martes, 23 de diciembre de 2014

Un ángel negro - Capitulo 7



“Solo un juego”

Nuevamente había anochecido y Dana había decidido no viajar con Ethan hasta el punto de encuentro para el entrenamiento, tan solo acordó la hora y el lugar. Se iban a encontrar a medianoche en el mismo bosque que usaron el día anterior.
Y estaba ansiosa por acabar con él.
Desde la mañana que no había dejado de pensar en el vampiro, de cómo atrevidamente usó ese tramposo poder con ella dejándola sin defensas e insatisfecha. Quería acabar con él, ahora que su mente estaba fría.

No había sido capaz de concentrarse en nada durante todo el día. No importaba todo su esfuerzo para sacar a Ethan de su mente, incluso trató de meter a Gabriel en sus recuerdos, para enojarse y desear matar a alguien, pero nada, no fue capaz de preocuparse por acabar con el Demonio, ni tampoco de cuidarse la espalda por si la Luz o la Oscuridad planeaban algo para tenerla. Ni siquiera se preocupó por la seguridad de Ethan, solo se quedó recostada —luego de tomar el desayuno que el vampiro había preparado para ella —y no se levantó de la cama durante el resto del día.
Se había quedado escondida en su habitación, pensando en lo ocurrido con Ethan una y otra vez, recordando cada segundo y obteniendo como recompensa tres duchas de agua fría y un regaño ante el espejo. No podía caer de esa forma tan lasciva ante el vampiro, que había jugado de manera sucia y sin su consentimiento, aunque si hubiese seguido ella no lo habría retenido.
— ¡Maldito, maldito, maldito! —dijo golpeando el volante del auto al verse perdida en los recuerdos de Ethan —ahora veras como me desquitaré.
Pisó con fuerza el acelerador y se apresuró en llegar al lugar de encuentro.


Adam estaba observando a la Nephilim desde la oscuridad del Lucifer, notando como se despedía de sus compañeras de trabajo y miraba sospechosamente hacia donde estaba la oficina de él. No le costó adivinar que ella planeaba salir sin avisarle.
No tendría problemas si Lilia no fuera por malos pasos, pero sabía muy bien que saldría a buscar problemas. Creía que lo había engañado, engatusado… pero no era así. Tan solo estaba esperando el momento adecuado. El que sería esa noche.
Ambos salieron del club, sin que la Nephilim notara que era observada. Realmente pensaba que Adam estaba aún en la oficina y que para cuando se diera cuenta que no estaba, sería muy tarde. Sin embargo, no alcanzó a tocar su auto cuando unas manos la rodearon y la elevaron del suelo.
Lilia ni siquiera se asustó, sin embargo, nada pudo evitar sentir un vacío en el estómago y no era porque estaba volando, sino porque su tregua con el ángel había terminado. Ya no tenía ideas para distraerlo y ella entendía muy bien lo que él estaba buscando.
Ambos viajaron en silencio hasta que llegaron a la gran casa de Adam. Ingresaron y caminaron directamente hasta la habitación de ambos.
— ¿Algo que decir en tu defensa, amor? —preguntó Adam, logrando derretir el corazón de Lilia, quien esperaba una reacción muy diferente a la amable voz de su ángel caído.
—No te voy a mentir, Ethan me llamó temprano para avisarme que Gabriel volvió. Quería ir tras él.
—Me alegro que haya vuelto, así no torturarás más personas en busca del demonio —dijo él, mirando la espalda de ella —sabes que odio las mentiras.
Lilia no era capaz de mirarlo.
—No te mentí, estaba escapando. Te dije antes que no volvería a mentir.
—Mírame cuando me hablas, no me des la espalda, Lilia —dijo él, tesándose por la desfachatez de Lilia.
Ella le hizo caso, tenía sus ojos llenos de lágrimas. Ahora no le costaba demostrar cómo se sentía, debido a que ya había sido descubierta por Adam. No tenía sentido mantenerse alegre o diferente a como se sentía para esconderle sus emociones.
—Muy bien, se acabó el plazo… esperé a que me lo mostraras tú, pero eso parece ser imposible. Como has dicho que no me mentirás más, quiero ver cuánto ha aumentado tu poder.
Lilia se quedó pasmada, no deseaba mostrarle cuan fuerte era ahora porque esa era la prueba de su entrega a la Oscuridad. Estaba alcanzando el límite.
—Lilia —repitió él, ahora con el ceño fruncido —te lo voy a simplificar, si esto sigue así, un día te despertarás y no me encontrarás a tu lado.
Los ojos de la Nephilim brillaron, mientras que de su mano salía aquella arma violeta, tan radiante como sus ojos. Era parte de ella y reflejaba lo fuerte que había logrado volverse.
—Yo no quería esto pasara —dijo ella, con un rostro afligido —pero necesitaba ser más fuerte para enfrentarme a Gabriel.
Adam se cruzó de brazos, mirándola detenidamente y dándose cuenta del peligro en el que estaba Lilia. Sin duda alguna había avanzando demasiado hacia la Oscuridad, no era un caso perdido y aun podía ser privilegiada por la Luz, pero estaba acercándose a la cuerda floja.
—Idiota de mí —dijo Adam, cerrando los ojos unos segundos y negando, atribuyéndose toda la responsabilidad de lo que veía. Si hubiese estado más atento, no habría pasado aquello.
— ¿Adam? —preguntó ella, afligida y con sus brazos caídos. Hizo desaparecer todo rastro de su poder.
—Esto es lo que sucederá, no es por ser machista ni controlador, pero no permitiré que te acerques a Gabriel. No voy a ponerte en riesgo y quiero que escuches bien porque si la primera vez me pudiste engañar, no creas que habrá una segunda o tercera oportunidad. Soy mucho mayor que tú y sé muchos más trucos que tú. Una mentira más Lilia y lo nuestro se acaba. Ya te dije una vez que no estaré con un Demonio.
Ella abrió ampliamente sus ojos violetas.
—Pero no entiendes.
— ¡Claro que lo hago! No seas egoísta, yo también fui afectado por la muerte de Arial, pero no me volveré en un Demonio, seres que ella aborrecía, para vengarla. Sobre todo cuando el responsable de esto, ha muerto. Te estás comportando como una niña, actuando irresponsablemente.
El carácter de Nephilim salió a la luz. Lilia con las manos empuñadas se decidió a salir de la habitación, pero cuando pasaba por el lado de Adam, este solo tuvo que tomar su mano para detenerla… y para que la extremidad comenzar a ser rodeada por aquel fuego violeta, que siempre se descontrolaba cuando tenía cerca a su Ángel Caído. Ahora no estaba concentrada en controlarse como siempre lo hacía para no quedar al descubierto.
—No irás a ninguna parte —dijo tirando de ella unos centímetros para acercarla, pero ella comenzó a moverse para zafarse del agarre.
Ambos se quedaron helados al ver que nuevamente aparecía aquella arma de Lilia, lista para apuñalar a Adam.
— ¿Ahora quieres torturarme para que te suelte? ¿Ah?
Lilia escuchaba muy lejos a Adam, no dejaba de mirar su mano y lo que había hecho. Jamás en su existencia se había imaginado a si misma poniéndose a la defensa con Adam, no de esa forma.
El arma desapareció y así mismo el fuego de Lilia, a quien se le llenaron de lágrimas sus ojos y miró preocupada a Adam.
—No sé qué fue eso, jamás te podría hacer daño —dijo mientras su mentón temblaba por el miedo y por el llanto que trataba de controlar.
—No llores —dijo acariciando la mejilla de ella —esto tiene solución.
Al escuchar esas palabras ella se lanzó a los brazos de Adam, rodeándolo y desenado que estuviera lo más cerca posible de ella. Sus lágrimas comenzaron a caer sin control, dejando que se desahogara tanto por el miedo a la Oscuridad, como por Arial y por Adam.
El Ángel Caído la llevó hasta la cama, donde le sacó sus zapatos, su jeans y su camiseta, dejándola solo con su ropa interior. Luego le pasó la camiseta, de su propiedad y que había sido robada por Lilia, quien la usaba como pijama. Ella se deshizo de su sujetador y luego se puso la prenda. Le quedaba muy ancha y cubría hasta la mitad de sus muslos.
Adam se deshizo de su ropa hasta que solo quedo con su bóxer y luego se recostó con Lilia. Ambos se miraban frente a frente mientras ella seguía dejando caer sus lágrimas, las cuales él trataba de secar con sus manos.
— ¿Qué haré para que esto se detenga?
—Primero que todo hay que arreglar lo que causa tu sufrimiento, luego solucionar tu lado maquiavélico poder hiper desarrollado.
—No te rías, no sería nada gracioso si te hubiese hecho daño —dijo ella empujándolo con su mano para luego acercarse a él y apoyar su cabeza en el pecho de él —Me duele cada vez que pienso en ella.
—Lo sé, quizás Eric nos pueda ayudar un poco ¿no crees?
Tan solo esas palabras bastaron para que Lilia se tensara y quisiera alejarse de Adam, quien se adelantó a los hechos y la abrazó con firmeza.
— ¿No te has dedicado a pensar un minuto en él? Solo imagínalo —dijo él, pensando en su amigo —era un ángel arrogante, que hablaba pestes de las Nephilim y de los ángeles caídos… luego conoció a Arial, descubrió lo que era enamorarse, para luego perderla ante sus ojos. Suena a tragedia griega.
Lilia se quedó en silencio unos segundos, tomando peso a las palabras de Adam.
—Bueno —susurro —tiene un rostro horrible ahora y además se ha vuelto aún más ogro.
—Él también sufre y no digo que sea un sufrimiento mayor al tuyo o al mío, solo es diferente. Ni siquiera sé cómo sigue en pie, si yo te perdiera… no sé lo que haría.
Ella apoyó su mentón en el pecho de él, para observarlo mientras que su pierna se enredaba con las de él.
—Aun así me amenazas y me das un ultimátum —dijo con el ceño fruncido.
—Claro —respondió él —prefiero estar muerto que verte como una Demonio —dijo tajantemente.
—No pasará —dijo ella, muy desanimada —aunque no tengo ganas de hacer nada estos últimos días.
—Le pediremos ayuda a Eric, él nos puede guiar un poco, estoy seguro.
—Si es que quiere hablar con nosotros —dijo ella mientras recorría el torso de Adam.
—Ya verás que si —dijo él, cerrando unos segundos los ojos, disfrutando de las caricias de Lilia — ¿de verdad no tienes ganas de hacer nada? —preguntó él, sonriendo, aun con sus ojos cerrados.
Lilia sonrió y llevó su mano hacia el bóxer de Adam, pensando que si había una forma muy efectiva de animarse.


Dana miraba desde la distancia el gran árbol que una vez la refugió de la lluvia cuando Ethan y ella se estaban besando. Segundos después se encontró sonriendo, cosa que no ayudó a mejorar su ánimo.
Se giró rápidamente hacia donde estaba su campo de batalla. Ethan aún no llegaba y llevaba tres minutos de retraso, falta que no pensaba perdonársela.
—Lo siento —escuchó de forma repentina, muy cerca de su oído, pero para cuando se giró para ver a quien le hablaba, Ethan ya se encontraba al otro lado, mirándola sonriente. Odiaba cuando le jugaban esa broma.
—Llegas tarde.
—Casi nada, me atrasé porque quise reponer energías antes de enfrentarme a ti, así que tuve que pasar a buscar sangre.
Dana se mantuvo seria por unos segundos, mirándolo sin decirle nada. Ethan no tenía idea que ella estaba recordando lo que pasó esta mañana, aunque si llamó le llamo la atención las mejillas sonrojadas de ella.
—Hoy sin espadas. Será lucha cuerpo a cuerpo —dijo ella mientras se sacaba su casaca.
Ahora llevaba una ropa deportiva nueva ya que la anterior fue destrozada por el vampiro que tenía a un par de metros de distancia.
Era un pantalón ajustado color negro que llegaba hasta sus tobillos, remarcando sus muslos y su trasero. Mientras que en la parte superior solo llevaba un top negro que dejaba prácticamente descubierta su espalda por si necesitaba volar; aunque eso conllevaba también dejar libre su abdomen.
—Mmm…
Aquel sonido hizo que Dana se irguiera y mirara con el ceño fruncido al vampiro.
—No tendría que usar esto si no fuera por tu culpa, el que arruinaste… —ella miro más allá de Ethan, sin poder mirarlo directamente —lo había comprado Lilia, este lo había elegido Arial. No tengo nada más para entrenar, mañana iré por algo.
—Deberías quedarte con ese, así me das un estímulo para venir a clases.
Ella bufó molesta por sus palabras.
—Recuerda que yo te estoy haciendo un favor, no al revés. Compórtate como debes, ese es mi estímulo para seguir enseñándote.
—Pero esta vez necesito un premio o algo por el estilo —dijo él, dando unos pasos hacia atrás —lo de hoy en la mañana me agotó, hace mucho que no usaba mi poder y me entretuve demasiado tiempo contigo.
— ¡Cállate! No vuelvas a recordar eso —dijo ella, sintiendo deseos de romper un par de huesos vampíricos.
—Te propongo algo —dijo cruzándose de brazos, sin tomar en cuenta las palabras de ella —cada vez que te inmovilice o te atrape, te podre besar donde yo quiera.
Ella lo quedo mirando unos segundos, inexpresiva.
—Dime que es una broma para no tener que volver a casa.
—Mientras que las veces que tú ganes —dijo sin escucharla nuevamente —valdrán por un ticket de alejamiento.
Ella frunció el ceño.
— ¿Ticket de alejamiento?
—Exacto, cada vez que me pidas que me aleje de ti, lo haré ¿no es eso lo que siempre me pides?
Dana lo quedo mirando unos segundos, parecía demasiado confiado como para jugar de esa forma.
—Solo será temporal, claro, pero te puede servir para momentos como los de esta mañana ¿no crees? Yo respetaré tu ticket de alejamiento, todos los que ganes esta noche.
—Es imposible que ganes alguna vez Ethan, dime la verdad ¿qué sacas con todo esto?
—Estoy seguro que puedo atraparte aunque sea una vez —ella puso los ojos blancos.
—No deberías considerar tu entrenamiento un juego, pero muy bien, acepto, así ganaré muchos ticket de alejamiento porque a veces te comportas como un psicópata.
Ambos se prepararon para la lucha, ella muy segura de que tendría varias victorias mientras que Ethan solo esperaba tener una o dos, pero para eso debía dar el primer paso.
Dana se quedó desconcertada cuando vio que Ethan caminaba sin preocupaciones hacia ella. Frunció el ceño, sin entender que trataba de hacer o si deseaba decirle algo. No fue hasta cuando estuvo a un solo paso de ella, que noto aquella sonrisa seductora que estaba comenzando a expresar con mucha más frecuencia.
¡Era una trampa!
Antes que ella pudiera alejarse él la atrapó, abrazándola con fuerza y dejando inmovilizadas sus extremidades superiores.
—Así no vale —dijo ella.
—Ya habíamos comenzado —respondió él, sonriendo.
—Esto es estúpido, sobre todo porque yo me puedo alejar de ti en cualquier momento, pero saldrás gravemente herido. No quiero herir tus partes nobles —aquello hizo reír a Ethan.
—Estoy seguro que le tienes gran apareció a mis partes nobles, por eso, te agradecería si no me maltratas de esa forma.
—Suéltame.
—No, te atrapé Dana. ¿Sabes lo que me llamó la atención esta mañana? —Dijo casi rozando su nariz con la suya —que cada vez que me tienes así de cerca, tus piernas comienzan a perder fuerza y que tanto tu corazón como tu respiración se aceleran. No tengo un corazón para que lata por ti, pero debes saber que me siento prácticamente igual.
—Ya basta, hazme caso por favor, déjame libre, no quiero herirte.
—No puedes, sabes que no lo harás.
—Sí, te he herido antes, entrenando.
—Pero no cuando vengo pacíficamente hacia ti —dijo susurrando en el oído de ella. Aquello fue como encender un interruptor en ella, ya que su cuerpo comenzó a subir de temperatura por cada segundo que seguía abrazada por Ethan —solo será un beso, dime que gané.
— ¡Oh, jodete! ¡Ojala nunca hubiese sido tu maldito Ángel Custodio! Bien, ganaste.
En ese momento Ethan la liberó de sus brazos y ella lo quedo mirando fijamente.
—Hazlo rápido, bésame de una vez.
Cuando Ethan sonrió, ella se dio cuenta que no iba a ser un simple beso. Y verlo como se agachaba y se apoyaba en las rodillas, fue su confirmación.
— ¿Qué haces?
—No dije que te iba a besar en la boca —sin previo aviso sujeto el borde de su pantalón de deporte y lo bajó bastante como para ver el comienzo de sus bragas, por los costados.
— ¡Eh, Ethan! ¿Qué haces? —dijo ella pasmada, pero no hizo nada para detenerlo.
No lo hizo cuando Ethan bajo un poco más su pantalón, ni mucho menos cuando pasó su mano entre sus piernas para llegar hasta su trasero, de donde bajo otro centímetros su ajustado pantalón.
—Puedo recordar claramente cuando te bese aquí y te corriste como si hubieses estado esperando una vida mis caricias —se acercó a la cadera de ella. Claro que Dana también lo recordaba, había sido insólito porque apenas la había tocado, pero en ese entonces no tenía otras memorias y era una total inexperta.
El problema era que ahora sentía exactamente algo muy parecido. Su corazón se iba a escapar de su pecho en cualquier momento mientras que inconscientemente inclinaba su cuerpo para alejar aquella zona de la boca de Ethan, solo logrando que la mano que la sujetaba por detrás se presionara más contra su trasero.
—No, no…
—Yo gané —dijo antes de pasar su lengua por aquella zona, logrando que Dana cerrara sus ojos y sintiera un escalofrió recorrer su espalda.
— ¿Sabes? Después de beber tu sangre, me es difícil encontrar alguna humana que me apetezca. Hoy no tuve suerte así que no he podido beber nada y como no aclaramos si este beso debía o no incluir dientes, bueno… bon appetit.
— ¡Ah! —gimió Dana cuando sintió los dientes de Ethan atravesar su piel —Ethan… maldito vampiro —se quejó ella, sin alejarlo, solo apoyándose en los hombros de él. No podía luchar, menos cuando sentía su cuerpo en llamas, justo donde él bebía.
Cinco, diez, quince segundos se mantuvo bebiendo de ella mientras Dana perdía la fuerza en sus piernas y se dejaba hacer por aquel vampiro. No se pudo controlar, ni tampoco tuvo la voluntad de alejarlo.
—Listo —dijo ahora de pie ante ella, sonriendo —no fue tan terrible ¿no es cierto?
Ella arreglo su pantalón, sin mirarlo por cinco segundos, tratando de controlar su respiración y su frustración. Por lo que cuando levanto la mirada y se encontró con esos ojos rojos y esos labios que la llamaban, no tuvo otra idea para responder el atrevimiento de Ethan. Levanto su mano para darle una bofetada, pero él la evitó, tomando su muñeca.
— Siempre es un placer beber de ti —dijo muy cerca de sus labios, tanto que ella no podía dejar de mirar la boca de Ethan, pero él se alejó.
Aun sin poder creer que él no la hubiese besado, ella se quedó mirando cómo se alejaba un par de metros, volviendo a su lugar inicial.
—Me pone un ciento por ciento beber sangre de ángel, así que comencemos ¿te parece?
Antes que Ethan pudiera pensar sobre qué movimiento hacer, sintió como una rodilla chocaba contra su estómago. Aunque no tan fuerte como para causarle mucho dolor, pero si lo suficiente para dejar que su cuerpo se inclinara y que Dana aprovechara esa posición para botarlo al suelo, subirse sobre su espalda e inmovilizarlo.
—Primer ticket de alejamiento ganado —dijo ella, susurrando en su oído.
Se puso de pie en un segundo y avanzó caminando hacia adelante, sin preocuparse de como Ethan estiraba su brazo y la tomaba del tobillo, logrando que cayera sobre el césped.
— ¡Ah mi cabeza! —se quejó ella, llevando ambas mano hacia su rostro.
Ethan la soltó de inmediato y se acercó a ella para ver como estaba, preocupado, pero no duro ni dos segundos cerca de su ángel.
Dana movió su pierna derecha, golpeando las del vampiro y logrando que él cayera al suelo. Volvió a subirse sobre él y lo inmovilizó.
—Segundo ticket de alejamiento, creo que no lo pensaste muy bien al momento de crear este juego. Recuerda que cuando peleas, no hay reglas.
Ella le dio la espalda y alcanzó a dar un par de pasos cuando la mano de Ethan la hizo caer. Había atrapado su tobillo, logrando derribarla.
—Eso no sirve de nada, cuando se tienen alas —dijo Dana, poniéndose de pie gracias al impulso de sus negras alas que se habían expandido. En un segundo se deshizo del agarre de Ethan.
El ángel miró hacia el cielo y deseo volar por unos segundos, comenzó a elevarse ante la mirada asombrada de Ethan. Él jamás se acostumbraría a verla con alas, cada vez lo maravillaba, aunque eso no lo distrajo de su objetivo.
Rápidamente Ethan miró a sus lados y corrió hacia uno de los árboles para comenzar a escalarlo. Salto de un árbol a otro hasta que obtuvo cierta altura y se mantuvo paralelo a Dana que aún no desaparecía de su vista.
Dana ni siquiera había notado los movimientos de Ethan ya que volando se sentía con total ventaja, es por ello que cuando sintió unos brazos rodearla y hacerla caer, quedo paralizada.
Ethan los hizo girar para recibir todo el golpe en el suelo mientras no dejaba de mirar sonriendo a Dana, que no dejaba de estar sorprendida por el movimiento del vampiro. Ambos se arrastraron por el suelo, varios metros. La camiseta de Ethan, por la espalda, comenzó a destrozarse hasta que quedo completamente destruida.
Con rapidez el vampiro hizo girar ambos cuerpos, quedando sobre Dana, que solo estaba sonriendo.
—Así no podrás inmovilizarme jamás —dijo con arrogancia —si llegas a luchar con un demonio alado o un ángel, lo que debes hacer es…
Ethan la había tomado por su mandíbula para que no se moviera y ahora los labios de él se movían sobre los de ella, despacio, como si estuviera probando la seguridad de aquel beso. Aunque sin duda alguna el vampiro había logrado inmovilizarla.
Dana era incapaz de moverse, los primeros segundos de asombro la dejaron sin fuerzas para luchar contra Ethan. A medida que el tiempo pasaba se dio cuenta de lo que ocurría, pero tampoco fue capaz de alejar al vampiro, sino que fue respondiendo a los labios de Ethan cada vez con mayor seguridad.
—Te atrapé —dijo contra la boca de ella.
Dana no le respondió, solo siguió dejando que Ethan la siguiera besando mientras ella recorría sus manos sobre los brazos de él por unos segundos, para luego dirigirse a su espalda, que cuando sintió la piel del vampiro, se dio cuenta que la camiseta que usaba él había quedado destrozada. Ella termino de acabarla, sacándola y lanzándola a un lado.
Ethan se detuvo y la miro unos segundos sin decir nada, observando lo hermosa que lucía con aquel cabello blanco desparramado por el césped.
—Gané —dijo él —te inmovilicé.
Dana frunció el ceño, pero no le respondió, ella estaba comenzando a entender la táctica de Ethan y no deseaba darse ninguna ducha fría al llegar a su departamento, por lo que uso su fuerza para empujarlo lo bastante fuerte como para dejarlo sentado a un par de metros. Ella se puso de pie y se acercó a él, quien la miraba anonadado por el comportamiento que estaba llevando a cabo.
—Hay cosas que realmente no soporto —dijo ella, mientras replegaba sus alas, escondiéndola de miradas curiosas que pudieran aparecer —y no me gusta ni un poco que jueguen conmigo en ese ámbito, de eso me encargo yo.
Ethan se apoyó en el césped, aun sentado y mirando sonriendo a Dana. Todo había resultado de forma más rápida a la pensada.
Dana se sentó sobre él, quedando un poco más alta que el vampiro, es por ello que lo miraba desde cierta altura. Sin importarle sus propias ideas y metas sobre alejarse a Ethan, se acercó a sus labios y lo beso mientras rodeaba su cuello con los brazos.
Ethan aprovecho aquel impulso de Dana para rodear la cintura de ella y acercarla más a su cuerpo mientras la besaba con mayor intensidad, absorbiendo la tibia respiración de ella.
—No creas que te escucharé cuando me pidas que me detenga —dijo Ethan mientras besaba el cuello de Dana.
—Calla, no me recuerdes que no debemos estar haciendo esto —dijo removiéndose lentamente contra la cadera del vampiro, obteniendo como resultado que él presionara con más fuerza la cintura de ella.
—No te dejaré ir ahora —dijo poniéndose de pie sin dificultad alguna, logrando que ese improvisado movimiento sorprendiera a Dana, que solo rodeo sus piernas a la cadera de él.
Tan rápido como le permitía su capacidad vampírica, Ethan se dirigió hacia la que fue su casa mientras los labios de Dana besaban el cuello de él, concentrada por completo en él, sin recordar que no debía permitirse esas atribuciones con el vampiro.
Cuando Dana sintió la suave superficie en su espalda, se dio cuenta que Ethan la dejo cómodamente en una cama. No tuvo que mirar por muchos segundos para darse cuenta que estaban en la habitación de él… por lo menos la que había pertenecido a Ethan por 18 años.
Ethan se sacó sus zapatillas, mientras de forma habilosa también se deshacía del calzado de Dana, que estaba aún mirando las paredes de aquella habitación. Aunque su concentración fue robada cuando sintió que Ethan estaba subiendo a la cama. Antes que pudiera decir algo o defenderse, los labios de él se apoderaron de los suyos, al igual que con los deseos de detenerlo.
—Esto fue jugar sucio —dijo ella al ver como Ethan comenzaba a bajar su pantalón deportivo —lo planeaste desde la mañana ¿no es cierto?
—Soy un vampiro, claro que juego sucio —dijo él sonriendo y deshaciéndose del pantalón de Dana.
—Mira, esto será cosa de una vez ¿sí? —Levanto sus extremidades para ayudar a Ethan a quitarle el pantalón —solo será porque no quiero ser parte de la Luz ¿sí?
—Será un placer ayudarte —dijo él, sacándose el pantalón y la ropa interior en una fracción de segundo.
Al verlo desnudo, Dana no pudo evitar sonreír y tirar del brazo de él para acercarlo a ella.
Ethan la beso mientras se deshacía de las parte superior de la tenida deportiva de Dana y luego del sujetador; se alejó unos centímetros de ella para verla casi desnuda y luego sacó de su vista las bragas que llevaba. Estaba completamente desnuda ante él, con su cabello blanco suelto y cayendo por sus hombros, dejando expuesto sus pechos.
— ¿Qué haces mirándome sin moverte? —preguntó ella, con sus mejillas sonrojadas por la mirada que le estaba regalando Ethan.
—Si estás apurada, puedes servirte cuando quieras —dijo él, sentándose contra el respaldo de la cama.
Dana no lo pensó dos veces, se acercó a él y mientras lo besaba se fue acomodando sobre las piernas del vampiro, para luego ir bajando por su cuerpo hasta sentir como la erección de él ingresaba a su cuerpo.
—Mmm —gimió ella contra la boca de él —esto no debería ser prohibido ni castigado.
Ethan dejo sus manos sobre la cadera de ella para embestir contra el cuerpo de ella más fuerte, obteniendo gratos gemidos por parte de Dana y una sensación tan placentera, que lo hacía desear quedarse dentro de ella de por vida.
—Estas son mías —dijo él, tomado el brazo derecho de ella y besando las Marcas que en el habían.
Dana alejó su brazo de la boca de Ethan y se quedó inmóvil, observando al vampiro. Cuando mantenía sus ojos verdes y su sonrisa sin alteraciones, parecía igual al humano que la volvía loca. No era que ahora no tuviera un efecto diferente al del pasado, pero sin duda, le ayudaba a sobre llevar la carga de verlo convertido en ese ser por ella.
—No debiste haber aceptado convertirte en vampiro por mí.
—No es el momento, Dana —dijo sonriendo y rodeándola con ambos brazos para luego recostarla en la cama y comenzar a embestir contra la cadera de ella.
Ninguno tenía apuro por acabar pronto, estaban disfrutando cada segundo que se habían mantenido alejados. Ella no dejaba de sentir todo el placer que él le proporcionaba y de mirar el rostro de Ethan, le fue inevitable llevar su mano hasta la mejilla del vampiro y acariciar aquella zona, deleitándose con el brillo que aparecía en los ojos verdes de Ethan.
Justo en ese momento las Marcas de su brazo derecho, el que tenía elevado, comenzaron a emitir una leve luz. Ethan comenzó a moverse más rápido contra la cadera de Dana, logrando que sus arremetidas la desconcentraran y pusiera solo atención al vampiro que la poseía.
Ethan se entretuvo besando el cuello del ángel y mordiendo su oreja, obteniendo como recompensas sus gemidos y los movimientos apresurados de su cadera que ansiaba encontrarse con la de él.
— ¡Ah!.... —los gemidos de ella llegaban directo a la oreja de Ethan, causándole mayor placer.
— ¿Me extrañaste? —dijo susurrando en el oído de ella.
     Mucho —respondió sin pensarlo el ángel, antes de que se aferrara al cuerpo de Ethan,
sintiendo como su orgasmo llegaba en toda su gloria y majestad, haciéndola temblar bajo el cuerpo del vampiro, quien no se detuvo, logrando que ella mordiera el hombro de él para no gritar.
                Ambos alcanzaron aquel clímax tan ansiado por los dos.
                Ella cerró sus ojos y estuvo descansando unos segundos cuando él salió de su cuerpo. Su respiración estaba acelerada, pero aun así tenía una sonrisa en los labios.
Ethan se recostó a su lado y le robo un corto beso en los labios.
—Es realmente un alivio que tu madre no este acá —dijo ella, aun sin mirarlo. Se acercó al cuerpo de Ethan y se permitió el gusto de sentir su piel contra su mejilla —que vergüenza si nos hubiese escuchado.
—Para la próxima vez usaremos tu departamento.
—No lo creo, no debimos haber…
—Podemos hacer lo que queramos, mientras ambos así lo establezcamos —dijo Ethan, con el ceño fruncido —ahora eres un Ángel Caído ¿no? Tus Marcas fueron hechas de nuevo.
La mano de Ethan comenzó a acariciar la espalda desnuda de Dana.
—No debí aceptar esto —dijo ella, separándose de él, pero lo quedo mirando por unos segundos y rendida se recostó de nuevo a su lado —te odio —dijo cansada.
—Mientras que yo te amo, estás siendo muy dura conmigo ¿no crees? —pregunto sonriendo.
—Calla —dijo cubriendo la boca de Ethan —no tenia en mis planes dormir contigo.
—Aun no dormimos juntos, hasta ahora solo hemos tenido sexo —dijo de forma compleja por la mano que cubría sus labios.
—Silencio, esto será cosa de una vez. Fue todo por tu culpa, jugaste sucio, pero no volveré a caer. No se volverá a repetir ¿entendido?
—Mmm… —dijo contra la mano. Ella lo liberó para que pudiera hablar —no voy a prometer nada.
Dana pudo notar como una mano recorría su muslo, yendo hacia el interior de su cuerpo. Se alejó de Ethan al notar que sus manos estaban en su tórax.
—Basta, estoy cansada —dijo ella, rendida y apoyando su frente en el hombro de él. No esperaba encontrarse de esa manera, pero la tensión de todo el día se había liberado demasiado rápido, por lo que su cuerpo estaba por completo relajado.
—Es mejor que hoy descansemos aquí, así me puedes culpar por hacer que duermas conmigo.
No tuvo respuesta de Dana, pero ella se dirigió hacia el otro lado de la cama para poder meterse bajo los cobertores. Ethan la siguió sin decir nada, cuando ambos se acomodaron, le fue inevitable al vampiro girarse hacia ella y rodear su cintura, atrayéndola a su cuerpo desnudo.
—Te recuerdo que solo puedo dormir un par de horas —dijo susurrando en la oreja de ella y mordiendo la parte superior, logrando un suspiro por parte de Dana.
—Desde mañana todo volverá a ser como siempre, no esperes que despierte a tu lado.
—Por ahora solo pido que me ayudes a dormir —dijo besando el cuello de ella.
Dana se estremeció, pero fue incapaz de responderle algo desagradable. Ya había pecado, se había vuelto en un extraño ángel negro que había caído por un humano. No volvería a ser parte de la Luz, simplemente le era imposible. Aun le sorprendía que ellos esperaran que siguiera fiel.
— ¿Tienes problemas para dormir? —susurró ella, tratando de distraer su propia mente de los problemas que se le vendrían encima. Ni siquiera deseaba pensar en encontrarse con Eric, que de seguro bajaría solo para regañarla.
—No es como antes, solo eso.
“Y los problemas en tu consciencia…” pensó Dana.
— ¿Sabes que no existen los vampiros buenos? En mi existencia, quizás solo he conocido uno o dos —y al que Dana había conocido, murió antes de tiempo. Los vampiros buenos no sobrevivían mucho en el Inframundo.
— ¿Por qué dices eso?
—Porque has de entender que los humanos nos están destinados a ser vampiros a medias, siempre terminan convirtiéndose en demonios, entregan su alma y hasta ahí llegan los restos de su humanidad.
—No pienso hacer eso.
—Lo sé. Solo cierto tipo de humanos se vuelven vampiros para luego entregar su alma.
— ¿Por qué me estás diciendo esto?
—Porque tienes consciencia Ethan, nunca podrás dormir plácidamente como en el pasado —Dana observó hacia la ventana, podía ver claramente como en una parte quedaba expuesta la noche estrellada.
Por unos minutos ambos se quedaron en silencio. Ethan pensando en todo lo que recordaba por las noches, las muertes que no lo dejaban dormir o que le causaban pesadillas. Por otro lado Dana, se rindió al gusto que sentía estando entre los brazos del vampiro, mientras observaba las estrellas.
—Entonces soy un vampiro bueno, eso quieres decir ¿no?
—Único en tu especie —dijo ella, sonriendo, sin que ella la viera —es por eso que aun puedes ver las almas perdidas.
—Igual que tú, somos únicos —respondió él, abrazándola con un poco más de fuerza.
—No, a diferencia de ti, yo siempre he dormido sin ningún problema, ya sea en el pasado o ahora.
Dana jamás había tenido remordimientos tras las múltiples muertes y torturas que había provocado.
—Entonces te mantendré horas despierta durante la noche, para que comiences a pagar tus pecados —dijo mordiendo suavemente el hombro de ella.
—Ethan…
— ¿Por qué me dices esto ahora? ¿Es por qué crees que somos incompatibles? No eres ningún demonio.
—Eso no lo sabemos… quizás mañana cambie de opinión —dijo mirando las estrellas.
—Entonces te acompañare hasta las puertas del Infierno cada vez y esperaré a que salgas para encontrarte conmigo.
Dana dejo de mirar hacia la ventana.
—Solo palabras, ustedes los hombres son expertos en solo hablar.
Ethan río por el comentario de Dana, sorprendiéndola, logrando hacerla enojar.
—Y te ríes, perfecto —trato de liberarse de los brazos de Ethan, pero solo logro quedar frente a él, mirando directamente a sus ojos verdes.
—Amor, deje de ser quien era por ti, creo que mis colmillos son prueba suficiente de lo que puedo hacer por ti.
Ella se quedó en silencio. Deseaba decirle que no debió aceptar nada de esto, que ni siquiera debería estar con ella en ese momento. Sin embargo, no fue capaz de hacerlo porque ella en un momento había estado tan enamorada de él que había cortado sus alas para estar a su lado. Ahora se sentía de igual forma, pero estaba tan asustada, tan preocupada, que no podía aceptarlo como él se lo merecía.
—Quizás me mientes, quizás solo eres parte de algún plan y estas confabulando para acabar conmigo —dijo ella con sus ojos llenos de lágrimas, odiándose a sí misma por estar bajando tanto la guardia.
—Pasaré por alto tu fatal comparación con Gabriel,  deberías conocerme mejor ¿no? Fuiste mi Ángel Custodio, pero bueno, haré todo lo posible para demostrarte que estoy de tu lado, no importa si eres de la Luz o la Oscuridad.
Ella lo miró sorprendida.
— ¿No te importaría si yo fuera un Demonio?
—Seré sincero y diré que no es una alternativa que me guste, pero si eso eliges, creo que no sería capaz de alejarme de ti. Aunque debo dejar en claro, que jamás permitiré que te autodestruyas… si puedo evitarlo, lo haré.
Por unos momentos Dana dejo de pensar en todo lo ocurrido en el pasado. Solo se acercó a Ethan, escondiendo su rostro en el pecho de él y cubriéndose más con las frazadas. Deseaba tanto poder alejarse de él y olvidarlo como si nunca hubiese existido, pero simplemente le era imposible.
No aceptaba estar con él, pero tampoco el hecho de alejarse.
Ethan la acerco más a su cuerpo, abrazándola. Cerro sus rojos, esperando que el cansancio viniera a él, pero era imposible con las imágenes de aquellas humanas muertas y descuartizadas en sus parpados.
—Ayúdame a dormir —dijo él, junto al oído de Dana.
Ella comenzó besado el cuello de Ethan, logrando que comenzara a relajarse…


Gracias por leer y a quienes siguen comentando, ya que si no fuera por ustedes, esto no seguiría :D

13 Lectores:

  1. aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaawwwwwww me encanto el capitulo *-* Dana por fin esta recapacitando ... aunqe no sea capaz de aceptarlo aun :c ... y Lilia >o< DIOS!! ya veia qe dañaba a nuestro Adam XD menos mal qe no paso nada :c ojala qe pronto puedan hablar con Eric ;___; lo extraño <3 y qe Lilia pueda hablar cn Arial y todos felices comiendo perdices (?) XD ok no.... pero ojala qe las cosas mejoren :c extraño tanto a Arial u.u esos momentos donde molestaba a Eric xDDDDD ahora es todo pura tensión siempre ;___; ARIAL NECESITAMOS TU HUMOR DE VUELTA POR ESTOS LADOS!!!! <3

    Gracias dani por el capi <3

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    1. Extraño tanto a Arial, no pense que se iba a volver en una de mis favoritas. T_T ahora es too late my friend. xD gracias por leer y comentar yoya <3 <3 <3

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  2. Hola dani el capitulo estuvo muy bueno me guesto mucho estuvo muy interesante gracias :-)
    Pd: espero el otro con ancias

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    1. me alegro que te haya gustado el capitulo :D muchas gracias por leer y comentar <3 <3

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  3. Pff, que mejor regalo de navidad que este!. Dani me encanto el capitulo, sobre todo porque Dana ya está comenzando a soltarse con Ethan ❤, solo espero que no se arrepienta muy luego.
    Felices fiestas Dani!

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    1. hola! :D aah que bien que te gusto el capitulo :D Ethan es irresistible, asi no puede luchar dana jejejej
      gracias por leer y comentar <3 <3 <3

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  4. Ahhh por fin estos 2 se quitaron la tensión de encima jaja.
    Feliz Navidad atrasada :3
    Un capitulo re bonito, me gusto que Adam este cuidando a Lilia y que vaya a tomar cartas en el asunto, mas que nada porq Arial estaría muy decepcionada si ve que ha hecho la otra, no esta honrando su memoria.
    Por otro lado ya sabes, este Ethan me gusta más q el de la primera temporada, creo q haber pasado por todo lo que paso, contrario a lo que podría pensar, si hizo como que más sensible o ¿suave? No se explicarlo, pero me gusta más su carácter ahora. Estoy segura que Dana ya no se le va a resistir más jaja Yo no lo haría XD
    Muchassssssssss gracias por el capi Dani, me encanto como siempre. Espero que esta navidad te la hayas pasado increíble y que comieras mucho jaja.
    Muchos abrazos, un beso y nos seguimos leyendo!!

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    1. aaah ethan tan lindo, el es mas tierno ahora solo con Dana, es su unico objetivo desde que dejo su mortalidad para estar con ella :s
      gracias por leer y comentar siempre <3 <3 <3

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  5. Haaaaaan que cap tan entretenido jejejeje si que se están divirtiendo Dana y Ethan pero creo que están confiados un poco Dana esta bajando su guardia como dice y no se si es bueno creo que los problemas vienen serán algo grandes .. me gustaría mucho que Gabriel les de guerra el es parte de lo que Dana es ..Adam tambien tiene que resolver el poder que Lilia a adquirido creo que es hora de que Eric baje y empiece a poner un poco de orden jejejeje .. Gracias Dani por el cap Felices Fiestas

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    1. Claro que Dana esta bajando su guardia, pero hacia Ethan xD
      gracias por leer y comentar brenda <3 <3

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  6. Me derretistes.con este cap lo tuve q leer despacio para no perderme ningun detalle ame su locuras el amor les llego a estos cuatro tortolo pero me falta mi demonita la extraño mucho ah y a erick. Tambien jajajjajaja gracias linda feliz navidad atrasada una abrazo

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    1. joajoaoja lulu, no dudo que te haya gustado este capitulo, pequeña pervertida xD aay yo igual extraño a Arial u.u pero no hay nada que podamos hacer :c
      gracias por leer y comentar <3 <3 <3

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  7. Me encato ethan poco a poco recobra la confianza de dana.es normal que después de lo que le paso no confie en nadien.

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