Sobrevivientes - Capitulo 5

27, Julio, 3016

SALA DE INTERROGACIÓN.

Inicio de exploración mental Emma Miller

Oficial a cargo: Eva Reed.

Emma Miller se había quedado sin palabras luego de lo que sucedió con David y al parecer él tampoco quería decir nada. Después de besarla y aclarar que él solo era amigo de Vicente, se puso de pie y le indicó como debía concentrarse para abrir la puerta sin saber la contraseña o tener los dedos adecuados.

La chica no pudo concentrarse durante horas y por lo tanto sus intentos eran fallidos. La atormentaba que él estuviera tan cerca de ella y que no dijera nada sobre lo que acababa de suceder, simplemente se limitaba a explicarle una y otra vez como debía concentrarse. Sin embargo, ella solo escuchaba como esas palabras se traducían en su cerebro como monosílabos.

No era capaz de mirar hacia otra parte que hacia la boca de David. Ella admitía mentalmente que no era la primera vez que estaba en una situación parecida con él, pero si era la primera donde ella respondía de esa forma.

—Creo que es hora de almorzar, es mejor que vayas al comedor.

David puso su dedo anular en el detector y la puerta se abrió.

—Nos vemos después, seguirás intentándolo —dijo con esa cara inexpresiva que tenía nuevamente.

Ella asintió y se giró hacia su habitación como un ser no viviente. Camino sin saber por dónde iba, pero llego a su destino de todas formas. Espero cinco minutos sentada en su cama y luego se dirigió hacia el comedor.

Cuando entro, vio una mano que le hacía señas. Reconoció a Mei y para su sorpresa, le agradeció que fuera amable con ella cuando solo hace un par de horas habían tenido algo muy parecido a una discusión.

— ¿Cómo estuvo el entrenamiento? —pregunto ella cuando Emma se sentó a su lado.

Habían más personas a su alrededor.

—Difícil —respondió ella pensando en todo lo sucedido y que no tenía relación con su práctica.

—Ya verás que con el tiempo se te hará más fácil.

Se quedaron en silencio unos segundos, pero luego Mei le presento a las personas que estaban a su alrededor. Emma no puso mucha atención a lo que ella decía, pero de todas formas saludo a sus compañeros de almuerzo. Luego se concentró en llevar la comida a su boca, disfrutando de los diferentes sabores que llegaban a su boca, preguntándose de donde sacaban comida, pero luego eso no tuvo importancia, porque nuevas imágenes llegaron a su cabeza.

Era el cumpleaños de David, acaba de cumplir diecisiete años y no tenían nada con que celebrarlo, pero lo estaban felicitando de todas formas.

La noche había caído sobre sus cabezas, ella estaba afuera como cada noche que no había tormenta de polvo, para ver si por arte de magia podía visualizar alguna estrella.

—Que testarudo —dijo David mientras salía de la pequeña casa —tu hermano es muy complicado cuando así lo quiere ¿no?

Estaban solos, su hermano estaba dentro de la casa, pero su madre había salido en busca de algo que comer.

—No debería sorprenderte, ya lo conoces.

—Supongo… —respondió él, quedándose a su lado —creo que ya me debo ir a casa.

—Deberías quedarte, es peligroso viajar a esta hora.

—Eres igual que tú hermano.

—Solo estoy siendo educada —dijo mirando hacia arriba, tratando de ver algo que jamás encontraría.

—Como siempre ¿no? —él revolvió el cabello de ella como siempre lo hacía.

—Felicidades por sobrevivir otro año en este planeta —dijo ella como si no importara, ni siquiera lo miró.

— ¿Y mi regalo?

Ella sonrió, no pudo evitarlo. Era una mala broma, ni siquiera tenían para comer y él hablaba de regalos.

—Dejaré que desordenes mi cabello una vez más, después no vuelvas a hacerlo.

Emma sabía que era inútil, él tenía esa mala manía con ella.

—Bien.

David desordenó de nuevo su cabello, pero esta vez más lento, llamando la atención de Emma, que dejó de mirar al oscuro cielo y se giró a verlo. Él no sacaba la mano de su cabeza y la miraba sonriendo, de esa forma que llamaba la atención de Emma, como si de alguna forma David quisiera decirle algo más.

—Voy a tomar mi regalo de cumpleaños ahora —susurró, ahora sin sonreír.

— ¿Qué?

Él no respondió, solo se acercó y la besó. Solo posó sus labios sobre los de ella por unos segundos que lograron que su corazón se descontrolara, más cuando la mano de David acarició tiernamente su rostro.

—Gracias —dijo él, sonriendo nuevamente mientras que ella lo miraba ahora con la boca levemente abierta, sin poder creer lo que acababa de suceder.

Emma dio unos pasos hacia atrás, confundida, sin poder entender el motivo para que David la besara, él jamás había demostrado ese tipo de sentimientos hacia ella.

— ¿Crees que esto es divertido? —preguntó, ahora con el ceño fruncido.

—Yo no bromeo con esto, Emma.

Antes que pudiera decir algo más, su hermano apareció en el momento menos adecuado y los quedo mirando sospechosamente.

— ¿Qué pasa aquí? —preguntó Vicente.

—Nada.

—Nada.

Respondieron a la vez. Luego David se despidió de ambos y se fue tranquilamente, sumergiéndose en la oscuridad.

Emma se despidió de quienes la acompañaban en el almuerzo y luego fue hasta su habitación y decidió que quería quedarse leyendo los libros que David le había entregado al comienzo del día. Cuando la vino a buscar ella le dijo que deseaba comprender mejor su poder para así manejarlo, él accedió sin decir mucho y luego se fue, dejando aún más confundida a Emma.

—No estoy para estos juegos —dijo enojada y furiosa consigo misma por dejar que David le provocara tales confusiones mentales.

Los días comenzaron a pasar y ella se concentró tanto en lo teórico como en lo práctico de su poder. David no volvió a besarla y aunque ella volvió a recordar el momento junto a la puerta, eliminaba ese momento tan rápido como llegaba a su cabeza. El seguía siendo inexpresivo e introvertido, diciéndole que hacia mal y felicitándola cuando lograba algún avance, aunque aún no podía abrir la puerta.

—No puedo, quizás la ciberpatía no es lo mío.

—Si lo es, vamos, no debes rendirte, esto no es algo que se maneje rápidamente.

— ¿Cuánto te tomo a ti?

—Es diferente, yo comencé con mi poder desde los siete años.

Ella lo miró sorprendida.

— ¿Cómo crees que sobreviví tanto tiempo, solo? Podía defenderme y conseguir comida fácilmente.

Emma se sentó en una silla que él había traído para ella, ya que ahora pasaban mucho tiempo en la sala de aprendizaje que él tenía, rodeados de cuadros y música, cuando él estaba de buen humor.

— ¿Entonces solo llegaste a la EBE para mejorar?

—Sí, me ayudaron a ser más detallista con mi poder, como mejorar de cierta forma mi motricidad fina para manejar cosas más pequeñas y ese estilo de cosas.

Ella miró los cuadros, que ahora estaban todos mirando hacia la pared para que nos los pudiera ver. David era muy sensible con sus cuadros.

— ¿Nunca lo pintaste a él?

—Claro.

Emma notó de inmediato que él se arrepentía de haber contestado tan abiertamente, por lo que no pregunto cuál de esos cuadros tenía el rostro de Vicente.

— ¿No lo buscaste cuando llegaste acá?

—No —respondió rápidamente —en ese puente hay más de veinte metros, imposible que haya sobrevivido. Ahora sigue leyendo.

Los libros habían vuelto a la sala ya que ella tenía muchas dudas respecto a ciertas teorías que no entendía, pero que David manejaba muy bien.

— ¿Cómo es que sabes tanto? No fuiste al colegio, al igual que nosotros.

—Cuando llegué me interese mucho por la energía y los poderes que habían en tu familia, por eso los estudié profundamente.

Emma cerró su libro bruscamente.

—David ¿tú fuiste quien le dijo a la EBE de mi existencia?

—Si —respondió mientras seguía manipulando las pinturas de diferentes colores para lograr un hermoso paisaje que Emma no sabía de donde había visto.

Ella sintió que su corazón llegaba al estómago en un segundo. Sin poder controlarse, le lanzo el libro para darle en la cabeza mientras se ponía de pie. Sin embargo, David hizo que el libro quedara flotando a centímetros de su cabeza e hizo que ella se sentara nuevamente.

—Ese estilo de comportamiento no es permitido en la EBE, menos a tus superiores.

—Oh lo siento —dijo ella removiéndose en la silla —pero la traición tampoco es permitida de donde yo vengo.

—Concéntrate en el libro —respondió él, haciendo que ella se quedara sentada con el libro en la mano, abierto justo en la página donde iba.

—Cuando aprenda a manejar bien mi poder, también serás mi víctima, pero no será entretenido, créeme.

David se giró para observarla, curioso.

— ¿Te diviertes cuando te obligo a hacer cosas como estas?

—Claro que no, pero me refiero que yo te haré sufrir.

—Yo también puedo hacer eso contigo.

—No quiero averiguarlo, gracias —dijo concentrándose en la letras.

No le gustaba cuando él la miraba directamente, solo lograba que los recuerdos volvieran a su mente.

—Cuando te des cuenta de lo poderosa que eres, ni siquiera el Teniente Stone podrá inhibir tus poderes porque eso conllevaría demasiado trabajo mental y ni siquiera él puede llegar a ese nivel.

Ella lo miró curiosa, sintiendo que ahora podía moverse libremente.

— ¿No puede limitar a más de una persona?

—Si puede, pero una persona con múltiples poderes es otro tema muy diferente.

—Mei dijo que era la última recluta y que tú habías sido el anterior ¿no consiguen muchos alumnos?

—No somos personas comunes en este planeta.

—Mientras que en nuestro satélite natural es una forma de vida ¿nunca te ha llamado la atención llegar hasta allá y averiguar que pasó realmente? Deben tener información de tus padres.

—No me interesa saber de mis padres.

Emma se sorprendió, ciertamente él nunca había hablado de ese tema, ni siquiera se preocupada por si estaban vivos o no, pero jamás pensó que él no tuviera ni un poco de curiosidad.

—No te creo, quizás quieres demostrar que no te interesa, pero estoy segura que quisieras saber algo de ellos.

—Realmente no, es probable que estén muertos, no dudo que me hayan querido ¿pero para que rebuscar una historia que solo me hará daño? No es productivo.

Emma se puso de pie, caminando por la sala, tratando de no llamar la atención de David.

—Supongamos que te creo ¿Cómo estás seguro que están muertos o que te querían?

—Esa es una pregunta cruel, pero la responderé —dijo él, volviendo a su pintura —el hecho es fácil de fundamentar, ya que si lo pensamos, todos los seres que son hijos de Estrellas, que son las personas con dones que vienen desde la misma Estación Lunar y se reprodujeron acá, escaparon de la Estación solo para vivir una vida técnicamente normal en la tierra ¿Quién haría eso si la tierra es un infierno? Personas que quieren libertad para ellos y para sus hijos, solo el amor puede lograr eso… mis padres me querían, pero de seguro tuvieron un final trágico.

Ella caminaba cerca de los cuadros.

—No puedo imaginar que mamá haya nacido en ese lugar —acarició el borde de los cuadros para ver si llamaba la atención de David.

—Pero lo era, nunca habló sobre el lugar donde nació o como conoció a tu papá. Ambos debieron ser guerreros, además no cualquier mujer común puede cuidar a dos hijos y darles la vida que les dio a ustedes, no fue hasta que enfermo que no pudo seguir cuidándolos.

—Cuando falleció, todo su cuerpo se volvió en pequeñas luces, como estrellas… luego atravesaron el techo como si volviera al cielo ¿eso sucederá con nosotros?

Se quedaron en silencio.

—Lamento que hayas tenido que pasar por eso.

Emma levantó los hombros, ya era algo que había pasado hacía mucho tiempo. Además en comparación a lo que sucedía con los cuerpos de humanos comunes, ella consideraba que la muerte de su madre había sido incluso mágica.

—Lo triste fue que Vicente no estuvo con ella, lo llamaba mientras deliraba —dijo ella.

—Eres fría como un cubo de hielo ¿Cómo hablas así de la muerte de tu madre? ¿Acaso lloraste? Esa noche cuando nos fuimos quede catatónico al ver que tenías lágrimas que se acumulaban porque nos íbamos.

—Corrección, era porque Vicente se iba.

—Sí, supongamos que si… te acabo de decir que yo fui quien le dio información a la EBE para que te trajeran y solo me tiras un libro y sigues como si nada.

— ¿Por qué te sorprendes? Tú eres igual.

—Yo no era así.

—Como sea ¿Qué quieres que haga, un escándalo? De todas formas seguiré aquí y tú me debes enseñar a manejar mis habilidades ¿Qué obtengo peleando contigo?

Ese fue justo el momento que Emma decidió para dar vuelta un cuadro que estaba detrás, a la vez que David se giraba para verla.

Ella alcanzó a ver de qué trataba el cuadro y se quedó helada.

—Eres una intrusa —le dijo David desde el suelo.

Había logrado que él la dejara contra el techo, como si hubiesen pegada ahí. Lo miraba desde un Angulo un poco extraño.

— ¿Cuál es tu obsesión por verlos? Son privados.

Para sorpresa de Emma, él comenzó a elevarse hasta alcanzar el techo, quedo a unos centímetros de ella.

—Increíble ¿también te puedes manipular?

—Hice una pregunta, Emma —dijo demasiada cerca de ella.

—Bájame…

—No me place hacerlo, quiero saber porque buscas entre mis cuadros ¿Qué quieres encontrar? Porque ya viste uno sobre ti ¿no?

El cuadro que ella había volteado y sacado, era uno sobre ella entre los pastizales, rodeada de luciérnagas. Era el día de su cumpleaños, cuando él le trajo las estrellas embotelladas.

—Me gustó ese día —dijo sonriendo, recordando.

David la miró sorprendido.

—No eres buena sonriendo —susurró él.

—Cada uno sonríe como quiere, David.

—No, me refiero a que tú no lo haces, no sonríes con frecuencia, ni aunque alguien haya intentado hacerte sonreír tantas veces.

— ¿Puedes bajarme?

David hizo lo que ella pedía, ambos bajaron lentamente hasta que estuvieron frente a frente, sobre el suelo.

—Me gusto eso —dijo inclinándose hacia el cuadro, tomándolo entre sus manos —fue un lindo regalo, gracias.

—Puedes llevártelo.

Ella negó, pero siguió observando el cuadro, parecía tan real, como si fuera una fotografía.

—Pinto según mis recuerdos —explicó al ver la mirada extrañada de ella.

Emma no dijo nada, pero le parecía que se veía demasiado guapa en dicho recuerdo ¿así era como la veía él?

—Pronto será la cena, creo que podemos dejarlo hasta aquí por hoy —dijo David, acercándose a ella.

— ¿Por qué me besaste? —preguntó ella, sin previo aviso, ni siquiera se dio cuenta cuando la pregunta ya había escapado de su boca. Se sintió aliviada.

—Porque quería hacerlo —respondió descaradamente.

— ¿Es común que andes por aquí, en la EBE, besando chicas? —preguntó otra vez ella, sin dejar de mirar el cuadro.

—No hay muchas opciones, en su mayoría hay hombres.

— ¿Besaste a Mei?

—Claro que sí, es hermosa, además estábamos saliendo de la clase de licores… ya sabrás de lo que hablo.

Emma le entregó bruscamente el cuadro a David, logrando que este le diera en el abdomen con bastante fuerza. El chico no pudo evitar gemir de dolor.

— ¿Estas celosa?

Las mejillas de ella se pusieron rojas de furia.

—Porque si es así, estas muy confundida, Emma… yo…

—No seas ridículo —lo interrumpió —pero te lo advierto, no vuelvas a besarme ¿sí? además ni siquiera debe ser permitido ese tipo de comportamiento en la EBE.

—Oh acá no restringen para nada ese estilo de relaciones, además, no te preocupes, no te voy a besar otra vez.

—Bien.

—Porque la próxima vez serás tú quien me bese primero —dijo con una sonrisa que dejo a Emma sorprendida, jamás había visto esa expresión de seguridad en él.

—Nos vemos mañana —respondió ella como si no hubiese escuchado.

Se dirigió hacia la puerta para escapar de una buena vez.

—Prepárate —dijo animado David, sonriendo —porque saldremos, te mostrareé un poco del mundo que no conoces, para que te animes en las próximas clases.

 Espero que les haya gustado <3 <3 <3