viernes, 8 de agosto de 2014

Un ángel traicionado - Capitulo 13

aaah me encanta esta foto porque fui yo quien cambio a rojo la caricatura *-*
“Progenitores”

Lilia quedo pensativa sobre la forma de actuar que tuvo Arial al retirarse de esa manera. Miró sospechosamente a Eric.
— ¿Tuvieron algún tipo de discusión? —preguntó ella, sin poder creer que Arial estuviera alterada de esa forma. Era cierto que siempre decía lo que pensaba, pero otra cosa era que estuviera de mal humor.
—No tengo la menor idea qué le sucede a tu amiga —mintió Eric, dándole la espalda a Lilia y observando como ahora comenzaba a nevar de nuevo. Era de noche.
—Está extraña —susurró Lilia a Adam, pensando que no sería escuchada —ha pasado más de un día durmiendo afuera y además, la encuentro diferente, no sé qué es, quizás está teniendo problemas para dormir otra vez.

Eric puso atención en las palabras de la Nephilim, ya que él no sabía que su Arial tuviera problemas para descansar durante las noches.
—No lo creo, aunque puede ser que este preocupada por Azazel.
— ¿Duerme mal? Quizás eso justifique su forma de hablar —dijo ahora Eric, tratando de girar la conversación hacia Arial.
Se sentó al frente de donde se encontraba Adam y Lilia.
—No hables como si la conocieras, no eres más que un recién llegado —dijo molesta Lilia, por escuchar hablar mal de Arial —no tienes idea por lo que ha tenido que vivir.
—Nada pudo haber sido tan terrible como para soportar su comportamiento —respondió Eric, sin molestarse en hacer enojar a Lilia. Necesitaba saber la información que desconocía sobre Arial.
—No, Eric —le advirtió Adam.
El ángel se cruzó de brazos dejando en claro que no se dejaba convencer por las advertencias de los demás. Cosa que era completamente teatral, ya que lo hacía solo para que le confesaran lo que había sucedido con su Nephilim.
—Azazel le hizo mucho daño a Arial —explicó Adam —antes que llegara con nosotros estuvo en un orfanato debido a que fue abandonada de bebé, su madre murió en el parto. Un día entró al comedor del lugar y encontró a todos los niños asesinados, colgando de las vigas, como todos sus cuidadores.
Eric se puso pálido al imaginarse a una Arial de cinco años mirando la sangrienta escena.
—A ese monstruo le agrada atormentarla, solo para ver el sufrimiento que le provoca. Se alimenta de ese sentimiento mejor que de cualquier otro humano ya que ella es en parte demonio —explicó Lilia, mirando a un punto de la pared, pensando en su amiga.
—Ella trata de ser lo más valiente posible —dijo Adam, sin dejar de mirar a Eric —para que Azazel no se alimente de ella, de su miedo.
—Pero él siempre vuelve cada cierto tiempo, cuando tenía alrededor de quince años, ya llevaba varios años en esa edad, sabes que envejecemos extremadamente lento —dijo Lilia, con sus ojos llenos de lágrimas —Azazel volvió, estábamos las dos pero sin ningún problema se llevó a Arial, que para ese entonces no sabía manejar su poder aun… tampoco yo lo hacía.
La Nephilim no pudo seguir hablando al recordar lo sucedido muchos años atrás.
—Desapareció por una semana entera, no la podía encontrar por ningún lado —admitió Adam —Azazel la devolvió, cerca de una carretera donde vivíamos para ese entonces. Toda su ropa estaba destrozada… ya puedes suponer lo que hizo ese demonio con ella.
—No habló por un mes —continuo Lilia luego de secar sus mejillas y tragándose el nudo que se mantenía en la garganta —y lloraba todas las noches, pero ya no caían lágrimas de sus ojos. Supongo que Azazel se las llevó todas.
 —Así que no hables de ella, que a pesar de todo lo que le ha ocurrido sigue bromeando y aferrándose a su vida —dijo Adam con su ceño fruncido.
Eric solo asintió, relajado.
Arial se equivocaba al decir que el Dominacion no sabía mentir, ya que además de sus ojos verdes oscurecidos, nada más revelaba que estaba decidido a acabar con Azazel si se cruzaba en la vida de Arial nuevamente.
—Como sea, no puedes decir nada de esto, si te lo dijimos es para que no vuelvas a decir otra idiotez —le dijo Adam.
—Ahora hay que pensar en lo que haremos con Ethan, los hermanos Young informaron que efectivamente Ethan ahora estaba en su departamento, solo —informó la Nephilim.
— ¿Y dónde está Gabriel? —preguntó Eric.
—No ha aparecido, pero suponemos que le ha dado cierta libertad a Ethan —dijo Adam, pensando en que el demonio era un pésimo niñero.
Tanto Adam como Lilia se concentraron en planear los próximos pasos a seguir con Ethan, sin lograr que Eric les pusiera atención o diera algún tipo de ideas. El ángel estaba pensando en diferentes formas de asesinar a Azazel, era un demonio muy poderoso y deseaba acabarlo, de alguna forma… aunque esta todavía no fuese descubierta. Necesitaba hacerle daño.
—Necesitamos que te comuniques con Dana —pidió Adam a Eric, llamando su atención —me gustaría saber con mayor detalle qué tipo de recuerdos tiene.
—Debemos tener un plan B por si no podemos encontrar el antídoto para Adam —explicó Lilia —si es así, tendremos que hacer coincidir sus memorias de tal forma que sea algo creíble.
—Eso no tiene mucho sentido —susurró Eric, aun con su mente en otro lado —pero lo averiguaré. ¿El chico Santderic no ha averiguado nada?
—No —respondió Lilia.
—Quizás deberíamos contactarnos personalmente con sus proveedores —dijo el ángel caído.
—Es una opción, pero Thomas jamás nos lo dirá —respondió Lilia, conocía muy bien a Thomas.
—También es algo que Eric nos puede conseguir ¿cierto? —preguntó Adam.
—Trataré, aunque es más factible preguntárselo a Sebastián, ese tipo ha tenido cierto contacto con el Mercado Negro, ya sabes que trabaja en exorcismos, ha conseguido algunas cosas por esos lugares.
—Muy bien, entonces puedo ir a hablar con él —se ofreció Adam, pero Eric se puso de pie.
—No, iré yo —dijo recordando la cita que tendría el padre con Arial, deseaba averiguar sobre la información que buscaba su Nephilim con ese ángel de mala reputación.
—Mejor —admitió Adam —entre Dominaciones se llevan mejor.
—Nos vemos —dijo rápidamente Eric para desaparecer tras la puerta principal.
— ¿Estaba extraño o era idea mía? —preguntó Lilia.
—Creo que después de relatarle lo sucedido con Arial, no quedo nada bien. Espero que sea así, para que cuando se encuentre con Azazel de nuevo, no dude en acabar con ese demonio —dijo Adam.
— ¿Tú no puedes?
— ¿Crees qué no lo habría hecho de ser así? Espero poder estar presente el día que ese bastardo muera. Es mucho peor que Lucifer, ni siquiera él ha herido a alguno de sus hijos o hijas.
Lilia se quedó pensando en su propio padre, era alguien ausente pero jamás le hizo algún tipo de daño. Sintió escalofríos por el terror que tuvo que vivir Arial y más ahora que Azazel está detrás de ella nuevamente.
— ¿Te vas? —preguntó Adam, trayéndola de vuelta a tierra —yo debo ir al Lucifer.
—Tengo que volver a mi departamento, está demasiado desordenado. Con Arial no hemos tenido mucho tiempo libre.
—Está bien, te puedo pasar a dejar.
—Es mejor que no —respondió de inmediato ella —ya sabes que debemos ser precavidos.
—Cierto —dijo él asintiendo.
—Cierto —Lilia se puso de pie y se acercó a él —me voy, nos vemos mañana.
Ella sorprendió a Adam con un corto beso en los labios. El ángel caído sonrió un poco y luego asintió, sin decir nada.
Lilia salió de la gran casa para finalmente dirigiste hacia su auto y tomar un rumbo diferente al expuesto ante Adam. Era su turno de obtener respuestas. Era el turno de ver a Thaumiel.



Arial se ducha con tranquilidad para luego echarse sus cremas corporales y arreglar su cabello, que dejo suelto. Se vistió mirando su reflejo y puso especial atención a sus brazos, blancos, sin ninguna Marca. Sonrió al imaginarse siendo un ángel, habría sido de aquellos llenos de tatuajes.
Se puso sus jeans azules y una blusa marrón, abrochó bien sus botas y tomó su chaqueta de gamuza marrón, una que la abrigaba del frio. Antes de ponérsela, eligió las típicas armas que siempre llevaba consigo y luego las escondió con su chaqueta.
La Nephilim se miró al espejo y negó ante la imagen que tenía. Tomó unos pañuelos desechables y secó las lágrimas que caían por sus mejillas. Desde que entró a la ducha que no había dejado de llorar porque Eric se iría. No podía controlar ese sentimiento, lo que lograba enfurecerla.
—Idiota, basta ya.
No recordaba la última vez que había llorado de tristeza, pero había sido hacía mucho tiempo, tanto que Lilia y Adam creían que sucedía algo mal con sus lagrimales.
Finalmente ya un poco más compuesta, tomó las llaves de su auto y su actitud para enfrentar a un ángel descarado como Sebastián, quien por primera vez había sido así de osado con alguien.
Mientras manejaba Arial no notaba que una sombra la perseguía entre la oscuridad de la noche, era tan rápida y sigilosa que muy pocos podrían haber sentido su presencia. Más cuando no deseaba ser descubierto.
Azazel estaba haciendo uso de la oportunidad que había estado esperado hace tiempo, que Arial estuviera sola. Mientras la perseguía refugiándose en la oscuridad, pensó en el propósito de haber dejado con vida a Arial en el pasado: terminar con ella cuando su sangre fuera importante. Siempre había sido caracterizado y recordado por su obsesión con la genética humana y demoniaca, usaba la ciencia de una mala forma y con objetivos maquiavélicos. Es por ello que siempre tenía algo que ofrecer respecto a nuevos poderes o armas.
En su pasado el demonio estuvo involucrado con cientos de Nephilim y demonios, entre ellas estuvo Dana, quien por un tiempo lo tuvo comiendo de su mano, le proporcionaba todo tipo de rarezas que la Nephilim aprovechaba en un ciento por ciento, ya que de esa forma iba adquiriendo nuevas habilidades que servían para acabar con los ángeles… y demonios.
Azazel adoraba e idolatraba a Dana. Aun lo hacía en el presente, pero no de una forma romántica, sino por lo que representaba esa Nephilim capaz de cambiar formas y de meterse en la mente de los demás para acabar con quien quisiera, ni siquiera con quien la molestara… sino que eliminaba a seres vivos por gusto. Eran tan mala como él y por ello le encantaba.
Los pensamientos de Azazel volvieron a Arial cuando esta giró con su auto hacia la gran Catedral; no pudo evitar sonreír al recordar a la madre de Arial, a la cual secuestró cuando estaba pronta a casarse, la violó incontables veces hasta que se quedó satisfecho y confiado de haberla fecundado. No la liberó de su laboratorio hasta que fue imposible que la chica se hiciera un aborto.
Cuando nació Arial, la vida de su madre se esfumó tan rápido como la llegada de su hija.
El padre no estuvo al lado de ellas y no se acordó de Arial hasta cinco años después, cuando destrozó su infancia en mil pedazos. Luego volvió años después para destrozar una parte de su propia hija… de una forma mucho más cruel. La dejó con vida solo para alimentarse del dolor que esta tenia al pensar en lo ocurrido con su padre, además de dejarla sobrevivir  por curiosidad, quería ver si esa Nephilim era capaz de seguir con su vida.
Al ver que lo hacía, que ella surgía de entre las cenizas, tuvo que admitir que su hija tenía agallas, sin embargo, ahora ya estaba aburrido de su existencia y como se creía amo y señor de esa criatura, pensaba que ahora podía usar la sangre de Arial de una forma más productiva. Además no le agradaba ni un poco que la Nephilim estuviera involucrada en un plan para reestablecer la memoria de Ethan, para Azazel era inconcebible que Dana volviera como esa estúpida e ingenua ángel enamorada de su humano y no como la poderosa demonio que era, ya que Nephilim no era un término adecuado para Dana… que era más demonio que humano.

Arial estacionó su auto y entró sin ningún problema a la catedral, hogar de Sebastián. Sabía incluso en que zona de la iglesia vivía: justo en aquella puerta escondida en el piso de la sacristía. No tuvo problemas para llegar a la puerta principal de la casa del padre, quien le abrió con una sonrisa.
La Nephilim estaba de acuerdo con Eric, no le tenía ni un poco de confianza a Sebastián, pero si era cierto que estaba obsesionado con la muerte de Gabriel, la estaba ayudando honestamente.
—Buenas noches, padre Sebastián —dijo ella sonriendo, luciendo relajada.
—Buenas noches, Nephilim ¿te metí en problemas esta tarde? Al parecer Eric estaba molesto con mi visita a la biblioteca.
Ella sonrió y negó a sus palabras para luego acercase a unos de los sofás pequeños y sentarse cómodamente.
—Más que tu presencia, es la mía que le molesta. No nos llevamos nada de bien.
Sebastián sonrió y caminó hasta su otro sofá. Estaban rodeados de libros.
— ¿Sabes? No todos los ángeles Dominacion tienen las mismas habilidades… Eric es más práctico mientras que yo soy mucho más analista, es por ello que leo los libros y nos los creo como él.
Arial sonrió.
— ¿Y el motivo para que me hables en chino es…? —preguntó ella.
—Que mi habilidad es observar todo lo que ocurre, o sea, que he visto las sonrisas coquetas que tú y él comparten. No te preocupes —dijo al ver el ceño fruncido de ella —no me meto en ese estilo de problemas, menos cuando se trata de Eric, jamás dudaría de él, es tan fiel a la Luz como yo. Jamás lo veré con esas Marcas y expulsado de los ángeles.
—Absolutamente —respondió ella, ahora sonriendo, aunque no se sentía nada bien con las palabras de Sebastián.
—Ahora es mejor que vayamos al grano, sé muy bien lo que estás buscando y has tenido suerte porque resulta que yo tengo dicho libro. No debió ser escrito, pero Gabriel es tan poco considerado que lo hizo de todas formas, por eso lo tengo.
Arial agradecía al cielo el gusto que tenía Eric, Adam y Gabriel por crear libros que ayudaran a la gigantesca biblioteca de Adam.
— ¿Y qué quieres a cambio? —preguntó ella de inmediato.
—Me ofendes, Arial, soy un ángel, yo hago las cosas desinteresadamente.
La Nephilim sonrió, no era estúpida.
—Supongo que si esto resulta como quiero, tendrás lo que deseas ¿no?
Sebastián suspiró y se sacó su cruz azul, comenzaba a pesar. Siempre que pensaba en Gabriel era de esa forma.
—Nephilim, si te contara todos los problemas que he acumulado por mi obstinación de verlo acabado, tendríamos aquí una semana de conversación. Solo puedo decirte de forma superficial que soy uno de los ángeles que aún se ven muy adherido a las reglas pasadas, por algo fueron creadas. No quiero ver a Gabriel sin su castigo, por lo tanto, quiero que ese chico… Ethan, vuelva a tener su memoria. Si puedo molestar a ese demonio, aunque sea como una piedra en el zapato, lo aceptaré.
Arial volvió a sonreír. Había encontrado a una excelente fuente de información.
—Tengo entendido que ese ritual solo lo puede hacer un ángel de gran categoría. Pude ver en ciertos recuerdos que es la ceremonia de los Arrepentidos ¿no?
—Ahí estas equivocada —dijo de inmediato Sebastián —aquella ceremonia se realiza para todos los recién iniciados y que han aceptado la Orden, denominación que recibe aceptar ser un ángel de la Luz. La ceremonia de los Arrepentidos es diferente, ahí no se borra la memoria, sino que se marca su rostro con figuras muy similares a las que hay en los brazos de los ángeles caídos, la idea es que recuerden para siempre lo que hicieron.
—Y Gabriel no tiene esas marcas en su rostro ¿cierto?
Sebastián se puso de pie, para buscar el libro que Arial necesitaba.
—Por supuesto que no, ese demonio solo jugó con el mundo, incluso con su preciada Dana.
— ¿Entonces nunca la amó? —preguntó dudosa, ya que en los recuerdos de Eric, Gabriel se veía muy apenado por perder a su Nephilim.
—No seré injusto, he estudiado a Gabriel mucho tiempo y debo admitir que el cayó con todas las de la ley. Se enamoró de la Nephilim, pero de todas formas nunca aceptó su castigo por ello, volvió hasta los ángeles con Dana de la mano y la entregó a la Luz, fue premiado por ello… no tuvo la Marca de los Arrepentidos, pero el ángel que desea ser más astuto que la Luz, jamás gana. Se le fue denegada su relación con aquella chica… él no lo soportó.
Arial miraba atenta al ángel que buscaba entre los libros.
—Lo que sucedió después —dijo Sebastián —se volvió en algo realmente oscuro, pero ya sabes esa parte.
—Entonces buscamos la ceremonia que se realiza para aceptar la Orden ¿no?
—Exacto, aquella que borra tu memoria y limpia tus pecados mortales. Todos los ángeles la tenemos, aunque en el caso de Dana, fue eternamente larga y aun así le quedaron pecados encima después de que Noelia la tratara de purificar. Era tan mala.
Arial puso los ojos en blanco, ya sabía que Dana había sido casi Lucifer en versión femenina, pero la actual era tan buena que a veces llegaba a pecar de ingenua.
—Tú crees —continuo él —que realizando esta ceremonia causara un efecto contrario en Ethan ¿no? —Ella asintió — ¿basado en que crees que eso sucederá? No hay registros de aquello.
—Soy una Nephilim, tratando de realizar una ceremonia celestial en un vampiro, demonio que aún no entrega su alma a Lucifer.
Sebastián sacó un libro y se giró hacia ella, esperando a que agregara algo más.
— ¿Y? —Preguntó de nuevo — ¿Eso hará que regrese su memoria? Bien, eso puede suceder ya que la oración tendrá un efecto contrario ¿pero que hay referente a los pecados de aquel impío? Porque en nuestra ceremonia se deben purificar ¿harás que se intensifiquen en el caso de él?
—Fácil. Hará que los reconozca, ahí cumplirá la parte de intensificarlos.
Sebastián le pasó el libro y la quedó mirando sospechosamente.
—Si logras esto, será reconocida tu ayuda hacia la Luz.
—Eso no me interesa —dijo ella de inmediato —solo quiero ayudar a mi amiga.
Él suspiró, pensando que demasiadas personas hacían todo lo posible por ayudar a Dana…
—Como gustes, ahora Nephilim, me quedaría conversando contigo más tiempo, pero debo seguir preparando todo para mañana.
Ella asintió y se puso de pie, agradeciéndole por la ayuda proporcionada. Luego se dirigió hacia la puerta, pero antes de salir se giró hacia los ojos azules que la observaban.
— ¿Dana tiene las Marcas de los Arrepentidos ahora?
Sebastián negó sonriendo.
—Ella nunca se arrepintió por lo que hizo, fue robada nuevamente de este mundo para llevarla arriba.
Arial asintió y abrió la puerta para salir de ahí y volver a su departamento para comenzar a hurgar en los recuerdos de Ethan y Eric, pero volvió a girarse hacia Sebastián, era demasiada la tentación al ver que él contestaba todas sus dudas.
— ¿Eric… durante sus vicios estuvo involucrado… con alguien?
Sebastián volvió a sonreír.
—No, Nephilim, pero no te hagas ilusiones. Él no caerá por ti, no será otro Gabriel.
—Lo sé —dijo ella sonriendo de tal forma que no llegaba a sus ojos —para eso debe existir realmente un gran amor. Solo quería saber si había existido alguna mujer, no puedo entender cómo es que tiene una lengua tan habilosa.
Le guiñó un ojo al padre Sebastián y luego salió de aquel lugar. No le tomó nada poder llegar hasta la puerta de la sacristía.
Arial abrió su chaqueta y metió el libro en un bolsillo interior y creado por ella para guardar ese estilo de paquetes. Luego sacó una de sus armas y luego tomó unos lentes que había comprado en el Mercado Negro, finalmente tomo su manopla de hierro que guardaba, era muy parecida a una de las armas que Dana había comprado a Thomas. Estas también se expandían en una filosa chuchilla circular que podría cortar cualquier cosa.
Excepto las sombras.
Cuando Arial salió de la catedral, volvió a cerrar su chaqueta, ya que hacía frío y siempre le gustaba estar muy abrigada cuando tenía encuentros familiares. Aun no olvidaba del todo lo ocurrido décadas atrás.
—Buenas noches, Azazel —dijo ella con una sonrisa torcida, mostrando sus colmillos, tratando de que sus manos no temblaran.
Bajo sus ojos rojos unas líneas del mismo color se perdían en su cabello como el fuego, sus uñas marcadas y más largas pasa atacar dejaban expuesto su lado demoniaco, aun de esa forma, agradecía al ángel que la estaba entrenando para percibir energías diabólicas como la que tenía ante sus ojos.
Arial observó como una figura se formaba de la oscuridad, como si varias brisas se unieran para exponer al demonio que la venia siguiendo hacia un buen tiempo.
Un hombre de cabello rojo como el fuego, al igual que sus ojos y el resto de su traje, se formó de las oscuras sombras negras. Sonrió y causó un escalofrió de terror en su hija, incluso él pudo sentirlo.
—Cada día más guapa, mi hermosa hija.
Arial disparó su arma por si podía hacerle algún daño, pero fue inútil. Su padre la esquivó sin mayor dificultad. Era rápido, fuerte y tenía una cantidad de poderes que ni siquiera habían sido autorizados por el mismo Lucifer.
—Ese no es el saludo que esperaba, yo, que trato de ser tan buen padre, buscándote para darte la opción de estar entre los mejores demonios y salvarte de la inminente muerte que tendrás… a manos de ese ángel que tanto adoras. Pensé que eras más inteligente, encapricharte con uno de ellos… me has avergonzado.
Arial tensó su mordida y cerro sus ojos, sintiendo que sus piernas comenzaban a temblar por el pavor que le causaba aquel demonio. Era imposible que luchara contra él, siempre ganaba. Era demasiado rápido y fuerte. Y escuchar tanto tiempo su voz solo le trajo recuerdos que tenía bloqueados en su mente.
Por primera vez Arial comenzó a rezar.



Lilia camino sin ningún problema a través de las peores calles de la ciudad y se metió en la alcantarilla que antes recorrió con Eric y Arial. Ahora deseaba tener una conversación a solas con cierto demonio y sabía que él se encontraría con Cheitan. Esperaba que su padre aparecía con su verdadero rostro y no como Kobal, aquel falso amigo y demonio que uso Thaumiel para esconderse de ella y poder estar a su lado.
Caminó decidida, sin hacer caso a los susurros que escuchaba desde arriba de su cabeza, de como esos demonios pequeños y asquerosos hablaban entre ellos. Solo se concentrar en caminar hacia el Portal demoniaco… el cual se encontraba cerrado.
Ella no era un demonio por completo como para abrir el Portal con su sangre, pero si conocía al guardia de tan exclusiva entrada. Es por ello que dejo que su mano izquierda fuera rodeada por su fuego violeta, para después tocar la puerta, esperando que Cheitan abriera.
No le tomó siquiera dos segundos.
Lilia traspasó la puerta para después recorrer el pasillo que la llevó hasta el Demonio Guardián de piedra y fuego, que estaba rodeado por paredes de llamas.
—Buenas noches, Cheitan —dijo ella, sonriendo educadamente.
—No pensé que tendría el honor de tu visita, Lilia —saludo él, con su voz ronca que por poco lograba que el piso temblara.
—Lamento informarte que no vengo por ti, una visita social puede ser acordada para otro día ¿te parece?
—No veo problema en ello ¿Qué te trae hasta acá entonces?
—Estoy en busca de Thaumiel.
Por un momento Cheitan se quedó en silencio, concentrando sus ojos de fuego en la Nephilim que estaba varios metros bajo él.
—Dame un segundo —dijo aceptando darle en el gusto a la chica de ojos violetas.
Por un momento Cheitan se volvió oscuro, como si todo el fuego que había en su interior se esfumara por una brisa. Viajar al infierno no era tarea fácil.
Lilia espero alrededor de quince minutos, pacientemente, incluso se sentó, pensando que tuvo que haber realizado una cita agendada con su padre o Cheitan, para no tener que esperar tanto.
—Cheitan ha decidido quedarse un tiempo en el infierno para darnos privacidad, es un viejo amigo.
Lilia se puso de pie inmediatamente al escuchar aquella voz. Su padre apareció desde una de las paredes de llamas, vestido elegantemente con un traje oscuro.
—Por Dios… has envejecido —dijo ella sorprendida de ver canas en el cabello de Thaumiel.
Aquel demonio, que alguna vez fue un ángel tan importante y que había caído con Lucifer, a quien años después le entregó su alma para obtener más poder, siempre se había caracterizado por jugar y alimentarse de los humanos, poniéndolos en encrucijadas. Thaumiel ganaba cuando elegían mal, por eso uno de sus mejores trucos era causar que las parejas fueran infieles, fueran hombres o mujeres. Él no tenía reparos en se tipo de trivialidades, solo le interesaba el engaño… fruto de ese deseo, nació Lilia.
—No puedo esperar palabras amables de tu parte —asintió él, sin esperar un trato agradable por parte de su hija.
Era muy vanidoso y que le dijera viejo era lo mismo que recibir una patada en la entrepierna.
— ¿Es qué acaso no sigues haciendo de tus fechorías? Dicen que solo es posible que los demonios envejezcan si no se alimentan del dolor o frustración… como es en tu caso.
—Has acertado —dijo el caminando de forma cautelosa, no deseaba asustar ni presionar a Lilia.
—No vengo a entablar una amistad contigo, debes saberlo —aclaró Lilia, notando la mirada amable que los ojos azules de su padre le daban.
A diferencia de Arial que era igual a su padre, Lilia debía mirar un par de segundos a su progenitor para ver sus similitudes, no había muchas además del color de su piel, ambos eran de piel bronceada. Lilia había sacado los genes de su madre… pero el carácter de su padre.
—Lo tengo muy claro y no podría esperar algo más.
Lilia se cruzó de brazos, mirándolo desconcertada. Algo había cambiado en este último tiempo.
—Deberás responder mis preguntas ¿entendido? —dijo ella, esperando algún tipo de reacción negativa por parte del demonio, pero no vio ninguna.
—Entendido. Eres mi única hija, puedes pedir lo que quieras.
Lilia tensó su mordida, no quería seguir escuchando palabras amables de aquel demonio.
— ¿Desde cuándo dejaste de seguir jugando con humanos como para envejecer un poco?
Thaumiel a pesar de tener un par de canas, seguía luciendo como alguien con menos de cuarenta años.
—Un par de meses, hace unas semanas no tenía este cabello envejecido.
—Bien. Como sea, he venido aquí por otra cosa —Lilia no deseaba caer en temas personales de su progenitor.
—Por tu ángel caído ¿no? ¿Fue efectivo el regalo que deje para ti?
Las mejillas de Lilia se sonrojaron como nunca, avergonzada por aquella pregunta tan intimida, pero debía admitir que si no fuera por aquel regalo, nada habría cambiado con Adam y aquello era un alivio.
—Sí, muy efectiva. Gracias —dijo ella cortante, sintiendo como su corazón latía con fuerza.
—He de suponer que vienes por Cyra.
El sonrojo de Lilia desapareció. Era extraño tener a Thaumiel hablando de la mujer que la trajo a la vida. La Nephilim no fue capaz de responder, todo lo que estaba sucediendo comenzaba a tener un cierto peso sobre sus hombros.
—No es muy difícil relatar esa historia, es bastante corta en realidad. Se limita a una humana que no fue capaz de soportar el amor que le profetizaba tu ángel, debilidad que yo aproveché para hacerla mía. No fue muy difícil ¿sabes? Y te puedo decir que eso es un excelente antecedentes de que ella no la amaba tanto como decía. Estuvimos juntos por varias noches, a escondidas de Adam… —Thaumiel sonrío, rememorando la sensación de travesura cuando estaba con la pareja de un ángel —hasta que nos encontró y ella ilusamente me siguió, como si pudiéramos tener un estilo de vida juntos… creo que no entendía que no puedo amar, como sea, la abandoné en una cabaña donde esperó nueve meses para tenerte y luego de forma milagrosa sobrevivió un par de meses, tantos como para dejarte con Adam.
Lilia se quedó unos segundos en silencio, sintiéndose pequeña al saber que su concepción fue un acto asqueroso… que le provocó tanto dolor a Adam y que su padre relataba como si fuera una anécdota tan sencilla.
— ¿Es eso lo qué querías saber? —pregunta Thaumiel.
— En realidad… no estoy segura —admitió la Nephilim —tenía planeado venir antes… de lo sucedido con Adam.
— ¿Por qué? —Thaumiel dejó que las sombras escaparan de él y formaran una silla del mismo material, donde se sentó. Aquello dejo sorprendida a Lilia.
—Quería averiguar si Cyra era la persona que le rompió el corazón a Adam.
Thaumiel sonrió.
—Eso suena muy tierno, pero ella no le rompió el corazón a Adam, sino que le arrancó su orgullo ¿Por qué crees que teme tanto que lo abandones? Una vez se entregó ciegamente y lo traicionaron, dañaron su amor propio. Eso sucede en las infidelidades celestiales, te lo digo porque sé sobre el tema.
El demonio de forma casual hizo que otra silla apareciera, a un par de metros suyo. Lilia un tanto insegura se acercó y se sentó. Para su sorpresa, era una superficie dura, a pesar de ser creada por sombras demoniacas.
— ¿Qué sucedió con Cyra? —preguntó ella, esperando que su cerebro no se quedara en blanco y se esfumaran las preguntas. Tener a Thaumiel tan cerca era demasiado extraño para ella.
—Murió, obviamente, se aferró a lo que algunas madres tienen solamente, amor incondicional hacia sus hijos. No descansó hasta saber que estarías bien, cuando te llevaron a casa de Adam, ella se entregó por completo a la oscuridad.
Lilia asintió, pensando en la madre de Arial, que no se aseguró de que la Nephilim tuviera un hogar. Tan solo murió.
— ¿Y dónde está ahora?
—Bueno, esa pregunta deberías hacérsela al amigo vampiro que tienes, aquel que de humano podía ver las almas perdidas.
Lilia frunció el ceño.
— ¡¿A Ethan?! —preguntó alterada.
—Sí, tu madre no ha podido descansar desde que murió, preocupada por ti… y obviamente anda rondándote. Esperemos que no haya visto una escena erótica de tu y Adam, eso sería muy incómodo para todos ¿no crees?
El rostro de Lilia comenzaba a palidecer cada vez más. El humor de Thaumiel no le parecía nada gracioso.
—Te ves desdichada, inconforme… pero esto es lo único que te puedo ofrecer. Si quieres más información, deberías pedírsela a Adam, aunque  debes tener claro que ya no estarías deseando saber los pormenores de una separación y posible causa de que tu estuvieras fuera de las posibilidades amorosas de aquel ángel caído.
>>Lilia, si sigues investigando con Adam, estarías buscando que él reviviera la época más feliz de su vida…la cual yo arruiné, aunque en mi defensa, debo decir que esa chica se hubiese involucrado con algún humano en algún momento. Adam cometió el error de confundir la lujuria con amor.
Lilia suspiró, miraba a su padre con los ojos muy abiertos, sin poder creer que la historia de Cyra y Thaumiel fuera tan… inocua. Nunca hubo amor, ni siquiera deseo por el otro, ya que Thaumiel siendo un demonio se alimentaba de los errores de otros.
Si, cada vez se sentía más pequeña y agradecida de que Adam hiciera su existencia mucho más valerosa.
— ¿Lilia? —preguntó curioso Thaumiel, sin comprender como dañaban sus palabras a Lilia.
—Dijiste que no eres capaz de amar, eres un demonio ¿no?
Thaumiel asintió.
— ¿Qué pretendes conmigo entonces? Has dicho que soy tu única hija, me has dado aquella pulsera de regalo, te preocupas de mi bienestar. Un poco tarde, si no te has dado cuenta. Recuerda que me dejaste al cuidado de Adam.
El demonio esperaba aquella pregunta hace mucho tiempo atrás, sin embargo, se quedó en silencio unos segundos antes de contestar.
—Lucifer está desesperado —dijo Thaumiel —las cosas han cambiado un poco, desde hace un año aproximadamente. Digamos que mis prioridades son un poco diferentes a las de antes.
— ¿Por qué está desesperado? ¿Por qué perderá a varios de sus demonios si todo sale como la Luz lo desea?
Thaumiel se removió inquieto. Él seguiría siendo un demonio por toda una eternidad, como todos aquellos que entregaron sus almas a Lucifer, no quería estar enemistado con él por hablar demás.
—Eso y otros temas también, es un demonio ocupado.
—Me imagino. Mucho terror, almas que devorar, guerras que provocar.
—Como sea —continuo Thaumiel, volviendo al tema principal —soy eterno Lilia, estoy en estos lugares antes de que el agua fuera llamaba agua, antes que la Oscuridad arrasara con las almas y la Luz tratara de protegerlas.
Por un momento Lilia sintió escalofríos, no se había dado cuenta que era hija de un ser inmortal. Un ángel caído de su categoría, convertido en demonio… era casi imposible de asesinar, ni siquiera los ángeles se involucraban mucho con ellos. Solo la sangre de Lucifer podía terminar con ese tipo de demonios.
Lilia se imaginó a Thomas, acabando con el padre de Arial.
—Entregué mi alma a Lucifer hace mucho tiempo, pero la oscuridad que hay en mí, no podría existir si un poco de luz.
Lilia se tensó por completo.
—Sé muy bien lo que soy, cómo me he comportado contigo y tengo muy claro quien fue la persona que te protegió toda tu vida. Es solo que… me he comenzado a preocupar, solo eso y si puedo darte algo de ayuda ahora, lo haré.
La Nephilim de ojos violetas tragó el nudo en su garganta. Las palabras de Thaumiel habían llegado demasiado tarde, sin embargo, las cosas debería ir muy mal en el infierno como para causar ese cambio en Thaumiel.
Lilia se puso de pie.
—Gracias por responder a mis preguntas.
—No hay problema, puedes venir cuando gustes… o simplemente puedes llamar. Solo debes poner dos llamas de fuego violeta en sus manos y decir mí nombre, tu voz llegara a mí.
Ella tensó su mordida, sorprendida de la facilidad con la cual podía llamarlo.
— ¿Lilia? —dijo llamando su atención, de nuevo —no confíes tanto en Thomas, no es un mal chico, pero es hijo de su padre. Deberán ser cuidadosos si desean jugar a las escondidas con él.
La Nephilim se quedó de piedra, Thaumiel sabía conversaciones que ella había mantenido con Adam en su habitación.
—Thomas está muy seguro de que tú tienes algo con el ángel caído, además sabe que ustedes son el uno para el otro. No creo que le cueste usar mucho el contrato en blanco que tiene con Adam.
— ¿Cómo sabes todo este tipo de cosas? —preguntó ella, molesta.
—Soy amigo de Cheitan, quien tiene a esos malditos Susurrantes para traer todo tipo de comentarios. Y soy un Demonio, aunque tranquila, no soy un degenerado como Azazel, solo averiguo ciertas cosas.
Ella lo miró de forma sospechosa.
— ¿Cómo sabes de Thomas entonces?
Thaumiel se puso de pie, haciendo desaparecer las sillas.
—Vi como eliminaba el antídoto para Ethan.
Los ojos de Lilia, fueron víctimas del pánico. Thomas había hecho una estupidez.
—Debo avisar de esto, gracias —dijo ella, caminando hacia la salida.
—Nos vemos.
Ella no respondió en ese momento. Solo salió enfurecida, dejando que su cuerpo fuera rodeado por aquel fuego violeta, iluminando la asquerosa alcantarillas.
—Nos vemos… —susurró antes de subir las escaleras que la devolvían al mundo de los humanos y al de su ángel traicionado.
Tenía muchas cosas que pensar.


Arial se cubrió con su espada semicircular que rodeaba su brazo y mano derecha. Aunque aquel movimiento no servía de nada cuando su enemigo se poda volver etéreo, de esa forma nada podía dañarlo, aunque si le permitía que él no se acercara la suficiente como para tocarla.
Corrió rápidamente hacia donde estaba su auto, esperanzada de que aparecieran más personas… que para suerte suya, emergieron. Sin embargo, eso no fue de gran ayuda, ya que los dos autos que se acercaban, fueron volcados por el poder de Azazel y estos chocaron estrepitosamente, acabando con las vidas de quienes se encontrara en ellos.
Arial no tomo en cuenta el accidente y corrió calle abajo, para escapar de Azazel que reía tras de ella, como si fuera una broma para él, siendo que para su hija, era su peor pesadilla.
La Nephilim trataba de controlar el nudo en su garganta, pero algunos sollozos se escapaban de su boca cuando escuchaba la voz de Azazel en su oído.
—Sabía que llegaría este momento, hija.
Ella se detuvo de golpe, tratando de herir a su padre de alguna forma, pero le fue inútil, él era más rápido y parecía adivinar todos sus movimientos. Nunca sería suficiente entrenamiento, Azazel era mucho para ella, la atacaba tanto física como mentalmente. Arial sabía que él la había roto de todas formas en el pasado y que no dudaría en volver a hacerlo… y eso acababa con toda la valentía que trataba de tener ante un enfrentamiento como este.
La Nephilim siguió corriendo bajo la risa de su padre, que disfrutaba con aquella persecución. Cuando Arial dobló en cierto edificio sin pensarlo mucho, llegando a un callejón sin salida, Azazel supo que era hora de dejar los juegos a un lado.
El demonio se detuvo y miró como Arial respiraba con dificultad.
— ¿Sabes? Por un momento pensé que me costaría más encontrarte, pero al unirte en esa estúpida misión de ayudar a Ethan, me facilitaste todo. Dejaste de esconderte y solo tuve que ser cuidadoso con Eric, para que no me sintiera.
Arial chocó contra la oscura pared, pensando en alguna forma de escapar. En ese segundo deseó con toda su alma poder tener alas y volar tan lejos como se le permitieran.
Pero siendo una Nephilim, no tenía aquella capacidad.
Sin pensarlo mucho, sacó su pistola y disparó a quemarropa, esperando que alguna bala hiriera al demonio que tenía ante sí, pero aquella arma mortal, incluso modificada para asesinar demonios, no bastaba para acabar con alguien tan poderoso como Azazel.
— ¿Dónde está Eric, Arial? He visto que han estado muy unidos este último tiempo.
Ella no era capaz de responderle, solo estaba concentrada en cada paso que avanzaba hacia ella. Aquel demonio de traje rojo, era su Lucifer personal.
—Estoy seguro que desearías que él estuviera aquí… pero déjame decirte que eso no es posible —siguió hablando, llamando la atención de Arial —ni siquiera tu preciado Eric es capaz de hacerme algún daño.
—Pero si te podría dar una buena paliza —respondió ella, tratando de buscar una salida. No supo cómo fue capaz de responderle.
—Mmm… por lo visto has decidido sacar el habla, otra vez. Es extraño, como eres tan relajada con otras personas, pero con tu familia, parecieras ser tan distante.
— ¿Por qué me quieres muerta? Yo no te he hecho nada —Arial dejó caer la pistola, comenzaba a sentir sus piernas debilitadas y temblorosas. El miedo se la estaba comiendo viva.
—Más bien necesito de tu sangre y ser el único que tenga esas gotitas mágicas ¿sabes lo fabuloso que es en estos tiempo corromper países con un poder así? Me gustan las guerras y tu sangre podría causar unas cuantas, países lucharían por tener aquel preciado elixir.
El rostro de Arial palideció. No entendía como algunos demonios podían ser tan malvados. Sabía que eran oscuros, pero no todos llegaban al nivel de Azazel, él deseaba acabar con cientos de miles, no solo alimentarse del dolor, sino que provocarlo y hacerse más grande con él.
—De todas formas no es que acabe con tu existencia por completo, sabes que hay algo más allá después de la muerte. Esa duda se la dejamos a los humanos ¿no, cariño?
Arial sintió escalofríos al escucharlo, cerró sus ojos para no dejarse caer en el pánico y encontrar una salida, pero todo empeoró. Los recuerdos de sus peores días llegaron a su mente y la voz de Azazel comenzó a meterse en las profundidades de su memoria, acabando con ella y la poca voluntad que quedaba para luchar con el ser que había empeorado su existencia.
Cuando la Nephilim cayó de rodillas, Azazel se dio por vencedor. Sin lucha ni drama, solo debía ir por ella y atraparla como su fuera un pajarito y él un malvado cazador. Incluso comenzaba a retener la idea de no matarla de inmediato, sino de entretenerse con ella de la única forma que conocía.
Con una sonrisa en el rostro se acercó ella, sin embargo, por haberse concentrado tanto en sus malvados planes, no pudo advertir que alguien rodeaba su cuello y lo lanzaba tan lejos que chocó contra el edificio que estaba al otro lado de la calle.
Una gota de sangre negra comenzó a caer por su frente.
—Sangre… a todos nos deben recordar que fuimos humanos ¿no, Azazel? Aunque tú nunca lo fuiste, lo que es peor —preguntó Eric, sin darle respiro a Azazel.
Volvió a tomarlo por el cuello, sin darle oportunidad que se concentrara y se volviera volátil con sus sombras. Los dedos de Eric se enterraron en la carne demoniaca disfrutando el terror en la cara de Azazel.
Pero era en parte inútil, el demonio jamás podría morir asfixiado. Las manos de Azazel se volvieron garras y se trataron de enterrar en los costados del ángel, pero chocó contra su fuerte armadura.
Eric dirigió la cabeza del demonio hacia abajo y lo golpeo en su rodilla, para después darle una patada que lo elevó un par de metros. Oportunidad que el demonio no desperdicio.
Su cuerpo se volvió sombras y se dirige hacia Arial, que comenzaba a despertar del terror que le provocaba su progenitor.
Arial no alcanzó a saber lo que ocurría hasta que unos brazos la rodearon y la llevaron hacia arriba… muy arriba.
— ¡No te involucres, Dominacion! —les gritó Azazel, tratando de luchar contra Eric para robarle a Arial de sus brazos.
La Nephilim comenzó a mirar a su alrededor, pero no podía ver nada más que unas alas que la rodeaban. Levantó la mirada y se encontró con los ojos verdes de Eric, que la miraba sonriendo, despreocupado por lo que pudiera hacer Azazel, ya que sus alas se volvían de hierro… el mejor escudo, ya que sus alas eran impenetrables y seguían siendo tan pesadas como siempre.
— ¡Eric! ¡Esto no te incumbe! ¡Es mía! —gritaba el demonio, mirándolo a unos metros de distancia. No tenía problemas para poder volar, sus alas eran negras y sin plumas, tan solo eran el esqueleto de unas alas, como las que tuvo siglos y siglos atrás.
—Ey… —llamó Eric a Arial que miraba hacia todos lados como si en cualquier momento Azazel apareciera entre las plumas de su ángel favorito —no tienes de que preocuparte, ya estoy aquí.
Arial volvió a mirarlo, sin poder creer que estuviera a metros de distancia del suelo, rodeada por las alas de Eric.
— ¡Eric! —rugía aquel demonio, atormentando a Arial.
—Iremos más arriba —dijo él, sonriendo, mirando a la Nephilim para tratar de distraerla.
Azazel ni siquiera notó cuando Eric se encontraba muchos metros más arriba que él. No vio como sus alas se movieron tan rápido.
Arial solo sintió que su corazón caía dentro de su estómago y se aferró al Dominacion, escondiendo su rostro en el pecho de él, tratando de concentrarse en el miedo y no en las imágenes que volvían a reaparecer. Había enterrado esos momentos con Azazel y debía seguir siendo así.
— ¿Cómo seguimos volando si no mueves tus alas? —preguntó ella, tratando de olvidar lo que acababa de suceder.
—Soy un ángel, las alturas son lo mío.
Ella levantó la mirada, para encontrarse con la sonrisa de Eric; su cabello estaba suelto y caía a sus lados. Le encantaba verlo de esa forma.
— ¿Por qué no te puede hacer daño? —preguntó ella, sintiendo que su corazón seguía latiendo rápidamente por el miedo.
—Yo no puedo matarlo y él tampoco puede eliminarme, son reglas.
Eric la observaba como si nada hubiese pasado y estuvieran hablando alguna trivialidad como lo hacían durante la mañana. Aquello tranquilizaba a la Nephilim, odiaba ver los ojos de lástima que Lilia y Adam le regalaban cuando sucedían hechos como estos, sabía que ellos lo hacían por su propio bien, que la querían, pero le seguía disgustando.
—Solo la oscuridad de Lucifer podría acabar con él…. O conmigo, al igual que solo Él —dijo indicando hacia arriba —podría acabar con los demonios o conmigo.
Rodeó con más fuerza la cintura de Arial, acercándola a su cuerpo. Ella solo pudo esconder su rostro en el cuello de él, aun temblando entre sus brazos.
—Sebastián tuvo que saber que Azazel estaba fuera de la Catedral y no ayudó.
Eric tensó su mordida, nada feliz que su Nephilim estuviera con aquel ángel sin escrúpulos.
—No puede, son las reglas… no defendemos a los Nephilim.
Ella lo miró enojada, sintiendo la ira que le provocaba toda aquella situación.
—Pero tú… tú me protegiste, Eric ¡no tiene sentido! ¡Es tan injusto que nosotros no tengamos ángeles Custodios! —dijo molesta.
—Yo no protegí a una Nephilim —susurró él —yo protegí a Arial, que por las casualidades de la vida resulta ser mitad humana y mitad demonio.
Los músculos de Arial se relajaron de golpe, dejando que su visión se nublara y se sintiera cansada. Entre lo sucedido con Azazel y las dulces palabras de Eric, estaba comenzando a desmoronarse.
— ¿Quieres olvidar esto? ¿Aunque sea por unos segundos? Es mejor dejarlo abajo, con esas asquerosas alas que tiene no nos podrá alcanzar —preguntó él, más serio.
Ella asintió.
Ni siquiera pasó una fracción de segundo cuando las alas de Eric los llevaron cada vez más alto. Las nubes quedaron bajo sus pies y la luna dejó asombrada a la Nephilim.
Arial sentía que se congelaba, moría de frio pero la cantidad de estrellas y la hermosa luna, hicieron que todo el terror que había bajo las nubes, quedara ahí, perdido.
—Estrellas para ti.
Arial levanto su mano derecha, como si quisiera alcanzar una de ellas, pero segundo después fue bajando hasta que se encontró con el rostro de Eric. Al tocarlo y sentir su cálida piel, supo que ya era demasiado tarde para distanciarse del ángel, supo que no había forma de revertir todo lo que sentía por él… pero era lo bastante sensata para guardar todos esos sentimientos solo para ella.
—Gracias —susurró la Nephilim, acariciando los labios del Dominacion —pero necesito ir a casa ahora, por favor.
Eric tensó su mordida y asintió. Deseaba ayudar a su Nephilim, pero no había forma para curar la herida que ella tenía, solo podía ofrecerle su compañía y esperar que se recuperara del encuentro que había vivido con Azazel.
—Luego iré por tu auto y tus armas ¿sí?
Ella asintió.
Nuevamente ambos volaron por el cielo, pero esta vez el de la ciudad. Arial disfrutó la sensación del viento contra su cara mientras desordenaba su cabello, sin embargo, decidió esconderse en el cuello de Eric.
—Parecemos adolescentes —dijo él sonriendo, abriendo la ventana que correspondía a la habitación de Arial, a varios pisos de altura.
Ella puso sus dedos en los labios de él, para que se callara. Lilia tenía un perfecto oído y no deseaba que nadie se enterara que dejaba entrar al Dominacion a su habitación, ya que ella misma debía guardar en secreto lo que sentía por él… ya todo había dejado de ser un juego.
Eric asintió, entendiendo que debía ser cuidadoso, pero de todas formas no pudo evitar entristecerse por ver a una Arial silenciosa; no había dicho palabra alguna en estos minutos y sus ojos estaban llenos de lágrimas, además había tenido que toser más de una vez y Eric suponía que era para calmar el llanto. Se frustraba al verla así.
Cuando Arial entró, él la siguió, quedándose de pie, tratando de descubrir algo en la oscuridad de aquella habitación. La Nephilim prendió la luz.
— ¿Te quedas?
Eric observaba que Arial, no se parecía a la típica Arial de todos los días, se veía más joven, más débil y muy asustada.
—Claro que si —respondió él, sabiendo que ella lo quería ahí.
Se giró para cerrar la ventana y luego cuando iba a decirle algo a la Nephilim, se quedó de una pieza al ver que ella se desvestía con toda la naturalidad del mundo, dejando que él la viera sin ningún tipo de capa. Sin embargo, para su disgusto, ella se acercó a su cama y sacó un pijama, el cual se puso.
— ¿Te sacas eso? —preguntó ella cuando se metía en la cama, tenía una expresión de cansancio que Eric no podía dejar de notar.
Sus alas desaparecieron ante la vista de Arial y también se desprendió de su ropa… esta  la que llevaba como humano.
Arial miró hacia otro lado, sintiéndose un poco avergonzada de tener a Eric en su habitación. No tenía nada de especial, pero era el lugar donde ella pasaba mayormente su tiempo. Cuando sintió que el cuerpo de Eric tocaba el suyo, se giró para verlo.
Ella apagó la luz desde su mesa de noche  y ambos se recostaron en la cama. Eric solo tuvo que rodear con sus brazos a Arial para que ella desmoronara.
Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, desesperadas y llenas de furia. La Nephilim lloraba por impotencia.
— ¡Odio esto! Es tan injusto —decía contra el pecho de él —odio esta vida, Eric.
Él cerró sus ojos y la acercó más a su cuerpo, como si eso le proporcionara algo de ayuda a Arial. No le gustaba escucharla decir ese tipo de frases, pero las comprendía en su totalidad, lo que le sorprendió.
—Nada más te volverá a pasar, Arial, yo seré tu Ángel Custodio… y no permitiré que nadie te haga daño, lo prometo.
Arial lloró con más ganas aun, aferrándose al cuerpo de Eric, que la rodeaba por completo.
La Nephilim sintió como su corazón alcanzaba a romperse. Ya no lloraba solamente por lo que había ocurrido antes, lo que no dejaba de sorprenderla, sino que también lloraba porque sabía y estaba segura, que su ángel era temporal, que llegaría un momento donde ambos tendrían que despedirse.
Arial lloraba porque en ese momento odiaba a Eric, lo odiaba porque le había dado el poder de romperle el corazón.
—Yo te cuidaré —susurró él, sin saber que ella lloraba por él y porque entendía muy bien que él jamás sería un Caído.

 T_______________T aaah Arial, como me da pena cuando sufre ella :c y Eric tan lindo, se me habia olvidado este capitulo porque yo voy escribiendo el 16, si, estan ultra atrasados porque hay cero motivación ahora por parte de ustedes. Gracias a quienes comentan ;) me alegro que esten entusiasmados con la historia :)

7 Lectores:

  1. T___T Me rompen el corazón estos 2.
    Jesús, pobre Arial, me dolió saber lo q paso en manos de ese maldito demonio ashhhhh LO ODIO!!!!!!!!!!!!
    Te juro que amo a Eric y Arial de aquí a la luna 6 veces, es triste pensar que no pueden estar juntos y es que él no puede dejar de ser ángel, me saco mi lágrima cuando le dijo que de ahora en adelante va a ser su ángel custodio. Arial sufre y yo con ella, yo también odio esa vida y repito MALDITO Azazel, es que ayyyyy estoy muy enojada y con ganas de patearlo en la entrepierna y picarle los ojos XD
    Cambiando un poco de tema, me gusta lo que planea hacer para restaurar la memoria de mi vampirito perdido, espero que le de resultado porque digo si ya se le va su Dominación, por lo menos que eso le salga bien.
    Estuvo bien que Lilia fuera a hablar con Thaumiel porque es mejor que se cuide las espaldas de Thomas y es que para mi gusto ella y Adam no se tomaron muy enserio los problemas que les puede causar ese nephilim.
    Me dejo muy triste este capitulo, la verdad que espero que al final haya una solución para lo que pasa entre mi Dominación y mi pelirroja Nephilim favoritos.
    Muchas gracias por el capitulo Dani y como siempre un saludo y nos seguimos leyendo!!

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  2. Arial si que ha sufrido me dio mucho coraje saber lo que vivo con el que se dice su padre pero aun asi reconozco su valentia al querer hacer todo lo que sea necesario para ayudar a Dana y Ethan pero no sera nada pero nada facil y creo que este es el principio de muchos obstáculos por los que tendra que pasar Arial y por otro lado creo que Lilia debe dejar de preguntar creo que tiene razón Thaumiel en que sin querer hara que Adam recuerde y no creo que sea nada favorable para ella que bueno que le dijo lo que hizo Thomas con el liquido ese que destruyo ... espero pronto poder leer que nuestro Gabriel aparece de nuevo para hacer una de sus maldades jajajajaja muchas gracias Dani por este cap y nos seguimos leyendo

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  3. Mierd########esta ves me has dado en mi corzoncito pobre Arial va a estar muy solita ahhhhhhh

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  4. NOOOOO :c Arial!!! pobrecita ;______; su papi es un monstruo :'ccccc y lo peor esqe Eric no lo puede matar >< qe rabia!! yo esperaba qe pudiera :c ÑA! me dejó bajonia el capi XDD qiero maaaas ><... y Lilia supo lo de Thomas y el frasquito!! ahora tendrá qe andar más vivo el ojo cn ese tipo nomá >:c qe se de cuenta qe es malito ... pero qe no se ponga chora porqe el tiene el contrato DX Adam wn qe llego y firmó la wea en blanco! tonto tonto! :c
    Sigo echando de menos a Dana xD ojala saber algo de ella luego :c o Ethan... qe le vayan a buscar pa hacer ese ritual satanico(?) xDDDD ok no ... pero el ritual qe qeria hacer Arial >< ojala sirva de algo y no las caguen xD .... ademas servirá para distraer a Arial de lo qe paso cn el papi :c ... espero xD

    Nos leemos Dani :D gracias por el capi <3

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  5. uuuuuuuuuuuu me encanto estuvo muy lindo
    eric es muy lindo gracias dani
    PD: espero el otro capitulo con ancias XDDDDD

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  6. Pobre arial lo k tubo k pasar espero k pueda ayudar y llegue. La luz
    Y k tal tahumiel envejecer Mmmmm creo k esi le causará problemas
    Y espero k lilia no se enfrente a Thomas pork una persona erida es peligrosa

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  7. Super triste todo lo que ha sufrido Arial en manos de ese demonio, mas triste seria q su abuso hsya ido mas alla, Erick tan impotente ante todo eso, esperrmos que se pueda mantener como su angel custodio por la ayuda quiere dar a la luz, aunque seguramemte para ello tenga q olvidar todo lo que han pasado juntos.
    Por otro lado en que andara metido Gabriel ?? Seguro planeando alguna fechoria, y Thomas mmmm..... ese es otro punto en contra le costara mucho a Lilia y Adam engañarlo pero tu siempre nos sorprendes asi que esperando el proximo capi....

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