jueves, 30 de octubre de 2014

Un Ángel Negro - Capitulo 2


“Celos”

Dana cerró sus ojos y suspiró, aburrida de seguir en el entretecho del edificio donde trabajaba Ethan. Se sentía cansada de seguirlo para donde fuera, no llevaban una vida demasiado adrenalinita y aun se sorprendía que hubiese caído enamorada del entonces humano, que era aún más metódico y obseso con ciertos detalles para no tener que enfrentar a las almas perdidas.
Ahora iba del trabajo a entrenar para hacerse más fuerte para terminar el día bebiendo de alguien, de forma civilizada. Luego volvía a su departamento y se dormía como un niño bueno.
— ¿Es qué ni siquiera bebes de alguna secretaria? —se preguntaba ella, mirando por unas rejillas al vampiro, que estaba tan concentrado en el proyecto de publicidad que ni siquiera se había percatado que ella se encontraba ahí.

Los deseos de Dana por Ethan iban disminuyendo cada vez más, al no interactuar directamente con él, no le encontraba alguna magia al vampiro. Incluso, comenzaba a culpar a la Luz por haberla hecho Ángel Custodio de Ethan, quizás el amor que sintió por él, también era falso, una mala memoria inducida en su cabeza.
Sin embargo, aún no podía controlar su corazón cada vez que él levantaba la mirada hacia ella sin verla o cuando se imaginaba que Gabriel podría herirlo al dejarlo solo. Imaginarse al demonio acabando con aquel vampiro, era una pesadilla que rondaba su mente mientras dormía.
Además no podía decir que era tiempo muerto seguir a Ethan, ya que era la única posibilidad de atrapar a Gabriel, esos momentos le servían para distraerse al ordenar sus memorias. Aun le costaba mucho poder buscar hechos en su vida de Nephilim y de Ángel Custodio, era como si cada vez que pensara en el pasado, se hubiese sumergido en la vida de dos personas diferentes.
Actualmente ni siquiera sabía en lo que se había convertido, no tenía categoría ni bando, lo que en parte la alegraba ya que nunca tuvo como alternativa ser un Demonio, pero tampoco le gustaba ser un Ángel, aunque a su Dana pasaba le encantaba ser parte de la Luz.
No pudo evitar sonreír al recordar lo ingenua y tranquila que era en ese entonces, aunque haber escapado para ayudar a Ethan era sin duda un signo de rebeldía de su lado demoniaco.
Su lado demonio, por una parte lo extrañaba y por otra no. Sus dones seguían con ella y al parecer en la Ceremonia de la Luz, solo habían dejado que sus pecados desaparecieran porque sus poderes seguían donde debían estar.
Como fuera, aun se sentía una desconocida ante el espejo y sobre todo dentro de este cuerpo. Que era el suyo sin duda alguna, pero no le gustaba tener el peso de su pasado como Nephilim en sus hombros, era una carga molesta, de la cual no se arrepentía del todo. Aún seguía teniendo deseos oscuros y sed de sangre, pero ahora la diferencia residía en que opinaba que eliminar demonios o torturarlos por información, estaba mal. En el pasado no le habría importado, en el pasado habría seducido a Ethan por puro placer de jugar con él un rato.
El ángel negro se giró hacia la rendija de nuevo, para poder mirar a Ethan. Lucía tan joven, concentrado y pálido, aún mantenía sus ojos verdes y eso a ella le encantaba… aun, como también sus labios, los recuerdos que tenía con él eran sin duda alguna un tranquilizante para la ansiedad y frustración que vivía en su actualidad. Se perdía encantada en ellos por un par de minutos y luego se reprendía al notar que se había perdido horas en una ensoñación, que podía ser falsa o manipulada.
Suceso que no ocurría con Gabriel, al recordar todo el tiempo que estuvo con él y lo unidos que se volvieron, solo lograba estremecerla. Odiaba a ese ser por haberla engañado, por haber jugado con ella y por estar proclamando sus horribles acciones como actos de amor hacia ella, como si un demonio pudiera ser capaz de amar.
— ¿Ethan? —preguntó una voz conocida a través del teléfono.
Dana frunció el ceño y puso atención a la llamada.

Ethan tomó el teléfono de inmediato y contesto sin dejar de observar los bocetos que había preparado la noche anterior. Al otro lado de la línea estaba Mia Young.
— ¿Qué sucede Mía? —preguntó él, mirando a contra luz sus propios dibujos.
—Bueno, he encontrado información de Dana en el submundo, dicen que hace una semana la vieron en la ciudad.
Ethan dejo el boceto sobre el escritorio y se sumergió por completo en la conversación con quien en el pasado había sido su amiga. Aún estaba sorprendido de la verdadera identidad de los hermanos Young y mucho más de que el propietario real de la compañía de publicidad, fuera Adam. Sin embargo, eso no le quitaba ya el sueño y podía seguir haciendo su trabajo con normalidad al saber que tenía conocidos sobrenaturales en su trabajo. Ser un vampiro resultaba complejo al momento de buscar trabajo, no era un dato que pudieras poner en tu presentación.
—Dice que estaba siguiendo a un joven vampiro, que estuvo involucrado con Gabriel hace unos meses.
El vampiro se quedó de una pieza, sintiendo que debía controlar la fuerza con la cual sujetaba el teléfono, porque podía romperlo.
— ¿Me ha estado siguiendo? ¿Pero por qué?
Hubo un silencio al otro lado de la línea.
— ¿Por qué me estaría siguiendo si ni siquiera se ha comunicado conmigo? Se olvidó por completo de mí, deben estar equivocados.
—Ethan —dijo con voz cansada la rubia —Dana fue tu Ángel Custodio, hizo de todo por ti ¿Crees qué te dejaría tan libre sabiendo que Gabriel está suelto?
Él no pudo responder de inmediato porque se distrajo pensando en su Dana, en la dulce y tierna ángel que había caído para protegerlo, porque lo amaba incondicionalmente. Por ella era que  había dejado su mortalidad y por quien casi pierde su propia alma.
No conocía a la Dana de ahora y solo recordar el poder que tenía, tan grande como para deshacerse de Azazel, no era un buen indicador para sentirse muy esperanzado sobre ella. Aunque no podía evitar arruinar su día al pensar en lo bien que se llevaría una Dana oscura con un Gabriel demoniaco.
—Bien, estaré atento, muchas gracias por la información Mia. A todo esto, hoy iré a comer junto a Emma y Diego, si quieres acompañarme… sería de una gran ayuda, puedes comer por mí.
Mia bufó al otro lado de la línea, sabía que le estaba pidiendo ayuda otra vez.
—Está bien, a las siete pasaré por tu departamento.
Ambos cortaron, Ethan agradeciendo la gran ayuda por parte de Mia.

Los ojos miel de Dana se oscurecieron peligrosamente al saber que Ethan tendría una cita. Ni siquiera se preocupó por los dichos de Mia, ya que ocuparía ese hecho para deshacerse de un par de demonios que estaban hablando demás, no sentiría culpa por eliminarlos. Debía enviar un mensaje al resto del submundo.
Sin embargo, eso debía esperar. Un nuevo plan estaba rondando en su cabeza y eso involucraba un robo, cuidarse de Adam y secuestrar a Mia. Quizás podría aceptar por un día que deseaba comunicarse con Ethan, aunque se odiara por ello.
El ángel negro suspiró, frustrada por sentirse malvada y buena a la vez.
Comenzó a retirarse con cuidado del edificio y escapó de donde se encontraba sin ser escuchada, lo que era un gran logro para estar cerca de un vampiro. Cuando salió a la luz de la ciudad, varias personas la quedaron mirando.
Era fácil para los humanos caer encantados por la belleza de Dana, con sus ojos miel y cabello blanco como la nieve.
Dana necesitaba buscar el don que una vez Azazel le había dado, sabía muy bien donde se encontraba dicho liquido porque Adam lo había robado en el pasado, de la casa que perteneció alguna vez a Gabriel y a ella. Ahora solo quedaban cenizas y restos de un horrible incendio. Había sido testigo de ello cuando se encontraba entrenando para ser una Arcángel.
Observó sus brazos, que iban descubiertos, porque ahora no le causaban ni un poco de vergüenza. Ver las Marcas en su brazo izquierdo la hacía sonreír de orgullo porque había ascendido a Arcángel, cuando aún era parte de la Luz y por alguna razón eso la hacía sentirse satisfecha, ese había sido su lugar por un tiempo. Por otro lado, tenía su brazo derecho marcado por completo, incluso el inicio de sus falanges tenia círculos como parte de las Marcas, aquello aunque no fuera un pecado para ella, era el recordatorio de lo que había sido capaz de hacer por Ethan.
Llevaba una blusa blanca sin mangas, ni diseño, dejando descubierta parte de su espalda y brazos. Había aprendido a esconder sus alas, así que no se preocupada de ellas. Pero debía estar preparada por si debía expandirlas. No deseaba quedarse en parte desnuda al hacerlo.
— ¿Qué miras? —le preguntó a un hombre que le estaba sonriendo. Aunque por el tono de voz que usó, logró que la dejara tranquila y siguiera su camino.
Se dirigió sin apuro hasta el Lucifer que quedaba a varios kilómetros. Cuando llegó, buscó un lugar adecuado y rompió una de las ventanas. Entró a la oscuridad de aquel local, que se mantenía desolado al mediodía. Luego fue corriendo hacia la oficina de Adam y abrió la puerta sin mayores problemas. Finalmente miró sonriendo la puerta que daba a los tesoros de Adam y se acercó lo suficiente como para apoyarse contra esta y posar su mano en la cerradura.
A diferencia de Lilia, Dana tenía un método demasiado austero para abrir puertas con seguro.
Hacia derretir las cerraduras.
Su mano lentamente se fue volviendo roja, como si hubiese llamas de fuego bajo su piel y comenzó a derretir todo el hierro de la puerta, mientras sus ojos se volvían negros como el Nephilim Thomas. Ambos eran hijos de Lucifer y eran lo único que tenían en común.
Dana entró y tomó el elixir que siempre perteneció a ella, pero que Gabriel guardó y que Adam robó. Se lo bebió al segundo después de encontrarlo.
El ángel negro tomo un mechón de su cabello blanco como la nieve y observó como este se volvía castaño como lo tuvo al conocer a Ethan. Ella podía cambiar de forma completa o por partes, no obstante, aquel elixir en el pasado había tenido un fallo que se presentó al aceptar la Orden, su cabello había quedado oscuro y el blanco había desaparecido. Ahora estaba haciendo lo mismo, pero a voluntad.
Su don era igual al que tenía Gabriel, quien siempre lo había deseado por culpa de ella, pero a diferencia del vampiro, ella no necesitaba ni una sola gota de sangre de la otra persona. Técnicamente aquel don le fue entregado por Azazel, pero Dana tuvo el cuidado de guardar algo por si algo sucedía en el futuro. Los poderes que entregaba en el pasado el demonio Azazel eran únicos e ilimitados, pero ella siempre había sido precavida.
Ahora debía solo detener a Mia y hacerse pasar por ella.
Tan solo al tener ese pensamiento, Dana negó, no podía hacer aquello. No debía estar tan cerca de Ethan, él no era su prioridad. Su principal objetivo era asesinar a Gabriel.
—Tonta —se dijo a sí misma.
Se dirigió de nuevo hacia la oficina, pero se dio de inmediato cuenta que ya no se encontraba sola.
— ¿Qué haces aquí?
La luz de la gran habitación se prendió, dejando a un ángel Dominacion ante los ojos de Dana. Estaba apoyado en la puerta de madera y observaba con toda arrogancia y majestuosidad a quien alguna vez fue su pupila.
Dana notó que Eric llevaba su ropa habitual como ángel, su armadura y sus alas estaban expuestas. Su mirada verde era fría y dura, incluso se podían notar unas nuevas arrugas a los lados de sus ojos.
Y había cortado su cabello.
Lo llevaba más largo que un soldado, pero no alcanzaban a caer mechones, ni mucho menos era lo suficientemente largo para poder hacer una moña.
Verlo solo rompió su corazón, incluso su respiración se volvió pesada al recordar que Arial no estaba compartiendo el mundo en el cual ella vivía en la actualidad. Estaba muerta y odiaba recordarlo, cada día se obligaba a pensar que se había ido de vacaciones.
—Me han enviado hasta ti —respondió Eric, sin una expresión agradable en su rostro. Solo había sufrimiento en él —Dicen que no has escuchado ni siquiera a Lucifer y creen que me tomarás atención. Y yo hago lo que la Luz me ordena.
Los ojos de Dana comenzaron a picar por ver en que se había convertido Eric. Odiaba ser tan emocional, pero ella lo había conocido, tanto en el pasado como Nephilim y Ángel, siempre se había comportado de forma excelente con ella.
—Te queda más el cabello blanco —dijo él, cruzándose de brazos —dime ¿Qué estás tratando de hacer?
Dana lo quedo mirando unos segundos, recordando como siempre Eric la guio cuando era un Ángel Custodio, como trató de ayudarla cuando su memoria haba sido atrofiada la última vez. Gracias a él y Arial, ahora Ethan tenía su memoria de vuelta.
—Ethan no tiene quien lo proteja, debo cuidarlo, además me sirve de cebo para saber dónde está Gabriel.
—Gabriel esta en Francia, disfrutando de los paisajes que hay en ese lugar. Te puedo dar la dirección de su casa ahí, no te tomara mucho poder llegar hasta él y matarlo. Si es que puedes, lo que dudo bastante. Deberías ir ahora mismo.
Ella frunció el ceño, sin comprender a Eric.
—No me sirves si te mientes a ti misma —dijo el Dominacion, sin nada de simpatía o amabilidad —estás aun enamorada de Ethan y te quieres hacer la desentendida porque es más fácil. Aunque también está el problema de eliminar a Gabriel, tienes demasiadas dudas como para acabar tan rápido con él.
—Eso no es cierto.
—Claro que sí, lo que es normal, siendo que tu último novio, te traicionó ¿no?
Dana se dirigió enojada hasta la puerta y trató de empujar a Eric para salir de esa oficina, pero ni siquiera lo movió. En cambio, él la tomó de su brazo y sin ninguna ceremonia o preámbulo, puso su mano en la frente de ella y una luz inundó la mente de Dana.
—Me han enviado por esto —dijo él, mientras ella caía en la inconsciencia —tus armas estarán a tu lado, cuando despiertes preocúpate de protegerlas, con Celestiales. Sigues siendo un ángel Dana, uno muy poco habitual… pero seguirás siendo protegida por la Luz, y esta aun no quiere que te unas a Gabriel, así que si lo tocas, lo quemas. Cuida de Ethan.
Dana sintió como la suavidad del sofá la recibía y pudo ver, entre sueños, como Eric se iba sin despedirse, ni cerrar la puerta. Tampoco se giró a verla.
Por una extraña razón, solo sintió lastima por el sufrimiento que arrastraba aquel ser.
Para cuando sus ojos se volvieron a abrir, tenía dos personas observándola. Como un resorte se puso de pie, inmediatamente.
—Adam, Lilia —dijo ella, tensando su mordida.
Tanto el Caído como la Nephilim la miraban sonriendo. Ella se encontraba sentaba en la silla de cuero detrás del escritorio y Adam apoyado en aquella estructura de madera caoba, observando con cuidado, pero sonriendo a Dana.
—Bueno, sí que te ha tomado tiempo llegar hasta nosotros, al parecer querías algo ¿No? —Preguntó observando su puerta destruida —y ya sé lo que es.
—Ah me gustaba más tu cabello blanco ¿puedes volver a tenerlo así? —preguntó Lilia, con sus ojos violetas brillando.
Dana tragó saliva nerviosa, pero tratando de no demostrarlo. Ver a Lilia solo le recordaba que Arial estaba muerta.
Rendida, dejo que su cabello volviera a la normalidad, como un suspiro el marrón se volvió en blanco.
—Es increíble —susurró Lilia.
—No era mi intención encontrarme con ustedes, Eric me ha atacado y he perdido la conciencia.
— ¿Atacado? —Preguntó Adam, sorprendido — ¿viste a Eric?
—Bueno, en realidad no me atacó, pero al parecer, restableció la luz celestial que debía estar en mi —dijo mirando hacia un lado, nada contenta por estar conversando tan tranquila con quienes fueron sus amigos.
—Ya veo, la Luz está teniendo mucho cuidado contigo, no quieren que te hagas amiga de Lucifer —explicó Adam, cruzándose de brazos. Suspiró cansado — ¿Hay que estar atentos por ello? ¿Te has acercado a la Oscuridad en este tiempo?
—Yo no tengo bando, Adam —dijo ella, dejando que sus ojos cambiaran a negro. Le era muy fácil enojarse.
—Pero técnicamente eres parte de la Luz, un ángel negro, único en su especie —dijo Lilia.
—El comienzo de una nueva era —aclaró Adam —nosotros no aceptamos ser parte de la Luz, pero se nos concedió tener las regalías por haber estados involucrados con Ethan y contigo.
Dana sonrió de forma sarcástica.
—Es agradable saber que alguien salió ganando con todo esto.
Un silencio incomodo se estableció entre los tres, pero solo duró segundos.
—Sé que debes estar enojada con nosotros —dijo Lilia, poniéndose de pie para acercarse a Dana —pero créenos cuando decimos que esto lo hicimos por ti y por Ethan, si no fuera de esa forma habríamos dejado todo antes. Arial, quien hizo todo el trabajo, lo hizo por ustedes, ella había quedado fuera del trato.
Dana miró hacia otro lado, decida a salir de aquel lugar.
—Ha sido una agradable conversación, pero me debo ir —dijo, dirigiéndose hacia la puerta.
—Ethan está bien bajo nuestro cuidado, no es necesario que lo sigas cada día… a menos que quieras conversar con él, está preocupado por ti —dijo Adam, antes de que ella cerrara con fuerza la puerta.
Lilia y Adam se quedaron solos, mirándose, confundidos por aquella desconocida que alguna vez había sido Dana.
— ¿Tú la conociste siendo Nephilim, no? —preguntó Lilia, sintiéndose enojada — ¿era así de desagradable? Porque sin duda me agradaba la Dana ángel más que esta.
—Sí, la vi un par de veces y era bastante simpática… malvada, pero agradable.
—Bueno, esta parece ser fría como un tempano. No era así como me imaginaba el reencuentro.
Adam se giró hacia ella y sonrió, se acercó para besar a su Nephilim.
—Ponte en su lugar, debe estar realmente confundida, dos vidas unidas en una sola persona. Eso, personalmente me volvería loco.
Antes que ella pudiera contestar, él unió sus labios a ella.

“Quizás me vuelva loca” pensó Dana, alejándose por completo de la oficina de Adam, sintiéndose peor que al comienzo del día.
 Ella había conocido a Adam tanto siendo Nephilim, como ángel, al igual que a Eric. Le parecía extraño haber estado conversando con el Caído, décadas atrás, mientras Gabriel rodeaba su cintura. Los dos riendo de algo que le había ocurrido al Caído, jamás pensó que luego realmente se haría cercana a él, pero por razones muy diferentes.
—Estúpido Gabriel —susurró, saliendo del Lucifer.
Dana se dirigió con paso lento por las calles, más tranquila por llevar el cabello oscuro y no llamar la atención. Antes de dirigirse hasta su residencia, decidió pasar a darle una visita a cierto amigo que no había visto desde que volvió a ser ella. El último tiempo se había dedicado solo a cuidar a Ethan y buscar ciertos contactos que pudo tener Gabriel en las últimas semanas, para poder ubicarlo y matarlo. Su búsqueda había sido infructífera ya que solo podía dedicarle un pequeño espacio en su vida al demonio, cuidar a Ethan se había vuelto en una prioridad, pero ahora como se había enojado con él por haber invitado a cenar a Mia, se dio cuenta, de forma caprichosa, que quizás no era necesario cuidar las veinticuatro horas del día a quien una vez fue su humano.
—Estúpido Ethan, estúpidos todos —dijo malhumorada, estado de ánimo que se repetía con mayor frecuencia que los demás. Se estaba dejando llevar por la amargura de una forma que solo un demonio aceptaría. Y lo peor de todo es que ella se daba cuenta, lo que empeoraba aún más la situación.
Dana vivía en una constante tensión, no se podía relajar en ningún momento, ni siquiera cuando descansaba en su cama, ya que debía recorrer todo su departamento con sigilo para que nadie escuchara que de nuevo estaba habitado aquel lugar, era el único espacio donde podría dormir en Chicago, todas sus otras residencias quedaban en el extranjero.
Sin ningún problema llegó a la entrada del Mercado Negro y se sumergió en la ciudad subterránea, recorriendo sus pasillos y observando los tentadores objetos que hacían a cualquier demonio o ángel, desearlos. Cuando llegó a la puerta principal y oficina de Thomas Santderic, ni siquiera golpeó, entró, interrumpiendo una negociación con algún demonio inferior, que al parecer la reconoció, ya que detuvo la conversación que tenía con Thomas y se puso de pie para luego escapar de la oficina.
—Esas no son formas de entrar a un lugar, Dana —dijo Thomas, vestido de traje gris —estaba en medio de una negociación.
—Lo siento —dijo ella, sin sentir nada, solo dando una respuesta educada.
— ¿A qué has venido? ¿Ya te aburriste de cuidar a Ethan?
Ella ni siquiera se sorprendió por haber sido descubierta por él. Era alguien con poder, tanto social como demoniaco, por lo que si deseaba algo, lo obtenía. Ella sabía de él, había averiguado lo necesario y recordado su encuentro con él en el pasado, antes de venir con las Nephilim, jamás había tratado con quien era parte de su familia, directamente.
—Puede ser, quiero hacer un trato contigo, necesito más de este elixir —dijo Dana, convirtiéndose en Lilia, solo le tomo dos segundos.
Thomas se tensó, nada agradecido con la demostración de Dana.
—Quizás puedas convertirte en una perra ¿puedes? Inténtalo, esa imagen te quedaría mejor.
Dana rio y volvió a ser ella misma, sin ni una pizca de remordimiento por haber herido a Thomas.
—Solo estaba haciendo una demostración, hola Thomas —dijo ella, saludando y dirigiéndose hasta los cómodas sillas de cuero para los clientes del Nephilim, se sentó en uno de ellos, cruzando sus piernas y mirando detenidamente a Thomas, logrando ponerlo nervioso —¿Qué sucede? ¿tú también me tienes miedo?
—No eres un ángel esta vez, debo admitir que me agradabas más antes, creo que esa Dana me habría venido a agradecer al día siguiente por lo que hice por ella, no a los tres meses después ¿Qué has estado haciendo?
—Ya sabes mi reputación, matando demonios y ángeles a la vez, algo pequeño para entretenerme —mintió ella, ya que sabía muy bien que Thomas estaba enterado de sus movimientos.
—Dana —él suspiro, sin ganas de discutir o tener una conversación tan tensa —ahora que has matado a Azazel, me cuesta obtener ese tipo de “poderes” por lo que tendré que buscar, me debes dar tiempo ¿no es ese elixir atemporal? ¿Por qué quieres otro? ¿Se lo quieres dar a Ethan?
—Todo lo que hace… o bueno, hizo Azazel tiene algo de defectuoso, quiero una garantía, siempre tenía dos dones demoniacos por si uno dejaba de funcionar.
Los dones demoniacos, eran la fascinación de Dana en el pasado, cada poder o don que Azazel hacia ella lo obtenía, solo regalándole una noche única al demonio. Los tenía todos guardados en pequeños frascos de colores, pero cada uno de ellos fue destruido en el pasado, luego de recibir la Orden.
—Haré lo que este en mis manos, Dana ¿necesitas algo más?
Ella entrecerró sus ojos, jamás le había gustado que la trataran como si no valiera nada. Eso debido a que en el pasado usó el miedo que provocaba para que cada persona se dirigiera a ella con cierto respeto… o más bien, temor.
—Sí, ha rondado por mi mente cierta pregunta, una duda existencial —dijo ella sonriendo.
Thomas notó que la sonrisa de Dana era muy diferente a la que había visto meses atrás, esta vez era parecida a las sonrisas de Lucifer. Un escalofrió le recorrió la espalda, debía recordarse que estaba tratando con alguien peligroso.
— ¿Por qué te ayudé? ¿Es eso? —preguntó él, mirando los ojos dorados de ella, iguales a los de él.
— ¿Qué quieres de mí? Por lo que tengo entendido, siempre buscas ganar algo en los actos que realizas.
Thomas se quedó en silencio unos segundos, tratando de buscar alguna buena excusa para su forma de actuar, pero no la encontró, además no había necesidad de mentir, ya había perdido la amistad de Lilia y fuera de eso, no había nadie más con quien hubiese forjado alguna conexión.
—Sabes lo que significa ser Nephilim, sobrevivir es difícil y estás solo, a menos que seas como Lilia o Arial. Ellas tuvieron suerte, pero para el resto de nosotros no fue así.
Dana no fue capaz de responder, ella tampoco conocía la vida habitual de los Nephilim, ella había crecido en una familia que había abandonado para conocer el mundo humano.
— ¿Dónde creciste, Thomas? —preguntó ella, realmente deseando saber la verdad.
—En una de las puertas del Infierno, no es un buen lugar para crecer. Estuve cerca de la muerte muchas veces, no muchos demonios estaban interesados en alimentar a un Nephilim bebé.
— ¿Creciste cerca de Lucifer? ¿Acaso él…?
—No, no vi a Lucifer hasta que tuve unos dieciséis años. Tampoco alcance a conocer a muchos de nuestros hermanos, debes saber cuan promiscuo es nuestro padre, pero sus crías siempre terminaban por entregarse a la Oscuridad, se volvían demonios demasiado rápido, no me interesaba conocerlos.
Dana comprendió de inmediato los motivos de Thomas.
—Tú crees que soy tu única familia —respondió ella asombrada, ya que jamás había pensado en algo como ello. Siempre había estado sola después de abandonar el Bosque de los Demonios para recorrer las calles de la humanidad — ¿por eso me ayudaste?
Él no respondió, solo la quedo mirando por largos segundos. Logró que Dana tuviera cierta compasión por Thomas, se sorprendió al darse cuenta que le agradaba la idea de tener un hermano, pero no confiaba ni un solo segundo en Thomas, era sangre de su sangre, ambos hijos de Lucifer. Su origen los atormentaría por el resto de sus días, eso era lo que siempre había pensado ella.
—Ellos estaban jugando contigo, de una forma cruel. No estamos destinados a tener vidas felices, Dana ¿Por qué hacer esta existencia aún más un calvario? Tanto la Oscuridad como la Luz te manipularon, solo acepté estar en esto porque quería que eligieras por tu cuenta.
—Pero te uniste a Lucifer —dijo ella de inmediato, sin creer las palabras de Thomas, aunque no notaba que estuviera mintiendo, sus ojos miel como los de ella brillaban.
—No gano nada contigo, ni con Lucifer, incluso perdí la amistad de Lilia, ni siquiera me ha llamado, ya ni le importa en qué puedo estar involucrado. Supongo que está muy feliz con Adam.
—Por lo que vi hoy, si, se veían muy unidos.
—Mientras ella sea feliz y ese asqueroso Ángel Caído no le haga daño, no me importa.
Dana se puso de pie, deseaba irse de ahí porque la conversación con Thomas se estaba volviendo un tanto extraña.
Él siguió sentado, mirándola, inalterable.
—Que tengas un buen día, Dana —dijo a modo de despedida, concentrándose en algún Contrato de Sangre que tenía bajo sus manos.
Ella se quedó mirándolo, se veía tan concentrado, al mando de un imperio único como el Mercado Negro. Era un Nephilim que se había criado en el mismo Infierno y había creado sus propios caminos, sin haberse entregado a la Oscuridad. Eso debía tener algo de valor, además de demostrar cuanto coraje tenia.
—Gracias por traerme de vuelta, aunque tenga un caos en mi cabeza.
Él solo asintió y siguió concentrado en sus temas, aunque Dana pudo escuchar como el corazón del Nephilim latía con mayor fuerza.


Eran las siete de la tarde y Dana había estado en su departamento luego de la visita a Thomas, aun enojada con Ethan, aunque aún no descubría el motivo. No deseaba caer en un juego como ese, pero también deseaba ver a Emma y Diego, los había extraño de cierta forma, aunque también eran una excusa para poder estar cerca de Ethan. Estaba enfadada consigo misma por comportarse de forma tan infantil, ni siquiera siendo ángel había sido de esta forma, en el pasado siempre había buscado el bien de Ethan, si se acercaba, era para que él se encontrara a salvo, ahora solo era por motivos egoísta.
Además deseaba saber si Ethan estaba detrás de Mia.
Estaba celosa, malhumorada y ya había noqueado a Mia Young en su departamento, había tocado descaradamente el timbre y espero a que ella le abriera, solo fue un golpe certero. Mia no alcanzó a decir nada, cayó en sus brazos y la fue a dejar a su habitación, amarrándola. Todo lo había hecho, luciendo como Gabriel. Le agradaba la idea de empeorar la fama del demonio.
Dana toco el timbre y Ethan apareció ante sus ojos.
—Mia, has llegado tarde —dijo él, sonriendo.
El ángel negro se quedó de una pieza por unos segundos, su corazón comenzó a latir tan fuerte que se sintió estúpida. Jamás pensó que tendría esta reacción al notar que los ojos de Ethan ponía su atención ella, aunque no realmente en ella.
—Te ves guapa.
Dana observó a Ethan, tan solo llevaba un suéter gris de hilo y unos janes oscuros. No pudo evitar sonreír al notar que él estaba muy guapo, tenía deseos de tocar su pecho y colarse bajo su suéter, pero luego recordó que ahora no había latidos que escuchar en Ethan. Además del hecho que no debía tener ese tipo de deseos con él, solo estaba cerca para saber qué tipo de relación tenia ahora con Mia y para protegerlo de Gabriel, nada más.
— ¿Con quién es la cena? ¿Me dijiste que era algo casual?
Ella se había preparado, quería jugar con Ethan para saber si él caía con facilidad ante otras mujeres. Quería asegurarse si él estaba cayendo en actitudes pasadas, es por ello que se había preparado para aquella noche. Llevaba un vestido de noche, corto, blanco, era simple pero realzaba las pocas curvas de Mia Young. Lucia estilizada y guapa, pareciendo una modelo de pasarela aunque fuera pequeña.
—Bueno, no hagamos esperar a tus amigos —dijo Dana, sonriendo mientras la rabia se iba acumulando en su ser, ya que Ethan le estaba sonriendo, de forma coqueta.
—Por supuesto, por favor —dijo galante, ofreciéndole su brazo a Dana para que lo tomara —vamos. Prometo que será una noche muy agradable.
Para Dana fue un alivio saber que podía tocarlo sin quemarlo, él seguía teniendo su alma y sobre todo, no era un demonio, era un espía entre la Oscuridad.
—Todo estará bien si no me muerdes, vampiro.
—Lo tendré en consideración.

Ethan sonrió observando de soslayo a Mia Young.
“No me pueden engañarme dos veces, menos tú, Dana”

Gracias por leer 

16 Lectores:

  1. Hola el capitulo estuvo muy bueno me encanto gracias dani XDD
    Pd: espero el otro capitulo con ansias.....

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    1. aaah muchas gracias por leer, espero subir el miercoles jueves, por ahi :D gracias por leer

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  2. *------* me encantó el final! Dana toda celosita x3 aw! y nanai nuestro Eric :c aun se me rompe el corazon por lo de Arial u_u es tan injusto qe esten asi :c

    Espero pronto otro capi :D gracias dani <3

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    1. aaah preparate que dana es ultra mega celosa, pero esta siendo muy testaruda al querer alejarse o dejar pronto a Ethan (no es para menos :/) aaah Eric, esta muy frio u.u su corazon se quedo con Arial, congelandose con la nieve u.u
      ¡Gracias por leer! :) y comentar!

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  3. oooooohhhhh!!!!!!!!! pero q vivo este ethan ya no es el mismo bobo de antes jajaja me encanto al cap dani. sobre todo porque aparecio ERIC <3 verdaderamente lo amo, has algo para q vuelva Arial no es lo mismo sin ella. Espero el proximo,besos dani

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    1. aaah arial u.u ya no se puede hacer nada cuando han pasado a otro mundo u.u
      Ethan, ya le toco pasar por harto, asi que ya no es el mismo ignorante del submundo jejeje
      gracias por leer y comentar!! :)

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  4. Me gusto el cap una manera de saber que ha estado haciendo Dana por lo que veo es que Dana estar en una constante lucha entre el bien y el mal .. creo que Dana esta subestimando a Ethan o es tanto su celo que no se dio cuenta que Ethan la podria descubir u otra opcion es que dijo algo que Mia no habria dicho asi que a esperara que nos dices en el sig cap.. Dana asi como tendra su momento con ethan creo que lo debe tener con Gabriel es justo en mi opinion .. y creo que Thomas aunque ninguno lo acepte son familia y estan solos y creo que Thomas aprecia a Dana por eso la trajo de vuelta .. nos leesmo en el sig cap que ancio de ganas de leer

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    1. Aah DAna y ethan tendran que estar varios momentos juntos para superar todo el drama que hubo entre ambos :s
      gracias por leer ;)

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  5. Awww Ethan esto se te pone interesante!!
    Ya no me lo vuelven a engañar jaja
    Hola Mariposa.
    Uff esta Dana como que me gusta pero a la vez como que no. Me gusta que ya no sea tan inocente, pero a la vez me choca que sea tan fría, supongo que es su manera de protegerse, ya veremos como se va comportando.
    Ahhh me mataste con mi Eric, amor de mi vida y mi corazón. Me re parte verlo tan triste, sin su pelirroja es una cosa triste de ver. No sé, tengo la esperanza que de alguna manera ellos vuelvan a estar juntos. Tengo una idea de como Dana los podría ayudar pero no lo voy a decir porque con lo mala que eres, capaz y los dejas separados forever!!
    Ñum ese Thomas no es tan malo como uno podría pensar, espero que si forme un vinculo con ella y se unan. También quiero y no quiero leer como les va a estos 2 en la cena. Me estresan este tipo de situaciones jaja
    Muchas gracias por el capitulo Dani.
    Un beso y nos seguimos leyendo!!!

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    1. pobre Dana se ha vuelto en un tempano de hielo, pero sera asi incluso con Ethan? 1313 jejeje ya veremos.
      gracias por leer ;)

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  6. Aaaaahhhhhhahahahaaahahhhhhhh
    Genial genial la reconoció regusto
    Me pregunto intentará seducirla
    Me facino k le dierra sus armas
    Pobre Thomas necesitas familia cosas

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    1. Ethan ya no puede ser engañado tan facilmente :3
      gracias por leer! :)

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  7. Queee bien que la reconociooo!!!! Muy buen capi, espero q la noche sea bastante interesante! Gracias por escribir Dani, espero el prox cap

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    1. aaah Ethan y Dana ;) por fin un encuentro luego de largos meses separados :s
      gracias por leer ;)

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  8. Uhhhhhh q va si a este niño ya no lo pueden engañar amo a mis tortolos en serio q me gusta mucho como dana cuida a su hombre y bueno q puedo decir me da pena Erick al parecer esta mas cansado y me imagino q extrañando a su chica como estara ariel me hacen falta .

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    1. aaah ethan y dana, ella mas fria que él, pero veremos si puede luchar contra lo que siente jejeje.
      Eric u.u pobrecillo.
      gracias por leer lulu!

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