sábado, 6 de julio de 2013

L.M.L - Capitulo 9


Capitulo 9

“Creo que volveré a estudiar, es hora de que salga de aquí un poco ¿no?”
Después de esas palabras él solo negó con su cabeza ante mi idea y me indicó que me vistiera para que volviéramos a nuestra habitación, que era mejor descansar, ya que me había mordido y lucía bastante agotada.
Traté de seguir hablando sobre el tema, pero era inútil. Simplemente me conversaba sobre lo que había hecho ese día o de temas sin sentido, era como si estuviera hablándole a una pared. Nos fuimos a dormir a nuestra cama, cada uno por su lado. Nuevamente sentí que estaba separada de él, como si estuviera a kilómetros de distancia.

Al despertar, no lo encontré a mi lado, no había ni siquiera una nota de despedida. No sabía a qué hora volvería y realmente tampoco me animé a llamarlo.
Ahora me encontraba en el baño, sintiendo como el agua tibia caía sobre mi cabeza, pensando en que esto se estaba escapando de mi control ¿Por qué Alex actuaba de esta forma cuando le hablé de mi idea? No era algo fatal, ni mucho menos algo que hiciera peligrar mi relación con él. Demonios, me sentía como una mujer del siglo pasado, esclavizada ante su marido
¿Qué tan lejos estaba de la realidad?
Sequé mi cabello, pensando en cualquier cosa que no me llevara a Alexander, pero era imposible ¿Cómo se podía comportar de esa manera después de haber pasado aquel momento en nuestra habitación? Era inútil tratar de analizarlo, era un caso perdido.
Dejé mi cabello suelto y después me vestí con unos pantalones ajustados color azul, una camiseta blanca con estampados rojos y mis zapatos deportivos, hoy no tenía nada en mi agenda, además de despedir a Tessa que se iba en media hora más.
Salí de la habitación, lista y preparada, tratando de buscar ánimos de donde no había. Cosa que fue bastante difícil al ver a Alanna mirándome, esperando por mí al final del pasillo principal.
—Buenos días, Sra. Victoria.
—Hola Alanna –me sorprendí al verla con pantalones cortos blancos, una blusa tejida del mismo color y unas sandalias bajas verdes, que combinaban con el cinturón que llevaba —¿Cómo has amanecido?
—Muy bien, gracias –la volví a ver sonriendo, cosa que llamó mi atención, no siempre podía averiguar de qué animo estaba, era tan seria y misteriosa como Alex ¿es qué encontraban entretenido atormentar a las personas de su alrededor con esas expresiones que no decían nada?
— ¿Dónde está Tessa?
—Afuera, subiendo su maleta a la avioneta, junto a Raúl –asentí.
— ¿Hay algo qué quieras decirme? –me quedó mirando un tanto nerviosa.
—Sé que hoy no es mi día libre, pero como no hay nada en la agenda durante estos días…
—Adelante, puedes hacer lo que desees, no debes quedarte conmigo todo el tiempo.
— ¿En serio? –preguntó sonriendo.
—Claro, puedes ir donde quieras.
— ¡Muchas gracias! –no podía creer lo que estaba viendo, ella siempre era muy introvertida, no mostraba muchas emociones, pero ahora sonreía como una niña –solo debe despedirse de la Sra. Tessa y usted queda libre también.
—Gracias, tendré un entretenido panorama para el día de hoy –realmente no tenía nada que hacer –que te vaya bien.
— ¡Hasta luego!
Desapareció tan rápido que me llegué a sorprender.
Bajé las escaleras, sin apuro, mirando los detalles de la casa que ya había revisado mil veces cuando estuve prisionera en este mismo lugar. Me acerqué a la puerta principal, Ezequiel no estaba. Esto no podía estar empeorando aun más, sería un día muy largo.
Miré mi celular, observando si tenía una llamada perdida, pero nada.
— ¿Qué te sucede a ti ahora? –miré a Raúl, como siempre tan guapo, ahora vestía bastante formal para ser el vampiro que conocía, llevaba pantalones de tela negros, camisa blanca y un blazer sin magas abrochado también de color negro.
—Eso te puedo preguntar a ti ¿A dónde vas que vistes tan… diferente?
—Debo ir a hacer algunos negocios después de ir a dejar a Tessa ¿Por qué? ¿Quieres ir con nosotros? –sonreí ante la idea de poder hacerlo, pero luego recordé que tenía que hacer cierta investigación.
—No lo creo, aunque necesito que busques algunas cosas por mí, es sobre ese tema de seguir estudiando ¿sabes? Ya estamos a febrero, no creo que sea posible… no di la prueba para poder ingresar a alguna universidad y… aun debo averiguar qué carrera me interesa.
—Oh, ya veo –sonrió al ver que había seguido su idea –mira, no creo que demore mucho allá, pero no te preocupes por el ingreso, yo me encargaré de ello, ahora dime ¿hablaste con Alex sobre esto? ¿Le gusto la idea?
—No, obviamente, pero él no es mi dueño –él sonrió.
—Me alegro de escuchar eso, bueno… debido a que lo más probable es que siga pensando que no es lo correcto y como tú no trabajas y tus padres casi te han dado por muerta, yo me encargaré de que no te preocupes por el dinero ¿sí? –lo miré sorprendida.
—Pero yo… pensaba en convencer a Alex.
—Créeme, no será fácil y para que no te atrases, tendrás mi apoyo, no te preocupes –comencé a jugar con mis manos.
—Eso… no creo que sea correcto ¿sabes?
— ¿Por qué? No veo lo malo, técnicamente tienes diecinueve años y no tienes una fuente de trabajo para manejar dinero, yo me encargare de ello, créeme… será como tener una hija, no me molesta, llevo varios años entre los humanos, tanto como para desprenderme de problemas económicos.
—Pero…
—Buenos días –dijo Tessa interrumpiéndonos, sonriendo y ahora mucho más animada. Estaba lista con su bolso para poder irse, lucia ansiosa y se veía hermosa con ese vestido corto floreado, que dejaba sus hombros y espalda descubiertas –ya ha llegado la hora de nuestra despedida.
—Ha sido un placer conocerte, eres bienvenida para volver por aquí cuando lo desees.
—Iré a preparar todo –dijo Raúl –tu llámame cuando tengas una decisión sobre la carrera ¿sí?
—Está bien –no estaba tan convencida, pero él no estaba del todo equivocado — ¿William ya sabe que estás lista para irte? –pregunté cuando desapareció Raúl.
—Claro que si, está ansioso de que vuelva pronto, me ha extrañado y yo igual realmente.
—Espero poder conocerlo mejor algún día, solo he cruzado un par de palabras con él, que no es del todo malo, ya que significa que no ha habido problemas como para recurrir al consejo en Inglaterra.
—Absolutamente, muy bien, creo que no haré esperar a Raúl, ya es un encanto por llevarme, no quiero colmar su paciencia.
—No te preocupes –ella me quedó mirando, sin decir nada.
Negué mentalmente ante la incómoda situación ¿de verdad estaba evaluando como despedirse de mí?
Me acerqué a ella y nos despedimos de un beso en la mejilla, deseándonos buena suerte y sin duda me animó bastante para viajar a verla, cosa que no estaba desechando del todo. Estar encerrada aquí, era un asco.
La acompañé hasta la avioneta y después me quedé mirando cómo se iban. Lamentaba que Tessa viviera tan lejos, creo que habría servido muy bien para que fuera mi amiga.
Volví a la mansión, caminando lentamente, mirando el cielo despejado y como había varios guardias en ciertos puntos del jardín ¿había más que antes? Me quedé pensando en ello cuando me dirigí hasta la oficina de Alex, para poder investigar sobre mi futuro educativo.
Tenía el apoyo de Raúl y lo más probable que el de Elizabeth, pero debía buscar algo que estudiar, eso no era fácil.
Cuando entre a la oficina de Alex, puse algo de música para eliminar el molesto silencio que llenaba esta casa, podía llegar a ser desesperante. Este lugar era demasiado grande para solo nosotros dos, quizás ya era hora de mudarnos, aunque si lo pensaba bien… no podía estudiar quedándome tan alejada de la ciudad. Esto iba a traer problemas si seguía insistiendo, pero ¿Qué otra opción tenia?
Para mi sorpresa, las horas comenzaron a pasar realmente rápidas; me entretuve mirando las diferentes carreras a las cuales podía optar y me divertí aun más buscando posibles departamentos donde nos podríamos ir a vivir con Alex. En ese momento comencé a fantasear de cómo sería nuestra vida, solo los dos, casi seria como una pareja normal. No estaría rodeada de guardias, ni tampoco tendría a Alanna tan cerca de mí, eso podría hasta ayudar a una mejor relación entre las dos.
Sin darme cuenta, ya tenía una sonrisa en mis labios mientras seguía investigando en internet. Ya eran pasadas las cuatro de la tarde y a pesar de que Alex no había hecho una sola llamada para saber cómo estaba, me encontraba feliz por los posibles planes que llevaríamos a cabo.
Tomé mi celular y marqué a Raúl, de seguro ya estaba desocupado hace un buen rato y ya había elegido lo que podría estudiar, ya que no solo me serviría personalmente, sino que a Alexander igual, podría ayudarlo en sus negocios y realmente cada día tendría algo más de sentido. Quedarme en casa, haciendo nada, no bastaba, era insólito. Marqué el número completamente emocionada, sonriendo nerviosa ante mi brillante futuro.
— ¿Cómo te ha ido, ya elegiste? –sonreí al saber que Raúl esperaba mi llamada.
—Pensé que me iba a tomar más tiempo, pero ya está decidido.
—Muy bien, cuéntame.
Comencé a decirle todo mi plan, Raúl escuché entusiasmado y me dijo que era una excelente idea, que era un cambio muy radical desde mi primera elección cuando era humana, pero que era realmente algo beneficioso para todos en la actualidad.
—Entonces hasta has buscado un departamento en Santiago ¿no?
—Claro, pero debo decirle a Alex, no sé si quiera mudarse.
—Eso es un tanto difícil, le gusta que estés segura con los guardias.
—Lo sé, pero deberé convencerlo, estar aquí haciendo nada no es agradable.
—Me imagino, además que yo tampoco estaré mucho ahí, tengo otros negocios de los que preocuparme y deberé viajar por un tiempo.
— ¿Ves? Después de todo estaría sola, Ezequiel debe ser el guardaespaldas de Alex, así que mis opciones se reducen a cero.
—Tienes razón, debes ser astuta para convencerlo, esto será entretenido y bastante difícil para ti, sabes que él es un tanto… aprensivo.
— ¿Aprensivo? Mi querido Alex raya en lo psicótico, si no fuera por su pasado y porque tengo una gran paciencia, no estaría hablando contigo –él rió ante mi comentario.
—Yo regresaré en un par de horas con él, así que prepárate –fruncí el ceño y miré la hora.
— ¿Un par de horas?
—Sí, Alex se ha tenido que poner al día sobre lo que sucede en sus finanzas durante estos días, además de seguir gobernando –bufé enojada, él tenía tantas cosas que hacer, era obvio que no entendía mi situación –llegaremos tarde, además debo quedarme arreglando tus papeles, todo saldrá bien, ya verás.
—Todo el mundo luce tener algo importante que hacer, menos yo.
—Por poco tiempo, Viky, por poco tiempo.
—Está bien.
—Entonces nos vemos, te llevaré a tu Alexander para que te entretengas –no pude evitar sonreír al escucharlo.
—Muy bien, que llegue sano y salvo…además de buen ánimo, por favor.
—Eso es pedir mucho –ambos reímos. Con Raúl era la única persona que podía burlarme de Alex, él lo conocía tanto como yo –nos vemos.
—Adiós… y gracias por todo.
—No te preocupes.
Ambos cortamos y yo me quede feliz de poder seguir viendo diferentes departamentos, aunque no sabía que zona era más adecuada.
¿Cuán difícil sería convencer a Alex? ¿Sería capaz? Estas preguntas ni siquiera me las debería estar haciendo. Lo normal sería hablar el tema, ver si habría problemas y realizar todo acorde a lo que ambos pensáramos, pero no, tenía que tener cuidado y convencer a Alex prácticamente como si fuera mi padre y tratara de salir a una fiesta, aunque diez veces un tema más importante. Esto era inaudito.
De todas formas tenía que ser realista, así que preparé todo para convencerlo. Imprimí lo necesario para la universidad y la mudanza. Realmente parecía un sueño poder irnos de aquí, sería perfecto, ya que tendríamos un lugar solo para los dos.
Como nunca antes, me pasé buscando durante un buen rato algo lindo que ponerme, tenía que usar todas las herramientas posibles para convencerlo.
Me di un largo baño para matar el tiempo, pensando en cómo le iba a hablar a Alex, como le iba a plantear nuestros planes. Después arreglé mi cabello en una hermosa trenza que se ajustaba a mi cabeza y que caía por mi hombro izquierdo. Tuve que hacerla con mucha paciencia, de todas formas… tiempo me sobraba. Ocupe algo de brillo para mis labios, sombra en mis ojos y rímel en mis pestañas. Luego me vestí.
—Prácticamente lo único que me falta es hacer una presentación de power point –dije mirando mi reflejo en el espejo.
Alisé el vestido sobre mis piernas con las manos. Me miré y sonreí. Me gustaba como lucía, era de color azul y con tiras, se ajustaba en la parte inferior a mis pechos y después caía libremente… Alanna estaría orgullosa de verme así, aunque no me iba a poner tacos, ni nada por el estilo, estaba en casa.
Corrí rápidamente a la ventana cuando escuché cierto ruido desde nuestra habitación. Ya había anochecido y pude ver claramente la avioneta. Me quedé mirando a la nada por unos segundos, sintiendo como los nervios se apoderaban de mi.
— ¡Ya basta!
Esto era ridículo. Corrí con una rapidez impresionante hasta la oficina de Alex y tomé lo que necesitaba. Sin embargo cuando iba en la escalera, mi velocidad disminuyó en un ciento por ciento.
— ¡Ahora tendré que viajar para averiguar que sucede allá! ¡Humanos! ¡Nunca puedes confiar en ellos! –me quedé inmóvil al escuchar que Alex conversaba con alguien, le faltaba bastante para llegar a la puerta principal, pero podía escucharlo desde aquí.
—No exageres –le respondía Raúl –puede ir Marco ¿no es tu socio?
—Lo es, pero quiero arreglar esto personalmente.
— ¿Llevará a Victoria? –preguntaba Ezequiel.
—No, no creo que le agrade la idea de salir –fruncí el ceño al escuchar lo que Alex decía ¿es qué acaso no se daba cuenta que yo estaba escuchando? ¿Qué se creía? ¿Que podía responder por mí?
— ¿A ella o a usted? –tensé mi agarre sobre las carpetas y después me relajé, deje caer mis brazos a los lados.
La puerta principal se abrió completamente, dejando entrar a Ezequiel, que vestía con su típico traje color negro y camisa blanca, como todos los guardias; Raúl, seguía con su tenia formal de la mañana.
—Raúl, prepara todo, mañana viajaré ¿sí? –dijo Alex, que me dejó sin aliento por unos segundos al verlo tan guapo con aquel pantalón negro de tela y esa camisa azul que le quedaba tan bien –hola, Victoria –me miró por unos segundos, pero luego se dirigió a Raúl y Ezequiel –no hay nada más que hablar por hoy.
Ni Raúl o Ezequiel lo tomaron en cuenta, pasaron por su lado y se acercaron a saludarme. Sinceramente no me sorprendía cuando Alexander era tan frio conmigo al frente de otras personas, no me importaba, ya me había acostumbrado.
—Qué guapa estás hoy –dijo Ezequiel, sonriendo, pero con ese tono tan característico que tenía.
— ¿Qué eso que tienes en las manos? –preguntó Raúl. Él tenía muy claro cuál era el contenido de las carpetas.
—Buenas noches a ambos, me gustaría pasar tiempo con mi esposa, sin tener que verle la cara a ustedes ¿sí? –Alex subió un par de escalones, mirándolos y esperando a que se fueran.
—Hablamos más tarde –me guiñó un ojo Ezequiel y después desapareció, cerrando la puerta principal.
— ¿No tenemos que hablar algo, los tres? –preguntó Raúl, un tanto confundido.
Me giré para ver a Alex que estaba un par de escalones más arriba.
—Yo… —mí querido vampiro tenía una expresión de fastidio, por lo visto, no era el momento adecuado para hablar sobre un tema que lo iba a enfadar.
— ¿Hablar los tres? ¿Qué está sucediendo? –Alex frunció el ceño.
—No, nada –Raúl me miró por un segundo y después volvió a mirar a mi esposo, sonriendo –no sucede nada, nos vemos mañana, hasta luego.
Se fue sin demorar un segundo en desaparecer.
—Victoria ¿Qué es lo que tienes en tus manos? –miré la carpeta transparente y la dejé detrás de mi espalda, escondida.
¿En qué estaba pensando? Estaba en lo correcto cuando le pedía a Alex que fuera más sincero conmigo, que no me apartara, pero pedirle que nos mudáramos, estaba fuera de discusión. La universidad era una opción factible, un derecho y algo que involucraba directamente mi vida, pero viviendo aquí… no iba a funcionar y tampoco iba a pasar todo el día sin ver a Alex. No quería una vida así, pero la actual, no era del todo mi agrado.
— ¿A dónde viajaras mañana? –traté de cambiar el tema.
—Hay un desvío de dinero, en uno de los locales de la joyería… además hay algo que está ocupando mi mente, tengo muchas cosas que arreglar. Mañana viajaré a tu antigua ciudad, es por eso que iré solo, no correremos el riesgo de que te vean ¿sí?
—Es cierto –me esforcé por sonreír. Era claro que mi problema era el menor de todos –mejor ve a ponerte cómodo, estaré aquí.
—Muy bien, pero ¿Qué hay en esas carpetas?
— ¿Esto? No es nada, estaba viendo algunos detalles sobre esa ceremonia que se hará en un par de meses.
—Ya veo.
Subió las escaleras mientras yo lo miraba. Cuando desapareció por el pasillo del lado derecho decidí ir hasta la sala.
—Excelente –susurré caminando hasta los sofás.
— ¿Crees qué esa mentira resultaría conmigo? –sonreí nerviosa al ver que ahora estaba sentado en el sofá más grande, cómodamente como si nos viéramos por primera vez en el día.
—Esto no es justo, debería darme cuenta cuando haces esto, no tienes derecho a asustarme.
—Hay cosas que no cambiaran nunca, soy mucho mayor que tu. Ahora, no trates de cambiar el tema de nuevo –avancé hasta sentarme al frente de él en el sofá más grande –tu odias reunirte con las esposas de los consejeros, jamás estarías gastando tu tiempo en ellas, aunque estuvieras muy aburrida.
Dejé las dos carpetas detrás de mí, no se las iba a entregar.
—Tú no sabes nada, mejor cuéntame lo que está sucediendo ¿Qué te tiene tan preocupado?
—Victoria ¿te tendré que quitar las carpetas?
—Hoy te fuiste sin siquiera despedirte –tensé mi mordida, no quiera discutir con él, pero tampoco iba a dejar pasar lo sucedido en la mañana. Podía desviar su atención de esta forma –no me gusta eso.
—Bien, tu lo pediste –dijo ante mi nulo intento de cambiar de tema.
—No creo que… ¡Ey! –le dije cuando vino hacia mí sin aviso, tratando de robar las carpetas. Rápidamente me moví hacia atrás del sofá, escapando de él.
—Te lo he advertido –no pude evitar sonreír ante su mirada traviesa que tenia –quiero saber lo que hay en esas carpetas.
Comencé a retroceder, aun escondiendo toda la información que tenia. Ahora menos deseaba decirle todos mis planes, ya que estaba de buen humor, cosa extraña en él… más cuando estaba teniendo problemas.
—No me quiero meter en tu mente, no me tientes –dijo poniéndose de pie, caminando hacia mi mientras yo retrocedía.
—Mejor dime como pasaste tu día, estuve sola ¡ni siquiera me llamaste!
—Victoria –sus ojos negros estaban sobre los míos, de forma peligrosa.
— ¡No me mires así!
No esperé a que me dijera algo, solo comencé a correr rápidamente para que no me atrapara, pero fue inútil. No alcancé a llegar a la escalera cuando me hizo caer sobre la alfombra.
— ¡No! ¡Basta! –dije escondiendo las carpetas bajo mi cuerpo y comencé a empujarlo — ¡Ayuda! ¡Ayuda! ¡Ezequiel! –comencé a gritar porque Alex no me dejaba tranquila y ya estaba al límite, se movía muy rápido. Sin embargo, mi vampiro se quedó quieto cuando la puerta se abrió.
— ¿Vict…? –Ezequiel nos quedó mirando como si hubiera visto un fantasma mientras que nosotros nos quedamos congelados observándolo. Debía ser bastante gracioso vernos, Alex sobre mí, con nuestras manos entrelazadas en una posición bastante extraña –está bien… –cerró lentamente la puerta sin dejar de mirarnos.
— ¡No sigas! –dije riendo cuando Alex comenzó de nuevo a luchar conmigo para obtener mis carpetas, aunque más bien estaba divirtiéndose, ya que no ejercía casi nada de fuerza.
—Es entretenido jugar contigo a veces ¿sabes? –rió como muy pocas veces lo había escuchado— esto es una locura, Ezequiel acaba de perder su respeto hacia mí.
Me sorprendí tanto que me quede paralizada tomando sus manos para que no siguiera moviéndose mientras seguía riendo.
— ¿Qué sucede? –soltó mis manos y las apoyó al lado de mi cabeza.
—Creo que no te había escuchado reír de esa forma, no conmigo –su expresión se volvió más seria al escucharme.
—Eso es bastante triste –sonreí nerviosa cuando llevó su mano hasta el broche que sujetaba mi trenza y la fue desarmando muy despacio, sin dejar de mirarme –me gusta cuando llevas tu cabello suelto, es más tu ¿Por qué hoy te has arreglado para esperarme?
—Que pregunta más desagradable ¿es qué acaso no luzco bien los otros días?
—Siempre luces bien, solo que hoy se ha notado más –después de dejar mi cabello libre sobre la alfombra, pasó su pulgar por mis labios –te conozco ¿Qué pasa?
Miré hacia un lado, pensando si era o no adecuado hablarle de lo que estaba pensando.
—Tú no eres de callarte las cosas, dime ¿Qué tenias que hablar con Raúl y conmigo?
Cerré mis ojos cuando sentí que se acercaba a mí, sus labios rozaron mi mejilla y bajaron hasta recorrer toda la longitud de mi cuello.
—Alex detente, Ezequiel esta… —no me dejó terminar, sus labios atraparon los míos suevamente mientras su mano acariciaba mi mejilla.
No pude evitar bajar la guardia y responder ante aquella caricia. Mis manos se fueron hasta su camisa, donde acaricié su pecho mientras me seguía besando.
—Hola –me dijo después de unos segundos. Sonreí, esta sí era manera de saludarme después de no estar todo el día en casa.
—No me llamaste hoy –fruncí el ceño –ni siquiera te despediste en la mañana.
—Hoy estuve muy ocupado, lo siento –su nariz rozó la mía, con sus labios tan cerca que me desconcentraba –aun así quiero saber que te traes entre manos.
Me quitó sin mayor esfuerzo las carpetas y se separo de mí, dejándome en las nubes. Me costó unos segundos poder sentarme sobre la alfombra y mirar su expresión.
No le tomó nada leer de que trataban mis planes. Apoyó de forma cansada su espalda en la primera columna de la escalera. Dejo caer las carpetas a su lado, flexionó su pierna izquierda y apoyo su brazo ahí, mirándome sin decir nada.
Si no fuera porque los nervios me comían viva, me habría deleitado con lo guapo que lucía, ya que su cabello estaba todo desordenado.
— ¿No te gusta esta casa? –el tono que estaba usando, me hacía sentir como una maldita mal agradecida.
—Sabes que no es eso.
— ¿Te quieres ir de aquí? ¿Algún lugar donde puedas estar tranquila? ¿Sola?
—No, claro que no –me acerqué a él y tomé su mano –juntos, todo esto es para ambos.
—Estarás desprotegida, no tiene sentido. No quiero ¿es qué te hace falta algo aquí?
— ¿No quieres? ¿Qué pretendes decir con eso? ¿Solo porque tú no quieres esto no se realizará? ¡Y sabes que no me falta nada! Pero este lugar es mucho para mí sola –se puso de pie, dejándome arrodillada.
—No tengo ganas de discutir, me iré a cambiar de ropa… otro día hablamos esto, mañana debo viajar y tengo que preparar algunas cosas, así que no tengo tiempo para niñerías.
Empezó a subir las escaleras, dejándome ahí, sin darme alternativa para fundamentar mi elección.
Podía entender que estuviera cansado, que no deseaba discutir, pero no tenia ningún derecho a dejarme de esta forma, cuando fue él mismo quien quiso saber todo.
— ¡Alexander! ¡No te atrevas a dejarme así! –me puse de pie y lo miré.
—Esto está fuera de discusión Victoria ¿quieres mudarte y exponerte entre los humanos?
—Que excusa más barata estas usando, si me dieras un fundamento valido te escucharía, pero no haces nada más que inventar justificaciones para mantenerme encerrada aquí ¡como si fuera prisionera de esta casa! ¡Nada ha cambiado desde el principio de todo esto!... solo yo fui la tonta que te aceptó, es lo único diferente.
Sin esperar respuesta alguna de él, salí corriendo por la puerta principal, sintiendo un dolor en mi pecho. No sabía lo que era, pero corrí y corrí, dejando atrás a Alexander Lenardis.

Solo tuvieron que pasar unos segundos para estar muy alejada de la casa, como nunca lo estuve cuando fui humana, incluso había traspasado las cabañas de los guardias, nadie se había atrevido a detenerme. Alcancé a llegar a uno de los tantos bosques que rodeaban la mansión y me detuve, escondida detrás de un árbol y mirando hacia atrás, pero no había nadie.
— ¡Estúpido! –dije en voz alta, enojada y sintiendo como mi corazón se partía; siempre que discutíamos de esta manera sucedía esto.
—No te puedes comportar como una niña cada vez que no consigues lo que quieres Victoria –miré hacia arriba, observando a Alex que estaba apoyado en una de las ramas del árbol.
—Déjame en paz ¿sí? –sobé un poco mi pecho, al nivel de mi muerto corazón.
— ¿Qué te sucede? ¿Qué te duele?
— ¡Cállate! Todo esto es tu culpa –no quería verlo –odio pelear contigo, me duele cuando lo hago –me escondí detrás del árbol, para no observar su mirada preocupada.
No me podía cegar cuando la realidad estaba al frente de mis ojos, Alex me seguía manteniendo secuestrada, no era como si realmente me considerara su esposa, ni siquiera tomaba en cuenta mi opinión, solo me quería a su lado para aparentar por el tiempo que fuera necesario ¡ya que seguía pensando que me iría en cualquier momento!
—Victoria… —llegó a mi lado de un salto, tomando mis hombros para que lo mirara, pero comencé a alejarlo.
— ¡Vete! ¡No me toques! — ¡Demonios! Esto era como un ataque de histeria al estilo vampírico. ¿Es qué me había negado a ver mi realidad? ¿Esto todo había sido una farsa?
—Victoria,  no pienses eso.
—Aléjate de mí, por favor –no tenía fuerza para golpearlo y alejarlo.
—Sr. Lenardis… es recomendable que se retire, por favor –ambos miramos a quien hablaba. Me quede sorprendida al ver a Aníbal, vestido de ropa casual, con unos jeans claros y una camiseta  gris con mangas. Era extraño verlo así, cuando siempre estaba con traje.
— ¿Aníbal? –preguntó Alex sin poder creer lo que veía.
—La Sra. Victoria está teniendo un ataque de pánico y usted lo está provocando, aléjese, es por el bien de su esposa.
No seguí tomando en cuenta lo que sucedía con ellos. Solo sentía que mi corazón estaba roto ¡y que no podía liberar ninguna lágrima! ¡Era desesperante!
—Ya no sirve fisiológicamente pero en su mente aun sigue su parte humana, respire –me sorprendió ver a Aníbal al frente mío, haciendo la mímica para que siguiera su patrón respiratorio –vamos, cierre los ojos –antes de hacerlo pude ver como Alex estaba a metros de distancia, mirándome preocupado.
—Solo necesito estar sola –sollozar sin lagrimas no era nada bueno, me alteraba aun más.
—Aníbal, ya retírate –hubo un silencio ante la orden de Alex –he dicho que te retires, ahora.
Las manos de Aníbal dejaron mis hombros y un segundo después sentí como Alex levantaba mi mentón para que lo mirara.
—Ya, ya… —acariciaba mi mejilla con su mano derecha –nada es como antes Victoria, no pienses eso, lo siento, me he comportado de mala forma nuevamente –esquivé su mirada, enojada y sintiendo que mi pecho aun dolía.
—No entiendes palabras, solo tienes una idea en tu cabeza y no hay forma de hacerte cambiar.
—Aun así, no puedes escapar como recién lo hiciste, alejándote de mí, no es forma de conseguir las cosas –lo miré sorprendida y bruscamente alejé su mano que me acariciaba, aunque me diera tranquilidad, me había hecho enojar.
—No lo entiendes ¿verdad? No se trata sobre conseguir lo que yo deseo, es simplemente que me tomes en cuenta sobre una decisión, yo no rijo mi vida según tus prioridades ¿es qué acaso cada vez que quiera cambiar algo sucederá esto?
—Realmente no quieres seguir aquí ¿verdad? –pude ver cierta tristeza en sus ojos.
— ¡No es eso! me encanta todo este lugar, cada rincón, pero no es vida estar sola durante todo el día, quiero más… no deseo pasar doce o más horas esperando para que llegues, sin saber qué hacer.
Alex me quedó mirando unos segundos, sin saber que decir. Estaba segura que estaba tratando de analizar cada palabra que decía ¿Cómo podía ser tan complicado?
— ¡Ah! –Me dio la espalda, alejándose unos pasos de mi — ¡lo sé! ¿Crees que no lo he pensado? Te he arrebatado todo, lo entiendo, pero no…
—Pero no confías en mí –me observó de nuevo, pero esquivo mi mirada –ahí yo no puedo hacer nada, se me acabaron las ideas.
Comencé  a caminar, pasando por su lado. Era hora de volver a casa, no quería seguir aquí pasando un mal rato.
—Victoria, espera.
—No, ya basta, es mejor que volvamos, no quiero que alguien sea testigo de nuestro pequeño melodrama de siempre, me agota y lo último que faltaría es que alguien comenzara con rumores sobre lo mal que estamos. Además mañana debes viajar.
—Está bien, tú ganas –negué a sus palabras.
—No quiero seguir hablando, esto no se trata de quien gana ¡demonios! Eres tan antiguo y aun no eres capaz de entender ¿es qué ni siquiera tus experiencias anteriores te han servido? A veces eres agotador –seguí caminando, pero él se interpuso en mi camino, ubicándose al frente de mi.
—Bien, bien… —lo miré confundida –no se vale esto, ya he pagado lo que hice ¿sí? No puedes llegar y después decidir que comenzaremos a alejarnos hasta que tu encuentres a otro.
— ¿De qué estás hablando?
—Todos estos años he tratado de remediar lo que hice, ahora me has dado la esperanza que las cosas iban bien, pero no…
— ¡Alto, alto ahí! –Dije levantando la mano para que se callara — ¿remediar qué? ¿Qué hiciste? ¿Cuándo? –Alex se quedó callado, sin ser capaz de decir nada –dime.
—No –lo miré sorprendida, tanto por su respuesta como por su expresión, mágicamente parecía realmente alguien de su edad, como si hubiera vuelto al pasado; solo era por su expresión de arrepentimiento.
—Alex, dime.
¿En qué momento había dado este giro nuestra discusión? ¿Qué más me podía estar escondiendo como para mirarme de esa forma?
—No… has entendido mal, no te hablaba a ti directamente, sino que estoy cansando de que se vayan, solo eso –fruncí el ceño.
—Bueno, arregla entonces tus problemas personales porque a mí se me está acabando la paciencia.
Seguí caminando para alejarme un par de metro de él, hasta que finalmente comencé a correr para llegar más rápido a casa. Alex me siguió, cuidando de no traspasar mi espacio personal.
Al llegar a la blanca mansión, entre y subí de inmediato a nuestra habitación para poder darme una ducha rápida porque tenía mis pies sucios, aun así, no pude dejar de ver las carpetas que estaban en el suelo aun.
—No me gustan los edificios –dijo Alexander en la puerta principal –tampoco me gusta la idea de verte en la Universidad porque eso significa que tendrás amigos y que más personas te conocerán y aunque suene muy raro, solo te quiero para mí, que seas exclusivamente mía.
Recogí las carpetas que estaban sobre la alfombra, recordando cómo minutos antes lo estaba escuchando reír.
—Voy a tomar eso como una respuesta positiva ante mi propuesta, buscaré un lugar que te acomode, ahora iré a darme una ducha rápida –tenía mis pies todos sucios por haber corrido descalza.
No iba a dejar de estar enojada con él porque aceptaba a mis peticiones.
— ¿Victoria? –me giré hacia él, que me observaba desde la puerta principal.
—Sigo muy molesta, no puede ser posible que prácticamente mi corazón se rompa en pedacitos por discutir contigo y recién ahí tomes en cuenta mis opiniones o lo que deseo.
—Entiendo –dijo ahora muy serio –estaré en mi oficina por cualquier cosa.
Ambos nos fuimos, cada uno por su lado. Negué triste ante su comportamiento, odiaba estar enojada con él, quería aprovechar nuestro tiempo juntos antes que tuviera que viajar, pero no podía dar mi brazo a torcer, Alex se debía dar cuenta que yo no era de su propiedad y que no podía seguir usando su pasado como excusa para su forma de ser, exclusivamente conmigo.

Eran más de las dos de la madrugada y para mi sorpresa, estaba con bastante sueño, cosa que sucedía cuando discutía con Alex. Es por ello que cuando el ingresó a la habitación, yo ya estaba acostada, con las luces apagadas y tratando de dormir.
Alexander se acercó, sacándose la ropa mientras caminaba y se recostó en la cama, junto a mi lado. Al no tener un corazón que latía o una respiración que se veía influenciada por él, podía pasar desapercibida a su lado durmiendo si no leía mi mente. Es por ello que me sentí bien al saber que no estaba buscando nada en mis pensamientos, él creía que yo ya dormía plácidamente.
Me removí, como si estuviera en los brazos de Morfeo, cuando Alex me rodeó con los suyos, siendo cuidadoso, por lo visto no me quería despertar.
—Lo siento –susurró en mi oído, pero yo seguí “durmiendo”
No iba a permitir otro trato como el de hoy y hasta que no viera una nueva actitud de su parte, Alex se iba a sentir bastante solo. Aun así sin poder evitarlo, me giré “durmiendo” y terminé apoyando mi cabeza en su pecho, realmente cansada y entregándome a un profundo sueño.

 ¡Hola a todas pequeñas mariposas! recien hoy me di cuenta de que hace mas de un mes que no subia LML :S que horrible, imperdonable, ya que la gracia a es ir un capi de UAC y otro capi de LML :s espero que no vuelva a pasar. Espero que les haya gustado este capitulo, la paciencia de Viky se esta acabando :S
 Muchas gracias por leer, espero ver sus comentarios por aqui :D 

10 Lectores:

  1. Honestamente ¿y la de quién no se acabaría?
    Ahhh pobre Vicky q esta sufre y sufre por el idiota de mi Alex. Esta mujer cada día se encuentra con más muros y más frases confusas q hacen q se aleje de su marido, pero esq yo la entiendo totalmente ella es una persona, no una muñequita sin cerebro y sin sentimientos q cn un interruptor se pueda prender y apagar. Amo a Raúl, de verdad creo q es dulce y es el único q siento q de verdad quiere ayudar a Victoria porq honestamente Elizabeth la querrá mucho, pero Alex es su hijo y siento q siempre va a estar él por encima de el bienestar de Vicky. Ufff siempre quiero más jaja ya quiero leer lo q sigue pero ni modos q nos toca esperar, por lo menos me consuela saber q mientras espero llegan Dana e Ethan.
    Gracias por el capitulo Dani. Te mando un abrazo y nos seguimos leyendo!

    ResponderEliminar
  2. Dios... quiero que Alex ya empiece a confiar mas en Vicki...!!!

    ResponderEliminar
  3. Me encannntooo Daniiiiii!! que ganas de seguir y seguir leyeendo!!!‘!!‘ amo a viki... y entiendo tanto lo que le pasa pobre! Alex tranquilizate ! Ja ja espero ansiosamente el próximo capítulo !
    Eve T.

    ResponderEliminar
  4. Gracias por el capitulo Dani :D cada dia me emociona mas la historia. ¿como terminara todo esto? Por como va su relacion se diria que mal pero espero Alex recapacite y decida ser sincero con Vicky porque ella realmente lo ama y lo demuestra con la paciencia que le muestra cada dia. Espero con ansias el siguiente capitulo.

    ResponderEliminar
  5. wow casi q no actualizas... ya te extrañaba!!... en fin; me encanta como vamos viendo el caracter de viky salir a flote y pues ya quiero saber que pasara en el proximo capitulo sera que vicky se volvera a encontrar con aquel humano... y que es lo que esconde alexander!!
    espero q te vaya bien en tu Universidad
    saludes,felicitaciones
    DTB

    ResponderEliminar
  6. cap capi....vicky va a estudiarrr.......alexander se le salio algo de informacion...mmmm el hizo algo malo con la 1era victoria verdadddddd???? por eso esta lo maldijo o su familia mmm no se he estado pensando eso hace tiempo y por eso charlotte dijo algo de la maldicion que tiene alex...mmm info info.....haha pobre vicky como le afecta las peleas con alex....:) quiero mas como siempre daniii......un capi de confrontaciones....:)

    ResponderEliminar
  7. uuuuuuuh que cortito!! :'((
    pero buenisimo!!!!
    muy bueno el cap, siempre he creido que Vicky exagera (y si, exagera) pero esta vez (o la acumulacion de todas las otras) le dieron resultado xD bien por ese logro!!
    como siempre Vicky tan astuta (Y)

    mi parte favorita? cuando exequiel los pilla creyendo que Vicky necesitaba ayuda x'D
    waaaaaaaaaaaaaajoaooaoajeaaoaoaoaaoaj que me rei con eso xDD

    ResponderEliminar
  8. No entiendo por que Alex no escucha, le están difícil al hombre dejar su pasado atrás y empezar de 0 está relación, así ambos estarían mejor tal vez sí le contara a Viky de que va su pasado así ella entendería y se adaptaría, pero como no lo hace la pobre de Viky se está cansando de pagar la vajilla rota sin saber por que y de sentirse menospreciada y está situación así no va a nada bueno.

    ResponderEliminar
  9. Guapa pero que es lo que esconde este hombre.
    el capitulo me encanto como siempre, pobre Viky ya esta cansada de ser la esposa florero, y le doy toda la razón.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  10. oh shiit yo no había comentado!!D:
    bueno me encanto el cap, aunq tanta discusion de estos dos me estresa ¡Gato ya! uuuuch! entre darme rabia y ternura este HombreVampirodelasCavernas me va a sacar de qicio, per tengo que mantenerme firme igual que Vicky y hacerme la dormida si es necesario xDDD

    notable la parte donde Ezequiel los "piya" y despues se desaparece bieeen lento ...kajajajajjaja todavía me sigo riendo de eso XDD

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

© Black Butterfly, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena