viernes, 20 de noviembre de 2015

Invitación Peligrosa - Capitulo 16


“Control”

—Esto es increíble –dijo Sophia mirando alrededor. Estábamos sentadas en el piso, había traído las cosas para comer a la mesa de centro y estábamos apoyadas en los sofás –amé las habitaciones, me encantan —dijo aun sorprendida.
Les había mostrado un poco el lugar, les indiqué que dormiríamos juntas, a lo que ambas se negaron, pero no tenía otra explicación ya que no iba a dormir en la habitación de Max y era imposible que les dijera que dormíamos en camas separadas, eso sería sospechoso.
—Sí, lo es —miré a Jennifer y ella ya estaba comenzando a llenar mi segundo trago. Ella me indicó con el dedo que no dijera nada.

—Jennifer —dijo Sophia mirándola sospechosamente –mañana hay que trabajar.
—No soy alcohólica Sophia –dijo ella –solo es un trago entre amigas, así que no seas exagerada.
—Ya se lo advertí, ya cumplí como conciencia –dijo acercando su vaso para que le sirvieran otro a ella.
—Buenas noches –me quedé helada al escuchar su voz. Me giré de inmediato al ver a Max, con unos jeans y una camisa negra.
—Buenas noches Sr. Blake –dijeron ambas. Max se acercó con una sonrisa “amable”
—Están es casa de Lizzie y mía, no tienen que seguir con las formalidades que tenemos en el trabajo, solo díganme Max –ambas asintieron mirándolo embobadas –veo que se están divirtiendo –dijo mirando como Jennifer tenía en la mano la botella de vodka.
—Pensé que habías salido –dije mirándolo aun sorprendida.
—Ahora voy de salida –me miró y pude notar que tenía algo extraño en los ojos, por lo que supuse que tenía sed, pero que ni pensara en beber de mí, maniático sexual que se acostaba con quien deseaba, eso era asqueroso porque después se metía en mi cama –bien, que disfruten la noche –dijo para acercarse a mí. Se apoyó en el respaldo del sofá y me besó….en la boca, cerré los ojos porque sus malditos labios tenían el mismo efecto en mí. Fue un beso corto de despedida. Les hizo una seña a las chicas y se fue.
—Wow —dijo Jennifer –esta es la primera vez que te creo lo que pasa entre ustedes –Salí del trance en el que estaba y la miré sorprendida.
— ¿Qué dices? –por mi tono no pude evitar mi reacción de pánico ante sus palabras.
—No le hagas caso a Jennifer –dijo Sophia mirando mal a nuestra amiga.
—Basta de esas miradas –dije finalmente –son mis amigas y me están escondiendo algo, así que espero que me sigan tomando el pelo como lo han hecho hasta ahora o que me lo digan cuando esté en condiciones.
—Ustedes son extraños –dijo Jenn sin complicarse mucho.
— ¡Jennifer! –dijo Sophia de nuevo, pero nadie le respondió, así que me miró –eso no es lo que pensamos —rodeé los ojos.
—Muy bien, díganlo luego…que quiero pasar una linda velada con ustedes y esas miradas me ponen incómoda.
—No nos dijiste nada de lo que sucedía con Max —Sophia dijo un tanto avergonzada.
—No podía, ya les dije –miré a Jennifer. Sophia siempre sería mi mejor amiga, pero Jennifer no andaba en rodeos, por lo que esperé a que ella dijera algo.
—Lo vi salir de la oficina de mi jefa y no lucía como si alguien estuviera en una reunión Lizzie –dijo ella incómoda, suspiré feliz por ver que ella no guardaría secretos de mí.
—Ya veo —me sorprendió que Jennifer me dijera aquello, siempre las secretarias, en especial nosotras, nos encargábamos de esconder todo los paños sucios de nuestros jefes –eso es lo que sucedía.
—Lizzie, lo siento por ser yo quien te diga esto, de verdad, le dije a Sophia, no tenía idea como decírtelo, eres mi amiga, no dejaría que él jugara contigo de esa forma.
—Es una relación abierta –dije finalmente para que Jennifer no se siguiera sintiendo mal y para terminar con este tema, no quería ponerlas en riesgo –Saben que nunca he durado mucho con mis novios ¿No? –ambas asintieron aun en estado de shock por lo que dije –bien, Max me dijo que quería vivir conmigo, pero yo no quería, me explicó que no tenía que complicarme mucho por esto, que yo era libre de hacer lo que quisiera, como él también, pero que al final, él volvía a esta casa –dije anonadada por mi forma de mentir, estaba mejorando con creces –esa es la verdad.
—Entonces tú puedes estar con otros hombres –dijo Sophia mirándome con los ojos como platos.
—Así es.
— ¿Te puedes acostar con otros hombres? –esto se estaba poniendo complicado.
—Así es.
—Pero Lizzie eso es raro –dijo Jennifer sin entender –es tu hombre, no lo deberías dejar así como así.
—Dios… —dijo Sophia –cuando Nathalie se  entere, te idolatrará Lizzie –dijo sacando una leve sonrisa.
—Bueno, así son las cosas entre nosotros, les agradecería que no se hablara más de esto, es algo entre Max y yo –ambas asintieron como si fuera una orden.
Creo que de verdad ellas no deseaban hablar de esto, les estaba mostrando una Lizzie que jamás pensaron que existía en mí.
—Aun así, no te salvas de esta  –dijo Sophia — ¿Cómo te sientes con él? –fruncí el ceño sin entender.
—Ella pregunta –dijo Jennifer mirando a Sophia  para después mirarme a mí — ¿Qué como es en tú ya sabes qué…? –dijo moviendo las cejas sugestivamente.
—No tengo control –dije pensando en lo que ella decía, sintiendo como mi cuerpo solo estaba respondiendo a los recuerdos de hace unos días.
—Es bueno —dijo Jennifer.
—Lizzie —me llamó la atención el tono de voz de Sophia –no puedo creer como cambió tu vida en un segundo, estoy feliz por ti, pero esto no es muy tú –suspiré.
—Sí, tampoco me di cuenta como cambió todo es un abrir y  cerrar de ojos.
— ¡Por eso hay que celebrar! –dijo Jennifer levantando su copa. Hice lo mismo al igual que Sophia — ¡Por Lizzie y su guapo novio que es bueno en la cama! –La quedé mirando seria –bueno… —dijo antes de tomar — ¡por Lizzie y Max! –eso fue aun peor de escuchar, pero bebí de todas maneras para olvidar lo que había dicho, me lo tragué en un solo sorbo.
—Cuidado… —dijo Sophia mirándome –que seas novia del jefe no significa que puedes faltar al trabajo por tener resaca —reí y asentí.
—Tendré cuidado.


[Cuatro horas después]

—Ten cuidado –dijo Sophia ayudándome a pararme –te dije Lizzie.
—Estoy bien –me puse de pie, pero todo el mundo se me movió un poco –no estoy bien –dije riendo.
—Dios, no tomaste tanto y mira como estas –dijo Jennifer muy compuesta.
—Las odio –siempre me pasaba lo mismo, odiaba mi cuerpo que no me dejaba meter una gota de alcohol demás cuando ya quedaba en este estado.
— ¿Dónde está la habitación de ustedes? –dijo Sophia ayudándome a caminar hacia el pasillo.
—Dormiré con ustedes –ambas rieron a lo que dije.
—Claro que no, no quiero que el Sr. Blake –dijo Sophia dando cierta connotación al apellido –me despida por robarle a su novia esta noche –quede pensando en Max mientras las chicas comenzaban a abrir cada puerta. ¿Todavía no llegaba? Eran más de las dos de la mañana, estaría un poco bebida pero no había perdido la lucidez, eso jamás me ha pasado y no iba a ser esta la primera vez.
— ¡La encontré! –Dijo Jennifer –muy bien, nosotras llegamos hasta aquí, no seas cómoda y vete a tu cama –dijo empujándome.
— ¡Buenas noches! –dijo Sophia para cerrar la puerta.
Miré a mi alrededor y me fui hacia la puerta que supuse que era el baño. Cogí uno de los cepillos de dientes nuevos que había en el mueble y me comencé a alistar para dormir, estaba cansada y un poco borracha, aunque si llegué a la habitación de Max, debería estar bastante borracha. 
Salí del baño lista y me aseguré de estar sola, así era. Me fui al armario de Max donde saqué una de sus camisetas, no había traído mi pijama. Me desvestí y me puse la prenda ancha color negro. Solté mi cabello y me fui a la cama, a donde no alcancé a llegar para recostarme, solo me arrojé sobre ella. Mis ojos se fueron cerrando hasta que vi como se abría levemente la puerta y me dormí.
Al sentir algo frío en mi cuerpo me desperté de golpe, ni siquiera tomada podría caer por completo en los brazos de Morfeo.
— ¿Qué? –dije un tanto desorientada.
—Has bebido —dijo Max recostado al lado mío –eso pudo poner en riego lo que te dije Lizzie —rodeé los ojos, eso no importaba porque estaba bastante consciente, además las chicas no me siguieron preguntando nada hasta que dije, según Jennifer, que Max era bueno en el sexo –Ya veo —dijo con ese tono burlón. No le podía ver aun la cara, pero sabía que tenía esa expresión arrogante en su rostro.
—Para mí, no lo eres, Jennifer lo dijo… es más, no sé qué hago aquí –dije tratando de ponerme de pie para salir de su cama.
—No —dijo Max tomando mi muñeca y tironeando de ella hasta dejarme recostada de nuevo.
—Suéltame —dije tratando de salir de nuevo, pero estaba de panza en la cama y realmente me estaba costando realizar los movimientos.
—Ya estás aquí…no lo desaprovecharé  —me giró hasta quedar apoyada en mi espalda.
—Ni se te ocurra, te dije que si te estabas acostando con… —sentí como sus labios se movían contra los míos, atrapó mi labio inferior y lo mordió levemente –No –dije tratando de alejarlo, pero me vi sintiendo su piel al estar con su torso desnudo.
— ¿Por qué crees que te escucharé cuando te niegas? No lo hice la primera noche, tampoco lo haré ahora –dijo para volver a besarme.
— ¡No! –dije empujándolo. Solo tenía en mi mente lo que había ocurrido con Emily y la excusa que tuve que inventarles a mis amigas.
—Basta con esto –su voz era severa –no te puedes molestar tanto por eso, no lo tienes permitido —trató de besarme de nuevo, pero alcancé a esquivar sus letales labios.
— ¡Aléjate! –Dije empujándolo –no soy tu puta Max, déjame en paz –Salí de la cama y pude notar que todo alcohol se había ido de mi cuerpo, por la rabia que me hacía sentir Max.
Me dirigí hacia la puerta para salir de ahí y para mi sorpresa Max no me detuvo. Me fui directo a donde estaban durmiendo las chicas, entré a la habitación y me metí con cuidado en la cama, donde había bastante espacio.
Me quedé dormida luego de varios minutos después de pensar que Max no me había detenido.

—Lizzie –dijo Sophia moviendo mi hombro –despierta son más de las seis. Sentía que había un kilo de párpado por ojo.
—No volveré a tomar –dije sentándome –no quiero ir a trabajar.
—Creo que podrías escapar –dijo Jennifer de algún lugar que no descubrí — ¡acá! –dijo haciéndome una seña, abriendo el dosel de la cama.
— ¿Cómo han dormido? –dije ahora despertando por completo.
—Muy bien, esta cama es maravillosa –dijo Jennifer sentándose al frente.
— ¿Te han corrido de la cama por borracha? –dijo Sophia mirándome curiosa, sonreí.
—Algo así…bien, vayan a alistarse para que no lleguemos atrasadas —Ambas asintieron y se comenzaron a mover, Jennifer se apoderó primero del baño.
— ¿Estás bien? –dijo Sophia a mi lado.
—Sí, todo bien —cogí mi celular y comencé a jugar con él, presionando cualquier botón.
—Soy tu amiga Lizzie, me puedes decir cualquier cosa que suceda contigo…para eso son las amigas ¿no? –sonreí triste, ojalá eso se pudiera aplicar ahora mismo.
—No te preocupes.
— ¿Estás en problemas con Max? –La miré y suspiré –aquí está tu armario, ¿duermen en camas separadas?
—No, solo que mi ropa aun no cabe en el armario de Max –ella enarcó una ceja.
—Lizzie, conozco tu ropa, no es tanta como para tener ese problema.
—Max compró cosas para mí –dije mirando al celular y entrando a mi correo electrónico para hacer algo diferente y no pensar en lo que me estaba diciendo Sophia.
—Él no te golpea ¿cierto? Lizzie si él…
—Sophia detente –dije mirándola a los ojos sorprendida –no sigas con esto ¿sí?
—Solo me preocupo de ti, estás diferente y…
—Y si algo malo sucediera te lo diría, siempre ha sido así, basta con esto —no sé cual habrá sido mi expresión pero la convenció bastante porque solo asintió.
Me concentré en poner mi cuenta y mi contraseña para ver mi correo. El corazón me saltó al darme cuenta que no había podido leer el email de Teresa, entré a este con rapidez y espere a que pudiera leerlo. Sin embargo, tocaron a la puerta y Sophia fue a abrir al verme ocupada con el celular.
—Buenos días –miré y era Max.
—Buenos días –dijo ella.
— ¿Todo bien? –La miró a ella para después mirarme a mi –necesito hablar contigo –fruncí el ceño.
—Estoy en pijama, ahora no puedo, en el auto es mejor —se abrió el email y comencé a leer.
—Lizzie —escuché su voz un poco más dura de lo normal que había escuchado Sophia y Jennifer.
—En otro momento –fruncí más el ceño, de verdad estaba empezando a pensar que él no quería que leyera esto, siempre me interrumpía.
—Lizzie –escuché la voz sorprendida de Sophia a mi negativa.
— ¡Listo! –Dijo Jennifer saliendo del baño vestida, quedó mirando a Max y a nosotras –buenos días.
—Buenos días, Jennifer –dijo Max mirándola.
—Sophia, ve al baño –dije mirando a mi amiga que aun me miraba sorprendida. Ella asintió y se fue.
No miré a Max y me concentré en el mensaje de Teresa.
—Lizzie —escuché de nuevo la voz de Max.
—Podrías llevar a Jennifer para que desayune, serías muy dulce si lo hicieras –dije mirándolo con los ojos entrecerrados. A él le encantaba quedar bien con mis amigas, no se podía negar a esto.
—Bien –dijo mirando a Jennifer –ven por acá, está todo listo –Jennifer me miró indecisa pero fue de todas maneras con Max.
Suspiré y comencé a leer lo que Teresa me había mandado, por fin.
“Querida Lizzie.
Espero que estés pasando un buen momento con Max y que las cosas se vayan solucionando entre ustedes, no deben ser tan tercos para que todo vaya en su camino como debe ser.
Ezequiel me ha comentado lo que pasa con Max, él es un chico que bueno ha pasado por una que otra situación, no soy la persona adecuada para comentarte todo, pero si te puedo ayudar en otros temas, como por ejemplo, lo que sientes por él.
Notarás que sientes como si Max tuviera el control de todo lo que pasa en tu vida, pero debes tener claro que no es del todo así, tú también tienes control en su vida, él se niega a informarte de esto, pero sé que confiará en ti de todas maneras al final. Te daré un ejemplo de lo que hablo.
Una vez, cuando recién conocí a Ezequiel, me enojé tanto cuando me proclamó como suya, cuando me mordió al frente de muchos vampiros, no había sido la primera vez, pero si delante de otras personas, es un acto muy íntimo, así que me agrada que no hayas pasado por lo mismo. Bueno, lo que quiero decir es que estuvo días sin poder tener control de mí, en el ámbito que ambas sabemos cuál es, no fue hasta que me pidió disculpas que todo volvió a normalidad entre nosotros.
Lizzie, no te sientas sin control en esto, las relaciones de este tipo, son de a dos, no porque él sea un vampiro tiene todo poder sobre ti, debes ser astuta y saber manejar bien al hombre que tienes al lado, recuerda ser sutil, ni siquiera se dará cuenta cuando lo tengas en tus manos.
Sé que esta información te ayudará porque conozco a Max, es un bruto e insensible, pero tú eres la esperanza que tenemos con Ezequiel para que nos traigas al Max que era cuando fue humano. Creemos en ti y en cómo cambiarás todo, para todos.
Espero que esto te haya servido de algo.
Cariños para ambos.
Teresa & Ezequiel”

Me quedé mirando el celular sin tener un pensamiento coherente de lo que había leído. No sé cuanto habrá pasado de mi estado catatónico, pero Sophia salió del baño. Llevé algo de ropa y me fui al baño. Me duché sin poder creer que justo en este momento Teresa me había mandado aquello, de verdad era útil, lo pude haber leído antes.
Entonces por eso Max no me decía nada cuando le hablaba de la forma que él odiaba, por eso no me buscaba cuando lo dejaba solo….estaba enojada, de verdad ¿eso quiere decir qué la primera noche entre nosotros y el resto de estos días no estaba enojada realmente con él?
Mejor no respondía a eso.
Me arreglé y me fui en silencio hacia donde estaban las chicas y Max.
—Estamos atrasadas, nosotras ya nos vamos, nos vemos en el trabajo –dijo Sophia despidiéndose de un beso en la mejilla, la siguió Jennifer y después se fueron.
— ¿Qué te sucede a ti? –desperté en el ascensor cuando minutos después bajamos los dos.
—Nada.
—Estás en blanco, nunca estás así ¿Qué te dijo Teresa? –lo miré frunciendo mi ceño.
— ¿De qué hablas?...métete en tus asuntos a mí déjame tranquila –no me dijo nada.
Cuando bajamos el ascensor me di cuenta recién que llevaba gafas.
—Hola Thomas –dije sonriéndole.
—Muy buenos días Srta. Elizabeth ¿Cómo ha amanecido?
—Bien, gracias ¿y tú? ¿Cómo va todo?
— ¿Podrías dejar de hacer vida social y meterte al auto? –miré mal a Max. Thomas solo bajó la mirada. Subí al auto y no le hablé.
Llegamos al edificio como se estaba haciendo habitual entre Max y yo, en silencio. Nos fuimos al ascensor, ahí no pude soportar el silencio que nos acompañaba.
—Llevas gafas, pensé que te habías alimentado ayer –no lo miré, solo lo dije mirando hacia las puertas de metal.
—Ese no es tu problema —rodeé los ojos.
Las puertas se abrieron y cada uno se fue a donde tenía que ir.
Comenzó a pasar el tiempo y solo tenía una duda en mi cabeza ¿Cómo sería Max de humano? ¿Habrá sido bueno? Y si era así ¿Qué le habría pasado para ser tan malo? quizás alguien lo había tratado mal, quizás él era bueno de verdad, quizás era dulce y cuidadoso, quizás Teresa tenía razón y no tenía porque juzgarlo mal.
—Green –dijo cuando contesté el teléfono –ven de inmediato –miré la hora, se aproximaba mediodía.
Fui hacia su oficina y lo quedé mirando cuando cerré la puerta detrás de mí. Se veía tan importante detrás de ese escritorio, asustaba, pero aun con esa imagen no me podía sacar ese pensamiento, que quizás, él no era como aparentaba ser.
—No seas ingenua –dijo como si nada para después estar a un centímetro mío, empujándome contra la puerta y sacándose sus gafas. Sus ojos estaban muy rojos, por lo que solo cerré los míos para no verlo –maldito sea tu aroma –susurró, para después mover mi cabeza hacia un lado y sentir sus colmillos contra mi piel, rompiéndola.
Aferré mis manos a sus hombros y solo me apoyé en él. Mis ojos se llenaron de lágrimas  al sentir como bebía de mí.
—Para —dije cuando mi cuerpo iba perdiendo  fuerzas.
Mi agarre en sus hombros se suavizó y  me comencé a desvanecer, pero Max se separó y me rodeó con sus brazos para luego sentir que me recostaba en una superficie blanda, era el sofá. Mis ojos se cerraron ante la pérdida de sangre.
Me removí de a poco, llevé de inmediato mi mano a mi cuello, asustada.
—No tienes nada –abrí los ojos de golpe al escuchar a Max, maldito psicópata que bebía de mi sangre, todo lo bueno que pude pensar del él se fue a los mil infiernos.
Me senté en el sofá y noté que él estaba a mi lado, mirándome desconfiado. Me puse de pie y me apresuré para salir de la oficina, pero Max no me dejó.
—No quiero que vuelvas a este trabajo sin desayunar, te vuelves débil y solo te conviertes en una molestia para mí, más de lo que ya eres –negué y abrí la puerta, sintiendo como las lágrimas volvían a mis ojos, no quería que él me volviera a tocar ¡odiaba esto! Él tenía completo control de mi vida –no llores –dijo desde atrás, pero solo me giré para después hacer un gesto obsceno con mi dedo. Él me miró mal y en un segundo lo tenía tomando mis manos, provocando que me quejara.
—Ya bebiste de mí ¡suéltame! –Dije tratando de zafarme, pero Max me miraba como si me quisiera golpear, maldito maltratador de mujeres — ¡Max eres una bastard…! –rodeó mi cabeza con su mano y plantó sus labios contra los míos, provocando que mi corazón saltara sin previo aviso ante su contacto.
Cerré los ojos dejándome llevar por sus labios, malditos sean, como los odiaba y encantaban al mismo tiempo, pero en el momento que Max estaba comenzando a soltar mis manos, recordé la imagen que vi en su oficina con Emily y mi sangre hirvió.
— ¡No! –dije alejando mi boca de la suya. Max soltó mis manos y me quedó mirando enojado –No me volverás a tocar Max.
—Esa es mi decisión —negué.
—No te atrevas, sabes que no puedes hacerlo, estoy muy enojada contigo y de verdad…te puedo alejar –Él entrecerró los ojos.
—Teresa —asentí –siempre hablando de más  –di unos pasos hacia atrás, pero Max no se alejaba.
—No soy tu puta Max, no permitiré que te sigas acostando conmigo si lo estás haciendo con otras…eso es asqueroso.
—Volverás sola a mí Elizabeth, aunque no lo creas te conozco, terminarás rindiéndote a mí —se dio media vuelta y se fue a su oficina.

Tomé con rapidez mi bolso y salí de ahí para almorzar. Max estaba equivocado completamente.

Ya está :D 

5 Lectores:

  1. Aghh odio que sea de esa forma con Lizzie, ella no se merece que la traten de esa forma... además de todo se enoja por cosas de las que ella no tiene la culpa!!!
    Besos gigantes!!!!
    XOXO

    ResponderEliminar
  2. Amo a Max... aun me recuerda a edward... amm estoy tan feliz por que luego de un largo dia de trabajo puedo relajarme leyendo esto.. que felicidad que las actualizaciones sean diarias.

    ResponderEliminar
  3. Ahhh ahhh max es un malo...le odio...ya las va a pagar siii..pobre lizzi..pero le demostrará quien va a terminar cambiando jejeje..sube maaaas

    ResponderEliminar
  4. Vaya creo que lizzie ya está agarrando valor

    ResponderEliminar
  5. Lo ame! Me encantó xD
    Quiero que sufra ese Máx jajajajaja
    Besos!

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

© Black Butterfly, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena