viernes, 8 de abril de 2016

Sobrevivientes - Capitulo 6



27, Julio, 3016
SALA DE INTERROGACIÓN.
Inicio de exploración mental Emma Miller
Oficial a cargo: Eva Reed.


Emma se encontraba en la sala de aprendizaje junto a David, quien la miraba atentamente, sonriendo como lo hacía en el pasado. No había cicatriz en su cabeza.
—Puedo sentir el latido de tu corazón —dijo ella —incluso desde esta distancia, como si fuera mío.
—Qué es el humano sino otro tipo de maquina…
—Si me dices eso, me concentraré para utilizarte a mi gusto.
—Eso es lo que uno hace por amor ¿no?


Emma saltó de su cama y respiró profundamente tres veces, luego golpeó sus mejillas y se insultó por tener ese estilo de sueños sobre David. Le tomó varios minutos calmarse y tratar de olvidar lo que acababa de soñar.
Hoy era un gran día y no deseaba arruinarlo, ya que por fin David le había informado que saldrían al exterior. Se cumplían dos semanas de su curso intensivo, desde mañana comenzaría a compartir clases con los demás, las cuales servirían para enfrentarse al resto de mundo. Sin embargo, David había convencido al Teniente Stone que ella debía conocer primeramente como era el mundo.
Le habían entregado indicaciones detalladas de cómo debía vestirse para ese día y le habían dado los implementos necesarios para ello. Por primera vez desde que llegó a la EBE se iba a sacar el overol blanco que llevaba. La tela de los pantalones cortos de jeans y la pequeña camiseta azul era diferente a todo lo que había tocado, al aparecer estaba creada para capear el calor del infernal sol, como también las gafas que le habían entregado y una crema que la protegería de los rayos ultravioletas.
Rápidamente se dirigió al baño para estar lista y luego comió su desayuno sin decir una palabra a Mei o sus compañeros. Volvió a su habitación y se puso la ropa que le habían indicado, después se dirigió hacia la sala de David, toco rápidamente y abrió la puerta.
— ¿Estás listo? —preguntó ella, sin siquiera saludarlo.
David estaba de pie mirando el cuadro que recién acababa de terminar. Era un paisaje único, en el centro había una laguna y estaba rodeado de árboles, los rayos de sol llegaban a cada centímetro pero no parecían destruir el lugar, sino que lograban embellecerlo aún más.
—Pensaba que solo pintabas tus recuerdos —dijo ella confundida.
—Así es. Buenos días —respondió él, girándose a ella.
No fue sorprendente para Emma ver a David vestido de una forma diferente al overol blanco, ya que la mayoría de sus recuerdos sobre él, era con una vestimenta diferente a la actual. Sin embargo, esta vez lucia guapo para ella, con aquel pantalón negro y una camiseta gris que se adhería a su cuerpo.
—Te has estado ejercitando ¿no es así? —preguntó ella.
—Hoy iremos a un centro de compras, ya no me quedan pinturas. Sera algo tan simple como eso, tu objetivo es observar y conocer todo lo que puedas durante el camino ¿entendido?
David tomo un bolso que parecía de cuero y lo cruzo por su tórax.
Ambos se dirigieron hacia la puerta y ella lo siguió unos pasos atrás ya que él iba por nuevos caminos para ella.
—Tenemos que tomar una salida alternativa, Emma, de esa forma saldremos a varios kilómetros de la EBE.
Llegaron a un nuevo ascensor que Emma no había visto jamás. No dudó en memorizar el camino por si alguna vez usaba dicho escape para salir de la EBE.
David mostró su placa digital y las puertas del ascensor se abrieron. Entraron y él marcó el numero cincuenta. Para su sorpresa el ascensor no subió ni bajo, sino que se movió de forma horizontal por varios minutos.
— ¿Estás nerviosa? —preguntó David, sin mirarla.
—De ninguna manera ¿Qué sentido tendría? Conozco el mundo.
—Supongo que sí, pero no este lado del mundo. De todas formas solo debe observar ¿sí? No quiero que digas palabra alguna.
Emma puso los ojos blancos y se concentró en los números que marcaba el ascensor. Justo en ese momento comenzaron a subir hasta que dos minutos después las puertas se abrieron.
Se encontraba ahora en un edificio abandonado, casi destrozado por el tiempo y el clima. Cuando salieron de las ruinas de lo que parecía ser un centro comercial, se subieron a un jeep que había a las afueras, cubierto por sabanas sucias y destrozadas.
— ¿De esta forma esconden sus autos? No es muy original, además es riesgoso.
—No muchas personas tienen interés en usar un auto, nadie tiene donde ir.
Ella no respondió, solo lo ayudó a sacar las sabanas y luego se subieron al jeep negro.
David activo con su huella digital el motor y luego se concentró en conducir.
Comenzaron a avanzar por las destrozadas calles, el polvo se elevaba levemente en comparación a kilómetros de distancia, pero el sol estaba llegando con toda su fuerza, tanto que se morían de calor en el jeep.
— ¿Cómo sobreviviste todo este tiempo? —Pregunto David, mirando el camino —tiempo atrás dependías mucho de tu madre y Vicente.
—Somos animales, nos adaptamos.
—Eso no responde mi pregunta.
—Bueno, no estoy en mi mejor momento como puedes verlo, así que pasé bastante hambre, frio y peligro al estar cerca de personas que han perdido todo tipo de moralidad.
David no la miró pero ella pudo ver claramente que su expresión cambiaba.
— ¿Alguien te hizo daño? —consultó con un tono preocupado.
—No, me mantuve distante de las personas. No fue hasta que la EBE me encontró que hable con alguien.
Él la miro de reojo, claramente sorprendido por lo que estaba diciendo ella.
—Pero es imposible no hablar con alguien durante años, Emma.
—Difícil claro ¿imposible? Para nada.
—Bueno, supongo que para alguien con tu personalidad no sería difícil.
—Exacto, tu morirías por no abrir tu boca por más de una hora.
Se quedaron en silencio, ya que cada segundo que transcurría, el ambiente se volvía más tenso.
—Dime algo —dijo ella, aprovechando que David estaba hablando más de la cuenta — ¿Has sabido algo de los niños que cuidabas?
—No, desde que me uní a la EBE no supe más de ellos, probablemente estén muertos.
La frialdad con la que habló David logró que Emma empuñara sus manos, tratando de controlarse para no golpearlo en la cara. Por momentos ella pensaba y tenía la esperanza que el antiguo David siguiera escondido por algún lado.
—Ya veo.
—Entiendo si me odias, pero no era mucho lo que podía hacer por ellos. Tenía que encargarme de sobrevivir.
Emma decidió que no deseaba seguir escuchando al nuevo David, por lo que no pregunto nada más por varios minutos. Se concentró en luchar contra el calor y las horribles imágenes de la ciudad acabada.
—La próxima ciudad está alrededor de treinta minutos en auto así que no nos tomara mucho llegar.
— ¿Cómo es que puedes llegar y comprar cosas sin llamar la atención?
—Me tienen considerado un artista, viviendo en mi propio mundo y sobreviviendo gracias a los pedidos que me hacen o exposiciones que realizo cuando tienen cenas importantes.
Emma lo miró sorprendida, aunque no debido a su talento ya que para ella lo que hacía David era prácticamente mágico, sin embargo, ella desconocía que él fuera conocido entre las personas debido a su talento.
— ¿Te pagan?
—Sí, cantidades a veces sorprendentes, las cuales van directo a la EBE.
— ¿Tú no te quedas con nada?
—Un pequeño porcentaje, que no he utilizado, no lo necesito, la EBE me proporciona todo lo que necesito.
Emma suspiró agotada, el calor comenzaba a hacerle daño.
David sacó de su bolso una botella de agua helada y se la entrego.
—Debes hidratarte, no estás en las mejores condiciones para sobrevivir en este ambiente. Por este sector el calor es infernal.
Emma abrió sorprendida la botella y disfruto de la exquisita agua con sabor a limón.
—Dime —dijo luego de beber un largo trago — ¿Cómo es que venden este estilo de cosas?
—Aún quedan algunas empresas destinadas a darle ciertos gustos a las personas con dinero.
— ¿Cómo luchan contra este calor si es un sector dañado?
—Con filtros de aire y hielo, de esa forma sus casas y salones están siempre frescos. También han modificado las ventanas para que los rayos de sol sean abatidos. Pueden llevar una vida común bajo un techo que los protege de los rayos del sol y el polvo. Veras que su ciudad está cubierta, como una cúpula donde viven sin problemas mientras que todos los demás nos quedamos fuera.
Emma abrió su boca sorprendida, ella no estaba enterada de las ciudades que David le relataba.
— ¿Cuántas ciudades de esas hay en el mundo?
—No tenemos un conteo global, pero sabemos de las más grandes, ya que hay otras comunidades más pequeñas que son aún más exclusivas. Son alrededor de veinte ciudades en el mundo, donde se concentran las personas con más dinero, tienen tecnología que había sido destruida por los cataclismos.
Ella no pudo decir palabra alguna, no estaba enterada de lo que pasaba en el mundo, solo se había concentrado en obtener algo de comida en el mundo hostil donde vivía. Sin embargo, saber que había personas que solo por tener dinero tenían comodidades que jamás podría haber soñado.
— ¿No tienes amigos entre esta clase social?
—Amigos reales, no, aunque varios piensan que son mis cercanos.
Emma no pudo evitar pensar en alguna hermosa chica que fuera amiga de David, pero se deshizo de aquel pensamiento tan rápido como llegó a su cabeza. Para distraerse, se quedó mirando por la ventana, pero observar por tanto tiempo los rayos del sol sobre el suelo le provocó un dolor de cabeza. Tuvo que cerrar sus ojos y apoyar la cabeza en el respaldo.
—Jamás has tenido amigos en el pasado, Emma —dijo él luego de unos minutos.
Ella solo pudo levantar los hombros, sin deseos de contestarle. Lo cierto era que jamás había sido cercana a ninguno otro ser humano que no fuera su familia y David.
—Debes comenzar a ser más sociable, es una herramienta crucial para poder cumplir las misiones que nos dan.
Emma solo sintió el leve golpe de David contra su brazo, le estaba ofreciendo nuevamente un poco de agua fresca. Ella no pudo evitar recibirla agradecida.
—Supongo.
Emma no pudo evitar recordar diferentes momentos de su vida, donde siempre estaba presente David, si bien ella siempre había sido cercana a su hermano, el protagonista de los momentos más significativos había sido quien estaba a su lado. Frunció el ceño al darse cuenta que a pesar de todo, a la única persona dentro de su vida que pudo haber llamado amigo, había sido David.
—Tú te comportabas como un amigo conmigo, creo que eso no le agradaba a mi hermano.
No pudo dejar escapar esas palabras de su boca. Ella amaba a su hermano, pero debía admitir que tenía ciertas reacciones que no compartía, como lo posesivo que era con David.
Para sorpresa de ella, se encontró con los ojos de su compañero, mirándola sorprendido.
— ¿Es idea mía o recién te acabas de dar cuenta que éramos amigos?
Por el tono de voz que estaba usando él, Emma pudo notar que no estaba nada contento con su actual descubrimiento.
— ¿Qué clase de problema tuviste de pequeña para comprender tan poco a los seres humanos, Emma?
Ella lo miró con el ceño fruncido, pero no fue capaz de responder a su pregunta. Ciertamente no era buena reconociendo a sus pares, menos aún sus formas de actuar o de sentir. En sus primeros años de vida, ella solo se había limitado a existir y tratar de comprender el mundo infernal donde estaba sumergida, sin embargo, luego de quedar sola, sus objetivos se habían ampliado a sobrevivir y encontrar a su hermano.
—No tengo la menor idea, pero me ha ayudado a seguir con vida ¿no lo crees?
David no tuvo palabras ante aquella frase, solo hizo una mueca de conformidad y asintió.
Ambos se fueron en silencio por el resto del camino. Por lo que cuando Emma dio un grito ahogado al ver el horizonte, sorprendió a David.
— ¿Qué sucede?
— ¿Qué es eso? —preguntó ella, mirando por el parabrisas.
A varios kilómetros podía ver como se elevaba una cúpula ante ellos. Habían diferentes edificios en ruinas, pero en mejor estado de lo que Emma había visto jamás.
—Es una de las grandes ciudades, son resguardadas por aquellas cúpulas, para que no sean afectados por las tormentas de polvo. De esa misma forma tienen sus propios conductos para el agua, alcantarillado e instalaciones eléctricas.
—Pero… —Emma negaba ante la ciudad que estaba viendo, solo en alguna foto de algún libro viejo, había visto algo semejante a lo que tenía ante sus ojos —es imposible.
—Esto es lo que quería demostrarte, no todos saben de estas ciudades y mucho menos saben dónde se encuentran. Están alejadas de las ciudades en ruinas y muy pocos son aquellos que se arriesgan a largas caminatas lejos de sus hogares o que sobreviven a ellas. Son el mejor secreto del nuevo mundo.
No era como las ciudades que antes habían poblado los humanos, destacaban zonas de ruinas y tragedia, pero comparado con el resto del mundo, no era más que una metrópolis.
Emma no pudo decir palabra alguna, solo miraba sorprendida aquella cúpula. Parecía un invernadero, ya que a medida que se acercaban, pudo notar que incluso había vegetación. La tierra era fértil en ese lugar.
—Ha estado realizando investigaciones para mejorar la capacidad de la tierra y volver a cultivar. Son tan costosas que solo la limitan a la elite de los humanos.
—No, no puede ser cierto —susurró ella, pensando en todos los años de hambruna, en toda la gente que estaba en la misma condición que ellos y que un día para otro se desplomaban en el suelo, sin vida.
—Esto es a lo que me refería y solo es el comienzo. No hagas nada estúpido, trata de mantenerte en silencio.
No fue una condición que Emma tuviera dificultades para cumplir, ya que estaba tan sorprendida que no podía articular demasiadas palabras.
Para cuando se acercaron, pudieron notar la entrada principal. Estaba custodiada por un hombre vestido de verde militar, llevaba un arma.
—No creas que es el único, hay armas a un par de metros de altura. Están muy bien resguardados porque saben que la EBE está detrás de ellos.
— ¿Han hecho algún ataque al interior de estas ciudades?
—Es difícil entrar en ellas, hasta ahora solo se ha destruido una ciudad, pero fue hace años atrás. La seguridad se ha incrementado.
Emma pensó de inmediato en las miles de posibilidades que tendría la EBE si ella conseguía manejar bien sus poderes. Eran tan valiosa que podría abrir cualquier sistema de seguridad que tuvieran las ciudades.
—Entiendo.
Cuando se acercaron los suficiente, el militar levanto la mano para que se detuvieran. David bajo el vidrio del auto, dejando que incesante calor ingresara aún más al auto.
—Buenas tardes —saludo el militar.
—Buenas, vengo en busca de pinturas —explicó David, levantando una credencial que Emma no había visto.
El militar tomó la credencial y la registró con una máquina que sacó de su bolsillo. Un sonido y una luz verde indicaron que eran libres para ingresar.
—Solo usted puede ingresar —explicó el militar al momento de ver que David no iba solo —solo lleva una credencial.
—Quizás puede ver al reverso, tengo el permiso para ingresar con una persona. Ella es mi invitada —dijo amablemente David, como si el militar no se estuviera comportando de forma pedante.
El hombre reviso una vez más la credencial y asintió, sin decir nada. Hizo un gesto hacia las puertas principales, que eran transparentes al igual que el resto de la cúpula. Estas se abrieron lentamente para dejar que el auto entrara.
Emma sintió un vuelco en el estómago al traspasar las puertas, para cuando estas se cerraron el ambiente había dejado de ser agotador, es más, sentía una leve brisa que entraba al auto y desordenaba su cabello. Era un lugar fresco, sin mal olor y estaba iluminado de tal forma que el sol llegaba en intensidades adecuadas.
Para cuando David detuvo el auto y lo estacionó al frente de una tienda de ropa, Emma se bajó de inmediato. La brisa llego a ella de forma calmada, como si estuviera rodeada de hielo en comparación al ambiente externo. No sentía frio, sino una frescura que jamás había sentido en toda su vida.
Cerró sus ojos y disfrutó de aquel momento por unos segundos. Estaba tan emocionada que sus ojos se llenaron de lágrimas, jamás se había sentido tan bien.
—Es agradable escapar del calor por unos segundos ¿no? —Susurró David en su oído, logrando que ella despertara y se alejara de él, avanzando unos pasos —y observa esto, hemos tenido la suerte de alcanzar la ciudad antes de la tormenta.
Emma siguió la mirada de David y pudo notar como se acercaba una tormenta de polvo, venia justo detrás de ellos. La cúpula se oscureció en un segundo y todo lo que podía ver era la tormenta que pasa sobre la cúpula mientras ellos estaban resguardados en ella.
—Increíble…
Todos a su alrededor parecían seguir sus vidas como si nada estuviera pasando. Si bien se había oscurecido el cielo por la tormenta, la iluminación natural no lograba que quedaran a oscuras, por lo que las personas seguían llevando una vida normal y corriente, mirando las vitrinas de las tiendas, comiendo en un café, tomando helado, recorriendo las calles, disfrutando de la vida.
Emma no era capaz de comprender nada de lo que estaba ocurriendo, su corazón latía con rapidez y fuerza, su cabeza estaba a punto de explotar ante la imagen que tenía ante sus ojos.
¿Quiénes eran ellos para tener una vida diferente? ¿Eran mejores? ¿Solo se limitaba al dinero?
Eran las principales preguntas que llegaban a su mente tras analizar un segundo lo que pasaba.
—Vamos.
David apoyó su mano en la espalda de ella para guiarla por donde debían caminar. Siguió la trayectoria que el indicaba, hasta que llegaron a un callejón, donde se metieron. No había nadie.
—Debes actuar con normalidad, trata de no lucir tan sorprendida —miró por unos segundos a Emma —o enfurecida, esa tampoco es una opción.
Se dirigieron hacia el centro de la ciudad. Emma pudo notar que las personas de ese lugar vestían con ropas adecuadas, sin nada de suciedad o rasgones, incluso, llevaban bolsas con sus nuevas compras.
Sin embargo, lo que más sorprendió a Emma fue cuando dieron la vuelta en una esquina y pudo observar un mini mercado, donde tenían de todos los alimentos imaginados, envasados, verduras, frutas. Todas estaban a precios estratosféricos.
—Me quiero ir —dijo ella, sintiendo como si hubiesen golpeado su estómago.
—Falta poco, solo debo comprar la pintura. Si llegamos a salir sin nada en las manos, no será tan fácil volver.
Ella sintió y siguió en silencio a David. Llegaron a una pequeña tienda, donde había un gran cartel pintado al estilo de David. Emma no dudo que él lo había hecho.
—Me pagaron mucho por hacerlo, incluso, aun me queda dinero de ese pago.
Ingresaron al local, pero Emma no pudo poner demasiada atención a su alrededor. Solo podía concentrarse en recordar su infancia y la de otros niños, casi al borde de la hambruna, buscando por todos lados un poco de comida mientras que a varios kilómetros se encontraban estas ciudades, con todo lo necesario para llevar una vida grata, sin dificultades.
—Hola, David ¿Cómo te ha ido? —pregunto una voz femenina que saco de su ensoñación a Emma.
Era una mujer mayor, tenía el pelo corto y canoso. Estaba vestida con una camiseta blanca y un pantalón corto del mismo color.
— ¿Vienes por más?
—Si, por favor —dijo David con una sonrisa que sorprendió a Emma. Lucía tan relajado, como si el mismo fuera parte de este pequeño mundo de comodidades — ¿Cómo ha ido la venta?
—Bastante bien —respondió la mujer, dándole la espalda y buscando entre diferentes cajones las pinturas que David necesitaba —ya sabes, todo gracias a ti. Has logrado que esté de moda pintar.
—Siempre es un gusto ayudar en algo.
— ¿No nos presentarás? —dijo ella con una sonrisa.
—Mi nombre es Emma —respondió, dando un paso hacia adelante. Su presentación fue un tanto brusca y forzada.
—Amalia —respondió la mujer —un gusto, al parecer no estás muy acostumbrada a estar rodeada de personas ¿no?
La mirada que le dio Emma a la mujer solo confirmo sus sospechas.
—Mucho tiempo a solas ¿no? Tendrás que ayudarla David.
Emma no pudo evitar sorprenderse al darse cuenta que aquella mujer, también era parte de la EBE.
—Han de ser cuidadosos, la seguridad ha sido reforzada.
David asintió, aun manteniendo una cordial expresión que hacia recordar a Emma tiempos del pasado.
—Gracias por tu compra —respondió ella, recibiendo el dinero que David le entregaba.
Se dirigieron hacia la salida y caminaron por diferentes calles mientras Emma iba absorbiendo lo recién sucedido y como estas personas disfrutaban de una vida llena de lujos en comparación al resto de los seres humanos.
Fue una larga hora, ya que David le mostro diferentes puntos donde la EBE tenía infiltrados. La tienda de pinturas era uno de ellos.
—Es tiempo de volver —susurro él, mirando preocupado a Emma.
Ella solo asintió como respuesta y luego se dirigieron hacia la salida. Se despidieron del militar con un gesto y subieron al auto. Emma no podía decir palabra alguna, seguía pensando en su niñez, adolescencia… y la del resto de los humanos que no habían tenido la suerte de nacer en una familia con recursos.
—Hay hospitales también —dijo David, adivinando los pensamientos de Emma.
—Pudimos llevar a mamá a ese lugar… incluso a Vicente si lo hubiésemos encontrado.
David no respondió, solo se concentró en manejar mientras quedaban resto de la tormenta de polvo.
—Estoy comenzando a entender lo que quieres decir —susurró ella, deseando poder acabar con todas esas organizaciones que diferenciaban a los mismos seres humanos —están acabando con nosotros, solo por no ser parte de esas ciudades.
—Creo que lo comprendes.
—Hay que acabar con esos gobernantes, terminar de una buena vez con esta pesadilla. Si todos pudieran ser parte de estas oportunidad, habría otro mundo —respondió Emma, mirando el tablero digital del auto, concentrada en como cambiaban de número.
—Para ello debemos alcanzar las estrellas, Emma —susurró él, mirándola de soslayo.
—Está bien, estoy dentro.
Levantó su mano al tablero e hizo que los números cambiaran frenéticamente, sorprendiendo a David por el avance que había tenido. Por lo visto, Emma había encontrado un nuevo estímulo para lograr el máximo nivel de su poder.
Ninguno de los notó como en el reflejo del espejo retrovisor se forman rayos en la tormenta de polvo.

oohh que me costo subir este capitulo, estaba listo hace semanas, pero no tenia tiempo para poder editarlo. Por fin ya pude hacerlo, espero que les haya gustado ;) Gracias por leer.


5 Lectores:

  1. por fiiiiin!!!! llevaba como un año esperando el capi :x hahahaha! xDDDD me intrigan los poderes de Emma >o< siento qe será tan bacanosa >:D espero poder leer más de esta gente pronto >o< no nos dejes tan botadas Dani~ <3

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  2. Por fin creí que te habías olvidado de la historia
    Me extraña el poder de Emma
    Será posible que se un arma

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  3. Por fin!! DIOS! Como un año esperando el capítulo! Jajajaja mentiras Dani, haces lo que puedes
    Me encantó! Pero... Emma ya sabía de su poder o ha ido mejorando? Si esta mejorando, como lo hace dentro de la EBE para sorprenderme a Daniel!? O.o
    Bah! Ya quiero leer más /-\
    Gracias Daño ^-^

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  4. aleluya!! jajaja esta super, pero solo fue como de transicion... quiero accion ya! jajaja porfa no tarde una eternidad en actualizar... se te quiere, eres lo maximo!!
    felicitaciones DTB

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  5. Dani, tocaya!
    Te extrañó, echo de menos leer tu mente, SÉ que estarás ocupada o en un nudo de inspiración pero quisiera poder volverte a leer.

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