voz era tan apacible, tan suave que prácticamente podía
sentir una caricia en su mejilla, podría pasarse horas escuchando su voz. Era
tan joven, solo parecía una niña con ese rostro.
Él
no pudo responderle, nunca podía… solo ella tenía permitido hablar en estos
sueños y no le sorprendía, nada fuera de la realidad ya que si la tuviera al
frente, no podría pensar en alguna palabra para decirle, era tan hermosa.
Dana
sonrió triste al darse cuenta que nuevamente él no era capaz de responderle,
aun siendo su sueño y aun sabiendo que tenía tanta labia con las mujeres, era
un seductor sin causa, ninguna mujer que había llamado su atención había
escapado de sus manos. Sin embargo con ella, en los sueños que él permitía
crear, no era capaz de cruzar palabra… y le dolía, lo que más deseaba era poder
escuchar una palabra suya que estuviera solo dirigida hacia ella.
—
¿Qué voy a hacer contigo? –Dana se sentó en el césped, apoyando su espalda en
un frondoso árbol que le proporcionaba algo de sombra — ¿Cuándo dejarás de
tomar esas pastillas?
“Nada fuera de lo normal” pensó Ethan,
siempre le llamaba la atención por lo que tomaba.
Dana
se encargaba de recordarle cada vez que entraba a sus sueños, que no siguiera
tomando esos medicamentos, lo que sería un consejo fructífero, sino fuera
porque Ethan olvidaba más de la mitad del sueño, incluyendo sus consejos, todo
por culpa de esas pastillas.
—Podrías
ayudar a tantas almas si estuvieras más concentrado en lo que eres capaz y no
en mujeres –Dana había estado toda una vida con Ethan y desde que él entró a la
universidad… no volvió a ser el mismo.
Él
cada vez que tenía este tipo de sueños, presentaba sentimientos encontrados,
amaba poder ver el rostro de la mujer de sus sueños, pero aun así le dolían las
palabras que le regalaba. No quería consejos ni sermones sobre las elecciones
que había hecho, solo quería estar en silencio con ella y aunque fuera solo una
vez, permitir que se acercara un poco más, pero cada vez que avanzaba hasta
ella, con rapidez se alejaba de él.
—Ya
no sé cómo ayudarte, olvidas los sueños con más rapidez y haces caso omiso a lo
que te digo –a pesar de que su voz era gloriosa para él, no podía seguir
escuchando lo que tenía que decir, no le gustaba ni un poco cuando alguien le
decía qué hacer.
Todo
el entorno comenzó a oscurecerse, dejando expuesto el verdadero color de la
mente de Ethan, dejando en claro… como estaba su alma. El brillante sol y el
cielo azul fueron reemplazados por nubes negras y no pasó mucho cuando gotas de
lluvia comenzaron a caer, permitiendo que truenos y relámpagos entristecieran a
Dana, sabía que Ethan estaba molesto, sentimiento que ella jamás había
comprendido, nunca había estado molesta o asustada realmente.
Como
un reflejo Dana se puso de pie y liberó sus alas para poder cubrirse de la
lluvia, no le agradaba mucho, siempre había pensado que era como si el cielo
estuviera llorando, aunque nunca podría sentir las gotas como un humano.
Era
la primera vez que Ethan pudo ver las alas de Dana, brillando en la oscuridad
del cielo y escondiendo su rostro de él. No pudo soportar las ansias de
acercarse a ella para poder tocarla, era algo que lo dominaba. Sin embargo,
ella era más rápida que él, cuando sintió los pasos en la lluvia ella dejó que
sus alas se expandieran y sin más desapareció de su vista.
Ethan
miró hacia el cielo oscuro, que estaba acompañado de truenos y relámpagos,
observando cómo su ángel se perdía en las nubes y como todo se volvió
oscuridad, dando por terminado el sueño.
A
Dana no le tomó más que dos segundos estar con los demás ángeles, ahora vestía
con la túnica que todos traían y sus alas estaban tranquilas; todos estaban en
un gran salón blanco que era adornado solo con dorado. Se alejó del grupo que
conversaba amenamente y reía sin preocupaciones. Llamó la atención tanto de Sophia
y Quentin, sus más cercanos del lugar.
Era
cierto que eran ángeles, pero ellos eran partes del tercer coro, lugar donde se
encontraban los Ángeles, Arcángeles y Principados, ella ahora debería estar con los arcángeles, pero en
lugar de eso… se había mantenido con Ethan, además que no le agradaba la idea
de mantener luchas con seres oscuros, no era lo suyo; es por eso, que siendo
parte del tercer coro y siendo los más cercanos a los humanos, eran los que
tenían un comportamiento similar; es por ello que a veces tenían sentimientos o
ansias muy humanas… podían cometer errores como ellos, pero no tenían la opción
de libre albedrio como los seres de la tierra.
—
¿Un nuevo sueño? –preguntó su rubio amigo, quien de los tres tenía la mayor
apariencia al típico ángel que imaginaban los seres humanos.
Quentin
era alto, de ojos verdes y de un cabello rubio y desordenado que llevaba
suelto, alcanzando sus hombros. Tenía una barba incipiente que lo hacía ver
mayor, aunque cuando sonreía se veía como un niño. Su espalda era lo bastante
ancha para cubrir por completo a Sophia cuando la abrazaba. Era fuerte y estaba
empeñado en conseguir sus alas.
—Dana
–dijo con un tono preocupado, Sophia, más que un ángel, ella debía ser un querubín,
era traviesa y muy sabia, a Dana le agradaba que fuera cercana a ella.
También
era tan hermosa como los demás, tenía el cabello muy corto, de un rubio muy
parecido al de su pareja, pero el liso la diferenciaba de un chico, además de
su cuerpo, que no tenía muchas curvas, pero si las necesarias. Parte de este
cabello cubría su ojo izquierdo, cada cierto segundo tenía que moverlo con sus
pequeñas y delicadas manos, tan blancas como el resto de su piel. Tenía los
ojos de un azul profundo y unos labios color rosa. Si Sophia estuviera en la
tierra, sería una de las modelos más requeridas por su increíble belleza.
—Si
–suspiró de nuevo. Dana y Sophia se hicieron cercanas y amigas en el mismo
momento que Ethan conoció a Diego, su mejor amigo y humano de Sophia, ambos
tenían cinco años en ese tiempo –estoy frustrada, ya no sé qué hacer.
—
¿Frustrada? Eso es una exageración, Dana –Quentin se sentó a su lado, sobre la
misma nube donde Dana había decidido ir a refugiarse. Sophia siguió a su pareja
y se sentó en el otro costado de ella –sabes que ese es un sentimiento
netamente humano ¿no?
—Lo
tengo muy claro, es por eso que me siento así, Ethan se siente de la misma
forma –Quentin miró las alas de Dana por enésima vez en esos cinco minutos,
como deseaba tener unas iguales, pero aun le faltaba para poder alcanzarlas, le
encantaba poder tocar las de ella. Sin embargo las palabras de su pareja llamaron
su atención.
—Estas
muy unida a él.
—Y
sabes muy bien por qué sucede eso –ella volvió a suspirar triste; Sophia
también se entristecía por ver a su amiga de esa manera, solo podía tomar su
mano y desear con todas las ganas que Dios hiciera que la pena de Dana se
fuera.
—Bien,
has estado así desde hace más de un año, si fueras humana te dirían que estas
prácticamente en depresión –dijo Quentin pensativo, a quien desde hace un par
de meses le había llamado la atención el comportamiento de Dana, no le agradaba
nada ver a las personas sufrir, pero él además de pedir en oraciones que su
amiga estuviera mejor, era un ángel de acciones –estuve haciendo algo hace un
tiempo… que no le había comentado a nadie.
—
¿Qué cosa? –Sophia lo miró confundida ¿le había escondido información? — ¿has
mentido?
—No,
solo omití información, lo que es muy diferente –Dana sonrió, a pesar de ser
ángeles, también caían en cosas banales como los humanos, es por eso que Sophia
y Quentin también discutían… pero nada comparado a una discusión real, ya que
para eso había que estar molesto, cosa que ninguno había sentido nunca.
—
¿Y bien? –siempre Quentin y sus comentarios habían llamado la atención de Dana,
era un ángel que le gustaba mucho leer, por eso a veces les decía cosas que no
tenían idea que existiera.
—Bien,
hace un par de meses, estuve dando vueltas en la biblioteca general –Dana apoyó
sus manos más atrás, sintiendo la suavidad de la nube en sus manos; atenta a lo
que decía el ángel –bueno, ingresé a una parte que está prohibida, las
historias de los ángeles caídos.
—
¡Quentin! –lo miró sorprendida su pareja, sin poder creer que había ingresado a
leer ese tipo de historias. Ahí estaban los libros del comienzo del infierno,
el primer ángel caído que había y estaba provocado más de un disparate en la
tierra, solo para conseguir almas humanas.
—
¿Y qué descubriste? –la frase llamó la atención de Dana, sabía que había
historias horrendas de los ángeles caídos que habían sido convertidos en seres
oscuros que se encargaban de robar almas humanas que divagaban entre la vida y
la muerte.
—Que
no todo es malo –ambas se quedaron en silencio, esperando por más información
de parte de Quentin –que puedes de cierta forma… volverte humana.
—
¿Qué estás diciendo? Eso es imposible, Quentin –replicó Sophia, quien no podía
creer que estuviera escuchando ese estilo de cosas, pero tampoco era sensato
que él le mintiera.
—No
lo es… y tú amas a Ethan –dijo ahora mirando a Dana, a quien le brillaron sus
ojos color miel al darse cuenta de las palabras de Quentin ¿es que acaso había
una oportunidad de que Ethan pudiera dirigirle la palabra, que tocara su
mejilla y que de una vez por toda le hiciera caso a sus consejos?
—No,
imposible, además Dana jamás tomaría una alternativa como esa, es muy
arriesgado –Sophia se negaba rotundamente ante la idea de que su amiga se
volviera un ser oscuro por volverse humana.
—
¿Qué hay que hacer? –Dana no dudó ante la opción que Quentin le estaba
entregando, haría de todo para sacar de esa oscuridad a Ethan, costara lo que
costara.
—Pero
de verdad es arriesgado –aclaró Quentin al ver la reacción de Dana, no esperaba
que aceptara.
—Ve
a buscar el libro, te esperamos aquí mismo –Quentin miró incómodo a Sophia por
las palabras de Dana, pero no pudo hacer nada.
Se
puso de pie y rápidamente fue hasta la biblioteca, nadie le diría nada por
sacar un libro de ahí, aunque estuviera prohibido. Solo tenía ese calificativo
porque no eran historias muy agradables y había ángeles realmente sensibles.
—No
puedes hacerlo –dijo Sophia al darse cuenta de la seriedad de las palabras de Dana.
—Él
me necesita y si no piensa en mí o cree en mí, debo llegar a él de otra forma,
los sueños ya no los recuerda… y no
puedo permitir que por hacer un mal trabajo, cientos de almas sigan perdidas
entre dos mundos, no cuando hay tantos seres oscuros tras ellas. Ethan es un
ser importante y está perdido.
—Pero
puedes convertirte en alguien oscuro, exactamente como los que comen almas,
sabes que los ángeles caídos están predispuestos a caer en pecados humanos, al
no conocer el mundo como realmente es, eres solo un ser puro rodeado de
oscuridad Dana.
—Seré
cuidadosa, hay ángeles ahí abajo.
—Claro,
unos capacitados que son los Principados… ellos saben cómo manejarse en la
tierra.
—Llegué
–dijo Quentin interrumpiendo la conversación de las dos ángeles; traía consigo
un gran libro dorado, con signos y escritos que tenían un idioma más antiguo
que ellos mismos –aquí esta –rápidamente buscó entre las páginas blancas con
letras doradas y llegó al lugar correcto –esta parte habla sobre la conversión
de un ángel en humano, pero hay una parte que no puedo comprender.
Les
acercó el libro a sus acompañantes y les indicó con el dedo las palabras que
ahí estaban escritas.
“Si en tus deseos esta volver a ser un
mortal, solo lo más preciado de un Ángel debes olvidar. Busca en el dolor tu
salvación y liberación”
—
¿Por qué dice salvación? Nosotros ya tenemos esa opción, siendo ángeles –dijo
confundida Sophia, sin poder comprender las palabras.
—Ahí
es cuando me confundo, entiendo lo de liberación porque si quieres ser humano…
estas atrapado siendo ángel, pero ¿salvación? –Quentin negó porque aun no podía
descubrir el significado.
Dana
pasó sus dedos sobre la escritura dorada, las palabras que la llevarían a donde
siempre había deseado, jamás había pensando que existiera la posibilidad.
Sonrió emocionada al saber lo que tenía que hacer, por primera vez estaría con Ethan
y podría ayudarlo de verdad.
—
¿Cuál es la principal misión de un ángel custodio? –dijo mirando a sus amigos,
esas palabras que eran tan difícil de descifrar para Sophia y Quentin, habían
quedado tan claras como el agua para ella. Ambos la miraron confundidos, era
obvia su respuesta.
—Ser
guías de nuestros humanos –respondió Sophia.
—Yo
no he podido serlo para el mío, mi salvación no está completa si no logro que
encuentre el camino correcto, no si sigue en esa oscuridad… es por eso que
busco esta solución ¿no? aquí está mi salvación –ambos se miraron sorprendidos,
lo que decía tenía coherencia.
—
¿Y respecto al dolor? ¿Qué hay que hacer? –Quentin estaba inmerso en las
palabras de Dana. Ella se quedó pensativa, sonrió al darse cuenta de la ironía
de esto.
—Mis
alas… no puedo ser humana teniendo mis alas.
—
¡No! –dijo Quentin al comprender que su amiga tendría que cortar sus alas, eso
no lo iba a permitir, no cuando le costó tanto conseguirlas, no era algo a lo
que se renunciaba así de fácil –no harás esto.
Dana
llevó una mano a su cintura, donde en el cordón dorado que rodeaba su abdomen
apareció repentinamente la daga de oro que los acompañaba cuando corrían
peligro, ella jamás la había usado, es más, apenas esta era su segunda vez que
la hacía aparecer. La filosa hoja plateada brillaba y podía ver su reflejo en
ella; la empuñadura estaba conformada por dos partes, el pomo y el nudo central, ambos hechos de oro con
una cruz que traspasaba por completo la empuñadura, además de tener el nombre
de Dana en la parte del nudo central.
—Esto
servirá… —miró a sus amigos y sin más se dejó caer a través de las nubes, ellos
no dudaron en seguirla.
Los
tres cayeron a través del cielo, sintiendo como el viento desordenaba sus
cabellos y les proporcionaba esa agradable sensación de libertad; siempre ir a
la tierra era un momento que les gustaba.
Llegaron
hasta alcanzar la azotea de uno de los
edificios de la ciudad de Chicago, ya era de noche; la caída de Quentin y Sophia
fue mucho más brusca que la de Dana, quien era ayudada por sus alas.
—No
lo hagas, por favor –Sophia por primera vez estaba asustada, sin saber que
tenía este sentimiento, se dejó embargar por este, temía por la futura
situación de su amiga.
—Él
me necesita y no lo dejaré solo otro segundo más si puedo arreglarlo.
—Está
decidida –Quentin se ubicó al lado de Sophia, estaba más tranquilo que su
pareja, sabía que Dana hacía esto por las razones correctas.
—“Si en tus
deseos esta volver a ser un mortal, solo lo más preciado de un Ángel debes
olvidar. Busca en el dolor tu salvación y liberación” –susurró Dana, tomando la
daga con fuerza y ubicándose en la orilla del edificio.
—Por aquí
siempre pasa Diego ¿Qué pretendes hacer? –dijo Sophia sin comprender lo que
estaba pasando.
—Él es doctor,
me ayudará –Dana miró hacia abajo y vio que no eran tantos metros de caída, no
le pasaría nada que no pudieran arreglar.
—Dana –Quentin
se acercó hasta ella, para poder susurrarle –no permitas que nadie se entere
sobre tus sentimientos hacia Ethan –sonrió por las palabras de su amigo.
—Él de allá
arriba ya sabe –dijo mirando hacia el cielo oscuro. En ese momento comenzó una
lluvia suave, que a ellos, no los mojaba –No me dejen sola, por favor ¿sí?
–Ambos la miraron y asintieron seguros que podrían ayudar a Dana de alguna
forma –Bien, visítenme en sueños.
Todo el amor
que ella sentía por Ethan y las ansias que tenía por ayudarlo, permitieron que
no sintiera miedo ni preocupación; era un ser ingenuo que jamás había sentido
dolor en su existencia. Solo había visto cuando Ethan se había caído, ya sea en
bicicleta o corriendo y había llorado cuando sus rodillas sangraban, pero no
tenía la mínima idea de cómo se sentía realmente.
Sin ninguna
duda tomó la daga y se la entregó a Quentin, quien no podía creer que estuviera
colaborando en esto.
—Si me duele y
grito, no te detengas, ya vas a quitarme una, así que solo hazlo rápido con la
otra –él asintió a las instrucciones de Dana.
No había que
causar mucha presión para poder hacer un corte que hiciera caer las alas de Dana,
era una daga bastante filosa, podía cortar lo que le pusieran por delante, así
que solo bastó que Quentin la pasara como si fuera un pincel cuando cortó una
de las alas.
Si alguien le
hubiera preguntado a Dana ¿Qué era el dolor? Jamás podría haber dado una
respuesta adecuada, era algo que nunca había sentido, no lo conocía. Es por
esto que cuando Quentin traspasó con la daga su ala izquierda, sintió como todo
su cuerpo se tensaba y como una profunda punzada llegaba a su espalda,
provocando que se inclinara para soportar el dolor.
— ¡Hazlo
rápido! –gritó desesperada, esperando que el dolor se fuera de una buena vez.
Sus mejillas comenzaron a ser bañadas por sus lágrimas de color dorado. Dana
tenía una expresión que jamás había marcado su rostro… el dolor puro.
La sangre dorada comenzó a salir de la espalda
de Dana mientras ella gritaba por el padecimiento en el que estaba, pero Quentin
no se detuvo, cortó su otra ala con rapidez.
En ese momento
la daga desapareció de la mano de Quentin al igual que la visión de Dana hacia
sus amigos, estos fueron desapareciendo mientras seguía llorando y sintiéndose
fatal.
Sentía que su
cuerpo comenzaba a pesar mucho más y que algo latía con fuerza en su pecho al
mismo tiempo que sus pasos se tambaleaban hasta que se resbaló de la orilla del
edificio y cayó hacia el vacío, viendo como la acera se acercaba a su cuerpo
vertiginosamente.
Sin embargo,
todo se detuvo; las gotas de lluvia no siguieron su camino, los autos que se
veían a los lejos no avanzaban… el tiempo había sido detenido y eso solo podía
ser obra de un solo ser... Dios, nunca lo había visto, su estatus como ángel no
se lo permitía.
—No soy Dios, Dana
–al escuchar la voz de Eric, sintió un escalofrió recorrer su espalda, era la
primera vez que tenía una sensación de este estilo. Su cuerpo lentamente fue
girando, ya no sentía dolor alguno pero sabía que sería momentáneo. Pudo verlo,
con esa mirada tan profunda de un color verde, su cabello largo y oscuro caía
sobre sus hombros; siempre le había llamado la atención la vestimenta de
guerrero que traía, junto con la espada; jamás le preguntó cuantas veces la
había usado.
—Eric… —Eric
era el guía que había tenido ella mientras era un ángel naciente, apenas un
bebé, su profesor, era parte de las Dominaciones, ángeles que constituían el
segundo coro –tenía que hacerlo… —ella estaba suspendida en el aire mientras el
tiempo estaba detenido.
—Me han
informado que arriba estaban enterados de lo que iba a pasar.
—Él todo lo
sabe, no me sorprende –dijo sonriendo al ver ese rostro conocido que también
respondía a su sonrisa.
—Has cortado
tus alas… eso es algo grave ¿sabías que pudiste solo presentar una solicitud
para lo que estás haciendo? Sin dolor ni dramatismo –ella lo miró sorprendida
–pero ya has elegido, solo vengo a guiarte por última vez hasta que nos veamos
nuevamente.
—Mi misión ¿no?
—Así es, tus
alas te serán devueltas cuando sea oportuno, tu daga seguirá contigo –la guardó
en el bolsillo que tenía la túnica blanca, ya que siendo humana tendría que
llevarla consigo siempre –ten cuidado Dana, no sabes lo que hay ahí afuera, tu
tiempo en la tierra será especifico para tu misión, para nada más y lo sabes
–ella estaba confundida por sus palabras –Sabes que el amor entre un ángel y
humano es imposible, pero puedes ayudar a Ethan, él es muy valioso y lo
necesitamos de nuestro lado, sabes eso ¿cierto?
—Sí.
—Cuando cumplas
con tu misión, volverás a casa ¿bien?
—Sí.
—Quiero que
cuando te recuperes, busques a Adam Foster, él te ayudará… es de nuestro bando
¿está bien?
—Sí.
Dana no podía
decir ni una sola palabra, sentía que su corazón, el cual recién había sentido,
se había oprimido al escuchar las palabras de Eric, le había aclarado que entre
ella y Ethan no podía pasar absolutamente nada. Ella no conocía la
desobediencia, así que si se le ordenaba algo, lo iba a cumplir.
—Ahora, ve Dana
y no caigas en pecados que te hagan un ser oscuro, no sabes que otros seres hay
ahí afuera y el primer ángel caído esta en busca de Ethan y está siendo apoyado
por otros ángeles caídos…ve con Dios –formó una cruz con su pulgar derecho,
solemnemente en su frente y desapareció de la vista de Dana, trayendo consigo
el tiempo.
Lo
primero que sintió fue el punzante dolor en su espalda, donde debían ir sus
alas, seguidas de las gotas de lluvia que caían sobre su rostro, brazos y
piernas expuestas. No pasaron muchos segundos cuando sintió el golpe de la
acera contra toda la parte posterior de su cuerpo.
—
¡Dios santo! –gritó un hombre que venía caminando de traje y abrigo por la
oscura calle, bajo la protección de un paraguas. Se arrodilló con rapidez para
ver las condiciones de la mujer que estaba en el suelo, la protegió con el
paraguas.
—No…
no me lleves al hospital, Diego.
—
¿Cómo demonios sabes mi nombre? –no pudo contestarle, ya que perdió la
conciencia.
Diego
confundido la llevó hasta su auto que estaba a una cuadra más allá, cubriéndola
con su abrigo. No dejaba de pensar que su novia, Emma, lo mataría por llevar a
una desconocida hasta su departamento, pero no sabía qué presentimiento tenía,
esa chica debía estar bien pronto.
Quentin,
Sophia y Eric, miraban desde la azotea del edificio como Dana recibía ayuda por
parte de Diego.
—Dame
ese libro, Quentin –este se lo entregó de inmediato.
—Lo
siento… —se disculpó el rubio, que era solo un poco más bajo que Eric.
—Sí,
claro… lo siento, ahora los dos por seguir en este peligroso juego a Dana,
tendrán doble trabajo, no permitan que corra peligro y ayúdenla en lo que
puedan.
Sus
amplias alas se expandieron y de un solo impulso salió volando hacia los
cielos, tenía mucho que informar a sus superiores.
—Dana
no se mantendrá tan alejada de Ethan –aclaró Quentin, mirando como el auto se
alejaba.
—Sin
duda alguna –Sophia tomó la mano de Quentin, esperando que todo saliera bien.
Les esperaban muchas cosas que descubrir.
Continuará….
Hola pequeñas mariposas, bueno, comenzamos de nuevo con esta historia. Espero que les haya gustado el capitulo, que aunque ya lo han leido, hay nuevas cosas, ademas de los nombres, espero que lo hayan leido para que asi se acostumbren ;D mañana comenzaré a presentarles quien sera Ethan *-* (no iba a buscar a nadie, pero fue amor a primera vista). Gracias por su apoyo chicas, este es un cambio muy radical, espero que les guste.
Próxima actualización: Jueves 07 de Marzo
me encanta!!
ResponderEliminarempecé a leer y fue genial !!
ningún problema con los nombre ...de echó me acostumbré altiro y de inmediato me los empecé a imaginar me encantan!!
este primer cap me gusta tanto ... hay tanta inocencia ... *--*
:O que emocion que te hayas acostumbrado tan rapido :d sabes? para mi tambien fue lo mismo, realmente agradable y refrescante para mi mente pensar en personajes nuevos.
EliminarGracias por seguir leyendo Kathy ;D
me encanta!!! nose, me gusta E-B , pero como siempre tu le das ese toqe a una historia para q sea realmente buena y los nuevos personajes qedan perfectos ... los leia y de inmediato me gustaban ,todos, es genial!!
Eliminarasiq x aqui andaremos entre LML (1313) y UAC :) y obviamente cuando llegen los demás aqui estare tambien, no te liberaras de mi tan facilmente jejeje
Me gusta!:D como te dije por twitter no lo leí como fic así que no tengo idea de nada y será todo nuevo para mí :) estaré pendiente!
ResponderEliminaraaaah esto es emocionante, estas leyendo la historia toooda original, la mayoria comenzo con ella como fic ¡estoy tan feliz! espero que te guste y muchas gracias por leer ;D
Eliminaryupiiii!!!!
ResponderEliminarme encanta que continues esta historia!!
gracias!
DTB
Muchas gracias michi! ;D
EliminarDanii te diré que pensé que al leer el capitulo empezaría a recordarlo como la primer versión, pero no fue así y eso me encantó, además muero por conocer a Ethan físicamente ;)
ResponderEliminar:OOO aaay que emocion angie!!! esto realmente es agradable porque me anima mucho, asi la atraccion no era solo por los nombres, sino que por la historia tambien. Muchas gracias por leer ;D
EliminarEsta genial.......volver a empezar lo pone aun mas interesante....
ResponderEliminaraaah muchas gracias karla por leer *-* que bien que te ha gustado!
EliminarAaaaaaaah!!!!! Eric, washito rico, dame un hijo ¡Dame un hijo!
ResponderEliminarJajaja al principio, cuando leía por primera vez los nombres era como "Bella" y "Edward" pero ahora ya no xd
Como Sophia tiene el pelo rubio y los ojos azules me recordó a una compañera de trabajo de mi mamá a quien encontraba parecida a Alice, pero ella tenia el pelo rubio xd pero eso tambien me dio risa.
Me encanta esto, Adam Foster.... mmmm jajajajja
saludos
ojajoajoajoa karina, que contigo no hay caso! los quieres a todos, hasta a Adam grrr jajoaoj bueno, que bien que ya te estas acostumbrado a los nombres ;D
Eliminarnos leemos en el siguiente capitulo!
ok, no sera dificil acostumbrarme a los nuevos nombres...puedo decirte quue tan solo el nombre de "adam Foster" me llamo mas la atencion¡¡¡
ResponderEliminarno importa las veces que leea, seguire murinedo de risa por al parte en la que Eric le dice a Dana que no debia hacer tanto dramatismo ni dolor...una simple solictud habria sido suficiente.
me encatara seguri leyendo y si tambien me gustaria que nos mostraras las nuevas caaras,,para mi seria ams facil asociar nombres y rostros¡¡
gracias por el capi y espero con ansias volver a saber de Gabriel¡¡¡
BUENO DANI TE REITEGRO QUE ERES UNA DE MIS ESCRITORAS FAVORITAS DE FICS... ESTA HISTORIA CUANDO LO LA COMENCE A LEER EN FF ME ENCANTO AHORA LA VOLVERE A RELEER...
ResponderEliminarYA MUERO POR QUE SUBAS LOS DEMAS CAPS..
aaaah que nervios, espero que te guste como sigue con los nuevos nombres, que fueran fanfics y fueran pareja de edward y bella influye mucho en como aceptan la historia las demas :S
Eliminarespero que estes bien y muchas gracias por leer!
ajajajaja me hice otro gmail para puro comentar no mas xddd y pa la U xd weno, adios a la señorita Reid. hola yo :)
ResponderEliminarinsisto... Eric, washito lo violaria jajajajajjaa
ojaoajoajojoajaoj que raro es esto, si tenias ese nombre desde cuando??
EliminarSinceramente me ha encantado!! con estos personajes tuyos, propios, parece que la historia es más intensa, la verdad es que me tiene enganchadisima. Me gusta no tener que imaginarme a los antiguos personajes y solo pensar en Dana y Ethan... ahhh acaba de empezar y ya los amo a todos ja ja ja. Estaré impaciente por el siguiente capitulo
ResponderEliminaraaaaaaaaaaaaaaah! eva! que nervios, estoy sintiendo muchos de ellos por tus palabras! que felicidad que te haya gustado y aun mas con los nuevos personajes *-* muchas gracias por leer!
EliminarHola después de tanto leer fanfic de Twilight se hace difícil imaginarme los personaje. Espero que estas histo me cure de mi estancamiento .... Amo los nombres que elegiste, en especial Ethan y Dana. La historia como siempre genial .
ResponderEliminarUn beso colega
aaaah espero que eso evolucione y te los imagines como tal ;D gracias por leer!
EliminarMe reteeeee encantaaaaaaa :D
ResponderEliminarilian!!!!! muchas gracias por leer *-*
EliminarBueno estoy por aquii.... x lo q leo la historia fue un fic, pero no lo llegue a leer, pero este original ya desde el primer cap me tiene enganchada!!! Voi a seguir leyendo.... ;)
ResponderEliminarPensé que iba a ser extraño leerlo con otros nombres, pero no es como si fuera otra historia distinta,ni siquiera me puse a ver quien era quien...Capitulo muy lindo, y tierno, la entrega que tiene Dana por Ethan es inmensa y maravillosa...
ResponderEliminarSaludos...
Aqui ando nuevamente, sesiente raro leerlo con otros nombres pero no importa, me acostumbraré. A mi me sigue intrigando cuando Diego la encuentrá y facilmente se la lleva a su casita u.u, me encanta
ResponderEliminarHola, no recuerdo si ya habia comentado, pero lo vuelvo a hacer jeje (el trabajo entre semana no me deja tiempo).
ResponderEliminarGenial genial, me encanta.
Salu2
Hijoles que bonita historia....me encanto simplemente quede atrapada... Anel :)
ResponderEliminarhola mi querida niña como extrañaba tus historias de verdad que esta historia me saco las lagrimas desde un principio y en serio que me encanto lamento haber tardado tanto en leer esta historia esta buenisima nos seguiremos leyendo.
ResponderEliminarsaludos lu537FF