“Un
nuevo comienzo”
Dana se estaba
vistiendo con la ropa que Ethan trajo para ella, la había sacado del armario de
su madre, así que le quedaba un poco grande, de todas formas le servía.
Habían
pasado varias horas desde el desayuno y recién se habían animado a salir de la
cama. Dana no tenía deseos de hacerlo, ya que estuvo muy cómoda hablando con
Ethan. Al salir y separarse de él, todo el remordimiento de sus acciones, llegó
de golpe.
Ethan pudo
notarlo de inmediato. No deseaba que ella se sintiera mal, pero tampoco podía
hacer mucho para quitarle esa sensación a Dana, solo debía esperar a que ella
empezara a confiar en él de un día para otro.
—Te
acompañaré a casa de Adam —dijo él, sentando al lado de Dana, en la cama.
—No es
necesario, no es como si fueras mi niñera o algo por el estilo.
—De todas
formas lo haré —dijo acercándose a ella, para besar el cuello de su ángel.
—No, Ethan —Dana
se alejó para que no la siguiera besando, lo miró con el ceño fruncido —basta.
Él sonrió,
pero decidió hacer lo que ella pedía.
—Muy bien, vámonos.
—Tú no
tienes que ir a ninguna parte conmigo —dijo ella, poniéndose de pie y
ajustándose el pantalón.
—Iré de
todas formas.
Dana iba a
explicarle alguna excusa para no seguir a su lado, ya que la desconcentraba,
pero él salió de la habitación. No tuvo otra alternativa que seguirlo.
Adam estaba
de brazos cruzados, mirando a Lilia que le había dado otra demostración de cuan
poderosa era ahora.
—La base
para que siga avanzado tu poder, es la Oscuridad que hay en ti misma. Lo
primero que debes hacer es no seguir usando tus habilidades por un tiempo, solo
hasta solucionar lo demás —explicó Adam.
Estaba
vestido con ropa deportiva, dejando sus brazos marcados descubiertos. Sus músculos
estaban tensos, lo que solo lograba distraer a Lilia.
— ¿Va a
disminuir de esa manera mi poder?
—No, eso es
imposible, ya está en ti. Solo recuerda a Dana, ella no se ha deshecho de
ninguna habilidad que obtuvo en el pasado, pero su alma es diez mil veces más
limpia que en ese entonces. Hubo redención.
Lilia suspiró
y se acercó hasta el Caído. Se encontraban en el gimnasio de la gran mansión y
nadie podía molestarlos. Rodeó a Adam con sus brazos y apoyó su frente en el
hombro de él.
—Yo sé lo
que me puede ayudar a sanar. Matar a Gabriel.
—No es así,
amor —hizo que ella lo mirara —seguirás extrañando a Arial, aun si eliminas a
Gabriel.
— ¿Entonces?
Él sonrió
triste, sintiéndose culpable por el estado de Lilia.
—Tendré que
hacerte feliz, para que te recuperes.
A ella le
fue inevitable sonreír por las palabras de Adam, podía ser muy tierno cuando se
lo proponía.
—Vamos a
hablar con Eric ¿lo has pensado un poco? Él nos puede dar noticias de Arial,
algo que sepa ¿no?
—Sí, lo
estuve pensando unos minutos… y sí, creo que he estado siendo injusta con él. Además,
ahora que lo pienso, puede ser que por mi culpa él no ha bajado a visitarte,
quizás sabe lo desagradable que me parece.
Adam
acarició el mentón de ella, con su pulgar, observando atentamente los ojos
violetas de Lilia.
—No lo
creo, algo ha sucedido con Eric. No es el mismo.
—Debe
gustarle mucho ser un Dominacion ¿sabes? Porque yo habría dejado toda relación
con la Luz, si hubiese estado en su lugar. Ellos debían saber lo que pasaría
con Arial ¿sabes? Siempre saben todo.
Adam
asintió, pensando en las palabras de Lilia, ya que tenía toda la razón. Él jamás
habría aceptado seguir en la misma labor, si hubiese perdido a Lilia entre
alguna de las jugarretas que tenían la Luz y la Oscuridad.
— ¿Sabes? —susurro
ella, empinándose para poder rozar sus labios con los de Adam —ya sé cómo me
puedes hacer feliz en este momento, justo ahora.
La
concentración del Caído volvió a Lilia y descubrió de inmediato lo que estaba
pesando la Nephilim. Sin prolongarlo otro segundo, la rodeó con sus brazos,
levantándola del suelo para que ella rodeara su cadera. La llevó hasta el
primer mueble que encontró mientras la besaba, logrando que la respiración de
la Nephilim se volviera descontrolada.
—Me agrada
esto —dijo él, besando el cuello de ella, mientras sus manos se dirigían hacia
los senos de ella.
Lilia
encantada sentía las manos del Caído. Sin embargo, no pudieron continuar, ya
que tocaron al timbre de la gran casa.
Ambos se
detuvieron, ya que si alguien estaba golpeando a la puerta de Adam, al
atardecer, no debía ser nada bueno. Ambos fueron hacia la entrada principal,
sin pensar por un segundo en quienes encontrarían al otro lado de la puerta. Es
por ello que cuando Lilia abrió la puerta y vio a Dana junto a Ethan, ambos,
Lilia y Adam, se quedaron sorprendidos.
Dana se quedó
helada, sintiendo como todas las palabrerías que Ethan había usado con ella,
ahora se habían evaporado ¿Qué hacia allí? ¿Qué le importaba a ella Lilia y
Adam? Nada, simplemente al verlos perdía toda conexión de amistad que mantuvo
en el pasado. No podía controlar el enojo que sentía.
—Esto es
inu… —comenzó a decir el ángel negro, pero Ethan tomó con fuerza su brazo
izquierdo y detuvo cualquier posible movimiento, además de interrumpirla.
—Buenas
tardes, a ambos —dijo Ethan y sin darle tiempo a nadie de detenerlo entró con
Dana a la gran casa, dirigiéndose, sin haber sido invitado, hasta la sala.
Por un
momento todos se quedaron sin saber que hacer o decir. Adam y Lilia no estaban
preparados para unas visitas tan peculiares como ellos.
—Bueno,
esto será interesante —dijo Adam, cerrando la puerta, para después junto a la
Nephilim, seguir a Dana y Ethan.
Cuando los
cuatros estuvieron sentados y observándose en silencio, el ambiente se tornó aún
más incómodo, pero Ethan estaba dispuesto a ayudar a Dana.
— ¿Has
seguido saliendo por las noches? —preguntó el vampiro, mirando de soslayo a
Dana.
—No —respondió
Lilia, tajantemente. Era cierto que había compartido noches con Ethan, buscando
a Gabriel además de haberla ayudado con su madre, pero eso no significaba que
ambos fueran amigos.
—Adam dijo
que te estabas haciendo amiga de mi padre —dijo Dana, sin controlarlo. Ver a
Lilia hablándole de forma tan fría a Ethan, hizo que respondiera de aquella
forma.
Por esa
razón no quería que Ethan la acompañara, no dejaba que se concentrara.
—Voy a ser
sincero —dijo Adam, llamando la atención de todos — ¿ustedes volvieron?
—No —dijo
Dana, muy seria.
—Si —dijo
Ethan sonriendo, adivinando la respuesta de su ángel —no realmente.
—Esa no era
la pregunta correcta —dijo Lilia, mirando a Adam — ¿Sigues siendo un ángel
Dana?
—No —respondió
ella, mirando hacia un lado, muy orgullosa.
—Entonces,
después de todo este tiempo ¿Qué te hizo venir hasta aquí? —pregunto Adam, en
tono amable.
—Puede… —dijo
Dana mirando hacia cualquier punto, menos a Adam o Lilia —que los haya
malinterpretado.
—Oh
entonces vienes a disculparte —dijo Adam sonriendo.
—No —esta
vez fue Lilia la que respondió por Dana, luego se dirigió a ella —antes, cuando
no estabas… hablamos este tema, tienes todo el derecho para estar enojada. Sabíamos
cosas que tu no, pero debes entender que luego todo lo hicimos para que ustedes
se reunieran. Con Adam nos negamos a aceptar los regalos de la Luz… pero ya
sabes como son.
—Como sea —dijo
Adam, para que el ambiente dejara de estar tan tenso —ya no tienes tus
increíbles espadas ¿no? De seguro necesitarás algo para defenderte de los
demonios. Aun guardo tu Daga, la que me diste a cambio de que te ayudara.
Cuando me volví un Caído, terminé lamentando no tenerla conmigo… puedes pasar
esta noche a buscarla.
Dana los
observo de forma sospechosa.
— ¿A cambio
de qué? —preguntó Dana.
—De nada,
obviamente.
Todos se
quedaron en silencio por unos segundos hasta que Dana suspiró, sintiéndose
confundida. Se había decidido a odiarlos, pero ahora estaba sentada con ellos,
conversando y todo por culpa de Ethan.
El vampiro
se mantenía serio, inexpresivo. Usualmente era así, solo se mostraba dulce
cuando estaba con Dana, era a la única que le mostraba aquella faceta. Y al
verla conversando con los que fueron sus amigos, se sintió bien de haberla
llevado hasta ese momento.
—Bueno —dijo
el vampiro, poniéndose de pie —tengo algunos asuntos que atender, que tenga un
buen día, nos vemos.
— ¿Qué?
¿Qué asuntos? —pregunto Dana, alarmada por quedarse a solas con Adam y Lilia,
no tenía pensado estar en esa situación ahora que Ethan la había acompañado. Se
lamentó por verse tan dependiente del vampiro.
—Asuntos
privados —respondió Ethan, muy poco elocuente, lo que extraño a Dana —nos
vemos.
Antes que
alguien dijera algo más, él desapareció.
—No me
acostumbro a su velocidad, si se quedara quieto y en silencio, seguiría siendo
el Ethan de antes —dijo Dana, dejando que sus pensamientos se escaparan y los
dijera en voz alta.
—Es cierto —la
apoyó Lilia —es diferente, más frio y realmente mortal cuando se enoja. Por lo
menos eso aprendí cuando salía en las noches con él.
“¿Frio?” Pensó Dana, incapaz de sentir de esa
forma a Ethan, aunque no le pasó desapercibida la expresión seria que mantuvo
durante todo el tiempo que se quedó con ellos.
—Finalmente
se ha ido el vampiro.
Todos se
quedaron en silencio al escuchar la voz de Eric.
Apareció
ante ellos, como si hubiese estado acompañándolos en todo momento. Estaba con
su armadura y para sorpresa de Adam y Lilia, llevaba el cabello corto.
—Tu pelo —dijo
Adam con sus ojos bien abiertos —jamás te había visto así.
—Eric —susurro
Lilia, tan sorprendida como Adam al ver el rostro del Dominacion. Parecía un
nuevo ser y… no le agradaba, no se parecía en nada al que habían conocido.
—Traigo
mensajes —dijo apoyando su mano en la empuñadura de su espada —aunque lo
primero es bastante obvio —miró a Dana —estás destituida por haber tenido una relación
fuera de lo establecida con un humano, tus armas fueron confiscadas y desde
ahora te puedes hacer llamar un Caído, envejecerás como uno y tu alma se verá
afectada por los pecados que realices.
Todos
fruncieron el ceño al escuchar la voz monótona y casi robótica por parte de
Eric.
—Ahora
bien, traigo noticias más importantes que aquella.
— ¿Es sobre
Arial? —pregunto Lilia sin poder contenerse.
Esa
pregunta descompuso la expresión de Eric, que solo le dio una mirada glacial a
Lilia.
—Están
eliminando a los demonios que eligen la Redención —dijo Eric, sin mirar a Lilia
—se necesita ayuda.
— ¿Y por
qué habríamos de ayudarlos? —preguntó Dana, sin sentirse intimidada por la
nueva faceta de Eric.
—Por los
esfuerzo y los sacrificios que se llevaron a cabo para que eso sucediera. Yo
solo cumplo con informarles, no hay sospechosos, no sabemos nada sobre el o los
atacantes. No tengo nada más que decir.
— ¿Eric? —pregunto
abrumado Adam, sin poder creer la actitud de su amigo —no te puedes ir aun,
llevas demasiado tiempo desaparecido. Hablemos por unos minutos.
—Tengo
trabajo que cumplir, Caído.
— ¡Pero que
mierda es esta! —Dijo Lilia, levantando la voz y sorprendiendo a todos por usar
una mala palabra — ¿Quién te has creído para tratarnos como si fueranos basura?
Dana se
puso de pie, pensando que en cualquier momento Lilia se lanzaría por la vida de
Eric. No la quería rostizada, así que la detendría si eso sucedía.
—Por lo que
veo solo estas desperdiciando la vida que te dio Arial, yo sabía que tú no la
amabas. Ella estaba equivocada al amarte.
Dana cubrió
su boca al escuchar lo que decía Lilia, era demasiado hiriente con Eric, incluso
ella podía notar eso.
—En algo no
estás equivocada, Nephilim, ella no debió dar su vida por mí.
Adam dio un
paso para acercarse a Eric, pero este expandió sus alas y desapareció.
— ¿Qué fue
eso? —preguntó Dana, tan sorprendida como los demás.
Eric
apareció ante los nuevos novatos, a varios metros de distancia. Eran menos de
20, lo que era bastante bajo comparado con las otras generaciones de Arcángeles
que había entrenado.
—No
deberías ser tan dramático ¿sabes? —le dijo Noelia, tan espectacular con sus
alas y eso que solo tenía expandida un par. Al ser Serafín, tenía tres pares de
alas. Esta vez vestía con su túnica y armadura, luciendo letal.
— ¿Qué
haces aquí? Ya fueron informados —dijo Eric levitando hacia sus futuros
alumnos, que esperaban ansiosos —preferiría que enviaran a alguien más para ese
tipo de mensajes, tengo una agenda ocupada con los Arcángeles.
La mano de
Noelia se posó en el hombro de Eric, logrando que este se detuviera y la mirara
sospechoso.
—No puedes
seguir así de amargado.
—Puedo
seguir como yo quiera, ustedes solo necesitan a alguien que se encargue de los
Arcángeles ¿no? Bueno, estoy haciendo mi trabajo.
—Eric —dijo
ella, preocupada —sabes que debes dar más que eso para poder verla otra vez.
La mordida
del Dominacion se tensó, no quería hablar de Arial con nadie, menos con Noelia.
—Tengo
mucho que hacer, permiso.
Se alejó más
rápido de Noelia para alcanzar a sus alumnos, sin poder dejar de pensar en las
palabras de Noelia.
Eric sentía
constantemente como si alguien estuviera con un atizador caliente, quemando su
pecho. Todo el día pensaba en Arial, siempre recordaba cada detalle de cuando
estuvieron juntos, aunque hubiese sido por un corto tiempo. Cada minuto se
recriminada por haber sido lo bastante lento como para no salvarla. Habían días
que se enojaba con Arial solo por no haber aceptado ser uno de ellos. Ahora
estaría junto a él, riéndose y enseñándole a los futuros arcángeles, como
eliminar demonios.
La
extrañaba tanto que le dolía, cosa que no era natural en un ángel Dominacion,
pero no podía evitarlo. A veces deseaba olvidarla, solo para no sentir todo el
pesar de no tenerla a su lado, quizás, hubiese sido mejor que borraran su
memoria como lo hicieron con Dana. Sin embargo, dos segundos después, se arrepentía
de aquellos pensamientos. La amaba y no pasaría ni un día sin desear verla,
sentirla… escuchar su voz.
De seguro
le diría que se estaba comportando como un patán, sobre todo con Lilia y Adam.
Si bien la Nephilim no era su amiga, había sido prácticamente la hermana de
Arial, además estaba sufriendo como él y estaba cayendo en la Oscuridad por
ello. Sabía algo de eso, pero no deseaba involucrarse.
— ¿Eric? —Dijo
una Arcángel recién ascendida — ¿comenzamos?
El
Dominacion suspiro, cansado.
—No, vuelvo
en un tiempo más. Pronto se les avisara.
Dio media
vuelta, negando y sintiendo los hombros pesados. No debió comportarse de esa
forma cuando dio el mensaje a Adam y las chicas. Aunque no lo hacía por los
demás, sino por el remordimiento que sentía ante la idea de que Arial se
enterara, era tan astuta que no le sorprendería si algún día se la encontraba a
la vuelta de alguna esquina.
Suspiro
otra vez y cerro sus ojos, dejándose llevar por sus alas.
Ahora se
encontraba en la oficina de Adam, en la gran casa, aquella habitación que
ocupaban para temas serios. No tuvo que esperar mucho para ver que su amigo
entraba por la puerta.
—Ya me
parecía extraño escuchar un aleteo por acá —dijo Adam, sonriendo.
El Caído se
acercó a Eric y se sentó en el otro extremo del gran sofá.
—Las chicas
están en la cocina, creo que ahora desean comer algo como excusa para pasar
tiempo juntas. Dana volvió con un humor horrible, estaba insoportable, pero al
parecer, Ethan está sirviendo de algo por primera vez.
Eric tenso
su mandíbula. Odiaba esa característica de Adam, él siempre era muy leal,
incluso se había vuelto en un Caído por no poder eliminar a un ángel que se había
convertido en un demonio, eso hablaba bastante de él. Solo tenía mala suerte en
el amor, aunque ahora las cosas estuvieran a su favor.
—Podrías
ahora tomarte un minuto para explicarme eso de las muertes ¿no? Si necesitas de
mi ayuda, no hay problema, puedo averiguar algo para ti ¿este Gabriel
involucrado? Estoy cansado de tener que buscarlo.
Eric miro
hacia otro punto, pensando en cuanto odiaba a Gabriel, solo por haber estado
involucrado en la muerte de Arial. Todos habían tenido su ración de culpa.
—No, ese
demonio está siendo lo bastante pasivo y patético para seguir lamiendo sus
heridas. No se sabe quién es, yo no estoy a cargo de investigar, solo soy un
mensajero. Varias muertes se han realizado en los Portales demoniacos, aquellos
que llevan al mismo Infierno.
Adam
asintió, pensativo.
—Lucifer
debe estar enojado por perder a varios de sus demonios y no me extrañaría que
le diera aquella misión a Gabriel, es su perro más poderoso ahora que no está
Azazel.
Aquel
nombre solo hizo enojar a Eric, aunque lo oculto bastante bien. No deseaba
hablar de lo sucedido.
—Haré todo
lo que este en mis manos, pero yo también tengo un favor que pedirte.
Eric lo
miro sorprendido, debía ser algo relacionado a Lilia.
—Y tienes
prohibido irte sin avisar como hace un rato atrás, eso fue bastante infantil. Además
me lo debes, no has bajado hace meses y prácticamente nos olvidaste… ¡y eso que
te he ayudado tanto! Estás en deuda.
—Deja de
hablar tanto, es obvio que estás nervioso. Habla de una vez.
Adam
suspiró, era lamentable cuando debía mentir o pedir un favor.
—Necesito
saber si has tenido algún tipo de contacto con Arial… Lilia se está perdiendo
por cuanto la extraña.
—No —respondió
de inmediato Eric — ¿no es normal que este de luto por su perdida?
Adam se quedó
mirando al Dominacion por unos segundos, sorprendido por la rapidez de su
respuesta. Estaba mintiendo y él lo sabía muy bien.
—Eric… la
amo y no quiero perderla. Necesito tu ayuda.
El ángel de
ojos verdes se tensó, él podía entender la preocupación de Adam. Si hubiese
estado en sus manos la seguridad de Arial, habría hecho lo imposible para
ayudarla.
—No puedes
decirle de esto a nadie —dijo Eric, incómodo —pero luego de lo sucedido, traté
de dejar la Luz, es lo que más deseo, pero me atraparon.
— ¿Algún
trato?
—Cada vez
que ayude a la Luz, de forma transcendental, obtendré… un pase libre para ver a
Arial.
Adam frunció
el ceño, confundido, sin entender las palabras de Eric.
— ¿Pase
libre? —Al entender de lo que se trataba, abrió sus ojos sorprendido —
¿Has…visitado el Cielo de Arial?
Eric
asintió.
—Solo una
vez hasta ahora.
— ¡Pero
eres un ángel, eso está prohibido! Oh… debes ser muy bueno en tu trabajo para
que te permitan ese privilegio ¿Cómo fue?
Eric sonrió,
para sorpresa de Adam, ya que no esperaba ver una expresión parecida en el
Dominacion, más ahora que lucía tan diferente con el cabello corto.
—Ya no
tiene sus ojos rojos, sacaron todo lo demoniaco en ella. Tiene los ojos verdes…
y sigue igual de desesperante.
Adam por un
segundo pudo imaginar el dolor que sentía Eric, siendo limitado de esa forma y
usando su dolor para mantenerlo al lado de la Luz.
—Necesito
que Lilia la vea, que se despida de Arial.
Eric lo
miro con el ceño fruncido.
—Para eso
tendrían que hacerla bajar, ese tipo de ritual es peligroso y además está
prohibido.
—Es mi
única esperanza, Lilia no sana sola, necesita a Arial.
—No —dijo
sonriendo Eric, expresión que no reflejaba ninguna alegría sino la sorpresa que
le causaba escuchar la idea de Adam —es imposible, podrían incluso causarle
dolor a Arial. No lo permitiré.
—Todo
saldría mal si se hace de forma errónea, pretendo hacer todo a la perfección.
—No —dijo
Eric, poniéndose de pie —ya suficiente sufrimiento ha tenido Arial ¿Crees que
debería soportar ser atrapada de esa forma y usada por ustedes?
—Eric, tu
sabes de esto… todo saldría bien, siempre has sido el que mejor se le da este
estilo de cosas.
Era cierto,
el Dominacion desde que era un Ángel Custodio, había estado interesado en todo
tipo de rituales que podían llevar a cabo. Se había sumergido en libros y más
libros, es por ello que podía hacer más de lo que se esperaba, es por esas
características en él, que la Luz no lo dejaba ir.
—No quiero
tener que recurrir a Sebastián, además tú también podrías verla.
— ¡Pero no
es natural! Ella debería estar descansando.
— ¿Y de
verdad piensas que Arial está feliz en su Cielo mientras todos están lejos?
Eric negó a
las palabas de Adam, ni siquiera deseaba pensar en que ella no estaba
disfrutando su propio cielo. Lo había pensado más de una vez, al recordar el
momento de dejarla, notando como la nieve volvía a caer en aquel bosque de
cerezos, sobre la cabaña que ella usaba como hogar.
—Debo
creerlo.
—Bueno,
entonces deberé recurrir a Sebastián, él es otro que se encarga de esto. No me
agrada la idea ya que tú eras idóneo para hacerlo, por lo menos quería tu
autorización, pero si no es así, tendré que hacerlo de todas formas, arriesgando
que ella pueda sufrir en el proceso.
Adam se
puso de pie, caminando hacia la ventana que había detrás del escritorio,
pensando que su técnica para manipular a Eric funcionaria.
— ¿Cómo
puedes ser así de egoísta?
No tenía
sentido para Eric que Adam actuara de esa forma.
—Lo haré de
todas formas, la pregunta es ¿Qué harás tú, Eric?
El
Dominacion se puso de pie, acorralado por la horrible tetra de Adam. No tenía
elección, no dejaría que dañaran a Arial por hacer un mal trabajo.
—Bien.
Muy lejos
del plano mundano, Gabriel se encontraba en un gran salón donde la iluminación
llegaba desde los grandes ventanales. Las llamas del Infierno podían ser
poderosas.
—Gabriel,
Gabriel… —dijo el gran demonio en su trono.
Lucifer lo había
citado a una reunión eso sucedía cuando las cosas iban muy bien… o muy mal.
Estaba con su apariencia humana, pero la sombra que se expandía por el piso,
mostraba el monstruo que era, partes amorfas, con cachos e incluso hasta las
garras de sus manos podían verse en aquella sombra.
Sin
embargo, Lucifer era vanidoso y le gustaba tener esa imagen atractiva, que
atrapaba a cualquier ser, ya sea hombre o mujer, demonio o ángel.
—Mi señor —dijo
Gabriel, inclinándose un poco.
—Acércate…
Gabriel lo
hizo, solo quedo a dos metros de los escalones que llevaban al gran trono. Dos
ventanas habían detrás de este, dejando que las llamas de un mundo maldito y
desolado, iluminaran el salón.
—He estado
un poco preocupado por tu existencia ¿te sientes bien? —Dijo con un tono de voz
que alerto a Gabriel — ¿Algún resfrió? ¿Alguna enfermedad por estar fornicando
con algún ser indebido?
—Todo está
bien, gracias —respondió Gabriel, notando los ojos negros que tenía esta vez el
Rey de los Demonios. Siempre iba cambiando su forma, jamás lo había visto dos
veces siendo la misma persona.
— ¿Entonces
que explicación hay para que mi hija se esté revolcando con ese vampiro espía
que tenemos? ¿Cuál es su nombre?
Gabriel
tenso su cuerpo. La información que le entregaba Lucifer era de fiar, jamás mentía
cuando estaba furioso. La idea de imaginarse a Dana con Ethan, no era algo que
le agradara.
—Ethan.
—Interesante,
ella se volvió en un Caído por pasar varias horas con él… pensaba que tu ibas a
lograr ese cometido ¿No fue eso en lo que habíamos quedado?
Gabriel
levanto la vista, sintiendo como el enojo recorría sus venas.
—No fue
posible, su hija seguía siendo un ángel cuando nos encontramos, jamás podría
haberla hecho caer.
Lucifer
apoyó su espalda en el respaldo, para luego mirar hacia arriba, como si fuera a
caer una mejor respuesta desde el mismo cielo de fuego que tenía como
decoración.
—Lo
importante es que dejó de ser parte de la Luz ¿no? —dijo Gabriel, inexpresivo.
— ¿Tú crees
que eso me importa cuando su alma sigue intacta? Tú eras el encargado de
hacerla caer.
—Eso era
imposible, solo habría sido efectivo si la hubiese violado o me hubiese quemado
por completo ante el intento. Su hija sigue siendo muy poderosa.
— ¡Me
interesa muy poco la integridad de Dana y mucho menos en las condiciones que
hubiese quedado tu piel! No sirves de nada, no sé en qué estaba pensando cuando
decidí recibirte como un Demonio.
—Si lo
desea, puedes eliminarme —dijo sin preocupación Gabriel. Podía ser respetuoso
con Lucifer, pero eso no significaba que fuera a temerle. Una vez fueron
enemigos.
— ¿No te
han dicho que no debes jugar con fuego porque te puedes quemar? —un incómodo
silencio se estableció entre ambos —Dime cuáles son tus planes, ahora mismo.
—Ninguno,
señor —Gabriel se cruzó de brazos —las cosas no salieron como yo lo tenía
planeado, ella simplemente me odia.
—Claro que
te odia ¡Hasta yo te odio! ¿Crees que te estoy pidiendo que la enamores? ¡Eres
un demonio! Perdiste esa capacidad de encantar hace décadas, Gabriel. No eres
un Arcángel, eres un ser de la Oscuridad, uno muy guapo, pero no estamos hechos
para esas cursilerías.
Gabriel no
contestó.
—Quiero a
Dana a mi lado, necesito ese poder a mi favor.
— ¿Por qué?
—Pregunto Gabriel — ¿es tan poderosa como para acabarte? ¿Por eso la quieres?
Lucifer cerró
sus ojos por unos segundos, pero los movía, como si estuviera observando de
todas formas. Gabriel entendía que estaba espiando en el mundo de los humanos.
—Sabes muy
bien de qué trata la Era de la Redención, mucho de mis demonios, nacidos como
tal, están accediendo a cambiarse de bando… una nueva especie para la Luz
¿sabes? Incluso hay rumores sobre poseer alas, un nuevo color. Necesito que
acabes con aquellos traidores.
Gabriel frunció
el ceño.
—Ellos
pueden tener la libertad de elegir, siendo demonios desde sus orígenes.
Lucifer
bufo, molesto.
— ¿Desde cuándo
un Demonio o un Ángel tienen la capacidad de elegir? Todos son castigados al
hacerlo, así que quiero que ayudes a los demás, eliminándolos. Te daré la
capacidad de poder saber de quienes se tratan.
Gabriel
levantó los hombros, poco le importaba lo que sucediera con aquel tema. Si lo
enviaban a asesinar, lo haría.
—Y quiero
que te encargues de Dana, la quiero de mi lado.
—Ella no me
quiere ver en pintura.
— ¡He dicho
que la quiero a mi lado! —Rugió, poniéndose de pie —no entre tus brazos, deberás
inventar algo, no sé, mata a Ethan y culpa a la Luz, estoy pidiendo que
ensucies su alma ¿cuán difícil puede ser? ¡Eres un jodido demonio, Gabriel!
Lucifer
noto como su demonio no reaccionaba, solo lo observaba inexpresivamente.
Resopló cansado, no podía creer que Gabriel hubiese perdido su esencia.
— ¿De
verdad quieres que ese Ethan tenga a Dana? ¿Lo permitirás? Porque si es así, dímelo
de inmediato para acabar con tu inútil existencia.
Gabriel se quedó
unos segundos en silencio, pensando en sus posibilidades. Por una fracción de
segundo se vio con ella, con Dana, rodeando su cuello y besándolo como sucedió
en el pasado. Ahora sabía que eso era imposible, por lo que reemplazo su imagen
por una escena entre Dana y Ethan…su odio comenzó a florecer.
No existía
ser que Gabriel no odiara más que a Ethan, quien jamás debió existir. Los
juegos de la Luz habían sido crueles al darle ciertas virtudes al humano de
Dana.
Gabriel sabía
muy bien que el jamás podría herir directamente a Dana, no tenía la capacidad
de enfrentarse a ella y matarla. Sin embargo, algo muy diferente sentía por
Ethan… y quizás podría hacer las cosas un poco más entretenidas si antes de
asesinarlo le demostraba a Dana que su querido vampiro, no era nada diferente a
los demás demonios.
—Muy bien,
Lucifer. Pero necesitaré cierto poder para que nadie sepa lo que estoy
haciendo.
Gabriel
asintió, sintiendo como las energías volvían a su cuerpo.
El Rey de
los Demonios sonrió… siempre le agradaba ensuciar cada vez más el alma de
quienes la habían entregado.
—Hecho, vete
de una vez, demonio.
Cuando
Gabriel desapareció, la pregunta que este le había dicho a Lucifer, volvió a la
mente de Rey.
¿Por qué? ¿Es tan poderosa como para acabarte?
¿Por eso la quieres?
Porque es
la única que tiene lo mejor de la Luz y la Oscuridad.
Y eso, eso
podría acabar con todos.
Dana tomó
la primera prenda que encontró cerca y se la puso bajo la mirada sonriente de
Ethan.
—Esto no debió
pasar, no otra vez.
Eran más de
las doce de la noche y ella había vuelto desde la casa de Lilia y Adam hacía
solo dos horas. Se había encontrado con el vampiro en la puerta de su
departamento, ofreciéndole un café y unos panecillos dulces. Ni siquiera
recordaba quien había iniciado todo como para volver a acabar en la cama.
—Tú fuiste
la que me atacó, acercándote de esa manera y besando mi mejilla.
— ¡Era solo
para agradecer el café! No para que te metieras entre mis sabanas.
Ethan sonrió,
le era imposible estar de mal humor cuando solo hacia minutos, había tenido a
Dana entre sus brazos.
—No
deberías estar molesta, lo pasamos bien ¿no?
—Eso no
viene al caso, de todas formas, vístete…
Ella se
puso de pie, se había puesto la camiseta de Ethan por lo que le era imposible
al vampiro llevar a cabo aquella orden.
— ¿Por qué
quieres que me vista? ¿Temes que no te puedas controlar?
Dana se giró
a verlo con el ceño fruncido.
—Que
descaro de tu parte, te tienes en muy alta estima ¿no es así? Si bien no te
quiero las veinticuatro horas del día a mi lado, iremos a recorrer ciertos
lugares y para eso debes estar vestido.
Ethan se sentó
en la cama, dejando que Dana notara sus músculos. Ella tuvo que desviar la
mirada.
—Hoy no
entrenaremos, pero quiero verte en acción, será un tipo de evaluación.
—Pero tú me
has visto en acción —dijo de forma sugestiva el vampiro.
—Adam… me
pido un favor e iremos a ver cierta situación, están eliminando a Demonios que
han optado por la Luz —no tomo en cuenta las palabras de Ethan, solo siguió
informándolo —Vamos a ayudar ya que Lilia no puede hacer nada sin salir perjudicada.
—Entonces
podemos decir que tu relación con Adam y Lilia ha mejorado ¿no?
—Eso no es
de tu incumbencia.
—Yo creo
que si —susurro en el oído de ella mientras rodeaba la cintura de Dana, para
luego tirar de ella y dejarla sentada sobre su regazo, apoyando su espalda en
el pecho.
—No, no,
no… ahora hay cosas importantes que hacer y ya basta, te estas extralimitando
con mi paciencia ¡No! —Ella pudo sentir como Ethan besaba su cuello —no hagas
eso, por favor.
El tono de
voz cambio por completo, lo que solo hizo que el vampiro se sintiera con más
confianza.
— ¿Y por
qué debería ir contigo? Tengo trabajo que hacer esta noche, a diferencia de
ustedes, yo debo ganar dinero para sustentar mi vida ¿Qué gano con acompañarte?
—Eres un
demonio, deberías agradecer mi ayuda.
—Deberías
responder a mi pregunta si quieres que te acompañe —dijo rodeando con más
fuerza la cintura de Dana, logrando que ella se recostara por completo contra
su pecho.
Por otro
momento ella se estaba dejando llevar, no le agradaba, pero al parecer su mente
la traicionaba y solo se concentraba en el vampiro que la estaba tocando de
forma nada decorosa.
—Ganarías
experiencia —dijo apoyando sus manos en las piernas de Ethan, como si fuera a
tomar impulso para escapar de él, pero no lo hizo.
—Quiero
algo a cambio, sería una actividad diferente al trato que teníamos.
Ella trato
de girarse para mirarlo, pero solo pudo mover su cabeza hacia él, logrando de
esa manera poder ver parte de su rostro… y quedar a centímetros de sus labios.
—Vamos a
ver una película —dijo Ethan, incomodando a Dana que no sabía a qué se refería.
— ¿Qué?
—Vamos al
cine, solos los dos. Una cita.
Dana lo
miro desconcertada.
—Tampoco es
obligación que vengas esta noche, si quieres te quedas trabajando, no tengo
porque soportar tus manipulaciones —dijo ella, tratando de alejarse de Ethan,
pero él no la dejó.
— ¿De
verdad es tan terrible ver una película conmigo? —susurro en el oído de ella,
besando un poco la piel detrás de la oreja y oliendo el aroma que se
concentraba en el cabello blanco de Dana.
Los ojos de
ella comenzaron a pesar, solo por estar entre los brazos de Ethan y por sentir
el susurro de su voz. Su cuerpo la traicionaba, se relajaba cuando estaba con
el vampiro.
— ¿Tienes
miedo? —preguntó Ethan.
—No servirá
esa técnica.
Pero la
verdad que si temía ir al cine con el vampiro, por el simple hecho de que sería
una cita. Algo que jamás habían tenido en el pasado ya que todo había sido bajo
presión y problemas, igual que ahora, solo que Ethan se estaba tomando el
tiempo para invitarla. Aquello era algo íntimo, una forma para que ambos se
acercaran aún más… de una forma no física, lo que si era muy peligroso para
Dana, aunque ya no pudiera controlar todo lo que sentía por Ethan.
— ¿Cuándo
fue la última vez que pisaste un cine?
Dana no
pudo evitar sonreír, se sentía realmente relajada apoyada en Ethan. Como si
volviera a ser la ingenua ángel que lo había dejado todo por su humano.
—Nunca he
ido a uno.
Técnicamente
había ido a más de uno, pero no a ver una película, le agradaba como algunos
demonios optaban por ese lugar para atacar… ella hacia lo mismo, pero no para
atrapar a los humanos. Eso era cuando aún era una adolescente.
— ¿Ves? es
hora de que lo pruebes por primera vez.
Dana se giró
para ver a Ethan y al ver esos ojos verdes se dio cuenta como estaba
permitiendo que él la abrazara mientras le hablaba de planes para una cita.
Un segundo
después ya se había alejado de Ethan.
—Creo que
es hora de que te vayas, además, para ser un vampiro tienes planes bastante
cursis —dijo mientras le tiraba la ropa a Ethan —vístete.
—Llevas
puesta mi camiseta —dijo tomando su pantalón y saliendo de la cama — ¿Qué
quieres? ¿Qué te invite a beber sangre en una noche de sexo salvaje? Tus
prejuicios no tienen límites, no todos somos así, además no tenemos la misma
alimentación, sería inútil.
Dana lo
quedo mirando mientras él se ponía los jeans.
—Iré por
algo de ropa y volveré para que salgamos a dónde quieres ir —dijo Ethan,
caminando descalza y sin camiseta.
Ella se apoyó
en el marco de su puerta, admirando por unos segundos al vampiro.
Ethan de
verdad lo estaba intentando, ella notaba cuán difícil podía ser esta nueva vida
para él, pero no se detenía, no caía… y no dejaba de intentar conquistarla. Sin
embargo, Dana lo había encontrado varias veces perdido en sus recuerdos.
—Este bien —dijo
ella, antes de que saliera por la puerta principal —solo si no es una película
romántica.
—Hecho.
Dana sonrió
cuando él salió de su departamento.
Espero que les haya gustado el capitulo ;) gracias por los comentarios <3 <3 En el capitulo anterior fueron respondidos sus comentarios.
wooooo capi por fin *O* qe bueno qe Dana haya ido a ver a Adam y Lilia :c era necesario ya...espero qe de a poco vaya mejorando la cosa por esos lados~~ Ojala qe puedan ver a Arial ;___; y qe todo salga bien ><
ResponderEliminarQede metida con lo de Gabriel!!! XD qe wea se le habrá ocurrido ahora! me llega a dar miedo ;___; lo qe sea espero qe le salga mal >:C JUM qe ni se le ocurra hacerle algo a Ethan >:c o sino...... lo ahogaré con mis lagrimitas ;___; hahahaha xD
Gracias por el capi Dani :D <3
*-* Esto me gusta.
ResponderEliminar¿Por qué Ethan no me ha invitado a mi al cine?
Ethan yo no me haría la difícil como Dana, yo flojita y cooperando.
Eric, mi Dominación favorito, no soporto leer como se esta consumiendo en su dolor, necesita a su Arial para q lo regañe, bueno a él y a todos por estar haciendo las cosas mal, creo q nadie a valorado realmente el sacrificio que mi pelirroja hizo.
Jummm este Gabriel me esta dando miedo jajaja Él nunca puede significar nada bueno.
Muchas gracias por el capitulo señorita Dani, ya vi q dejaste un outtake de mis Lenardis y en cuanto pueda lo leo y lo comento, de cualquier manera por ser de mi Alex a de ser espectacular!!!
Un beso y nos seguimos leyendo!
Hola me gusto mucho el capitulo estuvo muy bueno gracias dani :-)
ResponderEliminarPd: esperó el otro capitulo con ancias
Ariel debe regresar, pobrecilla sacarla de su cielo no es de Dios pero la acción no es la misma si ella no esta.
ResponderEliminarQué es eso de que erhan es un espía, no creo k dana soporte otra traición que va a pasar
ResponderEliminarAyayayai me encantan, estoy demasiado enamorada de Ethan, así que si Dana no se pone las pilas se lo robare jajajaja. Bueno y si van a la cita mis mejores deseos para ellos jajaja. Muy buen capítulo Dani :)
ResponderEliminarSi por fin planean regresar a arial.ademas dudo que sea feliz sola en su cielo y menoso sera si se entera de lo que hace eric para verla.
ResponderEliminarSi por fin planean regresar a arial.ademas dudo que sea feliz sola en su cielo y menoso sera si se entera de lo que hace eric para verla.
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