(foto fome ¬¬)
Capítulo 14
Salí rápidamente
de ese lugar, avancé varios pasos lejos de la fila de chicos que quería entrar
a ese club. Solo deseaba desaparecer, hacerme pequeña y explotar en una burbuja
para no tener más problemas de este tipo otra vez.
— ¡Victoria!
–escuchar su voz a unos metros de mi solo hizo que mi enojo aumentara. Odiaba
que solo pudiera ser idiota conmigo ¿Cómo había sido posible que no le dijera
nada a Lina? — ¡no puedes beber de un humano así! ¡Alguien te pudo ver!
Levanté la
vista, solo para observar y buscar alguna estrella que me distrajera, pero en
esta maldita ciudad las luces opacaban todo el cielo. Necesitaba salir de aquí
¿es qué acaso no existía un lugar para estar en paz?
—Victoria… —sentí
como su mano se estaba acercando hacia mí, pero su posible contacto me hizo
reaccionar de una forma que jamás pensé posible.
Me giré hacia
él sin siquiera pensarlo, dirigiendo mi mano sin control hacia su rostro. Fue
como liberarme de toda la tensión que él me estaba causando en este último
tiempo. Abofeteé de un solo golpe su rostro, haciendo que girara a su
izquierda.
Nunca había
golpeado a alguien en un contexto como este, menos a mí Alex. Pude sentir como
mi corazón se partió en mil pedazos.
—No me toques,
no cuando has permitido que me humillen. No tienes derecho a tocarme.
Alexander no se
movió por varios segundos. Su mirada estaba fija en el suelo, aun con su cabeza
hacia su izquierda. Sin embargo no me moví, quería que me enfrentara, que fuera
capaz de inventar alguna excusa, pero no dijo palabra alguna y el silencio fue
peor a que me hubiera devuelto el golpe.
Mis ojos ardían
en busca de lágrimas que calmaran el dolor que estaba sintiendo, pero nada…
simplemente no había forma de expresar tal tristeza en los de nuestra especie.
Alex despertó
de donde estuviera y giró lentamente su rostro hacia mí. Sus ojos estaban
oscuros como nunca antes los había visto, casi me daba la sensación de que su
cornea no era blanca, sino más bien oscura. Por un segundo, sus años en esta
tierra se vieron reflejados en sus ojos.
—Llévate el
auto –su voz sonó tan profunda que casi volví a sentir escalofríos.
Sin más se giró,
dándome la espalda y caminando hacia el interior del club. Recién en ese
segundo me di cuenta de lo que había hecho. Varios vampiros nos miraban desde
la salida del edificio mientras que el guardia no podía evitar tener la boca
abierta mientras sus ojos seguían a Alexander en todo momento.
No me llevé el
auto, solo les di la espalda a todas esas personas y me alejé caminando hasta
desaparecer de sus vistas para después correr a toda velocidad. Sin temer que
ningún ojo humano me viera me perdí entre las oscuras calles, sin pensar hacia
donde me estaba dirigiendo.
No sé por cuánto
tiempo corrí. Lo único que tenía en mi mente era el rostro de Alex, observándome
con esos ojos negros como si estuviera roto, como si la bofetada que le di
hubiera llegado hasta su alma. Creo que mi mano aun ardía por lo que había
hecho.
Intuí después,
con el correr de las horas, que ni siquiera me estaba dando cuenta de lo que hacía,
pero mi subconsciente lo tenía muy claro. No me detuve durante todo ese tiempo
hasta que me vi concentrada mirando la que era mi antigua casa. La cual había
compartido con mis padres.
Todo seguía
igual a como lo había dejado, quizás el jardín esta vez tenia flores y estaba
más cuidado, además parecía que la pintura estaba también retocada. La casa se
veía bien entre sus dos vecinas que carecían de color.
Me habría
gustado tener algo de control, pero mi cuerpo y desesperación unidos, no eran
una buena combinación. Es por eso que avance hasta la puerta en un segundo,
siendo cubierta solo por la oscuridad de la noche. Creo que esta era la primera
vez que me sentía como un vampiro, como un monstruo… mis padres no eran como
yo. Ya no. Me había convertido en mito, una fantasía, algo que supuestamente no
debía existir y solo por amar a alguien que parecía no hacerlo de la misma
forma.
Toqué con
extremo cuidado el pomo de la puerta, rozándolo con mis dedos para finalmente
romperlo entre mi mano. Abrí lentamente mientras una gran brisa se levantaba
hasta el punto de desordenar aun más mi cabello.
Cerré mis ojos
al sentir el aroma tan conocido que había dejado atrás. Sin dudar entré hasta
la sala, cerrando la puerta y dejando que la tranquilidad de esta casa me
abordara de tal forma que mi desesperación fue disminuyendo lentamente. La
tensión de mis músculos desaparecieron cuando me senté en uno de los sofás,
rodeada de oscuridad, dejando que los pequeños sonidos que antes pudieron
asustarme al estar hasta altas horas de la noche, ahora solo fueran un recuerdo
de mi antigua vida.
Apoyé mi cabeza
en el respaldo del sofá mientras acariciaba la tela. Recorriendo cada
centímetro, como si fuera algún tipo de terapia. Estuve de esa forma por varios
minutos hasta que quise más.
Caminé
sigilosamente entre los muebles, recordando cada detalle que había olvidado,
hasta que llegué a mi antigua habitación. Al abrir la puerta, no pude evitar
sentir que mi pecho se oprimía al ver que no quedaba nada de ella, estaba todo
decorado para recibir al bebe que pronto llegaría, creo que quedaba un mes para
que mamá tuviera su bebé. De todas formas sonreí, reacción que me sorprendió,
pero me agradó. La habitación estaba pintada de un blanco invierno, pero tenía
muchas pinturas en las paredes, creo que habían usado estos autoadhesivos
gigantes que decoran las paredes. La cuna era bastante grande y el armario era
el mismo que yo había usado. Me acerqué a este solo para ver si tenía algo de
mi ropa, para mi sorpresa aun quedaba algo, así que saque una camiseta limpia,
negra y ancha sin ningún estampado. Que pésimo gusto tenía en ese entonces.
Salí de la
habitación y me quedé de pie al frente de la puerta que me dejaba ver a mis
padres. Como la vez cuando Alexander me sacó de casa para llevarme a la
mansión, abrí la puerta para observar como mis padres dormían bajo la luz de la
luna que se colaba por las ventanas. Avancé hasta ellos como si de un fantasma se tratara, no me escucharían
ni en un millón de siglos.
Para mi
sorpresa, no lucían tan mayores como pensé que mi partida los dejaría, supongo
que el bebé les había cambiado la vida. Era reconfortante saber que por lo
menos ellos seguían con su día a día. Me estaba comportando de forma egoísta,
pero aun así me alegraba que ellos estuvieran bien.
Mi atención se
dirigió a la gran panza que mi madre cubría bajo el cobertor, estaba de lado y
su cabello caía sobre su rostro mientras parecía dormir tranquilamente, pero al
segundo de estar pensando en ella, su expresión se volvió algo diferente. Parecía
que tenía un mal sueño o algo por el estilo.
—No… —susurró,
dándome el susto de mi vida. De un salto estaba en la puerta –no te la
lleves ¡Victoria! –mi madre aun dormida
se removió sobre la cama hasta que se sentó, provocando que mi padre despertara
y prendiera la luz de su mesa de noche para poder socorrer a mi madre.
—Tranquila,
cariño, tranquila… —dijo él, rodeándola con sus brazos y haciendo que se
recostara de nuevo. Pareciera que era un proceso que se repetía con frecuencia.
Ella asintiendo
y sollozando se volvió a recostar. Mi padre apagó la luz y la cubrió con sus
brazos, para que ella volviera a conciliar el sueño. Nunca en mi vida los había
visto así de unidos y dependientes del otro.
Sonreí, sabía
que debían estar pasándolo mal a veces, pero me alegraba que ellos pudieran
tenerse uno al otro para apoyarse cuando lo necesitaran.
Fue ahí que me
di cuenta que nunca podría tener esto con Alex. Era simplemente imposible, por
lo visto él había tenido razón todo este tiempo.
Salí de casa,
teniendo el mismo cuidado y lamentando haber roto el pomo de la puerta. Cuando
ya estuve a varias cuadras lejos de mi antigua casa, prendí mi celular. No había
necesidad de decir las infinitas llamadas perdidas que tenia.
De inmediato
una nueva llamada comenzó a sonar. Era Alex. Lo más probable es que estuviera
histérico y que lo mejor que podría hacer era contestarle, pero simplemente no quería
escuchar su voz en este segundo. No podía.
Apagué el
celular y me eché a correr para volver a casa.
Pronto serian
las cinco de la mañana cuando cruce la puerta. No me sorprendió ver a Alex
caminando de un lado a otro, solo lo miré sin ganas de escuchar algún
espectáculo sobre esto. Sin embargo, él, quien aun vestía igual que hace horas
atrás, me quedó mirando desde el centro de la sala con el celular en su mano.
—Volviste
–susurró casi sorprendido de que así fuera.
— ¿Pensaste que
te había abandonado? –Él no respondió, lo que me hizo sonreír –siento
decepcionarlos a todos. No me he ido, sigo siendo quien rompe el record en soportarte.
Sin ganas de
seguir discutiendo, me dirigí hacia la escalera. Para mi sorpresa Alexander
hizo lo mismo, me siguió en silencio. Sin embargo, no se calló, eso era
imposible.
Para cuando llegamos
a la habitación y busqué mi pijama porque me sentía agotada por dos simples
razones: hoy había tomado mucho sol y además la discusión con Alex me había
acabado, siempre era lo mismo. Yo era la que menos resistía nuestras peleas.
— ¿Con quién
estabas? –caminé hasta el baño, pero Alex tomó ahora mi brazo con brusquedad.
Creo que estaba despertando de la ensoñación que le provocó verme de vuelta
–responde.
—Estaba con mis
padres ¿quieres preguntar algo más? Mi brazo no es una palanca que puedes
presionar para que te responda –me soltó al instante.
—Victoria, no
vuelvas a repetir nada de lo que has hecho esta noche porque…
— ¿Porqué? ¿Qué
me harás? –Dije interrumpiéndolo –quien debería estar diciendo esas palabras
soy yo. No te voy a explicar hasta que nivel hoy me has humillado, tú y tu
amiga Lina, que creo que es algo más para ti.
—No digas
tonterías –fruncí el ceño –además no creo que eso sea del todo cierto, no fui
yo quien abofeteó al otro al frente de otros vampiros.
—Por lo menos
hice algo, no me quede callada mientras era menoscabada.
— ¡Victoria!
Eso no es cierto… —lo miré sorprendida, pero no levanté mi tono de voz.
—Estoy cansada,
no quiero hablar contigo y te recomiendo que duermas en otro lugar porque a mi
lado no eres bienvenido esta noche.
Fui hasta el
baño, dejándolo solo y me cambié con rapidez de ropa, mis parpados se estaban
cerrando solos. Lo único que deseaba era dormir.
Cuando salí del
baño, una parte de mi no se sorprendió cuando vio a Alexander recostado en la
cama, pero creo que él si se sorprendió cuando yo me acerqué a la cama, tomé la
almohada y comencé a alejarme de él.
—Victoria –dijo
con un tono de voz que me habría detenido antes.
—No voy a
dormir contigo hasta que me sea tolerable ver tu rostro. Quiero que sepas cuan
grave ha sido tu error. Esta vez no es una más de nuestras discusiones, esta
vez has roto mi corazón al preferir a otra persona antes que a mí.
Creo que no se
esperaba esas palabras de mi parte porque no me siguió cuando salí de la
habitación para terminar durmiendo en el sofá. Idiota, por lo menos pudo
cederme la cama por tener la cabeza llena de basura.
Para mi
sorpresa no me costó mucho quedarme dormida, estaba cansada y además había
tenido demasiadas emociones en un día, aparte del hecho de que Alex había
acabado conmigo. Prácticamente era una muñeca de trapo que necesitaba cerrar
sus ojos para pensar que en los sueños iba a encontrar mi realidad.
Al momento de
abrir mis ojos, aun estaba el sol recién saliendo. Fruncí el ceño molesta al
darme cuenta que no había pasado mucho tiempo desde que dormí. Aunque todo pasó
a segundo plano cuando me giré y pude ver a Alex, correctamente vestido de
negro para ir a trabajar. Volví a girarme para darle la espalda, su estúpida y
profunda mirada me despertaron.
En ese segundo
recordé esa mirada oscura de la noche anterior, unos ojos que jamás había visto
y que esperaba no ver nunca más. Me habían asustado y preocupado de
sobremanera.
— ¿Qué quieres?
Déjame dormir.
—Quería saber
si hoy iras a tus clases.
—No, dile a Aníbal
que retiré el ensayo que hay en tu escritorio, hoy dormiré, estoy cansada –dije
acomodando mi almohada que estaba cayendo del sofá. No lo miré, solo le di la
espalda en todo momento.
—Victoria, mírame.
—No, déjame en
paz ¿es qué no puedes entenderlo? Vete a trabajar o a hacer lo que quieras con
Lina.
— ¿Me estás
dando autorización para hacer lo que quiera con ella? –presioné mis manos en la
almohada, controlándome para no romperla y quedar como una idiota. No le respondí
–voy a tomar tu silencio como una aprobación.
Fue al límite
otra vez. Yo no estaba bromeando. Me puse de pie y lo miré, sin soltar mi
almohada.
—No sé qué
estás pensando en este momento, ni sé qué esperas de mí, pero yo si espero que
me trates con algo de respeto y si eso quiere decir que me dejes tranquila
cuando no quiero estar cerca de ti, lo harás.
Me dirigí hacia
la escalera, pero antes de que pudiera subir el primer escalón, Alex me tomó de
los hombros, haciéndome girar y provocando que terminara contra la pared
mientras él me tenía fuertemente agarrada.
—Ya basta, ya
basta… haremos como si nada hubiera pasado ayer ¿sí? tanto lo que tú hiciste
como lo que yo no hice –por lo menos se daba cuenta que haber callado había
sido una pésima opción.
Dejé mi mano
sobre su mejilla, donde lo había golpeado ayer. Me sentía tan mal por ello y
ahora era peor al haber descansado un poco y al sentir que mi cabeza se había
enfriado.
—No debí
abofetearte –pasé mi pulgar por su piel –lo siento.
—Entonces hemos
quedado bien ¿no? –sonreí sin poder evitarlo. Lo miré directo a sus ojos.
—Tienes tantos
años, has tenido tantas parejas ¿Cómo no comprendes que me has herido y sigo
enojada contigo? –él me miró confundido –si me disculpo es porque admito que
hice mal, sobre todo con la persona que amo, pero eso no quita que hayas sido
capaz de herirme, de la única forma que pensé imposible. Siempre tuve en mi
mente que estarías apoyándome, me lo dijiste cuando recién comenzamos con esto
y yo te creí. Estoy perdiendo la confianza en ti y eso nunca es bueno, menos en
nuestra relación, donde la única que entrega plena confianza soy yo.
—Yo lo siento,
mucho, no volverá a pasar –dijo mirándome afligido.
—Eso no es
cierto, sobre todo cuando estoy sintiendo que tengo la milésima parte de lo que
realmente fue Alexander Lenardis, pedazo aun más pequeño de lo que tuvo Lina en
algún momento, aunque lo niegues. Tu palabra ya no es lo mismo para mí.
—Haré que se
vaya, si es ella quien te molesta, yo haré todo lo posible para que Lina se
vaya de aquí, muy lejos de nosotros –sabía muy bien que mi expresión debía ser
de póker.
—Alexander
¿Cómo no ves lo que sucede aquí? aunque hubieran miles de tus ex rodeándote, yo
no debería dudar de lo que podría suceder contigo… has roto mi confianza hacia
ti. Ahora es mejor que te vayas a trabajar, quiero descansar, no he dormido lo
suficiente. Por favor, dile a Aníbal que pase por el…
Mi cabeza chocó
suavemente con la pared cuando Alex me empujó hacia atrás con sus labios. Su
boca se unió a la mía sin previo aviso.
No pude evitar
que mis brazos rodearan su cuello, podría estar enojada, furiosa y herida con
él, pero me era irresistible, cada célula de mi cuerpo respondía a su cercanía.
Mis labios se movían lentamente en comparación al beso desesperado de Alex, aun
así él se fue calmando hasta que se adecuó a mi ritmo.
Sus manos en mi
cadera solo hicieron que olvidara por un par de segundos todo lo sucedido, como
si todo fuera bien. Pero la realidad no era así.
Apoyé mi frente
junto a la suya y lo empujé con suavidad, sintiéndome peor que antes. ¿Por qué
no podía ser feliz con él?
—Vittoria
–negué a como me llamó. Siempre me nombraba de esa forma cuando estábamos
teniendo un momento íntimo o cuando me quería persuadir.
—Vete de aquí
Alex, sal –ni siquiera tuve que mirarlo para saber que estaba confundido.
—Pero si me
acabas de besar ¿sigues enojada? –esta vez sí levanté la mirada para
observarlo.
— ¿Crees qué
solo por besarte se acabara todo? Claro que me gusta besarte, te amo y eres mi
esposo ¿pero crees qué por eso ahora ya no estoy enojada? Pareciera que no me
conocieras ¡suéltame! –dije ahora furiosa. Lo empujé con más fuerza para que
sus manos no me tocaran.
—Victoria, ya
basta… estas exagerando todo ¿qué más quiere que haga?
—No lo sé, pero
no te quiero ver ahora.
— ¡Muy bien! –Dio
un paso hacia atrás –se te quitara en un momento, ya te di las alternativas
para que no sigas enojada, pero no me has escuchado –me miraba enojado –esto ya
está fuera de mis manos, cuando dejes de estar enojada vuelve conmigo.
Sin más se fue
hacia la puerta, tomando sus llaves y cerrándola con fuerza, tanta que temí que
la rompiera.
Subí hasta el
segundo piso, donde me sumergí en la cama, cansada y pensando en lo idiota que podía
ser mi esposo. Para mi sorpresa me dormí, agotada por haber descansado poco durante
la noche y por haber discutido con Alex. No supe realmente lo que sucedió después
de cerrar mis ojos.
Todo el día y
noche estuve acostada, no fui molestada por Alexander que llegó muy de
madrugada. Solo se recostó a mi lado y se durmió como si no estuviera a su
lado, realmente deje pasar eso, no me sentía con energías como para poder
hablarle, solo quería estar durmiendo. Aun así cuando amaneció y cuando Alex se
retiró a su trabajo, decidí que no iba a pasar otro día acostada, ya que me había
recuperado de ese agotamiento. No tuve problemas para estar arreglada en un
segundo e ir a la Universidad.
Los días
comenzaron a pasar de esa forma, nuestro viaje a Londres se había aplazado
hasta dos días más, información que me entregó Aníbal, ya que con Alexander no
nos hablábamos. No podía negar que me dolía toda esta situación, que estaba
flaqueando y quería olvidar todo para seguir como antes, pero solo me bastaba
con recordar a Lina para que me mantuviera firme.
Actualmente
estábamos a viernes y en la madrugada partiríamos a Londres. De esa forma
descansaríamos de día para investigar de noche… bueno, ellos.
— ¿Aun no se
hablan? –dijo Aníbal, quien estaba enterado de toda la situación. Tenía que
hablar con alguien y Ezequiel solo estaba con Alex.
—No –miré hacia
afuera, ya estábamos de regreso a casa después de un largo día de clases. El
cual habíamos pasado junto a Cristóbal, que me ayudaba a distraerme, ese chico
era demasiado curioso y quería saber todo de nuestra vida. No me molesté en
ocultarle nada sobre los temas generales que preguntaba, a mi me habría gustado
que me instruyeran antes de llegar a este mundo –y no sé si soporte otro día así.
— ¿Y si lo vas
a ver? Quizás se sorprenda tanto y este tan contento que todo quede en el
olvido –quedé pensando en lo que decía –podrían hablar, ya que quedarse todo el
día en silencio, no ayuda en nada.
—En eso tienes
razón, no podemos pasar la eternidad de esta forma.
— ¿Se ha metido
en tu mente?
—No –dije con
cierta preocupación. Alex estaba cumpliendo en no espiar en mi cabeza, lo que
era un tanto sospechoso –es extraño, él simplemente llega y es como si yo no
existiera, me ignora por completo.
—Es muy
orgulloso, eso todo los sabemos –fruncí el ceño. Era cierto que Alex era
orgulloso, pero en cierto punto él dejaba de lado eso conmigo.
No pude evitar
traer a mi memoria aquel día cuando estábamos en la casa de la playa, cuando me
pedía que nunca lo dejara.
—Quizás sería
buena idea ir a verlo, regresaríamos juntos y podríamos conversar, tratar de
arreglar esta situación ¡Soy tan blanda con él! Estaba tan enojada pero ya
hasta encuentro que estoy exagerando un poco. Lo extraño –dije preocupada.
— ¿Te llevo
entonces a sus oficinas?
— ¿Oficinas?
–en ese momento me di cuenta que no sabía realmente donde trabajaba Alexander.
—Sí, es todo un
edificio… bueno, más de uno, siempre está rotando porque no tiene todos sus
negocios en una sola parte, cada equipo es diferente.
— ¿Y sabes dónde
está?
—Claro, es
viernes, está en el centro de la ciudad –lo pensé unos segundos.
—Creo que no
tengo otra alternativa.
Aníbal dio
vuelta en la primera oportunidad y nos dirigimos hacia el trabajo de Alex
mientras conversábamos de esta situación.
—Aun así no
encuentro que hayas estado fuera de lugar –aclaró él –lo que hizo Lina es una
falta de respeto gigantesca, me hubiera gustado que la Sra. Elizabeth estuviera
ahí, ella le habría dado una abofeteada que le habría volado su cabeza.
— ¿No te cae
bien?
—No la conozco
mucho, pero si sé que estuvo mal en lo que hizo, eso es solo ser rencorosa
¿sabes? Además su estilo para hacerse notar no es bueno, Cristóbal dijo que es
mejor mantener cierta distancia para que uno sea valorado.
— ¿Qué? ¿Cristóbal?
—Sí, estuve
conversando con él sobre Alanna –sonreí, sabía que ahí habían problemas –es
bastante simpático ¿sabes?
—Hasta ahora me
cae muy bien –además de que estar a su lado era agradable, siempre me trataba
bien y estaba atento a lo que yo decía. Siempre tenía su atención en mí, lo que
era fantástico, más cuando sentía ese aroma exquisito que tenia.
—Como sea, tú
ya tuviste el tiempo para ser valorada, pero el Sr. Alexander parece ser
inmune, no le culpo, él ha tenido bastante experiencia sobre peleas con sus
parejas –fruncí el ceño de nuevo.
—Tendré que
hacerlo hablar entonces, no hay otra solución.
—Exacto.
Creo que las
palabras de Aníbal me animaron a seguir con esto. Si Alex era bueno manteniendo
la distancia y el silencio, yo haría que hablara. Quería detalles sobre esa
Lina, deseaba saber porque me había hablado con tal altanería, necesitaba
asegurarme si él estaba de acuerdo con ella y por eso no había dicho palabra
alguna.
El camino hacia
el edificio de Alex se hizo un tanto largo debido a la ansiedad que me atrapaba,
quería ver su reacción pronto, además del hecho que no quería viajar a Londres
esta noche si estábamos enojados. Tendría a Lina y a Alex juntos; quería tener
a Alex de mi lado por lo menos, ya que Marco era un cero a la izquierda, se
entretenía mirándonos.
—Es aquí –dijo Aníbal
mirando hacia un edificio, no era muy grande debido a que Alex tenia dividido a
su equipo de trabajo por el estilo de negocios. Él iba rotando y supervisando
en cada una de sus empresas para poder abarcar todo sin mezclar nada.
Nos bajamos del
auto y nos fuimos directos al ascensor, fue entretenido entrar sin que nadie
hiciera alguna reverencia o me mirara sorprendido. En su mayoría había hombres
humanos, realmente casi todos solo eran hombres; las mujeres que vi eran
vampiros, que solo me observaron unos segundos, sorprendidas por verme aquí.
— ¿Me puedes
explicar porque Alex solo tiene hombres aquí? –antes de que Aníbal me
respondiera, recordé que mi vampiro me había informado sobre ello. No le
gustaba tener gente que pudiera quedar enamorada de él… locas del pasado,
siempre arruinando el presente.
—No tengo la
menor idea –dijo mi amigo –supongo porque hay mayor productividad ¿no? –lo miré
con odio.
—No digas otra
palabra, machista.
Llegamos hasta
duodécimo piso, que era el de Alex, todo para él solo y su asistente, que era
la única que rotaba junto a él en sus empresas. Perra, como odiaba a Lina.
Al momento de
salir del ascensor y observar el extremadamente blanco vestíbulo, supe que esto
no lo había hecho Alex. La puerta de su oficina estaba cerrada y en el
escritorio donde debía estar Lina, no había nadie.
No sé qué
sucedió en ese momento, supongamos que fue mí sentido extra que tenía solo por
ser mujer.
Puse mi mano en
el pecho de Aníbal para que no diera ni un paso más. Hice que retrocediera y
entrara de nuevo al ascensor, indicándole que se quedara callado y que bajara.
No sé que habrá entendido él pero aceptó con una sonrisa y se fue.
Gracias a la
elegancia de mis pasos y lo suave que eran mis pisadas cuando yo deseaba, pude
llegar hasta la puerta de esa oficina sin necesidad de ser escuchada. No abrí
la puerta.
Cerré mis ojos
y me concentré como nunca lo había hecho, estaba aplicando mi instinto de
vampira y de mujer celosa. Mi cabeza comenzó a doler cuando estaba tratando de
entrar a la mente de Alexander, quería saber que estaba pasando, pero a través
de sus ojos. No sabía siquiera si eso era posible.
Tampoco tuve la
oportunidad de saberlo. Solo pude llegar hasta esa neblina que me llevaba a
donde yo deseaba en la mente de Alexander cuando estaba dormido, pero gracias
al cielo no fue un total fracaso, ya que algo estaba sucediendo en esa oficina
y no había necesidad de meterse en la mente de nadie.
Un ruido que
llamó mi atención hizo que abriera los ojos y pusiera toda mi concentración en
escuchar. Una espalda contra la pared, una mano tomando un brazo, una mano
tomando una pierna… ahí estaban luchando o teniendo sexo salvaje, esa era la
realidad, pero nadie decía nada, a penas se escuchaban susurros que yo no podía
entender. No lo soporté otro segundo más.
Abrí tan rápido
y con cuidado la puerta que ninguno de los integrantes que había en la oficina, puso atención en el leve
movimiento de la puerta y a que yo había ingresado.
Por una parte
fue agradable ver como Alexander y Lina trataban de golpearse el uno al otro, ya
que por lo visto estaban luchando, pero no porque estuvieran discutiendo. Alex
estaba con una camiseta negra y un pantalón de ejerció del mismo color,
luchando con su asistente que también llevaba ropa deportiva blanca.
Ella lo arrinconó
contra la pared y apoyó su mortal y fiero brazo contra el cuello de él,
provocando que la expresión de mi Alex fuera de dolor.
— ¡Concéntrate!
No vale la pena que sigas pensando en ella ¡sabes que se irá pronto! –aquellos
eran los susurros que no podía escuchar antes. Ella se acercó a él
peligrosamente, solo unos centímetros más y ella podría sentir los labios de
él.
—Cállate de una
vez –no sé qué movimientos fueron los que siguieron. Eran demasiado rápidos
para mi visión, pero ahora Alex tenía a Lina en el suelo, con la cabeza hacia
abajo e inmovilizada –ese tema no es de tu incumbencia –no había sido una mala
respuesta, pero me habría gustado que negara lo que ella había dicho sobre mí.
—Alex –dijo
gimiendo por la fuerza con la que él presionaba sus manos –ya basta de juegos, deberías
terminar con ella pronto ¿no crees que yo sería mejor en su lugar? Por lo menos
estaría enterada de todo lo que realmente sucede aquí y no te preocuparías de
tenerme siempre en una burbuja. No me tendrías que pagar nada.
— ¡Cállate
Lina, solo mantén tu boca cerrada! –fruncí el ceño. Alex no le negaba nada,
sino más bien parecía enojado porque ella le decía un par de verdades.
— ¿Qué? ¿Te
duele? ¡Pero si siempre es lo mismo! Todas te dejan Alex ¿Qué será diferente
ahora?
Creo que nunca
en mi vida había estado tan tensa. Cada musculo parecía un elástico estirado a
su capacidad máxima. Alex realmente creía en las palabras de Lina.
—Si ¿Qué será
diferente conmigo? ¿Habrá alguna diferencia realmente? –dije sorprendiendo a
los dos vampiros que me miraron con los ojos bien abiertos. Creo que Alex jamás
había lucido tan atónito, incluso parecía asustado. Eso solo fue una confirmación
a mis dudas. Estaba asustado porque había visto su reacción ante las palabras
de Lina.
—No te
preocupes –dijo Lina –solo estábamos entrenando, tu vampiro no te es infiel
conmigo –ambos estaban ya de pie, mirándome. En ese momento me di cuenta de un
detalle que había dejado pasar estos días.
— ¿Sabes? Pensé
que estabas comportándote con honor y no te estabas metiendo en mi cabeza, pero
ahora que lo pienso Alexander, creo que te estás convirtiendo en mi persona
menos favorita y por eso no puedes espiar en mi mente –claro, ahora todo tenía
sentido.
—Victoria, no
es lo que piensas, vamos a… —dio un paso hacia mí, pero no sé de qué forma lo habré
mirando que no siguió avanzando.
—Nos vemos en
la noche Alexander, adiós.
Abrí la puerta
y salí de ahí antes que explotara y me fuera en contra de ellos dos, solo quería
estar en un espacio abierto para poder respirar, aunque eso no me ayudara en
nada.
Me acerqué a la
salida que daba hacia las escaleras, el ascensor solo me haría aun más mal,
pero una mano fría como el hielo tocó mi brazo. Me sorprendió sentir que la
temperatura de Alex se sentía más fría que la mía, eso era ilógico siendo que
los dos éramos vampiros. Pero en ese segundo, parece que nada tenía sentido.
—No te enojes.
¿Por qué has venido? Debiste avisarme Victoria.
No fui capaz de
observarlo, me quede atenta hacia la puerta que tenía abierta. Ni siquiera me
salieron las palabras, creo que estaba tan sorprendida por lo que había
escuchado que mi enojo estaba al mismo nivel que mi sorpresa.
—Victoria, mírame.
No lo hice, ni
tampoco me quedé ahí otro segundo. A pesar de que Alex me estaba sujetando con
esa fuerza que yo no podía comparar con la mía, me liberé y de paso hice que él
retrocediera por aquel movimiento. No tuve idea de donde saque esa fuerza, ni
la rapidez que obtuve después de ese segundo para poder escapar de él. No sabía
lo que estaba pasando, pero era algo extraño. Corrí tan rápido que ni siquiera Aníbal
pudo ver que pasé por su lado. Nadie se dio cuenta que una vampiro iba entre
los humanos, casi podía tener la misma velocidad de Alex cuando corría de
verdad.
Corrí por un
par de minutos, sin saber realmente a donde iba, es por eso que mis ojos se
abrieron sorprendidos cuando vi el letrero con luces de neón “The Vampire”
No había vuelta
atrás.
Me presenté
como la gobernadora de los vampiros y pude tener acceso a ese lugar sin tener ni
un solo peso. No me importaba que pudieran decir, estaba herida y quería herir
de la misma forma.
Recorrí esos
espacios donde había diferentes humanos bajo la oscuridad, tratando de escapar
de los vampiros que bebían de ellos, pero yo solo quería uno para calmarme y
ese humano, no estaba en ninguna de esas habitaciones.
Solo vi su
claro cabello, dándome la espalda y fui como en trance hasta él. Vestido de
negro, con el uniforme del local, estaba escribiendo algo en su celular. No le
di tiempo para nada.
Tomé a Cristóbal
de su hombro, girándolo hacia mí y cubriendo sus ojos con mi otra mano. Ni
siquiera alcanzó de decir algo cuando clave mis colmillos en su cuello mientras
hacía que su espalda chocara con la pared más cercana.
El sabor de su
sangre en mi boca fue logrando que cada uno de mis músculos se fuera relajando
y que todo ese odio hacia Alex y Lina desapareciera. Era como si una ola de
calor recorriera todo mi cuerpo, acabando con toda mala sensación. Me quede
junto a él hasta que sus ojos se cerraron, al igual que los últimos minutos de
su memoria.
Lo deje
descansando en uno de los sofás, siendo observada por uno de los encargados del
lugar que me miraba atónito.
—Una palabra de
esto y The Vampire no existirá en otro lugar, como tú tampoco ¿escuchaste,
vampiro? –aquel hombre, de unos veintisiete años me quedo mirando.
—Entendido,
Sra. Lenardis.
—Hasta luego.
Salí de ahí y
esta vez caminé hasta casa, no quería llegar, pero también sabia que no dejaría
solo a Alexander con esa víbora de Lina.
Era
impresionante como había cambiado todo en un par de días. Me sentía miserable,
pero gracias a la sangre de Cristóbal, todo era como si estuviera pasando por
mi lado, sin tocarme. Era como si fuera espectadora de mi propia vida, cosa que
no me molestaba ni un poco, no quería estar en mis propios zapatos y ser
protagonista de cómo mi relación con Alexander Lenardis se estaba desmoronando
de a poco. Ahora la pregunta era ¿Por qué estaba ocurriendo esto? ¿Cómo
habíamos llegado a este punto?
Eran alrededor
de las once de la noche cuando llegué a casa, en una hora tendríamos que viajar
a Londres y yo ni siquiera había hecho mi maleta.
Cuando cruce la
puerta, pude ver claramente como Alexander estaba caminando de un lado a otro
como un león enjaulado mientras que estaba acompañado de Raúl, que estaba
sentado en el sofá observando con el ceño fruncido a su hijo adoptivo.
—Te dije que
llegaría –afirmó el ante la mirada atónita de Alexander, por lo visto ya se había
rendido conmigo. Como siempre.
— ¡¿Dónde
estabas?! ¿Por qué no contestabas las llamadas? –ni siquiera llevaba el celular
conmigo, creo que seguía en el auto con Aníbal.
Camine hasta
las escaleras, saludando con una seña a Raúl que me miraba preocupado.
No quería
hablar con Alexander.
— ¡Ey! –dijo de
nuevo, tratando de llamar mi atención.
—Alex, basta
–dijo Raúl, tratando de detenerlo cuando comenzó a acercarse, pero Alex lo
empujó y lo miró con odio.
—Sal de aquí,
tengo que hablar con ella.
—No voy a
dejarla contigo tan alterado –dijo Raúl, pero decidí que mejor salíamos de esto
rápido.
Me detuve y
camine hacia la sala de nuevo, sin dejar de mirar a Alex que me observaba
molesto. De seguro se preocupo mucho al ver que no estaba en casa y me demoraba
en llegar.
—Raúl, está
bien –dije al frente de ambos –mejor conversamos esto ¿si? necesitamos estar a
solas.
—Si tú lo
dices, está bien –se acercó y se despidió con un beso en mi mejilla y después desapareció
por la puerta principal.
— ¿Dónde
demonios estabas?
—Estaba
bebiendo –dije sin dejar de mirarlo — ¿tienes alguna otra duda?
—Pensé que no
ibas a volver –podía ver lo tenso que estaba.
—No me
sorprende, era obvio que pensarías eso ¿algo más que quieras hablar o seguirás
gritando?
—Basta con
esto, no podemos seguir así.
—No tengo ánimos
de sentarme a conversar sobre tus traumas y de cómo hablas a mis espaldas con
Lina, es mejor que arregles tus cosas si es que llevaras algo, yo compraré lo
que necesite allá. Creo que tendré que gastar mi tiempo de forma adecuada,
comprando cosas y bebiendo con las esposas de tus amigos ¿no? para eso me
quieres, de todas formas ahora me iré a dar un baño, espero que estés listo para
cuando salga de la ducha.
—Victoria –dijo
tomando mis manos, tratando de acercarme a él.
— ¿Sabes? Hace
unos días dije que te amaba y que me encantaba besarte, creo que eso ahora lo
pondría en duda –dije tratando de herirlo a propósito –así que mejor no
intentes hacer nada de lo que te puedas arrepentir, ahora suéltame –su mano
soltó la mía.
Desaparecí de
su vista y me metí al baño, aun sintiendo la indiferencia que me había regalado
la sangre de Cristóbal. Me quede por un largo tiempo bajo el agua y después fui
hasta el armario para ponerme cualquier cosa. Tendríamos que viajar y quería
sentirme cómoda.
—Nada de lo que
Lina dijo es cierto, debes creerme –dijo Alex cuando salí del armario. Me fue
inevitable sonreír.
—Ya no me
importa lo que diga Lina o tu, te digo ahora mismo que puedes hacer lo que
quieras con ella, a mi mantenme en mi burbuja como dijo ella, que también haré
lo que desee desde ahora –para mi sorpresa, Alexander me abrazó, sin darme
oportunidad para escapar.
—Basta, te estás
alejando de mí, detente –eso fue como un balde de agua caliente ¡me enfureció!
Aun así mantuve la compostura.
—Suéltame,
estas siendo patético –los brazos de Alexander se alejaron de mi cuerpo al
instante de escucharme. Me miró sorprendido –compórtate como el Gobernador de
los vampiros ¿no es ese tu gran amor? Haces todo para cumplir con esa misión,
pero nada para cumplir con tu obligación como esposo. Es así como serán las
cosas ahora, no esperes de mi algo que tú no eres capaz de entregar.
Caminé hasta la
mesa de noche y saqué su diario que tenía escondido. Los ojos de Alexander se
abrieron aun más. Le tiré con fuerza el cuaderno, que chocó en su pecho y cayó
al suelo.
—No quiero
saber de tu presente, menos quiero saber de tu pasado. Ya has elegido lo que
sucederá con nosotros, desde un principio. No pienso gastar un segundo más de
mi existencia en tratar de descifrarte.
— ¡Detente,
Victoria! ¿Cómo puedes estar hablando de esa manera? ¡No eres así! no puedes
estar actuando de esta manera solo porque me viste con Lina ¡solo entrenábamos!
–su cuerpo estaba tenso, podía ver como sus brazos se marcaban contra la camisa
blanca que llevaba.
— ¡Me importa
un comino Lina, Alexander! Vi en tus ojos como creías en cada palabra que ella
te decía, no me defendiste, por segunda vez… yo no voy a entregar mi vida a un
hombre que no es capaz de ponerme primero ante todo. Tu siempre tienes algo más
importante que yo, nunca has creído en mis palabras, pero escúchame ahora
porque estoy hablando muy en serio: lo nuestro se está desmoronando, comienza a
pensar en cómo sobrevivirás porque nuestra relación parece ser una bomba contra
el tiempo, y no será por mi culpa, yo puedo dar todo de mi parte, pero tu… tu
no aportas nada. Ese es tu problema, por eso siempre pierdes a tus parejas y
será por eso que me perderás.
Su mordida se
tensó aun más por lo que había escuchado.
—Soy el
Gobernador de los vampiros ¿Qué más puedo hacer? Me debo preocupar de otros
temas además de ti.
—Sí, tienes
razón, quizás eso debí pensar antes de salvar tu vida y acabar con la mía,
ahora mejor prepara lo que tengas que llevar para que puedas ir a jugar a
Londres con tu amiga Lina y tu cómplice Marco, mientras que yo me aburro o me
desquicio pensando en lo que podrás andar haciendo –cada palabra que salía de
mi boca estaba hiriendo a Alexander, era como si me hubiera convertido en otra
persona.
—Victoria –me
nombró como si por primera vez me estuviera mirando.
—Acabaste con
mi paciencia, vampiro, eso es lo que ha ocurrido. Por fin lo lograste, siéntete
orgulloso, ahora veremos si te aguanto otros días más o me largo para terminar
muerta como alguna de tus otras parejas.
Salí de esa
habitación sin esperar una respuesta de su parte. No podía creer lo que le había
dicho a Alexander, ni siquiera la frialdad que utilice ¿Le había tirado su
diario? ¿Qué me había pasado? ¿De verdad mi paciencia se había acabado? ¿Por
qué ya no tenía ese deseo de volver a sus brazos para sentirme tranquila,
segura y satisfecha?
Buenas a todos y todas :D aqui estamos con un nuevo capitulo, espero que les haya gustado, estos estan yendo de mal en peor :( pobreeeeeeeeeeees.Nada mas que decir que gracias por sus comentarios *-* por fin han abierto sus ojitos sobre Alex, él es muy pesado con la pobre de Viky pero ahora le ha devuelto el plato amargo :sDebo admitir que tambien senti lastima esta vez por Alex, a Viky se le paso la mano :(
DIOSSSSSSSS!!!! me encanto el capitulo!!!
ResponderEliminarquiero que se le elimine a Lina, por put*... jajajajajaja
espero que Alex ya recapacite de todo y le cuente la verdad!!
SIN PALABRAS! NINGUN COMENTARIO!! O: LITERAL!!
ResponderEliminarme encanto el cap
ResponderEliminarq buen capii estoy en schok en verdad demaciada info a procesar XD pero q mal q se cree esa linaa kisiera golpearla pero si creo q ase falta q alex tubiera un pokito mas de confianza en viky todo ese trauma q arrastra esta desgastando la relacion victoria no soportara mas en cualkier momento en realidad lo siento kisiera q todo se arreglara kisiera q alex le contara su pasado a victoria en fin veremos q pasa en el prox capi ;P
ResponderEliminarmuy bueno, me encanto!!!! cada dia me enamoro mas de esta historia, dani eres la mejor me encata como escribes, te admiro muchisimo!
ResponderEliminarAplauso de pie para Victoria por favor!!!!
ResponderEliminarHola Dani, la verdad esq el capi me ha tenido cn el corazón a mil y de verdad q a partir de hoy mi corazón y mi todo esta cn Victoria. La amo y siii siento lástima por Alex pero la verdad él se busco y se gano a pulso lo q le esta pasando ahora cn Victoria, es un idiota por no darle su lugar frente a ese par de tarados (Marco y Lina) ¿Cómo espera q su esposa ponga de su parte para salvarlo de esa soledad? Es un Imbécil! Como te dije antes entiendo su "despecho" pero no tolero no le de su lugar. Esq agrrrrrr lo quiero matar y me encanta q Vicky se haya puesto en esa actitud y va a ser como un chorro de agua fría pa Alex y va a hacer q se de cuenta de sus errores y esperemos eso lo haga reaccionar, muero por leer el próximo capitulo porq presieto q me va a dar dolor de estomago, igual q este XD
Muchas gracias por el capitulo Mariposa, te mando un beso y nos seguimos leyendo!!!!!
LO QUE PENSÉ AL VER LA FOTO... "SE PARECE A LA DANI... ES LA DANI? NOOO xDD"
ResponderEliminaruuuuuuuuuuuuuuuh!!
pedazo de capitulooo!!!
buenisimo!!!
partire diciendo lo mucho que odio esa esa perra maldita de Lina, pero es odio q siento es solo por q la muy perra solo dice la "verdad" ...
y mas aun es el odio por q el muy puto idiota de Alex no es capaz de hacer ni decir nada ... NADA!!!!
en este minuto lo estoy odiando por ser tan miserablemente idiota y no ser capaz (no solo de defender a VIcky), de darse cuenta de lo que pasa ... de su error y remediarlo (por que claro, no puede decir nada si todo lo que dice la PERRA ODIADA es verdad para el), Vicky tiene q explicarle todo lo q pasa para que recién lo note y aun asi toda la gran solucion para el es simplemente dejar todo atrás y ya!! y en cima el muy puto le dice q no lo aleje?? que no haga esto ?? DIOS!! Alex ...
Comprendo el enojo de VIcky (y por dios creeme q lo comparto) comprendo su rabia, sus ganas de decir y lastimar a Alex de alguna forma por todo lo que Alex le a "hecho" o no a Hecho q es peor ... lo comprendo, lo entiendo y hasta lo celebro, si!
pero por el amor de dios VICTORIA, no ahora, no ahora que yo he abierto los ojos y estoy plenamente de tu lado... por que siempre confié en ti y aun lo hago... esto no se a acabado!
ese IDIOTA pero sexy marido q tienes, no dejara las cosas asi... (por favor no ) es solo un PUTO IDIOTA herido por el pasado, traicionado y desconfiado con una milesima de confianza que le qeda y que no es capaz de tomar por miedo hacer herido otra vez ... pero no es un maldito idiota que no te ama ... no,NO!!
es pero y tengo plena confianza en esta pareja ... (solo temo por la gitana...)que saldrán de esta, y saldrán mas unidos q nunca ni una lina y su bocota ni una Alex idiota los destruirá ... (pero la gita ... chan chan)
OMG!!! sin palabras!!! Alex se lo merece como mierda no la defiende ¬¬ espero que al final se de cuenta si no yo misma voy y lo mato.. primero lo utilizo y despues lo mato xD
ResponderEliminarSANTO JODIDO JESUCRISTO! creo que voy a vomitar por todas las reacciones que ese cap. causo en mi! Me da tantaa lastima Alex! En serio me dolio a mi todas las palabras que Viky dijo pero se que ella tiene razon, Alex nunca la apoya y siempre piensa que lo va a dejar!!! Demasiadoo buen cap. Esperoo que se arreglen pronto y que esta vez Alex haga todos los intentos de estar bien con Viky!! Demasiadooooo bueno! (;
ResponderEliminarHAAAAAAYYYYYY..
ResponderEliminarESTOY SIN PALABRAS EN SHOCK !!!!
COMO PUEDE SER POSIBLE QUE NOS DEJES ASI??
YA NO LE VEO NI PIES NI CABEZA A ESTO ESPERO QUE EL IMBESIL DE ALEX REACCIONE PORQUE LA VERDAD QUE SI VICKY LO DEJA SERA UNICAMENTE POR SU CULPA... QUIERO VER ESE DESQUITE DE VICKY EN CONTRA DE LINA ESPERO QUE SEA MEMORABLE NO LA PONGAS AGACHONA HAS QUE VICTORIA SALGA TRIUNFADORA EN ESTO PERO QUE LE DE SU MERECIDO Y QUE ALEX SE PONGA DE SU PARTE...
HAY YA NO SE NI LO QUE DIGO SE QUE TU ERES LA ESCRITORA PERO PUES ES LA EMOCION QUE ME GANA .. BUENISIMO CAPITULO AUNQUE ESTUBE AL PUNTO DEL INFARTO Y ESPERO QUE NO TARDES POR EL AMOR DE DIOS....
SALUDOS Y GRACIAS DE NUEVO :)
ANEL...
Omg.... con semejante capi dices q tus historias son fomes?? He quedado en shock sin poder analizar el capi.. solo una cosita q tiene la sangre d Cristobal q la dejo tan fria??? Osea el gato se lo merece y todo pero enserio?? La dejo como un tempano de hielo.... besitos
ResponderEliminarQue tiene en la sangre este cristobal xq este comportamiento de victoria no es el de siempre se que se puede sentir enojada y decepcionada a tal punto pero decirle todo eso Alexander y de esa manera acaso si se canso de verdad espero y Alex recapaciete y hable con ella pero lo dudo jajaja es muy orgulloso y mas como le acaba de hablar creo que no sabra ni que decir o que hacer me dio un poco de lastima Alex creo que se le paso un poco la mano a Victoria pero espero y en el sig cap se relajen un poco mas ..
ResponderEliminarrayos, si ese par siguen asi lo mas probable sea que terminen como todos, separandose... me encanto ese capitulo esta buenisisisimo por fin viky le enseño su caracter fuerte, pero igual eso no es normal en ella... igual alex me tiene un tanto decepcionada, esperaba mas de él pero pues ya no habiendo de otra figuro aguantarlo, y esa perra de lina me tiene irritada.. aggg ella me recuerda a charlotte y pues empiezo a creer que esa tonta de lina puede estar en el plan de hacer que todas las conquistas de alex se alejen... definitivamente estoy esperando con ansias el proximo capitulo.. ahh y por cierto me da lastima de Cristobal, el no deberia ser como el plato de satisfacion de viky, fue un poquito cruel de su parte hacerle eso a cristobal :S
ResponderEliminarFelicitaciones DTB
que te vaya bien en tu estudio bye!
PD: espero con ansias el proximo capitulo... porfa no tardes muuucho!!
Wow!!! Esta buenisimo el capitulo
ResponderEliminarVicky esta sacando todo lo q tiene jaja
Alex q esta acabando con la paciencia de Vicky por no
arriesgarse la puede perder :o.
Q cosa con el sueño de la mamá (mmm creo q de eso se hablara pronto)
Esa Lina ganas me da de..... jaja muy descarada y super sisañosa :@
Ya quiero leer el siguinete quiero saber q hará Alex....XD
By Blankis
Alex,Alex,Alex, observa tú creación querido y esperó la disfrutes. Las reacciones de Viky están más que justificadas.
ResponderEliminarDemonios Danii esto está buenísimo.