sábado, 21 de junio de 2014

Lenardis Amore - Capitulo 19


Capitulo 19

Cerré mis ojos por una fracción de segundo y cuando los volví a abrir, me concentré en que no notaran como el temor me estaba atrapando. Con la espalda recta y una mirada altanera seguí dando los pasos necesarios para llegar al centro de aquella gigantesca sala.
No entendía cómo lo habían logrado, pero estaba completamente iluminado, aquella luz artificial blanca, me dejaba ver con claridad lo que pasaba a mi alrededor.
Los seis Consejeros se elevaban en aquellos asientos de roca, de varios metros de altura. Estaban con sus capas negras y con los colores que representaban sus gobiernos, además de un continente, solo de forma simbólica claramente.

Abajo estaba Alexander, vestido por completo de negro, junto a Raúl, que vestía como un Consejero, pero que no caería en este sucio juego. Aun no descubría si eso era bueno o malo, ya que me habría gustado tener un rostro conocido arriba.
Miré de inmediato a William, que estaba con sus brazos cruzados, observándome un tanto afligido. Cínico, deseaba acabar con él por traidor.
Con Ezequiel y Mortum llegamos a donde estaba un pequeño estrado, de madera… él cual casi estaba destrozado por el daño que había dejado la brisa del mar que se colaba en el lugar. Para cuando subí el escalón de madera podrida, los chicos se ubicaron a mi lado, a un par de metros, por lo tanto estaba realmente sola.
No miré a Alexander, aunque deseaba hacerlo. Sentía que estaba sobre el único pedazo de soporte a mi redonda, si daba un paso hacia cualquier lado caería a cientos de metros al vacio; hecho que era imposible ya que había un sólido piso en todo este lugar. Estaba logrando caer en pánico, pero por alguna razón, no lo demostré.
—Victoria Lenardis –dijo Samuel, el primer Gobernador, que se encontraba en el centro de los demás –estás aquí para ser juzgada.
—Y yo que pensaba que venía de visita –dije mirando a mis lados.
Aquello solo lo había dicho para probar mi tono de voz. Para mi sorpresa fue firme e incluso pude ser un tanto irónica…
Era hora de dejar a un lado el miedo.
—Se pide silencio a la acusada –dijo William, mirándome con el ceño fruncido por unos segundos.
—Los cargos por los cuales se le acusa, Gobernadora, es por traición al Gobernador y a la especie, convirtiendo al potencial enemigo Cristóbal Steiner en vampiro, procedimiento que sabemos que designa al siguiente líder de nuestra especie, además de ello, escapó en varias oportunidades de los Guardias, incluso antes nuestros ojos.
Si lo decía de esa forma, no parecía la gran cosa, habíamos pasado muy malos momentos por ello.
—Además de la traición hacia su esposo, Alexander Lenardis, hay testigos que confesaron que ella estuvo involucrada con el rebelde de forma sentimental.
Miré con odio a Elizabeth por decir aquello. Pude notar con claridad como Alexander cerraba sus ojos una fracción de segundo, tensando su mandíbula. Lo había hecho enojar.
—Eso no es ilegal, Elizabeth –dijo Eder, el vampiro canoso que conocí antes de mi ceremonia con Alexander. Él siempre había sido muy amable conmigo –si fuera por eso todos seriamos juzgados y de seguro Will sería condenado a muerte ya que cambió a su pareja. Ese tema es privado para los Gobernadores.
Aguante las ganas de sonreír, sobre todo cuando ambos se miraron con desagrado.
—Entonces que quede como antecedente –respondió ella –si tiene una relación amorosa con el traidor, será peor lo que haga en nombre de él.
—Como sea –dijo Samuel –no entraremos a hablar de esos detalles, Elizabeth… —dio un suspiro y luego me miró –Victoria ¿has entendido porque has sido juzgada?
Sinceramente nunca había conversado más de cinco segundos con los antiguos Gobernadores y actuales  Consejeros, cada uno de ellos siempre estaba involucrado en sus propios negocios y ahora simplemente parecían vampiros antiguos a los cuales no conocía.
—Gobernadora.
—No –dije de inmediato, respondiendo a su pregunta –yo no he convertido a nadie.
Ese era nuestro plan, negar todo hasta el final.  No tenían forma de probar lo contrario.
— ¿Qué? –Dijo anonadado Samuel –pero si… hay testigos de ello.
—Pueden preguntarle a mi esposo –dije de inmediato –creo que es el mejor testigo para saber si seguimos juntos o no, incluso para los supuestos antecedentes que nombra Elizabeth Lenardis, yo no he engañado a su hijo –no con consentimiento, ya que fue la estúpida sangre manipulada de Cristóbal que me llevo a actuar de esa forma y quedar sin fuerzas entre sus brazos.
—La primera testigo –dijo Elizabeth, indicándole a un Guardia que abriera la puerta de un costado.
Casi se me cayó la cara al ver que era Lina la que salía de ahí.
Aquella infeliz vestía con un traje negro y se ubicó en un estrado de piedra, más alto que el mío pero no tanto como para llegar al nivel de los Consejeros.
—Lina Brunner –dijo Elizabeth –dinos lo que sabes.
—Bueno, solo vengo porque se me pidió por parte del Consejo presentar cualquier evidencia que fundamentara las acusaciones hacia la Gobernadora, yo soy testigo tanto de lo que dijo el ex Gobernador, Alexander Lenardis y su esposa, ambos han dicho ante mi presencia que ella cometió tales crímenes… claro que con otras palabras. El Consejero Raúl puede ser también testigo de ello.
Raúl frunció el ceño, por primera vez lo vi realmente molesto.
—Como sea, las acusaciones hacia Victoria Lenardis, son ciertas.
—Yo también soy testigo de ello –dijo William –junto a mi pareja, Tessa, ambos confesaron ante nosotros cuáles eran sus problemas y entre ellos estaban los crímenes realizados por Victoria Lenardis. Les recomendé que acudieran al Consejo lo antes posible.
Tuve que dejar de lado mi odio hacia Lina por un minuto y la miré preocupada, temía que no trajera lo necesario para exponer mis pruebas. Sin embargo, ella asintió ante mi mirada.
—Antes de continuar con sus testigos y mis supuestos crímenes –dije mirando a William –no puedo permitir que este juicio se lleve a cabo por Consejeros que no están aptos para dar una opinión y mucho menos un veredicto.
— ¡Niña irrespetuosa! –dijo Elizabeth, aterrada por mis palabras –aquí estamos los Gobernadores de cientos de años.
—Cállate de una buena vez, es en serio –dije cansada de su altanería. Cuando ella fue Gobernadora, no hizo nada por nadie, era la que menos debía hablar –Lina, por favor.
—Por supuesto, Gobernadora.
Ella sacó un control remoto y lo presionó para que una pantalla gigante saliera del techo, justo por el extremo izquierdo, así tanto los consejeros, los testigos y yo, podríamos ver las imágenes.
—Y ahora play –dijo Lina con una sonrisa curvada.
El comportamiento de Lina me aseguraba una vez más que ella no podía estar involucrada en alguna traición hacia nosotros. Era una piedra en el zapato, era desagradable y altanera, pero sin duda hacia lo correcto ¿la llamaban para confesar crímenes que había visto y escuchado? Ella lo hacía, sin importar si fuera a favor del Consejo a de los Gobernadores, ella nos servía como una leal Guardia especializada.
— ¿Qué significa esto, Lina? –preguntó curioso Eder. Por lo que recordaba, él no estaba involucrado en ninguno de los crímenes.
—Bueno, el primer video… es sobre lo que sucedió después de que la Gobernadora escapara junto al líder de los rebeldes, Cristóbal.
Todos nos quedamos por unos minutos en silencio, escuchando lo que sucedía.
—Se puede ver con claridad que ella en ningún momento apoya la violencia o el deseo por la cabeza de su esposo –dijo Eder, mirando a los demás Consejeros.
—Pero está a favor de los que proclaman los Rebeldes –dijo William, sin mirarme ¡maldito traidor!
—Cada uno es libre de opinar lo que desee –dijo Eder.
—Si continuamos viendo –dijo Lina –podemos ver que los videos se extienden –volvió a darle play.
En este se veía como asesinaba a Fay, me hice una nota mental para agradecerle a Lina ya que para mi sorpresa había editado el video para que no me viera prácticamente desnuda, le puso unos cuadros negros… gracias al cielo.
Lina volvió a ponerle pausa después de que acabe con la vida de Fay.
—Victoria –dijo Samuel, frunciendo el ceño, confundido – ¿Por qué te fuiste con Cristóbal? En esos videos se ve claramente que no tienes ninguna relación amorosa ni fraternal con él.
—Es más, en ese video se puede ver que el Rebelde trató de abusar de ella.
Cuando Eder dijo aquellas palabras, miré por una fracción de segundo a Alexander. Raúl lo tenía tomado del brazo, porque al parecer quería salir de aquí. Supuse que deseaba encontrar la cabeza de Cristóbal y acabar con él.
—Porque necesitaba las pruebas suficientes para demostrar otro punto muy importante –dije mirando a Lina, ella asintió y volvió a ponerle play.
En aquel video se comenzaron a ver una secuencia de fotografías que culpaban en su totalidad a los cuatro consejeros que estuvieron involucrados con la venta de esclavos, como así algunas relaciones con los Rebeldes.
Aquello duró menos de dos minutos, fueron los más largos de mi vida.
—Eso es todo –dijo Lina, bajando del estrado y dirigiéndose al lado de Ezequiel, a mi costado derecho.
Cuando miré a los Consejeros, fue toda una sorpresa ver sus expresiones despreocupadas. Solo Elizabeth y Eder, además de Raúl tenían la boca abierta por lo que acaban de ver.
—Esto es ridículo –dijo William — ¿Qué quieres lograr con esos videos?
—Ustedes no están calificados para juzgarme –dije, tratando de controlar el temor que me causaba verlos tan relajados –han cometido crímenes peores de los que se me acusa.
—Bien –dijo Samuel –abriremos ese caso para un futuro, ahora estábamos juzgando tus acciones, no las de otros.
— ¡¿Qué demonios dices?! –Le gritó Raúl, furioso –no eres más que un maldito que ha hecho de las suyas a escondidas, ninguno de los cuatro involucrados debería tomar posesión en este lugar.
—Samuel ¿pero qué has hecho? –Dijo Eder, sorprendido — ¡Incluso tu William! ¡Kurt y Jilly! ¿Vender personas de esa forma?
—Tendremos que ver este caso con mayor tiempo –dijo Elizabeth, sin dejar de tener una expresión de consternación al ver las imágenes –por ahora debemos concentrarnos en Victoria.
Tomé con fuerza las cadenas que unían mis muñecas, sintiendo que la rabia recorría mi cuerpo, impotente ante los hechos que estaba viendo ¿era cierto que harían la vista gorda? ¿Esto era lo que ganaba por todo lo que había hecho?
Pensé por un momento que comenzaría a gritar, frustrada y enojada por lo que estaba sucediendo, pero sentí como un vacio y un frío tan únicos, que lograron calmarme hasta tal punto que ni siquiera sentía miedo por lo que ocurriría ahora.
—Alto –pude identificar al dueño de aquella voz, era el Gobernador de los Licántropos, junto a la Gobernadora de las hadas, me miraba enojada. No era para menos, había acabado con uno de los suyos, aunque Fay era mala.
— ¿Qué sucede? –preguntó Samuel.
— ¿Lo preguntas, vampiro? Esas imágenes muestran como han jugado con seres de nuestras especies.
No sabía que ellos se encontraban aquí ¿Quién más había acudido a este juicio?
—Ese tema se resolverá en otra audiencia –respondió William –por ahora tenemos que ver lo que haremos con la Gobernadora.
— ¿Pero qué dices? –preguntó Amarok –ninguno de ustedes cuatro está en condiciones de juzgar a la vampiro que los delató ¡que dicho de paso, es la Gobernadora de su especie! Menos tú William, que al parecer, viendo que Marco sigue con vida y entre los rebeldes, no fuiste más que un soplón que intentó perjudicar a la Gobernadora con calumnias al delatar sus actos en nombre de Marco.
Tal era su molestia que se sacó la túnica negra que llevaba, incluso cubría parte de su rostro con la capucha de esta. Debajo de ella solo llevaba una camiseta negra y unos jeans también oscuros.
—Nos atacan e insultan ¿esperas un tipo de consideración, vampiro? –pregunto Naida, quien llevaba un hermoso vestido azul, estilo romano, que dejaba sus brazos y espalda descubiertos. Su cabello caía a un lado –opino igual que Amarok, no pueden juzgar a la vampiro… no ustedes cuatro por lo menos.
Miré a Alexander, él estaba dedicando toda su atención a mí. Ya se había controlado y ahora estaba inexpresivo.
— ¡Basta! –dijo Elizabeth, poniéndose de pie –esto no está dentro de la jurisdicción de ninguno de ustedes, es un tema interno y si hemos aceptado que entren aquí es solo por respeto a su categoría, pero pueden ser expulsados en cualquier momento. Si no serán meros espectadores, es mejor que se retiren.
Tanto Amarok como Naida se quedaron en silencio y dieron un paso hacia atrás, sin dejar de observar con odio a Elizabeth.
—Y ahora bien –dijo ella, mirándome –tus pruebas serán revisadas, tanto por su veracidad como por lo importantes que son, pero mientras tanto, todos nosotros estamos aquí reunidos por tu causa, para juzgarte.
—Elizabeth –dijo Eder, mirándola sorprendido –esto es inau…
—No, es grave lo que está sucediendo con el resto de los Consejeros, pero lo que es realmente inaudito es que aquella mujer –dijo apuntándome –haya convertido a un traidor en vampiro, dándole el poder de proclamarse como el Gobernador de los vampiros. Eso si es efectivamente grave.
—Los implicados –dijo William –seremos tratados como cualquier vampiro, luego se verá la realidad de los hechos, pero por ahora, nuestro objetivo es Victoria Lenardis.
— ¿Cómo puedes hablar si eres un traidor más? Buscas acabar con los vampiros y las demás especies de igual forma que Cristóbal –dije, sintiendo que mis brazos pesaban más. Comenzaba a perder la esperanza.
—Hemos dicho –continúo William –que tus acusaciones se verán después de decidir si seguirás con vida o no –me miro con una sonrisa que me dejo en claro que ese maldito, era un traidor con todas sus letras.
—Muy bien –dijo Samuel, tomando el control del juicio –seguiremos con el tema relacionado a Victoria Lenardis…
No podía creer esto, incluso mostrándole las pruebas al Consejo, a otros Gobernadores… nadie hacia nada ¿es qué jamás habría justicia? ¿De eso se trataba?
—Te lo preguntamos de nuevo, Victoria –continuó Samuel — ¿has convertido al líder de los Rebeldes en vampiro?
—No –dije migándolo directo a sus ojos.
Hubo unos segundos de silencio, todos me observaban. No me creían ni por un  segundo.
— ¿Tienes algo que decir a tu favor, Gobernadora? –preguntó Elizabeth.
Mire a Raúl, quien estaba furioso por lo que estaba ocurriendo, dolido porque tu pareja fuera tan idiota, confiaba en que se involucrara al momento de juzgar a los demás Consejeros. Cuando pose los ojos en Alexander, este estaba inmóvil como una estatua, de negro, como si estuviera de luto… de cierta forma era lo correcto. Si no salíamos de aquí por la puerta ancha, escaparíamos a hurtadillas y él jamás volvería a ser Gobernador.
—Mentir al Consejo no es una opción –levanté la mirada a William, su descaro comenzaba a enfurecerme en serio.
—Victoria –Elizabeth volvió a hablar –confiesa de una buena vez ¿Alexander sigue siendo nuestro Gobernador o no?
Me enderecé y los mire a todos, no deje rostro sin observar. Necesitaba analizar por donde escaparíamos, deseaba saber en qué lugares se encontraban los Guardias que nos ayudarían a escapar.
Ni por un segundo deje que alguien descubriera lo que realmente sentía en ese momento, de lo aterrada que estaba de saber que esos vampiros que apoyaban al Consejeros, irían por nuestras cabezas en un futuro.
Finalmente observé a Alex y respondí a la pregunta de su estúpida madre.
—Alexander Lenardis, como siempre ha deseado, sigue siendo el Gobernador de los vampiros.
Los Consejeros se observaron, sin saber qué hacer. Era mi palabra contra los rumores que había escuchado Lina, nada más. Por un momento pensé que me iban a dejar libre, que todo esto saldría bien, pero era una alternativa imposible.
Escuché con claridad que tres puertas se abrieron, a los costados y detrás de mí. Al girarme pude ver como entraba Cristóbal junto con varios Rebeldes más, por las otras puertas también se acercaron otros seres… ¡demonios!
Cristóbal sonrió de forma tenebrosa y de su espalda desvainó su espada de plata, con la que acababa a los que ahora eran de su misma especie. Idiota. Llevaba sus manos cubiertas con cuero para no tener algún accidente con su arma.
—Creo que difiero con esa respuesta, Gobernadora. Usted fue quien me convirtió en lo que soy ahora.
Con aquel tono mordaz, casi letal… había dejado en claro todo lo que estaba negando cinco segundos atrás.
“Te dije que te quedaras a mi lado, Victoria, ahora seguirías con vida”
Sentí asco al escuchar su voz en mi cabeza, pero no deje que lo notara, es más… le respondí.
“Eso nunca será posible y lo sabes muy bien, siempre seré el Amor de Lenardis”
Cuando Cristóbal se lanzó a por mí, todo se volvió en un caos.

Aquel rubio traidor estuvo a cinco metros de donde me encontraba, pero Mortum y Ezequiel llegaron a mi rescate. El primero liberó mis muñecas y tobillos en una fracción de segundo, mientras que el segundo me daba un par de armas. Lina se lanzó con toda rapidez contra Cristóbal.
—Victoria –dijo Alex a mi lado, observó atento si estaba equipada correctamente –tengo que ponerte a salvo, pero también… —observó hacia donde se encontraba Cristóbal con Lina, justo para cuando un licántropo atrapó entre sus fauces a Lina y la lanzó lejos.
—Ve, no te preocupes –le había prometido que Cristóbal sería acabado por sus propias manos, no le negaría aquello.
—Tenemos que irnos –dijo Mortum –ninguno de ellos le hará daño, Gobernadora.
— ¿Cómo sabes que…?
—Viky, vamos.
Al notar la complicidad de Mortum y Ezequiel, me di cuenta que Mortum no era tan pálido como nosotros para ser caucásico, ademas que sus ojos tenían un brillo diferente. Sin embargo, mis dudas quedaron claras cuando sin aviso alguno su ropa se fue rompiendo hasta convertirse en un asqueroso licántropo. Tan solo le tomó cinco segundos.
— ¡Viky!
— ¡Bien! –le grité a Ezequiel.
Nos giramos para poder salir por un costado del Consejo, pero a diferencia de lo esperado, no era los rebeldes quienes no atacaban, sino que eran los Guardias del Consejo que venían por nosotros. Sin embargo, Ezequiel se puso a luchar como ninguno mientras Mortum trataba de evitar que nos mataran y que él mismo saliera herido.
Levanté la mirada para observar a los Consejeros, para mi sorpresa, tanto Eder como Elizabeth y Raúl, estaban con la boca abierta, sorprendidos. Este último fue el primero en reaccionar, ya que en un segundo llegó al lado de Elizabeth, la tomo del brazo e hizo que bajara… estaban escapando, aquello era sensato.
Mi atención se fue hasta donde se encontraba William, quien también estaba en busca de una salida, pero a aquel vampiro, no le permitiría salir invicto por lo que nos había hecho. Sin poder controlarme me dirigí con aquel incómodo y dramático vestido rojo con dorado. Corrí a por él y en un segundo lo estampé contra su propia piedra que sostenía su trasero cuando se sentaba en el.
— ¡Victoria!  No lo hagas piensa en Tessa.
Ni siquiera le dirigí una palabra. Sino que le disparé justo sobre el pecho, para que así la plata se lo fuera comiendo de a poco. Su mirada de horror y sus gritos me dejaron en claro que estaba sufriendo.
Me giré de inmediato para observar que sucedía a mí alrededor. No podía permitirme el tiempo para dar un discurso a mis enemigos, solo debía aprovechar mi oportunidad porque no era ninguna luchadora profesional… y sin duda lo haría con el resto de los Consejeros que estaban involucrados en las atrocidades que los Rebeldes habían sufrido.
Me escondí por unos segundos en la oscuridad que me proporcionaba la pared, detrás de aquellos gigantes asiento de piedra. Aun escuchaba los gritos de William cuando ante mis ojos aparecieron la pareja, Kurt y Jilly. Les disparé antes de que notaran mi existencia, pero en el caso de ellos fue directo en la cabeza, para que murieran rápidamente.
Luego corrí bajo la luz artificial, hacia al otro asiento de piedra para poder atrapar a Samuel, pero este sin previo aviso apareció desde atrás y me atrapó del cuello. Mis manos se fueron a su pecho en una fracción de segundos, antes que quisiera decapitarme. Él era muy fuerte, pero no tan rápido, estar a mitad de la madrugada y haber dormido poco,  no lo hacía tan invencible… Ser antiguo tenía sus desventajas, siempre me lo había dicho Alex.
Como siempre, mi vampiro me dio en el pasado el dato de donde se podían llevar ciertas armas. No me costó descubrir bajo aquella túnica negra la daga de plata que escondía aquel vampiro, el problema fue que al sentir aquel mineral, me quemó la extremidad y la deje caer. Por un momento me vi perdida, asesinada y sin existencia alguna.
— ¡Samuel! –aquella voz la reconocía, era Aníbal.
Antes que ninguno de los dos nos diéramos cuenta de su llegada, este atravesó con algún arma la cabeza de Samuel mientras que otras manos me alejaban del vampiro que me apresaba. Al girarme pude ver como a Aníbal le costaba un montón poder acabar con su contrincante. Samuel había sido el primer Gobernador, no era para menos.
Sin embargo, quien le dio el fin a todo, fue Alanna, que se encontraba a mi lado. Le dio un disparo certero en la cabeza, para que la plata acabara con él tan rápido que no pudiera herir a nadie más.
—No importa lo antiguo que sean, un disparo a la distancia correcta los eliminará igual que un vampiro neófito –dijo Alanna con una expresión extraña, mortífera.
Iba a decirle lo agradecida que estaba, pero escuché el grito de Marco a la distancia, que llamaba a mi vampiro. Aquello logro que mis piernas temblaran.
— ¡Alexander! –su grito lo escuche con claridad, todo parecía haber quedado en silencio para que yo pudiera escucharlo.
Salí de la oscuridad que los asientos de piedras nos entregaban. Por un momento todo se detuvo y se volvió en cámara lenta. Busqué a mi Alex con la mirada, recorriendo toda la gran sala… nadie siguió luchando.
— ¿Alex?
A mi derecha pude ver como algo se movió lentamente. Un filo extraño de alguna espada atravesaba su espalda, desde su hombro hasta el centro de su tórax, en forma diagonal. Su ropa comenzaba a cubrirse de aquella sangre muy oscura que todos los de mi especie teníamos.
Cristóbal sacó su arma para darle un último golpe a mi Alex, a nivel de su cuello, justo cuando otros cinco hombres dejaban de sujetar a Alexander para que Cristóbal lo hiriera. La sonrisa de aquel traidor era inigualable, estaba en el apogeo de su felicidad.
No tenia arma alguna para poder dispararle, pero de todas formas caminé segura hacia donde estaban ellos, sintiendo como si todo mi cuerpo estuviera rodeado de llamas, como si mi rabia estuviera absorbiendo cada célula de mi cuerpo.
Justo en el momento que mi amado vampiro cayó de rodillas y que Cristóbal levantaba sus manos para darle un último golpe a Alex, me fui apoderando de la mente a aquel traidor. No tengo la menor idea, pero aquel vampiro se quedo quieto, sin poder moverse mientras yo me acercaba hasta donde se encontraba.
Nadie se movió, todos se quedaron como estatuas observando lo que sucedía, incluso Marco que había corrido para salvar a Alexander, pero al parecer todos sabían que algo increíble estaba ocurriendo.
Había inmovilizado al traidor tan solo con mi mente. Nuevamente nuestra conexión estaba sirviendo para destruirlo, como con Fay.
— ¡Basta, Victoria! –escuche que gritaba Cristóbal, pero su voz parecía tan lejana, a pesar de que estábamos a dos metros, que ni siquiera me detuve a contestarle.
Con brusquedad le quite aquella horrible espada, aunque me quemara y la arrojé a metros de distancia. Sin dedicarle ninguna palabra al rubio vampiro metí mi mano derecha al nivel de su abdomen.
Los ojos de Cristóbal se abrieron desmesuradamente cuando comencé a destrozar su cuerpo. Sin embargo, al estar conectados de esta forma, podía sentir exactamente como yo misma me hacía daño, todo lo que él percibía, mi cuerpo también lo asimilaba.
Me fui deshaciendo de él, poco a poco. Podía escuchar sus gritos, tanto los que salías por su boca como los que atormentaban su mente. Yo me quede estoica, hasta que alcancé su corazón, el que extraje hasta lanzarlo al suelo. Sus ojos se abrieron desmesuradamente cosa que termine al rodear su cuello con mis manos. Enterré mis dedos en su piel, músculos y tendones, destruí poco a poco sus huesos… para ese entonces ya no teníamos conexión alguna, lo tenía en mis manos. No necesitaba ejercer otro poder en él, no valía nada.
Arranqué su cabeza de un solo movimiento y luego la lancé a metros de distancia. Su cuerpo cayó de rodillas ante mí, decapitado. Le di un golpe en su pecho y lo lance lejos.
—Nadie –dije mirando el cuerpo de Cristóbal, destrozado –dañará al Gobernador de los vampiros, mientras yo esté aquí.
Una extraña sensación de calor, de tranquilidad comenzó a abordarme, era como si algo dentro de mi pecho comenzara a irradiarse por el resto de mi cuerpo. En ese segundo supe que había vuelto a tener mi conexión con Alexander.
Me giré lentamente para ver en qué condiciones estaba él, temía por él y no quería ver cuán herido estaba. Cuando mis ojos se encontraron con los suyos, no pude evitar lanzarme hasta donde se encontraba. No nos separaba ni siquiera un metro.
Él estaba recostado en ese frio suelo de piedras. La sangre escapaba de él como si se hubiese vuelto un manantial, había una poza de esta bajo él.
—No, no te atrevas –dije tratando de tomar su cabeza, de acariciarlo, pero temía tocarlo.
Estaba muy mal herido, una horrible herida lo traspasaba de forma diagonal, por poco Cristóbal había partido parte de su cuerpo en dos.
—Lo siento –susurró, pálido como nunca –no te pedí perdón de rodillas, pero esto cuenta ¿no?
—Cállate, no seas tonto… luego me tendrás que pedir muchas veces disculpas, mira como ha salido tu plan.
Él sonrió, pero aquello hizo que una mueca de dolor apareciera en su rostro.
—No me dejes, no te atrevas ¡te lo prohíbo Alexander! Me debes muchas cosas para que me dejes.
Tomé su mano izquierda, para que me sintiera, quizás de esa forma se quedaba conmigo.
—Vas a ser… una excelente… Gobernadora, amor.
— ¡Ya basta! Eres un vampiro, no te mueres como un humano.
—La falta de sangre, es otra… forma de morir.
Antes que pudiera regañarlo por esconderme aquella información, sentí una mano en mi hombro. Era Naida.
—Vivos o muertos, todos estamos hecho de carbono… y yo manejo dicho elemento, ese es mi don que ofrezco ante ti, Gobernadora, por el erro de mi hermana Fay –dijo ella inclinándose y arrodillándose a mi lado.
Sin demorar otro segundo en habladurías, la mano de aquella hada comenzó a acariciar a Alexander, antes que pudiera alterarme, pude ver como sus tejidos comenzaban a unirse de una forma increíble, casi mágica. La  herida fue cerrándose hasta tal punto de quedar como nuevo.
— ¿Alex? –lo llamé cuando Naida terminó su trabajo.
—Una cosa es curarlo y otra muy diferente es la sangre –respondió ella, mirándome preocupada.
Antes que cayera en desesperación, Marco llegó a mi lado.
—Tenemos que sacarlo de aquí, buscar sangre humana y darle de beber, vamos –se inclinó y sin ningún delicadeza tomo el cuerpo de Alex para ponerlo sobre su hombro. Era una imagen grotesca, los dos eran demasiado grandes. Ahora parecían un ser gigante.
Cuando observamos hacia donde podíamos dirigimos, caímos en cuenta que una batalla se estaba llevando a cabo hace cinco minutos atrás. Pero todos estaban tranquilos, atentos para ver lo que sucedía.
Nadie nos trató de atacar cuando comenzamos a caminar hacia la puerta más cercana, es más, a medida que avanzábamos, los diferentes vampiros, licántropos y hadas, inclinaban su cabeza. No entendía porque lo hacían hasta que Alanna llegó a mi lado.
—Eliminó a sus enemigos, Sra. Lenardis, acabó con el Consejo… —recién en ese segundo me di cuenta de lo que acaba de hacer, pero no le pude dar importancia, no cuando Alex estaba prácticamente terminando su existencia.
—Corre Marco, rápido –le dije al ver que nadie nos haría daño.
Sin duda salimos de ahí rápidamente, como nadie más lo habría podido hacer. Solo alguien que amaba y apreciaba a otra persona, podría correr así de rápido.
Al estar tan cerca de la costa, no nos fue difícil encontrar a una pareja de enamorados, así que mientras Marco dejaba en un lugar seguro a Alexander yo dejé inconscientes a dos humanos para llevarlos hasta donde estaba Alex.
Casi como si me hubieran dicho lo que tenía que hacer, abrí sus arterias para que la sangre cayera justo en la boca de Alex, Marco se preocupaba de que sus labios no se cerraran. Solo estuvimos alrededor de quince minutos en aquella misión, la sangre de aquellos humanos fue drenando su vida en corto tiempo.
No obstante, los siguientes quince minutos me quede plantada sobre la arena, escuchando las olas que chocaban contra las rocas, esperando a que mi vampiro despertara.
—Victoria… —dijo Marco con un tono que me dejaba en claro que sus esperanzas habían acabado.
— ¡No! –Le grité encolerizada — ¡no volví a él para que me deje en este lugar! ¡No otra vez!
—Lo podemos llevar a tu habitación.
Asentí, sin decir nada y sin siquiera mirarlo, mis ojos solo estaban concentrados en Alex, en sus parpados cerrados.

Marco no demoró mucho en llegar hasta donde estaba mi habitación. Entramos sin ningún problema por la puerta trasera del hotel para finalmente dejar recostado a mi Alex sobre la cama. Luego se retiró sin decir palabra alguna, estaba tan ensimismada que ni siquiera le agradecí lo que había hecho.
Cuando cerró la puerta me deje desmoronar al ver a Alexander tan vulnerable ¿cómo había pasado esto?
Con mis últimas fuerzas subí a la cama y me recosté a su lado, apoyando mi cabeza sobre su hombro. Entrelazando mis dedos con los suyos.
—Por favor, no me dejes…si tu no despiertas, yo tampoco lo haré.
Como si mi cuerpo hubiese recién percibido todo el esfuerzo que lleve a cabo, mis fuerzas se fueron acabando hasta que no pude siquiera seguir despierta por Alexander. La última conexión con Cristóbal había acabado conmigo, ya no podía seguir.
Después de cerrar mis ojos, supe que me había sumergido en un último sueño. No quería seguir si es que no era con Alex, así que me fue muy agradable darme cuenta que estaba soñando con él, cuando estuvimos bajo el agua amándonos.
—Te amo –le dije entresueños, ya que era imposible hablar bajo el agua.
—Y yo a ti –dijo sonriendo.

Luego todo se volvió a negro.

 chan chan chan solo queda el ultimo mmmm... no dire nada u.u Alex gatito

10 Lectores:

  1. Ahhhhh te odio perversa!!!!!
    ¿Cómo te atreves a dejarnos así Daniela?
    Bueno fue como me esperaba y no a la vez.
    Yo quería que Elizabeth fuera parte de los malos del consejo, ahora solo quedo como la vieja bruja suegra q es jaja. Voy a hacerle un altar a mi Victoria, adoro a la desgraciada. De mis heroínas favoritas, me encanto como mato a William y a Cristobal muajajaja cuando quiere ser mala, se vuelve bien sádica mi gobernado. Por otro lado, quiero matar a mi Alex ¿Cómo es que Cristobal le iba ganando? Yo sé que le echaron montón y que pues uno solito no puede pero le hubiera salido lo Rambo y a matar a todos a lo terminator jajaja.
    Ufffff nada mas no me los dejas vivos Mariposa y voy hasta Chile y te doy de coscorrones mujer XD
    Uyyy con que el otro guardia es el nuevo novio de Ezequiel >_< Me gusta que todos van quedando con su cada cual.
    Muuuuuuchasssssss gracias por el capitulo mujer, de verdad que me encanto mi Vicky toda guerrera.
    Un abrazo y nos seguimos leyendo!!

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  2. Queee como me dejas asi dani!!! Morire hasta el prox cap.
    Muy buen capitulo dani, me encanto. Que bueno que se murierin todos esos buenos para nada. Malditos!! Victoria lo hizo de lujo!!!

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  3. un capitulo de lujo......................victoria acabo con todos genial........un licantropo guardia de vicky wuauuuu....pero sobre todo ella acabo con cristobal ..........ese infeliz herir a alex...merecia eso ....mi pobre alex pidio disculpa....de que forma ...con locura esperando el siguiente

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  4. Danielaaaaaaaaaaaa! Como se te ocurre dejarme asiiiiiii!!!! :'( morire en las espera por la misma! No se puede morir Alex :'o nooooooo! Mas encima la vicky *-* no los separi malaaaa! XD
    Mata a la Elizabeth wna maraca xd l siento pero es que tan wna como tan cerra la vieja xd
    Yo creo que ha sido el capi que me ha hecho emocionar mas xd casi lloro xd espero el ultimo con mas ansias qur la mieerrr xd

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  5. Queeeeeeee????? Como nos dejas asi !!! Me comido hasta los dedos de los nervios, me encanto comi acabo con esos traidores del consejo y con Cristobal claro esta, quiero saber q dira la bruja de Elizabeth a todo esto.
    Que despierte el gatito no puede morir o si ??? Dani Dani...... :'(

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  6. Ohhh dios que CAP! Definitivamente esta historia siempre ha jugado con mis sentimientos! Sentí por completo a vicky! :( pobre pobre vicky! :3 Alex murió cierto? Y ella se sumerje en el sueño, Alex renace de nuevo, algo así será, no¿

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  7. noooooooooo como nos dejas asi :´( dani sube rapido capitulo porfaaaaaa
    estubo muy bueno gracias dani

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  8. ¿que puedo decir? que dejarme asi es demasiada crueldad no? que no podre dejar de pensar en esto durante días? pues si, eso pasara porque con este capitulo me dejaste en sock total, no se si yo no tengo imaginación, pero no esperaba que terminara asi¡¡¡¡ estoy tratando de entenderlo, asi que voy por partes:
    OOO William¡¡¡no se que a quien odio mas, si a Cristobal o a William, es como que pense que no podria odiar mas a alguien que no fuera Cristobal pero William se lleva el premio gordo, de lo que si te estare eternamente agradecida es de que Victoria tuviera ese caracter y enteresa durante todo el proceso, si tal ves estaba muerta de miedo por dentro, pero nunca dio muestra de ello ante aquellos que osaban a juzgarla, "Y yo pense que venia de visita" me sacaste una carcajada con eso¡¡¡
    Y Elizabeth, no se si alegrame por ella o querer golpearla, tenia miedo que en cierta forma estuviera involucrada en esto de los consejeros corruptos, cosa que no fue,, pero su actitud de "te voy a juzgar" ooooo la odie tambien por eso, y Eder, ese vampiro me cayo super, su argumento mantuvo un poco a raya a Elizabeth y de paso le dio un golpe a William, que se las estaba dando de muy santo, te voy a confesar que tuve miedo cuando Elizabeth llamo a Lina, pense que tal vez no ayudara a Victoria, pero si lo hizo, puede ser una perra con Victoria, pero de que se puede contar con ella para la causa justa, de eso ya no me quedo duda.
    Y luego aaaa dulces palabras de Victoria hacia Elizabeth, que hara ahora la suegra? como podra ganarse el respeto de Victoria otra vez? no importan sus motivos, yo nunca la perdonaria, debio hacer como Raul y no tomar parte en esto.
    Lo de los videos, bueno, el horror que padecio con Cristobal al menos sirvio de algo, no tanto para el curso que le querian seguir dando a su juicio, pero sirvio.
    Y ¡tenemos un ganador!!!! como decia, no tengo imaginación por que nunca se me ocurrio pensar que William pudo haber delatado a Victoria, si, mi odio hacia este individuo solo sigue creciendo.
    Y elizabeth solo sigue complicando las cosas...dios¡¡¡ ¿que tan dificil era pedir que sacaran a los cuatro corruptos y que solo la juzgaran ellos? bueno ya se que ella habria hecho que la ejecutaran, pero Eder y Raul podrian haberse puesto a su favor no?
    Y luego zas¡¡¡¡¡ llegamos a la parte que nos estuvo sacando pesadillas durante meses¡¡¡¡llega el metiche ¿pretendia matarla? de verdad? pobre e iluso Cristobal, nunca pense decir esto, y juro que de verdad no lo pense, pero honor a quien honor merece: ¡Lina! OMG¡¡¡ se lanzo a todo por Cristobal protegiendo a sus gobernadores legitimos, otra respuesta: Mortum un licantropo¡¡¡ te debiste de haber dado cuenta de que Katherine estuvo toda la semana intrigada por el no? jaja bueno ya vimos que es en realidad un licantropo y no un vampiro con colmillos chicos.
    Awww dulce venganza, y William aun tuvo el descaro de decir que pensara en Tessa? de verdad? que idiota¡¡¡
    Y Ahora me siento tna mal de haber dudado por momentos de Anibal y Alanna, salvaron su vida¡¡¡
    Se me puso chinita la piel cuando leia como acabo con Cristobal, Dios¡¡¡¡ eso es justamente lo que todas nosotras estuvimos deseando hacer con el durante toda esta temporada, pobre de Alex, montoneros, sino nunca hubiera tenido la oportunidad de herirlo, al final ella supo pelear, acabo con sus enemigos, todos, ella misma, y el hada, bueno supongo que fue solo una pequeña forma de pagarle lo que la otra le hizo, pero ayudo mucho.
    No se, aaaa tengo miedo sabes? no quiero que mueran de morir (buena ya estan muertos, son vampiros) ya me hice bolas, no quiero que dejen de existir, porque tanto sufrir, el perdiéndola una y otra vez, y ella todo lo que sufrio desde que la rapto, para acabar asi? no es justo¡¡¡ te lo ruego¡¡¡¡

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  9. Estoy Impactada :O que buen capitulo muero por leer el fina yo se que eres sadica pero no eres capaz dematar a Alex ( o si?) :( plis no lo mates

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  10. Impresionaa con todo lo acontecido en este capitulo. No quiero que se acabeeeee wuaaaa. Este ult que viene debe de estar explosivo.

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