Confesiones
Lilia estaba
sentada en un sitial que había en la habitación de Adam, que dormía
tranquilamente en la oscuridad de su habitación. Ella había llegado hasta ahí después
de que Arial la dejara sola para dirigirse a la antigua casa de Ethan.
Tenía en su
mano un globo de agua para despertarlo, estaba analizando desde donde lo iba a
dejar caer. Estaba tan molesta con Adam, que quería fastidiarlo solo para que
se enojara aun más y como no podía golpearlo y los gritos no servían con él… lo
mejor era arruinar su sueño. Ya que por lo visto no había descansado la noche recién
pasada.
Estaba furiosa
por lo sucedido con Thaumiel, no podía creer que lo tuviese tan cerca y que
Adam no le hubiera informado de ello. Se sentía una estúpida por haber estimado
a Kobal, quien no era nada menos que su padre.
Se puso de pie
y con cuidado se subió a la cama, quedando de pie sobre esta. Adam dormía
plácidamente, perfecto para lo que ella deseaba hacer. Ubicó en un ángulo
adecuado el globo de agua para finalmente dejarlo caer contra el rostro del
ángel caído.
Adam saltó de
su cama, mirando asustado hacia los lados mientras llevaba sus manos hasta su
rostro para secarlo de lo que fuera que hubiera caído sobre él.
— ¡¿Qué?! –Dijo
buscando al causante de su traumático despertar — ¿pero qué demonios te pasa?
–preguntó al ver que Lilia estaba de pie sobre su cama.
—Oh, he venido
a despertarte, buenos días ¡Idiota que no fuiste capaz de decirme anoche que
Thaumiel era Kobal!
Adam la quedo
mirando sorprendido, dudando si Eric había sido quien le informó a Lilia lo
sucedido, pero era imposible, él era muy reservado.
— ¿De dónde
sacaste eso?
— ¿Lo vas a
negar acaso? –dijo ahora bajando de la cama y dirigiéndose hacia las cortinas.
Las corrió, dejando que toda la luz del mediodía lluvioso llegara hasta la
vista de Adam, quien no había podido dormir más de cuatro horas.
Adam se sentó mejor
en la cama, secando su rostro con las sabanas, cansado por no tener sus ocho
horas de descanso que usualmente tenía que dormir para despertar de buen humor,
era una pena que eso casi nunca ocurriera.
— ¿No podías
despertarme como la gente normal? –preguntó él, con su cabello corto todo
desordenado.
—No puedo creer
que me hayas hecho esto, es en serio ¿no decirme que era Thaumiel?
Adam la quedo
mirando unos segundos, notando lo guapa que se veía con sus jeans oscuros y un suéter
azul que le quedaba un poco ancho. Llevaba su cabello tomado.
Sus labios
ardieron al notar como ella hablaba y hablaba, deseando hacerla callar con un
beso.
—Lo siento,
ayer las cosas no se dieron como esperaba, me desconcentré –dijo Adam, tratando
de despertar –pero estas siendo injusta ¿sabes? –pasó sus manos por los ojos,
para despertar.
Ese gesto solo
hizo que Lilia se sintiera mal por despertarlo tan bruscamente.
— ¿Por qué injusta?
–exigió saber ella.
—Te enojas por
este único error, siendo que me he pasado mis últimas décadas protegiéndolas.
Lilia se sintió
aun más mal de lo que ya comenzaba a sentirse, pero su enojo se aferró a lo que
había sucedido anoche, más que al error de Adam. Se seguía sintiendo pésimo por
culpa del ángel caído y se odiaba a si misma por no ser capaz de mantenerse
enojada con él de una forma más dura.
Y ahora se había
quedado en silencio, no tenia objeciones hacia él si le respondía de esa forma,
ya que era cierto. Adam estaba haciendo todo lo posible para mantenerlas a
salvo.
—Siento haberte
despertado así –dijo ahora mirando hacia un lado, avergonzada. Si Adam tenía
fundamentos ella siempre callaba, si no, se podría levantar una gran discusión
entre ambos, pero ahora solo tocaba callar.
—Además Eric me
dijo que ya lo había descubierto, entonces no estabas en peligro –siguió
justificándose Adam –aunque eso me lo dijo hoy en la mañana, no sabía que
habías estado sola con Cheitan.
—Está bien
–suspiró ella — ¿Adam? ¿Hoy fuiste a verme en la mañana?
Los ojos del
ángel caído se abrieron de un solo movimiento, el sueño había desaparecido.
—No.
— ¿Entonces por
qué había restos de desayuno en el pasillo de mi edificio? Como si alguien
hubiese arrojado un par de cafés y los panecillos que nos gustan.
Adam levantó
los hombros, como si no supiera nada relacionado a tal accidente. Mentalmente
se estaba castigando por haber cometido tal error.
—No sé de lo
que me hablas.
Ella se acercó
hasta donde se encontraba él mientras pensaba en todas las palabras que le habían
dicho tanto Thomas como Arial, recordando en lo sucedido la noche pasaba y
pensando seriamente que su Adam estaba defectuoso.
— ¿Qué haces?
–dijo él, notando nervioso como ella se sentaba en la cama, a su lado, sin
importar que esta se encontrara mojada –Lilia…
— ¿Amaste a
alguien? ¿Antes de volverte un sinvergüenza con las mujeres? Sé que desde que
llegamos a tu vida nunca has tenido a nadie formal ¿pero y antes, Adam?
El ángel caído
abrió levemente su boca, jamás se habría imaginado que ella le haría ese tipo
de preguntas, con ese tono de voz tan normal y tranquilizadora.
— ¿A qué vienen
esas preguntas? ¿Desde cuándo te has interesado por mi vida amorosa?
—Desde la
primera vez que te vi, cuando llegaste esa noche, aquella cuando murió Mory ¿la
recuerdas?
—Es imposible
olvidarla, las conocí a ambas directamente, ya que antes las había solo visto
¿Por qué estás preguntando esto? –dijo él, ahora mirándola nervioso, se sentía
intimidado al tenerla tan cerca y hablando tan serena de algo que la alteraba.
Ella jamás se comportaba de esa forma con ese tipo de temas.
—Es que… estoy
cansada –Lilia miró hacia el suelo, suspirando –no soy fuerte como Dana, ella
puede aguantar que le rompan el corazón una y otra vez, me he dado cuenta de
ello ¿sabes? ¿Crees qué estuvo muy feliz cuando Gabriel la instó a convertirse
en un ángel? ¿A qué lo olvidara? Debió ser difícil para ella.
Adam suspiró,
sin duda Dana había sido capaz de soportar
más de un corazón roto, ya que Ethan también tuvo una gran cuota en el
sufrimiento final de ella, cuando la entregó a los ángeles. Sin embargo, su
concentración se vio afectada al fijarse en el perfil de su Nephilim, sin duda
estaba cansada y él lo podía notar.
Sin pensarlo
mucho tomó la mano de su Lilia, llamando la atención de esta.
—Sí, estuve muy
enamorado en el pasado, pero aquel era otro tiempo… era otro Adam.
Lilia no pudo
evitar formar un mohín.
—Thomas dice
que estás defectuoso, que ya tuviste a tu alma gemela y que todo acabó muy mal
¿es cierto?
—Ese Nephilim
no tiene idea de lo que habla, aunque creo que ya existía para ese entonces, no
lo sé. Son temas que no me gusta hablar Lilia –ella alejó la mano de su agarre.
—Bueno, supongo
que ya no tenemos que hablar, prácticamente no podemos pasar más de cinco
minutos sin discutir… me gustabas antes, cuando podía hablar contigo de
cualquier tema –dijo ella triste –nunca debí decirte que me atraías.
—No, no debiste
–dijo Adam, sintiendo que su corazón latía con fuerza, tanto por tener a su Nephilim
al lado como por verla triste, él no deseaba romperle el corazón, tan solo era que
el suyo estaba roto –aunque nunca fuiste muy buena escondiendo tus
sentimientos, a diferencia de Arial.
—Ella siempre
ha dicho lo que piensa… y es tan coqueta –miró a Adam por unos segundos y
después se ubicó a su lado, recostándose sobre la cama. Él la imitó, ambos se
quedaron mirando hacia arriba.
—Sí, es una
habladora, pero impenetrable, creo que ni siquiera tú sabes lo que realmente
pasa por esa cabeza, es muy complicada.
—No más que tu
–dijo ella girándose hacia él.
Adam no pudo
evitar ponerse nervioso al verla, esos ojos violetas estaban por completo
concentrados en él, en el mismo ser que la estaba haciendo sufrir. Además del
hecho de tenerla en su cama, recostada a su lado.
—Adam ¿no soy
bonita para ti? Thomas dice que me encuentra preciosa, pero tu…
—Oh, Lilia
–dijo negando a sus palabras — ¿te has vuelto una adolescente otra vez? No seas
ridícula, eres hermosa, pero…
— ¿Pero qué? –Exigió
ella sin levantar su voz, distrayendo a Adam por usar ese método tan tranquilo,
junto a él, sobre una cama, para poder sacarla respuestas… era algo nuevo y
estaba funcionando –a veces me miras como yo te observo a ti ¿Qué sucede?
—No deberías
estar haciéndome estas preguntas, tú estás con Thomas ¿no? dudo que le agrade
que estés aquí, en mi cama, hablándome de esa forma… —dijo muy poco convencido
de sí mismo, mirando el cuello de Lilia.
—A él le gusta
jugar, tanto como a mí. Lo sabes –dijo ella, excusándose de su comportamiento.
Lilia no era novia de Thomas, por lo tanto no le debía nada, como él tampoco a
ella –han pasado muchos años Adam ¿por qué sigues aferrado a ese dolor?
Él la quedo
mirando unos segundos. Jamás se le ocurrió que despertaría de esta manera para
tener una conversación que se había reusado a asumir hacía décadas.
—Porque aun
tengo una parte que es ángel, Lilia, por eso.
— ¿Thomas tenía
razón? ¿Es por qué soy una Nephilim?
—No, es porque
me volví completamente un caído por cierta persona, eso no se olvida fácilmente
–admitió él, mirando hacia el techo, cansado de tener que guardar todas esas
palabras y confesiones para sí mismo y para su antiguo jefe –soy en parte como
Gabriel ¿entiendes?
— ¿Qué? ¡Claro
que no eres como él! –dijo ella mirándolo sorprendida –es un sádico, un
demonio, Adam.
—No, no me
refiero a ello. Gabriel se volvió un demonio, ha perdido su alma y no es capaz
de sentir amor teóricamente hablando ¿cierto? él vendió su alma a Lucifer por
algo a cambio.
— ¿Venganza?
–quiso saber Lilia, curiosa por esta nueva revelación.
—Por el amor de
su existencia, Dana… él fue el primero en saber que siendo demonio no podía
amar a nadie, sin embargo, se entregó por completo para tenerla con él otra
vez.
—Pero él no la
podrá amar y menos ahora que ella está enamorada de Ethan ¿Qué tiene que ver
eso contigo?
—Gabriel ha
cometido graves errores durante estos últimos años, tantos hacia Dana como al
resto de los mortales… pero de todas formas él hará lo que sea por ella, no
importa que se haya involucrado con cientos de mujeres, que haya vivido cientos
de años, que sea un ser tan legendario como la misma tierra. Él sigue pensando
en Dana porque es debido a ella que perdió todo.
Lilia contuvo
el aliento al escucharlo, comenzaba a entender lo que su ángel caído deseaba
expresar.
—Tú sigues
amando a esa persona ¿no? –preguntó ella, temiendo la respuesta de esa
pregunta.
Adam se quedó
unos segundos, unos eternos segundos para Lilia, analizando si tenía alguna
respuesta para la duda de su Nephilim.
—La deje de
amar antes de que abandonara este mundo Lilia, pero fui un ángel y tengo muy
claro que estas Marcas son para hacerme recordar por quien me volví en un caído
–dijo levantando su brazo derecho, mostrando sus marcas. Lilia deseó tocarlo
–no podré sacarla de mi mente, exactamente como Gabriel no puede sacar a Dana,
aunque lo desee con toda su oscura alma. Solo se encadenó a una eterna tortura,
exactamente como yo.
—Todos
cometemos errores –susurró, mirando las Marcas como si fueran capaz de
hipnotizarla –y tú caíste con la persona equivocada.
La voz de Lilia
llegó mucho más cerca de lo que Adam esperaba, su aliento rozo su oreja
izquierda, causándole escalofríos.
—No hagas eso
–dijo ahora mirándola.
—Eres tan
incoherente –dijo ella ahora apoyando su mano sobre el fuerte pecho de Adam, se
veía muy pequeña –dices una cosa pero sientes otra, esa persona no fue tu alma
gemela y debes aceptar que te equivocaste… una pareja así no te hubiera
abandonado. Yo no lo he hecho ¿Cómo no lo ves? Me he quedado a tu lado desde
que llegué a tu vida, Adam.
—Eras una bebé
y esa no es una imagen que desee tener en mi cabeza en este preciso momento
–dijo mirando los labios de Lilia — ¿Por qué te comportas así? Siempre has mantenido la distancia conmigo,
escondiendo lo que sentías desde la vez que lo dijiste.
—Oh… porque la
vida está avanzando demasiado rápido y tú no estás a mi lado. Estoy cansada, ya
te lo dije, me agota estar a tu lado ¿quieres qué me vaya muy lejos?
—Jamás –respondió
de inmediato Adam.
—No me quieres
lejos, pero no me quieres a tu lado –dijo acercándose más al cuerpo del ángel
caído. Él podía sentir unos de los pechos de Lilia contra su brazo, otro escalofrió
lo atacó.
—Es complicado.
—No, es porque
te comportas como si estuvieses ciego, te niegas a ver lo que de verdad te hago
sentir.
—Lilia… —susurró
él, sorprendido porque ella estuviera teniendo este comportamiento. Siempre era
la más introvertida.
Para la
sorpresa de ambos, la mano de Lilia comenzó a ser rodeada por el fuego que
usualmente salía inesperadamente de ella cuando estaba cerca de su ángel caído.
Adam se sentó sobre la cama, asustado de que ella quemara el lugar, pero Lilia
estaba decidida, después de ver aquellos ojos que la observaban, no podía
rendirse tan fácilmente. Se sentó a horcajadas de Adam, volviéndolo loco.
— ¿No lo ves?
Eres con el único que puedo estar así.
Para sorpresa
de Adam, después de que ella dijera aquellas palabras, el fuego de Lilia se
expandió entre los dos, uniéndolos como si fueran una sola llama violeta.
—Lilia… ¿desde cuándo?
–dijo mirándola, rodeándola con sus brazos de forma inconsciente.
—Si no me enojo
esto no te hará daño, tu problema es que siempre me alteras. Evita hacerlo
ahora por favor, sabes que se controla solo cuando estoy cerca de ti.
Adam movió una
de sus manos, observando como el fuego lo rodeaba. Se sentía increíble, no
quemaba pero dejaba una sensación de calidez única, como si traspasara tu piel
y huesos para llegar hasta el interior de tu cuerpo, ese lugar que nadie podía
ver. Su alma.
— ¿Qué
significa que seas el único, Adam? Cualquier otra persona se quemaría. Eres
parte de mí como yo de ti ¿Cuándo dejaras de negarlo?
Adam la quedo
mirando como si la viera por primera vez. Aunque no era eso, sino que las
palabras de Lilia lo habían destrozado… en el buen sentido de la palabra. No
tenia como rebatirlas, no sabía cómo inventar una nueva excusa para alejarla,
para herirla y que ella fuera detrás de otro.
El ángel caído
se removió hasta quedar sobre Lilia, ella rodeaba su cadera de tal forma que jamás
había estado tan cerca de su Nephilim. Verla recostada sobre su cama, no pudo
evitar traer recuerdos del pasado.
Adam le cubría los labios a Cyra para que no
los descubrieran por sus gemidos. Estaban en su habitación del monasterio y
ella se había colado en su cama, fue inevitable hacerla suya cuando sintió su
cuerpo, tan solo debía tener cuidado de que nadie los escuchara.
Mínimos quejidos de Cyra se escapaban de su
boca mientras lo miraba con sus ojos azules, sintiendo como él entraba en su
cuerpo una y otra vez, con un potencia tan fuerte que la cama sonaba bastante,
incluso golpeaba la pared de piedra. Ella agradecía a que no tuvieran monjes
vecinos.
—Hazlo más fuerte, Adam –pidió ella cuando
él la liberó por unos segundos. Él obedeció encantado por las órdenes,
haciéndola callar ahora con besos mientras recorría con sus manos el cuerpo de
su hermosa Cyra.
Podría estar haciendo el amor todo el día y jamás
se cansaría de ello. Adam estaba embelesado por ella, jamás se había sentido de
esa forma, la amaba por todo el placer que le entregaba, la adoraba por la
forma que lo miraba y lo encantaba por decirle cada ciertos momentos que lo
amaba. Él se desvivía por ella, pensaba en Cyra a cada momento y en las formas
que podría hacerla suya.
—Date la vuelta, amor –dijo susurrándole en
el oído después de sentir como ella agotada llegaba a su liberación.
—Adam –pidió ella con su frente y cuerpo
perlado de sudor, estaba completamente sensible por los diferentes placeres que
él le estaba entregando — ¿no te cansas?
—Contigo ni un poco –dijo entrando en el
cuerpo de Cyra otra vez, que se había ubicado de la forma que a le gustaba.
Amaba su espalda y le encantaba un más poder besársela mientras entraba en su
cuerpo de forma que él desease.
— ¡Oh, Dios! –dijo para después morder la
almohada del monje. Sus pequeñas manos se aferraron a las sabanas justo para
cuando sentía un nuevo orgasmo. Todo ese placer que su Adam le proporcionaba, jamás
lo imaginó sentir.
Los ojos de Cyra casi se cerraban, agotados
mientras el cuerpo de Adam chocaba contra el de ella, dejando solo aquel sonido
como evidencia, además de los suaves gemidos de ambos. Para cuando Adam llegó
al clímax perfecto, se dejó caer a un lado de su hermosa amante. La rodeó con
sus brazos y la acercó a su cuerpo.
—Llevamos un mes aquí –dijo Cyra,
refiriéndose al tiempo que seguían en el monasterio después de que ambos se
declarasen –Adam, has terminado siempre dentro de mi ¿Cómo es que no he quedado
encinta?
El ángel caído aun no revelaba su verdadera
naturaleza, ni siquiera tenía sexo con Cyra sin sacarse su camisa ya que no
deseaba que viera sus Marcas.
—No debes preocuparte de eso, no ocurrirá
–ella lo miró sorprendida.
— ¿No puedes engendrar hijos?
Adam volvió a acercarla hacia sí, evitando
que lo mirara. No era bueno mintiendo.
— ¿Por qué preguntas eso, Cyra? ¿Qué está
sucediendo? –ella se acercó más a él, quedando apoyada en su hombro.
— ¿Algún día nos iremos de aquí? no quiero
seguir contigo a escondidas.
— ¿Deseas partir pronto? –preguntó Adam, sin
preocuparse por la petición de su humana.
—Así es –respondió ella segura.
—Entonces partiremos mañana por la noche,
comenzaremos una nueva vida juntos, solo los dos.
—Pero no podremos bajar el monasterio
durante el anochecer, es muy peligroso –él la miró esta vez, sonriendo
levemente aunque se moría de preocupación.
—Tienes que saber una cosa antes de que
desees escapar conmigo.
Se acercó a ella y la besó. Cyra asintió,
segura de seguir a donde fuera a su hermoso monje.
Su recuerdo se
vio frustrado por las manos de Lilia que ahora recorrían sus brazos, sobre sus
Marcas. Su piel trigueña estaba marcada por los códigos que dejaban expuestos
sus pecados, como también por el juramento que hizo al recibir las armas con
las cuales lucharía.
Miró a la
Nephilim, dándole el gran merito al entender cuanto había soportado ella. No se
había ido a ningún lado, tampoco la deseaba lejos, pero no quería tener una
relación amorosa con ella porque estaba seguro de que Cyra fue su alma gemela.
Ella lo había traicionado ¿Qué haría que Lilia se quedara a su lado?
— ¿Puedes
besarme, por favor? No sé lo que está pasando estos días, pero te necesito,
Adam.
El ángel caído
cerró sus ojos, olvidando por completo a la madre y progenitora de la mujer que
tenia bajo él, la misma que le pedía ser besada. Las manos de Lilia ahora se
metieron bajo su camiseta, logrando que las defensas del ángel cayeran en
pedazos.
—Oh Lilia, después
te enojarás cuando me arrepienta de esto –dijo acercándose a los labios de la
Nephilim.
—No tienes que
arrepentirte –respondió ella, sin poder creer que él estuviera siendo derrotado
por ella. Sentía que su corazón iba a explotar en cientos de pedacitos ¿Por qué
no podía ser siempre así Adam con ella?
—Esto está mal
–susurró contra los labios de ella.
Lilia acercó a
Adam desde su espalda, apoyando en esa caliente piel sus manos Nephilim, solo
para tenerlo más cerca. Fue lo último que necesito.
Los labios del
ángel caído atraparon los de la Nephilim mientras el color del fuego que Lilia
liberaba iba cambiando tonalidades, sin dañar al ángel. Adam llevó su mano
hasta el mentón de ella e hizo que expusiera su boca ante él, de esa forma pudo
profundizar el beso al cual se había rendido.
Lilia en cambio
trató de levantar su cabeza para poder tenerlo más cerca, para que no escapara
de sus labios ya que esperaba en cualquier momento que él se arrepintiera, sin
embargo, esta vez estaba siendo diferente. Su corazón saltó con fuerza cuando
las manos de su ángel caído rodeaban su cintura, levantándola unos centímetros
para después dejarla sobre sus piernas. Sentada ahora sobre Adam podía rodear
su cuello y entregarse confiadamente a sus labios. Sentía que todo su cuerpo
estaba pronto a explotar en cientos de llamas de fuego, metafóricamente
hablando ya que estaban rodeados de fuego, de forma literal.
Un leve gruñido
escapo de la garganta de Adam que ahora abrazaba por la cintura a Lilia, que
estaba acabando por completo con él. Esta vez no sentía culpa y ni siquiera
recordaba la imagen de Cyra como la noche anterior, ahora solo estaba entregado
a los suaves y carnosos labios de su Nephilim.
—Lilia –susurró
alejándose uno centímetros de ella, pero no pudo.
—Shhh… todavía
no hables –dijo Lilia, tragándose su orgullo herido de la noche pasada.
—Pero que
pérdida de tiempo –dijo Arial mirando hacia el cielo.
Tanto Eric como
ella estaban en una rama de un árbol, ella sentada y él de pie. Vigilaban la
hacienda como si de esa forma esperaran que mágicamente apareciera Ethan o
Gabriel.
—Hay que ser
cuidadoso –respondió el ángel, mirando de soslayo a la pelirroja.
Eric se había
ilusionado ante la idea de que ella lo hubiese perdonado, pero no había sido así,
solo cruzaron un par de palabras en el tiempo que habían transcurrido juntos.
—Sin movernos
ni ver todo el lugar no lograremos nada.
—No es preciso,
no percibo a ningún demonio –dijo ahora sentándose al lado de ella, pero Arial
se puso de pie, ahora apoyándose en el tronco del gigantesco árbol.
—Entonces
deberíamos irnos.
—Si quieres, te
puedes retirar –dijo Eric molesto, mirando hacia donde se encontraban las
caballerizas.
— ¿Para qué después
te lleves toda la gloria tu solito? Ni lo pienses. Mejor iré a recorrer este
lugar para no sentirme una inútil.
Sin esperar a la
respuesta de Eric, ella saltó y cayó de forma limpia sobre el césped. El ángel
se lamentó de no tenerla al lado, tuvo que seguirla.
—Ya me disculpe
–dijo alcanzándola. Arial ni siquiera lo miró –pensé que todo había terminado
bien.
—Intercambiamos
palabras por primera vez hace muy poco, es obvio que no me conoces –dijo
caminando ahora más rápido hacia la casa de Ethan.
—Arial –el
ángel la tomó de un brazo para detenerla. Ella se giró a verlo molesta –no se
volverá a repetir ¿de acuerdo? Si en algún momento tengo información sobre
Azazel, serás la primera en saberla…
—Ya te disculpe
por lo que hiciste ¿seré simpática y linda contigo por eso? No, porque sigo
molesta, lo que es muy diferente a excusarte por lo que hiciste –ella le dio
una sonrisa forzada, que más parecía una mueca.
Se soltó de su
agarre y caminó hacia la casa, dejando a un Eric enojado. Él odiaba no obtener
lo que quería y en ese segundo deseaba que ella ya no fuera desagradable con él
porque extrañaba poder hablar tranquilamente con Arial.
—Odio los
malditos secretos —susurró ella entre
dientes cuando abrió la puerta trasera de la casa sin ningún problema, aunque
más bien con su fuerza la forzó.
Eric tensó la
mordida y entró tras ella, sin encontrar el sentido a su nueva excursión.
—Tú no quieres
encontrar a nadie aquí, solo tienes curiosidad por espiar en esta casa –dijo
finalmente Eric, lo que provocó una sonrisa en Arial, la que él no pudo
observar.
—Es una casa
muy linda, hogareña… me habría gustado vivir aquí –dijo ella mirando hacia la
sala, imaginándose como sería estar en pleno invierno bebiendo una taza de
chocolate en esos sofás.
—Las casas que
tiene Adam también son lindas, por lo que sé vivieron en varias ¿no?
—Las
suficientes para darme cuenta que una casa grande y linda, no la hace un hogar
–dijo ella acercándose a una estantería donde se encontraban las fotos de Ethan
–pero que ternura, mira, aquí está de pequeño…
—Pero Adam
siempre quiso darles lo mejor –siguió insistiendo Eric, sabiendo muy bien que
el ángel caído siempre estuvo pendientes de ellas.
—Sí, no lo dudo
y siempre estaré agradecida por ello –tomó una foto de Ethan cuando era bebé,
estaba con sus dos padres –pero me habría gustado tener la familia, las
mascotas y la cerca blanca.
Eric la quedó
mirando unos segundos, admirando al perfil de la pelirroja que lo traía loco y
lamentando que ella no hubiese crecido en un ambiente diferente, en uno normal
y feliz.
—Pero puedes
saber los secretos de todos ¿no? eso no lo hace un humano —dijo él, tratando de
animarla.
—En ningún
momento dije que deseaba ser humana –Arial dejó la foto en su lugar.
—Pero lo que
describes solo es posible si eres humano, no un ser sobrenatural del Inframundo
–Eric se apoyó en la pared, cruzándose de brazos y deleitándose con Arial.
— ¿A ti no te
hubiera gustado tener una vida así? –preguntó ella, ahora girándose hacia él.
Eric pudo notar
la expresión triste que tenía Arial.
—Supongo que
tuve algo parecido, por lo menos una buena familia… cuando fui humano.
—Oh cierto, tu
lo fuiste ¿Qué hiciste para llegar a donde estás? –preguntó Arial mirando hacia
la escalera de madera.
—No te lo diré
–dijo Eric mirando hacia otro lado, tratando de esconder su preocupación.
— ¿Qué? –Los
ojos de Arial brillaron ante la idea de sonsacar algo del ángel – ¿Por qué no?
¿Crees qué quiero convertirme en ángel? Porque te respondo de inmediato que jamás
podría serlo, así que dime.
—No es por eso –respondió
él, mirando solo un segundo a Arial para después esquivar esos ojos rojos –te reirás.
Ella no pudo
evitar sonreír ante la excusa que tenía
Eric, debió admitir para sí misma que su enojo hacía él había disminuido un
poquito.
—Lo prometo, no
me reiré ¿Qué hiciste para llegar a ser ángel?
Eric la miró
ahora de forma definitiva, sopesando la idea de decirle lo que hacía antes. Jamás
se había sentido avergonzado de ello hasta que conoció a Arial, que se la
pasaba dándole apodos y haciéndolo pasar por situaciones que jamás pensó vivir.
—No era gran
cosa realmente, solo ayudaba a las personas… siendo policía creo, en esos
tiempos estoy seguro que se denominaba de forma diferente, solo recuerdo la
ultima parte de mi vida –Eric se concentró tratando de recordar los hechos como
sucedieron –aunque mi última acción que hice no fue relacionada a mi profesión.
Arial se apoyó
en el sofá más grande, intrigada por conocer algo que de seguro muy pocos
sabían. Lo dejó hablar sin interrumpirlo.
—Creo que un
hombre entró a nuestra casa, quiso robarnos y con un arma de pólvora nos
disparó, me puse delante de mi esposa e hijo.
La boca de
Arial se abrió ante la nueva información, jamás se le había pasado por la mente
que Eric hubiese tenido familia. Se sintió incomoda y estúpidamente celosa.
—Pienso que esa
acción más mi profesión, hicieron que me tomaran como candidato. Aunque si lo
piensas bien, lo que hice no fue nada, la mayoría de las personas habrían hecho
lo mismo.
Arial no pudo
más, después de esa confesión, sintió que su corazón se derretía y se llevaba
el enojo que sintió alguna vez por Eric.
— ¿Qué edad
tenias en ese momento? –preguntó ella, tratando de calmarse para que él no
descubriera que ya la tenía en la palma de su mano –porque ahora luces de unos
veintisiete.
—Técnicamente
debo tener unos veintiséis años humanos, pero sabes que envejecemos muy lento y
cuando llegué a la Luz y recibí la Orden, tenia diecinueve años.
Arial abrió su
boca sorprendida, solo era un joven.
— ¿Tenías
familia a esa edad?
—Si… bueno, no
es como si hubiesen existido los preservativos en ese tiempo –respondió
sonriendo Eric.
—Entonces si
has tenido algo de experiencia, ex Ángel Virgen –por mucho que a Eric le
desagradaban los apodos que ella le daba, no pudo evitar sonreír al notar que
Arial había cambiado su actitud hacia él.
—No recuerdo
nada además de mi muerte, el motivo y la circunstancia –respondió, frunciendo
un poco el ceño.
Arial lo quedo
mirando unos segundos, esperando a que su corazón volviera a la normalidad para
no ser descubierta por el ángel.
—Es imposible
reírse de eso, Eric –respondió al recordar que él no deseaba decirle la verdad —
¿no los extrañas?
—No recuerdo
ese tipo de emociones y pasó hace mucho, pero mucho tiempo –respondió él
sonriendo. No sentía nostalgia ni pena, tampoco añoraba a quienes alguna vez
fueron su familia ya que no recordaba nada además de su última memoria.
— ¿No te
gustaría saber más de ellos? –preguntó ella, pensando en la posibilidad de
meterse en la mente de Eric durante la noche.
— ¿Por qué
habría de querer eso? Es el pasado y un recuerdo triste ¿para qué mortificarse
con ellos si tengo todo un futuro?
Arial se quedo
mirando otros segundos a Eric, sintiendo como esas palabras habían golpeando su
pecho. Tragó saliva nerviosa y miró hacia otro lado.
—Yo te confesé
algo que nadie sabe, ahora dime ¿Por qué le tienes tanto terror a Azazel? ¿Qué
fue lo que ocurrió en el pasado?
Las preguntas
de Eric hicieron que Arial sintiera un escalofrió en su espalda y se dirigiera
hacia la escalera.
—Que a ti te
guste hablar de tu secretos, no significa que a mí también –dijo antes de subir
hacia el segundo piso, dejando a un Eric sorprendido y arrepentido por haber
abierto la boca. Este no era su día.
Lilia cerró sus
ojos cuando las manos de Adam recorrían su piel, al nivel de su espalda y
abdomen, se estaban dirigiendo hacia sus senos cuando ella se alejó y sonrió a
su ángel caído, que respiraba pesadamente, deseoso de ella.
—Alto –dijo
ella, alejándose de Adam de un solo salto, quedando de pie al lado de la cama y
haciendo desaparecer su fuego.
Adam cerró sus
ojos y tensó la mordida, controlándose para no saltar sobre ella y atraparla
entre sus brazos. Detenerse había sido prudente.
—No quiero que
desees auto flagelarte si dejo que sigas –respondió Lilia a las miles de
preguntas mentales que pasaban por la mente de Adam.
—Muy sabio de
tu parte –dijo él saliendo de la cama, mirándola — ¿Qué fue lo que acaba de
pasar? ¿Con tu fuego?
—Responde
naturalmente a ti, supongo… ya deberías saberlo ¿no? –dijo ella cruzándose de
brazos, sonriendo al recordar que no era la primera vez que su fuego tocaba a
Adam, pero en el pasado lo había herido.
—No deberías
hacer esto... en realidad tu no deberías estar aquí, buscándome, estás con
Thomas Santederic ¿no?
Era lo único
que Adam podía usar para seguir distanciándose de Lilia. Se estaba dando cuenta
que a medida que pasaban las horas, la atracción hacia ella, aumentaba. Nunca
debió besarla en primer lugar si no deseaba perder su control cuando estaba
cerca de Lilia.
— ¿Qué
importancia tiene eso? Tom es mi amigo, siempre lo ha sido. Lo sabes.
Adam la quedó
mirando, sorprendido al descubrir que ella no sabía que Thomas esperaba cierta
exclusividad entre ambos.
—Además ¿Por
qué te interesa Thomas? ¿Desde cuándo son tan cercanos?
—Me interesa
desde que hice un trato con él a cambio de su ayuda y para eso debo mantener
mis manos lejos de ti –dijo caminando hacia el baño, sin poder evitar
molestarse por las palabras que había dicho Lilia. Se sentía traicionado de
cierta forma, si ella podía engañar a Thomas y jugar con el Nephilim –me iré a
dar una ducha y luego iré al Lucifer, te recomiendo que descanses, sé que no
dormiste bien anoche.
—Adam… —dijo
ella mirándola sorprendida por sus palabras.
—Nos vemos,
Lilia.
Entró al baño y
cerró la puerta. Abrió la llave de la ducha y luego se desnudo para meterse
bajo el agua helada, necesitaba enfriar su cuerpo y su mente. Sin embargo, la
actitud de Lilia solo le trajo de vuelta el recuerdo de Cyra.
“Quizás fue así como pensó, cuando se fue
con Thaumiel”. Pensó mientras pasaba sus manos con shampoo por su cabello.
Tanto Adam como Cyra estaban en la parte más
alta del Monasterio. Ella no sabía por qué Adam le había pedido que fueran
hasta ahí, mas cuando ella llevaba una pequeña bolsa con sus pertenencias. Él
no llevaba nada.
—Dijiste que deseabas irte. Y yo estoy aquí
para cumplir tus deseos –dijo tomando la mano de Cyra y besando el dorso de
esta.
Ella lo miró sorprendida, sin entender
porque estaba mirando hacia las estrellas. Aunque era una noche hermosa y
estaba junto al hombre que amaba.
— ¿Qué está sucediendo? –preguntó ella,
mirándolo confundida.
—Debo saber si aun quieres escapar conmigo.
— ¡Claro que quiero! –respondió ella
fervientemente, le ofendía que él dudara de su decisión cuando ya se había
entregado a él en cuerpo y alma.
—Entonces tiene que conocer una parte de mí
que desconoces, amor –Adam soltó la mano de Cyra y se alejó unos pasos de ella,
temiendo lo que sucedería en los siguientes minutos.
El ángel caído miró hacia el cielo
estrellado, pidiendo que su nueva vida no se esfumara tan rápido como había
llegado.
—No hay una forma fácil de explicar esto
–dijo para luego desprenderse en parte de su vieja camiseta blanca.
— ¿Qué haces, Adam? –preguntó ella curiosa,
sonriendo levemente al ver el cuerpo desnudo de él.
Fue de un segundo a otro. Cyra jamás pudo haber
esperado lo que iba a suceder después, por lo que cuando las alas de Adam se
expandieron con tanta fuerza e majestad, ella no pudo evitar dar unos pasos
hacia atrás ante la sorpresa.
Sus piernas comenzaron a temblar y parecía
que su corazón deseaba escapar de su pecho para no ser testigo de la imagen que
observaba. Nunca en su vida se imaginó ser testigo de algo tan maravilloso. Sin
embargo, no podía escuchar las palabras que decía Adam, solo notaba que sus labios
se movían pero no era capaz de entender. Era la primera vez que veía los brazos
de su Adam y ahora entendía el motivo del porque él no se desnudaba por
completo con ella. Tenía Marcas, en ambos brazos.
—Cyra… —Adam se detuvo en la explicación que
dio cuando notó que la expresión de ella no cambiaba. Estaba aterrada, todo el
cuerpo de su humana estaba temblando, por lo que decidió actuar de forma rápida.
Adam se acercó a ella y la rodeó con sus
brazos, estaba muy tensa, pero no se alejó de él, menos cuando sus alas la
rodearon de tal forma que no había nada que ella pudiera ver además de sus
blancas plumas.
—Te amo –le susurró a su oído, trayéndola de
vuelta desde donde se encontraba.
—Es imposible –dijo ella mirándolo con sus
ojos azules, tan grandes y asustados por lo que sucedía –eres un…
—Un ángel, pero no sigo ejerciendo mi
trabajo –dijo sonriendo con tristeza.
A medida que pasaban los segundos ella comenzó
a controlar su cuerpo. Los temblores fueron disminuyendo, pero en contraparte
su miedo fue aumentando.
—Adam…
—No te haría daño, jamás, no debes temerme…
soy tu Adam –dijo él sonriendo –solo que debes agregarle un par de alas, nada
más.
Tanto para la sorpresa de Adam y de la misma
Cyra ella solo dejó que su cabeza se apoyara en el pecho desnudo de él mientras
comenzaba a escuchar la larga historia que tenía que contarle el ángel caído.
Fueron unas largas tres horas donde solo se
escuchaban las palabras de Adam y donde solo había una persona para
escucharlas, además de las estrellas. Cyra solo pudo reaccionar de la única
forma que tenía como alternativa al estar enamorada de Adam, se empinó hacia él
y lo rodeó con sus brazos para después besarlo.
—Te amo Adam y nada hará cambiar eso.
—Entonces es hora de partir, juntos.
—Juntos.
Segundo después se alzaron hacia el cielo,
ella entre sus brazos. Ambos pensando en un futuro inesperado y maravilloso,
sin saber que su felicidad, no sería para siempre.
Adam rodeó su
cintura con una toalla blanca y miró su reflejo, pensando en sus alas que habían
dejado de ser blancas y maravillosas desde hacía bastante tiempo. Observó sus
Marcas, las del brazo derecho, las que lo culpaban de los pecados cometidos además
del realizado con Cyra.
—Pero que
idiota –se dijo a sí mismo, recordando cómo se había sentido tan enamorado de
la humana que rompió su corazón en pedazos.
Abrió la puerta
del baño para ir por su ropa y para su sorpresa, se encontró con Lilia, quien
miraba por la ventana, con su ceño fruncido.
— ¿Fue mi
madre, Adam? ¿Ella rompió tu corazón?
Arial de un
salto se recostó en la cama de Helena, la madre de Ethan. Miró hacia el techo y
luego observó la foto de los dueños de casa. Fue inevitable pensar en lo triste
que debió sentirse Ethan al perder a su padre.
—No es justo
–dijo Eric entrando a la habitación –yo te cuento mis secretos y espero que tú
me digas los tuyos.
—Oh por favor,
no sigas. Estás exagerando, ese secreto es tierno y triste a la vez, pero no
vale que te cuente los pormenores de mi pasado –dijo ella sonriendo levemente
al ver la expresión frustrada de Eric –además ¿Por qué tienes tanta curiosidad?
—Porque te
quiero conocer, dijiste que no lo hacía.
—Claro que no,
nos conocemos hace muy poco.
—Y pareciera
que no fuera así ¿no te has sentido de esa forma? –Eric no había alcanzado a
terminar de decir aquella frase cuando ya se arrepentía de haberla pronunciado.
—Ey… ángelito
–dijo ella sentándose en la cama –recuerda que estamos jugando, no debes
mezclar las cosas. ¿Podemos ser amigos? Quizás ¿algo más? Imposible y ambos
sabemos el motivo.
—No me estoy
refiriendo a eso. Pasaremos bastante tiempo solo, quiero saber porque te afecta
tanto Azazel. Eres bastante temeraria y creo, hasta ahora, que no hay muchos
seres que te asusten.
Ella se puso de
pie, mirándolo detenidamente. Debía admitir que el ángel de ojos verdes y
cabello largo y oscuro, le encantaba. La atraía como nadie lo había hecho en el
pasado, pero sabía muy bien cómo eran las reglas del juego al cual jugaban de
forma peligrosa.
—Mira, te diré
algo para que no te sientas mal –dijo ella caminando hacia él y ubicándose a
unos pasos de distancia –nadie sabe de mi relación con Azazel, ni siquiera
Lilia ¿Por qué tendrías que saberla tu? Es algo que no quiero recordar y mucho
menos hablar, es algo doloroso y perturbador, además de asqueroso… ¿tienes una
idea de lo que me pudo hacer él? Es un maldito demonio sin escrúpulos. No me
hagas hablar de él, por favor.
Los ojos rojos
de ella casi absorbieron a los verdes de él, lo miraba de tal forma que Eric
supo que no podría decirle algo para rebatir dicha petición.
—Aunque podrías
darme algo por ese secreto —continuo ella sonriendo de forma picara mientras
sus manos se iban al pecho del ángel –Si me regalas una pluma te confesare todo
lo que quieras.
Eric no pudo
evitar sonreír y negar a sus palabras. Ella podía contra él y recién lo estaba
admitiendo, le pareció por un segundo que él no haría nada que ella no
quisiera.
—Prohibido, tú
ganas, no insistiré más.
—Es lamentable,
esperaba esa pluma –dijo ella sabiendo que él jamás le daría algo como eso. Se
podría mantener alejada de la curiosidad angelical.
Sin embargo los
pensamientos de Eric no estaban relacionados con sus alas o con la cercanía de
Arial, sino que habían emigrado hacia las palabras de ella. No pudo evitar
ubicarla en uno de los peores escenarios y lamentó no haber estado cerca de
ella para defenderla de Azazel, sabía muy bien que ese demonio era un bastardo.
—Sigues
malhumorada –dijo Eric, cambiando sus pensamientos y extrañando a la Arial con
la que podía bromear.
—Claro, no me
tomo esto de forma ligera –ella le dio la espalda y comenzó a mirar los
detalles que tenia la habitación de Helena, hasta que se encontró con un
tocadiscos, no pudo evitar poner el disco que se encontraba en el. La
habitación se lleno con la melodía de Sex
Tourist de French Kicks –si no me
hubieses mentido, ahora podría invitarte a bailar –dijo ella cerrando los ojos
y moviéndose lentamente.
Eric la quedó
observando, notando como ella se movía, atrayéndolo como nunca nadie lo había
hecho en el pasado. Se sorprendía como Arial ejercía cierto magnetismo en él,
solo la conocía hace un par de meses y solo hace unos días había entablado una
conversación con ella. Sin embargo, nada podía negar cuan fascinado se
encontraba con la Nephilim de ojos rojos.
— ¿Qué estas
pensando? –preguntó ahora ella mirándolo, curiosa por encontrar a Eric mirando
hacia el suelo, pensativo.
—Lo siento, de
verdad Arial.
La pelirroja no
pudo evitar sonreír. Eric, un ángel de muchos años estaba afectado solo porque
ella estaba siendo un poco distante con él, ni siquiera estaba siendo
desagradable, tan solo diferente a como siempre era con él. No pudo evitar
sentir como si algo en su pecho se derritiera, nadie nunca en su vida había
demostrado ese estilo de expresiones o de lamentos cuando ella se enojaba.
Se acercó hasta
el ángel, moviéndose lentamente hasta que entrelazó sus dedos en las grandes
manos de él. Las guió para que rodearan su cintura.
—No vamos a
encontrar nada hoy ¿cierto? –susurró ella mientras se movía entre los brazos de
Eric.
—Lo dudo, quizás
podamos volver al anochecer… ya sabes, a los demonios le gusta la noche –dijo
él mirando intensamente los ojos de Arial, deseaba besarla.
—A mi me
encanta la noche.
—A los demonios
y hermosas Nephilim –corrigió Eric, provocando que Arial riera.
—Te estás
esmerando, Ángel Arrepentido –ese apodo solo le trajo los recuerdos de su
encuentro con Dana.
— ¿Arial?
–susurró en el oído de ella, causándole escalofríos y una sonrisa que él no
pudo ver –Vi a Dana.
— ¿Qué? –dijo
ella deteniéndose y mirando a Eric sorprendida — ¿Por qué me dices eso?
—Un voto de fe…
—sonrió él –supongo que no se lo dirás a nadie, es un secreto entre los dos.
Arial lo quedo
mirando sorprendida, sin duda el ángel estaba transgrediendo una de sus propias
reglas solo para que ella volviera a ser la de antes con él.
— ¿Ella está
bien? –Preguntó preocupada — ¿nos recuerda?
—Por lo poco
que hablé con ella, no… y cree que Gabriel abuso de ella, cosa que no es del
todo mentira. Cree que por él tiene las Marcas.
Ambos se
detuvieron justo para cuando la canción terminó junto con el disco.
La Nephilim se
quedo pensativa, mirando los ojos verdes de Eric mientras sus manos estaban
apoyadas en los brazos del ángel. No podían hacer nada en ese momento por Dana,
solo debían encontrar a Ethan y sino, Arial estaba convencida que podría
ayudarlos de otra forma, buscando un antídoto a la manera celestial… y ante sus
ojos tenía el ser más celestial que podría estar a su lado sin matarla.
—No hay nadie por
aquí, creo que deberíamos aprovechar este lugar para que me sigas enseñado ¿no
crees?
Eric frunció el
ceño, sorprendido por la respuesta de ella, aunque pudo leer por unos segundos
la tristeza que sus palabras provocaron en Arial.
—Está bien –respondió
él, un poco desconcertado — ¿A dónde quieres ir?
Ella se alejó
de él y se deshizo de sus zapatos, para después sentarse en el centro de la
cama matrimonial, cruzándose de piernas.
—Por aquí está
bien.
Eric la quedó
mirando unos segundos para después seguirla, copiando sus movimientos también
quedó descalzo y sentado sobre la cama, mirando con una sonrisa que Arial comenzaba
a elegir como su preferida.
— ¿Sabes?
Estuve leyendo unos libros hace días atrás –dijo acercándose hasta que sus
rodillas chocaron con las piernas de él –y en un fragmento decía que ustedes
los ángeles tenían un idioma único ¿es cierto? Dana nunca habló de otra forma.
—Ella sabe más
de una lengua, pero muy pocos sabemos nuestro antiguo idioma –ella sonrió ante
la respuesta del ángel.
—Lo suponía,
Ángel Nerd –ella llevó sus manos hasta el pecho de Eric y comenzó a recorrerlo
sobre la ropa –me gustaría que me enseñaras eso también.
— ¿Por qué? –Preguntó
con el ceño fruncido –por si no te has dado cuenta, tú no tienes alitas para
que puedas aprender ese idioma.
—Me gusta
aprender cosas nuevas –se defendió ella –y estoy segura que me ayudaría para
alejar a más de un demonio ingenuo o primerizo, lo podría engañar –Arial tiró
de la prenda de Eric, atrayéndolo hacia ella.
—Puede que
tenga algo de sentido, aunque no servirá de mucho ya que debes tener un alto
nivel de fe –dijo Eric mirando los labios de Arial.
—Sé eso –Arial
estaba siendo condescendiente ante la altanería propia de Eric –siempre quiero
aprender algo nuevo ¿me enseñas, Dominacion?
Ella no era fanática
de usar ese estilo de estrategias con los hombres, menos con Eric, pero debía
aprender con rapidez las palabras que descifrarían el antídoto que ella estaba
buscando… para Dana.
—Mis clases
tiene unos honorarios bastante altos –dijo Eric, sin percatarse que estaba
siendo atrapado en una telaraña.
— ¿Si? eres un
profesor codicioso… puedo hacer lo que tú quieras –le dio un corto beso en los
labios, dejándolo con deseos de más.
—Este es un
buen comienzo –dijo ahora acercándose a ella, logrando que Arial se recostara
en la cama que fue alguna vez de los padres de Ethan.
—Es increíble
–dijo ahora ella sonriendo –para ser un ángel, los juegos pervertidos te quedan
como un guante –comenzó a reír, pero los labios de Eric la silenciaron.
Arial se
entregó por completo al beso del ángel, pensando en obtener lo que deseaba: el
rezo contraparte que haría que Dana recuperara su memoria… y además pasaría más
tiempo con su deseado ángel. No pudo evitar sentir que se estremecía ante la
idea y decidió no pensar en los pormenores que los estaban involucrando en una
relación que no tenía nada de casual o superficial.
Que tiempo u.u estoy entre lectura y universidad chicas y chicos... y estoy floja, ok, lo admito, pero aquí esta el capítulo, espero que les haya gustado :3
Dani!! esta increible :D sencillamente me encanto... no puedo creer q lila se diera cuenta q fue x su madre q adam esta tan triste. Por cierto eric me tiene loca es tan hermoso, no puede ser tan tierno, por favor quiero de una vez hagan el amor con arial. Al fin y al cabo estan locos el uno x el otro. En fin, me encanto el cap, espero ansiosa el proximo, porfa no me hagas esperar muchoo
ResponderEliminarAhhhhh pero este cuarteto de tontos q les pasa uno q no quiere aceptar q ama a su chica y ella q ama tanto q no sabe q hacer para llamar la atencion ahhhhhh y bueno espero q arial no haga una tonteria q desate el apocalipsis me encanto el cap te adoro dany
ResponderEliminarUuy porque ahota todos estan tomando desiciones por Lilia sin tomarla en cuenta a ella...
ResponderEliminarY ahora Eric ya dejo su fase de inocente (no tanto) para empezar a atacar!!! Bien por él.
Uffff esos 2 q se queden ahí un rato más!
ResponderEliminarHola Dani.
Muy buen capi, por fin Lilia esta destapando el pastel, el meollo del asunto solo queda ver si Adam es lo suficientemente hombre como para decirle la verdad y no irse por las ramas.
También estos 2 adorados como siempre, Arial no puede estar por mucho tiempo enojada con Eric jaja.
Ahora pase de rápido mujer.
Gracias por el capi.
Un abrazo y nos seguimos leyendo!!
Yee Dani actualizaste!!! Este cap me ha parecido super super romantico me encanta!!! Falta muy poquito para q ese par de angeles caigan con las Nephilim, muy poquito... sabes me gustaria saber un poco sobre Etham que estara haciendo, espero q no haya echo muchal maldades y q recuerde o al menos tenga esa sensacion de recuerdo por Dana :( cuando volveran ha estar juntos!
ResponderEliminarOk Dani linda un beso gracias gracias por escribir, espero leerte pronto!!!
Estubo muy bueno me gusto mucho
ResponderEliminarDani espero con ancias el otro gracias
Uff excelente creo k aki va arder troya, cuando Adam confi ese, creo k arial esta en un terreno peligroso pues al recuperarte el recuerdo, ella puede recordar a Gabriel y no a Ethan, por k ella sólo vio la oración de cuando como de nephilin a ángel pienso k no puede ser la misma oración
ResponderEliminarEsperemos k no meta las cuatro
uuu para mi que si Arial consigue devolverle sus recuerdos a Dana se va a abrir la caja de pandora...si ella recuerda TODO podria volverse peligrosa no? ademas no creo que a Eric le guste mucho enterarse que lo esta engañando en eso...hablando de Eric..con que lo de Angel policia viene de tiempo atras uu?? me encanta que la lista de apodos sigue creciendo y modificándose: ExAngelito Virgen¡¡¡¡ orale con Eric...angelito nerd y todo me encantan, yo si tengo la esperanza de que estos dos se enamoren y terminen juntos..aunque no se si sera posible.
ResponderEliminarArial y Adam...hay pobrecitos de estos dos, no entiendo muy bien la historia con Cyra, o sea, ella si lo amaba, pero lo traiciono...en que momento fue?supongo que lo contaras muy pronto, de verdad espero que lo cuentes pronto, y ahora que Lilia dio en el meollo del asunto, las cosas se pondrán todavía mas interesantes, avanzaron un poco, pero no me acordaba de ese pacto que hizo con el rico de Thomas...un obstaculo muy grande.
muchas gracias por el capi Dani
saludos¡¡
Oo ya quiero leer el proximo capitulo cada vez se pone mejor me encanta esta historia me fasina esta parte historia nos lemos en la otra
ResponderEliminarAmo a Arial y a Erick a son una pareja tan divertida y linda a la vez estoy emocionada ya quiero saber que mas va a pasar con ellos y Adam y Lilia a ya van avanzando eso es bueno ya que son tal para cual hehhe gracias por el capitulo te quedo super :)
ResponderEliminarestuvo super chevere este capitulo, es increible que lilia se diera cuenta de que hacia sufrir a adam... y creo que si arial aprende lo que necesita y lo emplea, se va a desatar un caos jajaja gracias dani cuidate
ResponderEliminarDTB
Me encanto este cap si que Lilia esta con todo con Adam jejej pero creo que ha Adam aun no esta listo para estar junto a ella y quien sabe si lo este ya que no seria lo mas normal creo yo e igual esta Eric con Arial Eric si sigue asi esta por convertirse en un angel caido mas me pregunto si realmente Eric se convierta en un Angel caido sino Dana no sera la ultima por lo que veo jejejeje me encanto leer lo que dijo Adam de Gabriel ya se le extraña y ya me gustaria mucho que ya salga de nuevo y ver que es la nueva maldad que hara jejeje Dana es alguien muy poderoso que no se que hara cuando sepa la verdad de su existencia desde que por ella Gabriel se convirtio en lo que hoy es el actualmente primero un angel caido y luego el demonio en el que se convirto gracias Dani por este cap me encanto y nos leemos en el sig cap
ResponderEliminarwelcome,welcomwe,welcome! con eso te digo que ya me vi las pelicula XDD y me he puesto al dia con todo lo que debía incluyendo tus historia :DD
ResponderEliminaren fin, tengo rabia aaaagg había dejado el medio comentario en el celular y no se publico ¬¬ que despilfarro! perobue... que se le va hacer... intentare dejar uno igual xD
primero ... Gabito, como siempre he dicho y pensado, es al que peor le ha ido en esta historia, osea si no hubieran sido tan putos (y perdoname la palabra pero eso fue lo que fueron) no estaria pasando nada de esto, asi que de todas formas creo q esto debia pasar y algo mas se traen entre manos para hacer algo asi ...
es por eso que cada vez que se recuerda o se cuenta algun nuevo hecho del por que Gabo hizo todo lo que hizo, solidarizo completamente con el.
segundo, Lilia ... very good! (Y) a si me gusta, esa es la actitud, si no funciona x un lado habra que buscar x el otra y lo hizo muuuuy bien!! yo! que solo comparto a mi angelito rico y sexy con Lilia digo q va cada vez mejor (Y) (Y) esa es precisamente la manera de llegar a mi Adam, asi, demostrándole q es otra tipa nunca fue su alma gemela... estoy segura que esa perra se fue y dejo a mi angelito por un demonio q seguramente le ofrecia lo que mi Adam con su aun alma buena no podia o deseaba darle (cosas materiales u otras) y las muy perra codiciosa deseaba ¬¬ , asi que Lilia tienes todo mi aprobacion y sobre todo sigue usando ese poder tuyo que se maneja completamente solo cuando esta cerca de mi Adam *W* y asi con hechos verídicos y mas que irrefutable le demostrara a este sexy angelito ciego lo que no quiere ver y aceptar.
y por ultimo,pero por supuesto no me nos ... uuuf mucho menos importante, la señorita pone-apodos-a-su-angel-favorito Arial aajaja, que puedo decir ... Arial Arial Arial ... sea lo que sea que estes tramando... hazlo!!! quieres lograr que Danita vuelva a recordar tooooda su vida? hazlo por favor!!!!! despues de todo, que tan malopuede ser?? ah! despues de todo lo que a pasado... un poco mas de desorden, destrozos, corazones heridos, traicionados y rotos al punto de estar completamente destruidos en mil pedasos ... que mas puede suceder? ... que ocurra una gran y terrible pelea entre el "bien" y el "mal"? que se desate la furia de una muy maligna y peligrosa Naphelim? una que sea capaz de destruirlo todo a su paso? de destruir todo lo que se conoce y dejar literalmente la caga en el mundo? ... que importa!! que pase nomaa!! total es un mundo de a mentirita ... un mundo de fantasia!! ... un mundo literario .... aajajajaj naa mentira! aaajaj
pero hablando en cerio, si a de pasar tod eso, sinceramente que pase, quiero q Danita deje q ser tan buenita, y sea capaz de recordar todo, por que solo a si podra tomar la decicion final.
muy buen capitulo ...
ResponderEliminarepero por mas ....
Oh por Dios estoy que muero, te quedo de lujo el capi estas chicas necesitan su dosis de cariño, me preocupa un poco q Ariak juegue con Erik x sacar beneficio se los ve tan tiernos juntos y luego Adam y Lilia insisto q ahi debe hacerlo sufrir de verdad para q se le quite lo burro. Ne estoy igualando de a poco con las historias. Gracias Dani besitos.
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