viernes, 5 de abril de 2013

Un Ángel Caerá - Capitulo 12



Protección

Dana estaba por entrar a su departamento, cuando Ethan la alcanzó, tomando su mano para no perderla de vista.
—Lo siento –fue lo primero que pudo decir, pero ella estaba perdiendo el control, jamás había usado la violencia en su existencia y haber golpeado a Ethan la había dejado mal.
—No… —ella movió su mano para que no la siguiera tocando. No podía detener las lágrimas que corrían por sus mejillas y eso solo estaba desesperando a Ethan –yo… necesito estar sola.
Rápidamente entró a su departamento y tiró el bolso en el piso de la sala para después sentarse en el sofá, cubriendo su rostro mientras dejaba que el llanto escapara sin reprimirse.
— ¿Qué he hecho? ¿Qué he hecho?

Jamás en la historia de los ángeles se había visto a uno de ellos golpear a su propio humano, ni siquiera era parte de las reglas, ya que ninguno de los guardianes tenía concebida la idea de hacerle daño a su protegido.
—Dios… —dijo ella mirando sus manos, se sentía mal, quería volver a la tierra de los ángeles, no quería seguir en este mundo, donde florecían emociones que ella desconocía y no podía manejar. La tierra la estaba manejando –lo siento… lo siento –repetía en la oscura sala. Flexionó sus piernas y las rodeó con sus brazos, tratando de mantener su cuerpo protegido. Sentía que estaba cayendo por un acantilado y no podía detenerse. Se estaba desesperando y no había nadie que la guiara, ya que por su arrogancia había logrado que su propio guía le diera el espacio que había deseado. Eric ya no la vigilaba a todas horas y le había entregado la confianza que ella exigía, esperando que Dana pudiera manejar todo como debía ser.
Saber que estaba sola en el mundo y perdida en sus emociones tan humanas y violentas, habían hecho que comenzara a desesperarse. Quería volver con Sophia y Quentin, mantenerse a una distancia apropiada de Ethan para no dañarlo como lo había hecho ahora. Ella no tenía que haberse involucrado con su humano y esas sensaciones hicieron que el ángel provocara las ansias de Ethan por besarla o por demostrarle que no quería tener relación con las almas. Esta era la culminación del mal trabajo que ella pensaba que estaba haciendo.
Dana se dejó caer en el sofá, en posición fetal mientras las lágrimas corrían por sus mejillas, sollozando de tal forma que demostraba que estaba sintiendo uno de los peores dolores en toda su existencia, mucho peor cuando Gabriel se había ido. En ese tiempo ella ni siquiera había actuado de la misma forma. Solo lo había aceptado y había escondido todos sus sentimientos de dolor en algún lugar dentro de su alma, pero ahora, siendo en parte humana, no tenía los mismos beneficios.
—No tienes libre albedrío –se dijo a sí misma, pensando en cómo se había comportado, de ninguna forma aquello era aceptable, ni siquiera concebible. Ni siquiera miró sus brazos para saber si había alguna marca por su comportamiento, aunque no le importaba. El dolor que sentía por el cargo de conciencia era algo que llevaba en su interior, había manchado su alma con algo tan básico en los humanos: violencia.

Unos metros más abajo se encontraba Ethan tocando el timbre en el departamento de Emma y Diego. Su amiga abrió la puerta sorprendida y preocupada cuando escuchó el timbre tantas veces en tan corto tiempo.
— ¿Pero qué demonios, Ethan? –dijo sorprendida. Al ver el estado de su amigo, pensó lo peor — ¿has visto algo?
—Gracias al cielo que estás –el tono preocupado indicaba que había ocurrido algo muy malo. Emma lo quedó mirando sin saber qué hacer. Ella siempre estaba para su amigo cuando él decía ver alguna alma, al igual que Diego, pero ninguno de los dos sabía qué hacer exactamente para apoyarlo, siempre trataban de distraerlo con cosas triviales, traerlo a la vida de nuevo.
—Dime qué sucede, pasa… —él negó ante su invitación.
—Es Dana… —ella frunció de inmediato su ceño –le robé un beso, ella me dio una  bofetada y ahora está llorando en su departamento –dijo tratando de resumir lo ocurrido –no sé qué hacer.
— ¡¿Qué has hecho?! –ella le gritó, enojada por cómo su amigo se había comportado con su vecina que lucía tan inocente — ¡Ethan! Te dije que tuvieras cuidado con ella ¡ah, demonios! ¿Es que no te puedes controlar?
—Necesito que vayas a ver como está, no lucía bien… yo no pensé que respondería así –realmente él estaba confundido, no sabía si ella lloraba por cómo le había hablado sobre las almas o por el beso que trató de robarle. No la entendía.
— ¡Espérame aquí!
Rápidamente ella fue hasta su habitación y tomó un suéter, ya que solo estaba con unos jeans y una camiseta blanca. No le importó mucho y fue con sus pantuflas, que ahora eran de conejos color rosado. Guardó las llaves de su departamento en el bolsillo.
—Demonios ¿Quién te has creído? –Dijo mientras caminaba hacia las escaleras con Ethan — ¿algún ser irresistible que todas deben caer ante ti? Agradece que hoy esté libre hoy para poder ayudarte.
—Lo siento.
— ¿Lo sientes? –Dijo ella mirándolo de mala forma –a mi no me tienes que pedir disculpas, esto es insólito, de verdad Ethan, no tienes remedio ¡te dije que con ella no!
Abrieron la puerta que los dejaba llegar al piso de Dana y rápidamente ella tocó el timbre, pero después de varios segundos, nadie salió a abrir.
—Ni siquiera soy su amiga para que me pidas esto ¡si no te conociera por tanto tiempo te habría roto la cara con un portazo!  —él la quedó mirando sin decir nada, estaba tomando el enojo de Emma en silencio para retribuir a lo que había hecho con Dana, se merecía cualquier cosa.
—Debes arreglarlo, por favor, no quiero que ella se enoje conmigo –ella volvió a mirarlo enojada y arregló su cabello negro con una coleta para después tocar de nuevo el timbre.
—No entrarás, psicópata ¿es que no te basta con tu secretaria? ¿Quieres hacer sufrir a Dana? Ya tienes con quien meterte en las noches ¡ah, esta niña no abre! –dijo al ver que la puerta no se abría –ni siquiera sé qué diré, arreglar tus problemas, amigas como yo no encontrarás en ninguna parte, espera cuando le diga a Diego, tendrás que cambiarte de edificio Ethan, nos cae muy bien Dana como para que la hagas llorar. Idiota.
—Ya, eso lo vemos después, solo haz que abra la puerta.
— ¡Dana! –Emma golpeó la puerta — ¡abre de una buena vez o si no le pediré a conserje que venga!
—Emma –le susurró Ethan, tirando de su suéter para que bajara el tono, no quería que los otros dos vecinos de piso la escucharan.
—Tú cállate –le dijo enojada — ¡Vamos abre! ¡Inventaré que estás con drogas y llegará hasta la policía!
—Emma –volvió a decir Ethan al ver que un hombre ya de unos cuarenta abría la puerta para saber qué estaba pasando en el pasillo –lo siento, no es cierto lo que dice –dijo él para que el hombre canoso se entrara. El vecino solo frunció el ceño y cerró de nuevo la puerta.
— ¡Dana! –Emma volvió a golpear a la puerta –espero que el golpe haya sido muy bueno porque te lo merecías Casanova.
—Dolió bastante, se ve muy dulce pero es bastante fuerte.
—Bien hecho ¡Dana! –volvió a golpear la puerta.

Al momento de escuchar que Emma llamaría a la policía Dana se puso de pie y caminó hasta la puerta. Si eso ocurría tendría varios problemas, ya que sus papeles eran falsos y podían encontrarla y llevarla presa. No quería más problemas.
Con sus ojos rojos por las lágrimas llevó su mano al picaporte, pero antes de abrir escuchó como Ethan le decía a Emma que el golpe le había dolido. Otro nudo en su garganta se formó y lo pensó otros segundos antes de abrir la puerta.
— ¡Dana! –volvió a escuchar mientras golpeaban la puerta. Estaba sorprendida que Emma se comportara de esa forma, no pensaba que se preocuparía tanto de ella si se conocían hace tan poco –él no entrará, te lo prometo –dijo Emma ahora más cerca de la puerta — ¡vete, Ethan! ¡chu! ¡chu! –Dana no podía creer que estuviera sonriendo al escuchar como Emma corría a Ethan del pasillo, al igual como lo había hecho Arial ¿es qué eso indicaba quienes eran sus amigas?
Dana suspiró y abrió la puerta para encontrarse solo con Emma que la quedó mirando con la boca abierta.
—Dios… él me dijo que solo fue un beso ¿te hizo algo más? –Dana negó de inmediato al ver esos ojos azules preocupados por ella. Sin embargo no quería seguir expuesta a que Ethan quisiera entrar a su departamento, así que se giró y caminó hasta la sala. Emma no demoró nada en cerrar la puerta y seguirla —Estas a oscuras y todo…
Emma se sentó al lado de Dana en el sofá, quien aun seguía sintiendo como sus lágrimas caían. No podía controlarse y no podía dejar de mirar sus manos como si fueran las armas de la escena de un crimen horrible.
—Oh Dana –Emma pocas veces se compadecía de otras personas cuando lloraban, su sensibilidad femenina había disminuido por tantas cosas que había visto en el hospital, pero como le había pasado a Adam horas antes, ver a un ángel llorar no era agradable para nadie.
Por instinto Emma abrazó a Dana, quien se dejó rodear por los brazos de su vecina y al parecer próxima amiga. Comenzó a llorar sin poder controlarlo.
—Tranquila… tranquila, me estas preocupando ¿estás así por el beso de Ethan? –ella negó de inmediato, lo que dejó helada a Emma al pensar que Ethan había llegado más allá, nunca había pensando que su amigo podía ser un psicópata real, pero las personas eran una caja de sorpresas.
—Es que… lo golpeé –Dana se alejó y miró sus manos de nuevo, parecía que quería hacer cualquier cosa para poder limpiarlas –a Ethan… yo no… yo nunca debí hacer eso –Emma frunció el ceño, confundida.
— ¿Me estás diciendo que estás así por haberlo golpeado y no por el beso que te dio?
— ¡Claro que no! yo fui quien uso la violencia, tengo prohibido hacerlo… yo… —Dana tensó su mandíbula, tratando de controlar sus sollozos.
— ¡Ay! Qué alivio, por poco comienzo a pensar que Ethan había hecho algo peor que solo un beso.
—No… fui yo, fue mi culpa, lo presioné con las almas y… —Dana levantó la vista al darse cuenta que había hablado de más. Emma la quedó mirando como si una segunda cabeza hubiera salido de ella y tragó saliva nerviosa.
— ¿Cómo sabes eso? –Dana se quedó en silencio, dándose cuenta que había arruinado todo, aun más — ¿Cómo sabes que él ve eso?
Dana se quedó en blanco, sin saber qué responder ante las preguntas de Emma. También tragó saliva de forma que su acompañante se dio cuenta que el ángel no hablaría nada más.
—Iré a buscar algo para que te seques esas lágrimas y piensa en lo que me vas a responder ¿sí?
Con su ceño fruncido Emma fue hasta el baño, realmente no le dio mucho tiempo a Dana para que pensara en alguna excusa, menos en la condición que se encontraba, así que cuando volvió no había una imagen muy diferente a la de tres minutos atrás.
— ¿Y bien? –pregunto Emma, entregándole un poco de papel higiénico a Dana para que secara sus mejillas.
—Es que… —Dana sintió que su cabeza dolía producto de las lágrimas, por eso no pudo pensar en nada coherente para engañar a Emma, así que se rindió y no quiso mentir mas, estaba agotada –yo también puedo verlas, él se dio cuenta de ello en el Lucifer y después ocurrió una situación extraña que dejó expuesto a Ethan, así que ahí descubrimos que ambos podíamos ver las almas perdidas –limpió su nariz de forma ruidosa mientras que Emma la miraba con la boca abierta.
—Es… ¿es real? –ella había pensando en su interior que su amigo estaba en parte un poco loco, sin embargo, lo quería tal como era, por eso siempre le daba su apoyo cuando lo necesitaba, pero ahora, con lo que decía Dana, era imposible no creerles.
“¿Dos a la vez? Eso es imposible” pensó, tratando de no sospechar que Dana también tenía su cuota de locura.
—No sé si creas o no, ya no quiero mentir más, estoy cansada… además golpeé a Ethan, eso no se puede hacer, alguien como yo…
— ¿Como tú? –la interrumpió Emma de nuevo.
—Simplemente la violencia me hace mal, no estoy creada para ella –claro que no lo estaba, ella era solo un ángel custodio, podían ser los más cercanos a los humanos y equivocarse, pero dentro de toda la jerarquía, eran los terceros más espirituales, eran seres de amor y luz –supongo que soy más susceptible a que cualquier tipo de violencia me dañe –Dana dejó caer cansada su cuerpo en el respaldo del sofá.
—Por eso lucía tan preocupado –Emma dijo sus pensamientos en voz alta, llamando la atención de Dana –ha encontrado a alguien como él, por eso estaba tan desesperado porque viniera a ayudarte.
Los ojos de Dana se llenaron de lágrimas al darse cuenta que además de golpear a Ethan, lo había preocupado.
—Yo no quería provocar problemas –Dana cerró sus ojos, estos ya comenzaban a dolerle por tanto llorar, no estaba acostumbrada a ello, por eso era más sensible y tenía menos resistencia a las lágrimas.
—Dana… no llores, te volverás viejita –dijo Emma sonriendo, ocupando una frase típica que se ocupaban con los niños — ¿golpeaste a Ethan después de que te besara?
—Ni siquiera fue un beso en su totalidad, solo se acercó y junto nuestros labios sin mi autorización… después de decir cosas muy feas sobre ayudar a las almas –Emma sonrió.
—Bueno, te puedo decir que si se comportó mal, muy merecida tenía la bofetada, no tienes que llorar, no hiciste nada malo –Dana la quedó mirando.
“Si supieras que soy su ángel custodio, pensarías diferente” pensó, sintiendo que su corazón dolía, que pesaba más de lo normal.
—Hice mal –Emma sonrió al verla.
—Sí que eres alguien especial, mira Dana, para que te hagas una idea, puede que ésta ni siquiera sea la última bofetada que le darás, Ethan es incorregible, a veces se comporta muy mal y si te besó, sea como sea, sin tu autorización, se lo merecía, además dijo cosas desagradables ¿no? llevo años conociéndolo y siendo su amiga, puedo saber que a veces se comporta de cierta manera para defenderse, pero que puede ser muy hiriente cuando quiere, es como un niño malcriado, pero de veinticinco años .
Dana la quedó mirando, pensando en sus palabras y volviendo a secar los restos de lágrimas que quedaban en sus mejillas. Por lo menos ya había dejado de llorar.
—Un poco de disciplina no le hace nada mal, mira que Helena, su madre, nunca lo hizo y menos su padre, es un hombre bebé, siempre piensa que puede obtener lo que quiere, está bien que le pongas un límite si se pasa de listo. Puedo entender que eres una persona diferente, más sensible… más si lo que dices es cierto –dijo refiriéndose al don de ver almas que tenía Dana –pero deberás ser más fuerte si sigues al lado de él –Emma suspiró al darse cuenta de lo que podía ocurrir en un futuro –no sé por qué voy a decir esto, soy una mujer de ciencia, pero siempre he esperado que haya algo más… así que si sigues al lado de Ethan, tendrás que tener otro carácter, él es un tanto difícil, se muestra de una forma a ciertas personas y de otra hacia sus más cercanos, lo has descubierto… debes manejarlo con mayor cuidado, pero sin perder la fuerza.
—Debo seguir, pero manteniendo los límites con él ¿no?
—Depende de cuál sea tu objetivo, si quieres algo mas con él… te recomiendo que logres que acepte su habilidad primero ¡no puedo creer que este diciendo esto! Siempre pensé que tenía su parte de locura toda esa historia de ver fantasmas, pero ahora que apareces tú… es imposible que ambos estén mal ¿no?
—No es una locura, es solo que él cree que con esas pastillas que toma podrá mejorar todo, pero solo se hace daño, llegará un límite donde no habrá dosis que lo ayude.
—Muy cierto, entonces… ¿te sientes mejor?
—Sí, muchas gracias –Emma sonrió y ordenó el cabello de Dana que estaba pegado a su frente producto del sudor del llanto –siento provocarte estas molestias.
—Para nada, no te preocupes, siempre que tengas problemas solo dímelo, haber si te puedo ayudar con ese demonio de Tazmania que es Ethan a veces.
—Muchas gracias.
—Ahora ¿has cenado? –Dana negó de inmediato.
—Supuestamente iba a salir con Ethan para comprar un computador y para aclarar ciertas dudas.
— ¿Tenían una cita y se arruinó por su culpa? –el ángel se sonrojó cuando escuchó la palabra cita, sabía de qué se trataba en el mundo de los humanos, pero jamás pensó que ella podría estar en una, aunque tampoco había pensado que en su existencia golpearía a Ethan.
—No, claro que no.
—Mira ¿Por qué no vienes a comer a mi casa? Puedo hacer lasaña, te das un baño de espuma y después bajas ¿te parece?
— ¿Lasaña? –Dana recordó de inmediato cuando Eric le dijo que probara ese plato humano –me parece perfecto, muchas gracias –dijo ahora mucho más tranquila.
—Muy bien, entonces nos vemos –Emma se puso de pie y para sorpresa de Dana, la abrazó por unos segundos –no te agobies, no has matado a nadie –aquello la hizo sonreír.
—Nos vemos.

Dana preparó su baño de espuma, exactamente como Emma le había dicho, se sumergió en el agua mientras sentía que sus ojos se llenaban de lágrimas al recordar lo que había hecho. No estaría tranquila hasta pedirle disculpas a Ethan.
En cambio, un piso más abajo cierto humano se encontraba sentado en el sofá más grande de su salón, mirando hacia la ventana mientras pensaba en cómo estaría Dana, al mismo tiempo que su paciencia se iba reduciendo al ver que dos esferas celestes giraban a su alrededor, como si estuvieran molestándolo apropósito. Ethan cerró sus ojos unos segundos para no ver como las pequeñas llamas trataban de hacerse notar. Aquello lo tranquilizó, ya que los ojos miel de Dana se mezclaron en sus pensamientos hasta llegar a la oscuridad que causaban sus párpados.
—Lo siento, Dana –dijo pensando en cómo estaría ella, se veía muy afectada antes de perderla de vista.
Segundos después sintió cómo tocaban a su puerta. Como un resorte se puso de pie para ver si era Dana o si era Emma. Cuando abrió, sonrió al ver que era su amiga.
— ¿Cómo esta?
— ¿Por qué no me dijiste que ella veía almas como tú? Casi me he caído de espalda cuando me lo dijo, menos mal que estaba sentada –Ethan se quedó de una pieza al escucharla, nunca le había agradado hablar de su maldición con sus amigos –bien, no pongas esa cara, ahora me ayudarás a que te perdone, parece que es la única que te puede salvar de ser un idiota y así poder tener una vida normal, como cualquier ser humano. Me debes una grande Ethan Harris, vamos, debemos hacer útil esta tarjeta de crédito –dijo mostrándole una de color plateada.
Él la siguió sin decir nada, no iba a contradecir a Emma, no quería más problemas en el día de hoy.

Dana se miró al espejo para demorar un poco más y sonrió al verse más compuesta que hace una hora atrás. Era ya otoño, pero dentro del edificio no se diferenciaban las estaciones, siempre estaba calefaccionado. Ella sonrió al ver que esos pantalones cortos color gris, le quedaban muy bien, sus largas y blancas piernas quedaban expuestas de una forma envidiable para cualquier mortal femenino. La camiseta sin mangas con líneas horizontales de color rosa y blanco la hacían ver aún mejor. Tal como había llegado Emma ella también decidió ponerse unas pantuflas.
“De todas formas solo estaré con ella” pensó cuando salió de su departamento y guardó la llave en su bolsillo. Mientras bajaba las escaleras se hizo un moño completo para que el cabello no le molestara.
Dana tocó al timbre del departamento de Emma mientras miraba hacia la ventana del pasillo, al final, pensando en la oscuridad que ya había caído a las nueve de la noche. Una sensación de preocupación la abordó al pensar en los demonios que rondaban de noche, buscando víctimas, exactamente como Gabriel comenzaba a recorrer las calles cada día.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando la puerta se abrió y dejó a una despampanante Emma a la vista. Tenía puesta una hermosa blusa blanca que caía en punta por los costados, unos pantalones ajustados negros y unos tacos altos que combinaban con su blusa. Se tomó el cabello negro y liso por un lado y la miró sonriendo con un pinche en la boca, aun estaba arreglándose.
— ¿Qué sucede? –dijo confundida Dana al ver que Emma estaba saliendo.
—Passa passa –dijo con dificultad por el pinche en la boca, la invitó a pasar. Ella avanzó hasta que la puerta se cerró, pero se detuvo al frente del gran espejo que había en el pasillo –mira, Diego me ha llamado, ha ocurrido algo de improviso, pero no te preocupes que tu lasaña esta lista. Solo debes ir a la cocina que esta todo impecable ¿sí?
—No creo que sea apropiado –dijo Dana sin comprender el comportamiento de Emma.
—Solo ve –tomó el bolso de mano y una chaqueta negra que se ajustaba a su cuerpo — ¡nos vemos! Ve por la lasaña –se acercó, besó la mejilla de su nueva amiga y se fue sin decir otra palabra.
Dana se quedó sola en una fracción de segundo, no comprendía lo que había pasado ya que todo fue muy rápido, sin embargo, el olor a comida la trajo de vuelta al mundo. Su estómago rujió exigiendo comida y pensó que lo mejor era ir por su porción de lasaña y después volver a su departamento para comer sola.
Recorrió la gran sala de Diego y Emma mirando lo ordenado que estaba todo. Cuando giró hacia la derecha para entrar a la cocina, se quedó justo en la entrada, sin ser capaz de dar o retroceder un paso cuando vio todo oscuro y unos ojos verdes atentos a ella.
Ethan estaba de pie, vestido con unos jeans oscuros y una camiseta gris. Tenía un paño de cocina en sus manos y una expresión afligida. Dana observó la mesa de la cocina y como estaba cuidadosamente arreglada, incluso había dos velas en el centro.
—Lo siento –dijo Ethan, trayendo a tierra al ángel que estaba en shock –fue idea de Emma pero yo arreglé la mesa, la lasaña la hizo ella, pero… bueno, espero que me perdones, siento haberte hablado así y además haberte robado aquel beso, me comporté como un idiota… había olvidado que dijiste algo sobre un primer beso ayer.
Dana tensó su mordida para controlar las lágrimas que se estaban formando en sus ojos. No quería llorar porque encontraba que ya estaba por traspasar el límite de lágrimas diarias que tenía permitido.
— ¿Esto es para mí? –aun no podía creer la visión que tenía en ese momento.
—Es una ofrenda de paz, como un regalo y además para que me perdones, no pude llevarte a comprar ese computador de nuevo.
Dana como si estuviera hipnotizada por las palabras de Ethan comenzó a caminar en su dirección. Ethan presionaba con fuerza el paño de cocina hasta que ella estuvo solo a centímetros de él. Rápidamente Dana se puso en puntillas y le dio un beso en su mejilla, justo en el lugar donde lo había golpeado.
—Siento haberte dado esa bofetada, no tengo excusa –Ethan giró su rostro y quedó muy cerca de los labios del ángel, así que retrocedió para no arruinar todo de nuevo.
—Yo siento haberte hablado mal, estaba cansado de esas almas… hice lo que tú me enseñaste y les pedí que se fueran, educadamente, por ahora.
— ¿Por ahora? –dijo Dana, sorprendida por aquellas palabras.
—Sí, necesito de tu ayuda para que crucen, son muy molestas, no me dejan dormir y si paso otra noche así, no podré resistirlo –ella sintió como su corazón se disparó de emoción con lo que Ethan decía.
“¿Seguirá ayudando las almas? Aunque sea para que no lo molesten es bueno, parece que Emma tenía razón sobre la disciplina” pensó ella, ahora retrocediendo para evitar problemas.
En ese momento su estómago rujió, dejando expuesta las ganas que tenía de comer esa lasaña.
—Supongo que lo primero que hay que hacer es comer ¿te parece?
—Una excelente idea –dijo Dana caminando hacia uno de los asientos.
—Pero antes, quiero aclarar algo –ella levantó la vista hacia él — ¿ya no estás enojada o triste? Las mujeres son un tanto complicadas y no quiero alguna sorpresa más adelante –ella sonrió al escucharlo — ¿nos reconciliamos?
— ¡Sin duda alguna! –Dana sonrió de tal forma que atrapó por completo a Ethan, sus ojos miel brillaban ante él al descubrir que no habían problemas después de su horrible discusión en la azotea. Sin embargo él se quedó prendado, verla a la luz de las velas, feliz y con ese color de ojos que siempre se colaban en los suyos cuando los cerraba.
—No mentía el primera día cuando dije que parecías un ángel caído del cielo, de verdad… pareciera que fueras un ángel con un pésimo carácter –la sonrisa de ella desapareció en la segunda parte de la frase que decía Ethan, pero decidió no tomarlo en cuenta y aprovechar este momento con él, podía ser que nunca más se repitiera… conociendo a Ethan y su poco romanticismo.
—Tengo hambre.
—Muy bien.
Rápidamente él cortó los pedazos de lasaña y le sirvió un plato a Dana, además de llenar su vaso con una copa de vino blanco que le había dejado Emma.
—Yo no tomo –aclaró de inmediato ella al darse cuenta que eso podría ponerla en riesgo.
—Yo tampoco, usualmente, pero este es un momento de celebración ¿no? además esas pastillas no están haciendo nada en mi mente, pareciera que ahora veo más fantasmas –ella sonrió.
—Está bien, pero solo un poco… no le digas fantasmas, suenas como si estuvieras en un programa de televisión de terror.
“Como los que veías cuando niño, esperando encontrar alguna cura o forma para seguir tu vida” Dana completó sus palabras mentalmente, eso no lo podría saber Ethan o sino la trataría de loca. Ella solo lo observaba un poco y después lo dejaba solo en esos tiempos, no le gustaban los programas de terror.
—No estamos tan lejos ¿no? cuando era pequeño veía de esos programas para ver si me ayudarían a comportarme de alguna forma normal aunque viera a esas personas… supongo que no funcionaban –Dana abrió sus ojos sorprendida al darse cuenta que él le había regalado algo de su vida privada.
—Supongo, aunque aparentas muy bien ser normal.
—Es cierto —él se sentó al frente de ella cuando dejó todo listo.
—Un amigo me recomendó este plato, nunca lo he probado –rápidamente se llevó un trozo con el tenedor a su boca, bajo la mirada curiosa de Ethan.
“¿De dónde viene que no ha probado la lasaña? ¿Otro planeta? Extrañamente no me sorprendería” pensó él sonriendo y observando a su ángel, sin saber que le estaba regalando nuevos sabores a sus papilas gustativas.
— ¡Oh Dios! Esto es muy bueno –comió otro trozo de inmediato.
—Tranquila, tranquila… debes degustarlo de a poco o sino perderá el verdadero sabor.
—Está bien –dijo ella comiendo tranquilamente, disfrutando de los sabores que encontraba, queso, sala de tomate, orégano y jamón –ahora dime Ethan ¿Cómo es eso de las pastillas? –se hizo la desentendida para que él siguiera abriéndose con ella, quería seguir avanzando con él, le había agradado la sensación de saber a través de él mismo algo que no todos tenían en su memoria, incluso, era la primera vez que Ethan le hablaba a alguien sobre los programas de televisión que veía de pequeño.
—Bueno, el psiquiatra no es de un amigo como te dije, es mío, lo tengo desde que era un adolescente, me ha estado dando pastillas para poder controlar las ilusiones, no lo hace pero si disminuyen bastante, aunque estoy cansado de seguir tomándolas.
—Pero lo tuyo no es una enfermedad, no deberías tomar medicamentos que alteran tu cerebro si no tienes nada, estás sano, solo tienes una habilidad –él sonrió al escucharla.
—Es agradable escuchar eso de alguien, creo que nadie lo había dicho, ni siquiera mis amigos, ellos no saben manejar esto… Emma y Diego están enterados.
—Pero te apoyan, eso es lo principal ¿cierto?
—Claro… —él bebió un poco de vino –no creo que aumentar la dosis de las pastillas sea lo adecuado.
—Pienso igual que tú, te puede hacer daño –ella volvió a comer lasaña para disfrutar un poco más de esos sabores.
—Dana, lo que dije arriba no es del todo falso, no me quiero dedicar a ayudar a personas que están perdidas, pero tampoco quiero verlas rondando en mi vida, además no conozco nada de ese mundo –ella lo quedó mirando unos segundos y sin otro preámbulo tomó la copa de vino para beber un poco.
— ¡Wow! Esto es rico –bebió otro poco y después dejó la copa en su lugar –yo te ayudaré –dijo cuando aclaró su garganta.
—Pero tú no estarás para siempre ayudándome.
“Para siempre” pensó ella al momento de escuchar aquello.
—Lo sé, pero por el tiempo que pueda hacerlo, yo te ayudaré para que te acostumbres, por lo menos inténtalo, prueba y si es muy complicado, lo dejas ¿no? vuelves a tus pastillas, debe haber más formas para que te liberen de tu habilidad.
— ¿Una especie de prueba para ver si soy bueno en ello? –Ella asintió — ¿y mi trabajo?
— ¿Por qué habría de interferir? Puedes hacer ambas cosas, no tienes que elegir, solo debes aceptar un camino más, puedes hacerlo, estoy segura.
—Una prueba… —dijo pensativo, bebiendo de su vino otra vez –tendré que pensarlo, no sé si quiera seguir con esto, pero me deberás ayudar con esas dos esferas que andan por ahí, son muy molestas.
—No son molestas —dijo ella de inmediato, solo son niños –los ojos de Ethan se abrieron sorprendidos.
— ¿Has dicho niños?
—No se me han revelado, pero usualmente ese estilo de esferas o llamas, que se mueven tan rápido y molestan según tú, solo están jugando contigo para llamar tu atención y revelarse ante ti, para que de esa forma los ayudes.
—Anoche no me dejaron dormir bien –Dana de inmediato pensó en lo ocurrido esa mañana y el encuentro que tuvo con Zoe.
—Tu novia no debió pasar una buena noche –él sonrió al darse cuenta que ella le estaba cobrando sentimientos.
—No es mi novia, no te hubiera besado si tuviera novia, no soy de ese estilo –Dana no podía comprobar aquello, él jamás había tenido novia como para serle fiel a alguien.
—Supongo.
—No supongas nada, es cierto, Zoe, que es mi… bueno, una amiga –aclaró antes de decir que era su secretaria. No quería darle una peor imagen a Dana –solo es eso, ahora mejor explícame ¿Cómo debo hacerlo para alejar aunque sea por unos momento aquellas almas de mi vida?
—Eso es fácil, esta habilidad es debido a que el cerebro está más desarrollado, sabes que los humanos solo ocupan un poco de este ¿cierto? –Él asintió –bueno, tú tienes una zona más desarrollada, es así de simple, es por eso que puedes verlas, entonces, si eres capaz de controlar tu mente, podrás tener la capacidad de controlar tu habilidad.
—Mi cerebro… interesante, aunque quisiera saber de dónde sacaste esa información –Dana se quedó pensativa, ella sabía aquello por era parte de la fuente original de toda investigación sobre este tipo de humanos, pero no podía decirle a Ethan que era un ángel.
—Un estudio que salió hace unos meses, deberías investigar un poco –sonrió y volvió a comer lasaña.
Ethan la quedó mirando, llamaba su atención la forma como se comportaba Dana, como si estuviera conociendo todo por primera vez. Algo le decía que ella no le estaba diciendo toda la verdad.
—No eres como Bruce Willis en un sexto sentido, estas viva ¿cierto? –ella frunció el ceño al escucharlo, sin entender de qué hablaba. Dana nunca había visto películas.
— ¿Quién es Bruce Willis? No sé de qué hablas –Ethan la quedó mirando sorprendido.
— ¿Me estás diciendo que con tu habilidad nunca viste la película sexto sentido?
—No –respondió mientras tomaba otro sorbo de su copa de vino.
—“Veo gente muerta” –dijo él tratando de imitar al pequeño actor de la película, pero solo hizo reír a Dana con esa demostración — ¿no reconoces esa frase?
—Realmente no sé de qué me hablas, pero luce entretenido ¿es algún estilo de comedia? –Ethan se quedó de una pieza mirando al ser que tenía al frente. Él, quien se había devorado todas las películas paranormales que incluyeran espíritus cuando era un adolescente, encontraba insólito que su colega de habilidades no supiera sobre una película tan conocida como esa.
—Debemos remediar esto, estoy pensando realmente que estás muerta ¿Cómo no conoces esa película? Debes verla ¿en qué mundo viviste? ¿Tus padres no te dejaban ver televisión?
—Bueno… —ella se quedó pensativa unos segundos, iba a utilizar este momento para evitar futuras preguntas –yo no tengo padres, me crié en un orfanato –Ethan se quedó con la copa de vino en la mano, sin saber que decir.
— ¿Y Adam? ¿No habías dicho que era tu primo?
—Es una forma de decirlo, él estaba en el mismo orfanato que yo, así que nos unimos mucho, pero como él es mayor que yo… dejó el lugar antes.
—Lo siento… yo –Ethan comenzó a incomodarse al no saber cómo reaccionar ante tal revelación.
Dana lo quedó mirando, sintiéndose muy mal por estar mintiendo con algo como eso, pero había pensando hace semanas lo que tendría que inventar sobre su inexistente familia. Le había comentado a Adam su idea y él la apoyó luego de regañarla por haberlo metido en esa historia.
—Ahora tiene sentido que ese hombre, Eric, sea tu tutor ¿no?
—Exacto.
— ¿Desde cuándo estuviste ahí? ¿Dónde quedaba? ¿En Chicago? –Dana volvió a tomar de la copa de vino, ya que se estaba poniendo nerviosa por las preguntas que le hacia su humano.
—No sé, me crié en ese lugar, quedaba en… Greenwood, Indiana.
— ¿Y cómo llegaste aquí?
—Hace un par de meses, Adam me dio la idea, así que lo seguí, por allá no me estaba yendo bien… así que acepté.
— ¿Y qué hacías allá? –el corazón de Dana estaba latiendo con fuerza por ser incapaz de seguir una mentira hasta ese nivel, pero el alcohol estaba ayudándola. Sabía de memoria que tenía que responder para que fuera una historia real, pero aun no estaba segura de que iba a ser capaz de reproducirla.
—De todo un poco, nada fijo… ya sabes, empleos de medio día, otros de noche.
— ¿De noche? –preguntó un tanto confundido Ethan.
—Sí, preparando tragos, ese estilo de cosas –dijo ella recordando a Isaac, el barman del Lucifer. Ese era uno de los empleos que lo hubiera gustado trabajar, solo por estar cerca de las luces que tenía el club.
—Ya veo, un día de estos me preparas algo ¿te parece? Por estar tomando las pastillas nunca he podido beber tranquilo, me gustaría probar algo nuevo.
—Claro, no hay problema –dijo ella bebiendo de su vino blanco hasta acabarlo de un solo trago, sintiendo como todo estaba empeorando. Ella ni siquiera había bebido hasta ese momento, menos sabía preparar algún trago.
— ¿Quieres más? –dijo Ethan tomando la botella de vino, pero ella negó de inmediato, al hacerlo la habitación dio un par de vueltas sin que ella pudiera controlarlo. Sentía que su cuerpo estaba subiendo de temperatura y que sus extremidades pesaban más de lo habitual.
—Creo que no debería beber más, no me siento del todo bien.
—Oh… pero si solo han sido dos copas.
—Nunca antes había bebido –Ethan la miró aun más confundido de lo que estaba.
“¿Era barwoman y nunca había bebido? Irónico” pensó mientras dejaba la botella aún lado.
—Entonces come otro poco, dicen que hace bien.
—Está bien –ella se dedicó a cortar otro pedazo de su lasaña para llevárselo a la boca.
—Dana… ¿de verdad antes no te habían besado? –ella levantó la vista de inmediato ante aquella pregunta.
—No… —sintió como sus mejillas se sonrojaban al sentirse avergonzada. Ahora sentía más calor que hace un segundo atrás.
—Eso es imposible ¿Cómo es que pasó? –ella tragó saliva nerviosa, estaba comenzando a desear otra copa de vino para tener la valentía de inventar una historia en el momento.
—Es completamente normal, no todo el mundo tiene alguien para que lo esté besando todo el tiempo.
—Es cierto, pero tú eres muy atractiva, muy, pero muy atractiva –las mejillas de Dana volvieron a encenderse ante los halagos que le regalaba Ethan, a quien no le pasaba por desapercibido ese rojo que estaba adquiriendo el rostro de ella.
—Simplemente no ocurrió.
— ¿Ni siquiera algún novio? –ella comió otro bocado de lasaña ahora de forma violenta, enojada por las preguntas de Ethan.
—No, nada…
—Alto –dijo Ethan recordando un gran detalle de Dana –dijiste que ese tipo que estaba en tu departamento era tu ex, es imposible que no te haya besado si eran novios.
—No te dije que era mi ex, tú fuiste quien dijo eso.
— ¿Entonces? ¿Nunca tuviste nada con él? –Dana tensó la mordida al darse cuenta del giro que estaba teniendo la conversación.
—No, nada de nada, estuvo un tiempo buscándome pero no lo tomé en cuenta, así de simple ¿ahora es algún estilo de pecado no tener novio o nunca haber besado a alguien?
—Tranquila… —dijo él sonriendo, pensando en las posibilidades que tenía con Dana, ser el primero en todo –me agrada, ese tipo lucía sospechoso como para estar contigo.
—Fue un amigo, nada más ¿sí?
—Entendido, entonces como el primer hombre en besarte ¿Qué opinión tienes al respecto? ¿Te gustó? –los ojos verdes de Ethan comenzaron a tener otra tonalidad, que no pasó desapercibida por Dana.
El corazón del ángel quería escapar corriendo a través de su garganta, Dana sentía que no estaba en las condiciones para responder una pregunta así, pero sin poder controlarlo, su boca se abrió para revelar la verdad.
—Fue lo mejor que he sentido en toda mi existencia –al ver que Ethan adoptó una expresión más seria por sus palabras, entendió lo que había dicho.
— ¿Y por qué me golpeaste allá arriba cuando traté de hacerlo de nuevo?
—Cuando uno quiere algo, no se toma sin pedir permiso y menos al ver que la otra persona no quiere dártelo.
—Nunca sin tu permiso entonces ¿eh? –Dana volvió a sonrojarse y miró hacia otro lado, esquivando la mirada penetrante que le regalaba Ethan.
—No sé por qué estamos hablando de esto, sobre todo tú que tienes novia, ¿Cómo es qué se llama? ¿Zoe? –Ethan sonrió al ver que su acompañante estaba celosa.
—No es mi novia, no soy ese tipo de hombre, solo tengo amigas.
—Oh, lo sé –dijo ella ahora mirándolo, pero aquella afirmación llamó la atención de Ethan –se nota que eres de esa forma.
— ¿Qué forma?
—Un sinvergüenza –dijo ella repitiendo las mismas palabras que todos sus cercanos le habían repetido sobre Ethan.
—Yo… —él se quedó pensando en cómo lo había llamado Dana, no era del todo falso, así que no supo que decir.
—Dame un poco más, por favor –dijo ella estirando la mano con su vaso.
— ¿Estás segura?
—Sí.
—Está bien… —Ethan llenó su copa de vino de nuevo, bajo la mirada de Dana –siento lo ocurrido con Zoe esta mañana, no fue nada cómodo, lo entiendo.
—Solo fueron un par de besos que tuvimos, no un compromiso eterno –dijo ella negando y tomando otro sorbo de su vino blanco.
—Muy bien entonces –dijo él ahora con cierto sentimiento de ego herido.
Antes que cualquiera de los dos pudiera decir algo, las dos esferas que habían dejado tranquilo a Ethan durante este tiempo, volvieron en toda su gloria y majestad, dando vueltas a través de la cintura de Dana y subiendo por su cuerpo para después rodear rápidamente las velas que iluminaban la cocina.
—Ahora no –dijo Ethan con una mueca de molestia, no quería hablar con almas esta noche –por favor ¿podrían volver mañana? Estoy seguro que pueden esperar otro poco ¿no?
En ese momento de sorpresa tanto para las almas como para Dana, las dos pequeñas esferas celestes eléctricas se desplazaron a un lado del ángel y se revelaron ante ellos.
Era una pequeña niña, de no más de tres años, rubia de ojos azules que vestía con un pantalón corto rosado y una camiseta del mismo color. En cambio a su lado había un niño de unos ocho años, que vestía con unas bermudas gris y una camiseta con mangas de color verde, la única diferencia que había entre los hermanos, eran su cabello, él lo tenía negro.
— ¡Nos urge hablar contigo! –dijo él mientras que su hermana lo tomaba de la mano. Ambos estaban rodeados de una luz celeste –tenemos que ir a ver a mamá.
Ethan se quedó de una pieza al verlos, tan pequeños y dando vueltas por un mundo que no conocían.
—Mi nombre es Dana –dijo ella estirando su mano. Los niños la quedaron mirando extrañados, no sabían que ser era, pero si podían ver la luz que se expandía de ella, tan blanca como nunca antes habían visto.
—Yo soy Miguel y ella es Amy –dijo mirando a su pequeña hermana –no habla mucho, menos con extraños –Dana sonrió mientras que Ethan aun estaba en estado de shock.
Se le podía hacer más fácil ver a las almas y tratar de entender que eran parte de su vida, pero otra cosa era verlas revelarse y que hablaran como un ser humano más –deben ayudarnos, por favor, mamá está sola aquí en la tierra y papá ya cruzó hacia el otro lado.
Dana los quedó mirando y sintió como la cocina se movía más allá de lo real, estaba mareada y era producto del poco alcohol que había consumido. Pensó un segundo como debían actuar, pero Ethan se le adelantó.
—Muy bien –se puso de pie, tratando de comprender toda la situación –verán… ahora es muy tarde para salir y lo mejor es que vuelvan mañana ¿no, Dana?
—Yo… —ella no sentía por completo sus labios, así que le costaba hablar –creo que es lo mejor ¿podrían esperar solo unas horas más? Si él no puede, yo en la mañana especialmente me dedico a ayudarlos.
—Pero nuestra mamá… ella –el pequeño Miguel miró a su hermana, que solo estaba ahí, esperando que alguien la ayudara a decirle a su madre que volviera a sentirse bien, que ellos estarían pronto mucho mejor –ella necesita de nuestra ayuda.
—Es muy tarde y de seguro tu mamá está durmiendo ahora –Ethan trató de explicarles –además Dana ha dicho que si no puedo ayudarlos, ella lo hará personalmente ¿lo prometes, Dana?
—Prometido –dijo ahora ella sonriendo, entendiendo que no podían hacer nada a esas horas del día.
— ¿De verdad lo prometes? –dijo el pequeño, ahora más emocionado, presionando con más fuerza la mano de su hermana.
—Así es.
— ¿Escuchaste, Amy? Ella lo promete, solo un poco más aquí y después podremos ir con papá ¿sí? –Ella asintió ante las palabras de su hermano mayor — ¿Cuándo amanezca nos ayudarás?
—Prometido…
Las dos almas al escuchar la promesa de Dana, que tenía una luz tan blanca, no dudaron en aceptar y volver a refugiarse en dos esferas para seguir dando vueltas por el departamento de Emma y Diego. Sin embargo, eso fue lo necesario para que Dana decidiera retirarse, ya que debía dormir, no se sentía del todo bien para poder ayudar a dos almas y eso no le gustaba ni un poco.
—Me debo ir –dijo ella. Se puso de pie, pero se tambaleó un poco.
—Cuidado… —Ethan rodeó su cintura para sujetarla y evitar que se cayera o chocara con algo a su alrededor –te llevaré hasta tu departamento ¿sí?
—Está bien –dijo ella, no se sentía nada de bien.
Ambos se dirigieron hacia la puerta de salida, sin darse cuenta que estaban siendo observados por alguien más. Dana al estar bloqueada por el alcohol, no fue capaz de sentir como había una energía tan maligna cerca de ellos.
Gabriel estaba apoyado en una esquina de la sala bajo la oscuridad que el lugar le proporcionaba, observando la cena que había tenido su ángel favorito y el humano que le estaba causando más problemas que ninguno. Tenía la cruz de madera de Emma sobre su dedo índice, haciéndola girar sin que se cayera, mientras que sus ojos dorados estaban atentos a cada uno de los movimientos de Ethan. Tensó su mordida cuando él bajó su mano más de la cuenta por la cintura de Dana, aprisionado su cadera.
—Maldito humano –susurró cuando la puerta principal se cerró.
Sin más, destrozó la cruz en su mano izquierda y después arregló el cuello de su abrigo negro, sintiendo como los tatuajes en sus brazos y cuello ardían y de esa forma dos sombras terroríficas salían de debajo de su abrigo y rápidamente recorrían el departamento.
—Lo siento, pequeños –dijo Gabriel sonriendo cuando esas dos sombras rodearon las dos esferas celestes, encarcelando a los pequeños niños que trataron de revelarse, pero solo dejaron expuestas sus miradas de terror mientras estiraban sus manos hacia la puerta por donde se había ido Dana y Ethan. Las sombras los encapsularon en la oscuridad para llevarlos a las profundidades más horribles que podía tener el infierno y así unirlos a sus filas de demonios.

— ¿Estás bien? –preguntó Ethan cuando recostó a Dana en la cama, ella sentía que su habitación daba mil vueltas, pero aparte de eso, pudo ser víctima de un escalofrió inusual que se —había mantenido con ella desde que salió del departamento de Emma.
— ¿Te puedes quedar unos minutos por favor? –dijo con voz temblorosa, sin saber que había pasado algo malo o si estaba asustada por sentirse de esa manera. No lo podía reconocer debido al alcohol que corría por su cuerpo.
—Mmm… está bien –dijo dudoso Ethan. Se sentó al lado del ángel y ella estiró su mano para que la tomara, lo hizo sin dudar –creo que no habrá más tragos para ti, nunca más.
—Mucho mejor –susurró ella, concentrándose en los ojos verdes de Ethan para que la habitación no siguiera dando vueltas –mañana recuerda que debemos ayudarlos.
—No lo olvidaré, te lo prometo –dijo él sonriendo, abstraído por la belleza de su ángel.

¡hola pequeñas mariposas! en este día lluvioso les traigo un nuevo capitulo. Aaahh espero que les haya gustado, pasaron varias cosas, sobretodo al final. Se complicaron las cosas, solo hay que pensar en como se sentirá Dana al darse cuenta del pobre destino de los pequeños :S 
Espero que esten muy bien y muchas gracias por los comentarios del capitulo anterior, siempre es un gusto leerlos *-* gracias. El proximo capitulo no se los puedo asegurar porque el proximo viernes tengo prueba y se viene complicado.

17 Lectores:

  1. OMG!! He de decir primero, que rompí mi promesa de no leer este capitulo hasta haber acabado de releer LD, pero sinceramente ha merecido la pena y eso que son ahora exactamente las 3 y media de la mañana, pero sabia que había capitulo y la carne es débil y más con sabiendo que Ethan y Gabriel están en escena.
    Me encanta Gabriel y siempre me gustara pero eso no quiere decir que lo que hoy hizo me parezca bien, al contrario, pienso que ha sido demoníaco, y nunca mejor dicho, casi me pongo a llorar por esos pobres niños (bueno almas de niños), que pasara cuando Dana no los encuentre, sabrá que paso???.

    Ja ja como a Dana le de más alcohol y le haga preguntas de ese estilo, algo al final se le va ha escapar, pero he de reconocer que ahora es capaz de mentir con más soltura que antes, le esta cogiendo gusto. Me gusta la forma en que se comporta, como una niña a la que le están enseñando el mundo, y lo ve todo por primera vez, pero en su caso, es prácticamente eso, una niña que pisa tierra por primera vez.

    Estoy deseando leer el siguiente capitulo, y lo esperare con ansia. Besicoooss

    ResponderEliminar
  2. definitivamnete dana y el alcohol no son buenos amigosss o.o pero q pasara con esos pobres niñoss Dana se dara cuenta de lo que hizo Gabriel!!! esperoo el proximoo capi con ansias :D

    ResponderEliminar
  3. que pena por los niños ojala los puedan ayudar u.u

    ResponderEliminar
  4. ohhhh...primero este capi tuvo de tod...desde peleas....risas....reconciliaciones..............pero lo mas triste esos pobre niños no es justo este gabriel es muyyy maloooo.....que culpan tenian esas almas ........ahora si danna va a estar muyy malllll....:( solo esperando el siguiente capi...

    ResponderEliminar
  5. Que egoísta que es Ethan, le estoy empezando a coger tirria. ¿Que pasará cuando Dana se de cuenta que no están los niños? otra cachetada para Ethan? Siiiii, jajaja que mala soy. Los niños se salvan no? :(
    Oye Dani, no hay foto de Emma, no?
    Pues lo dicho esperando saber que pasa con Adam y Lilia, jijiji!
    Anapi

    ResponderEliminar
  6. maldito gabriel...!!!!!
    me encanto el capitulo...

    ResponderEliminar
  7. Aaaw me encantó el capitulo!!! Siento lo perdida dani, pero sabs q t sigo en silencio :) me cargó Gabriel, malvado! Pobres almas de esos niños u.u me encantó eso si.la cena como ofrenda de paz XD lindo gesto, emma es seca Xd y todo lo que le dijo sobre cómo manejar a ethan fue genial *.* yap, saludos grandes dani, Patty Díaz

    ResponderEliminar
  8. Dani

    Hola

    Me gusto mucho el capitulo, pero te quiero pedir el favor de que jo dejes que dos seres de luz se vayan a la oscurida por favor son niños

    Una abrazo

    ResponderEliminar
  9. Ya me imaginaba yo que eran un par de peques las almas que molestaban a Ethan y creo que Dana no sólo sufrirá una resaca al día siguiente sino una gran cruda moral al darse cuenta que por estar bajo los efectos del alcohol pasó por alto la presencia de Gabriel dejando a los niños a su merced.

    ResponderEliminar
  10. santo dios!! así se termina mi crush casi inmoral con Gabriel (pero sólo por hoy eehhh).. pobrecitos niños!! y todo por la borrachera (tan divertidas que pueden ser :P), pero Dana ni va a disfrutar, ya me imagino si así se puso por golpear a Ethan, que va a hacer cuando se entere que Gabriel se los llevó!!
    y tan mono que iba el capítulo con la cena con velas y toda la cosa.. mira que Ethan nada más necesita que le jalen un poco la rienda.. va a dar su brazo a torcer cuando vea que Dana no cae como todas las demás (si, me incluyo en las que se irían con él sin dudar)

    un excelente capítulo.. ya quiero leer el próximo!!!

    ResponderEliminar
  11. Estaa bien qe Gabriel sea malote le da su toqe :$ sexy y malvado grr :$ ... pero ahora se pasó! >:C eso es maaaaaldad pura :c crueldad! >:c se merece morir en la pica >:cccccccc

    pobrecita Dana :c cuando vea qe los niños no aparecen T_____T espero qe Ethan tenga un poqito de compasión >:C y se decida a ayudar :c

    ResponderEliminar
  12. ok creo que Dana le falta mucho para madurar y saber como enfrentarse a situaciones con Ethan y sobre todo darse cuenta que no puede ella sola no sabe como enfretarse a situaciones humanas como para que pida su espacio por asi decirlo si ni se pone lista no lograra su tarea y sin querer esta jugando con fuego y puede salir muy quemada y este gabriel que malo me salio pobres niños creo que aqui se paso de malo pero mejor me espero a leer el sig cap y ver que pasa con Dana al darse cuenta que tomo licor un error de muchos que va a cometer jeje se me figura

    ResponderEliminar
  13. ¡Yo no perdono que Grabriel tomara las almas de los niños! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡lo odio!!!!!!!!!!!!!!

    PS. Puse muchos signos de exprecion para mostrar mi odio :P

    ResponderEliminar
  14. Yaaa quiero leer el próximo! Me encanta esta historia!

    ResponderEliminar
  15. Oh my gosh, aun no leía por completo este capítulo y me siento mal :C
    No sé qué le ve Dana a la lasaña, no es nada del otro mundo, a mi no me gusta jajajjajaja, Eric, amor mio, hay un avismo gigante que nos separa, el amor por la lasaña T.T
    Puuuuucha, me dan ganas de putear a Dana!!! si ella no hubiese tomado mas de la cuenta, esto nunca le hubiese padado a las pobres almitas de los niños... Ethan la emborracho xd
    Gabriel ¿por qué eres tan malo? pobres niños, me da tanta pena :C

    ResponderEliminar
  16. Hola, no se que le paso al correo con este capitulo, pero aqui va mi comentario:

    Pobres niños espero que alguien haya visto lo que Gabril hizo y le pateen el tracer, y Dana... espero que Ethan no se aproveche.

    ResponderEliminar
  17. ooooooooooooooooooooooooooooooh POR EL AMOR DE DIOS SI ERAN UNOS NIÑOS!!!
    ahora entinedo los comentarios en fb ...
    Dana como tan tonta si sabe q el alcohol es malo, kaka lo peor de la vida y ella va y toma !! paaaff

    ResponderEliminar

Con la tecnología de Blogger.

© Black Butterfly, AllRightsReserved.

Designed by ScreenWritersArena